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Alberto Reina Blanca nació en 1967 Paradas (Sevilla) aunque reside desde 1996  en El Puerto de Santa María. Es licenciado en Psicología. En 1993 tuvo su primera aproximación a la pintura. En 1998 buscó la formación más reglada de la Academia de Bellas Artes porteña y en el 2000 se empieza a relacionar con el pintor Juan Carlos Busutil, de quien recibe sabios consejos. Ha participado en un buen número de exposiciones individuales y colectivas. Recogemos aquí sus recuerdos sobre la polémica que se suscitó con su obra, cartel de Feria del año 2004:

«Ocho años atrás, al llegar la primavera, al llegar la feria de El Puerto, parte de mis recuerdos viajaban a otras ferias de las que disfruté antes de vivir aquí. Por supuesto, en ellos incluía descubrir la de El Puerto. Aunque algunos no fueran especiales, unos y otros siempre estaban asociados a situaciones festivas, agradables, distendidas… Hace ocho años, como digo, a esos recuerdos se sumó otro que por lo distinto, por lo polémico y, en su momento, hasta muy desagradable, consiguió ponerse a la cabeza de todos y ya nunca se fue. Cada año, con las ferias, renacen mis vivencias asociadas a ellas; todas más una.

En la distancia, cuando revuelvo papeles, recortes de prensa, todo me parece desproporcionado y lanzo una gran sonrisa. Por entonces, semejante falta de respeto me dejó perplejo. Por suerte, hubo personas que, con distinto criterio, reaccionaron y no rieron la gracia ni al exalcalde de El Puerto de Santa María, Díaz Cortés, ni a todo el que utilizó el chiste para matar el aburrimiento.

Ahora que la tecnología me lo permite, recupero gran parte de la información aparecida en medios de comunicación durante aquellos días.  De tarde en tarde me pregunto qué habrá sido del cuadro, propiedad del Ayuntamiento. No he vuelto a verlo, no sé si aún me agradaría como cuadro. Sea como sea, en 2004 yo pintaba así.

El recorrido quizá se haga un poco largo pero, como dije antes, me apetece. Sirva para ilustrar esta larga anécdota todo lo que viene a continuación. ¡Buena feria a todos/as!»  (Texto: Alberto Reina Blanca).

PRESENTACIÓN DEL CARTEL.
La presentación del cartel corrió a cargo de Eduardo Pardo González-Nandín, a la sazón director del Departamento de Publicaciones del Ayuntamiento y miembro del jurado, siendo el resto de los componentes el ex concejal de IP Juan Gómez Fernández, Presidente a la sazón de la Academia de Bellas Artes; Enrique García Máiquez, Exvicepresidente de la Academia y Javier de Lucas Almeida, licenciado en Bellas Artes y conservador y restaurador del Museo Municipal, que puede leerse pulsando en Comentarios.

Más información de la polémica, seguida en los medios, cartas, reacciones,…
Cartel 2004/2.
Cartel 2004/3.
Cartel 2004/4.
Cartel 2004/5.
Cartel 2004/6.
Cartel 2004/7.
Cartel 2004/8.

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Puerta inconclusa de Las Campanas. Gran angular. /Foto: Javier de Lucas.

Debió destacar como ningún otro edificio, ¡y eso que en El Puerto los hay muy bien plantados, cuyas fachadas aun reflejan el pasado abolengo de una época próspera! Y los patios que cobijan, ¿qué me dicen de ellos…? La Prioral es una inmensa mole de piedra, de planta gótica y remates neo-renacentistas que se eleva sobre un templete escalonado. No guarda proporción con los edificios colindantes, en especial con la capilla de la Aurora, tan modesta y tan hermosa, que apenas toca por una de sus esquinas. La bien planeada plaza de España permite contemplar el monumento en su justa proporción.

Puerta del Sol. Detalle. /Foto Paco Belmez.

