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981. MANUEL MORENO SIMEÓN. Manolo de ‘La Solera’.

Manuel Moreno Simeón, nació el 30 de octubre de 1938 en el Hotel ‘Vista Alegre’ propiedad de sus padres, asistido en el parto por el Dr. Francisco Muñoz Seca, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Manuel Moreno Moreno y Bella Simeón Rodríguez: Rosario (Charo), Bella (Belli) y Manuel (Lolo).

La abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, fue una notable empresaria, propietaria entre otros del Hotel Vista Alegre, Hotel París, Restaurante La Puntilla, Balneario de Fuente Amarga (Chiclana), Hotel Vista Alta (Córdoba) y Hotel Emperador (Sevilla).

Anuncio del Bar-Restaurant La Puntilla, a cargo del Hotel París, propiedad de la abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez. Almanaque de Verano 1927.

1938
Ese año nacían en Roma y Atenas, cunas de la civilización de occcidente, Don Juan Carlos I y Doña Sofía, reyes de España. Era alcalde  de El Puerto Antonio Rives Brest. Se estrenaban las películas ‘El barbero de Sevilla’ de Benito Perojo, ‘Carmen, la de Triana’ de Florián Rey. Rafael Alberti publica ‘El Burro Explosivo’ y ‘Poesías (1924-1937)’. Desaparece la Revista Portuense. Se remodela y crea la Plaza de Cristobal Colón. El primer gobierno ‘nacional’ de Burgos, reconocido por el Vaticano ese año, por medio del ministro del Interior, declaraba días festivos con carácter oficial en el territorio ‘nacional’, el jueves y viernes santo..

Anuncio de 'La Antigua de Cabo', en el Almanaque Comercial de 1930. 11 años mas tarde pasaría a ser propiedad de la famiia de Manolo Moreno.

CUATRO VIVIENDAS SINGULARES.
La familia Moreno Simeón vivió a lo largo de los años dentro de los diferentes negocios de hostelería que gestionaron, y que tan buen recuerdo han dejado en la memoria de los porteños (no es de extrañar, así, la vocación hostelera de Manolo): el Hotel ‘Vista Alegre’, que daba a las calles Micaela Aramburu, Guadalete y Bajamar. A partir de 1941 el hogar familiar sería en ‘La Antigua de Cabo’, en la calle Ganado, año en el que se hacen cargo de dicho establecimiento que estaba junto al comercio de Moresco y Salvatierra. Y en 1947, contando Manolo 9 años, en la ya desaparecida Venta ‘El Chorizo’ --hoy solo queda el pozo--, en la Avenida de Jerez, donde Bodegas Terry construiría unas modernas naves bodegueras y que, en la actualidad se ha reorganizado en calles para la construcción de la futura urbanización ‘Bahía Blanca’, junto a la casa del Pico San José. Por último, la familia viviría en la Ribera del Marisco, en la vivienda del primitivo ‘Échate Pa’yá’. /En la imagen, con su familia, de izquierda a derecha, Manolo, Lolita Gil de Reboleño, su padre Manuel Moreno, su madre Bella Simeón, la Tata María, sus hermanas Belli, Charo y la perra 'Linda'.

Avda de la Bajamar, el desaparecido Hotel Vista Alegre, hotel de toreros, donde hoy se encuentra el edificio del mismo nombre, que alberga en sus bajos de cara al río el ‘Bar del Puerto’ en la esquina con la calle Guadalete, que es la que se muestra. /Foto Colección Vicente González Lechuga.

LA COCINERA PIANISTA.
Un día, estando la madre de Manolo, Bella, en la cocina, llegó a comer una familia bastante pudiente. Nada más entrar vieron el piano, un Ronisch y preguntaron que a quien pertenecía. Cuando les contestaron que era de la cocinera, se echaron a reir y pasaron al comedor. Cuando la madre de nuestro protagonista terminó sus quehaceres en la cocina, salió a tocar el piano y, al escuchar la música, la familia salió del comedor a ver quien era el que tocaba tan magnífica pieza, el ‘Improntu’ de Chopin. No salían de su asombro al ver que era, en verdad, la cocinera la que, tan magistralmente operaba entre los dientes de marfil de aquel piano.

