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Manda la actualidad. La de las excavaciones arqueológicas que la semana pasada se han retomado en Pozos Dulces como trabajos previos a la construcción del discutido aparcamiento subterráneo.

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Detrás del tablero del puente colgante de San Alejandro (1846-1877) el espacio que ocupó la ermita de Consolación. A la derecha, una bodega y el convento del Espíritu Santo. / Fotografía de Jean Laurent, 1867. Biblioteca Nacional de España

Por supuesto, nada diré de los vestigios que se han exhumado al realizarse las catas arqueológicas que ahora, dado su interés histórico, se amplían. Al frente de la intervención están dos profesionales  –María Ángeles Navarro y Juan Miguel Pajuelo- de constatada solvencia y serán ellos, tras los estudios pertinentes y en su tiempo y forma, quienes informen a la ciudadanía de los hallazgos descubiertos y por descubrir.

Lo que yo quiero contarles son los antecedentes históricos que conozco del espacio de Pozos Dulces inmediato al antiguo puente de San Alejandro, en el que –de momento- no se ha intervenido. Y ya puesto, también haré memoria de algunas otras historias de tan destacado enclave urbano a orilla del Guadalete.  

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A la derecha, junto al desaparecido estribo del puente, la casa de Francisco Ciria. / Foto, colección de Miguel Sánchez Lobato.

BAJO LA CASA DE CIRIA

Recordará el lector la casa-bodega que existió junto al puente de San Alejandro, la que se derribó hará una década y que habitó Francisco Ciria y Vergara de la Concha, el padre de quien fuera alcalde de la ciudad (1948-1952) Eduardo C. Pérez (ver  nótulas 330 y 1313 en Gente del Puerto). Un ascendiente suyo, el presbítero José Pedro de la Concha, la mandó construir en 1828. En el memorial que para ello presentó al Ayuntamiento decía: “Que deseando adquirir un sitio donde poder construir una casa y bodega, he fijado la atención en el terreno de Consolación, próximo al puente de San Alejandro, donde antiguamente estuvo fabricada la ermita de aquel nombre. El terreno de que se trata está ocupado hoy según es notorio, por un montón de escombros y basura, por llevarlo allí los carros destinados para la limpieza, y fuera de lo perjudicial que es esto a la salud por el mal olor que exhala aquel sitio, es evidente lo deformado que en aquel paraje está el aspecto público, mucho más cuando por aquel lado hay un tránsito de personas muy frecuente.” El terreno donde se construyó el inmueble -en donde, reiteraba el solicitante, “en lo antiguo hubo en él construida una ermita, arruinada esta  y demolida hasta sus cimientos”- tenía 1.144 varas cuadradas (44 varas de longitud por 26 v de ancho = 36 x 21 metros), fijándose su venta en 1.152 reales de vellón.  

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La flecha roja marca la ubicación de la casa de Ciria en una imagen tomada hacia 1962 (el actual puente, entonces en construcción, se inauguró en 1963). / Foto, colección de Miguel Sánchez Lobato.

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El entorno de Pozos Dulces en 2012, con el espacio aproximado (en rojo) que ocuparía la ermita y escuela de Consolación. / Foto, Google.     

ERMITA Y ESCUELA DE NIÑOS POBRES

La de Nuestra Señora de Consolación fue una de las cinco capillas o ermitas que durante la Edad Moderna se levantaron a orilla de la ribera del Guadalete, con estas advocaciones: Santa María de Guía, Santa María del Socorro (posterior de San Antón), Santa Ana, la Virgen de la Concepción en la capilla de las Galeras y la que nos ocupa, frente a las calles Caldivilla (sic) y Ángel Urzáiz (en tiempos de la ermita, calles de Ginés de la Fruta –un célebre pescador porteño del siglo XVI- y de la Plata).

Poca información tengo de esta ermita, cuya advocación está vinculada al ‘consuelo’ que para los cristianos encierra el advenimiento del Apocalipsis. Sobre su origen,  se conoce que ya estaba edificada en 1738, no siendo probable que se remontara a muchos años atrás. El 19 de abril de aquel año se presentó en el Ayuntamiento un memorial de su Hermandad titular solicitando que se le permitiera ampliar la ermita con el fin de establecer una escuela que cubriese la instrucción de los niños pobres de la zona, de antiguo, el barrio de los pescadores, “por haber enardecido la devoción de bienhechores que se dedican a edificar escuelas competentes para enseñar primeras letras y doctrina cristiana a niños pobres de solemnidad, hallándose la hermandad con distintas cantidades depositadas con condición de que no se entreguen si no es para el dispendio y distribución de dicha obra”.

pozosdulces5_puertosantamariaA los pocos días, los munícipes concedieron lo solicitado, en estos términos: “...que arreglándose en la obra que pretende a seguir en línea recta por la parte del río y de tierra en la escuela que ha de ejecutar [...] acordó el conceder como desde luego concede a dicha capilla de Consolación y a sus hermanos en su nombre, licencia en forma para que ejecuten la obra que pretenden”.

Con toda seguridad, en 1807 la escuela ya no existía, según apuntó Hipólito Sancho, y acaso tampoco la ermita, suerte que corrieron las restantes emplazadas en la ribera. La de Consolación fue una de las tres cofradías de carácter docente que se establecieron en El Puerto durante el siglo XVIII, junto a la de Nuestra Señora del Rosario de la Aurora (desde 1706) y la de Jesús, María y José.  /En la imagen de la izquierda, Convento del Espíritu Santo. A la derecha, el cuadro de la Virgen de la Consolación que presidió la ermita de su nombre. / Foto, Alberto Díaz (web El Hachón Cofrade).

