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José María Núñez Buhigas nace en 1956 en la calle Cielos de El Puerto, hijo de los también porteños Antonio y Juana. En 1956 era Alcalde de la Ciudad Luis Caballero Noguera. Precisamente la Bodega Luis Caballero rifaba entre los consumidores, clientes y camareros de toda España 102 vespas, en el ‘II Gran Sorteo del Coñac Decano’ celebrado ante Notario en Madrid, en marzo de 1956.

Se inauguraba el Restaurante Venta Millán. Se creaba el Poblado de Doña Blanca, con cuyos terrenos se compensa a los agricultores propietarios de los terrenos donde se construye la Base Naval de Rota, con el proyecto denominado ‘Plan de Transformación de las Marismas del Guadalete’, que comprendía 5.500 hectáreas, disgregadas en la actualidad entre  el Polígono de Las Salinas de El Puerto, el Poblado de Doña Blanca y el futuro Polígono Industrial Las Aletas (Puerto Real). A la vez, empieza a funcionar el aeropuerto de la base naval hispano estadounidense. /En la imagen de la izquierda, José María con su madre, en la Feria de la Victoria.

Con varios amigos, en el Parque Calderón. /Foto: Cuellar.

Un joven José María en un tablao de Cádiz, antes de la actuación.

En la edición de 1956 del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, al igual que en 1884, aparece la palabra ‘porteño’ definida como ‘Natural del Puerto de Santa María. La palabra ‘portuense’ no hace ninguna referencia a nuestra Ciudad. En 1899 se añadió a ‘porteño’ la condicion de Bonaerense. En la Capilla de la casa palacio de los Marqueses de Arco Hermoso (calle Durango) se celebraba en octubre la boda entre Lupe Romero Laffite, hija de los marqueses y el gaditano Antonio Grosso Burham, bendecida por el obispo de Córdoba, fray Albino Menéndez Reigada. Nacía también Francisco Aguilar Sánchez, autor de carnaval,  ex presidente de la Asociación de Autores y Directores de Carnaval de El Puerto.

De izquierda a derecha, José Luis Arniz, José María Núñez, Joe Rígoli y Manolo Albaiceta, en Madrid. 'Yo sigo...'

José María estudiará en el colegio del Asilo de Huérfanas, en La Merced y en San Joaquín. Funcionario de carrera del Ayuntamiento desde 1990 hasta nuestros días, prestó antes sus servicios profesionales como aprendiz en Vidrieras Palma (VIPA) es decir la fábrica de botellas que había frente a la Casa de la Cultura y como escayolista y en un taller mecánico. Está casado y tiene dos hijos. Entre sus aficiones se encuentra la pesca.

José María con Alonso Núñez ‘Rancapino’ y su hermano, el gran guitarrista profesinal, Antonio Núñez.

Desde muy pequeño empezó su afición al cante, en el Coro del Colegio del Asilo de Huérfanas, siendo el solista principal. Con tan solo nueve años actuará por vez primera en el mundo del Carnaval, saliendo con la comparsa ‘Los Cicerones’ y con 17 años marchará a Madrid donde grabará su primer disco con José Luis Arniz y su compañero Manolo Albaiceta (ver nótula núm. 1.410 en GdP) en la discográfica Columbia. Luego vendrán las actuaciones en los tablaos de la época en la capital: Los Canasteros, El Corral de la Morería, … donde conocerá a su gran amigo Alonso Núñez ‘Rancapino’

Con el desaparecido humorista Paco Gandía.

En el portaaviones ‘Dédalo’ prestará sus servicios a la patria, siendo el vocalista en el Cuartel de Instrucción de la orquesta de San Fernando. Luego vendrá el Carnaval de nuevo, saliendo en agrupaciones tales como ‘Arrabaleros’ de su gran amigo Antonio Martín, con la Antología de José Luis Arniz, y con la Peña Los Majaras en ‘Los Simios’, ‘De El Puerto a Cai’, ‘Leche y Picón’, ‘Gibraltareños’, ‘Gigantes’, … hasta 1985 abandonando la interpretación en el Carnaval.

Con la Comparsa 'Arrabaleros' de Antonio Martín.

Durante 10 años se dedicará a las Sevillanas, como profesional, junto a sus compañeros, Luis Gatica Rivas (ver nótula núm. 114 en GdP), Francisco Gómez Ortega 'Pacoli', (ver nótula núm.1.067 en GdP), Manolo Albaiceta y Javier Benítez, con los grupos Alborea y Bordao.

Grupo 'Arbolea'. De izquierda a derecha, Manolo Albaiceta, José María Núñez, Luis Gatica y Pacoli.

En la actualidad compone algunos temas musicales junto a su sobrino, el gran guitarrista Jesús Núñez hijo de otro gran virtuoso de la sonanta, Antonio Núñez.

