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50 años educando a portuenses desde el método scout ideado por Baden Powell a comienzos del siglo XX dentro del Movimiento Scout Católico. Este año 2015 se cumplen 50 años de la fundación del Grupo Scout Ntra. Sra. del Carmen de El Puerto de Santa María.

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Este Grupo del Movimiento Scout Católico que cuenta en la actualidad con unos 100 miembros ha venido desarrollando su labor de manera ininterrumpida desde que en el año 1965 el presbítero Antonio González Montaño (ver rótulas 232 y 233 en Gente del Puerto.) junto con un grupo de jóvenes lo creara en la antigua casa de Acción Católica en la calle Larga con fachada también a la calle Diego Niño.

El mencionado Grupo Scout ha tenido su sede primero en la mencionada casa de Acción Católica, posteriormente en una escuela rural cedida por el Ayuntamiento en la carretera de Fuenterrabía, hoy desaparecida, y en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos donde reside en la actualidad, aunque siempre ha estado vinculado a dicha Parroquia.

El acto central de esta celebración tendrá lugar el 4 de julio próximo con una Eucaristía y una cena, que están actualmente en preparación. Así mismo se han programado otros actos como una verbena el 6 de junio, una exposición sobre estos 50 años y una acampada, de las que informaremos más adelante.

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Desde el Comité Organizador queremos hacer un llamamiento a todos los que de alguna manera han estado vinculados a dicho Grupo Scout desde sus comienzos para que puedan participar de esta efemérides o al menos aportar sus recuerdos pues es intención de dicho Comité, que con los actos de este aniversario publicar un libro que contenga la historia del Grupo desde sus comienzo: testimonios, fotos, objetos, etc. serán bienvenidos.

Se ha creado una página web  y un grupo de Facebook  donde se irán dando a conocer esta celebración y para que sirva como lugar de encuentro de aquellos que pertenecen o han pertenecido a este Grupo Scout. También pueden ponerse en contacto  a través del correo electrónico 50aniversarioelcarmenpsm@gmail.com. /Texto: Juan Ortega Álvaro.

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Ilustración: Mural "El ángel de Rafael Alberti", Obra de Cristian del  Vitto, realizada durante el primer Encuentro de Muralistas en el pueblo de Villa del Totoral provincia de Córdoba (Argentina). Medidas 3 por 2 metros. Técnica Esgrafiado. Ubicación : en la entrada de ingreso al corralón municipal .

“Llegué a Jerez el Viernes Santo por la tarde. Me esperaban mis más queridos amigos de El Puerto de Santa María. Ansiaba llegar pronto a El Puerto para ver desfilar los pasos religiosos desde algún balcón estratégico. Yo no recordaba ninguna Semana Santa portuense. Un estupendo lugar nos lo ofreció enseguida algún conocido. Al cabo de esperar cierto tiempo, surgió al fin, encapuchada de negro, la cofradía que acompañaba al Santo Entierro, una urna con un Jesús ya difunto, con los desnudos brazos en cruz que parecían descoyuntados, y con una infinita y pálida tristeza. Luego, entre el seco redoble de los tambores y el toque de clarines, surgió la talla angustiada y maravillosa de Nuestra Señora de la Soledad, la más antigua de El Puerto, llegada de Madrid a mitad del siglo XVII, obra, creo, de un discípulo del gran escultor Juan Montañés. Un escalofrío nos recorrió al ver doblar aquella deslumbrante y afligida imagen por la calle Luna, igual que una bellísima muchacha llevada por el ritmo cadencioso de los costaleros, camino de su iglesia”.

Rafael Alberti
La arboleda perdida, 3. Quinto libro
Alianza Editorial. Madrid, 1999

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Paso del Cristo de la Misericordia.

Hace un par de semanas se cumplieron catorce años del fallecimiento de este artista portuense nacido en 1912, que murió a la edad de 89 años, el 18 de marzo de 2001 en Cádiz, donde residía desde pocos años después de traspasada la mitad del siglo pasado. Autor de numerosos trabajos de tallado de pasos e imágenes en diversas poblaciones de nuestra provincia, entre los que figura y destaca el Titular de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad que procesiona este martes santo.  Esta imagen, con Jesús clavado en la cruz, sujeto por tres clavos, de tamaño natural, inspirada en la escuela barroca sevillana, fue tallada en 1950 en el taller que abrió en el sevillano barrio de la Barzola,  con la madera de dos cipreses del cementerio de San Fernando de la capital hispalense.

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Retablo de la Parroquia de San Joaquín

Otra obra importante que podemos contemplar en nuestra ciudad, de la que también es autor, es el retablo del altar mayor de la parroquia de San Joaquín, tallado en madera de pino gallego barnizada de color caoba, realizado en varias piezas en el mismo taller sevillano antes citado que se terminaron de ensamblar en 1947, siendo bendecido por Don Manuel Salido Gutiérrez (ver nótula num. 2.219 en GdP), el 19 de marzo de ese año. La obra, costeada por la hermandad de la Veracruz gracias a los fondos percibidos por la venta de su anterior sede, la capilla de la Sangre, situada en una de las esquinas de Palacio y Nevería, fue diseñada para contener las tres imágenes que componen el Misterio de dicha cofradía, la cual se estableció en esta iglesia y comenzó hace ahora sesenta y ocho años una nueva etapa de su dilatada existencia, saliendo por primera vez desde allí en 1946 en el mismo paso con el que actualmente procesiona, de madera de cedro y estilo barroco confeccionado también por él.

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Paso del Cristo de la Hermandad de la Veracruz.

También se le atribuye la autoría del paso antiguo del Nazareno, de madera de caoba y la de una Virgen de la Piedad por encargo de Juan Ávila, quien la regaló a la hermandad de la Misericordia y con la que procesionó algunos años, siendo sustituida por la talla actual. No ha sido esta obra suya la única repudiada, palabra esta que se utiliza para definir cambios de imágenes en las cofradías y que no me gusta nada. Utilizaré el verbo sustituir, y dada la propensión de algunos capillitas a realizar cambios y mudanzas no siempre justificados y necesarios, las “sustituciones” suelen estar a la orden del día. Cercana en el tiempo tenemos varias.

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Imagen 'repudiada' o sustituida del Resucitado.

La sustitución de la imagen primitiva de la asociación parroquial del Resucitado, obra suya también; la del Cristo de la Sed, de la hermandad gaditana de las Siete Palabras, en cuyo paso de Misterio figuraban asimismo un soldado romano, la Dolorosa al pie de la cruz y María Magdalena, asimismo de su autoría, y en Chiclana la imagen del titular de la hermandad de los Afligidos de aquella población, que tiene su sede en la iglesia de San Telmo de la Santísima Trinidad también ha sustituido la talla labrada por Ovando que suele proporcionar rasgos duros, excesivamente dramáticos a sus figuras, causa y motivo, tal vez, de algunas de estas sustituciones.

jesusdelaspenasdecadizEn la imagen de la izquierda, antigua imagen de Jesús de las Penas, de Cádiz.

Antes de relacionar el resto de obras artísticas y artesanales que hemos podido reunir  queremos dejar algunas pinceladas biográficas de este emérito artesano que estuvo en activo más de sesenta años, desde que terminó su servicio militar hasta cumplir los 85 años.  Nació, como antes indicamos, en El Puerto de Santa María el 9 de enero de 1912. Su padre, albañil de profesión y empleado municipal no consiguió que siguiera su oficio, pues su precoz vocación artística que se iniciaría en la niñez con el dibujo y la pintura,  en la academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, iría derivando hacia la modelación y la escultura en madera. Antes de marchar al servicio militar, cuando tenía veinte años, participó en la exposición de fin del curso 1931-32 de la academia y sobre él se cita en la Revista Portuense el siguiente comentario: “…en la obra de Ovando hay un mérito indiscutible del artista que quiere crear, y ello lo demuestra el capitel que ha expuesto, que ha de formar parte de una obra estilo renacimiento que tiene proyectada.” Cuando es llamado a filas y su destino fue Sevilla comenzó a frecuentar el taller que Castillo Lastrucci tenía en la calle San Vicente, convirtiéndose en uno de sus más aventajados discípulos y encargado del taller en la decena de años que pasó allí hasta que decidió independizarse, mediada la década de los cuarenta del pasado siglo, estableciendo su propio taller en la barriada de la Barzona. De esa primera época en el taller de Castillo Lastrucci data la realización del caballo que formó parte del paso de Misterio de las Tres Caídas de la hermandad de la Esperanza de Triana

cristo_conilEn la imagen de la izquierda, Cristo de la Buena Muerte, de Conil.

