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La fecha es el jueves 16 de mayo de 2013, --hoy--  a partir de las once y media de la mañana, cuando aparecerán las máquinas para llevar a cabo el desahucio del chiringuito de La Calita.

Necesitamos detener el desahucio para poder mantener las negociaciones e intentar salvar un enclave que no sólo pertenece a la familia de Pedrito García, también es patrimonio espiritual y sentimental de todos y cada uno de los portuenses.

 En la imagen de la izquierda, Pedro García Garrido, el hostelero del Chiringuito de La Calita, el Carnavalero de la Barriada de la Playa, el hombre de la sonrisa permanente, afirma: «--Tendrán que derribar La Calita conmigo dentro».

La intención es organizar una trinchera humana, lo más grande posible, para detener la acción de desahucio. Reclutar un ejército de corazones sin más armas que la palabra, la protesta y la canción. La voz del pueblo, este será nuestro mayor armamento para luchar contra la injusticia, injusticia contra un hombre y una familia que no piden otra cosa que dignidad y el hecho de que le permitan seguir trabajando.

En la imagen, un grupo de amigos en La Calita apoyando a Pedrito.

La Calita es patrimonio de El Puerto de Santa María, y por lo tanto, pertenece sólo y exclusivamente a los portuenses.


Modesto Barragán, director de Andalucía Directo con Pedrito, cuando el primero prreparaba su Pregón de Carnaval hace unos años en El Puerto.

Necesitamos tu ayuda para hacerle frente al opresor, por eso contamos contigo para formar nuestra trinchera humana. El jueves día 16 de mayo, a partir de las once y media de la mañana, en la puerta del chiringuito de La Calita… /Texto: Jose Luis Zampaña

Más información de Pedrito García en Gente del Puerto.

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María del Valle de la Riva Leiva nació en Castellón de la Plana en 1962, primer destino de su padre, abogado del estado, aunque enseguida la familia marchó a vivir a Córdoba, siendo la segunda de tres hermanos. De los cinco a los veinte años estudió ballet clásico aunque también conoce el baile flamenco, que aprende con Concha Calero. Estudia derecho y es abogado en ejercicio, presidiendo en la actualidad Marina del Puerto de Santa María, la empresa que gestiona Puerto Sherry.

 Empieza a conocer la realidad de El Puerto en 1980 a donde viene con unos amigos a Vistahermosa. En 1988 conoce en Benicasin al que será su futuro marido, Pedro Bores Saiz que le enseñará otro Puerto de Santa María que verá de su mano. Se casan en 1989 y tienen un hijo, que se suman a los otros tres del anterior matrimonio de Bores.

 

Valle de la Riva, con la tripulación del 'Inutil Team', ganaores del Catavino de Oro en la Semana Náutica Internacional.

En Puerto Sherry acometen la continuidad del proyecto que estaba en difícil situación. Lo compra Joaquin Rivero (Bami, Metrovacesa) quebrando la sociedad al año siguiente --estuvo quebrado durante 14 años-- y entra Pedro Bores, que decía que había que "seguir el ejemplo de la mina, hacer túneles, hasta descubrir la veta". Se involucra en 1998 en la situación jurídica del puerto deportivo, como abogada, trabajando en la quiebra, y empezó a implicarse con El Puerto, fruto del enamoramiento del que fue su marido con El Puerto, hace 15 años.

Mercedes Jara, Amparo Bernal, Susana Rendón, Valle de la Riva y Susana Crespo, en la Fiesta de Blanco en Puerto Sherry, el pasado julio de 2012.   /Foto: Ignacio Casas de Ciria  

En octubre de 2008 la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz levanta el secuestro sobre la concesión administrativa de Puerto Sherry, administrando la sociedad Pedro Bores con Valle a cargo de la parte jurídica. Al fallecer su marido en septiembre de 2011 en un desgraciado accidente de caza, nuestra protagonista se hace cargo del proyecto vital de Pedro Bores, porque sabía lo que éste tenía en la cabeza, a todas horas. Para Valle,  Puerto Sherry continúa siendo un proyecto ilusionante en un contexto aun mas complicado, pero un reto digno de asumir y resolver.   

