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Patio porticado del Colegio de las Esclavas, antiguo Hospital de la Santa Misericordia

Soy portuense nacido en la calle Misericordia, hermano de "Los  Afligidos" con sede en la capilla del Hospital de San Juan de Dios y desde 1981 vivo en Granada, vinculado a la Orden Hospitalaria. ¡Qué cantidad de coincidencias! Estas coincidencias, mi curiosidad y ser médico, me han llevado a indagar el paso de la Orden Hospitalaria por el Puerto.

En el Puerto en el siglo XV existían entre siete y diez Hospitales, uno de ellos era "La Santa Misericordia" dependiente de la "Hermandad de la Misericordia", encargada -al menos desde 1492- de enterrar a los cadáveres abandonados. Un poco después, en Granada en 1539 Juan Ciudad (San Juan de Dios) crea la Orden Hospitalaria al abrir su primer Hospital en la calle Lucena, separando en distintas salas, por primera vez, a los enfermos según la patología. Dicha Orden llega al Puerto, en distintas fechas -entre 1587 y 1605- para llevar tres de los Hospitales portuenses (Santa Lucia, Real de las Galeras -militar- y Santa Misericordia). A finales del siglo XVI de todos los Hospitales que habían en el Puerto quedaron sólo estos dos últimos. A mediados del siglo XVII la Hermandad pasa a llamarse "De la Misericorida y San Carlos Borromeo" situándose -el Hospital y la Ermita- en la calle Juan Canela, entre las actuales Luna y Misericordia.

Cuando el Duque de Medinaceli en 1660 adecentó la Santa Misericordia, lo cede a la Orden Hospitalaria. Tras unos años de convivencia, entre la Orden y la Hermandad, esta última decide marcharse y cambiar de nombre por "la Santa Caridad", con el fin de crear un nuevo Hospital situado en la ribera del río con donaciones de algunos cargadores de indias (Vizarron, Eguiarreta, Valdivieso y Winthuissen). La Orden continuó su labor en el Hospital de la Santa Misericordia en graves momentos para el Puerto, como la Peste de 1819 y fueron el consuelo y el amparo de los portuenses, dentro y fuera del Hospital. Con el gobierno de Mendizabal se ven obligados a abandonarlo en 1835.

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Hospital de San Juan de Dios en desuso. En primer término la Capilla de los Afligidos.

Después de la desarmotización de Mendizabal, el primer Hospital de la Santa Misericordia será Biblioteca y Escuela, hasta que en 1923 fue donado a la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón para crear un colegio, está rehabilitación la costeó el Conde de Osborne y en su capilla yo hice la primera comunión. ¡Otra coincidencia! Y el Hospital de la Caridad, pasó a la Junta Municipal de Beneficiencia, llamándolo "Hospital General de San Juan de Dios" estando al cuidado de la enfermería las Hijas de la Caridad desde 1874. El Dr Federico Rubio lo dotó de material quirúrgico, y años más tarde en 1914 fue rehabilitado por doña Micaela Aramburu. Este Hospital se clausuró hace unos años por el mal estado del edificio. Esperemos que dicho Hospital vuelva a ser una realidad no muy lejana.   /Texto: Pascual Vicente Crespo Ferrer

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gegoriomaranon_por_sorolla_puertosantamariaEn la revista local “Cruz de Guía”, que edita la Hermandad del Dolor y Sacrificio, correspondiente a la Semana Santa de 1968 –hace 45 años- se publicaba la reproducción de una cariñosa carta remitida por Gregorio Marañón Moya, en aquella fecha director del Instituto de Cultura Hispánica, hijo del insigne médico, escritor e historiador, Don Gregorio Marañón Posadillo, uno de cuyos párrafos transcribimos: “… Cuando cumplí la mayoría de edad, mi padre me llevó a El Puerto y allí, en sus aguas azules de sol y sal –de cielo y tierra- mi padre, con una gran concha de sus antepasados me volvió a bautizar. Es ello para mí un recuerdo emocionante y siempre vivo.” /En la imagen, Gregorio Marañón Posadillo, visto por el pintor Povedano.

Esta tradición familiar de bautismo simbólico con agua de mar de la bahía de Cádiz,  desconocemos si se realizó  con sus otros hermanos y generaciones posteriores, aunque damos por hecho que también la experimentó su padre y, presumiblemente, sus ascendientes maternos, los Vernacci, vinculados nada menos que en cinco generaciones con Cádiz y El Puerto, de entre los que destacaré a Juan Vicente Vernacci, significado miembro de la Armada, comandante de la nao “Magallanes”, responsable, entre otras misiones y acciones de mérito, del levantamiento de los planos del puerto mejicano de Acapulco, en 1808. En la genealogía de la rama materna de Marañón sería el abuelo de su bisabuelo.

Al ser tan evidente la comunión del eminente y prestigioso personaje con El Puerto de Santa María cobró fuerza popular la creencia de que su madre, Carmen Posadillo Vernacci era portuense. No parece que sea así, o mejor dicho, exactamente así, puesto que no figura incluida en el listado de nacidos del Registro Civil que se conserva en el Archivo Histórico Municipal de El Puerto. Doña Carmen, “gaditana de gran belleza” como refiere Marino Gómez Santos en su obra “Vida de Gregorio Marañón” nació en 1859 en Cádiz capital.

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Gregorio Marañón en una imagen de 1908. / Foto: Archivo Belén Marañón Moya.