En este taller propio sevillano estuvo casi diez años realizando numerosos encargos, y cuando el trabajo empezó a escasear se trasladó a Cádiz, abriendo inicialmente un  taller cerca del antiguo cementerio en la calle Arcángel San Miguel y mediado los sesenta se instaló definitivamente en la calle Rosario Cepeda donde trabajará, como antes dije, hasta 1997, ya octogenario, no solo madera sino también mármol. Con independencia de este trabajo autónomo, y considerando que junto con su esposa Ana Clo Barrera, criaron seis hijos, se empleó en la empresa “Construcciones Tovar” que realizaba la mayoría de las obras del obispado, siendo responsable de numerosas restauraciones realizadas en la iglesia de San Francisco y otros conventos gaditano. Citaremos dos retablos en mármol de los que es autor y se encuentran en Cádiz: el Divino Niño, rey de los Corazones, en la iglesia de las Reparadoras y un retablito de la Virgen en el Hospital de Mujeres. También de esa última  etapa gaditana data la remodelación de la antigua imagen de Jesús de las Penas, obra de Cosme Velázquez.

cristo_sanroqueEn la imagen de la izquierda, Jesús Cautivo, de San Roque.

Finalmente, reseñamos las obras más importantes que continúan vigentes, aparte las dos indicada en El Puerto. En Jerez es autor de la talla de los pasos de Misterio de las hermandades de la Flagelación (1945), Jesús de la Vía Crucis (1952), de las Tres Caídas  (1953) y de la Entrada Triunfal en Jerusalén y también de dos que procesionaron hasta la década de los ochenta: el paso de Misterio de la Sagrada Lanzada y el de la Coronación de Espinas. En Conil, la imagen del Cristo de la Buena Muerte, realizado en 1981 y en San Roque, la de Jesús Cautivo de Medinaceli, realizado en 1985. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz - A.C. PUERTOGUÍA.

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Procesión de la Hermandad del Santo Entierro y Ntra. Sra. de la Soledad. Año 1906

En la segunda década del siglo XIX, pasada la invasión francesa, la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, con sede en el convento franciscano de la Victoria y una vez recuperada las imágenes de sus titulares que estuvieron resguardadas en el convento de San Agustín para evitar su posible profanación por las tropas francesas que ocuparon parte de las instalaciones conventuales, procesionaba cada viernes santo desde su capilla hasta la plaza pública existente frente a la iglesia Mayor Prioral, transitando detrás de la imagen de un crucificado de larga melena de pelo natural que tenía su capilla, ermita o calvario al borde del camino real, muy cerca del propio convento de la Victoria, entre éste y el comienzo de la población.

Una vez en la plaza, el crucificado, cuya denominación era la de “Cristo del Calvario” se instalaba sobre una especie de montículo artificial preparado al efecto, quedando solidamente plantado para que pudiera sostener dos tramos de escaleras por las que ascendían los frailes quienes, tras desclavar ambas manos, recogían sendos brazos (que eran articulados) sobre los costados, al tiempo que un tercero, desclavaba los pies y con la ayuda de otros monjes, pasando unos lienzos por debajo de las axilas procedían al descendimiento de la imagen de la cruz donde estaba originalmente, depositándolo en la urna que hacía las veces de sepulcro, mientras María, dolorosa en soledad, asistía a la ceremonia desde sus andas.

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Monasterio de la Victoria.

Como es fácil de imaginar, cada viernes santo la plaza de la iglesia, que era al mismo tiempo la plaza mayor de la ciudad puesto que en ella estaba también el ayuntamiento, se llenaba a rebosar y serian también numerosas las personas que acompañasen al cortejo procesional desde la Victoria hasta la plaza de la iglesia, con el titular en la cruz y, posteriormente, el retorno, con el cristo yacente. Hay quien apunta que esta escenificación, que anteriormente a estas fechas se celebraba en el calvario de olivar de la Victoria, tenía lugar en la mañana del viernes santo. Sea como fuese, parece que en este periodo que citamos era la única manifestación pública, aparte los Santos Oficios, que se celebraba en nuestra ciudad durante la semana santa, descendimiento que duró hasta 1835, fecha e la que marcharon los Mínimos del convento, pues aunque existía otra hermandad y con igual sede, la Humildad, restaurada en 1817, todo apunta a que durante este periodo mencionado y hasta muchos años después no realizó la misma estación de penitencia.

lasoledad_aaa_puertosantamariaTampoco hemos encontrado documentación que certifique la salida pública durante la siguiente década de esta hermandad, limitándose sus actividades a los cultos acostumbrados en época de cuaresma y la primera referencia que tenemos del reinicio de su desfile, es del año 1844, fecha en la que los jesuitas ocuparon parte de las instalaciones monacales y regentaron un hospicio allí instaurado, organizando ese año la procesión para la que solicitan permiso municipal (legajo 1020 de Fiestas de Archivo Histórico Municipal) indicando que saldría el Viernes Santo a las cuatro de la tarde de la “capilla de la iglesia del Hospicio” (Monasterio de la Victoria) haciendo estación en la iglesia Mayor y en este caso, posiblemente, lo haría solamente la Soledad y en los años siguientes se incorporaría la imagen del Cristo yacente, reconstituida nuevamente como hermandad, pues la solicitud de permiso de 1847 la realiza la “Hermandad de Nuestra Madre y Señora de la Soledad y Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo”.

Mediado el siglo, sobre 1852, se construyó una capilla anexa a a iglesia, conectada desde el interior a la que denominaron iglesia de Santa Isabel que debía albergar a los titulares de la hermandad. Parece que dicha iglesia nunca se terminó totalmente pues nunca llegó a cubrirse y, con el paso de los años el ayuntamiento decidió derribarla pues servia de refugio a maleantes y gente de mal vivir.

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Debió salir en procesión la hermandad de la Soledad de forma regular en los años que siguieron, años en los que coincidía en los desfiles de la semana de Pasión con la hermandad de la Humildad y el Vía Crucis del Señor de los Afligidos, hasta 1860 y después, según parece, no volvió a realizar estación de penitencia hasta 1866, fecha en la que salió en procesión a las 16,30 horas del viernes santo, permaneciendo los dos años siguientes en su iglesia, 1867 y 1868, año éste último en el que, al ser desalojados los jesuitas tras la revolución y por efecto de la desamortización, las imágenes titulares pasaron al domicilio particular del mayordomo de la hermandad, que las custodió hasta que, diluidos en buena parte los aires anticlericales imperantes anteriormente, en 1875 se trasladaron dichos titulares a la capilla del Rosario, en la nave de la Patrona, de la iglesia Mayor, actual Basílica menor, quedando desde entonces allí establecida esta hermandad, que es la efeméride que celebro y comento en ésta colaboración.

Años después el primitivo “Cristo del Calvario” será remodelado y adaptado de forma definitiva a su función, pero esa incidencia será objeto de una próxima nótula. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A. C. Puertoguía.

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En la imagen de los años setenta del siglo pasado, fotografía de la desaparecida relativamente de forma reciente, Archicofradía del Santísimo Sacrramente, a la que solo tenían acceso apellidos ilustres de la Ciudad. En primer término, los presbíteros Carlos Roman Ruiloba y José María Rivas Rodríguez (ver nótula núm. 1.741 en Gente del Puerto). Foto: Laurá. Colección JMM.

