En El Puerto nos hemos caracterizado por unir a nuestro nomenclátor de apellidos, los de muchos extranjeros que vinieron a engrandecer, con su esfuerzo profesional, a la Ciudad. Excepción hecha de algún neocolonizador, que también de éstos habitan entre nosotros. Durante 25 años justos –entre 1958 y 1983-, José Luis Kutz Muñagorri estuvo regentando el antigo Parador, luego Hotel Fuenterrabía, (que no Fuentebravía) uno de los establecimientos de alojamiento y restauración que brillaron como solitarias estrellas en la provincia de Cádiz en aquella España que todavía era cañí.
Una casa de la que salió la famosa “Tarta Imperial” de Pepe Mesa, y que ya es dulce típico de El Puerto, anterior incluso a la dirección de Kutz. ¿Qué contemporáneo de aquella época no se acuerda de los profesionales que allí fueron formados; del ambiente glamouroso vivido allí durante años, cuando el turismo empezaba a florecer en nuestro país; de los primeros tiempos del Casino Bahía de Cádiz, instalado provisionalmente en el Parador; y por supuesto de José Luis Kutz , su sonrisa, y su retranca madrileño-andaluza?
A pesar de sus apellidos, Kutz era madrileño de nacimiento. Vio la luz circunstancialmente en 1919 en Madrid, hijo los vascos de Luis Kutz Igarzábal y Elvira Muñagorri Aguirrebarrena, siendo tres los frutos del matrimonio. Allá por 1840 y tantos llegó su familia a España, procedente de la Alsacia, en un carro tirado por bueyes, con todos los avíos para fabricar cerveza. Y ya para siempre, su familia estuvo entroncada con la hostelería y el turismo, incluso en la actualidad pues uno de sus descendientes, su hijo Fermín está ligado a la patronal de Hostelería HORECA, entidad de la que Kutz fue fundador y su primer presidente, habiendo pertenecido con anterioridad a la desaparecida HORECA Internacional, allá por 1950..
Vivían entre San Sebastián, Pamplona y Madrid, por temporadas. En San Sebastián su familia regentaba un Café Bar y tenían la Fábrica de Cerveza de Luis Kutz primero y luego Hijos de Kutz, así como el primer cine de la capital donostiarra. En Pamplona el Café Kutz en la famosa Plaza del Castillo donde hoy tiene el BBVA sus oficinas y en Madrid otro Café en el número 9 de la Gran Vía.
HEMINGWAY, CELA Y KUTZ.
El Café Kutz de Pamplona no existe en la actualidad. Ocupaba el local situado entre el Café Iruña y el Pasaje de la Jacoba. Inaugurado por Luis Kutz en el año 1912. Hemingway habitó su terraza en numerosas ocasiones, dejando constancia de ello en su libro Muerte en la tarde. José Luis Kutz, hijo del fundador de este café, rememoraba hace unos años sus recuerdos de las estancias del escritor norteamericano, destacando la imagen mítica que en los años cincuenta alcanzó este personaje entre sus compatriotas: “le veneraban, casi se arrodillaban ante su presencia.” Tras el fallecimiento de Luis Kutz el café pasó a manos de su esposa Elvira, quien con la ayuda de sus hijos Mª Luisa y José Luis, mantuvo abiertas sus puertas hasta el año 1961. Curiosamente entre los clientes del Kutz estuvo otro escritor que también llegaría a ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura; se trata de Camilo José Cela, quien mantenía una buena amistad con José Luis Kutz, antiguos compañeros de estudios. Actualmente los locales que ocupó el Kutz acogen a una oficina bancaria del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.
Vista del Funicular que comunicaba la playa de Fuenterrabía con el Parador. En la imagen, Antonio y su sobrino Tomas Osborne Vazquez. (Foto: Colección V.G.L.)
Vista del Funicular; de pasajeros, Ignacio y José Luis Osborne Vázquez. (Foto: Colección V.G.L.)
