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He solicitado al Sr. Morillo, que dirige y coordina esta exitosa ventana virtual de todo lo local, a la que se asoman diariamente tres millares de internautas, insertar en esta fecha, el 27 de enero,  la colaboración que me dispongo a desarrollar con algunos datos y apuntes biográfico de un portuense de cuna: Martin de Garay Perales. Es la misma fecha en la que, hace 242 años, (número capicúa) recibió este ilustre personaje, dos veces ministro de Hacienda entre otros muchos e importantes cargos que desempeñó, el líquido bautismal en la pila de nuestra iglesia Mayor Prioral un día después de su nacimiento.

Corría el año de 1771 (también capicúa) fecha en la que se asentaba en nuestra ciudad el Regimiento de Caballería de Santiago, cuyo capellán castrense, de nombre Antonio Ruiz Navarrete, fue el encargado del ritual sacramental del hijo de uno de los capitanes de dicho Regimiento llamado Martin de Garay Martínez de Villela y de su joven esposa, María Sebastiana Perales Franco, aragonesa como él, de la Almunia de Doña Godina. Al recién nacido, primogénito de la pareja, se le impuso el nombre de Martín, como a su padre, abuelo y bisabuelo, añadiéndoles los de Policarpo, Sebastiano, Francisco, Felipe, Joaquín, Antonio y Vicente. Posteriormente, lejos de estas tierras del Sur, la pareja tendría otros tres hijos, hermanos de nuestro protagonista; dos varones: Mariano Joaquín y Faustino José, que fueron ambos Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén,  y una hembra: Bárbara de Garay Perales.

Firma de Martín de Garay Perales.

Actuó de padrino, un fraile capuchino en representación del Obispo de Barbastro, el  Sr. Don Fernando de Perales, tío abuelo del cristianado. Su ilustrísima, en esa fecha, era victima de una enfermedad “grave y dilatada” que le mantenía sumido en una especie de sopor que le dejaba inútil para el gobierno de la diócesis. Veinte meses después de apadrinar a su sobrino perdió la mitra. Se le retiró del cargo por “privación de potencias y torpeza corporal” y al poco tiempo falleció (22-11-1772). En su familia materna, que poseían la Baronía de Latorre, hubo también otro notable clérigo, Fray Pedro Mercado, franciscano guardián del convento de Belén y del de San Juan Bautista de las montañas de Judea.

Debieron asistir a la ceremonia compañeros de armas del padre y, tal vez, sus superiores jerárquicos, el Sargento Mayor Don Francisco Xavier de Santiesteban y el coronel del regimiento,  el Brigadier Marqués de Casa Henestrosa. Años después, en 1793, justamente 22 después de esta fecha, (otro número capicúa) Martín de Garay padre, que ocupaba ese último cargo citado, el de coronel del Regimiento de Caballería de Santiago, fallecería en el feudo familiar, aprovechando esta circunstancia el joven Martín de Garay (IV de este mismo nombre) que era un imberbe militar con el empleo de alférez, después de estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, pasar por la Real Academia y Picadero Militar de Ocaña, ocupando una de las 18 plazas asignadas a los hijos de la oficialidad  y debutar en algunas acciones bélicas de la Guerra del Rosellón, para retirarse a su pueble natal con la excusa de su primogenitura y, por tanto, de su obligación para con su familia.

Placa que se encuentra en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.

LIBREPENSADOR, INNOVADOR Y CULTO.
No era un hombre de acción, más bien todo lo contrario. Un librepensador, innovador y culto que se transformó en experto economista en los siguientes lustros hasta ser considerado entre los más importantes y prestigiosos de su época en toda Europa. Si insertamos su nombre en un buscador de la red de Internet aparecerán más de veinte mil referencias con cuyo contenido se puede desmenuzar su trayectoria  pública y conocer los diversos cargos de responsabilidad que ocupó durante el periodo que duró la invasión francesa y años posteriores, tanto en la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, de la que fue Secretario de Estado como ejercitando de forma interina la dirección del Ministerio de Estado y Asuntos Exteriores.

MINISTRO DE HACIENDA.
Después sería “fichado” por Fernando VII para el Ministerio de Hacienda, salvando –según algunos historiadores- a la corona de la bancarrota con sus acertadas gestiones en el corto periodo que medió entre su nombramiento, curiosamente el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre de 1816, y su cese, un cese administrativo realmente, el 4 de Febrero de 1817, pues en la misma fecha  fue nuevamente nombrado ministro, en esta ocasión con una duración en el cargo algo más extensa, casi un año y medio. El encargo regio fue el de regenerar la economía nacional, remodelando el sistema tributario existente. Cuando Garay expuso que para conseguir esa meta era indispensable una desamortización general y suprimir buena parte de los privilegios de la nobleza, además de hacer tributar más al que más poseyese, el circulo de influencia de la corona, formado por nobles, generalmente grandes terratenientes, debió ver esa teoría como una blasfemia al conservadurismo imperante y una amenaza evidente hacia sus propios intereses, retirándolo del cargo, lógicamente. /En la imagen, portada del libro 'Biografía de un liberal aragonés: Martín de Garay. 1771-1822', escrito por su descendiente Nuria Alonso Garcés.