Retrocediendo décadas y siglos atrás, intentaremos citar de manera informal algunas de las hermandades y cofradías religiosas que por algún tiempo existieron en nuestra localidad en épocas pasadas, de las cuales, en su gran mayoría no quedan rastro ni apenas recuerdo. Una excepción sería la Archicofradía del Santísimo Sacramento, disuelta hace relativamente poco tiempo y por supuesto, las que siendo de esa remota época a que nos referimos, han sobrevivido y, con altibajos y penurias en diversos momentos, llegado hasta nuestros días, como son: Veracruz, Soledad, Humildad, Nazareno, El Carmen y la Esclavitud de N.S.. de los Milagros.

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La Dolorosa que realiza el Vía Crucis desde la parroquia de San Francisco, a su paso por delante de Bodegas Caballero. /Foto. pasionygloria.net

La Dolorosa con la que se organiza el Vía Crucis de la parroquia de San Francisco el Viernes de Dolores posiblemente fuese la imagen Titular de la desaparecida hermandad “Corona de Nuestra Madre y Señora de los Dolores” que tenía su sede en la iglesia de San Agustín y los antecedentes de la actual Adoración Nocturna bien pudiera ser la “Real Hermandad del Velado y Alumbrado del Santísimo Sacramento”, igualmente extinguida.

capilla-de-nuestra-senora-del-rosario-de-la-aurora_7765143La gran mayoría de estas hermandades antiguas no procesionaban, aunque si conocemos que lo hacía la “Hermandad del Dulce Nombre de Jesús” que tenía su sede en el convento de la Victoria, que parece fue una asociación distinta de la “Cofradía del Santísimo Nombre de Jesús” que existía en el siglo XVI con sede en la iglesia Mayor o de la denominada “Cofradía del Nombre de Jesús” con sede en el siglo siguiente en el convento de Santo Domingo, que si parecen sean la misma. La primera citada procesionaba el Domingo de Ramos. /En la imagen de la izquierda, techo de la Capilla de la Aurora.

Sin noticia o información de que hiciesen un recorrido por las calles de la población, aunque no lo descartamos, se encuentran la “Hermandad del Cristo de las Penas”, la de “Nuestra Señora de la Aurora” con sede en dicha iglesia-capilla, la de “Nuestra Señora de la Cabeza” patrona del Gremio de Montañeses, con sede en la ermita denominada de Santa Clara y también la “Cofradía de Nuestra Señora de la Encarnación”, con sede en San Agustín. . Otro tanto ocurre con la “Hermandad de la Invención de la Santa Cruz”, origen de la Cruz de Mayo actual, que desconocemos si tiene alguna relación con el actual paso de “la escalerita” que procesiona con la Soledad. En la iglesia de Santo Domingo tenía su sede la “Hermandad del Rosario de Santo Domingo”, conocida popularmente como de “los Negritos” por ser sus hermanos gente de color, que anteriormente fuese la “Cofradía de Madre de Dios del Rosario y San Benito de Palermo” con sede en una ermita-capilla existente en la esquina de las calles Pozuelo y Pagador, en la que existe una hornacina con una pintura de esa advocación.

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El Hospital de la Divina Providencia, vulgo Hospitalito.

También existieron dos hermandades de cuyas sedes tampoco tenemos referencia: “Hermandad de Nuestra Señora de Regla” y “Hermandad de Santa Rosa de Santa María” De esta última, apuntamos la posibilidad, y esto es una opinión personal sin demasiado fundamento, de que la imagen Titular se transformase en la actual Virgen de la Piedad. En varias ermitas había otras tantas hermandades y cofradías que daban nombre a las mismas. Entre otras estaban la “Hermandad de Santa Lucía”, la “Cofradía de Santa Catalina”, la “Cofradía de San Sebastián y San Roque” y la “Cofradía de Nuestra Señora de Consolación” advocación que tiene la imagen que ocupa el palio de la Veracruz y es Titular de la misma, talla nueva que no parece guarde relación con la mencionada salvo la corta distancia existente entre su sede, la parroquia de San Joaquín y el lugar donde se ubicaba la Ermita de Consolación, en el inicio de la Ribera, cuyos muros han sido puestos al descubierto recientemente en las obras previas al aparcamiento que se quiere construir en aquella zona. También figuraba en el siglo XVI, con sede en el convento de San Francisco, una “Cofradía de Santa María de Consolación” que no conocemos si se trata de la misma o de otra diferente. La “Cofradía de Nuestra Señora de la Merced” se ubicaba en la ermita de San Antón y la “Hermandad de San Antonio Abad” en el Hospitalito

sanagustinb_puertosantamariaEn la iglesia Mayor tenían su sede la “Hermandad del Santo Patriarca San José”, “San Miguel y Ánimas Benditas”, también denominada “Cofradía de Ánimas del Purgatorio”, la “Cofradía del Santo Ángel de la Guarda” y la “Cofradía de Nuestra Señora de Gracia y San José”, fundada en 1601 según Hipólito Sancho, cuya imagen Titular bien pudiera ser la que actualmente procesiona con la hermandad de la Oración en el Huerto bajo la advocación de “Gracia y Esperanza”. En la iglesia de San Francisco tenían su sede la “Cofradía de San Antonio de Padua” y la “Cofradía de San Diego de Alcalá”, y en la iglesia de San Agustín estuvo la “Cofradía de San Nicolás de Tolentino” que se fundiría en el siglo XVII con la del Nazareno.

A esta treintena de hermandades y cofradías citadas y alguna más que se nos haya escapado habría que añadirle una veintena más de congregaciones, cofradías hospitalarias, gremiales y seculares que también se extinguieron y que no citamos para no hacer excesivamente extensa esta nótula. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

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manolomorillo_sananton2015_puertosantamariaEl pasado sábado en el Pago de la Laja (o de La Laxa nombre antiguo, o como se llama hoy de la Alhaja, que es más fino), eran pregonadas en el Hotel Pinomar la XXIV Fiesta y Romería de San Antón, patrón de los animales, que todos los meses de enero convoca a mascotas y dueños, en torno a una antigua tradición religiosa de la bendición de los animales, en las Dunas de San Antón y que este año será el próximo domingo 19. Manolo Morillo, ejercía de pregonero y he aquí su alocución:

«Nos recuerda el dicho popular que… “Hasta San Antón, Pascuas son…” La fiesta de San Antonio Abad, cuya celebración litúrgica es el 17 de enero, es la cita festiva por excelencia de las gentes del campo, con un origen medieval y que une tradiciones religiosas y paganas, ya que en la remota antigüedad se conmemoraba el solsticio de invierno y se honraba al sol con el fuego.

En el mundo rural ha sido y es considerado como santo protector de los animales y paladín defensor ante la acometida de las temidas plagas. Acostumbra a ser representado en compañía de un cerdo.

¿Pero, quién fue San Antón? Antonio Abad nació a mediados del S. III en el pueblo de Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto, entonces bajo dominio de Roma. Fue descendiente de una familia de campesinos acaudalados que lo educaron en la fe cristiana.

Conmovido por las palabras de Jesús "si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres", vendió todas sus propiedades y se retiró fuera de la ciudad a vivir como un anacoreta, durmiendo en un sepulcro vacío y enteramente consagrado a la oración y al dominio de las tentaciones terrenales.

sananton_angelpantoja_puertosntamariaSegún San Atanasio de Alejandría, durante su retiro en el desierto venció las provocaciones del maligno y perseveró hasta aislarse casi en su totalidad del contacto con las maleficencias mundanas, sufriendo en sus propias carnes por convencimiento propio todo tipo de privaciones.

Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en varios grupos de ermitaños creando las primeras Comunidades de Oración. Es por ello por lo que se le considera como el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo en absoluta soledad. Es uno de los primeros santos del cristianismo. /En la imagen de la izquierda, talla en madera de cedro de 120 cms. de San Antón, obra del imaginario local Ángel Pantoja (ver nótula núm. 248 en Gente del Puerto) para la asociación de vecinos del Pago de la Alhaja. Año 20o1.

En muchos pueblos se escenifica la vida del santo eremita e, incluso, algunas de estas representaciones tienen carácter de auto sacramental en el que se cuentan algunas de esas tentaciones que sufrió este santo, en la eterna lucha del bien y del mal. Donde después es costumbre prender una enorme hoguera que ofrece luz y calor en la noche de intenso frío invernal.

