
Mesa de presidencia de la presentación del libro 'Alma Gitana'. De izquierda a derecha, Luis Suárez Ávila presentador del acto y colaborador de Gente del Puerto; Enrique Moresco García, alcalde dela Ciudad; Manuel Pico Ruiz-Calderón, presidente de la Academia de Bellas Artes y Salvador Cortés Nuñez, el autor, anoche en Bodegas Colosía. (Foto: Jorge Roa).
Anoche se presentaba en sociedad, en las Bodegas Colosía el libro “Alma Gitana”, una iniciativa de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia. Para el presentador del libro, Luis Suárez Ávila, que no sabe decir que no a ningún amigo, “Es un verdadero placer poder estar aquí, ahora, con mi amigo Salvador Cortés Núñez, flor de la raza calé portuense, y un claro exponente de ella. Porque, si desde antes del siglo XV, los gitanos se ejercitaron en el oficio del hierro y, ya en sus postrimerías, fueron herreros gitanos los que hacían las balas para la incipiente artillería que reconquistó Granada, no es menos cierto que en ese oficio se ejercitaron en todo tiempo. El hierro es el material que han doblegado en las fraguas y el hierro es el material que ha doblegado en el torno, desde su niñez, mi amigo Salvador.
Salvador aunque por accidente es linense, desde los tres meses de su vida es habitante de El Puerto. Por tanto puede decirse que es portuense. Su pueblo de nacimiento, no lo conoció hasta los 21 años, cuando fue a la mili. En el Puerto se ha desarrollado toda su infancia, en la casa de la calle Javier de Burgos, frontera a la Plaza Peral, escenario de sus juegos infantiles. Su enseñanza comenzó en una amiga de la calle Larga, luego en el Colegio de Carmen en la calle San Bartolomé hasta que con 8 años ingresa en la Escuelas de la Sagrada Familia, el Colegito, la Escuelita. De allí sale hecho un hombre de bien, con el Diploma de Mecánico Tornero. Su vida laboral comienza en los talleres de Javier Paz, en el Taller de Pepe Tejada, en el Domingo Prieto, hasta que vuela a Linares porque lo llaman de Metarlurgica Santana, donde hacian los Land Rovers.

Juana Cortés Jiménez, la mujer de Salvador y otros miembros de su familia, entre el público asistente.
Al cabo de algún tiempo, vuelve a El Puerto y tiene su puesto de trabajo en VIPA, la vidrierías en que hace los moldes de acero para las botellas. El torno de precisión es lo suyo y es un diletante de las micras, las pulgadas y sus fracciones, que conoce como nadie y las convierte, de memoria en las medidas del sistema métrico decimal. Es admirado por todos sus compañeros y por sus jefes. Lo alientan a presentarse a un concurso y acaba en Nigeria, con la compañía estadounidense Raimonds and Company en las prospecciones petrolíferas. Allí está dos años. Una vez que vino de permiso, es reclamado por VIPA. Su amigo del alma Bernardo García Muñoz es quien media para que no se vuelva a ir. En VIPA está hasta que la fábrica de botellas cierra, en 198, en Diciembre. Le ofrecen entrar en la Ford, pero Salvador desiste. Y cambia el hierro por el percal.

Parte del auditorio del acto, en un salón que se quedó pequeño, con público en la antesala del mismo. A la derecha, José Jiménez Cortés, 'Pansequito'.
Quiero decir que se inaugura como vendedor ambulante, oficio que no es ajeno a los gitanos. En la puerta de Simago, en la calle doña Blanca de Jerez, planta sus reales, como vendedor. Luego en los mercadillos semanales de Jerez, Cádiz, San Fernado, El Puerto, Sanlúcar. Su mercancía son las medias de señora. Con las medias ha logrado llevar su casa adelante y tener de su matrimonio con Juana Cortés Jiménez, cuatro hijos que le siguen en los negocios: Esperanza, con tienda abierta en la calle Santa Lucía, Rocío, con establecimiento en la calle Ganado; Francisca con tienda en Valdelagrana y Salvador que atiende a los mercadillos, tiene puesto en la Plaza de Abastos y, sobre todo tiene una exclusiva de Alonso para vender camisetas en los Campeonatos del Mundo y en las concentraciones moteras.

