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El reencuentro facebookero, con Javier un amigo de la infancia, ha sido el detonante perfecto, para que vinieran a mi memoria, aquellos estupendos veranos de finales de los 60.   Ciertamente,  para mi fueron  veranos,  distintos a los vividos anteriormente,  entre otras cosas, porque estaba, en esos años en los que era un poco rebelde sin causa, picajosa y protestona. Vamos, en la edad del pavo! También fueron   los que propiciaron, aquellos primeros vuelos libres, compartidos  solo con mis intimas amigas, aunque controlados por mis hermanos mayores, no se crean, pero…… por fin  con alguna autonomía.

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La playa de La Puntilla, antes de construirse el espigón.

Y es que tener trece años, ya era  mucho,  porque como digo, ya nos dejaban ir a  la playa  solas, no sin antes decirte por enésima vez: no te bañes en el Canal, guarda las dos horas de digestión, no te vayas muy dentro, no lleves, ni te montes en colchonetas, no os gastéis bromas en el  agua y nada de niños eh! Pero que dices, qué vergüenza!  Nosotras éramos muy formalitas  y lo único que queríamos, era  pasar un agradable día de playa, sin más pretensiones, que divertirnos  Se imaginan las sensación de  libertad  de tres chiquillas, ante la contemplación de nuestro precioso mar azul?  Pues si no son capaces, ya se los digo yo,  fue como si lo viéramos con ojos nuevos,  más  inmenso, más azul y más nuestro.

Y…. allá que nos fuimos, en autobús eh?  Con el calor que hacía, no era cosa de derretirnos ni pegarnos esa caminata, bajo ese sol de justicia. Por aquel entonces, creo recordar  que la parada estaba junto al Canal --actual paseo marítimo-- muy cerquita de nuestra caseta., de la que por cierto, ese día fuimos sus dueñas y señoras.  Abrimos a la primera, y  tuvimos  el privilegio de disfrutar de ese pequeño y entrañable  “apartamentito de verano” de color rojo intenso listado en blanco,   y además en primera línea de playa.

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Me consta, que somos muchos los que sentimos verdadera morriña  por ellas, y es que con el paso del tiempo se valora  mucho más lo que significaron para todos los portuenses y foráneos. Como cada año, la ubicábamos en el mismo sitio, era muy agradable, volver a coincidir con los mismos vecinos de siempre. Con algunos lógicamente se tenía más amistad, que con el resto pero,  había buena vecindad, eso era fundamental. Imagino que cuando nos vieran  aparecer, la mayoría se echaría a temblar. No, no exagero,  si digo que a veces parecía el camarote de los hermanos Marx. Pero… qué caramba, y lo bien que nos lo pasábamos! Era  como si del Échate  Paya, se tratara. Muchos sí, pero con orden, buena voluntad y lo principal, bien avenidos. No sé como lo hacíamos, pero como había que guardar las dos horas, pasábamos el rato  jugando a la lotería, al cinquillo, al parchís, o  a lo que se encartara .Les confieso,  a pesar de estar distraídos, nunca aguardábamos el tiempo requerido, pero cierto es que nunca nos  pasó nada.

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Pero  volviendo, a esas primeras incursiones en solitario, es bien cierto, que el hombre propone y Dios dispone. Me explico,  éramos tres chiquillas, monísimas,  paseando por la playa tranquilamente, y de un momento a otro  nos encontramos con algunos amigos  de esos de toda la vida… a ver, que iban a hacer ustedes? Pues como eran de confianza, no tuvimos problemas, y así se podría decir que fue nuestra primera pandilla.Tengo que decir que a veces en los juegos dentro del agua eran un  poquito brutos,  y más de una vez salí algo enfadada, pero se me pasaba pronto.

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La playa de La Muralla y Fuerte Ciudad, en una imagen de la época.

UNA PEQUEÑA AVENTURA: EL DORADO!

No recuerdo exactamente de quien partió a idea, pero decidimos,  que ya era hora de una pequeña aventura, y aunque no era nada del otro mundo,  para nosotras, no os quepan dudas que lo fue. Pues bien, aprovechando que la marea  baja nos daba tregua, llegamos hasta La  Muralla --Fuerte de Santa Catalina-- y trepamos por las rocas hasta llegar a la cima. La subida fue sin complicaciones, pero he de decir que la bajada  me imponía respeto, aunque contara con alguna caballerosa ayuda. Ya se imaginan a lo que íbamos no? Hombre, era casi una tradición. Caminamos durante un ratito, y de pronto….  helo ahí, cual El Dorado!. Efectivamente era el hermoso árbol de moras de El Buzo Qué bonito por Dios! Nos había costado,  llegar hasta él, pero mereció la pena. Y es que por tener  tuvimos hasta un pequeño herido, por  la picadura de una mal encarada avispa, pero no importaba,  el guarda, amablemente nos dio permiso, pero eso sí sin alborotar y de prisita, que no era cosa de molestar.

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Aquello fue una locura, las comimos por supuesto, pero… una mano traidora, comenzó a  tirárnosla, y  lógicamente, nos vimos en la obligación de defendernos, así que terminamos “pipando”  o lo que es lo mismo, como  un gran cuadro surrealista. Cuando de regreso llegamos a la playa, la gente nos miraba, pero  como algunos ya sabían de qué iba la historia, pasaron olímpicamente de nosotros, pero eso sí, alguna que otra risita se echaron a nuestra costa, claro que quien nos quitaba lo bailao?

En fin todo muy inocente, porque no olviden que éramos unas chiquillas,  y  aunque el paso de tiempo, se empeñaba  en definir nuestros cuerpos, nuestra mentalidad era la de la edad real que teníamos.   /Texto: María Jesús Vela Durán.

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Ha sido noticia reciente en toda España este empleado de bodegas Caballero, en El Puerto de Santa María, al conocerse que lleva 70 años ininterrumpidos cotizados a la Seguridad Social. Desde los 14 años no ha parado de trabajar, y tiene ya 84.

Francisco Parra García es el hombre que más trabaja de España. A sus 84 años ha cotizado sin interrupción 70 años a la Seguridad Social. 25.529 días. Y no piensa parar. «Mientras mental y físicamente pueda, no pienso dejar de trabajar», explica. «¿Qué hago yo por la calle sin nada que hacer?»

Nació en 1930, con la Dictadura de Primo de Rivera, conoció la II República en su infancia y empezó a trabajar con 14 años, en los primeros años de la dictadura franquista. En la posguerra Francisco Parra se colocó «como meritorio» -aprendiz- en una pastelería de El Puerto de Santa María, ‘Los dos Pepes’.

En la España de la posguerra, Parra recuerda que cobraba 5 pesetas al día. «Trabajaba 12 horas al día. Era peligroso, pero te aseguraban. Antes en los obradores, que es donde yo estaba, los hornos había que calentarlos con leña, así que te podías quemar. Tenía su peligro». Aguantó allí tres años y a los 17 años hizo su primer cambio de trabajo. Primero y último.

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«En mi calle vivía el capataz general de las Bodegas Caballero, Primitivo Roso Camacho. Un familiar mío le conocía y me dijo que hablara con él. Así entré en la bodega, de peón de embotellado, ganando 11 pesetas al día». Sería su última entrevista de trabajo, porque en esta empresa ha visto pasar la historia reciente de España: vio la caída del franquismo, que le pilló ya en las oficinas, trabajando en el departamento de compras de la bodega. Vivió la Transición y la llegada de la Democracia, cuando ya estaba en contabilidad. Son 70 años de la historia del país que le han pillado trabajado todos y cada uno de ellos.

La vida de este trabajador incansable también ha dado un vuelco desde que consiguió este empleo. «Entonces vivía con mi abuela y un primo. Ella cosía remendando ropa para ganar algo de dinero y con eso y lo que yo ganaba tirábamos. Hoy vivo con mi mujer y mi nieto».