¿COMO SE CELEBRABA LA FIESTA? LAS LLAMAS DE SAN ANTÓN.
A los elementos propios de cualquier festividad litúrgica se ha unido siempre una singularidad que la ha caracterizado por derecho propio: las hogueras de San Antón. Las hogueras siempre han sido un elemento típico y característico de buena parte de las festividades locales de nuestro país. De forma sincrónica o en determinados momentos a lo largo de la historia se han hecho hogueras en festividades como, por ejemplo, en las fiestas de San Fulgencio, en las de San Antón que ahora estamos celebrando, en las de San Juan o en La Candelaria. [Este año las famosas llamas de San Anton tendrá lugar el día 17 de Enero en la asociación de vencinos San Anton Pago de la Alhaja  a partir de las 14:00 horas]

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Algunos investigadores consideran que la tradición de hacer hogueras en determinados momentos del año, en torno a las cuales se suele congregar la población es una fosilización de rituales paganos que fueron cristianizados y han llegado hasta nuestros días como un elemento festivo propio de celebraciones católicas.

En vísperas de San Antón siempre se ha celebrado San Fulgencio (16 de Enero), otra de las festividades que en tiempos fue conmemorada con hogueras populares, y de donde proceden estas dos frases populares que recordaban estos fastos…

¡Detente varón, que primero es San Antón!
¡Detente necio, que primero es San Fulgencio!

KYRA.
Dicho esto, me van ustedes a permitir la licencia de rendir un pequeño homenaje a un ser muy querido tanto para mí como para mi familia y allegados que nos ha dejado hace unos días y que creo lo merece.

Y no es ni más ni menos que una reflexión en voz alta a cerca de los animales de compañía que un día cualquiera de nuestras vidas decidimos que convivan con nosotros y que, con el paso del tiempo llegan a convertirse en miembros de pleno derecho de nuestras familias; que llegan a convertirse en confidentes ocasionales de nuestras cuitas; que llegan a convertirse en compañeros incansables de largas caminatas y, aunque parezca una petulancia, en amigos incondicionales que se dejarían la piel a tiras si hiciese falta para demostrarnos que siempre estarán ahí cuando los necesitemos.

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Kyra, perro de aguas o Pastor de Ubrique.

Y claro, cuando una relación de estas características llega a esas intimidades tan inescrutables que hasta pueden parecer un tanto empalagosas para quienes no la han catado ni por asomo, uno se da cuenta que por muy racionales que nos presumamos, el mundo animal te puede sorprender y dejar más pronto que tarde en la más ridícula de las evidencias.

No sé por qué se lo pusimos pero terminó llamándose ‘Kyra’, nombre de origen griego que le vino como collar al cuello. Nuestra queridísima, leal, presumida, diligente, de buen porte, inteligente, cariñosa y juguetona perra de agua compartió con nosotros sus primeros e inseguros pasos, sus miedos a enfrentarse al mundo de la calle, sus incipientes escarceos por los pinares y múltiples revolcones por la playa cuando aún estaba permitido –ahora incomprensiblemente esos paseos se persiguen más que a los rateros de guante blanco-, sus carreras locas detrás de alguna piña o palitroque que se le lanzara al aire, su destreza para cazar al vuelo cualquier migaja que se cayera allá por donde estuviere…

Y mira por dónde. De pronto. Como por aquí abajo se dice, se nos ha ido casi sin darnos cuenta por la trastienda del último día del año, sin un mal ladrido, sin un mal gesto, casi pidiéndonos perdón por despedirse casi a la francesa. Reconozco que nos ha roto el corazón. Este año San Antón va a tener a su lado a nuestra perra, a nuestra querida perra ‘Kyra’, y la va a tener con dignidad de soberana.

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EDICIÓN 24.
Pero esta noche estamos aquí en torno a la figura de San Antonio Abad por un motivo más mundano pero no por ello menos significativo: vamos a presentar a la pintora y a descubrir el cartel anunciador de la XXIV Fiesta y Romería de San Antón.

En el libro ‘El Puerto de Santa María, a través de sus gentes, sus calles, sus tierras, sus playas, …’ de Juan Leiva Sánchez, se dice que la calle Cruces, además de este nombre es nombrada en otros tiempos por Monasterio, Monasterio Viejo, Horno Nuevo, Cruces Reales, Cruces Públicas y Cruz Real.

Siempre escuché que la calle Cruces o calle de las Cruces, se debía a la cantidad de cruces que había en algunas fachadas, porque en ellas, se hacían las distintas estaciones de penitencia que se organizaban los Viernes Santos. Recuerdo perfectamente que mis padres me mencionaban el recorrido que hacía el Vía Crucis que salía de la Parroquia de San Joaquín con la imagen del Cristo del Amor, que de forma permanente estaba en el convento de la RR. MM. Capuchinas; recorrido que hacía por la calle Cruces en el tramo comprendido entre Espelete y Santa Clara.

Esta calle fue en su momento ‘núcleo central’ de la población. Era una entrada natural por la Avenida de Sanlúcar, igualmente por la calle San Sebastián y San Francisco, por donde entraba el campesinado de Sanlúcar, Fuenterrabía y Rota a traer frutas y hortalizas al mercado que existía por aquél entonces en el Barrio Alto.

sananton_teresaramirezromo_puertosantamariaY ustedes se preguntarán: bueno, y esto que tiene que ver con el cartel de la Fiesta y Romería de San Antón…?

Pues muy sencillo. Nuestra protagonista de hoy, la autora de esta magnífica obra que dentro de un momento tendremos la oportunidad de admirar, nació y vivió hasta los 21 años en el número 9 de la calle Cruces. Y he querido como deferencia a su persona atraer a sus recuerdos sus primeras vivencias y correrías por su calle de su alma. Quizás la más importante del Barrio Alto, trazada a cordel como todas las del casco antiguo; representante de una expresión risueña y campesina de otros tiempos según el delicioso verbo de Paco Bollullos. /El cartel anunciado de las Fiestas y Romería de San Antón 2015, obra de la portuense Teresa Ramírez Romo.

LA PINTORA.
Teresa Ramírez Romo, porteña que ya pintaba en sus mejores sueños lo que el tiempo le ha permitido hacer al cabo de los años.

Mujer inquieta, con el valor añadido de haber dado rienda suelta a su vena artística cuando ha considerado que su ciclo vital con su familia estaba casi cumplido, aunque aún sus nietos le llenan la casa de alegrías y satisfacciones que no las superan ningún cuadro.

Le pusieron Teresa por su madrina, una de las mejores personas que he conocido a lo largo de mi vida. Teresa Palma, vecina de la calle San Juan, al laíto mismo de mi casa; enfrente del abogao y lindando con la Casa Cuna. Amiga íntima de Mariquita la del Lunar, mi madre. Teresa Palma, la que nos llevaba limones del limonar de la Casa-patio donde todo el mundo se conocía, relacionaba y se saludaba. Donde el olor a guiso traspasaba las paredes encaladas con la cal del maestro Gálvez.

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De izquierda a derecha, los concejales María Antonia Martínez y Carlos Coronado, la autora del cartel, Teresa Ramírez Romo y el pregonero, Manolo Morillo, tras el pregón y presentación del cartel de San Antón 2015.

Nuestra artista ha querido plasmar con sus pinceles el magisterio recibido de Mª Ángeles Arias, su maestra de pintura por excelencia. Y lo ha hecho desde el reto de su visión personal, proyectando su inspiración –según sus propias palabras- en la figura de un San Antón salido de las manos de otro artista –en este caso escultor e imaginero- también portuense: Ángel Pantoja Carrasco.

Basándose en que la única fuente de inspiración en el arte es la realidad, Teresa utiliza el conocimiento adquirido de la perspectiva para crear la ilusión de espacio. Desarrolla una vista aérea superior mostrándonos la visión del paisaje y los detalles propios de la escena que nos quiere resaltar. Los volúmenes están muy bien representados por la gradación de color, luz y sombra.