Y, si no fuera suficiente, se puede admirar desde Micaela Aramburu, recorriendo con la vista toda la calle Palacios, hasta tropezar con ella. Es una visión espeluznante hacerlo al atardecer, cuando la luz desfallecida aún tiene ánimos para jugar con la espadaña y el campanario, cuando proyecta sombra sobre los contrafuertes y la recorta del inmenso cielo.

Zona de respeto de la Iglesia Mayor. Detalle Columnas. /Foto: Bitarita.

Las columnas que señalaban los límites del suelo sagrado ya no sostienen guirnaldas de hierro, donde los críos nos columpiábamos con equilibrio arriesgado e inestable.

Capilla adosada a la fachada de la Iglesia Mayor Prioral. “Tu honorificencia populi nostri” Tu eres la honra de nuestro pueblo. Fue construida por internos del Penal del Puerto en el año de 1940. /Foto: J.M.M.

Mientras la circundamos, sorprenden muchos detalles de la misma: La modesta capillita de la Virgen, oratorio callejero y recuerdo de su celestial presencia… Nunca faltan flores frescas y los candelabros laterales aún brillan mientras la ciudad duerme. En dirección sur, al otro lado de la portada, hay una gran cruz de madera que recuerda a Cristo en su pasión. La madera se ha abierto y apenas se sostiene con los cuatro agarres de hierro que la fijan al paramento. Sus lineas oscuras, entrecruzadas y ordenadas, forman un doble eje de simetría respecto del ventanal y los ojos ovalados.

Sillares desgastados de la Piroral de la Puerta de las Campanas. /Foto: F.A. Gallardo.

¡Qué será de ella cuando los vientos de poniente y levante, tan característicos y conocidos, acaben por borrar la fisonomía de sus tallas, en su afán por devolver lentamente la arenisca que la conforman a la sierra de San Cristóbal! ¿Quién detendrá este deterioro, esta conversión a la nada de su impresionante alzado? ¿Qué será de sus espectaculares remates, de sus bajorrelieves, de las virtudes capitales que otean impertérritas la ciudad, de la enigmática fachada del sol y la pretendida fachada gótica?

Otra vista de la Puerta del Sol. /Foto: Hikergoer.

Si nadie lo remedia, acabarán desdibujadas en el espacio y el tiempo; en ese tiempo que alguna vez marcó el reloj de la torre lateral de levante. ¿No es una ironía que se haya detenido en las diez y diez, la hora más simpática?» (Texto: Álvaro Rendón Gómez).

Fachada lateral de la Iglesia Mayor Prioral, convertida en principal. /Foto: Costaluz.

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De entre todos los maestros plateros portuenses que trabajaron en nuestra Ciudad durante el siglo XVIII, queremos destacar a Jacobo Vanderheiden, un extraordinario artista representativo de ese mundo plural y cosmopolita que definía a la sociedad portuense de entonces y a su Congregación y Hermandad de Artistas Plateros de San Eloy. /En la imagen, Pedro de Villarelo, grabado por Vanderheiden.

Jacobo Guillermo Vanderheiden [deturpación de van der Heyden] Lechuga nació en El Puerto de Santa María el 22 de marzo de 1740, recibió el bautismo dos días más tarde en la Prioral, actuando de padrino Jacobo Knudden, de quien tomaría su nombre. Su padre, un comerciante de origen flamenco [de Flandes], Guillermo Vanderheidenm pertenecía a una familia oriunda de la ciudad de Amberes, establecida en El Puerto en torno a los años cuarenta del siglo XVI. En estos años se fecha el matrimonio de Pedro Vanderheyden con Margriete Bosschaert, antepasados de la familia de Vos, perteneciente a la aristocracia portuense y posibles ancestros de nuestro artista. El origen flamenco de Jacobo  no nos resulta extraño en el contexto dieciochesco de El Puerto. Las especiales características de este enclave comercial atrajeron a numerosos comerciantes y artistas europeos y, entre ellos a plateros flamencos, italianos y franceses.

