| Texto: Francisco González Luque
La imagen de san Juan evangelista de la hermandad de Jesús Nazareno de El Puerto de Santa María, se expone desde el 2 de enero en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Queremos dar a conocer el interés de esta muestra, recordar la importancia de su escultor, congratularnos por contar con una imagen tan magnífica entre el patrimonio de nuestra Ciudad y al valorarla aún más, invitar a todos a que la contemplen en el conjunto de obras de Pedro Roldán en el museo hispalense | En la imagen superior, la imagen de san Juan evangelista, en la exposición de Sevilla | Foto: Web Museo de Bellas Artes de Sevilla.
LA EXPOSICIÓN
“Pedro Roldán, escultor (1624-1699)” es una muestra organizada con motivo del IV centenario del nacimiento de este artista barroco. Se trata de una exposición antológica comisariada por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla José Roda Peña con diseño y montaje del portuense Juan Suárez Ávila, catedrático de Dibujo, pintor y diseñador. A través de una selección de las obras más representativas de Roldán (la mayoría nunca expuestas públicamente) se pretende ofrecer una visión actualizada y rigurosa de la producción del artista más relevante de la escultura barroca sevillana en la segunda mitad del siglo XVII y uno de los más importantes de la imaginería española.
EL AUTOR: PEDRO ROLDÁN, MAESTRO ESCULTOR (1624-1699)
Nos estamos refiriendo a un artista polifacético que además de tallar y esculpir cultivó el dibujo y fue policromador de imágenes. Creó un estilo propio en la segunda mitad del siglo XVII que gozó de gran prestigio y proyección externa, como lo prueban sus esculturas mayoritariamente de temática religiosa y realizadas en madera policromada, barro y pasta, piedra y yeso que respondían a los múltiples encargos que clientes como instituciones eclesiásticas (cabildos catedralicios, órdenes religiosas, parroquias, hermandades, clérigos), nobles, comerciantes y otros particulares requerían desde numerosas ciudades andaluzas y extremeñas pero también vascas y canarias. Obras suyas se conservan, además, en museos españoles, alemanes y americanos.
EL SAN JUAN EVANGELISTA DE EL PUERTO
Por estar documentada como obra segura de Pedro Roldán, por su gran categoría artística y ser imagen de candelero (la única en la exposición sevillana) ha sido elegida para ser expuesta en la muestra titulada “Pedro Roldán, escultor (1624-1699)”.
Al período de “consolidación de su carrera profesional” (Roda Peña) pertenece la imagen de san Juan evangelista de la cofradía de Jesús Nazareno de El Puerto de Santa Maria, perfectamente documentada gracias a las dos inscripciones autógrafas en la cara interior de un par de tablillas que daban forma al contorno del torso del deteriorado candelero. En una puede aún leerse “Este San Juan hizo en Sevilla Pedro Roldan” y en la otra de manera más explícita se indica que“Esta hechura de San Juan hizo en Sevilla Pedro Roldan maestro escultor en el año 1662. Vivía en la calle de la Muela (actual O’Donell)”. Su contenido fue dado a conocer por Miñarro López tras la restauración de 1993, quien volvió a colocarlas en el nuevo candelero.
| A la izquierda, la imagen de San Juan en el besamanos de 2023 | Foto: Fuentes Pertíñez.
al discípulo de Jesús como un varón joven erguido, con la cabeza girada hacia su derecha y los brazos flexionados a la altura de la cintura. La imagen sigue el modelo tradicional de las figuras masculinas de vestir: candelero cubierto con la indumentaria (túnica y mantolín) y talla reducida a la cabeza, cuello, manos y piernas hasta las rodillas. Fue concebida para formar parte de un paso de palio situándose a la izquierda de la Virgen.
LA IMAGEN DE SAN JUAN EN LA BIBLIOGRAFÍA
Con mayor o menor fortuna ha aparecido citada en publicaciones desde los años treinta del siglo XX, a partir de que Romero de Torres en 1934 lo calificara como “obra excelente” atribuyéndola a Luisa Roldán. A su padre ya empezaron a asignarlo otros autores desde Bernales Ballesteros (1973), aunque fechándolo erróneamente en 1677. Por aquellos años otros autores no descartaban la autoría de La Roldana. Dicha ambigüedad se mantuvo hasta los noventa del pasado siglo, aunque siempre considerándosele “una obra maestra, la mejor de las imágenes existentes en nuestra ciudad”. Será a partir de la restauración de la imagen en 1993 cuando la incógnita quede definitivamente despejada con la confirmación de la autoría y cronología de la talla tras la divulgación del contenido de las inscripciones autógrafas manuscritas en el candelero original de la imagen.