José Luis estudiará en Madrid en los Maristas y luego la carrera de Comercio entre Pamplona y Bayona (Francia) en castellano y francés; el idioma vasco lo consideraban entonces un lenguaje ancilar, que no se transmitía a los hijos. Luego vendrá la Guerra Civil y, entre 1936 y 1942 realiza un prolongado servicio militar que finaliza en Alicante. Ese año fallece su padre y se hace cargo de los negocios familiares, empezando una vida laboral que concluye a su fallecimiento en octubre de 1992.
En 1947 crea la Cooperativa de Hosteleros de Navarra, siendo su primer presidente y la única que todavía funciona en la cornisa cantábrica. También formaría parte del Sindicato Vertical, siendo Jefe Nacional de Café Bares durante dos años. Se le entendía todo y no todo se podía hacer, por lo que lo dejó..
En Madrid llegará a regentar el Bar de la Embajada Americana y en San Sebastián la hostelería del Tiro de Pichón. Se casa en 1957 con Mónica Bruch Chapán, una francesa de Burdeos, con la que enn el viaje de novios estuvo recorriendo diferentes puntos del litoral español, y entre Ayamonte (Huelva) y Altea (Alicante) se decidió, tras dudar entre Huelva –que no había arrancado--, Málaga –que se había venido abajo-- y El Puerto por la ciudad que lo prendó para siempre: El Puerto de Santa María. Así escogió a El Puerto -¿o El Puerto lo escogió a él?- y ya vino a luchar por sus negocios, y por tanto por su Ciudad de adopción, innovando, experimentando, y luchando con la fuerza de tantos que han venido a hacer crecer a nuestra Ciudad.
Mónica y José Luis, en 1960, en el Parador Fuentebravía.
Visita del Gobernador Civil, Guillén Moreno, Santiago a El Puerto de Santa María con Portilo Ruiz, Luis (Alcalde de la Ciudad) saliendo de la Iglesia Mayor Prioral donde asistieron a una Salve en la capilla de la Virgen de los Milagros. Además de los antes citados podemos distinguir a Osborne Vázquez, Joaquín, Pérez de Andrés, Anastasio; Rivas Rodríguez, José María; Salido Gutiérrez, Manuel; Puente García, José; Kutz Muñagorri, José Luis a la derecha de la imagen. Año 1962.
HOTEL FUENTEBRAVÍA.
Afirmaba –y aquí dejaba caer su retranca- que la ubicación del Parador debía ser inmejorable, al estar situado entre la Residencia de los Jesuítas y la Base Naval de Rota: “--Si a la izquierda estaban los Jesuitas y a la derecha los americanos, era el mejor sitio del mundo”. Optó por el Parador de Fuenterrabía que arrendó con opción a compra a Antonio Sancho y Gloria Jiménez, opción que ejecutó casi de forma inmediata. En 1958 ya estaba instalado entre nosotros, siendo hasta 1962, año en el que se inaugura el Motel Meliá ‘El Caballo Blanco’, y un año después la ciudad de vacaciones ‘El Cangrejo Rojo’ los pioneros del nuevo turismo de El Puerto.
Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (1).
Vistas de la Playa de Fuenterrabía, desde el Parador. (2).
José Luis quiso que se respetara el nombre por el que era conocido ‘el Parador’, pero la negativa del ministro Arias Salgado, que no quería que se confundiese con la Red de Paradores del Estado, hizo que cambiase la denominaci´ñon a hotel. Lo que si consiguió Kutz fue que se cambiase la denominación a todo un paraje y a la playa, para no confundirla con la vasca Fuenterrabía (Ondarribia) y durante años hasta 1996 en el que recuperó su nombre original, estuvo oficialmente en mapas, señalizaciones, geolocalizaciones y denominaciones oficiales como ‘Fuentebravía’.
El Salón del Hotel Fuenterrabía.
Bar típico andaluz y marinero del hotel Fuenterrabía.
Aquel Parador que compró Kutz, aquel Hotel que logró hacer referente en el turismo de la Costa de la Luz tuvo una importante y singular cocina –ya nos hemos referido a Gloria Jiménez y Antonio Sancho como sus principales gestores—con la maestría de Mesa, que cocía las langostas en agua de mar e hizo famosa la Tarta Imperial, que hoy su hijo Pepe elabora artesanalmente en un obrador heredero de aquella tradición. Ver nótula núm. 242 de Pepe Mesa.