VENTA EL CHORIZO.
Nuestro protagonista recuerda, con nostalgia, a un caballo que le regaló su padre: ‘Chico’, de mediana estatura, hijo de un semental de las caballerizas de Terry llamado ‘Arnaig’. Era un potro muy listo, pero con mucha malas ideas. El pequeño Lolo iba todas las tardes de verano a montar con su caballo por la zona de Las Beatillas. Al llegar amarraba a ‘Chico’ con una cuerda y un clavo grande al suelo y disfrutaba de otra de sus pasiones: leer. Una tarde ‘Chico sacó el clavo del suelo con la boca y se marchó de vuelta a casa. Cuando Manolo se dio cuenta no le quedó otra que volver a la Venta El Chorizo andando. Al llegar a casa, allí estaba ‘Chico’, tan contento, en su cuadra. /Manolo y su entonces novia, Lolita Gil de Reboleño, a caballo en la Feria de Primavera.

ÉCHATE PA’YÁ.
Cuando el padre de nuestro protagonista, Manuel Moreno Moreno regentaba el ‘Échate Pa’yá’, una de las tapas estrellas, aparte del Txangurro, era la tortilla de camarones. Y siempre se producía el mismo rito cada vez que le pedían una: al entregarla al cliente decía: “Al que encuentre un camarón, le regalo un televisor en color”.

ESTUDIOS.
A los cinco años su madre lo inscribió en el colegio de las Carmelitas. Con ocho pasó a La Pescadería (San José y San Estanislao), donde permanecería hasta segundo año de Comercio. También, con ocho años, empezó los estudios de Solfeo y Violín en la Academia de Bellas Artes, recibiendo clases particulares de mano de Ramón Zarco, hijo de Doña Virginia Hernández. También estuvo en el Instituto Santo Domingo, hasta que dejaría los estudios.

LA MÚSICA.
Durante los veranos, sus padres regentaron en Rota un restaurante denominado Bar ‘Sur’, en el cual por las noches tocaba una orquesta de Sevilla dirigida por el conocido para la época  Maestro Navarro quien, al ver las dotes musicales de ‘Lolo’ --así era como lo llamaban en familia-- quiso darle clases de solfeo. Y es que Manolo llevaba la música muy adentro. En cierta ocasión le regalaron una armónica y, sin nociones previas, terminó tocándola como si llevara haciéndolo toda su vida. A los nueve años ofreció un concierto de violín en el Salón de la Academia de Bellas Artes, la primera parte solo y la segunda acompañado por Merche Valimaña ‘Macaria’, con nótula núm. 047 en GdP, al piano. /En la imagen de la izquierda, el profesor de música Ramón Zarco Hernández /Foto: Academia Bellas Artes.

Su afición y amor por la música le llevaron a estudiar por su cuenta piano, con los tomos de música de su madre quien, además de ser una magnífica cocinera, fue una gran pianista, licenciada en Solfeo por la Facultad de Cádiz. Poco a poco, Lolo fue soltándose hasta el punto que el piano se convirtió en su gran pasión. En la actualidad, toca a diario en su casa.

PRIMER TRABAJO Y SERVICIO MILITAR.
Con dieciséis años trabajó en el Banco Central de la calle Larga y, con gran pesar, tuvo que dejarlo por enfermedad. Con dieciocho ingresa como voluntario en la Escuela de Especialistas del Aire de Getafe(Madrid), en donde permaneció seis meses; el año siguiente lo pasó en el Cuartel de Tablada de Sevilla.

Manolo, con bigote, a la derecha de la imagen, en su taller de efímera vida en la calle Diego Niño.

