Hemos elegido el día de hoy, 30 de julio, para dar a conocer un hecho que tuvo lugar en esa misma fecha, hace 242 años que cambió la vida de una familia portuense, la encabezada por Alejo Bernabé Madero y compuesta por su esposa, la gaditana Francisca Labadía y sus cuatro hijos, tres de ellos hembras: Josefa, de 19 años, Manuela, de 9 y Francisca, de 7 y un varón; Joaquín Bernabé Madero Labadía que aún no había cumplido los tres años, nacido en la casa de calle Vicario, ahora ruinosa, donde estuvo la pensión “Las Columnas”, casa arrendada por su padre a la familia Vizarrón que era la propietaria del inmueble. /En la imagen, la casa de Bernabé Madero, en la calle Palacios, 48.
El documento a que nos referimos es una licencia de embarque para toda la familia, incluida su suegra, Manuela Ayon, una tía de su esposa, Clara de Ávila y un criado vasco, de nombre Juan Bautista de Isurieta, expedida por el Marqués del Real Tesoro y fechada en Cádiz en la fecha antes dicha, el 30 de julio de 1773, como consecuencia de la comunicación regia que le había llegado, extendida en Aranjuez el 18 de junio de ese año, cuyo texto reproducimos:
“En vista de la instancia de Don Alejo de Bernabé Madero destinado a México con honores y sueldo de primer grabador de aquella Casa de Moneda que V.S. dirigió con carta de 18 del mes próximo (pasado), ha resuelto el Rey que, igualmente que a el interesado, se costeé el pasaje a Nueva España, por cuenta de la Real Hacienda, en una de las urcas que deben llevar azogue a Veracruz, a su familia compuesta, según expone, de su mujer, tres hijas y un hijo, su madre y tía, y asimismo se le permita llevar un criado. Lo que participo a V.S. de orden de S.M. para que disponga lo correspondiente a su cumplimiento en la parte que le toca.”
¿Quién era este Alejo Bernabé Madero al que habían nombrado el 7 de mayo de 1773, contando entonces 46 años de edad, Grabador honorario de la Casa de la Moneda de México, la más antigua de toda América, pues estaba constituida ya en el primer cuarto del siglo XVI?
Era hijo del matrimonio asentado en esta ciudad de El Puerto, formado por Joseph Bernabé Madero, hidalgo soriano, y Margarita Ricard, hija de comerciantes franceses que operaban en Cádiz. Nació en El Puerto de Santa María un miércoles, 19 de marzo de 1727, bautizándose el domingo siguiente, día 23, en la iglesia Mayor Prioral, de manos del cura de dicha iglesia, Don Carlos Francisco Ángel Natera. Le impusieron los nombres de Alejo por su padrino, Alejo de la Mar, Josep por el padre, y también los nombres de Joaquín y Antonio, según indica el acta que figura en el Libro 66 de Bautismos, folio 31 vuelto, que se custodia en el archivo parroquial de la ahora Basílica Menor de los Milagros.
Blasón familiar de los Madero, en el número 48 de la calle Palacios.
Su familia tenía sus casas principales en la calle del Palacio, donde aún se conserva el blasón familiar y donde vivía en esa época el mayor de los hermanos, Joseph de Bernabé Madero dedicado al comercio con Indias, en barco de su propiedad, con el que regularmente viajaba a Veracruz. En esa fecha no tenía hijos (posteriormente adoptaría uno) y vivía con él, además de su mujer, una hermana soltera llamada Antonia. Otro hermano, de nombre Manuel, capitán de Dragones, residía desde hacía años en la villa Imperial de Potosí, donde era síndico de los comerciantes. Posiblemente sería él, en permanente contacto con la Casa de la Moneda pues la mayoría de su producción se acuñaba con la plata procedente de Potosí el que informara a Alejo de que al grabador propietario, Francisco Casanova, se le deterioraban por día sus facultades, perdiendo fuerza en la visión, padecimiento frecuente entre los grabadores, obligados a forzar la vista con la lente de aumento adherida a la cuenca del ojo mientras trabajaban con el buril. Un puesto tan importante y responsable exigía estudios académicos y la designación, teóricamente, se hacía en función de los méritos contraídos por los aspirantes. Ayer como hoy, el padrinazgo político tenía su peso y, sin duda, como es el caso, este aspecto y el oportunismo de la situación serían factores decisivos, supongo.