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José Breval, desconocido, Ricardo ‘el de las Gomas’, Francisco Parra García ‘Parrita’, Tadeo Sánchez, José Trujillo y Vicente González Rivera,  en el desaparecido Campo del Racing, Eduardo Dato.

En Caballero, Francisco ha visto cómo España cambiaba al mismo ritmo que la bodega. «Antes todo era manual, ahora está todo mecanizado». Aunque no echa de menos esos años, sí que habla con cariño de esa época. La misma con la que, dice, hablan de él en su trabajo. «Me quieren mucho y me respetan. Me gusta lo que hago y tengo unos compañeros estupendos».

Francisco reconoce que sus hijos le dicen que descanse, pero él se niega. Después de 67 años en su empresa y 70 trabajando, no se ve sin nada que hacer. «Ahora voy solo el 15% de una jornada laboral, pero sigo ahí, cotizando y trabajando». ¿Hasta cuándo? «Hasta que el cuerpo aguante». /Texto: M.Moguer.

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El agricultor y prócer roteño, Manuel González Figueroa, quien fuera presidente de la Peña Tendido 7, persona culta, leída e instruida, poso de conocimientos, tenía, como todos los sabios, un gramo de locura. Su vida fue azarosa y sus andanzas, ocurrencias y dichos relacionados o acaecidos en su presencia y en nuestra Ciudad, bien merecen que le dediquemos en su momento, una nótula en Gente del Puerto. Vaya como adelanto este artículo que publicó en un periódico provincial, apropiándose del seudónimo de Marqués de Carabás, dedicado a uno de sus lugares favoritos, cercanos a los recintos carceleros, digno de coplas. In memoriam.

«Estoy hasta los cojones de los desayunos de pan con aceite de oliva. Los mismo le pasa a muchísimas personas, unos, los toman por la edad o por los saludables informes macrobióticos. Algunos, incluso, lo hacen por esnobismo, porque está bien visto, porque es in. 

11aHace años que hemos desterrado la manteca colorá, la blanca con zurrapa de lomo, la colorá con tropezones de asaduras o la de zurrapa de morcilla o, incluso, la delicia de las delicias, la verdadera y auténtica exquisitez, el súmmum de la delicatessen: la pringá, así como suena, con su cacho de tocino. Todo lo descrito no se puede comer a diario por la vida sedentaria, a no ser, que se juegue al tenis, se caven zanjas y otras cosas por el estilo.

La pringue del cerdo es veneno para los sedentarios, ya lo sabemos, pero una vez a la semana se puede comer, y eso es lo que hacen las decenas de ciudadanos que nos reunimos todas las mañanas de los fines de semana, desde hace algunos años, en la Venta ‘El Cepo’, de viernes a domingo, hasta pasado algo más de las doce del medio día.

Vienen de Jerez, de Rota, de El Puerto, Sanlúcar, Rota e incluso de Costa Ballena. Yo mismo voy a ‘El Cepo’ a los desayunos cortijeros. Allí no hay gilipollas que se ruborizan por ver a tantos fieles a la bendita colorá. Un día a la semana tonifica el ánimo. Y, además, se ha demostrado por científicos USA, que es un antidepresivo eficaz. ¡Ah, también hay aceite de oliva! Y a los que desayunan mantequilla con mermelada los miramos por encima del hombro».

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El conocido pub cafetería Milord, instituyó la insignia ‘Milord de Plata’, para distinguir a clientes o ciudadanos que destacan en la vida de la Ciudad. Va a hacer ahora 20 años, aquel diciembre de 1993, coincidiendo con el 18 aniversario de Milord, el galardón recayó en la Tertulia ‘Un Alto en el Camino’. De arriba hacia abajo y de izquierda derecha: Miguel Pineda Martí, Fosco Valimaña Lechuga, Antonio Almagro Buhigas, Eugenio Pedregal Valenzuela, Javier Tosar Barrera, Juan Franco del Valle, María de los Ángeles Nogueroles Candela, María Isabel Domínguez de los Reyes, Manuel Albert Alonso, Dandy, Alvaro Portillo, y Juan Luís Cordero Rodríguez “El Pijota”. /Foto: Colección V.G.L.

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LA DELEGACIÓN Y SUS DELEGADOS. De como las canas vinieron a sus sienes.

agustinmerellodelcuvillo_2_puertosantamariaLa historia de la Delegación lo es también la de los siete delegados que ha tenido desde que se abriera en aquel verano de 1988 con Agustín Merello del Cuvillo. Aquel porteño que se había marchado a Cádiz, que era un primer espada en el Diario, volvía a su pueblo a dirigir la Delegación con la experiencia adquirida en la redacción central de Cádiz, y la impregnó de portuensismo porque el llorado Agustín amaba a El Puerto como pocos. Y amarlo desde la distancia de la Bahía de Cádiz de por medio, era todavía mas si se pudiera, pues Agustín era un amante encelado de su Puerto, al que le dolía de forma especial, como ya empezara a relatarlo antes de su marcha a Cádiz con la sección ‘El Ruido y las Nueces’ bajo el seudónimo de Damasceno, que recuperó aquel verano con su nombre y apellidos y otra sección denominada ‘La Fuente de las Galeras’. Se marcharía en 1990 como Redactor Jefe en Cádiz y al año, nos dejó en esta vida. Sus restos, incinerados y esparcidos en la Bahía de Cádiz, los recuerda Francisco Montero Galvache: «Las cenizas tienen alas/ y las de Agustín Merello/ vuelan sobre el mar y cantan».

tilysantiagocossi_2_puertosantamariaTily Santiago Cossi será la nueva Delegada, otra periodista de aquí, nacida en la calle Alquiladores a la que también preocupa su Ciudad. Impulsó en la delegación los columnistas de opinión, y la sección histórica ‘Puerto Escondido’, donde intervinieron entre otros, Luis Suárez, Diego Ruiz Mata, María Jesús Rodriguez-Touron, Paco González Luque, Enrique Pérez Fernández, Paco Giles, … Le gusta reflexionar sobre el alma que, afirma, tiene El Puerto, esa que todavía “no hemos matado del todo” un Puerto “en coma que necesita un líder que recupere lo que queda de casco antiguo”, y abunda: “No hace falta hacer experimentos; podría valer el modelo de Cádiz de recuperación de casas y palacios que se caían y hoy están salvados para el disfrute de quienes vengan detrás”. Permanece en el puesto hasta que una baja maternal de seis meses, le obliga a atender sus obligaciones familiares. En 1994 salió el cuadernillo de la Edición de El Puerto.

jorgebezaresbermudez_puertosantamariaJorge Bezares Bermúdez será un delegado efímero pero intenso, el campogibraltareño desplegará una especial actividad en El Puerto, con atractivos diseños de páginas y nuevos fichajes de columnistas de opinión en agosto de 1995, --entre ellos quien esto escribe--, haciendo de el Diario una referencia constante en todos los aspectos de la vida de la Ciudad. Permanecerá en el puesto hasta diciembre de ese año y recibirá una cálida despedida de cuantos se relacionaron con él. Luego lo veríamos de director de Europa Sur, Delegado del Grupo Joly en Madrid y presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de los Alcornocales.

