
Antonio Mena Rodríguez nació hace 52 años, en su casa, arriba del Bar El Brillante. En el entresuelo de la Pensión Las Columnas. En la calle Vicario frente al Mercado. En este bar se encontraban a principios del siglo XX las cuadras de la Pensión Las Columnas -hoy cerrada- y la vivienda donde se crió Antonio y sus hermanos, fueron el granero y pajar de las mismas. El abuelo de Antonio, Eugenio Mena Fernández reconvirtió las estancias y abrió, en 1909, un despacho de Vinos y Cafés, con el nombre de El Brillante, con el que continúa en la actualidad. Era natural de Prado del Rey y
se afincó en nuestra Ciudad en 1894. A su muerte, en 1956, su hijo Eugenio Mena Ponce se hace cargo del negocio, donde Antonio echó los dientes, y aquí continúa él, -tercera generación- al frente del establecimiento: corregido, mejorado y aumentado, cuando falta un año para que el Bar cumpla un siglo de existencia.
Antonio Mena Rodríguez was born 52 years ago, at home, above Bar El Brillante, in the mezzanine of the Las Columnas Guesthouse, on calle Vicario opposite the Market. The stables belonging to Las Columnas Guesthouse, now closed, were to be found in this bar at the beginning of the 20th century, and the dwelling where Antonio and his brothers and sisters grew up was the stables’ granary and barn. Antonio’s grandfather, Eugenio Mena Fernández reconverted the rooms and opened a Wine and Coffee bar in 1909, given the name El Brillante, which Antonio still has at present. He was born in Prado del Rey and settled in our town in 1894. On his death, in 1956, his son Eugenio Mena Ponce took over the business, where Antonio outgrew his baby clothes, and is still here, third generation, front of shop, the business having been improved and extended.
Eugenio, el padre de Antonio -Añoño para los chiquillos del Barrio donde se crió- se hizo famoso -y continúa la fama hogaño- por los guisos de caracoles, siendo pionero en la introducción de los pinchitos morunos, la merluza rebozada y los ostiones fritos, cuando se podían conseguir éstos en la desembocadura del Guadalete. Rociero desde que tenía pantalones cortos, Añoño se enamoró de una chipionera -Regli- a la que iba a ver en moto todos los días a la villa del Faro. Y se casó y hoy está con él, hombro con hombro en el negocio de hostelería, donde ha sabido imprimir su propio estilo en la preparación de guisos marineros y los diversos tratamientos que le aplica al atún. «Otra recomendación para este bar: el atún en manteca. A imagen pero no semejanza absoluta de nuestro bienamado lomo en manteca, lomos de esta increible criatura marina de almadraba son untados y macerados en este manjar de los dioses que se denomina manteca. Grasa porcina con su sabor elevado a la enésima potencia gracias a la sublimación palato-lingual que produce la adición de especias como el pimentón, que con el sabor rancio de la manteca combina perfectamente para hacer caer al visitante asiduo o parroquiano típico en el éxtasis gastronómico.» (La Taberna de You).
El padre de Antonio tuvo cinco hijos con María Luisa Rodríguez Pantoja, natural de Jerez -uno de ellos es Miguel, presidente de ACOCEN y otro, emparentado con Roque el de la Droguería, trabaja como bancario en una entidad de ahorro andaluza-. La calle del Vicario era uno de los centros de la vida de El Puerto cuando nace nuestro amigo: el Bar Número Tres, muy cerquita a su izquierda, la tienda de zapatos de Mauricio León, Tejidos el Metro, y enfrente la calle Sierpes, repleta de comercios y puestos; el almacén de de Ultramarinos de Eloy Fernández Moro, Tejidos Muro -hoy regentada por su hermano Miguel-, la Barbería de Muñoz, la Pensión las Columnas -al lado, Pansequito tenía una tienda de venta de ropa y baratijas- el Liberato de Librada, Casa Juana, el Bar Ramiro, la Pensión Bartolo, el Bar de Juanito Ceballos, y en la esquina Paco Buhigas con su Lechería e Isidro con un Ultramarinos. Corrían los finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. (Fotografía: Busto de Eugenio Mena Ponce, en 1984, año de su fallecimiento. )
Los vinos que se bebían en El Brillante eran de Bodegas Sancho -Fino Caribe- y manzanillas para continuar surtiendo el altar de botas situado en El Brillante, cuando se cierra esta bodega, con los vinos de Pepín Velarde. Un tal Rubichi, repartía en burro el repuesto para las botas y las melopeas del ciudadano eran sonadas, tanto que, agarrado al rabo del burro, éste lo dejaba en su vivienda de la calle Santa Lucía, cuando ya no podía mas. Curioso personaje este Rubichi, que lo mismo repartía vino en un carro tirado por el burro, que paseaba a los visitantes en un coche de caballos. (Ilustración: Etiqueta de Fino Caribe. Bodegas Sancho).

