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Acerca de Gente del Puerto

Gentes y Habitantes de El Puerto de Santa María (España). Caras conocidas, caras anónimas, la savia del Rey Sabio.

Sandra Rico Fernández nació en El Ferrol el 6 de mayo de 1973. Pertenece a la promoción de 1991 de la Escuela Turismo de Jerez de la Frontera. En 2011 ha comenzado a estudiar Criminología. Ha sido conductora de un reconocido programa de la desaparecida televisión local Tele Puerto.

--Su programa ‘Solos en la Noche, de la televisión local Tele Puerto tenía muchos seguidores. ¿Se acabó convertido en la voz mediática de los más necesitados?. --En lo que si se ha convirtió, sin realmente serlo, fue en el clavo ardiendo de esta pobre gente.

--¿Qué opinión le merece que a Bill Gates, fundador de Microsoft, se le haya quedado pequeña su mansión de 3.400 metros y haya gente que no tenga donde caerse  muerta?. --Lo peor es el sistema. Me preocupan los metros del Vaticano y cuanto contienen. Me preocupa el dineral usado para crear armamento y luego para destruirlo. Y así...

--Esto del machismo, el feminismo, las luchas de género...  ¿qué opinión le merece?. --No los mezclaría, aunque sea un dualismo. El machismo no tiene un fundamento coherente. El feminismo nace como necesidad para conseguir la igualdad. Me quedo con las personas no con su sexo.

Con Elena Aznar Espósito, Elena Álvarez, María Jesús Romero, amigas de Sandra Rico.

--¿Haber conocido el mapa de los problemas sociales en El Puerto, la deprimía o la convirtió  en una ONG unipersonal y televisiva? --Me conviertió en ONG, FBI y en clienta diaria de la gasolinera. Pero me enriquecía personalmente.

--¿Conoció entre sus entrevistados a alguno que tenga posibilidades de llegar a Director General de Carretera y Manta?. --A uno al que acusaron por teléfono de pegar a la madre; de tener un punto de venta de droga; de inducción a la prostitución... Se fue contentísimo de Tele Puerto porque había salido en pantalla. Increíble.

--Puso una sonrisa ante los problemas ajenos. ¿Cómo lo conseguía?.  --Era la sonrisa del apoyo y del cariño o de complicidad con sus problemas,  que ya había estudiado con ellos anteriormente al programa.

--La última vez que se mordió la lengua en una situación ‘de directo’ fue... --Pregunté a una entrevistada si prefería el blanco o el negro.  Me contestó que los negros tenían su corazoncito, pero que se fueran a Africa con las pateras. Me hice sangre en la lengua.

--Sinceramente, ¿Usted sabía que con su naturalidad, su complicidad con la cámara, y el saber hacer hablar a los entrevistados ofrecía un programa para ‘prime time’ en cualquier cadena nacional? --Era evidente que el programa era bueno, allí estaba la audiencia, pero... ¿Lo pensaban así esas cadenas?. (Texto: José María Morillo).

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En la desparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, Mellizo de Rota, desconocido, Frasquito, Juani Jerez, José Cuevas Mateo, desconocido,José Pérez, Fernando Heredia, desconocido, Luis Fernández Chuliá, Salva, Botella (sobrino), Pipo de Cádiz, desconocido, Benítez, ‘La Barca’, Paco Figuereo y Juanito. /Foto: Rafa.

En la imagen, Buena parte de los colonos que actualmente cuentan con parcelas en el Coto de la Isleta examinando algunos de los documentos que corroboran los arrendamientos realizados por el Ayuntamiento en este asentamiento agrícola y ganadero

En 1942 el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María arrendó unas fincas en el Coto de la Isleta a unos ex combatientes de la Guerra Civil. Sus descendientes reclaman que se regularice su situación. «No somos usurpadores», afirman.

Sobre ellos pende cual espada de Damocles un expediente del Ayuntamiento que puede obligarles a abandonar los terrenos donde han vivido, la mayoría, toda su vida. Y, algunos, incluso, tienen que hacer frente a unas diligencias en el Juzgado de lo Penal por un delito contra la ordenación del territorio y otro por usurpación. Sin embargo, si hay algo que les indigna por encima de esto es que los acusen de "usurpadores".

Señaladas con la flecha roja, las parcelas del Coto de la Isleta objeto del litigio de ¡los úlitimos colonos'. /Foto: Google.

Este es el caso de los colonos de una decena de parcelas ubicadas en el Coto de la Isleta. Su situación ha trascendido en estos días nuevamente tras un comunicado hecho público en el último trimestre del pasado año por parte del colectivo Ecologistas en Acción que apunta que la Junta de Andalucía ha solicitado información al Ayuntamiento sobre los expedientes disciplinarios abiertos contra ellos. Las fincas se encuentran sobre un terreno de propiedad municipal que está catalogado en la actualidad como espacio protegido (es un sistema general de espacios libres). Sin embargo, en este singular caso hay un trasfondo de permisividad y dejadez institucional arrastrado durante décadas que ha provocado que estas familias se encuentren en una situación excepcional. No en vano, son la herencia de uno de los últimos vestigios de la política de colonización agraria en la ciudad llevada a cabo por el Régimen Franquista en la Posguerra, cuya enseña más conocida es el Poblado de Doña Blanca.

LOS INICIOS: AÑO 1941.
Era el año 1941 cuando el Ayuntamiento, que estaba dirigido por Manuel Barba Ordóñez, proponía la adquisición de una finca de 1.600 aranzadas en el Coto de la Isleta que era propiedad de Josefa Bolaños./En la imagen de la izquierda, el alcalde Manuel Barba Ordóñez.

Meses después se cerraba la operación, una transacción que le costó al Ayuntamiento 110.000 pesetas de entonces. Un año después, con el cabildo dirigido por Fernando de Terry y del Cuvillo, se decidía parcelar estos terrenos para darlos "a buenos trabajadores del campo, vecinos y domiciliados en la población" que, "por humilde y por sufrida, merece sobre todas las demás el decidido amparo de este Ayuntamiento", según reza en uno de los documentos de la época.

Los beneficiarios eran, en su mayoría, ex combatientes del Bando Nacional a los que se le aplicó un sistema de explotación similar al de Doña Blanca. Así, pagaban sus rentas anuales, en este caso al Ayuntamiento, tanto en efectivo como en especie. También estaban obligados a realizar su aportación a la Cámara Agraria como cualquier explotación agropecuaria de la época. Todos los que hoy siguen en estas tierras son hijos o familiares directos de aquellos beneficiarios originarios. /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando C. de Terry y del Cuvillo, apodado 'el Levante', por su fuerte temperamento.

RECISIÓN DE LOS CONTRATOS: AÑO 1974.
Este sistema se mantuvo hasta principios de los setenta. Concretamente, en 1974 el Pleno municipal acordaba rescindir los contratos de arrendamiento que mantenía con los colonos que se habían asentado en una franja del Coto de la Isleta situada en paralelo a la vía del tren (hoy en día es una zona de aparcamientos para el pinar), a los que indemnizó económicamente.

Sin embargo, mantuvo las parcelas que hoy día siguen en una de las márgenes del Camino del Tiro Pichón. Eso sí, el Consistorio empezó a dejar de cobrar las rentas, aunque la Cámara Agraria siguió haciéndolo hasta su desaparición en la década de los ochenta.  /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando T. de Terry Galarza.

Conforme los antiguos adjudicatarios envejecían o morían se fueron reduciendo las explotaciones agrícolas y ganaderas, aunque a ello se unió que los terrenos perdieron su fertilidad por su progresiva salinización debido al encauzamiento de un canal para la salina de La Tapa, que transcurre muy próxima a la finca. Eso sí, algunos de los hijos siguieron residiendo en ellas o manteniendo, aunque a pequeña escala, los huertos o las explotaciones ganaderas.

José Jiménez lo explica: "--Yo he nacido aquí. Tengo 65 años y esta es la única casa que he conocido. Pero ahora me acusan de que soy un okupa". Todas las viviendas cuentan con agua potable, una red que está conectada a la red general de Apemsa, quien autorizó los enganches. Incluso, algunos cuentan con permisos de luz concedidos por Hernán Díaz y Juan Carlos Rodríguez. Sin embargo, no pudieron contratar el suministro por lo que recurren a placas solares o a motores. Incluso, María asegura: "--A mí, Hernán me consiguió los materiales para hacerme mi casa". Acto seguido, Milagros apunta: "--Y a mí me dio permiso para hacer la valla de la mía". José Miguel Gómez Pedrosa, abogado del grupo de colonos, señala al respecto: "--A estas familias no se les puede acusar de ser usurpadores de un terreno público por la naturaleza y el recorrido histórico de este asentamiento ya que las mismas en su día contaban con contratos de arrendamiento, cuya posesión del terreno ha sido conocida, consentida y tolerada pacíficamente por el Ayuntamiento a lo largo de décadas".  /En la imagen, el alcalde Hernán Díaz Cortés.

EXPEDIENTES DISCIPLINARIOS: AÑO 2010.
Sin embargo, el Consistorio inició hace algo más de dos años un triple procedimiento disciplinario contra los colonos. Para empezar, abrió unos expedientes de restablecimiento de la legalidad contra las construcciones más recientes. Incluso, algunos de estos procedimientos han derivado en la vía penal iniciándose diligencias penales por un supuesto doble delito, la usurpación y contra la ordenación del territorio. Y, a esto se ha sumado que se ha abierto un expediente de extinción de la ocupación del dominio público.

Ante esto, el letrado de los afectados inició hace más de un año los contactos con el Ayuntamiento para tratar de buscar una solución amistosa. De hecho, se mantuvieron encuentros con el alcalde, Enrique Moresco, y con el concejal de Patrimonio, Francisco Aguilar. Este edil se comprometió con los colonos a buscar una solución pero, un año después, no se ha recibido una propuesta. Días atrás, volvieron a solicitar un nuevo encuentro con la primera autoridad de la ciudad. Sin embargo, los colonos critican que el Ayuntamiento, ni siquiera, les permita acceder al expediente completo de estas fincas./En la imagen, el actual alcalde, Enrique Moresco García.

Llevan meses solicitando consultar los legajos históricos donde aparecen recogidos los contratos de arrendamiento. "--Lo que queremos es que arreglen nuestra situación, que nos dejen seguir aquí porque es donde siempre hemos vivido, y pagando, como hemos hecho siempre", comenta una de las colonas cuando se le pregunta por el futuro. "--Pero que no nos digan más que somos unos usurpadores", apostilla Eduardo Gallardo. (Texto: Emilio M. Cañas).

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Ana Mato Adrover, nació en Madrid el 24 de septiembre de 1959. Tiene casa en El Puerto de Santa María. Pocas personas hay en el PP que conozcan mejor su partido que la  ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y posiblemente no hay nadie como ella para sentar en torno a una mesa a un grupo de dirigentes y ponerles a trabajar sin que se escape detalle o chirríe el mensaje. Es posiblemente la virtud más destacada de Ana Mato, su facilidad para coordinar equipos, campañas y mensajes, no en balde a eso se ha dedicado prácticamente desde que entró en política a principios de los 80 de la mano de Jorge Vestrynge.