EN 1771, TALLER EN LA CALLE LARGA.
Pocos son los datos que poseemos del transcurrir cotidiano de Vanderheiden. En 1771 con apenas 31 años, lo encontramos establecido en su taller de platería situado en la calle Larga, en la casa del Convernto de San Juan de Dios, perteneciente al cuartel de San Agustín (hoy edificio municipal recientemente restaurado), circunscripción en la que se asentaron la mayoría de los talleres de platería a  lo largo de toda la Edad Moderna. Tutor de cuatro hermanos, Josefa, Cornelia, María y Francisco, este último perteneció al taller de Jacobo, formándose en los secretos del arte de la platería a la sombra de su hermano.

FORMACIÓN.
Con respecto a la formación de nuestro protagonista conocemos su aprendizaje como platero de oro con el maestro portuense José Fernando de Sierra, en cuyo taller, coincidiría con Esteban José de Sierra, siete años mayor que Vahderheiden, copando ambos condiscípulos la mayoría de los honores y encargos de la platería portuense del último tercio del siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XIX.

Tesoro artísitco de la Prioral en la década de los setenta del siglo pasado, expuesto en un desaparecido museo donde aparecen piezas de plateros, orfebres y grabadores. / Foto: Rafa.

FIEL CONTRASTE MARCADOR.
En el año 1774 el Ayuntamiento de El Puerto eligió a nuestro artista 'fiel contraste marcador de oro y plata' sucediendo en el cargo a su maestro José Fernando de Sierra, fallecido el 7 del mismo mes. Tal nombramiento suponía el reconocimiento de la valía y honradez del platero, ya que el Fiel Contraste Marcador era el encargado de vigilar que todas las obras realizadas en plata y oro se ajustasen a la ley, garantizando con su prestigio la calidad de la pieza.

Grabados de Vanderheiden, 'Ntra. Sra. de la Soledad. 1780'. Túmulo funerario de Carlos II,  cuyos elementos sirvieron para hacer el monumento del Jueves Santo de la Prioral hasta bien entrados los años sesenta del siglo XX.

...continúa leyendo "1.363. JACOBO VANDERHEIDEN. Maestro Platero y Grabador."

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Manuel Ortega Domínguez es el séptimo de ocho hermanos del matrimonio habido entre Diego Ortega Pea y Manuela Domínguez García, ambos de El Puerto, nacido en la calle Lechería --hoy Cervantes-- el 8 de agosto de 1939, finalizada la Guerra Civil. El 1 de septiembre comenzaba la II Guerra Mundial. En julio de ese año toreaban en El Puerto Domingo Ortega, Pascual Márquez y Manolete, mientras que a caballo lo hacía Juan Belmonte. Fueron alcaldes de El Puerto Antonio Rives Brest y Manuel Barba Ordóñez. Otros porteños nacidos ese año: el sastre Manuel Sánchez García, el marinero Vicente Garrán López y el abogado y escritor Manuel Alba Medinilla. El pintor Manolo Prieto formará parte, en 1939 de la Delegación de Prensa y Propaganda del Ministerio de Turismo.

TALLER PÉREZ Y BAUTISTA.
Manuel estudiará en la Escuelita de los Jesuitas, pero por poco tiempo: con nueve años entrará de aprendiz de hojalatero en el taller que Manuel Pérez tenía en la calle Larga, frente al Bar La Perdiz. A los pocos años, y dada la afición que nuestro protagonista siente por el dibujo y la pintura, le pide permiso a su maestro para marcharse con el yerno de éste, Belmonte, quien casado con la hija de Pérez tenía un taller de pintura en la calle Nevería, frente a donde hoy está el supermercado DIA, anteriormente la casa del médico Juan Almorza.

Caja de madera estampoillada con brandy de Osborne.

Solían trabajar para Bodegas Osborne, pintando a mano y a plantilla el logotipo de la firma vinatera para las canastas de mimbre primero y luego las caja de madera de brandy Independencia, Veterano, etc… que salían para exportación. Allí permanecería por espacio de cinco años.

