Después de [siete] años volvemos la cara y el espectáculo del Vapor, que no Vaporcito --dejemos esa denominación para las coplas de Paco Alba-- es realmente lamentable y sobre todo muy poco edificante para la imagen de nuestro pueblo. En aquel aniversario, y a petición de mi periódico escribí un largo artículo de cuatro páginas con entrevista incluida a su propietario y algunas declaraciones de los políticos de aquella época. | Foto: Teo Cardoso Alcántara.
El Vapor que nunca fue a vapor El motor diesel que impulsaba al Adriano III.
Si al Adriano III le quedaba alguna esperanza de vida, esta se esfumó cuando el grupo de Chipiona que estaba detrás de la recuperación y nuevo look de nuestro Vapor se retiró y con él su aportación dineraria que iba a permitir no la renovación del barco, ya que lo único que iba a conservar del Adriano era su potente casco de madera, lo demás nada tenía que ver con lo que fue el vapor.
La pregunta que hay que responder, y que en mi opinión constituye la clave de todo este lamentable proceso, es ¿cómo llegaron y porqué se retiro el grupo de Chipiona del Adriano III?. Hay muchas teorías, algunas muy bien asentadas y con argumentos sólidos, y otras menos acertadas.
Lo que sí hay que dejar claro es que si el grupo inversor hubiera llevado a buen puerto la remodelación del Adriano III, este hubiera abandonado las aguas portuenses para asentarse en las de Chipiona o quizás en Sanlúcar, donde el incremento de las visitas al Coto de Doñana apuntan al alza y faltan recursos. Yo llego hasta aquí. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Y para que todos lo tengamos claro el Adriano III no volverá a navegar nunca más, su restauración para exponerlo en una rotonda es prácticamente imposible y en caso de poder acometerla, sus costes imposibles de asumir por una institución, ya sea pública en forma de ayuntamiento o privada en forma de Fundación.
Urge darle un descanso digno a un barco que fue santo y seña de una Ciudad, de una bahía y de una provincia. Como está en la actualidad es indigno y alguien tiene que afrontar la realidad por mucho que cueste, tanto a nivel popular como político.
Señores con la flema que siempre ha caracterizado a los británicos, "el Rey ha muerto, viva el Rey", pues aquí habría que escuchar, señoras y señores "el Vapor ha muerto, viva el Vapor", pero el problema esta en quien le pone el collar al gato. |
Texto Nicolás Terry Martínez. Publicado en Diario de Cádiz el 1 de septiembre de 2017. | Fotografías: Teo Cardoso Alcántara.
Otra cosa que me acabo de enterar, es que están cogiendo trozos de maderas, cuadernas, y otras partes del Vapor como recuerdo. Cualquier día se puede derrumbar parte del barco sobre estos inconscientes jovenzuelos que presumen de "su hazaña".
Y sí a todo lo que describe Teresa Almendros, con claridad meridiana, se le añade que esa madera podrida, una vez desenganchada de los restos del Vapor, al precipitarse hacia el río puede poner en peligro a los barcos pesqueros que por la noche entran y salen de la lonja de pescado, son razones más que suficientes para que actúe de una vez por todas el Ayuntamiento. Por cierto, a ver si ahora, con el cambio en la presidencia del ente portuario y gobierno porteño, se puede contar con un representante local en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria.
Estos últimos días, a cuenta del cambio de presidencia al frente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, ha vuelto a primera línea de la actualidad el Vapor Adriano III. Han pasado ya casi ocho años desde el fatídico hundimiento de la emblemática nave frente al muelle de Cádiz y visto lo que ha sucedido desde entonces, yo diría que ya es hora de pasar página.
Tras los primeros golpes de pecho y planes infalibles para rescatar la motonave, lo cierto es que el paso del tiempo ha terminado por dejar claro que una reparación del barco es ya del todo imposible. Sin motor, con la madera absolutamente podrida y un aspecto cada día más desolador, me resulta del todo increíble ver cómo nadie hace nada para evitar esa lamentable imagen a todo el que pasa por el antiguo varadero, tanto desde el río como desde la avenida de la Bajamar.