El maremoto del 1 de noviembre de 1755 afectó a la ermita de este modo, según vio y contó José Miguel Bernal: “…vimos salir el río de madre e inundarse todas las casas de la ribera desde Guía [Bodegas Gutiérrez Colosía] al Matadero [ex sede del Imucona], en donde vararon muchas embarcaciones y se inundó todo aquel sitio y Pozos Dulces, librándose solamente el convento del Espíritu Santo, adonde no llegó el agua. La ermita de Consolación se anegó y subió hasta fin del altar el agua y, asimismo, todas las casas de enfrente.

Por el padrón vecinal de 1782 se conoce que la ermita era un edificio exento, con dos puertas, “una para el uso de la ermita y otra a la parte de la iglesia que está en alberca, sin habitar persona alguna”. A la altura de 1797 asistía en ella el capellán José Santaella, un clérigo de menores órdenes, de 40 años de edad.  

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La ribera del Guadalete hacia 1962. / Foto, colección de Miguel Sánchez Lobato

LA CALLEJUELA DE CONSOLACIÓN Y EL MOLINO DE ACEITE  

El padrón de este año de 1797 también menciona la existencia en linde con la ermita de la callejuela de la Consolación, con seguridad alineada con la calle de la Plata (Ángel Urzáiz desde 1916 y de antiguo también nombrada Sarmiento, Curtidores y de la Fuente Chica); tramo viario –frontero al espacio que ocupó el varadero de Pastrana- que perduró hasta que en nuestros días se derribó el frente de las bodegas de Pozos Dulces.

Al otro lado de la callejuela en 1782 se levantó un molino de aceite, propio de Antonio de Vicuña y Juan Felipe Oyarzábal, sobre el terreno que once años antes -1771- habían heredado de un tío del primero, Jacinto José de Barrios San Juan, quien fuera uno de los más importantes comerciantes y cargadores a Indias portuenses. Probablemente tuviera la traza, como era propio de la época, de una torreta cuadrangular  similar a la del molino que se descubrió en 1994 en el solar que ocupó el huerto del convento de San Antonio de Padua.

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Frente al Ayuntamiento, Nevería y la plaza Peral, el molino de aceite del convento de San Antonio, ya semiderruido. Su hallazgo y demolición fue un visto y no visto.

Aparentemente, según se aprecia en la tercera foto de está nótula más arriba (señalado con la flecha verde), el molino de Vicuña y Oyarzábal se conservó completo en su alzado –integrado en el inmueble anejo- hasta que fue derribado hace unos años. Su ubicación coincide plenamente con la que se marca en viejos planos de la ciudad. Esta hipótesis que planteo se confirmará –o no- durante la intervención arqueológica.

Molinos aceiteros del último tercio del siglo XVIII –con sus trojes, la viga, el husillo, las molinetas, el alfanje- como los que tuvieron los Winthuissen  y José Miguel de Huerta en la Ribera del Río, Luis Lorenzo Rodríguez Cortés en la plaza de la Pescadería, el marqués de Villapanés junto a la Casa de las Cadenas o Juan José Reinoso en la calle Santa María.

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A la derecha, en una vieja imagen, la casa de Agustín J. de Vergara y la puerta de la vieja taberna, la Tienda de Consolación. / Foto, colección de Gaspar Veneroso.

LA TIENDA DE CONSOLACIÓN 8

El nombre de la ermita también la llevó una taberna, la Tienda de Consolación, en 1826 propia de Fernando Mendoza, que antes fue, ya en 1782, una tienda de montañés de Bernardo García, quien la mantenía abierta en 1804. Se encontraba esquina a Caldivilla, frente por frente a la ermita, en la casa que en el siglo XVIII levantó el regidor y mayordomo de la ciudad Agustín José de Vergara, cuyos portales –los que están decorados en sus pilares con bonitos motivos geométricos- se construyeron en 1782 (al tiempo que el molino) para ampliar la casa y, según leo en su solicitud, “para la comodidad de aquel desamparado sitio y a beneficio del tránsito público, a cuyo fin están constituidos los demás portales de aquel sitio por la hostilidad de los temporales.” La vieja tienda de Consolación nunca perdió, hasta el día de hoy, su actividad como establecimiento hostelero. Aún recordarán muchos portuenses en su solar, mediado el pasado siglo, el Bar Puente, de Manuel Muñoz Jaén.

LOS POZOS DULCES

Yo no sé qué ocurrirá cuando la tuneladora horade –hasta 8 metros de profundidad- el terreno de Pozos Dulces. Seguro que brotará en abundancia el nivel freático del río, tal como se ha constatado en todas las obras y excavaciones arqueológicas que se han practicado a lo largo de la ribera y sus inmediaciones. Y no sé si también manará el agua dulce de los pozos que dan nombre a la calle.

Pozos dulces de la ribera del Guadalete en los que en 1736 ocurrió, tras una pertinaz temporada de lluvias, lo que también contó José Miguel Bernal, ahora testigo de este otro fenómeno: “Este año ha sido tan copioso de aguas que desde San Andrés [6 de noviembre] del año antecedente hasta abril no ha cesado de llover con grande abundancia, y ha sido tan copiosa la lluvia que en esta ciudad por la ribera, desde la calle de la Chanca hasta las monjas del Espíritu Santo y Pozos Dulces, han reventado muchos manantiales de agua, que corrían hasta el río, cosa bien particular y que los más antiguos no la han visto ni oído decir a sus pasados.

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Pozos Dulces inundado a comienzos de los 70. / Foto, Rafa. Archivo Municipal.

De estos pozos, el ilustrado portuense Juan Luis Roche dejó escritas en 1771 estas interesantes apreciaciones: “…mientras más inmediatos al agua salada, son más dulces, y cuanto más desviados más salobres y profundos; porque en aquellos apenas se necesita soga para sacar el agua, y en estos últimos es necesaria una de muchas varas. Algunos Pozos crecen y menguan con las mareas, y debajo del agua salada en las menguantes se ha visto fluir agua dulce.

