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Hace muchos años que lo vengo observando. Su papel dentro de la organización socialista local es como el del funcionario que garantiza la continuidad en una institución. Si bien tiene sus propios criterios --cada vez con menos instintos primarios-- es una persona que siempre estará al servicio de los colores que defiende: los del POSE, fuera aparte del agrado o simpatía que sienta por quien lo encarne. Ha tenido la oportunidad de ser concejal en varias ocasiones, cediendo su puesto y dejando que corriera la lista. Pero es, lo aseguro, una persona imprescindible dentro de la agrupación local socialista. Que no me tome a mal la comparanza, es como el sacristán de la Prioral o el jefe de mayordomía de Diputación; conoce los pasos que hay que dar, se sabe estatutos y reglamentos y tiene memoria histórica suficiente para saber donde estaba cada uno hace un puñado de años. Tantos como desde la refundación del PSOE en El Puerto con la democracia. Antonio Bollullos Altamirano es alguien que ha estado mucho tiempo en política orgánica, no se ha lucrado con la misma hasta el punto que le costó su puesto de trabajo y pasó un trago amargo cuando, defendiendo visceralmente sus convicciones, fue expulsado temporalmente del PSOE en desacuerdo con la política de pactos con IP hace 21 años.

Con el que fuera alcalde, Juan Manuel Torres, de quien es muy amigo, en una visita al Yacimiento Arqueológico de Doña Blanca en 1989. /foto: Jorge Roa.

Valentía no le faltó en una época de engaño generalizado: diciendo la verdad actuaba como un revolucionario. Luego le vinieron las cosas mal hasta remontar con la fuerza de la razón. Ni la política torticera ni el poder de muchos pudieron con Antonio. Alguien que puede contarnos desde su perseverante militancia socialista la historia de la nueva etapa de los ayuntamientos democráticos. Siempre desde una postura, la del militante que permanece, mas allá de vaivenes, cambios, filias y fobias, convencido de que quien quiere hacer algo encuentra un medio. Es parte del mobiliario sentimental socialista de El Puerto, con mas años, mas retranca, pero un referente para los valores de militancia, que tiene el corazón caliente por el partido. No forma parte, en la actualidad, del comité local. (Texto: José María Morillo).

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Antonio López Torres nació en 1954. El apodo de 'el Gorri' le fue puesto por su padre porque, de niño, era muy pequeño "como un gorrión", de ahí lo de 'el Gorri'. Está casado con Rosario García de Quirós y tienen una hija de 28 años.

El matrimonio regenta un bar en el número 85 de la calle Cruces, 'Peña Cultural, Deportiva y Recreativa Amigos del Gorri', en el que se respira un extraordinario ambiente siendo el lugar muy concurrido y donde, una copa de vino y una tapa cuesta cincuenta céntimos de euro, algo insólito para los tiempos que corren. Los sábados y domingos acuden parroquianos que hacen sus pinitos con el cante flamenco al que es muy aficionado nuestro protagonista.

MAS DE 20 TRABAJOS.
'El Gorri' es un trabajador incansable que ha desempeñado numerosos puestos de trabajo, entre ellos vendedor de plato en la Placilla, camarero en el desaparecido Bar Caza y Pesca en el Parque Calderón, en el almacén de Güelfo en la calle Nevería, en la obra de cimentación del Hotel Puertobahía colocando pilotes, como repartidor de las cervezas Cruzcampo, mariscador nocturno, vendimiador, descargando camiones en la desparecida fábrica de botellas, haciendo cajas de cartón, chatarrero, varios años de albañil, fontanero, escayolista, etc.

Foto del Trofeo de Dominó de la Peña del Bar Triana, en 1982. De izquierda a derecha, primera fila: Rosendo, carnicero; Fali Gómez, Giménez de La Pastora, con un ejemplar en la mano de Diario de Cádiz; Pedro Galván, de la tienda de decoración de la calle Larga, GALSA; Hugo Rodríguez Cortés, de la Peña el Troncho; Domingo Asenjo, el de los platos; Francisco Javier Paullata Estévez, arrendatario del Bar Triana desde 1981, Araujo y Manuel Cordero. Segunda fila: Manuel Paullata Serrano, padre de Francisco Javier; Remigio, el carpintero; Francisco Sánchez Valenzuela, conocido como Pacuchi, el cristalero; Antonio García Real, José María Martínez Govantes, Pepón Arjona, el Gorri, Miguel Gómez; José García Gil, conocido como Pepe el redero,  Vicente, a quien cariñosamente, apodábamos como ‘La vieja’, se llamaba Vicente Martínez Sánchez, Pepe Amorós y Antonio, el peluquero. Agachado, Antonio Camacho Francés, Antoñete, hermano de “el Chusco”. Falta en la foto, Fernando, el Sietededos, un escayolista que, a efectos de maquetación, no cabe en la imagen que se publica. (Foto: Rafa. Colección Antonio Collantes Ramos).

HERIDO DE BALA.
Y entre tanto trabajo hizo sendos Cursos, uno del  PPO, en el Instituto Santo Domingo, de soldador. Y culturismo  en el Gimnasio de Escalante, donde ejerció como ayudante de monitores. Dado su desarrollo físico y gran musculatura, fue contratado como portero vigilante de la desaparecida Discoteca Galaxia, en la calle San Bartolomé; allí sufriría un grave accidente en el ejercicio de sus funciones, recibiendo un disparo en el bazo al intentar quitar una pistola a una persona que amenazaba a la clientela. Estuvo, como es lógico, un tiempo dado de baja por primera vez en su vida.