Que es uno de los ojitos derechos de Rajoy --en ese cupo privilegiado también están Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores De Cospedal-- no lo duda nadie, y que el presidente del Gobierno admira de ella su entrega al trabajo, su discreción y su eficacia, tampoco. Por algo la puso a su lado en el Comité de Dirección del PP en 2008 como vicesecretaria de Organización, y por eso también la designó directora de las campañas más exitosas de la historia de los populares, las autonómicas y locales de mayo y las generales de noviembre de 2011 y luego como ministra del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un departamento que tiene pendiente conseguir un pacto de Estado por la sanidad que asegure la cohesión y la equidad entre las comunidades autónomas y la sostenibilidad del sistema sanitario público en un contexto de crisis económica.

El pasado año, durante la presentación del cartel de la Feria de El Puerto en Madrid, dedicada a los países iberoamericanos, junto al alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco.

A sus 53 años, con tres hijos -dos de ellos alrededor de los 20-, a Ana Mato le ha tocado dejar las cocinas del PP y de cocer decisiones para otros y dar la cara para anunciar iniciativas propias. En eso su experiencia es menor, y hay quien en el seno del Partido Popular duda de que se pueda mostrar tan eficaz delante de los medios de comunicación. Pero Mato no es mujer que se arredre y si por algo se caracteriza, dicen sus allegados, es por enfrentarse a los retos dando la cara, sin aspavientos ni histrionismos, sino calladamente, estudiando muchos los pasos que dar. Uno repasa su trayectoria y queda claro, al fin y al cabo la suya es una carrera cuesta arriba que ha hecho despacio, pero sin desfallecer.

Primero en Alianza Popular al mando del departamento de Información, después como subdirectora de José María Aznar en la Presidencia de Castilla y León, donde continuó como asesora del sucesor, Juan José Lucas; luego regreso a Madrid, a la Asamblea autonómica para, por fin, en 1996, integrarse en la Ejecutiva del PP con el padrinazgo del propio Aznar. Desde entonces hasta ahora, y salvo un paréntesis como eurodiputada en Bruselas, destino que ella pidió para familiarizarse con la política europea y perfeccionar un idioma que ya maneja bien, el inglés, no se ha movido de las altas esferas del partido, pero sin asomar mucho por el escaparate, siempre a la espalda del líder:

Hasta procesos verdaderamente complejos ha tenido que gestionar en los reservados de los restaurantes, como aquellas comidas con Francisco Álvarez Cascos para abordar la candidatura a la Presidencia de Asturias. La única que pudo hablar con el exministro fue ella, pues entre sus talentos también está la facilidad para llevarse bien con todo el mundo y no pisar a nadie.

Durante una visita al CEEI (Centro Europeo de Empresas e Innovación) Bahía de Cádiz, en El Puerto, el año 2009.

Mato no es de cavilar ella sola sobre las decisiones que tomar, al contrario: piensa en un equipo, les pregunta, los designa y comienzan las reuniones; ella pone los asuntos sobre la mesa y alienta debates duraderos hasta que sale en claro cómo actuar. Se entrega a este sistema más por devoción que por responsabilidad, a veces ni descansa o se detiene para comer, y ya algunos miembros de su equipo bromean con lo hartos que están de almorzar entre envases de plástico. Ella misma ha reconocido que entraba a trabajar a primera hora y se iba a su casa cuando en Génova sólo quedaban los guardias de seguridad. Entonces, cogía su utilitario, se iba  a su casa de las afueras de Madrid, cena poco, procura charlar con sus hijos y se va a dormir, a veces con un libro entre las manos, a veces sin nada, agotada.

Le encanta perder el tiempo en su casa de El Puerto de Santa María, e incluso irse de viaje con sus hijos a alguna capital europea -antes de la campaña de las generales se reservó su primer fin de semana en meses para irse a París-.

De izquierda a derecha, Teófila Martínez, Ana Mato y Ana Rosa Quintana en un tendido en los Toros de El Puerto.

Quienes la conocen sólo pueden quererla: sus colaboradores, Juan Carlos Vera, José Antonio Bermúdez de Castro, Alfonso Serrano o María Ávila, sencillamente la adoran. Ahora en el Gobierno, sigue trabajando a destajo y pensando en que no ve a sus hijos lo suficiente. Pero lo hará en silencio, entregada, entre comidas de despacho y restos de ensaladas del "Rodilla".  (Texto: Ángel A. Giménez).

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Antonio Ramírez Alejo, ‘el Peana’, nació en San Fernando el 28 de octubre de 1940, primer hijo del matrimonio formado por el también cañaílla Isaac Ramírez del Río y la chicanear María Alejo Rendón; tuvieron otras dos hijas, Carmen y Josefina.

El padre de Antonio era militar quien fallecería en 1945 a la edad de 29 años, por lo que la familia se traslada desde la La Isla a El Puerto con sus abuelos, viviendo en el núm. 98 la calle Cielos (entonces General Mola). Antonio tenía cinco años. Estudiaría, ya en El Puerto, en los colegios de Bellas Artes (actual Instituto de Santo Domingo), con don Juan ‘el Cojo’ (ver nótula núm. 138 en GdP) en la calle San Sebastián, y en el ‘Colegito’, actual SAFA-San Luis.

En el Colegito fue miembro del coro de cantores en las cuatro voces, dirigió por hermanos del Noviciado y Justo Pastor, a la vez profesor del colegio, que fue quien le puso el apodo de ‘el Peana’. Fue monaguillo y sacristán en la iglesia del Convento del Espíritu Santo, colaborando con el desaparecido convento de Las Salesas (en la calle Larga, donde hoy se encuentra la tienda Galsa decoración), también con el convento de las Capuchinas (hoy Hotel Monasterio) y con la parroquia de San Joaquín. En los momentos libres o durante las vacaciones estuvo como aprendiz de barbero en la Barbería de Barcala, en la calle Larga, con su tío Antonio Alejo que era oficial. Es hermano de la Cofradía del Nazareno, desde hace más de cuarenta y cinco años.

Antonio, sobre una bicicleta en la calle Ganado.

Pero su fuerte no eran los libros y sí la Formación Profesional: le gustaban los talleres de SAFA, aunque su madre no lo compartía aunque si entendía la necesidad imperiosa de tener que empezar a trabajar pronto, para ayudar algo en la economía de la casa de una familia sin el progenitor.

José López y Antonio Ramírez, en el Cine Moderno.

Es amigo de los que fueron propietarios de los cines Moderno y Victoria, los hermanos López, y como tal les ayudaba en los días de mucha afluencia de público en las tareas de acomodador, portero, taquillero o donde hiciera falta.

TEJIDOS REPULLO.
Con 17 años, Antonio se colocó como dependiente en Casa Repullo, una tienda de tejidos y confecciones en la calle Ganado 23. Su propietario, Pedro Repullo Dufort, natural de Lucena era una gran persona y su primer jefe. Pero hubo de marcharse, por razones de índole familiar a su pueblo y traspasó la tienda --con Antonio dentro, para que no perdiera la antigüedad-- a Rafael Martín Pérez, de calzados ‘Mi Tienda’ pasando de vendedor de telas a vendedor de zapatos, estableciéndose en el mismo lugar Calzados ‘La Infantil’.

En el Parque Calderón, de izquierda a derecha, José Gil Duran “Gilito”, Miguel Perez Sanchez, Franciasco Sordo de la Torre, Eduardo Clemente Rial Presidente de Aspodem Pm 40 del Puerto de Santa Maria, Antonio de la Torre Gonzalez y agachado, Antonio. /Foto: Bernal.

En el año 1967 dejó la zapatería cubriendo su puesto la esposa de su jefe, ejerciendo como comercial durante algunos meses en EDYCO, empresa de representaciones para la hostelería, representada por Antonio Cólogan Osborne y donde trabajaba el inolvidable Agustín Merello. La sede de la empresa estaba en un lateral donde hoy se ubica la actual plaza de Enrique Bartolomé, siendo pioneros en la venta de platos, vasos y cubiertos de plástico. Antonio vendía el vermut Calty.

En el Freidor de la calle Ganado: Miguel Pérez Sánchez; Antonio Ramírez Alejo; Sebastian Marroquin Gómez; Diego López Romero; y el propietario de la freiduría de pescado, Daniel Villar. 30 de marzo de 1963.

AGUAS DE EL PUERTO.
En 1967 Antonio paraba en el Bar La Solera, en la calle Ganado, donde coincidía con algunos funcionarios municipales a la salida de su jornada laboral, entre ellos Francisco Lara Izquierdo, Jefe del Servicio Municipal de Aguas hoy APEMSA, y quien fuera su jefe durante muchos años. «--Me comentó que si quería cubrir unas vacaciones de un cobrador domiciliario y acepté la propuesta y allí continuaría trabajando desde entonces hasta mi jubilación en 2005 como sub Jefe de Servicio, tras 38 años de trabajo en la institución municipal».

Personal de APEMSA, de izquierda a derecha, Antonio Camacho, Antonio Ramírez, Eduardo Brea, Miguel Baena, y sentadas Asunti Poullet y Hortensia Renedo.

Con la llegada de los ayuntamientos democráticos, en 1979, se produjeron algunos cambios en la ubicación de algunos negociados, entre ellos la Recaudación Municipal, destinándole con el primer Recaudador que tuvo el Ayuntamiento, José Manuel Martínez Machuca, de Cádiz, que se instaló en la calle Cielos en la antigua carbonería de Gonzalo, cambiando con los años de Recaudador.

En el homenaje de su jubilación, de izquierda a derecha, Juan Campos, Antonio Ramírez, su mujer, y de pié María Alba y Hortensia Renedo.

A Antonio le buscarán nueva ubicación en el organigrama municipal, y de nuevo regresa al Ayuntamiento, esta vez en Depositaría teniendo como jefe a José Ignacio Pérez Salas, regresando con posterioridad al servicio de aguas, a la ya entonces empresa municipal APEMSA (Aguas de El Puerto Empresa Municipal, S.A.)

En el desaparecido camo Eduardo Dato. De pie: Antonio Ramírez Alejo; Sebastián Marroquin Gómez; Miguel Casado González; Carlos Diaz Nieves; Miguel Pérez Sánchez; Antonio de la Torre González. Agachados: Javier Tosar Barrera; José Nogués Ropero; Mariano Serrano García “Nano”; Reina; Juan Antonio Gilabert Lopez; José Gil Durán “Gilito”. 06 de junio de 1958.

PORTERO DE FÚTBOL.
Pero hagamos un retroceso en el tiempo y volvamos a los años jóvenes. Con 17 años Antonio empezará a jugar de portero en el equipo del C.D. Frente de Juventudes, aunque casi siempre de suplente, formando un buen equipo, siendo entrenados durante algo más de una temporada por Ledesma, un portero que perteneció al primer equipo del Atlético de Madrid, quien fichó por el Portuense.

