
El paso del misterio de la Veracruz, por Palacios esquina con Micaela Aramburu, en 1936.
Tal día litúrgico como hoy de hace 100 años, miércoles santo pero 19 de marzo de 1913, coincidió la festividad del Santo Patriarca San José, creando una especie de incompatibilidad litúrgica. A través de la Revista Portuense, en su número del 15 de febrero de ese año podemos enterarnos como se solucionó el problema: «…el miércoles santo ha sido siempre día de rigurosa abstinencia y está consagrado por la Liturgia a la conmemoración de la Pasión del Señor, excluyendo cualquier otro rezo. Por tanto se traslada la fiesta (de San José) en cuanto a la solemnidad interna, al primer día hábil después de la octava de Pascua de Resurrección, dispensándose del ayuno riguroso y equiparando el día a un domingo de Cuaresma, con la sola limitación de no comer carne o pescado en una sola comida».
La iniciativa personal de un devoto, empeñado en sacar en procesión «la venerada imagen del Cristo de la vera-Cruz», se vio recompensada, después de realizar junto con varios directivos y hermanos «una colecta que, a la hora presente, va respondiendo a los fines que se desea». Así declaraban en el periódico dos semanas antes de la fecha habitual de su salida, confirmando la misma, los responsables de la hermandad. Y esta, efectivamente, se produjo a las doce en punto de la noche del jueves santo «y esto constituyó tal atracción para las gentes que antes de la hora señalada para la salida no se podía dar un paso en las esquinas de la capilla de la Sangre», y al decir esquinas, en plural, se refieren a la esquina de la capilla, propiamente dicha, formada por las calles José Navarrete (Palacios) y Castelar (Nevería y a la esquina de Castelar y Cánovas del Castillo (Luna) por donde pasaría tras la salida, camino de la calle Sagasta (Ganado), girando al llegar a ésta dirección de Larga por la que continúa en sentido ascendente hacia Luna hasta desembocar en el Vergel del Conde, continuando hasta la plaza del Castillo que rodeaban entrando por Santo Domingo, doblando por San Bartolomé y, nuévamente, por Palacio hasta desembocar en la plaza Alfonso XII: No nos consta se realizase a esa hora de la madrugada Estación en la Prioral, debiendo continuar por la calle Luna, doblando en Nevería a su templo, donde se recogió a las tres y cuarto de la madrugada del viernes. Aunque en la procesión figuraban los guiones de las tres hermandades existentes: Humildad, Veracruz y Soledad, que abrían la marcha, solo acompañaban a los hermanos de la Veracruz, nazarenos de la Soledad, constando la procesión de dos pasos: el de la Cruz y el del Calvario.

El paso del misterio por Micaela Aramburu, con unas palmeras que estaban empezando a tomar forma. Año 1930.
Continúan proclamándose edictos municipales que propician un respeto hacia las conmemoraciones religiosas de esas fechas y para favorecer la mayor religiosidad y compostura de los ciudadanos en general, especialmente en las vías públicas, haciendo hincapié en que no se cometan irreverencias ni escándalos, se regula el horario de cierre de los establecimientos y se dictan normas para el tráfico rodado.

El paso del misterio por Micaela Aramburu, con unas palmeras en todo su esplendor. Imagen que difícilmente volveremos a ver repetirse, dado el ocaso de las datileras. Primero saños del siglo XX.
La participación en la semana santa de la Archicofradía del Santísimo Sacramento era notable en esa época, especialmente en los Divinos Oficios, que se celebraban en el primer templo, la Iglesia Mayor Prioral. Aprovechando la solemnidad de los cultos en estas fechas, con idea de dar un mayor realce a la admisión o ingreso de nuevos miembros en la Archicofradía, se hico coincidir con la procesión claustral del Santísimo que se realizaba al final del oficio de Tinieblas del miércoles santo, después de entonarse el «Miserere» por los sochantres. En esta ocasión los nuevos socios --así les nombra el redactor que realiza la reseña del acto-- fueron Francisco Muñoz Seca y Ramón Jiménez Mateos, los cuales, con veladores encendidos, se unieron a las filas de archicofrades que acompañaban «al Sr. Cura Propio, revestido de lujoso pluvial blanco, bordado en oro» portador de la custodia con S.D.M., trasladada desde el altar mayor, donde había estado expuesto, hasta la capilla del Sagrario, circunvalando el templo, dándose por terminado el acto al quedar depositada la misma en el Sagrario. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