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Cuando se ha  construido una ciudad, paso a paso, y su urbanismo tiene peso, seguro que es producto de las invariantes. Las invariantes se repiten, están en el inconsciente forjador, son elementos imprescindibles de la personalidad y de la idiosincrasia de algo. Así, las invariantes del urbanismo portuense son las calles tiradas a cordel, el urbanismo en damero; los bluendes, esas especies de almenas que coronan los pretiles de las azoteas; los guardacantones de las esquinas; los cierros bajos y altos; los pavimentos tradicionales; los huecos de escalera; los patios; y los soportales, por ejemplo.

Copia idealizada de plano de El Puerto de 1787. Ameneiro. 1970

Cuando el Puerto fue declarado Conjunto Histórico-artístico, yo creí, inocentemente, que sería su salvaguarda. Esta Ciudad de los cien palacios, ha ido, poco a poco, deturpándose y adocenándose, con la permisividad, ciertamente punible, de las autoridades locales. El paisaje urbano se ha degradado hasta límites insospechados, sin que nadie le ponga tasa ni coto. Aquí cualquiera ha dispuesto como suyo de algo que es del común; el paisaje urbano –y el rústico—heredado, preservable, por Ley.  Pero está visto que la Ley no se ha aplicado, ni se aplica; no se tiene conciencia de estar ante una Ciudad singular, a la que poco a poco se le va despojando de sus invariantes, fijadas y forjadas siglo a siglo.

Es el caso de los soportales de la ribera del Guadalete. Desde Pozos Dulces hasta casi el comienzo del Parque de Calderón por la Plaza de las Galeras Reales hubo soportales, magníficos ánditos cubiertos al mismo nivel de la calle; espacios públicos de suelo sin cielo, antesala de las viviendas de gentes de la mar que han ido quedando como testigos, aparentemente roqueños, de las invariantes arquitectónicas portuenses. Y sin embargo, pese a su robustez, llega un cualquiera y los derriba, impunemente. Con sólo repasar las antiguas fotografías puede apreciarse cómo constituían un conjunto muy homogéneo de construcciones que daban la sensación de haber heredado de nuestros repobladores de la cornisa cantábrica una de sus invariantes y haberlas convertido, con el paso de los años, en nuestra.

Pues no, parece que no. En el edificio de Pozos Dulces esquina y vuelta con calle Chanca, se han permitido sus promotores derribar los soportales y la primera crujía del edificio, pese a la prohibición expresa que tenían de hacerlo.  Sea bienvenido el expediente de la Delegación de Cultura y caiga sobre esos desaprensivos todo el peso de la Ley. A ver si, de una vez, se enteran que aquí no se juega ni con las invariantes, ni el paisaje urbano, ni el rústico, ni  con la historia. (Texto: Luis Suárez Ávila).        

Témpera sobre cartulina, 50x35. Año 1994.

«Este tristemente desaparecido tabanco portuense fue escenario de muy buenas tertulias sobre toros, flamenco y carnaval, en la fructífera época de mi estudio en la aledaña calle Conejitos. Lugar de soberanas soleras, suelo de albero, entrañable y afable tabernero, de penumbras y luces entre barriles, y una fiel clientela que imagino desolada y un tanto huérfana tras su repentino cierre hace más de 15 años». (Manuel Martín Morgado).

El autor de la témpera, Manolo Martín Morgado es nacido en Ecija en 1964. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, en la rama de Grabado y Diseño. Tuvo su estudio de arte en El Puerto en la calle Conejitos. Actualmente da clases como profesor de dibujos en Jerez de la Frontera. De Morgado ha escrito José Manuel Benítez Ariza: «Pero esa especie de austeridad sufrida, reconcentrada, que Morgado pone en toreros y flamencos, la encontramos también en los personajes que toma de la calle o sorprende en la intimidad de sus casas o en el ambiente semiprivado de un bar. Es un mundo doliente, ma non troppo. Un mundo de hombres y mujeres, dentro de lo que cabe, resignadamente felices».

Más información sobre el Tabernón de Merello en GdP. Nótula 1.348.

Mañana martes viaja a Brighton and Hove (Inglaterra) el fotógrafo portuense y redactor gráfico de Diario de Cádiz, Fito Carreto (ver nótula núm. 160 en GdP) quien expondrá en el restaurante de otro portuense, Luis Benjumeda Arrobas su muestra de temática taurina «Mozos y Espadas». La exposición está organizada y producida por Arrobas y Cía, empresa portuense con intereses comerciales en la población inglesa, siendo traducidos los textos al inglés.

En plenas Olimpiadas (el pasado 16 de julio llegaba a Brihgton and Hove la Antorcha Olímpica, produciéndose el relevo), un porteño se desplazará al país británico a mostrar un aspecto de nuestras cultura que, seguro, no dejará indiferentes a quienes tengan la oportunidad de contemplarla entre los días 2 y 26 de agosto.