TALLER MARÍN
Luego vendría el taller de Antonio Marín Ordoñez. Manuel era buen dibujante y rotulista y se coloca con este pintor autodidacta natural de El Bosque (Cádiz) en el taller existente en la calle Palacios, en la confluencia con Misericordia, donde después iría el taller de fontanería de Camacho. Allí pintaban bicicletas y motos guzzi, bultaco, ossa, … para a continuación trasladarse el taller a la zona de influencia de la Pescadería, donde hoy se encuentra bar ‘El Rincón del Jamón’ y el formato de los trabajos de chapa y pintura aumenta en volúmen y extensión con la llegada de los americanos a la Base Naval de Rota: pintan coches de los americanos, la famosa ‘pica’ de la Policía Militar y, dada la zona en la que se encontraban ubicados, los camiones de los transportistas de exportadores de pescado.

Preparando una Cruz de Mayo

...continúa leyendo "1.361. MANUEL ORTEGA DOMÍNGUEZ. Pintor."

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Las cantigas estan en un género medieval propio de la zona gallegoportuguesa en la que los trovadores ponían música a los poemas, que solían cantarlos los juglares. Ya he traído en otra ocasión las famosas Cantigas de Amigo del trovador gallego Martín Codax. Hoy te traigo una de la que sin duda es el corpus más conocidos de cantigas. Además, con una dedicación muy especial... ¡A mi ciudad donde vivo! Vamos a ello

Estoy hablando de las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio (1221-1284), rey de Castilla e hijo del también rey Fernando III el Santo (es decir, san Fernando). El apelativo de sabio no es algo gratuito ya que, además de sus habituales contiendas guerreras y de conquista, tenía tiempo de dedicarse a las bellas artes y la poesía. /En la imagen “Aparición de la Virgen a Alfonso X” Cuadro de grandes dimensiones que se exhibe en el Auditorio Municipal San Miguel. Anteriormente se encontraba situado en la escalera del antiguo Ayuntamiento de Plaza de Peral. Ha sido restaurado por los técnicos de Museo Municipal, Javier de Lucas y Juan José L.  Amador. (Foto Servicio Municipal de Restauración del Excmo. Ayuntamiento).

¿Quién no conoce las Cantigas de Santa María? Son unas 420 composiciones dedicadas a la Virgen María. A pesar de que tradicionalmente se las asigna al rey Alfonso, no puede comprobarse que fuese el autor de las mismas; es más, es algo muy improbable. El rey era un amante de las bellas artes, y seguro que era el impulsor de la composición de las cantigas, e incluso seguramente supervisor de muchas de ella, pero no pudo componerlas todas. La autoría del rey está asegurada en unas 10 o 12, y poco más; y esta autoría no es porque aparezca la firma del monarca sino por la temática y porque tratan temas muy personales.

Hoy traigo la Cantiga número 364 titulada Quen por serviço da Virgen. La cantiga cuenta cómo Santa María del Puerto protegió a treinta obreros que cavaban la tierra para construir una iglesia y se cayó sobre ellos la torre. Les contaré que Santa María del Puerto hace referencia a una advocación que radicaba en El Puerto de Santa María (sitio donde orgullosamente vivo), llamado Alcanate en la época del rey sabio. Dicho rey transformó la mezquita en un santuario sobre el que hoy se construye el Castillo de San Marcos. La imagen (aunque no completa) se conserva hoy día con la advocación de Nuestra Señora de los Milagros.

Aquí tienen esta cantiga interpretada por el conjunto Música Antigua dirigido por Eduardo Paniagua. Pueden leer el texto de esta cantiga haciendo clic aquí.

(Hacer clic en botón de PLAY abajo. Es posible que antes de la música tenga que escuchar algo de publicidad. Espere que pase y comenzará la música automáticamente. En la parte superior derecha verás dos controles que puedes deslizar con el ratón; el de la izquierda es con el que puedes controlar el volumen.) (Texto: José Gallardo Alberni).

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Cartel de la convocatoria. La actuación se celebró anoche en la Sala Hospitalito, con motivo de la Fiesta de los Patios.

