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| Texto: José María Morillo.

En este video, Antonio cuenta de viva voz, su historia, con todo lujo de detalles, haciendo gala de una memoria prodigiosa a sus 95 años.

Hoy tiene 95 años y una memoria prodigiosa. En abril del pasado año 2010 traíamos a Gente del Puerto a Antonio González Morillo, ‘Antonio Guindate’ que nos contaba una interesante historia en relación a la antigüedad de la Feria, en su origen como Feria de Ganado, tras el lapso de 1916 ante la decadencia y falta de negocio de la misma y después de la Guerra Civil.

...continúa leyendo "1.013. CONTROVERSIA: ¿EXISTIÓ FERIA EN 1942?"

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La fuente, hoy desaparecida tras la última remodelación, a la entrada del Paseo de la Victoria.

La Velada de la Victoria, era una prolongación de la Feria. Comenzaba a las seis de tarde, se solía ir vestido los hombres de traje y camisa blanca  sin corbata y clavel en la solapa, mujeres vestidas con bastante elegancia. El Paseo de la Victoria, tenía y tiene dos puertas; entrando te encontrabas la fuente, --que pena de fuente que ya no está--; el vivero del Ayuntamiento que se encontraba en la parte derecha, donde está parte del IES Pedro Muñoz Seca, prácticamente el tramo de carretera comprendido entre las glorietas que están el frente al antiguo Penal y la que está en frente de la Estación también eran parte del Paseo.

Caseta de los empleados de Bodegas Caballero.

A la izquierda donde está lugar para la banda de música se solían colocar algunas casetas. Recuerdo la caseta del Club Náutico y la de empleados de Bodegas Caballero. La Victoria se convertía por tres días en una  pequeña y efímera ciudad, una explosión de colorido y belleza, el pavimento  de albero de Alcalá bien apisonado con algo de cal y regado todas las tardes, por el camión de riego,  cómodos bancos de piedras y las cuatro estatuas de entrada felizmente incorporadas a su sitio, como debe ser. La Caseta El Cortijo con su estanque, ¡que recuerdos me traen  los bailes del Cortijo!; la gruta iluminada al fondo y... que se yo…

Fachada de la caseta 'El Cortijo'.

De las atracciones, recuerdo una muy especial que le decían ‘las Carmelas’, que colocaban por detrás del Cortijo: era una atracción que me encantaba; el látigo, el tobogán, la ola, el tren de los escobazos, los caballitos de la reina, con sintonía que casi siempre era el Vals de las Olas o  Danubio Azul; los coches de choque.

Reclamo publicitario del Teatro Chino 'Manolita Chen', que durante tantos años pasó por la Feria de El Puerto.

El Teatro Chino: «--Oiga, es el Teatro Chino de Manolita Chen, adquieran sus localidades, etc.”»; La Tómbola del Cubo, vendedores de algodón, de patatas fritas; los coches de choque, el Palacio de Cristal, adivinadores, charlatanes, espejos que te deformaban la imagen, casetas para probar la puntería con armas trucadas; vendedores de tabaco, limpiabotas, vendedores de helados y turrones. Nuevamente Don Francisco Dueñas Piñero con la incansable banda de música interpretaba, sevillanas, pasodobles y algunas romanzas de zarzuela.

En la imagen, tocados con sombrero delante de un puesto de mariscos instalado en la Velada de la Victoria, el marisquero Joaquín Miguel Lara, Luis Soriano, Nano, Castro y Pepe, jugadores del Racing Club Portuense. Año 1960.

En la imagen, una fotografía tomada delante de un teloncillo, en la Feria de la Victoria en 1947, de nuestro colaborador fotográfico, Vicente González Lechuga, su hermano y la Tata Milagros.

Mercedes Camacho Delgado e Ignacio Lechuga Sánchez y sus nietos Ignacio y Fosco Valimaña Lechuga y José Ignacio y Vicente González Lechuga, en la desaparecida fuente de la Victoria. Año 1948.

Recuerdo, con nostalgia, el día siguiente después de terminar la feria, la ciudad que por tres días nos había llenado de alegría e ilusiones, permanecía desmontada, deshecha, rota y los restos de farolillos, serpentinas, eran arrinconados por el viento de Levante en la esquina de la Vapilla de los Caminantes. (Texto: Francisco Bollullo Estepa).

En la imagen de la izquierda,  unas pequeñas hermanas Emi y Ada Vázquez, vestidas de faralá para la ocasión: la Feria de Primavera.

Toman el nombre de la Tertulia Flamenca donde se reúnen: Tomás ‘el Nitri’. Las originales: Fila superior de izquierda a derecha: Milagros Parralo, Ana Santamaría, Carmen Mesa, Ana García, Carmen Díaz, Sandra Muñoz; sentadas, Mari Soto, María Vera,  Antonia a la guitarra, Milagros Caraballo y Antonia Real.

A iniciativa de José Carrasco Mateo, conocido como Carrasco ‘el Guardia por su condición de agente de la policía local jubilado, se crea en Otoño de 1992, un grupo flamenco, formado mayoritariamente por mujeres, en la sede de la Tertulia Flamenca ‘Tomás el Nitri’, de donde se reúnen y de donde toman el nombre. El colectivo nacía en el entorno de la Navidad con una vocación clara: cantar villancicos eminentemente flamencos para que no se perdieran las raíces de esta parte de  nuestra cultura. /En la imagen de la izquierda, José Carrasco Mateo, 'Carrasco el Guardia'.

Las Tomasas acompañadas por el porteño Jesuli Núñez, hoy Jesús Nuñez, tocaor de Sara Baras y Pitingo, entre otros.

José Carrasco conecta con la poetisa  Lola Alba, y entre ambos lo exponen a la directiva de la entidad flamenca, que lo ve con buenos ojos. Serán las mujeres de los socios las componentes de este grupo. Y así, Lola Alba, con tesón y paciencia educa las voces de estas mujeres, no ya para que fueran las mejores de los grupos o coros flamencos de El Puerto, sino para que sus voces sonaran diferentes y… parece que lo consiguió.

En la Tertulia Flamenca 'Tomás el Nitri'. Panorámica.

En las Navidades de ese mismo año se hace la presentación en Tertulia Flamenca de su nombre organizándose también la primera Pestiñá, lo que constituyó un éxito de arte: la  sede social se llenó; había más gente fuera que dentro del recinto.

Con el conocido locutor Fernando Duran, en la Feria de Primavera de 1995, durante una actuación delante de las cámaras de la desaparecida televisión local Tele Puerto. Enfrente, la caseta de 'La Misma Gloria'.

Con la ilusión y el legítimo orgullo de la buena acogida, ‘Las Tomasas’ deciden no circunscribir su actividad a la Navidad y continuar ensayando para actuar en la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Y lo hacen. Todos los días del año, con una voluntad a prueba de tentaciones, y eso que son amas de casa con la responsabilidades que conlleva tan sacrificada ocupación.

Las Tomasas, en la VII Fiesta de los Patios.

VII Fiesta de los Patios. Obrita de Teatro Flamenco interpretada por Las Tomasas y algunos socios de la Peña. De izquierda a derecha, María Vera, José Carrasco, Milagros Caraballo, Antonia Real, Ana Santamaría, Ana García, Mari Soto, Antonio Santilario, Carmen y Ángeles Carrasco, Sandra Muñoz y Carmen Mesa.

