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El Puerto de Santa María, su historia y hasta la más popular de sus devociones, están asociadas íntimamente a la figura y al recuerdo de Alfonso X "Rey de Castilla, León y de Andalucía". En efecto, El Puerto de Santa María fue poblada y organizada por Alfonso X a través de una serie de actuaciones que culminaron en la concesión a la Ciudad el 16 de diciembre de 1281 de una carta-puebla que puede ser considerada justamente como el texto fundacional de esta Ciudad, a la que el rey dio nombre de Gran Puerto de Santa María.

Estas consideraciones justifican sobradamente la creación de la Cátedra que lleva el nombre del monarca en 1998, en El Puerto de Santa María y con sede en el Castillo de San Marcos, que contiene entre sus muros la antigua mezquita transformada en iglesia por el monarca castellano, de la "Cátedra Alfonso X el Sabio".

Sus objetivos principales son el estudio y difusión de la personalidad, época y obra del más universal de los reyes hispánicos medievales. La actuación de la "Cátedra Alfonso X el Sabio" se manifiesta a través de la celebración bienal de una Semana de Estudios Alfonsíes y en la publicación de los textos allí presentados y de otros estudios en la revista Alcanate. Revista de Estudios Alfonsíes.

Como actividad permanente, la "Cátedra Alfonso X el Sabio" tiene la intención de establecer en el Castillo de San Marcos un Centro de Estudios sobre Alfonso X y la creación de una biblioteca especializada en  temas referentes al Rey Sabio y a su época. Para ello está en fase adaptación una casa aneja al castillo de San Marcos. La "Cátedra Alfonso X el Sabio" está abierta a la colaboración de todas las universidades españolas y extranjeras interesadas en participar en este proyecto, que cuenta con el generoso apoyo y mecenazgo de la firma portuense Luis Caballero, S.A., propietaria del Castillo de San Marcos.

JUNTA DIRECTIVA
La cátedra está presidida por Luis Caballero Florido, siendo su director Manuel González Jiménez y vocales Rafael Cano, Luis de Mora Figueroa y Luis Suárez Ávila.

PUBLICACIONES.
Las publicación  Alcanate. Revista de Estudios Alfonsíes,  de carácter igualmente bienal, actúa como libro actas de las Semanas Alfonsíes, pudiendo ser consultado su índice en esta página de internet:  http://www.institucional.us.es/dhmcthus/alcanate.htm

CONGRESOS CELEBRADOS.
La celebración de los congresos, todos ellos celebrados en nuestra Ciudad, tienen carácter de bienal.

  • VII Semana de Estudios Alfonsíes, «El arte durante el reinado de Alfonso X», del 15 al 17 de abril de 2010.
  • VI Semana de Estudios Alfonsíes: «Alfonso X en la historia del español», del 3 al 5 de abril de 2008.
  • V Semana de Estudios Alfonsíes: «Diversiones, juegos y magia en la corte de Alfonso X», del 20 al 22 de abril de 2006.
  • IV Semana de Estudios Alfonsíes: «Alfonso X en Europa», del 16 al 18 de diciembre de 2004.
  • III Semana de Estudios Alfonsíes, «750 Aniversario. Permanencia e Innovaciones». 12 al 14 de diciembre de 2002.
  • II Semana de Estudios Alfonsíes: «Alfonso X y las órdenes militares». , del 14 al 16 de diciembre de 2000.
  • I Semana de Estudios Alfonsíes: «Estudios y Saberes» 1998.

PREMIO DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA.
La Cátedra Alfonso X ‘el Sabio’, fiel a sus objetivos de promoción e impulso de los estudios relativos a Alfonso X, instituye el Premio ‘Castillo de San Marcos, de investigación en torno a la figura de Alfonso X, su época y proyección histórica. Tendrá carácter bienal y se convocará todos los años pares. La primera edición ha sido en 2010 y está dirigido a estudiosos, preferentemente en sus fases iniciales de investigación, interesados en la temática propuesta. El estudio presentado habrá de ser original, siendo posible toda perspectiva de acercamiento al tema --historica, literaria, artística, arqueológica, …--, siempre que el tratamiento de las fuentes utilizadas responda a las exigencias críticas y metodológicas de un auténtico trabajo de investigación. Mas información en la sede de la Cátredra.

Asociación Cultural ‘Cátedra Alfonso X el SAbio’.
Plaza Alfonso X el Xabio
E-11500 El Puerto de Santa María (Cádiz) España.
Correo electrónico: castillosanmarcos@caballero.es

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La Mota Ediciones es una cooperativa formada por los hermanos Guisado Hernández, Jesús y César y Tali Carreto, dedicada a la comunicación, promoción, publicidad, y producción de eventos. Los dos bloques en los que trabajan la mayoría del año son la revista Freek! y el festival Monkey Week. Gracias a ella se han posicionado como una de las empresas del sector cultural más representativas de Andalucía. La revista consiguió el premio a la mejor publicación joven en 2007 y el festival Monkey Week ganó en2010 el Premio al Mejor Festival del año concedido por la Unión Fonográfica Independiente que agrupa a la mayoría de sellos nacionales.

Jesús Miguel Guisado Hernández, nació en Madrid el 14 de Julio de 1975 (no llegó a conocer al dictador). Con un año y medio su familia se vino a vivir El Puerto. Es el hermano mayor, junto a Cesar. Sus padres le cuentan que dejó de llorar cuando entró la Democracia en España. Sus padres, Fulgencio y María del Carmen, son de un pequeño pueblo de la provincia de Ávila llamado Villanueva de Ávila. Vinieron por primera vez a El Puerto en el año 1974 para unas vacaciones. En aquella tiempos se tardaban 12 horas en coche desde Madrid a nuestra Ciudad. Entonces afirmaron que no volverían más por que estaba muy lejos. Dos años después acabaron instalándose aquí en Valdelagrana.. Y hasta la fecha. Estudió en el colegio Guadalete 5 años, luego en el Colegio Público. Valdelagrana en cuanto lo inauguraron y, posteriormente el bachillerato eneal Instituto Pedro Muñoz Seca.

¿Qué haría Jesús Miguel si fuera... Dios? “–Me iría de vacaciones”; … el Diablo? “–Me quedaría quietecito en el infierno”; …el presidente del gobierno? “—Volvería a la peseta”; … un cura? “—Colgaba los hábitos y me iba a Sudamérica, África o Asia a hacer lo que a Dios le importa”; … el alcalde? “—Sin dudarlo, su fuera el alcalde me volcaría en proyectos como el Monkey Week, je, je, je”.

Los hermanos Guisado, de pequeños en El Puerto.

Con Rober Englund (Freddy Krugger, Pesadilla en Elm Street) en el festival de cine de Sitges.

Comenzó su experiencia en el mundo laboral haciendo prácticas en la imprenta Fotocromía Lineal. Un año después fué elegido como Director de Arte de la revista de Arte Contemporáneo MU. En 2004, decide asociarme con sus actuales compañeros: su hermano Cesar y Tali Carreto y fundan la revista Freek! editada por La Mota Ediciones, de la que son propietarios. En 2007 deciden ampliar su espectro de trabajo y montar el primer Freek Fest. Dos años después dieron el gran salto a Monkey Week Festival.

Jesús, tocando con su grupo, Perro Peligro.

Jesús Miguel ha realizado, además, trabajos entre muchos otros para Interrviú, la Junta de Andalucía, Enrique Bunbury, y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.

Jesús, con un grupo de amigos, en la Plaza de Cristóbal Colón.

Viaja lo que puede. Sus dos mayores aficiones son su trabajo y disfrutar de mis amigos. “--Creo firmemente que en El Puerto hay muchísimo talento, tengo multitud de amigos que no han podido encontrar su lugar aquí por falta de trabajo en sus áreas. Muchos de mis auténticos amigos no han tenido la suerte de poder vivir aquí, me considero un privilegiado de poder trabajar en lo que me gusta y se hacer, sin vivir en una de las grandes ciudades de este país. Esperemos que la cosa cambie."

Cesar Guisado Hernández, capricornio, nació la Nochebuena de 1976, el 24 de diciembre, en Madrid. Su madre le contaba que aquella noche los médicos y enfermeras tocaban la pandereta y cantaban villancicos por los pasillos del Hospital mientras ella estaba de parto. Y como su hermano mayor Jesús, vivió las mismas experiencias en el seno familiar. Cesar estudió preescolar en el Colegio Sagrado Corazón, estudiando EGB en el Colegio Guadalete, hasta que abrieron el colegio público en Valdelagrana, en 5º de EGB. BUP y COU, al igual que Jesús, en el INB Pedro Muñoz Seca.

Tras estudiar en la Universidad de Cádiz y licenciarse en Filología Inglesa, pasó una corta temporada como profesor en una academia de inglés en nuestra Ciudad, trabajando como eventual con posterioridad en diferentes industrias metalúrgicas de la Bahía de Cádiz, algunas de ellas ilustre y ya extinta, que prefiere no mencionar.

Otra instantánea de Jesús y Cesar Guisado de pequeños.

Con Morgan Freeman, tras una entrevista para la revista Freek!

En 2004 se embarcó como ya se ha dicho con su hermano Jesús y Tali Carreto en la creación de la revista Freek! en la que, de editores para abajo, hacen de todo con la empresa que la sustenta: La Mota Ediciones, desde entonces y hasta el día de hoy continúan batallando para sacar adelante diferentes proyectos culturales como el festival Freek Fest en 2007 y 2008, Monkey Week 2009 y 2010 y la revista Freek!, todos ellos radicados en El Puerto.

Monkey Week 2o1o, en la Sala Milwakee.

¿Qué haría Cesar si fuera... un zombie? “--Cuidarme de los humanos que tienen mucho peligro cuando ven a un zombie”; …una estrella de Hollywood? “--Cargarme al zombie disparandole a la cabeza y pirarme a una isla desierta con la protagonista y guapa de la peli (pero al final nos pillan los zombies, como siempre...)”; …un militar? “--Me doy de baja o me retiro del tirón”; …un extraterrestre?: “--Pedirme un plato de langostinos y una botellita de fino La Draga, por ejemplo”;  …del sexo opuesto?: “--No se lo que haría pero tendría un lio en la cabeza del copón”.

Entre sus aficiones, los buenos amigos que le quieren de verdad, su trabajo, la música, el cine y, sibarita y anacreóntico: el buen yantar y mejor beber. La mayoría de los viajes que realiza lo son por cuestiones de trabajo, pero aún así siempre los disfruta. Destaca las inmensas posibilidades que tiene El Puerto para llevar a cabo proyectos culturales de envergadura que pueden servir para dar un gran impulso a la Ciudad.

FREEK FEST
El Freek Fest significó para los hermanos Guisado y su socio, Tali Carreto, el comienzo de una nueva era. “--Fue nuestra primera experiencia cómo promotores y ha sido la llave para hacer lo que hacemos ahora. No descartamos retomarlo, era una cita muy fresca para el verano portuense, pero esperemos que vengan tiempos mejores por que actualmente vemos muy complicado conseguir financiación y ayudas para el mismo”, afirma Jesús Miguel

MONKEY WEEK FESTIVAL
El Monkey Week supuso un salto cuantitativo en cuanto a la producción de eventos culturales. Todo comenzó con una reunión donde Enrique Bunbury les prestó su apoyo cómo figura pública para empezar a promover la idea de un gran evento internacional de la industria de la música indi. Actualmente con sólo dos años de existencia es la Feria Musical Independiente más importante en España, organizada con una ínfima parte del presupuesto con el que cuentan otros festivales similares. “--Es algo que debemos conservar, mimar y trabajar, por que podemos ver perfectamente que en unos años puede convertirse en un punto de referencia europeo”, abunda Jesús.

El Puerto de Santa María cómo ciudad juega un papel importantísimo en el éxito de la muestra. La gastronomía, su centro histórico, los recintos donde se celebran los conciertos, la hospitalidad de la gente acostumbrada a las visitas estivales, son una pieza fundamental para el éxito del evento. Y esperan que lo sea por muchos, muchos años.

Cesar, Tali y Jesús, los tres socios de La Mota Ediciones, editora de Freek! y orgaizadores del Freek Fest y del Monkey Week Festival.

EL MUNDO DEL PATROCINIO MUSICAL.
No trabajar en Madrid o Barcelona dificulta la labor de encontrar patrocinios, pero nuestros protagonistas creen firmemente en que han de permanecer en El Puerto de Santa María poniendo su granito de arena para impulsar la industria cultural, y en concreto la musical, en la zona. “--Estamos viviendo unos momentos confusos y no sabemos donde puede desembocar todo esto. Notamos muchísimo los recortes de las empresas. Es válido afirmar que casi nos costó menos trabajo conseguir nuestros primeros patrocinios para Freek Fest que conseguir las ayudas para Monkey Week. Esperemos que pase esta etapa convulsa y podamos disponer de más recursos para hacer que Monkey Week crezca, pero somos conscientes de que ninguna casa se construye por el tejado”.

Actuación pública en la Plaza del Castillo. Monkey Week 2009. (Foto: Pony Bravo).

Son sinceros y se confiesan: “--No se está aprovechando la riqueza que se puede generar en la provincia de Cádiz y en concreto de la mancomunidad de la Bahía de Cádiz. no existen muchos núcleos de población como un potencial tan grande como éste. Esperemos que los políticos se pongan las pilas al respecto”.


Usted habrá comprobado por las estadísticas que el paro crece; que el paro decrece; que el paro se estabiliza. Total, lo que le dicen. Y usted lo creerá o no lo creerá. La verdad es que, desde que Chaves dice no se limpia los zapatos, el paro va a más. Si viviera el bedel Correas que, en el Club de Derecho de Sevilla padeció a Chaves y a otros muchos, le podría contar a Vd. qué clase de señoritingos del pan pringado eran, por los años sesenta, estos, hoy, servidores preclaros de la Patria. Pero lo más grave es que Chaves afeó a Arenas el que contratara a un limpiabotas para el aseo de sus zapatos y que fuera sorprendido por tal cual avispado fotógrafo de prensa en plena faena y en plena  campaña electoral. Chaves apostilló: "A mí nunca me han limpiado los zapatos". Eso, además de ser mentira, porque yo lo sé de ciencia propia, es una maniobra desestabilizadora del empleo, aunque sea un empleo precario y sumergido.

Al igual que publican --y con gran éxito-- libros sobre las "salidas" de las carreras para estudiantes desesperados y en trance terminar o haber concluido ya sus estudios, debiera de haber algún autor o algún organismo que se preocupara de sacar a la luz un libro sobre actividades ingeniosas y con porvenir, en trance de perderse.

Los palmitos, las tagarninas, los espárragos trigueros, los caracoles... ya no son objeto de ese "ius usus innocui", consuetudinariamente consagrado, como el rebusco en la viña, en los garbanzales o en los olivares. Ya los palmitos, los espárragos, las tagarninas, los caracoles, los higos de tuna y hasta los camarones nos vienen de Marruecos. Tenemos aquí un complejo de nuevos ricos, desde que el P.S.O.E. nos ha colocado en el mercado europeo, que nos está manteniendo en esa situación de gente bien, venida a menos, que no tiene redaños para confesarse pobre de solemnidad.

¿Quiere Vd. creerme si le digo que, en El Puerto, no hay, hoy en día, un solo limpiabotas? Pues no, no lo hay. (No lo había en 1994, ahora tenemos a José Serrano, Serranito, en la imagen de la izquierda).

En Sevilla, en el Bar Laredo, hace una semana, me cobraron quinientas del ala por adecentarme los zapatos y con todos los avíos: cepillado previo, dandi ( fabricado artesanalmente con anilina, goma tragacantos y agua del grifo [se advierte que algunos desaprensivos, no profesionales, le añaden algo de alcohol, que produce, al cabo del tiempo, grietas en la piel del zapato]), aplicación con los dedos de crema de cera (traida de Portugal, porque aquí, con los adelantos, ya se han perdido aquellas cremas "Tractor" o "Eclipse" tan puras en ceras vírgenes), cepillado a dos manos y lustrado con la bayeta de gamo. Como debe ser.

Pues este pequeño placer no te lo puedes permitir en esta Ciudad [de Historia, Turismo y Congresos]. Y no es que a uno le guste tener a un congénere arrodillado ante sí, realizando un trabajo servil. Nada de eso. El trabajo de betunero es una especialidad a la que no todo el mundo tiene acceso. ¿A que ni  Vd., ni  su santa esposa, ni  su criada de toda la vida son capaces de dejar unos zapatos tan lustrosos como un limpiabotas? El secreto está en la especialización. Cuando nos demos cuenta de que estamos en Europa, nos apercibiremos que lo necesaria que es la especialización.

Aquí, como digo, no hay quien pueda utilizar, hoy por hoy, los servicios de un honrado betunero. Y no por falta de tradición.

Sin remontarnos muy lejos, Vd. recordará los gloriosos nombres de "El Caneco", "El Tigre", "Calla-calla", "Dominguito", "El Quico", "El Mudo" o "El Lustre", por poner unos ejemplos. Usted recordará, sin duda, el salón de limpieza de calzado y la zapatería de Roque. Vd. recordará a Camacho que, solamente ejercía de limpabotas los domingos, porque el resto de la semana trabajaba en Haüpold. (Antonio, el Caneco, en la imagen de la izquierda).

Pues estos honrados profesionales mantenían  el calzado brillante a los portuenses y, además de revenderles lotería o tabaco, ellos --y los barberos-- tenían informada a la población de todo aquello que no podía publicarse ni en la "Revista Portuense", ni, luego, en "Cruzados" o en "La Voz de la Bahía". Item más, algunos, como "El Caneco", "El Tigre" o "El Mudo" dieron rienda suelta a su afición taurina, participando, gloriosamente, en festivales benéficos en nuestra Plaza de Toros. Juntos y por separado, dejaron muy alto el cartel de su torería, con "Cándida La Negra" pidiendo las llaves del toril, montada en un burro, a la presidenta, que no era otra que "La Farfolla", acompañada por preciosas señoritas, de la raza "calé",  naturales de las calles Lechería, Rosa y Santa Clara.

Vd. recordará a "El Tigre" vestido de "hombre hierba", sobre un pedestal, en el platillo de la Plaza, quieto como "Don Tancredo", forrado de hierbajos, salir de estampida cuando la vaca empezaba a dejarlo al descubierto después de engullir y rumiar su forraje verde. Vd. recordará a "El Tigre", esperando a porta-gayola al toro, vestido con un baby de crudillo y la máquina de fotos al minuto, prestada por Cuellar, con su cubito y su pañito,y, al punto, verla toda hecha añicos por el fiero animal.

Joaquín Zapata 'el Tigre', en su versión de 'El Hombre de Hierba', suerte por él inventada. Festival del 7 de enero de 1940.

Vd. tendrá memoria de "El Caneco" y de "El Mudo" dando lances irrepetibles, junto con "Cagancho" o "Moroncillo".

