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El Adriano I, engalanado durante la Procesión de la Virgen del Carmen.

En la playa de Maniños-Fene (La Coruña) Antonio Fernández Fernández, gallego emigrado a Cuba, construye a su regreso la motonave Adriano, en memoria de su difunto padre. Terminada la construcción del barco, lo entregaría a su hermano José, haciéndose cargo. Mas adelante contaría con  sus hijos como tripulantes, José --el más conocido, Pepe “el del Vapor”, Eduardo, Andrés, y Juan Fernández Sanjuán, que fue el último patrón,  de los 10 hermanos Fernández Sanjuán.

Estuvo varios años haciendo la travesía de la Ría del Ferrol. En 1929, el Adriano sería reclamado por Sevilla con motivo de la Exposición Iberoamericana, cubriéndose el servicio Sanlúcar-Sevilla a través del río Guadalquivir.

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El vapor Cádiz, navegando entre El Puerto y Cádiz.

Un desafortunado suceso tuvo lugar en la madrugada del día 9 de julio de 1929: estalló la caldera del Vapor ‘Cádiz’ cuando se hallaba atracado en el muelle de la Plaza de las Galeras de El Puerto de Santa María, y se fue a pique. A raíz de este suceso el ayuntamiento prohíbe que la línea marítima de pasajeros en buques de Vapor, haga su recorrido entre El Puerto y Cádiz.

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Los restos del Vapor Cádiz, tras la explosión junto al muelle.

Tras la explosión del vapor ‘Cádiz’, llegan a El Puerto por vez primera los buques de motores de explosión. En primer lugar llegaría el yate ‘Punta Umbría’, días más tarde el ‘Adriano’, pilotado por José Fernández Fernández y la tripulación compuesta por algunos de sus hijos varones. El precio del viaje costaba por entonces: en Toldilla, 1,50 ptas.; cubierta 1,00 ptas.; y  los menores de 4 a 12 años 0,50 céntimos de peseta.

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El Adriano II, por aguas de la bahía gaditana.

En 1932 se comienza a construir en la playa de Maniños, bajo la dirección y planos de su propietario, Antonio Fernández Fernández, el ‘Adriano II’, que no terminaría navegando ya que con la guerra civil se dejó de recibir los materiales que necesitaba y acabó perdido en la playa. Años más tarde, terminada la Guerra Civíl y ya metidos en 1942, se construyó el que después sería el Adriano II, con cabida para 400 personas.

En 1955, daría su último viaje el ‘Adriano I’, dándole paso al ‘Adriano III’, nueva motonave que sigue en activo, y encargada a construir en los astilleros de San Adrián (Vigo), esta vez por los hermanos Fernández Sanjuán. El Adriano II, se dedicaría a paseos nocturnos y otras actividades de naturaleza turística.

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Una imagen del Adriano I y II, en el Guadalete.

El Vapor, sigue siendo conocido por este nombre a pesar de que funciona con motores de explosión, ha recogido la tradición de comunicación naval que se remonta a tiempos de los Fenicios cuando Cádiz era una isla y necesitaba un puerto de contacto con la península. Barcas, veleros, vapores y motonaves ha hecho un surco marítimo, a lo largo de los siglos, entre Cádiz y El Puerto.

La travesía de El Puerto-Cádiz dura unos 45 minutos, la salida de los llamados ‘vapores’, se marca como antaño, con tres pitadas seguidas de sirena: los toques continuos avisan que se entra en el río, otro avisa de que se atraca en el muelle y uno más se escucha poco antes de salir.

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En el Adriano II, sentados José Fernández Fernández (Padre de Pepe  'el del Vapor'), Asunción Posada (su esposa) con su hija Asunción en brazos, Pepe Fernández Sanjuán con su hijo Juani, en el centro su otra hija Socorro, ya fallecida. De pie detrás de izquierda a derecha: Antonio y Pepe. Año 1.955. (Foto Colección A.F.V.)

La propiedad del barco, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía en 1999, es de los últimos supervivientes de los hermanos Fernández Sanjuán y de los herederos de los 10 hermanos: Pepe, Eduardo, María, Lola, Andrés y Josefa, Juan, Elvira, Amparo y Antonia.