De izquierda a derecha, 'el Gorri', Modesto Barragán, pregonero del Carnaval 2010, y Manuel Torres 'el Cabo', en la sede de la Peña La Mezquita  de la calle Postigo, cuando la gestionaba en el año 2009.

DE LA MEZQUITA A EL GORRI.
Llevó el bar de la Peña 'La Mezquita' durante 14 años, y desde hace un par de años regenta el bar de la Peña que lleva su nombre, como se ha dicho, en el número 85 de la calle Cruces y a unos precios mas que populares. "Aquel pequeño gorrión que decía su padre, se ha convertido hoy en un ave del paraíso que acoge bajo sus alas a todo el que llega en busca de protección. (Texto: Enrique Pedregal Valenzuela)

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Javier Maldonado Rosso (1952) nació en El Puerto de Santa María.  Especialista en la cultura del vino del marco del Jerez-Xérès-Sherry ha sido el organizador de las Jornadas del Vino Fino y miembro del Ateneo del Vino Portuense. Este Doctor en Historia obtuvo el Premio Extraordinario en Doctorado en Filosofía y Letras por la UCA (1996-97).  Director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico de El Puerto es, a su vez, Director de la Revista de Historia de El Puerto desde su fundación en 1988, editada por el Aula de Historia Menesteo. Además es Académico de número de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de su ciudad natal. Es miembro del Grupo de Investigación de Estudios Históricos Esteban Boutelou de la Universidad de Cádiz; profesor colaborador honorario de Historia del Vino y de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz y profesor del Máster de Estudios Hispánicos y del Máster en Dirección Turística de la citada Universidad.

Ha dirigido más de una docena de cursos sobre historia de la vid y el vino organizados por la Universidad de Cádiz, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la Universidad de Málaga y la Universidad Internacional de Andalucía.

En la imagen, Manuel Pérez Casaux, flanqueado por los académicos Javier Maldonado Rosso y Luis Suárez Ávila, dirigiéndose al estrado para pronunciar su discurso como Académico de la de Belals Artes de El Puerto. En la presidencia, de izquierda a derecha, Joaquín Solís Muñoz-Seca, Juan Gómez Fernández a la sazón presidente de al entidad y Jesús Nogués Ropero. Octubre de 2003.

Maldonado, durante la presentación del cartel de Feria de Ángel Lara, en 2010: "Ángel Lara ha pintado un cartel que es un cuadro o un cuadro que es un cartel. "Un magnífico cartel anunciador, digno de nuestra Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino, que es fiesta de la amistad". Un cartel de los que se enmarcan".

A nivel internacional su participación en comités y representaciones pasa por Secretario General de la Asociación Internacional de Historia y Civilización de la Vid y el Vino (1999 - 2004) y Coordinador de la Red Internacional de Historiadores de la Vitivinicultura, habiendo coordinado varios congresos y simposios nacionales e internacionales sobre historia de la vitivinicultura..

Es autor de varios libros y de mas de cuarenta artículos sobre historia de la vid y el vino, entre los que cabe destacar:

La formación del capitalismo en el Marco del Jerez. De la vitivinicultura tradicional a la agroindustria vinatera moderna (siglos XVIII y XIX), editado en Madrid, en 1999, por Huerga y Fierro, Editores, que obtuvo el Prix en Economie & Droit concedido en París por la Office International de la Vigne et du Vin en el año 2000 y el Premio de Investigación de la Asociación Internacional de Historia y Civilización de la Vid y el Vino en al año 2000. En este estudio, el autor analiza en profundidad y extensión el proceso de transformación de la vitivinicultura tradicional a la agroindustria vinatera moderna en el Marco del Jerez-Xérès-Sherry, en el contexto de la vinatería atlántico-europea de los siglos XVIII y XIX. El autor ofrece un nuevo modelo de interpretación del proceso de cambio de la vinatería jerezana y de las características de la moderna agroindustria vinícola resultante. Interpreta el conflictivo proceso de cambio protagonizado por la oligargquía cosechera y la burguesía vinatera como uno de los máximos exponenetes de la transición en España del Antiguo Régimen al capitalismo. El estudio analiza las transformaciones técnicas (vitícolas y enológicas), económicas (productivas y comerciales) y sociales (nuevos grupos socio-profesionales), y se centra en la organización empresarial y jurídica de los capitales, así como en su procedencia y estructura. Este estudio aporta algunas innovaciones metodológicas a la historiografía económica y entra de lleno en algunos de los temas que más interés despiertan actualmente en la misma: el desarrollo industrial en España: el papel de empresarios autóctonos y extranjeros: la procedencia económica, social y geográfica de los capitale empleados; la transición del Antiguo Régimen al capitalismo, etc.

El célebre tintilla de Rota (siglos XVIII-XX), editado en Rota, en 2004 por la Fundación Alcalde Zoilo Ruiz Mateos.

Las rutas del vino en Andalucía, editado en Sevilla, en 2006, por la Fundación José-Manuel Lara y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía. La singularidad, diversidad y calidad de sus vinos hacen que Andalucía sea considerada el paraíso de la cultura del vino. Esta ruta recoge por primera vez toda la vitivinicultura andaluza actual. Constituye un paseo provincia a provincia por todas las características y particularidades de las comarcas vitivinícolas de Andalucía: tanto por las Denominaciones de Origen como por las que cuentan con la Mención Tradicional de Vino de la Tierra. Nunca hasta ahora se había dado una visión global histórica y actual de la cultura del vino en Andalucía de forma amena y rigurosa.