Preparan, también, una obrita de Teatro Flamenco para la VII edición de la Fiesta de los Patios. Cantan en la Feria de Primavera en la caseta municipal, en la de la hermandad del Nazareno y en cuanta les son solicitadas. Han actuado además: en Puerto Real, Cadiz, San Fernando, Paterna, Rota, Jerez, Casas Viejas, Alcala de Guadaira, en Cordoba en las peñas ‘La Oveja Negra’ y  ‘Azahara’. Le cantaron al portuense universal, Rafael Alberti en varias ocasiones con motivo de la fiesta de su cumpleaños, el 16 de diciembre.

Nuevas incorporaciones entre las que se encuentran, el tocaor David Cruz, sobre él Ángela Carrasco y su hermana Carmen.

Fueron 16 las componentes iniciales del Grupos, siendo en la actualidad 11, habiéndose incorporado algunas hijas de sus componentes, lo que hace que permanezca la tradición oral de forma viva. Desde 1.996, su actual responsable es Mari Soto quien, con acierto, lleva adelante al Grupo. Y, como cualquier grupo humano, nada humano les es ajeno y tampoco han estado exentas de algunas incomprensiones, pero ahí siguen. Tienen grabado dos CD’s, uno de Villancicos y otro de Sevillanas Flamencas, llevando un estilo  diferente, su estilo y esto ha hecho que el prestigio de estas porteñas rompan fronteras.

Con Rafael Alberti, en un cumpleaños. De izquierda a derecha, Carmen Mesa, Asunción Mateos ex directora de la Fundación y viuda del poeta, Mercedes Carbonell, María Vera, Milagros Caraballo, Carmen Soto y Sandra Muñoz.

Ver nótula 855 de Tomás ‘el Nitri’, primera Llave de Oro del Cante.

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Pulsar sobre la imagen para ampliar el tamaño de la fotografía.

En el antiguo campo de fútbol Eduardo Dato, del Racing Club Portuense, el 24 de enero de 1965 la Rondalla de La Salle, compuesta, en la fila superior de izquieda a derecha por: el abanderado, Juan Arjona Acá, Pedro Ríos con la armónica, Vargas, Francisco Rodríguez Rendón, J.L. Sánchez García (+). Antonio Pérez Brea, Hermano Luis, J.M. Morro Durán, J.L. Pérez Ruiz, Ramón Bayo Valdés y un poco desplazado, desconocido. Agachados, J. A. González Conejo (+), J.E. Miranda García, Pablo Pérez Aguilera, José Sánchez González (+), Fernando Arjona González, José Villar Guerrero y Juan Sánchez Peralta. /Foto: Colección Pablo Pérez Aguilera.

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Julio Juez Ahedo nace en Galarde, (Burgos) el 13 de Marzo de 1944.  Es el sexto hijo de una familia de 8 hermanos, donde hicieron gala de la paridad entre sexos, sus padres, Pedro y Francisca tuvieron 4 hijos y 4 hijas.

Eran una familia trabajadora dedicada a la agricultura y la ganadería, que inculcaron a sus hijos los valores de una familia cristiana. A los 8 años Julio ya era monaguillo y encargado de que la lamparilla del Sagrario estuviera siempre encendida. Así fue como se familiarizó con la liturgia y se habituó a conocer los entresijos de la vida eclesial. Pasa el tiempo y, con tan solo trece años, propone a sus padres ir al seminario diocesano de Burgos, a  20 Km. del hogar familiar. Un camino iniciado ya por sus hermanos mayores Jesús y Jose Maria, que ya estaban en la orden franciscana.

EL SEMINARIO.
Y será en 1957, tras realizar el examen de ingreso, cuando entrará en el Seminario. Allí fue moldeando su vocación de sacerdote, sin olvidar sus raíces galardeñas y sus obligaciones de ayudar a sus padres en las tareas del campo en los largos meses de verano. No dejaba atrás, tampoco, sus obligaciones de seminarista. Así asistía a misa a diario y, como no había sacerdote en su pueblo, acudía con sus hermanos a la parroquia de Arlanzón municipio situado a unos  kilómetros de su casa. Comenzó sus estudios pasando los dos primeros años en el Colegio-Preceptoría de Quintanilla-Escalada, tres años en el Seminario menor de San Jose, cursando Filosofía y Teología en el seminario Mayor de San Jerónimo.

Julio Juez, a la izquierda, con la banda de los seminaristas.

ORDENACIÓN.
El 8 de Junio de 1968 fue ordenado sacerdote por el Obispo Segundo Garcia de Sierra y Méndez, en la Catedral  Santa Maria la Mayor de Burgos, celebrando su primera eucaristía el 14 de Junio de ese mismo año.

En la imagen, el misacantano Julio, entre su hermano el franciscano sacerdote, José María y el Obispo Segundo García de Sierra, el día de su ordenación.

DESTINOS.
Su primer destino fue como coadjutor en Briviesca (Burgos) durante tres meses. En noviembre lo destinaron a Valle de Zamanzas, --municipio burgalés limítrofe con la provincia de Santander--, integrada por ocho pequeños pueblos que, entre todos, no llegaban a mil habitantes. Los domingos celebraba cuatro misas, alternando los pueblos, a las que acudían las gentes sencillas del campo.

En 1970 le trasladan a Vallejera, municipio burgalés limítrofe con la provincia de Palencia, donde permanecerá por espacio dos años más, alternado su labor pastoral con los estudios en la facultad de Teología de Burgos, donde obtuvo el grado de bachiller en Teología.

En el año 1972, un nuevo destino Castillo de la Reina, también en Burgos, viviendo en una comunidad de sacerdotes en Salas de los Infantes, entre los que se encontraba el actual Arzobispo de Pamplona Francisco Pérez. Cada Cura tenía la obligación de atender cuatro pueblecitos.

DIÓCESIS DE JEREZ.
Pasados unos años su hermano franciscano, Jose María (éste había estado destinado en El Puerto como profesor de Religión en varios centros de enseñanza y colaborando con algunas misiones pastorales) le plantea que que solicite autorización al Arzobispo de Burgos para trasladarse a la Diócesis de Asidonia-Jerez, recientemente creada --antes pertenecíamos a la de Sevilla-- donde la escasez de clero regular era un auténtico problema.

En 1976, animado con la idea, realiza un viaje a El Puerto donde conoce al párroco del Carmen y San Marcos, Ramón Gonzalez Montaño, quien le motiva, igualmente, a unirse a el servicio parroquial de la Diócesis. El cura Ramón se encargará de realizar ante el Cardenal Bueno Monreal, los trámites necesarios para su traslado. /En la imagen de la izquierda, el cura Ramón González Montaño.

LA PRIORAL.
En noviembre de 1977 Julio se incorpora a su primer destino como cura en El Puerto la Iglesia Mayor Prioral, como coadjutor del párroco Antonio González Montaño, hermano de Ramón. Tras un periodo de tiempo y, debido a la enfermedad de Antonio, nuestro protagonista accederá a la responsabilidad de párroco, hasta el año 1994.

De izquierda a derecha, Enrique Ortega, Julio Juez y José María Giraldez, del Camino Neocatecumenal.

De aquella etapa no podemos olvidar la labor desarrollada en favor de los más desfavorecidos, el trabajo en Cáritas, con los Focolares, con los Carismáticos, la pastoral de los enfermos, la impulsión de los Cursillos de Cristiandad, la Escuela de Padres, el Camino Neocatecumenal donde se implicó a fondo, la Escuela de Catequistas, las Hermandades y de forma singular con la Archicofradía y Esclavitud de la Patrona, de la que se siente devoto.

