José María Cruz García, ‘el Chico’, escribió en abril de 1993, además de los recuerdos de su infancia, los tristes memorias del inicio de la Guerra Civil, vividos por un adolescente con apenas 12 años.
Nacido el 1 de mayo de 1924, ‘El Chico’, que falleció el pasado 27 de enero de 2010, estuvo casado con María Aurora de los Milagros Vélez Hidalgo, con la que tuvo seis hijos: José María, Manolo, Gregorio, Milagros, Mercedes y Francisco. Hizo el servicio militar en Sidi Ifni (Marruecos español). Estuvo emigrado en Alemania. Trabajó toda su vida con maquinaria pesada, iniciándose en la construcción de la Base Naval de Rota. Trabajaría en la construcción de carreteras y autopistas por toda España con Dragados y Construcciones, así como en obras de pantanos en Cáceres y Badajoz. Cuando se jubiló estaba de capataz en las tristemente célebres Minas de Aznalcollar. Trajo a El Puerto la delegación de la Compañía de Seguros Norte Hispana, consiguiendo, gracias a la importante cartera de clientes que creó, abrir oficina en nuestra Ciudad.
Rodeado de hijos y nietos, en uno de sus úlitmos cumpleaños, en el año 2006
Este es su relato realizado durante un curso impartido en el Hogar del Pensionista. La transcripción del mismo es de Manuel Paz Muñoz.
LA CASA DONDE NACÍ.
«Yo, José María Cruz García, nací en El Puerto de Santa María el 1 de Mayo de 1924, en la calle Santo Domingo, casa núm.3, segundo piso. Allí vivía mi abuela Dolores, con su hijo José que era viudo y su hija Lola, hermana de Jochele. Al quedarse viudo mi tío se fue a vivir con su tía Ana. En éste piso también vivía mi tío Manolo Silva y mi tía María que estaban solteros. Mis padres y yo teníamos dos habitaciones en éste piso que era muy grande, dos dormitorios, que daban a la calle Santo Domingo, y otra habitación interior con una ventana que daba al Horno de Rascón, En la actualidad (1993) es un despacho de electrodomésticos. Este piso tenía una especie de sala o recibidor, un comedor y la cocina que era inmensa de grande; no tenía cuarto de baño como hoy, sólo un retrete; tampoco luz eléctrica. Estamos hablando de los años 1928 o 29, que son lo más lejano de mis recuerdos de infancia que puedo recordar, de niño, con cinco o seis años. De quien no tengo recuerdos es de mi padre en mi casa, sólo se que mi madre se separó de él. A mi me dijeron, un poco más mayor, que mi padre desatendió sus obligaciones como padre y esposo de mi madre.
EL TRABAJO, LAS CALLES.
Recuerdo algo de la Fábrica de Conservas Sur que estaba en la Calle Comedias, donde trabajaban mi madre, mis tías, mi prima Lola y mi tío José, así como Manolo Silva, que lo hacía en el denominado Molino, donde fabricaban los envases de lata para las conservas. Éramos pobres, pero trabajadores, y gracias a ello teníamos para vivir humildemente. Por esos tiempos no había lujos como ahora. La mayoría de las casas eran de vecinos sin agua corriente ni luz eléctrica; un retrete comunitario es decir para todos los que allí vivían. Con esto quiero decir que nosotros teníamos un piso para la familia y vivíamos mejor que mucha gente. Recuerdo que, al caer la noche, por la calle no se veía ni un alma. Tampoco el alumbrado de las calles invitaba a pasear de noche. Nada más había un cine: el del Teatro Principal; y tampoco todo el mundo tenía para sacar la entrada. Esos tiempos eran malos.
Milagros García, madre de nuestro protagonista y su abuela, Dolores.
EL INGLÉS McKINLEY.