Nueve bodegueros del Marco del Jerez (siglos XVIII-XX), Cádiz, coautor. Quórum Editores, 2010

Es también autor del guión y de los textos de la Ruta de las casas de viña de El Puerto. Itinerario I: Pago de Bilbaína, de próxima inauguración.

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Gentes de El Puerto, laicos y seglares, fundaron en el siglo XVI una hermandad a la que denominaron de la Misericordia, rigiendo un hospital que daría nombre a la calle donde se ubicaba. Era, conjuntamente con la hermandad de la Vera-Cruz, que ocupaba la capilla del hospital de la Sangre, en calle Palacios, la hermandad más antigua de las conocidas. En esa época, primer tercio del siglo XVI, el hospital de la Encarnación, situado cerca del primero citado, en la misma calle, donde después labrarían los Agustinos su convento, completaba la terna de establecimientos benéficos a los que acudían los enfermos pobres y la gente desvalida.

Desarrollando una amplia labor social que no solo comprendía atender a los enfermos, sino dar cobijo, sustento y  enterrar con decoro a los más necesitados, la hermandad se mantuvo, dentro de sus medios y posibilidades hasta que el Señor de la ciudad, el Duque de Medinaceli, en el año 1661 realizó con el Hospital, iglesia (la actual de las Esclavas) y solar de dicha hermandad, una fundación hospitalaria con todos sus bienes, muebles, derechos y acciones que cedió a la orden del Señor San Juan de Dios, debiendo posteriormente los hermanos de la Misericordia  trasladarse a una  ermita de  calle Larga, llamada de San Andrés, que estaba situada en lugar que hoy ocupa la Óptica Díaz, cortos de equipaje, según ellos mismo relatan: “… con aquella pobres alhajas que habían quedado a nuestra Hermandad, reducidas a un féretro, una Cruz, dos campanillas, otras tantas tazas para pedir limosna, el libro de las Constituciones, otro de asientos de hermanos y un pequeño cuaderno de sus cortas entradas de limosnas…” /Portada de la actual iglesia de Las Esclavas.

En 1668, para que no se confundiesen los hermanos con los religiosos que ocupaban el Hospital de la Misericordia, en cabildo del 1 de noviembre decidieron cambiar el nombre de la hermandad por el de Santa Caridad, definiendo en un manifiesto renovar lo básico de sus fines: “La humilde Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesu-Christo de esta Ciudad y gran Puerto de Santa María, empleada heroicamente desde su origen y en cumplimiento de sus Constituciones, en el alivio y socorro de las necesidades espirituales y corporales de su prójimo.”

Un grupo de hermanos disidentes fundó una efímera hermandad llamada de los Desamparados, pretendiendo obtener la exclusividad del entierro de los ajusticiados, labor que realizaban tradicionalmente los de la Misericordia, ahora de la Santa Caridad, perdiendo aquellos el pleito que se siguió con tal motivo.

Gracias al  ordenado registro que la hermandad mantenía de sus actividades conocemos que en los primeros cien años de actividad como Hermandad de la Santa Caridad habían realizado 4.405 entierros de personas desamparadas, mitad hombres y mitad mujeres, aproximadamente, de los cuales 185 habían fallecido ahogados, 15 ejecutados, 166 de muerte violenta y el resto de muerte natural, por cuyas almas se aplicaron 37.153 Misas, lo que supone un promedio de 8 misas por individuo.

Pero lo que verdaderamente resultó ejemplar y admirable, de entre las muchas obras de caridad y de misericordia ejercida por los portuenses que eran hermanos de esta piadosa obra, fue el comportamiento seguido en la terrible epidemia de peste que asoló la ciudad en 1680. Conociendo las virtudes y abnegada entrega de los hermanos de eta cofradía, demostrada ampliamente en situaciones similares, el Gobernador de la ciudad, Diego Antonio de Viana, pide su ayuda por escrito el 9 de noviembre de 1860.  En contestación al mismo, la Hermandad “le propuso que el único medio de atajar el mal en lo posible, era apartar los apestados de los que no lo estaban, formando un hospital para ambos sexos, que se ofrecía la hermandad a tomar a su cargo, con intervención del Ilustre Ayuntamiento. Que para cercenar gastos era también medio a propósito el que nuestros hermanos, inflamados como verdaderamente lo estaban del más fervoroso celo, se dedicasen a servir voluntariamente y por amor de Dios, a los pobres enfermos”

Retablo de la antigua Hermandad de la Santa Caridad, en la capilla del antiguo Hospital de San Juan de Dios.

Una semana después se había acondicionado varios sitios en el que acoger a los apestados aún con vida, intentando su curación, especialmente de los que se denominaban “tocados”, termino que, teniendo en cuenta lo terriblemente mortal que resultaba esta epidemia, enterrándose diariamente entre 40 y 80 personas, y lo peligroso y extendido que resultaba su contagio, estos así designados eran los que habiéndose contagiado sus defensas habían aguantado el primer embate.  Para los convalecientes se habilitó otros hospitales. Los números aportados por el redactor del “Manifiesto Ingénuo” que publicó la hermandad en 1787, documento reproducido en el número 20 de la Revista de Historia de El Puerto, son sumamente reveladores, tanto de la magnitud del esfuerzo realizado, como de la grandeza de espíritu de los voluntarios seglares y de los religiosos que le acompañaron.

El equipo humano que se dispuso a atender a los contagiados lo formaron un total de 77 personas, 68 de ellas seglares, de las cuales 48 se internaron en los hospitales de curación y 10 en el de convalecientes, quedando 19 de ellas en el exterior para suministrar alimentos, hacer recados y otros servicios de intendencia.

