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Nadie podría pensar que la costa y el fondo marino de la Bahía Gaditana, guardara bajo sus sedimentos los restos de la fauna marina que hace millones de años habitaban nuestras aguas. Fósiles con una conservación extraordinaria, que el tiempo ha permitido que llegase hasta nuestros días.

Acantilados en la playa del Almirante, Bahía de Cadiz, en el interior de la base naval de Rota (término municipal de El Puerto). Se observan su altura, y los diferentes estratos, los fósiles se encuentran en los que están mas a nivel del mar.

La geología de una bahía tan dinamizada como ésta, turismo, industria naval y pesquera, o comercio, han desfigurado la costa hasta el punto de ocultar la mayoría de sus testigos geológicos. Sin embargo queda un área con una extensa estratigrafía geológica de la Bahía Gaditana, con más de 30 metros de altura, contienen los estratos geológicos que guardan los cambios producidos y que ahora se estudiaran con precisión, se encuentra en el interior de la base Hispanoamericana de Rota (término municipal de El Puerto de Santa María), donde se localiza una gran parte del yacimiento paleontológico de El Manantial.

En la imagen, distintas vértebras fósiles, posiblemente de Delfín, que guardan conexión anatómica.

IMPORTANTES INVESTIGADORES.
Un importante elenco de investigadores de todo nuestro país, están estudiando los restos fósiles contenidos en dos colecciones pertenecientes a los fondos del Museo Municipal de El Puerto de Santa María. La primera depositada en el Ayuntamiento de la ciudad en el año 1979, proveniente de un rescate efectuado después de unos temporales, en ese mismo año, y la segunda una significativa donación de la Familia Castilla al Ayuntamiento. En total podemos estar hablando de cerca de mil piezas.

El estudio que se está llevando a cabo pretende conocer los restos paleontológicos que se han hallado en la Bahía de Cádiz. Una serie de especialistas han estudiado, y aun estudian, los fósiles de la Era Terciaria, recuperados en un yacimiento situado en la costa, El Manantial. En el futuro, cuando haya dinero para estas cosas, un catalogo recogerá el estudio de dicha colección, ofreciendo el conocimiento de las especies localizadas.

COMO SE FORMÓ LA BAHÍA.
En pleno corazón de la Bahía de Cádiz se encuentra un yacimiento Paleontológico de origen marino que esta ofreciendo una información importante  de cómo se formó la bahía gaditana, y cuales fueron los  cambios geológicos, y que fauna habitaba estas costas y mares hace al menos cinco millones de años. En la playa del Manantial, en El Puerto de Santa Maria, encontramos el afloramiento de margas azules Mioceno-Plioceno, entre 20 y 3´5 millones de años, con un depósito de restos macro y microfósiles de primera magnitud. /En la imagen de la izquierda, gran diente fósil de Carcharodon Megalodon, se trata de un tiburón gigante.

Durante años, y sobre todo cuando arrecian los temporales, en una zona de la costa de El Puerto de Santa María, se han recogido un sin fin de restos fósiles. Estos, proceden en su mayoría de un sustrato margo-arenoso, totalmente repleto de fósiles, que queda al descubierto al retirarse la arena que los cubre normalmente, durante los temporales. El oleaje va desgranando el sustrato que esta compuesto por dos tipos de sedimentos, aunque formados por el mismo sustrato, uno blando, donde la conservación de los fósiles es extraordinaria, y formando parte del mismo, uno duro, donde los fósiles se conservan también en buen estado, aunque la dureza del sedimento que los cubre sea tan dura en algunos casos como el granito. En un tiempo extraordinariamente breve, los restos fósiles son esparcidos por las playas, quedando en poco tiempo solo los elementos mas duros, como los dientes de tiburón; los restos óseos no cubiertos de sedimento duro son totalmente fracturados y posteriormente disueltos, desapareciendo. /En la imagen de la izquierda, caja timpánica de ballena.

DESDE HACE TRES AÑOS.
Desde el Servio de Arqueología y Conservación del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, hemos estado durante más de tres años (aún continuamos), restaurando una gran parte del material paleontológico, perteneciente a los fondos del Museo Municipal de esta ciudad, esto ha permitido no solo poder estudiar de que especies se trata, sino que además se ha dotado a esta ciudad de un patrimonio Paleontológico de la Era Terciaria, uno de los pocos existentes en el mundo, por la gran variedad de especies que se están conociendo, que habitaban esta aguas.

LAS ESPECIES ANIMALES.
Los restos fósiles pertenecen en su gran mayoría a mamíferos marinos, sobre todo cetáceos (ballenas), vértebras, costillas, mandíbulas, etc., también están presentes sirénidos (manatí), de delfín hay tres cráneos, además de vértebras y otros restos. Pero son sin duda los dientes de tiburón, desde minúsculas mandíbulas a gigantescos dientes, pertenecientes al Charcharadon megalodon, los hallazgos más frecuentes. También son frecuentes hallazgos de vértebras de peces pequeños como sargos, o aguijones de rayas. Posiblemente hay restos de foca, los caparazones de tortuga tienen una conservación excepcional. Son muy abundantes los fósiles de corales y algas, así como de una gran variedad de moluscos y crustáceos. Hay hallazgos significativos  como el de restos de un ave (Alca). /En la imagen de la izquierda, lámina con cabeza de Delfín fósil, arriba, antes de la restauración, y abajo distintas vista una vez restaurado.

LAS ESPECIES VEGETALES.
Pero sin duda algunos de los hallazgos mas destacados, lo forman los restos de maderas entre ellas dos grandes fragmentos de troncos, semillas entre las que destacan las piñas, fósiles vegetales que no son muy abundantes. Los análisis que se han realizado a los sedimentos, han puesto al descubierto una abundante presencia de vida orgánica fósil, foraminíferos, (bentónicos) que viven en el sedimento, (planctónicos) que viven en la columna de agua. /En la imagen de la izquierda, diferentes vistas de una piña fósil.

