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antonioalvarezherrera_1983_puertosantamariaAntonio Álvarez Herrera nació el 14 de abril de 1931, por lo que, al iniciarse la Guerra Incivil contaba con apenas cinco años de edad. Hijo de un tonelero, Agustín y de Antonia, (el padre era socialista y la madre comunista y estuvo presa durante la rebelión militar de 1936) nació y vivió en la calle Capillera, núm. 9. Estudió en el Colegio del Polvorista y luego trabajaría como aprendiz con su hermano Pedro en el taller de tonelería de su padre. Entraría en Bodegas Caballero de aprendiz –en la bodega haría de todo— fundamentalmente como arrumbador, jubilándose de Capataz. Se casó con Isabel Oreni Mayi y tuvieron tres hijos: los gemelos Agustín y Fernando y María Antonia, que pasa largas temporadas en Galicia.

El mismo día de su nacimiento se proclamaba Segunda República Española, el estado que existió en España en el período que abarca desde el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la misma y de la salida de España del rey Alfonso XIII, al 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando insurgente en la Guerra Civil Española que siguió al golpe de estado del 17 de julio de 1936.

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Proclamación II República. Manifestación ante el Ayuntamiento.

Durante este periodo se llevaron a cabo diversas reformas, como la agraria, pero que en la mayoría de los casos no cumplieron con las expectativas. A la par, la falta de progreso acrecentó también paulatinamente el malestar del proletariado. Tras múltiples huelgas, levantamientos populares y cambios de mano en el poder, se produjo un levantamiento por parte de militares rebeldes el 17 de julio de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española, que a Antonio le cogería con pocos años. Y luego vendría una dura posguerra.

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De Izquierda a derecha, Juan Fariñas Sabariego (el Cai), Antonio Álvarez, Rosso que está casado con Maruja Escalante y el Rubio, camarero durante muchos años del Bar Liba.

Antonio era un revolucionario carismático. Convencía y se hacía respetar; todavía recuerdan quienes estuvieron con él reuniones con el Gobernador Militar del Campo de Gibraltar o con los obispos Añoveros o Cirarda. Antes de militar en el Partido Comunista de España (PCE) fue enlace sindical en el sindicato vertical. Llegaría a alcalde merced al pacto de las izquierdas en 1979 y estaría en el puesto de primer edil dos años y cuatro meses, hasta que lo hicieran dimitir en septiembre de 1981. Volvería a la política de la mano del Grupo Independiente (GI) en 1983 y con el PSOE entre 1987 y 1991, partido en el que se integraría. La Corporación Municipal  le concedió el nombramiento de Alcalde Honorario en 2006, pero no pudo recogerlo por su fallecimiento, tras una larga enfermedad. En 2008, el Ayuntamiento Pleno le entregaría dicho título a la familia.

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Fila de arriba. Izquierda a derecha: Rafaelin jugador que fuera del Racing Club Portuense, desconocido, desconocido, Antonio Álvarez, desconocido, desconocido. Fila de abajo agachados: Izquierda a derecha: Pepe Ruiz, Bizco Amalia taxista y aficionado a la bici, familia de los Balcón y del Bar El Chino, desconocido y el ultimo de la fila es Parrita, el mejor aficionado del Racing de toda la historia.

DETENCIONES.
Vivió muchas detenciones a lo largo de su vida como activista sindical y político. La primera en 1964 tras una manifestación que acabó con encierro en la iglesia. En 1965 participó en un nuevo recorido reivindicativo que partió desde el Pilón de San Juan y,  a la altura de la calle Luna llegó la Policía y detuvo a Antonio Álvarez, Esteban Caamaño y algunos más, siendo llevados al Depósito Municipal Carcelario existente en la Plaza de Isaac Peral, junto al antiguo Ayuntamiento. Unos 300 trabajadores se concentraron en la Plaza, liberándolo al poco tiempo. La segunda detención la vive en 1967, convocada por el sindicato local de la Vid, que se va convirtiendo poco a poco en huelga general al adscribirse varios gremios. Lo acaban dejando libre. Lo juzgan en Madrid por estos hechos el Tribunal de Orden Público (TOP) y resulta absuelto.

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De izquierda a derecha, arriba, Francisco García Maíquez, apoderado que fué delantiguo Banco Central, el segundo es Pedro, tío de Antonio; a continuación Perico, su hermano, fallecido prematuramente; con sombrero Agustín, padre de Antonio; Antonio Álvarez es el quinto de esa fila, Antonio Peluffo, padre de Mario Peluffo y al final se encuentra Juan La O Ramírez, pescador. Agachado el primero de la izquierda es el Titi, tío de Antonio. La fotografía está tomada en la confitería de Perico, el hermano de Antonio.

De nuevo y con lo que se conoce como 'la caída de Chiclana' es detenido en 1968 junto con Federico Iglesias, lider provincial de CCOO. Vuelta a la huelga general de los trabajadores de la vid, con encierros en la parroquia de San Joaquín y en el Edificio del Sindicato Vertical, entonces situado donde hoy está el Edificio Vista Alegre, en Micaela Aramburu. En 1969 se produce una nueva huelga de los viticultores, además con denuncia del Convenio de la Vida, y se inicia una huelga del Metal (Matagorda, Bazán y Astileros de Cádiz) y al final de enero de 1970 la Policía Armada toma El Puerto. Lo detienen y junto a 26 más el TOP lo condena a cinco años de cárcel de los que cumple tres. En prisión lideró una lucha para mejorar las circunstancias de vida de los presos, tanto políticos, como comunes, lo que le produjo un agravamiento en sus condiciones carcelarias, pasando por las celdas de castigo; ello produjo una huelga de hambre en la cárcel, empezada, precisamente por los presos comunes. Por delito de asociación ilícita padeció la cárcel en El Puerto, Carabanchel, Jaén y Cádiz. Del desaparecido penal gaditano recuerda la perenne pestilencia del vertedero que se encontraba contiguo al recinto penitenciario.

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Fila superior, los profesores Ventura Lozano y Manuel Martínez Alfonso, a la sazón director del Instituto Laboral y con el tiempo uno de los últimos alcaldes del anterior régimen político, al final de la fila, Antonio Alvarez. El último de la fila de abajo de izquierda a derecha es Agapito de Serdio, hermano de Celestino del Bar las Cadenas. Es un curso de los llamados P.P.O, cursos de formación para distintas profesiones bajo la dirección del Ministerio de Trabajo de la época. Años de los 70.

LA TRANSICIÓN.
Antonio contribuyó a la creación de la Junta Democrática y con posterioridad, la Coordinadora Democrática, previos a la transición política. En enero de 1977, tras los asesinatos de los abogados de Atocha hubo una fuerte contestación y luego vendría la huelga de los marineros, que tuvo una fuerte represalia en El Puerto, con encierro en la parroquia de San Marcos. Esa Semana Santa, el sábado, se legaliza el Partido Comunista (Miguel Marroquín sería el secretario general del PCE local entre 1974-1981) y se empieza a configurar las CCOO en libertad, con Mario Peluffo Rojas como primer secretario local,  habiéndolo sido Antonio Álvarez hasta ese momento y habiendo ocupado igualmente, puestos de responsabilidad a nivel nacional y andaluz.

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Primer Corporación Municipal de los Ayuntamientos Democráticos. A la izquierda, Antonio Alvarez Herrera, antes de su proclamación como alcalde. Entre el público, funcionarios y militantes de partidos políticos. El salón estaba decorado en tonos rojos, antes del triunfo de 'los rojos'. (Foto Rafa).

PRIMER ALCALDE CONSTITUCIONAL.
En 1979 lidera la lista del PCE a la alcaldía de El Puerto, en las primeras elecciones democráticas y, merced al pacto de las izquierdas, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Españo y Partido Socialista de Andalucía, obtiene la alcaldía, que ejercería durante dos años y cuatro meses (abril 1979- septiembre 1981). Durante aquel periodo, inexperto y convulso, empero ilusionante, Antonio capitaneó grandes logros: la creación de los Museos Municipal y el de Alberti, la recuperación del Palacio de Araníbar, para sede de Justicia, el Plan de Depuración Integral de vertidos de la Ciudad, el traslado de la Feria a su actual Recinto de Las Banderas, y las aprobaciones iniciales de las diferentes variantes de las que hoy, 30 años después, disfruta El Puerto, amén de los primeros pasos para el desdoblamiento de la antigua Nacional IV.

alvarezherrera_alberti1_puertosantamaria"--Los acreedores como Sevillana de Electricidad o la Confederación Hidrográfica, nos exigían el pago de sus deudas, para poner trabas a la labor de los ayuntamientos del PCE, como el de El Puerto. Tuve que pedir préstamos para salir del primer trance". De su truncada misión de la Alcaldía lamenta especialmente no haber podido llevar adelante el PGOU, que podía haber estado listo a principios de los 80. "--Con un Ayuntamiento estable el plan hubiera salido con prontitud y la ciudad llevaría años por adelante porque inversiones que pasaron a otros pueblos se hubieran quedado aquí". Alvarez, además de enamorado de El Puerto, comprende que pese a los vaivenes de la política local, la ciudad sale airosa porque "tiene lo que le falta a localidades de su entorno. Tiene mar, que no tiene Jerez o tiene espacio, que no tiene Cádiz", explicaba poco antes de su fallecimiento, en una entrevista concedida a Francisco Andrés Gallardo en enero de 2006, para Diario de Cádiz. (En la fotografía, Rafael Alberti felicitando a Antonio Álvarez por su nombramiento). (Foto Rafa).

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Este año en abril, se cumplieron 30 años de los ayuntamientos democráticos. Algunos concejales de aquella primera corporación se retrataron, a instancias de Diario de Cádiz, ante el retrato de Álvarez. De izquierda a derecha su sucesor, Rafael Gómez, del PCE, Paco Lara y Maria Angeles Fernández Cortabarría, del PSOE, Manuel Pacheco Albalate, de UCD, Manolo Moreno de Coalición Democrática y Antonio Muñoz Cuenca, del PSA. (Foto Andrés Mora).

Tuve la oportunidad de asistir a aquella entrevista que le hizo Gallardo; cuando Antonio recordaba junto a su mujer como aguantaban las torturas, los suplicios a los que eran sometidos en los calabozos de la prevención del antiguo Ayuntamiento que está siendo restaurado, hubo un momento que no se describir. Recordaba como se daban fuerzas, ya detenidos, cantando ‘La Internacional’. Antonio empezó a entonarla, con un nudo en la garganta, su mujer le siguió, rompiendo a llorar,… recordando. Se hizo el silencio. Y un trozo de la historia de El Puerto se vivió en aquellas cuatro paredes del partidito de la calle San Juán, de alquiler, donde el alcalde Álvarez percibió los últimos latidos de la Ciudad. Recordando.

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El 6 de enero de 1980, acompañando al Asilo de Ancianos a los Reyes Magos: José Ignacio González Lechuga, Julián Montero Fuentes y Miguel Lobato Quintero dieron vida a Melchor, Gaspar y Baltasar. en la fotografía aparece el sargento de la Policía Local, Yeste y, entre éste y Melchor, Franciso Acosta Higueras.

SALIDA DE LA ALCALDÍA.

Antonio quiso ser alcalde de todos los porteños y eso, o la incomprensión y la envidia de sus propios camaradas produjo su salida de la alcaldía, según dijeron, “por aburguesamiento”. La defensa ante sus compañeros por la buena gestión del gerente del entonces Patronato Municipal de la Vivienda, fue el detonante. Antonio hablaba con todo el mundo y no todo el mundo, o no sus propios compañeros, lo entendieron.

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En la Venta "El Maka", regentada por Ramona por aquellas fechas finales de los años 70. Hoy la dirige su hijo Ramón. Están Antonio Álvarez, Rafael Alberti e Isabel la esposa de Antonio; Carmelo Ciria, entre Alberti y Antonio Álvarez. Al fondo J.A Ariza González, conocido por 'Manlu'.

El 28 de agosto de 1981, va a hacer 28 años, el Partido Comunista de España, en sesión de su comité local porteño, aprobara la salida de la alcaldía de nuestro protagonista. No podía sentir mayor vergüenza Antonio Alvárez por aquellas infundadas acusaciones. Que sus propios compañeros le alejaran del poder con aquellos argumentos, a todas luces falsos. Ya no sería ni la sombra del activista precursor de las libertades que fue, antes de su muerte política por parte de sus correligionarios. Incluso pensó en algún momento acabar con su vida, tal era la carga de la ignominia que pretendían echar sobre él. Pero Antonio aguantó, aunque como decía: «--Dejar la alcaldía me dio vergüenza». Ya Antonio no volvió a ser aquel activista, pero si se hizo experto, más aún, en la condición humana.

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En la Feria de Primavera, Eusebio el chofer de la alcaldía, Mario Peluffo y Antonio Álvarez.

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VIII Trofeo Ciudad de El Puerto. De izquierda a derecha,  Rodrigo Mateo, por aquel entonces en Radio Juventud de Cádiz, que fue absorbida despues personal y Emisora por Radio Nacional de España y en escorzo, un jugador desconocido. En el centro con barba, Joaquin Duran Ayo, por aquel entonces director de la Cadena SER en Cádiz. Se solía poner el "mono" por aquellas fechas y bajaba al cesped a realizar las entrevistas, mientras Juan Manuel Pedreño retransmitía el Trofeo. Hoy forma parte de la dirección de Canal Sur. A continuación, Francisco Ferrer Palacios, a la sazón presidente del R.C. Portuense, Antonio Álvarez y a  la derecha un joven alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso Toledo.(La foto de Rafa está fechada el 15 de agosto de 1979).

Lola Galán, publicaba el 24 de septiembre de 1981, en El País una interesante crónica de la que extraemos: «Los desconchones de la casa en que vive no dan pie a imaginar que el aburguesamiento de Antonio Alvarez haya llegado demasiado lejos. La madre, de luto riguroso desde que hace seis años muriera el hermano mayor, barre las losas desniveladas de un pasillo que se abre a un patio interior algo destartalado ante los preparativos de una nueva mano de pintura. «--Ya lo ve usted: este es el chalé de Antonio, ¿qué le parece? Esta casa, donde hemos vivido con un montón de vecinos. ¡Ay que ver la gente que hay por ahí!... Y todavía iban comentando que un chalé de lujo que se está construyendo en el Buzo era para el alcalde...». Antonio Alvarez, sobrepuesto de la dura batalla, más dura en algunos aspectos que la propia clandestinidad, habla de los dos largos años de entrevistas, gestiones, tanteos, peticiones, propuestas. «--Todo depende de cómo se vean las cosas; para mí, ir a la Cinca de Pedro Domecq a negociar un tema y que él me acerque la silla para servirme el desayuno es un triunfo de la clase obrera, de todas aquellas luchas, y, sin embargo, sé que si me hubiera visto más de uno ya habría comentado: "¡Mira ése, qué bien le va de alcalde!". Y yo pienso que si sólo tenemos el Ayuntamiento, y el que gobierna en el país es UCD, habrá que negociar las cosas para sacar el dinero que necesitamos y no liarse en discusiones continuas».