En los hospitales de curación fueron atendidos 1.256 enfermos, de los cuales fallecieron 859. (68%)  Los 397 restantes más otros tres sospechosos de contagio pasaron al hospital de convalecientes. No conocemos el número exacto de estos 400 convalecientes que salvaron la vida, porque algunos de ellos recayeron y fueron devueltos al otro hospital pero parece que la mayor parte sobrevivió y fueron dados de alta paulatinamente hasta que, después de cuatro meses se cerró el hospital, dando por finalizada la epidemia.

El balance de los heroicos hermanos voluntarios fue el siguiente: En el interior del hospital de curación había seis franciscanos descalzos, de los que solo sobrevivieron dos. Un franciscano de la Observancia también falleció, saliendo ileso un religioso agustino y otro dominico. Había seis mujeres que sobrevivieron todas y 32 seglares, de los cuales fallecieron contagiados 9 de ellos;  en el hospital de convalecientes de los diez voluntarios fallecieron tres, dos seglares y una mujer. También hubo una fallecida  y seis seglares en el personal asistente desde el exterior a ambos hospitales. En total 24 victimas (31%) a las que tres siglos y pico después seguimos admirando por su tremenda humanidad.

Portada de la actual capilla de San Juan de Dios.

Una década después de estos hechos se inauguraban las instalaciones que fueron la base del Hospital al que llamamos de San Juan de Dios, del que solamente está en uso actualmente su iglesia capilla, que es la sede de otra hermandad, también formada por gentes de El Puerto hace poco más de medio siglo, la Hermandad de N.P. Jesús de los Afligidos y María S. del Rosario en sus Misterios Dolorosos, capilla en la que mañana viernes, a las nueve,  se una charla conferencia de libre entrada sobre la historia de la capilla y de la Hermandad de la Santa Caridad, impartida por Mercedes García Pazos, Licenciada en Historia del Arte y técnico de Patrimonio Municipal. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

La homeopatía es un método terapéutico que consiste en administrar al paciente pequeñas dosis de una sustancia que, en dosis elevadas, provocaría en una persona sana la aparición de manifestaciones patológicas; pero en el enfermo que presenta manifestaciones similares, en dosis infinitesimales, es curativa. Un ejemplo, ‘Árnica Montana’: La ingestión en dosis grandes de esta planta provoca determinados síntomas: dolor muscular, hematomas, fiebre... Sin embargo, preparada según el método de fabricación homeopático, Árnica alivia estos mismos síntomas.

Fue concebida a finales del siglo XVIII por el médico sajón Samuel Hahnemann (1755-1843)como una forma de mejorar el espíritu vital del cuerpo.1 Su premisa fundamental es "lo similar se cura con lo similar", asumiendo que lo que causa determinados síntomas puede curarse con algo que cause esos mismos síntomas. «lo semejante se cura con lo semejante» (similia similibus curantur)

El fundador de la Homeopatía, el médico sajón Samuel Hahnemann

Un médico que casi no receta medicamentos, ¿en que país vive? Vivo en un país que acepta cada vez más la homeopatía. Nuestras prescripciones son dosis mínimas de sustancias medicamentosas que no agreden al organismo, sino que estimulan  la naturaleza curativa que están en todo ser vivo.

¿Qué es la homeopatía, le pregunto sin clavar en su pupila, mi ?pupila para nada azul?. Una medicina basada en la ‘similitud’, empleando como remedios a una enfermedad sustancias que experimentalmente han demostrado producir en individuos sanos, síntomas semejantes a los de esa enfermedad.

Usted que es licenciada en Medicina y Cirugía, ¿considera que la?homeopatía es hija de un dios menor de la Medicina?? No, porque la considero la medicina mas completa hoy por hoy, ya que estudia y trata al ser humano como lo que es, un todo indivisible.

¿Existen enfermedades, enfermos o enfermos imaginarios?? Enfermos. La homeopatía trata al individuo como una totalidad considerando los aspectos corporales, vitales o dinámicos y espirituales, a diferencia de la medicina convencional.

Si viviera Samuel Hanneman, el fundador de la Homeopatía y probara ?el ajo caliente del Bar 'er Beti', ¿además de caérsele dos lagrimones, cree ?usted que lo recomendaría como preparado homeopático?? Sin lugar a dudas, Hahnemann lo recomendaría como un placer de la vida.

¿El viento de Levante, un componente más de la idiosincrasia de?nuestra tierra? ?Y causante de muchas disfunciones en los seres vivos, molestas pero por fortuna pasajeras

¿El SIDA, el cáncer, la ETA, tendrán solución?.? Con optimismo, paciencia y una gran dosis de buena voluntad por parte de todos creo que estos y otros muchos mas problemas de los que afectan al ser humano tendrán solución.

?¿Porqué recomendaría el libro 'El Médico', de Noah Gordon? Porque en el se refleja la verdadera vocación del médico.

Dígame Lale ¿cual es su compromiso con la vida?. ?Muchos. Pero a nivel profesional   ayudar  a  las personas que confían en la medicina homeópatica a que puedan vivir de una  forma coherente consigo mismo, porque es ahí donde esta el bienestar.