EL BALNEARIO DE SAN JOSÉ  

Detrás del terreno que ocupó la ermita y la casa de Ciria, junto a la orilla del río que en 1954 ocuparía el varadero de los hermanos Pastrana (ver nótula 713 en Gente del Puerto), entre 1881 y 1923 Felipe Losada y su hijo José mantuvieron abierto un pequeño establecimiento de baños que llamaron  Balneario de San José.  En su origen, una caseta de madera cubierta a dos aguas y compuesta de un departamento para vestuario (3 metros  x 2’40 de ancho) y un espacio para las inmersiones acotado con listones de madera hasta la línea de bajamar, sólo aprovechable durante una hora antes y otra después de la pleamar en las pequeñas mareas y tres horas durante los aguajes.

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Plano de la reforma de 1906 de los baños San José. / Archivo Municipal.

En 1906 José Losada reformó y amplió las instalaciones. La caseta, pintada de blanco, pasó a tener 7’75 m de frente, 6 de lado y 2’50 de altura, mientras que el cerco de los baños se amplió hasta 20 metros, formándose con estacas de pinos (4’50-5 m), tablazón y riostras con regatones de hierro colocadas de estaca a estaca. Con ello, Losada pretendía que los baños se tomaran entre las cuatro horas de las mareas muertas y las seis de los aguajes,  “dando más tiempo –decía en su solicitud- para que la clase pobre, que es precisamente la que los utiliza, pueda aprovechar y disfrutar los beneficios de los baños de mar, que tanto se recomiendan”. En 1916 el uso de la instalación costaba 10 céntimos a los adultos y 5 a los menores de diez años.

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El varadero de Pastrana, cerrado en los años 80, en el lugar que ocupó los baños San José. 

La costumbre de tomar baños en la ría del Guadalete, que comenzó en 1816, cuando se instalaron los primeros baños flotantes junto al puente de barcas de San Alejandro (1779-1839), fue desapareciendo con los trabajos de canalización y dragado del río que se verificaron durante el primer tercio del siglo XX y ante el progresivo deterioro de la salubridad de sus aguas (en lo que no poco influyó la construcción en 1897 por la Azucarera Jerezana de una corta junto al Portal). Sólo permanecieron en el río, como una reliquia, los baños de San José.

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El corro de bolos de Pozos Dulces, el 'Corribolo' hacia donde hoy está la glorieta de acceso a la ciudad. Lanzando, el montañés Manuel Gil de Reboleño. / Foto, Antonio Gil Insúa.

LOS CORROS DE BOLOS  

Felipe Losada, en 1868, trece años antes de abrir los baños, estableció en Pozos Dulces, a la espalda de la destilería de aguardientes de Ramón Jiménez, frente a la iglesia del Espíritu Santo, un ‘corro de bolos’ público formado con un malecón de madera. Aquí lo mantuvo hasta 1891, cuando lo trasladó junto al puente de hierro de San Alejandro (1883-1977), donde permaneció hasta que a los cuatro años, en 1895, tuvo que desalojar el lugar al crearse el Parque Calderón. Y de nuevo volvió a instalarse en su primer lugar, donde continuó, en manos de su hijo José, hasta fecha incierta. Pero la tradición del lugar como bolera perduró hasta mediado el siglo XX. Hoy, la peña carnavalesca El Corribolo, ubicada frente a la bolera del puente, recuerda en su nombre su pasada existencia. / Texto: Enrique Pérez Fernández.

mary_ward_puertosantamaria La Congregación de Jesús (CJ), o el Instituto de la Bienaventurada Virgen María (IBVM), conocida en España como Madres Irlandesas o de Nuestra Señora de Loreto, es una congregación femenina religiosa católica fundada en 1609 por la británica católica Mari Ward./En la imagen de la izquierda, la fundadora de la congregación, Mari Ward.

Un grupo de ocho religiosas irlandesas y una de Gibraltar fundaron en El Puerto de Santa María, en el año de 1888, el primer convento de Loreto de España, asentándose en la casa número 68 de calle Larga, aledaña al Palacio Oneto, en la que posteriormente estuvo la sede social de Acción Católica y actualmente es un edificio de pisos de nueva construcción, inmueble en el que abrieron un colegio internado para señoritas. El apelativo de “Irlandesas” añadido al término “Madres” con que se designan a las profesas de dicha congregación se lo pusieron los portuenses, según el erudito local Luís Suarez (nótula 301 de GdP) y con este nombre son conocidas y reconocidas en los diversos centros que mantienen en España en la actualidad.

Si bien es cierto que este convento de El Puerto es el considerado fundacional de la Congregación en España, anteriormente, en 1845 realizaron un primer intento, abriendo un colegio en Cádiz capital con religiosas establecidas en Gibraltar, a petición de algunos gaditanos, institución que no cuajó, retirándose y disolviéndolo una década después.

convento_loreto_puertosantamariaEn el padrón de habitantes, correspondiente al año 1889, que se conserva en el Archivo Histórico Municipal figuran censadas en la casa número 68 de calle Larga: M. Wardy Feane, de 40 años, natural de Dublin; M. Colohan Sydney, de 32, de igual procedencia; M. Flood Cody, de 30, dublinense igualmente; Charlotte Mc Mullan Mc Alloy, 29 años, de Belfast; M. Oshea Rosuez, 22 años, de Carlon; M. Oneuz Oneill, 30 años, de Wieblon; M. Byne Connor, 28 años, de Wexford y J. Córdoba González, 20 años, de Gibraltar.  Falta la Madre Superiora, Juana Murphy y Gould, que aunque no figura censada por estar continuamente de viaje por toda la amplia comarca del Valle del Guadalquivir promocionando el colegio y buscando mecenazgo para el mismo, dirigía la comunidad y figura en la historia del IBVM de España como su fundadora. En esa fecha tenía 48 años y pocos meses después de estar establecida cambió su firma, signando como “M. J. Estanislao Murphy” adoptando el nombre de religiosa “Madre Stanislaus Morphy”. /En la fotografía, la casa núm. 68 de la calle Larga, en 1978. Foto: Rafa.