TALLER DE MOTOS.
Con 21 años, en 1962, se embarcó en su primera aventura empresarial, montando un Taller de Motos en la calle Diego Niño.  El negoció se fue a pique debido a que aunque vendió muchísimas motos de las marcas Ossa y Lube-Ren, él mismo respondía de las operaciones a plazos con las fábricas y no pudo soportar el déficit con la banca, sumado a que algún que otro cliente le dejó a deber facturas, lo que le llevó a tener que cerrar el taller viéndose obligado a contemplar la posibilidad de irse de emigrante a Alemania.

EMIGRANTE EN ALEMANIA.
Ese mismo año, 1962, consiguió un contrato de trabajo con la fábrica Brown Bovery, en Alemania y se marchó. La jornada laboral en esta empresa era por las mañanas, en una cadena de montaje de frigoríficos y por las tardes trabajaba un par de horas en un taller de motos. Era un trabajo que le gustaba, pero en invierno era imposible manipular bien la mecánica debido a las bajas temperaturas.

Con la orquesta 'Suspiros de España'.

Manolo, al piano, con 'Suspiros de España'.

De su estancia en Alemania el mejor recuerdo que conserva Manolo es  de cuando en el ‘Club de Españoles’ organizaron una orquesta a la que denominaron ‘Suspiros de España’. La dirigía un valenciano llamado Rodolfo que tocaba la trompeta, y la integraban un gallego al contrabajo, otro gallego al clarinete y al acordeón, Ascanio un cordobés de Cabra a la batería, José Luis un onubense a la guitarra y Manolo al piano y al violín.  Actuaban todos los sábados en el Club de Españoles y en algunas fiestas como bodas, bautizos y otros eventos en la Base Americana de Hanau am Main, ubicada en la región de Hesse, una población equivalente a El Puerto, con 88.648 habitantes.

El órgano de la catedral de Frankfurt en el que Manolo, por responsabiliad, se negó a tocar.

EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL DE FRANKFURT.
En el Club de Españoles había un sacerdote que se hizo muy amigo de Manuel. Este cura sabía de los conocimientos y de la gran afición a la música que tenía Manolo, así que un día le pidió que fuera a tocar el órgano de la Catedral de Franckfurt. Manuel le preguntó al sacerdote cuales eran las características del instrumento musical, a lo que éste le respondió que normal, mas o menos como el que él tocaba en el Club de Españoles. Con mucho respeto y miedo Manolo terminó accediendo.  Al llegar el día señalado, el sacerdote y él llegaron a la Catedral, quince minutos antes de la ceremonia. Manolo se encontró con el Coro de la Catedral presente ante un órgano de varios siglos, cuyos tubos alcanzaban casi el techo. Le pidió al cura si podía ensayar un poco antes de empezar y éste le dijo que no había tiempo, que no se preocupara, que todo saldría bien. Empero, como persona responsable y respetuosa, Manuel decidió no tocar, pues la ceremonia podía pasar de lo solemne a lo ridículo, pensó.  Así que, Manolo, cogió la puerta de la Catedral, camino de la estación, se subió al tren y se marchó para el pueblo donde residía.

Panorámica de Zurich con torres de aguja de las iglesias.

ZURICH.
Aproximadamente al año de su estancia en Alemania, salió ardiendo la fábrica quedando completamente destruida. Ante esta circunstancia, Manolo pidió ser destinado en Zurich (Suiza), donde por aquel entonces trabajaban sus hermanas Charo y Belli, junto a sus maridos Carlos y Pepe. Allí permanecería por espacio de seis meses. Un fin de semana regresó a Alemania para resolver unos asuntos y comprobó que la fábrica ya estaba de nuevo en funcionamiento e ingresaría de nuevo por seis meses más, luego un periodo de tres meses otra vez en Zurich hasta su regreso definitivo a España.

