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El diseñador portuense Carlos Antonio Millán Ortolá nació en El Puerto el 2 de septiembre de 1974. Está casado con la también diseñadora Myriam Rubio Márquez. Carlos regresa a sus raíces para trasladar al Sur un modelo de negocio hotelero económico, sostenible y cercano: la Casa de Huéspedes Santa María.

Un simposio de matamoscas de diferentes colores decora el pasillo de entrada de la finca situada en el número 38 de la antigua calle Nevería de El Puerto. En el patio, un buzo gris se estampa en la pared y, en uno de los recovecos de la casa, dos sillones sacados de una mercadillo y una mesa construida con viejas maletas generan una salita acogedora. Carece conscientemente de lujos este lugar. Todo es reciclado. El mobiliario es usado, pero resucitado con ingenio para una nueva vida. En la fachada no ha una P ni una H sobre un fondo azul. No hay estrellas, no hay parafernalia hotelera. Lo pone bien claro en la fachada: Casa de Huéspedes. Una declaración de intenciones.

Carlos Millán es el artífice de este escenario. Portuense, se fue hace diez años a Madrid para trabajar como decorador, especialista en museos y exposiciones. Tuvo cierto éxito y, de hecho, en la actualidad sigue trabajando para el Prado, "pero lo hemos apostado todo por El Puerto", dice refiriéndose a él y a su compañera, igualmente dedicada al mundo del diseño. ¿Y a qué han apostado todo estos dos treintañeros? Vayamos por partes.

La familia de Carlos siempre estuvo vinculada al negocio hotelero en El Puerto, mucho antes de la llegada de los grandes hoteles. Y los grandes hoteles son lo contrario al pensamiento que tiene Carlos sobre lo que es el hospedaje:"Nunca he estado en un gran hotel, nunca he pisado un resort, no me interesan". En el caso de sus padres regentaban esta misma casa en la que nos encontramos, una casa que recibía familias de veraneo, una especie de hostal vacacional. Ese concepto, en alguna medida, se ha perdido. Consistía, recuerden, en casas de los lugares costeros en las que una familia acogía a familias de interior. Entre ellos, con los años, ya que los 'clientes' repetían cada año, se creaba un vínculo. La relación hospedador-huésped trascendía al negocio. Ese es el origen de la idea de Carlos y su compañera, explica en el patio de la casa de su infancia, pero sólo el origen. Continuemos.

Una pequeña revolución en el mundo de la hostelería se está produciendo en los barrios castizos de Madrid como Malasaña. Jóvenes cogen casas antiguas, las decoran con muebles viejos --no antiguos, viejos--, alguno de ellos escogidos en los más selectos basureros. Reciclan, decoran, hacen habitable un espacio, quizá un antiguo puticlub. Han creado un establecimiento cómodo, sin estridencias, para recibir huéspedes.

Carlos traslada e El Puerto esa filosofía. "Nos dirigimos a un público que aún no existe en Andalucía, que hay que crearlo". Esa es la apuesta. Se ha dado dos años para llevarlo a cabo. Si no es posible, lo dejará y emprenderá otra cosa. No hay miedo. Explica Carlos: "Sabemos que hay 200 millones de casas rurales, muchas de ellas se mueren de hambre porque el concepto es bueno, pero está saturado. Hay un público que quiere ese mismo concepto de casa rural en las ciudades. Esa es una idea aproximada. A nosotros no se nos podría clasificar. Quizá estaríamos en el apartado de hotel con encanto, pero tampoco es eso. Y tampoco somos una pensión, que es un término que el propio mercado ha convertido en peyorativo". Continúa: "Para la temporada alta no hay problema. Las diez habitaciones se llenan todo el verano. Queremos que el resto del año el espacio siga vivo, que la casa sea un centro de diseño, impartir cursos, concierto de formato reducido..."

Y todo esto se ha hecho sin pedir un duro a los bancos. Carlos no quiere ni oír hablar de la palabra crédito. Si el negocio funciona, bien; si no, a otra cosa. Nada de ponerse unas soga al cuello."Hemos invertido buena parte de lo que teníamos. ¿Y sabes en lo que mas hemos invertido? En camas, en buenas camas, en buena ropa de cama. Nuestras camas no desmerecen de las de un gran hotel. Porque queremos ofrecer cercanía, pero también comodidad".

De las obras en la casa, también previstas, prefiere casi ni hablar. Lleva meses esperando una licencia municipal. "Parece que el ayuntamiento no tiene prisa por crear empleo", se queja. Carlos y su chica no son los únicos. Poco a poco se está creando una red de establecimientos de este tipo. Comparten información. "Hace poco vino una pareja de Córdoba que tenía un hotel de este mismo tipo. Vinieron para conocer qué  habíamos hecho nosotros y nos intercambiamos información. Hay otro centrado en el surf pero que también tiene ese concepto". No muy lejos de aquí, a menos de 50 metros, una pensión trabaja el concepto británico del bed and breakfast. Lo pequeño, lo doméstico, busca su hueco.

En esas estamos cuando del cuartillo de los sillones sale una pareja madrileña de jóvenes con un café en la mano y un mapa. Están descansados, se nota. Arrastran sus maletas y cargan mochilas. Carlos abandona un momento la conversación para dirigirse a sus huéspedes y bolígrafo en ristre viaja con ellos, a través del mapa, por las playas más recónditas de la provincia. (Texto: Pedro Ingelmo).

Tal día como hoy, 26 de septiembre, también miércoles, de hace 174 años, el presbítero Don Rafael Ruiz Marchante, Examinador Sinodal de la Abadía de Olivares, Beneficiado de la iglesia Mayor Prioral y Vicario de la ciudad, "con anuencia del cura semanero", derramaba el agua bendita que contenía una concha de plata sobre la coronilla de un varón de pocas horas de nacido, suspendido boca abajo sobre la hermosa pila de la capilla bautismal, capilla compartida en esa fecha y desde que se instituyera en 1644, con la Cofradía de San Pedro de Venerables Sacerdotes, sostenido por algún miembro de la familia. Antes, el oficiante, en la puerta del templo, revestido con alba, estola y capa pluvial morada, había leído el ritual de los catecúmenos, ornamentos que cambiaría por la estola y capa pluvial blancas al pasar al Baptisterio, presidido por la “pila de Rota” nombre con el que era conocida  por los antiguos la pila bautismal. (Mi erudito amigo Luis Suarez Ávila me ha ilustrado sobre el origen de esta denominación. Parece ser que siglos atrás un carro que transportaba esta pieza con destino a la iglesia Mayor Parroquial de Nuestra Señora de la O de Rota rompió un eje en la calle San Juan, aledaña a la Prioral, depositándose la pila en la sacristía hasta que fuera reparado. Como tardó más tiempo del previsto y la pieza le gustó al Vicario, terminó por instalarse aquí, sustituyendo a la existente, pasando a ser llamada popularmente con ese nombre) Allí, en aquel lugar, el padre Ruiz Marchante pronunciaba con solemnidad la frase de ritual: "Yo te bautizo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".  Era un bautizo de postín. En el acta contenida en el Libro de Bautismos número 116,  folio 103 vuelto, se indica que había nacido el día anterior, "entre la una y las dos de la madrugada" y que se le impuso los nombre de Juan Bautista, Nicolás, Rafael, Lope.