Alfonso Carreto Ruiz, –Fito Carreto– es un fotoperiodista que lleva trabajando más de 25 años para el Grupo Joly, empresa editora de Diario de Cádiz teniendo su base de operaciones en El Puerto aunque su ámbito de actuación se extiende a toda la Bahía de Cádiz y la comarca de Jerez.

Con algunas incursiones mucho más lejos. Ha protagonizado diversas exposiciones, tanto individuales como colectivas, entre las que destacan la celebrada con motivo del V Aniversario de ’Cobertura Photo’, la exposición virtual ‘Fotografía Taurina’, o la celebrada para la Concejalía de Cultura del ayuntamiento de su Ciudad en el año 2000.


MOZOS Y ESPADAS.
«El torero mismo no es mas que un caballero sin armadura que se enfrenta a dragones de la dehesa, un guerreo que va a la batalla con un código tan estricto como el del duelo. Este héroe popular, no es nada sin valentía y su función es inexcusable sin arte. Es como artista que se le debe elogiar o condenar.

'Creo que el torero es un actor que hace cosas reales… Recuerdo que un torero dijo que la diferencia con el teatro, es que en la plaza, se muere de verdad'. (Orson Welles).
'El torero es en el siglo XXI el único trabajador que se gana la vida matando con una espada' (Fito Carreto)». /Del catálogo de la Exposición Mozos y Espadas.

Ver la Exposición ‘Mozos y Espadas’ en formato virtual pulsando aquí:
http://www.fitocarreto.com/02/index.html

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“Tenía el don del ritmo en sus “nudillos de caoba”
y en “su caja comparsista”.
Cada vez que utilizaba el uno o el otro,
invitaba a cantar, a acompañarle,
pues era una llamada al espíritu,
al canto popular del pasodoble, el cuplé o el tanguillo.”
Antonio Muñoz Cuenca

EN EL PARQUE.
La primera vez que vi a Rafael fue aquel caluroso verano de 1962, sentado en un banco del parque Calderón junto a mi hermana Mari --quien más adelante sería su mujer y madre de sus tres hijos--, yo tenía ocho años y ellos diecisiete. Era un muchacho muy guapo. Alto, rubio, de hombros anchos y espalda recta; se notaba a la legua que hacía gimnasia, sobre todo por los bíceps, que reventaban bajo la camisa de popellin, siempre un poco desabrochada. Lucía una mata de pelo importante, peinada hacia atrás con un toque de brillantina, a excepción del arremolinado tupé, que le cubría la frente sin llegar a ocultar sus bonitos ojos verdes. La impresión que me dio fue la de un muchacho atrevido, jovial, con un palique sin limitaciones alimentado por su inmensa fantasía.

RAPHAEL.
Desde el principio me dijo que le encantaba la música, que se sabía muchas canciones y que si quería escuchar alguna; le dije que sí, naturalmente, y en cuanto que empezó a cantar me di cuenta de que era Raphael, el muchacho que había ganado el Festival de la Canción de Benidorm, ni más ni menos. Él me siguió el rollo, divertido, haciéndose pasar por el cantante, pero luego, reconoció abiertamente que todo había sido una broma y que ni siquiera le conocía. Tardó bien poco en ser un miembro más de nuestra numerosa familia; mis padres le acogieron como a un hijo, nosotros como a un hermano.

LA CLASE DE DIBUJO.
Recuerdo que cuando estudiaba 2º de bachiller en el colegio de las Carmelitas no se me daba bien el dibujo artístico; me volvía loca intentando plasmar sobre el papel aquellos obligatorios perfiles griegos. Entonces mi cuñado cogía el lápiz de carboncillo con mucha agilidad y, sobre la lámina que yo había emborronado, aparecía nítido el rostro del David de Miguel Ángel. Aquel curso de 1967 conseguí un 9 de nota media en esta asignatura.

LLEGADA A EL PUERTO.
Rafael, nacido en Almería en marzo de 1945, llegó al Puerto en los albores de 1950 en compañía de sus padres y su hermano mayor, cursando sus estudios en el colegio de los Jesuitas hasta entrar en la adolescencia. /Rafael, con sus amigos, en la playa de la Puntilla.

El Puerto de aquella época era un lugar paradisíaco para el espíritu libre de la juventud. Partiendo de la calle Valdés salía un caminito estrecho cuajado de aromos y chumberas, que serpenteaba hasta las dunas --el Camino de los Enamorados--, allí, a la orilla de la playa, Rafael se distraía haciendo piruetas imposibles con sus amigos y emulando las posturas de Steve Reeves, uno de sus actores favoritos.

ENTRE LA MILI Y LA DECORACIÓN.
En 1965 cumplió sus deberes con la Patria -como se decía entonces- y durante 18 meses realizó el servicio militar en el cuartel de Infantería de Marina de San Fernando, ejerciendo de cabo gastador.

