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Hace 160 años: se firma el convenio para la fundación del colegio de los jesuitas (San Luis Gonzaga) #5.905

El 27 de mayo de 1864 se formalizaron las gestiones para la creación del colegio

Colegio de San Luis Gonzaga, hacia 1915. Fuente: Photo-Art. Ramón Saus (Madrid).

| Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini

La iniciativa de fundar el colegio de San Luis Gonzaga partió de un grupo de padres de familia de la provincia de Cádiz, entre los que se encontraban los empresarios Antonio de Zulueta Madariaga (1815-1886), Luis Díez Fernández de la Somera (1817-1866) y Juan de Silóniz Ortiz (1803-1887). Se pretendía establecer un colegio católico de segunda enseñanza que ofreciera una educación de calidad, evitando así la salida de jóvenes a Inglaterra, Alemania y otros países, donde —argumentaba Zulueta— “frecuentemente perdían la fe en cambio de una instrucción no siempre buena tampoco".

Padre Eugenio Labarta (1807-1895), provincial de Castilla (1864-1868). Fuente: Lesmes Frías, La provincia de Castilla de la Compañía de Jesús (1915).

En noviembre de 1863, Antonio de Zulueta y Luis Díez obtuvieron la aprobación verbal del padre José Manuel Jáuregui, superior provincial de la Provincia de Castilla de la Compañía de Jesús, para erigir el deseado centro docente. Fallecido el padre Jáuregui en febrero de 1864, su sucesor en el provincialato, padre Eugenio Labarta (1807-1895), recibió de buen grado el proyecto de fundación y firmó en Cádiz el 27 de mayo de 1864 —hace ahora 160 años— un convenio con la Sociedad Fundadora del colegio. En este contrato, los señores Zulueta, Díez y Silóniz (en representación de la Sociedad Fundadora) ofrecían al padre Labarta su cooperación para fundar un colegio “entre Sevilla y Cádiz, en el punto que se juzgue más conveniente”.

El documento consta de ocho bases, que enumeramos a continuación:
1ª) La dirección y administración del colegio corresponderá “entera y exclusivamente” a la Compañía de Jesús.
2ª) El colegio se establecerá provisionalmente en la villa de Puerto Real, en septiembre de 1864 (solo para el primer año de la segunda enseñanza), “con el número de alumnos que convengan”, ampliándose a segundo año en el curso siguiente. En 1866-1867 se ofrecerá la segunda enseñanza completa “en el edificio definitivo que al efecto habrá de proveerse”.
3ª) Tanto los gastos de alquiler y arreglo de la casa de Puerto Real como los de construcción del nuevo edificio definitivo correrán por cuenta de la Sociedad Fundadora, que al efecto suscribe “un fondo de dos millones de reales efectivos”.
4ª) La construcción del nuevo colegio “se hará sobre planos y en local acordado con el P. Provincial de Castilla”, costeándose del fondo de suscripción.
5ª) Los dos millones de reales “no gozarán de interés alguno, pues los prestamistas no llevan objeto de lucro”.
6ª) Dicho capital será amortizable con 4000 pesos fuertes (80 000 reales) anuales, “que deberá entregar la Compañía [de Jesús] desde el año siguiente a aquel en que quede instalado el colegio definitivo”.
7ª) Una vez amortizado el capital, “el edificio será propiedad de la Compañía [de Jesús], y entre tanto queda hipotecado al reintegro del capital”.
8ª) Si por causa política o social el colegio cesara antes del reintegro completo del capital, “quedará el edificio como propiedad de los prestamistas en la suma que entonces alcancen, sea la que fuere”.

Suscripción del fondo para la construcción del colegio
Abierta la suscripción al fondo de construcción del colegio, pronto se consiguió reunir el capital de dos millones de reales. En unos “Apuntes sobre la fundación del Colegio de San Luis Gonzaga”, elaborados en 1881 por Antonio de Zulueta, este precisó que fueron 55 los accionistas o socios fundadores, que se distribuyen según su lugar de residencia entre seis poblaciones: Cádiz (19 suscriptores, que aportaron en total 760 000 reales); Jerez de la Frontera (11 suscriptores, 640 000 reales); El Puerto de Santa María (12 suscriptores, 340 000 reales); Sevilla (11 suscriptores, 220 000 reales); Marchena (1 suscriptor, 20 000 reales); y Écija (1 suscriptor, 20 000 reales).

Luis Díez Fernández de la Somera (1817-1866). Colección de Bartolomé Vergara Vergara.