 Era hija de Manuel José Posadillo Bonelli, también gaditano de nacimiento, al que podemos definir de ascendencia cántabro-andaluza pues su padre, Francisco Posadillo Helguera, había nacido en Castro Urdiales y pertenecía a la cuarta generación de ese mismo apellido y procedencia, y la madre, Josefa Bonelli Caballeri, era natural de Cádiz pero con evidente ascendencia italiana.  Manuel José Posadillo había emigrado en su juventud a Filipinas. Posteriormente se licenció en derecho, alcanzando un merecido prestigio como abogado, ejerciendo diversos cargos en la Magistratura de la isla de Cuba durante quince años. Militante destacado del partido Conservador, en su dilatada carrera profesional ejerció como Magistrado del Supremo, ocupando plaza de Ministro en el Supremo Tribunal de Justicia, siendo uno de la treintena de magistrados cesados entre 1837 y 1866 por motivaciones políticas, aunque poco después, volvería a Cuba, nombrado presidente de la Audiencia de La Habana. Encargado de pronunciar el discurso de apertura del curso 1868, en su redacción se observa la facilidad de expresión y la elocuente exposición de datos y temas, virtudes que heredará su nieto Don Gregorio, al que profeso una singular devoción y gran admiración por la pulcritud de sus trabajos históricos.

Gregorio_Marañón_MoyaLa esposa de Posadillo y abuela materna de Don Gregorio Marañón sí nació en El Puerto de Santa María, alrededor de 1830. Se llamaba Guadalupe Vernacci Sedze y fue la única hija habida en el primer matrimonio de Joaquín Vernacci Aguado, subteniente de Infantería y propietario, con María Antonia Sedze Bosarco. Joaquín Vernacci, nacido en Cádiz, era hijo, a su vez, de José Vernacci Retamar, también gaditano, teniente de Fragata, capitán del puerto de esta ciudad y de una de las nietas de Roque Aguado, el que labró la casa palacio de la plaza del Polvorista, llamada María del Carmen Aguado Mejias. /Gregorio Marañón Moya, primer marqués de Marañón.

Es probable que la abuela de Marañón naciese en la casa de calle Cielo, frente a Caldevilla, que es en la actualidad la casa del párroco de San Joaquín. Allí he localizado a Joaquín Vernacci en los padrones de 1836. En esa fecha había enviudado y figura censado junto con su segunda esposa, María Dolores Moreau Meleros y dos de los diez hijos que, pasando los años, procrearía en este segundo enlace. Años después se trasladaron a la casona de calle Larga número 19, conocida como “De Torrejón” donde arrendaron el piso principal. Y esta nueva consorte, nacida en El Puerto, era hija de un francés de Sant Marie de Olorón llamado Domingo Moreau y de la jerezana Maria Angustias Melero.

De la amplia prole Vernacci Moreau vamos a referir aquí solamente a dos de ellos: Joaquina, que entroncaría con los Sancho al casar con Juan de Mata Sancho de Sopranis y, de forma especial, a Dolores Vernacci Moreau, media hermana de Guadalupe, que contrajo matrimonio con su cuñado, un hermano de Manuel Posadillo llamado Joaquín Posadillo Bonillo, que había nacido en Cádiz en 1818 y, por tanto, superaba en 24 años a su cónyuge, que nació en El Puerto en 1842. Joaquín era funcionario adscrito a la Dirección General de Contribuciones. Suponemos que al ser destinado a nuestra ciudad como auxiliar de la contribución territorial, visto el parentesco existente con la hija mayor de Vernacci y el consiguiente trato social, nacería la relación que terminó en boda y, al casarse dos hermanos con dos hermanas, los hijos de ambos matrimonios llevaban el mismo apellido: Posadillo Vernacci, posible origen de la confusión apuntada anteriormente.

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Tres generaciones en el Cigarral de Menores de Toledo: Gregorio Marañon Posadillo, Gregorio Marañon Moya y el entonces niño Gregorio Marañon Bertrán de Lis, actual marqués de Marañón. /Fotografía de Juan Gyenes en 1954.

A esta última familia solamente la he localizado en los padrones de 1866 censada en calle Larga, en el Palacio Oneto. Figuran el matrimonio y dos de los cinco hijos que nos consta tuvieron, en este caso Dolores y Milagros, primas hermanas de Carmen, la futura madre de Marañón, a la que les unía una buena amistad, además del parentesco, con las que pasaba temporadas y que serian el nexo de unión con Marañón que las consideraba sus “titas de El Puerto”.

Resumiendo, los parientes portuenses de la madre de Marañón, y por extensión de él mismo, fueron nada menos que diez tíos y tías, los Vernacci Moreau, hermanos de padre de Guadalupe Vernacci Sedze; Josefa, José María, Dolores y María del Carmen Sancho Vernacci, primos hermanos de Doña Carmen Posadillo al igual que Francisco, Joaquín, Dolores, Angela y Milagros Posadillo Vernacci, los hijos de Joaquín Posadillo y Dolores Vernacci y también su abuelos Antonio Sedze Verges y Josefa Bosarco. Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. PUERTOGUÍA

SAN-SEBASTIAN-3_puertosantamariaNos complace recordar y divulgar algunas pinceladas biográficas de este portuense en el 140º aniversario de su fallecimiento, ocurrido el 13 de julio de 1873, personaje que ya fue reivindicado como “Portuense Ilustre” por el archivero Juan Cárdenas, hace ahora un siglo, al incluirlo como tal en la relación que publicó en la Revista Portuense del 30 de abril de 1913. /En la imagen, portada de la casa de San Sebastian número 5, casa en la que probablemente naciese Ramón Coloma, en la que vivía la familia en 1816.

