
De derecha a izquierda, Eugenio Espinosa Romero y Eugenio Espinosa Palacios, tercera y segunda generación de hostelería marinera.
Eugenio Espinosa mantiene intacta en su restaurante Guadalete la receta de los fideos con lenguado que creara su padre en los años 50 y que se ha convertido en un plato típico de El Puerto En el libro gastronomía y cocina gaditana de Carlos Spínola, la biblia de la cocina gaditana, el plato de los fideos con lenguado aparece como uno de los característicos de la cocina de El Puerto de Santa María y si se teclea en el imprescindible Google el nombre del guiso aparece como un plato tradicional de la cocina andaluza.
Lo cierto es que los fideos con lenguado de Eugenio Espinosa Palacios, o Eugenio Guadalete, como se le conoce en El Puerto se han convertido ya en un plato histórico y característico de esta ciudad. Hoy en día el guiso, servido en plato hondo, y con fideos humeantes que esconden debajo un filete de lenguado de los de verdad, se sigue sirviendo intacto como lo creara Eugenio Espinosa Morales, padre del actual cocinero del establecimiento y abuelo de
su gerente y miembro ya de la tercera generación de los Espinosa.
Eugenio Espinosa Romero, 40 años y responsable de que todo funcione bien en el restaurante para que todavía brille más la cocina de su padre, señala que para lograr que el guiso salga a la perfección escogemos “lenguados de los que aquí se conocen como tipo soldao” y que son los más apreciados en el mercado porque son más gordos que otras especies y tienen más sabor. Habitualmente se pescan en las aguas de Cádiz y especialmente en la zona de Conil.

Vitrina del restaurante Casa Eugenio Guadalete.
No cabe duda de que los Espinosa tienen verdadera devoción por el pescado. En la vitrina expositora se acumulan bogavantes, cigalas, quisquillas, pargos, bocinegros, urtas y róbalos de buen tamaño y capturados en las costas de Cádiz. Los acaban de traer y su aspecto es inmejorable.
La experiencia de la familia con la mar es larga. Eugenio Espinosa Morales era un chiquillo cuando se enroló en un barco de pesca de El Puerto de Santa María junto a su tío. Este ejercía de cocinero en el pesquero y fue enseñando a Eugenio los secretos de la cocina del pescado. Al poco el joven Eugenio se hizo cargo de la cocina del barco y aprendió a guisar la raya (un pescado que es fácil encontrar en bares del centro de El Puerto) al pimentón, el rape con pan frito, las papas con chocos y, sobre todo, los fideos con caballas. (En la imagen, Eugenio Espinosa Morales, el fundador de la saga de hosteleros).
Eugenio decidió dejar el barco pero no el contacto con el mar y se fue a trabajar como cocinero al desaparecido Bar Sucino en la avenida Micaela Aramburu y de allí a su primer negocio propio, La Primera y última donde ya se da a conocer por sus guisos marineros que ejercía en este local de la calle Aurora. El todavía joven cocinero quiere acercarse más al mar y coge otro establecimiento El Nuevo Bar y ya más tarde en 1953, el 13 de noviembre de 1953, como recuerda con total exactitud su hijo, abre el restaurante Guadalete, situado a pocos metros del río y donde destacó por su cocina marinera.
Eugenio, el actual cocinero de Eugenio Guadalete, el nombre actual del restaurante y situado a doscientos metros escasos del anterior local, recuerda perfectamente la fecha porque por entonces tenía 13 años y se incorporaba ya al negocio de la familia. Este cocinero, alto y delgado, vestido de negro y con el nombre del establecimiento grabado en rojo sobre su chaquetilla, saca de su cartera la foto de aquel día que no olvidará jamás. Vestía para la ocasión el mejor traje de camarero, con chaquetilla blanca, corbata negra y pantalón a juego, en la imagen adjunta de la izquierda. Ahora, a sus 68 años, sigue conservando la ilusión y sigue dirigiendo las cocinas del Guadalete.
Y es que los trece años tienen mucho de alegría para la familia porque también fue a esa edad cuando el actual gerente, Eugenio Espinosa Romero, que ha cumplido los 40, se incorporó al restaurante.
Fue en el Guadalete donde Eugenio abuelo creó el plato de los fideos con lenguado. La idea del cocinero era hacer un plato “más fino”, aunque sin dejar su carácter marinero. Hasta entonces preparaba el mismo guiso con caballas. Ahora decidió cambiar el pescado azul por una de las estrellas de los mares de la provincia de Cádiz y sustituyó el caldo de esta humilde especie por un sublime caldo de pescado y mariscos donde se cuecen los fideos que formarán parte del guiso.