El Tigre, a la izquierda y El Chumi, a la derecha --desconocido el personaje del centro-- ante la puerta del Hospitalito, en la calle Zarza esquina con Ganado.

Pues "El Tigre", "El Caneco", "El Mudo", "El Quico" (cuya fotografía aún puede verse colgada en la taberna de Pedro "El de Los Majaras"), "Calla-calla" (todavía vivo, a pesar de sus muchos años y dolorosamente ciego), "Dominguito" (jorobado del que no he dicho, al presente,  que debe su renombre nacional a haber salido en "El Caso" con ocasión del asesinato de su hermana Antoñita a manos de "El Arropiero") y "El Lustre" (antiguo lugarteniente del general Miaja, en el bando republicano, durante la Guerra Civil), no solo mantenían su ambulante negocio en el Bar Central, en La Fuentecilla, en La Perdiz, en El Continental, en el Puerto-Bar, en La Granja, en La Liga y en los Casinos Portuense, de Labradores y el Mercantil, sino que giraban visita profesional a casas y escritorios de bodegas para dejar a sus clientes  con los zapatos más límpios que un espejo.

Calle Larga, engalanada para las fiestas a principios del siglo XX. A la derecha tienda de limpieza de  calzado, donde mas tarde se instalaría la zapatería de Roque y hoy hay una pequeña tienda de ropa;  en frente, donde hoy está el ‘Café di Roma’,  el Casino Portuense. (Foto Centro Municipal Patrimonio Histórico).

"El caballero elegante, lleva el calzado brillante"; "No creas que la elegancia empieza en el sombrero; empieza en los zapatos que te limpia el betunero". Así pregonaba "El Lustre". "El Lustre" se las daba de poeta. Tan es así que en los primeros Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad presentó un poema que decía: "De España salió Colón/ con rumbo desconocido/ y al llegar al Ecuador/ dijeron todos a una voz:/-Mira, señor, un lantisco". La verdad es que, como él argumentaba y puede verse en la magnífica construcción del original poema, no se llevó la flor natural, por sus ideas políticas y porque, como España estaba como estaba, antes de la democracia, el premio se lo dieron a Eduardo Gener Cuadrado, poeta y almirante, afincado en Puerto Real.

El Bar Central --hoy un edificio nuevo sede del Banco de Andalucía-- en la confluencia de las calles Luna y Larga. 23 de febrero de 1978. (Foto: Archivo Municipal).

Sus temores tenía "El Lustre" en la España de Franco. Su militancia comunista le tenía un poco asustado. Yo no sé quien le dijo que José Manuel Almagro era Fiscal del Tribunal de Orden Público que venía a investigar las responsabilidades de sangre del bando republicano, cuando la guerra. El caso es que , cuando José Manuel venía de vacaciones de verano --estudiaba Económicas en Madrid- y asentaba sus reales en el Bar Central, "El Lustre" no aparecía por ese bar y merodeaba otros hasta que, a finales de septiembre, se le acababan las vacaciones a José Manuel. Entonces "El Lustre" respiraba. Pero José Manuel Almagro, del asunto, no sabía nada.

Los demás betuneros, nada versados en versos, se limitaban a acercarse al personal y ofertarse respetuosamente: "Se limpia el calzado, caballero". Excepto "El Mudo" que te señalaba  los pies y hacía un sonido así: "mun, mun, mun". El mismo sonido con el que, sacándose del bolsillo tabaco de contrabando o lotería, los ofrecía a los parroquianos.

Sin embargo, "El Caneco" era un hombre genial. Daba su vueltecita por bulerías, cantaba saetas y romances, disfrutaba de la amistad de todo el mundo e incluso abrazaba, cuando lo encontraba por la calle, al Secretario General del Excmo. Ayuntamiento, Don Federico Sánchez-Pece, diciéndole: "--Don Federico de mi arma, mi niño Antonio..., mi niño Antonio..., mi niño Antonio..." y alababa las cualidades de su hijo.  (En la imagen de la izquierda, otra fotografía de 'El Caneco').

"El Quico" era hombre muy aficionado al Carnaval, muy colorado, dicharachero y jovial. Murió joven.

"Dominguito" tenía la especialidad de batir los cepillos a dos manos y recogerlos después de haberlos tirado por alto.  Cuando se cansaba de andar por los bares, recalaba por el escritorio de Osborne, donde, además e limpiar zapatos, hacía los más peregrinos mandados a los escribientes: desde irles a pagar una letra o cobrar un cheque, hasta comprarles los periódicos.

El que era un hombre enfermizo de toda la vida, siempre asmástico, era Antonio "Calla, calla", pero los ha sobrevivido a todos. Todavía se le puede ver por ahí, de cuando en cuando, ciego, apoyado en el brazo de su mujer. Durante un tiempo vendió cupones de la O.N.C.E.. Ahora vive jubilado. Que sea por muchos años.

La gente es tan original que, al cerrar la zapatería y salón de limpieza de calzado de "Roque", por jubilación de Miguel, han puesto una boutique. La casa de Roque era un lugar en que se pecaba. Pero se pecaba venialmente contra el octavo mandamiento de la Ley de Dios. Yo, donde he oído más mentiras en toda mi vida ha sido en casa de Roque, mientras me limpiaba los zapatos. Y ocurrencias: lo que no se le ocurría a Roque, padre, se le ocurría a Miguel, hijo, mientras Serafín, que remojaba y batía las suelas para coserlas, lo presenciaba todo, sentado, al lado de la izquierda, en su banquillo, callaba y reía socarronamente cerrando la boca, huérfana de dientes, hasta darse con la barbilla en la punta de la nariz. (En la imagen de la izquierda, el desaparecido zapatero Miguel Morales Augusto, 'Roque').

Un fenotipo, totalmente distinto, subespecie del pícaro de los siglos áureos, era el gitano trashumante que, en tiempo de feria, aparecía con su caja. Si te descuidabas, además de dejarte los zapatos hechos trizas, te ponía unas herraduritas, unos virones, unas tapas y hasta unas medias suelas y todo ello, sin pedírselo, en un santiamén, para luego exigirte y de malos modos, un capital por sus servicios. Pero eso, siempre con un zapato en la mano. De manera que, o le dabas lo que te pedía, o tenías altercado.

Y, como siempre, los guardias por otro lado. ¿Habrá cosa más inútil que limpiarse los zapatos en la feria? Pues había quien se los limpiaba y no por exceso de pulcritud, sino por exceso de vino. Así, esos gitanos trashumantes, andaban a sus anchas.

Pero volvamos a los honrados betuneros portuenses. Los primeros en sucumbir fueron "El Tigre", "El Mudo" y "El Caneco". Le siguió "El Quico" y , luego, "Dominguito" y, así, se fue extinguiendo el contingente humano de la profesión.

Al cabo de los años, apareció un hombre, de raza gitana, procedente de Granada que pululaba del Bar Buenavista" al "Bar Trevi". Un buen día se supo que marchó a su tierra y que no volvió más.

José Serrano 'Serranito', en plena faena de limpiar el calzado, en la calle Larga, en las mesas del Bar Vega. (Foto: A. Gaitán Fariñas).

Desde entonces, nada. Han faltado vocaciones. Porque, para ponerte de rodillas a darle al cepillo y dejar los zapatos de cada quisque como los chorros del oro hace falta vocación y entrega. El caso es que no han salido nuevos betuneros y la gente se conforma con las esponjitas que venden en los hipermercados o los aplicadores de crema --con lanolina-- que ni necesitan cepillar. Y al cabo del tiempo los zapatos tienen costra y se tiran. Porque el secreto bien guardado de los betuneros era poner crema y quitarla a fuerza de cepillo. Hoy, como el consejo autonómico es no limpiarse los zapatos y consumir productos andaluces, lo que comemos viene de Marruecos y los limpiabotas no existen. (Texto: Luis Suárez Ávila). Escrito  en el año 1994.

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“Arco de la Santísima Trinidad y Ermita de los Caminantes”. Óleo sobre tabla. 50×70 cms. Anónimo. Donado por Valerio Marín a la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia. Aquí se construirá el monumento al Sagrado Corazón.

El año 1927 se inició con un acontecimiento social y religioso de gran transcendencia: la bendición del monumento al Sagrado Corazón, instalado en la entrada principal de la Ciudad, en el vértice de un triángulo imaginario que forman las calles Cielos y Larga, punto de nacimiento de ambas calles, dos de las principales arterias del casco histórico de nuestra ciudad.

Corazón de Jesús entronizado. Acto de recepción en el Salón de Plenos del Ayuntamiento al Gobernador Civil, Santiago Guillén Moreno. Lo recibe la Corporación Municipal bajo mazas, en presencia de clarineros, maceros y guardia de gala. En la presidencia el alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. Año 1962. (Foto: Juman. Archivo Municipal).

Previamente, se había celebrado la solemne ‘entronización’ de la imagen del Corazón de Jesús en el edificio de la Casa Consistorial, es decir la colocación de una efigie con esta advocación en lugar destacado y preferente del ayuntamiento el día 1 de enero, imagen que actualmente se encuentra en el patio de acceso a la iglesia de San Francisco.

La Plaza de los Jazmines, sin el monumento. A la izquierda, la Capilla de los Caminantes, en la esquina del Paseo de la Victoria. (Foto Colección: Mata).

La Plaza de los Jazmines, con arbolado en el lugar del monumento. (Foto: Colección Mata).

El monumento al Corazón de Jesús, con las palmeras washintonias recién plantadas, conservando aún las rejas que protegian el monumento. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

La base del monumento se ampliaba con una breve escalinata cuadrada en cuyo perímetro se extendía una reja de hierro, artísticamente forjada y actualmente desmantelada, completando el exorno urbanístico del rincón unas incipientes palmeras, algunas de las cuales  --83 años después-- han caído o se encuentran gravemente enfermas y otras se mecen como guiones que escoltan, esbeltos y majestuosos, ese símbolo local de la religiosidad de otras generaciones que nos precedieron.

Día de la inauguración, con procesión extraordinaria de la Patrona. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

Y el día 2 de este mismo mes se organizó una procesión extraordinaria con la imagen de la Patrona al lugar donde el Apostolado de la Oración había levantado un hermoso monumento de mármol blanco de los denominados ‘Triunfos’ compuesto por una amplia base rectangular sobre la que se elevan cuatro pilastras o columnatas unidas entre sí que sustentan la imagen del Sagrado Corazón, en actitud bendicente.

El acto fue multitudinario y brillante a pesar de la ausencia de diversas autoridades invitadas. El obispo de Cádiz, Marcelo, excusó su asistencia alegando estar delicado de salud y los alcaldes de las ciudades vecinas de Jerez, Rota y Puerto Real que habían sido invitados, igualmente, declinaron su asistencia, enviando un representante el de Puerto Real, tan solo. El pueblo si que asistió, llenando las azoteas y los balcones de las casas colindantes, y todo el perímetro de la antigua plaza de los Jazmines, rotulada en esa fecha con el nombre del escritor nacido en El Puerto, Javier de Burgos. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

Agustín Vela Mariscal y Carmela Durán, ante el monumento del Sagrado Corazón, en la Plaza de los Jazmines, camino de la Feria y Velada  situada en el Paseo de la Victoria, con parte de los hijos, a principio de la década de los sesenta del siglo pasado. (Foto: Colección María Jesús Vela).

El mamotreto existente -Edificio Carabela- en el lugar donde estuvo la Casa de Martínez de Pinillos. Inexplicablemente se autorizó en 1989. La foto es en la actualidad. (Foto Vicente Utrera – Alberto Trigueros).

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Primera Cabalgata de Reyes Magos. Plaza de Toros. Carrozas. Año 1928.

Reyes Magos en el Asilo de Huérfanas, de la calle Cielos. Leyendo la misiva, Vicente González Lechuga (Melchor), a su derecha Felipe Bononato Saez (Baltasar) y a su izquierda Basallote (Gaspar). Junto al árbol y detrás de la columna, Manuel Camacho Cala, capataz de Osborne. Detrás de Melchor, con gafas y un niño sentados, Francisca Lechuga Camacho y el niño es Carlos Benjumeda Arrobas. Subido en una silla a la derecha hay un niño con gafas, Antonio Benjumeda Arrobas, a su lado detrás, Vicente González Bruzón. Mientras Melchor leía el mensaje real, Carlos Benjumeda decía «--Este rey tiene la misma voz que tío Vicente». Año 1965.

Factura emitida por el Almacén de Juguetería y Bisutería ‘El 95’ de Jerez, por valor de 22.754,65 pesetas, enviado mediante la agencia de transportes porteña’Vda. de Requejo’, girada a la Comisión Cabalgata Reyes Magos, con sede en la Academia de Bellas Artes. Entre el diverso material se encontraban: arcos y flechas, trompetas doradas, recogedores y escobas, pelotas de plástico con red, cajas de juego de café, pistolas, sombreros cowboy, pistoleras, estuches colegial, muñecas pillinas, raquetas largas, cajas de lotería, juegos reunidos, corazas pretorianas y de Carlo Magno. Y como obsequio enviaron: tubos de polvos pica pica, cajas de bolsas fétidas, botes de fluido glacial y cajas de cerillas explosivas. 22 de noviembre de 1966.

Un año se produjo un lapso en la Cabalgata de Reyes, que no se organizó ni por la Academia de Bellas Artes ni por el Ayuntamiento. Quizás pertenezcan estos reyes ‘oficiosos’ a ese momento. ¿Quizás a finales de los sesenta del siglo pasado? La ilusión, a pesar de todo, continuaba…

Reyes Magos en el desaparecido campo de fútbol 'Eduardo Dato'. Fernando Gago , que actuó como presentador, sostiene el micrófono a SS.MM. 5 de eneero de 1971

El diestro José Luis Galloso, rey Melchor en la Cabalgata. Año 1973. (Foto Rafa. Archivo Municipal).

El cartero real, encarnado por Javier Thuillier, con sus correspondientes pajes, encarnados por Juan Caamaño y Ángel Lara, en una abarrotada Plaza de Toros. En el burladero podemos observar al médico de la plaza y presidente de la Asamblea Local de la Cruz Roja, Joaquín Muñoz Bela. La instantánea es del 29 de diciembre de 1974 (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Los Reyes Magos de Oriente, en la Adoración al Niño en la fachada de la Iglesia Mayor Prioral. De izquierda a derecha, Felipe Bononato Saez (Gaspar), el guardia municipal Carrasco, José María Morillo Sánchez (un joven rey Baltasar con apenas 17 años), Luis Suárez Ávila (Melchor), José Lucas Morillo León, y el arcipreste de la ciudad, Manuel Salido Gutiérrez. (Foto Rafa. Colección Felipe Bononato).

Los Reyes Magos del año 1977. ¿Algún lector nos puede indicar sus nombres? (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

De izquierda a derecha, Rafael Corzo Gamaza (Gaspar); Francisco Sordo de la Torre (Melchor); y Juan Diaz Sara (Baltasar), los tres pertenecientes a la Hermandad del Dolor y Sacrificio. Detrás de Gaspar,  Rafael Sevilla López y sentados Juan Manuel Martín Vélez y Enrique Pedregal Valenzuela. Desconocemos el nombre de la Pastora Mayor de la Navidad con Amor que aparece sentada a la derecha. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Interior del Castillo de San Marcos. Melchor será encarnado por el desaparecido empresario Pepe Besteiro, su mujer Mercedes, su nieto Francisco y Milagroas, la mujer de Manuel Ganaza. Le acompañan, también, los hermanos González Lechuga, y sus respectivas cónyuges, . Año 1995.

Imagen de la Primera Cena de los Reyes Magos, celebrada en la Bodega San José. Por cierto que para este primer trimestre de 2011 la Asociación de los Reyes Magos retoma su programa habitual de actividades, tras el paréntesis de estas Navidades. Año 2009.

Etiqueta de Coñac [sic] Reyes Magos. ‘Melchor’. Bodegas Sánchez-Cossío. (Colección JMM).

Etiqueta de Jerez Reyes Magos. ‘Gaspar’. Amontillado Fino. Bodegas Sánchez-Cossío. (Colección JMM).

Etiqueta de Coñac [sic] Reyes Magos. ‘Baltasar’. Bodegas Sánchez-Cossío. (Colección JMM).


SS. MM los Reyes Magos de El Puerto en GdP

157. Noche de Reyes.
500. Los Reyes Magos. Entrega de Coronas 20089/2010
518. Los Reyes Magos de El Puerto (II)
886. Los Reyes Magos de El Puerto (III)

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Dieciséis de noviembre de 1936. Los Junkers alemanes de la Legión Cóndor se ceban con Madrid. Las bombas alcanzan al Museo del Prado. El presidente de la República, Manuel Azaña, decide que ha llegado el momento de completar la evacuación de la obra iniciada tímidamente bajo la dirección de Rafael Alberti. Puede haber más repúblicas o incluso regresar la Monarquía, pero un tesoro como éste sólo hay uno. A los pocos días comienza el largo viaje que acabaría con la llegada a Ginebra en febrero de 1939 de más de 20.000 obras maestras. Esta formidable aventura, que contó con involuntarios protagonistas de la talla de Rembrandt, Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens o El Greco, podría haber sido escrita por el mejor guionista de la más insuperable película de suspense.(En la imagen, el poeta, que contanba entonces con 34 años).

Documento de Audio de RNE, incluye voz de Rafael Alberti relatando los hechos.

El vídeo es un fragmento del documental "Las Cajas Españolas" que recoge estos acontecimientos, dirigido por Alberto Porlán en 2004

Pese a haber transcurrido más de setenta años de aquello, lo ocurrido con los fondos del Prado durante la guerra ha sido poco tratado por los historiadores. Como en un extraño pacto de silencio de todas las partes implicadas. Salvo el historiador Arturo Colorado Castellary (Huelva, 1950) que ha reconstruído el relato en Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil (Ed. Cátedra), al tiempo que un documental, Salvemos el Prado, realizado por Alfonso Arteseros, añade luz sobre el periodo con declaraciones de testigos y protagonistas de la aventura.

La historia, desde luego, cuenta con todos los ingredientes. Un total de 71 camiones trasladaron a Valencia las joyas del Prado (a las que se sumaron otras de El Escorial, la Academia de San Fernando, el Palacio Real o el palacio de Liria). De ahí, a Barcelona y Figueras. Al fin, el tesoro quedó a salvo al otro lado de la frontera junto con los miles de españoles ateridos por el frío y confundidos por el hambre en 1939, en aquel despiadado invierno del exilio.

El destino de los cuadros corrió paralelo al del Gobierno de la II República. Y siempre estuvo bajo control directo del presidente. "Debajo de nuestro comedor estaban los Velázquez", escribe Azaña en el castillo de Peralada ya en los días finales de la caída de la Cataluña republicana. "Cada vez que bombardeaban en las cercanías me desesperaba. Temí que mi destino me hubiera traído a ver el museo hecho una hoguera. Era más de cuanto podía soportarse".