Yo no nací en El Puerto pero me siento tan portuense como la que más. No en vano soy portuense por decisión propia, porque he elegido vivir aquí y aquí he vivido algunos de los acontecimientos más importantes de mi existencia.
A mí, como portuense, me duele en el alma ver el estado de ese barco con su dignidad cada día más arrastrada por los suelos. Es una triste metáfora del deterioro que sufre la ciudad y desde luego no es el aliciente ideal para que El Puerto recupere su orgullo perdido.
Yo no sé de quién es la culpa de que el célebre Vapor lleve años exhibiendo su cadáver a propios y extraños. No sé si es culpa del armador, que no ha cumplido con su objetivo de restaurarlo y volver a ponerlo en marcha; no sé si es culpa de las instituciones públicas, que no han facilitado tampoco la tarea, quizás por los excesivos condicionantes derivados de la declaración del barco como Bien de Interés Cultural. Lo único que sé es que si de mi dependiera, ese barco no estaría hoy en ese estado y a la vista de todos junto al río Guadalete.
Debemos asumir de una vez por todas que el Vapor no tiene reparación posible, que hoy por hoy la misión que tuvo antaño como medio de transporte entre El Puerto y Cádiz está más que cubierta con los catamaranes, y que si por romanticismo se quiere construir un cuarto Adriano, deberá hacerse desde la iniciativa privada. Seguir mareando la perdiz es perder el tiempo y el del Adriano III, por desgracia, se ha terminado.
Teresa Almendros. Diario de Cádiz. 1 marzo 2019
Habida cuenta de la exposición diaria y la situación en la que se encuentra los restos del Vapor, resulta inexplicable que la ciudadanía portuense no se retuerza por dentro y muestre a las instituciones responsables toda la rabia que llevan acumulada en su interior por cómo durante estos últimos años se están maltratando a un símbolo que tanto ha significado en la Bahía de Cádiz Y, por lo que he leído, corre el riesgo de que en cualquier momento cualquier madero desprendido de los restos del Vapor puede originar daños irreparables a barcos y, lo más grave, desgracias en el río Guadalete. ¡Es lo que le faltaba!
De continuar por esos derroteros se vislumbra que las aguas del Guadalete se va a tragar los último despojos de un Bien de Interés Cultural desde 2001. Lo más grave es que en cualquier momento los desechos del Vapor por el río pueden originar una avería o algo que podemos lamentar en los barcos y tripulantes que entran y salen por la noche para vender el pescado en la lonja. De cualquier manera, es vergonzoso que tanto la Autoridad Portuaria como el Ayuntamiento porteño mantengan a la vista de todos los restos del Vapor.
Buenas tardes.
¿Como podría contratar con Manolo Ramos?
Cuatro preguntas se hacía Nicolás Terry hace un año....
1. ¿Cómo contactó Manuel Ramos actual y único propietario del Vapor desde que se sacó del agua, con el grupo de inversores de Chipiona que se iban a hacer cargo de la restauración de la motonave?.
2. ¿Por qué no prosperó esta inversión presentada por Manolo Ramos y los chipioneros a bombo y platillo?
3. Clave importante: En varias ocasiones Manolo Ramos me comentó que el no disponía de los fondos suficientes para reparar el Vapor y ponerlo de nuevo en servicio.
4. ¿Entonces por que Manolo se quedó con el Vapor?
Buenos días, llevo tiempo intentando que alguien me escuche, me gustaría escanear el barco, esto se haría gratuitamente, y podría obtener una nube de puntos 3D que permitiría reproducirlo en un futuro cuando se cuente con el dinero suficiente para repararlo en la medida de lo posible o hacer una réplica exacta.