Para el ambicioso proyecto educativo de estas religiosas, la casa de calle Larga, siendo espaciosa y amplia, no bastaba en sus tres plantas para albergar a la comunidad, un oratorio, comedores y otros servicios, aulas y alojamientos para las alumnas. Estaban, pues, de forma provisional hasta trasladarse a un lugar que cumpliera los requisitos requeridos para la labor docente que pretendían desarrollar.

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A la izquierda los terrenos que ubicaron la basílica de San Juan de Letrán, el Hospital y cementerio de Galeras. A la derecha el pilón de San Juan, operativo hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, que surtió de agua potable a los vecinos del barrio que no contaban con dicho servicio en sus casas.

Las gestiones de la Madre Stanislaus dieron su fruto, obteniendo de la Armada la cesión de un solar de su propiedad de casi cinco mil metros cuadrados de superficie, situado en el Ejido de San Juan, con frente a la calle de ese mismo nombre, en el que estuvo ubicada la Basílica de San Juan de Letrán y el Hospital y cementerio de Galeras. Dos años atrás había salido a pública subasta por un precio inicial de 6.680 pesetas, sin que se admitieran posturas por debajo de esa cantidad. Nadie se presentó y el solar continúo formando parte del patrimonio del Ministerio de Marina.  El solar en cuestión estaba rodeado de un alto tapial que se conservaba en algunos tramos y aunque algunas de las dependencias se mantenían todavía cubiertas, estaban en estado de ruina y lo que fue iglesia se encontraba en alberca, es decir solo los muros sin techo. Aún así, las irlandesas no se desanimaron, iniciando una campaña de búsqueda de benefactores, empezando por el ayuntamiento, en donde encontraron un gran valedor en Ramón Ameneiro y en otros ediles a los que la instauración de un colegio femenino les pareció una idea excelente.

escritura_loreto_puertosantamariaEn los primeros meses de 1889 el ayuntamiento accede a la petición de piedras para construcción, tomando el acuerdo de ceder todos los materiales que le correspondiese de las concesiones de extracción de las canteras de la sierra de San Cristóbal. /En la imagen, documento que atestigua lo actuado.

Y la campaña de recaudación empezó a funcionar, registrándose varias donaciones importantes, lo suficiente como para realizar un primer proyecto, aunque la culminación no sería a corto plazo.  Pero, milagrosamente, cuando estaban en estos trámites las Madres Irlandesas recibieron una propuesta para adquirir un amplio palacio en la calle Real de Castilleja de la Cuesta, provincia de Sevilla. Lo llamaban de Hernan Cortés porque en él afirman que murió el conquistador de México. Varias décadas atrás lo habían adquirido los duques de Montpensier que lo dieron, formando parte de su dote, a su hija María de las Mercedes cuando contrajo matrimonio con Alfonso XII. En esa época, por tanto, era propiedad de la Princesa de Asturias, María Mercedes de Borbón, menor de edad.

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El Palacio que adquirieron las Madres Irlandesas en Castilleja de la Cuesta, lo que hizo desistieran de continuar con su obra en El Puerto.

Negoció la Madre Stanislaus con la Reina Regente María Cristina la cesión y alquiler del palacio y aunque llevaba varios años deshabitado en poco tiempo y con poco coste estuvo en condiciones de ser utilizado, pasando allí algunas de las religiosas de este convento y las alumnas que entonces tenía, colegio de Castilleja de la Cuesta al que siguieron acudiendo hijas de familias portuenses de clase media y alta, clausurándose este.

madres_irlandesas_logoEn muy poco tiempo IBVM abrieron nuevos colegios en Sevilla, Madrid y Zayas (Vizcaya) adquiriendo un gran prestigio como enseñantes. (A título de curiosidad diré que Ana Botella, a actual alcaldesa de Madrid realizó su enseñanza primaria y secundaria en un colegio regentado por las Madres Irlandesas). La fundadora del convento portuense y de todos los demás citados, la Madre Stanislaus Murphy, Superiora Provincial con residencia en Sevilla, falleció a los 79 años de edad de un a angina de pecho el 19 de julio de 1919 en Dublín ciudad a la que había acudido para asistir al Capítulo para elección de la Superiora General del Instituto. A su entierro asistieron, según relata la prensa madrileña, jesuitas, dominicos, franciscanos, más de medio centenar de sacerdotes seculares y un enorme gentío, dando fe de la popularidad y estima que gozaba no solo en nuestro país sino también en su patria natal. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.- A.C. PUERTOGUÍA

Como viene siendo ya costumbre, y por dieciocho años consecutivos, desde la celebración de su XXV Aniversario, los antiguos alumnos de La Salle de la Promoción de 1971 celebraron una nueva reunión y cena logrando con ello seguir uniendo lazos y apoyando nuevos proyectos. La cena se celebró el pasado sábado 7 de junio, a partir de las 21.30 horas, en el Restaurante Santa María (Parque Calderón).

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Fila superior, de izquierda a derecha: Pedro Jiménez, Antonio Vaca, José Luis Aragón, Paco Llamas, Fco. Fdez. Lores, Fernando Ahúcha, Luis Miguel Rosso y Eduardo Blanca. Debajo de izquierda a derecha: Martín Delgado (prof.), Antonio Villar, Nicolás Jiménez, Casimiro García, Chano Rodríguez, Rafael Camacho, José M. Sánchez Caballero, Manolo Morillo. Agachado: Antonio Oliva. En recuadro: Andrés Daza. Faltan en la foto: Juan Borrás y José Luis Gallardo que habían ido a cambiarle el agua al canario.

Bajo la tutela y testigo recogido por el antiguo alumno y ahora profesor del Colegio don Nicolás Jiménez Aragón, se reunieron una veintena de compañeros y ptofesores manteniendo viva la llama del recuerdo de los años mozos que no volverán pero que sirvieron en su momento para labrar un estilo de vida que logra reunirlos todos los años con agrado y ganas de repetirlo durante muchos años más.