AGOSTO DE 1936.
Todo había empezado en realidad en agosto de 1936, cuando el Museo del Prado hubo de cerrar sus puertas al público. Las obras más importantes fueron descolgadas. Cubiertas con mantas y plásticos, ocuparon la parte baja del edificio, junto a otras requisadas por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, que presidía Timoteo Pérez Rubio, protagonista también inesperado de la operación de salvamento del museo.

Salas bombardeadas del Museo del Prado en noviembre de 1936.

Alfonso Pérez Sánchez, que fue director del Prado durante ocho años, se pregunta en el prólogo del libro sobre la necesidad de la operación vista con la perspectiva del tiempo. Su respuesta es contundente. Los bombazos caídos sobre el palacio de Villanueva en los primeros días de la guerra ya justificarían la decisión. Aunque ésta tuviese que tomarse en medio de unas condiciones que la desaconsejaban. Y contra la propaganda fascista, que extendió la idea de que si los cuadros salían sería para ser cambiados por armamento. Pérez Sánchez concluye que el viaje no sólo fue imprescindible, sino que todos los españoles tienen una deuda moral pendiente con los responsables de la operación.

La precaria salida de las primeras obras, organizada por Rafael Alberti, prosiguió con las máximas garantías posibles entre abril y mayo de 1937. Las bombas que alcanzaron el Prado en noviembre de 1936 habían sonado a estruendoso ultimátum.

El transportista Macarrón se encargó del embalaje de miles de piezas, recubiertas con cartón impermeable y empaquetadas a bordo de camiones que viajaban a 15 kilómetros por hora. En Valencia, las obras se instalan en las Torres de Serrano, una auténtica fortaleza. A finales de 1937, el avance de las tropas nacionales fuerza a un nuevo traslado.

Torres del Serrano en Valencia.

El Gobierno se muda a Barcelona y Azaña decide que la caravana artística le acompañe a Cataluña. El castillo de Peralada, a 10 kilómetros de la frontera, y la mina de talco de La Vajol son los últimos escondrijos para el tesoro.

En febrero de 1939 Cataluña está a punto de caer ante el empuje de la Legión Cóndor, por lo que hay que organizar la salida bajo la protección de los países democráticos. El pintor catalán José María Sert se pone a ello. El 2 de febrero se firma el Acuerdo de Figueras. En Francia, las obras son trasladadas en tren. Cuando, tras su entrada en Ginebra el 13 de febrero de 1939, los operarios que abrieron las 572 cajas del tesoro, custodiadas en el palacio de la Sociedad de las Naciones, respiraron aliviados. Los 45 velázquez, 138 goyas, 43 grecos seguían allí con el resto del tesoro.

Al poco de comenzar la guerra, el Gobierno de la República nombró al pintor y cartelista valenciano Josep Renau director general de Bellas Artes. Al frente del Museo del Prado colocaron a un ya célebre Pablo Picasso. Rafael Alberti quedó al cargo del Museo Romántico. Pero el verdadero protagonista de esta historia fue el pintor Timoteo Pérez Rubio, elegido para presidir la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico. (En la imagen de la izquierda, Timoteo Pérez Rubio).

De los tres nombramientos, este último fue, en realidad, el más importante. Renau tuvo una actuación relevante durante la etapa en la que las obras estuvieron en Valencia, pero la relación de Picasso con el museo fue inexistente. Desde París animó a Pérez Rubio a usar su nombre como aval para las gestiones internacionales que hubiera que emprender. "Puedes hacer ver que somos amigos desde la infancia. O hermanos. Lo que quieras. Utilízame para lo que consideres necesario".

Pérez Rubio, casado con la escritora Rosa Chacel, se preparaba para partir de veraneo cuando estalló la guerra. Conducía un coche rumbo a la sierra para alquilar unas habitaciones en El Paular, en busca de nuevos paisajes, cuando les interceptaron el paso. La guerra había estallado y Pérez Rubio, sin adscripción política, se ofreció para lo que fuera. Sin él, el largo viaje del Prado no hubiera sido posible. Como dijo su mujer, Rosa Chacel, "hizo la guerra defendiendo el tesoro artístico español". (En la imagen de la izquierda, Rosa Chacel).

Ante el creciente ritmo de bombardeo, el día 3 de diciembre la escritora comunista María Teresa León (compañera de Rafael Alberti) es designada responsable de la evacuación a Valencia de las obras. Para ello se presenta en el museo, junto con Rafael Alberti, para acelerar los transportes de obras a Valencia.

El día 10 gestiona un convoy que transporta el cuadro de Las Meninas. Al llegar al puente de Arganda, está a punto de producirse un desastre: la estructura superior del puente es inferior a la altura de la carga de los camiones. Se detecta a tiempo pero han de descargarse y pasar la carga a mano al otro lado del puente. No resulta fácil, ya que algunas de las cajas son tan altas y pesadas que, incluso con la ayuda de rodillos, se necesita la fuerza de varios hombres.

Desde su casa de Madrid, María Teresa León y Rafael Alberti (en la imagen superior) siguen sobre al mapa todo el camino del convoy durante la noche. Los miembros de la expedición tienen orden de llamar desde cada población importante por la que pasen. Finalmente, a la 7 de la mañana los cuadros llegan a Valencia. La experiencia angustiosa del convoy disuade a la pareja de seguir al frente de tal responsabilidad.

Por ello, será la Junta de Defensa del Tesoro quien se encargue a partir de ese momento. Ante el gran número de piezas a trasladar se considera la posibilidad de desmontar las telas de sus bastidores y enrollarlas en cilindros, pero el riesgo que representaría para las capas de pintura hace desestimar la idea.

Finalmente se decide construir una resistente caja de madera para cada pieza, protegiendo la superficie pintada con guata y cartón y encajando el cuadro a la caja mediante almohadillas. Para evitar los golpes al cerrar la caja, las tapas se atornillan. También se aplicará a las cajas una capa de barniz de receta propia con altas propiedades ignífugas.

Conseguir los camiones de transporte tampoco será fácil. Las necesidades de la guerra imperan y los camiones son imprescindibles para el frente. Una vez logrados se cargan las cajas con el eje mayor en el sentido de la marcha y se cubren con telas embreadas. Algunas cajas son tan grandes que requieren del montaje de estructuras de madera sobre la caja del camión para afianzarlas con seguridad.

El camino tampoco es fácil. El estado de las carreteras, ya malo antes de la guerra, es ahora peor. El tráfico de vehículos pesados, la falta de mantenimiento, los ataques de la aviación y la artillería las han convertido en una dura prueba para un transporte tan sensible. ?Por el camino nadie puede estar seguro de que no serán atacados por francotiradores o aviones, ni de la disponibilidad de mecánicos, repuestos o gasolina. Por otro lado, cada pueblo, partido o sindicato tiene sus propios controles de carretera, cosa que ralentiza enormemente la circulación de los convoyes del tesoro artístico. Los controles son improvisados, por lo que varían de un día a otro. Por otro lado, los milicianos que los controlan, muchas veces no saben leer pero reconocen las fotografías y los emblemas políticos. No obstante el acompañamiento del convoy por parte de militares de la república acostumbra a facilitar las cosas.

De todos modos, el tiempo es importante, pero se sabe de entrada que el camino será largo. No en vano se ha fijado como velocidad máxima la de 15 Km/h por motivos técnicos y de seguridad, por lo que cada envío tarda unas 24 horas en llegar a Valencia.

En Valencia la Iglesia del Patriarca es uno de los lugares escogidos para almacenar las obras. El otro edificio seleccionado es las Torres de Serranos. Un edificio de origen gótico que constituía una de las puertas de la muralla de la ciudad. Las Torres se consideran tan apropiadas que se decide almacenar en ellas lo más selecto del tesoro.

Para adecuarlo a tal fin, se construye, bajo la dirección del arquitecto del Prado José Lino Bahamonde, una bóveda de hormigón armado de 90 cm de grosor sobre el suelo del primer piso destinada a evitar que las obras de arte, alojadas en el piso más bajo, sufrieran daños en caso de bombardeo y derrumbe del edificio. Sobre esta bóveda se acumuló un metro de cáscara de arroz (destinada a actuar como amortiguador) y, sobre ella, un metro y medio de tierra. En el segundo piso se acumuló otro metro y medio de tierra y la terraza fue cubierta con sacos terreros. Finalmente, y para evitar posibles daños por metralla, las caja fueron protegidas con muretes de cemento perforados para aliviar la presión de una eventual onda expansiva. Además, se instaló un sistema automático de control de la humedad y de la temperatura.

La concentración del tesoro en Valencia obliga a reorganizar las operaciones. Así, se crea la Junta Central con sede en Valencia y Juntas Delegadas en cada provincia. Como presidente de la Junta Central se nombra a Timoteo Pérez Rubio, quien ocupará el cargo hasta más allá del final de la Guerra Civil. José María Giner Pantoja será su mano derecha.

Mientras, la Junta delegada de Madrid prosigue con su labor de recuperación de obras de arte con el depósito de San Francisco el Grande a rebosar. Al Museo Arqueológico llegan sin cesar nuevos materiales a la par que va creando de la nada a su propio equipo. Desde conductores a restauradores, pasando por personal de oficina, cada uno de ellos se convierte en un experto en su campo. No en vano, nadie ha colaborado antes en un proyecto de tales características.

Al frente de la Junta delegada se pone Roberto Fernández Balbuena que incorpora al equipo al erudito Manuel Gómez Moreno y a sus hijas María Elena y Natividad.

Desde Valencia, la Junta Central sigue pidiendo obras a Madrid a un ritmo que la Junta delegada no puede mantener. Los cuidados en la construcción de las cajas y su transporte así lo requieren. Además, hay algunas obras cuyo estado desaconseja el traslado pero el Gobierno considera que corren más peligro en Madrid y se ordena su traslado.

En Marzo de 1937 Sánchez Cantón encuentra una bomba en el techo del Prado pero no lo comunica a las autoridades para evitar que ordenen la evacuación total y definitiva del Museo.

Protección en el Museo del Prado.

Durante los preparativos de la Exposición universal de 1937 de París, se decide enviar 150 obras maestras para que sean expuestas. Esta idea provoca un debate entre el Gobierno que finalmente decide que ningún cuadro saldrá de España pese a que todo está organizado y Pérez Rubio y sus ayudantes llevan semanas seleccionando las obras y la mejor ruta.

Esta situación alimenta el rumor de que un aparte del tesoro se encuentra ya en Francia. En este sentido, Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum escribe una carta en el diario The Times, redundando en esta idea y preguntándose por qué el Gobierno de la República no informa de las medidas adoptadas para la protección de tesoro artístico. El Gobierno republicano recoge el guante a través de Pablo de Azcárate, su embajador en Londres, quien publica otra carta en The Times invitando a Kenyon a trasladarse a España y comprobar el estado de las obras.

En agosto, Kenyon se traslada a España y es recibido por Pérez Rubio y Giner, e inicia su visita por la iglesia de San Francisco el Grande acompañado de James Gow Mann, director de la Wallace Collection. Vienen de Cataluña y, lo que han visto allí, ha empezado a cambiar su punto de vista.

Sir Frederic G. Kenyon, ex-director del British Museum, fotografiándose delante del cuadro de Las Meninas, imagen que apareció en The Times.

En Valencia, visitan las nuevas instalaciones de las Torres de Serranos, donde se han reunido ya los 500 mejores cuadros del Prado. Para que comprueben que las cajas contienen lo que indican sus etiquetas, les ofrecen escoger los cuadros que deseen para que sean desembalados y llevados a su presencia. Uno de ellos es Las Meninas, sobre el que corrían toda clase de rumores. Una vez examinado, se fotografían junto a él.

La visita es plenamente satisfactoria y, a su regreso a Londres, ambos escriben elogiosos artículos sobre los esfuerzos y resultados de la Junta en unos momentos tan difíciles.

En el otoño de 1937 la situación en Madrid es desesperada. El general Miaja telefonea a Fernández Balbuena para confirmarle que debe desalojar el depósito de San Francisco el Grande o arriesgarse a que sus hombres luchen entre las obras de arte. Fernández Balbuena, que convalece en su casa por cansancio y desnutrición, pone en marcha a su equipo. Se trata de más de 50.000 objetos de todo tipo que se han acumulado durante más de un año. El ritmo es frenético por parte de todos los miembros del personal. Se consigue evacuar una media de mil objetos diarios. Los cuadros se trasladan al Museo del Prado, ahora vacío, que se vuelve a llenar con 15.000 obras menores.

El resto de objetos, excepto los muebles, se trasladan al Museo Arqueológico, sede de la Junta delegada, abarrotando todo el espacio disponible. Durante el traslado, se produce un choque de carácter político: el subsecretario de Bellas Artes, Wenceslao Roces, que no había sido avisado del traslado ordena detenerlo e impone a los miembros de la Junta un compromiso político que muchos no subscriben. Esto provoca que la junta pierda a 12 de sus miembros. La desconfianza y las sospechas de complot o traición reinan en la República. Roces designa a dos agentes del SIM, Ceferino Colinas y Marcos Iturburuaga, para que controlen la actividad de la Junta. A partir de ese momento, ambos harán mucho más que vigilar.

Como ya se ha señalado la Segunda República decidió crear la Junta Central del Tesoro Artístico con el fin de poner a salvo en el Museo del Prado las principales obras de arte de diversos museos e instituciones de Madrid. Pese a ello, la agónica situación de la capital provocó la toma de una decisión complicada: la evacuación de las principales obras de arte con el fin de preservarlas de los bombardeos. Así, tan sólo unos días antes de que el Museo del Prado fuera bombardeado el 16 de Noviembre de 1936, se inició un viaje hacia Valencia, y de allí a Ginebra, con más de 20.000 obras, entre las que se encontraban cuadros de Goya, Velazquez o El Greco.

Un viaje sin precedentes que marcó un antes y un después en la salvaguarda del arte en caso de conflicto, puesto que el traslado supuso un cambio en la normativa internacional y, desde entonces, se aconseja la evacuación de las obras de arte en el desarrollo de conflictos bélicos.

Timoteo Pérez Ruibio y el Delegado Británico del Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas en Ginebra, recepcionando las obras de arte el 13 de febrero de 1939.

Tras miles de vicisitudes en el camino, las obras llegaron a Figueras en 1939. La zona estaba sufriendo continuos bombardeos. La neutralidad internacional provocó la creación, al margen de los gobiernos y de la Sociedad de Naciones, de un Comité Internacional para el Salvamento de las Obras de Arte Españolas formado por personajes anónimos amantes del arte y los principales museos del mundo, que consiguieron la financiación necesaria para que las obras cruzaran los Pirineos.
Tras toda esta odisea, las obras evacuadas desde Madrid llegaron a Ginebra el 13 de febrero de 1939 , donde las esperaban desde días antes Timoteo Pérez Rubio, junto con el Delegado británico del Comité Internacional.

Al llegar fueron trasladadas al Palacio de las Naciones y desde allí se transportaron al Museo de Arte e Historia, pero previamente, el 3 de febrero de 1939 se había firmado con la Segunda República el Acuerdo de Figueres, que garantizaban que todas las obras pertenecían al pueblo español y que debían regresar al país al finalizar la contienda.

Estación del Norte, a su llegada de regreso a Madrid, finalizada la contienda.


Los cuadros, transportados en caminones suizos, desde la Estación del Norte al Museo del Prado.

Y así se hizo. Una vez finalizada la Guerra, los cuadros regresaron en tren, llegando a la Estación del Norte, en Madrid el 9 de septiembre de 1939, procedentes de Ginebra y desde allí se transportaron de nuevo en camiones suizos hasta el Museo del Prado. (Texto: El Greco).

Rodríguez Zapatero durante su intervención en la Sala Velázquez del Museo del Prado, con el cuadro de "Las Meninas" al fondo. (Foto: EFE).

Hace un año, en enero de 2010, el gobierno de España saldaba una deuda histórica con los museos de la Europa democrática que formaron parte del Comité Inter nacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles al concederles la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras. La entrega institucional de estas distinciones contó con la presencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y se materializó en una de las estancias más nobles del Museo del Prado -la Sala Velázquez-, con el cuadro de "Las Meninas" como testigo de excepción.

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Reunión de un grupo de empresarios del gremio de la hostelería portuense, allá por 1960, fecha estimada de la instantánea, en una visita a la Fábrica de Cervezas La Cruz del Campo, en Sevilla.  De izquierda a derecha,  José Fernández Rodríguez, que en febrero cumplirá 87 años (Bar Jamón en calle Capillera), Francisco Sánchez Ruiz, hoy tiene 79 años (Cervecería Sánchez en calle Ganado), Luis Bustos (+) (cantina de la Estación de FFCC), Andrés González Mateos (+) (Bar Andrés en calle San Juan), José Luis Palomo Abadía, (taberna Casa Palomo, en calle Durango 22),  fallecido en enero de 2000; Antonio Sucino Barrera (+), Juan Espinosa Palacios (+) (Bar Guadebro) y Antonio Sánchez Ruiz (+) (hermano de Francisco).

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Fue en 1967 cuando a un grupo de portuenses se les vino a la idea colaborar en algo que diera otro talante, otra imagen a la celebración ambiental y pública de la Navidad. No existía por aquella época un ambiente precisamente navideño por las calles de El Puerto, ni tampoco en sus actos públicos. La Navidad en las calles de nuestra ciudad pasaba casi desapercibida. Con el ánimo de revitalizarla nació la campaña “Navidad con amor”. Su desarrollo se expuso al municipio y hubo visto bueno inicial de la alcaldía que entonces ocupaba don Luis Portillo Ruíz, que aparece en la imagen de la izquierda.

Con no pocos esfuerzos, los organizadores lograron un reconocible apoyo de determinados comercios para poner algunos exornos en las principales calles del centro histórico. Los exornos del primer año fueron muy tímidos en cuanto a esa ascua de luz navideña que la campaña logró en años sucesivos. Las calles con esta iniciativa lograron tener iluminación y adornos especiales, incluso con su mezcla correspondiente de propaganda comercial, algo sin precedentes en la historia de El Puerto. Hace 43 años los portuenses pudieron disfrutar por primera vez de la iluminación extraordinaria de sus calles más importantes por Navidad.

Los primeros alumbrados extraordinarios de Navidad con Amor. Calle Luna arriba, a la derech 'La Bota de Oro'.

Pero cuando la ilusión de cristalizar la idea ya estaba en marcha, surgió el inconveniente. Del Ayuntamiento llegó una contraorden: “que se retirasen los exornos de las calles, y que se volviese a exponer antes de seguir adelante un nuevo planteamiento”. Para salvar la iniciativa fue persona clave con su implicación desde el primer momento el teniente de alcalde delegado de fiestas Juan Melgarejo Osborne, quien con su empeño personal logró que la primera campaña de “Navidad con Amor” siguiera adelante.

