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(continuación).

Existen numerosos ejemplos de Vía–Crucis que se extendió por los diferentes pueblos y ciudades dada la dificultad de visitar los lugares pasionales en Tierra Santa, tiene ejemplos destacables en el siglo XVIII, citaremos el de Umbrete, el del Monasterio de la Encarnación de Osuna, el del convento sevillano de Santa Rosalía o los del Hospital de Mujeres gaditano.

DETERIORO.
El valor de las piezas del patio trasero de la Prioral es innegable, dada la escasez existente en la actualidad, si bien el deterioro que han sufrido es patente. Un estudio de las piezas nos permite contemplar como la ignorancia y el fundamentalismo pueden llegar a destruir una obra de arte, pues tanto las caras como en ocasiones los cuerpos completos de las figuras de sayones, judíos y romanos han sido literalmente picadas en los distintos retablos cerámicos que hemos tenido el privilegio de contemplar. Hay una pieza que se encuentra en estado aceptable y otras dos que aunque con desperfectos nos permiten hacernos una idea de lo que tuvo que ser el Vía Crucis en origen.

Las composiciones son sencillas, presentando los elementos necesarios para entender cada escena. Este conjunto de retablos del siglo XVIII, en su mayoría deteriorados, conforma la serie de piezas cerámicas más antiguas ubicadas en la actualidad en la ciudad. ??Representa los esquemas clásicos y habituales de los Vía Crucis de la época, desarrollando la misma hechura en las piezas, aunque elaborando en ocasiones algo más los dibujos, lo que revela la mano de un artista conocedor del género y que sin llegar a ser de una gran categoría, si es de mayor realce que otros que ejecutaban piezas cerámicas en la época que nos ocupa.

Habiéndose ya localizado las piezas en el interior de dependencias anexas al patio, hemos podido verificar que no se corresponde con el modelo de Jerusalén al tratar el primero de los retablos analizados el episodio de la flagelación en vez del de la Sentencia de Cristo.

Pero volvamos con las Estaciones de Penitencia.

El cuarto azulejo está también partido.

8ª ESTACIÓN: ENCUENTRO DE JESÚS CON LAS SANTAS MUJERES.
La pieza muestra los azulejos de la parte derecha con desperfectos, incluso el cuarto está roto en varias partes. A pesar de todo no es de las piezas más dañadas pues deja ver el rostro de las figuras secundarias, en este caso dos de las santas mujeres. Representa el pasaje bíblico del evangelio en el que Jesús se encuentra con las mujeres y les habla. ?Este pasaje está incluido en el Vía Crucis de Jerusalén.

Incluso las manos del Cristo han sido picadas en esta escena pasional.

9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.
El retablo muestra evidentes daños, las dos figuras secundarias han sido prácticamente borradas de él y los desperfectos son evidentes incluso en el cuerpo del mismo Cristo. Conjuntamente con las estaciones 1,2, 10 y 14 pertenece al grupo de las más maltratadas.
Este pasaje está incluido en el Vía Crucis de Jerusalén.

Las figuras que desnudan a Cristo han sido literalmente borradas.

10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
En esta pieza los daños, realizados sobre las figuras secundarias han llegado a alcanzar incluso a la cara de Jesús.

La estación presenta daños hasta en el rompimiento de Gloria.

11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO.
Varias roturas en las piezas, la cara de Longinos ha sido borrada al igual que el soldado encargado de clavar en la cruz a Cristo y hay golpes en los azulejos, de todas formas se deja ver una composición típica de las estaciones de Vía crucis de la época que reflejan este pasaje, incluyendo la cesta con los instrumentos de la pasión y el pequeño montículo desde el que la Virgen acompañada de san Juan contempla la escena, estas dos últimas figuras pudieran ser de una mano distinta a la que ejecutase el resto.
Las piezas 12,13 y 14 que indicamos a continuación se encuentran en dependencias no accesibles actualmente y solo ha sido posible su catalogación gracias a la gentileza de las cofradías de la Misericordia y de la Oración en el Huerto, cofradías portuenses que guardan sus enseres en estas dependencias.

En esta estación ha sido borrada la cara de Gestas el mal ladrón.

12ª ESTACIÓN: JESÚS EXPIRA EN LA CRUZ.
Al encontrarse en el interior del almacén de la cofradía de la Oración en el Huerto se ha preservado de posibles deterioros, amén de haber sido cuidada por dicha hermandad.

Solo presenta un desperfecto en la cara del mal ladrón que ha sido borrada de la cerámica. Este retablo carece de gloria, al igual que las piezas 12 y 13.

La estación trece conjuntamente con la doce y la cuatro son las mejor conservadas.

13ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ.
Conjuntamente con la pieza cerámica correspondiente a la cuarta estación es la que presenta menos desperfectos, estando prácticamente en buen estado salvo una lasca que ha saltado del azulejo número 6.
Al encontrarse en el interior del almacén de la cofradía de la Oración en el Huerto se ha preservado de posibles deterioros, amén de haber sido cuidada por dicha hermandad. Carece de gloria al igual que las piezas 11 y 14.

La estación más deteriorada conjuntamente con la primera es la catorce.

14ª ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO.
La pieza ha sido localizada en el interior del almacén de la cofradía de la Misericordia. Está severamente dañada, presentando pérdida tanto de esmalte como incluso de parte del bizcocho de algunos azulejos. Es la pieza peor conservada, presentando serios desperfectos en todas sus piezas.
Observamos rompimiento de Gloria en las piezas cerámicas comprendidas de la 1 a la 11 figurando la numeración de la estación a la derecha del espectador en las identificadas como estaciones 1, 3, 4, 5, 6, 11 y 13 (azulejo 2), mientras que las demás están numeradas a la izquierda (azulejo 1).
Se observa el empleo en primer plano de piedras y flores en todas las estaciones, que generalmente, salvo en el caso de las piezas 1 y 7 presentan solo los elementos o imágenes imprescindibles para entender la escena, procurando obviar cualquier otra cosa que pueda distraer la atención del espectador, pues este debe concentrarse en la contemplación de las escenas pasionistas. (Texto y fotografías: Alfredo García Portillo).

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