Me dice Juan José Téllez que habría que hacer un homenaje a Manuel Pérez Casaux antes de que sea “demasiado tarde”. Y tiene razón. De hecho, cualquier reivindicación de su figura y su obra llegaría ya, inevitablemente, tarde. Yo pienso en Pérez Casaux y considero que convendría reescribir de una vez la historia del teatro español de posguerra. Cualquier noción de independencia aplicada a la actividad escénica de aquellos años se sigue formulando hoy desde un prejuicio tan centralista (y mira que detesto esta palabra) como corto de miras, como si mientras otros se partían la cara Andalucía se conformaba con su costumbrismo gracioso de sangregorda y peineta.
Cierto, qué vamos a contar a estas alturas: Sastre y Paso fundaron Arte Nuevo, Modesto Higueras había puesto en marcha el TEU y todo eso; pero lo que hizo Quimera en Cádiz y desde Cádiz no fue menos significativo, menos representativo ni menos digno de figurar en la historia de cómo la vanguardia prendió y resistió en las catacumbas. El estreno en 1963 de La cena de los camareros debería figurar en las efemérides como el acontecimiento que fue: la asunción del absurdo de una manera tan inconfundible como propia, y la vía abierta para que Salvador Távora y los demás hiciesen después lo que tenían que hacer. Ya no sería el absurdo, claro, ni la dramaturgia no aristotélica que reclamaba Brecht sería ya tan importante.
Pero la posibilidad de un teatro andaluz capaz de aspirar a la universalidad sin dejar de ser andaluz tuvo en Pérez Casaux a uno de sus más firmes baluartes. /En la imagen de la izquierda, el grupo Quimera, en los años sesenta del siglo pasado.
Conviene admitir que el realismo socialista envejeció luego como lo hizo. Y que todo lo relacionado con José María Sánchez Casas y su militancia tampoco ha jugado muy a favor del reconocimiento abierto y general de Quimera como el revulsivo artístico que supuso. Pero también es cierto que la memoria se muestra especialmente ingrata en estos tiempos, y que Andalucía todavía tiene pendiente una deuda no pequeña con Pérez Casaux y Quimera. Resulta casi doloroso el modo en que la identificación de los pioneros resulta tan arbitrario. Y ya va siendo hora de que se haga justicia. /Texto: Pablo Bujalance.
Más información en GdP. Nótula núm. 953



Edward Hawke Locker era militar pero también poseía el gusto por la pintura y el arte, como así quedaría reflejado en su libro Views in Spain (1824), donde da cuenta gráfica y literaria de los recorridos que realizó en 1811 y 1813, al tiempo que cumplía su misión de entregar a Wellington, ciertos mensajes confidenciales.
A la izquierda el fragmento de texto que hace referencia al viento de Levante.
Francisco Castro Barrera, alababa días atrás en el diario El País el método de enseñanza impartido por la universidad Oberta de Catalunya (UOC), donde cursó la Licenciatura de Derecho. Todo ello sin olvidarse de que a los matriculados en castellano se les cobra un precio consistente en más del doble que a los que lo hacen en catalán. Y es que Fran o Paco, como le conocen sus allegados, aunque nacido en Mérida, no vive en Cataluña, sino que, desde hace 12 años vive en El Puerto, por amor.
INGLÉS LEGAL.
LA MESA DEL PECADO.
Los siete pecados capitales son el hilo conductor del libro, la propuesta elaborada por siete de los principales protagonistas de la actual blogosfera gastronómica. Y como contraste, las siete virtudes (la castidad, la templanza, la generosidad, la diligencia, la paciencia, la caridad y la humildad), ínterpretadas por un octavo protagonista, que elabora sus recetas como contrapunto (o penitencia) a los pecados. Todas las respuestas están en «La mesa del pecado», un libro tan original como práctico. Cada receta se acompaña de una sugerencia de maridaje.
A partir de 1996 y hasta el año 2000 fue directora de equipos internacionales de AFA Press Internacional, de esta importante agencia de comunicación y prensa internacional. Visitó diferentes países por su trabajo en el último año: Filipinas, Macao (China), Sudáfrica, Tanzania, Turquía, Finlandia, Portugal, Rusia, República Dominicana, Croacia, Kenia, Israel, Egipto, Chipre y Yugoslavia. Durante los cuatro primeros años realizó reportajes en Indonesia (Partes I & II) para el USA Today (con base en Yakarta, 12 meses); Eslovaquia para el Paris Match (con base en Bratislava, 4 meses); Macao (China) para US News & World Report (estancia 4 meses); Hong Kong para US News & World Report (estancia 6 meses); Mozambique para Handelsblatt (con base en Maputo, 6 meses); Puerto Rico para US News & World Report (con base en S. Juan, 5 meses); Uruguay para US News & World Report (con base en Montevideo, 5 meses); Malaysia para el Frankfurter Allgemeine Zeitung (con base en K.L., 6 meses).









«Alejandro Dumas fue un gastrónomo quen escribió novelas y un novelista que hizo incursiones notables en el mundo de la literatura culinaria. Por consiguiente es bastante lógico que no falten testimonios por su interés por las cosas del vino, quien incluyó, también, un amplio artículo ‘--Vino’-- en su Diccionario de Cocina, una obra compleja que fue su contribución fundamental a la literatura gastronómica». Pablo Lacoste y Frederic Duhart. /En la imagen de la izquierda, Dumas, fotografiado por Nadar.
"El vino de Jerez se extiende por el mundo gastronómico desde El Puerto de Santa María. Ya conoce el famoso jerez, el jerez de los caballeros que tanto le gusta encontrar a don César Bazán junto al rey de los patés. Por eso El Puerto de Santa María es un verdadero lugar de peregrinación para los ingleses. El barquito de vapor que cada hora hace el recorrido de Santa Maria a Cádiz lleva en cada viaje, si no un cargamento completo, sí por los menos una buena muestra de gentlemen viajeros que, tras haberse detenido en Sanlúcar, quieren comparar el pajarete con el jerez". /En la imagen de la izquierda, El Gran Diccionario de la Cocina.
Mordecai Manuel Loach, con tan singular nombre bíblico, si bien era de nacionalidad estadounidense, provenía de judíos portugueses, el cual llegó a plantear y fundar una comunidad hebrea ‘Ararat’, siendo precursor del moderno sionismo.