Cuando tenía edad escolar, con seis o siete años, estaba en la Escuela de Encarnación, en la calle Alquiladores. Era una mujer soltera que, no sé por que circunstancia, vivía con su hermano y dos hijos de éste --Mercedes y Eduardo--. Él trabajaba en casa de Don José de la Cuesta; era una especie de mayordomo y venía mucho a la escuela. También pasaba por allí un inglés grande y alto, que se llamaba Mckinley y cuando entraba en la escuela los niños echábamos a correr y a temblar porque, “si éramos malos” nos decían los mayores “llamarían a Mckinley, que era más grueso que el pan”. Y así las madres asustaban a los niños con el inglés. En la plaza del Castillo solíamos jugar los chiquillos, bien a la pelota o a la piola. Era el centro de reunión de los críos. Una plaza de terrizo con árboles los cuales nos servían de portería. Allí jugué hasta los trece o catorce años, hasta que empecé a trabajar.
LA FONDA DE LA ESPADA.
En la esquina de Santo Domingo con Larga se encontraba el almacén de ultramarinos de Manolito ‘el Loco’, que creo era pariente de mi padre porque, Joaquina , hermana de ‘el Loco’ siempre les decía a mi tía Pepa y a mi padre ‘primo’. Por las noches, mi tía María y mi prima Laja liaban el pimentón, el azúcar y la harina para los clientes de por la mañana ya que, entonces, no se vendían los productos envasados sino en papeles al peso. Donde actualmente está la cafetería Milord estaba la fonda de ‘La Espada’. Allí comí varias veces con mi padre cuando ya estaba separado. Por cierto, Matilde que era la hija, cocinaba un arroz con habichuelas riquísimo --todavía me acuerdo--. La cena valía un real. (Con su madre, Milagros García, en una fotografía de la época).
DIEGO NIÑO CON CHANCA.
De la calle Santo Domingo mi madre se fue a la calle Diego Niño esquina con Chanca que era de la familia del ‘Vivo’. Ya aquí vivíamos con Rafael, un hombre viudo que se junto con mi madre. Allí viví hasta el año 1934 en el que ella falleció en Cádiz en el Hospital de Mora. Recuerdo que bajé al sótano, donde se encontraba de cuerpo presente y me dijeron que tuvo problemas con una operación.
De verdad, en aquella época vivíamos muy bien. No tuve quejas de este hombre ya que conmigo se portó muy bien y con mi madre, también. Yo los veía felices, y eso a mi me daba alegría, a mi no me faltaba de nada estaba en un buen colegio. No nos faltaba la comida que, en esas fechas, estaba escasa. Se empezaron a ver los movimientos del Frente Popular, las huelgas, los despidos, … Cerraron la Fábrica de Conservas Sur donde trabajaba mucha gente y también la empresa que hacia los envases.
Con su primo 'Ochele' vestido con ropa del batallón infantil y José María, de marinero.
Al morir mi madre yo tenía 10 años. Entonces, mi abuela Dolores que vivía en la Calle Nevería, frente a Muebles Pedregal, me llevó con ella. Allí vivían su hijo José padre de Jochele, su hija Lola, mi tío Manolo Silva, que pertenecía al Sindicato comunista y que ‘a posteriori’ en el año 1936 en el que se declaró la Guerra Civil fue fusilado por los Falangistas. Al padre de mi tía se lo llevaron al Frente y ya no volvió. Su hija Milagritos no conoció a su padre: la crió mi tía Ana. La madre de Milagritos, que murió en 1941, a causa de una epidemia a causa de la cual murieron mucha gente, al faltar alimentos y medicinas. Y es que, durante tres años, los campos no produjeron nada: ni se sembró ni se trabajó en los campos. Fué una época de hambre y muertes.
José María Cruz, a la izquierda, de aprendiz en la Tonelería Lores.
APRENDIZ DE TONELERO.
Yo con doce años y no teniendo nada para subsistir, me puse a trabajar de tonelero, llevándole las duelas a los que labraban las maderas para las botas. Allí ganaba un real al día, es decir seis reales de lunes a sábado. Yo, que me críe como un niño bien para la época, me vi, de la noche a la mañana, al más bajo nivel. Todo lo que pasó era para olvidarlo.
Miembros de una Compañía del Tercio de Regulares.
EL GOLPE DE ESTADO EN EL PUERTO.