Entrebares, un nuevo local de tapas que acaba de abrir en el centro comercial Vistahermosa de El Puerto, ofrece diariamente varios tipos de este plato andaluz que selecciona entre un catálogo de 20 diferentes que van rotando a diario

 La cocinera Monserrat Camacho junto a Jesús Matilla en la terraza de Entrebares. 

No se le puede negar su interés por ser originales. La carta de tapas se cambia a diario, e incluso a veces dos veces al día, señala su propietario, Jesús Matilla, pero si hay un plato fijo ese es el salmorejo de los que suelen tener, a diario, más de media docena en carta, todos diferentes y sacados de un catálogo de una veintena de fórmulas que ha ido desarrollando en los últimos años el propio Matilla con la colaboración de su cocinera Monserrat Camacho.

Jesús nació en Córdoba, no podía haberlo hecho en otro sitio, aunque ya lleva instalado en El Puerto de Santa María catorce años. En la actualidad tiene 38. La fórmula base la aprendió de su abuela María Madrid y destaca que “no lleva vinagre” porque esa, asegura, es una de las líneas características de este plato. Para todos los que hace emplea también cuatro ingredientes básicos: tomate, ajo, pan de telera del día anterior de la panadería de Roque de El Puerto de Santa María y aceite de oliva virgen extra que “cada vez que puedo me lo traigo de Priego de Córdoba”.

Los salmorejos se sirven en copas altas de cristal, de las de cócteles y todos van adornados. Matilla reconoce que es fundamental “presentar bien los platos porque por ahí es por donde se empieza a disfrutarlos, por la vista”. Reconoce ser un apasionado de la gastronomía  y ese afán creativo le ha llevado a tener un catálogo de salmorejos que va cambiando en su establecimiento que abrió el “Viernes de Dolores”, a las puertas de la Semana Santa.

Los diferentes salmorejos de Entrebares se sirven en vistosas copas de cristal

El clásico nunca falta. “Cada día puedo hacer hasta 30 litros para este establecimiento y también para la cafetería El Palmar donde es uno de los platos estrella”. Luego a esta base le añade diferentes elementos. Uno lo perfuma con albahaca, una hierba aromática muy habitual en la cocina italiana y que da al salmorejo un llamativo color verde. Por encima lleva una picada de bacalao ahumado.

Otro llamativo es el que realiza con queso de cabra y que luego decora con queso parmesano. Lo tiene también con una gelatina de vino oloroso que reduce a fuego lento hasta obtener la textura deseada o uno con pimientos asados que complementa con un poco de atún a la plancha. Lo tiene también de remolacha y uno que hace con algas al que agrega luego gambas picadas.

Uno de los más llamativos de su catálogo es el negro al que agrega tinta de calamar y para decorar un poco de chocos y gambas. También los hace con un toque dulce como el de melocotón o el de naranjas que combina con jamón serrano.

...continúa leyendo "1.721. JESÚS MATILLA Y MONSERRAT CAMACHO. Entrebares: el bar de los siete salmorejos."

El mundo de los toros era para el desaparecido presidente de la Plaza de Toros, Fernando Gago, punto y aparte. Por las peculiaridades que se dan en el planeta de los toros y por los amores y odios que concitaba en el ejercicio de la presidencia del centenario coso taurino porteño.

De izquierda a derecha, el veterinario Antonio Ruiz, Fernando Gago y el asesor José Feria, presidiendo el festejo del 29 de julio de 2001. /Foto: Bellido.

Conocedor del reglamento lo aplicaba escrupulosamente y se regodeaba con que el ejercicio de su presidencia fuese un espectáculo más, dentro del festejo taurino. «Ha habido división de opiniones, unos se han acordado de mi madre y otros se han cagado en mi padre», afirmaba al finalizar una corrida de toros. Corrida para la que, durante muchos años, se pagaba su entrada de toros, con el objeto de no ser sometido al ‘gañote vil’, como señalaba  de cuantos le solicitaban un pase de favor. «Si el presidente de la Plaza se paga su entrada --afirmaba para disuadir a los peticionarios  mostrándola--  no veo por que los demás ciudadanos no han de hacerlo». Y aunque no es menos cierto que tuvo un grupo de detractores en el mundo de las peñas, se llegó a crear una que lo apoyaba: la Peña Taurina Fernando Gago. He aquí algunas imágenes de su paso por la Plaza de Toros de El Puerto.