Lo que se pretende, tanto con los estudios específicos, como con los criterios de conservación-restauración elegidos para los fósiles, y por este orden, es: salvar lo más posible de su estructura y conservarla adecuadamente para el futuro, facilitar su estudio, catalogación, y difusión, además de dotarlos de una visión museográfica y a la vez estética, para el disfrute del ciudadano.

Playa de El Almirante en el interior de la Base Hispanoamericana de Rota, en la Bahía de Cádiz, continuación de la playa de El Manantial y del yacimiento Paleontológico

Tenemos la ocasión de conservar unos restos paleontológicos que son algo más que buenas piezas para la investigación. Desde nuestro concepto y visión de conjunto, lo vemos como un rico Patrimonio, fuente de proyectos para su explotación racional, un engranaje más para el motor social que el futuro necesitará para generar recursos económicos. En definitiva, podemos estar de enhorabuena, los estudios que sobre el yacimiento se están realizando seguro aportaran un mayor conocimiento de la Vida durante la Era Terciaria en el Sur de la Península Ibérica, y específicamente en  la Bahía de Cádiz. (Texto: Juan José López Amador).

Vista aérea de las playas de Santa Catalina, El Manantial, Fuenterrabía y El Almirante.

EL ESTUDIO LO REALIZAN.

  • Geología, Javier Gracia, Profesor Titular, Laura Del Río, Profesora Ayudante, Doctora, Departamento de Ciencias de la Tierra, Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales, Universidad de Cádiz.
  • Foraminíferos, Juan Manuel Usera, Catedrático de Paleontología, y Carmen Alberola, colaboradora, Departamento de Geología. Universidad de Valencia.
  • Vertebrados marinos, Maria del Carmen Lozano Francisco, Grupo de Investigación Andaluz RNM353 Paleobiología, Bioestratinomía y Tafonomía. Investigación y Gestión.
  • Moluscos, etc., José Luís Vera Peláez, Investigador, Director,  Museo Municipal Paleontológico de Estepona.  Ayuntamiento de Estepona.
  • Ave, Antonio Sánchez Marco, Investigador del  Instituto Paleontológico de Cataluña.
  • Maderas y semillas, José María Postigo Mijarra, Profesor Asociado. ETSI Montes (UPM, Madrid), y Eduardo Barrón López, Titular. Instituto Geológico y Minero de España, Madrid.
  • El Yacimiento como Patrimonio Cultural, José Antonio Ruiz Gil, Profesor Contratado Doctor, Departamento de Historia, Geografía y Filosofía, Universidad de Cádiz.
  • Coordinación del estudio, Conservación y restauración, Juan José López Amador, Técnico del Servicio de Arqueología y Conservación, Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Cádiz.

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Manuel Fernández Moro, último alcalde republicano en El Puerto de Santa María, ejemplifica en su corta carrera política la integridad, la valentía y la vocación de servicio de la que dieron muestra, tanto los que le precedieron en el cargo, como sus compañeros de Corporación.

Avisado de la entrada de las tropas rebeldes en la ciudad el mismo día del golpe, el 18 de julio de 1936 y del peligro que corría, permaneció en el Ayuntamiento donde fue detenido por falangistas locales y trasladado a los calabozos municipales. Antes de ingresar en dichas dependencias acude custodiado a su domicilio por última vez. Posteriormente es trasladado en El Penal de esta ciudad de donde desaparece sin dejar rastro. Su mujer recibe la noticia de su desaparición el día 25 de agosto de 1936 cuando acude a visitarlo. Su cadáver nunca fue hallado. Tenía treinta y dos años.

Su vida y trayectoria política, que hoy rescatamos del olvido están basadas en las aportaciones orales de la familia y en las actas capitulares del Archivo Histórico de El Puerto de Santa María. Con ello pretendemos dignificar su memoria y que la historia le coloque en el lugar que nunca debió de serle arrebatado.

DATOS BIOGRÁFICOS.
Manuel Fernández Moro, nace en el año 1904 en el pueblo onubense de Cumbres Mayores, localidad situada en la Sierra de Huelva. Manuel fue el primogénito de seis hijos: Manuel, Eloy, Concha, Miguel, Máximo y Ramona, del matrimonio formado por Mariana y Gabriel.

Castillo de Cumbres Mayores (Huelva).

A través del testimonio de su hija Mariana y su nieta  María José conocemos que su familia tenía ganado porcino y tierras en propiedad, dedicándose a la actividad sobre la que giró siempre la economía de toda la serranía de Huelva: el cerdo y sus derivados, lo que les permitió disfrutar de una posición acomodada.

LLEGADA A EL PUERTO.
A edad temprana Manuel y su hermano Eloy comienzan a trabajar como vendedores y representantes de los productos chacineros de la zona, lo que convierte a El Puerto en un lugar no solo de trabajo sino también de residencia temporal. Cuando Manuel cuenta con diecinueve años ambos hermanos se trasladan a El Puerto de forma permanente. Con posterioridad, y a raíz del fallecimiento de su padre, su madre y hermanos menores les seguirían, haciendo de esta Ciudad su lugar definitivo de residencia.

Su casa en la calle Santa Clara constaba de vivienda y almacén de Ultramarinos. El comercio fue desde el primer momento la actividad principal de la familia Fernández Moro, convirtiendo a sus miembros en personas conocidas y queridas entre la población portuense.

Tienda de ultramarinos de Manuel Fernández Moro, hoy de electrónica, clausurada, en la esquina de la calle Sierpes con Vicario. /Foto: Adrián Morillo González.

LA TIENDA DE MANUEL Y ELOY.
Manuel abrió un puesto de Ultramarinos en las inmediaciones del Mercado de Abastos. Tras su muerte será su hermano Eloy el que pase a regentarlo. Con el paso de los años será transformado en tienda de electrónica y como tal, se mantendrá hasta su cierre definitivo. De talante abierto, generoso y emprendedor, así lo definen su hija y nieta: "Ayudaba a cuantos lo necesitaban, prestando dinero o dando comida".