Vuelve Tily Santiago hasta 1997, donde pasará a formar parte de la administración autonómica en Cádiz en la Delegación de Obras Públicas, llegando, mas tarde a ocupar la Dirección General de Medios de Comunicación de la Junta de Andalucía.

rafaelnavasrenedo_2_puertosantamariaEn octubre de 1997, otro portuense, Rafael Navas Renedo será el nuevo Delegado. Nieto del director de Cruzados, Domingo Renedo, el porteño regresará a su Ciudad tras años en Diario de Jerez, donde se formó periodísticamente al finalizar la carrera de Ciencias de la Información. Transformó la delegación y «creó un diario dentro del Diario», en palabras del actual vicepresidente del Parlamento de Andalucía, el izquierdista Ignacio García, en el homenaje que recibió de personas, instituciones, asociaciones y empresas en la multitudinaria despedida que le realizaron cuando lo nombraron Jefe de Sección en Cádiz, en el año 2000. Nuevas secciones, diseño y contenidos vieron la luz en las páginas de El Puerto. Luego sería director de Diario de Jerez y en la actualidad lo es de Diario de Cádiz.

rosaromeroservet_2_puertosantamariaEse año 2000 Rosa Romero Servet, una vasca afincada en El Puerto, ocupará la titularidad de la Delegación, llevando a gala que la edición del Diario de El Puerto fuera la que tuviera más columnistas de opinión: catorce, pues las opiniones empezaron con su paso por la calle Larga, 91, a ser bisemanales. Y tuve oportunidad de colaborar con ella creando una sección de entrevistas breves. Se especializó en cuestiones de urbanismo y ecologismo, dando amplia cobertura al movimiento ecologista local, cogiéndole el periodo final de Hernán Díaz Cortés al frente de la alcaldía.

Francisco Andrés Gallardo llega en septiembre de 2005 a El Puerto como Delegado procedente de Cádiz, donde había ejercido diferentes responsabilidades en la redacción central, con posterioridad a su paso por la de El Puerto, cuya antigüedad se remonta a 1995.

franciscoandresgallardoalvarado_2_puertosantamariaLicenciado en Historia, es otro porteño, también de la calle Alquiladores, al que le duele El Puerto y lo demuestra en sus acciones editoriales y en el día a día, llegando a crear un cuidado suplemento con motivo de nuestro 725 aniversario como El Puerto de Santa María, involucrando de portuensismo la edición y simultaneando su trabajo con las páginas de televisión para los nueve periódicos del Grupo Joly. Creó la sección calle del Sol y calle de la Luna, adquiriendo protagonismo en la información cultural el redactor Carlos Benjumeda. Relativamente breve fue su paso en esta nueva etapa por la Delegación ya que en enero de 2007 le reclaman para centrarse en esa sección y en la de Sociedad, realizándola en la actualidad desde Cádiz y El Puerto para todos los periódicos del grupo, siendo una de las plumas mas influyentes en el panorama televisivo editorial de Andalucía.

teresaalmendrosedeso_2_puertosantamariaEn Enero de 2007 Teresa Almendros Edeso, nacida en San Sebastián pero porteña desde los quince años, regresa a la calle Larga 91 de El Puerto donde había estado de redactora cuando vivirá junto a Rafael Navas la muerte de Alberi, desde las páginas de Cultura del Diario en el que ejercía de Jefa de Sección. Teresa destaca: «Siempre he procurado no perder la buena costumbre de no perder el contacto con la gente, no tener solo como fuentes las notas de prensa y los textos oficiales». Y eso se nota, pues el Diario en El Puerto es y sigue siendo con su labor, el periódico de los portuense, el medio de los porteños, donde todas las voces tienen cabida y donde hasta las malas noticias, Almendros las presenta, además de con rigor, con una sonrisa.

OPINIÓN.

La sección de Opinión de el diario, las columnas se han llamado de diferentes formas: La Casapuerta con Tily Santiago; Las 4 Esquinas con Jorge Bezares; Las 7 Esquinas de nuevo con Tily Santiago; Larga 91 con Rafael Navas; El Candié con Rosa Romero, Bienteveo con Francisco A. Gallardo y El Alambique con Teresa Almendros. /Texto: José María Morillo.

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Un aspecto de la exposición que se muestra en el Centro Alfonso X 'el Sabio' con imágenes tomadas por los fotógrafos del Diario de Cádiz en El Puerto, en estos últimos 25 años. /Foto: José Antonio Tejero.

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En esta fotografía, mayoritariamente de colaboradores del Diario; de izquierda a derecha, José María Morillo, Pepe Mendoza, Juan Clavero, María Fernández Lizaso, Manolo Morillo, Salvador González Mateos, Rafael Sánchez, Jesús Almendros, Antonio Muñoz Cuenca, Vicente Rodríguez, Pipi Gago y José Antonio Tejero junto a la Delegada, Teresa Almendros Edeso. /Foto: Andrés Mora.

Durante su vida profesional y política, Fernando Gago se ha relacionado en diferentes ocasiones, con miembros de la Casa Real, tanto en El Puerto como fuera de la Ciudad, bien con la compañía bodeguera en la que trabajaba, Terry o representando a la Ciudad, desde las diferentes responsabilidades que tuvo a lo largo de mas de 20 años en el Ayuntamiento. Recogemos algunas instantáneas de dichos encuentros.

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Con S.A.R. --visitante asiduo de El Puerto-- en esta ocasión en la feria Alimentaria en Barcelona, representando a Bodegas Terry.

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De izquierda a derecha, Angel Ruiz a la sazón presidente de la Federación Andaluza de Vela, desconocido, el entonces alcalde de la Ciudad, Hernán Díaz, S.M. la Reina Doña Sofía y Fernando Gago, en el Salon Columbus de Puerto Sherry, durante el Mundial de Vela Mundovela'92.

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Con S.M. el Rey Don Juan Carlos, momentos antes de acceder a la Real Plaza de Toros, para la inauguración del Palco Real. De testigo el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y el Delegado del Gobierno, Manuel Torres Hurtado.

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Con S.A.R. el Príncipe de Asturias, durante una celebración de Fitur en Madrid, en presencia del presidente del Club Náutico, José María Escribano Ivison.

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Este taller estaba en la calle de la Chanca, donde actualmente tiene ‘El Venta’ el concesionario de motos BMW. De izquierda a derecha, Juan Tey Sánchez ‘Juanaco el cojo’, señora desconocida, Antonio Tey Sánchez, Paco ‘Carburo’, José Tey Sánchez ‘el Tete’ y desconocido. Al fondo podemos ver las palmeras, algunas desaparecidas y el puente de San Alejandro, actualmente desaparecido. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

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Adelina La O Laje nació el 19 de febrero de 1922, en la porteña calle de las Cruces, 32, junto al desaparecido Cine Moderno, casa en la que pasó la mayor parte de su vida y sus años más felices. Era hija de Carmen Laje y Joaquín La O quien, junto a su hermano Gabriel formaban una familia de las de aquella época.

1922.
Llegaba a El Puerto --a la iglesia de San Francisco-- una reliquia de San Francisco Javier, copatrono de la Ciudad, concretamente un brazo. Era alcalde de El Puerto, Manuel Ruiz-Calderón y Paz. Ese año la hacienda pública embargó el 66% de los ingresos al Ayuntamiento por débitos, y el 25% del sobrante por igual morosidad, con la Diputación Provincial. Desaparece la Biblioteca Popular sita en la calle Luna, que sería anexionada al Colegio de las Esclavas. Bodegas Osborne funda la la solera del oloroso medium ‘Solera India’ de al menos 25 años de vejez.

adelinalaolaje_joven_puertosantamariaEse año de 1922 año Rafael Alberti expone una muestra pictórica en el Ateneo de Madrid y publica sus primeros poemas en la revista ‘Horizonte’. Se transcriben y reproducen las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, ‘el Sabio’ que se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, a cargo del musicólogo Julián Ribera. En 1922 nacían también el coleccionista Ramón Bayo Valdés y América Martínez, la primera mujer catedrático de guitarra de España, que falleció el pasado 2010 en El Puerto. ABC publicaba en su edición de 17 de septiembre la crimen o suicidio por ahorcamiento, del sargento de carabineros retirado, Roque Fernández Regueira, natural de nuestra Ciudad. /En la imagen de la izquierda, Adelina, con 18 años de edad.