De profesión pintor-decorador, trabajó durante años en un taller de la calle Nevería, especializándose en el difícil arte de la imitación de puertas de caoba, llegando a impartir clases de pintura para jóvenes desempleados en la sede del Matadero Municipal. /En la imagen de la izquierda, durante el servicio militar en San Fernando.

AFICIONES.
Además de leer libros de ciencia ficción -”Platillos volantes, aquí y ahora” de Frank Edwards, o “El enviado” de J.J. Benítez-, tenía otro importante hobby al que dedicaba su tiempo libre: construir barcos de madera de diferentes estilos, entre ellos barcos de pesca y galeones antiguos; el más impresionante, la reproducción en miniatura del buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián Elcano. Sin embargo, como ya he comentado anteriormente, su gran pasión era cantar.

Comparsa 'Los Romeo'. Año 1969.

EL CARNAVAL: 1969.
Su primera actuación en el Carnaval de Cádiz fue con la comparsa “Los Romeos”, bajo la dirección de José Luis Arniz, ganadora del segundo premio provincial en 1969.

Comparsa 'Los Séneca'. Año 1970.

Luego vinieron los primeros premios provinciales con las comparsas “Los Sénecas” en 1970, letra de Diego Caraballo, música de José Luis Arniz (durante la actuación de la comparsa el Gran Teatro Falla se venía abajo, entre oles y aplausos, y es que su manera de tocar la caja era totalmente innovadora.

Las filigranas que hacía con los palillos en el borde metálico de la caja, ponían el vello de punta). /En la imagen de la izquierda el LP de 'Los Hindúes', todo un éxito de ventas.

“Los Hindúes” en 1971, letra y dirección de Manuel Ariza González y música de José Luis Arniz (esta comparsa fue una verdadera revolución en su época, se grabó un Long Play que se vendió como rosquillas) y “Los Charlots” en 1973 con letra de Angel Garcia López, música de José Luis Arniz y dirección de Manuel Gómez, pasando por delante de “Los mariachis” y “Los fenicios”. Aquello fue un acontecimiento musical en el mundo del Carnaval y musical, saliéndoles numerosas actuaciones fuera de nuestra Ciudad.

Comparsa 'Los Charlots'. Año 1973.

...continúa leyendo "1.456. RAFAEL MONJE. ‘El Caja’."

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La pequeña historia de esta mujer no podía quedar en olvido, por liberal y por la valentía con la que vio la vida y la vivió. /En la imagen, 'La Macaca' en París, a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado.

Josefa Martin Lanzarote, “La Macaca”, nació portuense, en 1922. De unas familias muy conocidas en nuestro pueblo, por parte paterna de los 'Macacos' y materna de los 'Tocatejas'. Ya he dicho en muchas ocasiones que en las fechas que nos vamos a mover, se conocía en nuestra ciudad más por los apodos que por los apellidos. Creo que estuvieron domiciliados en Pozos Dulces o zona de La Ribera del Río,  según me cuentan.

Los  Martin Lanzarote estuvieron obligados a emigrar a Francia, por pertenecer el patriarca de la familia al Partido Comunista. Huyeron al inicio de la contienda nacional, de la que heredamos, huérfanos, muertos y hambre.

Se crió en el ambiente liberal y democrático que tenía Francia, en aquella época. En Paris, tomo clases de baile moderno. Al principio de nuestra guerra nacional, llego a la capital gala, un profesor de danza madrileño, de nombre Esteban con quien, durante unos meses estuvo practicando flamenco. Según Luis Maravilla, el nombre de este maestro era falso, no me dio más referencia, ni explicación. Los refugiados políticos que emigraron a Francia, en los años treinta seis, la gran mayoría ocultaban sus nombres y apellidos por miedo. No fue una bailaora flamenca para vivir de este arte, pero se bailaba bien por fiesta. Con dieciocho años entro el cuerpo de baile, de un cabaret, de lujo de la capital cultural de Europa, de aquella época. /Antonia Gallardo, 'La Coquinera', en un afiche publicitario.

LIBERAL Y SOCIALISTA.
Mujer liberal de ideología socialista, transmitida por sus progenitores, Manuel Martin y  Rafaela Lanzarote. Hembra que según los que la conocieron se le podía clasificar de monumental. En los años cincuenta, se paseaba por nuestro pueblo en un coche mercedes descapotable. Tuvo un incidente por estas fechas en la feria del Puerto. Un guardia municipal, la llamo al orden y la tachó de ir  provocando por el recinto ferial, comunicándole que le acompañara a comisaría. Ante la actitud del guardia, las personas presente en la caseta ferial, se manifestaron y protestaron la conducta de este guardia del orden, por lo que tuvo que intervenir el comandante de los municipales, quien ordenó y le mandó al puritano municipal, salvador de almas, que se marchara, porque que él estaba alterando el orden público, era él.