MARÍA LUISA, SU MUJER.
María Luisa Arias Campos nace en 1909 en El Puerto, hija de carretero y menor de cinco hijos, es educada en el colegio de monjas francesas de la Ciudad. Compañera de Manuel desde 1929 instalan su domicilio en la calle Pozuelo y serán padres de tres hijos: Mariana, Manuel y Miguel. En el momento de su fallecimiento, Mariana tenía cinco años de edad y Miguel, el menor, uno. Su mujer, de nuevo embarazada, sufre un aborto al recibir la noticia. Nunca llegaron a contraer matrimonio, ni bautizaron a sus hijos porque Manuel, ateo y por ende laico, rechazó siempre cualquier tipo de vinculación con la Iglesia. Sin embargo, su nieta destaca con humor que era cumplidor fiel de la tradición andaluza y acudía puntualmente a su pueblo de origen cada año a sacar a la Virgen en procesión.

Su mujer e hijos, a partir de ese momento quedan abandonados a la suerte de todos los perdedores. María Luisa no sufrió represalias físicas pero tanto ella como sus hijos padecieron la estigmatización y la miseria. Expulsados del domicilio familiar en la calle Pozuelo por impago de alquiler, viven inicialmente en el 'hueco de la escalera' y serán acogidos y auxiliados por la familia de Luisa, quien se ve en la necesidad de vender todas las pertenencias a excepción de la máquina de coser. Luisa, sastra de profesión, podrá garantizar su subsistencia y la de sus hijos cosiendo ropa para los moros. Su hija mayor, Mariana, se ve obligada a abandonar la escuela para ayudar a su madre. /En la imagen de la izquierda, la familia Fernández Moro en el lisado de niños huérfanos de la Guerra Civil, en la Revista Historia de El Puerto.

En el expediente instruido por el Ayuntamiento de El Puerto para la formación y actuación de la Junta Local de Beneficencia, en la relación nominal de niños contenida en el mismo con fecha 23 de enero de 1937, aparece María Arias Campos viuda de Manuel Fernández Moro, domiciliada en la calle Federico Rubio nº 66. Hijos: Mariana de seis años, Manuel de cuatro y Miguel de 15 meses. Luisa mantuvo vivo a Manuel en su recuerdo hasta el momento de su fallecimiento a la edad de ochenta y seis años. Sus vivencias y anécdotas rescataron para sus hijos la figura del padre alegre, guapo y cariñoso que había sido.

EL AYUNTAMIENTO ENTRE 1934-1936.
Tras la llegada de la derecha al poder, en octubre de 1934 tiene lugar la llamada 'revolución de octubre'. En todo el país se suceden disturbios y actos violentos que dan lugar a la declaración del estado de guerra el 7 de octubre de 1934, que en la provincia gaditana se prolongará hasta el 24 de enero de 1935.

El gobernador civil, Luis de Armiñán Odriozola entregará el mando de la provincia al gobernador militar de la misma al general de brigada de infantería Julio Mena Zueco, quien ordenó la inmediata clausura de todos los centros políticos de los partidos situdos a la izquierda del Radical, entre los que se encontraban Izquierda Republicana y Partido Socialista. Los graves disturbios acontecidos en Prado del Rey, donde se incendió el Ayuntamiento, el juzgado municipal y la iglesia, fueron aprovechados por el gobernador civil, para proceder a la suspensión de los ayuntamientos de izquierdas y a los concejales calificados por él de matiz extremista, que fueron unos doscientos en toda la proivnia y entre los que se encontraban también lo de El Puerto de Santa María.

El antiguo ayuntamiento de la Plaza de Isaac Peral.

...continúa leyendo "1.445. MANUEL FERNÁNDEZ MORO. Último alcalde de la II República."

La imagen de la Virgen del Carmen, saliendo de la Iglesia de las Esclavas, antiguo Convento de San Juan de Dios.

Las tradicionales fiestas del Carmen, celebradas en los pueblos de la Bahía de Cádiz desde tiempos inmemoriales, se vieron engrandecidas a raíz de una bula pontificia emitida por León XIII en 1892. La bula fue solicitada por el entonces superior general de la orden de la Beata Virgen María de Montecarmelo con el fin de aumentar la devoción y la piedad de los fieles hacia ella.

Ejemplar de la Revista Portuense de 1892 que se hace eco de la bula papal.

Esta bula la aseguraba la indulgencia plenaria a todos aquellos que arrepentidos, y previa confesión y comunión, visitasen las iglesias y oratorios pertenecientes a la orden y rogasen en ellas por la Iglesia y sus miembros. Condición indispensable para recibir el perdón era que la visita se realizase entre las primeras horas del día y la caída del sol.

La Virgen de la procesión marítima en una embarcación adornada al efecto a la que no le faltaba un detalle. ¿Igual que hoy?

A partir de ese momento las ya solemnemente celebradas fiestas del Carmen adquirieron una mayor participación devota de los fieles. A consecuencia de esta creciente devoción, años más tarde surge la primera procesión del Carmen, de la cual hay crónicas publicadas desde 1900. Dicha procesión iba encabezada por los marineros, patronos y armadores, que demostraban así el fervor que sentían hacia su patrona, y también participaban en ella miembros de la Corporación Municipal.

La procesión en el muelle de la plaza de la Pescadería, hoy viviendas de la Pescadería en proceso de derribo.

Es en esta época cuando nace el rito de la bendición de las aguas y el tradicional discurso desde la plaza de la Pescadería. Ese año corrió a cargo del guardián de los frailes capuchinos, Ambrosio de Úbeda que se ganó a los portuenses con su oratoria: «El Puerto es un pueblo de fe, y esta clase de pueblo son ciudades de héroes y éstos tienen siempre las bendiciones del cielo», dijo. Con este discurso se celebró una de las primeras procesiones entre cantos de júbilo y lluvia de flores a la Virgen del Carmen. (Texto: Mercedes Torrecillas).

El pesquero Tonino que esta tarde estará en Puerto Sherry portando a la Virgen Marinera.