LA ALMUNIA DE DOÑA GODINA.
El resto de su vida, que apenas se prolongaría un lustro, lo pasó en la comarca aragonesa en la que habían nacido y vivido sus antepasados.  Nuria Alonso Garcés, que se autodefine como la única descendiente con estudios de Historia, ha publicado un extenso trabajo titulado: “Ideas y pensamiento político de Martín de Garay” en el que indica: “Martín de Garay nació en 1771 en el Puerto de Santa María, Cádiz, aunque siempre se consideró aragonés a causa de que su familia había vivido en La Almunia de doña Godina –un pequeño pueblo de Zaragoza- desde el siglo XVI.”  Y al que se trasladó a muy corta edad, debemos añadir, llegando incluso a solicitar y obtener su familia la inscripción del acta de bautismo en los libros parroquiales de aquella población zaragozana, hecho consumado en 1782 con la autorización y beneplácito del Vicario General del Arzobispado de Zaragoza, hecho este que ha confundido a algunos biógrafos a la hora de determinar el lugar de nacimiento de Garay.

La plaza, que tuvo funciones de plaza de Toros, de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza). Está enterrado en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Y tiene calle a su nombre en el pueblo, detrás de la plaza que aparece en la fotografía.

DESMONTANDO EL ANTIGUO RÉGIMEN.
Continúa esta autora y descendiente comentando que, aunque “emprendió una reforma de la Hacienda cuando ocupó ese ministerio, lo cual es sobradamente conocido,  también tomó parte en importantes decisiones que contribuyeron a desmoronar las viejas estructuras del Antiguo Régimen en España, lo cual solo conocen contados investigadores. Su pensamiento político e ideas permanecieron ocultos en medio de su archivo privado por el espacio de doscientos años.”   

En 1820, al inicio del trienio liberal fue llamado a Madrid para que formase parte del Consejo de Estado pero el agravamiento de su enfermedad, la terrible tuberculosis, que era un mal prácticamente incurable en esa época, le obligó a abandonar definitivamente cualquier actividad, retirándose a la Almunia de doña Godina, donde falleció en 1822.

CON LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

En la imagen de la izquierda, alegoría de la Constitución de Cádiz de 1812.

Hemos visto con asombro como siendo un personaje bastante relacionado con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, en cuyo Bicentenario, recientemente finalizado,  El Puerto y los portuenses no hemos tenido ningún protagonismo, no se aprovechase la condición de ser El Puerto de Santa María su ciudad natal para, al menos, hacer un guiño a la historia oficial del evento, reivindicando al personaje como algo nuestro. Y es que podemos sentirnos orgullosos de él, que es “gente del Puerto” pues dejó fama de sabio, íntegro y patriota y al decir de los que lo trataron, estaba dotado de un carácter afable y bondadoso.  De todo ello he querido dejar constancia en el 191º (¡otro capicúa!) aniversario de su muerte, ofreciendo algunas de las pinceladas menos difundidas de su biografía que lo conectan con nuestra ciudad. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA).

Desde que se inaugurara en 1889 la Plaza de Isaac Peral, con el Palacio de Justicia que nunca llegaría a serlo y que devendría en Ayuntamiento hasta 1975, cuyo regreso parece inminente, muchas vicisitudes se vivieron en el solar del que fuera Convento de San Antonio de los Franciscanos Descalzos.


En la imagen, el octogenario Juan Segura Lobo, propietario que fue de el Bar ‘El Chorro’, ver nótula núm. 1.588 en Gente del Puerto, el día que se inauguró el aparcamiento de Isaac Pera.

Durante el primer mandato del independiente Hernán Díaz Cortés, a principio de los noventa del siglo pasado y con la oposición de grupos ecologistas y diversas personalidades y fuerzas vivas de la Ciudad, se cumplía una de las promesas electorales del alcalde Díaz: hacer un aparcamiento subterráneo en Peral --y retornar el Ayuntamiento--, aunque para ello tuviera que cambiar sustancialmente la fisonomía de la plaza, con la desaparición de las centenarias araucarias.

La plaza de Isaac Peral antes de su última transformación.

La plaza de Isaac Peral en la actualidad.

El aparcamiento subterráneo de la Plaza de Isaac Peral, fue inaugurado sin grandes ceremonias por Díaz Cortés, quien aseguró que la remodelación de la superficie del parking estaría terminada en poco mas de un mes y medio añadiendo entonces que «será la plaza con la vegetación mejor cuidada de la ciudad». En el acto de apertura se anunciaba que si el de Peral funcionaba bien, se promovería la construcción de otros aparcamientos de este tipo, «dado que se seguirán peatonalizando diversas calles del casco urbano, como Vicario, Cielo y Palacios». Vicario se peatonalizaría, para luego abrirla de nuevo al tráfico rodado, pero no así Palacios y Cielos, que si experimentaron una reforma en el piso e iluminación. Si bien Díaz Cortés no pudo ver como alcalde inaugurado el Ayuntamiento en Peral, si fue el impulsor de la citada obra.

