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3.581. Diego Casares Vilches, S.J. Director fundador del Orfeón Portuense

Diego Casares Vílchez nació el 26 noviembre de 1930 en Dúrcal (Granada). Estuvo destinado en El Puerto de Santa María en la década de los ochenta del siglo pasado, donde creó el coro parroquial de San Francisco, así como el Orfeón Portuense y sus dos filiales, la Agrupación Coral Portuense y la Escolanía. Durante su etapa en nuestra Ciudad dejó su impronta en un buen número de porteños que pasaron por alguna de estas corales de las que fue fundador y que, a día de hoy siguen en activo; el Orfeón Portuense continúa en la actualidad, así como el antiguo coro San Francisco, convertido en Agrupación Coral Portuense y el Jardín Menesteo, nacidas de la entidad matriz del Orfeón. Dirigió la entidad entre 1980 y 1989, fecha de su traslado a Granada, y posteriormente en aquella provincia colaboró con varias corales en su pueblo, Dúrcal, así como en Padul y Ogíjares y, con anterioridad, en Úbeda.1930
El año de su nacimiento, se produce relevo de alcaldes, siendo elegido el 26 de febrero José Luis de la Cuesta Aldaz y el 18 de marzo, Eduardo Ruiz Golluri. En el censo de 1930 la Ciudad tenía 19.714 habitantes de hecho 19.847 habitantes de derecho y 4.468 hogares. Alfonso XIII visitaba las cuevas cantera de la Sierra de San Cristóbal.

 

| Castillo de San Marcos. Óleo de Villaamil. Museo del Prado (Madrid).

El Castillo de San Marcos era declarado Monumento Nacional. Se creaba el Instituto Colombino de El Puerto de Santa María. Rafael Alberti publicaba su libro de poesías 'Sermones y Moradas'. Ese año se casaba con María Teresa León. El 6 de junio se desborda el río Guadalete por el temporal de lluvias, arrastrando millares de haces de trigo y cebada y muchos animales muertos. El restaurador Juan José Botaro Palmer daba a conocer ese año la autoría, por parte de Juan de Mesa, de la imagen del San Francisco Javier, custodiada en la iglesia de San Francisco. Se fundaba la Hermandad de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Piedad.

Nacían también, José Luis Mediana Gutiérrez, 'Peligro', conocido dependiente de la tienda de la calle Cruces 'Casa del Curita’; Juan Carreto Aparicio, canónigo magistral que fue de la Colegial de Jerez y José Torres Higuera, carpintero de bodega.

| Antigua plaza de la Iglesia en Dúrcal, a la salida de misa.

La familia biológica
Los padres de nuestro protagonista eran Francisco Casares Padial y Ana Vílchez Jiménez, quienes contrajeron matrimonio en la parroquia de Dúrcal (Granada) en enero de 1920. Tuvieron nueve hijos, Pepe, Paco, Lorenzo, Carmen, Ana que falleció a los pocos meses, Josefa, Diego, Angustias y Manolo, aunque este último no pudo conocer a su padre, al fallecer éste antes de su alumbramiento, viviendo esa orfandad a partir de agosto de 1933. De ellos fueron cinco religiosos, los mas pequeños; los tres mayores se casaron, aunque Pepe estuvo en el Noviciado en Úbeda, pero la guerra acabó con la vocación y se casó, al igual que sus hermanos Paco y Lorenzo.

El padre de Diego Casares procedía del cortijo de Los Casares en la Junta de los Ríos granadina, en la Solana de Vélez donde se crió, y marchó a Dúrcal para hacerse cargo de una herencia: una casa con huerto y tierras en el término municipal de la población granadí, donde se incluía una finca en la Sierra, al limite con una tierra de los Vílchez, donde se conocieron los padres de nuestro protagonista. Ana Vílchez quedó viuda con ocho hijos a los que sacó ella adelante, negándose a separar a los hermanos.

| La familia Casares Vílchez: de izquierda a derecha, y de arriba abajo, Diego; Carmen, Josefa y Angustias, Hermanas de la Caridad; Pepe, Manolo, Lorenzo, Ana la madre y Paco.