En estos tiempos todo aquel que fuera ideología de izquierda, estaba controlado o vigilado por las autoridades de la ciudad. Por lo que yo creo, que este agente, conocía los antecedentes de la familia de “Los Macacos”, y quiso ganar méritos, llevándola detenida. Los portuenses que tenemos más de sesenta años, conocimos a este policía municipal del orden suyo, era tanto de izquierda, como de derecha, se cambiaba la camisa, al mejor postor. No vale la pena mencionar su nombre, hay que dejarlo que descanse en cal, con los que no vuelven.

Luis Maravilla, de joven, con la Copa Pavón, un trofeo flamenco de prestigio.

Luis Maravilla es el nombre artístico de Luis López Tejero. (Sevilla, 1914, Alicante 2000). Este ilustre maestro de la guitarra, persona educada y de modales exquisitos, me contó: "--En el año cuarenta nueve o cincuenta, estuvo de gira en Paris, con el ballet de Pilar López. En esta ciudad conoció a una joven porteña, de nombre Pepa Martin, actuando en dicho cabaret, como bailarina del coro, de este local faustuoso". Se acordaba de ella porque sobresalía por encima de las demás coristas. Entablamos conversación, preguntándome como estaba España, en estas fechas, con el tiempo supe que se casó con el Príncipe Gitano. "Pepa tenía un cuerpo monumental, de cara, ojos y cabellos, en concordancia con su morfología".

Compañía de Pilar López

MUJERES GUAPAS.
Si hay una de las cosas que  podemos presumir los portuenses,  es de mujeres guapas en el mundo artístico flamenco, estas fueron: Antonia, Pepa y Milagros Gallardo “las Coquineras”, su tía Maria del Carmen Gallardo Rueda “la Gaditana”, Josefa Martin Lanzarote “la Macaca”, Milagros Lechuga y Josefa Gallardo “la Gallardo”. De algunas de estas mujeres dejó constancia de su belleza, Fernando de Triana, en su libro, Arte y Artistas Flamencos.

RELIGIOSA Y MODERNA.
Pepa, le tuvo un gran cariño a su pueblo, cuando podía escaparse, regresaba a su tierra, a pesar de los kilómetros que había entre Paris, Madrid, y El Puerto. Que me lo digan a mí, llevo cuarenta años viajando de la capital de España, a mi patria chica, cuatro o cinco veces al año.

Le tenía mucha devoción a la Virgen de Los Milagros, siempre que venía a su origen la visitaba. Posiblemente en el tiempo que venía de vacaciones a su ciudad, estaría en boca del vecindario por su libertad de expresión y la forma de ver la vida, que nosotros en aquel tiempo no teníamos. Utilizaba biquini, para bañarse que, en aquellos años, no estaba bien visto, por los motivos que todos sabemos y que no voy explicar, porque lo conocemos.

Se hospedaba cuando venía a su origen, en el domicilio de sus tíos en la calle ya mencionada. Me contaba Milagros Párralo, familia de Pepa, "que tenía un cuerpo diez y una cara guapísima, cuando paseaba por la calles Luna, Larga y El Parque Calderón, llevaba gente detrás como si fuera un paso de Semana Santa".

Familia de los Tocajeta en una reunión. De izquierda a derecha, Rosario Ruiz Camacho, Francisco Martín Murga 'Tocateja', familiar de 'La Macaca', Carmen Ruiz Camacho, madre de Antonio Cristo Ruiz, Ángeles Ruiz Camacho, José María Martín Murga 'tocateja', Luis Martín Murga Ruiz y Maruja Ruiz Camacho.

ENTRE LA LECHERÍA Y EL TAXI.
La familia de los Macacos tenían una lechería, en la bocacalle de Palacios, San Bartolomé, y las cabrerizas o vaquerizas estaban situadas en la calle San Bartolomé, esquina calle de Los Moros. Los Tocatejas, familia de la madre, se dedicaban mayormente al transporte de mercancías y a los taxis. Que por cierto Francisco Martín Murga, muy conocido en El Puerto, por Paco Tocateja, “el Taxista”, y su hermano José María Martín Murga, transportista apodado “Requeté” eran familia de Josefa. Estos dos portuense, estaba casados con dos hermanas de mi madre, mi tía Charo Ruiz, con Paco y Angelita Ruiz, con José María.

...continúa leyendo "1.455. JOSEFA MARTÍN LANZAROTE. ‘La Macaca’, belleza de una porteña en París."

En la imagen inferior, de izquierda a derecha, Maruja Tejada, la entonces delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, María José Caro y el concejal de cultura en 1998, Juan Gómez Fernández, durante la celebración de Simposio sobre José Luis Tejada.

Ayer fallecía en el hospital, donde permanecía desde hace unos días, Maruja Romero, viuda de José Luis Tejada,  musa del poeta con el cual contrajo matrimonio. Maruja ha sido en la ciudad natal del poeta la más férrea protectora del legado de su marido; manteniendo tanto en vida de Tejada como, una vez ya desaparecido, contacto con las personalidades más destacadas del mundo de la literatura.