El desaparecido Convento de San Antonio de los Franciscanos Descalzos. La Inmaculada Concepción que se conserva en el Mercado Municipal procede de dicho establecimiento.

CONVENTO DE LOS DESCALZOS.
“La Plaza de Abastos fue construida con el material de cantería del derribo del Convento de San Antonio de los Franciscanos Descalzos en 1868, tras la desamortización de los bienes de la iglesia decretada por la Junta Revolucionario creada en El Puerto, tras el triunfo del pronunciamiento militar iniciado por el almirante Topete el 18 de septiembre de ese mismo año. Se acordó la expulsión de la Orden de la Ciudad. El Convento  ocupaba todo el solar que hoy es plaza pública, así como el del edificio del antiguo ayuntamiento. En su origen, esta plaza fue creada como un lugar de esparcimiento público en pleno centro de la ciudad, que en un principio sólo fue un terrizo sin urbanizar y que iba a llevar el nombre de plaza de la Libertad, fue conocida como plaza de los Descalzos hasta 1890, año en que por petición popular se le dio el de Isaac Peral”. (CMPH).

Elías Py Rodríguez fue durante 10 años Secretario de la Comarca de Jerez de UGT, cuando consolidó el sindicato. Es maestro de escuela, de primaria. Lector empedernido desde la novela al ensayo, se metió en política con el partido de Tierno Galván, el PSP, que luego se integraría en el PSOE. Hoy colabora con el Foro social y reflexiona mandando datos y estadísticas a su lista de correos por internet.

--¿Como es eso de lanzarle un pulso al gobierno, desde otra estructura consolidada, como son los sindicatos?
--Los sindicalistas no somos ni boxeadores ni médicos, pero notamos que este gobierno empieza a tener el pulso muy débil.

--Entonces… después de la huelga general, ¿Qué?
--Habrá que seguir dándole "medicina" al gobierno... si no mejora su pulso social...

--En su etapa de Secretario Comarcal de la UGT, logró elevar la representación de su sindicato de los 150 delegados a casi 600. ¿eso escuece o enriquece?
--La "sopa" sindical de la comarca empezó a estar más jugosa... se enriqueció

--Y, para un maestro de escuela de primaria, hoy jubilado, ¿era más fácil lidiar con los problemas de los chiquillos que con los de los adultos y su problemática laboral?
--¡Los niños nos lidian a los maestros!

--Eso de que esta provincia es la que tiene más paro de Europa, ¿es un mito, una estadística, una lacra…?
--Es una jodida realidad, a la que ni los empresarios ni las administraciones han sido capaces de buscar soluciones adecuadas.

--En su etapa de militancia en el partido de Tierno Galván allá por 1975, el PSP que luego se fusionaría en el PSOE, aparte desde la juventud, ¿Cómo se veía la nueva actividad política?
--Era muy ilusionante, aunque la realidad es cabezona y nos hizo aterrizar.

--Y ahora, los partidos son más máquinas electorales y oficinas de empleo, que transformadores de la sociedad,  ¿necesitan un revulsivo las organizaciones políticas?
--Como se dice en mi pueblo, los partidos de izquierda necesitan "triquitraque", es decir, revulsivos que le hagan acercarse a la gente.

De izquierda a derecha, Elias Py, desconocido, Rafael Valiente Moreno, desconocido, Esteban Caamaño Bernal, Ramón Rubial Cavia, Tina Aguinaco, Pepe Valiente, Pablo Expósito, Milagros Sanz Ganaza, desconocida, Fernando Mena, y Rogelio, ante el desamortizado Penal, donde estuviera preso el que fuera presidente del PSOE, Rubial.

--¿Es cierto que Vd. es un introvertido, que medita los problemas en solitario, hasta que haya una solución idónea?
--Soy muy introvertido, aunque procuro superarlo obligado por las circunstancias.

--Así, después de pensar y repensar los problemas sociolaborales de El Puerto durante tantos años, ¿tiene alguna receta para el pleno empleo?.
--Hay muchas recetas, lo que no sé es si hay "farmacéuticos" dispuestos a elaborar la "medicina". (Texto: José María Morillo).