La Casa de la Munición, junto al río Guadalete, donde estaba el muelle de Reynoso Mendoza.
Alejo Bernabé Madero era un buscavidas, hombre inquieto, con iniciativa y capacidad de trabajo. Como toda la familia, estaba en el comercio de Indias y parece que, en los últimos meses se había trasladado a Cádiz, a casa de su suegra, para potenciar esta actividad, después de fracasar en un intento de montar una fábrica de “Zarazas” (tejido de algodón pintado a mano) en la Ribera, cerca del edificio de la Munición y el muelle de Reynoso. Allí, en la capital de la provincia, le llegó esta oportunidad. En su juventud, concretamente cuando tenía 29 años, en 1756, había aprobado un examen para maestro platero y ese conocimiento, tres lustros después con la recomendación apuntada le valdría para cambiar su vida y la de su familia con la que emigraría a Nueva España para nunca más volver.
Patio de la casa de Bernabé Madero en la calle Palacios
En la pequeña investigación que he realizado para pergeñar esta nótula, todo parece indicar que la familia se embarcó en la urca “San Juan” una fragata mercante armada de 25 cañones y forrada con planchas de cobre, adquirida por la corona en Holanda hacía poco más de un año. Los datos localizados, salvo error por mi parte, indican que dicho navío no salió de Cádiz hacia Veracruz, con escala en Puerto Rico hasta abril de 1775 veinte meses después de la fecha en que se emitió la licencia de embarque, lo cual tampoco es de extrañar, debido a las numerosas incidencias a que estaban sometidos estos viajes transoceánicos. Y ya instalado y trabajando en la Casa de la Moneda, pronto quedó encargado de la acuñación de monedas y diseño de medallas debido a la merma antes apuntada del grabador titular, figurando él como “Grabador honorario” hasta la jubilación de Casanova, en 1777, al que reemplazó Guillermo Antonio Gil, grabador que había pasado por la Academia de San Fernando, de Madrid, quedando nuestro personaje a las órdenes de éste hasta 1779, fecha en la que, con 52 años cumplido, también lo jubilaron.
Insertamos cuatro medallas de plata de Ley de las que es autor, y así lo firma, este portuense y desconocido grabador que antecedió a nuestros paisanos Acuña y Prieto en el oficio, dos de ellas de las denominadas de “proclamación americana”, una tercera, de la ciudad de México, todas ellas referidas al soberano reinante en esa fecha, desde 1760: CARLOS III,
FOTO MEDALLA MADERO I
Anverso: Leyenda legible. Busto del rey a la derecha, con peluca, armadura, banda y manto
Reverso: Leyenda legible. Escudo, surmontado de corona real, partido de jarro con azucenas, y de las cinco llagas de San Francisco, sobre oro; lo adornan artísticos cartones, laureles y palmas. En el exergo, su firma.
FOTO MEDALLA MADERO II
Anverso: Leyenda legible. Busto del rey a la derecha, con peluca, armadura, banda, manto y Toisón sobre el pecho. Debajo del manto, su firma.
Reverso: Leyenda legible. Escudo surmontado de corona real partido de jarro con azucenas, y de las cinco llagas de San Francisco, sobre oro; lo adornan artísticos cartones, flores y palmas
FOTO MEDALLA MADERO III
Anverso: Leyenda legible. Busto imberbe del rey a la derecha, con peluca; lleva armadura , banda, manto y el Toisón. Debajo del busto, su firma
Reverso: Leyenda legible y flor de seis pétalos. Escudo de la ciudad de México, constituido por un puente de tres ojos, sobre aguas, defendido por un castillo con torre sumada de nopal y águila de alas explayadas y guardado por dos leones.
