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232. DON RAMÓN, DON ANTONIO Y EL CARMEN. (I)

gonzalezmontano_01_puertosantamaria"Ramón Eduardo González Montaño fueron sus nombres y apellidos completos. Nació el 31 de agosto de 1934, en una casa de la calle Ancha del pueblo sevillano de Estepa, frente a la torre de la Victoria. Era la torre de la iglesia  del convento de los mínimos o victorios. La misma Orden monacal que existía en el Monasterio de la Victoria de El Puerto.
Sus padres fueron Antonio González Cornejo y Concepción Montaño Corrales. Ramón hacía el número 10 de los 11 hijos que tuvieron sus padres. Su pueblo es uno de los  más bellos de la provincia hispalense, no sólo por su geografía, sino porque sus calles, sus iglesias y sus casas palaciegas  son muestras de arte y de belleza. Cuando uno visita Estepa, le asalta el deseo de haber nacido allí.
Desde muy niño, Ramón fue acólito de la iglesia de San Francisco y asistía al colegio que tenían los padres franciscanos en la ciudad. Los religiosos pretendían que sus alumnos fueran buenos estudiantes, pero también que destacaran por su educación y su vida cristiana. Eso hacía que muchos se vieran atraídos por la vida religiosa. Por otra parte, los que sentían inclinación por el estudio tenían pocas opciones, porque centros de Enseñanza Media, por aquella zona, sólo había uno, el instituto de Osuna.

Ramón Eduardo González Montaño was his full name. He was born on 31st of August 1934, in a house on calle Ancha in the Seville town of Estepa, opposite the torre de la Victoria (Victoria tower). It was the Franciscan convent’s church tower, the mínimos or victorious. It was the same monastic Order as was present at the Monasterio de la Victoria (Victory Monastery) in El Puerto.
His parents were Antonio González Cornejo and Concepción Montaño Corrales. Ramón was the tenth of eleven children. His home town is one of the prettiest in the province of Seville, not only for its geography, but also because its streets, churches and palatial houses are a great show of art and beauty. When you visit Estepa, you are struck by the desire to have been born there.
From a young boy, Ramón was an acolyte at the San Francisco Church and attended the Franciscan Priests’ school in the town. The clerics hoped to turn out good students, but not just this, they also hoped to turn out students who were known for their good behaviour and Christian way of life. This attracted many to the religious way of life. Furthermore, those who would have liked to continue studying had few options open to them, since there was only one secondary school in that area, in Osuna.

MUERE SU PADRE
El 21 de abril de 1941, moría su padre. El hecho, siempre luctuoso para cualquier familia, significaba un auténtico problema para su madre con once hijos, muchos de ellos pequeños aún. A Ramón, con siete años, tuvo que producirle un fuerte impacto, ya que era el predilecto de su padre. Ramón manifestó a su madre el deseo de ser franciscano, pero no encontró beca y se decidió por el Seminario diocesano. Su madre le dijo: "Hijo, cuando me dijiste que querías ser religioso, me fui a dar gracias a Dios, aunque sabía que te perdería. Pero ahora que me dices que quieres ser sacerdote, he vuelto a darle gracias con gran alegría, porque no me dejarás." De sus diez hijos, dos fueron sacerdotes; dos religiosas; dos casados y dos solteros.

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Don Ramón y su hermano, el también sacerdote Don Antonio, con familiares y amigos. Écija, 1959.