Hay que recordar que este acto ha adquirido ya solera en nuestra ciudad y que es pionero de otras muchas generaciones de estudiantes que han recuperado sus contactos a través de esta iniciativa.

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En esta ocasión uno de los componentes del grupo, concretamente Fernando Ahúcha Poullet conocido entre sus amistades por "Benito", pronunció unas emotivas palabras para aquellos compañeros que ya no están físicamente con el grupo pero que indudablemente su huella seguirá siempre presente en cada convocatoria. /Texto: Manolo Morillo.

En verano se celebraban en El Puerto, en el patio de Instituto Santo Domingo con algunas salidas al exterior, los Cursos de Estudios Sociales de la Universidad de Sevilla que fundara y dirigiera el profesor Francisco Sánchez-Apellániz Valderrama catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de dicho centro universitario y director de los Cursos de Verano.

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En la imagen, patio del Instituto Santo Domingo. En primer plano, el colaborador de GdP Luis Suárez Ávila, cuando era alumno de Derecho en la Universidad de Sevilla, participando en dichos cursos. /Foto: IES Santo Domingo.

sanchezapellaniz_puertosantamariaEl Instituto de Estudios Sociales de Sevilla, dependiente de la Universidad, organizaba desde 1963, una serie de cursos dirigidos a estudiantes y profesionales. En el año 1969 se llegaron a organizar tres cursos en verano: Estudios Sociales para Universitarios, Estudios Sociales y Pedagógicos para maestros y estudiantes de magisterio y Estudios Sociales sobre Reforma de la Empresa, dirigido a personas del mundo emprendedor y del trabajo.

En la imagen de la izquierda, el catedrático Francisco Sánchez-Apellániz en 1975. /Foto: Archivo Municipal.

En aquella época solo se celebraban este tipo de cursos de verano en El Puerto de Santa María, que acogían a estudiantes de toda España y del extranjero. Sánchez-Apellániz destacaba que había escogido El Puerto «entre varias localidades del Distrito Universitario de Sevilla, por las ventajas que presentaba: es una localidad ni demasiado grande ni demasiado pequeña, tiene solera estudiantil y un ambiente ideal para los trabajos que realizamos. En El Puerto vivimos y trabajamos estrechamente unidos durante los días que duran nuestros trabajos, formando una comunidad de intereses que afortunadamente van mas allá que los cortos treinta días que pasamos juntos».

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pacocastrobarreroFrancisco Castro Barrera, alababa días atrás en el diario El País el método de enseñanza impartido por la universidad Oberta de Catalunya (UOC), donde cursó la Licenciatura de Derecho. Todo ello sin olvidarse de que a los matriculados en castellano se les cobra un precio consistente en más del doble que a los que lo hacen en catalán. Y es que Fran o Paco, como le conocen sus allegados, aunque nacido en Mérida, no vive en Cataluña, sino que, desde hace 12 años vive en El Puerto, por amor.

ENTRE LA MEDIACIÓN Y LOS CIBERDELITOS.
Este abogado con despacho en El Puerto, que ahora se está formando en la Mediación, una técnica jurídica poco practicada en la provincia de Cádiz, que prima evitar evitar los pleitos, propiciando los acuerdos entre las partes. Especializado en el Derecho de las Nuevas Tecnologías, es colaborador de la Oferta Educativa Municipal, siendo ponentes en diferentes institutos de secundaria y bachillerato, ofreciendo charlas sobre el Ciberbullyng (ciberacoso escolar entre menores) y otros ciberdelitos: sexting (envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos inteligentes), extorsión, grooming (conductas y acciones emprendidas por un adulto ganándose su amistad, creando un vínculo emocional con el menor, con el fin de disminuir sus inhibiciones y poder abusar sexualmente de él), etc...

cbINGLÉS LEGAL.
Nuestro protagonista es administrador y profesor del Curso ‘Legal English’, un entorno en Facebook para enseñar el idioma inglés relacionado con el entorno jurídico, impartiendo clases de forma altruista. Francisco está, además, especializo en Derecho Laboral, Civil, Familia, derecho sucesorio y otros. Está Diploomado en Práctica Jurídica Forense en el Colegio de Abogados de Cádiz, al que pertenece. Es Master de Profesor de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formacion Profesional, en la Universidad de la Rioja, en la especialidad de ‘Economía de Empresa’. En unas semanas entrará a formar parte del Turno de Oficio. Entre sus otras especialidades está la de abogado matrimonialista; le apasiona llevar casos relacionados con divorcios, separaciones, guarda y custodia de hijos, reclamaciones de paternidad, etc. /A la izquierda, Paco Castro en el IES Santo Domingo, durante una de sus charlas de la Oferta Educativa Municipal.

uoc-logo-fase3LA UNIVERSIDAD ABIERTA DE CATALUÑA.
Ivanna Vallespísn, recoge en El País que «Francisco Castro acabó hace tres años la carrera de Derecho en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Vive en El Puerto de Santa María (Cádiz), así que se matriculó en la modalidad de lengua castellana. Antes de acabar la titulación se enteró que estaba pagando el triple de sus compañeros que estudian en catalán. Francisco alaba el método educativo de la UOC, pero critica esta política de precios. “Me parece injusto. No todos podemos hacer los estudios en catalán”, lamenta. [...] La diferencia de precios es ampliamente conocida por los alumnos de la UOC y por las redes sociales circula algún que otro consejo para ahorrarse un buen pellizco. “Te puedes matricular en catalán y después buscar los materiales en castellano, hay tráfico de materiales por la red. Algunos de mis compañeros lo hicieron, pero yo no me sentía seguro para estudiar en catalán”, explica Castro».

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Antonio Labrador Ruiz nacido en Zufre, (Huelva), el 25 de abril 1837 y fallecido en El Puerto de Santa María, el 5 de agosto de 1915, fue un sacerdote jesuita y misionero antepasado del escritor, vinculado literariamente con nuestra Ciudad, Aquilino Duque.