Os lo habéis perdido. Acabo de salir del magnífico concierto que ‘nuestro’ grupo Blend acaba de ofrecernos en el precioso recinto del Hospitalito. He tenido la suerte de poder asistir y poder contarlo. Nos hemos encontrado muchos músicos de los 60: Julio, Lele, Pepe Palacios, Juande, etc… y otros amigos de entonces.

El ambiente ha sido estupendo, la música tratándose de Blend, relajada, cercana como se demostró con los coros que hizo todo el público. Ver moverse a jóvenes y no tan jóvenes me he hecho recordar momentos del Club Náutico donde nos creamos la amistad que todavía mantenemos.

Koky, José y Peli, en una foto promocional de 1978. Francisco Ramirez ‘Koky’, fundador del grupo, guitarra y voz, estuvo desde los comienzos hasta el final. Blend 73, Grupo Blend y Blend Trío. José Luis Parra ‘Peli’, bajo y voz, está en el grupo desde 1975 sustituyendo a José Manuel Vela hasta el final, Blend 73, Grupo Blend y Trio Blend. José Manuel Algeciras, batería y voz, cantante, se incorporó en el grupo en 1978 y refunda junto con Koky y Peli el Grupo Blend como trío. 

Koky, José y Peli, anoche, durante un momento de la actuación.

Los integrantes de Blend, gradecidos, correspondiendo a su público.

Blend nos ha amenazado conque este ha sido su último concierto. No lo conseguirán. Estos ratos que  nos unen no deben desaparecer. No queremos. Así que, Koki, Peli y Jóse estáis advertidos. No conseguiréis, no os dejaremos. Así que no os despido sino que os digo: hasta la próxima.

No quiero terminar sin saludar a vuestras mujeres ‘las sufridas mujeres del músico’ que, además de guapas y simpáticas están mejor que nunca. Os necesitamos, tenéis todavía una capacidad de convocatoria que parra sí quisieran otros. No cambiéis, sois fenomenales personas y mejores músicos. Hasta siempre. (Texto: Pepe Arcas de los Reyes. Club Cocodrilo, ex Ever Play). P.D. Si no habéis asistido os lo habéis perdido.

Más información en GdP.
762. GRUPO BLEND. 12 años de música.

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En cierta ocasión nos invitó a comer caracoles a su casa el cantaor José de los Reyes ‘el Negro’. Creo recordar que venían, entre los invitados, Miguel ‘el Gitano de Bronce’ y mi inolvidable amigo el guitarrista Robertito Ceballos. Cuando entramos en su cuarto, se habían escapados los caracoles, y estaban de paseo por la pared. ‘El Negro’ nos decía: «--Esperarse, que los caracoles se guisan muy pronto». Le tuvimos que convencer para que los cocinara otro día. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

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juanlaurent_puertosantamariaJean Laurent o Juan Laurent Minier (Garchizy, Nevers (Francia), 23 de julio de 1816 - Madrid, 24 de noviembre de 1886) fue uno de los más importantes fotógrafos que trabajaron en España en el siglo XIX. /Juan Laurent en La Ilustración Nacional, pag. 20 del número de 20 de enero de 1887.

Jean Laurent es unos de esos personajes fascinantes cuya vida y obra está muy alejada de ser reconocida por el gran público. Viene siendo habitual desde hace un par de año organizar exposiciones fotográficas que recogen la historia local de una comunidad como puede ser la andaluza o de una ciudad como Toledo. Indistintamente cual sea el objeto fotografiado --véase el Patio de los Leones de La Alhambra o dos chicas con el traje típico vejeriego (Vejer de la Frontera, Cádiz)-- las imágenes posiblemente formen parte de una antigua colección privada que el Estado compró en 1975 a Joaquín Ruiz Vernacci. Un auténtico tesoro cultural cuya “joya de la corona” lo conforma la colección fotográfica de Jean Laurent y Minier, un francés afincado en Madrid desde 1843 cuya especialidad eran las fotografías de retratos, paisajes turísticos y vistas de tópicos pintorescos.  Laurent es considerado uno de los grandes pioneros de la fotografía en España y hoy es nuestro protagonista.

