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manologiron_puertosantamariaManuel Girón Ceballos nació en El Puerto el 14 de diciembre de 1932, en la Calle Santa María, 5. Ha servido a la Iglesia, primero como monaguillo y luego como Sacristán, durante 57 años, los quince primeros en la parroquia de San Joaquín, y los 42 restantes en la Iglesia Mayor Prioral: desde 1956 hasta el 31 de diciembre de 1998, fecha en la que se jubiló. Manolo disfruta ahora, a sus 76 años que no aparenta, de un merecido descanso, aunque sigue colaborando con la Iglesia cuando se le requiere y siempre tiene un consejo y una opinión cuando se lo piden. (La fotografía está tomada en 1992, y la imagen de la Patrona luce el manto de castillos y leones hecho en Valencia, y ofrecido por suscripción popular. Creó polémica con el Obispado que llegó a prohibir su uso, aduciendo que había otro tipo de necesidades, no ostentosas, lo que llevó a enfrentar al gobierno municipal con el Obispado de Jerez-Asidonia, en tiempos de Monseñor Bellido Caro).

Manuel Girón Ceballos was born in El Puerto on the 14th of December 1932, in No. 5, Calle Santa María. He served the Church, first as an altar boy and then as a verger, for 57 years, the first fifteen in the San  Joaquín Parish Church, and the other 42 in the Iglesia Mayor Prioral: from 1956 until the 31st of December 1998, the date on which he retired. Manolo now enjoys, at the age of 76, which he doesn’t look, a well-deserved rest, although he stills works with the Church when he’s needed and he always has advice and an opinion when he’s asked. (The photograph was taken in 1992, the image of the Patron Saint has the robe with castles and lions on made in Valencia, by popular demand. It created controversy in the Diocese and its use was prohibited, claiming that there were other types of less ostentatious necessities, this lead to a confrontation between the local government and the Diocese of Jerez-Asidonia, in the Monsignor Bellido Caro era).

angelotesagrarioprioral_puertosantamariaManolo empezó de monaguillo en San Joaquín en 1941. Allí conoció a D. Manuel Salido Gutiérrez, el párroco (natural de Sanlúcar aunque su familia se afincó en Jerez) con el que fraguó una buena amistad que seguiría hasta su muerte y allí Manolo aprendió, muy rápidamente, liturgia, ritos, música, canto gregoriano. Su afán de aprendizaje fue tal que cuando en verano llegaban los seminaristas portuenses, se reunía con ellos para ejercitarse en esas lides. Y recuerda a aquellos que e luego serían presbíteros: Pepe Caramé, Guillermo Camacho (con el tiempo llegaría a Párroco de San Joaquín), Pérez Sánchez, José Robles Gómez...

manologiron_1_puertosantamariaEn San Joaquín conocería los principios de la Hermandad de la Flagelación con Pepe Caamaño, Tomás Giménez Benito, Manolito Iglesias, Manolo Medina, Antonio Díaz Artola, Emilio Terol... Por cierto que en 1945 Juan Botaro Restauró el Cristo de dicha Hermandad. Ya en 1946 la Hermandad de la Veracruz se trasladó desde la Capilla de la Sangre (Nevería esquina con Palacios, donde estuvo el Bar La Mina) que estaba en muy malas condiciones,  pero pasando previamente por la Iglesia Mayor durante un tiempo (concretamente en la Capilla de la Virgen del Rosario, la primera en la nave de la Patrona, en un paso sobre la pared de la derecha) hasta San Joaquín. En  1948, con 16 años, D. Manuel Salido lo nombra sacristán del templo. Y Manolo continuó aprendiendo y formándose en con el grupo de seminaristas al que hacíamos alusión más arriba.  Salido, tuvo como coadjutores en la iglesia de la calle Cielos a Manuel Cuadrado, Elías Rodríguez Martín, Nicolás Maeste y de Salinas, y Anastasio Pérez de Andrés, capellán de Prisiones que también estuvo de coadjutor en dicho templo. (En la fotografía, tomada en 1952, aparece el equipo de monaguillos de San Joaquín: de izquierda a derecha, Manolo Girón ya de sacristán, Manuel Salido, Cura Párroco, Antonio Espinosa de los Monteros, ayudante de Sacristía, y los monaguillos Gabriel Núñez, Diego Oviedo, Fernando Bueno y el niño Antonio).