Predicador y padre Jesuita. Después de pasar algunos años en Valverde de Leganés (Badajoz) con su hermano José, ingresó en la Compañía de Jesús en 1837. En la dispersión acaecida con la Revolución de 1868 volvió a pasar unos años en Alburquerque (Badajoz) con su hermano, a la sazón arcipreste de la iglesia de Santa María, y en 1871 es destinado a Palencia, formando parte de la pequeña residencia que los Jesuitas tenían en dicha población, en cuya diócesis comienza a ejercer de misionero en 1877. Durante los ocho años siguientes, dio prédicas en numerosos pueblos de Castilla.

Por iniciativa propia y mediando la recomendación del superior general de la orden de los Jesuita, el 18 de agosto de 1885 marchó a México como parte de una campaña de misiones., siendo nombrado superior de la iglesia de Orizaba. Estando en aquella misma ciudad, fundó además el Hogar Santa Isabel para ancianos desamparados, así como una casa de ejercicios anexa a la residencia y a la iglesia, y la congregación de las hijas de María.

En abril de 1889, durante una misa en Minas de Luz (Coahulla de Zaragoza), fue agredido por el Jefe político Carlos Beascoechea, lo que provocó un motín popular que se saldó con varios muertos. En carta al P. Ramírez, el jefe político Carlos Beascoechea justificaba el arresto por infracción del artículo II de la ley orgánica de la reforma constitucional del 14 de diciembre de 1874 y lo consignaba a la cárcel de Granaditas (Guanajuato), donde fue en compañía del P. Estanislao Mauleón y Vicente Luis Maucí. Como resultado, Antonio Labrador estuvo preso en Granaditas desde el 25 de mayo de 1889 al 28 de marzo de 1890.

Habiendo regresado a España al comienzo de la revolución mejicana en 1910, pasó algún tiempo en las residencias de San Jerónimo en Murcia y El Puerto de Santa María, donde falleció el 5 de agosto de 1915.

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EN EL PUERTO.
Los pormenores de su estancia en el Puerto de Santa María se hallan relatados en una carta  (Cf. Cartas ejemplares de la provincia de Toledo (1913-1914), p. 99), dirigida al P. Torres el 2 de noviembre de 1914, donde da cuenta de su trabajo en el tristemente famoso Penal, en los colegios de niñas y comunidades religiosas del Espíritu Santo, Capuchinas y Concepcionistas, Hermanitas de los pobres, etc. Fue asimismo responsable de la colocación de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús en el Penal.

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queridisimas-abuelasLa historia del Poblado de Colonización de Doña Blanca ha sido rescatada del olvido. El testimonio de sus primeras vecinas sirve para dar mejor a conocer esta zona rural de El Puerto. Estos testimonios, junto a las redacciones y dibujos de alumnos de Infantil y Primaria del Colegio Castillo de Doña Blanca, han sido la materia prima de un interesante libro de Ediciones El Boletín. Su título es “Queridísimas abuelas: mujeres pioneras del Poblado de Doña Blanca”, y Manuela Sánchez su coordinadora.

El libro explica cómo el Poblado de Doña Blanca fue colonizado por agricultores, que en la década de los 50 llegaron a estas tierras tras ser desplazados del área en el que estaban asentados por la instalación de la base militar estadounidense de Rota. Asimismo, “Queridísimas abuelas” ofrece un relato fidedigno de las duras condiciones en las que vivieron los primeros habitantes del Poblado.

Aquel poblado de colonización comenzó a gestarse en 1955 para dar casa y terrenos a las familias perjudicadas por la expropiación de terrenos para la construcción de la Base Aeronaval de Rota. En 1960 contaba con 56 colonos que vivían en habitáculos provisionales. No será hasta 1964 cuando comienzan las obras del actual pueblo; a finales de 1968 los colonos comienzan a vivir en  el nuevo poblamiento; en 1970 la población alcanza los 210 habitantes. La reubicación inicial fue pensada para la finca Manchón de Hierro, cerca del Pinar de Coig, Hijuela de Tiro y Baldíos de Santo Domingo, pero el ayuntamiento, se opuso y se decidió el actual emplazamiento, en las marismas, donde antaño llegaba el mar, siendo unos terrenos fuertemente salinos. Se barajaron varios nombres como Guadalete del Caudillo, La Piedad, siendo finalmente  el de Doña Blanca el elegido, por la cercanía con la torre medieval del siglo XV, que da nombre, también al yacimiento arqueológico.

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Una vista del poblado, al fondo Valdelagrana. /Foto: Ramón Pico Valimaña.

"El Poblado de Doña Blanca se fundó porque el Estado Español firmó unos acuerdos con EE.UU. para construir una base militar en Rota. Pero esas tierras estaban ocupadas por familias de agricultores a los que echaron. A cambio les dieron unas tierras que finalmente se acabaron llamando Poblado de Doña Blanca". De esta manera tan resumida, Andrea, alumna de cuarto de Primaria del colegio Castillo de Doña Blanca, cuenta los inicios de este poblado, construido en plena marisma del Guadalete y que administrativamente depende de la ciudad. Este relato forma parte del libro. En él, los alumnos cuentan diversos aspectos de la vida de los primeros colonos de este asentamiento. Y lo hacen en base a los testimonios de un grupo de mujeres que llegaron al Poblado siendo niñas y que ahora son abuelas. Así, mujeres como Antonia Peña o las hermanas Almagro (Soledad, María y Petra) no dudaron hace dos años en sentarse ante los pequeños para responder a sus preguntas, que se centraron en aspectos de la vida cotidiana como dónde dormían, qué comían o a qué jugaban.

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Antonia Peña y las hermanas Almagro (Soledad, María y Petra) con el libro que ha editado el colegio Castillo de Doña Blanca.