Juan Melgarejo Osborne, alcalde de la Ciudad en 1970, en la entrega de premios en la Gala del Teatro Principal de ese año, junto al Teniente de Alcalde de Fiestas, Francisco Javier Merello Gaztelu. A la derecha, sosteniendo los Trofeos (unos bambis de alpaca plateada servidos por Joyería Díaz), el ordenanza Juan Valiente Moreno.

La Gala de Navidad, protagonizada por niños, que se celebraba en el Teatro Principal los días 25 de cada año, mientras duró la Campaña. La primera gala fue presentada por Pilarín Merello Peñalver, Amparo Unzueta Melgarejo y Aurora Melgarejo.

El acto central de la campaña giraba en torno a la ‘Gala Infantil’  benéfica en el Teatro Principal que, con la complicidad expresa del profesorado de los colegios de la época lograron la participación de infinidad de coros de chiquillos; sus villancicos y sus voces blancas contribuyeron al éxito popular de aquella primera experiencia solidaria en días tan señalados. El local de más capacidad de la ciudad abarrotado hasta el gallinero de un público expectante para contemplar a niños, entre los que muchos de ellos tenían las más cortas edades. El Puerto entero se volcó con esta primera edición y sucesivas campañas y galas de “Navidad con amor”.

De izquierda a derecha, Fernando T. de Terry, alcalde de la Ciudad; Francisco Javier Merello Gaztelu, Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, José María Morillo,  --que recitó unos versos de José Luis Tejada en representación del Instituto Técnico-- y Antonio Romero Castro, Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento. 25 de diciembre de 1971.

Tal fue la singularidad de la iniciativa que llegó a tener especial eco en distintos medios de información a escala nacional, e incluso en el quinto aniversario Televisión Española dio cobertura a los actos. La campaña, por la calidad de las interpretaciones de los niños mereció ese mismo año el premio “Paz en la Tierra”, concedido por el Ministerio de Información y Turismo siendo su titular Alfredo Sánchez Bella, y alcalde la ciudad Fernando T. de Terry Galarza.

La Pastora Mayor que en 1971 recayó en la hija de un marinero con serios problemas de salud y empleo, y la corte de pastorcillas y pastorcillos, en la puerta del antiguo Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral.

La Pastora Mayor fue una designación que no se incorporó hasta el tercer año de la campaña. Es decir 1969. Las distintas proclamaciones se realizaron en el salón de plenos del Ayuntamiento. La idea surgió con el propósito de ofrecer a una niña de familia trabajadora la alegría navideña de unos días inolvidables. La primera Pastora Mayor era hija de un obrero del municipio; la segunda de una viuda de modesta condición económica; la tercera de un marinero; la cuarta fue una niña del Asilo de Huérfanas, y así sucesivamente…

Otros actos paralelos a la Gala Infantil fueron las visitas a los ancianos de las Hermanitas de los Pobres, o la ofrenda oficial en fin de año ante el Belén de la plaza del Polvorista, así como concursos de redacción y dibujos de temas navideños. Una fiesta-cena benéfica ayudaba con su recaudación a las familias más necesitadas, origen y fin por sí mismo de toda la campaña.

Martínez Alfonso, en la entrega de premios de la Gala del año 1973. A su derecha, Enrique Pedregal Valenzuela.

La Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia organizaba todos los años la cabalgata de Reyes Magos, pero al llegar el X aniversario de “Navidad con Amor” cedió los bártulos a la Comisión Organizadora sin menoscabo de su continuada colaboración.

Siendo alcalde de la ciudad Manuel Martínez Alfonso, el poeta y escritor portuense Juan Ignacio Varela Gilabert dio el primer “Pregón de la Navidad con Amor” en un acto celebrado en la Casa de la Cultura el día 16 de diciembre de 1976. Para este primer pregón también se barajaron los nombres de José Luis Tejada y Montero Galvache.

Curiosamente esa Navidad y debido a la falta de presupuesto municipal se redujo considerablemente el alumbrado extraordinario, si bien se compensó en parte con la incorporación de un equipo de ambientación musical navideña.

Por aquella época existían serias discrepancias entre los regidores de la ciudad y la representación eclesiástica del municipio que, a través del asesor religioso de la Comisión Organizadora y en escrito dirigido a la misma, les conminaba sobre la organización de los actos relativos a la Navidad dentro del primer templo de la ciudad “como criterio que tiene la Iglesia para tenerlo en cuenta”.

La Navidad con Amor, al principio de los ayuntamientos democráticos. La instantánea en el Teatro Principal en 1979. El macero Camacho, los ordenanzas municipales Ullén y Polanco, el Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas, Manuel Espinar Galán, el miembro de la Comisión de Navidad con Amor, Enrique Pedregal Valenzuela, el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera y el miembro de la Comisión, Miguel Lobato Quintero. Año 1979.

El devenir de los tiempos, la propia inercia de la sociedad y la desaparición del añorado Teatro Principal fruto de la barbarie especulativa e incendiaria de unos desalmados, propició el desvanecimiento paulatino de la “Navidad con Amor” a comienzos de la década de los 80 del siglo pasado.

El coro de niñas del Maestro Dueñas, dirigido por él que aparece a la izquierda de la imagen junto a Antonio Romero Castro --Jefe del Negociado de Fiestas del Ayuntamiento-- y a la directora del Asilo de Ancianos, en la visita y ofrenda que hacían durante la Campaña. Año 1972.

Todavía perduran y resuenan en la memoria de varias generaciones de porteños, los sones y cantares cultivados por la sabiduría musical del Maestro Dueñas.

"Un saludo cariñoso
a la Pastora Mayor
por estar representando
la Navidad con Amor"

(Texto: Manolo Morillo. Fotos: Rafa. Archivo Municipal).


1

A lo largo del día de hoy instalaremos el Nacimiento en casa como otros años pero, como estamos en crisis, antes hemos procedido a llamar a una Consultora catalana para que nos asesore sobre como rentabilizar al máximo el tradicional Belén porteño con figuras de Sucesores de Ángel Martínez, que experimentarán un Expediente Regulador de Empleo (ERE), como veremos a continuación.

Pastores. Para nadie es un secreto que en todos los Nacimientos hay más pastores que ovejas, parece absurdo, pero siempre ha sido así. Por supuesto nos hemos visto obligados a deshacernos de todos, menos uno que aparece en la recreación del Paseo de la Victoria del Nacimiento. Instalaremos pastores eléctricos (cercas electrificadas) con el fin de controlar a las ovejas, y, una vez instaladas, nos plantean la posibilidad de sustituir, a la mayor brevedad al pastor por un perro con experiencia.

Personajes gremiales. Sorprende ver la cantidad de artesanos que puede haber en un belén: el herrero en la Plaza de la Herrería, el panadero en La Divina Pastora, el pescador en el muelle del Vapor, la castañera junto a los puestos de churros del Mercado, el carpintero (haciendo una desleal competencia a San José que se ha cogido baja paternal), el tendero de la Giralda,… y sin embargo es, también, sorprendente ver los pocos clientes que hay. La decisión que hemos tomado es despedir a todos los artesanos, es dura, pero no ha quedado otro remedio. En su lugar hemos contratado a un Chino, que en un comercio de 24 horas fabricará y venderá todos los objetos que vendían los artesanos. (Si el chino decide subcontratar 15 menores para sacar el trabajo es una cuestión en el que no vamos a entrar).

Posadero. El Chino se hará cargo también de la Posada, que se pondrá en la recreación belenística del Caballo Blanco. Además, últimamente habían llegado quejas de atención al cliente por parte de José y María. La Posada podría funcionar con el sistema de cama caliente.

Lavanderas y Castañeras. Que manía tienen en los Nacimientos con lavar la ropa, con lo fría que debe estar el agua, con tanta nieve. Se suprimen los trabajos de lavanderas, que además eran ocupados siempre por mujeres. Cada uno se lavará su ropa en los ratos libres, potenciando así la equiparación de sexos en cuestión de tareas domésticas o, en su defecto, lo llevarán a una tienda de limpiado en seco. La Castañera dejará de hacerle la competencia a Charo, la churrera del Mercado.

Ángel Anunciador. Suprimidos casi todos los pastores, no tiene sentido la figura de un Ángel Anunciador, o Anunciata. Se sustituye por un anuncio luminoso,  donde además podremos anunciar las ofertas del Chino que colocaremos en la recreación de la Rotonda de las Velas.

Castillo de Herodes. A Herodes lo mantenemos en su puesto, no es que haga mucho, pero manda, y no es cuestión de ponerse a despedir directivos, solo que en lugar de una fortaleza, pondremos una fotografía del Castillo de San Marcos. Soldados, nos quedaremos con dos por razones de seguridad, --que bastante calentita está la zona con lo de Delphi-- pero los externalizaremos. Los contrataremos por medio de la ETT Clic de Famóbil, para que nos presten servicio como guardas de seguridad. Ahorramos en costes fijos y ganamos en flexibilidad.

Paseantes varios. Es sorprendente ver la cantidad de personajes que abundan en un Nacimiento sin hacer nada, absolutamente nada. Todos los que deambulan por la reproducción en el Nacimiento del tramo de la remodelada Ribera del Río serán despedidos. Esto lo teníamos que haber hecho hace tiempo.

Paseantes con obsequios. Hemos observado que otro grupo de paseantes, algo menos ociosos, pero no mucho más productivos, se dirigen hacia el Portal con la más variada cantidad de objetos. Uno con una gallina, otro con una oveja, otro con una cesta, otro con un hatillo --¿qué llevará el misterioso personaje del hatillo?), otro con una caja de 12 botellas de Fino Pavón, otro con un pavo... Puesto que todos tienen el mismo destino, organizaremos un servicio de logística, para rentabilizar el proceso. Despediremos a todos los paseantes, uno de ellos se quedará con nosotros por medio de ETT y con ayuda de la reproducción de un coche de caballos de los que estaban en la Plaza de las Galeras recogerá las viandas cada tres días y las acercará al Portal.

Reyes Magos. Por supuesto con un solo rey es más que suficiente, para llevar el oro, el incienso y la mirra. Eliminamos dos reyes, dos camellos y los pajes. Posiblemente nos quedemos con el rey negro para no ser acusados de racistas, además es posible que quiera trabajar sin que le demos de alta. Tenemos que estudiar, también, la posibilidad de dejar tan solo el incienso y vender el oro y la mirra a otra compañía, ya que debemos de reducir al máximo la inversión en regalos de empresa. A lo mejor le llevamos Tejas Artesanas de El Puerto. Por aclamación se incorpora una nueva figura, la de Manolo ‘el Polvorón’ como Visir Permanente y Perpetuo en el Nacimiento.

Mula y Buey. La única función de estos animales es dar calor. Esta función será desempeñada por una hoguera realizada en medio bidón metálico, que gasta menos combustible. Realizaremos unas pruebas con los dos animales, y el que las supere trabajará como animal de carga en el Servicio de Logística antes citado.

San José y la Virgen María. Está más que demostrado que el trabajo que hacen ambos en el Portal puede ser desempeñado por una sola persona, y evitamos dos bajas de maternidad/paternidad. Por razones de paridad nos quedamos con la Virgen María y, lamentablemente, tenemos que despedir a San José --con lo que había tragado el hombre en esta empresa--.

El niño Jesús. A pesar de su juventud tiene mucho potencial, y además parece ser que su padre es un pez gordo. Le mantenemos como becario con un sueldo basura --no llegará a mielurista--, hasta que demuestre su valía.

El Nacimiento queda pues de la siguiente forma: Un pastor con ovejas en un cercado, un Chino con una Posada/Galería Comercial abierta 24 horas, Herodes y dos guardas subcontratados, un paseante a través de una Empresa de Empleo Temporal, con la mula (o el buey) haciendo repartos, el rey Negro (ilegal), la Virgen y el Niño. (Adaptación de un texto anónimo).

Catálogo de Figuras de Sucesores de Ángel Martínez.

Pulsar para ver el Vídeo del Nacimiento instalado en Diario de Sevilla por Sucesores de Ángel Martínez. Año 2010. desde Joly Digital en Vimeo.

Los autores del Nacimiento, Sucesores de Ángel Martínez con  figuras y piezas costumbristas salidas de los moldes originales del artesano. Sus discípulos han aportado algunas novedades, entre ellas detalles tan curiosos como la instalación de un pastor-periodista frente al portal.

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José Ángel Chacón Tenllado nació a finales de 1933 en Aguilar (Córdoba), hio de Ángel Chacón Crespo y Enriqueta Tenllado Pérez pero pasó la primera parte de su infancia, que recuerda nítidamente, en El Puerto de Santa María, con sus abuelos Rafael Tenllado y Enriqueta Pérez y su madre, también Enriqueta, joven viuda por la barbarie de la Guerra Civil, hija única con dos hijos de cuatro y seis años que se vino a nuestra Ciudad, donde sus padres tenían una tienda de tejidos y confecciones en la calle Ganado, junto a una tienda de ultramarinos que hacía esquina con Nevería.

«Hace unos años pasé por esa calle, como hice siempre que visité El Puerto; aún existía la casa donde viví y tenía un letrero de “Se vende”. Desde ese día, en sueños, la he comprado varias veces. Me imagino que ya la habrán vendido y derribado. Todavía existía el cierro donde, desde el recuerdo, puedo ver a mi madre, pegando tiras de papel en diagonal sobre sus cristales, ante posibles bombardeos, para que los cristales rotos quedasen pegados al papel»

José Ángel Chacón Tenllería y José Ángel Chacón Escobar, padre e hijo, ambos luthiers.

En 1943, la familia se trasladó primero a Lucena y luego a Málaga. Allí estudiaría  Peritaje Industrial, trabajaría en diversos oficios y continuaría los pasos que había empezado en El Puerto, hacia sus dos pasiones la música y la lutheria (construcción de instrumentos musicales de cuerda). Mas tarde trabajaría en Mercedes Benz, en Alemania, como modelista y en Málaga en una Inmobiliaria. Pero su pasión por la construcción de instrumentos musicales le llevarían en 1974 a la ciudad italiana de Biella, ciudad del Piamonte, entre Turín y Milán y cercana a Cremona. Allí perfeccionaría sus conocimientos hasta que, en 1983 regresaría a Málaga, donde establecería su taller y crearía una Escuela de Lutheria. Medalla de Plata de las Bellas Artes, su hijo continúa en la profesión de constructor de instrumentos musicales cordófonos.

A sus 77 años, estos son sus recuerdos de El Puerto.

MEMORIAS DE EL PUERTO: 1937 – 1955
«Mis recuerdos de niño grabados con bastante claridad, empiezan en El Puerto de Santa María, hacia el año 1937. Yo era el más joven de una familia acomodada, compuesta por mi abuelo Rafael Tenllado, como cabeza de familia, mi abuela Enriqueta, como mi madre, y mi hermano Rafael, casi dos años mayor que yo, con una minusvalía psíquica que lo hacía diferente de los demás. Mi padre, Ángel Chacón murió trágicamente en Puente Genil, en Julio del treinta y seis y nos fuimos a vivir con nuestros abuelos. Yo tenía cerca de cuatro años, y el cambio que originó su muerte no podía apreciarlo entonces, de él solo me quedaron vagos recuerdos, pero no pasó mucho tiempo para sentir su falta, más de lo que podía imaginar. (En la imagen de la izquierda, los abuelos de José Ángel, Rafael Tenllado Lechado y Enriqueta Pérez).

A pesar de la tragedia familiar, en aquel tiempo éramos una familia privilegiada, con medios económicos suficientes para vivir cómodamente dentro de la escasez que había en aquellos años de guerra. Entonces no podía saber la tragedia que vivían miles de personas, sufriendo los horrores de la guerra civil; perseguidos o encarcelados, humillados y pasando mucha hambre, víctimas de la barbarie, del odio o del fanatismo. Para muchos, la guerra no había terminado. Recuerdo que jugábamos en un llano, junto a las puertas del célebre Penal, sin saber que detrás de ellas solo había tortura, odio, desesperación y muerte. (En la imagen de la izquierda, el padre de nuestro protagonista, Ángel Chacón Crespo, natural de Puente Genil).

Mi familia no tenía una afiliación política definida, pero estaban con los nacionales. La muerte de mi padre ya era un motivo suficiente, y en casa solo se hablaba de los horrores que habían cometido los “Rojos”. Durante algún tiempo, esos comentarios me produjeron horribles pesadillas que me despertaban temblando y corría a la cama de mi madre.

Recuerdo que en aquellos días, en casa se escuchaban las charlas radiofónicas de Queipo de Llano. Pasarían años, antes de saber que se trataba de uno de los generales más controvertidos, entre los sublevados, al mando de Andalucía. Su audacia al tomar Sevilla con escasos recursos, abrió las puertas de la península a las tropas africanistas y su chulesca actitud en las charlas radiofónica, con el menosprecio de la vida de sus semejantes, durante la contienda como “Virrey de Andalucía” no tuvieron límites;  “darle café” era la orden de fusilamiento para muchos infelices. A la muerte del general, en el año 1951, sus restos mortales serían enterrados en una popular Iglesia sevillana. Este es un hecho por el que considero lógica, la pregunta que muchos se hacen, ¿Cómo se puede hablar hoy de abrir heridas, cuando se intenta poner nombre a los miles de andaluces anónimos, “que tomaron su café”, antes de ser enterrados en fosas comunes? (En la imagen de la izquierda, el general Gonzalo Queipo de Llano).

Tampoco entendía entonces, cuando se comentaba que algunos niños  se comían las cáscaras de plátanos y unas bolas de maíz, que daban racionadas, mientras mi hermano y yo teníamos nuestros caprichos para comer. A los pocos años, con la familia arruinada, empecé a entenderlo, y de aquellos niños pobres del Puerto, de los que llegábamos a pensar que estaban tontos por comer desperdicios, me acordé durante mucho tiempo, y empecé a comprender muchas cosas que antes no entendía.

LA MÚSICA

De aquel pasado recuerdo con envidia algo que desgraciadamente se ha ido perdiendo, se cantaba o canturreaba acompañando los quehaceres cotidianos dentro de la casa, incluso en algunos trabajos. Esta costumbre fue el primer estímulo a mis sentidos que despertó mi pasión por la música. Mi abuelo cantaba en el baño, de “El Puñado de Rosas”, “Pues óyeme paloma, tengo yo allá en Triana, en medio de los campos….”, mi madre cantaba y tocaba el piano y tenía un repertorio mucho más extenso, que abarcaba varias zarzuelas, tangos de Gardel y algunas canciones populares. Además teníamos una lavandera que cantaba flamenco, con exquisita gracia repetía todos los cantes de Canalejas de Puerto Real. Ella fue el principio de mi amor por nuestro flamenco, nunca olvidaré cuando cantaba aquella petenera que decía, “niño, que encuero y descalzo, va llorando por la calle…”.

