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Historias de Danielón (VI). Así empezaban nuestros veranos en los 70 #5.146

| Texto: Daniel Marín Gálvez.

Sin banderas azules, sin torretas ni equipo de salvamento, sin equipo de limpieza ni seguridad. Ni falta que nos hacía,  con perros y niños jugando juntos. Sin botiquines. Con hogueras chamizos y casetas de campaña. Barbacoas compartidas y repartos de tareas de limpieza diaria: “—Quillo, Joselito ¿quedamos mañana pa montar el chamizo en la muralla? “--Venga, pero tempranito que después hace mucho calor”. “--Vale sobre las 10 te recojo en tu casa”.

A las 10 en punto ya estaba yo en casa de José con la Mobilette Cady pero, en vez de tirar para la playa, “--Vamos a pasar por La Colmena por media botella”. “—Venga”, dijo mi compare enseñándome el serrucho de mano que había bajado para cortar las cañas y un royo de tanza de la gorda. “—Jose, ¿nos tomamos media aquí, que es muy temprano?” “--Lo que tu diga compare”. Acabado de abrir, aún estaba Aparicio echando el serrín en el suelo. ‘El Chulo’ ya estaba partiendo ostiones; ‘el Málaga’ con su puesto de lechugas y ‘el Paqui’ con una caja de caballas. Ya estaba el mercado abierto. Enfrente, Luis, en la caseta tenía puesta la olla de caracoles gordos; Manue de la Rosa y Dionisio Crespo Rosa, con pinta de no haber dormido en toda la noche, aún estaban de juerga y se les agregaron ‘el Chato’, ‘el Juanillo Serota’ y ‘el Pichita’ que venían del rio de mariscar almejas con el torno.

La Colmena ya estaba a tope: ‘el Cuellar’, ‘el Panarria’, ‘el Cai y los asiduos clientes como ‘el Manue escayolista’, ‘el Torero’, etc . Nos jincamo la media, pero para no irnos cojos, nos tomamos otra en la caseta de Luis. Aquello se estaba ambientando: un pique de fandangos entre ‘el Chato’ y Manuel de la Rosa fue el detonante. Los hermanos infinidades (Paco Hernández), ‘el Loco la Ribera’ Pablo y Juan Pedro … Empezaron a rular los petardos y como en la peli: el chamizo puede esperar.

Las 2 de la tarde. Gabriel y Luis Simeón, Diego Gálvez, ‘el Monga’. “—Ofú, esto ya no para, vámonos José, quillo, que si no no hacemos nada”.  “—Vale, compare, pero yo llevo la moto”. Por fin pudimos salir de allí. Hay que ver lo difícil que es. “—“—Quillo, vamos a parar en la Venta Las Palmeras a comernos una tortilla y después cortamos las cañas a la fresquita?” “—Vale, lo que tu digas”.

Creo que la idea fue a peor. No veas la que tenían liada los más jóvenes, nuestro relevo natural: Antonio Orillo, Carlos Pérez Cuevas, Isabel Sánchez Rodríguez, la chica Milagri Quiles, Lolin Huevo, Macarena Rodríguez, su hermana Milagri, etc… “--José, Daniel, unirse a la juerga y comer con nosotros en las mesas”.

Mucha cerveza, conejo en salsa, las famosas tortillas de Juan y pollo de campo. Estos eran más Chichos que Chunguitos. Y Manzanita. Ya a la fresquita, pudimos salir de allí. “—Niños, muchas gracias por todo, vamos a montar el chiringuito en la Muralla, ya sabes tened cuidado y portarse bien”. Cuando por fin llegamos al cañaveral junto a La Chocita, Jóse cortaba las cañas y yo hacia los haces en un par de horas y con la puesta de sol. Desde allí arriba son maravillosas. Cogimos los haces y fuimos a tirarlos desde arriba hacia la playa.

Al asomarme vi como ya estaba montados el Miki y la Pepi con sus tiendas. El toldo militar de ‘el Azukiki’ y Lolo la Cruz. Un poco más alejada, otra tienda creo que era la de Juan ‘el Largo’. Y la tienda inconfundible de los del barrio San Juan: Paco del Huerto, Eduardo, ‘el Cohete’, ‘la Momi’ y por allí pasaría Manolo Paz Muñoz, Beato, ‘el Gordito Redero’, etc.

Más pegado a las Murallas, en un corro con guitarras y timbales: Kiko, Marvo Iñaki y Manolo, los de Imán, asiduos a la puesta de sol. Enseguida se acercó ‘el Azukiki’ y Miki a echar una mano. Mientras que montábamos, la Pepi encendió la barbacoa y Lolo se fue a recoger el palangre y Paco Pino por ostiones.

“--¿El de allá abajo es Juani ‘el Largo?”. “—Si, dijo Miki. Llegó hace tres días, viene con un francés. Pero se fueron ayer a Ceuta, aún no han vuelto. Y tú vienes más tarde”. “—Vengo de Ibiza, por eso te pregunto. Salí con Juan ‘el Largo, pero en el Catalán [tren que hacía el trayecto entre Sevilla y Barcelona y tardaba día y medio o dos], que íbamos para Valencia para coger el barco. Conoció a unos temporeros que iban a trabajar en el campo a Francia y se fue con ellos”.

Terminamos con el chozo y con una piriñaca que hizo la Pepi, los ostiones, unas mojarras de palangre, nos sentamos alrededor de la hoguera, con una musiquita de fondo de Simon & Garfunkel, se nos hizo de noche, pasándonos la pipa de papel de plata.

 

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