En el libro, hay un primer apartado donde aparecen los trabajos de los más pequeños. Son dibujos acompañados de pequeñas frases realizados por los alumnos del ciclo de Infantil y de los dos primeros cursos de Primaria donde se recrean escenas habituales de aquellos años en el Poblado. La vida en los barracones, la ausencia de cuartos de baño o juegos tan tradicionales como la comba son estampas que sorprendieron mucho a estos niños, según explica Manuela Sánchez, coordinadora de este libro.

Mientras, en la segunda parte se encuentran las redacciones escritas por los alumnos de tercero a sexto de Primaria del colegio. Algunos inician su composición como si de un cuento se tratara. Tal es el caso de María del Mar, de cuarto de Primaria, que empieza así en suyo: "Hace mucho tiempo, vivían tres abuelas que vivían en los barracones. Se bañaban en un barreño, calentaban el agua al sol y nada más que tenían un vestido para ponerse". Mientras, otros no dudan, incluso, en cuestionar la decisión política que provocó la construcción del poblado. Tal es el caso de Celia, de sexto de Primaria, que escribe: "Antes en el Poblado no había nada, todo era marisma. Les quitaron sus viviendas en Rota y les dieron estas tierras y, aunque aquí no había nada, no se les ocurrió denunciar la situación". Y también hay quien hace una reflexión sobre la vida de entonces y de ahora. "Esta vida fue muy dura, durísima, fue un periodo que nunca hubieran imaginado ni yo ni mis compañeros. Nosotros comemos muy bien, sin embargo ellos comían potajes, trigos, etc...". El libro concluye con un apéndice escrito por Juan Blanco Rodríguez que hace un repaso por los inicios del Poblado de Doña Blanca, una actuación promovida por el entonces existente Instituto Nacional de Colonización.

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Vista aérea del poblado de colonización. /Foto: Google.

Pero la publicación no deja de tener su vertiente didáctica y reivindicativa. Manuela Sánchez lo explica. "Los niños han podido ver que las mujeres han ido ganando poco a poco una parcelita en sus derechos". En él se retrata la vida de aquellas mujeres que a finales de la década de los 50 llegaron a unos terrenos con unas condiciones que no eran la más idóneas para una explotación agrícola por su elevada salinidad. A día de hoy, estas tierras son más fértiles que entonces pero ahora son pocos los que quieren dedicarse a una actividad tan dura como es la agricultura.

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Los alumnos del Instituto Laboral de ejercicios espirituales en el Colegio de la Salle, fueron tres días, a media pensión o mediopensionista como se decía entonces, es decir que almorzaban en el centro educativo y por la tarde, a meditar a casa.

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Identificamos en la fila superior izquierda, Agustín Fernandez Varela, desconocido, Falín Castro Manín Cantera, Rodríguez Hernández, Pepe Palacios, Martínez Monedero, Fuentes Pertiñez Jr., Juan Leon Aguilar, Jose Vicente González Selma, dos desconocidos, pero uno puede ser Luis Sanchez Matabuena.

Segunda fila, D. Ramon González Montaño, Felipe Enríquez, Cruz Salvadores, dos desconocidos, Nani Paullada, Pineda, Javier Merchante, puede ser un Moreno Naval, D. Antonio González Montaño, Paco Fuentes Pertiñez, Paco Guerrero Rosso.

Tercera fila, D. Jose Mª Peinado Merchante,  desconocido, Pepe Castilla Romero, Julio Herranz Benito, Moriña , Ponce de Leon, Cesar Castro, Gomez Gimenez, Camilo F. González Selma, Domínguez, desconocido, Sánchez Matabuena, desconocido, García Ramos, desconocido,

Cuarta fila, Antonio Diaz Figuereo, fila desconocida pueden ser de 1º Curso. Úlltima fila Luis Herranz Benito, el 5º Valiente Herrera, el 7º Manolo Lojo Lozano, Gordillo Perea, Corral y desconocido.  Año 1965/66. Identificación de Camilo F. González Selma. /Foto: IES Santo Domingo.

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Javier Alonso Barba, dirigiendo la Banda del Maestro Dueñas en el Gran Teatro Falla de Cádiz.

Javier Alonso Barba es el director de la banda de música 'Maestro Dueñas' (ver nótula núm. 1.711 en GdP). El sanluqueño dirige la banda de El Puerto de Santa María desde el año 2008, cuando comenzó con este proyecto con la ilusión de seguir creciendo en el mundo de la música que se ha hecho realidad. El pasado año, coincidiendo con el 160 aniversario de la banda (1853-2013) que lleva el nombre en honor del polifacético Francisco Dueñas Piñero (ver nótula núm. xxx en GdP), participaron en el XI Festival Internacional de Bandas de Música de Torrevieja. Además de director de la banda Maestro Dueñas, Javier es trompetista. 

guiahistoricoartistica_2_puertosantamaria1983.
Javier nació en Sanlúcar de Barrameda el 21 de diciembre de 1983. Era alcalde de la ciudad Rafael Gómez Ojeda. Mercedes García Pazos y Olga Lozano Cid, publicaban la Guía Histórico Artística de El Puerto. Se constituía la asociación historiográfica ‘Aula Menesteo’ que publica la Revista de Historia de El Puerto. El poeta Rafael Alberti recibía el Premio Cervantes. El argentino afincado en El Puerto, Alfredo Jorge Suar Muro, médico de la Prisión de El Puerto, era asesinado por la banda criminal ETA. Se constituía la Empresa Municipal de Aguas ‘Aguas de El Puerto-APEMSA’. Se derribaba la antigua Cárcel de Mujeres cuyo nombre perdura en la plaza de la Cárcel, inaugurándose al año siguiente en su solar el Hotel Los Cántaros. Ese año se presentaba a los comicios locales el Grupo Independiente, consiguiendo un acta, la del ex alcalde comunista, Antonio Álvarez Herrera. Se promulgaba un Real Decreto mediante el cual se determinaban los partidos judiciales a considerar, a los efectos de las elecciones a diputados provinciales. Nacía también otro músico, José Recacha, integrante del grupo Glazz. /En la imagen de la izquierda, la Guía Histórico Artística editada en 1983.