La sociedad que lo gestiona está dirigida por la propia familia, actuando como Administrador Único, Antonio Somorrostro Fernández, y como Naviero Gestor, Andrés Fernández Valimaña.

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El Adriano III en construcción en San Adrián (Vigo) en el 1.955. En la fotografía Antonio Somorrostro, Presidente de la sociedad familiar que gestiona el barco: Motonaves Adriano, S.L. con su madre. (Foto: Colección A.F.V.)

pepeeldelvapor_puertosantamaria(En la imagen de la izquierda, José Fernández Sanjuán, Pepe 'el del Vapor'. Foto: Faly). Antonio Carbonell, Secretario que fue de la Cofradía de Pescadores refería una tarea desarrollada por el Vapor en relación con el mundo de la mar: «Pepe y el Vapor fueron durante muchos años indispensables para el mantenimiento de la actividad pesquera portuense. Pues resulta que antes de construirse los espigones de Poniente y Levante en la desembocadura del Guadalete, obras que finalizaron en 1970, la entrada de arenas que arrastraban las corrientes litorales y formaban la barra en la boca del río, impedían que la práctica totalidad de los barcos pudieran pasar por el Guadalete a media marea o bajamar escorada. Entonces Pepe, a bordo del Vapor,  con un instrumento formado  por una pesa u otro metal colgado de una cuerda (sonda de mano, escandallo o plomada), no sólo medía la profundidad del río, sino que de la misma manera al colocar cebo en la pieza de metal, con tan solo tocarlo, iba conociendo la calidad de fondo de la desembocadura del Guadalete. Y Claro. Con esta maniobra, le permitía, al esquivar los cascajos y arenas del río, alcanzar la navegación correcta y, así, los barcos, al seguir el rumbo del Vapor, entraban en puerto sin esperar la pleamar. Esta laboriosa operación, además, era fundamental para evitar cualquier desgracia cuando las condiciones meteorológicas eran adversas, como por ejemplo, la niebla.»

vapor_familia3_puertosantamariaEl principio del milenio, nos ha llevado otra vez a lo antiguo, a recuperar costumbres y tradiciones que nunca se debieron abandonar, a volver a aplicar tecnología que han sido útiles durante miles de años y que, de forma inexplicable estaban prácticamente desaparecidas en nuestra Bahía de Cádiz.

(En la imagen de la izquierda el Adriano III en construcción en San Adrián (Vigo), en 1955. En la fotografía Antonio Somorrostro padre y su hijo Antonio, en la actualidad presidente de Motonaves Adriano.S.L.  En el puente Juan Fernández Sanjuán. Foto Colección A.V.L.)

Y decimos casi, porque gracias a la familia Fernández Sanjuán y sus herederos, el Vapor Adriano III ha continuado la tradición de comunicación naval entre dos puertos de la Bahía de Cádiz.

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Vista del Adriano III en el muelle y el Adriano II, junto al tinglado, desde La Otra Banda.

Hoy en día, cuando los representantes de los ciudadanos buscan nuevas soluciones para estar comunicados; cuando las relaciones familiares, profesionales, comerciales, o de vecindad son más fuertes entre los habitantes de esta Bahía; cuando debatimos sobre los mejores métodos para vertebrar mejor nuestros accesos hacia o desde la capital, tenemos forzosamente que mirar atrás, e incluso mirar a Europa para comprobar que lo que hoy continúa haciendo nuestro entrañable Vapor, es una de las mejores soluciones para cubrir nuestras necesidades de desplazamiento por la Bahía.

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Pepe 'el del Vapor' con su uniforme de luto de toda la vida, pintando sobre el techo de la motonave. (Foto: Fito Carreto).

Los responsables del Plan Intermodal de Transportes de la Bahía tienen entre sus objetivos trazar una fluida red de transportes de viajeros, también por nuestras aguas. Es sin duda un método más rápido y eficaz, y a la larga más económico en términos absolutos, de cuantos pueden existir en la actualidad. Basta comprobar como funcionan en las grandes zonas urbanas con puerto marítimo o fluvial de nuestro entorno europeo: Setúbal y la península de Troia, en la cercana Portugal, pueden ser un ejemplo en cuanto a transportes de viajeros, mercancías y vehículos se refiere.

