Luis del Pino Robles, Luis 'el de los huevos', nació en la Ribera del Río el 15 de julio de 1923, en los soportales existentes frente a la Casa de la Munición o Provisión, donde por la época existía un cuartel militar de Artillería, y que muchos han conocido al final del siglo XX como Taberna 'La Resaca'. Su madre, María Magdalena Robles le lavaba y planchaba la ropa a los soldados. Su padre, Francisco Pino Suárez era primo hermano de Manolo y Miguel del Pino, los célebres diestros locales. El apodo de la recova le viene a Luis por su trabajo en el Despacho de Plácido Carvajal, con el que repartía huevos y queso al por mayor al comercio local con quince años.
Estudió en Santo Domingo, solo allí, y recuerda a su maestro D. Alfonso. Ya con siete u ocho años repartía leche con José Arcila por las casas. Era el sexto hijo de una familia con diez hermanos y su madre enviudó pronto, por lo que había que echar una mano. Con quince entra a trabajar en el despacho de Plácido Carvajal, en la calle Ricardo Alcón, 11, donde se encuentra una venta de periódicos de su sobrina frente al refino “De los Muertos”. Allí estuvo hasta bien avanzada la treintena, mientras alternaba sus ocupaciones laborales con sus aficiones artísticas, colaborando en festivales y actuando en tablaos y fiestas privadas.
Casa Plácido, en la esquina de la Placilla (antigua calle de San Bartolomé) esquina con Ricardo Alcón, donde Luis se avituallaba para el reparto de huevos (en la pizarra los precios) y quesos. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).
En la Sala de Fiestas 'Venta Taurina' de Las Palmas de Gran Canarias.
SU OPORTUNIDAD ARTÍSTICA: CANARIAS.
A Luis le sale un contrato para actuar con un grupo en las Islas Canarias, con 39 años. Estuvo en la Playa de la Cantera en sendas Salas de Fiestas: La Venta Taurina y el Patio Andaluz; tres meses en una y otros tantos en otra. Luego le vino un contrato para Barcelona, pero su hermana le reclamó en París para que actuara de intérprete -nuestro protagonista aún domina hoy el francés- y allá que se fue abandonando el artisteo. «--Si me hubiera ido a Barcelona “mi capa habría valido más”, pero lo dejé y malogré mi carrera de artista». Dominaba y afirma que aun domina, el baile, el cante y las castañuelas.
Luis, caracterizado de Carmen Miranda, en la cabalgata del Carnaval del año 2002.
SU NÚMERO FUERTE.
Su especialidad, su mejor número artístico era imitando a una brasileña, a la magistral interpretación de Carmen Miranda quien, aconsejada por Xavier Cugat para que usara aquellos a modo de sombreros con frutas caribeñas en la cabeza y que utilizó en sus películas musicales. En realidad María do Carmo Miranda da Cunha, había nacido en Portugal el 9 de febrero de 1909 aunque residente en Río de Janeiro desde los 10 meses de edad. Luis tenía que hacer bises pues el público le reclamaba esa actuación cada vez que la ofrecía en el escenario.
Luis, en un par de fotografías promocionales de sus actuaciones. En la de la izquierda, como primer bailarín de los espectáculos. A la derecha, caracterizado como repartidaor de huevos, con un canasto, parodiando su ocupación y el sobrenombre por el que es conocido.
CON LOLA FLORES.
Recuerda Luis que «Emilio Bootello, mandamás de Renfe, tenía un chalet en la calle Pozos Dulces. Su mujer era muy amiga de Lola Flores y ésta había venido a actuar a Jerez, al Villamarta. A Bootello yo lo conocía porque era el suministrador a domicilio de “la gandinga”. Y me invitó a la fiesta que dio en su casa a la artista. Me llevé un capote de lentejuelas de raso, hecho por mí que fue la admiración de la Faraona: allí hice el número, imitándola, de la bulería de Antonio Torres García. Como yo tenía poquita voz tenía que pedir que me pusieran la cejilla en el tres. Lola se dirigió a Gabriela Ortega y a la Paquera y les preguntó: «--fijarse la cara del gachó ¿a quien se parece?, mirarlo bien». Y es que yo era, por lo visto, clavao a un zapatero de Venezuela. Nos reímos mucho y pasamos una buena noche».
