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María del Valle de la Riva Leiva nació en Castellón de la Plana en 1962, primer destino de su padre, abogado del estado, aunque enseguida la familia marchó a vivir a Córdoba, siendo la segunda de tres hermanos. De los cinco a los veinte años estudió ballet clásico aunque también conoce el baile flamenco, que aprende con Concha Calero. Estudia derecho y es abogado en ejercicio, presidiendo en la actualidad Marina del Puerto de Santa María, la empresa que gestiona Puerto Sherry.

 Empieza a conocer la realidad de El Puerto en 1980 a donde viene con unos amigos a Vistahermosa. En 1988 conoce en Benicasin al que será su futuro marido, Pedro Bores Saiz que le enseñará otro Puerto de Santa María que verá de su mano. Se casan en 1989 y tienen un hijo, que se suman a los otros tres del anterior matrimonio de Bores.

 

Valle de la Riva, con la tripulación del 'Inutil Team', ganaores del Catavino de Oro en la Semana Náutica Internacional.

En Puerto Sherry acometen la continuidad del proyecto que estaba en difícil situación. Lo compra Joaquin Rivero (Bami, Metrovacesa) quebrando la sociedad al año siguiente --estuvo quebrado durante 14 años-- y entra Pedro Bores, que decía que había que "seguir el ejemplo de la mina, hacer túneles, hasta descubrir la veta". Se involucra en 1998 en la situación jurídica del puerto deportivo, como abogada, trabajando en la quiebra, y empezó a implicarse con El Puerto, fruto del enamoramiento del que fue su marido con El Puerto, hace 15 años.

Mercedes Jara, Amparo Bernal, Susana Rendón, Valle de la Riva y Susana Crespo, en la Fiesta de Blanco en Puerto Sherry, el pasado julio de 2012.   /Foto: Ignacio Casas de Ciria  

En octubre de 2008 la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz levanta el secuestro sobre la concesión administrativa de Puerto Sherry, administrando la sociedad Pedro Bores con Valle a cargo de la parte jurídica. Al fallecer su marido en septiembre de 2011 en un desgraciado accidente de caza, nuestra protagonista se hace cargo del proyecto vital de Pedro Bores, porque sabía lo que éste tenía en la cabeza, a todas horas. Para Valle,  Puerto Sherry continúa siendo un proyecto ilusionante en un contexto aun mas complicado, pero un reto digno de asumir y resolver.   

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José María Noci Belda nació en nuestra Ciudad el 20 de febrero de 1969, el mayor de tres hermanos hijos de José Noci y Carmen Belda, en el número 14 de la calle Jesús de los Milagros, hoy 22. Era el año de la eurovisiva Massiel cuando ganó con un trío de voces entre las que se encontraba nuestra Merche Macaria, del trío La, la, lá. Era alcalde Luis Portillo Ruiz.

«Aunque lejos de mi tierra siempre me he sentido muy unido a El Puerto de Santa María, voy con mucha frecuencia y hasta he tenido el honor de actuar en tres ocasiones en el Festival de Comedias --grandísimo honor-- . A menudo tengo la sensación de que una Ciudad tan bonita, con tanto que contar, con tanto que ofrecer, no se sienta lo orgullosa  que debiera de si misma. No se si es un fenómeno social o el momento que nos está tocando vivir, pero observo cierto abandono que me produce tristeza. Aunque me considero ciudadano del mundo, estoy muy contento de ser portuense».

Al poco se trasladaron a vivir a la calle Tórtola, donde la familia permaneció durante escaso tiempo, pues fueron destinados por la profesión de la familia a Valladolid, (el padre y su tío Luis, fueron maîtres de hotel en el Meliá Caballo Blanco y fue en El Caballo Blanco donde se conocieron sus padres; Pepe Noci se jubiló en el Meliá Olid de Valladolid) que es donde se ha criado nuestro protagonista.

El pequeño Chema Noci, en brazos de su padre, asustando ante SSMM los Reyes de Oriente, en el Caballo Blanco, delante del que fuera su director, Jerónimo Tavira.

Su infancia y juventud, toda su formación, colegios y centros de estudio serán ya en Valladolid, primero en el Colegio Público San Juan de la Cruz para luego la formación profesional en el Instituto Ramón y Cajal.  Aun recuerda un verano en el colegio de Don Juan ‘el Cojo’, en la calle San Sebastián, acompañando a sus primos. Su infancia está unida a El Puerto donde pasaba los tres meses de verano hasta incorporarse al Colegio… Y luego Navidad.