Pila bautismal de la Iglesia Mayor Prioral.

Circunvalando la baranda de hierro forjado que rodea la pila bautismal, presenciando el acto, presumiblemente, se encontraba su padre, Tomás Osborne Mann y tal vez su tía materna, la escritora Fernán Caballero, que en esa fecha residía en Sevilla. El año anterior había contraído matrimonio por tercera vez con Antonio Arrom, después de enviudar de su segundo marido, el marqués de Arco Hermoso. La otra hermana de su madre, Ángela, casada con un militar francés, el Barón Chatry de la Fosse en esa fecha estaba fuera de España y los abuelos Juan Nicolás Böhl de Faber y Francisca Javiera Ruiz de Larrea, más conocida como Frasquita Larrea -traductora de Byron y precursora del Romanticismo en nuestro país- habían fallecido; el primero hacía dos años y Frasquita ese mismo año, aunque al no conocer la fecha exacta del óbito, es posible que aún viviese uno o dos meses más de la fecha que estamos refiriendo. Su madre, Aurora Böhl de Faber y Ruiz Larrea, recién parida, y con una edad peligrosa para dar a luz, pues habiendo nacido en 1800 cumplía años con el siglo y tenía, por tanto, 38 años, no parece probable asistiese. Este que se bautizaba sería su quinto  y último hijo, segundo de los varones, todos portuenses, a excepción de la primogénita: María Manuela, que nació en Cádiz y tal vez Cecilia, de la que no he podido localizar ni el año ni el lugar de su nacimiento Ella, María Manuela, futura madre del clérigo Francis Morgan -Curro Morgan para sus primos de El Puerto- el preceptor y amigo del famoso escritor Tolkien, sería también parte importante de la ceremonia, a sus once años, pues fue la madrina.

Los hermanos que  precedieron a nuestro personaje, el benjamín familiar, además de la mencionada María Manuela fueron Cecilia, que casó con García de Porres, marqués de Castilleja del Campo y falleció en 1903; Francisca Javiera, que enlazó igualmente con la nobleza de sangre, en este caso con el marqués de Saltillo, Antonio de Rueda Quintanilla. La boda se celebró en la iglesia Mayor de El Puerto en agosto de 1852, y Tomás Osborne Böhl de Faber, dos años mayor que Juan Nicolás que se unió a la anglo-canaria Enriqueta Guezala Power, cuyos hijos formaron las diversas ramas de las que descienden todos los Osborne de la zona. /En la imagen, un joven Juan Nicolás Osborne.

Como era costumbre en esa época, las hembras quedaban descartadas de la gestión de los negocio bodegueros, con lo que Tomás Osborne y Juan Nicolás se repartieron el incipiente imperio vinatero que había iniciado su padre, asociado a Duff Gordon, sociedad que refundaron en 1855 y que, posteriormente, en 1890, fusionaron en una nueva firma: Osborne y Cia., integrada por Juan Nicolás, su cuñada Enriqueta ya viuda y uno de sus sobrinos, Tomás Osborne Guezala. La realidad es que, en la practica, el peso del negocio vinatero recayó siempre en Tomás Osborne, primero y después en el hijo de este de igual nombre pues él, bien joven,  se introdujo en el mundillo diplomático, trabajando en diversas legaciones españolas, concretamente como secretario de las de Nápoles, San Petersburgo y París, llevando una vida que podemos calificar de bohemia.

Había heredado la casa-bodega de calle Palma, cuya fachada pone fin a la calle Larga, donde figura una lápida conmemorativa de haber vivido en ella sus abuelos maternos y, de vez en cuando, venía por tu tierra natal, cada vez más espaciadamente, para visitar a la familia, firmar documentos, revisar las cuentas de resultados y... pegar un pellizco a los beneficios, supongo.

...continúa leyendo "1.508. JUAN NICOLAS OSBORNE BÖHL. Primer Conde de Osborne."

 A la corta galería de ilustres personajes portuenses del siglo XVIII que hemos ido confeccionando para GdP en los años en que venimos colaborando en la misma (Jose María Chacón, Francisco de Paula Topete y Jose Ignacio de la Rocha) queremos añadir hoy la figura de Juan Bautista Tirry Lacy, biznieto de Guillermo Tirry, I marqués de la Cañada Tirry, continuador del linaje. Era uno de los seis hijos del matrimonio formado por Guillermo Tirry Tirry y Maria Josefa Lacy de Albebille, tercero de los cuatro varones. /En la imagen, antiguo blasón de los Tirry.

Su hermano José María, que le precedió en el título de marqués, pasó a la historia por ser el gobernador de la plaza de El Puerto cuando la invasión francesa; alabado por unos, al situarlo como paladín del pueblo que le alentaba para hacer frente a los gabachos, sacándolo prácticamente a hombros desde la mesa donde almorzaba, en su casa de la calle Aurora hasta el edificio capitular, y denostado por otros como el historiador José Mª García Rodríguez que en su obra: "Guerra de Independencia, ensayo histórico político de una epopeya española", editada en 1945, comenta refiriéndose a este episodio de nuestra historia y a él: "En Puerto de Santa María recibieron algunos ultrajes y no fue el menor que, a la entrada de Dupont y los generales franceses, estuviese el gobernador de la plaza, marqués de la Cañada Tirry, presenciando unas cucañas. Era un cascarrabias con muchos años sobre las costillas, mayores ganas de mando y entregado de lleno a su alguacil..." Estaba casado José María Tirry Lacy con una sobrina: María Dolores Molina Tirry, hija del marqués de Ureña y Conde de Saucedilla, Don Gaspar de Molina y de su hermana María Josefa. No tuvo descendencia, heredando el marquesado su hermano Juan Bautista, nombre impuesto en honor de su abuelo, de nación francés, Juan Bautista Tyrry Strutch que había casado con la única hija del I marqués, Francisca Patricia y su heredera.