manologiron_3_puertosantamariaEn 1956 nombran a Salido párroco de la Iglesia Mayor Prioral y Arcipreste del Partido, en sustitución de Antonio Cía Moreno y Manolo se va, ya con la experiencia adquirida como nuevo Sacristán del primer templo local, donde conviviría en lo profesional con el célebre Antoñito. Habían llegado previamente, como coadjutores, los jerezanos Carlos y Manuel Román Ruiloba, en el año 1954. Allí Girón tendría muchas y muy diversas funciones: sacristán, maestro de ceremonias, encargado de archivo, organista y sochantre suplente, etc, siempre en el entorno de la Prioral. Como no hay casa rectoral, se derrumban unos viejos almacenes existentes en el primer tramo de la calle San Juán, entre Vicario y  Postigo,  adosados a la parroquia, y se construye la casa del Párroco en 1957. (En la fotografía, el carnet de sacristán de Manuel Girón, expedida por la Hermandad de Sacristanes de la Archidiócesis de Sevilla).

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En la fotografía, tomada el 31 de mayo de 1966 durante la procesión realizada con motivo del 50 Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Milagros se observa, en primer término a la izquierda, al policía local Vicente Rodríguez, los monaguillos Rafael González Rodríguez y José Camacho, el Sacristán Manolo Girón, y oculto por la cruz, el prebístero Antonio González Montaño. (Foto Rafa).

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En 1960, otra obra de interés en la Prioral, se niveló el patio trasero de la iglesia, se agruparon los restos humanos existentes que fueron enterrados allí tras uno de los derrumbes del puente sobre el Guadalete, se levantaron pequeñas naves para la guarda de pasos (Cerillitos, Santo Entierro, Nazareno)  y se construyó el Salón Parroquial, donde se colocarían la colección de 12 apóstoles que estaban desperdigados en diversas partes del templo. Era una nueva utilización del edificio de las Escuelas Pías de la Aurora: una parte sería para la Hermandad del Olivo, otra para la de la Humildad y Paciencia y otra como estos edificios anejos a la Parroquia. En la parte baja del Salón Parroquial, se encontraba dividida la zona abovedada, entre los pasos de la Hermandad del Nazareno, las escaleras de acceso a dicho salón y el grupo juvenil de la Parroquia, “Virgen de los Milagros”, que sería dirigido por el cura coadjutor y consiliario, Carlos Román Ruiloba, allá por los inicios de la década de los setenta del siglo pasado. La fotografía muestra una vista prolongada del Patio de la Iglesia en la actualidad, ya demontados algunos de los almacenes adosados a la iglesia dejando al descubierto los muros del templo. (Foto colección J.M.M. 03.11.2008).

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La fotografía es del 15 de octubre de 1968. Son las Bodas de Oro de permanencia en el Asilo de San José de Niñas Huérfanas, (estaba en la calle Cielos), de Rosario Estévez, popularmente conocida por Rosarito. Tomada después de la misa en el patio del Colegio. De izquierda a derecha, la madrina, Antonia Lerma Messeger, la Superiora Sor Bonifacia, la homenajeada, Rosarito Estévez y Manolo Girón. (Foto Rafa).

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Como hemos señalado, Manolo fue organista y Sochantre (director del Coro en los oficios religiosos) sustituto del Maestro Dueñas; aprendió música de los seminaristas portuenses y de D. Manuel Salido, así que ayudaba al maestro Dueñas (otro personaje del que se hablará in extenso en estas páginas), en los oficios religiosos o sustituyéndole cuando éste se encontraba en otras obligaciones municipales. (Dueñas era Maestro de Obras del Ayuntamiento hasta su jubilación, labora que compatibilizaba como director de la Banda de Música y del Coro de la Prioral, asistiendo a oficios religiosos de diversa índole, incluidas las honras fúnebres). En la fotografía, Manolo Girón interpretando unos acordes en el armonio que se ecuentra en la parte baja del Coro de la Iglesia Mayor.