REGRESO A ESPAÑA
En la frontera española vivió un sorprendente episodio: un cabo de la Guardia Civil le confiscó dos revisas italianas del Festival de Eurovisión dado que, al no entender el idioma, creyó que era propaganda marxista y lo tuvo retenido mas de una hora, hasta que llegó un superior que entendía el idioma y se arregló el malentendido. En total, estaría fuera de España algo mas de dos años.

DE MAQUINISTA A JEFE DE CANTERA
Al poco tiempo de llegar a España, se colocó en una compañía constructora, SATO  (Sociedad Anónima de Trabajos y Obras) como maquinista de una grúa alemana. Gracias a que un proveedor de la empresa, Javier Paz, sabedor de que Manolo tenía estudios, habló para que lo pasaran a oficinas y allí trabajaría durante un año. Ya casado lo destinan a San José del Valle como administrador de la cantera. Allí se encontraban, tanto él como su esposa, muy contentos, pero la llegada de su primer hijo, en marzo de 1966, le impide aceptar el nuevo traslado que le habían propuesto (Bilbao o Almería), por diversos problemas de salud de su primogénito, Manolín, y regresan a El Puerto.

Construcción de la Base Naval de Rota.

DE PEÓN A JEFE DE PLANTA Y DE TRANSPORTES.
Encontró trabajo en la Base Naval de Rota con la empresa Dragados en calidad de peón, pero al revisar su trayectoria laboral lo pusieron de encargado en una Planta Asfáltica y de Jefe de Transportes a los dos meses de empezar.  A los dos años  la obra de la Base en la que estaba la empresa donde trabajaba Manolo finaliza su contrata y Manolo decide comprarse un camión de transportes de construcción.  En Dragados le ofrecen trabajar en la autopista de peaje Cádiz-Sevilla como encargado de una Planta de Hormigón y de los camiones hormigoneros que surtían los trabajaos de la nueva vía.

LA SOLERA.
Al término de la obra del moderno vial, Manolo decide vender el camión y coger el traspaso del bar ‘La Solera’ en la calle Ganado, que por aquel entonces y desde la década de los cincuenta del siglo pasado pertenecía a la familia de su esposa, inaugurándolo con una nueva impronta en Agosto de 1972. Ver nótula núm. 858, Taberna ‘Los 48’ en GdP.

Con su hijo Ramón --también le ayudó Juan Carlos-- en plena faena en 'La Solera'.

En sus comienzos el bar empezó con pocas tapas, pero debido a la gran aceptación que tuvieron fue incrementando la lista. El bar empezaba a ser un establecimiento moderno. Manolo, con su incansable trabajo, buen hacer  y con la ayuda incondicional de Lolita, su esposa y más tarde de sus hijos, consiguió hacer de una tasca un bar de familia, donde los clientes se convertían muchos de ellos en amigos. Estaba especializado en hamburguesas caseras, pepitos de lomo, cordón bleu, chipirones a la plancha, menudo de Bella, croquetas de Carmela y un sinfín de especialidades que hicieron de La Solera uno de los bares de la época más conocidos de El Puerto, cuando las tapas elaboradas empezaron a ponerse de moda.

La recordada y popular hamburguesa de 'La Solera'.

LA HAMBURGUESA.
La receta original de la ‘Hamburguesa Casera’ y las ‘Mini Hamburguesas’, y muchas otras tapas formaban parte del Libro de Recetas familiar. En el caso de las hamburguesas, que eran filetes rusos empanados, nada habitual en la zona, la receta se remonta a su abuela materna, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, modernizada con los complementos al uso: ketchup de Conservas Sur, Salsa Picante o mostaza, además de tomate y cebolla, en un panecillo de horno local, nada de bollería industrial. Pasarían los años con Manolo al frente de La Solera, siempre innovando la carta, pero sin dejar de lado las tapas que le dieron el reconocimiento de bar de familia.