Una tarde, el 18 de Julio de 1936, se declaró la Guerra Civil. Franco dió un golpe de estado y se levantó contra el Gobierno de la República presidido por Don Manuel Azaña. Yo estaba en la plaza del Polvorista recogiendo agua en una tinaja en la fuente pública. Estaba en la esquina del Cuartel que se derrumbó para construir lo que hoy son pisos de empleados de Osborne. Allí cogíamos el agua para uso doméstico, ya que no todo el mundo tenía grifo en su casa, ni baño, ni muchas cosas que hoy tenemos. La vida era muy dura, en fin, como digo yo estaba en la fuente, y por el río entró un barco con una Compañía del Tercio de Regulares, quienes tomaron El Puerto en un periquete. No hubo nadie que le hiciera frente. Desembarcaron en el muelle del Vapor, cogieron la calle Luna arriba, calle Larga y plaza de Isaac Peral donde tomaron el Ayuntamiento. En los calabozos había gente detenida, de derechas, que fueron puestas en libertad.
Las tropas italianas, acuarteladas en la Plaza del Polvorista, recibiendo un homenaje en El Puerto. La instantánea el 1 de octubre de 1938 en la Plaza de Isaac Peral. (Foto: Sánchez Pérez).
LOS FUSILAMIENTOS.
Todos salieron armados con su correspondiente pistolas. Aquella misma noche empezaron a detener a todos los que pertenecían a algún partido de izquierdas y empezaron los fusilamientos. Era horrible. De noche se sentían los tiros de los que fusilaban en la tapia del Cementerio. ¿Por qué? Ellos no hicieron nada, solo tener unas ideas diferentes, es decir ser de izquierdas. Dieron instrucciones los sublevados a las órdenes de los franquistas de quitar de en medio a todos los socialistas, comunistas o republicanos.
Mi maestro, Don Ángel Madrigal también fue fusilado y casi todos los maestros nacionales: la mayoría pertenecían a la República. Como aquellas fechas eran muy malas, como ya digo, mi tío José el padre de Jochele ya no podía trabajar estaba enfermo de los pulmones, mi tía ya no tenía trabajo en la Fábrica de Conservas y mi tío Manolo también se quedó parado así que no podíamos pagar la casa y nos echaron a la calle.
PALIZAS Y FUSILAMIENTO DE MI TÍO.
Nos fuimos a una casa en las Siete Esquinas (en la imagen de la izquierda). Allí fue la catástrofe: murió mi tío José de una paliza que le dieron los falangistas para que dijera donde estaba escondido su hermano Manolo 'el Silva'. Y él de verdad que no lo sabía; eso no lo sabía nadie nada más que mi tía Ana que lo tenía en su casa detrás de un armario. Pero un día de los muchos que registraron la casa, se salió del escondite y se fue a la azotea donde un vecino simpatizante del régimen franquista lo vio subir las escaleras y se lo dijo a Zamacola que era el Jefe de la Falange.
Subieron a la azotea y vieron un cordel por donde se echó a la casa de junto y allí lo detuvieron. Le dieron una paliza brutal y de inmediato fue fusilado: el único pecado que cometió fue ser del Sindicato. (En la imagen de la izquierda, Manolo 'el Silva').
HAMBRE Y MISERIA.
Aquellos fueron unos años muy duros y más para los que olíamos a izquierdas. A mi, con doce años, cuando iba por la calle --aquellos que yo creí que eran mis amigos porque jugaban conmigo-- me llamaban 'rojo'. Pasamos mucha hambre y miseria, los muebles los quemamos para no pasar frío. No teníamos nada de nada, ni dinero ni comida.
En ése trágico verano del 36 estaba de vacaciones escolares. Mi maestro, D. Angel Madrigal, un buen hombre y mejor persona --yo lo apreciaba-- se esmeraba mucho con sus alumnos para que aprendieran, era muy cariñoso con todos, pero el Movimiento acabó con él y con todos los maestros que eran republicanos. Aquel gobierno fue resultante de una votación democrática y constitucional, pero los militares franquistas se alzaron en armas con los falangistas y declararon la guerra a la República: empezaron los fusilamientos, los Moros tomaron El Puerto y se hicieron dueños del Puerto. Entraron como Dios por su Casa no pegaron tiros ni nadie les hizo frente ni le pusieron resistencia, después fueron fusilados todo aquellos que eran de izquierdas o sindicalistas.