La formación actoral empezará en el aula de teatro de la Universidad de Valladolid.  A los 14 años, se incorpora al mundo de la danza, del folklore castellano donde tiene la oportunidad de actuar por toda Europa en prestigiosos festivales y, donde se da cuenta que es ahí donde quiere seguir: en un escenario. Luego, las circunstancias serán otras: no solo de actuar vive el hombre, pero la inquietud continúa y la desarrolla siempre que puede.

RECUERDOS.
Sus recuerdos de El Puerto siempre son gratos, unidos al descanso, al periodo vacacional. Sus abuelos maternos vivían en la calle San Bartolomé, y sus primeros recuerdos siempre están relacionados con aquella calle: el Bar Triana, la Cristalería Sánchez, Parra ‘el Zapatero’, Carmeluchi y Perico los pasteleros, el Hostal de Doña Irene, Manolo el joyero, Pepe de los de Sosa, la Librería Ferla --le encantaba el olor a papel nuevo-- y la paciencia infinita d ella dueña que les dejaba leer los tebeos sin comprarlos, gratitud que permanece intacta en su memoria. El carrillo de Juan, aquel señor que vendía golosinas en la calle de sus abuelos. /En la imagen, Chema con el vestido de Primera Comunión.

Pepe y María, los fruteros: Pepe hacía las cuentas en el mostrador con una tiza; Rosendo el carnicero. Los embutidos y las conservas exquisitas de ‘La Diana’. La Plaza y sus montones de juguetes, las churrerías, el Teatro Principal, la calle del Pozuelo donde estaba la farmacia, Bartolomé y sus Ultramarinos, la mercería del conocido cariñosamente como ‘el Taponero’, la señora Rosa y su lechería… Plastimar en la calle Vicario y mas juguetes.

Recuerda a los toreros saliendo del Hostal de Doña Irene. Y según como soplara el viento se podía oír el jaleo de las tardes de toros. Recuerda el sonido de las campanas de la Prioral, el Parque y sus caballitos, las patatas fritas recién hechas, las palmeras, el muelle y los pescadores tejiendo redes, el Vaporcito, los coches de caballos, el olor de las bodegas.

Y luego estaba la magia, la magia de los variados cines: el Macario, el Moderno --donde vio la Guerra de las Galaxias--, el cine Victoria y su favorito: la puerta verde del Cine Colón donde veía películas de Disney envueltos, además, en el sonido de la gente comiendo pipas de girasol.

Recuerda con cariño a Tía Maravillas, dando clases de costura a una multitud de chicas que cosían en silencio escuchando el serial radiofónico; las carmelas para desayunar, las visitas a su tío Luis Noci en el hotel de Valdelagrana, sus primos, todos sus primos, los juegos, la playa, siempre la playa: las casetas de La Puntilla de rayas de colores rojo y blanco; los gitanos el mercadillo de los martes por la mañana.

Con el actor Juanito Navarro.

Después El Puerto se volvió moderno. El hostal frene a casa de su abuela se convirtió en la Discoteca Galaxia. Recuerda ver a la gente imitando la película ‘Fiebre del sábado noche’. Y poco a poco, siente, con el paso de los años como empieza el deterioro. Se construye sin lógica. El Puerto quieres ser algo así como una ciudad para unos pocos: macro discotecas, puerto deportivo, el pinar que conduce a La Puntilla cada vez tiene mas claros, menos árboles, la playa se queda triste y sin olas, los cines empiezan a cerrarse, el teatro se quema o lo queman.

Con la popular actriz y cantante, Lina Morgan.

El Puerto es menos limpio, los coches lo invaden todo, el casco antiguo envejece y no se recupera, se vacía y lo nuevo se parece ya a cualquier sitio. Lo global, como en todas partes se instala, el sabor se pierde.

Con la cantante gallega Luz Casal.

