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(Continuación). Descubriremos ahora nuevas facetas de Críspulo Martínez: empresario taurino y promotor constructor nada menos que del desaparecido Teatro Principal. Para enterarnos de su participación en esta última actividad, en la que podremos ver nuevamente su talante oportunista, sin que con ello queramos adjetivar peyorativamente su comportamiento, mas bien todo lo contrario, y también su  capacidad organizativa, recurrimos a un texto de José Ignacio Buhigas, actual Archivero Municipal, quien, con su contrastada maestría narrativa, nos ilustra al respecto:

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El Teatro Principal, a principios del siglo XX. (Foto Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

EL TEATRO PRINCIPAL.
En 1842 la Junta de Beneficencia de esta ciudad elaboró un proyecto para construir un teatro por acciones en el local que poseía, calle Luna, esquina a la de San Bartolomé conocido por el nombre de Trabajadero de la Compañía, agregándole el antiguo reñidero de gallos que se halla a su espalda.
El objetivo de este teatro era el de sufragar las necesidades de un asilo piadoso y alentaba la Junta de Beneficencia a los vecinos a que consideraran que no deben mirar con indiferencia que les aventajen  los de las ciudades inmediatas en celo y amor por su país, edificando los de Jerez una costosa plaza de toros que ha arruinado la de esta Ciudad; y los de Sanlúcar un teatro cual nunca tuvieron y señalaba que el teatro será un monumento de gloria que trasladará las generaciones futuras su generosidad y su civismo.
El capital se conseguiría a través de 80 acciones de 2.000 reales y otras 20 más que representaría la Beneficencia. Sin embargo, un año más tarde la única esperanza de que se llevara a efecto el teatro era una proposición de data a censo hecha por don Críspulo Martínez, ya que la Diputación había prohibido invertir cantidad alguna del fondo de Beneficencia en la obra, ni puede distraerse para pago de premios de los accionistas ni algún otro objeto y las circunstancias de que el comercio de extracción de vinos estaba en el mayor abatimiento por un tratado con Gran Bretaña aconsejaban dejarlo para una época más prospera.

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El Teatro Principal, poco antes de su desaparición, pasto de las llamas. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

La esperanza se cumplió: don Críspulo Martínez tomó a censo el solar y en mayo de 1845 estaba a punto de concluirse la construcción del teatro. El 18 de junio de 1845 la Academia Nacional gaditana de las Nobles Artes elaboró un informe del reconocimiento del edificio en el que resaltaba por su importancia y novedad una serie de detalles de la construcción, sobre todo de los palcos, el cielo raso y la cubierta; señalaba que las maderas eran de pino Flandes, que el ornato era bello y elegante y dispuesto con tanta ligereza y buen gusto que nada deja que desear y que su cabida era de 1.200 personas sentadas y 300 de pie, para concluir: en suma, este bello teatro, por su acertada y bien entendida construcción, su decoración y cabida, es digno de figurar en una capital

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Octavilla publicitaria de una función en el Teatro Prinicipal en 1883. (Colección de Tomás Ramírez).

PROBLEMAS CON LOS TOROS.
Los amigos de la fiesta nacional por excelencia, esos aficionados de El Puerto, ciudad de tan gran tradición taurina, sufrieron numerosos contratiempos, incontables penalidades en esta mitad del siglo XIX debido a las dificultades que se fueron sucediendo un año tras otro para gozar y disfrutar de espectáculos taurinos, cuya escasez era notoria, privando cada primavera y verano a un nutrido grupo de fervorosos admiradores del arte de torear de tan popular diversión.  Los empresarios brillaban por su ausencia. Había demasiadas formalidades que cumplimentar, excesivas cargas y  escasa colaboración de las autoridades a las que solo parecía importarle acceder gratuitamente a los espectáculos. Añádanle a lo dicho unas instalaciones deficientes y caras de mantener de un año para otro y el resultado es fácil: ausencia de beneficios y, por tanto, pocos espectáculos.

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“Descanso en la Plaza de Toros”. Obra de José María Uría, año 1870. Palacio de Meres. (Asturias).

Esa inquietud y malestar generalizado entre los aficionados locales animaron a un grupo, digamos pudiente,  a tomar la iniciativa y poner en marcha los mecanismos necesario, utilizando todos los recursos e influencias a su alcance para construir una plaza que sustituyese al arruinado coso existente, inservible para organizar espectáculos en sus instalaciones. Martinez Alfonso lo cita así en su gran obra “Plaza Real”: “Corría el año 1843. A iniciativas del Alcalde, D. Juan José Gay se va a crear una empresa anónima con el fin de construir una nueva Plaza de Toros y restaurar así el antiguo brillo y tradición de la fiesta portuense.”  La sociedad, cuya primera Junta Directiva la compusieron Jose Maria Albareda, Carlos Carrera, Nicolas F. Galarza y Francisco Miranda se autodenominó “Asociación Propietaria de la Plaza de Toros”. Adquirieron las defectuosas instalaciones existentes en 90.000 reales, abonando tan solo 30.000, aplazando el pago del resto a 8 años, hipotecando la nueva plaza en garantía del pago.  Consiguieron que el municipio les cediera la propiedad del terreno que ocupaba la plaza, el corralón de los encierros y la manga –camino o vereda ancha empalizada por el que introducían el ganado que venía conducido en manada desde el campo por los jinetes-  instalaciones que totalizaban casi once mil varas cuadradas de superficie, dándole la propiedad a censo reservativo o data a censo y durante toda una década pudieron dar satisfacción a sus socios y a los aficionados en general en el terreno artístico pero, sin embargo, en el económico “los éxitos no fueron tan sensacionales como en su optimismo y decisión esperaban sus directivos.”

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Toros en El Puerto en 1871. 25 y 26 de julio. Toreros: José Ponce, Rafael Molina Lagartijo y Manuel Fuentes Bocanegra. (Archivo Osborne).

DON CRÍSPULO, EMPRESARIO TAURINO.
En esta nueva coyuntura negativa aparece como salvador nuestro don Críspulo, al que recurren, conocedor de sus habilidades en estos pantanosos terrenos, los miembros de la junta liquidadora de la ya extinguida asociación de propietarios para intentar salvar la temporada de 1854. Inicialmente firma, con fecha 17 de marzo, un contrato de arrendamiento de la plaza. El arrendamiento lo hace realmente a petición de José Luis Gay, y conjuntamente con este, digamos que el autentico aficionado, interesado en que continuase existiendo espectáculos tras el fracaso de la sociedad antes mencionada, bautizándose ambos arrendadores como “Empresa Popular” Pero debieron surgir serios problemas de carácter legal, amenazando los antiguos propietarios del coso, a los que se les debía gran parte del importe aplazado, con impedir la  celebración de cualquier corrida si no liquidaban la deuda, ejecutando la hipoteca existente. Ante esta tesitura,  el Sr. Martínez Segura,  pocos días después del compromiso antes citado, decide comprar la Plaza de Toros y sus instalaciones anexas, haciéndose cargo del pasivo existente, abonando asimismo el diez por ciento de las acciones que se le presentasen y rescata los terrenos, abonando la pequeña cantidad en que se había fijado su precio.