Antonio, el padre, era un hombre culto. Fue secretario del Juzgado de Paz de Estepa y, más tarde, oficial mayor del Ayuntamiento con función de secretario. Concepción, era una mujer profundamente cristiana que supo infundir a sus hijos e hijas una educación y unos sentimientos acordes con sus convicciones cristianas. Era plena República y las esperanzas que habían puesto los españoles en el nuevo régimen, comenzaban a disiparse, por falta de moderación entre los principales partidos de izquierda. El panorama hacía presagiar un futuro oscuro. Desgraciadamente, dos años más tarde, estallaba la Guerra Civil.

seminariomenorsanlucar_puertosantamariaEn septiembre de 1946, Ramón decide marchar al Seminario Menor de la Archidiócesis de Sevilla en Sanlúcar de Barrameda. Hacía seis años que había terminado la Guerra Civil, y uno, la II Guerra Mundial. El fantasma de la hambruna aún no había desaparecido. La II Guerra Mundial terminó el año 1945. Ramón se distinguió entre los mejores estudiantes, como lo atestigua su certificado de estudios, extendido por la Secretaría del Seminario, con la nota media de Notable. (En la fotografía de la izquierda, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda).

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Puerta trasera del Palacio de San Telmo de Sevilla, o de 'Las Doce Estatuas', seminario de Sevilla y en la actualidad sede de la Junta de Andalucía.

RAMÓN, SACERDOTE.
El curso 1951-52, a sus diecisiete años, Ramón llegaba al Seminario Mayor de San Telmo. Era un formidable palacio barroco, con espléndido jardín y campos de juego. La Infanta Doña María Luisa lo había dejado a la Archidióces de Sevilla, para que albergara a los seminaristas y fuera el centro de estudios de los futuros sacerdotes. Hoy es la sede del presidente y del Gobierno de la Junta Andalucía. Allí estudió Ramón tres años de Filosofía (de 1951 a 1954) y cuatro de Teología (de 1954 a 1958). Con estos siete años, se completaba la carrera eclesiástica que, junto con las Humanidades, integraba los doce años de estudio. Aquí maduró en sus estudios y consiguió aún mejores calificaciones, como lo atestigua el certificado de la Secretaría del Seminario Mayor de Sevilla, con la nota media de Sobresaliente.

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Don Ramón, recién ordenado sacerdote con 23 años, en 1958.

El día 29 de junio de 1958, a sus veintitrés años, Ramón era ordenado sacerdote en la catedral de Sevilla, junto a los demás compañeros de curso. A los pocos días, el Cardenal Bueno Monreal le comunicó que su destino era el de coadjutor de Constantina, juntamente con otro compañero de la misma promoción. A los tres años, Ramón recibió un nuevo destino. El 3 de marzo de 1962, era enviado a Écija, como coadjutor de la parroquia de Santiago.

gonzalezmontano_chicos_puertosantamariaANTONIO, SU HERMANO.
La vida de Ramón no se puede concebir sin la de su hermano Antonio, también sacerdote. Era un año mayor que él, pero un curso menor, porque ingresó en el Seminario un año más tarde que Ramón. Eran dos vidas paralelas unidas no sólo por la sangre, sino por la amistad, la vocación  y el carisma sacerdotal. Antonio había nacido en Estepa el 8 de marzo de 1932. Ingresó en el Seminario a los quince años, fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1959 y cantó su primera misa el 27 de junio de este mismo año. Su primer destino fue el de coadjutor de Santa Cruz de Écija, siendo nombrado capellán de San Sebastián y del cementerio de la ciudad. Dos años más tarde, fue nombrado consiliario interparroquial del centro de Acción Católica de Écija. Así se explica el nombramiento de Ramón como coadjutor de la parroquia de Santiago de Écija. Ambos hermanos conseguían ir a la misma ciudad, donde podrían vivir juntos y desarrollar su tarea sacerdotal en esta histórica ciudad. La mayoría de los sacerdotes eran mayores y los jóvenes se decidieron por agruparse en torno a los dos hermanos. (En la fotografía, los pequeños Ramón y Antonio, con 6 y 8 años, en el Colegio de los Franciscanos de Estepa. Año 1940).