Dentro de un par de años, en 2015, se conmemorará el centenario de la muerte del jesuita jerezano Padre Coloma, (ver nótula 434 en GdP) ilustre escritor y periodista, académico de la lengua, autor entre otras de la novela “Pequeñeces”, todo un “bets seller” literario en la última década del siglo XIX.  En nuestra época actual muchas familias aún mantienen la tradición, pasada de generación en generación, de poner un regalo debajo de la almohada en la caída del primer diente de nuestros hijos y nietos. Se invoca al “Ratoncito Pérez” como responsable del obsequio,  personaje creado por él en un cuento que escribió para Alfonso XIII cuando este tenía 8 años, que el pueblo se incautó para sí, haciéndolo protagonista de esa intimidad familiar que todos recordamos, la etapa de nuestra dentición.

PADREcolomaFue Luis Coloma Roldán, el Padre Coloma, el tercero de 14 hermanos, hijos todos del matrimonio formado por Ramón Coloma Garcés y Concepción Roldán. Hoy vamos a incorporar a la galería de personajes portuenses de siglos precedentes que venimos publicando regularmente al progenitor de este insigne literato, el destacado médico homeópata Don Ramón Coloma Garcés. Debió nacer en los primeros años de la Guerra de Independencia en la casa número 38 antiguo y 5 actual de calle San Sebastián, casa conocida como de “Villette” por el blasón en bajorelieve de esta notable familia de origen francés que figura en su portada. En 1816, figura censado con su familia, compuesta por el padre, Pedro Coloma Partearroyo, nacido en la población nombrada Rio, en el Valle de Mena, en Cantabria, comerciante y cosechero, de 43 años de edad; la esposa de este y su madre, María de la Paz Garcés, de 32 años y cuatro hermanos: dos mayores que él, Manuel y José, de 11 y 9 años y dos menores, José Pedro y Eugenio, de 7 y 4 años en esa fecha, en la que se indica que él tiene 8 años. /En la imagen, Luis Coloma Roldán.

Su padre, de familia y ascendencia distinguida, como certifica el expediente existente en el archivo histórico municipal (Autos de prueba de hidalguía de don Pedro Coloma Partearroyo) en el que se indica es hijodalgo notorio de sangre, casa y solar, bajó a tierras andaluzas para familiarizarse con el comercio de Indias, acudiendo a la llamada de su tío Domingo Coloma, que no tenía descendientes y era un cargador afincado en La Habana, ciudad en la que pasó toda una década, implicado de lleno en las actividades y negocios de su familia, instalándose en nuestra ciudad, donde crecieron y se educaron sus hijos, aunque parece que después por temas comerciales retornó  al país caribeño, quedando allí hasta su muerte.

Cursó nuestro protagonista, su hijo Ramón Coloma,  estudios médicos en la Escuela Gaditana, finalizando el doctorado en medicina y cirugía  en el Real Colegio de San Carlos, gozando desde esa época estudiantil de la admiración y afecto de condiscípulos y profesores tanto por su talento, constancia y aplicación, como por su modestia, según señalaría en el panegírico funerario su colega Cristóbal Mateos.

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En primer plano, el edificio (de Francesco Sabatini) que compartieron desde 1781 el Hospital General y el Real Colegio de Cirugía, actualmente ocupado por el Centro de Arte Reina Sofía. Al fondo, el edificio (de Isidro González Velázquez) donde se trasladó el Colegio en 1831, en el solar anteriormente ocupado por el Hospital de la Pasión, y que actualmente acoge el Colegio de Médicos de Madrid.

Concluida la carrera se trasladó a Cuba donde tuvo la ocasión de conocer, de vivir profesionalmente y observar, dos grandes epidemias: una, de cólera morbo y otra, de fiebre amarilla y en ambos casos se distinguió tanto por su trato con los enfermos como por la observación de los síntomas de estas dos mortíferas enfermedades en su época, obteniendo provechosas enseñanzas de las muchas horas pasadas en la cabecera de los dolientes, buscando y encontrando fórmulas antes desconocidas en la resolución favorable de estas terribles enfermedades en un porcentaje inusual, publicando en La Habana una extenso estudio monográfico sobre el “Cólera morbo asiático” del  que se hizo eco un colega paisano, Joaquín Medinilla, que lo refiere en la Revista portuense del 24-4-1896.

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Pasado el primer tercio del siglo XX, creemos que viudo de un primer matrimonio sin descendencia, retornó a su tierra natal, montando consulta en Jerez de la Frontera y contrayendo segundas nupcias con Concepción Roldan, con la que tuvo catorce hijos, de los que once de ellos alcanzaron la mayoría de edad. Allí, en Jerez, su prestigio profesional trascendió más allá de la localidad a toda la comarca y parte de la provincia debido en gran parte al éxito con que se enfrentó, nada más llegar, a una importante epidemia de cólera en los años 1833 y 1834 que llevaron al cementerio a casi 700 vecinos de Jerez. Los números, tomados de una revista de la época, resultan evidentes y reveladores. Se indican, entre hombres, mujeres y niños, afectados por la epidemia, invadidos por el mal, a 2.547 individuos, de los que fallecieron 672 (26,4%). De ellos, 169 fueron tratados por el doctor Coloma, de los cuales solamente fallecieron 13 (7,7%). Otra estadística, la contenida en el texto de las Reales Ordenes de 11 de julio de 1834 y de 28 de febrero de 1835 por la que se le concedía una pensión vitalicia de 200 ducados “en premio a los servicios de reconocida importancia y utilidad para el Estado prestados en las provincias de Cádiz y Málaga durante la invasión de cólera de 1834” es aún más favorable en el porcentaje de resultados pues cita que “trató, en Jerez, donde residía, 247 coléricos y no perdió más que 14”, lo que supone un 5,7%, añadiendo que “por sus sorprendentes curaciones y métodos el gobierno de S.M. le concede la Cruz de Carlos III”.