Eugenio con los Marqueses de Arcohermoso, padres de Alejandro Romero Laffite, con nótula propia núm. 333 en Gente de El Puerto, en la que se habla ampliamente sobre Conservas Sur.
Los dos responsables actuales del restaurante coinciden en que se ha mantenido intacta la receta del abuelo, que enseñó a Eugenio sus conocimientos de cocina. Las claves del plato están en la calidad del pescado, cocido en caldo y luego desespinado para meterlo en el guiso de fideos, y el líquido, el fumet, dicho en lenguaje de cocineros, en el que se hacen la pasta, una mezcla de verduras con los caparazones de mariscos y espinas de pescados de roca que cuecen a fuego lento hasta obtener el sabor deseado por los cocineros de Eugenio Guadalete.
Eso y un refrito de verduras de lo más simple son los ingredientes de este plato. Reconocen que el guiso se ha hecho famoso y que llegó a probarlo en Puerto Sherry el propio padre del Rey Don Juan Carlos, que quedó prendado del guiso marinero. Anualmente los fideos con lenguado viajan también a la feria del Corpus de Granada donde un centenar de amigos de la peña Los 9 lo tienen como plato fijo que les cocina allí mismo Eugenio. “Un año les cambie el plato y se quejaron y me dijeron que no lo cambiara nunca más y así lo hago” resalta el cocinero.

Espinosa Romero con Simón, el eficaz colaborador del comedor, detrás de un centro de frutas.
El nuevo restaurante Guadalete, el Eugenio Guadalete, también situado a pocos metros del agua, se puso en marcha en junio de 2008, hace pocos meses. Tiene capacidad para ochenta comensales y los fines de semana es dificil encontrar sitio. Los fideos, dada su popularidad, también pueden tomarse en la barra y el plato no resulta nada caro ya que no llega a los diez euros. Sustitutía a la Casa de Extremadura, donde cocinaba la familia, en el mismo local, desde que dejaran de regentar el antiguo Guadalete, cerrado después de que lo explotara una empresa de Sevilla. Ahora, los Espinosa, han recuperado su fama en la elaboración de guisos marineros que se alternan con algunas nuevas creaciones como un paté de ortiguillas o la última creación de Eugenio Espinosa Palacios unos lomos de pargo rellenos de carabineros y cubiertos por una salsa de chipirones en su tinta. Más pan pa mojá.

La Duquesa de Alba estuve el pasado verano en el Restaurante Casa Eugenio Guadalete, degustando los platos de nuestro protagonista, por recomendación de nuestro paisano y Premio a la Promoción Turística de El Puerto, Tomás Terry Merello.
GUISOS DE PLATO HONDO
Un amigo periodista afirma que cada vez que acude a este restaurante de El Puerto el camarero le pregunta que va a tomar de primero. El responde que fideos con lenguado, ¿y de segundo?, insiste el camarero...fideos con lenguado, responde.
Eugenio Espinosa y su hijo coinciden en que no es el único que lo hace. Qué muchos repiten “y reconocemos que también hay gente que no les gusta porque no les gusta el sabor a marisco”. Los Espinosa son defensores de los guisos de toda la vida, de los guisos marineros, cuyos secretos conocen a la perfección. De la cocina salen a diario chocos con papas, sin orégano, dice Eugenio padre, que es partidario de respetar al máximo los sabores del pescado. También tienen fama los arroces con bogavantes, que han incorporado al nuevo restaurante Guadalete y los chocos en su tinta. La mayoría de las fórmulas se mantienen intactas desde que fueran creadas por el abuelo de los Espinosa. De todos modos, poco a poco, salen nuevos guisos como una corvina en amarillo con papas y chicharos. La cuchara en el restaurante se hace casi obligatoria.