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En la Cripta de la Iglesia Mayor, el 8 de noviembre de 1971. De izquierda a derecha, Carlos Román Ruiloba, Pbr. Coadjutor del Templo; Antonio Femenía Máiquez, corresponsal de Diario de Cádiz;Serafín Álvarez-Campana Gaztelu, Manuel Girón Ceballos; Pepe Valiente Moreno, conserje del Ayuntamiento; ¿?; ¿?; y Rafael portando la lámpara de luz. (Foto Rafa).

lamparaprioral_puertosantamariaLlega el año 1975, año de cambios en nuestro país con la muerte del dictador Franco y a la Iglesia Mayor llega un nuevo párroco, Antonio Cabezas Moya, por jubilación de su antecesor. Fue una conmoción en los ambientes en torno a la Prioral de entonces, pues cambió muchas cosas. En opinión exclusiva de quien escribe, cambios necesarios en unos casos y en otros no solo innecesarios, sino que en las formas distaron mucho del espíritu fraternal que preconiza la Iglesia. Fue ayudado en sus labores por Fernando Vela, amigo del párroco al que había conocido en su etapa de seminarista, aunque Fernando no llegara a profesar los hábitos.

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Manolo Girón, profesional, continuó con su trabajo e incluso se hizo cargo de la Parroquia durante 15 días hasta la llegada del siguiente párroco, buscando curas para la celebración de misas y demás sacramentos. Pero aún habría de conocer y colaborar, prestando sus servicios, a otros presbíteros al frente de la Prioral. En 1978 Antonio González Montaño, hermano del Párroco del Carmen y San Marcos, naturales  de Estepa; Julios Juez Ahedo que estaría durante siete años y cuyo hermano José María, franciscano, había dado clases también en los Institutos de Enseñanzas Medias de la Ciudad (en El Puerto parece que los curas venían por colleras); el carmelita descalzo Manuel Sánchez Mallou, peculiar en sus formas, durante cinco años; Fray José Rodríguez Esteban, Cura Ecónomo, encargado como Vicario Pastoral; y el arcense Diego Valle Serrano, quien está al frente de la Prioral desde 1999, a quien Manolo ya conoció desde su estatus de jubilado jubiloso, pero con quien ha tenido ocasión de colaborar en diversas ocasiones. (En la fotografía, tomada el 15 de septiembre de 2001, Manolo Girón el último año en que se subió al templete del paso de la Patrona, ya jubilado, para asegurar las columnas, ayudado por Javier, el hijo de María, la limpiadora. El hombre que está debajo es Manuel de los Reyes Braña).

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La fotografía está tomada el 22 de marzo de 2002. Es Viernes de Dolores, a las 21 horas, después del Besamanos. La Escuela de Monaguillos de la Hermandad del Dolor y Sacrificio de la que es profesor de Liturgia Manuel Girón, fue fundada el 26 de marzo de 2001. De izquierda a derecha: Rafael Gómez Tena, Emilio Soler Muñoz, Antonio Enrique Lores, Manuel Jesús García Serrano, Pedro Campos Parada, Daniel Montes Ruiz, Victor Raposo Chaves, Alejandro Bustillo Fernández, Luis Manuel García Serrano, portador de la Cruz y en el centro el mas pequeño: Francisco Javier Morro Rascón. (La foto es de José Antonio Terrada Sara).

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La foto es del 4 de abril de 1974, en la Capilla de la Aurora, en la que el Arcipreste Manuel Salido bendice el nuevo paso de la Virgen del Desconsuelo. De izquierda a derecha Tío Luis -Luis Péculo Utrera-, Luis Galán González, Manuel Girón Ceballos, Francisco Andrades del Valle y Antonio Romero Cordero. Detrás a la izquierda, Luis Rosso Morro y José Antonio Terrada Sara.

manuelgironceballos_puertosantamariaEste año, a los 10 de su jubilación, el párroco de la Prioral le llamó para que le acompañara en lugar de honor en la procesión de la Patrona, algo que a Manolo le ha llenado de satisfacción y no tiene palabras de agradecimiento para con Diego Valle. De su etapa de capataz de pasos de la Virgen, con las innovaciones que vivió y puso en funcionamiento en el mundo de la carga cofrade; de la apasionante aventura de recuperar la Capilla de la Aurora; de su paso por la Hermandad de la Humildad y Paciencia de la que fue Hermano Mayor y de otras circunstancias de su vida,  hablaremos en otras ocasiones, cuando, además se cruce con otras gentes y otros habitantes de El Puerto, en próximas nótulas en esta página. (En la fotografía, Manuel Girón Ceballos, en la actualidad).