Ahora El Puerto lo ve como un lugar tranquilo, a veces demasiado, con vocación de cambio, que espera que se produzca con una buena gestión cultural con propuestas, que no está seguro de que lleguen a todos sus habitantes, buenas instalaciones deportivas. Mucho por restaurar --observa con tristeza joyas arquitectónica en estado ruinoso--, que mejorar sobre todo en urbanismo. Es consciente de lo utópico de sus pensamientos, piensa que es cierto que los tiempos son los que son, pero quiere pensar en positivo y esperanzarse en que El Puerto vuelva a ser y a tener la autenticidad que a muchos les gustaría. Le consta que hay gente trabajando por y para ello. Quizás los tiempos de crisis --piensa-- sirvan para eso, para darnos cuenta entre otras miles de cosas que tenemos un espacio único, bellísimo y que es nuestra obligación preservar, cuidar, mimar este lugar que se llama El Puerto. Por los que lo queremos, por los que están, por los que vamos y por los que vendrán.

EL TEATRO.
Como hemos señalado, toda su formación la realiza en Valladolid, ciudad que hay que decir los acogió maravillosamente bien y con la que tiene aún muchos vínculos. A lo que nunca se acostumbró fue los inviernos largos y de mucho frío.  Entró en el Teatro Estable de Valladolid con ‘Romeo y Julieta’ de Shakespeare y el Aula de Teatro de la Universidad. Luego vendría la Compañía Juan Antonio Quintana conde trabajó desde Shakespeare a Moliera, pasando por Chejov, Pirandello, Miller, Lorca.

Con la actriz Belen Rueda.

EL CINE Y LA TELEVISIÓN.
Se le puede ver en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto con un Avaro de Moliere. En 1997 participa en su primer largometraje ‘Mamá es boba’, de Santiago Lorenzo; colaboró con alguna serie de televisión y ya se instaló en Madrid, donde reside actualmente. Luego vino un certísimo papel en otra película ‘Para que no me olvides’ de Patricia Ferreira y alguna intervención en la serie ‘Cuéntame’ para TVE.

...continúa leyendo "1.724. CHEMA NOCI. Actor, cantante, doblador, estilista, …"

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Se cumplen hoy 205 años de la heroica muerte de Luis Daoiz y Torres, capitán del cuerpo de Artillería al mando del cuartel de Monteleón en esa fecha, 2 de mayo de 1808, y uno de los primeros oficiales, junto con Velarde y el teniente Ruiz  que se rebelaron contra el ejército francés y perecieron en el empeño. Con solo cuatro cañones y una pequeña dotación de hombres intentó impedir la toma del parque artillero bajo su mando por el Ejército Imperial francés que, vista la resistencia, llegó a acumular hasta dos mil infantes en aquel lugar. Defendió, sable en mano y a pecho descubierto, la posición de su batería artillera recibiendo numerosas heridas de bayoneta, siendo trasladado gravemente herido a su domicilio particular, donde expiró, siendo enterrado inicialmente en la iglesia de San Martin. En la actualidad sus restos reposan en el monumento a los Héroes del Dos de Mayo, en el paseo del Prado madrileño.

SU PADRE, DE EL PUERTO.
El objeto de esta nótula es dar a conocer la vinculación de este patriota que nació en Sevilla el 10 de febrero de 1767 con El Puerto de Santa María.  La más importante, sin duda, es la filial, pues su padre Martín Daoiz Quesada había nacido en esta ciudad. Y también es significativo que su primer destino profesional, cuando salió con el grado de Alférez del Real Colegio de Artillería de Segovia, en el que estuvo como cadete seis cursos, con veinte años recién cumplidos, sería El Puerto, incorporándose al batallón del Regimiento de Artillería que tenía su sede en el cuartel de la plaza del Polvorista.

El Cuartel de Artillería de El Puerto en la plaza del Polvorista, donde tenía su sede el batallón del Regimiento de Artillería a donde se incorporó Luis Daoiz como primer destino profesional con el grado de Alférez.

Formando parte del mismo participó en la defensa de las plazas de Ceuta y Orán y también en la Guerra del Rosellón donde fue hecho prisionero y trasladado a Tolouse (Francia), siendo liberado tras la firma, en 1795, de la Paz de Basilea, retornando a su destino en El Puerto, ascendido por entonces al grado de teniente.

La última década del siglo XVIII fue una etapa bélica de nuestra historia, plagada de escaramuzas navales contra los ingleses. La Armada debió recurrir a oficiales artilleros del Ejército para completar las dotaciones de sus navíos de Guerra, siendo Daoiz uno de ellos. Le confiaron el mando de una tartana cañonera que participó en la defensa de Cádiz frente al bloqueo y sitio que hicieron los ingleses en 1797, con Nelson a la cabeza.