Esta tarde, en Puerto Sherry, a las 18:30 llegará la comitiva procesional con la representación de la imagen de Ntra. Sra. del Carmen, a bordo del pesquero ‘Tonino’ que atracará en el pantalón de honor para realizar, a continuación, la procesión marinera y el encuentro con la procesión terrestre en el tramo final del río Guadalete.

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Soy Salvador Gonzalez Mateos, y aunque no milito en en el partido solcialista en la actualidad,  --me autosuspendí de militancia hace muchos años por una series de razones que expuse en asamblea y que recogí en un articulo de prensa-- he seguido con interés la vida del PSOE durante todos estos años. Continúo mi militancia intensa en los movimientos sociales desde hace 30 años, y soy de los que opina que no podemos estar cruzados de brazos ante  el ‘tsunami neoliberal’  que rige nuestro país y casi todo el mundo. Como digo, la vida del PSOE y de otros partidos de izquierdas y progresistas me interesa, porque al fin y al cabo, divergencias al margen, son las opciones más acordes con mi pensamiento. Por ello, toma vigencia el artículo  que publiqué en Diario de Cádiz sobre el partido y uno de sus ‘cerebros mas activos’ en los últimos 30 años.

¿RASPUTÍN JUBILADO?
Te conocí, en un momento clave para nuestra ciudad. Fue en el siglo pasado. Tu antecesor, el ruso, vivió en el siglo XIX. Ambos con carita de monje, mirada vidriosa y una enorme capacidad para trajinar en las sombras. Estábamos situados al fondo del salón de actos del Instituto Mar de Cadiz, donde se celebraba una  asamblea que debería decidir si en El Puerto se presentaría como candidato socialista al que había demostrado ser el alcalde más inútil de la historia portuense o por el contrario optaríamos por un gran gestor con experiencia demostrada llamado Luis Benvenuty.

En la imagen de la izquierda, el histórico Rasputín.

Por  creer en este, y por el pavor a Hernán en la Alcaldía, me inscribí en el PSOE tapándome  la nariz. Apestaba a Filesa, a Roldán, a Puerto Shurry, a Puerto Menestheo y sobre todo a intereses abusivos de Solchaga. Algunos nos apuntamos a derribar la corruptela socialista local, cansados de un alcalde títere dirigido por un renombrado funcionario municipal. Los renovadores, liderados por  Vargas Machuca, que  soñaban con acabar con el felipismo y la corrupción, creyeron en su victoria por tener más militantes locales. Yo no me fiaba. Y con razón. Tú, el  Rasputin alcalaíno en persona, se presentó allí con un  censo antiguo donde los caraballos boys tenían mayoría.

Y allí al fondo del salón te dije, Rasputin Pizarro, que por tu sucia jugarreta, los portuenses al ver en el cartel electoral al nefasto alcalde de la coalición gobernante  PP-PSOE, coalición forjada por tus manejos con Teo, y Caraballo, saldría Hernán como alcalde. Te reíste. Nos apostamos un comida estrechándonos las manos, a que no solo sería alcalde el impetuoso relojero, sino que revalidaría su cargo cuatro legislaturas por lo menos. Lo clavé. Han pasado veintiún años desde entonces y sigues sin pagar la apuesta.

Pero parece que por fin caerás, tú, tu clan de nepotes alcalaínos, también tus borregos con cargos en el aire, y ojalá vuestra pléyade de enchufados.  Ya perdisteis  el congreso regional. Rasputin, has perdido el norte, traicionaste a Griñan en plena precampaña electoral,  y si pudieras urdirías una moción de censura en el parlamento junto al PP para derribar a este gobierno de izquierdas elegido por las urnas. Pero no puedes, estas viejo y  son muy  débiles tus apoyos ¿Te jubilaras disciplinadamente o aun tienes un sucio as en la manga, so Rasputin? (Texto: Salvador González Mateos).

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Las viejas glorias de los equipos de fútbol ‘Zeppelin’ y ‘San Javier’ mantuvieron un encuentro de fútbol en el campo de las Escuelas La Salle, el 28 de noviembre de 1965, terminando el encuentro con la victoria de los ‘zeppelinistas’ por dos a uno.


En la imagen, los dos equipos posaban para la prensa y la posteridad. Presentaban las siguientes alineaciones. Por la Peña Zeppelín: Poniqui, (Manolín), López (G. Romero), Gandu, Salmerón I (J. Cárave), Lupo II, Barri, Rafaelín, Ginés, Nene y Chele. Por el San Javier: Aguirre, Mojarra, Sopa, Simeón, Caco, Serrano, Cárave, Victoriano, Tronqui, Villanueva y Terry. /Foto: Fariñas.

El equipo de la Peña Zeppelin, con José Manuel de Terry Galarza, en el centro.

Fue un partido de presentación de la Peña Zeppelín, programado al principio para fines benéficos, como todos en los que tomaban parte estas ‘viejas glorias’ a beneficio de los damnificados de las inundaciones en la vecina Chiclana de la Frontera. Pero no se pudo hacer uso del campo del Racing por lo que se trasladó al campo de La Salle, sin recaudación.

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Juan Cárave Beato (Cádiz 08.05.1924 - El Puerto 29.08.2008). Nació en Cádiz en el seno de una familia humilde. Su madre le inculcó su pasión por la literatura y su padre la suya por la música, ya que cantaba en los coros de carnaval. Cuando Juanito tiene  siete años la familia se traslada a vivir a El Puerto de Santa de María, donde viviría el resto de su vida.

Trabajó en Obras del Puerto jubilándose a los cuarenta años de servicio como secretario general de los Puertos de la Bahía de Cádiz. Toda su vida la dedicó a la familia, el trabajo y a su grán pasión la música, formando parte de algunas asociaciones musicales de la ciudad a lo largo de su vida.