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Victor Unzueta Gabiola (Vitocho, como era conocido familiarmente) nació en 1921. De ascendencia vasca, aunque portuense por varias generaciones, era natural de El Puerto, ciudad por la que mantuvo un gran cariño toda su vida.  Su predilección por El Puerto fue tan grande, que incluso en sus últimos meses, cuando la enfermedad de alzheimer le hurtaba la memoria, recordaba con claridad y emoción el nombre de cada calle, cada rincón portuense y el lugar de residencia de las muchas amistades que tuvo.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, Víctor Unzueta ejerció como abogado desde 1952 con despacho propio en su casa familiar, situada en la esquina de las calles Larga y Santo Domingo, donde residió con su mujer Sofía Melgarejo Osborne y con sus hijos Amparo, Fernanda, Lupe, Víctor y Cristina, antes de trasladarse a la calle Galeote de Vistahermosa, donde también se regentó una tienda de muebles clásicos y en la actualidad tiene su despacho de Gestoría José María Martín (ver nótula núm. 1545 en GdP). Fue empleado del Ayuntamiento y de la empresa privada, así como Juez sustituto. Formó parte de las Asociaciones de Padres de Alumnos de los colegios de sus hijos, tanto de enseñanza pública como privada

Víctor Unzueta Gabiola estuvo vinculado al mar desde su juventud, llegando a ser uno de los socios fundadores del Real Club Náutico en 1948. Su hijo Epi (ver nótula núm. 906 en GdP) es un reputado navegante.

De izquierda a derecha, Elías Martín, Carlos Campoy, Victor Unzueta, José Luis Poullet, Carmen Fernández y Pitarque, visitando la lonja del pescado el 21 de abril de 1982/ Foto: Rafa. Col. V.G.L.

El Ayuntamiento le dedicó en diciembre de 2007, en la Costa Oeste, un paseo frente a la Bahía que lleva su nombre, como reconocimiento a su generosidad en un momento muy importante para la historia de El Puerto, como fue la transición política, de la que fue un destacado artífice, siendo la persona más votada en las primeras elecciones democráticas celebradas en la ciudad después de la dictadura, en 1979, cuando se presentó a la Alcaldía como cabeza de lista de UCD, aunque no fue alcalde debido al pacto político de los partidos de izquierdas (PC, PSOE y PSA).

Victor Unzueta, arriba a la derecha, durante la celebración de 10 Años de Ayuntamientos Democráticos. Concejales electos: 1979-1989 La fotografía tiene 23 años: abril de 1989. El alcalde de la Ciudad, era el socialista Juan Manuel Torres Ramírez. (ver nótula núm. 827 en GdP).

Pese a ello, aun se le recuerda por la forma de hacer política: marcada por la educación, la amabilidad y los buenos modales hacia toda la Corporación, lo que allanó el camino para el cambio democrático en la Ciudad. Falleció en la madrugada del jueves 30 de abril de 2009 de un fallo cardiaco, a los 88 años de edad.

Candidatura a concejales por UCD en 1979. (1).

Candidatura a concejales por UCD en 1979. (2).

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diegoutrerasanchez_puertosantamaria

Nace el 14 de agosto de 1950 en la calle Palacios, hijo de porteños por ambos padres. Su abuelo materno tenía una casa en la calle Luna, en la parte baja se ubicaba la Ferretería Sánchez y arriba la vivienda donde la familia se traslada al fallecimiento del abuelo. Se califica como "un Leo venido a menos", ya que la ilusión, la esperanza y los proyectos son productos perecederos a los que se les acerca la fecha de "fin de consumo preferente"...

LOS UTRERA Y LOS SÁNCHEZ.
Su padre, Diego Utrera era porteño. Con apenas 14 años entra de ‘chicuco’ en el comercio de ultramarinos de la viuda de Mendez en la calle Ganado, a la que posteriormente compra la tienda en la que permanece hasta que la edad empieza a pasarle factura.. Conocía a un alicantino que era patrón de pesca quien, al tener doble parte de pescado en el reparto de las capturas, le llevaba una cantidad de pescado que cambiaba por artículos de alimentación. «Nunca supe cómo valoraban la mercancía para que el trueque fuese justo» recuerda su hijo Diego.

Algunas tiendas tenían alguna actividad singular (el tueste de café de La Giralda), la de su padre era vender chucherías a los carrillos y quioscos. También fue proveedor de caramelos para la Cabalgata de Reyes. E incluso le reconocían tener un jamón de calidad. Una firma bodeguera, Osborne, le compraba jamones para regalo. Su madre se llamaba Josefa Sánchez. El padre de ésta tenía una tonelería y la ferretería Sánchez en la calle Luna, que luego regentaron sus tíos Salvador, Pepe y Paco Sánchez. /En la imagen de la izquierda, con su padre, en la pista de 'coches choques' de la Feria.

LOS ESTUDIOS.
Diego es el segundo de cuatro hermanos (Ignacio y las mellizas Pero y Luisa), da un susto a su madre cuando con 3 años se presenta sólo en casa el primer día de colegio en La Divina Pastora, donde permanece hasta examinarse de Ingreso en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez. Aconsejados sus padres por la directora, hace la Primera Comunión cuando aún no había cumplido los 6 años "porque sabía leer y escribir". El bachillerato lo cursa en el colegio de La Merced y, al no ser un centro reconocido, los exámenes finales los seguía realizando en el citado Instituto jerezano, de donde guarda recuerdos del Padre Becerra en religión y de José Cádiz Salvatierra en geografía.