Fíjense, por su peculiaridad, en este anuncio que parece en un folleto de las Fiestas Veraniegas de 1934, donde el abuelo de nuestro personaje inserta este atípico reclamo publicitario, por lo demás, frecuente en aquellas fechas: «El que quiera conservar la salud, no pruebe los vinos de esta Casa, porque con ellos da congestión, por su mala calidad. Lo dicho lo justifica el dueño de la Casa, recomendando paguen antes de probarlo». Vaya humor en la tierra de Muñoz Seca. (Ilustración: Carteles originales de 'El Pantera', pintados a mediados de la década de 1960, y que se conservan desde entonces en El Brillante).
Viajemos algo mas atrás en el tiempo, imaginen el ambiente de la calle donde se encuentra el bar de nuestro amigo, en el siglo XIX, con esta visión escrita por un viajero romántico en su visita a El Puerto: «Errando a través de sus calles, desembocamos en la plaza del Mercado. Era de noche. Las tiendas y los puestos estaban iluminados con faroles o lámparas colgadas, y ofrecían un golpe de vista encantador, estrellado y salpicado de puntos brillantes. Sandías de cáscara verde y pulpa rosada, higos chumbos, unos con su pellejo espinoso, otros ya mondados, sacos de garbanzos, cebollas monstruosas, uvas de color de ámbar amarillo, capaces de dar envidia al racimo traído de la tierra prometida; ristras de ajos, guindillas y otros géneros violentos, hallábanse amontonados pintorescamente» Teófilo Gautier. Viaje por España. Tomo II, traducido del francés por Enrique Mesa. Colección Universal, Calpe (Madrid, 1920).
Pero si de verdad quieren conocer algo diferente, además de la charla de Antonio, los detalles gastronómicos de su mujer, Regli, o la colección de cuadros del dibujante “El Pantera” de Cádiz, es sobre todo la clientela: variopinta y diferente ya sea en horario de mañana o de tarde, en invierno o verano. Un cosmopolita bar por donde pasan toda clase de criaturas en edad, clase y condición. Tener tiempo para escuchar las conversaciones de la parroquia es todo un privilegio, como conocer a uno de sus personajes más asiduos: Manuel Figuera Morillo (con 'o' como el mismo se encarga de señalar, para que no lo confunda con el apellido del famoso pintor) -en la fotografía-, quien con 88 años continúa acudiendo a diario a su Brillante, ya felizmente jubilado de sus tareas de Tratante de ganado. Otro día contaremos su historia en Gentes y Habitantes de El Puerto.

Llama la atención en El Brillante la colección de dibujos originales del recientemente desaparecido “Pantera de Cádiz”, -nos dejó hará unos tres meses- un escafandrista que fue de Astilleros, natural de Cádiz. Cuando a mediado de la década de los sesenta del siglo pasado venía a la Plaza a comprar, se encerraba con Eugenio en el salón y de allí salían estas viñetas humorísticas, entre latigazo de vinos finos y manzanillas. Allí se encuentran expuestas unos 20 dibujos, pero existen otros mas que
regaló el padre de Antonio a algunos particulares.
LA CALLE DEL VICARIO
Bien que yo te lo decía
--a la Vicaría--:
Bien que siempre te lo decía.
¡Mal pecó quien bien quería!.
Felipe Sordo Lamadrid



que, en el año 2005 es destinado como logopeda al prestigioso Instituto Español "Giner de los Ríos" de la capital lusitana: Lisboa, donde tiene previsto permanecer hasta el 2011, impartiendo clases de Enseñanza Primaria. ¿Regresará Juan a El Puerto? (En las fotografías, Juan Mayo en la actualidad y en 1997, hace once años).