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A la calle Carmen Pérez Pascual, nombre de ilustre benefactora que donó a El Puerto sus bienes por medio de una fundación benéfica, nadie la conocía así, pero todo el mundo sabía en El Puerto que, cuando te mandaban “calle Santa Clara p’arriba” era que estabas muerto. Y es que, antes, cuando  la población de El Puerto se reducía al casco antiguo y a las cortijadas en el campo, los difuntos eran transportados a hombros. Del domicilio a la iglesia. Y de la Iglesia al Cementerio: desde la Prioral o San Joaquín, por la calle Cielos, se cogía la cuesta de la Calle Santa Clara para arriba. Y al final el Cementerio Católico. Fue famoso el encargado o enterrador del Cementerio, “Carrurra”, tanto que hasta se acuñó un dicho: “Ten cuidao que te va coger Carrurra”. En la fotografía, el Coche del 'Mijita'. (Foto Colección de Vicente González Lechuga).

Nobody knew Calle Carmen Pérez Pascual by that name, it was called that after a distinguished benefactor who made a generous donation to El Puerto through a charity. Everyone in El Puerto knew that when you were sent up "Calle Santa Clara" it meant you were dead. And before, when the town of El Puerto was just the Old Town and the country estates, the deceased were carried on people’s shoulders. From their home to the Church. And from the Church to the Cemetery: from the Prioral or San Joaquín, through Calle Cielos, they would go up the Calle Santa Clara hill. And at the end was the Catholic Cemetery. The Cemetery keeper or gravedigger, called "Carrurra", was famous in the town, so much so that an expression was coined: "Be careful or Carrurra will get you!" In the photograph we can see 'Mijita’s' car.

«Había entierros de primera, segunda y tercera, según el número de curas, monaguillos y sacristanes y cuando aparcía por calle Cielos la comitiva, con solo mirarlos, sabíamos de que categoría era el muerto. Iban a hombros los catafalcos negros forrados de satén y subían la cuesta detrás del clero y sacristanes. Incluso había entierros con incensarios y cruces de guía. Y detrás del boato, la comitiva: hombres fumando, hablando de sus cosas y detrás del todo, enlutados con fajas negras en la manga de la chaqueta, corbata negra y demás, los familiares masculinos del difunto. Estaban vedados a las mujeres.» [...] «El primer coche de difuntos era un coche barroco. El conductor en la cabina descubierta con su uniforme y gorra y detrás la urna acristalada y rodeada de motivos decorativos barrocos en madera oscura. Y el  catafalco dentro: solemnidad. El primer chofer que transportó fiambres al cementerio en este vehículo decimonónico y de película de Drácula fue el famoso “Miji”, o “el Mijita” porque era parco de estatura».  Del libro «Paisajes y Paisanajes» de Antonio Muñoz Cuenca.
Estamos a finales de la década de 1950. Y se produjo un altercado entre “el Mijita” y las fuerzas de orden público. Daría pie a una noticia chocante, y jocosa, que corrió como la pólvora por aquel Puerto desnutrido. Y es que se descubrió que “el Mijita” no tenía carnet de conducir. Iba a hacer un servicio a Jerez y, con el difunto dentro,  no hizo el stop obligatorio en la confluencia del Parque de la Victoria con la carretera. La Guardia Civil de Tráfico, que estaba apostada en las cercanías, le mandó a parar. Y se descubrió el pastel. El juez que instruyó las diligencias penales fue Conrado Gallardo Ros. “El Mijita” adujo, en su descargo, que “el carné lo había perdido en el frente”. Todavía la Guerra Incivil servía como excusa.

Hasta el siglo XIX se celebraban los enterramientos en las iglesias, bien en criptas, en capillas o en el Camposanto adosado en lo que hoy es el Patio de las Hermandadaes de la Iglesia Mayor Prioral, donde figura un Via Crucis en cerámica. Para evitar enfermedades, epidemias y contagios, se empezaron a sacar los cementerios de las iglesias. Así, en el XIX se erige el Cementerio Católico de Santa Clara, en el Egido de idéntico nombre, con una superficie de 12.233 metros cuadrados.  E igualmente -en 1878- un Cementerio para No Católicos, -conocido como el Cementerio Inglés-   en la zona del Palmar de la Victoria, de 797 metros cuadrados. En la actualidad ese lugar lo ocupan los aparcamientos del Centro Comercial El Paseo. Inexplicablemente fue destruido para la erección de dicho centro comercial a finales de la década de 1980 del siglo pasado. Algunas lápidas, verdaderos monumentos, fueron trasladadas al Cementerio Católico cuando se perpetró el desaguisado. Estaban apiladas junto a la tapia interior del Cementerio.