La escuadra de Nelson frente a las costas de Cádiz.

...continúa leyendo "1.723. LUIS DAOIZ Y TORRES. La conexión portuense de este héroe de la Guerra de la Independencia."

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Un pueblo domesticado es el que lo acepta todo de sus gobernantes. Se encuentra anestesiado: porque está de acuerdo con ellos, porque su status le permite no preocuparse o bien ha pasado a formar parte de la masa silenciosa. Los que se benefician del poder de forma directa o indirecta, los egoístas o la gran masa silenciosa, me recuerdan la reflexión del pastor protestante Martin Niemöller de 1946, erróneamente atribuido como poema a BERTOLT BRECHT: ... "Cuando vinieron por los judíos, guardé silencio, porque yo no era judío"...

Cuando se peatonalizó todo el centro de El Puerto sin crear los atractivos..., como yo no era comerciante, guardé silencio. Cuando el miserable picudo rojo asoló nuestro bellísimo Parque Calderón, como yo no suelo pasear, guardé silencio y observé con pasividad cómo se trataba de salvar cien palmeras que al final murieron. Si me hubiese interesado, tal vez hubiera levantado la voz, para sugerir su sustitución, adquiriendo cien nuevas palmeras a un precio de 600 euros unidad y quizá con 60.000 euros o un poco más, el Parque no parecería hoy la suela desclavada que Charlot se comió en aquella película.

Cuando El Puerto era el destino favorito de los moteros del Mundial de Jerez y se les cerraron las puertas de entrada a la ciudad, buscaron otros destinos más receptivos, pero como no soy hostelero, guardé silencio. Cuando vi como cerraban en el centro, los comercios antiguos, y los modernos solo sobrevivían uno o dos años, como no vivo en el centro, guardé silencio.

Cuando vi cómo una parte de la población no sentía la necesidad inmediata de una pasarela sobre el Guadalete y la criticó, como yo no pensaba usarla y como ingenuamente creí que no se hacía con mi dinero, guardé silencio. Cuando comprobé cómo se descarnaba el asfalto del tramo de la N-IV a la altura de Carrefour y se parcheó en tres ocasiones, chapuceramente, cuando una sola vez y bien hecho, hubiera sido más barato..., pero como yo no tengo coche, guardé silencio. Cuando se acometieron obras sin considerar otras prioridades, como no era mi dinero, o por lo menos no tenía conciencia de ello, también guardé silencio.

Ahora vienen a por mí, porque me han subido los impuestos hasta unos niveles imposibles de asumir. No tengo coche, pero debo tomar un autobús, que al botar sobre las descarnaduras del asfalto, hacen crujir mis maltrechos huesos artríticos y además me cuesta más de un euro el viaje.

...continúa leyendo "1.722. LEVANTEMOS EL PUERTO"

Entrebares, un nuevo local de tapas que acaba de abrir en el centro comercial Vistahermosa de El Puerto, ofrece diariamente varios tipos de este plato andaluz que selecciona entre un catálogo de 20 diferentes que van rotando a diario

 La cocinera Monserrat Camacho junto a Jesús Matilla en la terraza de Entrebares. 

No se le puede negar su interés por ser originales. La carta de tapas se cambia a diario, e incluso a veces dos veces al día, señala su propietario, Jesús Matilla, pero si hay un plato fijo ese es el salmorejo de los que suelen tener, a diario, más de media docena en carta, todos diferentes y sacados de un catálogo de una veintena de fórmulas que ha ido desarrollando en los últimos años el propio Matilla con la colaboración de su cocinera Monserrat Camacho.

Jesús nació en Córdoba, no podía haberlo hecho en otro sitio, aunque ya lleva instalado en El Puerto de Santa María catorce años. En la actualidad tiene 38. La fórmula base la aprendió de su abuela María Madrid y destaca que “no lleva vinagre” porque esa, asegura, es una de las líneas características de este plato. Para todos los que hace emplea también cuatro ingredientes básicos: tomate, ajo, pan de telera del día anterior de la panadería de Roque de El Puerto de Santa María y aceite de oliva virgen extra que “cada vez que puedo me lo traigo de Priego de Córdoba”.