Los principales accionistas fueron los siguientes: de Cádiz, Luis Díez Fernández de la Somera, Gabriel López Martínez y Cipriano López Martínez (100 000 reales cada uno); de Jerez, Rafael Rivero de la Tijera y Julián Pemartín Laborde (100 000 reales cada uno); de El Puerto de Santa María, Bartolomé Vergara Vegas (50 000 reales). En la escritura de constitución de la Sociedad Fundadora del Colegio de San Luis Gonzaga en sociedad anónima (1890) no aparece ningún suscriptor de Écija, aunque sí uno de Sanlúcar de Barrameda, el “Sr. Aldama”, que aportó 50 000 reales. Se trata probablemente de los herederos del alavés León de Aldama Respaldiza, ya que este señor había fallecido en Sanlúcar en diciembre de 1863.

Prospecto del Colegio de San Luis Gonzaga (Puerto Real, 1864). Fuente: Archivo de España de la Compañía de Jesús (Alcalá de Henares).

Curso inaugural en Puerto Real
En el curso inaugural en Puerto Real (1864-1865) fueron admitidos unos 50 internos. Como rector del incipiente colegio de San Luis Gonzaga se nombró —15 agosto 1864— al padre Bartolomé Munar Capo (1815-1869), hasta entonces titular del cargo en el internado de Carrión de los Condes (Palencia) y fundador del Real Colegio de Belén en La Habana diez años antes.

Traslado a El Puerto de Santa María
Debido al aumento de solicitudes de ingreso, el colegio se trasladó a El Puerto de Santa María, funcionando durante dos años académicos (1865-1866 y 1866-1867) —ya con un centenar largo de alumnos— en el antiguo Hospicio misionero de Indias de la Compañía de Jesús (calle Uriarte, nº 12, hoy de los Moros), cedido por su entonces propietario, el bodeguero Manuel María González Ángel (1812-1887), uno de los accionistas de Jerez. A pesar de las reformas realizadas en el edificio, por importe de 260 000 reales, no era este "ni grande, ni idóneo, ni saludable", en palabras del escolar jesuita Agustín Pérez Aedo.

Hospicio misionero de Indias de la Compañía de Jesús (calle Uriarte, nº 12, hoy de los Moros) | Centro Municipal de Patrimonio Histórico

Emplazamiento definitivo
En cuanto a la elección del emplazamiento definitivo donde edificar de nueva planta el colegio, se barajaron varias posibilidades: Puerto Real, Sanlúcar, Jerez, El Puerto de Santa María. Finalmente, el extractor de vinos Bartolomé Vergara (1803-1875) consiguió organizar una suscripción entre los vecinos de El Puerto con la que se compraron los restos del exconvento y huerta de San Francisco, “en sitio elevado para buscar la mayor salubridad en la pureza de los aires; con vistas extensas y pintorescas”, como se afirma en el oficio (8 agosto 1864) por el que el Ayuntamiento portuense —presidido por José Francisco Barreda Pérez— ofrecía gratuitamente los terrenos a los promotores del colegio. La oferta fue aceptada en una junta de accionistas celebrada en Jerez el 10 de enero de 1865, en la que se nombró una comisión directiva compuesta por Rafael Rivero (presidente), Luis Díez (tesorero), Bartolomé Vergara (vocal), Juan de Silóniz (vocal) y Antonio de Zulueta (secretario), facultada para “gestionar cuanto en general conviniese a la más pronta y eficaz realización del pensamiento”.

En la fotografía, la anterior Plaza de Toros, a la izquierda, con los corrales en primer término. A la derecha, el convento de San Francisco, antes de empezarse a construir el colegio de San Luis Gonzaga | Foto: Conde de Verny. Colección originaria de la Biblioteca de Antonio de Orleans | Colección Fernández Rivero.

Proyecto de Balbino Marrón Ranero
Se encargó el proyecto al arquitecto Balbino Marrón Ranero (1812-1867), que lo firmó en Sevilla el 1 de junio, diseñando un establecimiento con capacidad para 300 alumnos internos. El proyecto inicial de Balbino Marrón difiere del que resultó finalmente, al suprimirse —por ejemplo— "la crujía que separaba los dos patios, formándose, así, un amplísimo espacio de planta rectangular y casi inabarcable que ha debido ser articulado con farolas que sirven de punto de referencia para su organización visual" (José R. Barros Caneda, El Puerto de Santa María. La ciudad renovada).

Plano de Balbino Marrón. 1865. Proyecto del Colegio de los Jesuitas en el antiguo convento de San Francisco y plano de la iglesia | Archivo Histórico Municipal de El Puerto de Santa María

Ya en marzo de 1865 se habían iniciado los trabajos de replanteo del colegio de San Luis Gonzaga, circunstancia que aprovechó el arquitecto provincial Juan de la Vega para presentar un "Proyecto de alineación parcial para la plaza y calle de San Francisco", en el que se contemplaba, entre otras actuaciones, la prolongación de la calle de las Cruces hasta la playa, atravesando el erial que entonces existía. Con esta nueva vía se pretendía facilitar la salida de las aguas pluviales que, provenientes de las calles de San Francisco y Cruces, se estancaban en la plaza, dando lugar a un enorme barrizal delante del colegio.

