Espontáneos en la recogida del Nazareno
| Texto: J.M. Morillo-León | Fotos: Manuel Acosta Camacho.
Sobre las 11 de la mañana estaba prevista el inicio de la recogida de la Hermandad del Nazareno, cuando hacía su recorrido procesional de madrugada. Era una noche en la que muchos, más allá del espíritu religioso, se refugiaban en las bebidas espirituosas. Y claro, esto daba de si escaladas de ignorantes e indocumentados sobre la maltrecha fachada del templo lo que producía un deterioro, mayor aún, de la Puerta del Sol de la actual Basílica Prioral de los Milagros, del siglo XVI. Hasta tuvieron que intervenir los bomberos para bajar al escapista --actitud de quien se evade o huye mentalmente de la realidad-- de la portada del edificio.
Los precursores: los escaladores de la Plaza de Toros.
Así, llego a hacerse costumbre subirse al primer cuerpo del retablo, desde donde varios de estos incultos trepadores se apoyaban en el basamento de las columnas adosadas, haciendo de las suyas. Buscaban así una vista privilegiada de la plaza de España, con la llegada de la hermandad de la madrugada.
El desalmado escalador, se subió al segundo cuerpo del retablo de la portada, sentándose delante de la hornacina de San Pablo, donde tenía unas vistas excepcionales, sin ser consciente del daño causado al patrimonio portuense de siglos. Hubo que desplegar la escalera del Consorcio Provincial Contra Incendios para bajarlo de su atalaya.
En Andalucía, la Fiscalía Superior emitió un decreto de fecha 26 de diciembre de 2009 relativo a la erradicación de infracciones vinculadas al patrimonio histórico, particularmente en daños producidos sobre monumentos o edificaciones que hubieran sido declarados BIC, es decir Bien de Interés Cultural (la Basílica Menor lo es desde 1982) o que merecieran tal grado de protección.