antoniogmontano_puertosantamariaAMBOS EN EL PUERTO.
En marzo de 1963, coincidiendo con que Antonio debía incorporarse a sus obligaciones castrenses, fue nombrado capellán de la base naval de Rota, consiliario interparroquial del Centro de Acción Católica de El Puerto y capellán del convento del Espíritu Santo de esta misma ciudad. Ramón, por su parte, recibió el nombramiento de cura ecónomo de la recién creada parroquia de San Marcos del Puerto de Santa María, profesor de formación religiosa en el centro de Enseñanza Media y Profesional de Santo Domingo y capellán de las Siervas de los Pobres.
Ramón no tenía templo para ejercer el ministerio y comenzó utilizando el archivo y el templo de  la Prioral. Poco después, don Luis Caballero ofrece la capilla del Castillo de San Marcos para que se utilice como parroquia, pero no llegó a utilizarla porque ya se había instalado en los baños termales. En 1967 se trasladó a la capilla de la Sierva de los Pobres de la calle Fernán Caballero. (En la fotografía don Antonio en 1959, en Écija).

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A la izquierda vemos a Don Ramón González Montaño, en la bendición de la primera piedra del templo, a su lado un joven reportero micrófono en mano, José Ignacio Buhigas Cabrera recoge las palabras del Obispo Auxiliar, Monseñor José María Cirarda Lachiondo; a la derecha de la fotografía podemos ver al Arcipreste de la Ciudad, Don Manuel Salido Gutiérrez, párroco de la Prioral. Está tomada en el lugar que hoy ocupa la Comisaría de la Policía Nacional.

En 1968, cuando ambos hermanos estaban empeñados en las tareas de la construcción de la nueva parroquia, un nuevo destino, esta vez en la persona de Antonio, vino a distorsionar los proyectos de ambos hermanos. En noviembre de 1968, Antonio fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Fátima de Jerez, delegado diocesano de Misiones y, un año más tarde, director espiritual del Instituto Padre Luis Coloma.
Antonio aceptó con el optimismo y la entrega que le caracterizaban, pero Ramón veía que todo el peso de la nueva parroquia caía sobre él. Ramón quería que las obras se terminaran cuanto antes para que se pudieran albergar los grupos que iban surgiendo se instalaran en el nuevo complejo parroquial. Las actividades se multiplicaban por días y los locales eran insuficientes. El título definitivo fue el de Parroquia de Ntra.Sra.del Carmen y San Marcos.

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La Parroquia del Carmen y San Marcos, la nueva parroquia del ensanche portuense, marinera, moderna y modernista.

En 1975, de nuevo a Ramón se le acumulan los cargos, con el nombramiento de director espiritual,  profesor de la Escuela de Enfermeras y capellán de la Clínica del Dr.Frontela de El Puerto. Antonio estuvo en Jerez casi diez años. El 9 de septiembre de 1977 fue nombrado párroco de la Iglesia Prioral del Puerto. Sustituía a don Antonio Cabezas Moya que había sido destinado a la parroquia de San Gil de Sevilla.» (continuará). Juan Leiva. Autor del libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003.

6 comentarios en “232. DON RAMÓN, DON ANTONIO Y EL CARMEN. (I)

  1. Francisco

    "Era plena República y las esperanzas que habían puesto los españoles en el nuevo régimen, comenzaban a disiparse, por falta de moderación entre los principales partidos de izquierda."

    Estamos en el 2012 y yo con los ojos a cuadros ante tal afirmación,
    ¡Madre mia!

  2. FCA. C. RAMIREZ

    Me dió alegría encontrar estas notas biográficas sobre "D. Ramón", yo siempre lo nombré así. fue mi mejor amigo desde que le descubrí, el mejor consejero, sin reñir ni imponer, fuimos muchos, los adolescentes y jovenes portuenses que nos formamos con su apoyo, consejos, rapapolvos tambien y su eterna sonrisa. Fue un hombre bueno, que aún no ha recibido de nuestra gente, de la suya, el homenaje que de verdad se merece su obra, en nuestra "madrastrona" pero adorada ciudad. Cada año, al menos en Noviembre, cuando llevo flores nuevas y frescas a mi madre al cementerio, le dejo en su nicho unas flores y salgo con la paz que desde mi infancia me dió su sonrisa y su bondad. Gracias desde el fondo de mi alma, Don Ramón

  3. ACL

    Hasta su actual ubicación en la Avenida de la Constitución, la Parroquia del Carmen y San Marcos pasó por varios lugares: Un despacho en la Sacristía de la Iglesia Mayor Prioral, la OJE, Los Baños Termales, Las Siervas de los Pobres y tres años, 1967 a 1970, en la Plaza del Polvorista, en el Edificio donde se encuentra hoy el Ayuntamiento.