Visita a la cripta de la Iglesia Mayor Prioral el 24 de julio de 1989. En la foto podemos observar, de izquierda a derecha, José Santilario, maestro cantero; Ricardo Araque, perito aparejador municipal; Ana Navarro, arquitecto de las obras de restauración de la Iglesia Mayor hace 19 años, Manuel Girón Ceballos, sacristán del templo y Manuel Caro, el chipionero encargado de la obra. (Foto Colección V.G.L.).

Federico Herrera Síñigo

«Federico Herrera Síñigo, debió nacer en El Puerto sobre los años finales del siglo XIX, porque, al morir, sobre los setenta del siglo pasado tenía ochenta años y, aunque estaba en perfecto estado de revista, estaba fatal de los pies y tenía una quebradura. Esto es lo común en quienes han pasado la vida detrás de un mostrador.  Federico comenzó su vida laboral como dependiente de Casa Llanes, un comercio de tejidos que había en la esquina de la calle Misericordia con Luna, donde hoy la cervecería. Cuando los Llanes se fueron a Madrid, Federico entró a formar parte del elenco del Refino "Las Novedades" de don Luis Pérez Grant, en la calle Larga, esquina a Ricardo Alcón, Correos o del Muro, que todavía subsiste.

Federico Herrera Síñigo must have been born around the end of the 19th century in El Puerto because on his death in the 1960s he was eighty and, although he was in perfect condition, he had terrible problems with his feet and he also suffered from a hernia. This is common in those who have spent their life behind a counter. Federico started working as a shop assistant in Casa Llanes, a textile business on the corner of calle Misericordia and Luna, where the pub is today. When the Llanes family went to Madrid, Federico joined the staff at Luis Pérez Grant’s Refinery “Las Novedades” on the corner between calle Larga and Ricardo Alcón, the Post office or del Muro, which still remains today.

Allí hizo carrera como dependiente con su fraternal Pepe Sánchez Pérez, sobrino de don Luis, que heredó el negocio de su tía Doña Rosalía Tinajero Íñigo, la viuda de aquél. Federico era hombre educadísimo, cordial, sabedor de muchos saberes, metódico, servicial... Vivía en la calle de La Palma, esquina y vuelta con la calle Comedias, en el bajo. Se había casado con Doña Magdalena Péculo, por lo que era cuñado del ínclito don José Luis Péculo, benemérito cofrade de la Humildad y Paciencia, y de Pecúlo el de la Electra Peral. Federico tuvo tres hijos: José Luis, Conchita y Antonio. Federico, por su parte, era cofrade del Cristo de la Veracruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor, andadura que comenzó, siendo niño y cuando la cofradía tenía su sede en la capilla de La Sangre, en la calle Palacios, esquina a la calle Nevería, frente por frente a la tienda de Apolo. Federico, se veía desde una ventana de su casa por la calle Comedias, tenía una reproducción del Cristo de la Veracruz en talla, casi de tamaño natural, que veneraba y que sorpendía a los que pasaban por la calle.

Otro de sus amores, que por eso lo traigo a aquí hoy, era la Santísima Virgen de los Milagros, a la que ayudaba a vestir en el tiempo en que la Condesa de Osborne fue camarista. Federico era un “fijo” a la hora de aderezar el paso de nardos y empujarlo por las calles del Puerto en la procesión, era porque su bisabuelo, el orfebre Don Manuel Síñigo, fue el autor del templete de plata de la Virgen, lo que llevaba a gala. Síñigo dejó una magnífica y acabada obra en plata en toda la provincia y singularmente en El Puerto y en las Catedrales de Cádiz y la hoy de Asidonia-Jerez.

Ahora que han terminado los cultos a la Patrona, he hecho recuento mental y he echado de menos a Federico, a Antonio Castillo, a Diego Utrera, a Pepín Ruiz Jurado..., empujando el paso, y me he acordado de ellos y he visto, por mis propios ojos, el prodigio de que otros históricos, Agustín Vela Mariscal, con noventa años, y  Tani Vélez Rodríguez, con casi ochenta, sigan empujando la carroza de la Virgen. Que sea por muchos años y que Federico los espere tantos más.» Luis Suárez Ávila. Publicado en Diario de Cádiz sobre los años finales del siglo XX. (En la foto de los años 40 del siglo pasado, Federico Herrera, en el centro de la imagen).