De izquierda a derecha, Fernando Gago, Jesulín de Ubrique y Carmelo Garcia, actual empresario de la Plaza de Toros de Sanlúcar, en el callejón el 4 de agosto de 2001. Foto: Núñez.

Fernando Gago con el maestro Javier Conde, el 5 de agosto de 2001. /Foto: Núñez.

Fernando Gago y el empresario de la Plaza de Toros de El Puerto, Justo Ojeda.

El clarinero Jesús Rosso Morro, el veterinario, Fernando Gago, el asesor Feria y el clarinero Juan Antonio Tur. 6 de julio de 2003.

Fernando Gago y José Tomás.

Fernando Gago y 'El Juli'. 8 de agosto de 2004. /Foto: Núñez.

Fernando Gago y el torero porteño Alejandro Morilla.

Fernando Gago y el diestro local José Luis Galloso.

Fernando Gago y Vicente Barrera

Fernando Gago y el torero Cesar Rincón.

Fernando Gago y Manuel Díaz, ‘el Cordobés’, arropados por los clarineros jesús Otero y Jesús Rosso, (ambos ya no están en activo). Podemos observar el clarín que porta Otero y sendos sombreros bicornios en manos de los clarineros.

Fernando Gago y Jesuli de Torrecera, en la corrida goyesca donde actuaba con Pepín Liria, quien indultó un toro del 16 de agosto de 2008 del Marqués de Domecq y de nombre ‘Insensato’.

De izquierda a derecha, el veterinario Martín, Fernando Gago, el asesor Feria y el clarinero Abraham Padilla. Entre el público podemos ver a Torriguera, Volpa o al electricista del Ayuntamiento ya jubilado.

 

La Peña Taurina 'Fernando Gago', en uno de los balconcillos de la plaza.

Diego, Silvia y Pilar Arechinolaza Sábado serán los responsables este año de llevar la Caseta de Logroño en el Real de las Banderas.103 años de experiencia avalan su proceder en la gastronomía de Lorgroño.

Diego, Pilar y Silvia Arechinolaza, responsables de la Caseta de Logroño en la Feria.

La familia ha regentado durante casi 103 años el restaurante ‘El Cachetero’, que cerró a finales de 2012 y que ahora funciona como ‘Cachetero tapas bar’ una prolongación de aquel restaurante que después de aquel 24 de febrero de 1910, cuando sus tatarabuelos Silviano Arechinolaza y Ezequiela Barrio abrieron la entonces casa de comidas que luego no hizo sino crecer. Fue la tercera generación, la que representaba la recientemente desaparecida Pilar Sábado, la que le dio un cambio radical en la cocina y en el marco, si bien en estos momentos ya se veía también la huella de los 'herederos'. Ahora la cuarta generación continúa en las cocinas.

Las tapas que se van a consumir en la Caseta de Logroño solo serán dos, pero contundentes, tanto como para acompañar el vino de la D.O. La Rioja que, a través de diversas marcas, se consumirá en el territorio de Logroño en El Puerto, durante la efímera ciudad de la Feria de Primavera y Fiestas del Vino Fino. Y este año, también, de La Rioja.


CAPARRONES.
Es uno de los platos más representativos de la gastronomía riojana: alubias pintas que consiste en una variedad de alubia roja de semilla mas corta y redondeada de lo habitual, cosechadas en La Rioja (Anguiano), guisadas con ‘los sacramentos’: chorizo, morcilla, oreja, costillas y tocino, que se suele desgrasar algo para hacerlo asequible a todos. Y sobre todo, Silvia, la cocinera, le pone mucho amor a sus pucheros, condimento imprescindible heredado de su madre, Pilar Sábado.