Goya+11+Suerte+de+VarasTodo lo expuesto le supuso una inversión aproximada de 105.000 reales. Cuatro meses después recuperó la mitad, vendiendo el 50% de la revalorada propiedad –reparado el anfiteatro, libre de cargas y con más de 10.000 varas cuadradas de terreno de plena propiedad- a los hermanos Ramona, Nicolás y Valentín Galarza, quienes explotan empresarialmente la misma como “Galarza Hnos.” y, debiendo marcharles bien los negocios, deciden comprar nuevamente el 50% restante, en esta ocasión pagando la cifra de 70.000 reales, eso sí, en cómodos plazos mediante pagarés a la orden de don Críspulo quien, asimismo, se asegura uno de los mejores palcos para poder presenciar con su familia, gratuitamente, todos los espectáculos mientras existan cantidades pendientes de pago. (Ilustración: 'Suerte de varas'. (1824). The J. Paul Getty Museum – Malibú, Los Ángeles).

Goya+10+Diversión+de+EspañaLOS TOROS A MEDIADOS DEL XIX.

En estas transacciones apenas encontramos dos o tres mil duros de beneficio. Estamos convencidos que la satisfacción de haber complacido a varios buenos amigos que confiaron en él para sacar del bache o del socavón en que se encontraban los espectáculos taurinos suplían y hasta superaba mejores ganancias pecuniarias. Esos buenos aficionados, clásicos y puristas, ajenos a los espectáculos circenses que se estaban prodigando y poniendo de moda en la época: señoritas toreras, peleas con fieras y las llamadas mojigangas, similares al las denominadas “charlotadas” de nuestra época, llenaban el ruedo con su presencia hasta que eran desalojado por los alguaciles a caballo, vociferaban emocionados en la espectacular suerte de varas, gritaban pidiendo banderillas de fuego si el toro no embestía y prorrumpían en frenéticos aplausos cuando caía abatido de una certera estocada. Ellos, los  Galarza, Carrera, Aramburu, Albareda, Gay… supieron elegir al hombre adecuado. (Ilustración: 'Diversión de España' (1824-27). Biblioteca Nacional. Grabado de Goya).

Entramos ya en la parte final de este extenso apartado dedicado a Críspulo Martinez... Y el final no es otro que la muerte. La suya ocurrió el 17 de febrero de 1873.  En los últimos años era su hijo Juan Antonio el que llevaba la batuta y será este el que en su calidad de albacea se ocupe del reparto de bienes y asuma las delicadas decisiones que hubieron de tomarse, en función de la situación financiera de la familia en el momento de la desaparición del patriarca.   (Ver en Comentarios, o pulsando aquí, las disposiciones testamentarias, arreglos y filigranas que hubieron de hacer sus albaceas).

Al final de sus días, superados los 70 años, no sabemos para que proyectos o causas, pero seguramente para adquirir bienes desamortizados que titularía a nombre de otros, se “entrampó” como hemos visto, falleciendo con números rojos… aparentemente. No doy crédito a lo que reflejan los documentos y he trasladado fielmente aquí. Sin duda, el dinero estaría muy bien invertido y las propiedades en manos de sus herederos. Sería su última y pícara jugada, probablemente, pues Don Críspulo es acreedor del dicho “Genio y figura… hasta la sepultura”.

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El Teatro Principal caería, pasto de las llamas, hace 25 años, en marzo de 1984. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Los bomberos, actuando ante lo irreversible. (Foto Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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El Teatro, después del incencio, preparado para el derribo y la especulación. Al final, no se consiguió que aquel espacio quedara para equipamiento público y se recalificó el suelo para viviendas. Los propietarios del suelo obtendrían pingües beneficios y la Ciudad se quedó, durante 24 años sin un espacio escénico. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Los descendientes de D. Críspulo Martínez  entroncaron con conocidos y prestigiosos apellidos de la sociedad portuense: Julia, con Carrera; Elena, con Barreda y los de Juan Antonio, que casó con María Teresa Colom y Víctor y procrearon ocho hijos, con los Galarza, Álvarez Campana, García Valdeavellano, Govantes y Pico.

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz.)

Del trabajo inédito:  PERSONAJES PORTUENSES  DEL SIGLO XIX.

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De izquierda a derecha, primera fila: Rosendo, carnicero; Fali Gómez, Giménez de La Pastora, con un ejemplar en la mano de Diario de Cádiz; Pedro Galván, de la tienda de decoración de la calle Larga, GALSA; Hugo Rodríguez Cortés, de la Peña el Troncho; Domingo Asenjo, el de los platos; Francisco Javier Paullata Estévez, arrendatario del Bar Triana desde 1981, Araujo y Manuel Cordero. Segunda fila: Manuel Paullata Serrano, padre de Francisco Javier; Remigio, el carpintero; Francisco Sánchez Valenzuela, conocido como Pacuchi, el cristalero; Antonio García Real, José María Martínez Govantes, Pepón Arjona, el Gorri, Miguel Gómez; José García Gil, conocido como Pepe el redero,  Vicente, a quien cariñosamente, apodábamos como 'La vieja', se llamaba Vicente Martínez Sánchez, Pepe Amorós y Antonio, el peluquero. Agachado, Antonio Camacho Francés, Antoñete, hermano de “el Chusco”. Falta en la foto, Fernando, el Sietededos, un escayolista que, a efectos de maquetación, no cabe en la imagen que se publica. (Foto: Rafa. Colección Antonio Collantes Ramos).

Hace 27 años, el 1 de octubre de 1982, finalizaba el I Trofeo Peña Triana, disputado en las instalaciones de dicha Peña, en el que participaron un total de 16 jugadores. La pareja formada por Domingo Ajenjo y Teodomiro Alcántara se proclamó vencedora en esta habilidad y subcampeones José Amorós y José García. También hubo premio de consolación para los perdedores: sendos jamones de escayola perfectamente logrados (en la foto). Uno de los miembros de la pareja se lo llevó a su casa y el otro, que quiso compartirlo, comprobó de que material estaban hechos los perniles, al saltar lascas de la imitación. Se consumieron unas cuantas botellas de Fino Pavón, de Bodegas Caballero.