“--Tenia muchísimo interés en  que no viviéramos una simple religiosidad sino que nos formáramos, participáramos y nos comprometiéramos cada uno según su carisma”, afirman de nuestro protagonista quienes le trataron en el día a día en alguno de los grupos a que nos hemos referido. Otros recuerdan su obra explicando que “--Unos servían para una cosa y otros para otra, lo cierto es que la Prioral estaba siempre en continuo movimiento”.

Julio, a la derecha de la imagen, supervisando la operación de desmontaje de las camapanas de la Prioral.

OBRAS EN LA PRIORAL.
El reverendo Julio consiguió subvenciones de la Junta de Andalucía para arreglar las bóvedas de la Prioral, el campanario y as campanas de bronce, la piedra del interior de dos naves completas de la Iglesia y algunos salones para la catequesis, que estaban apuntalados. Consiguió que se bajaran y limpiaran lámparas, --muchas de ellas no se habían limpiado desde su colocación--.

Pero su labor no se quedaba en la ejecución de las obras sino que, para sufragar los costes, invertía toda su energía y su tiempo en pedir colaboración y ayuda a todos los estamentos públicos y privados de la Ciudad: organizando pases de modelos, cenas benéficas, rifas… o lo que fuera necesario para recaudar fondos. Consiguió implicar a todos los sectores de la Ciudad  haciendo de la Prioral algo nuestro. Logró con mucha constancia y paciencia mantener en pie nuestro primer Templo porteño, una de las más importantes joyas de nuestro patrimonio.

En 1993 celebra sus bodas de plata sacerdotales. "Tu es sacerdus secundum ordinem Melquisedech".

La estampa recordatorio dice: Celebracion de las Bodas de Plata Sacerdotal del Rvdo. Sr. D. Julio Juez Ahedo, Pbro. PADRINOS DE ALTAR: Padre Fray José Marìa Juez Ahedo,O.F.M. Padre Fray Nicolás Juez Nieto, O.F.M. ORADOR SAGRADO: Padre Fray Onofre Núñez. PADRINOS DE HONOR:
Sr.D. Jesús Juez Ahedo y su esposa Doña Begoña Urruticoechea Lopez:
Burgos, 6-7-68
El Puerto de Santa Maria, 6-7-93

En la imagen de la izquierda en la que aparece recibiendo los parabienes durante la ceremonia de las bodas de plata de su sacristán Manolo Girón Ceballos, figura esta dedicatoria manuscrita de Julio: "¡Manolo! Hemos compartido alegrías y penas durnte 16 años. Hemos reposado el uno en el otro viviendo la comunión puesta a prueba algunas veces y el Señor no ha permitido romperla. Te felicito de corazón y no se como agradecerte la hermosa celebración que preparaste para mis Bodas de Plata, pórtico de mi despedida de la Prioral. Que podamos bendecier cada día al Señor y en comunión de sentimientos en Cristo construyamos el Reino. Con el cariño de sincera amistad con vosotros, matrimonio y con vuestros hijos, recibid este recuerdo. Julio Juez. 10.07.93".

UN NUEVO DESTINO E ITINERANTE.

Rafael Bellido Caro, primer Obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, le encomienda un nuevo destino: en la jerezana barriada de La Granja, como párroco de Santa María Madre de la Iglesia. En 1995 nuestro Cura solicitará al Obispo implicarse más en el Camino Neocatecumenal y vivir la experiencia de Itinerancia, desplazándose por espacio de dos años a Paola, municipio del sur de Italia.

JEREZ Y SANLUCAR.
A su vuelta a España, en 1997, el Obispo Bellido le encarga hacerse con la responsabilidad de Capellán del Hospital de la Seguridad Social (Jerez) y Párroco de San Pedro en La Jara, (Sanlúcar de Barrameda) y será en este lugar donde nuestro protagonista transformará un antiguo gallinero en una Capilla para la celebración del culto.

Junto a Monseñor Ceballos, Obispo de Cádiz, en la iglesia de la Residencia de Anciano de 'Las Banderas'.

CONSTRUCTOR DE TEMPLOS.
Será a partir de entonces cuando comenzará la que podríamos denominar su nueva etapa de 'constructor de templos'. Al año siguiente de su regreso a España, en 1998, el Obispo le nombra Capellán de las Hermanitas de Los Pobres de la Residencia de Ancianos de 'Las Banderas' y, al mismo tiempo, le encomienda la construcción de una nueva Parroquia para descongestionar los servicios religiosos que se prestaban a la feligresía de la Parroquia de la Milagrosa.

Con el primer obispo de Jerez-Asidonia, Rafael Bellido Caro, en la capilla de Ntra. Sra. de la Palma.

A los tres meses comienzan las celebraciones litúrgicas en el local de la asociación de vecinos “Virgen de la Palma” donde, al  cabo de tan solo un año, se coloca una caseta de obra en la que empiezan a celebrar diariamente misa y donde administrarán los demás Sacramentos. /A la izquierda, Iglesia de la Palma.

IGLESIA DE LA PALMA.
Al poco tiempo, impulsa la construcción de un templo mayor. Conseguido el terreno, que inicialmente estaba destinado para un albergue de transeúntes y realizado el proyecto, se adjudica la obra y en febrero del año 2000 comienza la construcción. El 23 de Diciembre el nuevo Obispo de la Diócesis, Juan del Río consagró la iglesia de La Palma.

A partir de entonces, Julio no cesa en su empeño por buscar financiación para acabar de construir los salones parroquiales, para que desde La Palma, se pudiera ejercer con dignidad la actividad catequética, entre otras tareas.

Julio Juez con el obispo de Jerez, Juan del Río, en diciembre de 2000, durante la consagración del Templo.

Han pasado once años y la Parroquia está a pleno rendimiento, con un numeroso grupo de catequistas que trabajan con los más pequeños, catequesis prematrimoniales y prebautismales, evangelización para jóvenes y adultos, comunidades, matrimonios, Alcohólicos Anónimos, Manos Unidas, administración y colaboración con una caseta de la Feria de Primavera, cuya recaudación es para los que más lo necesitan. La convivencia es importante y así lo define el reverendo:  “--Hay que hacer Parroquia hasta en la caseta de la feria”.

CATECUMENIO Y SANTA CATALINA.
Será en 2007 cuando se bendice el Catecumenio y Complejo Parroquial, en el que cada semana se reúnen grupos de niños y adultos para recibir la catequesis.

Con el actual obispo de Jerez, José Mazuelos, durante la consagaración de la Capilla de Santa Catalina.

Y Julio continúa con su labor constructora. El 31 de Julio de 2010  el nuevo Obispo de la Diócesis --el tercero desde que fue creada-- Jose Mazuelos, consagra la Capilla de Santa Catalina en la Urbanización de Las Redes y que depende también de la Parroquia de la Palma.  En la actualidad, continúa trabajando en el proyecto para la construcción de una Capilla en Fuenterrabía donde celebra misas en una caseta de obra, como la que usó hace años en el gérmen de la Parroquia de La Palma o la primitiva capilla de Santa Catalina.

Con cuatro o cinco operaciones importantes, ninguna de ellas ha sido impedimento para estar y continuar estando al pie del cañón. Todos los días, después de decir la misa en las Hermanitas de los Pobres, lo podemos ver en su parroquia, atendiendo las necesidades que surgen en el día a día. Por las tardes, sentado en su confesionario y luego celebrando de eucaristía.

En su despacho de la parroquia de La Palma.