BODA Y NACIMIENTOS.
Adelina, siendo aún muy jovencita, se casó con Diego Suárez Herrera y, de aquel matrimonio nacieron sus seis hijos: Carmen, Diego, Milagros, Mercedes, Adela y Joaquín. Fue Joaquín su ojito derecho, porque al estar enfermo ella le tenía ‘una cosita especial’. Se quedó viuda muy joven, quedando sola con sus hijos pequeños y sin dinero para tirar para adelante. Luego vendrían los nietos de sus hijos mayores: Yolanda, Carmen, Marcos, Faly y Milagros y, también tuvo dos bisnietos: Oscar y Ernesto, con quienes deliraba.

adelinalaolaje_2010_puertosantamariaA raíz de su situación económica tuvo que salir a buscar trabajo para poder llevar adelante a sus hijos, encontrando un trabajo en el antiguo Cangrejo Rojo --luego Club Mediterráeno--, donde se llevó cinco años en los servicios hasta que, más adelante, pudo conseguir una pensión del Estado que consiguió dada su situación familiar. Mientras le llegaba la pensión, y con solo 12 pesetas y un kilo de pan, tenía que hacer maravillas para llegar a fin de mes. /En la imagen de la izquierda, Adelina en plaza de Isaac Peral, en una fotografía tomada en 2010.

CARTAS POR ENCARGO.
Especial interés tiene la faceta de Adelina --que fue una privilegiada para su época ya que sabía escribir y leer muy bien--. Las madres que tenían a sus hijos haciendo el Servicio Militar o fuera de El Puerto, la buscaban para que les redactara las cartas, cosa que ella hacía desinteresadamente y solo recibía la voluntad de sus vecinos. Aún sin tener nada, Adelina ayudaban o que podía y siempre tenía las puertas abiertas para sus amigos y vecinos del Barrio Alto, barrio que la vio nacer, donde se crió y educó a sus hijos y nietos.

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Adelina y su hijo Joaquín 'Manzanita'.

‘MANZANITA’.
Le gustaba mucho bailar y tomar sus cafés por las tardes en algunos de los bares portuenses, acompañada siempre por su hijo Joaquín. Fue para muchos, la madre de ‘Manzanita’ uno de los apodos de Joaquín por el cantante de igual nombre, o ‘la madre del que pide el durito’, pero para sus familiares y amigos más íntimos, era una gran mujer, buena hija, hermana, madre, esposa, abuela y bisabuela, porque no existe un rincón en El Puerto donde no la conocieran y hablaran de ella.

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Un posado de Primera Comunión de su hijo, Joaquín.

El 17 de diciembre de 2012, con 90 años de edad largos, nos dejaba Adelina. Pero, hasta el último instante, estuvo rodeada de sus familiares y amigos más cercanos y siempre estará en el corazón de todos ellos y en el recuerdo cariñoso de todos los portuenses que la conocieron. /Texto y fotos: Carlos Pumar Algaba.

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Tras veinte años ausente de El Puerto el chef portuense, que triunfó en el restaurante Focolare de Madrid (ver nótula núm. 551 en GdP), se establece en Jerez en un establecimiento situado en la avenida Alvaro Domecq donde elabora una cocina “al detalle”: Ajonegro.
 
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Cada vez que describe un plato te dan ganas de comértelo. Precisa la forma en que lo hace, como cuida cada detalle. “A las salsas no le pongo la verdura, tan sólo el jugo que sueltan, quedan muchísimo mejor”. El caldo de cocer las gambas lo reduce para luego incorporarlo a la ensaladilla. Es de los pocos que ejecuta ya recetas de cocina internacional como el steak tartar o el roast beef que sirve a la manera inglesa con puré de patatas y guisantes.

Roberto Romero Miura nació en Sevilla, aunque al poco tiempo se trasladó a El Puerto de Santa María. Desde pequeño estuvo relacionado con el mundo de la alimentación. Su padre, Roberto Romero Laffite (ver nótula núm. 333  en GdP) regentó “Conservas Sur” una legendaria empresa con sede en El Puerto y que hacía conservas tanto vegetales como de pescado.

Estudió en Madrid en la Escuela Sol donde adquirió ya sus primeros conocimientos técnicos como cocinero. En ese mismo periodo ya toca su primer gran restaurante “Lúculo” donde estuvo haciendo prácticas. Su primer trabajo, ya finalizados sus estudios sería en El Puerto de Santa María en el restaurante Pasta Gansa. Precisamente ahora, 20 años después, vuelve a trabajar con el mismo empresario Jorge Manrique, el mismo que ahora ha abierto Ajonegro en la avenida Alvaro Domecq de Jerez, en los bajos del Hotel NH, donde Roberto ejerce de jefe de cocina.

Durante estas dos décadas Roberto ha trabajado en Sevilla y, sobre todo en Madrid, donde regentó durante 11 años el restuarante “Focolare” donde, a pesar del nombre del establecimiento, ejercía una cocina gaditana en la que no faltaban ni las ortiguillas, ni el pescado frito, ni las tortillitas de camarones. De postre triunfaba el tocino de cielo. Su cocina llegó a captar el interés de importantes críticos gastronómicos: Julia Pérez, crítica del ABC de Madrid elogiaba en una de sus crónicas sus tortillitas de camarones: “doradas, ligeras y crujientes, como una filigrana con marcado sabor a marisco”.

Ahora con 46 años Roberto vuelve a su provincia  y con la intencion de quedarse en la zona. Por el momento está funcionando con una carta provisional para la apertura del establecimiento pero quiere renovarla para introducir más especialidades. Han optado por una carta corta, 20 platos. Es la idea que se está imponiendo. Huir de las grandes cartas para así garantizar la frescura del producto.

Pero lo fuerte del local serán las sugerencias de temporada. Para eso gran parte de las paredes de Ajo negro son pizarras en las que se puede ver el despiece de una vaca o de atún de almadraba además del anuncio de platos de atún, de salmorejo o de unos tomates “Raf” aliñados con aceite de Olvera, una ensalada muy de Jerez que es un plato bendito cuando se hace en condiciones.

La decoración de Ajo Negro es del propio Jorge Manrique y de Christian Harhoff. Hay aire de gastrobar con grandes pantallas de luz en el techo, mesas altas y bajas que se alternan por el salón, cocina a la vista del público, grandes cristales que iluminan el local y una amplia y cuidada terraza en la avenida Alvaro Domecq.

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Terraza Ajo Negro, en Jerez.

La carta alterna tapas y platos para compartir. Es la misma en todo el local. Lo mismo te puedes encontrar una selección de quesos de la Sierra de Cádiz o jamón ibérico de bellota de Extremadura que las propuestas elaboradas de Roberto Romero. Uno de sus fuertes son las croquetas. Las hace de bacalao y de jamón y son de esas, señala, de masa casi vaporosa. La masa debe estar fría de frigorífico para poder empanarlas bien, pero luego la esponjosidad es la que cautiva a los que las comen, asegura el cocinero. Se sirven solas, huyendo de la moda actual de acompañarlas con salsas para mojar.

Las propuestas son de cocina internacional, una asignatura complicada de encontrar ahora en hostelería. La temporada de atún se aprovecha con un sashimi (pescado crudo cortado en lonchas finas) o un tataki. Al roast beef, un plato típico inglés difícil de encontrar en la provincia se une otro clásico, el steak tartar, una masa de carne picada y aromatizada. Hay también huevos “Benedictine” otro plato de cocina internacional en el que un huevo escalfado se acompaña con una salsa holandesa, díficil de conseguir, y el toque personal del cocinero un pisto de verduras.

Está también presente la cocina peruana, ahora de moda con un “tiradito” de peza mantequilla y trufa. Para los clásicos la opción es un bacalaco confitado con pisto y un pil pil que se realiza con ajo negro. Este producto es el que da nombre al local. Se trata de un producto venido desde Oriente. Son ajos normales que se someten a un proceso de fermentación con el que se consigue que su color se oscurezca, de ahí su nombre, y que también su olor y su sabor sean mucho más suaves.

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Los huevos benedictine, uno de los platos de Ajo Negro.