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No reproducimos el contenido del acta de agosto de 1981 a la que hemos tenido acceso, aunque si su encabezamiento con los asistentes, toda vez que dicho documento, que consta de cuatro páginas, no está firmado por los integrantes de aquel Comité Local del PCE, así que la validez de los folios tendrían que corroborarla los asistentes. Será trabajo de politólogos e historiadores y otros investigadores sacar a la luz que pasó realmente en aquellos meses aciagos para la política de El Puerto, en 1981. Fue sustituido por Rafael Gómez Ojeda, el segundo de la lista quien, a preguntas de Gente del Puerto, afirmó que él nunca quiso ocupar el puesto dejado vacante por Álvarez, pero que la disciplina del partido así lo dispuso.

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GRUPO INDEPENDIENTE.
Antonio Alvarez volvió a la política de cargos de la mano de un partido de nuevo cuño y de corte local. El Grupo Independiente formado por personas de distintas ideologías, creyentes, agnósticos, empresarios, abogados, trabajadores, funcionarios, porteños y porteñas tenía como único denominador común que Antonio Álvarez volviera de nuevo a la alcaldía de El Puerto. Sin embargo, su gran error llevar a cabo una campaña de acoso y derribo en contra del  PCE. Aquello movilizó a los dirigentes comunistas y el día 8 de mayo de 1983, llegaron a obtener nueve concejales en las Elecciones Locales. Antonio solo uno.

LA CASA COMÚN DE LA IZQUIERDA.
Antonio se integró en el PSOE, con Juan Manuel Torres como alcalde compartiendo  labores de gobierno como Teniente de Alcalde de Vivienda, con el ahora inhabilitado ex alcalde Díaz, en aquel peculiar pacto entre el PSOE y el PP para expulsar a Izquierda Unida de la alcaldía y, ya entonces, observó que "iba por libre" según sus propias palabras. Un futuro edil de IP, entonces dirigente socialista, y ahora creemos que en el PSA, Pedro Alamillos, firmó su expulsión temporal del PSOE por apoyar a otro ex compañero, Rafael Contreras, tras la debacle electoral socialista  en 1991 dando paso a los Independientes Portuenses (IP) de Díaz. Antonio estaba ya muy por encima de las miserias de la política y entró ya en la Historia de El Puerto como alcalde honorario y reconocido por sus paisanos.

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ALCALDE HONORARIO.
El 16 de abril de 2008 en un Pleno Extraordinario y Solemne,  el Excmo. Ayuntamiento Pleno entregaba a María Antonia y a sus hermanos Fernando y Agustín –los gemelos–,  el Título de Alcalde Honorario otorgado a su padre, a título póstumo, en el Monasterio de la Victoria, todo un símbolo. En su discurso, el alcalde conservador de la Ciudad, Enrique Moresco, declaró entre otras que  “Antonio siempre fue un político de mente lúcida, que luchó por los intereses de sus compañeros en el mundo laboral y por la instauración de la democracia. Así está recogido en diversas publicaciones, en las que es considerado un icono de la transición democrática, en Andalucía. “Ser el acalde de todos los portuenses”, hizo que el 14 de septiembre de 1981 renunciara a la alcaldía. Confiaba el alcalde Álvarez en su despedida, tras  dos años y medio “que los ciudadanos vean en mí a quien nunca ha dejado de ser: un portuense que se entrega como sabe a su pueblo”. La grandeza del político se mezclaba con la grandeza del portuense, renunciando a un privilegio, regir los destinos de la nave municipal, ya que pensaba que “durante este tiempo habré contribuido a que sea menos difícil el avance hacia la sociedad que debe abordar de otra forma los problemas de la mayoría”. Álvarez vino a la política no para servirse de ella sino para ser su servidor; que murió sin posesiones; que concebía la actividad política como medio para transformar la sociedad mientras el seguía siendo el mismo, es un claro referente de persona honesta y por tanto, de político honesto. A los honores que ya tenía de bonhomía, honestidad, fortaleza y valentía se suma el de esta distinción que el Excmo. Ayuntamiento Pleno le otorga: como alcalde honorario de su Ciudad a título póstumo. Un claro ejemplo y referencia de alguien que supo amar a su tierra y a sus gentes, por encima de cargos y títulos y para quien la alcaldía no fue sino un instrumento más para ayudar a transformar la sociedad.”

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generalmodesto_2_puertosantamariaJuan Modesto Guilloto León, Modesto (El Puerto de Santa María, 24 de septiembre de 1906 - Praga, 19 de abril de 1969). Militante comunista y militar de la República durante la Guerra Civil Española que alcanzó la graduación de General. El Presidente de la República Juan Negrín le confirió dicho grado militar, único caso entre los oficiales de milicias. Combatió en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. Familiares suyos continúan viviendo en El Puerto, quienes recuerdan que Modesto calificaba a El Puerto como “una de las pequeñas ciudades marineras más bellas de la tierra”.

El año de su nacimiento, 1906, eran detenidos en Cádiz, por carecer de la completa documentación, 21 jornaleros andaluces que se disponían a emigrar a América. La situación de miseria se agravaba día a día en España. Con el fin primordial de paliar la crisis obrera, comenzaba el derribo de las murallas de Cádiz. En San Sebastián se celebraba la ceremonia de conversión al Catolicismo de la princesa Victoria Eugenia de Battenberg. El Vesubio entraba en erupción y devastaba Nápoles. En San Francisco (EEUU) un terremoto e incendio destruía parte de la Ciudad. Picasso pintaría “Las señoritas de Avignon” y en Estados Unidos se celebraba la primera emisión radiofónica. Era también el año del nacimiento del que sería magnate griego Aristóteles Onassis.

modestoguilloto_puertosantamariaNació en la calle de las Cruces.  De pequeño le gustaba jugar en el Caño del Molino y en Valdelagrana. Hijo de obreros, desarrolló parte de su juventud en el trabajadero de bodegas Osborne, en la Aserradora de Pastor y en la Farmacia de Viqueira. Fue cabo del cuerpo de Regulares en el Marruecos español, empleo del que después sería degradado. Organizó el Sindicato de Oficios Varios y el Socorro Rojo. Se afilió al PCE en 1930. En 1933 organizó las milicias comunistas (las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, MAOC), tras recibir formación militar en la Unión Soviética. Al estallar la guerra civil, Modesto fue uno de los creadores y primeros comandantes del famoso 5º Regimiento, del que llegó a ser jefe en octubre de 1936. Participó en el asalto al Cuartel de la Montaña en Madrid y dirigió un batallón en la provincia de Toledo, intentando contener el avance franquista hacia Madrid. Se distinguió en las operaciones de la Sierra de Guadarrama y en el Tajo durante la batalla de Madrid. En 1937, el general Miaja, jefe de la Junta de Defensa de Madrid, le encarga el mando de la 4ª División. Tras las batallas de Guadalajara, Jarama y Brunete se le asignó el mando del V Cuerpo de Ejército.

Con el Quinto, Quinto, Quinto
con el Quinto Regimiento
madre yo me voy al frente
para las líneas de fuego.
Anda jaleo, jaleo
saca la ametralladora
y ya empieza el tiroteo
y ya empieza el tiroteo.

Himno del Quinto Regimiento.
Para escuchar el himno cantado pulsar aquí.

En 1938, dirigió las operaciones militares durante la Batalla del Ebro, con el rango de coronel, teniendo bajo su mando al V Cuerpo de Ejército (Enrique Líster) y el XV (Manuel Tagüeña, ambos comunistas como él). Su retirada de la batalla del Ebro es estudiada en las academias militares como algo ejemplar para evitar el mayor número de bajas. Tras la caída de Cataluña pasó a la zona centro, en donde Negrín le nombró general (caso único entre los oficiales de milicias) y Jefe del Ejército del Centro el 2 de marzo de 1939. Al finalizar la guerra huyó a la Unión Soviética, cuyo gobierno reconoció su grado militar.

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Vicente Rojo, Juan Modesto, el presidente del Consejo de Ministros de la II República el Dr. Juan Negrín y Enrique  Líster en un acto de las Brigadas Internacionales, en Barcelona.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue general del Ejército búlgaro comunista que combatió a los nazis junto con las tropas de la URSS.  Fué derrotado por José Díaz en las luchas de facciones internas para hacerse con el control del Partido Comunista de España en el exilio.

alberti_juvenil_puertosantamariaSe retiró a Praga, donde murió en 1969 oponiéndose a la entrada de los tanques soviéticos en la capital, un año antes. El matrimonio residente en El Puerto, formado por Antonio González San Gil y Águeda del Valle, que conocieron a Modesto en Praga, incluso asistieron a su entierro en 1969. En la capital checa escribió sus memorias “Soy del Quinto Regimiento”, que se publicaron en París ese mismo año, una obra que ofrece una exhaustivo análisis sobre la Guerra Civil Española. (W).

Perteneció a la generación de Rafael Alberti, que lo cita en repetidas ocasiones en su libro de memorias La Arboleda Perdida.

Mañana dejo mi casa,
dejo los bueyes y el pueblo.
-¡Salud! ¿A dónde vas, dime?
-Voy al Quinto Regimiento.
Caminar sin agua, a pie,
monte arriba, campo abierto.
Voces de gloria y triunfo,
-¡Soy del Quinto Regimiento!

Rafael Alberti, 1936

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El General Modesto, hablando en la ceremonia del funeral por el General Karol Swierczewski, en la Plaza Zwyciestwa. Varsovia (Polonia), 1 de abril de 1947. (Foto PAP)

Nz. przemawia gen. Juan Modesto Guilloto Leon. Uroczystosci pogrzebowe generala Karola Swierczewskiego na placu Zwycistwa.  Warszawa, 1947-04-01. (wb PAP).

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Pruden López Campuzano y su mujer, Susi, con los hijos del General Modesto, en la Exposición que sobre el General Modesto se inauguró el 24 de septiembre de 2006 en el Centro Municipal Alfonso X el Sabio, con motivo del 1º centenario del nacimiento de nuestro protagonista. Era el alcalde, a la sazón, Fernando Gago.

soydelquintoregimiento_ptostamariaDel Capítulo: “Antesala del 18 de julio”. «Al ser designado Azaña presidente de la República el 10 de mayo de 1936, la jefatura del Gobierno pasó el día 12 a Casares Quiroga, que siguió manteniendo en sus manos la cartera de Guerra.
En este periodo, antesala del 18 de julio, se mascaba el clima de guerra civil. Los cuartos de banderas eran focos de subversión. La UME (Unión Militar Española) dio la directiva a todos sus afiliados de no aceptar los permisos de verano. Las continuas advertencias de los oficiales y jefes leales, en muchos casos postergados y perseguidos por sus "compañeros", eran desoídas por el Gobierno. Igual suerte corrían las denuncias hechas en las Cortes por los diputados de izquierda sobre los preparativos de la sublevación, más señaladamente las que con pruebas irrefutables hacían José Diaz y Dolores Ibarruri en nombre del Partido Comunista. Los pistoleros fascistas seguían sus crímenes. Orientados por la UME, asesinaron en Madrid, el 9 de mayo, al capitán Faraudo; y el 12 de julio, al teniente José Castillo.
El indefensismo en el que se encontraban los militares demócratas por parte del Gobierno, excitó su indignación. La lenidad de aquél les hizo reaccionar con particular brío, desarrollándose en un núcleo importante de ellos la tendencia a actuar por su cuenta.

republica2Al día siguiente del asesinato del teniente Castillo, promovimos una reunión a la que asistieron los dirigentes de las células del partido del Segundo Grupo de Asalto (Ministerio de la Gobernación), del Ministerio de la Guerra, del Ministerio de Marina y del Batallón Presidencial, reunión que se celebró en el domicilio del teniente coronel José Barceló, sito en la calle Vallehermoso (3). A esta reunión asistió, en vísperas de incorporarse a su destino en África, el capitán de aviación Leret, uno de nuestros camaradas militares más lúcidos, asesinado por los militares franquistas el 18 de julio en la base de hidros de Atalayón.
En esta reunión de particular tensión, los camaradas Barceló, ayudante de Casares Quiroga y jefe del batallón del Ministerio de la Guerra; Enciso, jefe del Batallón Presidencial; Burillo, del Grupo de Asalto, y la célula del Ministerio de la Marina expresaron su indignación por los crímenes de los militares fascistas y la necesidad de extremar la vigilancia para salvar a la República en peligro. En aquella reunión se trazó la línea de conducta a seguir con vistas a que no pudieran sorprendernos los acontecimientos en los ministerios y en las unidades.

5_regimientoEn este periodo, en nombre del partido, yo estaba relacionado con el coronel Rodrigo Gil Ruiz, jefe del Parque de Artillería de Madrid, socialista. En vísperas de la sublevación y ante la eventualidad de que los fascistas intentaran apoderarse de las armas del Parque y se produjera un golpe fascista, fijamos ambos la consigna "Modesto" para la entrega de las armas a las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas).» Del Libro “Soy del Quinto Regimiento”. Juan Modesto Guilloto León. Edita: Éditions de la Librairie du Globe. París, 1969. Reedición de Laia. Barcelona, 1978.

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robertoromerolaffitte_puertosantamariaRoberto Romero Laffitte nace, de forma accidental, en Sevilla en 1940, pero es porteño de donde se siente, donde vive y donde disfruta de la vida.

Ese mismo año Mahatma Gandhi se reúne con el virrey de la India. El gobierno español dicta la ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás movimientos «que siembren ideas disolventes contra la religión, la Patria y la armonía social». Mientras Ernest Hemingway publica: ¿Por quién doblan las campanas?, en España hace lo propio Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro. Nacen también en 1940 Al Pacino, los políticos Alfonso Guerra y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; los músicos Ringo Starr y John Lennon, Pelé y Bruce Lee y también Frank Zappa.

Estudió en el Colegio de loa Pescadería y en el de la calle Luna. Mas tarde, en Sevilla, haría el Peritaje Industrial. Se casa con Maruja Miura con quien tiene cinco hijos, --el mayor, Roberto tiene un restaurante en Madrid, Foccolare, del que daremos cumplida información con una nótula en Gente del Puerto-- . (En la imagen, Roberto Romero Laffitte).

Dado que su padre, Alejandro Romero Osborne, marqués de Arco Hermoso , tenía tierras en Dos Hermanas, trabaja allí en la explotación agrícola y ganadera conocida como ‘La Huerta de Curro’. A los dos años se viene a El Puerto  a vivir en la casa familiar en la calle Durango y con 22 años se incorpora en la fábrica alimentaria propiedad de la familia: Conservas Sur, donde permanecerá como Director de Producción hasta el cierre de la misma a finales de la década de los setenta del siglo pasado. Su hermano Alejandro, también estuvo trabajando en la conservera familiar.

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Patio de la Casa del Marqués de Arco Hermoso en calle Durango. Desde el patio se accede al jardín y a otros patios secundarios, que en tiempos, fueron almacenes, bodegas y otras dependencias. (Del libro 'Casas Señoriales de Andalucía' de Patricia Espinosa de los Monteros. Ed. Cartago. 1998.  Foto: Francesco Venturi).