Los niños y los falangistas, en una festividad del Corpus Christi, en la Plaza de España.
EL PENAL DEL PUERTO.
El Penal del Puerto estaba lleno de presos políticos. Había hombres de todos los pueblos de la provincia y fuera de la provincia. De este Penal, por las noches, salían los camiones cargados de personas y bien eran fusilados o desaparecían sin saberse nada más de
ellos.
En el Penal del Puerto, todos obligados a levantar el brazo.
Hubo un hombre al que todas las noches lo nombraban y al rato de subirse en el camión lo volvían a bajar y le decían «--Tu te quedas para mañana, hoy a ti no te toca». Así varias veces hasta que Zamacola le dijo: «--Enrique, más vale que te vayas voluntario al frente porque tu propio hermano quiere fusilarte».
Mi pregunta es la siguiente: ¿que sangre tiene un hermano que por tener ideas diferentes quiera matar a su propio hermano? Este hombre se va a ‘Los Leones de Rota’ [centuria falangista a cuyo frente se encontraba Fernando Zamacola Abrisqueta, cantero bronquista de procedencia gallega, afincado en El Puerto, con antecedentes según la policía, de atracador por robo a mano armada, arrestado en El Puerto por borrachera, escándalo público y estafa, que dió bandazos entre la CNT y los partidos de la derecha y cuyo hermano Domingo ostentó la jefatura de la Falange en El Puerto, muriendo en el frente de batalla, según el historiador Fernando Romero] al frente y tuvo la fatalidad de caer prisionero de los rojos siendo llevado a un Campo de Concentración donde reconoce su tendencia de izquierda de la UGT, y se alista con el bando de Izquierda siendo ésta vez detenido por la Falange y llevado nuevamente a otro Campo de Trabajo Forzados estando el resto de la guerra trabajando de sol a sol hasta que finalizó ésta. (En la imagen, Fernando Zamacola, en un retrato realizado por Julio Pérez Palacios).
Cuando Franco venía al Puerto a visitar a la Viuda de Terry, éste al ser sindicalista era detenido o encerrado en su casa hasta que el dictador se iba de la localidad, por miedo a que Enrique lo matara o provocara algún tipo de movida dentro de la Bodega.
Otra visión del Penal del Puerto antiguo: Eucaliptos y edificiaciones delante del Monasterio de la Victoria, donde vivían los funcionarios de prisiones, hoy desaparecidas en la explanada de la Estación de Renfe.
Del Penal del Puerto se escribe poco y fueron muchos los que no se saben donde están y a algún sitio fueron a parar sin juzgar, sin juicio ni abogado que los defendiera. Pienso que fueron fusilados y exterminados así porque sí, porque eran de Izquierdas. Franco se sublevó contra la República: un gobierno democrático elegido por el pueblo en unas votaciones libres. Por éste motivo Franco fue un dictador.
Ya tengo poco tiempo para escribir más. Pero estaría escribiendo todo lo que me quede de vida de aquella situación. La paciencia es la virtud de los viejos. El honor es la base principal de una familia: aquella que lo pierda no lo recupera jamás».
José María Cruz Garcia, ‘el Chico’.
abril 1993.
yo me llamo miguel, en 1.980 ó 1.981. trabajaba en fluma y el hijo y amigo que ya hace algunos años que se fué, llamado josé maría cruz vélez trabajábamos juntos en la misma empresa y dió la casualidad de que tuvimos que ír a la general motor en puerto real y como josé maría te nenía la família en el puerto, a los demás nos hizo quedar en la pensión manolita al lado del bar vega.
en los tres meses que duró el trabajo, conocí a la família de mi amigo y lo más grande, fué conocer a su madre conocida como la señora milagros. una mujer maravillosa, sencilla pero con pena dentro de sí.