Pero en la carta también hay propuestas de la tierra como la ensaladilla de gambas, otra tapa estrella de Jerez. La de Roberto sólo lleva patatas, gambas y mayonesa y se enriquece con una reducción del caldo de cocer el marisco. Con los chicharrones especiales de Chiclana se prepara un plato en el que se acompañan de lascas de queso payoyo de Villaluenga y un pesto (salsa italiana con ajo, aceite y albahaca) de tomates secos.

Hay también carrillada al vino tinto y unas alcachofas que el cocinero prepara de una forma singular, confitando solo la parte blanda en aceite y luego abriendo las hojas para que parezcan una flor. Tienen también chuletón de vaca retinta hecho al carbón. La idea es incorporando más especialidades como las manitas, un plato que triunfó también en Madrid. /Texto: Pepe Monforte.

 

 

Me llamo Manolo Mármol Frigolet. Tuve la suerte de nacer en Andalucía, mas concretamente en Cádiz, allá por el 1964 un mes de abril y vivo en El Puerto de Santa María. Desde chiquitito (que no he crecido mucho mas desde entones) ya empezaba a decir tonterías y disparates.

Cursé aquella EGB, el BUP y EL COU y decidí dejar de estudiar para trabajar en una empresa familiar y aquello hizo que pensara en dedicarme al mundo del espectáculo, y hace aproximadamente 20 años me presenté por primera vez a un casting de Canal Sur TV, para el programa ‘Las Cuatro Estaciones’ dirigido por Tomas Summers. De ahí pase por Antena tres TV, TVE, Tele 5 (sin premio). He tenido la suerte de compartir escenario con maestros del humor y de la comedia tales como Chiquito de la Calzada, Paco Gandía, José Luis López Vázquez, Lina Morgan… He recorrido casi la totalidad de la geografía española incluidas las Islas y hoy en día después de mil y una aventuras televisivas y teatrales tengo la fortuna de encontrarme en este catalogo para que juntos podamos recordar de alguna que otra tontería y algún loco disparate. Como esta que os cuento:

Manolo Mármol visto hace 15 años por Fito Carreto, en su casa de El Puerto.

«Hemos detectado que en la provincia de Cádiz, últimamente, han aparecido en nuestro ecosistema fenicio unos pajaritos, loros verdes o cotorras, que se han adueñado del espacio que hasta hace muy poco tiempo era el paraíso para palomos y gorriones de patinillos. Estos últimos sufriendo en sus carnes un aumento del colesterol y un desgaste de la espina dorsal a causa del despropósito de muchos de nuestros hijos.

Os voy a explicar escuetamente el porque. Desde que en Cádiz se perdió la costumbre de merendar pan con manteca para dar paso a los petit suite, las caracolas de chocolate, los donuts y demás productos gastronomitos con un alto índice de grasa tipo colesterol “malo” los niños  cuando ya no quieren mas cogen y tiran por la ventana que da al patinillo… un pedacito de donuts,… medio petit suite… y el gorrión que toda la vida de Dios ha comido miajon de pan que le dan los jubilados pasa a comer esas cositas llenas de colesterol, las plumas empiezan a ponerse fea, parecen plomadas para ir a pescar, le cuesta trabajo volar y de vez en cuando cambian su singular “canto” por un sonido tipo…” quillo, quillo”.

Solo me gustaría pedirle que si sabe alguna solución para poder poner fin a este ataque de los loros verdes y que vuelva a resurgir el Gran Gorrión de Patinillo Gaditano, les agradecería en el alma que nos lo hiciera saber para emprender acciones legales en contra de los loros verdes y … ya mañana te sigo diciendo (Es que mi mujer me ha dicho que recoja la ropa que esta tendía)… Si cariño ya dejo el ordenador. Adiooooos».

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De pié, de izquierda a derecha, desconocido, Manuel Gago Vélez (padre de Fernando Gago); José Luis Péculo Utrera (Tío Luis); Manuel Ortega Infante, Manuel Rascón García, desconocido. Sentados, de izquierda a derecha, José Manuel Buhigas Cala (padre de José Ignacio Buhigas Cabrera) Julio Gutiérrez Pérez, desconocido, Francisco Renedo, Antonio Pérez. /Identificación V.G.L.

Organizado por un movimiento ciudadano de El Puerto, que asustados por la “paupérrima” situación por la que atraviesa la ciudad --antaño una de las mas dinámicas de la provincia-- y que si no está muerta ya le falta un cuarto de hora. Este movimiento sin ningún ánimo de lucro, ni de intereses políticos; “esto lo pagamos a escote entre todos y como veis ni un político presente” declaraba Nicolas Terry, uno de los promotores de esta idea. En referencia a la filosofía y pretensiones de este colectivo de ciudadanos, Terry lo define así “solo pretende agradecer a los emprendedores que han apostado y apuestan por el Puerto, su dedicación y su compromiso, a pesar de que en mis 62 años de vida jamás había visto al Puerto tan mal. La apuesta continuada de estos valientes tiene y debe ser reconocida por todos los hombre y mujeres del Puerto”.

Para este primer “encuentro – homenaje”, que se celebro en la viña Belludo Bajo, cedida para la ocasión por los hermanos Jesus y Angel  Carrero, el homenajeado fue el cocinero jerezano, pero asentado en El Puerto, Angel Leon, donde su restaurante “A Poniente” luce por segundo año consecutivo su prestigiosa estrella Michelin.

A la llegada de Ángel León, uno de los organizadores, Nicolás Terry 'le explica lo que hay'. Objetivo de sorpresa conseguido: la cara de Ángel León lo dice todo.

Pero tal como declaro Terry en sus palabras al homenajeado: “esta vez te a tocado a ti Angel, pero esto continuará muy pronto, ya que tenemos que celebrar como se merece unas bodas de plata, y no solo nos vamos a centrar en la gente de aquí, sino también en los portuenses que se han tenido que ir a otras ciudades y desde ellas trabajan y engrandecen la marca El Puerto de Santa María, con su trabajo y sus dineros”.

Los dos chef Angel y Alejo con sus tres estrellas Firestone y cuatro Pirelli, ¡que pedazo de arte hay en este Puerto!

Gastronómicamente la batuta la llevo Manolo Alejo con sus 3 estrellas Firestone y cuatro Pirelli, se encargo que de los fogones saliera una rica sopa de tomate y una esplendida berza de tagarninas y cardillos, con un aperitivo de chacinas y chicharrones de “Manolo Ortega”, un jamón gentileza de “5J”, con Salva a los mandos del cuchillo (desplazado ex profeso desde su Jabugo natal), y como no podía ser menos aderezado con  un extraordinario pan, con picos y regañá incluidos, de la panadería “Horno de las Cañas”. Todo un menú de contrastes con el habitual que ofrece el denominado “chef del mar”, como genialmente lo definió Pedro Ingelmo en su crónica del evento firmada en los Diario de Cadiz y de Jerez.


Una foto de grupo con el homenajeado.

Especial mención a los postres, donde no faltaron las típicas “Tejas del Puerto” y sobre todo una sorprendente versión de un “patio de los de toda la vida”, donde las macetas, todas decoradas a modo de geranios y claveles, eran comestibles (magdalenitas), y que fue realizado ex profeso para la ocasión por la “Asociación de Amigos de los Patios Portuenses” que promueve con la vitalidad que le caracteriza Nani Poullet.


De izquierda a derecha, Iván Llanza (Osborne) – Jose Manuel y Gonzalo Córdoba (Ventorrillo El Chato y El Faro del Puerto) – Manolo Alejo – Angel Leon – Jesus Carrero (Viña Belludo bajo) – Bernardino Rodriguez de Quiros (Director General Sanchez Romero 5J) – Angel Carrero (Viña Belludo bajo) – Falsarius – Jose Maria Godinez (CCA El Puerto) – Rafael Osborne (Osborne)

Los caldos de jerez tanto “finos” como “viejos”, fueron aportación de “Osborne”, que extendió la misma a sus vino de rioja, “Viña Monty”, y de ribera “Señorío del Cid” . También la gama de orujos y licores que fabrica la emblemática marca portuense estuvo representada en el evento. Para la ocasión y para reafirmar y prestigiar “lo nuestro”, lo “portuense” y lo “del marco” el whisky brilló esta vez por su ausencia, siendo este sustituido por un esplendido brandy  “Conde de Osborne”, Solera Gran Reserva.