Se queda viudo con 47 años –hace 19—y con la ayuda de ambas familias saca a sus cinco hijos adelante. Ha ejercido como director en Cádiz de la Compañía GES (General Española de Seguros), durante cinco años, al término de los cuales volvió a su ciudad natal para ejercer como adjunto a la Dirección Comercial de Puerto Sherry, con Agustín Silvela de la Hidalga, --promotor del puerto que continúa en El Puerto--, jubilándose por problemas de salud de forma anticipada. Cuando se operó de una afección severa de garganta, se vino abajo. Pero su afición: la pesca le ayudó a salir adelante. Compró la tienda Caza y Pesca y allí estuvo defendiéndola hasta que cambió la reglamentación laboral, en la Ribera del Río. En la actualidad se dedica a sus nietos.

robertoosborneguezala_puertosantamariaCONSERVAS SUR.
La fábrica de Conservas la funda Roberto Osborne Guezala, en 1926, obteniendo autorización para la instalación de la fábrica de “Conservas alimenticias de carnes y pescado y la de frutas y hortalizas” en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados. Al frente de la industria alimentaria pone a su hijo, Eduardo Osborne Vázquez, estando al frente de la misma durante 12 años. El aporte de materia prima pesquera desde El Puerto se debilitó y se empezó a traer el género desde el puerto de Punta la Isla (Gallineras) en San Fernando. Como a los pocos años continúa faltando la pesca, Roberto Osborne cierra la fábrica y se marcha a Sevilla, donde continuaría una aventura empresarial iniciada junto a su hermano Tomás, en 1904,  la fábrica de cervezas La Cruz del Campo. Así, desmantela la fábrica de conservas y reutiliza los formeros y demás piezas de las naves de la conservera para ampliar la empresa cervecera sevillana. Según documentos del Archivo Municipal, en 1937 la fábrica de conservas, inactiva, se encuentra en Testamentaría, convirtiéndose la cervecera sevillana en sociedad anónima. (En la imagen, Roberto Osborne Guezala).

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Tranvía de dos pisos en Barcelona, con propaganda de La Cruz del Campo.

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Eduardo y Felipe Osborne Vázquez, empresarios conserveros y cerveceros.

En esa tesitura, Roberto Osborne Guezala, le ofreció la fábrica de conservas a su sobrino, Alejandro Romero Osborne, militar, que se retiró con la graduación de capitán. Y Eduardo y Felipe Osborne Vázquez se quedan en Sevilla con La Cruz del Campo. Se dio la feliz circunstancia que, previamente, en la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, La Cruz del Campo y Conservas Sur tenían los expositores uno junto al otro, la primera inspirada en el Hospital de los Venerables de Sevilla, con lo que el visitante salía satisfecho con su caña de cerveza y la tapa de sardinas sin piel y sin espinas, de nuestras conservas.

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La sevillana Cruz del Campo, pintada por Domínguez Becquer, de la que toma el nombre la fábrica de cervezas fundada por el emprendedor porteño.

alejandroromeroosborne_puertosantamariaAlejandro se encuentra con que tiene la marca, tiene los locales y ya está, por lo que tendrá que crear nuevas infraestructuras para poner en marcha de nuevo Conservas Sur. Así, alquila una fábrica en Barbate, la dota del equipamiento necesario y al ser un puerto de mar receptor del género que necesita, empieza a fabricar conservas de pescado. En El Puerto quedarían las fábricas de vegetales y salsas y el almacén distribuidor de la firma. El marqués de Arco Hermoso se desplazaba a Sevilla y participaba en las subastas de las naranjas agrias de las calles, plazas, paseos y las del Alcázar sevillano.

Nos encontramos en 1968, Roberto Romero Laffitte cuenta con 28 años. Mientras, al haberle expropiado el estado a su padre ‘La Huerta de Curro’ en Sevilla, el de Arco Hermoso adquiere a su buen amigo Miguel Martín Navarro, de Ayamonte, una fábrica de conservas que construyó dicho ciudadano al amparo del Polo de Desarrollo de Algeciras, impulsado por el ministro López Rodó, quedando ésta para la exportación: Alemania, Italia, EEUU y Norte de Europa. Funcionarían así tres fábricas, junto con la de Barbate y la de El Puerto. (En la imagen, Alejandro Romero Osborne, Marqués de Arco Hermoso).

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La fábrica estaba  situada en la calle Valdés, núm. 5, esquina con la calle Comedias, lindera con las fincas de Crevillet y el Recreo de Rafael Fernández de Haro (lo que hoy es La Ponderosa y Los Cedros). Ocupaba una superficie de 12000 metros cuadrados, distribuidos en una gran sala de máquinas, calderas,  lavaderos, depósito de sal, los almacenes, las oficinas de la empresa y la vivienda del ingeniero, además de una pista de tenis. En la actualidad se encuentran unos bloques de vivienda de promovidos por inmobiliaria Azul Mediterráneo, en su día propiedad de Rumasa. El arquitecto de la Conservera fué Manuel Romero Planas, el mismo de los Baños Termales de la Punttilla o del Cinema España.

conservas_sur_publi_puertosantamariaLOS TRABAJADORES DE LA CONSERVERA.
Conservas Sur llegó a tener una gran cantidad de trabajadores en todos sus centros de producción, más de 350 obreros. Barbate: 90 mujeres y 15 hombres. Algeciras: 70 mujeres y 7 hombres, El Puerto: 119 mujeres y 42 hombres, así como los eventuales en vegetales, más el personal de escritorio. Como se puede apreciar, la mano de obra femenina, mas cuidadosa, dominaba en los empleados de las distintas fábricas.

Los hermanos Bollullos fueron hombres claves en la organización de las dos fábricas más cercanas: José María Bollullos en la conservera de El Puerto y Francisco en la de Barbate; eran hermanos del fundador de la imprenta Bollullos de la calle Cielos, naturales de Puerto Real pero residentes en El Puerto. Personal de total confianza de la propiedad, por sus manos pasaron la gestión del día a día “—y nunca faltó una lata” en palabras de Roberto Romero, cuyo agradecimiento a estas familias ha quedado patente.

| Antonio Gil y Juan Muñoz, en el escritorio de Conservas Sur.

Por el escritorio pasaron conocidos vecinos de El Puerto y eficaces administrativos: Juan Martín Vélez, Manuel Ortega, Antonio Gil González y su hermano Abelardo, Juan Muñoz Aparicio, José Villar… El ingeniero director, encargado de la fabricación de los productos, que tenía vivienda propia en los terrenos de la fábrica, era suizo y está enterrado en nuestra Ciudad: Carlos Zuiki.

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La historiadora Isabel Pérez Sánchez, publicó un interesante trabajo en el número 20 de la Revista de Historia de El Puerto: ‘Las obreras conserveras portuenses durante la II República’, del que extraemos el siguiente texto: “Estas labores se llevaban a cabo dependiendo de la recogida de las cosechas o de la captura de las caballas. Esta situación va a condicionar la vida de la fábrica: los horarios, el número de trabajadores y el tipo de contratos, períodos y personal dedicados al trabajo, etc. En cuanto al horario, éste se alargaba cuando las necesidades de trabajo lo exigían. También el número de trabajadores variaba según las distintas épocas del año: en primavera y, sobre todo, en verano, era cuando el personal de la fábrica se hacía más numeroso. Primeramente por las frutas y hortalizas, y en segundo lugar, y más importante, por la llegada de los barcos cargados de caballas.

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Hay diferentes referencias de cifras de trabajadores conserveros, pero siempre, el mayor número de éstos, lo constituían mujeres. La mayoría de ellas trabajaban sólo temporalmente, según las necesidades de la fábrica. El personal fijo, por lo tanto, era mínimo y lo formaban, sobre todo, hombres. Según el informe de sanidad presentado en el expediente para la apertura de la fábrica, en ésta debían trabajar unos 50 trabajadores. En realidad, el número de obreros fijos no era ni la mitad de esta cifra, sin embargo, en épocas importantes de trabajo se podía llegar a triplicar, aunque siempre con trabajadores eventuales y en su mayoría mano de obra femenina. Las mujeres limpiaban el producto (caballas, tomates...) y, después de cocidos y preparados, se colocaban en las latas. Los hombres se dedicaban, sobre todo, a la carga y descarga de la mercancía, su transporte y colocación dentro de la fábrica, las calderas, etc.

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En la fábrica existían dos categorías dentro de las obreras: las operarias estibadoras y las denominadas de “faenas varias”. Estas últimas constituían la mayoría de las trabajadoras. Su trabajo, como su nombre indica, consistía en dedicarse a lo que según el momento era más necesario: limpiando y pelando las frutas y hortalizas, descabezando y limpiando las caballas, limpiando las latas de conservas... Para estas faenas no hacía falta cualificación, ni aprendizaje y, en determinados momentos, eran realizados por todas las mujeres de la fábrica.

conservas_sur_salsaindia_puertosantamariaAsí, con la llegada de los barcos de caballas, todas las mujeres acudían para su limpieza y preparación, durante todo el tiempo que fuera preciso para ello, al ser el pescado un producto muy perecedero. Una vez limpias y cocidas las caballas, las operarias estibadoras las arreglaban y las iban colocando en las latas de conservas. Para realizar este trabajo se requería un aprendizaje con anterioridad. Se tenía en cuenta la destreza y rapidez en la práctica de la estiba. La mayoría de las veces se trabajaba “por cuenta”,  es decir, según el número de “bandejas” de latas de conservas llenas, así se cobraba. Acelerando el ritmo de trabajo, podían ganar más dinero.”

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LOS PRODUCTOS.
Sin lugar a dudas los productos estrella fueron en pescados, los filetes de caballa, de melva y una variedad que el fundador de Conservas Sur sacó al mercado: filetes de bonito chico en aceite, que daba unos filetes muy blancos y también en tomate; aún en chico en aceite. Otro producto singular eran las sardinas sin piel y sin espinas, demandadas por el mercado alemán; durante los últimos cinco años de existencia de la fábrica, toda la producción de sardinas de la factoría de Algeciras la destinaron para la fabricación de este producto, muy complejo de elaborar. En escabeches: sardina, caballa y atún. En Vegetales, melocotón en almíbar, guisantes, alcachofas, tomate triturado, judías verdes, champiñones, tomate al natural con pimientos verdes asados. En Salsas: Salsa Cátsup, Salsa India, Jalea Real, Jaleas de Vinos de Jerez, Salsa Vinagreta, Salsa Mayonesa. En mermeladas: de brevas, que era la especialidad porque no la fabricaba nadie; de naranja agria, de albaricoque, de melocotón y piña, de jalea de uva, de ciruelas, de fresa… y hasta Spaguetti con Tomate.

conservas_sur_catsup_puertosantamariaSe daba la circunstancia de que para recibir en buen estado las fresas con las que se preparaban las mermeladas, había que extremar las precauciones de conservación y transportes. Un caro con 200 canjilones de noria de barro, llenos de fresas pequeñas (3 kilos aproximadamente ), cerrados con hojas de higuera con un atadillo de palma, viajaban toda la noche, --desde el campo hasta la fábrica-- entre las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana, para resistir de la mejor manera posible el calor.
Desde Conil venían las brevas y del campo de Chipiona, en grandes cantidades, de la huerta de Roberto Jiménez Tamplin.

LA BODEGA DE VINAGRE.
Conservas Sur tenía una bodega de vinagre para las conservas. En la actualidad mantienen seis botas procedentes de aquella bodega así como ‘la madre’, la bota madre a la que denominan ‘Santi Ponce’, con más de un siglo de antigüedad. Roberto y Juan son copartícipes de esa solera de vinagres.

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LOS PROBLEMAS Y LOS TIEMPOS.
Pasan los años y ya en 1978 la actividad extractiva de la pesca desciende de forma significativa, como consecuencia de los desajustes y acuerdos pesqueros con Marruecos. Para que la fábrica funcionara había que invertir en naves y equipos de refrigeración; había que comprar la producción completa de los barcos de pesca. La crisis llega también a los vegetales, y eso que la California de Andalucía estaba en Chipiona, con los cultivos intensivos y de invernadero; pues bien, había que traer la materia prima desde Murcia, con el consiguiente aumento de los costes en transportes y fletes de la mercancía.

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La fábrica no pudo más y cierra. A finales de la década de los setenta, la inmobiliaria Azul Mediterráneo, propiedad de Rumasa, derriba las naves y construye una promoción de viviendas en lo que fue una de las mejores fábricas de conservas de Andalucía. Hubo posibilidad de que la fábrica se instalara en Agadir (Marruecos) pero fue algo que desechó la propiedad. Incluso, a la fábrica de Barbate venía periódicamente un ciudadano marroquí a cobrar el impuesto revolucionario, para que los barcos pudieran continuar faenando en los caladeros marroquíes.

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Llegaron a existir 22 fábricas conserveras en nuestra provincia y, en la actualidad escasamente quedan: El Rey de Oros, la Tarifeña, Marina Real, Diego Piñero y Ubago. En la actualidad, la propiedad de la marca Conservas Sur, pertenece a Osborne y Cía. S.A.

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LAS CONSERVAS GADITANAS Y PORTEÑAS EN LA ANTIGÜEDAD.
Escribe el periodista e investigador Francisco Andrés Gallardo: "Junto a las animadoras más sicalípticas que vieron los banquetes imperiales, las puellae gaditanae, el nombre de Gades, la urbe más importante y conocida de la Bética de la Antigüedad, estaba unido al vino y a la salsa garum que algunos quieren ahora recuperar, o al menos reinventar. Gracias a las corrientes del golfo gaditano, la calidad de nuestros pescados azules, los peces grasos de nuestras costas, como atunes, sardinas y caballas, hicieron del garum gaditano el más afamado de todos los que se degustaban en la mesas, republicanas e imperiales, de Roma. El secreto estaba en la masa de las tripas. El garum era la maceración con hierbas aromáticas, vinagre y aceite de oliva de las tripas de pescado azul, aunque no nos ha llegado su fórmula, pero sí disponemos de los restos de factorías como la de Bolonia. Ysu subproducto, el escurrido, era el allec.
garumLa cocina mundana de los tiempos romanos era muy limitada en productos y recetas. La clase alta era la que podía permitirse delicatessen excéntricas como mamas de cerda, marmotas de los ríos galos y flamencos del Nilo. Todo ello, claro, especiado con garum gaditano.
El gastrónomo Apicio nos legó el más completo recetario de la época. He aquí la receta de un flamenco con salsa garum: se limpia el ave en una marmita de barro y se cuece hasta que se reduzca a la mitad el caldo. Se pasa entonces a una olla de hierro con aceite, cebolla, coriandro y un buena ración de garum. Se deja cocer y se le añade vino cocido para aportarle color oscuro. Cuando la carne esté blanda, se añade pimienta, apio, comino, silphium (especie vegetal extinguida), ruda, moscatel y miel y se deja reducir la salsa, a la que se agrega algo de harina para que termine de espesar. Se sirve adornando el ave con sus plumas y otros aditamentos adecuados... Esto no era precisamente
fast food. "

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1. Juan Ramón Jiménez; 2. Pedro Muñoz Seca; 3. Fernando Villalón; 4. Dionisio Pérez.  Al lado de Villalón, a la derecha de la Virgen,  Francisco Ciria y Vergara de la Concha. En la fila de abajo, segundo por la derecha,  Juan Ávila González. (Foto Colección LSA).