COLEGIOS CLASISTAS.
Mis abuelos no tuvieron más hijos que a mi madre y disponiendo de los medios económicos suficientes, se volcaron en su educación. Desde los cuatro años la internaron en los mejores colegios de religiosas, en Sevilla, Antequera y Lucena. Aprendió lo que en la época se entendía como educación para una ‘señorita de clase’.

Relacionado con las clases, me contaba mi madre, que en uno de los colegios, tenían niñas pobres de forma gratuita, y que estas niñas tenían que hacerle las camas y limpiarles el cuarto a las internas de pago, además de hablarles de usted. Las religiosas, en casi todos los tiempos han sido fieles conservadoras de las diferencias de clase, a las que han sabido sacarle partido. Me imagino que a las niñas pobres, aplicando su personal interpretación de los Evangelios, las educaban para que fuesen buenas, respetuosas y humildes criadas para todo.

A mi hermano y a mí nos pusieron en una de las mejores escuelas privadas del Puerto. Desde el principio la escuela me encantó, tenía cinco años y en poco tiempo empecé a destacar, los maestros le decían a mi madre que yo era un niño muy inteligente. Podía haber sido muy bonito, y de hecho lo era, pero sufría mucho cuando algunos alumnos me llamaban “el hermano del tonto”, por el comportamiento anormal de mi hermano, y más tarde comentarios familiares relacionado con mi madre y su pretendiente, que mi hermano se encargaba de hacer, hábilmente manipulado por uno de los maestros, que a pesar de no comprenderlos, sabía que eran ofensivos para ella. Dentro de la clase me sentía feliz, era distinta a la de mi hermano que estaba más atrasado. (Los hermanos Chacón Tenllado, en una fotografía de estudio coloreada, tomada en Cádiz).

LOS ITALIANOS.
En 1938 mi madre tenía treinta años, era una viuda guapa, con una exquisita educación y buena posición, que a pesar de tener dos hijos, su situación le habría permitido elegir entre algunos pretendientes conocidos de nuestro entorno, pero la fatalidad quiso que se enamorara de un soldado italiano de los que mandó Mussolini en ayuda de Franco: Nicolás Monteleone.

Tropas italianas acuarteladas en El Puerto, recibiendo un homenaje en la Plaza de Isaac Peral el 1 de octubre de 1938. (Foto: Francisco Sánchez Pérez).

Mi madre contra viento y marea defendió sus sentimientos hacia esta ‘oportunidad’, con la habilidad propia de una mujer inteligente dominada por la pasión, frente a los razonamientos de sus padres y algunas amistades. Este tipo de relaciones estaban mal vistas, y a ciertos niveles eran muy criticadas por la sociedad de entonces. Se hicieron populares unas coplillas que se cantaban por las calles, dedicadas a las señoritas de El Puerto, con música y estribillo de una canción muy conocida en los frentes de guerra. La letra decía:

«Las señoritas del Puerto- Puerto
le piden a Mussolini- ini
que deje a los italianos- anos
para poder ir al cine».
Y seguía el estribillo:
«Carrascá- carrascá
que bonita serenata,
carrascá- carrascá
ya me estás dando la lata»

que terminaba siempre con gritos que yo no entendía.

Yo adoraba a mi madre y todo lo que ella decía era la verdad absoluta, por tanto, el italiano era para mí un héroe, guapo e inteligente, casi un médico. Por lo visto se hizo practicante en la guerra.

La madre de José Ángel viajaría desde Barcelona a Roma en avión.

CASAMIENTO POR PODERES.
El italiano se marchó con las demás tropas italianas, y siguió su relación por carta, hasta su casamiento por poderes, en el 1941. Para hacernos una idea de la odisea del casamiento y su viaje a Italia, habría que tener en cuenta las dificultades que existían para salir fuera de España en aquella época.

Aún estando Italia metida hasta el cuello en la segunda guerra mundial, mi madre consiguió pasaporte italiano y permiso de salida. No hay que olvidar que mi padre fue víctima de los llamados rojos, así, además de víctima de la Guerra Civil, era caído por Dios y por La Patria. Resulta triste pensar que la pérdida trágica de un ser querido, la sociedad dañada por la guerra, le diese distintas categorías que determinaban quién podía andar libremente con un salvoconducto, sin problemas, y quién tenía que moverse con miedo, solo por ser familia de algún fusilado, también por Dios y por La Patria.

Resuelta la documentación necesaria, marchó de Cádiz a Barcelona en barco, y de Barcelona a Roma en avión. Tenía dinero suficiente, pero salir de España en avión, en plena Guerra Mundial, era una proeza al alcance de pocos. Allí la esperaba su marido, soldado del Ejército Italiano con un permiso de cuatro meses, y pienso que con un sueldo ‘de acuerdo a su categoría’.

LANJARÓN
En estos cuatro meses cambió todo en la casa. Mi abuelo, que padecía del hígado, tuvo una crisis y se marchó a Lanjarón para tomar las aguas, aconsejado por su médico. Mi abuela, mi hermano y yo nos marchamos, primero a Granada, donde estuvimos hospedados por unos días en el hotel La Perla, (recuerdo de haber comido chirimoyas por primera vez), y luego a Pinos Puente, en casa de una hermana suya. Aquello fue una aventura para mí hermano y para mí. Algunos años después, pensando en estos desplazamientos, me preguntaba ¿estarían huyendo mis abuelos de la crítica que había despertado, en El Puerto, la relación de mi madre con el italiano?, si no fue así ¿porque cerrar un negocio próspero, que gozaba de prestigio, recién ampliado y reformado, los cuatro últimos meses de ese año 41, y dejarnos sin Escuela?

Rafael, Enriqueta y Ángel; siempre se que se hacían una fotografía de estudio se desplazaban a Cádiz o Jerez. «Con el tiempo me haría más preguntas relacionadas con esta época, sin encontrar una respuesta lógica. Hoy se, que el día que mi madre nos sacó de paseo, a mi hermano y a mí y conocimos al italiano, marcaría un antes y un después en nuestras vidas. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer, veo al soldado acercarse a nosotros y preguntarle a mi madre si los dos niños eran suyos.»

REGRESO A EL PUERTO.
Con su vuelta se volvió a la vida normal en El Puerto, al menos así lo veía yo, feliz por mi incorporación al Colegio, mi abuela en su tienda, y mi abuelo en una actitud de silencio total o perdido en viajes. Paraba poco en casa y los pocos días que estaba comía solo en su dormitorio. (En la imagen de la izquierda, Enriqueta Tenllado).

Del embarazo de mi madre me enteré cuando ya se le notaba, aunque ella ya me había dicho algo de un hermanito, sin explicarme el porqué de la gordura, yo lo sabía por los comentarios que los niños hacíamos en el colegio. Lo sabía mal, como sabíamos los niños de entonces todo lo relacionado con el sexo.

Recuerdo mi primera comunión, junto a mi hermano, a la vuelta de mi madre y antes del nacimiento de Fernando. Mi ingenuidad de entonces me hace reír y asombrarme hoy. En el equipo de comunión teníamos unos rosarios que mi madre trajo de Italia, bendecidos por el Papa Pío XII, que imagino los compraría en la Plaza de San Pedro en algún tenderete de artículos para regalos, pero yo lo imaginaba de otra manera. Estaba convencido, teniendo en cuenta la influencia que yo atribuía a mi padrastro, que el Papa en persona, le había entregado los rosarios a mi madre para sus hijos y me sentía tan orgulloso que se lo contaba a todos mis compañeros de Colegio como un hecho real. Quizás, en mi subconsciente se fraguaban esas fantasías en mi deseo de ayudar a mi madre, convertida en blanco de algunas críticas.

UN NUEVO HERMANO.
Llegamos al acontecimiento de mayor trascendencia que cambiaría muchas cosas, el nacimiento del hermanito. La noche en que nació, a mi hermano y a mí nos cambiaron de dormitorio en una habitación que daba al pasillo y recuerdo un tráfico de personas que llevaban palanganas de agua caliente al dormitorio de mi madre. Al fin de tanto ajetreo me quede dormido y por la mañana todo había terminado. Mi madre estaba radiante, no paraba de comentar lo guapo que era el niño y los ojos que tenía.

Al principio sentía envidia por mi nuevo hermano, y era lógico, mi madre seguía siendo cariñosa conmigo, pero le faltaba tiempo para serlo como antes, mi abuela que demostró en la dificultad ser una mujer maravillosa, entregada a los demás, nunca fue cariñosa, mi abuelo no hablaba con nadie y mi hermano mayor seguía  en su mundo particular, ¿Qué otra cosa podía sentir un niño con menos de diez años? Estos sentimientos modifican nuestro comportamiento, guardando lo que pensamos sin compartirlo con nadie. Son los primeros brotes de aislamiento e  independencia y los primeros desengaños.

CIERRE DEL NEGOCIO: LUCENA Y MÁLAGA.
Mi abuelo empezó a decir que quería morirse en Lucena, pueblo que le vio nacer, pero la verdad es que no podía aguantar por más tiempo vivir en El Puerto. Dicho y hecho, quitó el negocio, que acababa de ampliar y nos mudamos a Lucena. Allí alquiló una casa amplia, de dos plantas y un patio con una zona cubierta, donde se acopló todo el mobiliario del negocio y las existencias en una de las habitaciones repartidas en estanterías.

Como he dicho antes, estaba más tiempo en la calle, por tanto no dispongo de recuerdos directos de cómo se fue desarrollando el encuentro de este hombre con la realidad y tampoco recuerdo como se decidió venirnos a Málaga, seguramente, pensando en que una ciudad ofrecería mejores oportunidades que un pueblo, para una familia arruinada. Para financiar la operación, se malvendió el mobiliario junto con las existencias, de lo que fue un negocio y nos vinimos para Málaga en tren, cargados de muebles y enseres. De nuestra llegada a Málaga, recuerdo los dos carros, tirados por mulos, que transportaron nuestros muebles y sentir el aroma del mar que me transportó al Puerto de Santa María

EVOCACIÓN DE EL PUERTO.
Para terminar incluyo el último fragmento de mis recuerdos relacionados con El Puerto. Se trata del recuerdo de una evocación mucho más reciente, de un día especial, en los últimos años que viví en Italia. Recuerdo uno en especial, mi último viaje a Génova para una gestión de pasaporte. Me encontraba bastante deprimido y distraído con mis pensamientos, cometí algunas torpezas conduciendo y decidí pararme a descansar un poco. Ya había coronado los Apeninos; aquella cordillera me recordaba algo. Intentando descansar un rato, y distraído en el paisaje pensaba que estaba cerca de la costa. Efectivamente, Genova y la Costa Lígure se dibujaban al fondo. Fue entonces cuando mis sentidos, ante el paisaje y el aroma del mar, se concentraron en lejanos  recuerdos del Puerto de Santa María. No sé, el por qué, en aquel momento, empecé a evocar sensaciones vividas en la niñez, del Puerto y no de Málaga; quizás porque el final de mi niñez, vivida en Málaga, siempre quise borrarla de mi memoria. Al final reanudé mi viaje contento, en un estado de placidez y concentración,  distinto al que traía cuando salí de Biella.

Falangistas en formación, en la calle Larga.

La casa donde vivíamos en la calle Ganado en 1937, entre las dos plantas que tenía, vivíamos tres familias: Joaquina, su marido Alfonso y su hija, recién nacida, que vivían en la planta baja, y arriba mi familia y otra, que llegó poco antes de irnos, quiero recordar que eran los dueños del Cacao Pico.

Saliendo del portal, a la derecha estaba la calle Luna, y al fondo a la izquierda, la Plaza Peral y el Ayuntamiento. Frente había una tienda de muebles, de un tal Pedregal que estaba en el mismo colegio de mi hermano y mío. Era el Colegio de Don Alfonso Cárdenas, en la calle Luna. De este primer Colegio, conservo recuerdos muy bonitos en la clase de la señorita Paca. Lamenté dejarlo cuando nos fuimos del Puerto en el año 1943. Recuerdo la muerte del alumno Jaime Benjumeda  Osborne --hijo de Manolo Benjumeda y Margot Osborne-- por tétanos, que desarrolló después de una caída  en la parada de coches de caballo, de la Plaza Peral, junto al Bar Paquito.

La parada de coches de caballos en la Plaza de Isaac Peral.

Más recuerdos: la playa de la Puntilla, la Plaza de Toros, la Virgen de los Milagros. El orgullo que sentía entonces, por haber recibido la Confirmación por el Cardenal Segura en La Prioral, y por haber incorporado a mi nombre José, el de Ángel en memoria de mi padre. El pasar de las Cuadrillas en coches de caballo, por la calle Nevería en días de Toros. También una Corrida con Manolete y El Estudiante, en la que no se pudo ver nada de Manolete, por una cogida en su primer toro. Lo guardo en mi memoria, por los comentarios de mi vecino, buen aficionado que además, creo que tenía algún empleo en la Plaza de Toros.  También había un magnífico artesano que hacía figuras de Nacimiento; las modelaba y policromaba con verdadero arte. Les ponía un sello con su nombre, ¿podría ser Ángel Martínez?

Mi madre nos llevaba a la playa de La Puntilla, a mi hermano Rafalito y a mí, y a la niñera uniformada con su delantal blanco, me imagino que para distinguir nuestro rango. Lo más desagradable era la zambullida obligada que nos daba, una especie de marengo que cobraba por ello, cuando mi madre comprobaba que nos habían mojado bien la cabeza. Estoy seguro que aquel marengo es el responsable del exagerado respeto, por no decir miedo, que siempre le tuve al mar. (En la imagen, la madre de José Ángel con sus hijos en la Playa de La Puntilla. Cuando no le gustaba una fotografía a la madre de José Ángel, rayaba la cara).

Otras veces, con otros niños del colegio, íbamos al puerto a coger cangrejos, y en El Parque, paralelo al puerto, nos ocurrían cosas propias de una edad, que las hace inolvidables; yo tendría nueve años y mi hermano cerca de once. Había tres niñas quinceañeras o más, no sabría precisar, solo recuerdo que eran guapas, que tenían buen porte y cuyos nombres, que recuedo, voy a omitir. A él y a mí nos separaban del grupo, sabían nuestros nombres, y nos llevaban a los sitios más solitarios del Parque, nos cogían la mano y nos la ponían entre sus piernas, jugaban con nosotros y se reían de nuestra excitación. Aquel secreto de mi intimidad, que comparto por primera vez, se repitió varias veces, y aunque mi sentido de culpa me avergonzaba, recuerdo que sentía verdadero placer.

El taller del luthier, en Málaga.

A pesar de haber vivido muchos años en Málaga, solo de aquella época de El Puerto, mi memoria se impregnó del intenso olor de su puerto y de sus barcos, en contraste con el suave aroma de sus playas, ¡siempre ese olor que llevo conmigo! También de sus ardientes y luminosos colores del verano o de los grises violáceos del invierno, y la sensación de infinito en aquellos días en que el horizonte se funde con el cielo, o el rugido de las olas embravecidas, frente al murmullo de las mismas  olas, ya en calma, cuando mueren sobre la playa adornadas con su espuma blanca. Al contemplar, aunque solo sea en el recuerdo, toda la riqueza sobrecogedora que nos brinda la naturaleza desde el mar, nuestros sentidos se tranquilizan y olvidan lo cotidiano, gozando la nostalgia de lejanas alegrías y melancólicas tristezas.

Al despertar de aquella evocación, comprendí mejor los versos de aquel poeta de El Puerto, Rafael Alberti, en su Marinero en tierra: «Si mi voz muriera en tierra/ llevadla a nivel del mar/ y dejadla en la ribera.»

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Alejandro Joaquín Ramos Malia, es un joven diseñador portuense nacido el 25 de noviembre de 1987, hijo de Ignacio Ramos Bononato y la barbateña afincada en El Puerto de Santa María, Emilia Malia Barroso. Su bisabuelo materno era Paco Bononato, encargado de las casetas de playa y su abuelo era el propietario de la Panadería La Flor, cerca de la plaza del Ave María, en la calle Cruces, donde vive junto a otro hermano. Por poco tiempo pues, a mediados de enero de 2011 se marchará a Nueva York donde la compañía de diseño gráfico Infinited Vision le ha fichado como Director Creativo, a sus 23 años.

1987.
El año de nacimiento de Alejo, 1987 era alcalde de la Ciudad, Juan Manuel Torres Ramírez (PSOE) gobernando en coalición con el Partido Popular (PP).  Rafael Alberti publica sendos libros: ‘Accidente. Poemas de hospital’ y ‘Cuatro Canciones’. En febrero, se inaugura el Hospital General ‘Santa María del Puerto’, de gestión privada concertado con la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, propiedad de el grupo sanitario José Manuel Pascual En marzo, la única compacorogota del mundo organiza el I Concurso de Feos Ciudad de El Puerto. La Peña Los Majaras saca la comparsa ‘Caballos Andaluces’. En abril son declaradas como Reservas Integrales Zoológicas las lagunas de Salada, Juncosa y Chica, por la Junta de Andalucía.

Alejo Malia, en un automontaje sobre si mismo.

Ese año 1987 el cartel anunciador de la Feria de Primavera, será una reproducción de Juan Lara que ya anunciara la fiesta en 1963. Ese verano, Diego Ruiz Mata, catedrático de arqueología de la Universidad de Cádiz, continuaba con los trabajos de excavación en el Yacimiento Arqueológico de Doña Blanca. Keka Raffo, la pintora chilena afincada en El Puerto expone sus creaciones en la Galería Al Andalus, en una muestra colectiva. Franco Policastro, pintor y restaurador italiano afincado en El Puerto, expone en la Sala Caype, en Valdelagrana.

Nuestro protagonista estudió en El Vaporcito, el Colegio La Merced y en SAFA, terminando sus estudios de ESA (Enseñanza Obligatoria de Alumnos) en el Instituto Santo Domingo. Más tarde, en 2007 estudiará en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez Diseño Gráfico Publicitario, donde obtendrá dicha titulación, especializándose en técnicas fotográficas, de dibujo y pintura y publicitarias.

Alejo Malia, con la guitarra en su cuarto de estudio.

Alejo es, además, aficionado a la escritura –conserva relatos inéditos--  y a la música. Hace unos años le regalaron una guitarra eléctrica y acabaría aprendiendo a tocarla por internet, así como también el piano. Hace composiciones musicales y se adentra por circuitos musicales no convencionales. Polifacético de las artes.

PERDIDOS.
Alejo ha ganado el primer premio en la primera edición de Fotografía Artística de la Escuela de Artes de Jerez. Realizó, también, los dos primeros diseños de ‘El Cocinero Fiel’ y, en la actualidad, uno de los encargos en los que trabaja desde El Puerto para la compañía norteamericana Infinited Vision, es la creación de la identidad corporativa –la marca o ‘firma’— de Laz Alonso, actor secundario de la película Avatar. Para la serie ‘Perdidos’ o ‘Lost’, como prefieran, realizó un cartel que resultó ser uno de los tres ganadores y que fueron expuestos por la cadena de TV Cuatro, en sendas exposiciones del FNAC que dieron la vuelta por diferentes capitales españolas, cuyo montaje podemos ver pulsando en este enlace de TV Cuatro. (En la imagen de la izquierda, el cartel de Alejo, premiado de ‘Perdidos’).