Diego fue el primero de los vástagos en comenzar una vida religiosa. Su tío Diego, que fue Carmelita y también se salió tras la Guerra Civil, le dijo a su madre que era una pena desperdiciar aquel talento y en 1947 le pusieron a estudiar en el Instituto P. Suárez en Granada. Al año siguiente ingresó en el Seminario de Granada, que estaba dirigido por los jesuitas, donde al año siguiente, en 1949 ingresaría el menor de sus hermanos, Manolo, en 1949, estudiando juntos Filosofía en Madrid y Alcalá y, mientras Diego se hizo Hermano Jesuíta, Manolo se ordenaría sacerdote.

El Orfeón Portuense se fundó el 15 de Enero de 1980 realizando ininterrumpidamente desde entonces, una labor de promoción de la cultura y de la música bastante reconocida, creando su propia Escolanía con niños de hasta 14 años. Organiza cursos de dirección coral y técnica vocal, así como conciertos y encuentros corales, siendo miembro fundador en activo de la federación Provincial de Corales en la provincia de Cádiz y de la Confederación de Coros de Andalucía, así mismo pertenece a la Confederación Nacional de Coros.

| La foto está tomada en la Puerta del Sol de la Iglesia Mayor Prioral en 1981. De izquierda a derecha y de arriba abajo, primera fila: Pablo, Eduardo Cotro (primo de Loly Py), Manolo Sánchez y Sánchez (Zutanito), José Mª Amosa Muriel, Enrique Obregón, Antonio Muñoz, José Luis Corbacho, Isidro Obregón, Manuel de la Torre. Segunda fila: Juan Ramón, Manolo Albert,  Pepe Romero García (paisano del director Casares y fichado por éste),  Jorge Ostenero Rivas Jesús González (conquense destinado en El Puerto como funcionario del penal, si mal no recuerdo), José Manuel Dandy, Manolín Sánchez, Juan Cárave, Valerio Marín, Miguel Arniz, Ángel Menacho, FSC. (O sea, de La Salle). Tercera Fila: Manuel Jesús de la Torre, Carmina Cerdá, Herminia Lozano, Matilde Cossi, Hermana Emilia (religiosa Carmelita), Faly, Mª Luisa Cerdá, Fátima Moreno, Lely de la Torre. Cuarta Fila: Margarita de la Torre, Inmaculada Sánchez (hija de Manolín Sánchez), Gloria Calatayud (hija de Gabriel Calatayud), Loly Py (mujer de Paco Äspera), Leticia Español, Rosita Gallego, Mónica Español, Diego Casares (Director), Mati Vírseda, Antonia Poley (mujer de G. Calatayud), Asunti Poullet, Celia (profesora San Agustín), Nieves Vírseda.

Con un repertorio amplio y diverso, abarcando toda clase de música coral, el Orfeón Portuense ha realizado trabajos discográficos y grabaciones para radio y televisión, habiendo alcanzado un promedio de 30 actuaciones por año, habiendo recorrido gran parte de la geografía española y algunos países de Europa: Portugal, Francia, Bélgica, Alemania y Polonia. Diego Casares dirigió el Orfeón Portuense entre 1980 y 1989, fecha de su traslado a Granada, siendo sustituido por Antonio Muñoz Cuenca, que ejerció dicha responsabilidad entre los años 1989 y 2000.

| Escolanía del Orfeón Portuense.

El sacerdote Pablo Ruiz Lozano, S.J. se refería a él en los siguientes términos: “Para Diego, la familia siempre fue algo fundamental en su vida. Desde que ha vivido en Granada, en los últimos años, acudía a su pueblo los fines de semana para verse con ellos. Durante un tiempo, mientras las fuerzas se lo permitieron, esos fines de semana le sirvieron, además, para seguir cultivando su amor a la música con la coral de la Parroquia de su pueblo. Ese afecto por su familia, se manifestaba con esa expresión tan andaluza, que a muchos nos hacía gracia cuando se refería a su hermano Manolo [el misionero], 'mi Manolo', con el que mantuvo siempre una relación especial de cercanía y, por su parte, de sincera admiración hacia su hermano, con el que compartía vocación e intimidad, aunque sólo se hablaban cuando Manolo venía del Paraguay o, en los últimos años, cuando conversaban aprovechando los medios tecnológicos, con los que se atrevía.