PICADILLO DE CARNE.
Es la prueba del chorizo, pero sin embutir: carne de cerdo ibérico picada a cuchillo y adobada con los dis tipos de pimentón de la la comarca de la Vera (Cáceres), dulce y picante, cocinada a la plancha con muy poco aceite de oliva.


LOS VINOS.
Son todos de bodegas de Logroño capital. De Bodegas Viña Ijalba: Múrice; de Bodegas Juan Alcorta: Azpilicueta; de Bodegas Olarra: Añares; de Bodegas Ontañón: Vetiver; de Bodegas Marqués de Vargas: Marqués de Vargas.

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Foto: Fito Carreto.

Reproducimos algunos fragmentos del pregón que ofrecía anoche en el Real de Las Banderas,  el porteño Javier Maldonado Rosso, director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico y reconocido investigador de la cultura del Vino del Marco del Sherry, encargado este año por la Hermandad del Olivo de anunciar con el Fino Quinta, la Feria. Estas son algunas perlas de su pregón.

Pero, aun siendo esta ciudad la cuna del vino Fino y estando dedicada la Feria a él, lo cierto es que el Fino es un ilustre desconocido para buena parte de los portuenses; por eso se me ha encargado que hable de nuestro vino en esta magnífica ocasión que ofrece el pregón de la Feria. Y por sentido de la responsabilidad que todos los portuenses tenemos en la promoción del vino Fino es por lo que me atrevido a aceptar esta encomienda.

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Todos los vinos tienen madre. El Fino tiene, además, padre: es el velo de flor que lo cubre. Y son las funciones biológicas que desarrollan las levaduras del velo de flor las que le dan al Fino sus características singulares.

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La palabra finura significa primor, delicadeza, buena calidad. Su pariente lingüística fineza expresa las ideas de pureza y bondad de algunas cosas. Y el adjetivo fino es equivalente, semánticamente, a primoroso, delicado, selecto, distinguido, exquisito…

Foto: Fito Carreto.

El Fino es el vino genuino de El Puerto y El Puerto es la ciudad del vino Fino merced, sobre todo, al microclima de sus bodegas, debido a la situación costera y fluvial de esta antigua villa.

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La cercanía y orientación abierta a la Bahía de los pagos vitícolas de El Puerto hacen que las brisas de poniente confieran a sus mostos características singulares de sabor y fragancia. Después, la crianza de flor de estos mostos, hasta hacerse vinos, en bodegas flanqueadas por el río Guadalete y sus esteros y el Atlántico y su marisma,  completa el proceso. Estas son las razones por las que el Fino de El Puerto está preñado de notas marinas de la cepa a la copa. Y son los factores por los que El Puerto es la tierra y la ciudad del vino Fino.

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El vino Fino es doblemente delicado: por primoroso y por vulnerable. El mantenimiento del velo de flor exige un cuidado constante de bodegueros, enólogos, capataces y arrumbadores. Ellos y los viticultores, ingenieros agrónomos, capataces de viña, manijeros, trabajadores vitícolas… son los protagonistas del vino Fino, son sus cultivadores y criadores.

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El Fino es un vino de autor desde sus comienzos, mucho antes de que se acuñase esta reciente definición para los vinos de máxima originalidad. Realmente, es un vino de autores, porque cada bodeguero crea su propio estilo de Fino. ¿Mayor complejidad? Sí; pero, sobre todo, más riqueza enológica y cultural que aporta este singular vino.


Boceto de la portada de la Feria de este año.

Ser la ciudad de un vino único por sus características organolépticas, su crianza biológica bajo velo de flor mediante el sistema de criaderas y soleras, su historia, su nombre y su cultura es una satisfacción, es motivo de sano orgullo, y es, también, también, una gran responsabilidad que nos compete a todos los portuenses.

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No es sólo cosa de las empresas bodegueras de El Puerto: es cosa de todos. Los portuenses tenemos que conocer la cultura del vino Fino, desarrollarla y difundirla.