GOOGL’ES WORLD.
Pero donde el joven Alejo ha saltado a la fama, a nivel internacional a través de Internet, ha sido a raíz de unos dibujos de una serie que titula ‘Googl’es World’ que ha dado la vuelta al mundo, que le ha dado a conocer en los ámbitos del diseño profesional y que le ha promocionado de tal manera que una compañía de comunicación e imagen ha requerido sus servicios como Director Creativo. Desde Septiembre están trabajando a través de Internet y a partir de enero de 2011, Alejo se trasladará a vivir a Nueva York, donde trabajará con la compañía.

COMO NACIÓ GOOGLE’S WORLD.

De regreso de la Escuela de Artes y Oficios de Jerez, en junio de 2009, en el tren camino de El Puerto de Santa María, reflexionaba Alejo –siempre está imaginando proyectos e ideas— sobre los iconos de Google Maps y empezó a hacer los bocetos que hoy forman la serie, mezclándolos con escenarios reales. Este año 2010, para darle movimiento a su blog en Internet, se decidió a recuperarlos, modificándolos y colgándo y, por medio de los sistemas de intercambio, --el marketing viral de internet—han recorrido los portales de algunos de los medios especializados en tecnología más leídos del mundo.

Alejo explicaba a la web de RTVE que “recuperó estas ilustraciones para dar un impulso a su blog lanzado este año. Lo que el concibe como una especie de "storyboard" pronto empezó a circular por diversas webs. Ufuntu, un blog francés especializado en tecnología, recogió los dibujos. Este post fue referenciado en GeekoSystem que a su vez fue enlazado por Gizmondo, una de las bitácoras tecnológicas más seguidas del mundo. Las fotos han saltado finalmente a Mashable, un blog de noticias de internet que se sitúa entre los más importantes de la Red y así a este joven creador le han llamado de "hasta un periódico de Berlín". "Nunca ninguna de mis obras había tenido repercusión internacional", cuenta sorprendido.

El pilar de su técnica es la imaginación, "--Siempre estoy imaginando cosas, mi cabeza no para". Después de "ver" la escena, llega el boceto en papel. Por último Alejo lo escanea y trabaja con él en Photoshop. No es la única vez que Alejo fusiona realidad con las nuevas tecnologías. En su blog también se puede ver un fotomontaje en el que aparece el botón de "me gusta" de Facebook asociado a un elemento de la vida real: unas tortitas. Al fotógrafo y diseñador gráfico le han llegado mensajes de diversas partes del mundo que le "piden vender copias" y espera poder compartir pronto en la Red más ideas que tiene para esta serie basada en Google Maps que ya acumula miles de visitas en Flickr."

Desdoblándose.

SUS DISEÑOS, POR EL MUNDO.
Web tecnológicas de prestigio internacional, periódicos online y demás medios internacionales en países tales como, EEUU, Japón, Francia, Suiza, Australia, etc..  se han puesto en contacto con Alejo Malia para concertar entrevistas escritas, radiofónicas y por videoconferencias, llegando a contactarle medios tales como, la web de RTVE, TV de Sacramento, CNN, etc...

Globos de Alejo Malia, despegando...

Sus diseños han aparecido en diferentes medios de comunicación de Internet, por el mundo, entre otros: American On Line (AOL.com USA), Mashable (USA), Trendhunter.com (USA), Goopilation.com (USA), Switched.com (USA), Vrt Agency (Reino Unido), Diskursdisko (Alemania), Malufor (Suiza), Tech News (Armenia), Forum Kobierzyce (Polonia), 20minutos (Francia y Suiza), Digital Excite.fr (Francia), Abduzeedo.com (Brasil), Giganize (Japon), 19Talk (China), BlueBus (Portugal), Minute Buzz (Francia), Sudouest (Francia), Gizmodo (Francia y Australia), BuzzFeed.com (Reino Unido), Monkeyzed.com (Latinoamerica), Akouseto.gr (Grecia) y las españolas Rtve.es (España), Microsiervos.org (España), Meneame (España). Además de blog personales, páginas relacionados con el diseño y publicaciones en perfiles de Facebook y Twiter de todo el mundo.

Hace 108 años, durante la tormentosa madrugada del 16 de diciembre, en El Puerto de Santa María, nace Rafael Alberti, el poeta considerado como uno de los principales autores de la literatura del siglo XX y uno de los principales pilares de la literatura española. Un portuense que llevó Cádiz y El Puerto por todo el mundo. Unos días más tarde, con apenas siete días de vida, el pequeño Rafael Alberti Merello ya fue noticia. Diario de Cádiz publicó el 23 de diciembre de 1902 el bautizo del portuense en la iglesia de la Prioral. Sin duda, una primicia mundial, y una premonición del brillante futuro que le esperaba, y del que este periódico ha sido testigo desde su nacimiento hasta su muerte, en 1999.

Según recoge la hemeroteca del Diario, ese mismo día también fue bautizado en la iglesia de la Prioral el hijo de Eduardo Tejada, "que pusieron de nombre al pequeñuelo José Luis y fueron sus padrinos, sus hermanos Amalia y Eduardo", señaló este periódico hace 105 años. Las noticias portuenses que aparecieron en el Diario ese 23 de diciembre se completaban con el fallecimiento del farmacéutico José García Vergara, persona muy estimada en El Puerto. Asimismo, contaba la representación de una comedia en el teatro Principal. "Muy animado estuvo el teatro Principal, viéndose en los palcos a las distinguidas familias de Cuesta y Aldau, Arsilla, Puente y Portillo. El libre cambio fue la comedia que hizo reír al respetable muchísimo durante toda la representación. Hizo su debut en esta obra la actriz Castro, muy conocida del público portuense por haber actuado como tiple en el teatro de verano que el señor Chaves instaló en la calle Misericordia. Distinguiéndose en la interpretación de la obra la expresada actriz, las señoras Santiago y Mora, así como los señores Correjel, González, Oliver y Zavala".

Rafael Alberti fue descendiente de familias de estirpe italiana (ver nótula 688 en Gente del Puerto) y el quinto hijo de los seis que tuvieron Agustín Alberti y María Merello. Precisamente estos días la Fundación que lleva su nombre ha celebrado por todo lo alto en su sede de la calle Santo Domingo el 105 aniversario de su nacimiento. Quién hubiera dicho en aquel diciembre de 1902 que ese niño iba a ser con los años una de las principales figuras de la cultura española. (Texto: Diego Joly Palomino).

LA ARBOLEDA PERDIDA.
Leemos en las primeras páginas de La Arboleda Perdida:
«En la ciudad gaditana del Puerto de Santa María, a la derecha de un camino, […] había un melancólico lugar de retamas blancas y amarillas llamado la Arboleda Perdida.
Todo era allí como un recuerdo […]. Todo sonaba allí a pasado, a viejo bosque sucedido. Hasta la luz caía como una memoria de la luz, y nuestros juegos infantiles, durante las rabonas escolares, también sonaban a perdidos en aquella arboleda.
Ahora, según me voy adentrando, haciéndome cada vez más chico, más alejado punto por esa vía que va a dar al final, a ese «golfo de sombras» que me espera tan sólo para cerrarse, oigo detrás de mí los pasos, el avance callado, la inflexible invasión de aquella como recordada arboleda perdida de mis años»
. Rafael Alberti. (Retrato de Hernán Cortés).

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¿Nadie se ha acordado que, tal día como hoy, el 16 de diciembre de 1281, martes, Alfonso X 'el Sabio' rey de Castilla, condeció a la antigua aldea musulmana de al-Kanate, los privilegios de su fundación como ciudad con el nombre de El Gran Puerto de Santa María? El repartimiento de tierras entre sus pobladores se había hecho en años anteriores. Con la nueva Carta Puebla se establecieron privilegios e instituciones. Más de 40 testigos, nobles y obispos del reino y ante los notarios de Andalucía y León, rubricaron el documento. Ya vamos por 729 años...

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(continuación)

«Durante la Guerra Mundial he sido el dibujante de la Casa Americana en Madrid, desde donde he ilustrado artículos para la prensa. En el año 1940 me llamaron para ilustrar la Revista literaria "Novelas y Cuentos", y he sido su dibujante portadista durante 17 años.

Y quedé como nos dejó Franco a todos los madrileños, porque el dinero de la Republica quedó sin valor. Guardando colas para recoger una lata de sardinas y mis hermanas en las colas de Auxilio Social para coger en una cacerola el rancho que nos daban, y así muchos días, por la mañana y por la tarde.

A los amigos que venían de zona Franquista, a esos había que huirles, no se sabía nunca como iban a reaccionar, y a los que les había cogido aquí pero se habían acomodado enseguida, te decían que te escondieras y que ya te avisarían cuando el pastel fuera repartido por si quedaban migajas o te metían en la cárcel.

Portadas de novelas y cuentos, que estaría realizando por espacio de 17 años.

Así y todo había que trabajar y buscar por donde fuera. Un día me avisaron de la Cámara de Comercio Alemana, que en aquellos días ya estallada la Segunda Guerra Mundial, victoriosas sus armas y amigos de Franco, era lo mas ambicionado por todos.

Y empezaron a darme trabajo. Cuando esto se supo, me pusieron una denuncia a la Embajada, con el deseo de que me hubieran detenido y haberse quedado con el trabajo, porque en la denuncia ya se ofrecían a cubrir mi puesto. Esto en aquellos días era muy peligroso. Pero esta denuncia cayó en manos de D. Juan Frank, alemán, Director de la Cámara, que me llamó y me dijo: --¡Ud. Tiene muchos enemigos! Pero nosotros no nos dirigimos a nadie sin antes tener todos los informes. Sabemos de Ud., tanto como Ud., y además sabemos que es Ud., honrado. Me preguntó que documentación tenía. Yo le enseñé la que teníamos todos en aquella fecha, un papel en el que constaba como que era prisionero de guerra, con la clave E, clave que nadie sabía el significado. Me dió un puro, creo como desagravio, y me mandó a su abogado. El abogado me dijo que estaba clasificado como indiferente, que volviera a mi trabajo que ellos se ocuparían de todo. Esto se supo y a partir de entonces me dejaron tranquilo. Luego supe que el que me puso la denuncia estaba en un Organismo Oficial y lo echaron a la calle.

Yo cobraba de los alemanes por trabajos hechos. No tenía sueldo de ninguna clase. ??Mediada la Guerra Mundial me ofrecieron una colocación con sueldo en la Embajada de los Estados Unidos y fui a comunicárselo a los alemanes. Ellos comprendieron que esto significaba una seguridad. Yo ya estaba casado y tenía una hija, y me autorizaron, agradeciéndome los servicios prestados. Aún después de terminada la Guerra, varios años he recibido por Navidad felicitaciones de D. Juan Frank. Y pasé a pertenecer a la Sección de Prensa de la "Casa Americana", desde donde he ilustrado artículos para toda la prensa con el seudónimo   de "Tete". Cuando llego Truman a la Presidencia de los EEUU empezó reduciendo gastos, y el mío tenía que ser insoportable para el país americano y fui uno de los primeros despedidos. (En la imagen de la izquierda, cartel de la Feria de El Puerto del año 1953, realizado por Manolo Prieto).

Estuve dando tumbos hasta que me avisaron de "Publicidad Azor" en donde he sido Director Artístico y Jefe de Estudio durante 17 años, y allí hubiera seguido si otro americano no me hace la puñeta.

En 1954 Manolo Prieto crea en "Publicidad Azor", de donde es Director Artístico y Jefe de Estudio, la famosa valla publicitaria para la empresa Osborne, "El toro de las carreteras", valla que no es aceptada con mucho entusiasmo por el cliente, pero que acabará convirtiéndose en icono para   la sociedad española llegando incluso a traspasar su fama las fronteras españolas.

Cuando llegó Kennedy, el Mundo entero padeció el sarampión de la juventud, y en España el sarampión y la tos ferina. Todo aquel que no fuera con el pecho sacado y no se subiera la escalera a la pata coja, había que echarlo a la cuneta. Llegó el dinamismo ¡No había tiempo que perder!.Se necesitaban en todas partes hombres "con 20 años" y mucha experiencia. A mí me cogió con 50, no había más remedio que sucumbir, y me echaron.

Uno de los 90 toros existentes en las carreteras españolas.

Y otra vez a empezar, y era la tercera. Esta vez me costó mas trabajo, por mi edad el clima era contrario, y por lo que era, por mis éxitos y por el puesto que ocupaba en la profesión, puesto jerárquico, había muchas envidias solapadas. Este final que yo no esperaba me desmoralizó y baje la guardia y todos a una como manadas de lobos, se cebaron conmigo. En esta fecha, también terminó mi colaboración como dibujante de "Novelas y Cuentos", después de 17 años ininterrumpidos. (En la imagen de la izquierda, autorretrato de Manolo Prieto).

Reaccioné y gracias a mis hijas que me ayudaron a mantenerme a flote, mandé a todos a hacer puñetas y viré en redondo, empecé una nueva profesión, donde los principios no han sido fáciles porque los escultores me recibieron con recelo y se cerraron como almejas. Ellos también sabían que yo en cualquier especialidad en el Arte fuera lo que fuera, tenía lo importante, la materia prima, solamente necesitaba el oficio y eso era lo que me negaron, pero yo con constancia me lo he inventado, y aquí estoy. Hoy soy profesional de la medalla, con piezas en Museos y premios en Concursos Nacionales e Internacionales, y considerado como escultor de medallas de primera clase».

"En el Museo Municipal de El Puerto de Santa María encontramos una colección de monedas así como una selección de dibujos preparatorios. Esta obra es testigo de la madurez intelectual, la destreza técnica y la seguridad y determinación del artista por adentrarse en referencias universales que traspasan las de la propia Literatura. “Eva y la manzana”, “El campo”, “Casada infiel”, “Abelardo y Eloísa” y “El manantial de la doncella” son los títulos de estas medallas de la que vemos  el anverso y el reverso. En esta última, la cual aparece en la fotografía, el artista va más allá de la referencia literaria  acercándose al mito del amor. La escena encuadrada muy cuidadosamente en el paisaje presenta a los personajes por un lado de la medalla, por el otro el amor, el deseo, “El manantial de la Doncella”, lo tituló él" (Lola Caballero, Restauradora de Obras de Arte).

Manolo Prieto escribió esta autobiografía a los 66 años de edad. Una lástima que dejara 12 años de su vida sin relatar, pero quizás esta autobiografía sea la que más nos acerca a sus sentimientos y a su modo de ver la vida. Falleció el día 5 de mayo de 1991 a los 78 años de edad. Durante este tiempo siguió con su faceta de escultor de medallas, cosechando éxitos, tanto nacionales como internacionales, que le alzaron como uno de los más prestigiosos medallistas españoles del siglo XX, exponiéndose sus creaciones en las más importantes ferias internacionales de la FIDEM (Federación Internacional de la Medalla).

Calle Manuel Prieto, por el Paseo de los Enamorados.

En 1980 el Ayuntamiento de El Puerto le rinde homenaje poniendo su nombre a una calle En 1986 es nombrado académico de la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’, lugar donde comenzaron sus primeros pasos como artista. Su discurso de ingreso, en 1987,  versó sobre "El cartel, arte y ciencia y lo que sé de su historia", siendo contestado por el académico Juan Ignacio Varela Gilabert.

Al año siguiente, en 1988, se inaugura una Exposición antológica de Manolo Prieto bajo el nombre "50 años de bocetos de carteles y medallas" en el Palacio de Oneto de nuestra Ciudad, y para la que el artista portuense realiza un autorretrato como cartel anunciador de la Exposición. Manolo Prieto hace donación de las obras expuestas al Museo Municipal de la ciudad. Coincidiendo con la exposición se celebra un curso sobre realización de medallas impartido por Manolo Prieto. Esta es la última visita del artista a su ciudad natal.

Hasta días antes de su fallecimiento estuvo trabajando en la colección de medallas sobre las   Comunidades Autónomas de España. Nunca aceptó que un artista se pudiera jubilar, ya que según su pensamiento, un artista siempre debe estar ideando y creando nuevas obras que ofrecer. (Textos: Fundación Manolo Prieto)

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Me nacieron en El Puerto de Santa María (Cádiz) un día 16 de Junio de 1912. Mi madre me contaba que en aquel momento pasaba por la esquina de mi casa una Procesión, a la que tan dadas son aquellas tierras de María Santísima. Único sobrino varón entre muchas tías, me despertaron un mal genio fenomenal, yo creo que debido al mucho besuqueo. Mis primeros recuerdos son los de limpiarme la cara con un manotazo cada vez que me llenaban de besos los carrillos. (Manolo Prieto en la capilla del Castillo de San Marcos, el día de su ingreso como académico de la de Bellas Artes Santa Cecilia, en 1987. Foto: Academia de Bellas Artes).

Parece ser que fui un niño normal hasta los 3 años, que me dio el sarampión y de él salí con un asma bronquial que me cambio en un enfermito que me ahogaba constantemente al menor esfuerzo. El no poder jugar como los otros niños me hizo observador y medidor, dos cualidades básicas para que surja un artista. Recuerdo mis dibujos infantiles como los de todos los niños, y cómo descubrí un día que las patas de un burrito no eran todo seguidas sino que al final había un volumen de distinta calidad, las pezuñas, y que había que destacar.

Otro día descubrí la forma de que el burrito estando de perfil volviera la cabeza para mirar de frente. Todos estos recuerdos son de antes de ir a la Escuela de Párvulos, supongo que a los 4 años. Me llevaron a los Párvulos y estuve hasta los 7 años. Recuerdo en aquellos años, el sarampión, la tos ferina y unas anginas tremendas. Recuerdo también empezar mis escritos a lápiz con el año 1916, y recuerdo las canciones de columpio que me cantaba mi madre.

A partir   de los 7 años en que me llevó mi padre a una escuela de maestros, creo que recorrí todas las escuelas del pueblo, porque como siempre estuve malo, no sé si eran los maestros los que no me querían o que a mi padre le deba vergüenza llevarme al cabo de dos meses de faltas. Yo creo que todo el tiempo sumado hasta que mi padre me quitó y me puso a trabajar, no suman un año.

He sido aprendiz de carpintero, aprendiz de relojero y chico de tienda de comestibles en la tienda de mi padre. De la carpintería salí porque el trabajo era muy fuerte para mí por mi enfermedad, y de la   relojería porque le hice una caricatura al maestro y éste me llevó a mi padre y le dijo que no fuera más porque tenía la certeza de que yo no sería nunca relojero ni artista. Y me quede en la tienda ayudando a mi padre. (Caricatura realizada con 16 años).