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El Vapor Adriano III, en 1997, cruzándose en la desembocadura del Guadalete con la réplica de la Carabela 'La Niña', hoy varada en una rotonda frente al acceso al muelle comercial. (Foto Mata).

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En el año 2004, durante el Paseo Conmmeorativo por la Bahía de Cádiz, con motivo del 75 Aniversario de la Motonave. De izquierda a derecha, Antonio Ojeda, Javier Ruibal, José María Morillo y Paco Cepero.

vaporcito_5Estamos convencidos que, cuando las líneas marítimas de pasajeros, numerosas y múltiples en sus recorridos, rápidas y con horarios amplios, frecuentes y flexibles, sean una constante en la Bahía, como lo son hoy los catamaranes puestos en marcha por el Consorcio nuestro Vapor Adriano III volverá a ser el buque insignia de la flotilla de barcos de pasajeros gaditanos, y de quienes nos visiten, pues el uso turístico es su mejor y más claro cometido de presente y futuro.

n1625546559_2789Tal dignidad no se alcanza de forma gratuita, pues son ya 80 años, desde que aquel lejano 1929, José Fernández Fernández, y sus cuatro hijos, llegasen a bordo del ‘Adriano I’ a aguas de nuestra bahía para cubrir el trayecto de El Puerto-Cádiz.

(En la imagen de la izquierda, logotipo del vapor, símbolo turístico de El Puerto, original de Frontera Publicidad, Año 1989).

Entendemos que el ‘Adriano III’ debe ser un museo vivo, es decir que navegue por las aguas de la Bahía.

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El Vapor pasando delante de las instalaciones del Club Náutico. (Foto A.B.R.).

Que siga transportando viajeros. Que siga siendo fletado para usos turísticos. Que continúe con su aprovechamiento para usos culturales. Que vuelvan a rodarse en él películas como ‘La Lola se va a los Puertos’ o ‘La Becerrada’ con aquel Fernán Gómez. Que sea nuestro transporte de lujo al alcance de la mano, del que podamos presumir a lo largo de este siglo XXI.

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Otros barcos, otras técnicas llegan. Entendemos que desde los cargos públicos, y aplicando la legislación que le corresponde al Adriano III como Bien de Interés Cultural (BIC), continúe sus singladuras con  la singularidad que le corresponde. Porque conjugando tradición y nuevas tecnologías, los ciudadanos de la Bahía de Cádiz podremos avanzar conservando lo que merece la pena, como legado para quienes nos sucedan habitando estos territorios trimilenarios.

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El Vapor por la Bahía, con veleros, grandes mercantes y buques de pasaje haciendo sonar la sirena al verlo pasar... (Foto: EMIJRP).

Y podemos terminar con este himno oficioso de El Puerto, dedicado al Vapor, compuesto por Paco Alba en 1965, para la comparsa 'Los Hombres del Mar'.

Viene a esta tierra un barquito
más típico no lo hay
más blanco ni más castizo
en "toito" el muelle de Cai.
Mire usted si ese barquito
tiene una gracia exquisita
que hasta dio su viajecito
la célebre Tía Norica.
Los barcos de vela
como palomitas cruzan por su vera
los grandes mercantes
suenan las sirenas al verlo pasar
Y es que ese barquito
es tan pinturero
que le dan besitos
las olas del mar.
Como ronea como presume
entre las aguas plateadas y azules.
Ay Vaporcito del Puerto
cuando en ti me embarco
cuando en ti navego
me contagia los recuerdos
de tus viejos sueños
sueños marineros.
Ay vaporcito del puerto
tu eres la alegría
tu eres la alegría
de ese muelle tan hermoso
con ese rumbo garboso
con que cruzas la bahía.

Comparsa: ‘Los Hombres del Mar· 1965.
Original de: Paco Alba.

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