FIDEOS CON LENGUADO DE CASA EUGENIO GUADALETE
Ingredientes para 4 personas:
- 250 gramos de fideos del 4 de pastas Gallo.
- 2 lenguados de unos 300 gramos cada uno, preferiblemente del tipo “soldao”.
- 1 tomate maduro.
- Medio pimiento verde.
- Media cebolla.
- 1 diente de ajo.
- 1 decilitro de aceite de oliva virgen extra.
- 1 copa de vino blanco de la Tierra de Cádiz.
- Caldo de pescado (preferiblemente realizado con verduras, mariscos y espinas de pescado de roca).
- Sal.
- Agua.
Elaboración:
Hacer un refrito picando finamente el tomate, pelado, el medio pimiento verde, media cebolla y el ajo. Cuando la verdura esté dorada incorporar el vino y dejar cocer un poco. Pasar por la batidora y reservar.
Se pone agua a hervir con sal en un cazo que tenga el tamaño suficiente para introducir los dos lenguados enteros, esvicerados, pero conservando su piel. Meter el pescado y cocer, teniendo cuidado de que no se seque la carne y quede jugosa. Sacar el pescado del agua, dejar enfriar y sacar los filetes de lenguado limpios con la piel y eliminando la cabeza y las espinas que aprovecharemos para el caldo. Reservar los filetes.
Preparamos un caldo de pescado con caparazones y cabezas de marisco y espinas de pescado de roca al que añadiremos algunas verduras como puerros y zanahorias y un pequeño chorro de aceite. Dejamos reducir el caldo para que tenga más sabor. Salamos y sacamos la cantidad suficiente para que cuezan los fideos. Una vez que estos están tiernos incorporamos el sofrito y mezclamos los ingredientes. Se ponen entonces los filetes en el fondo de cada plato hondo donde se vaya a servir y cubrimos con los fideos con la salsa, que debe de quedar con una textura de salsa espesa. Servir caliente. (Textos: Pepe Monforte).





Las administraciones públicas consideran que el sector salinero artesanal puede convertirse en una fuente de ingresos para la Bahía y de ahí que apuesten por el desarrollo de este sector que, en otros países como Francia constituyen todo un atractivo tanto económico como turístico. Para ello del próximo día 1 y hasta el 4 de octubre tendrá lugar en el Parque Metropolitano de 'Los Toruños', situado entre El Puerto y Puerto Real, la segunda feria internacional de la sal, cuya primera edición tuvo lugar en 2007 y a la que asistieron más de 10.000 personas según los datos recogidos por los organizadores. (En la imagen, Juan Martín, director del Parque Metropolitano de 'Los Toruños').

También estarán los máximos representantes de la asociación española de salinas artesanales con lo que los encuentros que se mantengan serán del máximo nivel. El interés científico del evento también está garantizado con la presencia de científicos de la Universidad de Cádiz y del historiador francés Loic Menanteau, un gran especialista en la industria salinera de la Bahía de Cádiz.Otra de las patas del encuentro será la cooperación internacional tratando de ayudar a los artesanos marroquies, que también acudirán por primera vez a la convención para desarrollar esta industria en su país y evitar su desaparición. Pero el objetivo del encuentro no sólo será de cara al interior, según resalta Martín, sino que tiene como interés divulgar a la población la importancia de las salinas y todos los beneficios que tienen estas para la naturaleza. Precisamente la feria tiene lugar en el parque metropolitano, el pulmón verde la Bahía con 1000 hectáreas de terreno virgen y con varios ecosistemas presentes, donde existen unas salinas de cuyo funcionamiento se tienen noticias ya en el siglo XV.
Las salinas permiten mantener especies animales como las aves o algunos peces a la vez que permiten la explotación sostenible de unos terrenos a través de la crianza de la sal o de pescados de estero, otro de los posibles desarrollos del sector. El pescado de estero no tiene nada que ver con la acuicultura intensiva ya que en los primeros los pescados y mariscos se crían con el alimento que contiene la propia salina, sin aportar piensos artificiales y luego esto se nota en el sabor del pescado. Asismimo también suponen mantener un conjunto de especies vegetales características de la zona y que han sido estudiadas por el Grupo de Conservación de Humedales Costeros de la Universidad de Cádiz que comanda el profesor Alejandro Pérez Hurtado de Mendoza, otro de los artífices de estos encuentros.
COCINA CON SAL