Antonio Ramírez Alejo y Agustín Merello del Cuvillo entrevistando a Bernardo Sancho Jimenez. Año 1968

REDACTOR DEPORTIVO.
Superando la adolescencia Antonio da un giro a su vida dedicándose a la prensa deportiva, en aquellos tiempos ‘Cruzados’ y ‘La Voz de la Bahía’, firmando como A. Ramírez, ARA, y ‘El Peana’ como redactor deportivo, entre otros. Le fue bien, viviendo momentos muy felices en la temporada 1965/66 con el C.D. San Javier, en una potente regional alzándose con el campeonato de liga. El San Javier llamaba poderosamente la atención por su forma de jugar y, porque eran muy pocos los equipos que, a nivel nacional, iban uniformados en sus desplazamientos, siendo su presidente Pedro López Romero.

RACING-ALAVÉS.
Otro momento aún mejor fue la temporada 1967/68, cuando el R.C. Portuense se proclamaba Campeón de Tercera División de su grupo XII. tras previas eliminatorias para subir a Segunda División, siendo eliminados por el C.D. Alavés. El partido de ida fue un divertimento: se desplazaron para cubrir la información a Vitoria, Agustín Merello de Cruzados, el recientemente desaparecido Antonio Pérez Sauci de Diario de Cádiz y el propio Antonio. Los dos primeros emitieron para Radio Jerez F.M. con el patrocinio de Bodegas Terry.

1967-68 Racing C.F. Esta foto fue la que se usó en el número extraordinario de Cruzados para su edición especial que se editó con motivo del fracasado ascenso a segunda división contra el Alavés. De pie: Jaime Ruiz Chinea; Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Luis Soriano Gómez, : Mariano Serrano “Nano”, desconocido, Chares, Maza, Marcelino, Manuel Prado Gómez “Lolo”, Manuel Jarque “Chicharito”, “Nene, Iginio Obregón Agudo, Ventura (entrenador). Agachados: Feria, José Breval, Sebastian José Vera Palmer, desconocido, Jesús Bastián, Miguel Mata, Martínez Jaen, desconocido, desconocido.

Recuerda: «El Racing realizó un buen partido de contención, el resto creo que todos lo conocemos. Refrescando un poco la memoria, no os podéis imaginar lo que tuvimos que trabajar un grupo de personas para sacar el número especial extraordinario de Cruzados, y retransmitir para la Radio Jerez F.M., en aquella época con poca audiencia, ya que no conseguimos patrocinadores para la onda media. Fueron un buen equipo de periodistas aficionados: el incansable trabajador y admirado por todos Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), junto a José Ignacio Buhigas, Diego Utrera Sánchez (ver nótula núm. 1584 en GdP) y un servidor».

Antonio Ramírez, con Garrucho, en el Bar 'El Ermitaño'.

VARIEDADES.
En la calle Javier de Burgos, en el local social de esta institución, Antonio organizaba espectáculos de variedades con los artistas locales de la época: Luis ‘el de los Huevos’ (ver nótula núm. 203 en GdP), Manolo Carrillo (ver nótula núm. 076 en GdP), Luis Moreno, Manolo Astorga Morillo, Manuel Jarque Martínez 'Chicharito'  (ver nótula núm. 292 en GdP), Luis Aranda, Pepichi Nogués y su conjunto (ver nótula núm. 444 en GdP), entre otros y la verdad que con bastante éxito, repitiéndose las actuaciones.

LOS TOROS.
‘El Peana’ es también un gran aficionado a los toros y fue íntimo amigo del que fuera novillero sin picadores Miguel Paradela del Pino, su padre conserje del Matadero Municipal, acompañándole allí a los entrenamientos junto a los más íntimos para hacer, ora de toro, ora de torero. Así que, de salón, Antonio practicó también durante un tiempo el arte del toreo.

En la cantina del Cine Moderno, con Manuel Ojeda.

«--Me viene a la memoria que fui cómplice de Agustín Merello cuando, siendo corresponsal de ABC de Sevilla y, entre otras cosas tenía que cubrir las informaciones deportivas y taurinas y dado que no le hacía mucha gracia redactar esta última se la hacía yo, firmando él como corresponsal. Un día me hizo mucha ilusión cuando me dijo Agustín: ‘--Me han llamado de ABC para que entreviste a José Luis Galloso, para la contraportada, junto a su apoderado Jaime Osborne. Y en casa de este último en la calle Jesús Nazareno se hizo el trabajo, coincidiendo con la presentación de Galloso como becerrista o novillero sin caballos, cuando puso el cartel de ‘No hay billetes’, saliendo por la Puerta del Príncipe y, con el temor a equivocarme, me parece que, en ambas cosas, fue pionero».

Fue directivo de la Peña Flamenca ‘El Chumi’: entre 1994 a 2007 tesorero, y hasta 2011 Socio Colaborador, siendo en la actualidad socio numerario. Sigue siendo aficionado al fútbol y a los toros y al cine, pero en la televisión.

Casado con Carmen Sánchez Guerrero, natural de Ubrique, tienen tres hijos varones: Isaac, Daniel y Jesús.

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En la desaparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, de uniforme Vicente Perea Gandulla, con gafas Pineda, al micrófono Crstobal Romero Raposo, desconocido, José Bootello, Juan Antonio Cuevas Flores ‘Mosco’, desconocido, Salvador Figuereo ‘Salva’, semiescondido con gorra y apoyado en el anterior Gabriel Cuevas Flores, Manuel Espinosa, Luis Soriano y Chicla de Cádiz. /Foto: Rafa.

«Existe en nuestro pueblo una herencia espiritual, pero no un patrimonio de raza. El Puerto no es la estirpe, no es la raíz o tronco de una familia. La ciudad tiene más de alambique y de molde, que de cuna. En cuanto corre por la sangre un miligramo de sal marina de la que satura el ambiente o una gota del vino sutil de estas soleras que sin embriagar adormece, El Puerto ha realizado su conquista. Un hijo de castellanos-cántabros, nacido aquí, dirá siempre que es portuense. Dirá lo mismo que el nieto del inglés o de otros extranjeros. El ambiente penetra, domina y caracteriza cuanto se le entrega.»

Quién así se expresaba, en los inicios del siglo pasado era el portuense Mariano López Muñoz, en un artículo publicado la ‘Revista Portuense’ bajo el título “Lo que Pío Baroja vio en la Ciudad” recopilado con posterioridad en su libro “Las Trovas del Guadalete. Predicaciones y Divagaciones”, editado en nuestra Ciudad en 1926 por la Tipolitografía Pérez Pastor. Que forma más lírica y más profunda, como podrán comprobar más adelante, de introducirse en la esencia del portuense.

Continúa López Muñoz: «La personalidad colectiva se forma por fusión de abolengos particulares bajo las influencias ponderadas de la luz y de las brisas. El pueblo en constante renovación representa una suma: un resultado sintético obtenido por mezcla. Esto nos explica la diversidad de matices, cuando se desasocian nuestros pensamientos individuales.  Habiendo todos cristalizado en igual forma –la naturaleza portuense- tenemos diferente composición química, procedente de asturianos, de gallegos, de sevillanos, de ingleses, de alemanes o vascos o de hombres de Castilla, que sostienen la tendencia a la disgregación.»

Lo que este portuense del siglo pasado vio en El Puerto es lo que cualquiera puede comprobar hoy, sigue vigente. Las procedencias de todavía más lejos y más variados rincones del mundo, como se comprueba en el padrón de habitantes. Las preferencias para escoger, amar y vivir El Puerto, de diversa índole. Y el que viene obligado por circunstancias, o por casualidades de la vida, acaba en un idilio de por vida con esta Ciudad. Idilio que se traduce en irregulares resultados para con este Puerto de arribada, de abrigo, de arrebatacapas, de claridad, franco y de Santa María.

Y es que se dan varias clases de portuenses (y ya se quien va a reprochar mañana lunes en el café que soy un xenófobo). Están los de nacimiento: y de éstos tenemos tres tipos: los involucrados por el engrandecimiento de su Ciudad, los que se aprovechan de ella y los que dejan que El Puerto pase por ellos porque ellos no pasan por El Puerto. Los que han venido por haber encontrado aquí su puesto de trabajo. Los que han escogido la ciudad para vivir en un acto de amor con la misma y luchan por ella mas que muchos nativos. Los que han aterrizado en El Puerto y puesto su objetivo en especular con los valores de todo tipo que aun conserva (a esos, mi vecino de la calle San Juan, Luís Suárez, los llama paracaidistas). Los que viven aquí pero igual podrían hacerlo en Beteta (Cuenca), sin preocuparse de nada más que no sea su supervivencia. Con una mijita de humor se podrían dividir a los que vienen del extranjero globalizado en dos: guiris y emigrantes. En fin.

Prosigue el intuitivo escritor hace cerca de 90 años: «Se vive en El Puerto paladeando amarguras, se sale de él con los desengaños agobiadores sobre los hombros; pero se le sigue amando, aunque los corazones destilen, gota a gota la desilusión. El Puerto, mezcla de almas individuales en el alma colectiva, no logró nunca someter los pensamientos de sus hijos a un ritmo concertado en las acciones: cada cual camina a su paso y con su opinión… o sin ninguna. ¡No sabremos nunca si los vuelos de las gaviotas representan una bella ilusión o una triste fatalidad a la entrada de la ría! El Puerto, cuyas riquezas llegan y se deshacen, como la espuma del oleaje en la playa, mientras los gatos del Resbalón (la lonja del pescado) van entrando con cautela y se llevan lo que pueden…». Otro amigo mío, ha llegado a llamar a El Puerto 'la Ciudad ingrata', pero me resisto a ello.

Amor a la Ciudad y desilusión, a partes iguales, parece que conjuga el escritor de antaño, como un dios Jano, el de las dos caras. Un certero texto del que se pueden entresacar, más allá de las figuras literarias, un cierto hartazgo de quien enamorado de la misma no terminaba de estar a gusto ante la desidia de sus paisanos. Y es que, entonces como ahora, participar en la vida de la Ciudad, implicarse en el desarrollo de la misma transforma a los residentes en vecinos. En ciudadanos. Vecinos y ciudadanos de El Puerto en la trimilenaria Bahía de Cádiz. Casi ná. (Texto: José María Morillo).

El segundo hijo de Gervasio Winthuysen La Haya y María Magdalena Garrasi sería bautizado como Tomás Felipe al día siguiente de su nacimiento, un miércoles 20 de diciembre de 1705, de manos de Don Tomás Antonio de Abreu y Brito, cura en la iglesia Mayor Prioral de El Puerto, y apadrinado por Juan Bautista Porro, de la familia política del tío de su padre, Mathias Winthuysen.

La primera referencia documental válida obtenida sobre Tomás Felipe corresponde a los padrones civiles o de vecindario del año 1734. Generalmente los que se conservan de este siglo, salvo dos o tres excepciones, están incompletos de ahí que resultase una sorpresa conocer su filiación en esa fecha: “Tomás Wintuisen, de oficio corredor, de hedad de veintiocho años, de estado casado, con dos hijos, el uno varón, de hedad de tres años.” Figura empadronado con su familia en una casa señalada en cuarto lugar de calle Santa Clara, actual Carmen Pérez Pascual, casa que se indica como propia del presbítero Don Juan del Clavo.