El Bar Triana perteneció a la familia conocida popularmente como los Giles. Eusebio Pérez Gil de Reboleño heredó este bar y, después de regentarlo bastante tiempo junto a su esposa, María Fernández Calderón, se le alquiló a Francisco  Javier Pauyata hijo, despues de que el padre del mismo falleciera.  Actualmente los propietarios del Bar Triana son María Fernández Calderón, Vda de Eusebio Pérez,  e Ignacio Pérez Fernández, manteniéndolo, en régimen de alquiler a Francisco Javier Pauyata.

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En la fila superior, de izquierda a derecha: Manuel Martínez Alfonso, José López Ruiz, Francisco Viseras Alcolea, Tomás Quiles Sáchez, José Cepero Peralta, Luis Gutiérrez Calvo, Joaquín Calero Muñoz y Ventura Lozano Moreno. Agachados, de izquierda a derecha: Ramón González Montaño, Ángel Angulo Fernández, Leonardo Romero Maure e Ignacio Pérez Blanquer. 29 de mayo de 1999, en la calle del Instituto Laboral.

Ya han pasado 10 años, fueron lo días 28 y 29 de mayo de 1999, cuando se celebró el primer y único encuentro hasta la fecha de antiguos alumnos del Instituto Laboral y Santo Domingo, para agradecer a la Comunidad Educativa su extraordinaria labor docente ya que desde los inicios de la década de los 50, hasta mediados de los años 70, la dedicación y conocimientos de los profesores que pasaron por el Instituto fueron esenciales para forjar una buena escuela de alumnos. Por eso las ideas fluyen como un torrencial de recuerdos y de añoranzas  al mencionar este emblemático Instituto del que Antonio de la Torre González fue su primer alumno. En aquellos tiempos difíciles la dedicación y los conocimientos del gran elenco de profesores fueron esenciales para forjar una buena escuela de generaciones de alumnos que durante años sucesivos iban a estar dirigiendo y ocupando puestos de responsabilidad en la sociedad española.

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Patio del Instituto, donde se celebró el acto de homenaje y donde se encontraba la campana que daba los avisos. Una frase publicada en  Diario de Cádiz, y que era el titular de una crónica sobre el homenaje a los profesores allá a finales del siglo pasado, que decía: Y TOBÍO VOLVIO A TOCAR LA CAMPANA…” Fue realizada por el director de Gente del Puerto José María Morillo, alumno que fue también del Instituto.

Durante dos días inolvidables se fundieron en un  solo cuerpo trabajadores y alumnos, pensamientos e ideologías, penas, alegrías, recuerdos y vivencias. Y así ocurrió, todo se desarrolló a pedir de boca. Profesores, colaboradores y alumnos compartieron un montón de cosas. Amistad, compañerismo, ilusión, madurez, anécdotas. Pero sobre todo gratitud en ambos sentidos. Los pupilos por la enseñazas recibidas. Los maestros por las atenciones recogidas.

emilioflory_puertosantamariaEn el Acto Académico recibieron placas  como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como profesores y colaboradores de la Comunidad Educativa. En la imagen de la izquierda,   Doña Francisca Sánchez Salgado, Paquita, limpiadora del Instituto  durante la década de los años sesenta y setenta del siglo pasado, recibe por parte Emilio Flor Jiménez, director del Centro en la fecha del primer encuentro de antiguos alumnos del Instituto, placa como reconocimiento a todos estos años de entrega en su labor como colaborada de la Comunidad Educativa. Emotivo fue cuando las esposas de los ausentes, de los que nos abandonaron, recibieron el aplauso de todo el alumnado presente en el añorado patio del Instituto.Admirables profesores, sin ningún género de duda y que durante ese primer encuentro pudimos valorar la inmensa calidad humana de los que se fueron y de los que estuvieron presentes en el acto. Todos permanecerán en nuestra memoria.
Comunidad Educativa del familiar Instituto Laboral, salvo error u omisión, que llevó el timón de este Centro durante su periodo de su vida:

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COMENTARIOS DE ANTIGUOS ALUMNOS

programa_institutolaboral_puertosantamaria“Cuantos buenos recuerdos se agolpan en mi mente y cuanta nostalgia de aquellos tiempos intensamente vividos al amparo de nuestros profesores. Cuanta paciencia tenían con nosotros. Éramos un poco como de familia… por lo que no pierdo la esperanza de que se les vuelva a hacer otro u otros homenajes que bien se lo merecen…” J.M. Fernández Izquierdo
“…aquel maravilloso Centro de Enseñanza Media, en el que, con diez / once años de edad (1952 /3), disponíamos de modernísimos medios (dos laboratorios de química, uno de física, una enorme y bien equipada aula de dibujo, talleres de mecánica, carpintería, electricidad y forja – cada alumno tenía su propio herramental y su banco -, proyector de cine, y la primera emisora de radio que tuvo el Puerto: “Radio Puerto de Santa María, Emisora del Instituto Laboral”, cuyo locutor era, precisamente, el Padre de José Mª Morillo – hermano pequeño de mi padre – según decía él), además, desde esa edad estábamos en manos de extraordinarios y jóvenes licenciados !todo un lujo y gratis total!...” Eloy Fernández Lobo

LOS VERSOS DE JORGE GARRIDO.

De unas décimas y algunos versos que mi amigo y compañero Jorge Garrido García, compuso y dedicó al profesorado, en el recordado Acto Académico celebrado el día 28 de mayo de 1999, transcribo las que dedicó:

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A Don Enrique Bartolomé López-Somoza:

Era enseñanza viviente,
el profesor coloquial
de argumento magistral
y su memoria una fuente
de frescor siempre envolvente
y de expresión atinada;
fue certeza retratada
dato más fidedigno;
atengo, abierto, benigno...
¡la maestra pincelada!

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A Don Manuel Martínez Alfonso.

Aunque la palabra es arte
y su buen uso un orgullo
no era la Lengua chanchullo
seguro en que respaldarte;
aprobar, era algo aparte,
casi lo mismo te daba:
¡Cuantos nervios atenazaba
del dire su efervescencia!
Ayer, que perdió el Valencia
y a ver si se le pasaba.

Jorge Garrido García, natural de la población serrana de Bornos, en  la actualidad ejerce como profesor de enseñanza. Fue pieza clave en la organización del Primer Encuentro de Alumnos del Instituto Laboral, coordinando la presencia en el acto de los alumnos internos del Instituto que se encontraban dentro y fuera de Península en la fecha del Encuentro. El autor de este artículo estuvo a cargo de la Coordinación del Encuentro.