?LO INFINITESIMAL: UN RETO CIENTÍFICO.
Aplicando el principio de similitud, la homeopatía utiliza los efectos terapéuticos de las sustancias, atenuando su toxicidad utilizando muy pequeñas dosis hasta un nivel denominado "infinitesimal". La experiencia prueba que, a pesar de la altísima dilución de la sustancia activa, el efecto terapéutico persiste. A pesar de que se avanza día a día, el estado de la ciencia no permite aún explicar cómo actúan las diluciones infinitesimales. La homeopatía confirma que sustancias diluidas por encima de los límites conocidos de la materia* tienen una actividad biológica o física observable, mensurable, reproductible y específica de la sustancia diluida, aunque no quede ningún rastro de ella. Se han formulado numerosas hipótesis para comprobar este postulado, pero el infinitesimal continúa siendo un reto científico.


EN ESPAÑA
El 14 de diciembre de 2009 la Organización Médica Colegial de España aprobó en Asamblea el reconocimiento de la homeopatía como «acto médico», con el objetivo de que se regule su práctica, evitar que sea llevada a cabo por individuos sin formación apropiada y que esta quede restringida a personal y centros cualificados y acreditados.

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De izquierda a derecha, Vicente Gutiérrez, José Serrano, Juan Monge, Pepin Zaragoza y Paco Dueñas. Fila inferior, Jaime Gutiérrez Perea, Antonio Almagro, Pepe Cabrea, Lolo Albert, Angel Mena y Antonio Gálvez. Feria de Ganado en la década de los sesenta del siglo pasado, un grupo de amigos, mayoritariamente de la Peña ‘El Tirolés’.

Tenemos que hablar hoy de un patronazgo muy especial en el país transatlántico que tan próximo nos es, cual es el que desempeña sobre su capital, Buenos Aires, San Martín de Tours, cuya festividad se ha celebrado el día de trasantié, el 11 de noviembre. Un patronazgo que en la capital porteña se celebrará este año, como ya se hizo el pasado por primera vez, con un festejo muy especial: la recreación de los festejos que en tiempos se realizaban para honrar al santo patrono de la ciudad. En él han participado la Catedral Primada de Buenos Aires, el Museo Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo, la Parroquia San Martín de Tours, la Parroquia Ortodoxa San Martín de Tours, el Museo Nacional de la Historia del Traje, el Teatro Colón, la Sección Histórica de Infantería de Marina, el Real Cuerpo de Marinos, los Blandengues de Ensenada, el Tercio de Voluntarios de Cantabros Montañeses, el Escuadrón de Caballería Histórica, los Granaderos de Fernando VII y la Sociedad Victoriana Augusta, entre otros. /En la imagen, San Martín de Tours, a caballo, visto por El Greco.

Por hacer un poco de historia argentina, que en este caso es también historia española, San Martín de Tours es elegido patrón de la ciudad de Buenos Aires por los cabildantes hace 432 años, en el año 1580 por lo tanto, a los pocos días de la fundación de la ciudad. La segunda fundación en realidad, porque Buenos Aires es la ciudad dos veces fundada. La primera por Pedro de Mendoza, que lo hace en 1536 como Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, -nombre derivado, al parecer, de la devoción de los marineros españoles a la citada advocación de la Virgen-, aunque ha de abandonarla en 1541, a causa del acoso de los nativos. Y la segunda por Juan de Garay, que la funda esta vez como Ciudad de la Trinidad, aunque otorga al puerto el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Aires, donde hay que encontrar razón tanto del nombre por el que la ciudad será universalmente conocida, Buenos Aires, como del toponímico que recibirán sus habitantes, los “porteños”.

Sorteo para la elección del patrón del Puerto de Santa María de los Buenos Aires.

La elección del patrón de la ciudad se realiza mediante un sistema muy especial, ya que lo es por insaculación, o extracción por sorteo de una papeleta con su nombre de un saco en el que se han incluído varias. Extraído el nombre del santo francés, el escaso cariño de los primeros porteños a nada que pudiera provenir de Francia les llevará a repetir el sorteo, cosa que harán hasta dos veces más, saliendo siempre elegido el mismo santo, lo que les obligará a  aceptar que el santo patrón debía ser, precisamente, San Martín de Tours. Cabe preguntarse por qué se introducía a San Martín en el saco de los candidatos si no se quería que el santo gabacho fuera el patrón de la ciudad. Un argentino lo explicaría diciendo que, al fin y al cabo, “aquesho estaba sheno de gashegos”, pero eso es otra cuestión. No es el único efecto prodigioso que se atribuye al sorteo, pues muchos argentinos han querido ver en él una premonición al hecho de que muchos años después, el prócer de la independencia argentina se llamara, precisamente, San Martín, José de San Martín.

 Celebración del día de San Martín de Tours hacia 1750.

San Martín de Tours no era, como vemos, argentino, pero es que ni siquiera era del país que el topónimo al que su nombre va unido parece sugerir, a saber, francés, pues nacer lo que es nacer, nace en Pannonia, en la actual Hungría, parte entonces del Imperio Romano, cosa que hace en el año 316. Hijo de un oficial del ejército romano, se enrola muy joven en la caballería imperial. Siendo soldado, se bautiza cristiano y es destinado a los ejércitos que el Imperio mantiene en territorio francés: data de entonces, concretamente del año 337 y en Amiens, el famoso episodio en el que cabalgando a lomos de su caballo, y al encontrarse con un mendigo muerto de frío, parte su capa militar en dos para compartirla con él, dándole sólo  la mitad, pues la otra mitad pertenece al ejército romano en el que sirve. En la noche siguiente, recibe la visita de Cristo vestido con la media capa para agradecerle el gesto. En el año 356, a sus cuarenta años de edad, se dirige a Poitiers, donde San Hilario lo ordena sacerdote. En 361, funda en Ligugé una comunidad monástica, y en el 371 es consagrado obispo de Tours. Su vida pastoral se caracterizará por la lucha contra las herejías del momento, primero el arrianismo, luego el priscilianismo, aunque por lo que hace a esta última, Martín abogará  ante el emperador Magno Clemente Máximo por indultar al hereje Prisciliano, español de origen, el cual, aún a pesar de las gestiones de Martín, acabará siendo decapitado, recayendo en él de este modo el dudoso honor de constituir el primer hereje cristiano ejecutado de toda la historia. La ejecución se produce en la ciudad de Tréveris, en la actual Alemania. San Martín muere en Candes (Francia) en el año 397, a los ochenta y un años de edad, que no son pocos para la época. Ese mismo año, San Sulpicio Severo escribe su biografía que contribuirá a la difusión de su culto.