Puente de San Alejandro. Del Catálogo: 'Obras Públicas de España. Vistas fotográficas de algunas obras importantes y de algunos monumentos antiguos. Carretera de primer orden de Madrid a Cádiz. Autores: Laurent, J. (1816 - 1886) y Martínez Sánchez, José (fl. 1853 - 1870) Año 1867. Biblioteca Digital Hispánica.

Abrió un estudio con su socio José Martínez Sánchez que luego llamaría Laurent y Cía. -en la Carrera de San Jerónimo en Madrid, en unos de los edificios en frente del Congreso de los Diputados-, cuando se unió con su yerno Alfonso Roswag. Laurent seguía los pasos del otro pionero de la fotografía en España: Charles Clifford.

Puente del ferrocarril sobre el Guadalete (El Puerto de Santa María). Autor: Jean Laurent. Este puente permaneció intacto hasta noviembre de 2007. Tuve la suerte de fotografiarlo antes de su desmantelamiento para la construcción de uno nuevo para el AVE (por entonces sólo quedaba menos de 20 metros). Año 1867. Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.

Laurent como Clifford ostentó el título de “Fotógrafo de Su Majestad la Reina” (Isabel II), al ser considerado un gran retratista. Compaginó su trabajo como fotógrafo de Isabel II con el que fue su proyecto fotográfico de mayor envergadura: recoger las diferentes vistas de España y Portugal. Además, la Casa Real no fue su único cliente, también lo fueron las principales Compañías ferroviarias extranjeras, en su mayoría francesas y belgas, que comenzaban a construir la red ferroviaria española (desde 1853 a 1866 se construyó el 40% de la red existente en 1936). Pero en muchos otros casos los trabajos fotográficos fueron realizados por iniciativa propia de Laurent con el objetivo de facilitar a la sociedad el conocimiento de los principales monumentos y manifestaciones artísticas que se habían producido a lo largo de la historia de España.

Puente del ferrocarril sobre el caño o río San Pedro (El Puerto-Puerto Real). Autor: Jean Laurent. Año 1867. Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.

Habitualmente usaba el tren para trasladarse de un punto a otro y tal vez su “deformación profesional” por su trabajo con las Compañias ferroviarias le llevó a fotografiar en Cádiz los puentes sobre el río Guadalete (El Puerto de Santa María) y el caño de San Pedro en Puerto Real. Tal vez su amigo Alejandro Dumas padre (autor del El Conde de Montecristo) le hablara de las bondades gaditanas o tal vez conocía la obra de Dumas “Impressions de voyages: de Paris a Cadix”. Pero de un modo u otro, Jean Laurent recaló en Cádiz allá por el año 1867 (posiblemente con el encargo de fotografiar obras públicas para la Exposición Universal que se iba a celebrar ese mismo año en París).

Laboratorio fotográfico de Laurent, en 1872 /Archivo Ruiz Vernacci IPHE. Ministerio de Educación y Cultura.

Con su pesado equipo fotográfico transportado en un carruaje-laboratorio se paseó por la provincia de Cádiz dejando como testimonio de su paso sus fotografías. Estas son algunas de imágenes que captó aquel año de 1867. (Texto: José Manuel Oneto Mariscal)

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Cualquier ciudad estaría dispuesta a sacrificarse, si a cambio de ello, dispusiera de un río con condiciones de salubridad aceptables; pero si además es navegable, alberga un club náutico, permite el deporte de piragüismo, esquí acuático y la posibilidad de capturar con una caña de pesca, un robalo, una mojarra o una dorada de vez en cuando, aceptaría cualquier sacrificio. Esto lo tiene El Puerto de Santa María. Tras largo tiempo de padecer incomodidades, los portuenses o porteños,   --gentilicios con  defensores y detractores--, vieron terminadas las obras de la orilla derecha del Guadalete. Un fastuoso proyecto que encandiló a los vecinos tras un alarde de comunicación visual, hacía presagiar la deseada revitalización de El Puerto; y ahora, tras el necesario ajuste del déficit y las telarañas que adornan las arcas municipales, habrá que darle tiempo al tiempo.