De su estudio se han ocupado desde entonces González Luque en varias ocasiones (“La imagen de San Juan en la Prioral, obra de Pedro Roldán”, en Diario de Cádiz, 2 de octubre de 1994, “Imaginería en las hermandades de penitencia de El Puerto de Santa María”, de 2003, “Influencias sevillanas e italianas en la escultura barroca de El Puerto de Santa María (Cádiz), de 2009 y ”La hermandad de Jesús Nazareno de El Puerto de Santa María, 2017), Falcón Márquez (Pedro Roldán, Catálogo exposición III centenario de su muerte, 1999), Pareja López y otros autores (“Pedro Roldán”, dos vols., 2008), Roda Peña (“Pedro Roldán”, 2012) y Cabezas García en la ficha del Catálogo de la exposición “Pedro Roldán, escultor (1624-1699)” en 2023.
EL CANDELERO ORIGINAL DE SAN JUAN EVANGELISTA
Se trata de una estructura o armazón de madera de pino de Flandes y gallego, de los más habituales en los siglos XVII y XVIII conocido como del tipo “jaula”. Este de San Juan se adaptaba al dinamismo impuesto a la figura por su imaginero, lo cual lo convierte en una obra de mayor complejidad que las simples estructuras troncocónicas más frecuentes y aporta un valor añadido.
Se componía de un bastidor con varias partes unidas o ensambladas a partir de un gran vástago de sección cilíndrica que a modo de eje central se coloca verticalmente hasta la peana para servir de soporte al conjunto. En él se integran horizontalmente tres plataformas o piezas de madera elípticas. En la superior, mediante unos grandes clavos, se apoyaba el busto de San Juan, de donde partían sus brazos articulados. La pieza central se corresponde con la cintura de la imagen y la inferior, que es la más grande, con la zona corporal de donde arrancan las cabezas de los fémures para simular las piernas. Uniendo estas piezas, como también era habitual, el escultor ha clavado listones para fortalecer el conjunto y otorgarle forma al fingido cuerpo y extremidades para que la indumentaria se adapte con cierta propiedad. Entre las primeras piezas se encontraron las dos tablillas conteniendo las famosas inscripciones que documentan la imagen y que se han colocado en el nuevo candelero, como ya se ha comentado.
En la plataforma más grande colocada en la parte inferior quedan integradas las piernas, también compuestas por listones y cerchas que, en el caso de la simulada pierna izquierda son dobles para insinuar el movimiento de la figura y que rematarían en las pantorrillas ya talladas y policromadas de la imagen a las que en sus extremos se unían los pies hasta los tobillos. Finalmente, como también se comprobaba al cambiarle de ropaje y en los estudios e intervenciones que sufrió la imagen, un forro de lino claveteado al candelero ocultaba dicha estructura lígnea. Agradezco al restaurador José Miguel Sánchez Peña la explicación que ha servido de base para la descripción de esta importante pieza.
Según Miñarro López, debido al deterioro sufrido por ataque de xilófagos y la oxidación de los clavos de forja que sujetaban las tablas hubo de ser sustituido en 1994 por otro nuevo, ya que, según comentaba este restaurador "el estado del maniquí es lamentable e irreversible".
Afortunadamente el primitivo candelero, una vez tratada adecuadamente la madera del armazón, se custodia en la casa de hermandad de Jesús Nazareno de El Puerto lo que es, una auténtica pieza de museo. Nos extraña que, precisamente por ser uno de los escasos candeleros del siglo XVII que se conservan de la imaginería de escuela sevillana y tal vez el único en el que ha quedado impresa la firma de Roldán, no haya acompañado a la imagen de San Juan en esta histórica exposición. Agradecemos y valoramos el digno criterio de la hermandad de haberlo conservado para legarlo a generaciones futuras.