DOMINGOS: JORNADA EXTENSIVA
Y si vamos un domingo a misa al Asilo por la mañana temprano,  lo veremos celebrar la misa con los mas mayores y con las Hermanitas de los Pobres, pero si luego vamos a su Parroquia de La Palma lo volvemos a ver en la misa de los niños, para quienes tiene un don especial, pero si nos vamos al final de la mañana a la capilla de Santa Catalina en Las Redes, lo veremos allí celebrando de nuevo la eucaristía; pero la jornada no acaba ahí, si por la tarde vamos a la capilla de Fuenterrabía lo veremos en otra misa, seguro que pensando como buscar patrocinadores para levantar la Capilla en ese lugar; y si luego fuéramos a su parroquia de La Palma lo veríamos  nuevamente celebrar la misa como si fuera la primera de la mañana, sin mostrar un gesto de cansancio en su rostro, después de haber celebrado cinco misas en un solo día,  Domingo tras Domingo…

Con el recientemente beatificado papa, Juan Pablo II, en una visita a Roma.

30 AÑOS.
¿A cuántos portuenses ha casado, bautizado, confesado, dado la primera comunión, enterrado… en estos más de 30 años? Siempre dando una explicación de las lecturas de cada momento, pues jamás desaprovecha la ocasión para la prédica y el adoctrinamiento. Algunos de sus fieles han comentado alguna vez, “--Es que D. Julio habla mucho”... "--Es que sus homilías son muy largas...” Aunque eso parece que ya esta solucionado; pues después de treinta años advirtiéndole: “D. Julio, que se ha pasado usted...”, “D. Julio, que se ha pasado...”, así, una y otra vez, ahora, nuestro protagonista se controla.

Recibiendo el título de Hijo Adoptivo de El Puerto, en sesión solemne y extraordinaria celebrada el pasado marzo de 2011, de manos del alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco.

HIJO ADOPTIVO.
Dice el Cardenal Carlos Amigo Vallejo, en la imagen de la izquierda, Arzobispo emerito de Sevilla en una carta de agradecimiento y adhesión al nombramiento de Hijo Adoptivo “Mi profundo reconocimiento a la figura de D. Julio, a su trabajo, pero sobre todo a su testimonio de consagración y dedicación a las cosas de Dios en el servicio a los hermanos, y a esta querida Ciudad de El Puerto de Santa Maria que ha sabido llegar al corazón con este gesto de reconocimiento”

Nuestro agradecimiento a Millán Alegre y Juan Prieto quienes han facilitado la documentación y un buen número de fotografías que han servido para la elaboración de esta nótula.

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... y todo siguió gracias  al testigo recogido por Rafael Rivero, que mantuvo la llama encendida.

Acostumbrados que solo aparezcan en la historia escrita los líderes o los que los historiadores quieren, es hora de que se conozcan y se les reconozca el mérito a los verdaderos artífices de la democracia. Nombres de hombres y mujeres, en su mayoría anónimos, que con su esfuerzo plasmaron la utopía de la libertad convirtiéndola en realidad, sin importarle perder la suya personal. Desde aquí, el reconocimiento a los que aun están y el recuerdo a los que se fueron. /En la foto, Rafael Rivero.

Día del Trabajo de 1979. Entre los manifestantes, se puede ver a José Marroquín “Alicate” y a la derecha de la fotografía, al padre de Isabel Oreni Mayi, suegro de Antonio Álvarez Herrera, Fernando Oreni. Miguel Marroquín y su mujer, Maruja. La fotografía está tomada en la calle Luna, a la altura del antiguo Banco Hispano Americano, esquina con la calle Larga. Ya se habían celebrado las primeras elecciones democráticas a los ayuntamientos, consiguiendo el PC la alcaldía, gracias al pacto de la izquierda, gobernando conjuntamente con el PSOE y el PSA.

Cuadro 'El Cuarto Estado', de Giuseppe Pellizza da Volpedo

SPAIN IS DIFERENT.
Cuando en el mundo se celebraba el 1º de Mayo como Fiesta del Trabajo, en España, los prohombres del régimen también deciden celebrar ésta. Si bien, en vez de denominarla 1º de Mayo le ponen el nombre de San José Artesano, por aquello del nacional-catolicismo. La fiesta del 1º de Mayo lo es en conmemoración de los trabajadores de Chicago. Trabajadores asesinados por el capitalismo por pedir mejoras en sus condiciones laborales: 8 horas para el trabajo; 8 horas para su instrucción y ocio y 8 ocho horas para el descanso.

Manifestación del Primero de Mayo en Madrid, de obreros de Hispano,  a principios del siglo XX.

ANTECEDENTES EN EL PUERTO.
En los últimos años de la década de los cincuenta y primeros de los sesenta, resurgen los primeros conatos de la lucha antifranquista en El Puerto. Se decide simultanear la lucha desde la legalidad del régimen con la extralegal, es decir, copar el sindicato vertical para socavarlo desde dentro.

Elecciones Sindicales. Año 1966. /Archivo: Fundación Largo Caballero.

En 1963 se celebran Elecciones Sindicales, resultando elegidos en la mayoría de las secciones sindicales los componentes de las incipientes CC.OO.: la vid, construcción, el metal, hostelería, banca, artes gráficas, viticultura, servicios, vidrio y cerámica. En 1964, por primera vez después de la Guerra Civil, se celebra esta fiesta con una manifestación, que se repetiría los años 65 y 66, donde ya se vivieron  las primeras represiones policiales y detenciones.

Elecciones para Jurado de Empresa. /Archivo: Fundación 1º de Mayo.

DETENCIÓN DE ANTONIO ÁLVAREZ.
En 1967, durante el mes de marzo, con motivo de las negociaciones del Convenio de la Vid, hubo en Jerez una manifestación del sector, a consecuencia de la cual detienen a Antonio Álvarez. El Sector de la Vid y otros gremios hacen Huelga General. La represión no se hace esperar y en Bodegas Osborne despiden a Manolo Vela, Manolo Luque y a Bernal. Se producen nuevas manifestaciones de mujeres, concentración ante la Policía, entrevista con la condesa de Osborne, manifestación ante la casa de Joaquín Osborne y nueva concentración ante la comisaría hasta que se consigue la libertad de Antonio Álvarez, que es readmitido sin problemas en Bodegas Caballero, donde trabajaba. /En la imagen de la izquierda, Antonio Álvarez Herrera.

En 1968 muere Manolo Vela, cuyo féretro llevamos a hombros en manifestación hasta el cementerio con una corona de flores que decía: ‘El Mundo del Trabajo No te Olvida’, (hay que tener en cuenta la época y la prohibición que había a cualquier manifestación, por menos te condenaban a cinco años de cárcel). Posteriormente, en la lapida se le puso: ‘El Mundo Obrero No Te Olvida’.

Portada de 'Mundo Obrero', órgano de comunicación del Comité Central del Partido Comunista de España.

En Agosto de ese mismo año se produjeron detenciones en Chiclana donde facilitan los nombres de Antonio Álvarez y Federico Iglesias a los que vuelven a detener.  Esta detención duró apenas tres días, los mismos que fueron de lucha pacífica en la calle: manifestaciones, concentración ante la Policía y encierro en la Iglesia de San Joaquín hasta conseguir la libertad de ambos.

EL PUERTO, REFERENTE.
El clima de lucha y compromiso por la libertad que ejercía El Puerto, se irradiaba hacía otros lugares y éramos el punto de mira de otros pueblos por saber conjugar la pelea legal con la extralegal. Pero es que, también, las fuerzas represivas hacían su trabajo y estábamos en constante vigilancia. Entonces se decía que junto a San Jose de la Rinconada (Sevilla) y Tarrasa (Barcelona), El Puerto era una de las Zonas de Libertad.