Jardín del hotel, con la araucaria que lo presidió durante tantos años.
El Hotel ocupaba tres parcelas: Fuenterrabía, La Palma y Suerte Real y pasó de tener 20 habitaciones a 90, con tres edificios. Una de sus frases preferidas en cuanto a éstas era que: “--Las habitaciones de hotel son como las naranjas, valen si hay o no existencias, valen si hay o no clientes”. A los empleados que estudiaban inglés en invierno los gratificaba.
José Luis, a la derecha, junto al alcalde Luis Portillo Ruiz, atiende al Obispo Auxiliar de Jerez, Monseñor José María Cirarda Lachiondo, en la inauguración del tercer edificio del hotel, en 1967.
En enero de 1983 lo vendió a Patrimonio del Estado, en concreto al Ministerio de Defensa, para Residencia Militar, dada su proximidad con la Base Naval de Rota. De hecho se hicieron algunas obras en su interior, desestimándose con posterioridad dicho proyecto. El Puerto había perdido un hotel con solera ya que desde el Ayuntamiento no se adoptaron las medidas de preservar aquel suelo para uso hotelero, acabando convertido en viviendas y encareciendo el suelo y el acceso a las mismas, en una maniobra especulativa muy propia de los ochenta del siglo pasado. Lo que hubiera permitido el disfrute de muchos, como hasta entonces, ya sería de uso privativo.
Los tres edificios que conformaban el hotel, poco antes de su venta en 1983.
Fuenterrabaía y El Manantial, en la actualidad. (Foto: Jorge Roa).
PUNTA DEL ESTE (URUGUAY).
Hombre peculiar y original en sus planteamientos empresariales y laborales, había estudiado hacer una réplica del Hotel Fuentebravía en Punta del Este (Uruguay), desmontar el mobiliario, enseres y demás ajuares del hotel portuense, meterlos en contenedores y, enviados por barco, trabajar siempre en temporada alta –de septiembre a abril— en aquel país sudamericano.
José Luis, haciendo uso de la palabra en el Congreso Internacional de HORECA, en 1975, celebrado en España. Visita a la Bodegas Pedro Domecq. A la derecha, sentado, el empresario José Basteiro Pereira.
HORECA.
Al desaparecer por decreto los sindicatos verticales, con el advenimiento de la Democracia, funda el 26 de junio de 1977 con un grupo de amigos la patronal de hostelería HORECA, de la que sería su primer presidente durante dos mandatos y luego presidente honorario, como también llegaría a serlo de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC).
La Asamblea Constituyente se celebró en El Puerto de Santa María y lo que se inició entre un grupo de amigos empresarios aglutina en la actualidad la máxima representación empresarial hostelera de la provincia de gaditana, constituyéndose en órgano de gestión y consulta, estando integrada por las siguientes Asociaciones Provinciales: de Hoteles, de Restaurantes y Cafeterías, de Café-Bares y Tabernas, de Salas de Fiestas y Discotecas, de Campamentos Turísticos y Ciudades de Vacaciones, de Hostales y Pensiones de Obradores de Pastelería y Confiterías.
En la imagen, Asamblea de HORECA celebrada en el Casino Bahía de Cádiz, durante la elección del primer presidente de la entidad, José Luis Kutz Muñagorri. De izquierda a derecha, Francisco Vallejo, Antonio Rodríguez, desconocido, Pepe Basteiro, desconocido, José Luis Kutz Muñagorri, Antonio Gamero, –segundo presidente de la entidad–, José Luis Muñoz Martín, entonces director del Hotel Puertobahía, dos desconocidos y Sebastián Martínez, entonces presidente de Hoteles, integrado en HORECA. 26 de junio de 1977.