    Desde su arribada a El Puerto hasta la inauguración del Templo actual, 29 de agosto de 1970, fueron años duros y difíciles para los hermanos González Montaño. Posiblemente su estancia en la Plaza del Polvorista, por su entorno: Bodegas, Lonja de Pescados, Metalurgia, Vidrieras Palma, (VIPA). Arrumbadores, toneleros, marineros, metalúrgicos y la propia feligresía formaban los porteños de economía mas desfavorecidas por aquel entonces, fue, sin ningún genero de duda, determinante para la extraordinaria labor que llevaron a cabo la familla González Montaño en años posteriores. Claro, que para ello tuvieron que dejar el Templo y salir al encuentro de los más necesitados, desafiando los chismoteos de la época porque era impensable ver a un cura en un bar tomarse una copa de vino con los trabajadores.

    Recuerdo que recién llegado a El Puerto, encontrándose el bueno de don Ramón González Montaño en el Bar ‘La Lucha’ con dueños de barcos, marineros, rederos de tierra y personal de la Comandancia Militar de Marina: Jaime y Vicente Soler Zaragoza, conocido por ‘Cariño’; Vicente Gómez Meseguer, ‘Borriquete’; Francisco Morato Martínez, ‘Paco Peti’; el pintor de la luz, Juan Lara Izquierdo, Antonio García Sánchez, ‘Antoñito el de la Comandancia’; Francisco García Sánchez, ‘Pacote’; Manuel Vélez Hidalgo y José Luis Álvarez Sevilla, conocido en la jerga marinera como el ‘Padre Gavina’, se suscitó una amena tertulia y Gonzalo Camacho Bolaños, conocido por ‘Pepito’ irrumpió en la conversación diciendo: Antes que don Ramón el único hombre de Iglesia que ha entrado en el bar ha sido don Juan José Bottaro.

    Interesado don Ramón, por lo que había comentado el dependiente del Bar ‘La Lucha’, quiso conocer a Bottaro y pidió a Juan Lara Izquierdo, que lo acercara a Jerez, al Convento de la Cartuja, donde se encontraba. Después de su primera visita ambos se comprendieron y la amistad perduró, visitándolo en bastantes ocasiones, hasta su fallecimiento en 1970. Es muy posible que de aquellos encuentros, el cura Ramón tuviera muy en cuenta para su pastoral los consejos del pintor, humanista y fraile cartujo, don Juan José Bottaro.

  4. Antonio Carbonell López

    Los límites de la nueva parroquia porteña en 1963, partían de los exteriores de la Plaza de Toros y transcurrían a través de la margen izquierda de la calle Valdés hasta la zona de Fuentebravía. Seguía por la margen derecha del río Guadalete, llamada la de esta banda, en la actualidad, Avenida de La Bajamar, hasta la calle Compositor Javier Caballero, Avda. Micaela Aramburu de Mora y Plaza del Castillo hasta la calle Comedias, finalizando en el encuentro de la calle Fernán Caballero con la Plaza de Toros.

    Es precisamente la relevancia del Castillo de San Marcos, en el entorno de la nueva feligresía de los hermanos Ramón y Antonio, la que hace que la Parroquia lleve el nombre de de San Marcos, que unen al de la Patrona de los marineros, el de Nuestra Señora del Carmen, sector desfavorecido al que la familia González Montaño siempre tuvo muy en cuenta.

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