30 DE ABRIL.
En 1969, el 1º de Mayo conseguimos legalizar la concentración de los trabajadores en las Dunas de San Antón. Para ello, se hizo una manifestación el 30 de Abril desde la sede del sindicato vertical en la calle Micaela Aramburu hasta el Ayuntamiento, donde se haría entrega de un documento al alcalde, Juan Melgarejo Osborne, con nótula núm. 890 en GdP, con las peticiones de los trabajadores. Hubo más de una carga de la Guardia Civil y a punto estuvo de ocurrir una desgracia. /En la imagen de la izquierda, Juan Melgarejo Osborne.

El alcalde se puso  en contacto con el Gobernador Civil, Julio Rico de Sanz y éste accedió a la petición de los manifestantes. El escándalo que se formó, las fuerzas represivas, los caciques y los capitalistas no se lo podían creer, pero nosotros celebramos la Fiesta y no pasó nada. Nos habíamos comprometidos con el gobernador y los trabajadores cumplen su palabra. /En la imagen de la izquierda, el gobernador civil, Julio Rico de Sanz

NOMBRES PARA LA HISTORIA.
Relación de nombres de algunas de las personas que hicieron posible la libertad de la que hoy disfrutamos. Que me perdonen los que no se vean reflejados, es que es casi imposible acodarse de todos.

De izquierda a derecha, Pepe Marroquín 'el Bloque', Antonio Álvarez Herrera, Pepe Marco y Esteban Caamaño Bernal.

Aldana, José;  Almirante, Pepe; Álvarez, José; Álvarez Herrera, Antonio; Álvarez Herrera, Pedro; Artola Beuzón, Paco; Bernal; Bueno, Pepe; Barcia, Antonio;  Borrajo, Paco; Camacho, Antonio; Cárdenas, Antonio; Ciria del Pino, Carmelo; Chico; Conejo, Agustín; Cumbreras, Juan; Escudero, Rafael; Espinar Galán, Jesús; Espinar Galán, Manolo (que aparece en la fotografía de la izquierda); Fernández, Manolo; Franco, Juan; Gallardo, Joaquín; Gallardo, Santiago; García Caballero, José María (el Carnicero); Gatica, Luis; Gatica, Paco; Gómez Ojeda, Rafael (Ceferino); González, Andrés; González, Joaquín; González, Sebastián; González Delgado, Juan Antonio; Guilloto, Fernando; Gutiérrrez de Celis, Francisco (Paco ‘el de las Flores’); Gutiérrez Ponce, Pepe (Pepito Alberti, que aparece en la segunda fotografía de la izquierda); Herrera, Benito; Iglesias, Federico; Jaramillo, Luis; Jiménez, Pepe; Luque, Manolo; Malete; Marcos, José; Marroquín Gómez, José I y II; Marroquín Travieso, Pepe (el Bloque); Mendoza, Miguel; Molina, Juan Ramón; Muñoz Benítez, Miguel; Noni; Núñez, Manolo; Ortega, Antonio; Palma, Pascual; Pecho, Antonio; Pellicer Bohórquez, Pepe; Perea España, José María; Portilla, Ismael; Rivero, Rafael; Revuelta, José Manuel; Romero, Paco;  Sánchez Alonso, José Luis (Selu); Sánchez, Antonio; Sánchez, Paco; Sanchez Cortéz, Manolo; Sendra; Serrano, Pepe; Tey, Paco; Vela, Manolo.

De izquierda a derecha, Miguel, Manuel Espinar Galán, Santiago Gallardo, Pepe Marroquín y agachado José Marco, de excursión al Valle de los Caídos (Madrid), durante unas jornadas sindicales en los años sesenta del siglo pasado.

Veteranos ugetistas que al no existir este sindicato colaboraban con CC.OO., entre otros: Cruz, Joselito; Guillén, Rafael; López, Paco. Sector de la Iglesia militando en USO, entre otros: Caamaño Bernal, Esteban; Fernández Cortabarría, María Ángeles; Gálvez, Isidoro (que aparece en la fotografía de la izquierda); Gálvez, Manolo; Rincón Noya, Luis; Rodicio, Rafael. (Texto: Miguel Marroquín Travieso).

DOMINGO DE QUASIMODO.
El primer domingo después de Semana Santa, Pascua de Resurrección, se conoce bajo el nombre de “Domingo de Quasimodo”.

Este Domingo se llama de Quasimodo por las primeras palabras de la Antífona de Entrada, o “In Albis”, («Quasi modo géniti infántes, allelúja») porque los neófitos de la Iglesia acababan de dejar sus blancas túnicas. La Iglesia compara a sus hijos con los niños recién nacidos .

Antífona Ad Introitum.  1 Petri 2, 2 Quasi modo géniti infántes, allelúja: rationábile, sine dolo lac concupíscite, allelúja, allelúja, allelúja. Ps. 80, 2. Exsultáte Deo, adjutóri nostro: jubiláte Deo Jacob. V. Glória Patri. Antífona de Entrada. Como niños recién nacidos, aleluya, ansiad la leche espiritual, y sin mezcla. Aleluya, aleluya, aleluya. Ps. Regocijaos alabando a Dios, nuestro protector: cantad al Dios de Jacob. V. Gloria al Padre.

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El abuelo de Manuel Muñoz Rodríguez, Luis Muñoz y Carballo tenía en 1870, entre otros negocios radicados en la calle Palacios 34, uno dedicado a la venta y distribución de toda la prensa y revistas que, en aquella época, se editaba en Madrid, Sevilla y Cádiz, entre ellos Diario de Cádiz, fundado por Federico Joly y Velasco en 1867, una de cuyas primeras portadas podemos ver en la imagen inferior.

...continúa leyendo "997. MANUEL MUÑOZ RODRÍGUEZ. Decano de la distribución de la prensa ."

LA SOLEDAD DESFILÓ A PESAR DEL MAL TIEMPO EXISTENTE.
Los romanos de la Humildad escoltaron la Urna.

Lo desapacible del día, lloviendo a intervalos de tiempo con gran intensidad, hizo temer por la salida de la única procesión prevista: la de la Soledad. Afortunadamente para todas las personas que esperaban ese momento, y para los que habían trabajado durante las últimas semanas organizando el desfile, a la hora señalada el cielo estaba despejado, llenándose la plaza de la iglesia de un público ansioso de presenciar la salida, con un ojo en el cielo y otro en el atrio de la iglesia, donde los guardias municipales que iniciaban el cortejo esperaban la confIrmación del hermano mayor para comenzar el desfile. Las esbeltas banderolas, -nuestros genuinos guiones- de Humildad y Soledad tremolaron en la húmeda tarde-noche y los niños del orfanato iniciaron la carrera portando velas encendidas, seguidos de penitentes con túnicas y caperuzas moradas. Estandartes de las diferentes congregaciones religiosas antecedían al pequeño y sobrio paso de la Cruz y después de otra hilera de nazarenos, la Cruz Parroquial de primera clase, con manga negra, ciriales, clero y cantores, así como cuatro acólitos «que no cesan de turificar» precedían al paso con la urna «cuajado de flores naturales.»