El Puerto ha perdido a la más importante valedora y difusora de la ingente obra del escritor y poeta José Luis Tejada, a través de la Fundación que presidió desde su constitución. Madrileña de nacimiento, deja tres hijos.

El alcalde, Enrique Moresco, en nombre del equipo de Gobierno y Corporación municipal y de todos los portuenses a los que representa, lamentaba ayer la pérdida destacando que "acabamos de perder a una gran dama, pionera en la inserción de la mujer en el mundo empresarial y que sin duda ha contribuido a mantener viva la figura y obra de uno de los más importantes escritores que El Puerto de Santa María ha dado la literatura, tanto nacional como internacional".

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Reproducimos aquí algunas instantáneas del fotógrafo Francisco Sánchez Pérez, ‘Quico’, (ver nótula núm. 146 en GdP), uno de los grandes documentalistas gráficos que ha tenido El Puerto de Santa María en la primera mitad del siglo XX.

Desfile (1). Esta foto es del 16.06.1938 y es del entierro de Fernando Zamacola, (ver nótula núm. 800 en GdP), está tomada a la altura de la actual casa Nº 70 de la Calle Larga, es decir frente a donde viví hasta mediados de los 50 del siglo XX.

Desfile (2). Desfile de fuerzas armadas por la Plaza de Peral. Puede ser en una procesión. Lo que me pone en duda es la curva que hace el público hacia la izquierda de la foto, pues el Ayuntamiento está justo en frente del desfile. El que está abajo del todo agarrado del brazo de otro, me parece que es el padre de los Ciria, Paco Ciria, hermano del que fuera Alcalde de El Puerto, Eduardo Ciria Pérez (ver nótula núm. 1313 en GdP). Foto muy curiosa donde se puede distinguir las diferentes clases sociales de la fecha.

Puede ser Campo de la Gimnastica. Como digo en el título, puede ser el Campo de la Gimnastica, pero tengo mis dudas si es en el Eduardo Dato en sus prinpicios. El de la mascota con gafas, juraría que es mi tío Fernando Arjona Cía y la siguiente puede ser mi tía Francisca González Bruzón, pero el tener la mano en la boca me impide ver su cara. Esta foto puede ser de principios de los años 40 del siglo XX.

Plaza España postguerra. Misa de campaña en la Plaza de España. los militares armados están en posición de rindan, y parte de los asistentes con el brazo en alto. En la puerta de la Prioral se puede ver el altar presidido por una cruz, que puede ser la que sacaba el Santo Entierro en Semana Santa y detrás  se puede ver el yugo y las flechas y arriba un letrero de Presentes. La fecha puede ser entre Octubre de 1941 y Abril de 1943, ya que creo distinguir a la derecha de la puerta de la Iglesia a Fernando C. de Terry y del Cuvillo, que era el alcalde en esa época.  (Texto y Colección de las imágenes: Vicente González Lechuga).

¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo!  Ya se oyen los claros clarines.
¡La espada se anuncia con vivo reflejo;
Ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines!

Con cierta nostalgia se recuerdan estos versos iniciales de la “Marcha Triunfal” de Rubén Darío, presentes en la vida escolar de postguerra, junto con la “Canción del Pirata” de Espronceda y las románticas “Rimas” de Becquer. Su autor, el nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, de nombre artístico Rubén Darío, poeta, escritor y periodista tiene, a través de su familia, lazos de unión con nuestra población, mejor dicho con un hijo de ella, de noble cuna, emigrante sin retorno, como tantos otros personajes del siglo XVIII, al Nuevo Mundo.

Rubén Darío casó por lo civil en 1890 en San Salvador con Rafaela Contreras, hija de un famoso orador político hondureño llamado Álvaro Contreras y de Manuela Cañas Hidalgo. Con tan mala suerte que, pocas fechas después se produjo uno de los golpes militares que se haría posteriormente crónicos en El Salvador, cuyo principal cabecilla, el general Ezeta, había sido uno de los invitados a la ceremonia nupcial. Tras el golpe, que no solo no comparte ni justifica Ruben Darío sino que critica luego abiertamente en la prensa de Guatemala en su crónica “Historia negra” en la que denuncia la traición de este militar, se marcha al país vecino y al siguiente año, en febrero de 1891, tras reunirse con su esposa, contrae nuevamente matrimonio, esta vez por la iglesia, en la catedral de Guatemala, engendrando a su primogénito: Rubén Darío Contreras, que nació nueve meses después, el 12 de noviembre de 1891.