A Don Francisco Ciria y Vergara de la Concha, Marqués de Ciria y Marqués de Piedrabuena, siempre lo miré como a un personaje enigmático y misterioso. Yo no lo traté, pero lo conocí y observé con curiosidad.
Fue condiscípulo riguroso, en el Colegio de San Luis Gonzaga portuense, de Juan Ramón Jiménez, de Fernando Villalón, de Pedro Muñoz Seca y coincidió, pero en curso inferior, con Dionisio Pérez y con mi abuelo Juan Avila.

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Don Francisco, por arrojo y temeridad, rompió en torero, con el sobrenombre de "El Marquesito", y en jinete y garrochista; por los poderes ocultos, en espiritista y teósofo; por herencia, fue bodeguero, agricultor y lo que se llamaba "propietario"; por inspiración, poeta notable y arqueólogo intuitivo y, por inclinación, enamorado doncel, aun bien maduro, que llegó a ser paradigma local de la vida desatenta. (En la ilustración, etiqueta de Francisco Ciria y Vergara. 'Vargas-Machuca' Manzanilla Olorosa).
La descripción registral de su casa-bodega es de las más hermosas que he visto: Al frente, la calle Pozos Dulces; a la izquierda, según se mira la fachada, la calle de la Plata; a la derecha, los estribos del Puente de San Alejandro y, al fondo, la playa del Río Guadalete. En esa casa conservaba un retrato al óleo, de tamaño natural, de un pariente de su madre, el Padre de la Concha, sacerdote que, según él decía, era el "fundador de la estirpe".

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Torre de Doña Blanca. Yacimiento Arqueológico.

A sus incursiones y excavaciones arqueológicas por la Vega de los Pérez y por el Castillo de Doña Blanca se debe el conocimiento posterior de esos yacimientos y de lo que él llamaba el "cementerio de los gigantes".
Dejó muchas poesías ingeniosas y bien construidas y dos tomos infumables sobre Tartessos. Su biblioteca que vi, después de faltar él, era escogidísima y muy nutrida en obras raras y curiosas.
Lo conocí de observarlo en la tienda de Manolo Gatica, en la esquina de las calles Cielo y Espíritu Santo, donde se reunía con Miguel Caro Beato, con Javier Ruiz de Cortázar y Tosar de Zurutuza, con Juanito Buhigas, con Juan Antonio Campuzano de Hoyos, con Luis Benvenuti Morphy... Y allí arreglaban el mundo. Cuando lo tenían arreglado y Gatica cerraba, se decía que Don Francisco, con algunos otros, se quedaba hasta bien tarde para oír Radio Pirenaica, emisora clandestina que ponía de chupa de dómine al régimen franquista, con lo que se solazaban los reunidos.

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Almacén de Gatica. (Foto: José Ig. Delgado Poullet. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Durante un tiempo frecuentó la tienda de Gatica el Párroco de San Joaquín, Don José María Rivas, que se hizo amigo de don Francisco, le rebatía sus teorías esotéricas y le sermoneaba, entre copa y copa. Así, una mañana, siendo yo muy jovencito, llamaron a la puerta de mi casa, salió mi padre y oí a Eduardo Ciria: "Luis, acaba de morir papá y se ha reconciliado con la Iglesia". Igualito, igualito, que el don Guido de Machado. (Texto: Luis Suárez Ávila).

aquilinoduquegimeno_puertosantamariaEl escritor Aquilino Duque Gimeno conoció a Francisco Ciria, y lo utilizó, como personaje literario, con nombres diversos en varias novelas de juventud del propio Aquilino, cuya acción transcurre en El Puerto, con personajes ficticios, caricaturizados, inspirados en personas reales, calles y plazas reales y apellidos locales: «La Operación Marabú» (Editorial Renacimiento). Otras novelas fueron «Los Consulados del Más Allá» y «Los Agujeros Negros». Lamentaba el escritor no haber conocido este texto de Luis Suárez cuando escribió «Mano en Candela». He aquí un fragmento de La Operación Marabú:

"Era Juan Ignacio Benvenuti varón de magras proporciones y aventajada estatura. La leve cargazón de los hombros, la vaga lejanía de la mirada, el perceptible temblor de las manos, lo ingrávido y quebradizo de la apostura lo sustraían un tanto a las terrenas pesadumbres de la existencia, de modo tal que al caminar procedía cual si marchara sobre nubes. Ave zancuda y potestad angélica, los finos y largos remos lo elevaban muy por encima de sus semejantes; caminaba abstraído y eran sus piernas dos delgadísimas columnas de humo, transparentes a la altura de las canillas. Una diadema de cortos rizos coronaba de oro su frente alabastrina, reproduciéndose luego a la altura de las cejas en un áureo trazo sin solución de continuidad. Cobraba al sonreír una expresión a un tiempo augusta y bobalicona, y esta circunstancia, unida a lo rubio de su tez y lo desgarbado de su estatura le confería empaque y vitola de alteza real en el exilio. Solía con la mano izquierda hacer un gesto como de guardarse la cartera o un documento cifrado en el bolsillo interior de la levita, mientras que con la diestra parecía siempre estar dando bajo cuerda una propina o depositando con disimulo un billete galante en la consola de un “boudoir”. Ceceante la prosodia, pastoso  el parlamento, tenían sus frases y conceptos muy poco que ver con la prosa ambiente del ordinario mundo. Gustaba vestir estrecho pantalón a cuadros grises y negros, chaleco rameado con botones de nácar y entallada levita de amplios faldones que en determinados momentos parecían cobrar condición aerostática para arrebatar, tal un par de enormes alas negras, por los aires a su zancudo portador»

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manuelsanchez_zutanito_puertosantamariaManuel Sánchez y Sánchez (1921-1984). Segundo de cuatro hermanos, nació en la calle Los Moros, en la casa de la Bodega de Mora, antes de pertenecer a Osborne, cuando era propiedad de Alvaro Picardo y Cía, S.A.. Aquel será el año en el que emprende el vuelo por primera vez el autogiro La Cierva, desde el aeródromo de Getafe. También ese año, el Gobierno español establece el seguro obrero obligatorio para todos los trabajadores. Se estrena con expectación la película Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis  (de Rex Ingram). Ortega y Gasset publica su libro de ensayo La España Invertebrada’ y Miguel de Unamuno, La Tía Tula. Anatole France recibe el Premio Nóbel de Literatura y Albert Einstein el correspondiente de Física

El padre de Manolo era casero de los Picardo y por eso nació en la calle Los Moros, aunque el domicilio familiar de 'Zutanito' sería, de toda la vida, en la calle Pagador, 8, donde nacería su hijo Manolo (concertista de piano y director de corales), habido de su matrimonio con Margarita Cerdá Cossi, su viuda, que cuenta hoy con 80 años de edad. Los últimos cuatro años de su vida habitaría la vivienda de la calle Santa Lucía.

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Manolo Sánchez y Sánchez, de crío, en 1923.

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En la casa familiar, en la Bodega de Mora, cuando era propiedad de Álvaro Picardo. De izquierda a derecha, su hermano Juan, Manolo, Pepe 'Berenjena' camarero de la casa, el Capataz y el padre de Manol, en 1933. Contaba nuestro protagonista con  12 años.

Estudió en el Colegio de Las Carmelitas, luego en la Academia de Poullet, examinándose en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez. Hizo el Servicio Militar en Puntales, en Transmisiones.

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Durante el Servicio Militar, en Transmisiones, en Puntales (Cádiz). A la derecha de la imagen, otro porteño, Pepe Lojo Espinosa.

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Con su mujer, Margarita Cerdá Cossi, en la Feria de Primavera, en el Palmar de la Victoria. Año 1962.

Trabajaría en la bodega de Picardo hasta el cese de la actividad empresarial de ésta, haciendo de todo un poco. Luego continuaría su actividad profesional en Destilerías Rives, cuando era propiedad de Augusto Haupold Agüera, hasta su jubilación. Por cierto que Antonio Rives Brest fue el que le dio nombre a la marca; siendo alcalde de la Ciudad (1937-1939) fue el que quitó los chinos y las piedras de Tarifa y a cambio puso hormigón –otro pavimento peculiar de las calles de El Puerto— a las calles Nevería y Santa Lucía, precisamente la calle del primer edil. Ante las críticas, no tuvo otra respuesta que: “—Yo me moriré pero ustedes seguirán disfrutando de la calle novedosamente pavimentada”.

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Recitando una poesía en un Festival Benéfico de Acción Católica, a principios de 1950.

Trabajó, igualmente, llevando la contabilidad a Antonio Salvatierra, en Salvatierra Radio, en calle Luna,39, en donde hoy se encuentra una tienda de alquiler de coches, junto a la zapatería Cachalot, que es donde se encontraba la tienda de ultramarinos La Argentina. Trabajaban allí Ignacio Valimaña y Antonio Palacios Rives (nieto del alcalde al que nos referimos más arriba) y José Manuel Buhigas Cala.

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Manolo Sánchez, aficionado al Teatro, en el papel protagonista de 'La Venganza de Don Mendo' de Pedro Muñoz Seca junto a Milagros Lage, viuda de Pedro Muñoz Vela quienes se conocieron, precisamente en la obra que se representó en el desaparecido Teatro Principal.

Aficionado a la escritura, participaba activamente en los medios escritos de la localidad de aquella época: Cruzados, la efímera La Voz de la Bahía, e incluso llegó a tener a su cargo la tercera página de ABC con motivo del Cincuentenario de la Coronación de la Virgen de los Milagros, en septiembre de 1966. Participó también, firmando con su seudónimo de ‘Zutanito’ en el Libro Homenaje ‘Pedro Muñoz Seca en la memoria’, que se editó con motivo del descubrimiento del busto del insigne comediógrafo local en la Plaza de Isaac Peral, junto a José Luis Tejada y Juan Ignacio Varela Gilabert. El busto del reconocido escritor era entonces de medio cuerpo.

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Coro de Acción Católica. Segunda fila, de izquierda a derecha, María Luisa y Tily Cossi, Carmina, Lolichi Calvario, niña desconocida, Mila Cerdá y Loli, Manolo Sánchez, con gafas. Detrás podemos observar a Juan Cárave Beato, Valerio Marín Ordóñez, Encarna Gil de Reboleño Jiménez y a Jesús Py Bononato. Agachado, Manolo Iglesias. También aparecen Domingo Luis Renedo, Cayetano Vélez y, al lado de éste, Francisco Ameneiro Lucuix. (Foto: Castillo Garcés. Jerez. 1949).

Si pulsa sobre este enlace, podrá escuchar la Plegaria 'Los Tres Amores' que Manolo Sánchez cantaba con maestría y que, algún conocido suyo, recuerda con nostalgia.

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Fue miembro fundador del Orfeón Portuense, con nótula 118 en Gente del Puerto. En la imagen superior, de izquierda a derecha María Luisa Cerdá, Manolo Sánchez, José Luis Corbacho, a la sazón presidente del Orfeón Portuense, Antonia Poley, señora de Gabriel Calatayud y Carmina Cerdá Cossi, Vda. de Manolo de la Torre, en una actividad del Orfeón Portuense en el antiguo Tiro de Pichón.

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Finales de la década de 1960. El bar estaba situado en la esquina de las calles Jesús Cautivo y Ganado, frente a la conocida como “Posada de la Fruta” en dicha calle Ganado. Ambos edificios hoy no existen. Al otro lado de la barra, el señor del sombrero es el Cabo Pérez de la Guardia Civil, a su izquierda su hijo , tuvo otro hijo que murió  muy joven ahogado en el canal. Siempre nos lo recordaban para que nos nos bañáramos en el río. A la derecha del Cabo Pérez podemos ver de oscuro a Manuel Gil de Reboleño García de Roiz (padre de los Gil de Reboleño Insúa). El segundo por la izquierda es el propietario del Bar “La Muralla” situado en Tomás Cólogan Osborne, 6, en los pisos conocidos como “Los Empapelaos”. El camarero con la mano apoyada en el mostrador, Antonio Rojas, tío de Mario Peluffo Rojas. Detrás de los dependientes, en la parte oscura, el segundo con sombrero, "Tabique" corredor, padre de flordevaldaliga_puertosantamaria"Tabique", el camarero de "El Resbaladero" y,  ultimamente, en la barra del Bar Vicente hasta su reciente jubilación. El cuarto por la derecha, con la boina calada, es Eloy Fernández Moro. Agradecemos nos indiquen el nombre de los dependientes y parroquianos. que aparecen en la fotografía. (Foto superior Colección EFL. Foto de la izquierda, publicidad en cristal pintado de Destilerías Gil: Anis y Coñac 'Flor de Valdáliga).

La tienda de Rueda ya existía como taberna en 1826, habiendo pasado por diversos propietarios y reformas, con destilería y fábrica de licores propia y con salones o camarotes para la parroquia. En 1995, adquirió la taberna Rafael Ayala, tras haber permanecido 89 años en manos de la familia Gil de Reboleño. «Sobre el trato dispensado a los clientes, siempre en el Rueda todos fueron considerados iguales» --al igual que en Gentes del Puerto-- «sin distinción alguna de clases. Aquí solían parar los miembros de las familias portuenses de alta alcurnia; alcaldes como Francisco Tomeu o Eduardo Ruiz Golluri; flamencos como El Chumi, Canalejas de Puerto Real, El Cojo Pavón, José El Negro o Ansonini; toreros como Manolo y Miguel del Pino, Antonio Ordóñez, Manolo Bienvenida, Mondeño, el mejicano Lorenzo Garza o Paquirri (siempre con papelones de pescao frito), y un sin fin  de personajes populares, entre los que, como botones de muestra, mencionaremos al Loco Paquiro, a Caneco y a Margarito, el esquilador, que solía acudir todos los días a tomar café» Enrique Pérez Fernández. “Tabernas y Bares con Solera”. Año 1999.

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Parroquianos de Antigua de Rueda. De izquierda a derecha: Eduardo Ruiz Golluri, alcalde; El Chumi, cantaor flamenco; Manolo del Pino, torero; El Caneco, personaje popular.

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Foto tomada en el Bar Rueda, propiedad de los hermanos Gil de Reboleño García de Roiz, en ella podemos ver a los tres detrás del mostrador y en el orden de Antonio, Victoriano y Manuel, padre de los Gil de Reboleño Insúa. (Foto Colección VGL).

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El nuevo bar de Antigua Rueda, situado en un edificio moderno en el espacio que ocupó el original, en una fotografía tomada el jueves de la Semana Santa de 2010.

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Rafael es la viva imagen de su tío, el poeta Rafael Alberti, del que se declara admirador de su obra y orgulloso de su parentesco. Compañero del banca  en los Salesianos de Utrera del ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en su infancia, añora el Oloroso, Sangre y Trabajadero que elaborara su familia: la Bodega de Cuvillo. Rafael nació el 11 de enero de 1944 en la calle Luna, 40, hijo de Agustín y Dolores, siendo su partero Don Miguel Duro del Moral, donde hoy se encuentra Banesto. Recuerda Rafael que él sembraba “perras gordas” en el jardín de aquella casa a ver si salía algo, «--Y salió un banco...».

rafael_y_agustin_merello_puertosantamariaLuego, entre los años  se fueron a vivir al Campo de las Hermanas Rioja, por la Hijuela del Tío Prieto y, entre 1949 y 1951 la vivienda familiar estuvo en lo que hoy es ¡Oh Puerto!, el Caserón Lasaletta. El 20 de octubre de 1955 muere su madre --María Dolores del Cuvillo y Sancho-- y los seis hermanos: Agustín, Rafael, Dolores, Alvaro, Carlos e Ignacio, fueron repartidos entre las casas de los familiares.