Daban escolta una sección de romanos, con lanzas y rodelas. Seguían mas nazarenos, estos con túnicas y capirotes negros y en el centro «palio guiado por penitentes, trompeteros y banderín del Senado y Pueblo Romano» y los miembros de la junta de gobierno, seguidos de numerosas señoras con cirios encendidos, formando filas, precediendo al paso de palio de la Soledad, al que daban escolta cuatro números de la Guardia Civil, tras el que fIgura un cura de la iglesia Mayor ofIciando de Preste, relevado, según la costumbre, al pasar la procesión a la altura del convento de las MM. Capuchinas, en la calle Larga. Cerraba el cortejo la comisión municipal presidida por el alcalde, Luis Portillo, guardia municipal y la banda de música. Dieron las once cuando terminó el tradicional sermón de la recogida, con el paso de la Soledad frente al púlpito, en el interior de la iglesia, a cargo del sacerdote D. Juan Luis Cózar. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz, del libro  agotado "Tradiciones religiosas de El Puerto de Santa María").

LOS ARMAOS DE EL PUERTO.
Desde el siglo XIX las crónicas hablan de la centuria romana que acompañaba a la hermandad de la Humildad y Paciencia, que con irregular trayectoria procesionaba intermitentemente en la Semana Santa de El Puerto. Hasta 1947 procesionó con esta cofradía (entonces residente en la Prioral) los romanos que formaban una banda de cornetas y tambores dirigida por Torriguera. En la foto aparecen varios componentes, en el claustro de San Agustín, desaparecido monasterio y patio del clausurado colegio, cuya imagen se encuentra en los archivos de la hermandad, que sufrió especialmente con el saqueo angloholandés de 1702. Paco González Luque está ultimando el libro que se editará con estos 400 años de la Humildad F.A.G.

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Aquel Sábado Santo de 1977, el 9 de abril, la mitad de los españoles disfrutaban de sus vacaciones de Semana Santa o estaba viendo procesiones cuando, llegó la noticia de la legalización del Partido Comunista de España. El presidente del gobierno Adolfo Suárez, y el Secretario del PCE, Santiago Carrillo, habían acordado tras arduas negociaciones que ‘el Partido’, como se le conocía en el periodo predemocrático, sería legalizado aquel Sábado Santo. La paradoja se daría que la legalización del PCE llevó aparejado un claro declive político y electoral, tras tantos años de militancia clandestina.

El libro de Joaquín BardavíO 'Sábado Santo Rojo', publicado en 1980.

La noticia saltó a las seis de la tarde de los teletipos de la agencia de noticias Europa Press y de ahí, a Radio Nacional de España. Un descompuesto Alejo García, que casi sin aliento tras la carrera que se pegó entre la sala de teletipos y el estudio, leía ante los micrófonos de RNE: «Señoras y señores, hace unos momentos, fuentes autorizadas del Ministerio de la Gobernación han confirmado que el Partido Comunista...perdón... que el Partido Comunista de España ha quedado legalizado e inscrito en el... perdón... (ráfaga musical)... Hace unos momentos fuentes autorizadas...(ráfaga musical)». Luego, la televisión, los periódicos...

Resumen de Televisión Española.

¿Donde estaban?, ¿Que pensaron? ¿Que hicieron?

Estos 10 portuenses nos cuentan como vivieron aquella jornada, el momento político más delicado de la Transición Española, hace 34 años.

Francis Gómez Real.
Gerente bar la Draga/Herrería.

"Tenía seis años y no lo recuerdo, pero tuvo que ser muy bonito. Cuando tomé conciencia de que significaba aquello, aprecié la importancia del momento histórico y lo que suponía para la libertad en España, independientemente de mi forma de pensar. No todos tenemos que pensar igual, pero defiendo que cada uno pueda hacerlo libremente".

Miguel Marroquín Travieso.
Jubilado, ex militante del PC."

Tenía 34 años y estaba en casa. Al enterarme por la radio, yo como otros nos dirigimos a la sede oficiosa del Partido Comunista en la calle de Los Toreros. Allí nos congregamos junto a Antonio Álvarez Herrera, mi mujer Maruja, Manolo Espinar Galán, Rafael Gómez Ojeda, mi hermano Pepe Marroquín 'el Bloque', José María García Caballero 'el Carnicero', Antonio Ortega, ... Lo celebramos y preparamos la jornada del día siguiente en la que, en el Parque Calderón voceamos en libertad el periódico 'Mundo Obrero' y vendimos insignias y otros reclamos con los símbolos del PC".

José Puente García.
Estudiante universitario jubilado. Falangista.

"Tenía 45 años y me cogió en Arcos de la Frontera donde estaba con mi mujer y mis hijos para ver las procesiones y el domingo la suelta del toro. Como estaba desconectado de prensa, radio y televisión, relacionándome solo con el pueblo llano, me enteré de la noticia al regresar a El Puerto. No me cogió de sorpresa pues era algo que se rumoreaba desde hacía días. Tuve una sensación confusa al vivir la noticia a toro pasado pues, efectivamente, el gobierno había utilizado el efecto sorpresa. Salvo los interesados, la gente estaba a lo suyo".

Francisco M. Arniz Sanz.
Pintor y Crítico de Arte. Colaboró en la clandestinidad con en el PSUC, versión catalana del PC. Ex concejal del PP.

“El día que legalizaron el PC estaba en Barcelona, donde vivía desde 1971, celebrando con amigos la legalización con champán y tarta personalizada con emblemas del partido. Vivimos la alegría por la legalización del último partido que quedaba por legalizar y que de no haber ocurrido no se hubiesen celebrado unas elecciones completamente libres. Como tampoco hubiese podido regresar nuestro ilustre paisano, Rafael Alberti. Publiqué por esas fechas el libro ‘Homenaje a Rafael Alberti: Del Corazón de mi pueblo’, en edición cuatrilingüe. También, entre marzo y abril, publiqué en Madrid, un estudio bio-bibliográfico sobre el poeta, en la revista ‘Galeradas’.

José Luis Jiménez Alcázar.
Propietario del restaurante 'Pescados Capitales'.

"Tenía 33 años y estaba en Madrid, donde regentaba en el Paseo de la Castellana el restaurante 'Sansofé', que en guanche significa 'bienvenido'. Estaba en mi casa, vivía en la calle Dr. Fleming, 54 donde además tenía la oficina. Al bajar a la marisquería que había en los bajos de mi vivienda, el dueño me espetó: "¿Tu te crees que hay derecho que hoy hayan legalizado a los rojos?". Subí a casa y avisé a mi mujer e hijos que tuvieran cuidado por los posibles altercados que se pudieran producir, algo que no sucedió. A mi también me molestó la fecha elegida".

Paco Artola Beuzón.
Jubilado. Militante del PC.

"Tenía 41 años y estaba viendo una película en el Cine Moderno junto al sindicalista Paco Ibañez, cuyo nombre no consigo recodar. Así que me enteré dos horas mas tarde que el resto de los españoles porque, no fue hasta llegar a mi casa, en la Barriada José Antonio cuando me dieron la feliz noticia. Bien es verdad que en la calle ya había una cierta tolerancia hacia nosotros, los comunistas. Me quedé en casa comentándolo con mi mujer ya que nunca me han llenado los entusiasmos del momento".

Fernando Mora Eliso.
Ex director de SAFA-San Luis.

"Tenía 27 años y venía de viaje desde Bujalance, donde estaba de director del colegio de SAFA en dirección El Puerto. A la altura de Córdoba me enteré por la radio de que se había legalizado el PC. Muchos pensamientos vinieron a mi mente. Yo creía en la democracia y creía que aquello era factible. Me acordé de Julio Anguita, cuya primera mujer era de Bujalance y que me había ayudado en numerosas ocasiones desde Córdoba. En El Puerto me incorporé a los cultos religiosos del Sábado de Resurrección y, a mi regreso a Bujalance, pude compartir la satisfacción de los comunistas sabedores todos que, con aquella legalización, se iba a posibilitar que la democracia lo fuera de lleno".