No sería este el único reconocimiento a su entrega. Al terminar la campaña, la ciudad de Jerez, agradecida, le dio un diploma o certificado elogiando su pericia y abnegación. De la prensa del momento, reproducimos un párrafo que muestra su gran humanismo y el agradecimiento popular: “… curó a pobres y ricos sin distinción y con igual interés y por donde quiera que andaba recibía las bendiciones y alabanzas de todo el vecindario.”

Ejerció como Vicepresidente de la Asociación Médica de Jerez y fue autor de una memoria premiada por el Instituto Médico, en competencia con otros colegas, trabajo de gran contenido científico que le validaría para el título de Socio Corresponsal del mismo. Amante de la filosofía, como verdadera fuente del saber humano, disciplina que cultivó con esmero y fiel discípulo de la doctrina de Hahnemann, fue  pionero en estas latitudes de la medicina homeopática, que ejerció en esta región del Sur durante cuarenta años, consagrando su vida al consuelo de sus congéneres y al cuidado de su extensa familia. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. Puertoguía

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En el verano de 2011, fue un clamor en El Puerto de Santa María el descubrimiento en el transcurso de unas obras en los alrededores de la ermita de Santa Clara, de una necrópolis de los alrededores del siglo XVII. Mi afición al estudio de la artrosis de la columna, me llevó a pedir permiso municipal y visitarla.

En los alrededores ermita de Santa Clara, en El Puerto de Santa María, se había descubierto un antiguo cementerio del siglo XV y que estuvo en uso hasta los primeros años del siglo XIX, que fue cuando se abrió el cementerio que todavía se usa. Se encontraron unas 300 tumbas. Es posible que contengan esqueletos de los muertos en la batalla de Trafalgar, pues algunos cadáveres tienen insignias militares. La historia y la tradición popular cuenta que incluso meses después de la trágica batalla de Trafalgar, la marea devolvía cuerpos a las playas de El Puerto de Santa María y Rota, y que un marinero recogía él mismo los cuerpos que iba hallando y los trasladaba hasta la necrópolis...

Mi curiosidad por estudiar la artrosis vertebral en los cadáveres, me llevo a pedir autorización del Ayuntamiento de la ciudad y la señora Marta Rodríguez, delegada de Medio Ambiente muy amablemente me permitió ver unas 30 tumbas con esqueletos en buen estado. Me acompañó la antropóloga Esther López Rosendo, encargada de la excavación que exquisitamente me ayudo y me dio todas las explicaciones que le pedí.

Muy joven, en mis andaduras medicas, visité el Museo de Ciencias Naturales de Londres y fue mi sorpresa grande cuando me pareció ver en la columna vertebral de un dinosaurio, signos de artrosis. Fue interesante tenerlo en cuenta para futuras visiones de esqueletos de animales vertebrados y efectivamente cuando en 1978 visité el museo del Cairo, en la sala de momias, todos los faraones mostraban una intensa artrosis de columna, visible en las radiografías que se localizaba encima del féretro que contenía sus restos y que afecta a todas las vértebras de la columna vertebral y sobre todo las radiografías que corresponden a la momia de Tutankamón, que con sus 20 años de vida tenía ya una columna terriblemente afectada. Es de destacar que en las orillas del Nilo es muy frecuente y lo era aun mas en la antigüedad la brucelosis, también llamada fiebre malta o fiebre ondulante.

¿Por qué mi interés en la Artrosis Vertebral? Es posiblemente la enfermedad mas antigua que se conoce, tiene sobre 300 millones de años y la sufren todos los vertebrados terrestres y marinos exceptuando el murciélago y el mono perezoso y todavía no tiene una buena solución. (Texto: Enrique Rubio García).

La homeopatía es un método terapéutico que consiste en administrar al paciente pequeñas dosis de una sustancia que, en dosis elevadas, provocaría en una persona sana la aparición de manifestaciones patológicas; pero en el enfermo que presenta manifestaciones similares, en dosis infinitesimales, es curativa. Un ejemplo, ‘Árnica Montana’: La ingestión en dosis grandes de esta planta provoca determinados síntomas: dolor muscular, hematomas, fiebre... Sin embargo, preparada según el método de fabricación homeopático, Árnica alivia estos mismos síntomas.

Fue concebida a finales del siglo XVIII por el médico sajón Samuel Hahnemann (1755-1843)como una forma de mejorar el espíritu vital del cuerpo.1 Su premisa fundamental es "lo similar se cura con lo similar", asumiendo que lo que causa determinados síntomas puede curarse con algo que cause esos mismos síntomas. «lo semejante se cura con lo semejante» (similia similibus curantur)

El fundador de la Homeopatía, el médico sajón Samuel Hahnemann

Un médico que casi no receta medicamentos, ¿en que país vive? Vivo en un país que acepta cada vez más la homeopatía. Nuestras prescripciones son dosis mínimas de sustancias medicamentosas que no agreden al organismo, sino que estimulan  la naturaleza curativa que están en todo ser vivo.

¿Qué es la homeopatía, le pregunto sin clavar en su pupila, mi ?pupila para nada azul?. Una medicina basada en la ‘similitud’, empleando como remedios a una enfermedad sustancias que experimentalmente han demostrado producir en individuos sanos, síntomas semejantes a los de esa enfermedad.