Los abuelos maternos de Rubén Darío Jr. fueron Manuel Antonio de Cañas y Bendaña y Ana Hidalgo Muñoz de la Trinidad, hija del capitán Manuel J. Hidalgo, casados en 1814 en San José de Costa Rica.  A su vez, Manuel A. de Cañas era hijo del último gobernador de la provincia de Costa Rica en época colonial, empleo que desempeñó desde  1819 hasta 1821. Se llamaba Juan Manuel de Cañas Truxillo y Sánchez de Madrid, era coronel de los Reales Ejércitos y había nacido en El Puerto de Santa María el 2 de julio de 1763, miembro de una familia largo tiempo asentada en nuestra ciudad, cuyas casas principales estaban en la calle Larga, frente al centro cultural Alfonso X El Sabio. Emigró joven al continente americano, formando parte de su destino profesional y allí casó en la ciudad de Granada (Nicaragua) con Tomasa Bendaña Moscoso, integrándose plenamente en aquellas latitudes. Su firma figura en el acta de independencia de Costa Rica del estado español, que está fechada el 29 de octubre de 1821.  /En la imagen, Rafaela Contreras.

Era hijo del también portuense Nicolás Francisco de Cañas Truxillo y Gª Pastrana y de la gaditana Magdalena Sánchez de Madrid. Su hermano Manuel sería Ministro de Marina, Comercio y Ultramar en 1837 y, posteriormente, Senador del Reino. /En la imagen de la izquierda, blasón de los Cañas Trujillo, en la calle Larga, foto tomada 3l 23.02.1978. Colección: Miguel Sánchez Lobato.

El y sus hermanos pertenecían a la cuarta generación de Cañas Truxillo portuenses, junto con los Vos Cañas-Trujillo, desde que se estableciera en El Puerto y fundara su Mayorazgo Gaspar de Cañas Truxillo, Familiar del Santo Oficio de la Inquisición de Sevilla, descendiente del Barón Vasco Martínez de Truxillo, uno de los cuarenta caballeros que participaron en la conquista de Xerez y a los que se les repartió tierras en dicha población en 1266.

La condición de portuense del abuelo de la esposa de Rubén Darío y del bisabuelo de su hijo, nos ha dado pié para confeccionar esta nótula explicando la conexión familiar con el poeta de la Hispanidad.    (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz, A.C. Puertoguía).

El pasado 16 de junio se cumplían cien años del nacimiento, en nuestra ciudad, de uno de los más importantes cartelistas de nuestro país: Manolo Prieto. (ver nótulas núm. 863 y 864 en GdP). Desde muchos enfoques se puede analizar la obra de Manolo. En esta ocasión nos referiremos a sus carteles de temática taurina. Manolo Prieto, se interesó desde muy joven por el cartel taurino, y  llegó a ser uno de los intérpretes más originales y revolucionarios en este género artístico.

Cuando apenas cuenta veintitrés años, participa en una exposición que, organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid, tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes, en junio de 1935. En dicha muestra obtuvo el primer premio Renau, pero el jurado formado por: Francisco Llorens, por el Círculo de Bellas Artes, Federico Ribas, por la Unión de Dibujantes Españoles, Miguel Lucas, por la Asociación de Pintores y Escultores y Luis Gil Fillol, por la Asociación de la Prensa, estimó: "...que la limitación de premios impide recompensar justamente el esfuerzo realizado por los dibujantes españoles, propone la adquisición de los carteles firmados por los señores Pedraza, Alonso, Prieto, Vega y Gallo".

Pero el primer cartel de tema taurino, dentro de la obra de Manolo,  con el que consiguiera un gran triunfo, fue el que realizó para el concurso de la Dirección General de Turismo, en 1950, y que llevaba por título "La fiesta de toros en España", con el que obtuvo el primer premio. "El cartel no va dirigido al aficionado español, por eso le falta la anécdota. Está hecho pensando en el extranjero, que es al que va dirigido. Un toro con su silueta terrible, frente a un torerito rodeado de espacio y de sol, con un trapo como única defensa" /En la imagen de la izquierda, cartel primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1952.

La prensa de la época llegó a decir con respecto a este cartel: "Ha venido a revolucionar la tradicional propaganda de la lidia de reses bravas. Y ha conseguido precisamente eso: dar realce a la bravura del toro y al valor del torero. Ahí se ve al diestro, empequeñecido y audaz, ante la mole potente de un testuz vigoroso y vibrante de energía acometedor a, subrayada por el contorno blanquecino que rodea al toro, aparentemente hierático, pero dispuesto a la 'arrancada' y a hacerse dueño del ruedo".