Rafael estudió en Utrera durante ocho años en los Salesianos, donde compartió pupitre con el actual tercer vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves con quien por cierto, ha quedado que un día que tenga que venir por El Puerto con tiempo, beberán una copa de fino en nuestra Ciudad. También estudió un año en los Marianistas, en Jerez. y luego en la Universidad Laboral de Sevilla. (En la fotografía de la izquierda, Rafael de pie y su hermano Agustín, con el cubo, en 1947 en la Playa de La Puntilla).

Hizo el servicio militar en San Fernando, de marinero, en 1969. Ya había llegado el hombre a la Luna, y la hizo con retraso porque tenía prórroga, siendo destinado luego en el Instituto Hidrográfico de la Marina en Cádiz. Trabajó por dos veces en el Hotel Caballo Blanco, antes y después de la mili. Estuvo también en el VIP, uno de los primeros pubs que se abrieron en El Puerto, en la calle Misericordia, frente a las Esclavas; perteneció a Teodoro Lavilla Valimaña y más tarde a Antonio Jaén Bautista. También trabajó en el Camping Guadalete y su última actividad profesional la desarrolló en la Clínica del Dr. Frontela. Pero con 35 años, el 24 de mayo hizo 29 que sufrió un infarto, lo que le llevó a la sala de operaciones y a alcanzar la invalidez profesional permanente. También tuvo un sustillo el año pasado y pasó por la UCI, pero se encuentra en franca recuperación.

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La calle Luna, el Teatro Principal y la casa familiar de los Merello, ambas desaparecidas durante un desfile de tropas de infantería de Marina, el Día de la Hispanidad, en la década de los sesenta del siglo pasado. (Foto Colección Archivo Municipal).

Está casado con Rosario González Pérez (el 3 de abril de 1975) y tiene cinco hijos. Vive en la calle Cantarería, en una Casa Palacio  cuyo patio participa, anualmente en la Fiesta de los Patios. Es aficionado a la cacería, pero recuerda un dicho de su padre, Agustín Merello Álvarez-Campana, igualmente aficionado y con muchos premios en su haber: «--La cacería es una buena afición hasta que te la puedas pagar; una vez que no puedas, olvídate de ella».

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Con su tío Rafael, dedicándole un libro a las puertas de los Jesuitas.

SU TÍO, RAFAEL ALBERTI.
Rafael conoció a su tío, el poeta universal, a través de su hermano, Agustín Merello del Cuvillo, con nótula 262 en Gente del Puerto, al principio de la década de los ochenta del siglo pasado, en el Patio de San Luis Gonzaga durante los actos del primer homenaje que le ofreció la Ciudad de El Puerto. Rafael no pudo asistir a recibirlo a la estación de ferrocarril cuando el poeta llegó el 24 de mayo de 1977, después de 46 años fuera de El Puerto, pues estaba en Jerez asistiendo al parto de su segundo hijo, Alejandro. De pequeño, cuando estudiaba historia de la literatura en el instituto. cuando veía el nombre impreso de su tío Rafael, «--Yo añadía, a mano, el segundo apellido del poeta --el primero mío-- y escribía Merello a continuación de Alberti».

la-arboleda-perdidaRecuerda nuestro protagonista que aunque hubo cierta aversión por parte de grupos reducidos de personas a que su tío se instalara en El Puerto, fue algo superado con creces para orgullo de El Puerto, solo pasó al principio, aunque alguna vez ha soportado alguna broma sobre su tío, que no ha tolerado: «--Me siento orgulloso de ser sobrino de Rafael Alberti».  El padre de Rafael era primo hermano del poeta, aunque 10 años menor que él, Alberti lo cita en La Arboleda Perdida como un compañero de aventuras simpático y revoltoso del que siempre guardó buen recuerdo, como le confesaría a los hermanos Agustín y Rafael Merello del Cuvillo.
Por cierto que, nuestro Rafael no guarda ningún recuerdo pictórico, ningún dibujo colorista de los que le gustaba hacer al poeta y fue por culpa del sobrino. Todos sus hermanos lo tienen pero él, esperando a reunir a toda la familia, se quedó con ese deseo. Ese y llevarle una botella de Oloroso, Sangre y Trabjadaero -el original- que tengo guardada de la familia. El Rafael sobrino no se perdió ningún cumpleaños del Rafael tío, desde que los celebró en El Puerto. Siempre, cada 16 de diciembre se encontraba con otros miembros de la familia, en ese rito que él quería cumplir hasta que llegara a los 100 años con su blanca melena, edad que no llegó a alcanzar.

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Jardín de la casa de la madre y los abuelos de Rafael Merello, en  Santa Lucía, 35 que daba a las calles San Francisco y Pagador, donde actualmente está Mercadona.  De pie, de izquierda a derecha: Dolores, María Sancho, Carlitos, Rosario del Cuvillo, Juan de Mata Cuvillo, --Juanito Cuvillo-- con nótula 199 en Gente del Puerto. Sentados, de izquierda a derecha: Pepe Cuvillo, Carlos del Cuvillo Sancho, Carmen Cuvillo (Tiaca), María Cuvillo Sancho, Lourdes Cuvillo (Tialu) y Luis.  En el suelo, María Pepa Cuvillo (Tiape).  Agustín Merello del Cuvillo llamaba de esa curiosa forma a sus tres tías maternas: Tiaca, por tía Carmen; Tiape, por Tía Maria Pepa; y Tialu, por Tía Lourdes. (Foto Vanderman. Sociedad Fotográfica. Director: Luis Saus. Madrid)

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Última fotografía publicada de Rafael Merelle -Faly- en la presentación del libro 'Por Montera', de Mariló Montero, en Bodegas Osborne, a finales del pasado mes de mayo de 2009. De izquiera a derecha, Isa Lora, Rafael Merello, Carlos Herrera, Rosa Cervera y José María Morillo. (Foto Fito Carreto).

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adolfotosar_antiguo_puertosantamaria(Continuación). Adolfo Tosar Martínez, era el mas joven de los hermanos que habían sobrevivido a sus padres, sexto en el orden familiar y, como hemos podido ver anteriormente, el favorito de don Antonio Tosar Hernández. Había nacido en Cádiz en 1822, recibiendo una educación  más  completa y polifacética, marchando muy joven a Inglaterra para ocuparse del mercado  en aquellas islas de la producción vinícola familiar. Avecindado en Londres, venía periódicamente a El Puerto. Debió vivir con intensidad su juventud, suponemos, sentando cabeza ya maduro, pues se casó en 1870, bien pasados los cuarenta, en San Sebastián, con una señora de nacionalidad inglesa y ascendencia vasco navarra, llamada Manuela Zurutuza Fesser. (En la imagen Adolfo Tosar Martínez. Miniatura propieda de Camilo González Selma).

En los primeros días de 1873 lo encontramos en El Puerto, pensamos que llamado por su hermano mayor, cuyo estado de salud comenzaba a debilitarse, para que tomara las riendas de la sociedad. Parece que su intención era  la de trasladarse definitivamente a esta ciudad, o alternar temporadas de residencia entre El Puerto y Londres ya que, además de venir acompañado de su esposa y los dos hijos que en esa fecha tenía el matrimonio, redactó un testamento en la notaría de don Miguel Raventós, con fecha 8 de enero de 1873, en el que, entre otras disposiciones, indicaba: ”Mando que mi cadáver sea amortajado decentemente y enterrado en el cementerio del pueblo donde ocurra mi fallecimiento y que mi funeral sea lo más humilde posible,” evidenciando con ello su intención de continuar viajando.

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Fotografía coloreada del Vergel del Conde en 1874, actual Micaela Aramburu. La vista desde el actual Parque Calderón, muestra las casas que forman la Plaza de las Galeras Reales.

Entrando en  el terreno de las suposiciones, creemos que Adolfo y su familia retornó a Londres, una vez regularizados los asuntos mercantiles, quedando Manuel, solo y enfermo, bajo el cuidado de sus sobrinos y ¿ama de llaves?, la señorita Galvez (ver anterior nótula 298 de Gente del Puerto), quienes debieron influir en sus decisiones posteriores, entre ellas la revocación del anterior testamento, documento que, dicho sea a título de curiosidad, había sido firmado por él con una caligrafía pulcra y armoniosa, equilibrada y elegante, virtudes que posiblemente poseyera.

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Embarque de botas en el Guadalete, en lo que hoy es un aparcamiento. Al fondo el Puente San Alejandro, la desaparecida Fuente del Sobrante, donde hoy está La Pontona (gemela de la Fuente de las Galeras). A la izquierda el Parque Caderón.

escudocabildo_1878_puertosantamariaLos acontecimiento se precipitaron poco después y los testamentos que se abrieron  fueron los de su hermano Manuel, fallecido el 5-11-1874, estando ausente Adolfo y... sin conocimiento del cambio de voluntad, en cuanto a la herencia, realizado por el finado. A las dos de la tarde, estando a punto de sentarse el Sr. Notario a la mesa para almorzar, se presentó en su casa, que le servía de despacho, un militar, comandante de caballería,  llamado Antonio Bayo Tosar para que hiciese llegar al Juez de Primera Instancia del Partido Judicial un escrito por él redactado “como sobrino carnal y único pariente en esta población de don Manuel Tosar, que acaba de fallecer, a la una y cuarto de la tarde...” Constituido el señor juez en el domicilio del finado, en calle de la Plata número 6, acompañado del antes citado notario, este redacta las diligencias realizadas en estos términos: “...presenté el testamento cerrado bajo mi custodia y examinado el exterior de este, (por el juzgado) lo halló perfectamente cerrado en un pliego del sello undécimo, cosido con una cinta de seda encarnada y lacrada por ambos lados sus aberturas, sin que en los sellos y firmas hubiese alteración ni enmienda alguna ni se advirtiese la más leve señal de haberse podido extraer ni introducir cosa alguna bajo su cubierta...” (En la imagen, escudo del  Cabildo Municipal en 1878,  siendo alcalde accidental J. de Pazos).

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El Camino de Urdax, que lleva desde la calle Larga (desde donde está tomada la fotografía) a la Estacion de Ferrocarril. A la izquierda el Paseo de la Victoria, con el enrejado original.

Este último testamento contenía una serie de legados  para amigos y trabajadores de su compañía, de los cuales los más importantes fueron, el anteriormente comentado de 140.000 reales a doña María Gálvez Sánchez, a la que también legó los muebles de su casa habitación y otro de 40.000 reales a su fiel dependiente. En cuanto a los herederos, dispuso de la siguiente forma el reparto del remanente de sus bienes: 1/3 para su sobrino Manuel Bayo Tosar; 1/3 para los dos hijos de su hermano Adolfo, por partes iguales, 1/6 para sus sobrinos Antonio y José Vinuesa y 1/6 para Belén, Carmen y Manuela Bayo, sobrinos todos ellos, asimismo.

adolfotosar_esquela_puertosantamariaEstas disposiciones testamentarias destruían la estructura societaria, al formar parte de los bienes la importante participación en la misma del testador, salvo que los herederos y el otro socio llegasen a un acuerdo para continuar, determinando las respectivas participaciones, entente que no se produjo, mas bien todo lo contrario, originándose diversas discusiones y falta de acuerdo entre los afectados, de tal forma que uno de los primeros pasos que debían darse para establecer el importe real de los bienes del fallecido, como era la disolución de la sociedad, no se produjo hasta año y medio después. (En la imagen de la izquierda, esquela de Adolfo Tosar Martínez. Colección de CGS).

ADOLFO TOSAR Y CÍA.
Después del reparto, Adolfo Tosar continuó en solitario los negocios vinícolas, creando la sociedad “Adolfo Tosar y Cia.”, arrendando las instalaciones donde estuvo instalada la anterior sociedad: la casa de calle la Plata, 6, esquina y vuelta con Larga, valorada en 96.606 reales, fue adquirida por él. En 1880 falleció don Adolfo Tosar, el día 12 de Noviembre. Declarados  herederos  universales sus cuatro hijos, su madre y tutora continuó los negocios familiares con el nombre comercial de “Vda. De Adolfo Tosar y Cia.”, funcionando así mas de dos décadas. En la Guía Oficial de El Puerto de Santa María de 1902 existe publicidad de esta empresa, almacenistas y exportadores de Vinos de Jerez, proveedores de la Real Casa, con bodegas en calle Espíritu Santo y escritorio en Plata, 6, esquina y vuelta con Larga.

casatosar_01_puertosantamariaLA FAMILIA EMPARENTA CON...

(En la imagen, sede de la oficina de la empresa vinícola, sala de degustación y despacho al detall de sus productos, esquina contraria al entonces Convento de las  Capuchinas, hoy convertido en hotel). La familia continuó ocupando el piso principal de la casa hasta que fueron emancipándose los respectivos hijos, que formarían nuevas familias a su vez. En los últimos meses del siglo XIX, la hija mayor casó con Juan Osborne Guezala, (su marido, descendiente directo del fundador de la firma Osborne, Tomás Osborne Mann, su abuelo, era el 6º de los once hijos habidos en el matrimonio formado por Tomás Osborne Böhl de Faber y Enriqueta Guezala Power), instalándose en la calle Fernán Caballero.  Le siguió su hermano Manuel, que casó con María Hano Rabech, instalándose recién casados en esta misma casa, aunque poco tiempo después, falleciendo el suegro y heredando una séptima parte del inmueble su mujer, compró las otras seis a los demás hermanos, trasladándose a vivir a escaso metros de allí, en la casa entonces número 27 de  calle Larga, 23 actual. Poco tiempo después le siguió Francisco Javier, que casó con Encarnación García Valdeavellano, instalándose cerca de allí, igualmente, en calle Larga número 15. Vivían frente a la fábrica de cervezas, industria montada por este joven portuense,  apenas alcanzó la mayoría de edad, en un solar con fachadas  por las calles Larga y Cielo, cercano a las bodegas de la familia. En 1901   comenzó la producción, poniéndose a la venta  por primera vez en agosto de ese año. Tres años después obtendría el producto la medalla de oro en la Exposición Agrícola de Córdoba. Un periódico cordobés de la época, llamado “El Noticiero” publica noticias de la  “Cerveza Tosar”, incluidos los elogios realizados por el Sr. Ministro quien, con motivo de su visita a la exposición,  degustó la misma. (REVISTA PORTUENSE del 13/7/1901, 28/5 y 4/6 de 1904.) Ver nótula 63 de Javier Tosar Barrera, en Gente del Puerto. Finalmente, Luisa, contrajo matrimonio con José Antonio Ruiz de Cortazar, viviendo muy cerca de sus dos hermanos y su madre, en la misma manzana, a la espalda de esta casa, en calle Espíritu Santo. No prolongaron su descendencia directa mas allá de los seis hijos habidos en el matrimonio, pues los solteros: Antonio, agente de Aduanas; Luisa, que trabajó en los comienzos de Bodegas Terry; Macuqui, que trabajó en el laboratorio de Herederos de Rafael Poullet; Javier; y los casados: José Antonio, casado con Paquita Pica y Rosario, la más pequeña, casada con Manuel Jiménez Jiménez, perito de Dragados, quien vive a los 95 años en el Asilo de Ancianos. Éstos tampoco tuvieron sucesores reconocidos. El apellido no se perdió pues buena parte de sus 27 sobrinos han continuado multiplicándose. ¡Nada menos que veintisiete! Ocho de ellos, hijos de su hermana Joaquina: Aurora, Juan, Luis, Joaquina, Josefina, Maria Teresa, Isabel y Margarita Osborne Tosar; 13, de Manuel: Manuel, José, Concepción, Ana, Adolfo, Rafael, Guillermo, Joaquín, Milagros, Enrique, Luis, Carmen y Pilar Tosar Hano, y seis, de Francisco Javier: Encarnación, Emilia, Nela, Manuel, Adolfo y Milagros Tosar Gª Valdeavellano. (Archivo personal de Antonio Gutiérrez: Genealogía de linajes y familias bodegueras de El Puerto de Santa María)

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La calle Ángel Urzáiz, nombre en honor del portuense que fué Ministro de Hacienda. La calle antes fue denominada Curtidores, Sarmiento, Puerto Chico y Plata (o La Plata, según el dicho popular). Nomenclator de 5 de agosto de 1936.