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Que sepamos, lo único que australianos, británicos, estadounidenses, sudafricanos… han intentado imitar de nosotros, y que afortunadamente no han conseguido, es el vino Fino. Porque es único, porque no tiene parangón en la vitivinicultura mundial.


Presentación del cartel anunciador de la fiesta 2013.

Hay que hacer visible que el Fino es el vino de El Puerto y que El Puerto es la ciudad del vino Fino. Hay que promocionar el consumo de este vino singular que es el Fino porque es importante para nuestra economía. Es una oportunidad –una más, desde luego, pero muy importante- para el desarrollo de El Puerto.

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Amigas y amigos: estamos en tiempo de Feria. Estamos en primavera, que es la estación en la que se producen dos fenómenos naturales que afectan al vino Fino: en las viñas, la vid tiene su brote, comienza la floración; y en las bodegas, las levaduras de flor incrementan su actividad, experimentan una suerte de rebrote. Son manifestaciones del renacer de la vida que se produce cada primavera. También nosotros sentimos ese aliento de la naturaleza y lo exteriorizamos como alegría. Y por eso reverdece la vida social, de la que la Feria es máxima expresión.

Visión retrospectiva del patio de calle Cruces del año 2004 que ha ganado este año el concurso, la que fuera casa del General Modesto.

Los patios portuenses, en general, como tantos otros de nuestro entorno, son un tesoro que debemos preservar. De ahí nuestro elogio y admiración hacia los “Amigos de los Patios”, asociación que se ocupa y preocupa en colaboración con los munícipes de premiar cada primavera a los que mejor se acicalan y engalanan, mostrándolos al público. Pero, al igual que ocurre en los concursos de belleza humanos, las elecciones de mises y mister, aparte y con independencia de los concursantes, existen ejemplares de ambos sexos tan bellos o más que estos, con características y peculiaridades tan distintas y diferentes que, de hecho, no existen dos personas iguales, aun teniendo coincidencia muchas de ellas en determinados factores antropomórficos y estéticos que son los que se valoran para determinar la clasificación de estos concursos. Lo mismo ocurre con nuestros patios locales. Son tantos y tan bonitos los que no concursan, de los que apenas tenemos referencia y que, tal vez,  a la mayoría solo lo habremos podido visionar ocasionalmente. A ellos quiero dedicar esta colaboración de hoy. A esos patios anónimos que, afortunadamente, aún salpican la geografía urbana local.

Hace casi una década, en 2004, con la primera cámara digital que pude tener, una modesta “Vistacam” de 2,0 megas, realicé un recorrido por buena parte del casco antiguo fotografiando medio centenar de ellos. A esa época pertenecen las fotos que reproducimos.

Uno de mis patios favoritos es el de la calle Sol, esquina con Palma. Es recoleto y armonioso. Mi sensación, al visionarlo, con la calidez de su enlucido, un sombreado siempre presente y el ligero rumor de su fuente, es de paz.

Otro patio que me gusta, cuya visión es posible, igual que el anterior, gracias a la cancela transparente,  es el de la casa número 102 de calle Cielo, cuyo aspecto actual incluso ha mejorado respecto al que presentaba en la fecha de realizar la foto que reproducimos.

También me enamoran los patios de bodegas. Llenos de exuberancia y colorido, tal como puede apreciarse en algunos de los que les mostramos.

Patio de las Jacarandas. Bodega de  Mora, de Osborne, en la calle de los Moros, cuyas instalaciones de visitas han sido recientemente remodeladas, abriendo todos los días del años, incluso domingos y festivos. Han hecho una revolución en el mundo de las visitas, dados los tiempos que corren.

Bodega de Edmundo Grant, patio con hechuras de almizcate que da a la calle Bolos.

Patio bodeguero de la desaparecida Bodega Gómez, con su fino Alameda, en la calle Los Moros. En la actualidad una empresa de restauración jerezana alquila el casco bodeguero para banquetes y celebraciones.

Patio bodeguero de la desaparecida compañía de crianza y exportación de vinos Jiménez Varela, que luego fue de Fernando A. de Terry en la calle Albareda, usado como lugar de celebraciones y banquetes.