...continúa leyendo "1.681. HOMENAJE A ÁNGEL LEÓN. Estrella Michelín."

Patio de la calle Luna, esquina con Santa María, frente a la zapatería 'La Bota de Oro', restaurado y convertido en casa de apartamentos.

Patio de la calle Jesús de los Milagros.

Patio de la calle Larga, Casa de Oneto. (ver nótula núm. 879 en GdP)

Patio de la calle Santo Domingo, propiedad de la familia Thuillier (ver nótula núm. 147 en GdP), antes de su remozamiento.

Patio de la calle Pagador, convertido en casa de vecindad.

Patio de la Casa Palacio Reynoso-Mendoza, sede del actual Ayuntamiento que es el único edificio público, siendo los anteriores de propiedad privada. Fotoplumilla. /Fotografías de Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

 

 

(viene de la nótula núm. 1.675)

SEDE EN LA PLAZA DE TOROS.
En agosto de 1.960, el ayuntamiento encarga a los talleres a las escuelas de la Sagrada Familia la construcción de dos puertas de las mismas características y dimensiones que las existentes en la plaza de toros por un importe de 19.800 pesetas cada una, para colocarlas en dos de los bodegones de la misma 48 y 49, y pasar el servicio contra incendios a la plaza de toros, mas concretamente a los bodegones nº 47-48 y 49, junto a las cuadras de caballos, hoy solamente queda al exterior el nº 49.

En noviembre de 1.960 el ayuntamiento aprueba de urgencia por un importe de 45.949 pesetas con 78 céntimos unas obras de adaptación de la carpintería de la plaza de toros, la cual estaba en la entrada principal a la derecha, para acondicionarla como vivienda del conserje de la misma, Francisco Vaca, y dejando las dependencias que este ocupaba, que eran en la puerta principal a la izquierda, al chofer de bomberos José Ortega y a su numerosa familia.

Camión Hispano Suiza.

A principios de 1.961 José pasa a vivir en las dependencias de la plaza de toros, pues el solar de la antigua pescadería se vende para construir las viviendas de La Pescadería --en proceso actual de derribo--, y el Parque de Bomberos pasa a instalase en los bodegones antes mencionados.

El camión Hispano Suiza que tantos servicios le hizo a la Ciudad, y en las que tantas horas de trabajo pasó José, fue sacado a subasta en 1961, siendo alcalde Luis Portillo Ruiz (ver nótula núm. 966 en GdP) y adquirido por la empresa propietaria del parador de Fuentebravía por 36.000 pesetas para el riego de sus instalaciones interiores.

VIVIENDAS EN PRECARIO.
Por aquel entonces todos los bodegones restantes de la Plaza de Toros estaban ocupados por familias sin recursos evacuados de las cuevas de la sierra de San Cristobal por unas inundaciones que hubo, donde mal vivían compartimentándolos con tablones de maderas. En la Plaza nació el popular personaje ‘Luichi’, Luis Pinto Corzo (ver nótula núm. 103 en GdP). Solamente existían 3 grifos de agua potable en la Plaza de Toros, y uno de ellos estaba en el Parque de Bomberos, por lo que siempre estaba lleno de chiquillos y personas para pedir agua para cocinar o lavarse, y José nunca se los negaba. Después, la mayoría de estas personas fueron enviadas a una barriada que se construyo en las afueras de El Puerto denominada Barriada de la Coronación, también conocida como Vietnam, por lo alejado del centro, siendo la actual Barriada de El Juncal. /En la imagen, viviendas en la Plaza de Toros. Foto Rafa.

La Barriada de la Coronación. /Foto Rasero.

UNA GRANJA EN LOS BODEGONES.
Al quedar libres los bodegones de la Plaza de Toros y vista la necesidad que se pasaba en aquel entonces, y dado que en el Ayuntamiento el salario era corto, y tenia que alimentar a su amplia familia, José decidió criar algunos pollos, conejos y cochinos en uno de los bodegones, aunque después les daba pena sacrificarlos y le encargaba ese cometido a algún conocido.

En la fotografía vemos a Pepe 'el Bombero' en la plaza de Toros, con un nutrido grupo de amistades.

Ya entonces, además de José y su hijo mayor José Ortega Valenzuela, entran a formar parte de la plantilla de bomberos su otro hijo Jesús Ortega, Juan Rizo, Juan Galán, Felipe Márquez, , los cuales los vemos es esta foto encima del camión en los bodegones de la plaza de toros, y un joven voluntario llamado Carlos Acal Salado, el cual gracias a su valor en la actuación en un incendio de una vivienda en la calle Larga esquina con Santo Domingo, se le reconoció su mérito y paso a formar parte de la plantilla poco después.

...continúa leyendo "1.676. JOSÉ ORTEGA DOMÍNGUEZ. Pepe ‘el Bombero’. (Y II)"

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Hoy se le rinde homenaje público de reconocimiento, 40 años después del accidente en el que falleció en acto de servicio, a José Ortega Domínguez. Esta es su vida y la del Servicio Municipal de Bomberos, durante más de 20 años: entre los inicios de la década de los cincuenta y setenta del siglo pasado. Esta es la historia de Pepe ‘el Bombero’.

José Ortega Domínguez nace en El Puerto de Santa Maria el 17 de Mayo de 1918 en la calle Cervantes, hijo de Diego Ortega y Manuela Domínguez, es el mayor de una familia de ocho hermanos. La vida de José esta marcada desde muy joven por las penurias de la época, naciendo cuando su padre estaba en el servicio militar, pues según consta, Diego ingresa el 3 de enero de 1.918 en el arsenal de la Carraca hasta 1.922, y los jornales de aquel entonces no daban para poder mantener a una familia por muy corta que fuera.

Cuando José apenas tuvo uso de razón comienza a trabajar cargando camiones de carbón en varias de las carbonerías que por entonces existían en El Puerto, y ya ahí dejo entrever que su mayor ilusión era ser algún día conductor de camiones. Aprendió a conducir en un taxi propiedad de Manuel Rebollo Laynez (ver nótula núm. 1.351 en GdP), que era primo de su madre, y sabiendo la ilusión que tenia José por conducir, se lo prestaba cuando este terminaba su jornada laboral.

Aquí vemos a José frente al taxi de su primo Rebollo.

En cierta ocasión, José,  al no estar muy ducho en la conducción y mientras estaba practicando con el taxi, choco de frente contra a una pared, dañando toda la parte frontal del taxi. Muy apurado y creyendo que ahí se acababan todas sus aspiraciones a ser conductor fue a contárselo a Rebollo, y este, al contrario de recriminarlo, le animó diciéndole que las cosas se aprendían a base de errores, por lo que siguió practicando con el taxi.

Cuando José cumplió los 18 años, tuvo que ingresar en el servicio militar. A los pocos meses de su reemplazo estallo la Guerra Civil y fue destinado al cuartel militar de Peñarroya en Córdoba, y ahí fue donde, y debido a la necesidad que tenia el ejercito de personas que tuviesen idea de conducir vehículos para el transporte de materiales y armamento, José se apuntó voluntario, y comenzó a conducir camiones de mayor tonelaje.