Pasaron varios años en los que nada supimos de la vida y milagros de este interesante personaje. Decimos lo de interesante porque la siguiente noticia que de él tenemos nos la proporcionó el autor norteamericano Donald Chipman que  sitúa en la primavera de 1741 a Tomás Felipe Winthuysen  en Texas, enviado por el Virrey de Nueva España como gobernador del presidio de San Antonio de Bexar, sustituyendo a Prudencio de Orobio y Basterra.

Relación de gobernadores de Texas. Entre 1741 y 1743, estuvo nuestro protagonista, señalado en rojo.

Realmente, la primera noticia me la proporcionó la familia Winthuysen Aparici, residentes en EE.UU. que habían localizado un documento registrado como “Relato de la expedición a Texas y las Nuevas Philipinas” en la colección del “Center for American history”, en Austin (Texas), fechado el 19 de agosto de 1744, con la firma de Thomás Phelipe de Winthuysen, personaje que ellos, que conocían su genealogía familiar desde sus orígenes, no acertaban a encajar en la misma.

El documento proviene, según me informó la familia Winthuysen Aparici, de una donación que hizo un industrial norteamericano, dueño de la “American Smelting and Refining Company” en 1920. Al parecer, este millonario lo adquirió en una subasta de documentos supuestamente pirateados, como muchos otros del reino de España que se encuentran en los archivos norteamericanos, y después hizo la donación que atestigua una carta dirigida a Baker, en la Universidad de Tejas.  Parece que fue traducido al inglés al poco tiempo de su donación –continúa informando los Winthuysen Aparici- “por especialistas de la Historia de Texas que tanto empeño pusieron en demostrar la identidad única del estado con una bandera en la que campea una estrella sola. El caso es que el relato si proviene de una segunda expedición para verificar el problema que causaban los establecimientos de los franceses y como la población india vivían bajo protección de misiones y presidios, -huyendo de la violencia de los Apaches- que mantenían la corona española en las áreas de San Antonio, Brazos y madre de Dios, suena verídico, no como una copia amanuense. El tono que mantiene el relato es el de comprobar que en verdad existe la posibilidad de que esas nuevas provincias sean un día productoras de pingües rentas y de que convenga continuar sosteniendo las fuerzas militares en los presidios, más el servicio eclesiástico en las misiones.”

Estos documentos, conocidos como “relatorios” eran informes técnicos realizados por encargo de alguna autoridad. En este caso, parece que por encargo del Virrey, aunque en el encabezamiento del documento original, que consta de once pliegos, simplemente se enuncia como “Señor”. Reproducimos el primer y último párrafo de dicho documento, en el que puede apreciarse por su redacción el alto nivel de educación, conocimiento y observación del redactor del mismo.

Esto dice la página que reproducimos a la izquierda: “Señor: Para aver de informar a V.S. sobre el adelantamiento de la Provincia de Texas y Nuevas Philipinas. En virtud de su precepto tengo por conveniente exponer primero el estado actual de sus presidios y misiones, y sobre este el dictamen del remedio que a mi cortedad alcanza.

Primeramente desde el rio llamado de Medina, se da principio a la vasta Provincia de Texas y Nuevas Philipinas, y a distancia de él, como de seis leguas, está el Presidio de San Antonio de Béjar, y Villa de San Fernando, situado a orillas del rio de S. Antonio, por la vanda del Norte y por la del Sur a orillas del río de S. Pedro; este no es abundante de aguas como el río antecedente, el cual nace dos leguas Delante de dicho presidio, tan abundante de aguas, que no solo contribuye al riego de las labores de dicho presidio, villa y cinco misiones, sino que es capaz de contribuir a muchísima más poblazón, siendo al mismo tiempo sus aguas muy delgadas y saludables; y las tierras son sumamente fértiles, pues en ellas ay experiencia de darse todo género de semillas, plantas y frutas.”
…      …     …     …      …    …    …    …    …     …    …    …    …    …    …    …

Por tanto, atendidas las principales causas que me an parecido exponer las pongo en la alta comprehensión de V.S. para que vistos sus fundamentos y mi buen deseo en que se adelante Provincia tan (sic) dirija y ordene a conseguir el fin mediante la acertada conducta de V.S. por cuya vida le pido a Dios le guarde muchos años. México y Agosto 19 de 1744.  B.L.P.V.S. (Besa los pies de Vuestra Señoría)= Rúbrica

Con estos datos podemos llegar a la conclusión de que, a partir de 1735, abandonara su actividad mercantil y se iniciara en la militar, emigrando a las Indias, como soldado de fortuna, posiblemente sin su familia. En Nueva España debió mostrar aptitudes muy positivas para, en tan corto espacio de tiempo, gozar de la confianza del Virrey mexicano que le nombró jefe del presidio citado que, al ser el más importante de la colonia tejana, llevaba aparejado el cargo de gobernador

La sede del gobernador de Texas, el presidio de San Antonio de Bexar.

La denominación “presidio” en el contexto de la época nada tiene que ver con cárcel o confinamiento. Era un centro de defensa para proteger a los colonos instalados en tierras fronterizas, denominadas misiones, especialmente contra los nativos hostiles y también para controlar el robo de ganado y el contrabando. El presidio de San Antonio de Bexar fue fundado en 1718 en el lado oeste del río San Antonio (San Antonio River) aunque su puesta en funcionamiento no se consolidó hasta 1722, fecha en la que se instalaron cuatro familias de colonos, y se dotó con 54 soldados, la mayoría novatos, con solo una decena de  veteranos que hacían la labor de guarda  y escolta de diversas misiones cercanas, entre ellas la  de San Antonio Valero, San Antonio del Álamo y el asentamiento de “Los Adaes”. A este colectivo citado hay que añadir las familias de los soldados, totalizando unas doscientos españoles agrupados en torno al presidio.

Una década antes de la llegada de Winthuysen a San Antonio se amplió el número de colonos, agregándose quince nuevas familias procedentes de las islas canarias: de Lanzarote, Tenerife y Las Palmas, coincidiendo este movimiento migratorio con una época de grandes erupciones volcánicas en este archipiélago  (1731-1736).  A estos colonos canarios, a los que se les llamó “isleños” y que en años posteriores se mezclarían con los indios, se les consideran los fundadores de la ciudad de San Antonio, actual capital del estado de Texas. Sumaban 57 individuos, entre hombres, mujeres y niños. Llegaron a Veracruz y, en una penosa marcha de muchos meses, con sus propios medios debieron recorrer más de 1.500 kilómetros, pasando por Tampico, Monterrey y Nueva Laredo hasta llegar a su destino: el presidio de San Antonio de Bexar.

Debió ser un hombre audaz, además de poseer dotes de mando y organizativas, como queda reflejado en los comentarios de Chipman pues, acompañado de un fraile y un guía de la cercana misión de San Antonio Valero y una corta escolta, viajó a las orillas del río Trinidad (Trinity River) a los territorios de las tribus indias de los Atakapa y Tonkawa, contribuyendo a convencer a estos para que se integrasen en la comunidad de la misión.

Situación de San Antonio (Texas) y el río Trinidad.

Respetado  por los “Isleños”, a los que consentía se suministrasen de la colonia francesa de Luisiana de algunos productos básicos  como el poroto  o el maíz, desobedeciendo las órdenes del propio Virrey y también por los indios, por los que se tomó un gran interés, demostrado a las diversas etnias nativas en su relativamente corta estancia en aquellos parajes fronterizos. Puede ser que este humanismo que le atribuimos, sumado a su espíritu crítico con las autoridades, considerando la variedad de problemas que se presentaban en el desempeño de sus funciones contribuyesen a acortar su estancia en aquellas exóticas y lejanas tierras, aunque la presumible ausencia de su familia, aspecto este que no he podido constatar por lo que debo indicarlo como una mera suposición, forjaría en su espíritu la clásica morriña del emigrante y no vio con malos ojos su relevo en 1743 por Justo Boneo Morales, del que dice Chipman que “hizo muchos elogios de su antecesor”. No iba a ser menos. Este curtido militar, capitán de Granaderos, ¡con 38 años de servicio a la corona!, era paisano suyo. Un portuense, por segunda vez, Gobernados de Texas, el decimoctavo.

(Texto de Antonio Gutiérrez Ruiz. Fragmento de su último libro, IV volumen de la serie “Mansiones y Linajes de El Puerto de Santa María” editado hace unos días, titulado “Los Winthuysen” que puede adquirir las personas interesadas en las librerías locales o por correo electrónico: sedtel@hotmail.com)

La A.C. PUERTOGUÍA, editora de esta serie, invita a los seguidores de GdP a la lectura del IV volumen para conocer otros interesantes personajes de esta misma familia y, en general, un abanico de anécdotas, sucedidos, relatos, crónicas e incluso leyendas referidas a los personajes protagonistas y a la ciudad en la que, generalmente, nacieron, vivieron y murieron: El Puerto de Santa María. ¡VOSOTROS, LOS LECTORES, SOIS NUESTROS ÚNICOS PATROCINADORES!

Catalina Álvarez Moreno nació en Cádiz el 2 de enero de 1893. Tendría hoy 12o años. Con doce marchará a vivir con una tía a Jerez de la Frontera. Allí conocerá al que será su marido durante cuarenta y ocho años, viniéndose ambos a vivir a El Puerto de Santa María, primero en la calle Espíritu Santo y más tarde en la Sierra de San Cristobal, en una cueva cantera habilitada como vivienda, una de tantas como existieron. «Después de casarnos nos fuimos de viajes de novios a Cádiz en el tren».

En la cueva pasará Catalina sus años de matrimonio trabajando muy duro, tanto ella como su marido, en la Cantera de Pulido, «En aquel entonces todavía se trabajaba a pico y pala. Allí trabajábamos muchos. Recuerdo que iba a por agua todos los días a un pozo que estaba a una hora de camino y tenía que sacar el agua por cubas».

Es en El Puerto también, donde nacen sus ocho hijos, teniendo su última hija con 49 años: «Y todos en mi casa, jamás he dormido en ningún hospital. La única inyección me la pusieron al nacer una hija mía porque tuve un problema con la albúmina».

Durante tantos años Catalina vio y vivió grandes cambios y momentos trascendentales de nuestra historia. Recuerda emocionada los malos años de la Guerra Civil, en los que pasó miedo. «Yo vivía en la Cuesta de Matajaca, en la carretera de Jerez por la trocha. En la carretera había mucha sangre de criaturas que caían allí». Por eso Catalina considera que la vida es hoy mejor. «Yo no salía a ningún sitio, solamente trabajar y trabajar. Hoy, la vida es mucho más cómoda, aunque lo que no me gusta es todo eso que está pasando; la juventud con las drogas, eso es muy triste».

Catalina, a punto de cumplir los 100 años, vivía con una hija en la barriada de Sudamérica, mimada por todos. «Estoy ahora como una marquesa --manifestaba en diciembre de 1992--, me cuidan mucho y vivo muy tranquila». Sus hijos le dieron 22 nietos y 23 bisnietos, que se ocupaban de darle todo el cariño que se merecía. «Y eso que me casé a los treinta años, si me llego a casar antes, hoy día tengo unos pocos de tataranietos también».