Federico Herrera Síñigo, con su mujer, Magdalena Péculo, con la que tuvo tres hijos: José Luís, Conchita y Antonio, a las puertas de su vivienda en la calle de La Palma, casi esquina con la Calle Comedias. (Fotos Colección Vicente González Lechuga).

Dra. Lourdes Oriente Guarido

La Doctora Oriente, que tiene un apellido exótico, como de quiromántica o adivinadora del futuro, es Licenciada en Medicina y Cirugía, y su especialidad es la Oftalmología. Vive entre nosotros desde hace 29 años: 1979.

Doctor Oriente (in English, East, as in Middle East), who has an exotic surname, worthy of a palmist or fortune teller, has a degree in Medicine and Surgery, and her specialisation is Ophthalmology. She has lived here in El Puerto for 29 years, since 1979.

Natural de Algeciras, estudió la licenciatura en Madrid, allí se casó y allí nacieron sus hijos, pero necesitaba el mar como referencia -todos los años se involucra muchos días seguidos navegando- cuando deja a un lado sus obligaciones como oculista. Lourdes Oriente Guarido, persona de profundas convicciones: en lo que cree, cree y lo manifiesta con seguridad. Es una profesional de la vista. De la vista de uno. Es un privilegio que sea imputual en una cita en la consulta: siempre dedicará el tiempo necesario -el que haga falta- con el paciente de turno. Usará técnicas de siempre y medios electrónicos e informáticos de ahora. Pero sobre todo una larga experiencia de formación continua y de ver a muchos, muchísimos pacientes a diario, en jornadas interminables: la que los pacientes necesitan, dándoles a cada uno tiempo, mucho tiempo, sabios consejos y profesional prescripción.
«La vista es el sentido más ávido. La pupila del ojo se dilata o se contrae in-vo-lun-ta-ria-men-te por lo que gusta o disgusta. El hombre tiene cerebro óptico. Los gestos, los ademanes, la mímica, las expresiones de lo movible y de lo fijo, el contorno, los relieves, las contexturas, las formas, las líneas son de la visualidad. El sueño es óptico. Dormidos soñamos sucederes ópticos, soñamos imágenes. Ansioso de ver el hombre amplió la capacidad de sus ojos, hizo visible lo invisible, con el telescopio acercó lejanías, con el microscopio agrandó lo pequeñísimo. El sentido de los viajeros es la mirada. Tal vez sea el único sentido viajero. Se viaja con máquinas fotográficas para duplicar la mirada, fijar el tiempo y mostrar o vivificar lo que se ha visto.
Se “habla” con los ojos. La mirada es entregadora: declara el secreto de los demás sentidos, de los sentimientos, de las emociones, de las intenciones. Por la mirada y no por el oído escuchador sabemos del agrado o del tedio de quien escucha. El alma se refleja en los ojos, decimos. De ningún otro órgano somos capaces de afirmar que refleja el alma.» (P. Turina).

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Milagros Gago Fornell

Hay habrá sido día de Fiesta, doblemente, en casa de Milagros, --Pipi Gago Fornells--, para el resto de la humanidad y a quien tal y como se aprecia en la fotografía de aquí al lado (Autor: Dioni) , le encanta la Feria de El Puerto. Lleva el nombre de la Patrona de la Ciudad, pero lo gasta poco. Hoy es día de Fiesta en El Puerto y día festivo para Milagros-Pipi. Habrá quien se sorprenda al leer estas líneas, pero la periodista conocida como Pipi, afirmo, se llama Milagros.

Today must have been a double-celebration in Milagro’s house, known as ‘Pipi Gago Fornells to the rest of the world and who, as can be seen in the photo shown here (Photographer: Dioni), loves the Feria in El Puerto. She has the same name as the Patron Saint of the town, but it doesn’t get much wear. Today is a Bank Holiday in El Puerto and a celebratory day for Milagros-Pipi. Some of you will be surprised to read in this article that the journalist known as Pipi is actually called Milagros.