La corrida de la Beneficencia de Madrid se venía celebrando desde 1840 aproximadamente, y los carteles anunciadores se encargaban a grabadores y dibujantes de la época, como Ramón Cilla, Porset, Perea, Chaves, Pastor... El concurso de carteles anunciadores de dichas corridas se instituyó en 1952. A ese primer concurso concurrió el artista portuense, obteniendo el primer premio, ex aequo con Pablo Mairata, en el apartado de carteles murales. El de programas de mano se concedió a Antonio Casero. El cartel de nuestro paisano representa el momento en que el toro toma un puyazo recargando, viéndose el picador en serios apuros: "Este cartel es todo anécdota, puesto que va dirigido al aficionado que entiende. Una bellísima suerte de varas, con posible derribo por un toro bravo. Cartel de técnica moderna". Al año siguiente obtiene el tercer premio. El primero lo consiguió Vicente Vila, y el segundo, otro portuense, Ricardo Summers Isern "Serny", con un cartel en el que representaba a dos manolas tocadas con mantilla y peineta hablándose entre sí. El cartel de Manolo, como todos los suyos, de técnica y composición moderna, en el que figura un torero de rodillas, en primer plano, de espalda,  dando una larga cambiada frente al toro. /En la imagen de la izquierda, segundo premio del cartel de la Corrida de la Beneficencia. 1956.

En mayo de 1956, nuestro artista logra el segundo premio con un cartel que, presentado con el nº 46, consiguió la suma de cuatro mil pesetas, y en el "que como siempre destaca por su calidad con respecto a los demás, está compuesto de una forma muy original, ya que representa a un torero rodilla en tierra mirando al toro y dispuesto a pasárselo de muleta".

En 1958 volvió a conseguir el primer premio, por unanimidad del jurado. Su cartel representaba a un toro viniendo de frente a la carrera; "lo más importante son las variaciones experimentadas con los colores, fundamentalmente con los amarillos, azules, grises y negros, que combinan con las letras en verde". Pero este premio tiene su anécdota, que nos explica el propio Manolo Prieto: "Este cartel que empapeló Madrid, tiene una historia muy graciosa. Fue hecho y presentado seis o siete años antes de que fuera premiado. Cuando se presentó por primera vez, fue rechazado porque dijo un miembro del jurado, y sus compañeros lo aceptaron, que era más propio para anunciar una ganadería (como si un toro arrancado no fuera una de las cosas más bonitas que se pueden ver en la plaza). Recuerden el valor que tiene esta estampa en la suerte de varas. ¡Hay que ver lo que puede la mala leche! ¡Y me lo llevé a casa!'. / Cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1958.

'Al poco tiempo, el Primer Congreso Ganadero convocó un concurso de carteles y lo presenté. Allí no me lo premiaron, y al devolvérmelo, me dijeron que era un cartel muy bueno, pero que estaba mejor para una corrida de toros ¡era natural! ¡Y me lo volví a traer a casa!' Lo dejé reposar unos años para que los jurados lo olvidaran, y lo volví a presentar en la Beneficencia, el año 1958. Aquel año, en el jurado a nadie le sentaba mal la leche, y fue premiado con todos los honores”.

También en 1958 le encargan la carpeta de los discos: "Pasodobles de España" y "Fiesta Brava". Un año después vuelve a participar en el concurso de la Beneficencia y obtiene el segundo premio entre un total de 96 obras. Los años 1960 y 1961 no hubo concurso. Al año siguiente de nuevo participa Prieto, pero en esta ocasión no consigue ningún premio.

En 1963 alcanza el primer premio con un cartel de un toro saliendo del toril, y al fondo un espontáneo que sale a su encuentro, resuelto con una técnica muy acabada, en el que destacan los diferentes planos resueltos con el color y las geométricas curvas del redondel y el callejón. En la edición de 1965 consigue un accésit. En 1969 nuevamente consigue el primer Premio en el concurso del cartel anunciador de la corrida de la Beneficencia. Vuelve a participar en la edición de 1972, consiguiendo un accesit. /En la imagen de la izquierda, cartel del primer premio de la Corrida de la Beneficencia. 1963.

Este año del centenario de su nacimiento, un “cartel” de Manolo anuncia el abono taurino portuense. Se trata de la portada del opúsculo, con textos de Julio Estefanía, editado por Osborne, en 1955, para conmemorar las bodas de diamante de la Plaza Real. Al cartel taurino le dedicó Manolo gran parte de su vida, como hemos podido comprobar a lo largo de estas lineas, y en su colección de bocetos donada al Puerto, y que, desgraciadamente, aún no se pueden contemplar en la sede de su Fundación, pendiente aún de inaugurarse. Que buena ocasión hubiera sido este Centenario para abrir las puertas a la exposición permanente de obras de Manolo Prieto en su ciudad natal.

Fragmento del cartel de la Temporada Taurina 2012.

Pero no acabó aquí su dedicación a la fiesta nacional, pues en sus últimos años también llevó a la medalla dos importantes colecciones de su "Tauromaquia",  amén de la medalla que, con motivo del Centenario de nuestro coso taurino, y a petición de nuestro Ayuntamiento, realizó en 1980, pero de eso ya nos ocuparemos en otra ocasión. (Texto: Francisco M. Arniz Sanz).

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