El profesor Mayo es un gran amante de las nuevas tecnologías, algo que supo inculcar en el ambiente familiar. En la actualidad su hijo Carlos es el responsable técnico de la edición en internet de los periódicos La Voz de Cádiz, de Cádiz y Jerez. Es, igualmente, una autoridad internacional por sus conocimientos e investigaciones sobre la Orden de la Cartuja. Prueba de ello es que ha publicado, en los últimos quince años, doce libros sobre esta interesante orden de clausura y es invitado a impartir charlas y conferencias en encuentros nacionales e internacionales: España, Italia, Austria, Bélgica, Inglaterra, Argentina, Suiza, Alemania, Francia, Portugal, Chequia, sobre esta forma de entender y vivir la religión católica. (En la fotografía, en una ponencia en el Congreso Internacional Cartujano Evora-2004, celebrado en Portugal, sobre la única Cartuja actualmente abierta en este país: la Cartuxa Scala Coeli, en Évora, a unos 100 kms. de Lisboa en dirección a Badajoz). (En la foto, con barbas, hace 25 años).
Casi podríamos decir que Juan es un cartujo externo, una especie de promotor de la Orden, tal es su grado de conocimiento y sus trabajos de divulgación. Por ejemplo, esta crítica a la película
(*) La Llave Cartujana,
ENTREVISTA.
Tiene editados 12 libros y varios discos compactos multimedia, siendo uno de los ponentes que más tiene publicado en los congresos internacionales a los que ha asistido ¿Cuál es ahora su preocupación cartujana desde que los monjes se fueron de la Cartuja de Santa María de la Defensión de Jerez? --Trabajo ahora con los Cartujos de Portugal, colaborando en la digitalización e informatización de sus fuentes documentales de toda la Orden Cartuja en el país fronterizo. En la Cartuja de Evora me retiro una media de 10 días al año. Curiosamente, los tres cargos más relevantes: Prior, Procurador y Vicario, son españolas; de Carmona, Córdoba y Puerto Real.
El futuro local… ¿Cómo lo pinta, profesor? --La gente joven buscará trabajo fuera de aquí si continúan sin instalarse más empresas importantes en la zona, aunque no se quieran ir El Puerto, que es como una privilegiada Ciudad de Vacaciones.
¿Hubiera profesado la Orden de Cartujo? --Si hubiera sido religioso, que no lo soy, quizás me hubiera metido a Cartujo, empero soy una persona muy activa y conversadora. Aunque nunca digas “de esta agua no he de beber, ni esta p**** no me cabe”. (En una foto reciente, en la Embajada de España en Lisboa -a la derecha- junto con el presidente de la Junta de Extremadura, Sr. Vara).
Francisco Galán Rodríguez, “Patesca”, nace en El Puerto en 1880. En ese año Alfonso XII decreta la abolición de la esclavitud en Cuba; en Panamá comienza la construcción del famoso Canal y, mientras se aprueba en Madrid el Reglamento de las corridas de toros, en El Puerto se inaugura el coso taurino. Menendez y Pelayo publica la “Historia de los Heterodoxos Españoles”. Un heterodoxo sería a lo largo de su centenaria vida nuestro Patesca, nacido en una Casa Palacio venida a menos, la de Aranibar, esquina frontera con el Castillo de San Marcos. Hijo de Antonio Galán natural de Cádiz, Marino Mercante, y de Josefa igualmente nacida en Cádiz. Desde muy joven se traslada a Sanlúcar de Barrameda --andando-- para ver a su novia. Allí se casa con Josefa Espinosa, y es allí donde comienzan a llamarle “Patesca” apodo heredado de su padre. (Fotografía: Patesca con su esposa, Josefa Espinosa, en 1946. Nótense la cantidad de anillos de oro que luce en sus manos. Colección Antonio Leveque).





La leyenda de la placa dice así: «La Comisión del Apostolado del Mar a Don Francisco Galán Rodríguez, marinero jubilado, en su centenario y como público testimonio de afecto y agasajo por su dilatada vida y méritos laborales. Puerto de Santa María, 8 de diciembre de 1983». De la celebración de este acto se cumplen mañana lunes veinticinco años. Murió en 1986, a los 106 años, en posesión de sus plenas facultades mentales.