Como veis nuestro personaje tenía un buen "pedigree" por su rama paterna pero, no desmerecía por la materna, pues su madre, conocida como "María Lacy", era camarera de la Reina, hija de Guillermo Lacy, General del Consejo Supremo de Guerra y hermana del Conde de Lacy, Comendador de Casas Viejas de Mérida y ministro plenipotenciario del Rey en Rusia. Sus padres se habían casado en la capilla del palacio real de La Granja de San Ildefonso, el 7 de agosto 1745, oficiando la ceremonia Don Alvaro de Mendoza, arzobispo de Farsalia, del consejo de S.M., su Capellán y Limosnero Mayor, siendo la madrina la Condesa de Montijo.

Ingresó Juan Tirry en la escuela de guardias marinas de adolescente, dedicando buena parte de su juventud al servicio de Real Armada, participando entre otras acciones de guerra en los combates de Gibraltar y Argel. En la última década del siglo XVIII, con la graduación de teniente de Navío fue destinado a Cuba. Allí contrajo matrimonio -20 de agosto- hace 218 años en la catedral de La Habana con María Jesús Loinaz y Lizundia, de la Casa de los marqueses del Real Agrado, hija de del tesorero de la Real Fábrica de Tabaco de La Habana y Consejero de S.M., el vasco Ignacio de Loinaz, casado con la marquesa del Real Agrado, doña María de la Concepción Lizundia, su madre.

ISLA DE PINOS.

Poco tiempo después se encomendó al conde de Mompox, del que era su agregado militar, inspeccionar la Isla de Pinos, la mayor de las islas que rodean a la de Cuba, al sur de la misma, para "examinar si los pinos de que está poblada y los betunes (resinas) que estos producen podrían ser útiles a los bajeles de la Armada." Y Mompox encargó a Juan Tirry esta tarea, siendo ya capitán de Fragata, sorprendiendo a todos con un excelente plano de la isla y un completo y extenso trabajo a modo de memoria titulado "Descripción de la Isla de Pinos por el Capitán de Fragata de la Marina Real, D. Juan Tirry y Lacy".

El documento está fechado el 13 de diciembre de 1797 y en él, aparte incluir todos los datos cartográficos al uso, indicaba era de una extensión de 85 leguas, (480.000 metros, aproximadamente. En la actualidad en municipio, uno de los 26 que tiene La Habana y que comprende esta isla y algunos cayos cercanos tiene más de 3.000 kilómetros cuadrados de superficie) y solamente 76 habitantes. Señalaba en su informe el potencial virgen de la misma, con una gran variedad de excelentes maderas: manajúes, yabas, jaities, guácimas, cedros, almácigas, palmas, peralejos, sabiques... abundancia de arboles de caoba, tan apreciada en Europa y, por supuesto, pinos aptos para la construcción naval. Reunía condiciones favorables para la pesca de carey, tenía manantiales de agua potable y terrenos fértiles en los que poder plantar café y tabaco, así como pastos suficientes para mantener cabañas de diversos ganados.

Como consecuencia de este informe que terminó en el despacho del Príncipe de la Paz, que era el que tomaba todas las decisiones por aquellos años, se inició el proceso para rentabilizar la isla, que pronto sería la Colonia Reina Amalia. Con mucha "vista" Tirry había dedicado el plano y la memoria a Don Juan de Lángara, en esa fecha Capitán Director e Inspector General de la Real Armada, además de Secretario de Estado y del Despacho Universal de la Marina. Paralelamente, argumentando que su hogar conyugal se encontraba en La Habana, solicitaba un traslado de cuerpo, al Regimiento de Dragones, estable en la capital cubana, concediéndole el grado de coronel. Y así fue, aunque solo estuvo provisionalmente como agregado en dicho regimiento.

ALCALDE DE LA HABANA.

Merced a la influencia de sus valedores en la Corte y a sus propios méritos finalizó su carrera militar como Brigadier de Caballería del Real Cuerpo de Ingenieros. Establecido definitivamente en Cuba, donde heredó el marquesado, ocupó el cargo de Gobernador de la provincia de Matanzas, donde era propietario de grandes ingenios y también dentro de su faceta política ejerció como alcalde ordinario electo de la capital: La Habana. Este portuense de cuna, miembro notorio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y Caballero de la Orden santiaguina falleció en Cuba en 1839.

PENDÓN DE EL PUERTO.

A pesar de que tuvo dos hijos varones, su línea sucesoria se realizó a través de su única hija: María Josefa Tirry Lionaz. Una nieta de esta, la que sería la VIII marquesa de la Cañada, Dª María Concepción Wall, que sumaba al indicado los títulos de marquesa de Mejorada del Campo y condesa de Armildez de Toledo, realizó a la inversa el recorrido de su bisabuelo, estableciéndose en España, donde continuaron sus descendientes. Como punto final a esta pequeña semblanza de un notable paisano podemos añadir que, en la finca toledana donde residían los Marqueses de la Cañada, ya en el siglo XX, hubo un incendio y en él se perdió el Pendón de El Puerto, que había sido costeado por Guillermo Tirry cuando fue Alférez Mayor de la ciudad, conservado por la familia durante siglos, especialmente por su valor sentimental pues gracias que fue enarbolado en señal de pleitesía real se le concedió el privilegio de añadir a su blasón dos leones rampantes a sendos lados del mismo. Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

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Fernando Gago y su viuda, María Isabel Peña, en la Plaza Real en una imagen retrospectiva.

Los trece cuadros que la familia de ex alcalde de la Ciudad Fernando Gago donó ayer a El Puerto de Santa María, ya se encuentran expuestos en el lugar mas noble y distinguido de la  Plaza de Toros, de la que Gago fuera su presidente durante 10 años, en la sala del palco de presidencia, donde permanecerán expuestos de forma provisional hasta el día 11 de septiembre, fecha en la que finalizan las visitas guiadas que ofrecen las concejalías de Patrimonio Histórico y Turismo, a la espera de su ubicación definitiva. Ayer se firmaba el documento de recepción de dichas obras, en un acto que pretendía ser íntimo, pero que se desbordó de personas que se quisieron sumar a este homenaje póstumo al ex edil fallecido el 28 de mayo de 2012.