Bartolomé Vergara Vegas (1803-1875), bienhechor de la Compañía de Jesús. Colección de Bartolomé Vergara Vergara.

Con dos tercios de la obra…
A mediados de octubre de 1866 se habían ejecutado dos tercios de la obra del nuevo colegio, pero se necesitaban 600 000 reales adicionales para su continuación, por lo que una junta general de accionistas —que se celebró en El Puerto el 21 de ese mes— autorizó a la comisión directiva para que emitiera un empréstito al 6 % de interés, amortizable en seis años (1868-1873) y garantizado por la hipoteca del edificio. Ese mismo día, la suscripción al empréstito alcanzó los 142 000 reales, que fueron aportados entre las siguientes personas: Bartolomé Vergara se suscribió por 30 000 reales; Julián Pemartín Laborde, por 20 000; Manuel María González Ángel contribuyó con 12 000. Diez mil reales fue la contribución de cada uno de los siguientes suscriptores: José Pemartín Laborde, Ignacio Fernández de Castro Gutiérrez de Castro, José Romero Gil, José García del Palacio, Mariano Lassaletta Fesser, Juan Francisco Vergara Marichalar y Juan José Vergara Marichalar. Finalmente, José María Bustamante Padilla y su cuñada Carmen Fernández de Castro Bustamante aportaron 5 000 reales cada uno.

Publicidad del Colegio de San Luis Gonzaga. Fuente: El Guadalete (2 septiembre 1875).

Además, se acordó por unanimidad seguir exigiendo el donativo de entrada de 4 000 reales a los alumnos que no fuesen hijos de accionistas, así como dar un voto de gracias al rector del colegio tanto “por el excelente estado de la enseñanza y disciplina de los alumnos, cuanto por su celosa cooperación con la Comisión” (Acta de 21 octubre 1866).

El legado de una benefactora
El importante legado que por estas fechas recibió la provincia jesuita de Castilla de la opulenta santanderina Justa López Martínez (1819-1894) se destinó parcialmente a rematar la construcción del edificio, así como a la adquisición del mobiliario del colegio y de los utensilios sagrados de la iglesia de San Francisco.

Se establece la comunidad jesuita
El provincial de la Compañía de Jesús envió a siete hermanos coadjutores para que ayudaran en los trabajos y se pusieran al frente de los obreros. Así, después de algo más de dos años de obras, a primeros de julio de 1867 quedó terminado el grueso del edificio —un rectángulo de 129 x 63,50 metros— de la plaza de San Francisco (hoy del Ave María), estableciéndose en él la comunidad jesuita el día 27 de ese mes.

Patio principal del colegio San Luis Gonzaga.

En el curso 1867-1868, dicha comunidad casi se duplicó y estuvo compuesta por 25 miembros (seis sacerdotes, seis hermanos escolares y 13 hermanos coadjutores), mientras que los alumnos que estrenaron el edificio fueron ya 175 (155 internos y 20 externos).

1868: Cierre del colegio y expulsión de los Jesuitas
La revolución de septiembre de 1868, que destronó a Isabel II, provocó el cierre del colegio de San Luis Gonzaga. La Junta Revolucionaria local acordó el 4 de octubre expulsar a los jesuitas de la ciudad (dándoles 48 horas de plazo) e incautarse de todos sus bienes. Aunque la Compañía de Jesús quedó suprimida por un decreto del Gobierno Provisional, otro decreto posterior de libertad de enseñanza (21 octubre 1868) permitió que el jesuita Pedro Sáenz de Cenzano abriera —como ciudadano particular— en Jerez un “colegio libre”, que funcionó entre 1870 y 1875.

Vista desde el Colegio de San Luis (c. 1879). Fuente: J. Laurent y Cía. Archivo Ruiz Vernacci, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte.

1875: Reapertura del colegio
Mientras tanto, los fundadores del colegio de San Luis reclamaron al Estado la devolución del edificio y el mobiliario que había quedado embargado en su interior, lo que no se consiguió hasta mediados de marzo de 1875. El 16 de septiembre de este año se reabrió el colegio —con 108 internos y 40 externos—, comenzando con gran florecimiento su segunda época, que se extiende hasta 1924, cuando se convirtió en casa de formación de la provincia jesuita de Andalucía.

II República, Guerra Civil y Posguerra
Por decreto de 23 de enero de 1932 (Gobierno Azaña), la Compañía de Jesús fue disuelta, e incautados sus bienes. En abril de 1939, el noviciado volvió a instalarse en el edificio de San Luis Gonzaga, recuperando su primitiva función como colegio en 1962.

1 comentario en “Hace 160 años: se firma el convenio para la fundación del colegio de los jesuitas (San Luis Gonzaga) #5.905

  1. Rosalía Sancho Galarza

    Magnífico documento, pleno de detalles, que da buena cuenta del profundo estudio de su autor, enhorabuena Bernardo!

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