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Aquel encuentro culminó con la inauguración de la calle Instituto Laboral colindante con el Colegio Público José Luis Poullet y la calle Giner de Los Ríos, en la que se encuentra las viviendas del profesorado, próxima a la Rotonda de la Puntilla, donde actualmente se coloca el mercadillo de los martes. Todo gracias a un reducido grupo de porteños que decidieron dar el paso adelante y aventurarse en organizar un acto donde quedara grabado con trazos indelebles el nombre de Instituto Laboral. La Corporación Municipal que presidía el exalcalde Hernán Díaz Cortés, que también fuera exalumno, accedió a la petición de los organizadores quienes argumentaron una labor bien hecha por educadores y que con el nombre de Instituto Laboral a la calle en cuestión era motivo de satisfacción de agradecer por parte de las generaciones de alumnos a toda la Comunidad Educativa lo mucho recibido. Finalizado el acto de inauguración de la calle Instituto Laboral, como toda gran historia se improvisó en las instalaciones del Club Náutico un almuerzo como despedida donde asistieron tanto profesores como alumnos venido de todas partes de nuestra geografía. (Textos: Antonio Carbonell López).

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Procesión del Corpus. En primer término, Carlos Román Ruiloba, Pbr. Coadjutor de la Iglesia Mayor Prioral, a su lado con el breviario, José María Rivas Rodríguez, Párroco de San Joaquín. Llevando el Palio: De izquierda a derecha de la foto: José Manuel de Terry Galarza, Ignacio Osborne Vázquez y  Javier de Terry  y del Cuvillo. En la parte opuesta del palio se ve la cara de Antonio Cólogan Osborne, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu. Ramón Jiménez Loma. Detrás del Palio podemos ver a Manolo García (padre de García Campos), Jesús de la Rubiera y Pepe Lojo Espinosa. (Foto Laurá. Carnet de Empresa 4589. Parque Crevillet Fermesa. Blo. 3, 1º planta dcha. Colección JMM). Todas las fotografías corresponden al 13 de junio de 1974.

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De izquierda a derecha, el niño Antonio Benjumeda Arrobas, detrás guiando una de las andas del paso, Federico Herrera Síñigo; Juan Melgarejo Osborne y Tomás Osborne Vázquez con sendos velones;  Manuel Salido Gutiérrez, Parroco de la Prioral y Arcipreste del Partido y Ramón Jiménez Loma.  A la derecha, detrás, un Guardia Civil de gala. (Foto Rafa. Colección Archivo Municipal).

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La Corporación de chaqué, bajo mazas. En esta imagen vemos una de las filas, con Federico Aguirre Fernández, Oficial Mayor del Excmo. Ayuntamiento; Jaime Fernández Criado, Secretario General del Excmo. Ayuntamiento y los concejales, Manuel Martínez Alfonso, Eligio Pastor Nimo, Pedro Prados, Juan Ponce, Javier Merello Gaztelu y Carlos del Poyo Navas, Primer Teniente de Alcalde. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

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De izquierda a derecha, Nicomedes Santos Luis, Comisario Jefe de Policía; José Luis Suárez Gutiérrez, Juez de Primera Instancia e Instrucción; Fernando T. de Terry Galarza, Alcalde de la Ciudad en 1974; Manuel Sañe Mateo, capitán de corbeta y Ayudante Militar de Marina de El Puerto y el capitán de la Guardia Civil Luis Fiteni; detrás, de blanco, dos policías locales de media gala: desconocido y Carlos. Y a continuación la Policía Local de gala. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

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En la fachada del antiguo ayuntamiento, en la Plaza de Isaac Peral, ante una puerta decorada con ramas verdes y flores, se procede a la bendición de el pueblo, cuando la iglesia y el estado estaban muy unidos. A la izquierda el Lábaro (*) o estandarte de la Archicofradía del Santísimo Sacramento que era portado por Nicolás de Terry Galarza quien no aparece en esta foto; de rodillas, José Luis Osborne Vázquez con el hachón o velón de los hermanos de dicha congregación; portando la Custodia, Carlos Román Ruiloba, a la izquierda de espaldas, Manuel Román Ruiloba, a la derecha, José María Rivas Rodríguez y de espaldas también, mas abajo, Elías Rodríguez Martín y a su derecha, el Padre Martínez, hijo predilecto de la Ciudad de El Puerto. (Foto Laurá. Colección JMM).

(*) Lábaro: Estandarte que usaban los emperadores romanos, en el cual, desde el tiempo de Constantino y por su mandato, se puso la cruz y el monograma de Cristo, compuesto de las dos primeras letras de este nombre en griego. (RAEL). Por tanto, el lábaro, tambien llamado "labarum" en el Bajo Imperio, se llevaba en los ejércitos por un oficial llamado "labarifero", que correspondía a los abanderados de los ejércitos modernos y tambien delante de las procesiones que hacían los primeros fieles y a imitación de aquel se cree que se introdujo la costumbre de llevar los estandartes o pendones cuadrados que posteriormente se usaron, llamados "confalone" por los italianos. (W).

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Antiguos alumnos del Colegio La Salle, en su cena anual, celebrada el pasado 6 de junio en el Bar Santa María, en el Parque. Varios de los cuales forman parte de la Comisión que está preparando el cincuenta aniversario del Colegio, a celebrar el año 2010.
De espaldas, Diego Morata. Sentados, de izquierda a derecha, Sebastián Rodríguez Sucino, Luis Miguel Rosso, Manolo Morillo, Antonio Fernández Vaca, José Antonio Terrada Sara. De pie a la izquierda, Nicolás Jiménez Aragón, antiguo alumno y profesor actual, de pié a continuación Camacho Perdiguero y Pepe Gallardo. A la derecha al fondo, con el pelo blanco, desconocido, le sigue de pié y con bigote, Pepe Ojeda, Boragno, el maestro ya jubilado, Joaquín Corredera Andrés, de pié el Hermano Manuel (Taudiano Prieto Palacios) que fue director del Colegio, venido expresamente desde Alemería. En primer término con barba y bigote, el eminente otorrinolaringólogo, Pepín Casimiro García Rodríguez. (Foto: JMSC).

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De izquierda a derecha, Camacho Perdiguero, Pepe Ojeda. Sentados los maestros ya jubilados, Carlos Casado, José Luis Corbacho Gallart y Joaquín Corredera Andrés. Partiendo la tarta el Hermano Manuel (Taudiano Prieto Palacios). A la derecha el maestro también jubilosamente jubilado, Martín Delgado. (Foto JMSC).

También estuvieron en la convocatoria, los antiguos alumnos, Antonio Villar,  José Manuel Caballero, Fernando Ahucha, Juan Mena, Pepe Aragón y un par más que no vienen a la memoria.

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Año 1986. Bodas de Plata de la Primera Promoción del Colegio La Salle. De izquierda a derecha, Pepe Muñoz Ortega, Manuel Quintero Utrera, Juan Díaz Sara, Manuel Vargas Dodero, presidente de la APA durante muchos años, Hermano Miguel (Eduardo Combarros), el Hermano Fulgencio Andrés (Blas García Mena 1909-1992), Eduardo Moreno Naval, José María Rivas Rodríguez, Párroco de San Joaquín, Desconocido, Siro Morata Torrres, Desconocido que fue empleado de Porto Moda y Francisco M. Arniz Sanz. (Foto Colección Francisco M. Arniz Sanz).