Los salmorejos se sirven en copas altas de cristal, de las de cócteles y todos van adornados. Matilla reconoce que es fundamental “presentar bien los platos porque por ahí es por donde se empieza a disfrutarlos, por la vista”. Reconoce ser un apasionado de la gastronomía  y ese afán creativo le ha llevado a tener un catálogo de salmorejos que va cambiando en su establecimiento que abrió el “Viernes de Dolores”, a las puertas de la Semana Santa.

Los diferentes salmorejos de Entrebares se sirven en vistosas copas de cristal

El clásico nunca falta. “Cada día puedo hacer hasta 30 litros para este establecimiento y también para la cafetería El Palmar donde es uno de los platos estrella”. Luego a esta base le añade diferentes elementos. Uno lo perfuma con albahaca, una hierba aromática muy habitual en la cocina italiana y que da al salmorejo un llamativo color verde. Por encima lleva una picada de bacalao ahumado.

Otro llamativo es el que realiza con queso de cabra y que luego decora con queso parmesano. Lo tiene también con una gelatina de vino oloroso que reduce a fuego lento hasta obtener la textura deseada o uno con pimientos asados que complementa con un poco de atún a la plancha. Lo tiene también de remolacha y uno que hace con algas al que agrega luego gambas picadas.

Uno de los más llamativos de su catálogo es el negro al que agrega tinta de calamar y para decorar un poco de chocos y gambas. También los hace con un toque dulce como el de melocotón o el de naranjas que combina con jamón serrano.

...continúa leyendo "1.721. JESÚS MATILLA Y MONSERRAT CAMACHO. Entrebares: el bar de los siete salmorejos."

Alberto Anguiano Anta es un logroñés de 82 años que lleva viniendo 32 por El Puerto de Santa María. Nació en 1931. Divorciado, con dos hijos y una hija, está afincado en nuestra Ciudad --donde es muy querido-- en la Costa Oeste. En su Logroño natal se dedicaba al comercio, la ferretería y la construcción.

El año de su nacimiento: 1931 se celebran elecciones municipales el 12 de abril y el 31 de mayo, ya con la II República, se vuelven a celebrar los comicios locales. Fueron alcaldes ese año Eduardo Ruiz Golluri por los conservadores y Francisco Cossi Ochoa, por los progresistas.  Rafael Alberti estrenaba su primera obra de teatro: 'El hombre deshabitado' y se afilia al Partido Comunista. Pedro Muñoz Seca estrena las obras de tratro: “¡Todo para ti!”, “El alma de corcho”, “El drama de Adán”, “Mi padre”. El 14 de abril de 1931 nacían el primer alcalde del actual periodo democrático, Antonio Álvarez Herrera, el 22 de mayo el pediatra Juan Luis Bootello Reyes, el 28 de diciembre Francisco Sánchez Aguilar, del desaparecido Tabernón Sánchez, de la calle Ganado y el pintor portuense Vicente Galán.

Tío Alberto es muy querido en El Puerto, donde tiene numerosos amigos y reuniones de las que es habitual, recibió hace unos días un homenaje de sus amigos de una de sus peñas, la autodenominada ‘Tío Alberto’, en el Bar El Brillante.

Es conocido en diversos ambientes locales por su simpatía y su buen humor del que hace gala. Permanece fiel a su soltería tras el divorcio, aunque reconoce que no le faltan proposiciones, si él quisiera. Con la mente muy bien amueblada cuenta anécdotas de su tierra natal mientras que prueba los platos de la gastronomía portuense: le encantan la raya y las acedías. «Todas las mañanas me levanto y doy gracias a Dios: en El Puerto hay gente muy buena y por eso me quedé». Y conduce a diario su vehículo.

El mundo de los toros era para el desaparecido presidente de la Plaza de Toros, Fernando Gago, punto y aparte. Por las peculiaridades que se dan en el planeta de los toros y por los amores y odios que concitaba en el ejercicio de la presidencia del centenario coso taurino porteño.

De izquierda a derecha, el veterinario Antonio Ruiz, Fernando Gago y el asesor José Feria, presidiendo el festejo del 29 de julio de 2001. /Foto: Bellido.