FORMACIÓN.
Comenzó su andadura por la música muy joven en el Conservatorio Municipal ‘Joaquín Turina’ de Sanlúcar de Barrameda, compaginándolos con los de la Academia de la Banda ‘Julián Cerdán’, de la que formó parte. Prosigue sus estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Musica ‘Manuel de Falla’ de Cádiz y ‘Francisco Guerrero’ de Sevilla, obteniendo en éste último el título Profesional de Música con las más altas calificaciones, cursando el Grado Superior de Música en el Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de la mano del catedrático Francisco Cano, entre otros.

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En la Plaza de Toros, en el lugar destinado a la Banda de Música, durante los espectáculos taurinos, Javier Alonso, al frente de la agrupación musical.

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Durante un concierto ofrecido en la arena del coso taurino portuense. /Foto: 11500ElPuerto

TROMPETISTA.
Ha recibido cursos de trompeta de los mejores profesores de este instrumento del territorio nacional, como Benjamín Moreno (solista de la Orquesta de RTVE), Jesús Azorín (Catedrático de Córdoba), Antonio Ureña (Catedrático del Conservatorio Manuel Castillo) y Joseba Robles (Solista de la Orquesta de Bilbao y de la Banda Municipal de Sevilla). Como trompetista ha dado innumerables conciertos de solista y de cámara, destacando el Primer premio que obtuvo en el Concurso de Música de Cámara y Grupos Polifónicos de Triana, fallado en el Conservatorio Superior de Música “Manuel Castillo”, y el 2º Premio en el VII Concurso Nacional de Jóvenes Intérpretes “Ciudad de Bollullos” con mención especial.

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Javier Alonso dirigiendo un concierto de verano en la Plaza de Cristóbal Colón.

...continúa leyendo "2.040. JAVIER ALONSO BARBA. Director de la Banda de Música ‘Maestro Dueñas’."

Todo se resuelve con una simple llamada de teléfono o un mensaje de correo electrónico. Lo bueno es llamar, al menos, con un par de días de antelación. Una persona de Sherry Gades, la empresa que organiza las catas, se desplaza al domicilio del cliente para ver el lugar donde va a tener lugar la degustación de los vinos. La idea es ver el sitio para poder establecer que elementos serán necesarios para llevarla a cabo. Ya sólo queda fijar la hora.

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José Antonio Sänchez Pazo y su hija Esther han puesto en marcha esta original iniciativa.

La empresa portuense se encarga de todo. Lleva las copas necesarias y luego se encarga de su limpieza, los vinos que se van a catar, una pantalla para proyectar una pequeña introducción que se realiza antes de probar los vinos y el experto que va a dirigir la cata, en este caso todo un veterano en el mundo de los jereces, José Antonio Sánchez Pazo. Químico de profesión, enólogo y con una amplia experiencia como ejecutivo en varias bodegas importantes del marco, Sánchez Pazo, de 49 años, ha decidido comenzar aventura propia junto a su familia y ha puesto en marcha Sherry Gades, una innovadora empresa relacionada con los vinos en particular y con el sector agroalimentario en general.

La empresa tiene varios campos de actuación, desde el asesoramiento técnico a empresas del sector, hasta poner en el mercado nuevos productos y también la ayuda a empresas bodegueras en el difícil campo de la comunicación, un campo en el que está especializada Esther Sánchez Páez, estudiante de Periodismo y Derecho y que comparte con su padre la responsabilidad de la nueva empresa “aunque toda la familia está implicada” resalta José Antonio.

De todos modos el campo más llamativo de Sherry Gades son las catas a domicilio. Ya existen en España empresas que trabajan este campo pero Sherry Gades es la primera que se forma especializada en el campo de los jereces, unos vinos complejos y dificiles de explicar y comprender si el enólogo no tiene formación en este campo. Sánchez Pazos ha pasado por todas los pasos de los jereces, desde el lanzamiento y la concepción de productos, hasta su comercialización internacional. Ha hecho numerosas catas y ahora está muy ilusionado: “en hacerlas desde un punto de vista, sobre todo, divertido. Se trata de que una reunión de amigos pase un buen rato catando unos vinos, o simplemente introduciéndose en este mundo”.

sherry-gadesCada cata viene a durar una hora y media, entre el video de introducción y luego la cata de cuatro vinos. El cliente puede optar por dos posibilidades, una cata de vinos del marco (por ejemplo fino, oloroso, amontillado y Pedro Ximénez) u optar por una cata de vinos viejos, toda una experiencia ya que estos tienen al menos, 20 años de antigüedad. De todos modos tanto José Antonio como su hija Esther destacan “que estamos abiertos a las sugerencias de los clientes. Se pueden hacer catas con vinos de una sola bodega o sólo de finos, o de manzanillas. Hay un campo muy amplio”.

En principio los vinos los aporta la propia Sherry Gades “para así garantizar que están en óptimo estado”. El próximo objetivo es también incorporar al catálogo de catas una de vinos de la Tierra de Cádiz dado el auge que están tomando en la provincia los blancos y los tintos.

En principio, las catas se realizan para un mínimo de 4 personas y los precios varían según el número de asistentes. Así si son un mínimo de 8 la cata de jereces cuesta 35 euros por persona y 40 si son menos de 8. “Si los asistentes son más numerosos, siempre negociamos los precios” indica Sánchez Pazos.

La de vinos viejos, debido a la excepcionalidad de las etiquetas que se degustan, sale a 55 euros por persona para grupos de 8 personas, y 60 para grupos menores. Y ahora también, comidas maridadas en casa de los clientes, con el cocinero sanluqueño, Dani Martínez: toda una alianza en armonía. /Texto y foto: Pepe Monforte.

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