Usted que es licenciada en Medicina y Cirugía, ¿considera que la?homeopatía es hija de un dios menor de la Medicina?? No, porque la considero la medicina mas completa hoy por hoy, ya que estudia y trata al ser humano como lo que es, un todo indivisible.

¿Existen enfermedades, enfermos o enfermos imaginarios?? Enfermos. La homeopatía trata al individuo como una totalidad considerando los aspectos corporales, vitales o dinámicos y espirituales, a diferencia de la medicina convencional.

Si viviera Samuel Hanneman, el fundador de la Homeopatía y probara ?el ajo caliente del Bar 'er Beti', ¿además de caérsele dos lagrimones, cree ?usted que lo recomendaría como preparado homeopático?? Sin lugar a dudas, Hahnemann lo recomendaría como un placer de la vida.

¿El viento de Levante, un componente más de la idiosincrasia de?nuestra tierra? ?Y causante de muchas disfunciones en los seres vivos, molestas pero por fortuna pasajeras

¿El SIDA, el cáncer, la ETA, tendrán solución?.? Con optimismo, paciencia y una gran dosis de buena voluntad por parte de todos creo que estos y otros muchos mas problemas de los que afectan al ser humano tendrán solución.

?¿Porqué recomendaría el libro 'El Médico', de Noah Gordon? Porque en el se refleja la verdadera vocación del médico.

Dígame Lale ¿cual es su compromiso con la vida?. ?Muchos. Pero a nivel profesional   ayudar  a  las personas que confían en la medicina homeópatica a que puedan vivir de una  forma coherente consigo mismo, porque es ahí donde esta el bienestar.

?LO INFINITESIMAL: UN RETO CIENTÍFICO.
Aplicando el principio de similitud, la homeopatía utiliza los efectos terapéuticos de las sustancias, atenuando su toxicidad utilizando muy pequeñas dosis hasta un nivel denominado "infinitesimal". La experiencia prueba que, a pesar de la altísima dilución de la sustancia activa, el efecto terapéutico persiste. A pesar de que se avanza día a día, el estado de la ciencia no permite aún explicar cómo actúan las diluciones infinitesimales. La homeopatía confirma que sustancias diluidas por encima de los límites conocidos de la materia* tienen una actividad biológica o física observable, mensurable, reproductible y específica de la sustancia diluida, aunque no quede ningún rastro de ella. Se han formulado numerosas hipótesis para comprobar este postulado, pero el infinitesimal continúa siendo un reto científico.


EN ESPAÑA
El 14 de diciembre de 2009 la Organización Médica Colegial de España aprobó en Asamblea el reconocimiento de la homeopatía como «acto médico», con el objetivo de que se regule su práctica, evitar que sea llevada a cabo por individuos sin formación apropiada y que esta quede restringida a personal y centros cualificados y acreditados.

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Javier Oña Sevilla nació en Sevilla en 1955, aunque lleva afincado en El Puerto desde hace 30 años. Es médico internista de profesión. Hizo el MIR (Médico Interno Residente) en Canarias y trabajó en los hospitales sevillanos ‘Virgen del Rocío’ y en el Clínico’. En El Puerto se inició en la actual Clínica Costa Oeste, junto a su mujer, que venderían, posteriormente, para dedicarse íntegramente a la pintura en su estudio de Vistahermosa.

Javier pinta desde los quince años, pero reconoce que, entonces, «lo hacía muy mal».  La pintura se convirtió en un recurso, en un divertimento más. Con veinte años recorrió Europa. Conoció a un apasionado de la guitarra flamenca --Staffan-- y de la música de Jazz  que suele tocar al piano. España entonces era muy diferente. De la mano de Staffan atravesó una Europa moderna, libre y democrática que le llevó a Uppsala, donde su amigo trabajaba como profesor de su Universidad. /En la imagen, con 20 años, camino de Suecia.

Su interés por crear obras de arte le llevó a las clases de Pilar Millán Derqui, una pintora a la que Javier Oña debe bastante de su actual estadio creativa: «--Ella es una excelente artista, una pedazo de pintora, y en unos meses logró darme la base que yo necesitaba para pintar con garantías. Con ella logré adquirir la técnica que me faltaba».

Recibió clases también en la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’ y de otro amigo pintor: Nicholas Simmons, quien le animó a participar en el Concurso de la Bienal de Shangai. Se define autodidacta permanente, pero sus influencias provienen de la obra de artistas tales como Miguel Angel,  Hopper,  Freud,  Matisse, Van Gogh, Modigliani, Velázquez ... La inquieta creatividad de Oña encontró la manera de plasmarse en el lienzo con las acuarelas, aunque  también pinta acrílicos y óleos «Estos últimos dan mas fuerza a la obra», afirma; o técnica mixta con tinta china. "Mis cuadros tienen mucho colorido, mucha fuerza, trato que cada cuadro ofrezca una historia diferente".

'Juego de Miradas'. Exposición en Vistahermosa en 2011.

EXPOSICIÓN EN SHANGAI.
Participó en 2010, con dos acuarelas, en la I Bienal Internacional de Acuarela de Zhujiajio, actividad paralela a la Exposición Universal de Shanghai, un privilegio que estuvo al alcance de muy pocos: fue uno de los tres españoles que participaron en este evento, uno andaluz y dos vascos,  cuando apenas llevaba unos años dedicándose profesionalmente a la pintura.

Javier Oña, segundo por la derecha, durante la entrega de premios en Shangai.