Conocedor del reglamento lo aplicaba escrupulosamente y se regodeaba con que el ejercicio de su presidencia fuese un espectáculo más, dentro del festejo taurino. «Ha habido división de opiniones, unos se han acordado de mi madre y otros se han cagado en mi padre», afirmaba al finalizar una corrida de toros. Corrida para la que, durante muchos años, se pagaba su entrada de toros, con el objeto de no ser sometido al ‘gañote vil’, como señalaba  de cuantos le solicitaban un pase de favor. «Si el presidente de la Plaza se paga su entrada --afirmaba para disuadir a los peticionarios  mostrándola--  no veo por que los demás ciudadanos no han de hacerlo». Y aunque no es menos cierto que tuvo un grupo de detractores en el mundo de las peñas, se llegó a crear una que lo apoyaba: la Peña Taurina Fernando Gago. He aquí algunas imágenes de su paso por la Plaza de Toros de El Puerto.

De izquierda a derecha, Fernando Gago, Jesulín de Ubrique y Carmelo Garcia, actual empresario de la Plaza de Toros de Sanlúcar, en el callejón el 4 de agosto de 2001. Foto: Núñez.

Fernando Gago con el maestro Javier Conde, el 5 de agosto de 2001. /Foto: Núñez.

Fernando Gago y el empresario de la Plaza de Toros de El Puerto, Justo Ojeda.

El clarinero Jesús Rosso Morro, el veterinario, Fernando Gago, el asesor Feria y el clarinero Juan Antonio Tur. 6 de julio de 2003.

Fernando Gago y José Tomás.

Fernando Gago y 'El Juli'. 8 de agosto de 2004. /Foto: Núñez.

Fernando Gago y el torero porteño Alejandro Morilla.

Fernando Gago y el diestro local José Luis Galloso.

Fernando Gago y Vicente Barrera

Fernando Gago y el torero Cesar Rincón.

Fernando Gago y Manuel Díaz, ‘el Cordobés’, arropados por los clarineros jesús Otero y Jesús Rosso, (ambos ya no están en activo). Podemos observar el clarín que porta Otero y sendos sombreros bicornios en manos de los clarineros.

Fernando Gago y Jesuli de Torrecera, en la corrida goyesca donde actuaba con Pepín Liria, quien indultó un toro del 16 de agosto de 2008 del Marqués de Domecq y de nombre ‘Insensato’.

De izquierda a derecha, el veterinario Martín, Fernando Gago, el asesor Feria y el clarinero Abraham Padilla. Entre el público podemos ver a Torriguera, Volpa o al electricista del Ayuntamiento ya jubilado.

 

La Peña Taurina 'Fernando Gago', en uno de los balconcillos de la plaza.

El diseñador portuense solo recibió un encargo municipal en vida para realizar el anuncio de la fiesta. El cartel premiado en 1964 sirvió para anunciar la Feria de ese año. /En la imagen, el artista, en una fotografía de la Fundación Manolo Prieto.

Fue en El Puerto, en la casa natal, de la que su abuela era casera -portera- donde Manolo Prieto descubre el primer cartel, que tanto le impactó, y que según me confesó, en una de nuestras largas charlas, recordaría durante toda su vida. Se trataba del cartel anunciando los Chocolates Matías López, para el que el empresario gallego contrató a Ortego y Vereda, creando éste unos cartones que pasarán a la historia de este país por ser los primeros carteles publicitarios que se pueden considerar como tales.

Ya se dice en la Biblia: "Nadie es profeta en su tierra." Y, en Manolo Prieto se cumple esta rotunda sentencia, pues siendo el mejor cartelista nacido en El Puerto, y de los más premiados y prestigiados en nuestro país, sólo en una ocasión los regidores de su ciudad le encargaron un cartel de Feria.

Fue en enero 1953 cuando nuestro Ayuntamiento le solicitó la realización de un cartel para la edición de la Feria de Primavera de ese año. Por dicho encargo le fue abonada la cantidad de 2.000 pesetas de la época. Este será el cartel reeditado para anunciar la Feria de Primavera y (aunque no se mencione en el mismo) 'Fiesta del Vino Fino' del pasado 2012. Ya desde 1994 nuestra Feria de Primavera lleva el añadido de Fiesta del Vino Fino.

Este cartel fue sido cedido gentilmente por sus herederos, a petición del Ayuntamiento, para conmemorar el centenario del nacimiento del artista portuense que se cumplió el pasado 16 de junio de 2012.