Cantó durante mas de cincuenta años y tenía una voz prodigiosa. Una Nochebuena en la misa del gallo junto con algunos amigos de coro, fundaron el Orfeón Portuense, desde donde sembraron una semilla de afición a la buena música que todavía perdura. Ese es el legado que dejó para todos. Reproducimos el artículo de Antonio Muñoz Cuenca, publicado en Diario de Cádiz, el 12 de septiembre de 2008:

«Hace unos días moría en una habitación del Hospital Clínico de la Universidad de Cádiz en Puerto Real y a la edad de 84 años, el señor Juan Cárave Beato. Hablar de éste insigne portuense que se nos ha ido, no resulta fácil para mi, pues durante un largo periodo de tiempo fuimos amigos en la afición común por el canto coral, la música, la literatura y los buenos libros.

El muelle de la Autoridad Portuaria en El Puerto, del que fuera Secretario General.

Con un oído fuera de lo común y una voz prodigiosa para la música y el canto, Juan Cárave era garantía, seguridad, afición, gusto, entrega y sacrificio. Amaba el canto, la música, la expresión de la belleza. Era en el buen sentido de la palabra, un forofo. Podía, o mejor dicho, podría en aquellas épocas de los años cincuenta o sesenta del siglo pasado, haber sido alguien en esto con tal de que hubiera estudiado música y canto y lo hubieran promocionado, pero él era un modesto aunque cualificado contable en las oficinas de Obras del Puerto, y estaba cargado de hijos tras contraer matrimonio con Rosa Ruiz, maestra costurera y en aquellos entonces estas cosas no se miraban y en los medios de comunicación no eran los de ahora.

Coro de Acción Católica. Segunda fila, de izquierda a derecha, María Luisa y Tily Cossi, Carmina, Lolichi Calvario, niña desconocida, Mila Cerdá y Loli, Manolo Sánchez, con gafas. Detrás podemos observar a Juan Cárave Beato, Valerio Marín Ordóñez, Encarna Gil de Reboleño Jiménez y a Jesús Py Bononato. Agachado, Manolo Iglesias. También aparecen Domingo Luis Renedo, Cayetano Vélez y, al lado de éste, Francisco Ameneiro Lucuix. /Foto: Castillo Garcés. Jerez. 1949.

Por lo que a mi respecta, yo era un modesto estudiante de Magisterio en el internado de SAFA en Úbeda, Jaén, y en mis vacaciones cantaba en el coro de mi inolvidable maestro Dueñas. Ahí me llegó mi amistad con Juan Cárave junto con otros compañeros en la afición como Gabriel Calatayud y Manuel Sánchez, también estudiantes como yo y luego profesores. A todos nos brindó su amistad, nos abrió su casa y nos regaló su generosidad. Nos juntábamos mucho y siempre para cantar en cualquier circunstancia, hora o lugar y en aquellos duros tiempos el canto nos ayudaba a vivir con ilusión y ganas. Su familia, su encantadora esposa, sus hijos, llegaron a ser como nuestra familia y no había barreras en tan arraigada afición y amistad. He de decir que el Ave María de Caballero a la Virgen de los Milagros, Juan Cárave la cantaba como nadie y generosamente.

El Orfeón Portuense ofreciendo un Concierto Navideño en la Iglesia Mayor Prioral. Juan Cárave es el cuarto por la izquierda de la fila superior.

Con el discurrir del tiempo, en los años ochenta fundamos el Orfeón Portuense y ahí encontramos un motivo más para renovar y hacer una coral que fue única en toda Andalucía y gracias al esfuerzo de todos sus cantores y su dirección. Juan Cárave en el Orfeón, llegó a ocupar distintos cargos, y todos con la minuciosidad, la perfección y la entrega que le caracterizaban. Se podía estar o no de acuerdo con él pues tenía su carácter fuerte y su personalidad, pero nadie dudaba de su entrega, puntualidad y profesionalidad. Por su Orfeón lo daba todo.

Juan Cárave, tercero por la izquierda de la segunda fila superior, en 1981 en la Puerta del Sol de la Iglesia Mayor Prioral, con el Orfeón. Vemos a su director Diego Casares.

En resumidas cuentas ha sido admirable que un niño de la guerra como fue él, sin haber estudiado ni haber tenido ocasión para ello, conociera la música, la obra de los grandes de la composición, Beethoven, Bach, Mozart, leyera partituras con un nivel aceptable, leyera buenos libros y tuviera su cultura.

Juan y su mujer, Rosi Ruiz.

Todas las demás consideraciones de tal o cual defecto de su carácter pasan a segundo plano. ¿Quién no los tiene?. Lo visité cuando ya andaba enfermo en varias ocasiones en su casa de Chanca 5 y, últimamente en el Hospital Santa María del Puerto, en la habitación 429 cuando ya estaba tan malito. No me enteré de su muerte sino a toro pasado y lo lamento. Deseaba estar en sus exequias fúnebres y decirle adiós. Descanse en paz».

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Rafael de la Riva Nicolau nació en 1862 y aunque no puedo precisar la fecha de su muerte, es mi objetivo dar a conocer a los lectores de GdP las buenas acciones y el talante liberal que presidió la vida plena de vocación --un sacerdote de la medicina-- de este respetable y olvidado paisano que dirigió de forma ejemplar y admirable  durante varios años, en el tránsito de del siglo XIX al XX,  el  Hospital Municipal.

SUCESORES EN SUDAMÉRICA.
Fueron sus padres, Felipe De la Riva Yela, un indiano guatemalteco descendiente de hijosdalgos cántabros, establecido en nuestra Ciudad mediado el siglo XIX, cuando apenas contaba 27 años, dedicado al negocio de la vinatería. Enviudó joven y contrajo segundas nupcias con Victorina Nicolau Chevasco, la hija mayor de un prestigioso abogado de origen catalán pero asentado desde hacía décadas en nuestra ciudad, donde nacieron todos sus hijos.  Tenía Felipe De la Riva dos hijos de su primer matrimonio, Amelia y Luis De la Riva Ruiz, este último nacido en El Puerto.