Afirma que «de lo de Shangai me enteré por internet. Mandé por e-mail tres fotos de acuarelas. Un jurado chino me dijo que enviara físicamente dos de las tres acuarelas que presenté, junto a 3.000 pintores procedentes de todo el mundo. Son de formato grande». Las obras seleccionadas fueron «Madison» y «Principios inmediatos» junto a otras 228. Con sus dos obras en Shangai, un jurado internacional formado, entre otros, por los presidentes de la asociaciones de acuarelistas británicos y australianos, «me seleccionó las dos acuarelas que envié, cuando en las bases se decía que cada artista sólo expondría una obra». Por la exposición pasaron 15 millones de personas.

'Principios inmediatos', acuarela basada en unos huevos de codorniz.

Esta exposición se sumó a las que hasta ahora aparecen en su currículum, como la V Muestra Internacional 'El Color del Agua', en la sala Alfonso X El Sabio de El Puerto; la exposición 'Lucha Contra el Cáncer', en la galería de arte del Casino de Jerez; su participación en la muestra 'Tres Pintores Tres', en la galería Antares de Sevilla, su participación en la Feria de Arte Contemporáneo de Bruselas (Bélgica), la Muestra Colectiva de Primavera en la madrileña Galería Gaudí, o su primera exposición individual en la Casa Grande de Vistahermosa el pasado año 2011, y en California (EEUU) invitado por la Asociación Norteamericana de Acuarelas.

'Mujer desnuda retozando'. Acuarela.

La temática de la obra de Javier es diversa, aunque advierte que en su producción hay «mucha carne. No entiendo de bodegones o paisajes, yo pinto gente, historias, intento que mis cuadros gusten, pero también que hagan pensar a quienes los contemplan».

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Pelayo Arroyo García, nació el 3 de diciembre de 1981 en un piso del Barrio de Pinillo Chico, hijo de Joaquin Francisco Arroyo Caballero --nacido en Boiro (La Coruña) aunque siendo muy pequeño su familia se vino a vivir a El Puerto, y de María Elena García Aldana, nacida en la portuense calle San Juan. Tiene otra hermana, María Elena Arroyo, licenciada en Bioquímica que trabaja como investigadora en la Universidad de Cádiz.

EL DEPORTE Y LA MEDICINA.
Pelayo estudió en el Colegio SAFA-San Luis I.E.S Mar de Cádiz, Universidad de Granada, Universidad de Cádiz y Universidad de Saarland (Alemania). /En la imagen superior, Pelayo en la actualiad y en la inferior, una instantánea de nuestro protagonista con dos años, en El Puerto.

Realizó formación profesional de grado superior en animación deportiva durante 2000-2002 en el I.E.S Mar de Cádiz para mejorar su nota de acceso a la universidad y adquirir conocimientos que más tarde le sirvieron para tener una buena base en los primeros años de carrera. Tras acabar, pudo comenzar en Granada la carrera que siempre había querido (en aquel momento esta carrera solo podía cursarse en la capital de la Alhambra). Terminó licenciándose 5 años más tarde (2002-07), conservando muy buenos recuerdos y amigos de aquel tiempo. Regresó a El Puerto y comenzó el doctorado en medicina deportiva en la Universidad de Cádiz que concluyó en 2010 con mención Cum Laude.

Mientras estudiaba trabajó de muchas cosas: repartidor de publicidad, camarero, socorrista, azafato y monitor deportivo.

ALEMANIA.
«--Trabajar en la Universidad es muy complicado, tienes que trabajar mucho y ser muy paciente, además de engrosar tu curriculum poco a poco». Así que con esa idea me marchó a Alemania, al Instituto del Deporte y Medicina Preventiva de la Universidad de Saarland, reconocido por la FIFA como centro de excelencia. Allí realizó un proyecto que trató sobre los diferentes métodos de recuperación con agua fría, 'cooling methods', que existen y cuál es la percepción subjetiva del atleta (si le es confortable o no) cuando se le aplica uno de esos métodos.

SU TRABAJO.
Su trabajo se centra en la preparación y recuperación física de deportistas tras entrenamientos duros, competiciones,… «--La mayoría de los deportistas amateur disponen de poco tiempo para entrenar y lo quieren aprovechar al máximo, y a veces olvidan que la recuperación es una parte muy importante en la planificación de los entrenamientos y caen en el sobre-entrenamiento. Mi opinión es que hay que entrenar lo justo según los objetivos, y siempre bajo la supervisión de un profesional, mejor la calidad que la cantidad. Es muy probable que el rendimiento mejore considerablemente. En deportistas de élite esto es otro mundo, la recuperación está muy controlada».

Actualmente, lleva la preparación física de jugadores de pádel, triatletas,… se atreve con todo, dice que hay que estar abierto a todas las oportunidades que se le brindan. Imparte algunas horas de clase como profesor de la Escuela de Medicina de la Educación física y el Deporte en San Fernando desde que terminé la carrera, donde imparte clases sobre planificación deportiva a médicos que se quieren sacar la especialidad en medicina deportiva. Ha publicado artículos a nivel nacional sobre recuperación y participado en congresos especialistas en actividad física y deporte sobre la metodología e importancia de la recuperación.

Entre sus próximo objetivos está «--Especializarme como readaptador físico y continuar investigando sobre la recuperación en la actividad física. Tampoco descarto volverme a ir otra vez al extranjero».

...continúa leyendo "1.326. PELAYO ARROYO GARCÍA. Doctor en Medicina Deportiva."