También se  descubrió ayer un azulejo 'A la buena memoria del Iltmo. Sr. D. Fernando Gago García' obra de Pepita Lena de Terry quien, junto a Luis Suárez Ávila, colaborador de GdP, han organizado junto a la familia del finado la donación. María Isabel Peña, su viuda y los hijos del ex alcalde, Verónica, Irene, Fernando y Felisa Gago Leyras /Foto: Vicente González Lechuga.

El alcalde, Enrique Moresco García firmando la recepción de la donación, en presencia del Secretario Municipal, Fernando Jiménez Romero, familiares y amigos. /Foto: Vicente González Lechuga.

EL PERIPLO DE LOS CUADROS.
Esta colección de obras, ya de propiedad municipal, tienen tras de si una curiosa historia. Todos los toros que figuran en los cuadros fueron lidiados y matados por  Luis Mazzantini y Erguía (1856-1926) y estuvieron colgados en el conocido como “cuarto de los cuernos”, en el recreo denominado “La Concepción” propiedad de Don Luis Mazzantini, sito en el llamado Camino de Mazzantini o Carretera  de Fuentebravía, en esta Ciudad. A la muerte del torero, con la venta de dicho recreo a la Condesa de Gavia, se deshizo la casa  y la condesa no quiso que quedaran allí recuerdos taurinos de ninguna clase. 

Con ese motivo, los descritos cuadros, junto con otros enseres, pasaron a la propiedad de Carlos J. de Terry y del Cuvillo, entre ellos, un retrato de cuerpo entero de Mazzantini, que Carlos J. de Terry  del Cuvillo regaló a Luis Prieto Rodríguez, una cabeza de toro disecada y los trece cuadros que Carlos J. de Terry  instaló en el llamado “cuarto de degustación” de las Bodegas Fernando A. de Terry, una estancia escrupulosamente decorada por don Juan José Bottaro y Palmer. (ver nótulas núm. 212 y 285 en GdP).

Así se mantuvieron esos cuadros por la viuda y los herederos de Don Fernando C. de Terry y del Cuvillo, al quedar únicos accionistas de Fernando A. de Terry, S.A.  Por las sucesivas ventas de dichas bodegas, desde 1981, los últimos propietarios –Allied-Lyons-- ordenaron al entonces Director de Relaciones Públicas, Fernando Gago García, la retirada de dichos cuadros, por cuanto que aducían que la imagen de las Bodegas Terry eran los caballos y no los toros, que lo eran de las de Osborne, sugiriendo la  entonces Dirección General de  Allied-Lyons,  Bodegas Terry , que  Gago García le diera a los cuadros el destino que quisiera, pero que se retiraran de la Bodega. /En la imagen, Luis Mazzantini. /Foto: Matarrodona.

SALVADOS DE LA QUEMA.
Así es como caen en sus manos, literalmente desahuciados por Allied-Lyons & Cº,  convertidos en auténticas “res delerictae”. Y, sin embargo, Fernando Gago conociendo el  interés  artístico y la importancia para la historia local de esas obras, las libra de la destrucción, las mantiene en su poder desde 1995  hasta que decide donarlos al Excmo. Ayuntamiento para su exposición en la Plaza Real de Toros a fin de destinarlos al futuro Museo Taurino, lo que se fue demorando.

En la imagen, de izquierda a derecha, José María Morillo, Ignacio Gago García su hermano, la viuda María Isabel Peña, su nieto Gonzalo Osborne Gago, y sus hijas Verónica e Irene Gago Leyras. /Foto: Vicente González Lechuga.

Fernando Gago García, que fue Teniente de Alcalde Delegado de Plaza de Toros, Alcalde de esta Ciudad y Presidente, durante muchos años, de la Plaza Real de Toros, abrigó el proyecto, desgraciadamente nunca realizado, de formar un Museo Taurino Municipal en los bodegones de la Plaza de Toros y, unos días antes de morir, el 28 de mayo del presente año, expresó a su familia y a su albacea su deseo de donar al Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad los arriba reseñados cuadros, que había salvado, como una muestra más de su cariño por la Ciudad y de su dedicación en la mejora y prestigio de nuestro más que centenario coso taurino.

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Ricardo Palacios Mena y su hijo Ricardo Palacios Álvarez, durante un viaje a Japón.

Ayer a las 10 de la mañana nos dejaba un porteño de pro, Ricardo Palacios Mena quien, aunque nacido en La Línea de la Concepción, se sentía tan portuense como el que más. Vino a nuestra ciudad fichado por el Racing Club Portuense, donde jugaría en todos los puestos menos en el de portero. Aquí conoció a Pepi, hija de Rafael Álvarez Santander, el fundador de los recauchutados de la calle Curva en 1927 cuando las ruedas de coches eran de radios, y aquí se casó y fundó una familia que, orgullosa junto a su padre expandió el negocio de los neumáticos, siendo conocido como Ricardo ‘el de las Gomas’, o Vulcanizados Ricardo.

Ricardo es el jugador del centro, junto a Trujillo y otros directivos del Racing Club Portuense, en el desaparecido Eduardo Dato.

Su entrega al fútbol base, tras la diaria y dura jornada laboral, quedó suficientemente demostrada, como entrenador y artífice de una excelente cantera de fútbol, posiblemente la del mejor equipo que que ha tenido El Puerto: C.D. San Marcos.  Cuantos se relacionaron con el ya fuera por cuestiones deportivas o de trabajo lo recuerdan: era de una gran humanidad, que supo inculcar a sus hijos: Ricardo, Juan Luis y Rafael y que nos queda en forma de legado.  (Texto: José María Morillo).

Los oficios religiosos se celebrarán hoy a las 11 de la mañana, por expreso deseo del finado, en la parroquia de San Joaquín.

Mas información en Gente del Puerto. Nótula 074.

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Tengo un amigo en el hambre,
y tengo otro en el alma.
Los dos son el mismo amigo,
Miguel Marroquín se llama.