La inversión no parece estar en sintonía con el aprecio de la población, pues esta bella zona está infrautilizada; apenas sirve para el goce de algunos jubilados que lo disfrutan, dejándose acariciar por los rayos del sol que bañan este paseo junto río. En él, acodado sobre las barandillas del pretil del malecón, observo una de las rutinarias ocasiones en que la bajamar descarna las piedras que protegen el  muelle, y deja al descubierto los perpetuos musgos verdes, cuyos nutrientes sirven de alimento a la colonia de cangrejos.

El Guadalete es para mí fuente de inspiración. Siempre descubro algo nuevo. Con la nostalgia del Adriano en dique seco, hoy veía al más prosaico catamarán surcar las tranquilas aguas, cargado de turistas hacia un Cádiz en plena celebración del bicentenario. Sus dos proas usaban los vértices  para  provocar y empujar suaves ondas hacia las orillas, y a guisa de saludo, producían un suave bamboleo de proa a popa y de babor a estribor a las pequeñas embarcaciones ancladas a su lecho. Un noray con marchamo de antigüedad, solo y arrinconado, como jubilado, mira de reojo y con desprecio a la hilera de modernos bolardos, a uno por decámetro, alineados a lo largo del pretil, casi tan inútiles como él, porque solo sirven de mesa para las carnadas de los pacientes pescadores, ya que son escasos los barcos que suelen asirse a ellos.

Me dirijo hacia la impertérrita escultura que mira al mar en memoria de los marineros fallecidos o desaparecidos; quizá una de las más hermosas de la prolífica obra de Javier Tejada. Representa a un joven pescador que sujeta con sus manos a la espalda en actitud y gesto desafiante, con elegante pose de la taurina gaonera, en lugar de un capote de brega, los terminales de una red en la que se aprecia tenuemente la trama, la maroma y los corchos. A sus pies, sendos meros o corvinas que no acierto a definir.

Me acerco a la estatua, y mientras leo la inscripción de su basamento, oigo que me dice: «--¿Es que no hay en El Puerto nadie con imaginación para darle vida a este espacio tan espléndido?», «--¿No hay ferias, mercadillos de antigüedades, exposiciones caninas, de canaricultura, asociaciones colombófilas, conciertos de música de la banda municipal, vuelo de cometas, exposiciones de pinturas, tenderetes con libros viejos o nuevos?»

Vista parcial del Mercadillo de Artesanía instalado en la Ribera con motivo del II Festival de Danza y Artes Plásticas 'El Puerto en Movimiento' celebrado durante los días 9,10 y 11 de septiembre de 2011.   

Yo permanecí mudo al ver que un pescador de bronce, hueco por dentro y excesivamente joven, me estaba abochornando con ideas; pero más que con ideas, con inquietud; algo que yo era incapaz de ver. Me sentí preocupado. ¿Habrá alguien con la obligación de pensar más que el pescador de Tejada? La margen derecha del Guadalete está a la espera. (Texto: Alberto Boutellier Caparrós).

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Por el tiempo y la ignorancia olvidamos a personas  que marcaron en su época una  actividad artística en nuestra ciudad. Este es el caso de una estupenda cantaora y bailaora porteña, conocida como Rosa ‘la Chiva”. Trabajo me ha costado averiguar quién fue nuestra protagonista.