Libros de la Biblioteca de la Aurora en depósito en el Archivo Histórico Municipal. Entre ellos hay algunos ejemplares propiedad del Dr. Pariente.

En el Archivo Histórico Municipal de El Puerto de Santa María se conserva la colección Papeles Curiosos que el doctor don Antonio-Manuel Pariente Sánchez, a finales del siglo XVIII, recopiló y reunió en un numero indeterminado de volúmenes que forman parte de cuatro series distintas. Y decimos un número indeterminado porque no han llegado a conservarse las cuatro series completas. Esta colección tiene un enorme interés para la investigación. Han sido y son objeto de frecuentes consultas por parte de numerosos investigadores y estudiosos que han hallado en estos Papeles Curiosos, documentos en unos casos desconocidos, en otros inéditos o también perdidos, y que en ocasiones pueden ayudar a completar los estudios que se lleven a cabo sobre el siglo XVIII

Informe firmado por el Dr. Pariente en el que hace referencia a la viruela

Antonio-Manuel Pariente nació en Cádiz el 15 de junio de 1755. En 1783 obtuvo el título de bachiller en Filosofía y Medicina por la Universidad de Sevilla, tras haber asistido a cuatro cursos en la Facultad y realizado los dos años de práctica reglamentarios que le permitían ejercer su carrera. Este mismo año se asienta en El Puerto de Santa María y contrae matrimonio con Josefa-Rafaela Welch,  lo que le permitió entroncar con una familia de origen irlandés afincada en nuestra ciudad. El padre de su esposa, Eduardo Welch, fue vicecónsul de Inglaterra en esta población.

Recreación del sello de la Socieda Ecónomica de Amigos del País en la que pretendió ingresar el doctor Pariente, tomada esta ilustración de un trabajo de Juan José Iglesias Rodríguez

...continúa leyendo "1.322. ANTONIO MANUEL PARIENTE SÁNCHEZ. Médico de El Puerto en 1812."

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De la magnífica exposición "De la aguja náutica al GPS" que se montó en el Centro Cultural Alfonso X, que recomendé a todo bicho viviente, salí un poco contrariado, porque en este Gran Puerto de Santa María se había desaprovechado la ocasión de hacer memoria y loa de un espécimen curioso y pícaro. Se trata de Felipe Guillén, nacido en 1492, boticario de esta Ciudad, donde ejerció su profesión hasta 1519 en que marchó a Portugal.

En una acotación escrita por Gil Vicente (Poeta y dramaturgo portugués, 1465-1536) copiada por Menéndez Pelayo se lee: "El año de 1519 vino a esta corte de Portugal un Felipe Guillén, castellano [así se llamaba a cualquier español], que se dice había sido boticario en el Puerto de Santa María, el cual era gran lógico y muy elocuente y de muy buena plática, por lo cual muchas personas sabidoras gustaban de oírle.

Tenía algo de matemático; dijo al Rey que le quería dar el arte de navegar de Este a Oeste, que había inventado. Para la demostración de este arte, hizo muchos instrumentos, entre ellos un astrolabio para tomar el sol a toda hora. Explicó este arte en presencia de Francisco de Mello, que era el mejor matemático que entonces había en el reino, y de otros muchos que para esto se juntaron por mandato de Su Alteza, todos probaron el arte por buena: hízole el Rey por esto merced de cien mil reales de pensión  y el hábito y corretaje de la casa de la India que valía mucho..."

    Pero la dicha no duró. "En este tiempo mandó Su Alteza llamar al Algarve a un Simón Fernández, gran matemático y astrólogo..." Así que habló con él, el Fernández comprobó que Guillén era un embustero y que sus argumentos eran falsos. Antes, Felipe Guillén se había descubierto en secreto al un tal Juan Rodríguez que se lo fue a decir al Rey. Viéndose perdido, quiso huir. Peor el Rey lo mandó prender y lo hallaron subido en un caballo  de postas en Aldea Gallega. "Siendo preso, como era gran trovador, le mandó Gil Vicente unas trovas: ...Que, sin  ver astronomía,/ él toma el sol por el rabo/ en cualquier hora del día..." Preso, fue llevado a las galeras de El Puerto donde estuvo , al parecer, de por vida. "Sic transit gloria mundi". Amén.  (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Manuel Perez-Blanco Muñoz nació el 2 de Agosto del 1937 en Benalup-Casas Viejas en plena Guerra Civil, cuatro años después de los tristemente famosos sucesos de Casas Viejas: la insurrección anarquista que acabó en tragedia. Sus padres se llamaban Alfonso y Ana Maria, los dos nacidos y residentes en Benalup. Manuel es el segundo de seis hermanos, tres varones y tres hembras.

1937.
El año de su nacimiento, 1937 fueron alcaldes de El Puerto, Francisco Quijano Rosende y Antonio Rives Brest. Rafael Alberti publica ‘De un momento a otro’. Llega a El Puerto el músico Francisco Dueñas Piñero, que entra a prestar sus servicios en el Ayuntamiento. El General Modesto mandaba la 4ª División del Cuerpo del Ejército de Madrid. El 14 de enero fallecía en El Puerto, José A. Ruiz de Cortázar y Sanginés, Interventor de Fondos del Ayuntamiento, casado con Luisa Tosar y Zurututza.