Un amplio currículum profesional le acompaña tras... tantos años de ejercerlo en diversos medios de todo tipo. Ella recuerda que, cuando estudiaba la carrera en Madrid, entrevistó a Miguel Boyer, flamante Ministro de Economía. Y yo recuerdo que, cuando la entrevisté en el año 2001, al preguntarle como conjugaba el río Guadalete -con olvido o sin él- ella contestó que “con desembocadura, siempre con la esperanza portuense de la desembocadura». Su hijo Pablo ha sacado la retranca y la simpatía de la madre. Milagros, ha ejercido el periodismo en Diario de Cádiz, El Periódico del Guadalete, fue directora de Radio Ubrique, llevó estóicamente, durante 11 años, el Gabinete de Prensa en el ayuntamiento portuense en la época en la que un esdrújulo, fue alcalde de El Puerto. Se marchó ¿por agotamiento? y estuvo durante un año de periodista de campaña con el Partido Popular. Luego con éste partido trabajó en el Gabinete de Prensa del ayuntamiento jerezano y con el PA y el PSOE, accedió a la dirección,  en el ayuntamiento de Jerez,  del gabinete de prensa del Área de Medio Ambiente, donde continúa. Y tiene blog, en el que publica sus artículos y otras curiosidades. Veamos ahora un relato de la efemérides de hoy: tiremos del túnel del tiempo...

1916. LA PATRONA ES CORONADA POR EL ARZOBISPO DE SEVILLA.

9 de septiembre. El arzobispo de Sevilla, Enrique Almaraz, colocaba ayer (hace 92 años), la corona de oro, labrada por las donaciones de los devotos portuenses, que lucirá a partir de ahora la Patrona, la Virgen de los Milagros. Es la primera imagen patronal de la provincia de Cádiz que recibe este rango. En esta jornada festiva también ha abierto sus puertas el remozado Hospital Municipal de San Juan de Dios. La festividad arrancaba a las ocho de la mañana con una ceremonia en la iglesia de los Jesuitas que a su término dio paso a la celebración matinal en la Prioral, previa a la Coronación. Entre los asistentes en primera fila se encontraba el teniente de alcalde de Sevilla, Antonio Plaza, en representación de la capital de la Archidiócesis a la que pertenece El Puerto desde prácticamente su fundación, así como el actual gobernador civil de la provincia José Sánchez Anido o el vicecónsul de Inglaterra en Andalucía, Roberto Pitman.

En la abundante representación religiosa figuraban, entre otros, el obispo  de Badajoz, el de Fessea y el de la localidad mexicana de San Luís de Potosí, muy vinculada a la ciudad. De hecho, el valioso retablo de plata que luce la Iglesia Mayor procede de las minas de esta población. La Corporación Municipal accedió bajo mazas al primer templo portuense, en una ceremonia con gran pompa, entre quienes figuraban el primer teniente de alcalde, Emeterio Martínez, quien horas antes había señalado a este periódico la felicidad «que irradiaba la ciudad» ante una jornada tan festiva, sin perder «la mirada solidaria a la tragedia que sucede en Europa con motivo de la Gran Guerra». Hubo oraciones como cada día en pro de la paz entre las naciones vecinas. La capilla musical que armonizó la eucaristía iba a estar a cargo del maestro Javier Caballero, en una brillante intervención que se sucedió a lo largo de las más de dos horas que duró el solemne evento.

A las diez de la mañana se iniciaba la misa mientras hervía de personal la Plaza de la Iglesia rotulada oficialmente en honor de Alfonso XII. Pasadas las doce del mediodía fue llevada la Virgen de los Milagros, en su paso de plata hasta el centro de la plaza, donde el Cardenal Almaraz pronunció un Te Deum antes de imponer la corona tanto al Niño como a la venerada Patrona de los portuenses, entre aplausos de los presentes.Al término de la ceremonia se celebró un almuerzo en el Palacio Municipal  de la Plaza de Peral. A las siete de la tarde la fiesta religiosa daba paso a la procesión con la imagen coronada por las calles de la ciudad. El itinerario fue por la Plaza de la Iglesia, San Juan, Cánovas, Castelar, Peral, Larga, Luna y una vibrante recogida sobre las diez de la noche. En esta jornada los portuenses también acudieron a la capilla del Hospital a agradecer la apertura de las nuevas instalaciones de San Juan de Dios.

(Suplemento extraordinario de Diario de Cádiz: 725 Años de Historia. Pg. 22. 16 de diciembre de 2006. Noticia de ficción basada en hechos reales, por Francisco A. Gallardo).