(Manuel Gerena)

Se ha ido un icono de la transición política andaluza, “un comunista militando en el PSOE”, como a él le gustaba definirse, aunque en los últimos años “para recuperar mi libertad de palabra” no tenía obligaciones de partidos y cargos, empero, se seguía reuniendo con los compañeros socialistas. Era un hombre que vivía la política como si le fuera la vida en ello, acaso distorsionada –o por mejor decir— descontento de la deriva que ha tomado la forma de ejercerla. En el fondo era un utópico que reclamaba su derecho a decir “No es eso” de la actual forma de ejercer la política orgánica de los partidos y los cargos públicos. Y no le faltaba razón cuando la ciudadanía reclama “otra forma de ser, otra forma de actuar”, eslogan que reclamaba para todos los partidos, no solo de izquierdas. Complicado en las formas de vivir la política, supo tener amigos que le acompañaron en sus postulados y otros, no tanto, precisamente por la intensidad de lo vivido en los años difíciles de la dictadura. Era amigo de sus amigos y sabía escuchar. Y decía que “era socialista antes que comunista”. En todos los casos, ha desaparecido un activo militante de la transición y de la libertad de la que gozamos hoy los españoles.

El pasado viernes 20 de julio vino a escuchar la conferencia que pronuncié en el hotel Los Cántaros sobre ‘Siglo y Medio de Turismo de El Puerto’. Por la tarde había escrito el que sería su último artículo en el Blog que mantenía con asiduidad ‘El Cuaderno de Miguel Marroquín’. Al día siguiente sábado 21 se sintió indispuesto  e ingresó en el Hospital de Puerto Real; el jueves 26 le practicaban una intervención quirúrgica en dicho hospital, operación que no resultó exitosa dadas las complicaciones que vinieron después, falleciendo de una afección cardíaca ayer  día 30 de julio, cuando pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde, a los 69 años de edad.

Marroquín dejó dicho que ningún símbolo religioso figurara sobre su féretro. Sentía una gran amor por El Puerto: su familia ha dispuesto que la bandera de El Puerto que tenía en su casa y la medalla de concejal de la Corporación Municipal 1987-1991 a la que perteneció estén presente en las honras fúnebres de índole civil que se celebraran hoy en el Tanatorio a las cinco de la tarde.  (Texto: José María Morillo).

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Nuria Sánchez Perdigones nace en madrid el 10 de octubre de 1964 hija de padres andaluces Pedro y Manuela, con cuatro hermanos de una parte y tres de un segundo matrimonio de su padre. De pequeña viviría en Madrid en tres casas hasta que se casó y se vino a vivir al Sur. una vez aquí, vivió en Barbate, Medina, Arcos y, finalmente, El Puerto de Santa María donde tiene instalada su empresa, ‘Imagen y Comunicación Menesteo’.

El año del nacimiento de Nuria, Rafael Alberti publicaba ‘La Lozana Andaluza’. era alcalde e El Puerto Luis Portillo Ruiz. Salvador Dalí diseñaba para bodegas Osborne, la botella del brandy Conde de Osborne.  El Ayuntamiento de El Puerto vendía a la Diputación Provincial 300.000 metros de terrenos para la construcción de un camping en la urbanización Valdelagrana. Fallecía el historiador Hipólito Sancho de Sopranis. Manuel Delgado Villegas ‘el Arropiero’ cometía un nuevo delito de asesinato en la Laya de Llorach, el Garraf. El Hotel Meliá El Caballo Blanco se anunciaba en ABC en junio de 1964. Ese año se suprimía la obligatoriedad de pagar un impuesto por poseer un aparato de radio, una de las grandes pasiones de nuestra protagonista. Eran los ‘XXV años de Paz’ de Franco, el discurso de Che Guevara en la ONU, se popularizaba la minifalda en España y los Beatles llegaban a Nueva York.

Nuria, la segunda por la derecha, con sus padres y hermanos.

Estudió la EGB en Madrid en el colegio Magnus, con las monjas de la Divina Pastora el bachillerato y en la Escuala ESIC la licenciatura de Marketing.

RADIO Y TELEVISIÓN.
Sus inicios profesionales se centraron en el periodismo radiofónico, montando varias emisoras de radio en la provincia de Cádiz y dirigiendo los servicios informativos y la programación matinal.   En el año 1995, en la televisión local de Sanlúcar, entró de lleno en el mundo audiovisual.  En esa época y tras un profundo estudio de la situación de las televisiones locales en la provincia decide acometer un proyecto pionero en el sector: la unión a través de la programación de las 23 emisoras que existían en el momento.  Se crea el primer informativo provincial de Cádiz y tras éste, diversos programas en cadena: El Semanal.  Informativo provincial para 23 televisiones locales de Cádiz.  “Dirección Sur”.  Programa documental semanal sobre los pueblos de Cádiz para  22 televisiones locales de la provincia. “Disco Disloque”.  Programa semanal sobre los acontecimientos culturales de la provincia de Cádiz para  23 televisiones locales.

De reportera en el desierto del Sahara. Año 2002.

ANDALUCÍA PUEBLO A PUEBLO.
Tras el éxito conseguido, pone en marcha uno de los proyectos audiovisuales más importantes sobre nuestra tierra, “Andalucía, pueblo a pueblo”, la única enciclopedia audiovisual que recoge la realidad de los 780 municipios de la Comunidad Autónoma.  Este proyecto duró 5 años y se realizó con un gran despliegue técnico y humano.  La producción fue distribuida por los principales periódicos regionales en formato VHS (ABC, Ideal, Diario Sur, Información, etc.); y actualmente se comercializa en formato DVD, a nivel nacional a través de una distribuidora.

Rodando en Barbate el año 2004.

«--Tuvimos que contratar a cámaras profesionales y además dispuestos a pasar largas temporadas fuera de su casa. Guionistas y escritores, como Antonio Gala, para que redactaran los textos, personas para que pusieran la voz en off, algunos tan conocidos como Ramón Langa o José María del Río, fotógrafos, realizadores, músicos... era yo la que lo manejaba todo desde aquí y creo que es lo más difícil, tenía que estar todo a punto y perfecto, no se daba ningún paso sin mi aprobación. Antes no estaban tan adelantados en internet y los móviles apenas se usaban. Teníamos que pedir permisos para grabar en muchos sitios, como en la Casa Pilatos o en el Palacio de la Duquesa de Alba en Sevilla, que se abrieron expresamente para nosotros, contratamos helicópteros para conseguir unas magníficas panorámicas... todo por teléfono y muchas veces desconfiando de lo que les contábamos».