Pienso honradamente que los vecinos, los allegados, los romeros y todo aquél que se acerque por estos pagos para bendecir a sus animales y disfrutar de un buen día de convivencia, van a identificarse sin duda alguna, a primera vista, con el magnífico cartel que Teresa Ramírez Romo ha pintado para disfrute de todos nosotros en la XXIV Fiesta y Romería de San Antón.

Un fuerte aplauso para ella, y… ¡Viva San Antón! /Texto: Manolo Morillo

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Ayer se recibía en la Iglesia Mayor Prioral la noticia desde el Vaticano que comunicaba que el primer templo local, --que ya era Santuario Diocesano desde septiembre de 2013--, será erigido Basílica, el próximo 25 de enero, festividad de la conversión del apóstol Pablo. A las 12 del mediodía, en una ceremonia eucarística presidida por el Obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, se leerá el decreto de la Santa Sede que le concede el título. A partir de entonces, el templo podrá lucir en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con el Vaticano: el conopeo o ubráculum -es una pieza histórica de la indumentaria e insignias papales, usada en principio para proveer de sombra al Romano Pontífice. También conocido como pabellón-- y una campana de metal de pequeñas dimensiones, montada en un campanario portátil sobre un báculo, de nombre tintinábulo.

El colaborador de Gente del Puerto, Luis Suárez Ávila elaboró una reseña histórica sobre la Prioral, que fue adjuntada entre los documentos que se presentaron a Roma, y que reproducimos para nuestros lectores.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA SANTA Y CONSAGRADA IGLESIA MAYOR PRIORAL DE NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS CORONADA, SANTUARIO MARIANO DIOCESANO EN EL PUERTO DE SANTA MARÍA. 

I. La imagen de “Santa María del Puerto, por otro nombre Nuestra Señora de los Milagros” y su devoción.

En torno a la imagen mariana de Santa María del Puerto, se inició una fuerte corriente devocional ininterrumpida desde los años 1260 hasta la actualidad.

alfonso_x_puertosantamaria2Alfonso X El Sabio al hacerse con Alcanate y sus alquerías, mediante pactos con el alguacil moro, colocó en la antigua mezquita, que convirtió en Santuario fortificado, una imagen de Nuestra Señora sedente, con el Niño en los brazos. Los primeros repobladores de la alquería, comenzaron a aclamar este nombre, Santa María del Puerto, contra los pactos que el Rey había hecho con al alguacil moro y, al final, pese a las penas impuestas a los que tal nombre pronunciaran, se terminó, lo dice la Cantiga 368, con que Santa María, milagrosamente, dilucidó el pleito de otro modo y pudo llamarse la nueva población Santa María del Puerto y luego El Gran Puerto de Santa María como se lee en la Carta Puebla de 1281. /En la imagen de la izquierda, “Aparición de la Virgen a Alfonso X” Cuadro de grandes dimensiones que se exhibe en el Auditorio Municipal San Miguel. Anteriormente se encontraba situado en la escalera del antiguo Ayuntamiento de Plaza de Peral, para donde fue originalmente concebido. Ha sido restaurado por los técnicos de Museo Municipal, Javier de Lucas y Juan José López Amador. /Foto Servicio Municipal de Restauración del Excmo. Ayuntamiento).

En loor a la imagen milagrosa, el Rey Sabio compuso 24 Cantigas, todo un cancionero propio, que relata los avatares de la construcción del santuario fortificado y los hechos milagrosos que en él se estaban produciendo.

Las noticias que corren sobre la fama de este Santuario, hace que se fomente la asociación de fieles devotos, al principio llamados “freires de Nuestra Señora” en las Cantigas, y, luego, es objeto de muchos legados en testamentos del siglo XIV, que dejan mandas para la cera o para el mantenimiento del culto de Nuestra Señora, a los hermanos de Santa María del Puerto.

La imagen, de una vara castellana de altura, con el rostro resplandeciente, moreno, como la vio Don Juan de Ledesma y relata en su manuscrito de la Biblioteca Colombina, sufrió una primera modificación en el siglo XIV. Su rostro y sus manos fueron encarnadas en negro, porque habían aparecido unos iconos marianos bizantinos en los que, por la desnaturalización de sus barnices, parecía oscura su tez. Se corrieron las voces de que eran el verdadero retrato de la Virgen, hecho por San Lucas, al que se atribuye la fama de haber sido pintor. Esta corriente afectó a muchas imágenes españolas –a veintiocho--, y otras muchas europeas. La Iglesia zanjó la cuestión con el hermoso versículo del Cantar de los Cantares: Nigra sum sed formosa.

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Fachada de la Puerta del Sol de la Prioral. En el segundo cuerpo, aparece entre dos hornacinas con figuras, la patrona de la Ciudad.

El aspecto de la imagen en 1572, es el que aparece en el intradós de la Puerta del Sol de la Prioral, ya vestida de telas y, de mayor altura, con corona real cerrada y con el Niño Jesús añadido. A sus pies, la luna. En efecto, por esas fechas y dado el mal estado en que se encuentra la imagen, por el ataque de insectos xilófagos, se corta y sus restos se emparedan siguiendo la costumbre de la época. Al busto de la primitiva, se le añade un trozo de imagen de origen desconocido, para darle la altura que actualmente tiene y, en 1691, los Duques de Medinaceli le regalan una coraza y traje de plata con que recubren todo el cuerpo de la imagen, a la que se añaden brazos articulados de plata con manos de escultura y un Niño Jesús nuevo. A esta imagen, enmarcada la cara con un rostrillo, se le viste con sayas de mangas de ángel y mantos de telas bordadas y brocateles. A sus pies se coloca una media luna de plata del siglo XVII y, en la cabeza, corona real cerrada.

El movimiento asociativo devocional en torno a esta sagrada imagen parte del propio siglo XIII y, en 1602, existen unos estatutos de la Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros que citan otros de un siglo antes. Así, la Esclavitud de Nuestra Señora, junto con otras Asociaciones piadosas, como el Rosario de Señoras, la Hermandad de la Virgen de la Lumbre, la Asociación Sabatina y otras menores, se convierten, por Breve de Benedicto XIV, en la Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros que subsiste hasta nuestros días.

virgenmilagros_litografiasxix-puertosantamaria2La imagen es, desde 1260, titular de la Ciudad y Gran Puerto de Santa María y, luego, su Patrona y Protectora. Fue nombrada Alcaldesa Honoraria Perpetua de la Ciudad y, en su escudo, desde el siglo XIV, campea su efigie sobre un castillo que está sobre las aguas, en recuerdo de la leyenda de su aparición al Rey Alfonso X sobre las almenas del Castillo, llamado hoy de San Marcos, que el propio Rey Sabio convirtió en Santuario fortificado de Nuestra Señora. /En la imagen de la izquierda, litografía que tuvo mucha circulación en el siglo XIX.

Los primeros Estatutos conservados de su Archicofradía, entonces Hermandad, hablan de "Santa María del Puerto, por otro nombre Nuestra Señora de los Milagros". Y es que, por su intercesión, se obraron tantos prodigios que su fama la hizo ser "la de más devoción, milagros y una de las de más antigüedad de toda España", dice un documento de 1602. Desde los pequeños y cotidianos desarreglos: la pérdida del azor, por el Infante don Manuel; la falta de madera o de piedra para proseguir la construcción del Santuario fortificado de Santa María; la curación del caballo del escribano del Rey; hasta el hallazgo de la salud por tantas gentes que acudían a ponerse a sus pies; el propio Alfonso X experimentó el poder de Santa María del Puerto en sí mismo: sus piernas hinchadísimas, que no le cabían en las calzas, quedaron curadas tan pronto como invocó el nombre de esta Señora y vino a postrarse ante ella. Todo, lo grande y lo pequeño, fue solucionado por Santa María do Porto que mereció tener todo un Cancionero propio en las veinticuatro Cantigas que el Rey Sabio le dedica. Un gran número de poetas de los Siglos de Oro, del barroco, del neoclasicismo, del romanticismo y de las vanguardias han cantado las glorias de Nuestra Señora de los Milagros y sus cultos anuales son convocados, en el día de su Natividad y en su octava, por su “Archicofradía y Esclavitud, por el Venerable Clero, el Cabildo de la Ciudad y el católico vecindario”. Desde tiempo inmemorial el camarín de Nuestra Señora está cuajado de exvotos de plata y pictóricos en recuerdo de sus gracias y milagros.

alfonsox_castillos_leones_puertosantamaria2La devoción de las personas de la realeza por esta imagen de Nuestra Señora va desde el propio Rey Alfonso X, el Infante don Juan Manuel, hasta el Príncipe Manuel Filiberto de Saboya que fue su devoto esclavo y Patrono de su capilla, y fueron miembros de la Archicofradía y Esclavitud los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio y los infantes don Fernando y don Carlos, que luego serían Fernando VI y Carlos III que en los años 1729 y 1730 asistieron a su procesión y a la solemne octava de la Santísima Virgen.