Restos de na vivienda en las cuevas canteras de San Cristóbal.

A Catalina le gustaba la evolución que había ido experimentando El Puerto a lo largo de su vida: «Veo El Puerto muy bonito, está mucho mejor que antes, con sus calles tan aseadas. Bajo poco al centro, pero cuando lo hago, me fijo como está todo y me gusta mucho. Veo la vida pasar, sin asombrarme de nada: ya he visto y pasado mucho».

El periodista gaditano, primer premio Agustín Merello, ha elegido la Galería Milagros Delicado para reunirse con sus amigos portuenses hoy viernes 1 de febrero, en su inicio en literatura tras 40 años de profesión. Fernando Orgambides ha elegido dos únicas presentaciones para Viento de Palabra, la celebrada el pasado 10 de enero en la Librería +Bernat de Barcelona y ésta de El Puerto de Santa María, lo que nos enorgullece.

Fernando Orgambides, muy relacionado con El Puerto nació en 1954 en Cádiz, aunque desde muy joven fijó su residencia en Madrid, con estancias temporales en Barcelona, Sevilla, Valencia, Rabat y Ciudad de México. Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, con estudios ampliados de Relaciones Internacionales  en la Academia Weitz de Bonn, RFA. Tras ejercer como informador en los diarios Informaciones y El País durante los agitados años de la Transición, fue  corresponsal de este último en África del Norte y América Latina, fundador en México de la edición americana de ese periódico, la primera de un medio español en aquel continente, y director de la Cadena Ser en Valencia y de los periódicos El Correo de Andalucía, El Correo de Málaga y Odiel Información. En su juventud trabajó en Diario de Cádiz y en la edición sevillana de Abc. Ha sido también director editorial de GMI, holding de los medios impresos del Grupo Prisa. Es socio-fundador de la sección española de la Asociación de Periodistas Europeos y directivo del Club Internacional de Prensa, con sede en Madrid. En 1991 fue distinguido con el Premio Agustín Merello de Periodismo en su primera edición, galardón que otorga la Asociación de la Prensa de Cádiz, y en 2006 le fue concedida por el rey Juan Carlos la encomienda del Mérito Civil a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores.

VIENTOS DE PALABRAS.  
Esta noche se presenta, este viernes 1 de febrero, a las ocho de la tarde en la Galería Milagros Delicado (Calle Espíritu Santo, 6) Viento de Palabras (Inkthread Press, 2012), primer volumen de una colección de artículos descriptivos y literarios que el autor denomina Crónicas Consulares y en los que se recrea recorriendo, entre el pasado y el presente, los lugares que le han acompañado en su vida profesional,  especialmente en sus años de corresponsal y enviado especial fuera de España.

 

DIARIO DE CÁDIZ Y EL PAÍS.
Orgambides perteneció durante 17 años a la redacción del diario El País y ha sido director de la edición de este periódico en México y de El Correo de Andalucía, decano de la prensa sevillana, pero se inició en los años 70 en Diario de Cádiz, compartiendo generación con grandes profesionales portuenses del periodismo, entre ellos el inolvidable Agustín Merello del Cuvillo, Miguel Valdés Merello y José Ignacio Buhigas Cabrera

EL PUERTO, HACE 40 AÑOS.
Precisamente ha elegido El Puerto como recuerdo a sus comienzos en el periodismo, hace justamente 40 años, cuando enviaba sus primeras notas deportivas a Radio Popular de Sevilla desde la casa de sus amigos Nicolás y Eduardo Terry Martínez y compartía admiración hacia quién también fue su amigo y compañero Agustín Merello del Cuvillo por aquellas excelentes crónicas de los 70 tituladas El ruido y las nueces, piezas magistrales del periodismo de la época.

EL EX PRESIDENTE DE BOLIVIA, EN EL PUERTO.
Enamorado de El Puerto, donde residen sus hermanos Juan José y Curro Orgambides, cronista taurino de Diario de Cádiz, es frecuente visitante de nuestra ciudad, en donde se le ve pasear por el Parque Calderón, la mayoría de las veces con amigos españoles y extranjeros deseosos de conocerla. Como fue el caso hace unos meses del ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, interesado en conocer los lugares que recorrió José Bonaparte durante su estancia aquí cuando el asedio de Cádiz. /En la imagen de la izquierda, el ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora.

Así lo contaba Orgambides: " Así que una tarde nos desplazamos en catamarán (transporte público) a El Puerto de Santa María. Para pasear por sus calles hasta llegar a su Real Plaza de Toros. Y alcanzar desde allí lo que queda del bosque litoral de pinos que separa el caserío del mar. Que era desde donde los franceses divisaban con más nitidez Cádiz. Para emplear desde sus fuertes la artillería. Alberti, poeta portuense, jamás escribió (que yo sepa) de estas historias napoleónicas que tanto gustan a los gaditanos, pero llama a aquellos pinos -en sus evocadoras memorias de infancia- La arboleda perdida. Y así se lo cuento a Jaime cuando acudimos después al Parque Calderón para observar la mortandad de sus palmeras como consecuencia de la terrible plaga del picudo rojo. Un insecto que llegó a España infecto en las palmeras baratas que adquirían los constructores en Egipto para dotar de vegetación los suelos urbanizados. Me desplazo a El Puerto de Santa María bastantes veces al año. Porque gozo allí de excelentes amigos".

PRIMER PREMIO AGUSTÍN MERELLO.
El libro, de lectura rápida y sencillo diseño, recoge las reflexiones de este veterano periodista, primer premio de periodismo Agustín Merello (1991), anotadas en su diario íntimo, creando un espacio universal de diversidad y contraste que salta de Bamako a Colliure, de Tánger a Barcelona, de Palermo a Ciudad de México o de Atenas a Túnez, con referencias históricas y actuales, reflexiones, recuerdos, nostalgias y sentimientos compartidos. /En la imagen de la izquierda, el malogrado periodista Agustín Merello del Cuvillo.

El libro sale al mercado al precio de 8 euros y la colección a la que pertenece tendrá continuación a comienzos de primavera con un segundo volumen, titulado Memoria Transitada. Los beneficios de autor que proporcione la colección irán destinados organizaciones solidarias y del voluntario, en el caso de este primer volumen a la Fundación Luca de Tena. Organización sin ánimo de lucro que desde 1930 socorre a familias de periodistas y empleados de prensa que sufren situación de vulnerabilidad, especialmente las que atraviesan procesos derivados de la pérdida del responsable familiar.

PERIODISTAS INVITADOS DE EXCEPCIÓN.
En la presentación en la Galería Milagros Delicado Orgambides se reunirá en conversación con tres reconocidos profesionales del periodismo y el cine:
•    Joaquín Rábago. Periodista residente en El Puerto. Ex corresponsal de la agencia Efe en Bonn, Ginebra y Londres, y hermano del viñetista de El País, Andrés Rábago, El Roto.
•    Carmen Enríquez. Periodista que vive a caballo entre El Puerto y Madrid. Especialista en Casa Real y presidenta del Club Internacional de Prensa.
•    Juan Lebrón. Cineasta. Director de Andalucía es de cine y productor de Flamenco y Sevillanas (Carlos Saura) y Semana Santa en Sevilla (Manuel Gutiérrez Aragón).

Terminada la presentación, interpretarán unas piezas de guitarra flamenca el dúo de concertistas Isaac Moreno y Davinia Ballesteros.

Reproducimos, por ser de actualidad a pesar de haber sido escrito hace 30 años, el artículos del malogrado periodista Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), que bien puede ilustrar la imagen reciente que lo acompaña.


El Palacio de Juan Vizarrón, Casa Palacio donde se hospedaran SS.MM. los Reyes de España en 1729 y 1730. la conocida popularmente como 'la Casa de las Cadenas' e está cayendo…  /Foto: Base de Datos de Patrimonio Inmueble. Consejería de Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Autora: Isabel Dugo Cobacho.

Tal como se han puesto las cosas, el suelo –esa cosa que se especula y sobre la que se construye--, viene a convertirse en el ciclo tal y como lo aprendimos en el Ripalda, aunque más modestito y al ras que ya se pueden imaginar. Hablamos así, no porque ahora vayamos a tocar el peliagudo asunto, sino porque en nombre de la necesidad de ese suelo celestial se cometen auténticas atrocidades contra el arte y el buen gusto.

Ejemplos, a montones. Edificios señeros, definidores de una época, han caído bajo la acción de la piqueta sin que apenas se hayan oído voces que impidieran el desafuero; y si alguna voz hemos oído, de muy poco sirvió; porque ése y aquél y el otro edificio cayeron con todo el estruendo propio y la polvareda correspondiente. En su lugar, el clásico “bloque”, muy funcional, muy práctico, eso sí; pero ambiguo, aséptico, rompiendo el conjunto arquitectónico, el contexto de una ciudad que, como la nuestra, contiene una armonía que en ningún caso podemos dejar mutilada.

El patio de la Casa de las Cadenas, cuando aún estaba abierto y mantenido por sus vecinos.

Sabemos de los esfuerzos de la Academia de Bellas Artes, que siempre tiene su voz aclarada para advertir las acciones piqueteriles. Sabemos también la preocupación de nuestras autoridades locales, con el muy reciente ejemplo al dotar a la Academia, precisamente, de una sede magnífica al tiempo que evitaba una demolición más; pero indudablemente falta conciencia de conservación, que no es caprichosa ni por mantener un pasado por las buenas; sino porque constituye para la ciudad un tesoro muy valioso, un legado del que somos administradores y debemos serlo muy celosos.

Por eso, ante un panorama que en otros momentos resultaba desolador, contamos con la preocupación de Bellas Artes, la Academia y las autoridades; pero también con el ejemplo de un particular que, a su costa, porque lo creyó un deber de ciudadanía y buen gusto, ante un inminente derrumbio, adquirió la fachada que piensa reconstruir en otro lugar del Puerto.

Valgan estos detalles para una toma de conciencia en esta materia, que tanto beneficiará a la población en general aunque pueda suponer un cierto quebranto concreto; pero merece el sacrificio una acción de tal calibre. (Agustín Merello del Cuvillo. Serie 'el ruido y las nueces'. Diario de Cádiz. 16 de noviembre de 1973)

Gago y García de Quirós, desde el tendido, en 2005: «Venimos a ver torear, y de paso, presidimos»

Gago llevaba, en el momento de hacer esta entrevista -año 2005-  doce años presidiendo la Plaza y García de Quirós dos. El primero era el que más bodas civiles había oficiado en el Ayuntamiento seguido  del segundo. Gago afirmbaa que siendo centenario, era el decano de los presidentes por ser el más veterano. Gago fue seminarista. Quirós había estado un año en el noviciado de presidentes taurinos. Ambos tenían en el dorso de ssu tarjetsa de visita, el azulejo de Joselito, dedicado al día de Toros en El Puerto. Por aquel entonces, se entendían.