La casa debió continuar a  nombre de Doña Manuela Zurutuza que en 1925 contaba 85 años de edad, y aún después de fallecer, -fecha que no tenemos localizada-, suponiendo la heredase su hija mayor, no cambiando la titularidad, cediéndola a uno de sus hijos cuando contrajo matrimonio.  Se trataba de Joaquín Osborne Tosar, hijo de Joaquina Tosar Zurutuza, que casó con su prima Milagros Tosar Hano, hija de Manuel Tosar Zurutuza, quienes formalizaron la compraventa de la casa, después de residir en ella varios años, el 7 de Diciembre de 1954.  Serian los últimos habitantes de apellido Tosar de la que fue sacristía, sala de degustación y escritorio de las diversas compañías de la familia… y, anteriormente, cuna de Angel Urzaiz, tres veces ministro de Hacienda. El actual propietario es Mr. Thorpe que la adquirió a la familia Osborne Tosar.

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La casa fue labrada en los primeros años del siglo XIX en una parcela segregada de la finca colindante de calle Larga por Joseph Bellido, Factor de las Reales Provisiones y Víveres de la ciudad de Cádiz y Comisionado de Guerra de los Reales Ejércitos. Podemos destacar, aparte de su armonía y belleza arquitectónica, que fue cuna de Angel Urzaiz. Al que ostentó en varias ocasiones la cartera ministerial, lo parió entre esos muros doña María Dolores de la Cuesta Nuñez, una joven viguesa, en 1856. Y la corporación local, sesenta años después, en 1916, coincidiendo con el nombramiento de este portuense de nacimiento Ministro de Hacienda, acordó poner su nombre a la calle donde está ubicada la casa.

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Con motivo de una de sus actuaciones en El Puerto, en los años 20 del siglo pasado, el rejoneador Antonio Cañero posa para la cámara entre un grupo de amigos portuenses: De izquierda a derecha: José Portillo Ruiz, Nela Tosar García de Valdeavellano, Miguel Torres, Marquéa de Purullena,  Josefina Osborne y Tosar, Antonio Osborne Vázquez, Asunción Jiménez Loma, Romero Fontán, Javier Jiménez Loma, Natividad Rodríguez de Sancho, el rejoneador Cañero, Concepción Jiménez Guernica, Luis Osborne Tosar, Dolores JIménez Loma y José Luis Osborne Vázquez. (Del libro, Plaza Real).

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz).

“Las tres primeras generaciones de la saga familiar de los Tosar» es un fragmento del trabajo inédito de Antonio Gutiérrez Ruiz: «LINAJES DE FAMILIAS BODEGUERAS PORTUENSES» que da a conocer en Gente de El Puerto.

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antoniotosarhernandez_puertosantamariaEn  Semana Santa, mediado el siglo XIX, dejó de existir el fundador del linaje portuense de los Tosar, don Juan Antonio Tosar Hernández, al que habitualmente llamaron y conocieron como Antonio Tosar. (1)  Falleció en nuestra ciudad el 12 de abril de 1850.  Era hijo de Antonio Tossar, de ascendencia italiana y gaditano como él, y de Beatriz Hernández. Familia, como tantas otras de las asentadas en la bahía, dedicada al comercio, venidas a menos al decaer el tráfico con  el continente americano.  Intentó rehacer su economía, iniciándose en la extracción de vinos, instalándose  con su amplia prole de muy corta edad  en El Puerto en el primer cuarto del XIX. Negocios que, posteriormente, continuarían sus hijos varones y ampliarían algunos de sus nietos  (1) En los documentos consultados figura el apellido con una sola “s”, mientras que una tía suya, hermana de su padre, llamada Isabel Tossar, figura en algunos padrones con la doble “s”. Concretamente en los padrones vecinales de 1836 y 1856 se indica de esta forma. Parece que sus sobrinos adoptaron de forma unánime el apellido “Tosar” con una sola “s”. (En la imagen, Antonio Tosar Hernández, en la tarjeta que tiene en la mano aparece la leyenda: 'Tosar en Cádiz'. Miniatura propiedad de Adolfo Blanco Osborne. Foto Camilo González Selma, autor de la donación).

escudo_estrella_1864_puretosantamariaA  don Antonio, lo encontramos en 1838 dado de alta como extractor, con una pequeña bodega en la calle Espíritu Santo número 19 antiguo y 11 moderno, junto a unas casas de calle de la Rosa que había heredado de su madre.  Estas instalaciones serian ampliadas por dos de sus hijos: Manuel, el mayor y Francisco Javier Tosar Martínez, los cuales formaron una compañía que respondía a las siglas “M. y F. TOSAR”, construyendo un trabajadero en una parcela de “terreno yermo al extremo que sale al campo de la calle Espíritu Santo...” cuyo proyecto fue presentado al ayuntamiento en 1845, comenzándose a construir al siguiente año. (En la ilustración, escudo de El Puerto  de Santa María en en el año de 1864).

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Traslado de botas en carros tirados por bestias.

Estamos adelantando acontecimientos. Debemos antes presentar a la familia de Antonio Tosar. Se había casado con una dama de alcurnia:  Bárbara Martínez García Enriles, hija de la aristócrata Juana Enriles y Jomati, que le proporcionó una extensa prole, nada menos que ocho hijos  que sepamos, aunque parece existió un noveno, llamado Jerónimo que falleció “en estado de soltería” con anterioridad a la muerte de la madre, hecho cuya fecha no hemos podido precisar, conociendo tan solo que en el año 1835, en el que  Antonio Tosar redactó su testamento, estaba ya viudo.

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Embarque de botas desde el cantil del muelle del Parque Calderón.

Los hijos, apellidados Tosar Martínez, fueron: Manuel, que permaneció soltero hasta su muerte, continuador, como antes hemos dicho de los negocios familiares, encabezando sociedades con otros hermanos; Mª Natividad, que contrajo matrimonio con José Vinuesa, falleciendo antes que su padre; Francisco Javier, el cual también falleció soltero en 1864, compartiendo con su hermano mayor  la dirección de “M. y F. Tosar”; Amalia, casada con José Bayo, el cual colaboraba laboralmente gestionando la administración de la sociedad familiar; Adolfo, que se instaló en Inglaterra, ocupándose de las gestiones comerciales de la empresa en aquel país y del que nos ocuparemos especialmente mas adelante, al ser él y sus sucesores los continuadores del negocio vinícola. A estos cinco hijos mencionados hay que añadir tres varones más, de nombres: José, Antonio y Federico sobre los que apenas tenemos noticias.

mabayotosar_puertosantamariaM. Y F. TOSAR, UNA EMPRESA IMPORTANTE
La sociedad mercantil formada por los  hermanos Tosar Martínez es un trípode que se asienta con firmeza en el mercado vinícola. Laboriosos, eficaces, organizados, esmerados en la calidad de sus productos y con probada seriedad para los negocios, en la década de los sesenta del XIX alcanzan un puesto importante entre los extractores de la zona, colocándose en el grupo de cabeza, a pesar de la modestia de sus instalaciones. En una línea de clara expansión, abren una Casa en Londres, que regenta Adolfo y adquieren para la compañía la casa de calle de la Plata, 6 en cuyo bajo instalan un cuarto para degustación y venta de sus vinos, oficinas y gabinetes para reuniones de negocios, instalándose en el piso principal Manuel Tosar y el dependiente y hombre de confianza, Antonio José de los Reyes, también soltero.
A medida que fueron pasando los años, el empresario y su empleado, uno a punto cumplir los sesenta años y el otro veinte años menor, fueron mejorando su calidad de vida en la vivienda, amueblándola y... compartiéndola, huyendo posiblemente de la tediosa soledad que abruma a las personas mayores. Inicialmente tenían a su servicio a un mozo gallego, recién llegado al Puerto y en 1870, además de un sirviente gallego, figuran censadas dos señoras: Aurora Ortiz Larrañaga, gaditana, de 40 años, casada y separada que suponemos pareja del dependiente y la joven jerezana María Gálvez Sánchez, de 29 años, soltera, que debió alegrarle la vejez a don Manuel, a tenor  del importante legado de 140.000 reales que dejó señalado en su testamento ológrafo, realizado con todas las formalidades exigidas.

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Interior de un trabajadero de bodega.

Antes de continuar relatando los últimos años del mayor de los hermanos Tosar Martínez y las incidencias ocurridas tras su muerte, debemos dar referencia de la primera liquidación de la sociedad “M. y F. Tosar” que se llevó a efecto en el verano de 1865, al fallecer uno de los socios, Francisco Javier Tosar Martínez, hecho que ocurrió el 28 de noviembre de dicho año. En el mismo acto, celebrado en la notaría de don Miguel Raventos tuvo lugar la partición de bienes del finado, que falleció soltero, de acuerdo con su última voluntad, expresada en testamento que había realizado en 1851, en el cual instituía por herederos a sus hermanos Manuel, Adolfo y Amalia en la proporción de 3/6, 2/6 y 1/6, respectivamente. Al haber fallecido doña Amalia, de acuerdo con las condiciones previstas en dicho documento, su parte pasó a engrosar la de los otros dos hermanos, correspondiendo un 58,33% de los bienes a Manuel y el 41,66%  a Adolfo, en esas fechas avecindado en Londres y también soltero.
vdatosarycia_generico_puertosantamariaDespués del reparto de bienes, Manuel y Adolfo volvieron a formalizar una sociedad con las mismas siglas y fines, siendo bastante complicado determinar la participación o la propiedad de cada uno, expresada incluso en milésimas,  de los bienes raíces de la compañía.
Esta nueva reedición de “M. y F. Tosar” duró una década, el tiempo que vivió Manuel. Cuando esto ocurrió, la empresa había alcanzado su punto máximo de desarrollo, con una plantilla de veinte empleados, incluidos el encargado del trabajadero, capataz y administrador. En ese momento las existencias de vinos se aproximaban a las cinco mil arrobas, de  dos docenas de marcas o tipos, finos y dulces, aguardiente y vinagre. Todo se desmembraría al disolverse la sociedad y repartirse los bienes entre varios herederos, de lo que hablaremos mas adelante, desapareciendo una empresa consolidada y prestigiosa que durante una veintena de años se mantuvo entre las mejores del sector como tantas otras lo hicieron antes y continuaría sucediendo después. (Continuará) (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz).

“Las tres primeras generaciones de la saga familiar de los Tosar» es un fragmento del trabajo inédito de Antonio Gutiérrez Ruiz: «LINAJES DE FAMILIAS BODEGUERAS PORTUENSES» que da a conocer en Gente de El Puerto.

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El Paseo de la Victoria, a la entrada de la Velada, por el Camino de Urda.

«Cuando caía la noche,  la Feria se trasladaba a la ciudad y se hacía burguesa, la feria alcanzaba su continuidad en el paseo de La Victoria, donde se celebraban animadas veladas nocturnas, embellecidas por una rudimentaria iluminación extraordinaria, “magníficos candelabros como alumbrado ordinario, y multitud de adornos, pedestales con estatuas y jarrones”,  que junto al ambiente en las casetas y ‘El Cortijo’ contribuían a transformar las noches en “una mansión  de delicias”

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El 'show' de la cabra. En la Feria de Ganado de El Puerto situada en El Palmar, frente y en lo que son los terrenos actuales de PRYCA. Año 1962.

Nos cuenta la historia que allá por el año 1871 en el Pago de El Palmar nuestra feria tenía sobre todo un carácter ganadero, era un escaparate donde se mostraban ganados y caballerías, donde las transacciones comerciales se festejaban con una copa de vino bajo los precarios toldos instalados en mitad del campo. Según quienes la conocieron, ya a mitad del siglo pasado la fiesta del Pago del Palmar era semejante a una “romería sin santo y sin ermita”, ya que no estaba consagrada a ninguna imagen religiosa “ni tampoco  podía considerarse una feria en su sentido tradicional”.

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En Crevillet, con la Caseta Municipal instalada en los antiguos baños públicos. A la drecha un grupo de jóvenes con el traje a la moda, a la rodilla. Corría el año de 1966.

Posteriormente, cuando se desvió la carretera del ‘caminito pa Jeré’ y el parque de la Victoria quedó cortado por el asfalto, se vio la necesidad de trasladarla a otra ubicación, eligiéndose entonces el barrio  de Crevillet,  en 1966.  Crevillet fue una feria de transición,  una fiesta urbana y marinera por la cercanía del río Guadalete y la playa de La Puntilla, entre la romería de cantes y toques de guitarra y la fiesta multitudinaria a golpe de decibelios. Durante años,  mantuvo un recinto ganadero de muestras, que seguía dando una dimensión comercial al festejo.

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Primeros años del Recinto de Las Banderas, hace 26 años. La Caseta Municpal, de lona, simulaba a la entrada una réplica del Vapor. Año 1983.

Finalmente, aquel recinto ferial fue absorbido por el crecimiento urbano, y en 1981 se decidió habilitar el Real de Las Banderas,  un amplío espacio con el que la fiesta volvía a los pagos agrícolas, hacia la campiña, de donde procede el carácter de la feria actual: vinatera,  hípica y taurina. La Feria, nuestra Feria de Primavera es como un poema de sabor clásico que paladeamos durante trescientos sesenta días al cabo de un año, y que consigue saciar nuestro ánimo más lúdico, en tan sólo cinco, de sensaciones dispares que luego quedan almacenadas en el disco duro de la nostalgia." Manolo Morillo. Del Pregón de la Caseta Los Romero. 2009. (Fotografías Archivo Municipal).

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Fotografía en la Feria de El Puerto 2008. Autor: Miguelno.

SEVILLANAS DE VERDE Y ORO.