CONOCE A JUAN DEL RÍO.
Ingresa en el Centro Marcelo Spinola en Umbrete (Sevilla), donde jóvenes con inquietudes religiosas maduraban su posible futuro ingreso en el Seminario a la vez que finalizaban sus estudios de Bachillerato Superior. En su promoción figuraba el ayamontino Juan del Rio, hasta hace poco Obispo de Jerez o Miguel Ángel Morales Jerez, párroco de La Milagrosa. Y nuestros paisanos Luis Merello Govantes,  párroco en Los Palacios, y Falele Muñoz Bellvis, párroco en Sevilla.

CRUZADOS, MEMPHIS…
En aquella época conoce a José Ignacio Buhigas, con quien comparte ilusiones periodísticas en la publicación ‘Cruzados’ bajo el cariñoso amparo del inolvidable Agustín Merello. Entre las hazañas de la época figuran las entrevistas a Raphael y María Dolores Pradera en la Gala veraniega que la Cruz Roja organizaba en Los jardines de Terry. El compromiso cultural les lleva a fundar la agrupación "Memphis", plataforma juvenil de "Medusa", donde los "mayores" (José Luis Tejada, Zaccagnini, Faelo Poullet, Javier Renedo, Alfredo Bootello, etc.) les acogen encantados.

Verano de 1974, con su primera mujer, Elena de nacionalidad francesa y su hijo David, en la Plaza de Isaac Peral.

Verano de 2012, 38 años después de la fotografía anterior, con Elena, ya jubilada de maestra en Francia y actualmente ejerciendo de porteña. Su hijo David es preparador físico en Qatar.

PSICÓLOGO EN FRANCIA.
Estudia Preuniversitario en San Luis Gonzaga y se traslada a Sevilla donde trabaja como educador en un colegio de la ONCE para niños ciegos. Atado por la edad militar y titular de la primera prórroga, solicita revisión médica alegando molestias a raíz de una fractura de pierna. Tras una semana en el hospital militar, donde leía a Sartre, le conceden una prórroga temporal por un año, lo que le permite obtener un pasaporte y establecerse en Francia. Simultanea los estudios de Psicología con el trabajo de educador en un centro psicopedagógico para niños con trastornos de la personalidad y de la conducta. Posteriormente realiza la formación de director de centros socio-sanitarios en la Escuela Nacional de Salud Pública.

Caseta de Feria de los Andalucistas en los primeros años de la década de los noventa del siglo pasdo. Vemos a un jovencísimo Antonio Jesús Ruiz Aguilar, el ex alcalde de San Fernando Antonio Moreno Olmedo, Diego Utrera, agachado Arturo Armario y otros responsables provinciales y locales de dicho partido.

TRABAJO EN JEREZ.
Vuelve a España en 1987 para vivir la democracia en su país. Tras un año en Almería, donde conoce el proyecto andalucista, vuelve a casa para dirigir el departamento de Servicios Sociales Especializados en el Ayuntamiento de Jerez,

Antonio Moreno, entonces alcalde de San Fernando y cargo orgánico del PA.

CONCEJAL ANDALUCISTA.
La militancia política la ejerce en su ciudad natal, donde en 1991 es elegido concejal andalucista, hasta 1995. Guarda el grato recuerdo de haber propuesto el nombre de José Luis Tejada para el Instituto que así se denomina. Partidario de listas abiertas, piensa que actualmente estar en la oposición es inútil e inoperante. Vuelve a Francia en el año 2000 para dirigir un complejo asistencial para discapacitados psíquicos. Actualmente está jubilado de su actividad profesional en Francia.

Hace muchos años que lo vengo observando. Su papel dentro de la organización socialista local es como el del funcionario que garantiza la continuidad en una institución. Si bien tiene sus propios criterios --cada vez con menos instintos primarios-- es una persona que siempre estará al servicio de los colores que defiende: los del POSE, fuera aparte del agrado o simpatía que sienta por quien lo encarne. Ha tenido la oportunidad de ser concejal en varias ocasiones, cediendo su puesto y dejando que corriera la lista. Pero es, lo aseguro, una persona imprescindible dentro de la agrupación local socialista. Que no me tome a mal la comparanza, es como el sacristán de la Prioral o el jefe de mayordomía de Diputación; conoce los pasos que hay que dar, se sabe estatutos y reglamentos y tiene memoria histórica suficiente para saber donde estaba cada uno hace un puñado de años. Tantos como desde la refundación del PSOE en El Puerto con la democracia. Antonio Bollullos Altamirano es alguien que ha estado mucho tiempo en política orgánica, no se ha lucrado con la misma hasta el punto que le costó su puesto de trabajo y pasó un trago amargo cuando, defendiendo visceralmente sus convicciones, fue expulsado temporalmente del PSOE en desacuerdo con la política de pactos con IP hace 21 años.