El acta constituyente relaciona, por orden de aparición, como en las buenas obras de teatro, a los siguientes: Antonio Gamero Alba, de la Camelia (Cádiz); José Basteiro Pereira, Cervecería El Puerto y Cafetería La Ponderosa (El Puerto); Sebastián Martínez Garrido, hostal Imar (Cádiz); Juan Vallejo Vázquez, restaurante San Francisco, hoy hotel Serit (Jerez); Manuel Benítez Sánchez-Romero, Bar Central (Rota); José Luis Jiménez Alcazar, Hotel Capele (Jerez); Manuel Vieites Bascuas, La Flor de Galicia (Cádiz); Antonio Ibáñez García de Movellan, Bar El Arco (Cádiz); Antonio Montero del Carmen, Hotel Octavio (Algeciras); Maximino Sordo Díaz, El Resbaladero (El Puerto); Antonio Rodríguez Álvarez, Restaurante El Bosque y Cátering Alfonso (Jerez); Luis Martín Martín entonces Hotel Alarde (Algeciras); Antonio Gil Guijarro, Cafetería Estación Marítima (Algeciras) y Manuel Espejo Posada, del Bar Tip-Top (Jerez) y al propio Kutz.
El hotel Fuentebravía, en la playa, entonces, del mismo nombre. (Foto: Colección V.G.L.).
EL 23-F Y EL CONVENIO.
El 23 de febrero de 1981 le cogió en el Gobierno Civil de Cádiz, negociando el Convenio de Hostelería. Cuando se produjo el asalto al Congreso de los Diputados, los representantes sindicales se marchaban pero Kutz, con toda la retranca del mundo les animó a que se marcharan, no sin antes dejar firmado el Convenio, por lo que pudiera pasar.
HORAS DE PRESENCIA.
Una curiosidad de la peculiar forma de pensar de Kutz, que no gustó a la parte laboral y que llegó a plantear en alguna negociación de convenio, era valorar dos tipos de horas de trabajo, a la hora de conformar la nómina. Y es que en hostelería, afirmaba, estaban las horas de presencia, cuando no había clientes, y las horas de trabajo efectivo. Fue algo que la masa social no vio con buenos ojos y no prosperó.
De izquierda a derecha, Antonio Rodríguez, Pedro Pacheco alcalde de Jerez, Juan Antonio Castillo Manzano consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, José Luis Kutz, presidente de Horeca y Francisco Vallejo, durante la inauguración de la Primera Feria de Equipamiento de Hostelería del Sur, HOSTELSUR, en los jardines de El Bosque --Parque González Hontoria-- que sería el germen del Palacio de Ferias y Exposiciones de Jerez, gestionado por la Institución Ferial de Cádiz (IFECA). Año 1983.
EL MILAGRO DE LOURDES.
También se refería Kutz a la expansión del turismo poniendo como ejemplo al fenómeno del turismo religioso que se da en Lourdes (Francia) “--Si aquí ocurriera como en Lourdes, un milagro: que se apareciera la Virgen, se conformaría una industria de turismo religioso de primer orden y no tendríamos problemas de estacionalidad, con ocupación todo el año”.
EL CARBÓN.
Allá por 1981 consideraba que había sido un gran error por parte de los empresarios europeos el poner sus industrias en manos del petróleo. «--Lo que habré luchado yo con mi mujer por este motivo, que si el gas es mejor, que si el fuel, nada, que quería propanizarme hasta la cocina. Pero yo me he mantenido fiel al carbón, que, poco o mucho, por lo menos es la energía que producimos».
En la imagen, el entonces presidente de la Confederación de Empresarios de España (CEOE), José María Cuevas junto al sucesor de Kutz, Florencio Molinero, entregaba una placa de reconocimiento con motivo del X Aniversario de la CEC, en el Casino Bahía de Cádiz. Año 1988.
CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE CÁDIZ.
La Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) que presidió en el primer mandato, fue creada un año después, en mayo de 1978, representando a los sectores de hostelería, metal, comercio-textil y construcción, siendo el paso lógico de la dictadura a la democracia con la libertad de asociación, tratándose en muchos casos de gremios procedentes del sindicato vertical. Un año después, en 1979, se crea la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), a nivel regional.
La 'Hoja del Lunes' recogía el evento empresarial, de la 'SAMBLEA' [sic].
ALFÉRECES LABORALES.