El Ordenador
El ordenador ha sido en estos últimos tiempos su ventana al mundo, a través de él podía hablar con su hermano o con sus sobrinos. Y con él recuperó el contacto con mucha gente de su etapa más activa. Él vivía el ordenador y el correo electrónico como una oportunidad apostólica, si bien era frecuente que fuera reclamando ayuda, porque muchas veces se liaba con las nuevas tecnologías, que pese a suponerle un gran esfuerzo para dominarlas, nunca se echó para atrás con ellas.

La Compañía de Jesús
La Compañía de Jesús ha sido para Diego otro gran amor, pero también causa del mucho sufrimiento que él tuvo en la vida. Diego entró pensando que se ordenaría y que su vida como jesuita se iba a desarrollar como sacerdote, pero algunos trastornos psicológicos, en especial de joven, hicieron que su vocación se desarrollara como hermano. Los que le conocieron bien, saben que tanto su debilidad psicológica como estas circunstancias le hicieron sufrir. Quizás ello hacía que a veces en el trato fuera brusco en sus respuestas, en especial si alguien trataba de comentarle algo con lo que él no estaba de acuerdo. Era como si siempre tuviera la necesidad de estar protegiéndose. Él se daba cuenta de esto y sufría por ello. Pero en lo más profundo de su corazón había verdadera estima hacia sus compañeros y tenía una oración por ellos, además de su preocupación, aunque no siempre supiera demostrarlo.

Ese amor a la Compañía y a su vocación, la mostró en los últimos años con su fidelidad al trabajo en la Biblioteca de Teología de Granada. A pesar de que muchas veces se sentía sin fuerza y cansado, rara vez fallaba y, aunque fuera un par de horas, allí estaba con humildad haciendo el trabajo que los respectivos encargados de la Biblioteca le pedían. Seguro que Fonfo Camacho puede dar buena cuenta del servicio que hizo hasta el final.

La música
La música fue lo que más alegrías dio a Diego. En Úbeda, en los años setenta, ya colaboró en el coro de la ciudad. Pero es en El Puerto de Santa María donde funda la Coral Portuense, una escolanía y una coral juvenil, en las que va a desarrollar con gusto todas sus dotes musicales y su capacidad para dirigir estos grupos. Allí hará buenos amigos, que siempre le han mostrado su agradecimiento por lo que hizo y por la huella que dejó en ellos. Algo que a él no dejaba de sorprenderle. Al venirse a Granada, siguió con esta labor musical fundando y colaborando con varias corales en su pueblo, Dúrcal, como también en Padul y Ogíjares. El testimonio de su presencia y su canto en la Eucaristía del funeral, fue un precioso regalo que Diego seguro ha agradecido.

En los últimos años, en la imagen superior, Diego padecía de insomnio y pasaba muchas horas sin dormir. En ese tiempo, aprovechaba para ponerse en manos de Dios, aceptando con paz que la muerte podía estar cercana y le pedía a Dios que cuando Él quisiera se lo llevara, que él ya estaba preparado”. Fallecía a los 86 años en el hospital 'El Ángel' de la ciudad de Málaga, el 11 de agosto de 2017.

2 comentarios en “3.581. Diego Casares Vilches, S.J. Director fundador del Orfeón Portuense

  1. JOSE MARIA B.U.

    Conocí al Hermano Vilches en los primeros años 70 (71 a 73) en Sevilla, en el Colegio Portaceli donde impartía Filosofía en 6º curso, con gran amenidad y espìritu abierto. Conmigo se portó maravillosamente, era una persona muy comprensiva y agradable. Luego no supe de él hasta que en los años 2000-06, en que visitaba periódicamente a una persona muy querida, ya fallecida, en la residencia Sacerdotal de la Facultad de Teología de Granada, supe que era el Bibliotecario, pero no conseguí verlo en ningna de ellas.
    Siempre me extrañó que una persona de sus cualidades y méritos no hubiese accedido al Orden Sacerdotal; ignoraba las causas que este precioso artículo me aclara.
    D.E.P.

  2. Manuel Albert Gálvez

    Una vez que dejé el Orfeón (por motivos familiares), me encontré con él en la calle San Francisco cerca de la Pz. Ave María, y nunca olvidaré unas palabras que pronunció, creo quehonestamente, me dijo: "Manolo, eres el mejor amigo que tengo en el Puerto". Me dejó sin palabras, ya que él tenía infinidad de personas que le conocían.
    Manolo Albert.

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