Tertulia formada en un aparte, tras la presentacion, con los miembros de la mesa.
Salvador está jubilado desde hace tres años. De su jubilación son producto tres libros, dos en prosa y uno de poesía, que es el que hoy voy a presentar. Salvador ha dado rienda suelta a sus inquietudes literarias y, de sus lecturas y su asistencia a Tertulias culturales y poéticas, además de su proximidad a la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, de la que es miembro de su Junta de Gobierno, en la Sección de Publicaciones y como Vocal de mantenimiento, ha logrado tener un incipiente bagaje cultural. Su amistad entrañable con Don Manuel Dugo Paez, que mientras vivió, fue su encauzador, su guía y prestó a Salvador una especial protección, alabó sus aficiones literarias y su preocupación por saber, le sirvió de corrector.

Tras el acto, posan parte de la familia asistente y algunos amigos de Salvador Cortés, entre los que vemos a su mujer Juana Cortés Jiménez, su cuñado 'Pansequito', la mujer de éste Aurora Vargas, hijos, yernos, nueras, nietos, cuñados, sobrinos y sobrinas, además del alcalde, el presidente de la Academia y el presentador del libro.
Pero Salvador, pertenecía hasta hace poco, a ese genero de gente que José Luis Tejada llamaba de la “poesía secreta”, que es como ser poeta vergonzante. Cuando decide publicar este libro, “Alma Gitana”, se parapeta, se escuda y se inventa un quitavergüenzas que es su propio alter ego, que llama el Doctor Pérez Gil, al que traza un currículo envidiable e inventado. El prólogo-barricada de este libro lo firma el llamado Doctor Pérez Gil en Houston, Texas y le sirve para comenzar la poesía en carne viva, sino arropado por un ínclito autor, que no es sino un personaje salido de su propio caletre.
Sus poemas son de corte tradicional y popular. No olvida en INITIUM, sus principios en las Escuelitas y su recuerdo es para los Padres Bermudo y Martínez.
La cultura que me han dado,
Se la debo al mismo Dios
Que siempre estuvo a mi lado,
Termina este primer poema.

De izquierda a derecha, hija y nieta de Salvador, Luis Suárez, Pansequito, Salvador Cortés, Aurora Vargas y otro familiar.
El Colegio, la bandera gitana, la libertad, un naufragio, el vapor de El Puerto o su destino, son los primeros temas. Destino termina en esta estrofa:
Quise cambiar mi destino
Y la suerte no se cambia;
Llevo el pesar de mi sino
A cuestas desde la infancia.
Que es consagrar esa idea del fatum tan romana y tan gitana.
No son ajenos a sus poemas la vanidad o la esperanza. Y alcanza alguna lírica conquista en caballo blanco, o al tratar de la inspiración, el honor y la gloria de la amistad, la juventud , la comprensión, la juventud, o la niñez. De este último poema resalto las siguientes estrofas:
Tengo yo para mirarme
Un espejo de dos caras,
Lo cojo para mirarme,
Las dos me parecen malas.
O aquella más local:
En la ribera de El Puerto
Un civil que me miraba,
Mírome yo para adentro
Hasta penita me daba.

Invitación al acto de la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia'.
El hierro en la fragua gitana tiene su poema y los marineros de El Puerto también. La drogadicción que es una lacra que azota a la humanidad tiene su poema desgarrado en este libro. El poema ancha es la mar, me suena a los cancioneros de los siglos de Oro. Diálogos celestiales entre Jesús y Judas, un poema historicista sobre los gitanos y el Rey Alfonso V, uno muy tierno que titula el biberón y otro quye dedica a su amigo Perejil, terminan el libro.
El libro se completa con dos poemas de Don Manuel Dugo Paez: : “Gitana de mi latir” y “Romance de aceite verde”, que Salvador ha incluido en su libro como un homenaje a su amigo recientemente muerto. Dos prosas líricas, sobre la juventud terminan el libro.