Presidentes ¿tanto cuesta, cuesta tanto dar la segunda oreja?
--Gago: Lo que dice el artículo correspondiente del Reglamento Taurino.
--García de Quirós: Pesa el reglamento, la afición de los presidentes y las ganas que le pongan los toreros.

¿Cuándo les mientan a sus antepasados muertos… eso forma parte de la Fiesta?
--GdQ: Es un síntoma de la educación del respetable.
--G: Es una prueba evidente de la falta de educación.

Mójense: Una plaza de Primera, clasificada como de Segunda, y un público…
--G: Que paga y que premia lo que le gusta.
--GdQ: Con arte, conocimientos y afición.

El purismo se está perdiendo, y es una pena…
--GdQ: El libro de los gustos está por escribir. Hay toreros, faenas y toros para todos.
--G: No se está perdiendo. La Fiesta está en constante evolución.

Quien no ha visto Toros en El Puerto no sabe…
--G: Lo que es un día de Toros.
--GdQ: Apreciar lo que es una buena copa de vino, una buena conversación taurina y un paseo por El Puerto.

¿Vds. que prefieren, que se lidien  o que se corran los toros?
--GdQ: Se corren en Pamplona y se lidian en El Puerto.
--G: Públicamente, deben lidiarse.

¿Le haría falta un poco de humor de Muñoz Seca al ambiente taurino portuense?
--G: Por supuesto que si. Hay mucha gente que quiere imponer su criterio a los demás y para eso hace falta mucha gracia.
--GdQ: Le falta relax y ganas de disfrutar. Sobran tiranteces y malas caras.

¿Y las Peñas Taurinas de El Puerto?
--GdQ: Intentan cumplir con su papel dentro de la Fiesta.
--G: Muy bien, gracias. ¿Y usted?

¿Qué tal con el empresario, Justo Ojeda?
--Los dos: Nosotros con la empresa no tenemos nada que ver. Ni tampoco con el ganadero, ni con los toreros. Nosotros venimos a ver torear. Y de paso, presidimos.

--¿Cuál es el toro de El Puerto?
--GdQ: Que tenga dos cuernos, una cabeza, dos orejas, cuatro patas, el rabo, del pelaje que quiere el espectador, y nos dejamos de pamplinas.
--G: Y que se vaya arrastrado sin los apéndices indicados. O indultado.

¿Cuántas corridas, Presidentes?
--G: Entro toros y novillos, más de un centenar. Y aguantando tela.
--GdQ: Catorce espectáculos presididos. Catorce tardes en compañía del respetable y un año de noviciado. (Texto: José María Morillo. Fotos: Fito Carreto.)

Imagen tomada en la actual plaza de las Galeras, entonces Vergel del Conde, en la década de los cincuenta del siglo pasado.

De izquierda a derecha, fila superior: Juan Carlos Benjumeda Abreu, Carlos Casado González, Ángel Ferrer Zamacola, Manuel Pico Ruiz-Calderón, Manuel Pacheco Luque y José Jiménez.

Agachados, de izquierda a derecha, Antonio Gil Ortega, José Luis Pacheco Luque 'Ben Barak' y Victoriano Gil Jiménez. /Foto Colección Vicente González Lechuga.

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Juan Cristo Charneco, (Lagoa, Portugal, 1923 - El Puerto, 2012). Tuvo un primer matrimonio, con Ángeles Jiménez, de cuya unión nació un hijo. Está casado actualmente con Manuela Álvarez, de Ceuta, de este matrimonio nacieron dos mujeres y dos hombres. Trabajó de marinero, cocinero y patrón, toda una vida en la mar, fue cocinero del barco hospital, durante 25 años. En su juventud fue cantante de melodías modernas, fados portugueses, y tangos argentinos. Canto en El Pay Pay, Teatro Principal, Las Cuevas del Pájaro Azul, El Picnic, El Oasis, en Sanlucar de Barrameda y en San Fernando, participando en concursos de Radio Cádiz, Sevilla, Radio Juventud y Radio Tánger. Bohemio y romántico en su época joven, cantó verdaderamente bien.

Realizó una tournée con una compañía de teatro por los pueblos de la costa, sierras de Cádiz y Málaga, en los años cincuenta. Hay personas que se acuerdan de él y me preguntan. Fue un hombre apuesto y muy buena persona, no lo digo yo, lo dice todo el que le conoce. Recuerdo cuando ensayaban los componentes de la compañía, en el edificio del Sindicato Vertical, anteriormente este edificio fue el Hotel Vista Alegre situado en la avenida Micaela Aramburu.

Imagen del antiguo edificio de Sindicatos, en la calle Micaela Aramburu.

En este elenco artístico participaban: Las Hermanas Villar, Soledad y Pepa, La Valladares, Los Hermanos Vargas, Antonio y Manolo, Roberto Iglesias, Juan Cristo, Manolo Barrera, y otros que no  recuerdo. Director y coreógrafo, del espectáculo, Francisco Rodríguez “Paquito el Maricon”, como él le gustaba que le llamaran cuando lo hacían de buena fe y en el momento adecuado. Buen bailarín, conocía el flamenco y el clásico español. Tubo de profesor a José Luis S. Rodríguez, nombre artístico de José Luis Sánchez Rodríguez, El Puerto, 1917. Cádiz, 200?, (ver nótula núm. 100 en Gente del Puerto).  Paquito, se quejaba que le tuvo muy poco tiempo de profesor, a este maestro del baile, afincado en Cádiz, alumno del bailaor  jerezano “el Estampio”. Recorrió los cinco continentes actuando con su mujer Pepita Sarazena (ver nótula 121 en Gente del Puerto). Hablaremos de éste artista, en otra ocasión.

Fue con Doña Virginia y Ramón Zarco, profesores de la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’ con la orquestina a algunas fiestas particulares o eventos, de la sociedad bien de aquellos años. Cantó con Merche ‘la Macaria’, nombre de María Mercedes Valimaña Lechuga (ver nótula núm. 047 en GdP)  y con Julio Pérez Flores, presidente fundador de la tertulia Flamenca de Tomas El Nitri, en algunas de las fiestas que se hacían en aquellas fechas en nuestra ciudad, en los bautizos, tomas de dichos y casas de tratos o del amor comprado. Mi tío terminó su vida artística en Algeciras. Llamo al abuelo y le dijo: «--Padre, estoy harto de bocadillos de sardinas en conservas y de morcillas, mándame dinero para el viaje, que dejo la vida artística para otros, que cojan el testigo, y tomo el  primer autobús que salga para El Puerto de Santa María». /En la imagen de la izquierda, Doña Virginia Hernández.

Teatro Chino de Manolita Chen.

Le llamaron para el Teatro Chino, de Manolita Chen. En este tiempo  estaba mi tío embarcado, pescando en el Moro. Mi abuela no se lo comunicó, no quiso que se metiera en más aventuras, con las que había vivido, estaba más que bien. En estos momentos pasa por la vida, sin reconocer a los familiares que no tienen contacto diario con él.

De izquierda a derecha, el autor de esta nótula Antonio Cristo Ruiz; Romeo Gómez Cristo; Juan Cristo Charneco; Manuela Álvarez; la mujer de Rui Gómez Cristo; Rui Gómez Cristo. En la discoteca El Oasis, década de los 70 del siglo XX.

Por cierto, en este Teatro trabajó un inolvidable amigo y portuense, Guillermo Aguilar Dueñas, este actuaba de relleno en el coro del ballet flamenco, y en el montaje y desmontaje, de este coliseo. Recorrió con este espectáculo ambulante varios meses, era su tiempo joven y se hace lo que te dicta el corazón, y con ganas de vivir aventuras. Fue encargado general de obras, y un artista en esta materia. La obra y el decorado interior de la Tertulia Flamenca de Tomas El Nitri, la realizo el referido Guillermo Aguilar. Esta local obtuvo el primer premio nacional de peñas flamencas, en la década de los ochenta del siglo pasado. Tuvo el cargo de vicepresidente de esta entidad y socio fundador. Te echamos de menos.

Segunda boda, en esta ocasión civil, de Juan Cristo Charneco con Manuela Álvarez, de Ceuta, en los juzgados, en la que actuaron como testigos el oficial de juzgado Manuel Artiel y el Decano de los Abogados en El Puerto. De este matrimonio nacieron dos mujeres y dos hombres.

Mi tío cocinaba fantásticamente, todo lo que fuera pescado. El rape en pan frito, como él lo guisaba no lo he comido mejor. De la familia Cristo, hubo un cantante fadista según me dijo mi abuela, de apellido Gabana. De todos los hermanos de mi padre con el que más me comuniqué fue con él y tuve más relación personal. Recuerdo muchas navidades, ferias y fiestas pasadas con mi tía Manuela y el tío Juan --que fallecía el pasado 29 de diciembre de 2012--, con los que pasamos muy buenos ratos, mi esposa y yo. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

He solicitado al Sr. Morillo, que dirige y coordina esta exitosa ventana virtual de todo lo local, a la que se asoman diariamente tres millares de internautas, insertar en esta fecha, el 27 de enero,  la colaboración que me dispongo a desarrollar con algunos datos y apuntes biográfico de un portuense de cuna: Martin de Garay Perales. Es la misma fecha en la que, hace 242 años, (número capicúa) recibió este ilustre personaje, dos veces ministro de Hacienda entre otros muchos e importantes cargos que desempeñó, el líquido bautismal en la pila de nuestra iglesia Mayor Prioral un día después de su nacimiento.

Corría el año de 1771 (también capicúa) fecha en la que se asentaba en nuestra ciudad el Regimiento de Caballería de Santiago, cuyo capellán castrense, de nombre Antonio Ruiz Navarrete, fue el encargado del ritual sacramental del hijo de uno de los capitanes de dicho Regimiento llamado Martin de Garay Martínez de Villela y de su joven esposa, María Sebastiana Perales Franco, aragonesa como él, de la Almunia de Doña Godina. Al recién nacido, primogénito de la pareja, se le impuso el nombre de Martín, como a su padre, abuelo y bisabuelo, añadiéndoles los de Policarpo, Sebastiano, Francisco, Felipe, Joaquín, Antonio y Vicente. Posteriormente, lejos de estas tierras del Sur, la pareja tendría otros tres hijos, hermanos de nuestro protagonista; dos varones: Mariano Joaquín y Faustino José, que fueron ambos Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén,  y una hembra: Bárbara de Garay Perales.

Firma de Martín de Garay Perales.

Actuó de padrino, un fraile capuchino en representación del Obispo de Barbastro, el  Sr. Don Fernando de Perales, tío abuelo del cristianado. Su ilustrísima, en esa fecha, era victima de una enfermedad “grave y dilatada” que le mantenía sumido en una especie de sopor que le dejaba inútil para el gobierno de la diócesis. Veinte meses después de apadrinar a su sobrino perdió la mitra. Se le retiró del cargo por “privación de potencias y torpeza corporal” y al poco tiempo falleció (22-11-1772). En su familia materna, que poseían la Baronía de Latorre, hubo también otro notable clérigo, Fray Pedro Mercado, franciscano guardián del convento de Belén y del de San Juan Bautista de las montañas de Judea.