La Archicofradía y Esclavitud tiene cartas de hermandad con la Compañía de Jesús, con los Dominicos, con los Mínimos, con las Concepcionistas Franciscanas, con las Capuchinas, con las Comendadoras del Espíritu Santo, y tiene numerosos breves y bulas papales con gracias e indulgencias, además de las concedidas por muchos Arzobispos y Obispos.

Un hito en la devoción de Nuestra Señora fue su coronación canónica el 8 de septiembre de 1916, por Breve de S.S. Benedicto XV, coronación que efectuó el Cardenal Enrique Almaraz y Santos, Arzobispo de Sevilla a cuya Archidiócesis perteneció El Puerto desde su reconquista hasta 1980. Fue la primera imagen mariana coronada en la provincia de Cádiz.

Así pues, la imagen de Nuestra Señora de los Milagros que se encontraba al culto en el Santuario fortificado de Santa María de El Puerto, única parroquia que existía en la Ciudad, fue trasladada al nuevo templo que se comenzó a construir, extramuros, en el lugar llamado el Pozo Santo, ante el crecimiento de la población y la pequeñez de la primitiva parroquia. Sobre el traslado de la imagen, en el siglo anterior, a principios del XV, al nuevo templo y otros extremos trata el vicario Martín de Radona en su famoso Informe de 1561 dirigido al Provisor del Arzobispado de Sevilla.

II. La construcción del nuevo templo Prioral de Santa María del Puerto, vulgo del Pozo Santo. El priorato, concesión de Sancho IV. Capillas y patronos.

En un lugar, extramuros de la villa del Gran Puerto de Santa María, denominado el Pozo Santo, referente en todo el Libro del Repartimiento, se acordó construir la nueva iglesia. Era el Pozo Santo el sitio donde, según la leyenda, estuvo escondida en tiempos de los moros, la imagen de Nuestra Señora con todo su ajuar desde 1253 hasta 1260. Allí, al parecer, fue encontrada después de inspeccionar, en la reconquista de la ciudad, todos los pozos. En la actualidad ese pozo medieval se conserva y está situado en el empedrado exterior de la Prioral.

...continúa leyendo "2.347. IGLESIA MAYOR PRIORAL. El Vaticano la erigirá Basílica el 25 de enero."

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Copia de comienzos del s. XVI de la Carta-puebla que Alfonso X otorgó a nuestra ciudad. Archivo Municipal. / Foto, Centro Municipal de Patrimonio Histórico.

Hoy, 16 de diciembre de 2014, El Puerto de Santa María cumple 733 años. Tal día como hoy de 1281, Alfonso X (ver nótula núm. 1.000 en Gente del Puerto) otorgó, rubricada en Sevilla, la carta-puebla fundacional de la ciudad que hoy habitamos, su ‘partida de nacimiento’; de la que el rey en ella decía: “…el Puerto que llaman de Santa María, que solía haber nombre Alcanatín en tiempo de moros, que es entre Xerés y la ciudad de Cádis, y tiene de la una parte la Grand Mar que cerca todo el mundo y que llaman Océano, y el gran río de Guadalquivir, y de la otra el mar Mediterráneo y el río de Guadalete, que son dos aguas dulces por donde vienen grandes navíos, es lugar más conveniente que otros que nosotros sepamos ni de que oyésemos hablar para hacer noble ciudad. Toda una declaración de principios del monarca a un lugar que bien conoció y por el que sintió verdadero afecto. Fue la última carta-puebla que en vida firmó.

islacartare8_2_puertosantamariaEn el gráfico de la izquierda, localizaciones de las 13 alquerías andalusíes en el término portuense. En verde, la aldea de Al-Qanatir.

La definitiva conquista y repoblación alfonsí de las aldeas andalusíes que poblaron las tierras del actual término portuense, que fueron parte de Cádiz hasta 1272 y de las que hicimos memoria en anteriores entregas (ver nótulas 2.294 y 2.308 en Gente del Puerto), se llevó a cabo en 1264, salvo las casas y solares de Al-Qanatir, que serían repartidas en 1268 a 300 repobladores. Pero al paso de nueve años, en septiembre de 1277, la recién poblada villa de Santa María del Puerto fue atacada y asolada por huestes benimerines procedentes del norte de África, al mando de Abu Yusuf Yaqub, hijo del emir meriní.

Tras la desolación, el rey decidió en 1281 avivar en la carta-puebla una nueva repoblación y marcar las bases económicas para el desarrollo de la villa, otorgando concesiones y privilegios a quienes se asentaran en su solar –extranjeros incluidos- y eximiéndoles del pago de impuestos. También se fijó su gobierno bajo la autoridad de alcaldes de la villa y del mar y un juez, se marcó su término municipal –grosso modo el actual- y, entre otras reglas, para el correcto abastecimiento de la población se establecieron mercados los miércoles y sábados y ferias a celebrar al comienzo de la Cuaresma y en octubre.

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Alfonso X el Sabio representado en las Cantigas de Santa María, en su corte.

Otros privilegios otorgaría el monarca en marzo de 1283 –un año antes de fallecer-, con el Guadalete como principal activo del porvenir de la población:Por hacer bien y merced a los pobladores del Puerto de Santa María, y porque se pueble mejor el lugar, tengo por bien que todos los bajeles cargados que pasaren por el río de Guadalete para ir a Xerés que se descargue y el tercio, también de vianda como de madera o de otras cosas que ellos mester hubieren”; “mando a todos los marineros mercaderes que por í pasaren que descarguen y el tercio de lo que llevaren en sus bajeles, y que lo vendan y también de vianda como de las otras cosas.

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Figuración de un barco del siglo XIII en las Cantigas.

Ciertamente, en el río y por el mar le llegó al Gran Puerto de Santa María –como Alfonso X también tituló a la población- el esplendor comercial que conoció la villa durante toda la Baja Edad Media y la Edad Moderna. Pero los pilares de su desarrollo –el aceite, trigo y vino de su fértil campiña, las vías comerciales abiertas y conocidas de antiguo, los avezados marineros, pescadores y carpinteros de ribera, la imprescindible sal de sus inmensas salinas, la piedra de las canteras de San Cristóbal, el agua de los manantiales de La Piedad…- se cimentaron mucho tiempo atrás.

LA ANDALUSÍ AL-QANATIR

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Inscripciones islámicas sobre mármol de Al-Qanatir.

Fue Santa María del Puerto heredera de la alquería andalusí que ya en el siglo X, en tiempos del próspero califato de Córdoba (929-1031), se había establecido en la ribera del wadi Lakka, dependiente en su fiscalidad y administración de Saris (Jerez), la capital de la cora de Sidonia hasta la conquista castellana. A su vez, Al-Qanatir fue sucesora del Portus Gaditanus que Balbo el Menor fundó a fines del siglo I a.C. y del Portum tardorromano y bizantino (ver nótula núm. 2.000 de Gente del Puerto). Su ubicación a orilla del Guadalete y de la bahía de Cádiz, estratégico puerto de comunicación entre continentes, propició que Al-Qanatir fuera la única alquería de las trece que existieron en el término portuense que ha perdurado hasta nuestros días.

Del urbanismo de la alquería andalusí destacaremos aquí y ahora dos elementos arquitectónicos: su muralla y la mezquita, de las que a continuación haremos memoria.

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La cimentación de la muralla excavada en Ricardo Alcón en 1993. /Museo Municipal.