Escribe Ángel Duarte una anécdota acaecida en 1965 sobre que pensaba Kuz en cuanto a organización del trabajo: «El 28 de noviembre José Luis Kutz, hostelero, escribía a Luis Galdós García, procurador en Cortes y presidente del Consejo Nacional de Empresarios. La carta llevaba el membrete de su hotel, el Fuentebravía. Kutz respondía, con esa misiva, a la previa petición de sugerencias por parte de Galdós. Sugerencias con las que hacer frente a los problemas más urgentes que afectaban a “la Organización Sindical y la Economía Española”. En los primeros párrafos el tono era aguerrido, combativo, militante. El crecimiento de la economía -”a partir del año 57, se acrecienta y acelera nuestro afán de desarrollo y actualmente nuestro gigantismo elefantiásico”- hacía urgente la creación de cuadros. ¡Qué digo cuadros! ¡Mandos!
Cuando la guerra, para soslayar el problema de la ausencia de mandos “se pensó, luminosa idea, en la creación de los Alféreces Provisionales”. Pues bien, “ahora en este terrible Pacear” habría que hacer otro tanto. Entre los que murieron en la guerra, los exilados y los que se fueron buscando mejor salario… se ha producido un vacío. ¿Cómo llenarlo? Dando paso, “cual Provisionales”, a unos inéditos “alféreces laborales, que sean los que salven una vez más la situación crítica”.»
Vista de la piscina del Hotel.
Una piscina junto al mar.
EL LITIGIO DE VISTAHERMOSA.
El litigio que en 1981 mantenía el Ayuntamiento con la Urbanización Vistahermosa por el cierre del acceso a las playas a través de los caminos públicos --la famosa barrera móvil--, se presentaba de fácil solución para nuestro protagonista, según confesaba a Lola Galán, en una entrevista concedida al periódico El País, en agosto de ese año:
«Los dos tienen razón», señala, con un gesto conciliador de sus gruesos brazos, este navarro enamorado de Andalucía y casado con una francesa, que parece conocer todas las claves de la vida en El Puerto. ‘El Ayuntamiento, que, además, tiene muy buena voluntad, aunque no lo esté haciendo demasiado bien, tiene razón; Vista Hermosa cegó un camino público que bajaba a la playa. Pero también la urbanización la tiene, porque las calles son particulares, y la solución para que sigan siendo de uso casi exclusivo de sus habitantes está en dejar libre el acceso a todo el mundo, pero impedirles aparcar abajo. ¡A ver quién es el guapo que es capaz de ir a esa playa si tiene que aparcar el coche dos kilómetros más arriba!’».
Los temporales ya afectaban en 1979, a la playa y a las instalaciones del hotel. La instantánea está tomada el 13 de febrero de 1979.
El parador de Fuenterrabía, en la playa, antes de su desaparición. (Foto: Mata).
El lugar del parador, en la actualidad. Año 2002. (Foto: Mata).
CANDIDATO POR LA FALANGE.
Una persona tan peculiar sería original hasta hasta el final, presentándose por Falange Española de las JONS, como candidato al Congreso de los Diputados en 1977. Encabezaba la lista junto a Fernando Parilla Garrido, Enrique Arduán de Torres, María Victoria Quirós Gómez, José Luis Cardóse López, Pedro Cobo Díaz, Manuel Xodi Galarco, Rafael Oliver Falcón, Juan Antonio Cabeza Anula y José Luis Antolín de Antonio. El ex alcalde de Cádiz, Jerónimo Almagro, Fernando Porro Guerrero y Eduardo Ballesteros Morales conformaban la lista para el Senado.
En el programa electoral destacaba la pintoresca propuesta de José Luis Kutz, que sugería reconvertir la base, «en 24 horas, dada su valiosa infraestructura», en lo que él denominaba «un emporio turístico de primer orden». Una Ciudad de Vacaciones que multiplicaría por x el número de plazas del Club Mediterráneo y que hoy dejaría en pañales a Marina d’Or.
Mónica Bruch y José Luis Kutz, durante la asistencia a uno de los múltiples congresos en los que participó.
IN MEMORIAM.
En los primeros tiempos, el Casino Bahía de Cádiz tuvo como instalaciones provisionales el Hotel Fuentebravía, mientras se ultimaba su construcción. Kutz conoció El Puerto, como tantos ciudadanos que hoy lo habitan, fruto de la casualidad, pero hoy El Puerto tiene con Kutz una deuda de agradecimiento para este forjador y pionero de la industria turística tal y como hoy la conocemos. Porque se es de donde se pace, y no de donde se nace, El Puerto le debe un reconocimiento en forma de calle o plaza a uno de sus hijos, a José Luis Kutz. A su memoria.