Rosa Moreno Franco ‘la Chiva’, nacida en 1895 en El Puerto, en la calle La Rosa. Falleció en la calle Santa Clara, a los noventa años de edad, en esta localidad que la vio pasar por muchas penurias y sacrificios que le marcaron profundamente la vida. Despejando la pequeña biografía de Rosa, la vida le trató muy mal, fue una mujer muy desgraciada en su matrimonio, su marido la abandonó con dos hijas pequeñas, por lo que tuvo que buscarse la vida como pudiera para poder sacar a su familia adelante. Trabajo en el Hostal Loreto, en la cocina fregando platos, echando medios días lavando, encalando en casas particulares de esta zona del Puerto, en el campo en la recogida de garbanzos y en lo que hiciera falta. En el tiempo de los higos de tunas, los vendía por las casas de vecinos.

Según me contó José L. Moreno ‘Patino’, nieto de Rosa, «--Sus bisabuelos  emigraron al Puerto, a finales del siglo XIX, procedían de Higuerita, pueblo de la provincia de Huelva. En los pueblos antiguamente se conocían a sus habitantes por los apodos, ‘la Chiva’, como título nobiliario flamenco, lo heredó de su madre». Investigando en el Archivo Histórico de El Puerto, me he llevado una gran sorpresa con el padre de Rosa: fue un estupendo cantaor. Comprobando padrones del año 1895 al 1920, los bisabuelos de Patino, el pescadero, no procedían de la provincia de Huelva, como nos dijo, los dos nacieron en El Puerto. El nombre de su bisabuelo, Manuel Moreno Gálvez, nació 1851, de profesión  herrero y cantaor flamenco, según Tío Alonso ‘el del Cepillo’ y José de los Reyes ‘el Negro’. La bisabuela Rosa Franco Sanchez, nació en 1858. Posiblemente los que nacieron en Higuerita, fueron sus tatarabuelos.

HABLAN DE ‘LA CHIVA’.
He preguntado a muchos amigos aficionados, nacidos en esta Ciudad, como a mi compadre y amigo Luis Gatica Rivas que vivió una gran parte su vida en la calle de Santa Clara y me dijo que «--La conocía del barrio, pero no tenía referencia que cantara y bailara. Posiblemente porque su trayectoria artística fue muy corta, por su afición al tabaco y a los malos momentos que le toco vivir en esta vida de escasez y pobreza por las que pasó».  /En la fotografía de la izquierda, Luis Gatica Rivas.

Los primeros comentarios que yo he escuchado sobre esta mujer fue del inolvidable amigo y sabio Tío Alonso ‘el del Cepillo’: «--Era familia mía lejana, buena cantaora y bailaora por fiesta, se partió la voz muy pronto».

José de los Reyes ‘el Negro’: «--Rosa cantaba y bailaba, muy bien por fiesta». Pepa Campo: «--Era mayor que yo de edad, y una persona muy corta de genio, y estupenda cantaora y bailaora». Mi inolvidable amigo Ramón Orillo, me comentó: «--Yo no la escuché cantar, ni la vi bailar, pero mi abuela Antonia, ‘la Obispa’, decía de Rosa, que era un bicho cantando y bailando, por Luisa del Puerto, era muy humilde y rarita de carácter».  /En la imagen de la izquierda, José de los Reyes 'el Negro'.

CASAS DE TRATO O DESAHOGO.
Grandes recuerdo tengo de Joaquín Albaiceta Núñez. (El Puerto 1910-1990). Cuando se vio inscrito en el Diccionario Enciclopédico Flamenco, como guitarrista, le cayeron algunas lagrimillas por sus mejillas. Como curiosidad, en los años cuarenta, se buscaba la vida con su guitarra, en lo que antes llamábamos ‘Casas de Trato’, acompañando a cantaores y bailaores como: ‘el Chumi’, Manolo Barrera, Rafael ‘el Gitano’ y algunos que en aquel tiempo estaban casados y no quería mencionar sus nombres. A los clientes de estas ‘Casas de Desahogo’, les gustaban meterse en fiestas con las señoras o señoritas de ‘vida alegre’, frase con la que no estoy de acuerdo. Estas casas estaban situadas en nuestra ciudad en las calles la Victoria y Postigo.

...continúa leyendo "1.352. ROSA MORENO FRANCO. ‘La Chiva’, una desconocida."

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