Mausoleo con lo que queda de los restos de San Martín de Tours

Trasladados sus restos a Tours, su sepultura y la iglesia erigida en torno a ella sufrirá tres grandes catástrofes: la primera un fuego en el año 1230; la segunda un saqueo de los protestantes franceses en 1562; y la tercera, el ataque de los revolucionarios franceses en 1793.

Además de serlo de Buenos Aires, San Martín en santo patrón de Hungría y uno de los santos patronos de Francia; de ciudades tales como Utrecht en Holanda u Orense en España; así como de soldados, trabajadores del textil y el comercio en general. (Texto: Luis Antequera).

Juan Luis Perles Giner nació en El Puerto en el año 1942, por lo que tiene en la actualidad 70 años y después de  estudiar en el Colegio de las Carmelitas y hacer el bachiller en el Colegio de la Pescadería, se integró a trabajar en la empresa familiar propietaria de varios barcos de pesca.

AGENCIA COSTA DE LA LUZ.
En uno de los múltiples viajes que con su familia realizaba al municipio alicantino de Altea, donde habían comprado una finca rústica y de recreo en 1950. Altea se encuentra entre los pueblos mediterráneos de Benidorm y Calpe --de donde eran sus padres--. En los años sesenta del siglo pasado se vivió el auge turístico e inmobiliario de aquella franca de la costa española. «Se me ocurrió la idea de dar un giro en mi vida y conocedor de que El Puerto era poseedor de unas extraordinarias características naturales: magníficas playas, excelente clima, ubicación estratégica en la provincia y buenas comunicaciones, es por lo que en el año 1966 me fui a Madrid a examinarme y obtener el título de Agente de la Propiedad Inmobiliaria y así me decidí a abrir la primera Agencia Inmobiliaria en el Puerto denominada ‘Costa de la Luz’».

De izquierda a derecha en la fila superior, Fernando Arjona González, Rafael Gómez Giménez, Manuel Jesús Merchante Gutiérrez, Gaspar Aranda y Antón, Antonio Arredondo del Río, José María Gutiérrez Colosía, Desconocido, Juan Luis Perles Giner, Juan Palomino; Segunda fila: Enrique Rodríguez, Javier Renedo Varela, Juan de Dios Sánchez González, José Luis Moresco Suarez,  Manuel Serrano García, Rafael de los Santos Márquez, Enrique García Máiquez, José Miguel Merchante Gutiérrez; Fila del suelo:  Antonio Ortega Rojas, Desconocido, Fernando León García, Adolfo Ortega García, Antonio Sánchez Pece Gutiérrez. Foto tomada en el Colegio de las Carmelitas, con motivo de una fiesta de disfraces; iban de betuneros. Instantánea del 29 de marzo de 1949, hace 63 años. (Foto Pantoja. Colección e identificación de Vicente González Lechuga).

De pie, de izquierda a derecha, Juan Luis Perles Giner, desconocido, Manuel Muñoz Aparicio y Pedro López. Agachados, Isidoro Nogués Ropero, José Joaquín Muñoz Manzanera, desconocido y Rafael Rivas Acal. En el desaparecido campo Eduardo Dato, 3 de marzo de 1957. (Foto Fariñas).

LA CONSTRUCTORA.
Simultáneamente constituyó con su amigo Sebastián González Martín, --Maestro de Obras al que había conocido jugando al fútbol en los equipos filiales: ‘El Portátil’, ‘San Javier’,y otros--  la Agencia y la Constructora en la vivienda de su familia ubicada en la Avda. de la Bajamar, finca que pasaría a su propiedad al fallecer su padre por compra a la familia y que, años mas tarde se convirtió una parte en el conocido pub ‘El Convento’, creado y regentado por su  hermano José Ramón con quien también había compartido  otro negocio innovador para la época: el Pub Milord, que luego pasaría a manos de sus trabajadores: Antonio Márquez, Antonio Villar Garay y Juan Franco del Valle, quien en la actualidad lo dirige en solitario en la calle Larga.

La inauguración de la inmobiliaria en Valdelagrana.

Al poco tiempo y después de haber cedido su parte de  la constructora a Sebastián González, abrió una nueva oficina de la Agencia Inmobiliaria ‘Costa de la Luz’, ubicada ésta en la Plaza Peral esquina con la calle Diego Niño, debajo de la Notaría y junto al Ayuntamiento antiguo, abriendo al poco tiempo también otra oficina en la Urbanización El Manantial, en Fuenterrabía.