Con el que fuera alcalde, Juan Manuel Torres, de quien es muy amigo, en una visita al Yacimiento Arqueológico de Doña Blanca en 1989. /foto: Jorge Roa.

Valentía no le faltó en una época de engaño generalizado: diciendo la verdad actuaba como un revolucionario. Luego le vinieron las cosas mal hasta remontar con la fuerza de la razón. Ni la política torticera ni el poder de muchos pudieron con Antonio. Alguien que puede contarnos desde su perseverante militancia socialista la historia de la nueva etapa de los ayuntamientos democráticos. Siempre desde una postura, la del militante que permanece, mas allá de vaivenes, cambios, filias y fobias, convencido de que quien quiere hacer algo encuentra un medio. Es parte del mobiliario sentimental socialista de El Puerto, con mas años, mas retranca, pero un referente para los valores de militancia, que tiene el corazón caliente por el partido. No forma parte, en la actualidad, del comité local. (Texto: José María Morillo).

El 3 de marzo de 1947, una representación de la Corporación Municipal, presidida por el alcalde Ignacio Osborne Vázquez, bajo mazas y con clarineros, se desplazó a a Jerez de la Frontera, como otras corporaciones del entorno.

En la imagen podemos ver al macero Manuel Camacho Luque; Antonio de la Torre González; Francisco de Bernardo Fernández; 2 desconocidos; Pedro Salvatierra Armengol; Ignacio Osborne Vázquez (Conde de Osborne y Alcalde de la Ciudad); Manuel Gago Vélez, desconocido; y el secretario Federico Sánchez Pece, por la plaza de las Angustias. /Foto: Colección V.G.L.

El motivo no era otro que recibir los restos mortales del cuerpo del que fuera dictador en España, el capitán general jerezano Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, quien fallecido en París, en el modesto Hotel Pont Royal el 16 de marzo de 1930, fue trasladado a su ciudad natal el 26 de marzo de 1947 a la iglesia de la Merced. La comitiva fúnebre estuvo compuesta, además por la familia del que fuera marqués de Estella y todas las representaciones civiles, militares y religiosas de la provincia, por un fuerte contingente de tropas del ejército que jalonaban las calles de la vecina población.

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El 4 de mayo es el 124.º día del año en el calendario gregoriano. Aquel día de 1994, hace 18 años, se reunía la entonces activa tertulia de ‘Una Alto en el Camino’ que contaba con la presencia del consejero delegado de ‘Impulsa El Puerto, S.L’, José Gijón Gallego, estando también presente el entonces Coordinador de los Servicios Municipales de Fomento, Antonio Caraballo, siendo alcalde Hernán Díaz Cortés, de Independientes Portuenses,  merced al pacto de gobierno alcanzado con el PSOE para el mandato 1991-1995.

De izquierda a derecha, el entonces gerente de Impulsa El Puerto, José Gijón Gallego, el propietario de 'Un Alto en el Camino', Manuel Jesús González Reyes y el entonces Coordinador del Área de Fomento, Antonio Caraballo Crespo. /foto: Fito Carreto.

Los temas centrales de la tertulia fueron la fusión de la Caja de Ahorros de Jerez por absorción de la Caja San Fernando de Sevilla, (José Gijón provenía de dicha entidad financiera) que pasaría a denominarse Caja San Fernando Sevilla-Jerez, y que luego derivaría en Caja Sol y ahora se denomina Banca Cívica. Entre los asistentes interesaba conocer porque se había constituido Impulsa El Puerto como sociedad limitada y no anónima, planteando algunos sus dudas sobre el futuro de esta empresa pública municipal.

El ambiente estuvo caldeado por los acontecimientos de corrupción política y económica que salieron a la luz aquel 4 de mayo de 1994, hace 18 años:  Manuel de la Concha ex síndico de la Bolsa de Madrid y socio fundador del Banco de Inversiones Ibercorp y a Mariano Rubio, ex gobernador del Banco de España,  fueron detenidos por orden de los fiscales del 'caso Rubio', que habían presentado una querella por delito fiscal y falsedad documental continuada, puestos a disposición judicial, y llevados a la cárcel de Carabanchel y días más tarde a la de Alcalá-Meco, siendo procesados ambos por los denominados ‘caso Ibercorp’ y ‘caso Rubio’. De la Concha, para quien la fiscalía pedía 15 años de prisión en el ‘caso Ibercorp’  que se vio reducida a un año tras un acuerdo entre la defensa y el fiscal. No fue a la cárcel a pesar de estar condenado dos veces,  tras una nueva condena de seis años en el ‘Caso Rubio’. Mariano Rubio estuvo poco tiempo en prisión.