Cartel originalísimo, el que anunciaba la Feria de El Puerto. Cartel de tintas planas, en tres planos superpuestos, donde aparecen caballos, jinetes y amazonas. Cartel que nos recuerda una portada de la revista Blanco y Negro, aparecida en 1930 -año de la llegada de Manolo a Madrid-, obra del artista Enric Climent, que suponemos llegó a ver Prieto, y es posible le quedara grabada en la retina y años después le inspiró este cartel.

Se puede decir que este cartel es uno de los más importantes e innovadores en toda la historia de la cartelería de la feria portuense, pese a lo elemental de su concepción, y al mínimo de líneas y colores. Glosando su obra, el subdirector del Museo de Arte Moderno de Madrid e ilustre crítico de arte Gil Fillol, decía: "Cada idea la viste con la jerarquía y dignidad que le corresponde, pero sin uniforme. Para cualquier género grande o chico está perfectamente capacitado. De sus lápices puede salir una ópera, un poema sinfónico, una zarzuela o un sainete; o lo que es lo mismo, una decoración mural, un cuadro, un cartel o una viñeta".

Ese mismo año un cartel de Manolo Prieto anunciaba la Gran Corrida Extraordinaria de la Beneficencia de Madrid.  Durante las décadas de los 50 y 60 varios carteles suyos fueron premiados y anunciaron esta emblemática corrida madrileña.

Decíamos que solo un cartel se le encargó a Manolo en vida. Pues el segundo cartel de Feria que lleva su firma lo consiguió en un concurso convocado por el Ayuntamiento en 1963, para anunciar la Feria del año siguiente. Así en enero de 1964 se falló el premio, resultando ganador nuestro paisano, por la obra titulada Cascabeles de Feria, con un premio en metálico de 5.000 de las antiguas pesetas. Años después, el mismo nos explica su cartel en estas pocas palabras: "Cartel muy localista y lleno de alegría. Con un poco de voluntad se pueden escuchar hasta los cascabeles."

El segundo premio fue para José Alvarez Gámez -artista que anunciaría la feria del puerto en las ediciones de 1957, 1962 y 1966-. Y el tercer premio sería para Rafael de los Santos Márquez.

Manolo falleció el 5 de mayo de 1991, tres días antes de que se encendiera el alumbrado de la feria portuense. Pero no sería hasta seis años después cuando el Ayuntamiento decide que la feria se anuncie con una obra suya. Tuve el inmenso honor de que me encargasen el cartel de 1996, un año después de uno de Juan Lara y un año antes que el de Manolo Prieto.

Y, para esa ocasión de 1997, se tomó como punto de partida, uno de los minúsculos bocetos que Manolo realizó, en 1970, para anunciar el Fino Quinta. Se amplió dicho boceto, se le cambió el color del etiquetado de la botella, añadiéndole a ésta, la leyenda de 'Vino Fino de El Puerto'.

Sirva la reedición de este cartel de 1953, que anuncia este año nuestra Feria, y la efemérides de su centenario, para recuperar la figura de Manolo Prieto, haciendo realidad la ansiada Fundación que lleva su nombre, y para la que el artista donó, en 1988, millares de obras -entre carteles, cuadros, medallas, discos, revistas, libros, incluidos los pequeños bocetos-, y que esperan el sueño de los justos, para su exposición permanente, desde los depósitos municipales y su domicilio madrileño.

Que al fin se haga justicia con nuestro artista, y pronto en El Puerto podamos dar un rotundo mentís a la sentencia bíblica, y Manolo Prieto sea profeta en su tierra… (Texto: Francisco M. Arniz Sanz).

María Mora Mateos, el bailaor Antonio Sánchez Mora ‘Loliti’ y Puchi, en la Feria de El Puerto a mediados de los cincuenta del siglo pasado.

Antonio Andrades Arana, ‘Carambito’ con sombrero, en la Feria de Crevillet, acompañado de su familia.

Pedro Ventura, a la derecha, con unos amigos en la Velada de la Victoria.

Esther García Rubín y unas amigas aprendiendo a sentir la Feria con faralaes.

Las hermanas Irene, Marta, Mónica y Susana Bollullos Prado. Esta imagen fue portada de Diario de Cádiz a mediados de la década del 2000.