Enrique Pedregal Valenzuela.
Ex alcalde pre democrático de El Puerto. Empresario.

"Tenía 40 años y formaba parte de la Corporación que presidía Manolo Martínez Alfonso, como Teniente de Alcalde. Con él nos reunimos --yo pensaba que era contrario-- y resultó que le pareció bien la actuación del gobierno pues a su juicio "se iban a acabar las rencillas". También estuve con el ex alcalde Fernando T. de Terry y otros concejales que pertenecieron a su corporación. "¡Bueno se van a poner los militares!", exclamé. Llamé a la Base de Rota donde tenía amistades y hablé con  el almirante ¿Ricardo Cruz? que no lo sabía, creo que por falta de diligencia de los oficiales que estaban de guardia. Recuerdo que afirmé: "Por fin vamos a saber quienes son", pues aunque se conocía a los líderes locales, el grueso militaba en la clandestinidad".

Rafael Gómez Ojeda.
Ex alcalde comunista. Jubilado.

“Tenía 43 años. Sabíamos algo, pero no se podía decir. Estábamos casi convencidos de que iba a pasar. Santiago Carrillo había dado la consigna de que no saliéramos a la calle, ni lo celebráramos con gritos, no fuera a parecer una revancha. Parecía que no iba a llegar nunca y es que nunca llegaba, pero el sueño se vio cumplido. Me acordé de mi padre, fusilado durante la Guerra, que dio su vida por la libertad. Y ya podíamos decirlo, recordarlo, sin temor y expresar nuestros sentimientos. Al día siguiente, los camaradas fuimos al Parque Calderón, con un clavel en la solapa y nos pusimos a celebrarlo invitando a una copa a todo el que quiso que pasaba por allí, en el desaparecido bar existente frente al también desaparecido carrusel de los caballitos.

Fue una alegría mas grande que cuando se murió Franco: una explosión de alegría”.

Fernando Gago García.
Ex alcalde independiente. Emérito de RRPP.

"Tenía 36 años y me  dirigía a la Casa de Ejercicios de 'La Inmaculada' de los Jesuitas a los oficios del sábado santo: la vigilia de Pascua de Resurrección y bendición del Cirio Pascual cuando, por la radio me enteré de la noticia. Y pensé 'Mira que bien, ya estamos todos unidos en paz'. Lo atribuí a los buenos oficios de S.M. el Rey". (Texto: José María Morillo).

Francisco Arniz celebrando, puño en alto, la legalización del PC. Le acompañan Amador Rey Fondo y Javier Aragüez

Rafael Gómez Ojeda, en el centro de la imagen, durante una concentración pro Aministía política en Cádiz, un año antes. Al final de la misma fue detenido junto a Rafael Román, José Ramón Pérez Díez-Alersi (a la izquierda de la imagen) y otros.

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Las agujas del frío de la madrugada las recuerdo clavadas en mi cara infantil, sorprendido, medio despierto de un sueño-vela, inquieto, expectante, ilusionado, cuando salíamos mi padre, mis hermanos y yo, calle San Juan abajo, para la Prioral a eso de la una de la noche del Jueves al Viernes Santo. Mi padre vestía la túnica de nazareno, del Señor, y , nosotros, las dalmáticas de acólitos. /El autor de la nótula, revestido de acólito, en la época que recrea.

Recién peinados, con fijador ‘Lucky’, revestidos de nuestras albas de encaje, planchadas y rizadas por las Madres Capuchinas y, encima, las dalmáticas moradas, con su cuello y su fiador, oliendo a alcanfor, que se mezclaba con el amargo humo de la retama, del horno de pan vecino, con la humedad de la rociada, con el frío, atravesábamos la puerta del Taller. Allí nos esperaba el Arcipreste del Partido, el Cura Propio de la Prioral, el Dr. Don Antonio Cía Moreno, con su sotana, su bonete de borla roja y su larga boquilla liada de 'papel de oficio' del Juzgado que le proporcionaba su sobrino Antonio Carmona, desde que el médico le dijo una vez que se retirara del tabaco.

«--Ya está aquí la Comunidad de Venerables Granujas», decía el Cura, señalándonos a los que vestíamos dalmáticas. Nos habíamos estrenado en salir en el Nazareno, la Venerable, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, María Santísima de los Dolores, San Juan Evangelista, Orden Tercera de Servitas y Cofradía de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, a la imagen y semejanza de la ‘Madre y Maestra’ de Sevilla. La Cofradía se fundó en el siglo XVII, en el convento del Sr. San Agustín, donde tuvo capilla propia, con camarín, un buen retablo, y muchas arañas de cristal que lo iluminaban. El Nazareno, con eso de venerarse en el Barrio de Guía, fue erigido en Protector de las Galeras Reales de España, que tenían su base e invernadero en el frontero río Guadalete desde tiempo inmemorial. /En la imagen, Antonio Cía Moreno, párroco de la Prioral en aquella época.

Aquel era el primer trasnoche de nuestras vidas y todo nos sabía a nuevo, nos sorprendía, nos sobrecogía y nos ilusionaba. Allí, con túnicas nazarenas -del Señor o de la Virgen-, las caras que habíamos conocido en el "desayuno del Nazareno", que se daba en mi casa, no bien acabada la misa de Comunión del Quinario y antes de la Función Principal: Don Francisco Quijano Rosende, Don Antonio de la Torre, José Ríos Santaorosia, Don  José Bononato, Carlos Zamora, 'Poniqui', Antonio González Rivera, Stenterello Rosario Ventura, Fernando Arjona, Eustasio Torrecillas, mis tíos José Moresco y Diego Muñoz, Lorenzo Boragno, Domínguez, Piñero, Rafael, Miguele Forte, Jesús Rodríguez Neto, José Muñoz Carrera, Tato y Paquito Quijano, Arturo Garrido, Paco Blandino y casi para de contar.

Los nietos del autor de la nótula y un nieto de Serafín Álvarez-Campana, de monaguillos, en la procesión de la Patrona.

A la salida procesional, la salvaban, las ‘representaciones’ multicolores, con sus guiones, sus estandartes, sus varas.... y  las mujeres, en tan gran número, que ‘en manada’ como se decía, ocupaban más de un centenar de metros lineales. Le daba cierto toque de ancestral manifestación barroco-religiosa la presencia del ‘Tío de las Cadenas’, y el ‘Tuerto del Resbaladero’ con la cruz al hombro, y Milagros Góngora Caballero, vestida de túnica y antifaz, la única mujer a la se le permitió ceñir el hábito nazareno porque tenía una promesa de ir detrás del Cristo pidiéndole por la salud de su hija Manuela.