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Año 1961. Fin de curso de la Primera Promoción del colegio y por tanto primer Recital de Poesía que se hizo en el colegio, estando el escenario estaba en el centro del Salón de Actos; fue la única vez que estuvo allí. En el escenario: Manuel Quintero. Junto a los dos Hermanos aparece el profesor de la clase cuarta Don Diego. (Foto Colección Manuel Quintero Utrera).

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Año 1961. Fin de Curso de la Primera Prooción. Salón de Actos. Francisco Arniz cantando “El Paragüero”. Junto a los hermanos, Siro Morata Torres. (Foto Colección Francisco M. Arniz Sanz).

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Año 1961. En la foto de la izquierda, Manuel Quintero y Javier Camacho Barba. Año 1986,  durante la Celebración de las Bodas de Plata del Colegio, Manuel Quintero y el Hermano Fulgencio Andrés (Blas García Mena 1909-1992).  (Foto Colección Manuel Quintero Utrera. La fotografía de la derecha es obra de Rafa).

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Año 1962, 10 de octubre. Visita del Gobernador Civil, Santiago Guillén Moreno, en el centro de la imagen, a su derecha, el hermano Fulgencio Andrés, detrás, el alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. (Foto: Archivo Municipal).

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Octubre del año de 1963. Inicio del curso. De izquierda a derecha: Manuel Quintero padre, Luis Quintero, Manuel Quintero y el Hermano Ángel, profesor de la clase de primero. (Foto Colección Manuel Quintero Utrera).

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El Racing Club Portuense, Campeones de Liga Grupo XII, de Tercera División.  Temporada 1967/68. De pie, de izquierda a derecha, Jaime, Mariano, Chares, Martínez-Jaen, Lolo, Soriano, Ventura (entrenador) e Higinio Obregón, el portero que luego trabajaría en la Caja de Ahorros de Cádiz. Agachados, Luis Muñoz Cuenca, Chicharito (c0n nótula propia en Gente del Puerto), niño desconocido, Vera-Palmer, Hernández, Manolín, Matas y Breval. ¡Que equipazo! ¡¡Lo que valdrían hoy esos jugadores!! Esa temporada, el Portuense solo perdió un partido, en Sevilla, con el Sevilla Atlético. El grito de guerra de la afición, era: «Ole, ole, ole, el Racing mete goles» (Foto: Colección José María Cíes).

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Almuerzo en el Hotel Loreto de la Hermandad de la Veracruz, hace 62 años. De izquierda a derecha: Pepe Blandino, Maximino Sordo, dueño del Resbaladero. José Merchante Pardo, Rafael Bellvís Marín. Domingo Renedo Fernández, dueño de la imprenta Renedo. Federico Herrera Síñigo, alma mater de la Hermandad de la Veracruz. Cayetano Gómez López. Pepe Vélez Rodríguez. Ignacio Pérez Garcés. Manuel Lojo Espinosa, otro alma mater de la Veracruz.  Desconocido. José Lerdo de Tejada Domínguez. Manuel Salido Gutiérrez, Párroco, a la sazón, de San Joaquín, donde residía la Hermandad de la Veracruz en 1947. Antonio Cía Moreno, Párroco de la Prioral, donde estuvo dicha hermandad. Antonio Herrera Hurtado, Capellán que fue de la dicha hermandad. Antonio García Sánchez y Francisco Dueñas Piñero, el maestro Dueñas. 19 de marzo de 1947. (Colección Manuel Girón Ceballos).

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Manuel Jarque Martínez, Chicharito, nació en la calle la Gatona. Casado con Encarnación Gala Bravo, una madrileña que vive en el domicilio familiar de la Plaza de la Tradición y con quien tuvo nueve hijos: Joaquín, María, Lolo, Encarnación, Luisa, Milagros, Charo, Pili y Antonio. Y diez nietos. Como ven el carné de familia numeroso se lo ganó holgadamente… El sobrenombre de Chicharito le viene porque, de pequeño, en lugar de jugar con bolindres o canicas, jugaba con chícharos o guisantes. Siempre fue su mayor satisfacción ver al Portuense en Segunda División. (Foto: Colección Carlos Pumar Algaba).

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Chicharito, agachado a la izquierda, junto a Manuel Soriano Gómez y a continuación Trujillo, a mediados de los cincuenta del siglo pasado.

Pequeño de envergadura, con voz chillona, pero con un carácter excepcional y un corazón fuera de lo común. Entre el Ayuntamiento y el Racing transcurrió su vida, o por mejor decir, eran su vida, aunque también había colaborado con Manolo Carrillo, con su espectáculos de ‘Varietés’ finas. Su segundo padre fue Antonio Torres Santiago, fallecido junto a su esposa Mercedes, en aquel luctuoso accidente de trenes ocurrido a la altura de Lebrija el 21 de julio de 1972, en el que perdieron la vida 86 personas. Un duro golpe para Chicharito, posiblemente el peor de su vida. Nunca quiso hablar de ello. La identificación de los cadáveres la llevó a cabo, precisamente, Manolo de la Torre, que meses antes había salvado del descenso al Racing y que tras la trágica muerte de Torres, con quien tenía prácticamente todo solventado para seguir entrenando, le hizo cambiar de aires y entrenar a otro equipo.

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Chicharito, de 'flecha' de la extinta Organización Juvenil Española (OJE), montando guardia, es el quinto por la izquierda. El primero por la izquierda pudiera ser Clavijo Armijo y con gafas, Francisco Pacheco Albalate. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

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En la cantina del Campo Eduardo Dato, regentada por Juan Cressi. Aparece a la izquierda ‘Parrita’. El de la botella en la mano es Manonlín, tenía un taller de cerrajero en la calle Cadenas, y detrás de él, Pedrusco. En el centro de la imagen, con sombrero, Cayetano Gómez López 'Tani', que fue directivo muchos años.‘Chicharito a la derecha, junto a él, a su derecha, con copa, traje corbata y pañuelo, Antonio Torre Santiago, Secretario General del RC PORTUENSE. ‘Chicharito’ le decía que era su segundo padre. Se portó muy bien con su familia.  Detrás de Torre, Laínez y  a su derecha, Trujillo. ambos fueron jugadores del Racing. 23 de febrero de 1962.