Rincón de Puerto escondío
plazuela de la Herrería;
donde jugando soñaba,
con ser torero algún día…

…Marinero en tierra soy
viendo los barcos llegar,
por que quién nace en El Puerto,
consigo lleva la mar.

Misteriosas las bodegas
donde sestean los vinos;
donde el vientre de las botas,
al dar a luz paren, fino.

Rubias arenas sus playas
por tibias aguas bañadas;
rumor de olas que componen,
para el Puerto, su balada…

Oro es su sol y su vino.
verde su mar y su campo;
por que lo quiso el destino,
oro y verde es mi bandera,
por la que pierdo el sentío.

Y que ¡VIVA EL PUERTO Y SU GENTE!
Al Puerto y a mis distinguidos paisanos con el deseo de que pasen una muy feliz feria 2009, esta sevillanita por si alguien se atreve a cantarla este año.

Original: Rafael Ángel Moreno Naval
El Puerto, 24 Abril de 2009

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Fotografía en la Feria de El Puerto 2008. Autor: Belén Molina.

MÍRALA CARA A CARA.

Por ahí va un profesor del conservatorio con una tajá como un piano. Por ahí va un maletilla preguntando quién ha visto toros en El Puerto. Por ahí va una chiquilla llorando, con la cara y el cabello rosa, que no ha pasado la prueba del algodón. Por ahí va un guiri cantando que sueña la margarita con ser Romerijo. Por ahí va un tío bastísimo bebiendo Fino. Por ahí va una inmigrante que pone en las solapas flores de otro mundo. Por ahí va un piloto con un perrito. Por ahí va El Ratón vacilón, con sombrero, pañuelo y bastón.
Mira a ese vecino de Las Viñas, bebiéndose la urbanización entera. Mira al seductor de tu jefe invitando a su secretaria a un rebujito. Mira al chaval de la tienda de muebles, que por fin salió del armario. Mira al profesor de física de Pablito buscando, como Arquímedes, un punto de apoyo,  para no volver a besar el albero. Mira a la dependienta de la papelería de enfrente de casa, con los papeles totalmente perdidos. Mira al cura de la parroquia rememorando el milagro de las bodas de Caná. Mira al presidente de la peña madridista, paseando, cabizbajo, por el Real. Mira a ese mimo hablando por los codos.
Por ahí va una chochona con una muñeca. Por ahí va un grupo de patitos pescando niños. Por ahí va un pony, en su día libre, dándose una vuelta un poco más grande. Por ahí va un nostálgico preguntando por la caseta de Tierra, Mar y Vino. Por ahí va un compañero del Alambique meciendo la columna a derecha e izquierda, como si fuera un paso de Semana Santa. Por ahí, por la calle del infierno, va un catequista desesperado con su niño Jesús. Por ahí va la mujer barbuda, con una empleada de Corporación Dermoestética.
Mira a la Charo, que no hay quien la corrija. Mira al secretario de la Falange,  poniéndose puo en la caseta de Comisiones. Mira al equipo de rugby, en plena melé por un plato de gambas. Mira al rojazo de Marcelino, bailando cara al sol. Mira a ese guaperas, en la cola del servicio, con la barbilla incrustada en el ombligo, esperando para una Micción Imposible. Mira al cursi de mi cuñado,  pidiendo un pinchito del norte del Magreb.
Por ahí va, derrochando hospitalidad,  la Feria de Primavera, esa fiesta de los sentidos en la que conviven, fraternalmente,  todas nuestras contradicciones.
Pepe Mendoza.
www.pepemendoza.blogia.com

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Feria de Ganado y Velada en el Paseo y Jardines de la Victoria. Año 1917. Dorso de Tarjeta Postal.

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Paseo de la Victoria, las cuatro estátuas de terracota representan a las cuatro estaciones. ... a la derecha los arcos de hierro de la rosaleda y la casa del guarda y jardinero, Domínguez, cuyo escudo de piedra se puso, en tiempos de Rafael Sevilla como Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío,en la casa de El Puerto en la aldea del Rocío. cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su esplendor...

paseolavictoria_jli_puertosantamaria1Paseo de la Victoria, cuadro de Juan Lara. (Original de la colección de Francisco M. Arniz Sanz)

Al final del Paseo de la Victoria, la fuente de la gruta con su surtidor y su baranda, flanqueada por las estatuas de las cuatro estaciones: Y todo cubierto de hileras de farolillos y biznagas de luces, ahora apagadas. De la Granja de San Javier sale el hijo de don Félix Tejada que quiere ser poeta y, por ahora, conduce un  tonneau con una jaquita, que su padre le ha comprado a Emilio Bootello.

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La recientemente desaparecida gruta del Paseo de la Victoria. El padre de Luis Suárez Ávila pintó una acuarela el año 1931 de esa fuente en todo su esplendor. El deterioro del Paseo de la Victoria, bancos de hierro incluidos, es uno de los crímenes urbanísticos cometidos en nuestra Ciudad. Y van...

Más allá, la Sericícola, con su caserío, isabelino, pintado de rojo y blanco, por donde alcanzo a ver a otro grupo de jinetes y amazonas: Ana María y María Osborne, Cristina Cólogan, Isabelita y Cristina  y Jesús Terry, éste sobre una jaquita gallega. El Mosca, con el landau tirado por mulas, trasiega Osbornes-Domecq desde la calle Fernán Caballero hasta El Palmar. Franco, con su "coche de plata", Peris, El Mena, Muñoz... van y vienen llevando feriantes en coches cuadrados para seis viajeros, dos transportines, el "ahí te pudras" y el conductor. Los dos autobuses "Chevrolet" de Emilio Bootello, azul-celestosos, carrozados de madera, van cargados hasta los topes, una y otra vez. Juan Antonio Buhigas guía la jardinera de Javier Terry, El Pajarito se acerca al pescante de la manola de don José María Pastor, Repeto aparece, desde "Laborde", en un milord redondo que acaba de arreglarse Alonso Romero. Paquiro arréa (¡Ría!, ¡Bóa!) un carro de marca que Abelardo Guindate ha preparado con una reata de mulos leoneses, esquilados por Margarito, que llevan las aparejadas nuevas, bordadas y claveteadas, con mosqueros de colas de zorros, que van a ser la sensación de la feria. Como de la Cañada de La Valenciana, se acerca un tropel de mayetos, vestidos de rayadillo, con sus tirillas abrochadas, sombreros anchos, sobre jacos y yeguas en monturas vaqueras vencidas y forradas de loneta, sus novias a la grupa, vestidas de gitana, que vienen  desde lejos, dejando sus ranchos. Del Pago del Serrano, del Presidio, de Viruela, de Pernita,... Quiroces y Galanes sobre yeguas del hierro de "la Palma" que lo mismo trillan que les sirven de trono. Campo a través se divisan a los Sánchez Gallego, con sus caballos españoles de crines trenzadas y enlazadas, las colas recogidas, a la vaquera, cayendo en las monturas con la sencillez y la soltura que da lo cotidiano.

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Feria de Ganado. Año 1964. (Archivo Municipal).

Al llegar al Palmar, un olor de hierba recién segada y un horizonte de mástiles, encalados, alineados, con gallardetes y grímpolas se presenta tras la portada de tres arcos, por donde penetra un hervidero de gente a pié, en coche y a caballo que desemboca en el real. Allí casetas de garlingas de eucaliptus y palmas, recién cortadas del Parque, del Vergel, de la Avenida de los Baños y de la Rotonda; allí, las sucursales provisionales de "Caza y Pesca", de "Antigua de Cabo", de "La Fuentecilla", de Aguilar el de "La Viña", de Obregón y de "La Gallera"...

Por el ala de la izquierda se penetra en la exposición del ganado. En boxes de empalizadas de eucaliptus y palmas, los caballos del hierro del "Bocado" y los del "Rastrillo"; cobras de yeguas de atusadas crines y colas, con rastra y sin ellas; potros tusones; vacas de leche; ganado de carne, retintas españolas, ovejas, cabras, burros garañones, burras de vientre; gallos españoles, pollos ingleses, gallinas de Guinea y conejos en clásicos polleros de madera, puestos a la vista de todos, pero, en particular, del competente jurado que ha sido nombrado. Los ganaderos guardan las formas. Sus mozos están vestidos impecablemente de corto, al cuidado de las bestias. El Loco Paquiro, Moroncillo o El Caneco sin guardar formas, ni nada, se permiten acercarse al Jurado para impetrar al Secretario: "--Don Federico de mi alma, ¿ha visto Vd. qué gallo más hermoso?"

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Feria de Ganado. Año 1960. (Archivo Municipal).

En el real, asiste al barullo, desde lo alto de sus caballos y sus monturas dragonas, la Guardia Rural, al mando del cabo Mulero; a pié, los guardias municipales: Peral, el comandante, el cabo Penita, Merengue, Pacuqui, Saborido, el Salas, Rafael Camacho... con blancas guerreras y cascos aun más blancos y relucientes. Y un ir y venir de jinetes y amazonas, de coches y de peatones, entre los que destaca y se descubre el brío de don Ramón García Llano, a lomos de una jaca torda y al Secretario General de Excmo. Ayuntamiento, don Federico Sánche- Pece y del Puerto, que con su jaca picaza y su garrocha ha traído, muy de mañana, desde el vecino cortijo de San Felipe y desde el Hato de la Carne el ganado retinto español hasta la feria. Antoñito, su hijo, hace sus pinitos, vestido de corto, sobre una burra, con aparejada bordada y albarda con estribos, que tienen en la finca de "Las Nieves" y cuida amorosamente el padre de Rafael Camacho.

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Feria de Ganado. Año 1965. Las botas de vino, hacen las veces de paredes y mostrador. A la derecha, vendedores de coco y de mariscos. Nada ha cambiado desde entonces... (Foto Archivo Municipal).

En las casetas, sobre mostradores de medias botas, se trasiega el vino fino de El Puerto y se abren cestas de mimbre de donde salen tortillas, bistelitos empanados, lonchas de jamón, de queso y de caña de lomo. La Guachi, de punta en blanco, tan limpia, con su mata de geranios en el pelo, su pañolillo rojo de flecos, sus medias y sus alpargatas blancas, pregona el marisco que lleva en sus cestos y circulan los papelones de gambas y bocas, los bogavantes y los peñiscos, sin tasa ni miramiento. Por aquí Eduardo Ruiz y su tocayo Tejada, con sombreros de ala ancha, dan la nota. Don José Mesa, tan alto, se toca también con otro sombrero andaluz. Por allá Jhoni Osborne, con la chaqueta de hilo recién planchada e impecablemente arrugada, se pone un clavel reventón en la solapa y derrama gracia y sabiduría. La Farfolla, con su bolso y sus botas de botones, su cigarro y su voz de trueno masculino, coloca lotería entre la coña y las risas, encajadas con arte y filantropía. Por acullá, niñeras uniformadas, de cuello duro y delantal con tiras bordadas, briegan con unos angelitos que quieren retratarse en grupo por "Foto Paco", "Foto Leo" o "Galería Azul" o que les compren sombreros alones de papel "pinocho" de los que hay en esas panoplias de listones, cogidos con alfileres de palo, entre "feces" y gorritas ciclistas, trompetitas y matasuegras, o incordian porque las compren turrón o cocos de La Habana.

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Interior de una caseta en la Feria de Ganado en 1963. Foto Rasero (Archivo Municipal).

El pueblo soberano desborda de alegría, en esa feria campera, tan ajena al asfalto, y canta a viva voz al son de una guitarra y baila hasta extenuar "La Sebastiana está al liquendoy..." Milagros Govantes se desgañita cantando "Pastillas de jabón a real...", "Me casé con un enano...", "Azules rejas..." y "La nieve por tu cara...". El Caco, Cailla, Quijano y Pepichi se parten tocando sevillanas de chimpúm. La Cruz Roja voluntaria, está pendiente, con camillas, por si hubiera o hubiese algún descarrilado que, con el sol y el polvo, se  indigestara del vino...

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Feria de Ganado en El Palmar. Entrega de Premios por el entonces alcalde de la Ciudad (1959) Miguel Castro Merello. A la izquierda un militar desconocido, el Juez de la Ciudad, Fernando Ramos Pasalodo. A la derecha de la fotografía podemos observar en primer término al niño Ramón Insua Lavín, y detrás de izquierda a derecha a Blas Aranda, funcionario del penal, Francisco Sara Sampalo, funcionario de Fiestas (su hijo, José Luis Sara, desempeña en la actividad el mismo cometido), y el fotógrafo Luis Sánchez Pérez, 'Quico'. Foto Rafa. (Archivo Municipal).

A la hora señalada, las fuerzas vivas, civiles y militares, y el clero, se colocan en la tribuna para que desfile el ganado y Martínez Montenegro proclame, por el micrófono, la lista de los premiados:
"--Primer premio..., para el conejo de Doña (y aquí el nombre de una señora muy conocida); Premio de ganado retinto: Mejor semental, Don...(y aquí el nombre de un acreditado portuense)".
Ante el pasmo de la concurrencia, cada cual recoge su premio y no pasa nada. Porque la feria es así. Himno Nacional y bajada de bandera.

Por la tarde, en la Victoria, habrá batalla de flores, en camiones camuflados de carrozas, donde Lola Nimo es la inevitable. La feria acabará. Había empezado con el desfile de gigantes y cabezudos que, desde la Casa Cuna, salieron garbosos, con sus reyes, sus roques, sus enanos, sus toreros y su toro que, como una tarasca laica, va arremetiendo contra el personal, al son de pasodobles, hasta llegar a la Avenida de Valentín Galarza y desvirgar la feria más abierta y jovial de todas las Andalucías.

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Feria de la Victoria. Carrozas y Batalla de Flores. Año 1959. Foto Rafa. (Archivo Municipal).

Pero con la batalla de flores, la feria acaba: "Ite, feria est". Yo, por mi parte, me apeo del pescante, refresco las cuartillas de mi jaco, le desabrocho la muserola y el ahogadero, le saco el quitipón y le abrocho las carrilleras del costal de lona porque el pienso se lo tiene merecido. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Velada de la Victoria, en el Paseo del mismo nombre. Foto Rasero. (Archivo Municipal).

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Parada de Coches de Caballos en la Plaza de Isaac Peral, camino de la Feria.

Permitidme que me suba al pescante de un coche de punto y que me aúne y me mezcle con los Potoco, los Cuín, los Moros de Sanlúcar; con los Naterros y los  Canarios, de Chipiona; los Juan Lanas de Rota; los Benito, Amalio y El Coreano, de Jerez: con Poquito y El Sanitario, de Cádiz... que arriban con sus milords, sus manolas y sus jardineras, traídas por caminos de arena, con un jaco de reata para refresco, para terminar sentando sus reales en la rinconada de La Campana o en la Plaza de Peral, que --a pesar de los pesares--todavía guarda un olor mixto de estiércol y azahar inigualable. Allí, junto a la acera frontera de la casa de Sánchez-Cossío, la bodega de don Serafín Álvarez y la tienda de El Chico, donde, por cierto, acaban de entrar Perico Lastra, Joaquín Sancho y Luis Fernández-Sanz, que vienen de dejar el palique con Cayetano el de La Alegría , allí, están, digo, como clavados, los coches de Pacurri, del Mellizo, de Juan Ramón, de Navarro, del Sordo Gallego, o de Manolito Ariza, últimos vástagos de las míticas estirpes de caleseros portuenses que ensalzaran Richard Ford, Fernán Caballero o Federico Rubio.