Como consecuencia de la contienda civil, fueron fusilados en el término de El Puerto, la madrugada del 4 de enero, Luis García Sahagún, maestro nacional y ex-primer teniente de alcalde del último ayuntamiento republicano de Sanlúcar, junto a él, el hijo el ‘Quincallero’ de la Plaza de San Roque, ‘el Manga’, secretario que fue de los viticultores y ‘el Chato de la Dehesa’ padre, todos ellos de Sanlúcar. Al mes siguiente, en febrero, el General Franco le concedía la Medalla Militar individual al falangista Fernando Zamacola. El alcalde socialista de Torre Alháquime Pedro Pérez Álvarez fue condenado a muerte y fusilado en El Puerto el 2 de julio de ese año.

Entrada de las Tropas de Asalto en Benalup-Casas Viejas, el 8 de enero de 1933.

El primero por la izquierda, con bata blanca, es Alfonso Pérez-Blanco, médico y padre de nuestro protagonista, observando las víctimas de la revuelta anarquista, en presencia de la Guardia de Asalto.

La infancia de nuestro protagonista transcurrió entre Benalup y en el colegio de los Salesianos de Utrera (Sevilla). En el pueblo estudió en la Escuela Pública y en los Salesianos de Utrera hizo el bachillerato pasando, seguidamente, a la Facultad de Medicina de Cádiz en donde se licenció en Medicina y Cirugía en el año 1964.

Su carrera profesional la comenzó ejerciendo en Alcalá de los Gazules, para pasar a continuación a Puerto Real y terminando definitivamente en El Puerto de Santa María  a donde llegó junto con sus compañeros médicos, ya fallecidos, Jose Gallego Puerto y Lino Corrales. En aquel año de 1968 compatibilizaba el ejercicio médico entre la Casa de Socorro y las urgencias de la Seguridad Social. También estuvo muy relacionado con el sector pesquero, atendiendo a sus afiliados en la Casa del Mar; entonces se fraguó su amistad con Antonio Regordán, celador de aquella institución, amistad que hoy continúa.

Manolo fue directivo del Racing Club Portuense. Aquí le vemos en 1978 con los regidores del club que presidía Francisco Ferrer Palacios con el alcalde aquel año, Francisco Javier Merello Gaztelu en la fila superior con chaqueta blanca entre Ferrer y Toimil. Entre otros vemos  Alfonso Carreto, Adolfo Ortega, Manolo Toimil, Bartolomé Domínguez Sánchez , Paco Díaz Trillo, Daniel Otero Rascón, Antonio Miranda, José Luis García León, Enero, Gandulla, ... /Foto: Rafa.

EL RACING CLUB PORTUENSE.
Manuel Perez-Blanco Muñoz, fue mucho más médico que directivo del Racing Club Portuense, sin percibir una sola peseta. Todo lo contrario. Le costo dinero como a otros directivos... Su etapa estuvo  íntimamente ligada a la presidencia de Paco Ferrer Palacios, a finales de los años 70 y principios de los 80. Además viajaba también acompañando al delegado de equipo en los desplazamientos del Racing a otras provincias, cuando su profesión de lo permitía.

 Ya en tiempos del presidente Bernardo Sancho, por la amistad que unía al doctor con Ferrer Palacios, que ya era directivo por aquel entonces con Sancho atendía a los jugadores en su consulta. Después de salir la directiva de Ferrer Palacios colaboró de la misma manera, durante bastante tiempo, con los jugadores del Racing, atendiéndolos en su consulta y, como siempre, gratuitamente.

Manuel Pérez-Blanco con el ex jugador del Racing José Trujillo, entregándole un reconocimiento el 1 de agosto de 1978. /Foto: Rafa.

Precisamente, el gran "Chicharito", Manuel Jarque Martínez, era quien presentaba en consulta a los jugadores y también a través del añorado Manolo Toimil. Con Pepe Basteiro, Domiciano Rodríguez Hernández, Alfonso Carreto, Paco Ferrer Palacios, Victor Martinez Guerra y Antonio Carbonell se daban cita, finalizada la jornada de mañana en la Cerveceria Skol, actualmente denominada Cervecería El Puerto, todos atendidos por Miguel Ferrer que también se unía a la tertulia, hablando siempre del Cádiz y del Racing y de las anécdotas del día.

LA POLÍTICA DE PARTIDO.
A final de la década de los años setenta del siglo pasado ingresó en el Partido Popular (PP) que por aquellas fechas se llamaba Alianza Popular (AP). Manolo irá en la candidatura a las elecciones municipales de 1983 que presentó dicho partido, resultando elegido concejal para el mandato 1983-1987, junto a Manuel Moreno Romero, Teófila Martínez Saíz, Aurelio Sánchez Ramos, Antonio Nogues Ropero --que procedía de Unión de Centro Democrático (UCD)--, Luis Suárez Ávila y Ramiro Cerezo Magán.

Fila superior, de izquierda a derecha, Ramiro Cerezo, Armario (alcalde de Arcos), Álvarez Cascos a la sazón Secretario General de Alianza Popular, Indalecio Rábago y Manuel Pérez Blanco; fila inferior Teófila Martínez y Hernán Díaz Cortés.

Durante la mayor parte del mandato formó parte de la oposición al gobierno formado primero por comunistas y socialistas, presidido por Rafael Gómez Ojeda y tras la ruptura del pacto de los partidos de izquierda, socialistas y populares le dieron la alcaldía a Juan Manuel Torres Ramírez, al presentarle una moción de censura el 13 de octubre de 1986 (una sesión bochornosa donde simpatizantes comunistas agredieron verbalmente a los votantes de la citada moción), formalizando un pacto de gobierno. Manuel llegaría a ocupar la concejalía de Parques y Jardines, dado que el ejercicio profesional de la medicina le absorbía de tal manera, y esa era una parcela municipal que requería poca atención política.

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