LA MURALLA ALMOHADE.

En 1993, el Museo Municipal excavó en linde a la calle Ricardo Alcón (hoy Centro de Salud ‘Federico Rubio’) un tramo de la cimentación de la muralla (14 m de largo por 2’5 m de anchura) que circundó Al-Qanatir, y a ella adosada al exterior una torre defensiva (4’5 m x 2’5 m). La muralla, construida en sus paramentos con piedra arenisca y ostionera y al interior de mortero de cal y arena con guijarros y fragmentos de ladrillos, ha de datarse, según informaron arqueólogos medievalistas, en algún momento del periodo en que los almohades dominaron al-Andalus durante cuatro décadas (1172-1212), coetánea a la Giralda de Sevilla.

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Dibujo de planta de la cimentación de la muralla excavada en Ricardo Alcón en 1993 y su planta en dibujo. / Museo Municipal.

Este lienzo exhumado y otros eran conocidos de antiguo. De hecho, en el Libro del Repartimiento alfonsí (1268) se mencionan –con la voz de pared y paredes- en varias partidas del reparto, mencionándose el frente de la muralla donde se excavó en éstas: Comiença otra tabla de fuera del valladar e de la cárcava, del majuelo de Pero Ganzana fasta el cabo [extremo, esquina] de las paredes.”; otra tabla “cerca la noria en los espinos, de los solares que están en las espaldas de la casa de Pero Ganzana, la carrera del pozo en medio, de parte de Xerez, en el prado, como van al pozo hasta la pared que está levantada.”; y “Copo la punta entre las dos carreras en cabo del valladar del majuelo de Pero Ganzana con el corral y el figar, que está de fuera del valladar, y con los dos de dentro de las paredes sobre sí, que son cuatro solares para cuatro moradores, para hacer casas

Esa cárcava citada era el curso de agua que documentos de comienzos de la Edad Moderna llamaban arroyo de la Zangarriana, que transcurría –y aún transcurre en el subsuelo- desde su nacimiento en la finca El Caracol del cerro de la Belleza, a cuyo pie se asienta la ciudad. Y es preciso el documento alfonsí, porque una cárcava más que un arroyo debió ser el aspecto que presentaría su cauce en tiempos de fuertes lluvias, un torrente de agua bajando por la hoy calle Ganado para desaguar, por la plaza de la Herrería, en el Guadalete. Esta vía fluvial –una frontera natural- determinó el trazado urbano –su límite norte– de las villas andalusí y cristiana, y también la del Puerto Gaditano. En 1735 se procedió a canalizar su curso bajo tierra en la obra, reformada en varias ocasiones, que llamaron Caño de la Villa.

islacartare9_8_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, el Caño de la Villa, antiguo curso del arroyo de la Zangarriana, cuando apareció al hacerse obras en los 60 frente a la plaza de la Herrería. / Foto, Archivo Municipal.

La presencia de la muralla medieval en Ricardo Alcón –la antigua calle del Muro y de la Tripería (por el Matadero público que aquí existió hasta 1699, con acceso desde Ganado)- se puede rastrear en el Archivo Municipal. Así, el Cabildo acordó en 1641 “reparar el muro de la calle de la Tripería” (empleándose en ello diez carretadas de cantillos, nueve de ripios, arena y ocho cahíces de cal). Y en 1698, un vecino adquirió al municipio el solar para edificar en él: “se aplican 200 reales que dio Juan Rendón, por un pedazo de sitio y muralla propio de la ciudad en la calle de la Tripería, linde de sus casas.” Lienzo de muralla que aún era visible en 1764, según anotó el historiador Anselmo Ruiz de Cortázar, y subsistía en 1880, en testimonio de Joaquín Medinilla: “todavía se conservan restos de estas murallas en la calle Jesús de los Milagros casa sin número junto al uno [frente a la plaza de la Herrería], y en la del Correo, antes Muro, en la casa donde están los graneros del señor Camacho”; inmueble éste, más abajo del tramo excavado, entre Nevería y Larga, donde ciertamente se conserva en 2’5 metros de altura el lienzo de la muralla, como muy probablemente suceda en otros inmuebles en todo el perímetro de su recorrido, enmascarados bajo la cal y los repellados de las fachadas.

Es singular la mención en el Libro del reparto en dos partidas a cruces dispuestas en las paredes de la muralla: otra tabla como van al Pozo Santo, hay calle hasta la pared, que está la cruz en el canto (en un ángulo o esquina de la muralla); “…hasta la plazuela otra, donde está una cruz en la pared”. Cruces que parecen marcar la sacralización, desde los primeros momentos de la ocupación cristiana de Al-Qanatir, de una construcción –el cerco de la villa- levantada por moros.

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Reconstrucción ideal de Santa María del Puerto a fines del siglo XIII, con el recorrido de la cerca y el arroyo de la Zangarriana (que en castellano viejo es decir de la Tristeza o, en su acepción andaluza, de la Borrachera).

...continúa leyendo "2.324. DE AL-QANATIR AL PUERTO. 733 Aniversario de la Fundación de El Gran Puerto de Santa María. Isla Cartare (VIII)."

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eugenioruizandreu_puertosantamariaEn mi tiempo de estudiante en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, tuve la oportunidad de conocer a grandes profesores que algún día habrá que hacerle una nótula para mostrarle nuestro agradecimiento y a jesuitas entregados a su vocación sacerdotal, auténticos forjadores de hombres, preocupados por la formación integral de la juventud, preparando a hombres y mujeres para el futuro, reflejo de la visión de San Ignacio de Loyola tiene del Evangelio, amar y servir.

A algunos de estos sacerdotes, tuve la oportunidad de ayudarles a misa, recuerdo a los padres González Bueno, Bermudo, Martínez, Guerrero y Ruiz Andreu entre otros. Al padre Eugenio Ruiz Andreu quiero dedicarle esta semblanza de su paso por El Colegio Noviciado de San Luis Gonzaga de nuestra ciudad referida a los años mil novecientos cincuenta y tantos del siglo pasado.

Eugenio Ruiz Andreu nació en Málaga el 25 de Octubre de 1918, recién cumplido los quince años ingresó como novicio en la Compañía de Jesús, concretamente el 26 de Octubre de 1933, año difícil para los seguidores de San Ignacio, los jesuitas fueron expulsados de España por el gobierno de la República e incautados sus bienes. Trasladaron a Bélgica el noviciado y la casa de formación que tenían en El Puerto. Ruiz Andreu, una vez terminado los habituales estudios de humanidades, filosofía y las prácticas de magisterio, cursó teología en la Facultad que los jesuitas tienen en Granada (Cartuja) donde fue ordenado sacerdote el 15 de Julio de 1.948.

LLEGADA A EL PUERTO.
Fue destinado como profesor de oratoria de los jóvenes jesuitas al noviciado y casa de formación de San Luis Gonzaga en El Puerto. Allí permaneció once años desde 1950 a 1961, impartiendo sus clases y ejerciendo con gran aceptación de sus oyentes el ministerio de la Palabra (conferencias, homilías, ejercicios espirituales); aún se recuerda un ciclo de conferencias para hombres en el Instituto Santo Domingo. Hizo la Profesión solemne en la Compañía de Jesús en la Iglesia de San Francisco el 2 de Febrero de 1952.

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Antiguas escaleras de acceso al Colegio, hoy sede de oficinas municipales.

Recuerdo una vez que un amigo me dejó una túnica de la Hermandad de la Flagelación, para poder salir el Domingo de Ramos con ésta hermandad, la indumentaria consistía en una túnica blanca, un escapulario y un cíngulo. Cuando me probé la túnica y el escapulario pude comprobar que me quedaba muy holgada y no me veía bien vestido, mi madre me dice: “Una capa todo lo tapa”. ¿ Y dónde busco yo una capa hoy domingo ¿, le contesto, pregunta en los jesuitas, me sigue diciendo, quizás tenga algunas de los estudiantes. Fui a la Iglesia de San Francisco, estaba el padre Ruiz Andreu, que había terminado su misa y le conté lo que me ocurría, sin decirme nada, ni corto ni perezoso fue al perchero donde tenía colgado su capa y me la entrego y me dijo: “Toma quédate con ella el tiempo que haga falta”. Hoy al recordarlo todavía me emociono.