La clave puede que esté en una tapa que ha cumplido ya más de 40 años, las pavías de merluza, unos trozos de pescado rebozado, de tamaño espectacular que en el bar bordan y del que venden al año más de 7000 kilos, según los cálculos de Ignacio. Empezó en el negocio familiar a los 14 años. Comenzó entonces a colocarse tras la barra junto a su padre: Francisco. Aunque el primer apellido de Paco era Rodríguez, la gente le conocía por su segundo, Ceballos y ese nombre se le quedó al bar. Casa Paco Ceballos comenzó a funcionar en 1947, cuando en El Puerto aún ni se soñaba con la Ribera del Marisco. La taberna sólo ponía vino y servía como lugar de encuentro para pescadores ya que estos, y los armadores de los buques, acudían al establecimiento para hacer los repartos de dinero y pescado tras las mareas. Así se mantuvo el bar hasta la década de los 70. Paco había tenido experiencia en otros locales hosteleros de la ciudad y conocía bien el mundillo de la hostelería, según relata su hijo Ignacio. En esos años se instala el primer cocedero de mariscos en la zona y el dueño pide a Paco que convierta en bar su taberna para así complementar los negocios. Paco, en unión de sus hijos que ya le ayudaban en el bar, comenzó a servir tapas de cocina que, rapidamente, lograron el respaldo de los parroquianos. Huevos a la flamenca, higaditos de pollo, riñones al Jerez, llenaban entonces la carta junto a un llamativo plato llamado merluza al “achilipún”, en honor de la canción que hiciera famosa Lola Flores y que no era otra cosa que un pescado guisado en salsa verde. (En la imagen de la izquierda, Ignacio Rodríguez Sánchez, el otro cincuenta por ciento del tabanco).



Elaboración: 
La vida universitaria la desarrolló en la Escuela Superior de Ingenieros de Cádiz, donde obtiene los títulos de Ingeniero Técnico Naval e Ingeniero en Organización Industrial. Fue jugador de baloncesto 'Atlético Deportivo Portuense' y estuvo un par de años jugando con un equipo de Jerez. A la vuelta a su ciudad natal le fué concedido el Premio al Mejor Deportista Portuense, otorgado por el Ayuntamiento, ya que había sido el máximo anotador de su categoría Sub-23, es decir, el que hacía más canastas. El servicio militar le tocó hacerlo en Rota, a las órdenes de un Capitán de Navío porteño, el Comandante Reina. En la actualidad, inmerso como está en el mundo de las producciones teatrales, vive a caballo entre Madrid, Sevilla y El Puerto, a donde vuelve cada vez que puede. (En la imagen, Enrique a la edad de 1 año en una caseta de la porteña Playa de La Puntilla).
Sobre este autor portuense, Enrique Miranda afirma que "Muños Seca posee un valor teatral importantísimo. Aparte del peso satírico que caracteriza a sus obras, nunca se olvidó de incluir entre sus versos las inquietudes cotidianas de cualquier ser humano. Eso impide que obras tan bellas como 'La Venganza de Don Mendo' pierdan vigencia, pase el tiempo que pase". (En la imagen, en su etapa de jugador de baloncesto, cuando le fue concedido el Premio al Mejor Deportista Portuense).
Firma un contrato con la organización del evento y se traslada a vivir a Madrid, allí empieza a cumplir con los compromisos y obligaciones de la representación que ostenta, participando en desfiles, catálogos, apariciones televisivas, concediendo entrevistas y, principalmente introduciéndose en el mundo de la moda y la pasarela comenzando su trayectoria como modelo, aunque hace una primera incursión en el mundo de la televisión, como presentador del programa de música 'Festival' en Canal Sur TV, entre los meses de febrero y agosto de 1998. Además, ese mismo año, queda finalista en el certamen de Mister Mundo, celebrado en Lisboa y se traslada a vivir a Milán. "Solo tengo un recuerdo de mi representación o paso por Mister Mundo (en la imagen en bañador) representando a España", afirma "como ves el bañador delata mi nacionalidad; estoy al lado de los representantes de Francia y USA (agachado)".


CINE Y TELEVISIÓN. 
OLVIDO PRODUCCIONES. 


BODEGA LA GALLERA.

VOLPA, LA COLA DEL PUERTO.