TARTAS QUADRO’S.
A mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y sin dejar La Solera, comienza una nueva aventura empresarial, haciéndose distribuidor de tartas Quadro’s y dado su tesón y constancia llegará a serlo a nivel provincial. El problema surgirá cuando comprueba que empieza a bajar la clientela del negocio matriz: La Solera, abandonando le distribución y regresando, para dedicarse de lleno, al bar de la calle Ganado. Además, Manolo abrió La Solera II, frente al Ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’, de efímera vida y nada especialmente destacable.

En febrero de 1994 Manuel sufre un infarto de corazón; en marzo le hacen su primer cateterismo y en junio le operan en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde el equipo del Dr. Concha con éste a la cabeza, le implanta un bypass. Tras una lenta recuperación, Manuel continuará en el bar hasta la finalización de los estudios de sus hijos, dando por finalizada su vida laboral y la del propio establecimiento como bar de familia, en septiembre de 2000.

LA FAMILIA.
Manolo se casa el 1 de mayo de 1965 --va  a hacer 46 años-- con su novia de siempre: 11 años estuvieron de novios, con María Dolores (Lolita) Gil de Reboleño Insúa; se conocía desde que él tenía 15 años y ella 13. Tienen tres hijos, dos de los cuales les han dado cuatro nietos.

Manolo y Lolita, con sus hijos con pocos años.

Tuvieron tres hijos varones, Manolín en 1966, que nació con Síndrome de Down, trastorno genético que por entonces --aunque la enfermedad estaba descrita en 1866, hasta 1958 no se descubrieron las causas que lo producían-- era poco conocido, así como su tratamiento. En la actualidad, el cambio de mentalidad de la sociedad han supuesto un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales, aunque Manolín siempre ha sido la alegría de la casa y de toda la familia y amigos.

En una fotografía actual, el matrimonio con hijos y nietos.

Ramón Manuel fue su segundo hijo, nacido en 1969. Estudió Ciencias Empresariales y tiene Despacho como Asesor Contable, Fiscal, Mercantil y Tributario; tiene dos hijos, Ramón Manuel y Marina Victoria. Juan Carlos, su tercer hijo, nacido en 1974, estudió Medicina, estando especializado en Medicina Deportiva; tiene dos hijos: Juan Carlos y María Jesús.

Casa donde vivieron en la calle Luna hasta el año 2002. /Foto Mata. 2002.

Desde que tuvieron a su primer hijo vivieron en la calle Luna esquina con la Plaza de las Galeras, con unas vistas impresionantes del río Guadalete y el Parque Calderón, arriba del Bar La Garnacha, antes Bar Los Maera. En Diciembre de 2002 se mudaron a la urbanización El Ancla.   Allí viven Manolo y Lolita junto a su hijo Manolín. Como ya hemos señalado, Manuel toca el piano que tiene en el salón de su casa todas las tardes, lo que no se ha dicho es que lo hace por petición y para deleite de su hijo Manolín al que le encanta la música, toda la música, desde la clásica al pop, desde los carnavales a los villancicos, … de la mano de uno de los actores, de una parte importante de la reciente historia de la hostelería portuense.

Nuestro agradecimiento a Ramón Moreno Gil de Reboleño, quien con su inestimable concurso ha hecho posible la elaboración de esta nótula.

18 comentarios en “981. MANUEL MORENO SIMEÓN. Manolo de ‘La Solera’.

  1. PEPE GUTIERREZ

    AMIGO MANUEL, ERES UN LUCHADOR, UN EJEMPLO A SEGUIR PARA MUCHAS PERSONAS. LA VIDA NO ES FACIL Y LA LUCHA ES PERMANENTE.
    DE TU BAR RECUERDO LO QUE MAS ME GUSTABA " LOS CHIPIRONES A LA PLANCHA" Y LOS RATITOS QUE HABLABAMOS.
    TAMBIEN RECUERDO CUANDO LE DECIAS A TU HIJO " RAMONCITO LLEVALE ESTE PEDIDO A...................
    SIGUE ASI, ERES AUTENTICO Y UNA GRAN PERSONA.