Por aquel entonces apareció en el pueblo un caricaturista, hijo del Puerto, [Carlos García Gil], que empezó a hacer caricaturas en el periódico local de señores conocidos. Tenía yo entonces 16 años, y esto fue para mí como un latigazo. Terminada su colaboración porque había terminado con los señores, yo me presente en el periódico con una colección de tipos muy populares, y con una innovación, mis tipos se publicaban y se harían sin poner quienes eran, los lectores tenían que adivinarlos, y fue un verdadero éxito. Se escribió de mí en el periódico y me hice popular. Ingrese en la Escuela de Bellas Artes local, donde me enseñaron a conocer los colores, porque otra cosa no podían enseñarme por su carácter particular. (En la imagen de la izquierda, carnet de la Academia de Bellas Artes).

(En la imagen de la izquierda, pintando en una calle de El Puerto, con el caballete. Realiza su primera Exposición en solitario, titulada "Manolo Prieto y los patios andaluces", donde vende sus primeros cuadros.?La crítica empieza a mostrar interés por el artista Manolo Prieto, así en la Revista Portuense del 27 de Agosto aparece un artículo firmado por Gilberto Savile bajo el título "Manolo Prieto y los patios andaluces"Año 1929).

Como mi asma no iba mejor, mi padre me dejó dos años para ver si sin obligaciones me podía mejorar, o porque como yo escuche alguna vez, por el poco cuidado que ponían en hablar delante de mí los mayores, de que quizás yo no podría superar el desarrollo y moriría. ¡Cuantas veces he llorado cuando nadie me veía mirándome en el espejo y viéndome como me ahogaba!. Mi abuelo que me quería mucho me compró una bicicleta, y creo que ha sido la alegría más grande de mi vida. Pues bien, esta bicicleta la vendí y me compré colores e hice dos Exposiciones.

En la fotografía, tomada en 1930 en el patio del convento Santo Domingo, sede entonces de la Academia de Bellas Artes, Juan José Bottaro Pálmer, en el centro, debajo del busto de Goya, que descansa sobre un capitel corintio. En la fila del suelo, el tercero por la izquierda es Manolo Prieto. A la derecha del capitel, en la fila quinta desde el suelo, Juan Ávila. En la cuarta fila desde el suelo, el tercero por la derecha es Felipe Lamadrid. En la fila tercera desde el suelo, primero  por la derecha, el escultor José Ovando Merino. En la fila segunda desde el suelo, el segundo por la izquierda, Manuel Lojo Espinosa, a continuación, de negro, el pintor Juan Lara Izquierdo y el quinto por la izquierda, José Antonio Lojo Espinosa; en la misma fila, tercero por la derecha, Francisco Moresco Farfán. En la fila del suelo, cuarto por la izquierda, Manuel García, padre de Manolo García Campos. (Foto Colección LSA).

Con el producto de estas exposiciones, le pedí a mi padre venirme a Madrid, y lo hice el 22 de Octubre de 1930, tenía 18 años. Madrid fue mi salvación, porque aunque de una forma paulatina, Madrid me ha curado, su altura topográfica, su aire seco o no sé qué hizo el milagro. Los médicos que visité en Madrid cuando pude pagarlos me diagnosticaron Asma Climática producida por la proximidad de la costa. Los Ataques fueron cada vez mas espaciados y mi organismo se fue fortaleciendo, hasta el punto de que hoy a mis 66 años es solo un recuerdo.

Me vine a Madrid a esperar una beca que se había pedido para mí a la Diputación de Cádiz. Ingresé en la escuela de San Fernando, y como la beca no llegó, me tuve que salir y ponerme a trabajar. Trabajé de escenográfo e ilustré en la novela "La Farsa", y en el año 1932 me coloque en una casa de Publicidad y pude traer a mis padres y hermanas a Madrid.

Con mis padres conmigo y por mi culpa, me eché la obligación de sacarlos adelante y he trabajado para ellos hasta que los mantuve a flote. He trabajado doce horas diarias y noches enteras. He fabricado y pintado muñecos que mi padre vendía en los mercados. He sabido de un traje único que había que conservar y de unos zapatos rotos que no podían sustituirse. He conocido Noches Buenas que no fueron buenas. Empecé a presentarme en los Concursos de Carteles, y el año 1935 obtuve mí primer galardón, dos primeros premios.

Y estalló la guerra. Por mi profesión de dibujante, en ella no hice más que dibujar y procurar protegerme y proteger a los míos. Cuando estalló la guerra yo trabajaba en una Agencia de Publicidad. En ésta como en los demás sitios de trabajo en Madrid, quedó sólo gente mayor y las mujeres, y no todas.

Yo pasé a trabajar para la Guerra en el "Altavoz del Frente" como dibujante de propaganda. Cuando el Gobierno de la Republica marchó a Valencia, el Organismo al que yo pertenecía marcho con él. Como el asma que yo padecía aún no estaba dominada, el puerto de mar empezó a dañarme, y pensando en mis padres y hermanas que dejé en Madrid, solicité el traslado, que solamente se podía conseguir presentándome voluntario en las fuerzas que defendían Madrid, y en las que yo podía conseguir un trato especial porque el que las mandaba era el General Modesto, para mí y para mi familia Juan Guilloto, paisano, vecino de casa y amigo. Ingresé en el Comisariado del 5º Cuerpo del Ejercito como dibujante.  (En la ilutración: «¡Miliciano! En tus manos está el destino de España y de la República Democrática. Antes morir que retroceder». Autor: Manolo Prieto. Ministerio de Instrucción Pública - Dirección General de Bellas Artes).

Un día fui trasladado a la 46 División, 209 Brigada, con el empleo de Sargento de Zapadores. Este ascenso y este puesto fueron para justificar mi puesto (que siguió siendo de dibujante) y darme un mando para que la gente me obedeciera en mi cometido. En la 46 División hacíamos un periódico para la tropa, en la que yo era su Director Artístico y dibujante y Antonio Aparicio, poeta sevillano su Director Jefe, y teníamos a nuestro mando todo el personal de la imprenta, también militar. Cuando la batalla del Ebro, mi unidad estaba luchando allí y desde aquí les llevábamos el periódico al frente.

En la imagen cartel litografiado original de Manolo Prieto. Imprensa S. Durá (socializada).  50,5x70 cms.Valencia. 1938. (Archivo General de la Guerra Civil Española de Salamanca).

Lo que voy a contar pudo haber cambiado totalmente mi vida. El periódico había que llevarlo aquel día. Todo estaba listo para partir. Yo estaba enamoriscado con una novia y necesitaba no salir. Convencí a un compañero para que cambiara conmigo, él salió y yo me quede. Pues bien, aquella noche quedó cortado el frente y mi unidad con el que llevaba los periódicos, al otro lado. Si yo hubiera sido el desplazado, mi suerte habría sido la de otros amigos y compañeros que estaban en situación como la mía. Primero salvar la vida, luego el campo de concentración francés, y el paso a México reclamado por los intelectuales mexicanos.

En la imagen cartel litografiado original de Manolo Prieto. Imprensa S. Durá (socializada).  50,5x70 cms.Valencia. 1938. (Archivo General de la Guerra Civil Española de Salamanca).

Con todos los desconectados se hizo un acuartelamiento y empezó a formarse una Brigada, que en cuanto estuviera lista saldría para el frente. Yo me encontré con un problema tremendo, había perdido a mis jefes que eran los que conocían mi labor, y para y porque yo era Sargento de Armas. Pero para mis nuevos jefes yo era eso, un Sargento con todas sus consecuencias. Tuve más miedo a mi situación que ir al frente. Entonces decidí presentarme a reconocimiento y alegué mi asma, que aunque estaba mejor aún la padecía, y me dieron un mes de permiso. Cuando volví pasado el mes, ya la Brigada se había marchado al frente. En el nuevo reconocimiento me dieron otro mes y cuando me dieron el tercer permiso, me licenciaron.

Rafael Alberti y Miguel Hernández, a quienes conocería Manolo Prieto. También a la mujer del primero, María Teresa León.

Ingresé en la "Delegación de Propaganda y Prensa del Ministerio de Turismo", donde se hizo la mejor propaganda de Guerra, comentada inclusive en la zona Franquista, y en este sitio y trabajo me sorprendió el final. Durante esta ultima etapa fui también dibujante político del Periódico " El Sol". A Alberti lo conocí en una comida. Iba con su mujer María Teresa León, también estaba Miguel Hernández y una periodista, creo que chilena, que nos leyó las manos a Miguel y a mí. (Textos: Fundación Manolo Prieto) (Ilustraciones del libro: Facetas artísticas de Manolo Prieto. Fernando Pérez Mulet Ed.) (continuará)


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Remigio Andújar Gómez nació en Sevilla el el 1 de abril del año 1917, hijo de padres sevillanos, Remigio Andújar de las Doblas y de Concha Gómez. Este año se cumplen 25 desde que muriera aquejado de una enfermedad, con apenas 68 años. El matrimonio se divorció y Remigio recibió la educación, interno, en un convento de Lora del Río (Sevilla), de donde saldría para hacer el Servicio Militar, primero cuatro años, durante la Guerra Civil y luego otros tantos dada su profesión de electricista. Y es que, durante la guerra no estuvo en el frente, sino en tareas de reconstrucción por mor de su trabajo.

ELECTRA PERAL PORTUENSE.
Remigio llegará a El Puerto con su madre y un hermano, José, rehaciendo ésta su vida familiar al formalizar su unión con un vecino de El Puerto, Castillo, con quien tendrá dos hijos mas y por tanto, hermanos de madre de Remigio: Juan y Manuel. En El Puerto, Remigio entrará a trabajar en ‘la fábrica de la luz’, en Electra Peral Portuense, que con el tiempo sería absorbida por la Compañía Sevillana de Electricidad, hoy Endesa. Las fuentes consultadas de la familia afirman que Remigio ya vino a El Puerto trabajando para esta empresa desde Sevilla donde se colocó como electricista en la Compañía, permaneciendo en diversos cometidos por espacio de cerca de cuarenta años.

En la imagen, a la izquierda, la Electra Peral Portuense, a la derecha, el Hostal España. (Foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Y es que Remigio, persona instruida, lo mismo leía contadores, que hacía instalaciones, era cobrador, o redactaba cartas en la oficina, lo que le supuso su promoción a administrativo, dada su formación. Atrás quedaron los tiempos en que leía los contadores de la luz de los campos del término municipal portuense sin más medio de transporte que una bicicleta. Pero aún, como electricista, se buscaría la vida por las tardes haciendo instalaciones eléctricas.

Cuenta un buen amigo y compañero suyo de la Banda de Música, Calixto García Rodríguez, que cuando a Remigio le tocaba guardia en la Electra Peral Portuense y había que encender y apagar el alumbrado extraordinario del centro --sendos tramos de las calles Larga y Luna-- lo acompañaba por la noche con una pértiga ya que había que conmutar este grupo de farolas de forma manual, encontrándose muchas veces en el recorrido con el sereno Sala.

FAMILIA NUMEROSÍSIMA: 11 HIJOS.
Y es que nuestro protagonista, casado con la también sevillana Gracia de la Rosa Valverde, nacida en mayo de  1919 y fallecida el 9 de septiembre de 1994. Tuvo una larga descendencia: 11 hijos: Manuel (+), Pepe que trabaja en Endesa y llegó a acompañar a su padre tocando también ‘la caja’, Remigio trabajador jubilado de APEMSA, Antonio trabajador en la clínica Santa María del Puerto, Miguel (+), Fernando, Juan (que toca el saxofón alto en la Banda de Música), Concha, Pedro,  Pilar y Jesús Andrés. Vivirían, primero en la calle Lechería –actual Cervantes—y luego en una casa de la Barriada de la Playa. Las patatas había que comprarlas por sacos, para alimentar a la prole. Su mujer, a la que conoció en Sevilla, era trabajadora  de  la Pirotécnica Militar, una fábrica de munición en la que, un desgraciado accidente hizo que perdiera un ojo.

En la Asamblea Local de la Cruz Roja. Sentados, de izquierda a derecha: desconocido, Miguel Bru, Remigio Andújar, Revuelta y Balbuena. De pie, de izquierda a derecha, Zampaña, Virués, y Vicente García Díaz con el casco blanco. 8 de diciembre de 1970. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

CRUZ ROJA.
Remigio era voluntario en la Cruz Roja, en la que pasaría por diferentes empleos: cabo, sargento, brigada, jubilándose como Teniente. Eran los tiempos que había que recaudar fondos con las almohadillas en la Plaza de Toros o el campo de Fútbol, pero también los tiempos en que había que actuar ante situaciones difíciles. Durante la Explosión de Cádiz en 1947 permanecería por espacio de más de una semana  colaborando en las tareas de auxilio en la capital gaditana. Sus compañeros de siempre: Ramón Clavijo, Revuelta, Balbuena, Julián Hernando, ‘Sanani’ cuñado de Revuelta…

El 1 de enero de 1967, recibiendo un nuevo equipo para ambulancia, la furgo CA-53595, en las puertas del Ayuntamiento. A la izquierda Remigio Andújar junto a 'Sanani'. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

Allí viviría una desagradable experiencia cuando fue detenido por la Policía, junto a un agente municipal y otro paisano, a los que detuvieron acusados de actividades sediciosas contra el régimen de la época, algo que se demostró incierto, siendo todos restituidos en sus empleos. Con una mobylette campera, hacía las rondas a los distintos puestos de socorro instalados en las carreteras de acceso a El Puerto en el cruce de las carreteras de El Puerto-Sanlúcar y Rota-Jerez, donde una tienda de campaña, equipo de curas y cuatro camilleros eran destinados  a lo que llamaban ‘el desierto’, pues casi nunca pasaba nada. Donde si había trabajo era en los Puestos de Socorro de las Playas de La Puntilla, Valdelagrana y Fuenterrabía donde, además, contaban con la colaboración de aquellos recordados practicantes (ATS), Bernal, Chamorro y Lamadrid.

La Banda de Rocafull, a las puertas del Ayuntamiento de la Plaza de Isaac Peral.

LA MÚSICA.
Remigio actuaba en la Banda Municipal de Música, primero con el maestro Rocafull (nótula núm. 217 en GdP) entrando en la academia de aprendizaje en 1942, en la que fué Casa del Pósito y la Alhondiga --luego conocida por la Casa de los Millones--, en cuyo solar, en unos de los laterales del castillo se encuentra el busto de Juan de la Cosa y una reproducción del mapa mundi de Juan de la Cosa en azulejos, enmarcado en la fachada del desparecido edificio. A principio de la década de los 40 del siglo pasado en los bajos estaban las cuadras de los burros de la municipalidad, y en el piso superior, a través de unas escaleras en muy mal estado, se accedía al cuarto de ensayo del Maestro bajo la dirección de José Joaquín Barba Rocafull.

La banda, con Remigio, conocerá diferentes emplazamientos para sus ensayos. Tras la Casa de los Millones vendría el hoy desparecido Colegio de la Plaza del Polvorista, el Instituto Santo Domingo, Bellas Artes en sus dos emplazamientos, el antiguo y el actual, el Mercado del Ejido de San Juan, la Casa del Pueblo --los actuales sindicatos-- donde vivía Manolo ‘el Tuba’, en la OJE --actual sede de Deportes--, en el Monasterio de la Victoria cuando fue sede de la Policía Local, en la Casa de la Cultura en ambas plantas, estando en la actualidad en el Polígono Industrial de la Autovía de Jerez.

La Banda de Música, dirigida por el Maestro Dueñas, en 1963, a las puertas del Ayuntamiento. De izquierda a derecha, fila superior, Rafael Portela (saxofón alto), Joaquín Morro (trompeta), Francisco Cachetta Guiofré (clarinete principal) (*), Eduardo (bombardino), Calixto Garcia Rodríguez (tenor), Manuel Gallardo Reinado (trombón), Francisco Güelfo (clarinete), José Sánchez (clarinete), Vicente González Sucino (fliscorno, bombardino), Ángel Delgado Herrera (trompeta segunda), José Luis Ramos Añino (clarinete), Antonio Ramos Añino (saxofón alto), Enrique Morro (fliscorno primera), Manuel Jiménez García (tuba primera). Fila inferior, Antonio Bernal (platillero) el niño Vicente García Díaz (clarinete), Juan García Sánchez (bombo), Francisco Dueñas Piñero (director), Remigio Andújar Gómez (caja) y Fernando Güelfo (clarinete y trompeta). La identificación ha sido realizada por Vicente García Díaz.

(*) Perteneciente al destacamento de italianos que estuvo alojado en El Puerto durante la Guerra Civil, se quiedó a vivir en nuestra Ciudad.

De a la Banda se hará cargo a partir de 1952 por espacio de 30 años el maestro Dueñas , hasta  1982.  (nótula núm. 197 en GdP) con quien continuará y, tras la desaparición de éste, con Miguel Leveque a la batuta. Procesiones, conciertos al aire libre, actos oficiales, desplazamientos a otras poblaciones, lo que sin duda ayudó a la economía de una casa con tantas bocas que alimentar, junto a su afición por la música. Tocaba un instrumento de percusión: la caja, si bien antes lo intentó con otros de viento; era el encargado que los instrumentos de percusión funcionasen y costeaba, de su propio bolsillo, los parches y arreglos que compraba en Establecimientos Parodi, en Cádiz.

En una orquestina, vemos a Remigio Andújar a la batería flanqueado por dos camareros. De pie de izquierda a derecha, Calixto García Rodríguezc, con el clarinete con un brazo sobre Antonio de 'Caza y Pesca', Miguel 'el gitano' con trompeta y Juan García Sánchez con el saxofón. (Fotografía: Colección Vicente García Díaz).

Además, Remigio, junto a otros amigos en otros grupos musicales, orquestinas más informales,  que actuaban en la Feria y Salas de Fiestas de El Puerto, tales como Jalisco y el Picnic, y otras de la zona, junto a Miguel Pacheco Felices, conocido como ‘el Gitano’ o ‘Gaona’, Enrique Galán González --que luego sería director de la Banda Municipal de Música de Rota--, Joaquín Morro Romero ‘el Tajaíta’, Calixto García Rodríguez y otros.

En esta imagen, vemos la Banda de Música dirigida por Miguel Leveque, en un homenaje organizado por la ciudadanía a la Policía Municipal, siendo Rafael Gómez Ojeda alcalde. En primer término Miguel Leveque. En las primeras filas, Vicente García Díaz, platillero, Bernal, con al Bombo y Remigio Andújar, con la caja. (Foto: Archivo Municipal).