me acuerdo desde el primer día aunque hace ya, 40 años
una vez terminado en la general motor volvimos a barcelona. en 1.984, me fuí a vivir al puerto y me quedé en casa manolita, que nos dejó en 1.992, 5 días después de reyes. josé maría, tambien se fué al puerto y nos veíamos casi cada día. pero como no me salía trabajo, tuve que volver y él se quedó.
en los meses que yo no estaba en el puerto de las muchas veces que volvía se sfué la señora milagros. ¡mucho que lo sentí!
y si hay algo que mas siento, es haber podido estar los últimos días con mi amigo josé maría, antes de dejarnos ya que las cosas, no me iban bien; eso sí, yo lo llamaba casi todo los días.
no he vuelto a ír al puerto ya que aquél amigo, se fué y se me hace penoso no verlo. recuerdos a la família............miguel...................
A Rafaelico el corto.
Muy bien definidos esos versos.Evidentemente, los dos bando cometieron atrocidades, y por tanto de esa maldita guerra debemos avergonzarnos todos.Y lo que es más importante...aprender.Saludos
Pongo solo lo que dicen unos versos al final
En ellos resumo lo que pasó de heroísmos y vilezas.
Refiriendose a Jesúcristo.
¡Muere! ¡Gemid humanos!
todos en él pusisteis vuestras manos.
En mi pueblo fracasó el movimiento, y fusilaron a todos los que habían sido identificados como alzados. Sin tribunales ni otras tonterías.
A pelo, tú tú y tú, y este también.
Pronto entraron las fuerzas de los otros, que como es de rigor, se dedicaron a liquidar a los que de una forma u otra, habían hecho fusilamientos de sus padres, hermanos, tíos, etc.
De mi familia dos tíos en la carcel, uno fusilado despues de la guerra (comisario politico) y mi abuelo murio en la carcel.
Pues eso.
Hola Nuria, hoy que precisamente hace dos años que perdimos al abuelo chico, he entrado en su página y he visto tu comentario. Muchas gracias por tu comprensión, te prometo que nada más lejos de mi animo, el molestar o herir a tu familia o a la que se sienta aludida.
Este tema es espinoso y es preferible pasar página. Mi suegro no sentia rencor, si no dolor por sus muchas penurrias asi que ojala aprendamos todos y esta barbarie no se repita.
Saludos.
Hola de nuevo Maria Jesus:
perdona no haber contestado antes a lo que habias escrito,pero no había vuelto a entrar en la pagina...
Por tus palabras deduzco que no me entendiste o yo no me supe explicar bien, no te quito la razon, para nada, es más te la doy, solo queria dar mi repulsa a todo lo que una guerra conlleva. Tengo 37 años y hasta que me metí en esta pagina y tambien en la que dá la persona que luego escribe no tenía ni idea de quien era el mencionado Fernando Zamacola, evidentemente por mi edad yo no lo conocí, ni siquiera conocí a mi abuelo, y nunca nadie me contó nada...fué mi propia curiosidad la que me hizo buscar...y fijate, si yo hubiera vivido esa época, seguramente habría estado del lado de tu abuelo, mis ideas como bien comprenderas no tienen porque ir acorde a mi apellido. Me dá mucha penita pensar en eso que tu dices del hambre, el sufrimiento, y de lo dificil que tuvieron que ser esos tiempos...lo que quise decir es que cuando hay una guerra, o mismamente una riña entre dos personas depende del bando que oigas, o de la persona a la que escuches, la opinion puede variar, no con esto estoy aplaudiendo ni mucho menos a NADIE sea quien sea que pueda hacer daño a cualquier otra persona, yá sea por ideales politicos, religiosos...etc ante todo, todos somos seres humanos y para mi eso prima.
Espero que me hayas sabido entender un poquito más.
Un saludo.
No hay que darle muchas vueltas al asunto solo hay ir que a esta dirección de Gente del Puerto y leer y releer quien es qui´ñen.
http://www.gentedelpuerto.com/2010/10/12/800-fernando-zamacola-falangistas-heroes-y-matones/ y del que extraigo solo un párrafo: De los tres hijos era Fernando quien tenía un pasado más turbio, pues la policía lo tenía fichado como autor de un atraco a mano armada, en 1935 había estado arrestado por borrachera, escándalo público y estafa y en febrero de 1936 fue denunciado por agredir a un guardia municipal que iba de paisano.