  2. P,,,,,,,L

    El señor Manuel, ayudo a muchas gentes desde la solera, a algunos de forma economica y a muchos de forma culinaria.

    yo soy uno de esos agradecidos.

  3. Ángel Alba

    Mimi. Si quieres la receta del Txangurro a la Donostiarra, ponte a la cola. Esta familia a la que tengo el honor de pertenecer, pues soy biznieto de Rosario Rodríguez es muy peculiar para el tema de las recetas y las que son de familia nos las soltamos ni aunque nos torturen. La receta del changurro no se remonta a mi bisabuela Rosario, yo no la conozco, sólo la conocen los descendientes de Bella. La receta del changurro entra directamente en la familia de tía Bella y del inolvidable tio Manolo. Pero esa, es otra historia.

    Lolo, un abrazo de Angelín.

  4. CFGS

    De casta le viene al galgo, la abuela Rosario, que abrió un Stand en Sevilla en la Exposición Ibero Americana, siendo el deleite de todos los que por allí pasaron, eso si no le ganó un duro, en el Hotel Vista Alegre, Rosarito, Manolita y Bella, con la abuela Rosario al frente, tenian la mejor cocina del Puerto, y en el Restaurant no digamos, ni la abuela, Rosario ni sus hijas, han tenido un merecido reconocimiento, Bella hacia las mejores frituras que se podian comer y no digamos del Xangurro, con la receta secreta de un cliente y amigo de la familia, que cuando venia de Madrid,la Antigua de Cabo era visita obligada con su familia, tambien hay que decir que Manolo Moreno y Bella tenian una magnifica cocina en la Venta del Chorizo, toda esta familia han sido unos profesionales muy enamorados de su trabajo, en La Solera Manolo tambien nos deleitaba con alguna receta de su casa, un abrazo

  5. YO MISMA

    ¡Por fín he podido leer el artículo! ¡Me ha encantado! Gracias a personas como José María Morillo, el mundo puede conocer a los héroes anónimos de la vida, porque eso es lo que eres tú. Hombre incansable, respetuoso, amable, responsable, cariñoso, con un gran sentido del saber estar, amigo y dador de bondad por doquier, ... ..., ¡ah, y tu gran obsesión! PUNTUALÍSIMO. Después de tanto camino recorrido y tantos avatares, se puede decir que aún esperamos más de tí. Manolo, estoy muy orgullosa de pertenecer a tu familia y a la de tu esposa, sois grandes personas y eso se respira cuando se está a vuestro lado.

  6. Jose Luis Lojo

    Buenos ratos en tu casa, con Yoyo Gilabert y compañía, y Manolito Bejarano, con sus cuadros taurinos, que expusiste, su cante y su baile y las "entrevistas" radiofónicas. Un fuerte abrazo

  7. MARINA VICTORIA

    Abueliiiiii!, yo no sabía que el bar había tenido tanto éxito, como dice mi hermano, también me hubiera gustado echaros una mano, hubiera sido muy chulo, me hubiera encantado probar las hamburguesas. Un besito para ti, otro para la abuela y otro para el tito Manolín, estoy muy orgullosa de los tres.

  8. Miguel Mateos

    Las tapas de La Solera eran maravillosas. Y con respecto a las Conservas Sur, recuerdo que la caballa era maravillosa amén del resto de conservas, incluyendo las mermeladas. ¡Qué tiempos!

  9. RAMON MANUEL

    Abuelo, me ha encantado tu artículo. Me siento muy orgulloso de tener un abuelo tan ejemplar y conocido. Cuanto me hubiera gustado estar contigo y con papá en esas bullas de SEMANA SANTA que él me cuenta, como recompensa por mi ayuda valdría con todos los carteles de la SEMANA SANTA y con unas cuantas HAMBURGUESAS, PINCHITOS Y PEPITOS, que según papá estaban aún más buenos que los que nos haces en las BARBACOAS de casa.