Entrevistando a Juan Calatayud, durante la presentación de su libro.

Una vez finalizado este proyecto siguió desarrollando otras producciones sobre Andalucía que han sido comercializadas a través de distintas editoriales, y trabajos específicos para distintas empresas. Como son: “Castillos y Palacios de Andalucía”.  Serie de 6 capítulos de 30 ´en DVD. “La Gran Regata 2000”.  Documental de 60´en colaboración con la BBC.

IMAGEN Y COMUNICACIÓN MENESTEO.
En el año 2000 y para dar servicio a las necesidades de sus clientes crea un departamento de producción editorial y de fotografía. En junio de 2006, crea la empresa Imagen y Comunicación Menesteo, una Consultoría de Comunicación Integral.

Con el Príncipe de Asturias, durante el Congreso de Jóvenes Empresarios celebrado en Cádiz.

PRESIDENTA DE LA AMEP.
Nuria Sánchez Perdigones es Presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales (AMEP) desde enero de 2009, sustituyendo en el cargo a Ana Alonso Lorente (ver nótula núm. 172 en GdP) que sería elegida presidenta de Andalucía.  El pasado 31 de mayo de 2012 me reeligieron en Asamblea como Presidenta por un periodo de 4 años.

Con la ex consejera de la Junta de Andalucía Micaela Navarro, en un congreso de AMEP. Año 2009

«--En cuanto a igualdad se refiere, considero que ha cambiado y mucho, afortunadamente, el mundo empresarial, pero no al ritmo que a nosotras nos gustaría. La mujer empresaria tiene los mismos problemas que cualquier otra mujer y encima le tenemos que añadir los que se derivan del mundo empresarial. En el mismo puesto de trabajo ellas siempre ganan menos que ellos, ellos siempre son empresarios por el simple hecho de dar de alta una empresa y nosotras tenemos que demostrar constantemente que valemos para llevar la empresa, siempre estamos en entredicho. En lo que a mí me afecta, ya he pasado por esa etapa y yo estoy muy concienciada de que lo que tenga que hacer lo voy a hacer para llegar a esa igualdad que la sociedad necesita. No hay nada más que mirar a nuestro alrededor, los puestos directivos son ocupados en casi un noventa por ciento por hombres, a pesar de que en las facultades haya más mujeres que hombres, ...».

Nuria es también, Vicepresidenta de la Federación Andaluza de empresarias autónomas
(FAMET); miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación de Empresarios de Cádiz; miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Andaluza de Empresarias; miembro de Junta directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucía.

En la imagen, Nuria, entre otros junto al presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Miguel González Saucedo.

Entre otros reconocimientos, está en posesión del de  Mejor Empresaria del año 2002 por la Confederación de Empresarios de Cádiz y el Premio Meridiana 2003 por iniciativas empresariales del Instituto Andaluz de la Mujer.

«--Cuando todo empezó mis hijos eran pequeños, es cuando más se necesita a una madre, el colegio, los cumpleaños, vacaciones... pero con ayuda de familiares y amigos ha sido la cosa más fácil. He de reconocer que forman parte de mi equipo y que sin ellos no hubiera sido igual. Ahora ellos son mayores y responsables, no es tanta carga, ahora llego a casa y todo está en orden, antes... prefiero no seguir».

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Lo que empieza como un relato ficticio e inconcluso de Juan Español, por fortuna, no es con el que se concluye esta nótula. La primera parte es ficticia, la segunda es real y esperanzadora. Aun quedan esperanzas para los que se animan a emprender.

María del Mar y Jesús, en el aparcamiento de la Avda. de la Bajamar.

LO FICTICIO.
“Hace poco que he cumplido 40 años. Estoy casado y tengo cuatro hijos. Aún recuerdo cuando era un hombre feliz; tampoco hace tanto, casi cuatro años. Era mileurista, pero no tenía grandes ambiciones; de vez en cuando alguna chapucilla, ¡ah!  y la ayuda  de mi Rocío, que trabajaba en la gran superficie  de Correful, de cajera, y echaba no sé cuantas horas como quinieneurista. Con lo de Rocío pagábamos la hipoteca de nuestro modesto piso de barriada, y de vez en cuando, íbamos a la freiduría de Gonzalo para darnos un homenaje de pescaíto frito. El Banco nos había facilitado un crédito hipotecario para el pisito por el 120% de su valor; esto nos animó y de la noche a la mañana nos encontramos con un Renault Clio que pagaríamos en 40 años junto a la hipoteca. ¿Se podía pedir más?

Un lunes, cuando mi Rocío fue al trabajo, su jefe le puso cara de circunstancias para decirle que a final de mes la despediría. De nada le valió argumentar su dedicación al trabajo durante diez años, sin faltar un solo día, y haciendo horas extraordinarias sin cobrarlas. Sólo recibió la frialdad de un rostro que se limitaba a decir que él cumplía órdenes superiores, que no la despedían por otra razón que el ajuste de plantilla. Durante un tiempo, el cobro del desempleo atenuaba la ansiedad de un panorama desolador, pero si no encontraba pronto trabajo, al finalizar la ayuda, la hipoteca mermaría un cuarto de nuestros ingresos. Poco tiempo después, otro lunes, siempre son negros los lunes, pero este fue tenebroso, nada más fichar, me llamó el jefe de personal para decirme que yo era uno de los diez a los que se les cancelaba el contrato de trabajo por reducción de  plantilla; un ERE, que es la forma de simplificar la frase de: ere…s uno de los desgraciados que se va a la calle.

Tuve más “suerte” que mi Rocío. A mí me abonaron 20 días por año de trabajo, ¡ocho mil euros!  Cuando me dieron la indemnización y dos años de desempleo, no calibré bien el horizonte que me esperaba. Todo quedaba muy lejos por lo que  le dije a mi Rocío, vámonos a celebrarlo. Con ella y con mis hijos nos fuimos a un restaurante, ¡ocho mil euros juntos! Dios mío, cuánto dinero. Hasta pedimos una bandeja de langostinos de Sanlúcar, de esos que yo había oído decir le llamaban “pablos romeros”,  pero que nunca había probado, jamás fui más allá de los congelados del Correful. Fue el último día de felicidad como familia”.

Lo que seguía era muy dramático, cuando faltó el dinero el amor saltó por la ventana; separación, desastre, desolación…suicidio. Esto es solo ficción, no he publicado este relato, porque creo que no son momentos de desanimar; al contrario, hay que levantar el ánimo y por eso traigo aquí la historia real que sigue como admirable paradigma.