Gracias al tropiezo casual de un breve documento de solo dos folios en los protocolos notariales de 1809, cuyo texto íntegro reproducimos al final, podemos enjaretar una especie de crónica social en el tiempo de la Guerra de Independencia, descubriendo y dando a conocer la presencia de la nieta de Felipe V, hija del Infante Don Luis de Borbón y XV Condesa de Chinchón en El Puerto de Santa María. / Teresa de Borbón, Condesa de Chinchón, óleo sobre lienzo de Francisco de Goya y Lucientes. ~1800. Museo del Prado.

Hasta febrero de 1810 no se posesionan y acuartelan las tropas francesas en nuestra ciudad. Unos meses antes, en el verano del año anterior, esta dama que tenía tratamiento de Alteza, acompañada de un pequeño séquito de amigos cortesanos y sirvientes residió aquí durante un ‘periodo de tiempo que no hemos conseguido determinar, procedente de Sevilla, ciudad a la que se había trasladado la Junta Central que hacía las veces de gobierno de la nación, desde Aranjuez, donde se constituyó. El grueso del grupo, que había acompañado a Don Luis María de Borbón, arzobispo de Toledo y hermano de la condesa, a la que había cedido su título en 1803, en ese exilio obligado por el imparable avance del ejercito francés, para huir de las calores del verano y poner más distancia de por medio con los invasores, dejaron Sevilla y se repartieron por diversas ciudades de la bahía y Cádiz capital, quedando en Sevilla  los vocales de la Junta y sus colaboradores y asistentes.

S.A. María Teresa de Borbón tenía 28 años cumplidos cuando estuvo en nuestra ciudad, pues había nacido en el palacio de Velada el 26 de noviembre de 1780. A pesar de su juventud, su nobiliaria espalda, había soportado una pesada carga sentimental, llena de sinsabores y desengaños. Huérfana de padre a  los cinco años, su tío, el rey Carlos III, encargó de su educación al obispo Lorenzana que la separó de la madre y la enclaustró en un monasterio cisterciense (a ella y a su hermana María Luisa) con el pretexto de su formación, convento este del que, prácticamente, salió para casarse, Al mismo tiempo,  una pragmática real impedía que ella y sus hermanos pudiesen usar el apellido paterno (Borbón), orientado a su hermano varón a escoger la carrera eclesiástica para anular cualquier posibilidad de acción dinástica.

El Puerto de Santa María a principios del siglo XIX. Recreación de Adrián Ferreras.

El acceso al trono del hijo de Carlos III, que reinó como Carlos IV, primo de ella, supuso un cambio importante. Le propusieron casarse con el todopoderoso primer ministro Godoy, Príncipe de la Paz. Todo parece indicar que para intentar paliar el escándalo de las relaciones de este con la reina María Luisa. Tenía entonces 17 años. Su hermano mayor, que por esos años era arcediano en Talavera, negoció y supo rentabilizar la oferta: recuperación del apellido Borbón para los tres hermanos, elevación al rango de Grandes de España de primera clase, el arzobispado de Sevilla y la mitra toledana para él,  traslado de los restos de su padre al monasterio de El escorial, diez mil pesos de renta para la hermana menor, María Luisa, que carecía de heredamientos, el pago de la dote de María Teresa (que ascendió a 5.000.000 de reales y percibió Godoy) y que el futuro marido se deshiciera de su amante “oficial”, la archipopular Pepita Tudor.

Aceptadas, aparentemente, las condiciones, el enlace entre María Teresa de Vallabriga, ahora María Teresa de Borbón  Vallabriga y Manuel Godoy y Alvarez de Faria, duque de Alcudia y de Sueca se celebró en El escorial el 2 de octubre de 1797. Con esta boda, María Teresa pasó a ocupar la mayor dignidad en la Corte, después de la Reina, cumpliéndose al mismo tiempo las premisas acordadas, ya que su hermano Luis María sería elevado a la púrpura cardenalicia, arzobispo de Toledo y primado de España. Incluso se obtuvieron otros honores y privilegios que podemos calificar de extras: su madre, Dª María Teresa de Vallabriga, de la que dijeron que había desatendido a su esposo en sus años finales y tenido aventuras con los criados, sería reconocida como Infanta y condecorada con la Orden de María Luisa. Bueno, todas las condiciones se cumplieron, excepto una, pues Pepita Tudó se fue también a vivir al domicilio conyugal. /En la imagen, Manuel Godoy.

Godoy, al que se describe como un apuesto varón, alto, fuerte, rubio, de tez clara y sonrosada,  a sus 30 años estaba en plenitud de facultades y mantenía simultáneamente tres frentes: María Luisa, la esposa de Carlos IV, su amante Pepita Tudó y la esposa oficial, a la que según apreciación de algunos cronistas, maltrataba sádicamente para combatir su frigidez.