Y el jarabe era suministrado por la ya mencionada fábrica valenciana CITRANIA. Como todo acaba en la vida, las grandes empresas se comieron a la pequeña y tuvo que cerrar, a principio de los 70 del siglo pasado, cuando una caja de 24 botellines de 25 cl. costaba 72 pesetas. La maquinaria, moderna y en muy buen estado, fue adquirida por Ruiz Mateos para gasificar vinos y vender 'champagnes o cava' sin denominación de origen. Y El Puerto, volvió a perder otra empresa y varios empleos, en la década de los setenta del pasado siglo.
Manuel Sánchez nació el 24 de diciembre de 1918 en la calle Jesús Cautivo, hijo de Manuel Sánchez y de Ana Jiménez, tenía cinco hermanos. Durante la Guerra Incivil luchó, primero en el bando rebelde -era Falangista- y luego, apresado en Pozoblanco y llevado hacia la retaguardia contraria, estuvo cautivo en San Miguel de los Reyes (un monasterio de la Ciudad de Valencia), hasta que fue enrolado por el ejército de la República. Luego cruzó a Francia donde permaneció preso en un campo de concentración para aquellos españoles que venían huyendo, bien de la guerra, bien del ejército rebelde. Con 20 años, en 1938 y, a la vista de como estaba la situación en nuestro país, en la propia Francia, inmersa en la II Guera Mundial, lejos de regresar a España decidió emigrar a América, y se embarcó en dirección a Chile. Era un joven deseando ver mundo, un mundo mejor que el que le había tocado vivir. (En la imagen, Manuel Sánchez Jiménez, en una fotografía tomada hace 40 años).




Antonio Vázquez Lobato, --nacido en Algeciras y oriundo de Ronda-- el padre de las señoritas Vázquez, fue Guardia Civil en su juventud más temprana donde estuvo apenas cinco años. Una vez en El Puerto, por el destino paterno, llegaría a trabajar en Bodegas Caballero y Terry, como empleado de la Base Naval de Rota, y llegó a tentar el mundo del comercio con una tienda de electrodomésticos, en la esquina de Micaela Aramburu con Palacios, donde hoy está la farmacia de Vitorina Arrobas. Entró a trabajar en el Ayuntamiento a primero de la década de los setenta del siglo pasado, en tiempos de Fernando T. de Terry Galarza, como alcalde, jubilándose en 1989, como Jefe del Negociado de Fiestas. Fue presidente de la Acción Católica cuando esta desaparecida institutición estuvo en la calle Larga y allí fue donde conoció a su futura mujer, Amalia Ramírez Aguilera, nacida en Benalúa de la Sierra (Alpujarras) y oriunda de Granada que recaló en El Puerto dada la profesión de su padre, antiguo Director de Prisiones. Amalia es muy conocida por su profesión -o por mejor decir, vocación- por la costura, tarea que ya no ejerce a los 76 años.




EL SULTANATO DE BRUNEI.



HAVE IT YOUR WAY
ACTUACIONES Y PREMIOS.
A BRAND NEW DAY

Aunque ya existían noticias por parte de eruditos locales como Francisco Ciria y Vergara y el investigador alemán Shulten que la identificó como el Puerto de Menesteo, no fue hasta la llegada a nuestra Ciudad en torno a 1979, de Ruiz Mata, cuando se propusieron las excavaciones sistemáticas del yacimiento del que su principal mentor ha llegado a firmar que acaso pudiera ser la Gadir fenicia ya que, en Cádiz no se encontraban registros arqueológicos que sustentaran la antigüedad de la ciudad. En una compleja teoría, Ruiz Mata componía la situación de las islas antiguamente, siendo Cádiz una necrópolis, Doña Blanca la ciudad y la isla de Sancti Petri un templo. Las teorías van y vienen, los estudios avanzan y retroceden, y diversas escuelas y arqueólogos están a favor y en contra de la misma. Pero no deja de ser un lugar apasionante que ha apasionado a cuantos en él han trabajado. Otra interesante teoría, la Sidunia árabe, ha sido expuesta por el profesor Borrego Soto,
En un trabajo infográfico realizado a auspicios de la Fundación CEEI, Bahía de Cádiz, se afirma que el yacimiento presenta una importancia singular en el panorama de la colonización fenicia en el Mediterráneo occidental. Su excavación, entre 1979 y 1995, ha sacado a la luz restos de murallas, necrópolis y viviendas de entre los siglos VIII y III a. C. Con un excepcional grado de conservación, el yacimiento guarda las claves sobre el paso de los fenicios por la Bahía de Cádiz y su relación con los pueblos indígenas de la Baja Andalucía. (En la imagen, infografía de la muralla fenicia).