Inauguración de la Oficina de Turismo de Valdelagrana y de la Inmobiliaria Costa de la Luz, en el mismo y actual edificio de Turismo en el Paseo Marítimo. De izquierda a derecha, Javier Merello, Fernando T. de Terry alcalde, Jua Luis Perles Giner, Nicomedes Santos Luis, comisario de policía, y Ramón González Montaño, párroco del Carmen y San Marcos. 19 de abril de 1973. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

OFICINA DE TURISMO DE VALDELAGRANA.
En los años setenta se iniciaba el desarrollo turístico inmobiliario de la Playa de Valdelagrana, siendo alcalde Fernando Terry Galarza (ver nótula núm. 749 en GdP), «--Le propuse al alcalde que el Ayuntamiento me diese una concesión gratuita de 50 años por un espacio de suelo ubicado entre el Paseo Marítimo y la Avda. de la Paz, ésta propuesta consistía en que yo me obligaba a construir a mi costa en ése espacio una Oficina Agencia donde además de ofrecer mis servicios  de Agencia, también ofrecería de forma gratuita para el Ayuntamiento los servicios de una Oficina Municipal de Información y Turismo, siendo entonces ambos servicios compatibles y a mi me daba la oportunidad comercial de que si una persona venía a solicitar información turística del Puerto, como por ejemplo donde había un Hotel, ésta persona podría ser un potencial cliente mío, ya que después de facilitarle la correspondiente información le ofrecía también mis servicios inmobiliarios en alquiler o compraventa y ello me dio unos magníficos resultados de captación de negocio, en ésta Agencia tuve trabajando de empleado a Gaspar Perea (hoy Agencia Bahía) y también a Ignacio Prieto (antes, Director del Club el Buzo y el Cangrejo Rojo)»

La Oficina de Turismo de verano, en Valdelagrana, al poco de su inauguración.

CENTRO DE INICIATIVAS DE TURISMO. (CIT).
Juan Luis fue cofundador del C.I.T. (Centro de Iniciativas de Turismo), siendo presidente honorario el alcalde, Fernando T. de Terry  y nuestro protagonista vicepresidente ejecutivo. Esta entidad estuvo auspiciada por el Ministerio de Información y Turismo y fueron precursores de los Patronatos de Turismo y Delegaciones Municipales, con participación del sector empresaria. Tuvieron bastante actividad promocionando El Puerto «--En  representación de nuestra Ciudad acudí a la Feria Inmobiliaria de Colonia en Alemania, para presentar el proyecto y maqueta del puerto deportivo Puerto Sherry.»

Oficina de Costa de la Luz en la plaza de Isaac Peral.

Oficina de Costa de la Luz en El Manantial, hoy se encuentra una peluquería.

Al poco tiempo, y dado que también fue un agente pionero en Valdelagrana, tuvo la oportunidad de formar parte de una sociedad promotora en la que se encontraba también Juan Galvez, adquiriendo una parcela de 20.000m2 en primera línea del Paseo Marítimo construyendo el Complejo Vigalpe 500 de ocio, comercial y de viviendas. El acrónimo VIGALPE se corresponde con las siglas de Viviendas, GAlvez y PErles.

VISTAHERMOSA: VERAMAR.
Juan Luis se sentía un arquitecto frustrado al que le gustaba mucho el diseño y la construcción, --tiene una hija Arquitecto en el Corte Inglés de Banús--. En los años setenta del siglo pasado conoce al aparejador  Ramón Sicre Buenaga, quien había venido a nuestra Ciudad para trabajar en el Ayuntamiento como Aparejador Municipal; pero pronto dejó lo público por lo privado y ambos formaron junto a un arquitecto de Jerez una nueva sociedad promotora que se dedicó de forma intensiva a la construcción de chalets y Conjuntos Residenciales de viviendas en Vista Hermosa que estaba en pleno auge y desarrollo inmobiliario, construyeron y promovieron 4 Conjuntos de Casas Adosadas VERAMAR, 1.2.3.4 y también unos 50 chalets unifamiliares de alto nivel, en la que los socios vivieron durante algún tiempo.

Las promociones Veramar, en Vistahermosa.

La actividad como socio promotor la desarrolló independientemente de la Agencia Inmobiliaria donde nunca tuvo socio alguno, habiendo llegado a tener abiertas tres Agencias simultáneamente:  Plaza de Isaac Peral, Valdelagrana y El Manantial.

NUEVA VIDA EN MARBELLA.
Tras esta primera etapa de 15 años de frenética actividad, «Hubo un momento en que mi inquieto carácter me equivocó creyendo que El Puerto ya me venía pequeño y necesitaba nuevas inquietudes en el Sector Inmobiliario, por lo que decidí,  en 1978 darme una vuelta por Marbella que era ‘otro mundo’ y me deslumbró la calidad y altísimo nivel de las Agencias Inmobiliarias que allí había». Decidió entonces abrir una Agencia en Marbella y durante dos años estuvo a caballo entre ambos lugares, hasta llegar a desprenderse de las agencias, propiedades  y negocios en El Puerto y definitivamente establecerse con su familia en Marbella donde lleva viviendo 34 años.

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Durante 30 años, nuestra ciudad ha tenido como director del Museo Municipal a un arqueólogo de prestigio internacional: Francisco Giles Pacheco. Nacido en Toledo en el año 1944, donde estudia bachillerato, para trasladarse a Madrid a estudiar en las Universidades Complutense y Autónoma, Historia Antigua, Prehistoria y Arqueología.