Así las cosas, después de un aborto, dio a luz por primera y única vez una niña, bautizada como Carlota Luisa, apadrinada por los reyes y, de hecho, criada por ellos ya que la madre nunca ocultó su aborrecimiento hacia la hija que engendrara Godoy, abandonándoles, a ella y a su padre, cuando tenía 7 años, aprovechando el motín de Aranjuez, en marzo de 1808.

Desde esa fecha estuvo siempre al lado de su hermano, acompañándolo a Andalucia y, en este punto, conectamos de nuevo con su presencia, en el verano de 1809, en nuestra ciudad. Preocupada por sus negocios y propiedades, desatendidos al ausentarse el administrador de confianza, dio poderes a  un cargo del gobierno, en Madrid, documento redactado en una escribanía de El Puerto, cuyo texto reproducimos íntegramente:

La serenísima señora doña María Teresa de Borbón, Grande de España de primera clase, condesa de Chinchón, Señora de Boadilla del Monte, su termino y jurisdicción, Alcaide perpetuo de los Reales Alcázares y fortalezas de la ciudad de Segovia, Alférez Mayor, igualmente perpetuo de ella, patrona única y perpetua de la capilla y Cabildo de Nuestra Señora de la Piedad de Chinchón y de la Religión universal de San Francisco...  Su Alteza otorga y da Poder, amplio, facultativo y bastante como de Derecho se requiere y es necesario al Sr. Don Pedro Regalado de Garro, ministro del Tribunal Mayor de Cuentas y Consejo de Hacienda...  en virtud de hallarse ausente de Madrid, por disposición del gobierno francés, su apoderado y administrador general, señor Don Francisco de Campos, se le entregue  cuantos papeles, archivos y demás documentos, pagarés, libranzas y cantidades que correspondan y sean de la pertenencia de dicha Serenísima Señora y correspondiente a sus Estados, Señoríos y administración que tenía a su cargo, sin que ninguna otra persona, aunque manifieste otros poderes pueda oponerse a esta determinación de S.A. por convenir a su servicio y hallarse autorizada para determinar en estos asuntos sin intervención de nadie, mediante tenerlo así mandado nuestro muy amado Soberano, el Señor Fernando Séptimo (Q.D.G.) en su Decreto de 25 de marzo del año próximo pasado de 1808.  Por manera que hasta que S.A. se digne elegir y nombrar Apoderado y administrador general a su voluntad, conserva este destino el ausente y quedará sin uso por ahora el título que se le despachó con fecha 3 de abril del dicho año de 1808 en que nombra al referido Caballero Campo su Apoderado y Administrador General y en calidad de particular comisión, declara al mencionado Sr. de Garzo, encargado de todas las funciones de aquel, como si efectivamente tuviese el título de Apoderado y Administrador General de S.A. que así lo otorgo y firmo.

El documento está fechado en El Puerto de Santa María, el 18 de julio de 1809 y firman como testigos Antonio Iparraguirre, Carlos Manvelli y Domingo Rodríguez del Cantón, criado de S.A. Serenísima, de  quienes da fe conocer el notario. Firman y rubrican: La Condesa de Chinchón y el escribano Cayetano Mauleon Hurtado.

Después pasaría a Cádiz, donde vivió en primera fila los acontecimientos que rodearon a la Constitución cuyo segundo centenario hemos celebrado recientemente y en los que su hermano tuvo un especial protagonismo.  Debido a su vinculación con los constitucionalistas y sus ideas liberales se exilio en París junto con su hermana María Luisa y el esposo de esta, el duque de San Fernando. Allí falleció en 1828, cuando le faltaban dos días para cumplir 48 años de edad, de cáncer de útero.  Después de muerta le concedieron en propiedad la mitad de los bienes confiscados a Godoy, bienes que pasaron por herencia a poder de su hija Carlota Luisa y su esposo, el príncipe italiano Camilo Ruspoli. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA).

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El Convento de Santo Domingo fue destinado a Instituto Laboral, habiendo recibido con posterioridad diferentes denominaciones. (Ver nótula núm. 56 en GdP). Reproducimos aquí sendas imágenes de la bendición del edificio como tal Instituto Laboral, a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. /Fotos: Colección Vicente González Lechuga.

En la imagen vemos al niños Antonio Ortega Rojas hablando con el ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz-Jiménez Cortés, y los niños Alejandro Muñiz, José Crespo LLorca, Francisco Ferrer Palacios, Manuel Moreno Romero; el Marqués del Arco Hermoso Alejandro Romero Osborne; a la izquierda de la imagen aparece el Conde de Osborne y a la derecha,  Luis Caballero Noguera y el que fuera director del centro, Manuel Martínez Alfonso.

En la imagen, el arcipreste de la Ciudad, Antonio Cía Moreno bendiciendo las instalaciones del Instituto ante el ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Jiménez, en presencia del presidente de la Diputación, Juan Luis Martínez del Cerro y el Gobernador Civil, José María Rodríguez de Valcárcel.

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