Cuando Antonio Bernal Ortega, Antoñito ‘el Sacristán’ se dirigía a la Puerta del Perdón de la Iglesia y tomaba la soga de la campana grande, todo el mundo callaba. Treinta y tres veces sonaba el badajo sobre el bronce. Eran las treinta tres campanadas, por los treinta y tres años de la vida de Cristo. Silencio. Y se hacía un silencio sepulcral. Se abría la Puerta del Sol. La gente se esperaba reverente y callada en la plaza y por la calle Palacios abajo. Se acababa de recoger, en la Capilla de la Aurora la Humildad y Paciencia. Los mismos cargadores que la habían llevado, llevaban ahora los dos pasos de ‘El Silencio’. Yo no sé cómo esos hombres tenían cuerpo para tanto.  Los guiones flameaban por la plaza, las ‘representaciones’ salían tras sus estandartes. Luego, un pequeño número de penitentes nazarenos con la túnica y la capa de lana virgen blanca y los vivos, la botonadura, el cíngulo y el antifaz, morados. En rojo, sobre el hombro de las capas, a la izquierda, campeaba el Corazón de María traspasado por las siete espadas y, dentro de él, la Cruz quíntuple de Jerusalén. El estandarte bordado que hiceron en Valencia, en ‘Casa Garín’, y, por fin, el paso del Cristo. /A la izquierda, Antonio Bernal Ortega, Antoñito 'el Sacristán'.

Luis, Jesús y Juan Suárez Ávila, de pequeños, revestidos para acompañar al Nazareno.

Delante, inquietos, los acólitos de las dalmáticas moradas. Guiándolo, el hermano Luis Suárez Rodríguez, con túnica y antifaz y, debajo, la cuadrilla de los ‘Paquis’: ‘El Niño Chico’, ‘Tarugo’, ‘Panete’ y Gatica, de pateros. Las órdenes, escuetas, casi rumoreadas, sin que se percibieran, sino por ‘los de abajo’: (¿Prevenidos?; ¡Los delante a la derecha los de detrás a la izquierda!, o viceversa y ¡Fondo!). Tan sólo el llamador de hierro rompía aquel silencio. Con paso corto, arrastrando las alpargatas, sin mecido, hacia delante, el Nazareno de Pedro Roldán, con su túnica de terciopelo rojo, que le hiciera doña Cruz Hernández con las cortinas del salón de su casa-bien-venida-a-menos, y su rica Cruz de laca oriental barroca, hacía su aparición, entre los cuatro candelabros con veintiocho parabrisas con sus velones, sobre el ‘paso’, de caoba y cedro, que encargara el hermano Juan Avila y tallara José Ovando Merino.

La Guardia Civil, de gala, con correajes amarillos, y tricornios de fieltro, galoneado de castillos y leones, se incorporaba, escoltando el paso, con los fusiles a la funerala.  Detrás, la figura, escueta y alta, impresionante, del ‘Tío de las cadenas’, un vendedor ambulante de caramelos, que por promesa se ataba a los tobillos unas gruesas cadenas de cinco metros de longitud, ‘ida y vuelta’, que iba arrastrando desde que salía hasta que entraba la procesión. Y el ‘Tuerto del Resbaladero’ y ‘Saldiguera’ y Milagros Góngora Caballero, y multitud de mujeres.

De pronto, en el recogimiento de la noche, cortaba la saeta. ‘Silencio, pueblo cristiano…’ Era Pellicer, o Laynez, o ‘el Azotea’, o Arana, o Juanito Arjona, o Milagritos Forte, o Esperanza López, o Matiola, o Gatica... Cada vez que hacía ‘fondo’ el paso del Cristo, cada vez, una saeta. Era inevitable.  Una saeta, o dos, o tres. Calle Palacios abajo, Vergel, Plaza de las Galeras, calle Luna. Mi padre procuraba ordenar ‘fondo’ al pasar el paso en la esquina con la calle Misericordia y, entre los visillos del balcón, aparecía la silueta de la cara de su madre, mi abuela María de los Ángeles. Y mi padre miraba hacia arriba y se complacía de poder complacerla.

Calle Larga, a la derecha... El escueto paso de palio, con sus diez varales, de la Virgen de Ovando, confortada por el San Juan de Pedro Roldán, firmado tres veces, requiere detenerse en él. Lo primero, por el atuendo de sus imágenes: la Virgen vestía la saya y el manto de tisú de oro que le regaló don Francisco Quijano, el esposo de la camarista, Doña Luisa Aquino y Arnosa, la diadema de plata dorada que diseñó y regaló mi tío Juan Avila. Iba radiante, con el rostrillo de encaje, salpicado de joyas, y, en su mano derecha un pañuelo bordado. El San Juan, que vestía mi madre, llevaba una túnica que había sido del Cristo, y un mantolín que se le hizo del traje de una novia judía-sefardita de Marruecos. Se tocaba la impresionante cabeza de Roldán, con un nimbo de plata barroco que todos los años se le pedía a las monjas Comendadoras del Espíritu Santo. /En la imagen de la izquierda, María Santísima de los Dolores.

El palio, sin ser rico, era elegante. Morado, de terciopelo, estaba bordado en oro con motivos vegetales, cartelas con símbolos de la pasión y, en el fondo, al centro, el escudo de la Hermandad. Los respiraderos fueron obra del maestro Arjona, en lo que a carpintería se refiere, y, de mi padre, las excelentes cartelas pintadas con escenas de la calle de la Amargura. Pero al paso, por lo reducido, le decían ‘la caja de cerillos’. Ahora, que lucía, con la cera ardiendo y los gladiolos y los alhelíes blancos, entresacados con papaver, como el mejor paso de Sevilla.

Lo mandaba el hermano Don Antonio de la Torre González, a quien se conocía, pese a estar su rostro tapado, por cierta berruguita negra con  pedúnculo que tenía en el párpado derecho, junto a la nariz, que le salía por uno de los ojos del antifaz nazareno, y , por la tos, (Ején, ején) que tenía, de vez en cuando, como un tíc nervioso.

Detrás del paso, de preste, siempre iba Don Antonio Lobo, de capa morada, con bonete. Este sacerdote se prestaba humildemente a todos estos menesteres enojosos y cansinos, y estaba presente de celebrante o de capero en todos los entierros y capellanías, porque, aunque suspendidas las licencias para confesar, tenía que ingeniárselas para sacar adelante a su prole clandestina y sacrílega. Murió santamente, como había vivido, aunque esclavo de su fogosidad juvenil y de la carne débil --o dura, según la parte--, en el Hospital de Venerables Sacerdotes de Sevilla.

Dejamos al Cristo enfilando la calle Larga, a la derecha. Y bien larga que se hacía, porque la procesión llegaba hasta la Plaza de los Jazmines y volvía por la calle Cielos, Vicario y a su templo. Serían las siete de la mañana cuando el Nazareno entraba por la Plaza de la Iglesia, abarrotada de fieles, porque infieles es que no los había en aquellos años, o, por lo menos, no se manifestaban como tales.

El paso del Cristo entrando en la Prioral por la Puerta del Sol.

Nada de palmas, ni de vítores. Un respeto religioso presidía todo el cortejo. Y el ambiente. Silencio. El paso del Cristo daría la vuelta sobre el empedrado de la Iglesia. Con las maniguetas, casi daba en las columnas. Pero no las rozaba. Fondo y para dentro. Acaso una saeta o dos. Silencio. Mujeres; penitentes de la Virgen. A la altura de la casa de don Francisco Muñoz Seca se apreciaba la luz de la cera del paso de palio. Silencio.

Cuando la Virgen con San Juan, daban la vuelta sobre el empedrado y entraban por la Puerta del Sol, las dos pesadas hojas se cerraban. La procesión había terminado. Y el silencio seguía. El Alcalde dictaba todos los años un bando ordenando la suspensión de los espectáculos, la prohibición de la circulación rodada, el cierre de los bares... Silencio. Era ya Viernes Santo y el silencio se estrenó a las doce de la noche, una hora antes de salir por las puertas de la Prioral ‘El Silencio’. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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