Patio situado en una urbanización cualquiera de El Puerto.

Al patio de las casas de vecindad, lugar de convivencia y juegos infantiles le han sucedido las plazuelas y parques de las urbanizaciones y  los aficionados a la jardinería, una afición que requiere trabajo, cariño y conocimientos, igual que los que cultivan adornos florales y viven en adosados y chalets o pisos no renuncian a mostrar en sus parterres, porches o balcones la eclosión de color que cada primavera adorna y perfuma la ciudad y sus numerosas urbanizaciones. Gracias por alegrarnos la vista.

He dejado para el final la parte triste y, desgraciadamente, bastante frecuente: los patios que desaparecen para siempre jamás. Cada vez que una casa del casco histórico es abandonada, cerrada o derribada, algo de esta peculiaridad que nos congratulamos poseer se pierde. Amputan un trozo del patrimonio colectivo de los portuenses que nunca  se volverá a recuperar como no se recuperó el Teatro Principal, el Palacio de Rivas, en la Ribera del Rio o la capillita neogótica cercana a la los terrenos de la feria, por poner tres ejemplos.

Para ilustrar este último comentario ofrezco las fotos de dos patios de casas recientemente arrumbadas, una a continuación de la otra, de la calle Descalzos, patios modestos en su ornamentación, pero llenos de sabor andaluz y autenticidad. /Texto y Fotos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

Nota de la Redacción: Añadimos dos imágenes más, tomadas el pasado domingo día 14, mientras se celebraba la Fiesta de los Patios, una en la calle Postigo, próxima a la Iglesia Mayor Prioral y otra en la calle Cruces, esquina con la calle San Sebastián: el patio de la Casa del Reloj de Sol (ver nótula núm. 468 en GdP). Mientras unos patios experimentaban 'la consagración de la primavera', otros se miraban a sí mismos, unos con plantas, otros con desplante ante un Puerto que agoniza por sus históricas calles, miope, sin entender que le está pasando.

 

 

Carmen Serén Delgado nace en Hilden (Alemania) cerca de Dusseldorf en el año 1973. Sus padres, él de Lugo y ella de Medina Sidonia emigraron a Alemania. Carmen estudió Ciencias y Comunicación, Marketing y Sicología y regresa al país paterno en el año 2000, con 27 años, a Jerez.  Allí trabajará en la organización de eventos y en la enseñanza, en la Escuela de Turismo jerezana

Llega a El Puerto en el año en el que los expertos económicos afirman que empieza la crisis económica, el año en el que Fernando Gago cede el testigo en la alcaldía a Enrique Moresco que resulta elegido primer edil de la Ciudad. Ese 2007 entrará a formar parte del equipo humano de Golf El Puerto, como Directora Comercial. Al año siguiente imparte clases en el grado de Turismo en el Centro Universitario EUSA, adscrito a la Universidad de Sevilla, regresando a Golf El Puerto al año siguiente, en el nuevo equipo que dirige actualmente David Vidal.

Carmen, en la pasada edición de la Feria ITB de Berlín, representando a Golf El Puerto.

Para Carmen El Puerto representa la España auténtica, si se compara con otros destinos turísticos. Así lo percibe y así 'lo vende' en sus promociones. El Puerto ha crecido, pero no perdido el encanto de una ciudad manejable. Lo percibe como una ciudad moderna sin haber perdido su carácter típico.

Carmen pretende abrir una ventana al mundo con el golf para dar a conocer El Puerto. Una nueva forma de descubrir nuestra Ciudad que sorprende. Golf El Puerto es un argumento mas para conocernos, una nueva manera de atraer turistas y crear riqueza y empleo.

Carmen, con compañeros de la Escuela de Turismo de Jerez y a la alcaldesa jerezana.

"Me gustaría ver el entusiasmo que vi cuando llegué en el año 2000. Un punto de partida, un punto de crecimiento. El Puerto es la gran desconocida del turismo extranjero, [en la actualidad el turismo nacional representa el 80% de los visitantes frente al otro 20% extranjero] un tesoro por descubrir".

