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| Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.

En las primeras décadas del siglo XIX llegan a El Puerto de Santa María, procedentes de Cádiz, de donde eran ambos naturales, Agustín Alberti Brassetti, María Catalina Ravina y los hijos que, traspasado el primer tercio del siglo XIX tenía el matrimonio, adquieren una casa en la calle San Francisco la Nueva (hoy Fernán Caballero), esquina y vuelta a la de Jesús Nazareno, con bodegas y almacenes en el bajo, para dedicarse al tráfico de productos vinícolas.

Un tráfico que se encontraba en pleno auge, especialmente por las exportaciones que se realizaban a Inglaterra a través de la bahía gaditana. Los números son elocuentes: en 1830 se habían trasvasado de las bodegas de El Puerto a las islas británicas más de siete millones de litros de ricos caldos, o lo que es lo mismo, 12.225 botas de dicho producto. Una década después, se superaban los diez millones de litros, de los cuales 180.000 correspondían a los vinos de Agustín Alberti, que exportó ese año 305 botas de sus productos. Es una cifra, relativamente modesta comparada con el volumen total de negocios que se realizaba en el marco del Jerez, que embarcó ese año en la bahía cerca de 40.000 botas de Jerez, producida por medio centenar de empresarios, la mayoría extranjeros, entre los que ocupaba, a tenor del volumen exportado, el puesto número 35.

...continúa leyendo "Antes que los Osborne, los Alberti #5.227"

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