Perdona Nuria, es lógico que se cuente las propias vivencias. Los datos que da mi suegro los vivió indiscutiblemente él y, las privaciónes, el hambre, el frio, y todo lo que conllevó la guerra para el bando perdedor , él y otras muchas personas, no solo lo vivieron, sino que lo sufrieron. ¿Porqué no contais vuestras vivencias heredadas o no? Porque en mi caso, no quiero insultar ni molestar a nadie en concreto, simplemente me duelen las injusticias y las tropelias que se cometieron. Digo yo, ¿por qué mataron a tanta gente? tengo entendido que tal y como entraron en El Puerto metieron preso a todo del que se tenia sospecha de "rojo" y de seguida, fueron fusilando a muchos inocentes que ni se lo merecían ni era justo que murieran. Otra cosa es ya en la guerra, entonces era la defensa de unos ideales, (cada uno con los suyos) y, de la propia integridad. Ahí los dos bandos tienen, como no, cosas reprochables. Por eso sería bueno que diérais vuestra opinion, quizás sería esclarecedor. Yo no digo que tu familia, ni la de nadie, fueran unos bárbaros, digo que fue una barbarie la forma en la que se desarrocharon los hechos, nada más. Saludos.
a veces, me dá la sensación, de que las personas cuentan sus vivencias,vistas desde sus propios ojos o desde los de quien se lo contó, y en estos casos suele haber datos erroneos,o no contrastados...de todas formas las guerras sean cuales sean no son para aplaudirlas, y esto no ha hecho falta que me lo cuente nadie...
bueno que decir de mi abuelo chico que nadie sepa,que qiedarse huerfano tan joven manda huevos pero el tenia eso y mas.la verdad es que mas que abuelo a sido mi padre el que nunca tuve a mi lado cuando lo necesitaba pero me daba igual porque lo tenia a el a mi abuelo a mi PADRE que tantas cosas me enseño,me aconsejo y por supuesto estaba ahi cuando lo necesitaba.gracias a el tenemos nuestro pisito que tanto trabajo nos costo comprarlo y mi pena es que no llego a conocerlo pero se que donde esta ya lo habra visto.bueno abuelo que sepas que te quiero mucho y no hay dia que me levante y no me acuerde de ti.un beso y estoy muy orgulloso de tener un abuelo como el que e tenido.
con personas como "EL CHICO", esta ciudad es mas libre y mas generosa, me siento feliz de ser paisano de tal persona con ese calibre humano. Felicidades a todos sus parientes y amigos, algun dia estas personas, aun estando muertas recogeran el fruto de este paseillo por la vida, realizado con tanta verdad y gallardia.
jose maria fue mi padre sin lugar a dudas el mejor padre que pude tener trabajador , honrado,buen marido,buen padre,buen abuelo........sufrio mucho durante su niñez pero gracias a dios formo nuestra familia la cual le quisimos muchisimo ,respetamos y cada dia recordamos .yo hasta sus ultimos dias vivi con el y me encantaba que me contara cosas de su niñez aunque logicamente me apenaba muchisimo lo mal que lo habia pasado.desde aqui aprovecho para decirle lo mucho que le quiero le echo de menos y lo orgullosa que estoy de haber sido su hija .papá un beso jamás te olvidaré.