Junta de Damas de la Coronación Canónica de la Patrona, tomada el 8 de Septiembre de 1916 en la Plaza de la Iglesia. 1. Elisa Vázquez, Condesa de Osborne. 2. Milagros Gómez de Cuesta. 3. Joaquina Heras de Piury. 4. Dolores Aldaz Toro. 5. Francisca Martínez de Pinillo de Benjumeda. 6. Angela Terry de Pico. 7. María Sancho del Cuvillo. 8. Encarna Martel y Gutiérrrez. 9. Nicolasa Coma de Jiménez. 10. María Antonia Sancho de Morante. 11. Mercedes Peñasco García.  No había nadie sentada, como se ve, del pueblo llano. Eran otros tiempos. (Foto: Colección V. González Lechuga).

Procesión de la Patrona, con el clero y la tropa de monaguillos inmediatamente delante del paso. La imagen luce ya la corona. La foto está tomada, probablemente a finales de la década de los 20 del siglo pasado, en el recorrido por la calle Palacios, esquina con Larga.
La calle, con sus adoquines, como debe ser en una Ciudad tan elegante como El Puerto. (Foto: Colección V. González Lechuga).

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José Galán. Hermano Mayor del Carmen
José Galán. Hermano Mayor del Carmen

Prácticamente casi todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de julio. En El Puerto, se tiene constancia de la primera organización religiosa entorno a esta advocación de la Virgen, en este caso erigida en Cofradía de la Santísima Virgen del Carmen, en la segunda mitad del s. XVII, que perduró por sí misma hasta que en 1749 se firmó escritura de unión con la hermandad del Rosario ubicada en el Convento de Santo Domingo. Esta unión fue propiciada por los cargadores a Indias D. Juan de Reynoso y Mendoza, Caballero de la Orden de Calatrava y Sr. de las Manoteras, Dª Catalina de Wynthuisen, Dª Inés de Cuenca y D. Juan José de Govantes entre otros, a la sazón miembros de las juntas de gobierno de ambas hermandades.
A mediados del siglo XIX la Virgen del Carmen es nombrada Patrona de los hombres del mar, y el 19 de abril de 1901, por decreto del Gobierno de la Nación, Su Majestad el Rey, y en su nombre la Reina Regente, la instituyó también como Patrona de la Marina de Guerra.
Fue en 1895 cuando desfiló por vez primera por las calles de El Puerto de Santa María, la que se conoce como procesión terrestre y el 15 de agosto de 1930, cuando realizó su primera procesión marítima, embarcada en una nave.
La colonia de alicantinos que vivían en El Puerto dedicados a la pesca, se incorpora activamente a la organización de los actos de hermandad, y ésta consigue calar profundamente en la población portuense.
El 16 de julio se celebraba función general a las 10 de la mañana, y terminada ésta se bendecían las aguas con colocación por parte de las autoridades civiles y militares de coronas de flores en el monumento a la Virgen ubicado en la otra banda del río.
Por la tarde la salida procesional llenaba las calles de la ciudad. Era un día grande en El Puerto, marcaba el comienzo del veraneo y ya se podían dar los reglamentarios quince baños de mar, previa visita al torno de las RR.MM. Concepcionistas a pedirles el escapulario que solían llevar los fieles para bañarse.
Siendo Hermana Mayor Loreto Gutiérrez Sánchez de Cos se inaugura la Parroquia del Carmen y San Marcos, acordando el párroco y la junta de gobierno que la salida procesional y la organización de los cultos se deben realizar desde la Parroquia de donde es Patrona, trasladándose la víspera la imagen desde el convento hasta el nuevo templo, tradición que se conserva hasta nuestros días. En la actualidad se celebran dos procesiones, una marítima y otra terrestre encontrándose las dos imágenes, en la ribera del Guadalete, con el habitual despliegue pirotécnico.
En la fotografía, José Galán, Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Carmen.

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El sector pesquero de la Ciudad entregaba una placa de reconocimiento a la Hermandad del Carmen, en la persona de su Hermano Mayor, José Galán, en su primera fiesta patronal con tal cargo, el 15 de julio de 1984, en el Patio de la Iglesia del Carmen y San Marcos. Entregaba, Antonio Carbonell López, Secretario de la Cofradía. (Foto: Rafael Pérez ‘Rafa’. Colección A.C.L.)

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