La hembra se crió con la familia de Guatemala y el varón se mantuvo con el padre hasta los quince años de edad, cruzando el Atlántico en busca de mejor fortuna, como tantos jóvenes de su edad. Un detalle bastante emotivo de este emigrante portuense medio hermano del personaje que estamos refiriendo, fue el hecho de que, cuando montó un negocio propio en 1886 de vinatería y abarrotería, término este –abarrote- equivalente en Guatemala y Panamá al empleado en nuestra tierra para el suministro de artículos de abasto, provisiones y víveres, le puso por nombre “El Guadalete”. Sus sucesores mantienen en la actualidad un complejo empresarial denominado “De la Riva Hermanos” que engloba empresas editoras, de diseño, distribución, publicidad y artículos de joyería. /En la imagen de la izquierda, caricatura de Luis de la Riva, ya mayor, publicada en la prensa de Guatemala.

CÓLERA MORBO.
Nada mejor para conocer la personalidad de Rafael De la Riva que la opinión de sus contemporáneos. De una semblanza publicada en la Revista Portuense del 12 de marzo de 1897, entresacamos algunos fragmentos: «Rafael De la Riva Nicolau es uno de los más ilustrados facultativos de la generación actual, y lo es más aún por sus arraigadas creencias médicas. No muy sobrado de recursos, hizo la carrera a fuerza de gran energía y constancia. En el año en que estaba a punto de terminar sus estudios, cuando el cólera morbo hacía bastantes estragos en Cádiz y se cebaba tan terrible epidemia en los infelices alienados del Manicomio Provincial, De la Riva solicitó y obtuvo un puesto de honor en tan caritativo establecimiento y, luchando en desventajosísimas condiciones, salvó de las garras de la muerte a muchos de aquellos desgraciados. Su notable conducta en los tres meses de aislamiento y sacrificio voluntario fue recompensada por la Diputación con el título de Licenciado en Medicina, libre de gastos, siendo propuesto para la Cruz de Beneficencia. Cuando estudiaba en Cádiz era siempre el obligado cabeza de motín, el que arengaba a los compañeros, el “leader”, el orador de confianza de la Facultad. Actualmente, que ostenta título tan preciado como el de Director del Hospital de San Juan de Dios, puede considerársele, sin exagerar, como un brillante cirujano. Reúne admirable destreza y enorme sangre fría… antes de operar, estudia y lee mucho… Muchas madres lo bendicen, al obtener la exclusiva para la aplicación en El Puerto del suero antidiftérico Behring…  Debió ser abogado: causas especiales le hicieron variar el rumbo de sus estudios… habría sido de los de buena cepa, pues le viene de casta. Demócrata convencido, sus ideales le han causado graves disgustos en distintas ocasiones. Escritor distinguido, polemista hábil, es temido como adversario en la prensa y en las tribunas».

Plácido Navas Villasclaras, médico que fue de la Plaza de Toros, con bigote, a la izquierda de la imagen. El tercero por la derecha, en primera fila, Enrique Máiquez Adán, también médico y abuelo de Enrique, José María y Consuelo García Máiquez. No conseguimos ubicar en la imagen a Rafael de la Riva.

CIRUJANO EJEMPLAR Y DEMÓCRATA.
Elogian en la semblanza su profesionalidad y brillantez. Sirva como botón de muestra la operación que practicó en el verano de 1894 en el Hospital Municipal, asistido por los médicos forenses Manuel Medinilla y Plácido Navas,  extrayendo un proyectil alojado en el cráneo desde hacía ocho años a un excombatiente.

FEDERICO RUBIO.
En 1900, el año en que moría el siglo XIX y nacía el XX, nuestro paisano Federico Rubio Galy, al que no quedaban muchos meses de vida,  gozaba de un merecido reconocimiento de todos los estamentos sociales por sus aportaciones científicas y humanísticas, recibiendo múltiples elogios y homenajes en numerosos lugares de la nación. Menos en su tierra natal, a lo que parece, pues en esa fecha, concretamente el 26 de junio de ese año, un paisano y colega, médico y cirujano también, firmaba en la Revista Portuense un artículo a él dedicado titulado “Honor y Caridad”. El autor,  Rafael de la Riva Nicolau y en él alertaba de la inminente visita a Cádiz del sabio doctor, proponiendo fuesen al andén de la estación, a su paso por esta, para honrarle y saludarle, una comisión municipal a la que se agregasen los médicos y vecinos que lo tuviesen a bien. Igualmente, apuntaba la idea de colocar una lápida conmemorativa en la casa en la que nació y destacaba en el amplio contenido de su colaboración en el periódico local sus virtudes y méritos profesionales: «Todos los que han tenido como yo el honor de tratar a don Federico, saben perfectamente que lo de ejercer y predicar la honradez profesional constituye en él una preocupación constante, casi una obsesión… no deja pasar momento propicio para predicar que seamos siquiera buenos los que apenas podemos ser científicos». /En la imagen de la izquierda, Federico Rubio.

...continúa leyendo "1.418. RAFAEL DE LA RIVA NICOLAU. Cirujano y humanista."

La Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’ y la Asociación de Belenistas ‘Ángel Martínez’ se han unido para organizar la muestra: ‘Ángel Martínez, artista del barro’,  que abrirá sus puertas dentre el 25 de julio y el 12 de agosto, en un marco incomparable: el Monasterio de la Victoria, actuando como Comisario de la Exposición, el reconocido artesano e impulsor de la sociedad ‘Sucesores de Angel Martínez’, Vicente Rodríguez Giménez.

Hace ahora más de treinta años, cuando en diciembre de 1978, un grupo de personas, pertenecientes a la Comisión Organizadora de la Campaña de Navidad con Amor, programara una Exposición en el Club Guadalete, sobre Ángel Martínez, siendo ésta, la primera de otras muchas muestras que se han realizado desde entonces entorno a la vida y obra del célebre imaginero, de pequeño formato, de El Puerto.