LOS TRAJES DE REMIGIO.
Era un comentario generalizado que Remigio gastaba poco en ropa de calle y tenía su explicación: y es que siempre iba de uniforme. Entre semana usaba el de la Compañía Sevillana de Electricidad y los fines de semana alternaba entre el de sargento o brigada de la Cruz Roja y el uniforme de la Agrupación Musical Portuense, luego Banda de Música ‘Maestro Dueñas’. En el anecdotario extenso que se cuenta sobre nuestro protagonista están las bromas que le gastaban los compañeros ya que, entre semana iba a cobrar o a leer el contador  ‘varias veces’ a algunas bodegas y, por supuesto a libar de sus caldos. «--Niño, que voy a leer el contador en la Bodega de Terry». Y se escuchaba una voz: «--Otra vez, Remigio?».

Remigio Andújar, en el puesto de socorro de la Feria de Crevillet --una caseta de playa adaptada--, flanqueado por Vicente García, con uniforme de la Banda de Música y el Cabo Zampaña, con Uniforme de la Cruz Roja. Y es que una responabilidad llamaba a la otra.

COLECCIONISTA DE MINIATURAS.
Remigio, con aquellas gafas de miopía acusada, con su sempiterno cigarrillo alojado en la comisura de los labios (más tarde se aficionaría a los puros), era un coleccionista de miniaturas: soldados clásicos, marinos, legionarios, músicos, … Encargaba los moldes a los representantes que, una vez al año venían por El Puerto y el fundía el plomo, los adaptaba, fabricaba los instrumentos en miniatura, los pintaba… al año, cuando volvía el representante, a cambio de aquellos moldes recibían algunas obras de la producción de nuestro protagonista.

Tuvo una importante colección de figuras de nacimiento de Ángel Martínez, (izquierda) el imaginero de la Navidad por excelencia de El Puerto, hoy felizmente rescatado por Sucesores de A.M.  y el espíritu emprendedor de Vicente Rodríguez (ver nótula núm. 236 en GdP). escaparatismo-decorados/ Con aquellas figuras montaba impresionantes Nacimientos en algunas casas adineradas de El Puerto en la época. Y también llegó a poseer una considerable colección de figuritas de Antonia ‘la de los muñequitos”, También hacía pasos de Semana Santa en miniatura y penitentes de plomo que se podían adquirir en la Papelería Perez Pastor en la calle Larga o en Casa Cortés, en la calle Luna.

UN HOMBRE CULTO.
Vivió una infancia dura, que le marcaría a lo largo de toda su existencia. La familia del padre, con posibles, le hizo acreedor de alguna herencia, como una fábrica de conservas en Algeciras y otra de textiles en Málaga, que no sabemos como se substanció. Fue una persona culta, ‘de manos delicadas como decía su mujer’, que lo mismo leía el contador de la luz, que interpretaba  una pieza con la Banda del Maestro Dueñas, que evacuaba a un lesionado en el campo de fútbol. Murió con 68 años, el 29 de agosto de 1985. Se sintió indispuesto durante el acompañamiento musical que la Banda de Música porteña hacía a la Hermandad chiclanera del Cristo de la Piedra. Tras un periodo en hospitales y en su casa, Remigio tocaría pronto la caja en el más allá con esa sonrisa socarrona y esa bondad que eran características de su bonhomía. (Texto: José María Morillo).

3

No fueron solamente Ángel Martínez, ni su sobrina Carmela los que hicieron figuritas de Nacimiento en El Puerto, aunque es lo cierto que Angelito y Carmela fueron los más notables y famosos en toda España.

Sin embargo, esta Navidad debo traer aquí el nombre de otra artesana que, aunque natural de Ubrique, floreció en El Puerto, en los años cuarenta y cincuenta. Se trata de Juana López Ruiz, conocida por “Antonia, la de los Muñequitos”. Casada con Juan García Laynez, de Rota, ella trabajó en el Hospital de San Juan de Dios, como limpiadora, cocinera y él de enfermero. Vivieron en la calle de las Cruces, enfrente de Purullena, en la casa que fue de Bononato el de los pies grandes, y allí comenzaron a crear muñequitos de Nacimiento populares, con la ayuda, a veces, de un hermano de Juana, Alfonso López Ruiz. Luego pasaron a vivir a la “Casa de Aguado” en la Plaza del Polvorista, donde y que sea por muchos años, ha vivido hasta hace un par de meses el hijo de Antonia y de Juan, Manolín.

(En la imagen de la izquierda fotografía de Juana 'o Antonia' facilitada por la familia.)

En esa casa vivió “Antoñita, la de los muñequitos” y hasta hace un par de meses ha seguido viviendo su hijo Manolín.

Con el barro que sacaba de una cantera, en el camino de “Las Boneas” –”Las Monedas”–, en un barrero que era de la Viuda de Terry, a la que, anualmente, Antonia, pedía un papelito, para que el guarda no se metiera con ella, tenía ya la materia prima. El resto era dar forma a la arcilla, blanquecina y albariza. No tenía moldes, ni modelos. Lo suyo era la inspiración, movida por los dedos, de la que salían amagos de la Virgen, de San José , del Niño, de los pastores, de las ovejas, de las cabritas, de los camellos con los Reyes, de ángeles, de Herodes y sus soldados romanos… todos cocidos rudimentariamente en un bidón lleno de serrín, y, finalmente, decorados con unas pinturillas que Antonia compraba en casa del Cárave. El resultado era de lo más “naïf” y tierno que pueda pensarse. Y de lo más primitivo. Estaban –sin saberlo ella–, umbilicalmente entroncados con el arte ibérico, o con el púnico, como si el tiempo y los milenios no hubieran pasado.

Remigio Andújar, el de la Electra Peral, el del tambor de la banda de Dueñas, el de la Cruz Roja, llegó a tener un completísimo Nacimiento con figuritas de Antonia y todos los años lo colocaba –distinto– en su casa. Muchos clientes hubo en Rota, en Jerez, en Puerto Real, en Cádiz… Pero, pasada la Navidad, Antonia, o Juana, se dedicaba a crear figuras de toreros, de picadores, de toros, de alguacilillos, de mulillas, con la misma ingenua gracia. (En la imagen de la izquierda, Remigio Andújar).

Los puntos de venta fijos estuvieron en la Zapatería del Tito, en casa de “La Trabuca”, en la calle Ganado, frente a “Rueda”, y el marido de Antonia, Juan, tenía puesto ambulante que situaba, en la misma puerta del Bar Rábago, en La Pacilla.

Yo, cuando vi la exposición de “i Fenici”, en el Palazzo Grassi, en Venecia, el año 1988, me acordé, asombrado, de Antonia y me vino a la cabeza aquello de Juan Ramón Jiménez, tajante: “No existe arte popular, sino tradición popular del arte” (Texto: Luis Suárez Ávila).

4

Tomás de Vargas Suárez,  cantaor gitano, más conocido en la historia del cante como Tomás ‘El Nitri’, también recordado por ‘El Nitre’ o ‘El Mandanga’, nació en El Puerto de Santa María en el año de 1850. Sobrino de Francisco Ortega ‘El Fillo’, Juan ‘Encueros’ y Curro ‘Pabla’. Envuelto en la leyenda, la vida de este intérprete está inmersa en una serie de contradicciones, partiendo de su lugar de nacimiento, aunque exista una partida de bautismo hallada en la Iglesia Prioral de El Puerto, pues existen opiniones dispares que lo consideran indistintamente natural de Cádiz, Arcos de la Frontera, Jerez de la Frontera y Puerto Real, lo cual ha producido polémicas entre los investigadores. No obstante, Demófilo, en su obra Colección de Cantes Flamencos, aparecida en 1881, lo califica de portuense, en virtud de la información que le proporcionó el cantaor jerezano ‘Juanelo’. En cuanto a su muerte, la tradición oral igualmente se contradice, unos sostienen que murió joven todavía y tuberculoso y otros, lo niegan. Igualmente es motivo de distintos pareceres, las circunstancias que rodearon el otorgamiento en su favor, y por vez primera, del trofeo La Llave de Oro del Cante.

LLAVE DE ORO DEL CANTE.
En torno a este acontecimiento, la versión más divulgada es que la recibió en 1868, [hay quien afirma que fue en 1862, dato tampoco constrastado] en el Café Sin Techo de Málaga, en medio de la euforia de un grupo de aficionados, recibiéndola de manos de Manuel Pérez de Guzmán y el general Sánchez Mira; existiendo otra versión en torno al hecho, ubicándolo en Jerez de la Frontera, durante una fiesta de cabales. Al cabo del tiempo y las investigaciones la duda persiste y no se tienen pruebas claras al respecto.

Lo que parece cierto es que vivió de joven en Cádiz. pues su familia, y él mismo, aparece en padrones de la capital de su provincia; y también que vivió en Alcalá de Guadaira y otras localidades sevillanas y en Málaga, en una especie de errancia consecutiva. Aurelio de Cádiz, en una de las curiosidades que narró a José Blas Vega, sitúa a ‘El Nitri’ cantando con la guitarra de Patiño en el colmao gaditano La Concha, al referirse a Andrés ‘El Loro’, quien también participó en la reunión. Igualmente, Aurelio de Cádiz recordaba que la letra de siguiriya que dice:
Pobrecito Ponce
que en Lima murió
cómo llamaba a Cristina murió
y no la vió.

referida al torero casado con Cristina Ortega, hermana de ‘El Cuco’, era original de ‘El Nitri’, amigo de Ponce.
La pastora divina
venga en mi compañía,
que me veo sin calor de nadie
y en tierra mu extraña

Juan Talega, en una entrevista de prensa, aseguró que ‘El Nitri’ vivió tres años en Alcalá de Guadaira, en casa de su familia. Al decir de Antonio Mairena, una sobrina del ‘Tío Maero’, que tenía noventa años, le relató que la fiesta en la que entregaron la Llave de Oro del Cante a ‘El Nitri’, estuvo organizada por los jerezanos Manuel Molina y Juan Junquera. En el número 75 de ‘La Ilustración Ibérica’  (Barcelona. 7-6-1884) puede leerse: «Caoba hizo el elogio dc su pariente, su tío Tomás, El Nitrí,- ¡Ese si que sabía cantar por tó lo alto! EI pobre espichó en Cádiz. Era mu bebedor y mu juerguista». Por lo que se deduciría que El Nitri murió hacia los treinta años de edad, aunque todo lo relacionado con ‘El Nitri’  son conjeturas, dada la falta de datos concretos, al no aparecer su nombre en ningún programa ni reseña de la época. (En la imagen de la izquierda, Juan Talega).

FRANCISCO ORTEGA ‘EL FILLO’.
Por circunstancias desconocídas. Tomás ‘El Nitri’ vivió desde niño con su tío Francisco Ortega  'El FilIo' que era muv amante de los niños. A ello alude la letra de la famosa soleá atribuida a ‘La Andonda’:

La Andonda le dijo al Fillo:
¡Anda y vete gallo ronco a cantarle a los chiquillos!

(En la imagen de la izqierda, en el centro, El Fillo junto al Planeta, a la guitarra, obra del portuense Francisco Lameyer. Es una de las  escenas Andaluzas de 'El Solitario'. Información falicitada por Francisco M. Arniz Sanz).

Los chiquillos que alude la copla bien pudieran ser ‘El Nitri’ y Silverio, pues, también el popular cantaor sevillano fue iniciado desde su infancia por los dramáticos cantes de ‘El FilIo’. Núñez de Prado, escritor jerezano melodramático y tremebundo, más atento a la anécdota y a la noticia tremebunda que al arte, nos legó hacia el 1909 un retrato arbitrario de el gran Tomás ‘El Nitri’ al que presenta como un caso de timidez erótica parangonable al de un Amiel. Algo así como un Amiel gitano. La especie difundida por Núñez de Prado es en absoluto falsa porque todo el mundo sabe que Tomás ‘El Nitri’ se había juntado a la mujer de su tío, ‘La Andonda’, muerto éste, que era mucho mayor que ella. Lo que está fuera de toda duda es que ‘El Nitri’ gozó toda su vida de fama de raro. Al parecer, ‘EI Nitri’, de quién se cuentan las más estrafalarias anécdotas, algunas de difícil credibilidad, solamente cantaba en reuniones de amigos y familiares y nunca en competencia con otros cantaores profesionales.

Por encima de todo esto está que Tomás cantó inimitablemente una siguiriya, que fue la que mas inmortalizó:
Por aquella ventana
que al campo salía,
le daba voces a la mare e mi arma
y no me respondía.

SILVERIO FRANCONETTI
Sin embargo algunas de sus extravagancias sólo en apariencia lo son. Por ejemplo aquella tan conocida de no cantar delante de Silverio Franconetti. Según parece Silverio se fue al otro mundo con las ganas de oírlo. La actitud incomprensible de ‘El Nitri’ se ha interpretado de diverso modo. Para los partidarios de Silverio la explicacion estaría en el complejo de inferioridad de ‘El Nitri’. En cambio, para los partidarios de ‘El Nitri’, el motivo sería mucho más profundo. Las relaciones casi familiares de Silverio con ‘El Fillo’ y sus parientes rompiéronse de súbito y por causas desconocidas o muy oscuras por lo menos, Silverio emigró a América, donde residió varios años. A su vuelta, ‘El FilIo’ había muerto. Es posible que una tragedia familiar fuese la vuelta del precipitado viaje de Silverio

Mientras duró su estancia en América, Tomás ‘El Nitri’ permaneció al lado de su tío ‘El FilIo’, del que heredó toda la tradición cantaora de la primera mitad del siglo XIX y todos los cantes de ‘El Fillo’. Silverio tenía un enorme interés en oír a ‘El Nitri’ porque era la única forma de refrescar la memoria de los cantes de ‘El Fillo’, su maestro. Y por eso precisamente ‘El Nitri’ no quería cantar delante de él. Entre ‘El Nitri’ y Silverio hubo además radicales diferencias artísticas. ‘El Nitri’ ha pasado a la historia como prototipo de cantaor especialista: su especialidad ya se saben: las siguiriyas y las tonás. Silverio, al contrario, se acreditó ante todo como ejemplo de cantaor enciclopédico, como Miguel Cruz Macaca y como Dolores ‘La Parrala’ entre sus contemporáneos; como Chacón y ‘La Niña de los Peines’ en nuestro tiempo. El arte de Tomás ‘El Nitri’ tuvo su fundamento en los cantes del ‘FilIo’, lo que vale tanto como decir Triana. Seguramente mejoró los cantes de su tío, que conocemos a través suya y de Silverio. De la rica variedad de siguiriyas de Tomás ‘El Nitri’ sólo tres o cuatro han llegado hasta nosotros. Son de impresionante sencillez y grandeza.

Inauguración de la primera sede de la Tertulia Flamenca Tomás 'El Nitri' en El Puerto, el 24 de abril de 1973. De izquierda a derecha, su primer presidente, Francisco Varo Marchán 'Cuqui', el alcalde, Fernando T. de Terry Galarza, el guitarrista Manolo Sanlúcar, desconocido y el guitarrista Antonio Núñez.

Imagen de los asistentes al acto inagural de la Tertulia Flamenca Tomás 'El Nitri', entre otros, vemos a Eusebio Espinar, Juan Martín Vélez, Navarrito, Fernando T. de Terry, Manolo Sanlúcar, Francisco Varo Marchán, Antonio Núñez, Antonio Oviedo González, ...

Otras siguiriyas asignadas por la tradición oral a El Nitri, son las siguientes:
«Oleaítas e la ma furiosa
que fuertes venés
y a la probe mare de mi alma
no me la traé»
. Y
«Arbolito der campo
riega el rocío
como yo riego las pieras de tu calle
con el llanto mío».

(Textos: José María Ruiz Fuentes. Extracto del Diccionario del Flamenco de José Blas Vega y Manuel Ríos Ruiz. Editorial Cinterco. 1985).

3

Las bodegas de El Puerto, Sanlúcar y Jerez reúnen un nutrido grupo de capataces concienzudos y dedicados, mayores y más jóvenes, algunos casi retirados, que son  un pozo de conocimientos acumulados, donde beber de su maestría.

De izquierda a derecha, Antonio Morión Monge, Capataz de Williams & Humbert Ltd., de Jerez;  José Lobato Peralta,  Capataz de Fernando A. de Terry, padre de Mari Carmen Lobato, casada con Javier Benjumeda; Luis Moreno Paz, Capataz de Fernando A. de Terry  padre de Juan Luis y Tatín Moreno; y Manuel Camacho Cala, Capataz de Osborne y Cía., hermano de Milagros, la segunda mujer de Pepe Romero Zarazaga, de Romerijo. A estos capataces de la fotografía les dieron un homenaje en una Fiesta de la Vendimia de Jerez, en la década de los sesenta del siglo pasado.

En la imagen de la izquierda, un joven José Antonio Gómez Sánchez, Capataz General de Bodegas Osborne, en una instantánea tomada 24 de marzo de 1939.

«Una frase habitual entre los obreros que llegaban a encargado de departamento era, medio en broma, la de que "ya podían ir a trabajar vestidos con una chaqueta". Pero ni eso ni la habilidad con la venencia son garantía de buen criterio en la selección y valoración de los vinos. La selección no ha estado nunca en manos de cualquiera, sino en la de los máximos responsables de las casas vinateras. Hay que tener ciertas cualidades para ello. Lo más difícil es la selección de los vinos y conservar el patrón sensorial de cada tipo de vino. Siempre serán necesarios, la venencia, la copa, la tiza y la presencia e intervención del capataz. Todo vino es un producto de la intervención humana, y cuanto más cercana y exigente sea ésta, mejor será el vino». (Rafael García. Capataz de Bodega).

Diego Suárez García, ‘Cantero’, nacido en la calle Lechería, 5 (calle Cervantes) el 20 de septiembre de 1944, bautizado en la Iglesia de San Joaquín. Tiene pues 66 años y presume de tener 16 hijos: 11 de su primera mujer y 5 de la segunda, que le han dado algo más de 30 nietos. ‘Cantero’ trabajó como eventual en las Bodegas Terry y Osborne “pero allí se ganaba poco dinero” y cuando comprobó con 21 años que por un día de estiba en los muelles cobraría 18.000 pesetas de los años sesenta del siglo pasado, su vida profesional discurriría ya como trabajado portuario, donde ha permanecido por espacio de 44 años hasta su jubilación.

Es asiduo visitante del tabanco El Bodegón, en la calle Pagador, que regenta Hector Cárdenas,  (ver nótula 816 en GdP) donde ya es conocido por lo singular del Ajo Caliente que prepara y donde, también, cantiñea algo de flamenco los fines de semana.

La casa donde nació y vivió Diego era la casa de ‘la Tormenta’, donde también vivía Cándida ‘la Negra’, (ver nótula núm. 214  en GdP) y un poco más arriba los Villar. De Cándida recuerda cuando él contaba apenas 7 años y, accidentalmente, se prendió la ropa lo que le produjo daños que la llevaron a la muerte. Era 1951. El abuelo de Diego, Eduardo de los Reyes y Reyes, la cubrió con un chaquetón pero poco pudo hacer. En un coche de caballos de Ariza la condujeron al desaparecido Hospital San Juan de Dios, donde fallecería a los pocos días, con 110 años.

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