  10. mercedes ruiz

    ¡hola! Manolo, soy Mercedes de la Asesoría, yo recuerdo esos domingos y días de fiestas que iva a tu bar a comer hamburguesas con José María Morillo y nuestro amigo jimi y josé maria se echaba el bote de ketchup entero y estabamos temiendo los demás que dieras cuentas y nos riñieras como cada vez que ibamos, ¡ogúa! que ratos.
    sobre todo además de todo lo bueno que se podía comer allí te recordaremos siempre por ese DON DE GENTE QUE TIENES, TU AMABILIDAD, TU SONRISA AGRADABLE QUE TIENES SIEMPRE PARA TODOS, ETC.. ETC..

  11. mimi

    ¡La Solera!, cuantos recuerdos, Manuel un hombre bueno y trabajador tratando a todas las personas con educación y mucho cariño. Lo suyo sería que Manuel decidiera publicar el famoso libro de recetas de su Abuela. Una vez me prometió que cuando se jubilara me daría la receta del Changurro. Manuel por tu abuela, publica el libro de recetas.
    besos

  12. Juanita Payares Bollullo

    Manolo: Me acuerdo muy bien de ti cuando trabajamos en la SATO y los pavos trufados que tu madre nos preparaba para la comida navideña que celebrábamos los empleados en la oficina de la Base de Rota. Lamento que no tuviera el placer de degustar tus hamburguesas pues, conociendo las tapas tan apetitosas que tu madre preparaba y con eso de que “de raza le viene al galgo”, estoy segura que las preparabas con una perfección inigualable. Enhorabuena a tus hijos y nietos por formar parte de una familia dedicada al arte de la hostelería y el buen comer.

  13. Inmaculada Schmidt

    Manolo, con el permiso de su familia, forma parte de cada una de las familias portuenses, a los que con su amabilidad, buen trato y por supuesto, las delicias de sus tapas, mimó durante tantos años. Manolo es sin duda, un ejemplo de esfuerzo, ilusión y buen hacer. Muchas gracias y un saludo muy respetuoso!

  14. María Jesús Vela Durán

    ¿En la c/Ganado? Yo recuerdo ir con mi hermano mayor y mi cuñada expresamente para degustar esas buenisimas hamburguesas. Lo recuerdo con mucho cariño, me encantaba estar con ellos. Ay cuantos recuerdos!

  15. joseluis

    Manolo, muchos son los recuerdos de los meses q estuvimos trabajando juntos en Dragados en la base de rota en el año 66-67, tu con tu labor q desde el primer dia advertí q tu estabas para tareas mas importantes, como asi habia sido y luego tambien lo fue y yo estrenando mi primer trabajo como administrativo en la obra, tuvimos muchas charlas y fuistes una persona q me dejo huella, te he recordado en muchos pasajes de mi vida. Me ha alegrado mucho verte en estas paginas reflejado, ha sido recordar muchos momentos agradables...Saludos desde alicante, ojala en mi proxima visita al Puerto nos volvamos a ver.

  16. Redaccion


    Yo recuerdo el Ketchup o Catsup de 'Conservas Sur'. ¡Excelente! que Manolo ponía de complemento a sus filetes rusos o hamburguesas. Una vez me tuvo que llamar la atención y decirme que él vendía hamburguesas, no Ketchup, dado la cantidad que me ponía. Desde entonces soy muy cuidadoso a la hora de aderezar con Ketchup las hamburguesas. Gracias Manolo por los buenos momentos gastronómicos y conversacionales que nos has hecho pasar.

  17. Alejandra

    Yo lo llamaba Manolo "el de las patatas colgás"( cuando iba con mis padres con 4 o 5 años), por los paquetes de patatas que tenía colgados en la pared, y esas hamburguesas son las mejores y más buenas que yo he comido en mi vidaaaa!!!

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