23 AÑOS EN FRANCIA.
Desde 1965 hasta 1985 estuvo viviendo en Francia, allí se jubiló y allí le dieron la invalidez por culpa de dos hernias. Estuvo trabajando de camarero y en otras actividades que no tenían que ver con su arte, aunque algunas veces los dueños de los locales de hostelería donde prestó sus servicios, sabedores de sus habilidades, le animaban a hacer algún número. A partir de su jubilación estuvo durante tres años mas en el país galo hasta que se vino para España. Allá quedó su hermana Paca, que tiene 80 años y aquí vive su hermana Mercedes, con 83. Luis, que cumplirá 86 años el próximo junio vive en la Barriada de las Nieves, en la Plaza de Venezuela y afirma que «me quiero ver otra vez en un escenario. Me gustaría actuar, desinteresadamente, en algún festival con fines benéficos. Dilo tu en el Ayuntamiento, por si quieren contar conmigo». Queda escrito. Genio, educación y figura, educadísimo, Luis sueña con volver a un tablao y ofrecernos su arte. (En la fotografía adjunta, Luis con peluquín, actuando en el Café Cantante Barcelona, junto al Folies Bergère parisino. En realidad Luis trabaja en el Office de dicho local, pero un autobús de españoles que le conocía, pidió a la dirección que Luis hiciera uno de sus números de baile con castañuelas).
A la izquierda del programa de mano, podemos ver a Luis, en una instantánea con su pareja de baile Luchy Rodríguez, “la excepcional pareja de baile clásico andaluz. Era el miércoles 26 de agosto de 1953 a las once de la noche. Manolo Carrillo presentaba por primera vez en España en su gira triunfal por Andalucía, al coloso de la canción moderna Luis Aranda y la nueva figura de la canción andaluza Carmen Mariscal, en la grandiosa superproducción de Variedades Selectas “Cabalgata de Estrellas 1953, entre otras destacadas actuaciones.
La ficha técnica es para leerla: Dirección Artística: M.Carrillo. Dirección Musical: M. Leveque. Maestra Concertadora, profesora: Lolita Lanzarote. Regidor de escena: Manolo R. Cortés. Maquinista Jefe: Francisco Camacho. Segundo Maquinista: Francisco Andrade. Gerente: José Valiente. Representante en Ruta: Guillermo Aguilar. Números de Baile montado y dirigido por L. del Pino. Vestuario confeccionado para este espectáculo por: M.Mariscal, según diseños de M. Carrillo. Decorados y atresso [sic]: Propiedad. Peluquería: Pepi. Grupo microfónico: Quico, montado por Manolo Pacheco. Organización: M. Leveque y M. Carrillo. Representante exclusivo: Manolo Astorga. El patrocinio era de una bodega portuense: Brandy Viejo Veterano Osborne y Amontillado Fino Quinta. (En la fotografía, perteneciente a otro festival benéfico, Luis caracterizado de mejicano en el Teatro Principal. Doña Virginia lo dirigía al piano y escogía para nuestro protagonista los números cómicos).
Reunión de amigos celebrada en el desaparecido Hostal San Nicolás (el propieario era Guardia de Asalto y la dueña Irene), de la calle San Bartolomé, hoy reconvertido en lujosos apartamentos, con motivo de dar un homenaje de despedida a un funcionario de prisiones de nombre Atilano, que se iba de El Puerto; había sido sargento cuando Manolo Carrillo estuvo haciendo el servicio militar en Toledo. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Francisco Navarro Mariscal Navarrito, Manolo Astorga Morillo mancebo y vate; Joaquín López Hidalgo, Macario Valimaña Lechuga, funcionario de prisiones desconocido, Pepichi Nogués, Ángel funcionario de prisiones, Francisco Pérez Bernal Kako, Manuel Campos García, funcionario municipal, Juan Astorga Morillo y Juan Belmonte. Fila de enmedio: Pepe Morillo León, Manuel Rodríguez, Aquilino, funcionario de prisiones homenajeado, natural de Talavera de la Reina, Guillermo Aguilar Martínez y Luis del Pino Robles, mas conocido como Luis el de los Huevos. Abajo: Miguel Leveque, Miguel Lobato Quintero y Manolo Carrillo Lucero con su inseparable pajarita, organizador del sarao. (Foto Colección M.S.L.).
yo soy nieta de un sobrino de luis llamado el guita y al ver su biografia me a recordado cuando luis una vez ya jubilado en su casa le tocaba de hacer la casapuerta y ya estaba muy mayor y yo que era vecina bajaba y le limpia la casa puerta. unbeso y saludo.
YO¡ LEVI MUY PEQUEÑA EN EL TEATRO PRICIPAL, CON UNA CANASTA DE HUEVOS CANTAVA ¡ YO SOY LUIS EL DE LOS HUEVOS MAS DELGAO QUE UNA PESCAILLA PERO CANTANDO Y BAILANDO AMI NO MEGANA DE AQUI A SEVILLA UN BESO LUIS
Recuerdo cuando iba por la calle Larga con su canasto lleno de huevos y rebosando de simpatía, paraba en la puerta del Bar Manolo, y se ponía a cantar con mucho arte, mis hermanos y yo nos salíamos a la puerta para verlo. Un abrazo para Luis.