Debieron asistir a la ceremonia compañeros de armas del padre y, tal vez, sus superiores jerárquicos, el Sargento Mayor Don Francisco Xavier de Santiesteban y el coronel del regimiento,  el Brigadier Marqués de Casa Henestrosa. Años después, en 1793, justamente 22 después de esta fecha, (otro número capicúa) Martín de Garay padre, que ocupaba ese último cargo citado, el de coronel del Regimiento de Caballería de Santiago, fallecería en el feudo familiar, aprovechando esta circunstancia el joven Martín de Garay (IV de este mismo nombre) que era un imberbe militar con el empleo de alférez, después de estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, pasar por la Real Academia y Picadero Militar de Ocaña, ocupando una de las 18 plazas asignadas a los hijos de la oficialidad  y debutar en algunas acciones bélicas de la Guerra del Rosellón, para retirarse a su pueble natal con la excusa de su primogenitura y, por tanto, de su obligación para con su familia.

Placa que se encuentra en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.

LIBREPENSADOR, INNOVADOR Y CULTO.
No era un hombre de acción, más bien todo lo contrario. Un librepensador, innovador y culto que se transformó en experto economista en los siguientes lustros hasta ser considerado entre los más importantes y prestigiosos de su época en toda Europa. Si insertamos su nombre en un buscador de la red de Internet aparecerán más de veinte mil referencias con cuyo contenido se puede desmenuzar su trayectoria  pública y conocer los diversos cargos de responsabilidad que ocupó durante el periodo que duró la invasión francesa y años posteriores, tanto en la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, de la que fue Secretario de Estado como ejercitando de forma interina la dirección del Ministerio de Estado y Asuntos Exteriores.

MINISTRO DE HACIENDA.
Después sería “fichado” por Fernando VII para el Ministerio de Hacienda, salvando –según algunos historiadores- a la corona de la bancarrota con sus acertadas gestiones en el corto periodo que medió entre su nombramiento, curiosamente el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre de 1816, y su cese, un cese administrativo realmente, el 4 de Febrero de 1817, pues en la misma fecha  fue nuevamente nombrado ministro, en esta ocasión con una duración en el cargo algo más extensa, casi un año y medio. El encargo regio fue el de regenerar la economía nacional, remodelando el sistema tributario existente. Cuando Garay expuso que para conseguir esa meta era indispensable una desamortización general y suprimir buena parte de los privilegios de la nobleza, además de hacer tributar más al que más poseyese, el circulo de influencia de la corona, formado por nobles, generalmente grandes terratenientes, debió ver esa teoría como una blasfemia al conservadurismo imperante y una amenaza evidente hacia sus propios intereses, retirándolo del cargo, lógicamente. /En la imagen, portada del libro 'Biografía de un liberal aragonés: Martín de Garay. 1771-1822', escrito por su descendiente Nuria Alonso Garcés.

LA ALMUNIA DE DOÑA GODINA.
El resto de su vida, que apenas se prolongaría un lustro, lo pasó en la comarca aragonesa en la que habían nacido y vivido sus antepasados.  Nuria Alonso Garcés, que se autodefine como la única descendiente con estudios de Historia, ha publicado un extenso trabajo titulado: “Ideas y pensamiento político de Martín de Garay” en el que indica: “Martín de Garay nació en 1771 en el Puerto de Santa María, Cádiz, aunque siempre se consideró aragonés a causa de que su familia había vivido en La Almunia de doña Godina –un pequeño pueblo de Zaragoza- desde el siglo XVI.”  Y al que se trasladó a muy corta edad, debemos añadir, llegando incluso a solicitar y obtener su familia la inscripción del acta de bautismo en los libros parroquiales de aquella población zaragozana, hecho consumado en 1782 con la autorización y beneplácito del Vicario General del Arzobispado de Zaragoza, hecho este que ha confundido a algunos biógrafos a la hora de determinar el lugar de nacimiento de Garay.

La plaza, que tuvo funciones de plaza de Toros, de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza). Está enterrado en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Y tiene calle a su nombre en el pueblo, detrás de la plaza que aparece en la fotografía.

DESMONTANDO EL ANTIGUO RÉGIMEN.
Continúa esta autora y descendiente comentando que, aunque “emprendió una reforma de la Hacienda cuando ocupó ese ministerio, lo cual es sobradamente conocido,  también tomó parte en importantes decisiones que contribuyeron a desmoronar las viejas estructuras del Antiguo Régimen en España, lo cual solo conocen contados investigadores. Su pensamiento político e ideas permanecieron ocultos en medio de su archivo privado por el espacio de doscientos años.”   

En 1820, al inicio del trienio liberal fue llamado a Madrid para que formase parte del Consejo de Estado pero el agravamiento de su enfermedad, la terrible tuberculosis, que era un mal prácticamente incurable en esa época, le obligó a abandonar definitivamente cualquier actividad, retirándose a la Almunia de doña Godina, donde falleció en 1822.

CON LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

En la imagen de la izquierda, alegoría de la Constitución de Cádiz de 1812.

Hemos visto con asombro como siendo un personaje bastante relacionado con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, en cuyo Bicentenario, recientemente finalizado,  El Puerto y los portuenses no hemos tenido ningún protagonismo, no se aprovechase la condición de ser El Puerto de Santa María su ciudad natal para, al menos, hacer un guiño a la historia oficial del evento, reivindicando al personaje como algo nuestro. Y es que podemos sentirnos orgullosos de él, que es “gente del Puerto” pues dejó fama de sabio, íntegro y patriota y al decir de los que lo trataron, estaba dotado de un carácter afable y bondadoso.  De todo ello he querido dejar constancia en el 191º (¡otro capicúa!) aniversario de su muerte, ofreciendo algunas de las pinceladas menos difundidas de su biografía que lo conectan con nuestra ciudad. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA).

Esta foto fue la que se usó en el número extraordinario del Cruzado con motivo de haber sido el Campeón del Grupo XII de la Tercera División de la Liga Nacional, en la temporada 1967/68. Cumplía 40 años la entidad.

De pie: Jaime Ruiz Chinea, Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Luis Soriano Gómez, Mariano Serrano  “Nano”, Garcia, Antonio Chares, Pedro Maza, Marcelino, Manuel Prado Gómez “Lolo”, Manuel Jarque “Chicharito”, “Nene, Higinio Obregón Agudo, Ventura Martinez (entrenador). Agachados: Feria, José Breval, Sebastian José Vera Palmer, Jose Hernandez , Jesús Bastián, Miguel Mata, Manuel Martínez Jaen, Chernichero, Badiola.

El editorial finalizaba: «Brindamos por el triunfo y nos asociamos a él. Felicitamos a los artífices y a la gran afición del Puerto. Queremos que se consigan los objetivos propuestos y, mientras tanto, sin mucha alharaca, damos el grito de alegría, el grito de todos los portuenses. Viva el Racing Campeón».

Milagos Moya y Miguel Larios, detrás de la barra de la Venta que regentan.

La Venta Miguel tiene la estructura típica de venta de carretera con decoración sencilla, abierta en marzo de 2012, frente a la segunda gasolinera que encontramos en la carretera de El Puerto a Sanlúcar, antes de la antigua fábrica de Cádiz Electrónica. El establecimiento tiene dos salones comedores, uno de ellos con barra para tapear, y una terraza. Fuera aparcamiento para coches. Miguel Larios y Milagros Moya decidieron, cuando se hicieron cargo del establecimiento, especializarse en pescados y mariscos, un mundo que conocen bien ya que Miguel ha sido pescador y también ha tenido una pescadería. Con anterioridad también habían regentado un pequeño bar en la barriada de El Juncal. La fritura mixta de pescados es una de las estrellas de la casa. Suele llevar acedías, pijotas, salmonetes, cazón, boquerones, aunque la composición depende de lo que compren fresco. En el apartado de mariscos suelen tener gambas, cigalas, langostinos de Sanlúcar y bogavantes, aunque estos es mejor encargarlos ya que siempre no están disponibles. Las tortillitas de camarones, son también otro de los platos más solicitados. Por las mañanas tienen desayunos y los días laborables menú. Se puede comer por tapas o también por raciones y platos. Tienen también algunas tartas caseras.

Una contundente realidad: las tortillitas de camarones.

Habíamos acudido a esta venta tras la alerta de varios tapatólogos sobre las tortillitas de camarones de este establecimiento y es verdad que las tortillitas de camarones están buenas, pero los inspectores del colegio disfrutaron especialmente con media ración de cazón frito, de ese que está más blanco que el vestido de una novia (antes del convite). El cazón frito güeno es difícil de encontrar. El adobo permite ser menos “estricto” con este pescado, pero cuando se presenta frito, sin aliño alguno, ahí es cuando la calidad del pescado da la cara.

Cazón frito de la Venta Miguel.

Este cazón frito de la Venta Casa Miguel destaca por la calidad de la materia prima, un cazón de esos de textura agradable. Miguel Larios, que se encarga de freirlo en la Venta Casa Miguel, sabe de que habla porque ha sido pescador y pescadero antes que cocinero en este establecimiento que regenta junto a su mujer Milagros Moya. El pescado que utilizan es fresco y habitualmente es de la lonja de El Puerto de Santa María. Llega a la mesa en color rubito escandinavo y Miguel destaca que para freirlo usa la premiada harina de El Vaporcito. El cazón se puede pedir solo, en medias o en raciones completas, o también formando parte de un frito de pescado mixto a los que el colegio le echo el ojo, sobre todo a unas huevas que iban con el plato, que pa mí que me guiñaron y tó. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

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Milagros Martín, 'La Macaca', con una lechera al fondo de la imagen.

Este artículo es un  pequeño homenaje a la gran matriarca de mi familia paterna, mi bisabuela Milagros apodada 'la Macaca'. Para mí, ella  fue siempre un gran ejemplo de vida, de trabajo y de dedicación a su familia, valores que hoy en día, desgraciadamente se están perdiendo.

Milagros Martín, que heredó el apodo de 'la Macaca' por su rama paterna, nació en El Puerto de Santa María en el año 1890, falleciendo en 1990, con 100 años de edad. Se casó a los 18 años de edad con Antonio Parralo, de esta unión nacieron 5 hijos: Rafaela (mi abuela), Antonio, Lola, Vicente y Ángel. Mi bisabuelo Antonio era cabrero y tratante de ganado, oficios ambos muy comunes en el siglo pasado. Poseía un rebaño de cabras que fue el sustento de su familia.

Todos los días, apenas amanecía marchaba a los campos con sus cabras para el pastoreo y ordeño de las mismas. Una vez ordeñadas enganchaba la mula al carro y cargaba las lecheras con la leche recién ordeñada y los quesos que mi bisabuela –su mujer- elaboraba con la leche de las mismas y el cuajo del chivo, para posteriormente intentar vender toda la mercancía por las calles de El Puerto.