Organizó, pintó los carteles, realizó los folletos, de las cuatro “Fiestas del Cante de los Puertos” en los años 1971-1974. (Esos carteles se pueden encontrar hoy en subastar por Internet, así como otros dibujos de flamencos realizados por Suárez). Ha sido productor de numerosas grabaciones discográficas, salvando del olvido muchos materiales sonoros que se tenían por perdidos. En 1973 realizó, para el Arquitecto Miguel Oriol, siete gruesos volúmenes que contenían todas las invariantes arquitectónicas de El Puerto, desde pavimentos, husillos, guardacantones, escaleras, patios, portadas, rejas, bluendes, rótulos, soportales, fresqueras,... etc. muchos hoy perdidos. Fue el organizador del traslado de los restos mortales del Capitán General Don Francisco Javier Uriarte y Borja desde El Puerto al Panteón de Marinos Ilustres. (Foto de la izquierda: original de Claude Alexandre. París. 1997. Colección J.M.M.)

Memorias de don José Bernal, ambos publicados por la Concejalía de Cultura. Hizo una edición de las memorias de Federico Rubio. (En la fotografía a color superior, Luis Suárez ofreciendo una ponencia sobre el Romancero de Tradición Oral, en el Aniversario del Quijote, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Fue presentado por Luis Alberto de Cuenca, Director General de Bellas Artes y por Jon Juaristi, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, Director de la Biblioteca Nacional y del Instituto Cervantes. Año 2005. Entre el auditorio, en la primera fila, se encontraban las porteñas Merche Macaria y Choni Lassaleta. Foto: Andrés de Gabriel). La ilustración, dibujo a carboncillo de Diego del Gastor, realizado por Suárez en 1973.
depósitos del Museo, sin poderse exponer por falta de espacio; consiguió la donación al Museo de los materiales arqueológicos y ánforas de Don Francisco Ciria y de otros particulares que tenían alguna colección antigua; ha diseñado los uniformes de los clarineros municipales y de los alguacilillos de la Plaza de Toros, y tres reposteros—sin realizar todavía-- además de diplomas y cuanto ha sido requerido por el Ayuntamiento; redactó el proyecto de Reglamento de Protocolo, honores y distinciones del Ayuntamiento. (En la fotografía con D. Diego Catalán Menéndez-Pidal, paseando por el Olivar de Chamartin, la finca de Don Ramón Menéndez Pidal, donde está su casa, sus archivos y su biblioteca, un verdadero oasis en medio de Madrid.) La ilustración es de otro portuense, Carlos García Gil, caricaturista en prensa escrita y teatro., socio fundador que fue de la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia'. Está realizada en Madrid en 1960.
Recibió el Premio Provincial a la Cultura. Ha sido miembro asesor del Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial y del la Fundación Andaluza de Flamenco. Ha recibido varios premios literarios y artísticos. Se le impusieron la Cruz al Mérito Naval, la Medalla de Plata del Ilustre Colegio de Abogados de Cádiz, la Coquina de Oro de El Puerto de Santa María (1972)... Tiene publicados trabajos en infinidad de libros y revistas; es colaborador fijo del Diario de Cádiz y del Diario de Jerez... Conoce la historia, el casco y el término de El Puerto palmo a palmo. Es un prestigioso abogado con bufete abierto en la calle donde nació y vive: San Juan, 17. (Ilustración: Autorretrato de Luis Suárez, joven).
Tal y como resaltó el alcalde en su intervención: «Luis Suárez es poseedor de un amplio currículo investigador y autor de un buen número de publicaciones sobre aspectos del patrimonio etnográfico portuense. También, es propietario de una interesantísima biblioteca y una colección particular de carácter documental, fundamentalmente gráfica que, justo es decirlo, lo de particular nunca lo ha sido del todo, pues ha estado siempre a disposición de estudiosos e investigadores y también a disposición del Centro Municipal de Patrimonio Histórico cuando se le ha requerido» La respuesta de Luis Suárez, se puede leer en los comentarios de este mismo artículo.