Cuando Manolo Carrillo presentó a Luis 'el de los Huevos', yo ya conocía su faceta de artista ya que era profesor de baile de sus sobrinas y una de mis hermanas.
Sin embargo, cuando vi a Luis en plena faena en el escenario del Teatro Principal y cómo jaleaba el público su actuación quedé gratamente sorprendido. Al día siguiente de su memorable trabajo en las tablas del Principal, desde la salida de su casa hasta el lugar de trabajo, todo eran felicitaciones, destacando las de Agustín Vela Mariscal al que con sus ocurrencias hacía que Luis repitiera algunos de sus compases de su gran repertorio los que eran respondidos con aplausos del público que por aquellos años llenaban la Placilla y Plaza de Abastos…
A mi vecino, como aún continúo llamando a Luis, cuando me lo he encontrado después de su periplo artístico durante años por Francia y Cataluña, le tengo gran afecto y simpatía derivada de mi infancia y de de la amistad que me unía con su sobrino Jaime.
Hoy, Luis, vive felizmente jubilado desde hace algunos años en uno de los pisos de la Barriada de las Nieves recordando su pasado, pero sobre todo a su amigo Domingo a quién en los últimos años se les veía todos los días en la puerta del Bar Vicente, lindando con la Plaza de Abastos, donde Domingo tenía instalado un pequeño tenderete donde vendía ajos, cebollas, perejil…
Una de las veces que Luis actuó delante de Lola Flores, ella se dirigió a él y le dijo que tenía "buena madera de artista" y Luis le contestó "no voy a tener buena madera si me llamo del Pino Robles".
A finales de los años 50 Luis el de los huevos fue profesor de baile de sus sobrinas y una de mis hermanas. Por aquellas fechas vivía en la calle Luna 54 con su hermana Paca. Nosotros vivíamos en la casa colindante y casi todo días cuando iba para el colegio me lo encontraba dirigiéndose para la Placilla, a la tienda de Plácido, desde donde con coplilla incluida llevaba los huevos a las casas de la clientela.
Su sobrino Jaime fue mi primer amigo y sentíamos un afecto especial por nuestro común amigo Vicente Sánchez Arena, Vicentito ‘El policía’, personaje que como he comentado en otra ocasión fue muy querido por los niños ya que abría todos los desfiles procesionales, acompañando también al Maestro Dueñas en los distintos conciertos que ofrecía en fiestas solemnes. Vicentito, fue uno de los primeros alumnos que se benefició del Centro de Educación Especial ‘Mercedes Carbó’, Afanas, siendo muy recordadas las visitas a la Comisaría de Policía, presentando su correspondiente ‘informe’. Recuerdo como lloraba Vicentito cuando la familia de Jaime emigró a Francia a principios de los años 60. Los dos nos abandonaron hace algunos años.
Pero a lo que iba. Hablaba de Luis el de los huevos en su faceta artística. No se ustedes porque en mi caso, aún recuerdo cuando vi a Luis en plena faena en el escenario del Teatro Principal quedando gratamente sorprendido. Al día siguiente de su memorable actuación en las tablas del Principal, desde la salida de su casa hasta el lugar de trabajo en el despacho de Plácido, todo eran felicitaciones, destacando las del recordado frutero Agustín Vela Mariscal que hacía que Luis repitiera algunos de sus compases de su gran repertorio a los que jaleaban y respondían con aplausos comerciantes y clientes que por aquellos años llenaban la Placilla.
A mi vecino, como aún continúo llamando a Luis, le tengo gran afecto y simpatía derivada de mi infancia y de de la amistad que me unía con su sobrino Jaime a quién en más de una ocasión nos hemos referido a él, rememorando también las ocurrencias del bueno de Vicentito.
Hoy, Luis, vive felizmente jubilado recordando su pasado, pero sobre todo a su amigo Domingo a quién en los últimos años se les veía todos los días en la puerta del Bar Vicente, lindando con la Plaza de Abastos, donde Domingo tenía instalado un pequeño tenderete donde vendía ajos, cebollas, perejil.
Aunque la ausencia de un amigo te deja una sensación de vacío la vida continúa y Luis el de los huevos, a estas alturas de su navegación, lo tiene muy claro pues acaba de regresar de un viaje por la Costa Brava con su amigo Aurelio Sánchez.