S i algo definía a Joselito el chico, era su integridad y nobleza. Durante toda su vida dio la cara por compañeros, amigos y hasta por personas que no lo merecían. El no podía mirar para otra parte, -la verdad te hace libre – eso me decía, si vas con la verdad y la defiendes nunca te lo reprochará tu conciencia. Este hombre admirable, a pesar de su dolorosa infancia, vivió sin odio, ni rencor él decía, -el odio no sirve para nada, no te deja ser feliz y además te hace indigno- Nunca comulgó con los “pelotas, serviles, y esos héroes de pacotilla que delataban a cuatro pobres desgraciados, para colgarse medallas. La hombría y la nobleza no solo hay que parecerla, hay que tenerla, él la tuvo toda su vida y, fue ejemplo para su familia. Todavía recuerdo como se estremecía al recordar, como irrumpían en su casa, y ese aceite de ricino que le hacían beber. Como él decía ¡que no vuelva ha suceder ¡ la guerra saca lo peor del ser humano. A esos “héroes de pacotilla durante años las familias de esos inocentes y pobres desgraciados, tuvieron que verlos pavonearse, de su desgracia, mientras ellos lograban un estatus, el respeto y la admiración. ¡Serán ilusos! Cuando Joselito volvió de la mili, tuvo que pasearse por las calles del Puerto, con su uniforme de Legionario, pues su tía le vendió su ropa. Tuvo que esperar al primer sueldo para poder comprársela. Nunca se lo reprochó a su tía, decía que qué iba a hacer la mujer Su sueño era que le tocara la Lotería, para comprar un terreno y regalarles a sus hijos una casa a cada uno, y así tenerlos a todos bajo su protección. Eso tampoco se dio, pero lo que si se dio fue, el amor el respeto y la admiración que su familia sintió por este anónimo y, verdadero HEROE.
Querido abuelo, gracias por, tu hombría, tu nobleza tu honestidad e integridad, esos valores se lo inculcaste a tus hijos, con tu ejemplo .Bastaba mirarte a los ojos para ver la grandeza de tu alma.
Gracias por haber nacido, me quito el sombrero, ante Joselito el Chico.
Todo mi cariño para las victimas de la sin razón, y sus familias. Ellos si son personas admirables, los otros creen que lo fueron. Pobres ilusos.
Te queremos abuelo. Eras muy muy grande.
M J
?"!Mi abuelo chico,su infancia,sus historias,cuanto paso...",se quedo huerfano con 10 añitos y lo pasaron realmente mal,les llamaban rojos vivian asustados por tener ideas diferentes mataron a su tio y a el le pegaban siendo solo un niño,con el paso de los años ha vivido rodeado de sus hijos y sus nietos,abuelo nunca te olvidaremos.he tenido el honor de ser tu nieta,me enseñaste muchos valores y en mi recuerdo siempre estaras.
He leido todas las notulas de Gentes del Puerto, me he reido mucho y alguna lagrimilla siempre ha salido involuntariamente de mis ojitos. Pero hoy he llorado......llorado mucho, he sentido cada palabra en mi alma, he pensado en mi abuela Carmen que se tenia que ir a trabajar y dejaba a sus hijos hambrientos todo el dia para llegar por la noche con un trozito de pan para ellos. Que pena ha pasado esta familia y muchisimas mas, la mia incluida.Que historia mas bonita y triste, que humidad en las palabras de Jose Maria. si señores, hoy he llorado y bastante. Gracias por esta notula, que sirva de ejemplo para que nadie, ni viejos ni jovenes, nos olvidemos de los que lucharon y murieron por la libertad y la democracia que hoy todos podemos disfrutar.
Un besito a todos.
FELICIDADES A LA FAMILIA DE MI AMIGO JOSE MARIA FUE UN GRAN HOMBRE-.Y COMO DICE LUIS SUAREZ POR DIOS NUNCA MAS NUNCA MAS., PERO YO EN LA ACTUALIDAD VEO EL ODIO Y EL RENCOR EN LAS CADENAS NUEVAS DE SIGNO POLITICO ., REPITO VEO ODIO Y RENCOR A LAS PERSONAS Y LAS IDEAS-
Yo soy todavia joven no conoci la guerra pero si escuche decir a los viejos del Puerto QUE ZAMACOLA SALVO A MUCHAS GENTES DE SER FUSILADO PONIENDOLE LA CAMISA AZUL, Y A DICHA CAMISA LA LLAMABAN EL SALVAVIDAS.
Esta biografía es, desgraciadamente, muy parecida a la otros muchos niños de esas fechas.
Cuando Pepe Valiente decidió publicar sus memorias de un niño de la guerra, le escribí, conel alma y la vida, un prólogo, del que extraigo algunos párafos, para no hacerlo muy extenso:
......