Un instante de la fiesta que se formó después del aperitivo servido al finalizar el acto, en el que Salvador Cortés 'El Chigüi' llegaría a bailar por bulerías. Al cante, Nati Palomo, a la guitarra, Manuel Campos.
Para ver un vídeo de este fin de fiesta pulsar aquí.
No se nos olvide que estamos ante una opera prima de un poeta recién salido de su almario. Yo creo que su rodaje en la poesía secreta ha sido fructífero y aun más lo será en el futuro. Su metro favorito es el octosílabo, que como dijo Tomás Navarro, es la respiración métrica del español. En las seguidillas consigue importantes logros. Sus ideas son universales. Sus poemas ponen a la vista sus convicciones, sus querencias, sus sentimientos nobles y sus pasiones. Las etapas de la vida y la amistad están presentes en esos versos.
Sólo me queda felicitar a Salvador, por su valentía al publicar los secretos de su alma y por la inquietud que alimenta, al sacar a la luz este libro de poemas que es el tercero de sus libros, porque no hay que olvidar, los dos, anteriores amenísimos, en prosa.
Gracias por haberme oído estas reflexiones sobre Salvador y su obra y que ustedes la lean». (Texto: Luis Suárez Ávila).

Luis era un niño en una posguerra atroz de hambre y oscuridad, monago insumiso, cómplice de estraperlista, militante antifranquista clandestino, obrero fabril, albañil capaz y vecino solidario sin etiquetas. Octogenario, Luís Rincón Noya contempla desde la atalaya de su 3º A de la Plaza del maestro Dueñas, junto a su compañera de todas sus vidas, Soledad, no en balde son progenitores de siete hijos con todos sus avíos, las grandezas y las miserias que la condición humana le ha mostrado a lo largo de su ya luenga existencia. De figura menuda y corazón grande, este lazarillo que fue de ciego, sindicalista orgulloso de su clase, y desengañado de la partitocracia en donde los actores principales y únicos del panorama político son los grandes partidos, se reivindica día a día como amo de casa, abuelo vocacional y ferviente amante de la lectura, que en sus ratos libres escribe con la bonhomía que siempre ha llevado por bandera. (Ilustración: María Lizaso).
De una infancia de posguerra repleta de calamidades, de hambre y de incomprensiones, recuerda como a un cuñado suyo, Manolo, que regentaba el bar Los Cisnes en plena Calle Luna, cuando los sublevados contra la República se hicieron con el control de la ciudad, le cerraron el local previo destrozo del mismo que, unido a su reciente viudez hizo que se trastornara por completo recluyéndosele en su casa por loco. Locura convenientemente fingida a instancias de un amigo falangista para evitar el casi seguro fusilamiento que le esperaba si llegaba a curarse.


Su incorporación al movimiento sindical se comprende con estas palabras: “--Cuando llegué a la fábrica y vi a un centenar largo de hombres trabajando en unas condiciones laborales infamantes, con un calor de muerte y sirviendo a unas máquinas de fabricación automática con medios artesanales, comprendí que la época de la esclavitud aún no había terminado”. Fue Esteban Caamaño Bernal quien a través de Calixto García, compañero de la fábrica, el que le introdujo en la Hermandad Obrera de Acción Católica (H.O.A.C.). En el sindicato vertical de la época fue enlace sindical, jurado de empresa, presidente de la sección social local del Sindicato de Construcción, Vidrio y Cerámica, y vocal provincial de esta misma rama. Colaboró con Esteban, Isidoro Gálvez y su hermano Manolín y otros compañeros de Cádiz, San Fernando y Jerez en la implantación por esta zona del Sindicato Unión Sindical Obrera (U.S.O.). Siente especial admiración y aprecio por Tina Aguinaco y Jaime San Narciso, dos asturianos, profesora ella y médico él, que por sus estudios y formación pertenecían a la clase media, pero que sin embargo, por sus valores humanos estaban más cerca de los pobres que sus propios congéneres. (En la imagen, torre chimenea de la desaparecida fábrica de botellas).
Con la restauración de la democracia abandonó un tanto desengañado el mundo sindical y político, pero sus inquietudes solidarias le llevaron a impulsar el movimiento vecinal incipiente que se habría paso en esos momentos de apertura del país. Tuvo el honor –según sus palabras- de ser el primer presidente de la Asociación de Vecinos “San Jaime” en la zona de Crevillet. Ahora, tras una larga y trabajada vida de compromiso hacia los demás, su descanso activo lo ejerce como escritor ya premiado en algunos certámenes literarios, manteniendo por siempre el orgullo de haberse ganado la amistad y el respeto de todos sus compañeros en el mundo del trabajo. (Textos: Manolo Morillo).