LO REAL. ECOLATAS ANDALUZAS 2012.
A nadie le gusta que le den la lata, salvo a Jesús, Mª del Mar, sus cuatro hijos y cuatro compañeros. Nadie más está dispuesto. He conocido a este matrimonio y su numerosa prole. Carecen de todo, pero van limpios, son pobres y sin recursos, mas no mendigan; solo están llenos de dignidad, fuerza interior, ganas de luchar y hasta su puntito de felicidad. Jesús trabajó de mantenimiento, es decir, de todo. Albañil, electricista, peón… hasta que le despidieron como a tantos. Agotó todas las ayudas sociales y al contrario que el protagonista de mi relato anterior, miraron a sus hijos, y decidieron afrontar la adversidad con ingenio y fuerza interior. A mí se me erizaron los vellos cuando me contó que había creado una empresa para dar un servicio público gratuito, y que para ello, con un cochecito de niño, él y su mujer María del Mar, recogían de las calles, parques y bares, las latas vacías de cualquier uso. Todo el día andando en busca de la lata abandonada.


«--¿Qué ganas con eso Jesús?», le pregunté. «--La posibilidad de sacarme un sueldecito». --»¿Pero cómo? --insistí-- porque el Ayuntamiento no puede subvencionar nada». «--No recibimos nada y solo dependemos de nosotros. La labor que hacemos favorece el mantenimiento del medio ambiente y nos permite vender a una planta recicladora del norte de España todo nuestro almacenamiento». «--Y ¿cómo almacenáis si carecéis de instalaciones?». «--Llevamos un año de trabajo, de gestiones, tratando de encontrar algún tipo de subvención de la Comunidad Europea, hasta ahora sin resultado, pero han tenido éxito nuestras gestiones, y Medio Ambiente de El Puerto nos ha cedido una nave para almacenar la recogida. Nos han prometido dos furgonetas que aún no llegan, lo que nos obliga a hacer la recogida a pié».

Ni siquiera me hicieron alusión al sol de justicia que han de soportar. Hemos quedado en seguir hablando. De momento he recibido una lección magistral de presencia de ánimo, de entusiasmo, de ganas de comerse el mundo sin contar con ayudas, esas ayudas que se facilitan para justificar estúpidos proyectos pseudo-solidarios. ¡A mí qué me importa la vida sexual del escarabajo pelotero! por establecer una metáfora con otras subvenciones estrafalarias.

Esta iniciativa precisa de ayuda, o por lo menos, de colaboración. ¿Es que no hay ninguna furgoneta de segunda o tercera mano que se le pueda ceder a estas familias, con lo cual mejoraría su rendimiento y reduciría su esfuerzo personal?  Por si alguien está interesado y puede ayudar, la empresa en la que se están dejando la piel es, ECOLATAS ANDALUZAS 2012, la empresa creada desde el ingenio y el rechazo a la desesperanza. Dejo constancia aquí de mi admiración por este matrimonio y sus compañeros. /Texto y foto: Alberto Boutellier Caparrós.

El pasado 16 de junio se cumplían cien años del nacimiento, en nuestra ciudad, de uno de los más importantes cartelistas de nuestro país: Manolo Prieto. (ver nótulas núm. 863 y 864 en GdP). Desde muchos enfoques se puede analizar la obra de Manolo. En esta ocasión nos referiremos a sus carteles de temática taurina. Manolo Prieto, se interesó desde muy joven por el cartel taurino, y  llegó a ser uno de los intérpretes más originales y revolucionarios en este género artístico.

Cuando apenas cuenta veintitrés años, participa en una exposición que, organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid, tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes, en junio de 1935. En dicha muestra obtuvo el primer premio Renau, pero el jurado formado por: Francisco Llorens, por el Círculo de Bellas Artes, Federico Ribas, por la Unión de Dibujantes Españoles, Miguel Lucas, por la Asociación de Pintores y Escultores y Luis Gil Fillol, por la Asociación de la Prensa, estimó: "...que la limitación de premios impide recompensar justamente el esfuerzo realizado por los dibujantes españoles, propone la adquisición de los carteles firmados por los señores Pedraza, Alonso, Prieto, Vega y Gallo".

Pero el primer cartel de tema taurino, dentro de la obra de Manolo,  con el que consiguiera un gran triunfo, fue el que realizó para el concurso de la Dirección General de Turismo, en 1950, y que llevaba por título "La fiesta de toros en España", con el que obtuvo el primer premio. "El cartel no va dirigido al aficionado español, por eso le falta la anécdota. Está hecho pensando en el extranjero, que es al que va dirigido. Un toro con su silueta terrible, frente a un torerito rodeado de espacio y de sol, con un trapo como única defensa" /En la imagen de la izquierda, cartel primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1952.

La prensa de la época llegó a decir con respecto a este cartel: "Ha venido a revolucionar la tradicional propaganda de la lidia de reses bravas. Y ha conseguido precisamente eso: dar realce a la bravura del toro y al valor del torero. Ahí se ve al diestro, empequeñecido y audaz, ante la mole potente de un testuz vigoroso y vibrante de energía acometedor a, subrayada por el contorno blanquecino que rodea al toro, aparentemente hierático, pero dispuesto a la 'arrancada' y a hacerse dueño del ruedo".

La corrida de la Beneficencia de Madrid se venía celebrando desde 1840 aproximadamente, y los carteles anunciadores se encargaban a grabadores y dibujantes de la época, como Ramón Cilla, Porset, Perea, Chaves, Pastor... El concurso de carteles anunciadores de dichas corridas se instituyó en 1952. A ese primer concurso concurrió el artista portuense, obteniendo el primer premio, ex aequo con Pablo Mairata, en el apartado de carteles murales. El de programas de mano se concedió a Antonio Casero. El cartel de nuestro paisano representa el momento en que el toro toma un puyazo recargando, viéndose el picador en serios apuros: "Este cartel es todo anécdota, puesto que va dirigido al aficionado que entiende. Una bellísima suerte de varas, con posible derribo por un toro bravo. Cartel de técnica moderna". Al año siguiente obtiene el tercer premio. El primero lo consiguió Vicente Vila, y el segundo, otro portuense, Ricardo Summers Isern "Serny", con un cartel en el que representaba a dos manolas tocadas con mantilla y peineta hablándose entre sí. El cartel de Manolo, como todos los suyos, de técnica y composición moderna, en el que figura un torero de rodillas, en primer plano, de espalda,  dando una larga cambiada frente al toro. /En la imagen de la izquierda, segundo premio del cartel de la Corrida de la Beneficencia. 1956.