La parroquia de San Lorenzo de Valladolid acoge un montaje único en España elaborado por la Asociación Belenista Castellana, realizado por un porteño afincado en Valladolid hace ya unos años: Manuel Bononato, quien fuera presidente de la Asociación de Vecinos Los Frailes. Eran célebres los belenes costumbristas que instalaba tanto en su casa como en la sede vcinal con figuras de Ángel Martínez, en la década de los ochenta del siglo pasado. En la capital castellana viene instalando, en la sede de la Diputación, un Belén Bíblico Monumental desde hace mas de 15 años, el último con 250 figuras en 36 metros cuadrados.
Y todas ellas, inscritas en una escenografía muy similar a la que se utiliza para los belenes navideños. «--Ese tipo de montajes son muy habituales en los misterios y nacimientos, pero no se suelen emplear para la Semana Santa», explica el autor de una instalación que este año incorpora nuevas figuras (del taller madrileño de José Luis Mallo Lebrija) e iluminación. Destaca, por ejemplo, el alumbrado de noche que acompaña a las escenas de la oración del huerto y el beso de Judas. /Representación del monte Gólgota.



Cuando se habla en Semana Santa del estilo Calleja, el nombre de un portuense con más de 100 obras realizadas en la ciudad, sale en la conversación: concibe, diseña, dirige y hasta manufactura todos los aspectos artísticos de una cofradía.




Luis Caballero Florido nació en El Puerto de Santa María en 1934, hijo del que fuera alcalde de la Ciudad Luis Caballero Noguera entre los años 1952 y 1958. Procede de dos familias bodegueras de Chipiona y El Puerto de Santa María y a nivel de quinta generación era la cabeza visible --presidente de honor del Grupo Caballero-- de uno de los grupos familiares independientes más importantes del Marco de Jerez, en cuya capital del vino residía. /Foto: Pantoja.
Hipólito Sancho publica «La Iglesia Prioral del Puerto de Santa María y Antón Martín Calafate». Pedro Muñoz Seca estrena «Mi chica», «¡No hay no!», «La Eme», «El Escándalo» y «El Ex». Alberti publicará, ese año, ‘Bazar de la Providencia’ y ‘La farsa de los Reyes Magos, dos farsas revolucionarias’ y funda junto a su esposa, María Teresa León, la revista revolucionaria ‘Octubre’ e iniciará una gira por diversos países americanos. Agrupaciones carnavalescas de El Puerto participan en el Carnaval de Isla Cristina (Huelva). La vía pecuaria ‘Colada del Cementerio’ fue deslindada y amojonada los días 14 y 15 de marzo de 1934. El Maestro Dueñas es destinado a hacer el servicio militar en El Puerto. Nacían, también en 1934, Juan Muñoz Aparicio, Jefe de Taquillas de la Plaza de Toros. Ana Delgado Ramos, camaronera en la Plaza de Abastos y Roberto Carmé Ramírez, almacenero. /En la imagen de la izquierda, caricatura de Pedro Muñoz Seca.







Los dibujos que presentamos son de Inma Serrano, una profesora sevillana residente en Algodonales que ya ha estado en El Puerto de Santa María en varias ocasiones recogiendo sus impresiones de la Ciudad y convirtiéndolas en dibujos. Es una Urban Sketchers (USK).




A los 87 años, en 1996, falleció en Cádiz el veterano periodista Antonio Rosales Gómez, que durante cincuenta años fue muy popular ejerciendo la crónica taurina con la firma de “Don Puyazo”, en diferentes emisoras de radio de Cádiz. Rosales, muy apreciado en el mundo del toro, era el más veterano radiofonista taurino de España y fue un periodista vocacional. Era un habitual de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María. /En la imagen, Rosales, vestido de picador, representándose a sí mismo como Don Puyazo, un quijote del toreo que junto a su Sancho Panza “Perico” y a lomos de su Rocinante “Veneno”, ejercía una crítica imaginativa y escenificada en pequeños sainetes.