Soy Antonio Alba de Tahivilla y trabajé el verano del 76 como facturista (adjunto a la Recepción), turnándome con Diego Bermúdez (estudiante de Medicina). En la recepción Juan Alba, mi hermano, y Miguel. Director: Sr. Horcajada. En Conserjería un tal Santos. José Luis Kutz, un empresario exigente pero amable. Buenos recuerdos. Una pena, y un error, su demolición.
Yo estuve unos días allí a primeros de 1970, a raíz de la construcción de la piscina, comi un día con el Sr. Kutzy y mis jefes, recuerdo la habitación al mar y a algunos empleados/as, así como a su mujer, aunque otra semana la pasé en el hostal Luz o Costa de la Luz dado el precio del hotel. Curiosamente después de allí fui a parar a la ciudad de Fuenterrabia (Hondarribia) y sigo en alrededores.
Me enorgullece enormemente leer tan enriquecedores comentarios sobre mi abuelo, si realmente alguien que trabajase en el hotel o tuviera buena relación con mis abuelos quiere saber más, puede ponerse en contacto conmigo a través del siguiente correo joseantoniokutz@yahoo.es Estaré encantado de contestarles
trabaje en el hotel en la seccion del economato un par de veranos en los 70. tengo un muy grato recuerdo del hotel, de las condiciones del trabajo y de don Luis y su esposa. si alguien pudiera contactar conmigo y contarme algo de don Luis y su esposa me daria una gran satisfaccion
Buenas tardes, busco la foto original en la que aparecen dos personas subidas en un funicular que se usaba para bajar a la playa. Escribir por favor al correo: jjlapuerta@hotmail.com
Desearía contactar con algún familiar de D. José Luis Kutz Muñagorri.
Mi familia iba de toda la vida a Fuentebravía, a la playa, teníamos allí una caseta de aquellas rojas, con un toldo de cañizo. Mis padres eran muy amigos de los fundadores del Parador de Fuentebravia, D. Antonio Sancho y Dª Gloria Jiménez, esta última una señora con grandes cualidades como empresaria y como persona (afable, simpática, cordial, ocurrente: ¡todo!). Con el tiempo, finales de los cincuenta, el Sr. Kutz compró el antiguo parador e hizo un meritorio emprendimiento en la zona. Conocíamos mucho a los señores Kutz y a su hijo Pierre a quien recuerdo muy bien, aunque era mayor que yo. Eran los tiempos gloriosos de Fuentebravía. Luego, con el transcurrir del tempo y sin que sepa explicarlo bien, esa playa fue decayendo y entró en una fase decadente. En los últimos años la están recuperando de nuevo, aunque yo ahora voy a la zona justo en la bajada de la residencia de los jesuitas, que es un sitio maravilloso. Y voy mucho caminando hasta mi antigua playa de Fuentebravía y la miro con nostalgia. Con esto es suficiente, pero Fuentebravía fue para nuestra familia, la playa por antonomasia. Apenas conocíamos, aunque somos de El Puerto, Valdelagrana ni la Puntilla, playas que también tienen su encanto. Pero yo disfruté mi infancia en cada verano en Fuentebravía: ¡tiempos!
Soy nieto de Antonio y de Gloria y tengo entendido que mi abuela era una mujer un poco especial para su época.
Si alguien la conoció y me quieren contar algo puede enviarmelo a mi correo.
Yo sigo haciendo la tarta mesonera o imperial.
Muchas gracias.
mi primera comunion se celebro alli. tambien recuerdo que su mujer era una gran repostera. hacia lo que a mi siempre me ha recordado a las actuales tejas y estaba riquisimas. era amigo de mi pedre y tuve la ocasion de conocerlo personalemnte. a mi me caía muy bien porque aunque eramos de ideas distintas te escuchaba y no intentaba cinvencerte de nada.
Es curioso que hasta hace varios años el agua del manantial que existia en erl Hotel, salia por la playa como lagrimas por la desaparicion del hotel.