Paloma San Basilio se había convertido en uno de los rostros populares que se habían unido al nombre de El Puerto de Santa María. En aquella escapada a su chalé de Vistahermosa en 1989, la artista confesaba que en la localidad «he descubierto una de mis vocaciones frustradas, como es la pintura. Estoy aprendiendo a pintar y eso colma todas mis aspiraciones».

Desde que en 1984 la cantante comprara una casa en la urbanización Vistahermosa, se había convertido en uno de los valores más importantes  para promocionar su nombre, buena prueba de ello es el premio a la promoción turística que le otorgara el Ayuntamiento en 1988. «Es una gozada porque la gente me tiene un cariño enorme y me siento parte de la geografía de esta localidad. La gente de El Puerto me ha hecho como parte de ellos mimos», decía complacida Paloma. «Este es un sitio privilegiado en cuanto a entorno, con playas maravillosas y muchos árboles. Me paso todo el año rodeada de mucha gente, con muchos compromisos y cuando busco descanso, busco descanso y no exhibición y que me saquen fotos. Entonces vengo a reponer pila y a reposar». /Texto: Paloma Cervilla. Foto: Fito Carreto.

Se acerca uno de los momentos del año más importantes para el grupo Osborne. El periodo de Ferias, desde la Feria de abril de Sevilla (del 16 al 21) pasando por la de El Puerto (del 24 al 29 de abril) a la de Conil, en septiembre, es el que más volumen de negocio genera en el año para la compañía en España. Los artículos del grupo, desde el Fino Quinta a su jamón 5J, son parte del paisaje en este tipo de festividades.

La compañía vinatera ha fichado al diseñador madrileño Juan Duyos para ilustrar la botella de Fino Quinta que comenzará a vender en la Feria de Sevilla. Unos ojos de mujer y un clavel ocupan la etiqueta de la botella de Fino Quinta, coronada por el habitual tapón rojo con la reconocida imagen del toro de Osborne.

Juan Duyos debutó en la pasarela de moda Cibeles en 1999, y ha sido premio L’Oreal a la mejor colección. Duyos se suma así a la larga lista de artistas que en alguna ocasión han trabajado para el grupo Osborne, entre ellos Salvador Dalí, el artista pop de Nueva York Keith Haring, la fotógrafa española Ouka Leele o el cantautor Luis Eduardo Aute.

Algunos de los diseños que han ilustrado, o lo siguen haciendo, los productos del grupo creado en el año 1772 han llegado a ser más reconocidos que los artículos en sí. De sobra conocido es el caso de la silueta del toro de Osborne, cuya estampa la compañía explota en todo tipo de productos, desde corbatas hasta carteras.

Juan Duyos en la presentación días pasados de la etiqueta de la Feria 2013.

En Estados Unidos el grupo Osborne comercializa desde el pasado mes de noviembre una línea de ropa vaquera bajo la marca Toro Jeans. En diciembre abrió en Valencia su sexta tienda en España de la cadena Toro Store, en las que vende, en régimen de franquicia, ropa, complementos y algunos de sus vinos.

La botella de Anís del Mono, creada por Vicente Bosch, en la que la cara del primate que sostiene una botella tiene los rasgos de Charles Darwin, es otro ejemplo.

Bocetos para la botella de Fino Quinta 2013

DE LA VENDIMIA A LA FERIA.
El grupo estima que la producción y venta de la nueva edición de su botella de Fino Quinta supone la contratación de más de 200 personas. La uva empleada para elaborar el fino fue recogida hace cinco años, función en la que participaron 100 personas; en el almacenamiento y cuidado en bodega del caldo trabajan otras 25 y 20 personas más en el embotellado. Una red comercial de 35 personas son utilizadas para poner en el mercado la botella y otras 40 personas en la red mayorista y minorista. En el reparto el grupo emplea a 15 personas. Los empleos indirectos que se crean en las diversas ferias en las cientos de casetas instaladas se cuentan por miles. /Texto: Alberto Ortín Ramón.

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