Allí aprendería las primeras reglas y, con seis años se vería de monaguillo, a las órdenes de su padre, el Sacristán, en San Joaquín. Luego estudiaría en el Pósito de Pescadores, en Puerto Escondido, aunque por poco tiempo: hacía falta arrimar algún dinero para la familia y dejó pronto la escuela. (En la imagen, Ramón de monaguillo, en 1926).


LA GUERRA Y SU NOVIA.













ARTESANO EN MINIATURA DEL CARNAVAL.



El Racing Club Portuense, su Junta Directiva, plantilla de jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, la afición, corta, como siempre, pero muy comprometida, influyó bastante para que Antonio Álvarez Herrera, se decantara por volver de nuevo a la Corporación Municipal, después de ver truncadas todas sus ilusiones por tener que renunciar a su condición de ser Alcalde de la ciudad que lo vio nacer, como consecuencia de la decisión tomada por sus compañeros del Partido Comunista de España. PCE, el día 14 de septiembre de 1981, que entendían, por aquellas fechas, que Antonio Álvarez no estaba cumpliendo las directrices del partido. Solo pretendió ser el alcalde de todos los portuenses. (En la imagen, fotografía oficial de Antonio Álvarez para la Campaña Electoral de 1983, usada en los medios de la época).
Precisamente, encontró en el Racing a unos amigos. Por eso cuando en noviembre de 1982, peligraba la continuidad del RC Portuense por unos hechos que implicaron a la dirección del Club con asuntos bancarios, creando situaciones confusas, Antonio, no solo garantizó la honradez de sus amigos, los dirigentes racinguistas, como quedó demostrado posteriormente en los procedimientos judiciales que se abrieron al respecto, sino que en su Grupo Independiente, en sus puestos de salida, incluyó a directivos del Portuense.
Miguel Marroquín Travieso colaboró con Antonio ya que como el cuenta: “mi amigo quería mi ayuda y para eso están los amigos: para las maduras y para las mas duras”. Aunque, por decisión propia, se quedó al margen de cualquier aparición pública.
Juan Bermúdez Jaén (EL Puerto 1915 - Barcelona 1972), era hijo de Rafael Bermúdez Delgado y Juana Jaén Delgado. Desde muy jovencito ayudaba a su padre en un taller de bicicletas
Se casó con 25 años, en octubre de 1940, con Milagros Tejada Peluffo (El Puerto 1917 - Madrid 2002) conocida como Lalo --hermana del fallecido poeta José Luis Tejada-- era hija de Felix Tejada Mayo y Milagros Peluffo Delgado. El matrimonio se fue a vivir a la Ribera del Río, 37 y tuvieron cuatro hijos: Milagros (Lalote), Juan Luis, Francisco Javier y José Manuel. Conforme iba aumentando la familia, se trasladaron a la Granja de San Javier (frente a lo que queda del Paseo de la Victoria). Le pusieron ese nombre porque su hijo Javier, al nacer, estuvo en serio peligro de muerte y se encomendaron al patrón de El Puerto, San Francisco Javier.
Juan Bermúdez y dos de sus hermanos trabajarían en la Fábrica de Hielo propiedad, a partes iguales, de José León de Carranza y de su suegro Felix Tejada Mayo. A su fallecimiento, Juan le compra a las hermanas Tejada la parte que heredaron, asumiendo la gerencia de dicho establecimiento, hasta que se abrió una nueva fábrica en el Muelle, dejando de ser rentable, ante la fuerte competencia que sobrevino. Juan Bermúdez llegó a afirmar que, sin la fábrica «que ha sido toda mi vida, ya no me quiero quedar en El Puerto». Además llegaba el momento en el que los hijos empiezan a estar en edad de iniciar carreras universitarias y Juan y su mujer Lalo, querían permanecer cerca de sus hijos. Se plantean abandonar El Puerto.
LA GUAGUA 'CAMPANITA'.





En 1.959, nuestro protagonista comienza a formar parte de la Orquesta Santamaría, tocando el acordeón o la batería, según las circunstancias, con destacados músicos de El Puerto como Alberto Barba y Enrique Galán , ambos extraordinarios saxofonistas, Antonio Pérez y Ramón Zarco maestros del piano, así como Roberto Vega que tocaba el acordeón. Llegando a tocar en numerosas Salas de Fiestas de nuestra Ciudad y la provincia: El Oasis, El Cangrejo Rojo, El Picnic, Balneario de La Palma en Cádiz, ...
SALVATIERRA RADIO.