Autoridades comunistas de la década de 1980 y dos técnicos de la Real Plaza.
La foto, en un burladero del callejón de la Plaza Real, está tomada por Espinosa, fotógrafo taurino de Diario de Cádiz, a principios de la década de 1980, es decir hace, aproximadamente 25 años. De izquierda a derecha y nunca mejor dicho: Mario Peluffo Rojas, Teniente de Alcalde de Policía Local; José Luis Sánchez Alonso (Selu), concejal de Vías y Obras; Manuel Espinar Galán, Teniente de Alcalde de Fiestas; Rafael Gómez Ojeda, segundo alcalde constitucional del nuevo periodo democrático; hasta aquí los comunistas. Con barbas, el gaditano ya desaparecido, Álvaro Portillo, perito del Ayuntamiento y Antonio González Sabio, peón de confianza de José Luis Galloso y en la actualidad, asesor de los presidentes de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María.
Las dos primeras estrofas de este canto lírico y descriptivo de un poeta local, Augusto Haupold Gay, que fue publicada en la revista «Cruzados» el 30 de agosto de 1947, puede ser lo suficientemente descriptiva de lo que suponía ¿y suponen? los «Toros en El Puerto», que es como se llama esta especie de himno luminoso.
Cuando Andalucía,
la dueña y señora de toda alegría,
se dice altanera:
«Ahí van mis tesoros
de gracia, de arte y simparía»,
sale una cualquiera
corrida de toros.
Sale una cualquiera...
Pero en el concierto
de tanta corrida famosa
la única, la grande, la hermosa,
la encierra esta frase:
«¡Toros en El Puerto!»
Augusto Haupold Gay
«Todo el proceso de la fiesta portuense -afirma Manuel Martínez Alfonso en la pg. 415 de su libro “El Puerto de Santa María en la literatura española»- aparece recogido en estos versos, si no muy recargados, sí perfectamente descriptivos, en esta semblanza tan llena de vida y animación».
(Foto: Colección V.G.L.)
Javier Tejada Prieto, en la foto, nace y muere en El Puerto (1929-2009)., con 80 años de edad. Fue alumno de la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia' Ha ejecutado diversos monumentos en los municipios de la provincia de Cádiz, entre las que destacan Diego Reguera y Emilio Santamaría en Ubrique; las esculturas en la iglesia de la Divina Pastora en Chipiona. Parte de su legado artístico se encuentra en su ciudad natal: monumento a Fernán Caballero, La Virgen del Carmen, Al marinero, y Toro situado frente a la Plaza de Toros, a Rafael Alberti, o el de Alfonso X, 'el Sabio' en un lateral del Castillo. También el retrato en bronce del poeta José Luis Tejada, su primo. Residía en la calle Larga. Javier era el quinto hijo de una familia de diez hermanos. Estaba casado con María Luisa García Castellano. Es frecuente verlo por las calles de El Puerto, en compañía de su esposa. Esta fotografía está tomada el 9 agosto del año 2008, en la terraza del Bar Nuevo Portuense, en la calle Luna entre Nevería y Larga. Es uno de los primeros personajes que aparece en Gente del Puerto, con la nótula 20 "--¿Esto para que es? ¿No será para nada político? No quiero saber nada de política...". (Foto JMM).
Obras de Javier Tejada. De izquierda a derecha, Alfonso X, 'el Sabio', en un lienzo de muralla lateral del Castillo. Rafael Alberti, en la Plaza del Polvorista. José Luis Tejada, en el Paseo de su nombre, mirando al 'Rio del Olvido'.
El bronce es una aleación metálica que tiene como base el cobre combinado con un 8 a 40% de estaño y, a menudo, pequeñas proporciones de otros elementos (como el zinc, el aluminio, el antimonio, o el fósforo). De obtención, preparación y elaboración fácil, el bronce ha sido usado desde tiempos prehistóricos. Su naturaleza poco afectada por la corrosión, y su gran sonoridad y buen pulimento son tres de las características que hacen del bronce un material muy adecuado para los moldes de fundido.
En tiempos antiguos se usó para fabricar herramientas y armas, hasta que llegó el hierro y lo desbancó. Entonces el bronce paso a utilizarse para usos ornamentales y de lujo, y se convirtió en el material insustituible para hacer campanas y obras de arte , como las esculturas de bronceEn la escultura los metales como el bronce se utilizan especialmente en monumentos públicos - cuando caminamos por las calles o plazas de una ciudad, muy a menudo pasamos por delante de monumentos de bronce-, y su uso en escultura tiene muchas más aplicaciones y abraza des de obres de dimensiones imponentes (como las puertas del baptisterio de Florencia) hasta estatuas de pocos centímetros (como las estatuitas de bronce de gran difusión en el coleccionismo privado). El metal más utilizado con diferencia para la escultura es el bronce, que se trabaja mediante distintas técnicas de las cuales la más extensa es la de la “cera perdida”. Este procedimiento consiste en aplicar directamente la cera sobre un núcleo de arcilla reforzado internamente por una estructura de hierro. Seguidamente, se recubre el modelo con una capa de tierra bastante espesa para que pueda soportar la presión de la colada metálica. Esta cobertura (que recibe el nombre de molde) presenta un sistema complejo de canales para el paso de la cera y de ventilación para la expulsión del vapor que produce la fusión. La cocción de esta masa en el horno provoca la fusión de la cera, que se elimina a través de los conductos pertinentes y endurece la tierra del núcleo y del molde. En el hueco ocupado por la cera se introduce la aleación fundida que, al solidificarse, reproduce el modelo. Entonces se deshace la cobertura de tierra y se extrae el núcleo interno. De esta manera se obtiene el producto definitivo, que es un ejemplar único ya que ha hecho falta romper el molde y se ha perdido el modelo de cera (otras técnicas, en cambio, permiten reproducir más copias del modelo). Artelista.
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