En sus primeros años como estudiante, y posteriormente como arqueólogo, participa en varias campañas de excavaciones arqueológicas en España, recordando su salto al Mediterráneo para participar en excavaciones en Heracleópolis (Egipto) y otros lugares del norte de Africa: Sáhara Occidental y el Magreb, y además Mauritania y Sudán, entre otros países y su posterior paso por el Museo Arqueológico Provincial de Cádiz. Desde finales de los años 70 y principio de los 80 del siglo pasado, toda su labor profesional la continúa desarrollando por la provincia de Cádiz, casándose con la jerezana Ana Guzmán Sigler, profesora de Latín y Griego, que durante años hasta su jubilación ha sido Directora del Instituto Padre Luis Coloma, de Jerez, fijando su residencia en Jerez de la Frontera, hasta que en el año 1981 gana la plaza de Director del Museo Municipal de El Puerto de Santa María, trasladándose a vivir a nuestra Ciudad en 1982.

Paco Giles en el Museo Municipal de El Puerto, en 1983.

Combina la dirección del Museo con la investigación arqueológica, tanto local, como regional y nacional. No es este el foro para tratar la faceta investigadora de Paco Giles, pues necesitaríamos mucho espacio ya que es autor de más de 100 publicaciones. Algunos de estos  estudios publicados tratan sobre la arqueología de nuestra ciudad, como excavaciones, prospecciones, o materiales arqueológicos. Lo último hasta el momento que ha publicado sobre nuestra ciudad, año 2.011, y en colaboración con otros autores, es el libro “La Huella de Al-Ándalus en El Puerto de Santa María, Cádiz” (ver nótula núm. 969 en GdP).

Como siempre en el campo, enseñando y señalando, como un capitán,  a sus jóvenes seguidores, en este caso se ubican en el yacimiento Paleontológico de La Florida (hoy desaparecido), acompañados del historiador Enrique Pérez Fernández a su izquierda, y José Ignacio Delgado Poullet, Nani, en el año 1984.

De visita a Doña Blanca en el año 1986. A su izquierda los arqueólogos Hermanfrid Schubart, --el técnico municipal Juan José López Amador--, Diego Ruiz Mata, y Ángel Muñoz, entre otros.


En el yacimiento Prehistórico del Aculadero,  junto al pueblo marinero de Puerto Sherry, en año 2.008, recogiendo muestra para datación, acompañados de sus amigos los investigadores Manuel Santonja y Alfredo Pérez González.

En la imagen de la izquierda, portada del 'Cuaternario y Arqueología. Homenaje a Francisco Giles Pacheco', editado por la Diputación Provincial de Cádiz y coordinado por Esperanza Mata, donde sus amigos no solo han publicado artículos de investigación, sino que además, la gran mayoría han contado sus inolvidables experiencias vividas con el homenajeado. "Un gran maestro que ha creado escuela y un arqueólogo de campo". Esta frase y otras parecidas en las que se reconoce su talento como investigador y su valía personal.

Hace tres años se jubiló como Director del Museo, sus amigos le hicimos una despedida (como funcionario) en un acto en Las Beatillas, donde centenares de admiradores nos reunimos con el hombre que por su fantástica personalidad, lo mismo anima una excavación que una cena como esa. Allí también se terminó de fraguar un merecido libro homenaje, que con tanto esmero y esfuerzo prepararon desde la Asociación Profesional del Patrimonio Histórico-Arqueológico de Cádiz (ASPHA), “Cuaternario y Arqueología. Homenaje a Francisco Giles Pacheco”, donde participan más de 40 investigadores de toda España, especializados en estudios sobre el Cuaternario. Giles es miembro de la junta directiva de la AEQUA (Asociación Española para el Estudio del Cuaternario).

Enseñando su querida cueva del Higueral, en Arcos de la Frontera, en una reunión de AEQUA, junto a él, y a su mano derecha su hijo Francisco.

Actualmente continua con su labor investigadora, que los últimos años está cobrando especial relevancia por publicaciones como en las prestigiosas revistas, Natura o Quaternary  Science Reviews, sobre los neandertales del extremo sur europeo en la Cueva de Gorham, en Gibraltar,  donde es Codirector de un ambicioso proyecto en colaboración con el director del Museo gibraltareño Clave Finlayson. Aunque no el único, ya que está desarrollando estudios en la comunidad autónoma gallega, en el Parque Natural de Doñana, y en distintos lugares de la provincia de Cádiz, entre otros.

Recibiendo del que fuera alcalde de El Puerto, el desaparecido Fernando Gago, un recuerdo de El Puerto con motivo de su jubilación.

En boca de todos está que se trata de un arqueólogo de campo, que con su jubilación laboral, ha recobrado su mayor dedicación y vocación, en palabras suyas, la ‘arqueología dura’. Así pues no se extrañen encontrarlo dando una conferencia en cualquier pueblo o ciudad, o en mitad del monte caminando, o a lomos de un burro. Felicitaciones por todo y que continúes siendo esa gran persona como la que es.   (Texto: Gerión).

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José María Martín Díaz nace el día 13 de Julio de 1942 en Almonaster la Real, pintoresco pueblo de la provincia de Huelva enclavado en la comarca  que  actualmente  se denomina Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche  y distante de aquella población famosa por su Gruta de las Maravillas, unos 30 km. y de la frontera con Portugal unos 42 km. Sus padres se llamaban Jose María, maestro de pala de oficio, perteneciente a una familia de artesanos panaderos y María hija de un minero que perdió la visión, según le contaron en su infancia,  en un accidente laboral ocasionado por un barreno cuando trabajaba en una de las numerosas minas de la cuenca minera de Huelva. Es el mayor de cinco hermanos cuyos nombres son por orden de edad, Maria del Carmen, Emilio, Rafael y Maria Josefa.

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