En mayo de 1956, nuestro artista logra el segundo premio con un cartel que, presentado con el nº 46, consiguió la suma de cuatro mil pesetas, y en el "que como siempre destaca por su calidad con respecto a los demás, está compuesto de una forma muy original, ya que representa a un torero rodilla en tierra mirando al toro y dispuesto a pasárselo de muleta".

En 1958 volvió a conseguir el primer premio, por unanimidad del jurado. Su cartel representaba a un toro viniendo de frente a la carrera; "lo más importante son las variaciones experimentadas con los colores, fundamentalmente con los amarillos, azules, grises y negros, que combinan con las letras en verde". Pero este premio tiene su anécdota, que nos explica el propio Manolo Prieto: "Este cartel que empapeló Madrid, tiene una historia muy graciosa. Fue hecho y presentado seis o siete años antes de que fuera premiado. Cuando se presentó por primera vez, fue rechazado porque dijo un miembro del jurado, y sus compañeros lo aceptaron, que era más propio para anunciar una ganadería (como si un toro arrancado no fuera una de las cosas más bonitas que se pueden ver en la plaza). Recuerden el valor que tiene esta estampa en la suerte de varas. ¡Hay que ver lo que puede la mala leche! ¡Y me lo llevé a casa!'. / Cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1958.

'Al poco tiempo, el Primer Congreso Ganadero convocó un concurso de carteles y lo presenté. Allí no me lo premiaron, y al devolvérmelo, me dijeron que era un cartel muy bueno, pero que estaba mejor para una corrida de toros ¡era natural! ¡Y me lo volví a traer a casa!' Lo dejé reposar unos años para que los jurados lo olvidaran, y lo volví a presentar en la Beneficencia, el año 1958. Aquel año, en el jurado a nadie le sentaba mal la leche, y fue premiado con todos los honores”.

También en 1958 le encargan la carpeta de los discos: "Pasodobles de España" y "Fiesta Brava". Un año después vuelve a participar en el concurso de la Beneficencia y obtiene el segundo premio entre un total de 96 obras. Los años 1960 y 1961 no hubo concurso. Al año siguiente de nuevo participa Prieto, pero en esta ocasión no consigue ningún premio.

En 1963 alcanza el primer premio con un cartel de un toro saliendo del toril, y al fondo un espontáneo que sale a su encuentro, resuelto con una técnica muy acabada, en el que destacan los diferentes planos resueltos con el color y las geométricas curvas del redondel y el callejón. En la edición de 1965 consigue un accésit. En 1969 nuevamente consigue el primer Premio en el concurso del cartel anunciador de la corrida de la Beneficencia. Vuelve a participar en la edición de 1972, consiguiendo un accesit. /En la imagen de la izquierda, cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1963.

Este año del centenario de su nacimiento, un “cartel” de Manolo anuncia el abono taurino portuense. Se trata de la portada del opúsculo, con textos de Julio Estefanía, editado por Osborne, en 1955, para conmemorar las bodas de diamante de la Plaza Real. Al cartel taurino le dedicó Manolo gran parte de su vida, como hemos podido comprobar a lo largo de estas lineas, y en su colección de bocetos donada al Puerto, y que, desgraciadamente, aún no se pueden contemplar en la sede de su Fundación, pendiente aún de inaugurarse. Que buena ocasión hubiera sido este Centenario para abrir las puertas a la exposición permanente de obras de Manolo Prieto en su ciudad natal.

Fragmento del cartel de la Temporada Taurina 2012.

Pero no acabó aquí su dedicación a la fiesta nacional, pues en sus últimos años también llevó a la medalla dos importantes colecciones de su "Tauromaquia",  amén de la medalla que, con motivo del Centenario de nuestro coso taurino, y a petición de nuestro Ayuntamiento, realizó en 1980, pero de eso ya nos ocuparemos en otra ocasión. (Texto: Francisco M. Arniz Sanz).

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En breve verá la luz la nueva novela de Alberto Boutellier Caparrós ‘A Pesar del Silencio', estando prevista su presentación y puesta a la venta a finales del presente mes de julio o a primeros de agosto, con la editorial Publidisa. Estará disponible en todas las librerías de El Puerto y, bajo demanda, en El Corte Inglés y circuitos de distribución de Internet. Su precio será 12 euros.

La trama versa sobre la situación de coma irreversible que el protagonista, Fernando Arbizu, experimenta tras un accidente de tráfico y el traumatismo sufrido. Dora será la heroína que luchará para intentar rescatarlo de su postración y, para ello, se marca dos objetivos: encontrar al causante del accidente y lograr los medios económicos que le permitan rehacer la vida de ambos. Un argumento apasionante con una historia de amor tallada en alto-relieve, con trata de blancas, tráfico de drogas, compañías de seguros y empresas fantasma aparecen en escena. Mientras, un joven abogado y un curtido detective tratarán de ayudar a la abnegada esposa.

Alberto escribió desde siempre. Hace 38 años, cuando llegó a El Puerto inició una novela que se quedó inconclusa. «Para escribir hay que tener sosiego y los años de El Puerto han sido de constante trabajo y no me lo han permitido. Cuando me jubilé, estuve pintando durante dos años, pero  sobre 2006 cuando mis hijos me regalaron un portátil, comencé a escribir sin parar.

Me inicié con varios Blogs, en el Ideal de Granada y Jaén, donde continúo escribiendo artículos, en WordPress y en Blogspot, hasta que perdí el pudor y cometí la osadía de escribir una novela, ‘El Renegado’ (Editorial Círculo Rojo) que está a punto de agotar la primera edición de 500 ejemplares».

Comenzó algunas colaboraciones en Espacio Digital Puerto, alguna en esta web Gente del Puerto, en la revista Chauní de residentes en Marruecos. Recientemente ha aportado un relato a la novela ‘Ipolka 2’ (Editorial El Olivo) con el título de ‘Urkaildu’. Se trata de una novela en la que participan otros varios escritores, entre ellos Alvaro Rendón.

Más información de Alberto Boutellier. Nótula núm. 679 en GdP.

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