Así, todos los días durante buena parte de su vida, hiciera aire, frío, calor, lloviera, etc. Había que alimentar y sacar adelante a su familia. Los días de invierno eran los más duros de sobrellevar debido al frío, que junto con algunos días de lluvia, llegaba a casa totalmente mojado. Días como estos, fueron  los que hicieron que la salud de mi bisabuelo se fuera minando hasta que falleció de una grave neumonía en 1936, año que comenzó la Guerra en España.

AÑO 1936. AÑO NEFASTO, COMIENZO DE LA GUERRA “INCIVIL” ESPAÑOLA.
Este año , fue un año nefasto para mi bisabuela ya que, al poco tiempo de quedarse viuda reclutaron a su hijo Antonio para que luchara en el frente de la guerra, a los pocos meses, falleció otro de sus hijo, su hijo Vicente víctima de las fiebres tifoideas. /En la imagen, monedas de dos reales (25 cts. de peseta) de ambos bandos, republicano y golpistas.

Recuerdo siempre que mi bisabuela nos contaba sus recuerdos de estos años con mucho dolor, sufrimiento y pena en su corazón de mujer, madre y amiga. Fueron años de mucho sufrimiento para muchas familias en general, sobretodo y principal por quedarse sin ingresos con el que poder alimentar a sus hijos debido a los reclutamientos obligatorios de los cabezas de familia e hijos en edad de luchar en los frentes, y, aunque mi abuela no tuvo que lamentar la pérdida de su hijo Antonio en la guerra, sí que se perdieron muchos seres queridos y conocidos.

Posteriormente vino la posguerra junto con todo lo que conlleva, bajas en las familias, pobreza, escasez de alimentos, falta de libertad e incertidumbre en la vida diaria. Pero a ella, todas  estas circunstancias y avatares la convirtieron a su vez en una mujer fuerte y luchadora, decidiendo junto con sus hijos volver a coger las riendas del negocio que había dejado su marido.

San Bartolomé esquina calle Los Moros. /Foto: Vicente González Lechuga. 2008.

LECHERIA EN SAN BARTOLOMÉ ESQUINA LOS MOROS.
Abrió una lechería en su propia casa aumentando las cabezas de ganado con la compra de varias vacas y poder así vender leche de cabra y de vaca al mismo tiempo.

A cada hijo le designó una labor diferente dentro del negocio. A mi abuela Rafaela le tocó junto  con su hermano Ángel el reparto de la leche a los domicilios particulares, bares, hostales y pensiones. De todos estos repartos que hacían, los que peor llevaba mi abuela eran estos tres últimos debido a la vergüenza que pasaba por las regañinas que recibía de los dueños, ya que estos, poseían un artilugio llamado Medidor pesa leches que servía para medir la cantidad de agua añadida a la leche y que siempre daba positivo, aunque nunca llegó a ser “agua lechosa”. Mi bisabuela siempre alegaba que lo tenía que hacer así para aumentar los litros de leche y poder abastecer y cumplir con todos sus clientes.

El densímetro o medidor pesa leches. Se atribuye su invención a Hipatia de Alejandría.

MEDIDOR PESA LECHES
Este artilugio servía para comprobar la cantidad de agua añadida que podía contener la leche, sobre todo en los tiempos de hambruna posteriores a la guerra civil. Los vendedores de leche y sobre todo los ganaderos se dedicaban a añadirle agua a la leche con el fin de que la misma cundiera más, sacando mayor beneficio.

Estos medidores bien podían estar en posesión de los vendedores como de los compradores. Los primeros lo utilizaban para ir regulando el agua que añadían hasta el máximo permitido por la ley y no ser denunciados tanto por los controles policiales como por los particulares; los segundos lo utilizaban para no ser engañados a la hora de comprarla.

Este medidor está realizado en cristal fino y divido en tres partes; la primera e inferior consiste en una bola de cristal tintado en negro y hueca, cuyo interior contiene unas bolitas de plomo con un peso aproximado de 35 gr., cuya función es hacer de contrapeso entre la leche y el agua; la segunda parte, es un cilindro de 8 cm de largo y hueco para poder mantenerse flotando en el líquido; la tercera parte, la superior, consiste en un tubo mucho más fino y estrecho que el anterior, de 10 cm de largo con dos leyendas informativas en su interior. Una cara nos informa con un papel reglado del 0 al 25; y por la otra cara, con las posibles cantidades de agua: ¼, ½, ¾ o bien, leche entera.

Su finalidad era introducirlo verticalmente en las lecheras, si el medidor se hundía marcando la raya del 25 al 20, significaba que la leche era entera completamente, si se hundía del 20 al 15, significaba que contenía ¼ de agua añadida; del 15 al 10, ½ de agua; del 10 al 5, ¾ de agua y finalmente, si se hundía del 5 al 0, descaradamente la leche estaba totalmente aguada. Debido a estos pillajes se crearon controles policiales llamados fiscalías que se dedicaban a revisar todas las mercancías, tanto las que salían al exterior desde el muelle del vapor, como las de las propias lecherías, en las que se presentaban sin previo aviso. (Texto: Coral Piá Oviedo).

Lecheras con las que hacían el reparto por las calles de El Puerto Ángeles Pérez Navarro, su hermana, y una prima de su padre durante los últimos años de la Lechería.
RECUERDOS Y OLORES EN MI MEMORIA
Cuando recuerdo aquellos tiempos me vienen vaivenes de aromas, olores, sabores y colores que me trasladan al cuarto donde estaba la pequeña lechería, donde tantas horas de mi niñez se quedaron dormidas oliendo la leche recién ordeñada, el queso recién hecho, el vaso de leche azucarada que me daban para beber y aquellos requesones con azúcar de los calostros de las vacas recién paridas.

Y sobre todo la sensación de sentirme arropada y querida por la gente que te quiere, sensación, que jamás volverá a repetirse porque las piezas del conjunto caídas son más que las que quedan en pie.
Gracias por todo, gracias por estar en los momentos que solo tú supiste estar, acogerme como solo tú sabias. Doy gracias a Dios por habernos unido en esta vida, fuiste maestra de hacer pan de la nada, superando todos los obstáculos que la vida te impuso, por tus enseñanzas y por tu visión madura de la vida.

Abarcaste y protegiste a tres generaciones: hijos, nietos y bisnietos, siendo la gran Matriarca de esta familia. Demostrando que el mundo no es tan absurdo como muchas veces pensamos, gracias a tu legado de amor, dignidad honradez y sobre todo, unión familiar. Enseñanzas que siempre llevaré en lo más profundo de mi corazón y de mi memoria, gracias a tu larga vida.

Nos dejaste  a los 100 años de edad.

“Sé que en el trascender de mis años, llegará el momento exacto que volveré a estar frente a ti y podré  tocar tu rostro de nuevo. / Sentiré el respirar de tu aliento sin miedo a volver a perderlo. / Más allá del cielo azul será nuestro encuentro.” (Texto: Ángeles Pérez Navarro).

Más información sobre la familia de La Macaca. Josefa Martín Lanzarote 'La Macaca'. nótula 1.455 en GdP. La belleza de una porteña en París.


Xen el cocinero asiático que elabora los platos con uno de sus sushis.

La cocina japonesa, y más concreto todo lo relacionado con un plato concreto de ella, el sushi, sigue en plena expansión en la provincia de Cádiz. Si hace unas semanas abría en Cádiz Gadisushi, desde el pasado día 12 ha abierto un nuevo establecimiento en El Puerto de Santa María. Se llama ‘Sushi & Fresh’ y está situado junto a la rotonda por la que se accede a la carretera de El Puerto a Sanlúcar.

La iniciativa es del empresario gaditano afincado en El Puerto de Santa María, Luis Rosety, de 30 años y marino mercante de profesión. Precisamente esa actividad le ha llevado a vivir un tiempo en Canadá donde estaban de moda los “sushi bar”, unos establecimientos, al estilo de los bares andaluces, en los que se sirve este tipo de especialidades en una barra, mientras que el cocinero, a la vista del público, los prepara.

Rosety se mostró encantado con esta cocina y por eso, y tras comprobar que en la zona no existía esta oferta, ha decidido traerla aquí. Señala que “lo que hemos puesto en marcha no es exactamente un sushi bar, puesto que no tenemos barra, sino mesas altas y bajas donde poder tomar los productos, pero si tenemos la filosofía ya que lo que tenemos es eso sushi, de muy variadas presentaciones y presentaciones en torno a él”.

Luis Rosety junto a su cocinero en "Sushi & Fresh".

Para que los platos estén en su punto, algo fundamental en esta cocina donde se trabaja con materia prima de primera calidad, Rosety ha traido a El Puerto a Xen un cocinero de origen asiático que lleva ya afincado cinco años en España y que es el que se encarga de preparar las especialidades”. Todos los platos se preparan en el momento que los solicita el cliente para que así estén en perfecto estado.

Rosety destaca que el estilo de su establecimiento es “californiano” dentro de la clasificación que hacen los aficionados a estos platos que distinguen entre la “escuela”  japonesa, más purista, y la que ha surgido en Estados Unidos que ha aportado algo de esta cultura también a este tipo de locales. En la carta se pueden encontrar una ensalada realizada con soja, que viene en sus vainas, muy parecidas a las de los chícharos, y que se sirven cocidas y sólo aderezadas con sal. De ellas tan sólo se comen las semillas, como se hace con los chícharos. Asimismo hay una carta de “sashimis”, trozos de pescado crudos cortados muy finos y que se sirven con salsas como la soja o el wasabi (muy picante) como acompañamiento, además de guarnición de rábano rallado. En Sushi & Fresh lo hacen con atún, salmón o con pez mantequilla, un pescado muy apreciado por los japoneses por su sabor suave y su textura blanda, de ahí su nombre.

En cuanto al sushi lo tienen de más de 40 variedades. Van desde los rollitos (roll) que pueden ser de salmón con aguacate y sésamo, además del arroz, o de gambas y aguacates envueltos con el arroz y huevas de pez volador (tobiko), otro producto muy característico de la cocina japonesa.

Una de las especilidades del restaurante japonés, el City-Roll.

La fusión de culturas puede verse, por ejemplo, en el maki (relleno recubierto de arroz y de algas) de salmón queso de untar. En cuanto a los sushis los hay de pez mantequilla, salmón, sepia, lubina, atún, vieira, gambas o de anguila.

En cuanto a las bebidas, además de refrescos o algún vino, cuentan con cerveza importada de Japón o sake. De todos modos para Rosety lo ideal es acompañar el sushi con té japonés, aunque aún no lo tienen disponible. La idea es tenerlo en las próximas semanas para acompañar los platos. La carta se complementa con algunos postres como el helado de té verde.

El establecimiento cuenta con una zona de mesas altas y otras bajas, en total unas treinta plazas. Rosety resalta “el aire informal del establecimiento. Es para tapeo, aunque a base de estas especialidades japonesas, pero la filosofía es la misma, poder probar muchos sabores y compartir”.

En el local no hay tenedores ni cuchillos. Para tomar los sushis se acompañan unos palillos y, si el cliente lo desea, se le entregan unas pinzas de madera con las que también puede coger los productos. Los productos también se sirven para llevar, además de poder degustarlos en el local. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

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