FOTO MEDALLA MADERO IV
Anverso: Leyenda legible. Busto del rey a la derecha, imberbe, con peluca y coleta; lleva coraza, banda y manto.
Reverso: Leyenda legible y dos escudos eclesiásticos. El escudo de la izquierda, timbrado de sombrero episcopal, con cinco llagas de San Francisco, adornos de artísticos cartones y detrás un báculo. El de la derecha con águila de alas explayadas de dos cabezas coronadas, mostrando en el pecho un corazón, y sobre él, la cruz de dobles brazos; tiene una llave en cada pico, y entre las cabezas, la tiara. En el exergo, en dos líneas, su firma.
No voy a extenderme más en la biografía familiar de este artista y funcionario público del siglo XVIII. De toda su familia trataré en extensión, s.D.q., en un próximo volumen de “Mansiones y Linajes de El Puerto de Santa María” dedicado a historiar la casa que remodelaron en calle Palacios y convirtieron en sus viviendas principales, bastante abandonada en la actualidad a pesar de haber cambiado de propiedad en varias ocasiones desde que la dejó de habitar la familia Martínez Govantes.
Dejo, como comentario final, la importancia que en la propia historia de México tuvieron algunos de sus descendientes, concretamente los de su hijo benjamín, Joaquín, que será él último que utilizará el apellido compuesto de “Bernabé.Madero” puesto que todos sus descendientes sin excepción se llamaran solamente “Madero”. Este joven emigrante portuense, el hijo de Alejo, cuando creció quiso dedicarse a la agricultura, buscando tierras en el interior de tan extenso y feraz país en las que adaptar las vides de la tierra de sus progenitores.
Francisco I. Madero González, oriundo de El Puerto de Santa María, presidente de la República de México en 1911, descendiente por quinta generación de nuestro paisano.
Un autor mejicano, José C. Valadés, se refiere a él en estos términos: “… hizo viaje al norte de México con el propósito de buscar y hallar tierras y climas convenientes para la vitivinicultura… luego de contraer matrimonio, fijó su residencia en Parras y es posible que fuese el fundador de la que sería después una gran población, San Pedro de las Colonias, nombre que pudo haber dado como recuerdo del río que debió conocer y cruzar muchas veces durante su infancia, en los viajes entre El Puerto de Santa María y Cádiz.”·
Un descendiente directo de su primogénito, de la quinta generación del grabador Alejo Bernabé madero, llamado Francisco Ignacio Madero González era proclamado en 1911 presidente de la República de México. Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA
BERNABE MADERO descendía de Duruelo de la Sierra (Soria) y vivió la mayor parte del tiempo en su juventud y parte de su adolescencia en Quintanar de la Sierra (Burgos) a 11 Km. de Duruelo. Fue en Quintanar donde marchó hacía El Puerto de Santa María.´´
Los descendientes de Francisco I. Madero aseguran que su antepasado era de ascendencia judía. Algo que no concuerda con el origen noble en Soria de esta familia del Puerto.
Esta casa fue de mi abuelo D. Cristóbal Martínez Gobantes.
Me parece genial que investigues en el pasado de nuestra gente, Toñi.
Extraordinario trabajo sobre un personaje totalmente desconocido para mí, La Ceca de Mexico fué quizas la mas prolija en acuñaciones del siglo XVIII y principio del XIX, aparte de las medallas es muy posible que las acuñaciones de monedas de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, hallan sido grabadas muchas de ellas por éste Portuense, ya que los cuños se deterioraban y había que reponerlos constantemente, en esa época se recogía en las monedas las iniciales del ensayador, pero no se solía poner las del grabador,
Enhorabuena , Antonio. No sé cómo te las arreglas para encontrar tantos personajes portuenses, olvidados o desconocidos,que destacaron en sus profesiones y actividades.
Gracias, una vez más por ofrecernos "gratis et amore" los resultados de tu trabajo y esfuerzo.
Muy interesante como siempre tus investigaciones acerca de nuestro pasado, un abrazo