Recuerdo sus sermones y homilías; una vez, creo, que fue la primera misa del jesuita Joaquín Carretero Gálvez en la Iglesia Mayor Prioral, era un espectáculo escucharlo con la cantidad de metáforas que enriquecía sus homilías y sermones desde el púlpito y sin micrófono. Sus homilías eran claras, densas y profundas; era un orador que practicaba el arte de hablar bien y sobre todo la manera persuasiva y convincente de transmitir con una elocuencia poco común. Sus misas en latin eran perfectamente audibles y sentidas, como si el latín fuese su idioma vehicular. El P. Eugenio Ruiz Andreu impartía clases de oratoria y latín, en ambas materias era un experto y las dominaba perfectamente.

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Una de las clases en el antiguo edificio de los Jesuitas.

Uno de sus alumnos fue el P. Luis Conde Pérez de la Blanca (autor de “La biblioteca del Colegio de San Luis Gonzaga en el Puerto de Santa María 1901-1961”), me cuenta su satisfacción cuando le tuvo como profesor desde 1950-1952 y que juntamente con su competencia enseñando, el entusiasmo que ponía en su tarea de forjar a futuros predicadores del Evangelio. Eran los años preconciliares y apuntaba inquietudes de renovación. Con motivo de la incorporación definitiva a la Compañía de Jesús, le ofrecieron un acto de homenaje en uno de los patios de juego del antiguo colegio de San Luis Gonzaga. Para este acto me dice el P. Luis Conde compuso un soneto; en él, plasmaba de metáforas poéticas, pretendía diseñar su figura de entusiasta formador de jóvenes jesuitas. Con permiso del P. Conde me atrevo a transcribirlo.

Yo le he visto limpiando los abetos
de sus ramas salvajemente prietas,
recortando picudas las siluetas
sobre fondos brumosamente inquietos.?
Yo le he visto por viejos vericuetos,
entusiasta entre jóvenes atletas,
señalando tajante nuevas metas
a mesnadas que bruñen ya sus petos.

Es que quiere forjar un mensajero
con Palabras de siempre en su mensaje,
con bravura de Ignacio caballero

Es que quiere injertar en el ramaje
Vino viejo que brote placentero
Con pujante verdor en el paisaje.

Cuando los jesuitas de El Puerto trasladaron el noviciado y juniorado a Córdoba el P. Eugenio, estuvo algún tiempo en esta ciudad impartiendo las mismas disciplinas que en El Puerto; pero fue destinado al colegio San Estanislao de El Palo (Málaga), donde permaneció desde 1961 hasta su muerte el 15 de Junio de 1996.

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Celebración de los 50 años en la Compañía de Jesús del P. Ruiz Andreu

En 1983 se cumplió los 50 años en la Compañía de Jesús. En el colegio San Estanislao desempeñó diversos cargos: Profesor de varias asignaturas, prefecto de estudios, director técnico del colegio Mayor, consiliario de las asociaciones de padres de familia y antiguos alumnos. En Málaga consiliario de hermandades, predicaciones muy apreciadas, pregones y presentación de carteles de Semana Santa, bodas, y donde quiera que pudiera ser llamado para cualquier colaboración desinteresada. El P. Ruiz Andreu, se fue con una asignatura pendiente, la de no aprender jamás a decir que no a cuanto se le pidiera. A los demás, a los que le conocimos su paso por El Puerto nos queda el grato recuerdo de este hombre, generoso, vitalista, dispuesto, sencillo, lleno de fé, amigo y consejero; un jesuita ejemplar.

Termino esta semblanza, con la transcripción de un trozo de la presentación de un cartel de Semana Santa de la muy Ilustre Hermandad Sacramental de la Sentencia de Málaga, presentado por el Rvdo. Padre Don Eugenio Ruiz Andreu. Podemos ver la elegante forma de expresar sus ideas con una memoria capaz de retener todos los argumentos. Dice así: ¿ Y los cirios…¿ Sólo quedan unos pequeños, humildes cirios que se han encaramado por los brazos de oro de los arbotantes y desde sus tulipas lloran lágrimas rojas de amor, que riman con esos dos macizos de claveles, surtidores de sangre de sus jarrones de oro… Los demás cirios han quedado apagados por el resplandor del Verdadero Cirio Morado de la Sentencia que desde el borde del trono vuelve a gritar: “ Yo soy el Rey porque Yo soy la única Luz del mundo.” /Texto: Francisco Bollullos Estepa.

gonzaloganazasanchez_puertosantamariaGonzalo Ganaza Sánchez, nacido en El Puerto hace 72 años, se crió junto con sus siete hermanos cerca de la Plaza de Toros. Desde pequeño ya fue aprendiendo el arte de emprender observando el negocio de su padre, un vendedor al por menor y al por mayor de fruta.

«--La fruta que comían todos los gaditanos era la que llevaba mi padre, la recogía de todos los camperos de por aquí y allí se subastaba, se movía por toda la provincia consiguiendo la fruta». El empresario recuerda sus inicios, «--Yo nunca he trabajado para nadie, yo monte un taller para bicicletas y motos con 17 años y así fui luchando».

Después del taller, Gonzalo comenzó el negocio de transporte y de recogida de basuras adquiriendo dos isocarros, «siempre basura industrial» como él especifica. Poco a poco y pudiéndose comprar camiones crea la empresa Geganaza en 1978 y trabaja para la Base de Rota y la General Motors de Puerto Real, «--Yo la vi nacer y trabajé con ellos hasta que los empresarios de allí apretaban mucho y yo ganaba poco, entonces se lo llevó otra empresa». Posteriormente, montó junto con otros 10 empresarios, la primera cooperativa que existía en El Puerto, Transportes Guadalete, con la que estuvo unos años.

Hasta que decidió echarse a un lado y montar Pusama, en 1991, «No nos va mal, hay momentos mejores y peores pero no nos podemos quejar». Esta empresa cuenta con tres plantas de reciclaje de residuos sólidos, en más de 15.000 metros cuadrados y una flota de 19 camiones y 30 trabajadores. El portuense se muestra orgulloso de su empresa, es de los que opina que el empresario nace y se hace, «--Hay que nacer con esa inquietud de querer conseguir algo pero también hay que hacerse porque nadie nace sabiendo».

Entre los múltiples recuerdos de su trayectoria, Ganaza resalta con satisfacción cuando el Juzgado de Primera Instancia de El Puerto, le nombró administrador de una empresa. «--Fue un orgullo que se acordaran de mí para esa labor». Su peor momento fue el fallecimiento de un trabajador, “--Se volcó una maquina y él era el maquinista, fue un momento difícil en la vida». Existen momentos buenos que nunca se olvidan y momentos malos que tampoco se olvidan», remacha.

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Uno de los contenedores especiales de Pusama.

La crisis hace que, en la actualidad, muchas personas recurran a la aventura de emprender. Al pedirle consejo para esas personas que van a crear su propio negocio, Ganaza contesta: «--En aquellos tiempos también era complicado, pero hoy además de ser difícil, todo es más caro. Estamos viviendo unos tiempos en el que nos gusta vivir muy bien, y para crear una empresa hay que sacrificarse mucho y no pensar son ocho horas, si tú no te sacrificas no llegarás a ningún lado. Desde el principio tienes que tener las cosas muy claras».

Ganaza hace un análisis personal de la situación empresarial de la Bahía de Cádiz, que en la actual no destaca por su poderío: «--Este rincón es muy especial, aquí desde los políticos hasta los que están arrimados a cualquier grupo quieren vivir sin hacer nada y ganar mucho dinero»

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Gonzalo Ganaza presidiendo el Cabildo de Elecciones de la Hermandad del Olivo en 2008.

Nuestro protagonista ha sido Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío durante 12 años y durante dos mandatos ha sido Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías. Está casado y es padre de tres hijos. El pasado año 2013 fue distinguido por la Asociación de Empresarios como Mejor Empresario en la XIX edición de estos premios. /Texto: P. Heredia.

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