El desaparecido alcalde de la Ciudad, Fernando Gago, bailando con la que fuera su concejala de Fiestas, Silvia Gómez, ante la mirada de Pedro Pablo Lamadrid. De espaldas, Pedro Alamillos Ortega.

De izquierda a derecha, Enrique Moresco, Juan Carlos Rodríguez, la desaparecida esposa del primero, Miguel León, Hernán Díaz, la esposa de Rodríguez y Pepe Joly Palomino, en la caseta de Diario de Cádiz a finales de la década de los noventa.

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Concurso de Ganado. Feria de Primavera 5 al 9 de mayo de 1960.

La Feria  es alegría y jarana. Es la exaltación de nuestro vino fino, una bebida agradable, con un grado de alcohol moderado y que se asimila bien, según cada cual, pero su abuso desencadena muchos «dolores». Nuestra Feria  hay que vivirla y disfrutarla, pero siempre con talento y con tiento. Lo principal para tener una Feria  apacible en el apartado de la salud es gozar con la fiesta y con el vino.

Concurso de caballistas. Feria de Primavera. 6 al 8 de mayo de 1961.

Acompañar siempre bebida con comida y en cantidades moderadas, poco a poco.
El día es largo, la noche aún más, y no hay nada peor que culminar una jornada de feria  en la ambulancia o en casa, hecho polvo el estómago y la cabeza.

El gitano y la cabra. Feria de Primavera. 19 al 21 de mayo de 1962.

Quien más y quien menos tiene que «cumplir» en la feria . Por poco que se quiera beber siempre nos ofrecen un vasito de más. Si no se quiere ser descortés o llevar el mismo vasito lleno por todo el real, lo mejor es preparar el estómago para el aluvión de vino. Ya se sabe que hay muchos compromisos ineludibles y es aconsejable tomar medidas de prevención para nuestra `supervivencia'. Ya sea antes de salir o en la primera caseta, hay que prepararse el cuerpo con comida grasa.

Caseta del Rocío. Feria de Primavera, 11 al 13 de mayo de 1963 /Foto: Rasero.

No está mal deglutir moderadamente los potajes de mediodía que se imponen en las casetas. Una razonable ración de menudo o de papas con carne nos dispone a absorber menos alcohol en el estómago. O los caparrones de este año y el picadillo de carne, de la Caseta de Logroño de los hermanos Arechinolaza.

Casetas en la Feria, 9 al 11 de mayo de 1964.

Las grasas son los alimentos que más tardan en metabolizarse y así, «empapados en alcohol», esta sustancia no nos hará un daño repentino. Lo que aconsejan los expertos es tomar en casa un buen vaso de leche entera o una generosa porción de pan tostaíto migaíto con aceite. Mano de santo para retardar la borrachera.

Feria de Primavera. Izada de Banderas en Crevillet.  7 al 9 de mayo de 1966

En casa, no está mal un bocadillo mediano de jamón o incluso de chorizo o bacon.
Si no, en la Feria , una ración de filetitos, de jamón o una tortilla, tienen que ser el preámbulo para el primer brindis. Incluso, los «profesionales» en materia del beber toman con antelación pastillas de vitaminas B1 y B6 -las famosas Benadón o Hidroxil-, ya que estas sustancias son las que desgasta el cuerpo para absorber el alcohol. Nunca se deben de abusar de estas pastillas porque nos pueden «dopar», ya que dan una falsa situación de mejora.

La feria de noche. Portada de Feria de Primavera, 3 al 5 de mayo de 1968.

En la misma Feria  de El Puerto se ha dado algún caso de individuos que cada vez que estaban rendidos de la borrachera acudían a la caseta de Protección Civil para que se les inyectara Benadón. Repetir el viaje varias veces y sin descanso del cuerpo pone en verdadero peligro al corazón.

Concurso de cabaña equina. Feria de Primavera, 15 al 17 de mayo de 1971.

Y algo muy importante: no mezclar bebidas de uva con las de cereal. Si se empieza con vino seguir con él y no cambiar a cerveza o whisky -si quiere algo más fuerte, mejor una copa o un combinado de brandy-. Si se empieza con cerveza puede pasarse sin riesgos de fuertes resacas a whisky o ron, pero que éstos sean de calidad.

Concurso de ejemplares de gallos de pelea. Feria de Primavera, 11 al 14 de mayo de 1972.

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