En la carta del Restaurante del Hotel, la cual poseo, en las aguas minerales figuraban varias aguas y que yo recuerde era Mondariz una de ellas y Agua del Manantial de Fuentebravia. como aguas de mesa.
En dicho hotel, fue donde estuvo "escondida LolaFlores y el jugador Coque" y si mal no recuerdo habia una famosa novelista que pasaba temporadas, no se si era Carmen de >Icaza.
Al hotel se le concedio una distincion por el Ministerio de <informacion y Turismo.
Desgraciadamente el hotel fue victima del pillaje debido a su abandono, las gentes iban por puertas, camas, ropas, hasta de la cocina se llevaron un horno de hacer pizas..
Y no olvidemos a los fundadores del Parador de Fuentebravia, D. Antonio Sancho y Dª Gloria Jimenez, creadora de de la Tarta Imperial Rusa a ''su menda'', como ella decia, por tener variaciones con la original y que tan famosa se hizo en El Puerto, claro estoy hablando de la decada de los 40.
Atentamente,
Maria Cristina
Voy a relatar una anécdota personal, yo trabajaba en el hotel, en recepción, en agosto aprobé unas oposiciones en una entidad bancaria y me desdepí, lo deje en plena temporada alta, su reacción fue ir a esa entidad y cancelar la cuenta que tenía por haberle robado un empleado. Genio y figura, igualito que ahora, o nó.
Yo tomaba café allí. Las puestas de sol eran especiales...su chimenea, su café, sus ventanales...y abajo el mar, y alo lejo el sol, qie iba y venia...hasta que un dia, habia un militar con un cartel: PROHIBIDO EL PASO ZONA MILITAR...y desapareció. Lástima.
En San Sebastián, el padre de José Luis Kutz, Luis Kutz, creó una Fábrica de cerveza que estuvo trabajando entre 1890-1900. Luego vendrían los Hijos de Luis Kutz, Fábrica de cerveza, en 1905.
Otros miembros de la familia, en San Sebastián también, siguieron con cervezas:
Benito Kutz, Fabrica de cerveza 1890-1905
Juan Kutz, Fábrica de cerveza 1930
Juan y Teodoro Kutz, Fábrica de cerveza 1965
Juan y Teodoro Kutz, Cervezas EL LEON 1986
EL VIAJE DE KUTZ
Acaba de ponerse el sol en la playa de Fuentebravìa. Los dorados de la orilla, se han convertido en un color violeta. Ahora todo está en paz. Al fondo las luces de Cadiz.
La casualidad nos trajo hasta aquí un día. Siempre pensé que era curioso que, con los años, hubiera acabado veraneando en una playa de nombre tan parecido a la que, seguramente, fue la primera que conocí.
A Fuenterrabía nos llevaba mi madre siendo pequeños, a mí y a mi hermana, desde Pamplona, en viajes domingueros de ida y vuelta.
Sabía que aquí se levantó hace años el hotel Fuentebrabía, que ahora daba nombre a la playa. Un hotel cuya imagen rescato de entre las páginas de un blog sobre Personajes del Puerto.
Lo que no sabía y luego he sabido es que fue un navarro el que compró el terreno y levantó el hotel.La página que consulto aporta otros datos. Se llamaba Jose Luis Kutz Muñagorri. Un navarro como yo. Y el hotel, conocido como El Parador, se llamó (o él quiso llamarle) Fuenterrabía, trayéndose un poco así su tierra para acà.
Eligió este lugar después de recorrer todo el litoral. Creyó -según contaba con humor- que debía ser el mejor lugar del mundo, al estar situado entre los jesuítas y los americanos.
Recuerdo ahora esta curiosa historia de navarros, mientras miro la playa que él conoció y en la que decidió invertir su dinero. La playa que ahora lleva el nombre de otra playa lejana, allá en el País Vasco, tan querida para los pamploneses.
Una playa en la que, como en aquella lejana, las puestas de sol son una maravillosa sinfonía de colores, un lujo para la vista y una cura para el alma.
Buena gente y empresario. Una de sus particulariedades estaba en sus coches: siempre azul claro y con una banda amarilla por encima del capó y el techo. Nunca comprenderé porqué desapareció el Hotel Fuentebravía.