UNA MISIÓN EN LA GUERRA.
Bien entrada la guerra le encomendaron el transporte de material militar a un destino que no hemos podido determinar, pero le dijeron que no fuese por carreteras convencionales, sino por caminos y veredas rurales para evitar que fuese interceptado por el enemigo y decomisado el material, además de ser fusilado al momento. Tenía que hacerlo de noche y con las luces apagadas para evitar ser descubierto por el enemigo, mientras de día tenía que buscar un lugar boscoso para ocultar el camión para no ser descubierto. Debido a lo dificultoso de la misión, José se perdió mas de una vez por los montes y tardó varios meses en llegar a su destino. Mientras tanto, sus superiores, al ver que no daba señales de vida lo dieron por capturado por el enemigo, y posiblemente fusilado en cualquier cuneta, por lo que le transmitieron esa noticia a sus familiares, y en El Puerto se hicieron eco de la desgracia de esa familia, pues José ya era bastante conocido en nuestra Ciudad. Si embargo, su madre nunca perdió la esperanza e hizo una promesa… se pondría un hábito de por vida si su hijo aparecía vivo. Como así fué, y hasta su muerte, Manuela estuvo vestida de negro, como la vemos aquí junto a su hijo en un viaje a Sevilla años después.

Isabel Valenzuela, la mujer de Pepe,junto al vehiculo de transporte del ayuntamiento un Opel Blitz.

LA BODA.
El 19 de Septiembre de 1.940,José se casa con Isabel Valenzuela Rodríguez, una guapa mujer natural de Jerez de la Frontera, con la que tendría un total de 11 hijos, a la que vemos aquí junto al vehículo de transporte del ayuntamiento Opel Blitz. Fijan la residencia familiar en una casa de vecinos en la calle Jesús Nazareno 3, hoy número 8.

CONSUMISTA.
La primera noticia que tenemos de José Ortega como trabajador del Ayuntamiento es del 25 de Septiembre de 1942 en el que se realiza un examen para una plaza de funcionario: vigilante del Servicio de Recaudación --antiguamente llamado Consumista--. José Ortega aprueba esa plaza de funcionario, seguramente estaría trabajando en alguna de las casetas de fielato como la que vemos en la foto que estaban repartidas por las diferentes entradas de El Puerto antiguo, para control recaudatorio y sanitario de la mercancía que entraba en la ciudad. El 3 de Octubre de 1.942 toma posesión del cargo sustituyendo a José Mª. Martínez Montenegro, que hasta entonces cubría dicha plaza como interino. En 1.944 es ascendido a auxiliar del servicio recaudatorio, renunciado a la plaza en el Servicio de Recaudación en 1946. /En la imagen, caseta de Consumista.

CONDUCTOR.
En Diciembre de 1.948 obtiene la plaza de conductor de camiones municipales, en propiedad,  en sustitución del anterior conductor --Barcala--, pero solicita que se le reconozca una antigüedad en el puesto desde el 10 de Junio de 1.946, a lo que el Ayuntamiento accede.  De ahí la renuncia de José a la plaza del Servicio de Recaudación, pues según la documentación existente, ya estaba trabajando como conductor del Ayuntamiento en esas fechas, pero no le fue reconocido hasta que el no lo solicitó mas de dos años después.

Camión de la marca Hispano Suiza, el cual  podemos ver en esta foto detrás de José de pie a la izquierda y Manuel navarro agachado a la izquierda, ambos con boina entre otros como su hermano Diego Ortega Domínguez, de pie segundo por la derecha

...continúa leyendo "1.675. JOSÉ ORTEGA DOMÍNGUEZ. Pepe ‘el Bombero’. (I)"

La imagen está tomada a finales de la década de 1950 en el Parque Calderón, frente al Bar Santa María por el fotógrafo al minuto Cuellar. (Ver nótula núm. 399 en GdP). De iaquierda a derecha, Jesús Salas romero, Manuel Valimaña Lechuga, José Luis Rojas Espino  y Miguel Astorga Rosso. La niña de delante es Pilar Salas Romero. / Foto: Cuellar. Colección Vicente González Lechuga.



			

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Nací en Ávila en 1.943. Desde que recuerdo he sentido el gusto y la necesidad de dibujar: soldados, héroes o indios de las películas cuando era un niño, mujeres sugerentes en mi adolescencia e incluso más tarde algunos trabajos publicitarios que me permitían ganar un poco de dinero extra. Una vez terminados mis estudios de Bachillerato, me traslado a Madrid con el fin de iniciar la carrera de Arquitectura, decisión que no fue en absoluto acertada aunque imprimió en mi personalidad el interés por el estudio del espacio y por la Geometría.

 Conseguí entrar en Televisión Española como meritorio en el departamento de Escenografía y tras una prueba logré un puesto fijo en el departamento de Estudios Técnicos. Paralelamente, en esos tiempos, hice trabajos de ilustración (portadas de novelas e ilustraciones de libros de texto) para las editoriales Bruguera y Anaya. No obstante, la nula satisfacción artística de estos trabajos me llevó a plantearme el emprender la carrera de Bellas Artes. Quizá atraído por la pintoresca Andalucía o tal vez por su luz, decidí hacer el ingreso enla Escuela“Santa Isabel de Hungría” de Sevilla. Tras finalizar los tres primeros cursos, por circunstancias familiares, trasladé la matrícula ala Escuelade “San Fernando” de Madrid, donde me licencié en 1.975.

 

'Azoteas y la Prioral'. Oleo sobre tela. 50 x 61 cms

Ese mismo año, gané las Oposiciones como profesor de Enseñanza Secundaria y, de nuevo, siguiendo el rastro del sur de España y de los amigos que allí había dejado, elegí Puerto Real (Instituto “Manuel de Falla”), en la provincia de Cádiz, como primer destino en 1976. Debo decir que la labor docente ha supuesto siempre una gran ventaja para mí, ya que me ha permitido desarrollar al mismo tiempo mi vocación por la pintura.

 

Patio de la Casa de los Leones.

Pero de nuevo, motivos personales me impulsan a pedir el traslado a Valladolid. Fuí destinado al Instituto Núñez de Arce donde permanecí como profesor de Dibujo hasta mi retirada del mundo de la docencia para dedicarme por entero a mi trabajo como pintor. Vuelvo así una vez más a tierras gaditanas instalándome en el año 2003 en El Puerto de Santa María donde en la actualidad resido y tengo mi estudio.

En el año 2006 una cofradía del Puerto de Santa María, conocida popularmente como la "Hermandad del Dolor y Sacrificio" me encarga que le pinte la bóveda de su capilla ubicada en la Iglesia Mayor Prioral de la ciudad. Se trata de una bóveda de crucería de planta rectangular dividida en cuatro triángulos, cada uno de los cuales representa un momento fundamental de la vida de Jesucristo. Dichos motivos, elegidos por la propia Cofradía son: el Nacimiento, el Bautismo, la Crucifixión y la Resurrección. La obra fue bendecida el 1 de septiembre del mismo año.

De izquierda a derecha, agachados, Manuel Ramos Añino ‘Arena’; José Ortega ‘Pepe el Bombero’; Remigio Andújar de la Rosa, Pepe Ortega, Ramón Arana, Antonio Letrán, Fernando Guilloto y Mariano de Iberconta.

Fila del centro, de izquierda a derecha, Eduardo Brea, Hortensia Renedo Varela, Antonio Ramírez ‘Peana’, Antonio Guerrero Aldana ‘Enero’, Asunción Poullet, Miguel Baena, José Blandino concejal de Aguas que luego sería el vicepresidente fundador de APEMSA; Francisco Lara Izquierdo, quien fuera jefe del negociado de Aguas en su etapa municipal, antes de ser empresa pública.

Fila de atrás, de izquierda a derecha: Chacón (cobrador); Antonio Campos, José María Delgado, Juan José Campos Guereta-León actual director gerente de APEMSA  y Juan García. La fotografía es de mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. /Foto: Colección Antonio Ramírez ‘Peana’.