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En la Feria de Ganado en El Palmar, jugadores, aficionados, directivo. Chicharito aparece en la última fila, en el centro de la imagen a la izquierda y justo a la derecha suya, Parrita, posiblemente el mejor aficionado del Racing a lo largo de toda la historia del Portuense. Llegó a formar parte de la Junta Directiva con José del Cuvillo y Bernardo Sancho. El sexto por la derecha de la úlitma fila, Agustín Vela Mariscal, Laínez y Bernardo (el del taller de coches d ela calle Diego Niño). El que está entre la niña de Amazona y la del traje de gitana, es Pedro Gil. Agachado, el tercero por la derecha, Lupo, con la cuchara en la mano delante del lebrillo, por aquello de 'cucharón y paso atrás' y detrás de él, Trujillo. El tercero por la izquierda es Baltasar y a su izquierda, alguien relacionado con los González Noval (almacén de Genaro).

chicharito_1966_puertosantamariaCHICHARITO Y EL RÁCING.
En el Rácing hizo de todo él y su familia: utillero, masajista, lavaba las ropa, tejía las banderas, hombre de confianza de los presidentes; en definitiva, mascarón de proa del Racing Club Portuense. En 1940 ingresó como botones en el Club hasta el año 1944. A partir de entonces empezó en él su afición de cuidador, trabajo que realizó hasta el año 1949, sin interrupciones, hasta que se marcha al Servicio Militar, y aun así aprovechando permisos, etc., continuó trabajando para el Club. Naturalmente que se aprovechaban los cortos desplazamientos por los alrededores de Sevilla, e incluso lo recogían en el Cuartel. En 1950 fue licenciado, reanudando su trabajo en el equipo hasta el final de sus días. (En la fotografía, Chicharito el 20 de febrero de  1966. La Voz de la Bahía).

El penúltimo presidente del equipo, Manuel Lore, se portó muy bien con el matrimonio Jarque-Gala: mientras fue presidente le hizo llegar una paga a la viuda de Chicharito. Llegó a ser el racinguista más expulsado del campo de juego: cuando, a su juicio, algún árbitro lo hacía mal lesionando los intereses del Club, se saltaba al terreno de juego y, lógicamente, acababa siendo expulsado del mismo. Tenía química con ciertos personajes vinculados con el Racing: era amigo íntimo de Tonino (Antonio Rodríguez Bruqué); si alguien osaba meterse con Chicharito, Tonino saltaba como un resorte. También le quemaban la sangre a Tonino, cuando le decían en el campo: “Tonino a ti quien te entiende es el Lupo...».

chicharito_1998_puertosantamariaEL BINGO DE RC PORTUENSE.
Chicharito fue una pieza clave en el Bingo del Racing durante las temporadas 1980/81 a 1982/83, siendo jefe de sala, Juan Forte Ruiz, con Eugenio Espinosa Palacios Nono, del restaurante Guadalete, como responsable del bar. Siempre dispuesto a colaborar, vivía el Racing desde que se levantaba. Era enlace entre el Jefe de Sala del Bingo y el responsable de la Junta Directiva del equipo.  Era un buen relaciones públicas que atraía clientela y además, en las primeras horas, que eran las más flojas, siempre estaba presto a echar una mano, aunque fuera de señuelo. Todo le parecía poco para ayudar a su equipo.
El personal del bar y los empleados del Bingo lo respetaban porque ante cualquier incidencia que el viera, antes de dar cuenta a sus “superiores”, Chicharito actuaba, mediaba, orientaba y aconsejaba al personal descarrilado. (Chicharito hace 11 años, en 1999, a las puertas del Ayuntamiento, su otra casa. Fotografía Colección Carlos Pumar Algaba).

Dicen que la mejor universidad es la calle, claro pero para eso se necesita tener buenos centros, --como decimos los porteños--; este pequeño gran hombre era eternamente agradecido proque hacía gala de ser siempre bien nacido.

michicharito_puertosantamariaLA CASETA MI CHICHARITO.
En 1984 Chicharito regenta la Caseta de Feria. Pero no solo en la Feria sino durante y después, para dar servicio a los montadores y caseteros que instalan en el Recinto Ferial casetas y atracciones. 1985 fue uno de los años del esplendor de la Pesca en El Puerto y recuerda muy buenas reuniones de la gente del mar: exportadores, armadores, pescaderos, en su caseta ‘Mi Chicharito’, que hoy gestiona su hijo Juan Antonio y no su yerno Juan José Sánchez Rodríguez, “Capi”, como erróneamente creíamos. También regentó la Cantina del Racing, ya en el Estadio José del Cuvillo. (En la fotografía, Manuel Jarque, con el cartel de la caseta de feria, y a la entrada de la misma: 'Mi Chicharito'. Foto Colección Miguel Sánchez Lobato).

Chicharito no bebía, pero cuando lo hacía se quedaba dormido, aunque ‘lo procesaba’ rápido. Eso sí, tenía un mal despertar. Admitía cualquier clase de broma, menos que no lo dejaran tranquilo dando una cabezada. Y todavía más si se perdía el encuentro. En los desplazamientos con el equipo, a veces, los jugadores aprovechando su profundo sueño y ronquidos de categoría, “la liaban”. Claro, todo era más llevadero, cuando se ganaba, porque habían “primas” y su familia las necesitaban...

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Reunión en la caseta de 'Mi Chicharito'. De izquierda a derecha, el matrimonio de Ángel Lara, Manuel Montes Quirós, Sergio Grado Jordano y de pié con sombrero, Francisco Pérez Bernal 'el Kako', José Devesa Molina 'el Maño'  y Antonio Grado Hidalgo 'Noni'.

RECUPERADOR FÍSICO.
Fue considerado como un gran recuperador físico, un gran masajista, que sin estudios de fisioterapeuta recuperaba a los jugadores que resultaban con problemas en el terreno de juego. La fórmula magistral, la fórmula mágica, la ‘Fórmula Chicharito’ constaba de dos componentes: Linimento Sloam y el propio Jarque, esa era la combinación perfecta que regeneraba a los integrantes del equipo.

PLANTEL DE COLABORADORES Y AYUDANTES.

  • Chicharito tuvo de ayudantes a Luis Muñoz Cuenca, hermano de Muñoli; “el muíto”, y Pimpollo que fue su sustituto. También, El Tagarnina.
  • Médicos: José Joaquín Muñoz Bela, Manuel Pérez-Blanco Muñoz.
  • Practicantes: Felipe Lamadrid Muñoz, Manolo Toimil.
  • Capellán: Anastasio Pérez de Andrés.
  • Amigos y Directivos: Vicente Gutiérrez de la Rosa, Parrita, Paco Ferrer Palacios, Antonio Miranda García, Daniel Otero Rascón, José Marchena Rodríguez, Joaquín Rosso Morro, Bartolomé Domínguez, Victor Martínez Guerra, Antonio Carbonell López.
  • Y su peña, la del Troncho.