Es lo cierto que la niñez contada desde la ancianidad, desde la experiencia, no es lo mismo que la niñez contada desde ella misma. Porque, desde la experiencia de los años, se les da otra perspectiva y se sacan consecuencias o moralejas.
Las memorias de esos años de Pepe Valiente son la mejor forma de concienciar a los lectores de que muchos de los hechos que relata no debieran de ocurrir más, ni en España, ni en ninguna otra parte del Mundo. Es la historia de una orfandad traumáticamente alevosa. Es la historia de lo acaecido en muchas familias, antes, en el desgobierno del Frente Popular, y durante la Guerra y la posguerra incivil. Es la consecuencia de los odios y las vendettas de los que han estado en las retaguardias, tanto en un bando, como en otro. Particularmente de los cobardes, sanguinarios exterminadores de sus antiguos correligionarios, como sucedió la mayoría de las veces.
La sensación de la orfandad que nos transmite Pepe Valiente, me recuerda el relato en sus memorias de don Antonio Alcalá Galiano, que con su madre, desde una torre mirador de Chiclana, con un catalejo, vio el navío de su padre Don Dionisio, en Trafalgar ,irse a pique, en llamas y tener la conciencia de ser huérfano.
Pepe Valiente cuenta la urgencia del luto de todos los de su casa, con tintes “Iberia” color negro y un barreño de agua hirviendo donde se metía la ropa, y el piadoso sueño de la madre que aquella noche, precisamente aquella noche, no oyó las descargas de fusilería y el tiro de gracia, que solían venir de donde el cementerio.
Ser huérfano, con tan pocos años, y depender de la nada son sensaciones que marcan toda la vida. Y, sobre todo, cuando la orfandad la ha producido un asesinato alevoso. Arrancar a los padres, a los varones, de las casas, como se produjo durante el Frente Popular, en la Guerra y en la posguerra, no son más que producto de los sentimientos más innobles que puede albergar el ser humano: el odio, el resentimiento, la venganza.
Todo, en estas memorias, gira alrededor de unos encarcelamientos, incluso durante la República, por mor de la lucha obrera, y durante la Guerra, un asesinato y una orfandad. Y en medio de todo ello, presidiendo las situaciones más inverosímiles y angustiosas, surge, como la “mujer fuerte” de la Biblia, la madre, piadosa, reconfortadora, firme como un roble, que va la misa por José Antonio y por los Caídos, porque ellos fueron fusilados también por defender sus ideas.
Lo de menos son las reflexiones que algunas veces saca Pepe Valiente. Lo de más es que, como muchas víctimas inocentes de injusticias tamañas, se rebele contra todo lo instituido.
......
Y, finalmente, unas reflexiones. Toda vida humana es respetable. Toda. La de los curas, frailes y monjas torturados y asesinados por el Frente Popular, las de los “Caidos por Dios y por España”, las de los Republicanos y los tildados de “rojos”. Todas las vidas. Todas las vidas truncadas por el odio y las guerras. Todas me merecen un absoluto respeto y son acreedoras del agradecimiento de todos por sus renuncias y sus entregas. Cada una; todas. Sirvan los libros de memorias como este para evitar que vuelvan a ocurrir. Nunca más. Dios mío, nunca más.
Luis Suárez Ávila
Me quito el sombrero, que digo, me inclino en una reverencia versallesca por el trabajo publicado hoy, magníficamente adornado gráficamente. Con la mayor sinceridad: GRACIAS
Mi padre nacio en 1920 y me conto muchas cosas que pasaron ese tiempo, y todo lo que paso en la guerra,y yo se lo cuento amis hijos.
muy triste y mas por ideales diferentes....
triste Historia, hermanos contra hermanos...
Acabo de leer la nótula y aún tengo la piel de gallina después de leer y releer el testimonio de este paisano. Su relato, a pesar de la amargura que se trasluce al recordar los familiares represaliados y su querido maestro, es honesto y sincero a más no poder. ¡Que documento tan ilustrativo de aquellas fechas, y de primera mano! Orgullosos deben de estar los descendientes de este patriarca trabajador por su aportación al mejor conocimiento de la memoria histórica de nosotros, los portuenses