3

No sé si la memoria, es selectiva, o no, pero  a mí me pasa, que al  evocar a algunas personas me vienen flashes, de algunas  características  concretas suyas, es decir,  desde: su porte, su peinado, su sonrisa, sus manos, sus ojos, si estaba lozano, o su cara de enfado, ¡que se yo! Si pensara en los olores de mi niñez, el que prevalecería sería sin ninguna dudas  el olor a Heno de Pravia, y Lavanda. No solo porque eran los olores de mi madre, también porque,  no había prenda guardada, en las  cómodas o  en los roperos, que no estuvieran impregnadas de estos agradables aromas. De la misma manera, basta cerrar los ojos, para que la imagen que te venga de  una persona conocida o no, sea por un momento grato, o por todo lo contrario. En este caso  la imagen primera,  no puede ser más agradable, sin saber por qué he vuelto  a verla  correteando  por la calle, alegre y desenfadada.

No puedo precisar con certeza, en qué momento comencé a fijarme, en una chiquilla preciosa, que  de un día para otro, paseaba alegremente, a lomos de su bicicleta, por ese, mi rinconcito del alma, La Placilla. Me resultaba conocida,  pero  no  sabía por qué. Pronto comenzó a entrar en la tienda de mi familia, y  la verdad es  que  descubrí, que  Mercedes --Merchi--, era una niña encantadora. A todos nos conquistó, con su simpatía y desparpajo.. Parece que la estoy viendo, con su vestidito blanco con adornos rojos, y ese roetito, que siempre llevaba, a pesar de tener una melena  rubia preciosa. Como digo, era todo simpatía, y en su mirada se adivinada gran bondad, y con misericordia, con todos.

Me cuentan, que siendo muy pequeñita, de camino a casa, veía a un hombre  sentado en los escalones del Teatro Principal, y en su inocencia,  sentada a su lado, le preguntaba, porque estaba solito y si tenía hambre. A él le cayó en gracia, y aceptaba con agrado, el pan que a diario le  daba, pues sabia del cariño, con el que se lo entregaba. Este hombre, era Manuel Quintero García ‘El Chumi’ (ver nótula 1.11o en GdP). Con el paso de  los años, no perdió, ni un ápice de  sus muchas cualidades.

Pero… mejor hagamos las presentaciones: Mercedes Cruz Vélez, nació el 20 de Mayo de 1961, en la  actual Calle Luna nº38 en una preciosa casa mirador, --La casa de la Torre que fue sede de los Jesuitas en El Puerto-- en cuyos bajos se ubicaron el Bar La Liga y mas tarde el Bar Trevi.

CAMPO LUGAR.
Cuándo tenía aproximadamente la cuarentena, su familia se trasladó a Campo Lugar --Cáceres--. Su Padre: José María Cruz García --el Chico-- (ver nótula 771 en GdP) trabajaba con maquinarias pesadas,  para empresas como Cubiertas y Tejados o Dragados y Construcciones, haciendo carreteras, pantanos, etc. Su trabajo le llevó a permanecer durante cerca de un año, en este bonito pueblo. Los mayorcitos, alucinaban viendo corretear a los animales, por la calle,  creían que si podían coger algún,  cochino, u otro animal, se lo podían llevar a casa como premio. Lógico, si se piensa, que aquí, no se estaba acostumbrado a eso.

Estación de trenes de Montcada y Reixac.

MONTCADA Y REIXAC.
Pasados unos meses, la familia escolarizó a los mayores en El Puerto, y quedaron al cuidado de los abuelos maternos. Los padres y las dos pequeñas, Milagros  y Mercedes, se trasladaron a Cuenca. Nuevamente al cabo de unos meses, volvieron a casa. Pero, como ya he dicho, donde estaba el trabajo, debía estar la familia. Esta vez, se trasladaron a Torremolinos, para más tarde recalar en Montcada y Reixac. Esta es una ciudad dormitorio,  con muy buenas comunicaciones con Barcelona Capital. Ciertamente, en esta ciudad pasaron unos años inolvidables,  las dos pequeñas, estaban entregadas a la natación,  entrenaban cada día, y  consiguieron buen nivel, de hecho, en las competiciones, consiguieron  algunos trofeos. Los mayores,  enseguida  encontraron empleo.

Como digo fueron unos años muy felices. Aunque  aquí  no nació, su primera amistad, pues fue en Torremolinos,  donde conoció a una pequeñita  de nombre Esperanza,  a la que desafortunadamente, nunca  más volvió a ver, tras la itinerante vida que llevaron a causa del trabajo, del cabeza de familia. Fue definitivamente en Montcada, donde realmente encontró el verdadero sentido, de la palabra amistad. Debido a su carácter abierto y a su simpatía, de seguida se adaptó al  pulso de esta pequeña pero viva ciudad y a sus nuevos convecinos.   Los domingos, de mañana, eran obligados,  los paseos  por la calle mayor, y  hacer  una visita a Mallafré - no sé bien, si era confitería, heladería, o churrería-, y como no, por la tarde al infantil. Ciertamente la familia se adaptó perfectamente  a esta ciudad, pero la fatalidad, quiso que  Milagros Vélez Hidalgo- su madre- enfermara y decidieran volver de nuevo  a casa.

DE VUELTA A EL PUERTO.
La vuelta, sobre todo para las pequeñas, no fue fácil, pues echaban de menos, a los amigo(a)s, el colegio, los entrenamientos, en la piscina municipal, por cierto  que el entrenador para competiciones era MiKel  Pessarrodona, un conocido profesional de la natación española, en definitiva  añoraban todo lo que tuviera que ver con Montcada iReixac.

La calle Vicario, al atardecer, con la Prioral al fondo. /Foto: Victor Kaposi.

PLASTIMAR.
Pero a Merchi,  su simpatía y bondad, le abría puertas y corazones, así que pronto hizo amistades nuevas. Con  solo catorce años,  decidió, que  debía aportar algo a la familia, así que se arregló, de domingo y se encaminó a Plastimar- este era un comercio, dedicado  a múltiples artículos ubicado en la calle Vicario. A sus dueños, Carlos Campoy y Teresa  les gustó,  su  desenvoltura y  franqueza. Nunca nadie más diligente y dispuesto en su trabajo. Era una niña sí, pero  sabía lo que quería, y lo llevaba a cabo con diligencia y entrega. ¿Creíais que esta chiquilla de apenas catorce años se iba a conformar? Ya les digo yo que no, su espíritu inquieto, y sus ganas de ayudar, le llevo, a vender por catálogo. Los domingos,  montada en su bicicleta, recorría las casas de sus familiares y amigos invitándolos a comprar. ¿Se acuerdan del eslogan: ‘Avon llama a su puerta’? Pues nunca, podría encontrar esta firma una sonrisa más franca, que la de esta jovencita. Le  siguieron: Tupperware, Cristian Lay --con esta empresa ha estado años-- perfumes etc. Se podría decir, que  era una luchadora nata, y desde luego lo sigue siendo.

Y despertaron los primeros sentimientos.

Manolo Paz Muñoz y su mujer, Mercedes Cruz Vélez.

En este tiempo conoció, a quien años después sería su marido, Manolo Paz Muñoz. Se que mucho lo conoceréis por su etapa futbolista en el Jerez Industrial o por su profesión como funcionario municipal en la Policía Local, pero para los que no, solo os diré, que es un policía con mucho arte, y un hombre bueno. ¡No, esperen!  no es que sea solo buena persona, no, es que es un hombre tremendamente honesto y  con un corazón enorme y generoso. No solo lo parece, realmente es un tío genial.

Los hijos del matrimonio, de pie Chiqui y Hugo; sentados Marta y Abraham.

CUATRO HIJOS PARA EL FÚTBOL.
Con apenas veinte años ya tenían  a sus dos primeros hijos: Abraham y José Manuel --Chiqui--, pero no crean que era una niña jugando con muñecas, no, era una joven, valerosa y trabajadora, que saco con matricula, su doctorado como madre. Fue una década después cuándo vinieron al mundo: Hugo y Marta, los pequeños. (continuará) (Texto: María Jesús Vela Durán).

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