La Asociación de la Prensa de Cádiz le dedicó un libro antológico, también a iniciativa de Evaristo Cantero, que fue presentado ese mismo años de 1996 en el Hotel Puertatierra. tuvo lugar la ”Don Puyazo. Antología”», editado por la Asociación de la Prensa de Cádiz y escrito por el autor de esta nótula, cita además a otros periodistas gaditanos. La publicación es un homenaje al creador de los “Cuadernos Taurinos”. Un sencillo y emotivo acto sirvió como telón de fondo a la presentación del libro en el que se recogen las crónicas taurinas radiofónicas con las que Antonio Rosales acompañaba, con sus escasos medios, las noches de los martes de muchos gaditanos. Toreros como Canales Rivera, José Luis Galloso o Chamaqui estuvieron presentes en un acto que contó con la presencia de la familia, además del entonces concejal-delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Cádiz, Guillermo Boto. El periodista Manuel Pedreño dibujó una semblanza de “Don Puyazo», rescatando algunas de sus expresiones como “¡Vamos al toro!”, “No trabajo en la radio, pero sí para la radio” o “A mí sólo me jubila Dios”. Este recorrido por la trayectoria de Rosales, estuvo aderezado con la audición de un fragmento del célebre “Cuaderno Taurino” en el que “Don Puyazo” relataba el quehacer taurino acompañado de su inseparable caballo “Veneno” y de su fiel monosabio “Perico” (Enrique Treviño).

También. dentro de dos o tres semanas se cumplirán dos años de la publicación en este mismo espacio de una interesante biografía sobre uno de los últimos alcaldes del antiguo Régimen, Luis Portillo Ruiz, que ejercería su cargo en la década de los sesenta del pasado, aunque reciente, siglo XX. 

Los sagaces empresarios granadinos bien pronto se integraron plenamente en la sociedad portuense y además debieron gozar, asimismo, de una buena cuota de popularidad y prestigio en parte de la ciudadanía pues tan solo una década después, en 1912, Luis Portillo Pineda ocupaba el sillón más importante del consistorio local, siendo nombrado ese año Alcalde constitucional, cargo que repetiría en otra legislatura. Bajo su mandato se firmó un polémico contrato conla Compañíade Aguas de Cádiz, para abastecer a la capital de la provincia de agua potable procedente de los manantiales municipales deLa Piedad y se realizaron diversas obras de reforma y mejoras del piso y acerado de la calle Larga, incluido aquel tramo asfaltado posiblemente como un experimento o una demostración con un conglomerado especial y novedoso , entre las calles Ganado y Luna, que mantuvo su superficie intacta y casi pulida después de más de medio siglo implantado. Falleció en 1926. /En la imagen de la izquierda, el alcalde Luis Portillo Pineda.
Felix García de Polavieja y Escribano nació el 29 de junio de 1876 en El Puerto de Santa María, hijo de Justino García de Polavieja y Urruela y de Ana María Escribano y Paúl siendo el menor de tres hermanos, Julio y María del Pilar. Vivían en el número 10 de la calle Larga.
DISTURBIOS ANTICLERICALES.
Ha transcurrido medio siglo y un lustro desde que un alcalde enamorado de El Puerto, su cultura, arte e historia, incluyera en el calendario festivo local unos juegos florales que complementase las celebraciones del denominado “Día de la Raza”, la fiesta conmemorativa del descubrimiento para la cultura occidental del continente americano, un 12 de octubre, “Día de la Hispanidad” día festivo a nivel nacional que aún perdura en el que, por aquellas décadas, de forma muy especial, El Puerto recordaba la participación de la entonces villa señorial en la gesta del Descubrimiento con diversos actos. /En la imagen, portada del programa de actos de la Fiesta de la Hispaniad.
EDUARDO GENER CUADRADO
JOSE MARIA CARRASCAL
ANTONIO ÁLAMO SALAZAR



RAFAEL GUILLEN
ANGEL GARCIA LOPEZ