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Homenaje a 'Morrito' el 11 de mayo de 1962. Fernando, González Borrás, Bienvenido Soriano Gómez, José Marchena Rodríguez, desconocido (este ciudadano fue el que tuvo la fábrica de gaseosas “La Revoltosa”); Manuel Rojas Martínez, Julio “El Cordobés”, Luis Salmerón Aguirre, Manuel Jarque “Chicharito”, Martínez de Murga Terrada, Manuel, Ramón 'Suárez' Gil Sánchez, Cristo; Eugenio Espinosa Palacios. (Foto de Rafa)

Lo que mejor lo define: la honradez que siempre le caracterizó. Su saber estar, el respeto por los demás y también por los desfavorecidos. Un hombre cabal e íntegro. El Racing Portuense venció en la tarde del 14 de diciembre de 2005 al Chiclana CF. Antes de comenzar el partido se guardó un minuto por la reciente muerte de  "Chicharito": los jugadores, con motivo del fallecimiento, llevaron brazaletes negros.

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Felisa López Varela nació hace 79 años, el 30 de mayo de 1930, en la calle Cielos, frente al desaparecido despacho de bebidas “La Burra”. Hija de Milagros y de Clemente, es la segunda de ocho hermanos, de los que viven en la actualidad seis. Nació en la vivienda del almacén de su abuela Felisa, “la Gallega” cuyo despacho de comestibles le ayudaría a regentar el tío de nuestra protagonista, Antonio López Ruiz. El almacén de la abuela suministraba al Cuartel de la Guardia Civil, la tropa y el Penal.

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Milagros Varela y Clemente López, los padres de Felisa. Precisamente Clemente era famoso por su rectitud en la preservación de los jardines de la Plaza de Isaac Peral, donde era guarda.

Felisa estuvo poco tiempo en el colegio. Con dos años estuvo con Doña Cinda, en la calle Larga frente a la Plaza de Isaac Peral, y luego en el Hospitalito con Doña María. Al morir su madre, en 1942, la sacan del colegio y su abuela la lleva a vivir a una finca en la carretera de Sanlúcar “El Ave María”, terrenos que luego venderían a la  familia Caballero.

felisa_lv_elcortijo_puertosantamariaAllí permaneció durante dos años, con catorce, su padre la trajo a vivir con él a la calle Espelete y empezó a trabajar interna ganando cinco duros al mes, en 1944. Entró a servir en la casa de Ernesto Piury, en la calle Pozuelo. «Eran un matrimonio sin hijos, muy especiales. Aquello era como un convento. No nos podíamos reír, hablar fuerte, ... Estábamos tres mujeres trabajando en la casa: una cocinera, una para cuerpo de casa y yo que ayudaba a la segunda y en hacer recados. El dueño de la casa me llegó a decir que tenía que tratarlo de señor, a lo que yo le respondía que “--El Señor está en el Cielo, o en la iglesia de madera o de escayola, pero que a él, de señor, nada”. En cierta ocasión, el dueño de la casa nos sorprendió riendo y nos reprimió: “--A reirse se van ustedes a  la calle”, a lo que yo con mucho desparpajo “--No señor, a la calle se van los perros, y yo me voy a mi casa”. Y me fui, aunque, al día siguiente mi padre me llevó de nuevo. Había que ganar un jornal y aunque me decía que era muy pequeña para administrar cinco duros yo pensaba para mis adentros que ¿como no lo era para ganármelos trabajando?» Allí estuvo hasta los 18 años. Genio y figura. (En la fotografía, Felisa, en El Cortijo, del Paseo de la Victoria).

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Un aspecto del Cádiz devastado por la explosión del año 1947.

LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ.

felisa_lv_joven_01_puertosantamariaLa explosión de los polvorines de Cádiz le cogió trabajando en aquella casa de la calle Pozuelo. A las diez menos cuarto de la noche del 18 de agosto de 1947, una deflagración, provocada por unas 200 toneladas de trinitrotolueno, tiñó el cielo de un rojo intenso sobre la bahía de Cádiz, escuchándose una ensordecedora explosión La magnitud de la explosión fue tal que el fogonazo pudo verse desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho (Ceuta). Se formó una nube de hongo visible desde toda la Bahía de Cádiz, Huelva y algunos pueblos de Sevilla. El ruido de la explosión fue oído hasta en la propia capital hispalense. Muchos porteños aquella noche la pasaron en La Belleza, por la carretera de Sanlúcar, asustados, pensando que una segunda explosión podía llegar a El Puerto. Esto cuenta el maestro Antonio Burgos de aquellos momentos: «Y comiéndome las últimas uvas del racimo estaba cuando se oyó una fuerte explosión y vi como todo el cielo se puso completamente rojo. Era como si hubieran teñido con fuchina colorada el papel azul del cielo del Nacimiento. Salí corriendo, todos salimos corriendo, nos echamos a la calle. Nadie sabía nada, nos llevaron a la plaza de la Plancha, "no, a la playa, a la playa, que en Cádiz ha habido una explosión". Y otra voz, con otros nervios: "No, a la playa no, que puede llegar la onda, debajo de las escaleras". Recuerdos de nervios, de gritos, de la palabra "Cádiz" corriendo de boca en boca. Aquel cielo rojo que yo había visto con el racimo de uva moscatel, sentado en el balcón, era el cielo de muerte de Cádiz, el de la dorada cúpula de la Catedral en lejanía cuando estábamos bañándonos, agarrándonos a la maroma hasta donde se hacía pie.»

felisa_lv_parque_puertosantamariaLuego estuvo trabajando en la Notaría que hubo en la calle Santo Domingo, en el edificio que perteneció a Bellas Artes, mas tarde Bienestar Social y por último ocupó el Centro de Drogodependencia. Primero con Don Francisco, luego sería Don Casto Montoto. Allí estuvo entre 1948 y 1950. (En la fotografía, Felisa posando en el Parque Calderón).

CASAMIENTO Y PARTOS.