Esta exposición, que contó con la cesión de figuras de 27 familias, la mayoría de nuestra ciudad, quería servir para rendir homenaje al artesano portuense D. Angel Martínez García, por su importante legado artístico. Un legado que nos desvela los usos y hábitos comunes del día a día de lo que rodeaba al artista, reflejando en cada una de sus piezas la manera de vivir y el sentir de un pueblo tan sabio como el nuestro, rico en costumbres.

Escenas costumbrista: 'El Contrabando', grupo de Ángel Martínez.

Para llegar a comprender tanto la descripción de las figuras, como lo que representan, es importante conocer el entorno del artesano y explicar la manera de vivir y el contexto histórico. De esta forma comprenderemos mejor las figuras, los utensilios que se usaban tanto en el campo, como en la vida cotidiana y doméstica.
Quizás este sea su mayor acierto y lo que hoy atrae a numerosas miradas, ajenas muchas de ellas al mundo de los Nacimientos, constituyendo tan solo una de estas pequeñas piezas un apreciado elemento de coleccionismo.

Martínez modelando la maqueta  del monumento a la II República.

Hoy en día retoman fuerza las palabras del prólogo del colaborador de Gente del Puerto, Luis Suarez Ávila, en la exposición de 1978, del Club Guadalete: «Que ahora cuando se habla de tomar conciencia de lo regional, de lo popular, de fomentar la artesanía, no sea paso en balde el haber organizado esta exposición, que pensamos sea semillero de un más ambicioso proyecto, que quede plasmado en una de las salas del Museo que El Puerto quiere y que debe tener».

Figura original del artesano portuense, que refleja una imagen costumbrista.

LA EXPOSICIÓN.
La muestra contará con diferentes zonas expositivas: La Zona de Introducción: En la entrada de la exposición expondrán una portada de las recreadas en la obra del artesano. Contexto histórico. Con paneles, fotografías y utensilios domésticos. Ángel Martínez. Natural de El Puerto. Panel explicativo. Exposición de figuras. Se realizaran en las diferentes capillas del salón de actos de la Victoria (antigua iglesia). Los sellos. Panel explicativo, con texto e imágenes, figuras e improntas de sellos de las figuras. El proceso de la arcilla. La técnica del apretón. Con panel explicativo, moldes y ejemplos. La cocción. Con panel explicativo, piezas de distintas cocciones. El alambre. Esqueleto de las figuras.

Varias plantillas de grupos del artesano Ángel Martínez, originales.

Panel explicativo y piezas. Los premios. Los diplomas y medalla, así como panel explicativo. El belén de la época. Donde se mostrará un típico belén con piezas y elemento propios. La evolución y sucesión de la obra. Paneles, mostrador y vitrina de figuras. Audiovisual. Video explicativo de la muestra. Proyección. Ángel Martínez y su relación con Pedro Muñoz Seca. Panel, fotos y figura. Influencias de la obra de Ángel Martínez en otros artistas. Panel, figuras . Angel Martinez en papel. Exposición de recortes de prensa, catálogos y folletos editados. Obra a palillo. Se mostrarán bustos y piezas propiedad de la familia, como la Farfolla, la gitana, Dolorosa, ...

Más información Figuras de Ángel Martínez en Gente del Puerto.
Nótula 873.
Más información de Vicente Rodríguez Giménez en Gente del Puerto.
Nótula 236. 

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Alineación del Racing Club Portuense en el partido que jugó contra el C.D. Alavés, el 16 de junio de 1968, no consiguiendo ganar aquel encuentro de la fatídica liguilla  de  promoción de ascenso a Segunda División.


Los jugadores racinguistas fueron de pie de izquierda a derecha: Mariano Serrano “Nano”, Martínez Jaén, Chares, Luis Soriano Gómez, Manuel Prado “Lolo” y Jaime Ruiz Chinea.   Agachados: Sebastian José Vera Palmer, Jesus Bastián, Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Miguel Mata y  José Breval en aquel fatídico partido jugado en el campo del Eduardo Dato.

En la segunda eliminatoria (la primera fue contra el Atlético Baleares) le tocaría jugar al Portuense con el Alavés, entrenado por Ignacio Izaguirre, siendo presidente Juan Gorospe. El partido se jugó en el Estadio de Mendizorroza (Vitoria), el 9 de Junio de 1968, a las 18 horas. El resultado fue de empate a cero.

La directiva portuense estaba formada por Bernardo Sancho Jiménez, como presidente y los vicepresidentes Tomás Osborne Macpherson, Fernando Arjona Cía, José Antonio Osborne Vázquez, Juan M. Martín Vélez. Secretario, Antonio Torres Santiago. Tesorero, Antonio Rincón Suano. Contador, Andrés Díaz Gómez y vice-Contador, Francisco Parra García. Vocales, Cayetano Gómez López, Salvador Egea Hidalgo, Agustín Fernández González, José Arjona González, Manuel Pico Ruiz-Calderón, Manuel Rosso Morro y José González Ruffoni.

Luis Soriano Gómez y Manuel Gómez Barrera 'Manolín'.

Hubo un claro dominio del Alavés en la primera parte, con muchos tiros a puerta que fueron neutralizados por la buena actuación del portero Jaime y de su defensa. En la segunda parte, el dominio Alavés se acentuó y unas veces las piernas de los jugadores, otras los palos y en fin la destacada actuación de Jaime, evitaron que el balón llegara a la red. Destacaron Jaime sobre todos, Vera Palmer y Manolín en el Portuense. Ezquerra y Sarasola en el Alavés. Arbitró bien el asturiano Villa Posadas.

Las alineaciones fueron:
ALAVÉS: Bernardo, Ezquerra, Sarasola, Ayerbe, José Ramón, Rojo; Oscariz, Casito Blanco, Quintana y Baroja.
PORTUENSE: Jaime, Mariano, Chares; Martínez Jaén, Lolo, Marcelino; Vera Palmer, Hernández. Breval, Manolín y Soriano

PARTIDO DE VUELTA.
El partido de vuelta se jugó en el estadio portuense de Eduardo Dato, el día 16 de Junio de 1968. El resultado fue Portuense 0, Alavés 2, quedando el R.C. Portuense eliminado y consiguiendo el ascenso el C.D. Alavés. Se registró la mayor entrada de la temporada, con muchos seguidores del Alavés en las gradas.