Se casaría a los 20 años con Antonio Requejo Herrera, con quien tendría cuatro hijos a los que pariría en la calle San Juan, 38: Milagros, Antonia, Clemente y Felisa, que le han dado a su vez once nietos y cinco bisnietos. Viviría luego en la calle San Francisco y los últimos 30 años los ha pasado en su actual domicilio en Espelete, 11.Pero Felisa enviuda y a los pocos años se vuelve a casar con el también viudo Manuel Tejada Copano, con tan mala suerte que este enferma al poco de contraer matrimonio y nuestra protagonista se ha pasado los últimos 30 años de su vida cuidándolo hasta que, el día de Nochebuena del año pasado nos dejó.

elenamartin__puertosantamariaUNA NIETA ALEMANA Y FLAMENCA.
Su hija mayor, Milagros, que ha vivido 30 años en Alemania, tiene allí viviendo a dos hijas, una de ellas, Elena Martín, nacida en Hannover en 1971, que se dedica al flamenco y tiene una Academia de Baile, con un interesante currículum que la hace ser conocida en toda Alemania.  Tambie´n ha viajado por el mundo, siendo conocida espcialmente por sus actuadiones en Quito (Ecuador). Despúes de esto continúan numerosas presentaciones, también como solista para el “Grupo Semilla” sobre “Tablaos” en España. Italia, Inglaterra. Contratos en : Francia, Polonia, Praga, Holanda, Auastra, Suiza, Bélgica. Ha tenido varias presentaciones en Galavisión (Sudamérica), NDR, MDR y TVP. Filma un videoclip con el grupo de Pop “Die Weltempfänger”, a propósito de los 500 años del descubrimiento de América. Este trabajo se ha transmitido por los programas MTV y VIVA. Le dedicaremos este verano una nótula en Gente del Puerto cuando nos visite, la nieta mas internacional de Felisa, la porteña nacida en Hannover, porque Elena, --en la fotografía pequeña de la izquierda,-- se siente portuense. Es directora del Grupo 'Semilla'.

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Patio de Felisa, en la calle Espelete, núm. 11, con la Cruz de Mayo.
Pulsar para ir al  Blog de los Amigos de los Patios, que administra Mª Carmen Vaca.

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Muñeca que simula a la Princesa de Asturias, vestida y adornada por las manos de nuestra protagonista. Tiene armarios vitrinas llenos con personajes conocidos o profesiones. Un hospital completo, en recuerdo de su etapa de cuidadora de enfermos, con todos los profesionales del mismo, ocupan un lugar destacado en su sala de estar.

LAS MANUALIDADES DE FELISA.
Tanta pensión a su marido, tanto estar pendiente de él hizo que durante los largos periodos de cuidados tuviera que ocupar su tiempo en algo. Felisa es una virtuosa con las manos. Le mete mano a todo y de todo hace un arte. Su arte. Tiene un patio cargado de macetas y cuajado de flores que anualmente presenta a la Fiesta de los Patios. Además elabora con sus manos la Cruz de Mayo que permanece en el Callejón de Espelete, núm. 11, hasta que finalice el mes. Todavía se puede ver en todo su esplendor.

felisa_lv_pintura_puertosantamariaAdemás, Felisa pinta sobre lienzos, telas y maderas; confecciona ropa para muñecas con diversas técnicas y materiales reciclables (servilletas de papel, bolsas de plástico, retales de ropa, punto); hace broches para trajes de novia o de calle; pequeños trabajos manuales de todo tipo que son imposibles de ver un día de visita a su casa: flores elaboradas con medias, con plásticos, con telas, con ganchillo; sombreros casquetes elaborados con bolsas de basura negra, muebles o barcos en miniaturas hechos con pinzas de la ropa o cerillas, y así... Y por si fuera poco, también tiene tiempo para las reuniones de la Asociación de Vecinos del Barrio Alto, donde tuvimos oportunidad de hablar con ella, además de en su casa. (En la fotografía de la izquierda, una versión muy personal de Felisa, de un jarrón con girasoles).

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En la fotografía, el recientemente desaparecido Manuel Verde junto a Felisa, hace tres años recibiendo los Diplomas de Comercio Tradicional y Patio Tradicional, otorgados por el Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Los diplomas son obra de Faelo Esteban Poullet, que aparece en la imagen.

felisa_lv_arregladita_puertosantamariaLA POESÍA EN SU VIDA.
Felisa improvisa poesías, que no escribe, y que recuerda de memoria. Unas veces la inspiración le viene y le puede recitar un poema dedicado, por ejemplo a una francesa que la visita anualmente, para ver su patio todos los meses de abril. y que le manda cartas y regalos desde su país de origen. Por eso, pensamos,  alguien tendría un día que pasar a papel los poemas de esta casi octogenaria porteña. Otros poemas, a base de recitarlos, los tiene fijados en su memoria, como este: «Yo vivo en un patio»:

«Yo vivo en un patio
donde tengo macetas y arriates
y flores de todas clases.
Tengo azucenas y tengo claveles,
tengo geranios y tengo rosales
y por la mañana veo el sol cuando sale.
Y cuando llueve veo el sol encapotado
y por la noche veo el cielo estrellado.
Y de noche, cuando me siento en mi patio
hasta me duermo porque yo vivo en un patio
y no vivo como un pájaro enjaulado
».

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En la instantanea aparecen, un grupo de padres en el Colegio Espíritu Santo: de izquierda a derecha Javier Benitez Barco, exalumno del Instituto Laboral y carpintero de ribera; un padre de alumno;  Pedro González, arbitro de futbol y empleado de Osborne, conocido por Pedrito; Luis Busto Jimenez, exalumno del Instituto Laboral; otro padre de alumno, don Enrique Bartolomé López-Somoza y Pedro Gil.

Segun las fuentes consultadas el patio del Colegio Espíritu Santo, a finales de los 60 era un barrizal. Las monjas pidieron ayuda a los padres de alumnos y alumnas del Centro que accedieron y con hormigon hecho a mano llevaran a cabo una excelente obra. Desde entonces los niños y niñas ya no se llenarían más de barro.

Don Enrique Bartolomé fue gran impulsor de la mejoría del Centro ya que, aprovechando que algunos padres habian sido alumnos suyos, solicitó la ayuda y bajo la dirección de un maestro albañil, tambien padre de alumno, las monjas pudieron ver recompensada sus oraciones...

La fotografía es de una cena donde asistieron padres y madres del alumnado y aquella noche, es posible que del curso 1969/70, -la madre Rocio seguro que se acuerda de la fecha exacta- se celebrara el final de las obras. Precisamente la cena se celebro ya en el patio totalmente adecentado.

Javier Benitez Barco, carpintero de ribera ya jubilado, alumno de don Enrique Bartolomé en el Instituto Laboral recuerda a la hermana Rocio... Y yo recuerdo a Luis Busto, que colaboró con la Comisión de Homenaje a los Profesores del Instituto Laboral en 1999. Luis Busto nos dejó hace un año. Siempre estuvo en la cantina de la antigua estación de Renfe. Hoy he hablado con su señora se ha emocionada cuando referi lo de nuestros profesores...

Rafael Sevilla López, acude a misa al Convento del Espíritu Santo los domingos a las 11 de la mañana. Rafael recuerda los esfuerzos para la consecución de las mejoras para el Centro. Concretamente la obra del patio destacando a los padres de alumnos y alumnas y con gran cariño a don Enrique. Resaltó su humanidad y recuerda como sus alumnos del laboral formaron una gran cuadrilla que dirigia el querido profesor como si de una clase de historia se tratara.  (Texto: Antonio Carbonell).

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