Sosteniendo la pancarta desconocido y Teja. Jugadores de izquierda a derecha de pie: Mariano Serrano “Nano”; Martínez Jaén; Chares; Luis Soriano; Manuel Prado “Lolo”; Jaime Ruiz Chinea. Agachados: Sebastian José Vera Palmes; Jesus Bastián; Manuel Gómez Barrera “Manolín”; Miguel Mata; José Breval. Los aficionados a La derecha de la foto: Francisco Fernández Acal “Paquito de Casa Paco”, desconocido y Julio Fernández Galloso.

Los goles fueron marcados por Caito a los 22 minutos aprovecha una duda de la defensa local y marca el primer gol vitoriano. A los 38, el mismo Caito, en jugada personal, logra el segundo. Mal partido del Portuense en un encuentro de dominio alterno, con mejor juego y más entusiasmo en las filas alavesas, en las que destacó la actuación de su portero Bernardo. De los locales no se pudo distinguir a nadie. El arbitro fue  Rodriguez Barroso, sin complicaciones

Las alineaciones fueron:
PORTUENSE: Jaime; Mariano, Chares, Martínez, Jaen, Lolo, Marcelino, Vera Palmer, Hernández, Manolín, Mata y Soriano.
ALAVÉS: Bernardo; Ezquerra, Sarasola. Ayerbe; José Ramón, Rojo, Ocariz, Caito, Zarrita, Quintanal y Blanco.

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Manolo Albaiceta Revuelta nace el 23 de septiembre de 1950 en el número 8 de la calle Diego Niño, tercero los tres hermanos del matrimonio formado por Antonio --trabajador de Bodegas Terry-- y Carmen. Estudió en el Colegio de La Merced, La Salle y SAFA. Ha sido considerado uno de los mejores contraltos de la Historia del Carnaval del cambio de siglo, casi siempre con ‘Los Majaras’. Este año 2012 abandona el Carnaval de forma activa como componente de la agrupación.

1950
El año del nacimiento de Manolo, 1950, era alcalde de la Ciudad, Eduardo Ciria Pérez.  La población de hecho era de 28.300 habitantes, la de derecho 28.368 con un número de 5.595 de hogares censados. El poeta José Luis Tejada refunda junto a otros escritores la revista gaditana de poesía ‘Platero’. Rafael Tardío expone en el Círculo de Labradores de El Puerto. El anterior Jefe de Estado, el dictador Francisco Franco visitaba El Puerto. Nacía María del Carmen Asensio, nadadora profesional y el ganador de los pesos pluma de boxeo amateur en 1972, Paco García Serrano.

Manolo Albaiceta, con sus padres y hermanos, en una foto en la playa de 1957.

VARIADO MUNDO DEL TRABAJO.
Manolo, tuvo muchos empleos a la largo de su juventud: empezando a trabajar en el desaparecido ‘Tejidos Ciudad de El Puerto’, en la calle Ganado, casi esquina con Nevería, en la desaparecida Conservas Sur (ver nótula núm. 333 en GdP) en bodegas Caballero y bodegas Terry, en los oficios de escayolista y electricista, en General Motor, en Ojelosa, y en las delegaciones de Danone y Matutano como autoventa,  como promotor en los comienzos de LANSYS con Juan Vaca (ver nótula núm. 1155) y, por último trabajando por espacio de 25 años como agente fiscal, en el Ayuntamiento, jubilándose el pasado año 2010.

Manolo, a la derecha, cantando con Los Majara, delante del Bar Triana, el pasodoble original de Diego Caraballo 'Un cuatro de diciembre', de la comparasa 'Raza Mora' y que interpretan anualmente en dicha fecha.

Está casado con Pepi Viñas Segura y tienen dos hijos: Daniel y María Belén y dos nietos: Daniel y Pablo.

LA MÚSICA.
Nuestro protagonista imitaba muy bien la voz de ‘Joselito’ y formó parte del coro de la iglesia de San Joaquín, --era el párroco José María Rivas Rodríguez-- con la hija del maestro Dueñas (ver nótula núm. 199 en GdP) algunos hijos del sacristán y otros chavales del barrio. Prestaría sus servicios como monaguillo en la Parroquia de San Joaquín, con Manolo Malpartida mientras estudiaba en el Colegio de ‘La Merced’.

Manolo Albaiceta, durante su úlitma actuación con 'Los Majara' en 'Llámame Jesús'.

Pero pronto vendría la afición por el mundo del Carnaval. Se iba de pequeño detrás de las agrupaciones para escucharlas cantar. Y, con 14 años, en 1965, empezará con la agrupación ‘Los Vampiros’, donde iba de cajilla y voz alta que fue Segundo Premio Provincial en el Concurso de Agrupaciones de las entonces ‘Fiestas Típicas Gaditanas’. Ensayaban en un local de la calle Misericordia --donde estuvo el Taller ‘el Venta’ y hoy existe una pizzería) y en un cuarto de redes en la zona de La Pescadería, donde se iluminaban con velas al no haber luz eléctrica.

Con Paco Díaz el 'Pelahigo' y Albaiceta formaron un duo con las voces de contralto y octavilla. En la imagen, ambos posando en el monumetno a la Inmaculada, en la Plaza de la Iglesia, caracterizados para la comparsa 'Cantares' en 1979.

La voz de Manolo siempre ha destacado: tenor, contralto y octavilla. Sería con esta última con la que triunfaría a partir de ‘Los Vampiros’ --inspirado en el desaparecido Paco Alba y en Alfonso Marín de ‘Los Quasimodos’). Más adelante formaría un tándem perfecto con ‘el Pelahigo’ y el propio Manolo con las voces de contralto y octvailla, respectivamente.

De izquierda a derecha, Javier Nuñez, José Luis Arniz, Antonio Martín y Manolo Albaiceta.

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