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Cola de los Toros, en el edificio donde estuvo la Caja de Ahorros de Cádiz,  calle Larga esquina  con la Plaza de Isaac Peral. Foto Monclova.

Por la calle Larga, un borbotón de gente, a grupos, va andando, como en peregrinación. Otros hacen cola en la taquilla de los Toros. De balcón a balcón doña Rosalía Tinajero comenta no se sabe qué con Candelaria Leal y Clemente, el guarda, recalca su autoridad a una gitana que ha confundido los árboles de la plaza con los del huerto naranjel. Veo a la puerta de su casa, escamondados, a Enrique, a José Mari y a Consuelito con la oronda tata; y a Chonita Lassaletta con su abuela y su padre, Pepe, derrochando simpatía y gracia; el padre Iñigo, como una exhalación entra en su casa resoplándose con la canoa a modo de abanico...; se oyen los rítmicos y acompasados cascos de un grupo de caballos. Son las jacas camperas, cruzadas, que montan Chano y Diego Colón, señores de Las Manoteras, como lo fuera aquel ilustrado y dieciochesco don José Reinoso. Eustasio Torrecillas, Lolo Sánchez-Cossío y Luis Fernando Terry enfilan la calle Larga al paso franco, tranqueando con sus caballos que tiran los mosqueros de oreja a oreja; pasa el milord, tirado por dos caballos bayos, de doña Carmen Noguera Jiménez, la prima de Juan Ramón el poeta de Moguer; de la la Casa Caballero, cruzan la jardinera con las mulas Pescadera, CarboneraLa Chata y, al pescante, Agustín Margallo y el faetón guiado por Joaquín Panales con cuatro caballos del hierro del Infante de Sanlúcar: Pavón, Benito, Milenario y Macarena.
El Coreano, que estaba "en primera", ha cogido un viaje y yo corro turno a ver si me estreno y me incorporo a la caravana. A la izquierda, más allá, veo a Milagros Govantes y a Carmen Gaztelu que toman por asalto la manola de doña Victoriana y vuelven a la mula cara al Paseo de la Victoria. Gente multicolor y varia se jalea con palmas redobladas en corros peripatéticos; otros esperan , en grupos, en los escalones de las casapuertas y aun otros descorren tímida y curiosamente los visillos de los cierros para contemplar el espectáculo.

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Coche de Cabalos al llegar a la Feria de Ganado de 1960.

Por fin me estreno. Invade mi coche una señora gorda, con sus hijas vestidas de gitana que se sientan sobre los arcos de la capota, con sus trajes rebosantes. Arreo a mi jaco. "--¡Látigo atrás!", me dicen. Yo tomo mi tralla y la lanzo amenazante a quien quiere viajar de balde. Me incorporo, riendas en mano, en el pescante, giro, me asiento e inicio mi marcha hacia el ferial. Cubriendo la carrera a los transeúntes, a un lado y a otro de la calle, puestos de turrón, de almendras garrapiñadas, de fruta de Aragón, de coco de La Habana y reolinas que siempre tocan y  "--¡Al rico parisién, compre!" Ampulosa y percherona, Cruz Hernández se asoma a las persianas del balcón de su casa. Al llegar a la calle Espíritu Santo, se incorpora un cortejo de caballistas y amazonas: Fernando y José Manuel Terry, Perico Barbadillo, Cayetano Bustillo y Pepe Ñudi, Loli Caballero, Milagros y Mency Terry. Ellos, de corto, montando a la vaquera, y, ellas, con faldas, sobre monturas de corneta. En la esquina aguarda Juanito Buhigas, auriga en la vagoneta que engancha en tresillo a la calesera. Más adelante, el Tato Quijano se acerca a la casa de don Rafael Fernández de Haro para recoger a Merceditas.

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Caballistas por la Plaza de los Jazmines y el Arco de la Trinidad. Al fondo, la Ermita de los Caminantes, engalanada para la Feria.

En la Plaza de los Jazmines, el pitter de Lamarca, enganchado a la media potencia con cinco caballos del "bocado", por el cochero más fino que vieron los tiempos: Joselito Buhigas, tan menudo de cuerpo, como grande sobre la cuña del pescante, manejando pendones de riendas incontables. Al pasar por la Victoria, el paseo descansa de una recién cerrada velada de noche. Los basureros arriman basuras, papeles, botellas, hollada comida y Luis Espino Pino, riega con el coche del agua, el Hispano-Suiza, para dejar en orden el recinto nocturno. Junto a la portada de las "tías encueras", la ermita pequeña de los Caminantes y la oronda fuente de la que Eduardo Ruiz hiciera manar milagroso el vino. Quietas, de día, las carmelas valencianas, plagadas de figuras variopintas y espejos; la tómbola de las Luisas de Marillac, donde Carmen Pérez, Magdalena Domínguez, Charo Jiménez, Pepita Castro o Paquita y Catana Aquino reparten la suerte en forma de medias botellas y cachivaches inservibles.

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El Cortijo, en el Paseo de la Victoria.

Y el Cortijo, tan blanco, con sus surtidores rocosos, en el que todavía está el eco de Agustín Embuena anunciando a Juanita Reina. "Tadeo" y su caseta y Murga, con la suya y la de la "Peña de los Embusteros", tan dignamente presidida por Luis Benvenuti y en la que hay un pozo de vino que se escancia a cubetas, descansan. El carrito de los sifones y las gaseosas de Rivas, y el otro mayor, de la Cruz del Campo, presa en barriles ovoides de roble, reponen la mercancía allí donde falta. Y el tablado de la música, donde la banda de Rocafull, la más torera del mundo, junto a la del maestro Tejera de la Maestranza de Sevilla, entonó, por la noche, sonoros pasodobles.

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Atracciones en la Feria de 1961.

Al fondo, el penal, el Teatro Chino, el tren de los escobazos, los espejos de la risa, el laberinto, la zaranda, la ola y las cunitas, el carro de las patás y los cochecitos, los Cristobitas y los hermanos canarios, la vaca Paquita, aquella de las cinco patas, cuatro cuernos y tres ubres, descansan hasta el atardecer. Continuará. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Escaparate engalanado por Feria. Al fondo cartel de 1946, original del pintor Juan Lara. Podemos ver, entre mantoncillos y lunares, sobre la mesa tres botellas de vino de González Rico Hermanos. (Foto Colección V.G.L.)

cartelferia_1946_jli_puertosantamariaJuan Lara, el pintor de la luz, fue el “pintor de la Feria” pues nadie como él ha pintado y anunciado tantas veces y con tanta maestría el acontecimiento festivo de El Puerto por excelencia: en 1946, 1947, 1949, 1963 (reeditado en 1987), 1970, 1971, 1972, 1973 y el definitivo de 1989, con el que rompió moldes. Luego se publicaron póstumamente y como carteles de Feria, cuadros suyos pertenecientes a colecciones privadas y cedidos por sus propietarios para las distintas ocasiones en los años: 1995, 1998, 2001 y 2001. Para la Peña La Charanga -la otrora Caseta La Maruja- pintó algún cartel anunciador de la caseta.

A continuación vamos a tener la oportunidad de leer  que piensa el propio pintor, --entremezclada con su producción ferial--, el propio Juan Lara sobre la Feria, los carteles y la pintura, en una reflexión desnuda, compartiendo sus pensamientos, sus puntos de vista, como tantas de aquellas que le gustaba hacer en vida. (En la ilustración de la izquierda, el primer cartel que pintó Juan Lara para la Feria de 1946 y que aparece recogido en la fotografía superior que inicia esta nótula).

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Carteles de Feria correspondientes a los años 1947 y 1949. Juan Lara.

LA FERIA Y EL ARTE DE LA PINTURA.
«Existe un gran paralelismo entre una y otro, el colorido, la luz, la alegría, el festejo se prestan a innumerables interpretaciones, si bien hay que cuidar mucho el acierto, pues siendo todo lo popular, el público entiende lo que se le quiere “decir” y están prestos a críticas ácidas que al artista le duelen en lo más hondo. Pero así son las cosas públicas y así es en la pintura, en el toreo y en todas las manifestaciones análogas. Por otra parte, cuando la fortuna sonríe, cuando la edición es buena y el pueblo da su visto bueno, la alegría interior nos invade así como una gran sensación de felicidad.

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Cartel de Feria de 1963. Se reprodujo 24 años más tarde en 1987. Juan Lara.

No es tarea fácil el pinar un cartel anunciador de la feria, y pese a que el encargo de efectuarlo se toma con la mayor ilusión y esperanza, pronto se inician los inconvenientes, siendo el principal el que aunque la imaginación vuele hay que decidir un solo tema. Y eso que ahora existe un sistema de reproducción muy moderno y sofisticado, pues antes se limitaban las tintas y otro dibujante técnico tenía que efectuar el trabajo.

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Carteles de las Ferias de Primavera de 1970 y 1971. Juan Lara.

Particularmente yo he tenido la ocasión de hacer unos cuantos carteles, muchos por el procedimiento antiguo y ya los últimos sobre tamaños, tintas y papel modernos. Siempre empleo el procedimiento al guache, que sobre un buen papel bien entelado y terso ofrece unas calidades extraordinarias y admite pintar con la soltura del óleo, pero más limpio y de tonos más brillantes.

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Carteles de la Feria de Primavera de los años 1972 y 1973. Juan Lara.

Empleo y predico que los temas del cartel anunciador de una feria deben ser de suma sencillez, que el pueblo, a quien va dirigido el anuncio, lo entienda rápidadmente, o sea, las estampas cotidianas: los grupos en escenas de bailes o cantes, las copas y toda esa farándula que en sí, es la feria.

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Carteles de la Feria de Primavera de 1995 y 1998. Juan Lara.

Yo no se si volveré a pintar un nuevo cartel, pero se me quedó por hacer alguno de aquellas escenas de las ferias de mi niñez y juventud, aquellas escenas de caballos, ganado en general, aquellos tenderetes del campo del Tiro de Pichón, las escenas multitudinarias de las calderetas a campo libre, donde el buen humor, la alegría y el vino daban el calor y el color a esos días portuenses en fiestas, que terminaban en las Veldadas del Paseo de la Victoria.

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Carteles de la Feria de Primavera de los años 2001 y 2002. Juan Lara.

Y de por medio las corridas de toros, la playa, y tantas y tantas cosas que alegraban el espíritu. Cada uno de los carteles que se han venido publicando, tiene en su sola escena, todo lo que esta fiesta representa y todos ellos merecen el respeto y la admiración del público, porque cada artista quiso y ofreció lo mejor que tenía para solaz y contento de su pueblo, de sus gentes.» Juan Lara Izquierdo.

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“Cartel de Feria”. Óleo de Juan Lara. 1989. Estudio cartel de Feria nº 1, grafito sobre papel 23×21 cms. Estudio cartel de Feria nº 2., carbón sobre papel continuo. 63×83 cms.

“Cuando pintó una de sus obras maestras, el cartel de la Feria de Primavera de 1989, realizó antes dos bocetos previos: las distintas versiones o puntos de vista, los cambios de composición, las detallistas anotaciones en los márgenes, sobre todo en el primero, ponen de manifiesto hasta donde llegaba el estudio de una sola obra, hasta que punto se involucraba en su trrabajo. Para rematar, la prueba de colores que realiza para conocer los materiales que va a utilizar, denota que era un artista completo, que quería dominar desde el dibujo preliminar hasta el resultado final. ¿Con una experiencia de cincuenta años era necesario tanto trabajo? Ni, si Juan no hubiera sido un perfeccionista. Sólo le interesaba, solo le entusiasmaba, la obra bien hecha”. Enrique García Máiquez. Del Catálogo de la Exposición “Juan Lara. Pintor Portuense. 1929-1995? organizada por la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

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En la fotografía, tomada en 1980, durante la presentación de las Carpetas «Pueblos Blancos gaditanos y Pueblos Rosas de México», que tuvo lugar en el Banco Exterior de España, actual BBVA, donde en el pasado estuvo la confitería “La Perlita”. De izquierda a derecha, Francisco Arniz, Juan Lara, el entonces concejal de UCD Victor Unzueta Gabiola, recientemente desaparecido, y Rafael Bellvis, el valenciano que, a sus 95 años,  lleva mas tiempo viviendo en El Puerto y a cuya comunidad autónoma se dedica la presente edición de la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Además, Bellvis has ido el porteño nacido en Valencia que ha dado la luz a la Feria, alumbrando el Recinto de Las Banderas a las 22 horas en la que se inauguraba la Velada. Arniz  pintaría el cartel de Feria de 1996.

«En la pintura del maestro portuense el pasado no es destruido por el presente,
sino que sobrevive en ella como una fuerza latente. Juan sabe que ninguna fase de
la historia del arte debe tenerse por irrevocablemente conclusa, y, acertadamente
piensa que la renovación de la pintura, y del arte en general, debe hacerse partiendo
de la tradición y, por tanto, sin renunciar a los grandes pintores del pasado». Francisco Arniz Sanz. De la Carpeta “Pueblos Blancos Gaditanos y Pueblos Rosas de México”. 198o.

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Rafael Esteban Poullet nace en la Calle Larga, 13-15, el 26 de marzo de 1935. Hijo de José y Carmen, es el primogénito de 12 hermanos. Muy involucrado con el sector de la vitivinicultura, a su pesar, estuvo trabajando con su hermano Enrique y con su padre, en la Fábrica de Productos Enológicos que estuvo abierta desde 1905 hasta que, a finales del siglo XX,  tuvo que cerrar víctima de la enésima reconversión del sector vinícola de la zona. Ahora, a destiempo, se dedica a todo lo que siempre quiso hacer, a las actividades culturales que siempre tuvo en un segundo plano pues, desde la vuelta del servicio militar el negocio familiar de los Poullet.

faelopoullet_griego_puertosantamaria«A la tierra en la que uno nace se le toma aprecio, pero no siempre se acaba amándola como un amante ardiente y perseverante. El azar que nos ha permitido cautivos gozar de la existencia, no siempre acierta en nuestros deseos de plenitud con el horizonte de la mañana. Este es el caso de Rafael Esteban Poullet, nacido en las Puertas de Hércules en 1935. Cultivado en las ciencia del Mediterráneo, su hedonismo vitalista y creativo siempre está en lance con el tempestuoso Océano, lustros de convivencia con el que ha sabido pactar, empero, una armonía no siempre exenta de las sombras de la intolerancia del monoteísmo. La aridez del contexto en el que fue educado, lejos de acomodarle en la común cosmología de valores colectivamente compartidos, le impulsó a superar las barreras culturales enraizadas en el tradicionalismo comunitario, y en su obra está el resultado latente de su concepción  de la vida inspirada en las entrañas del Egeo. ¿Quien no ha visto a Faelo cabalgar en dirección a Atenas a lomos del viento de Levante?». Biografía Íntima. Alfredo Hidalgo Lavié. Dr. En Ciencias Políticas. (En la fotografía, Faelo, caraceterizado de griego clásico, en una estancia de su casa de la calle Larga, en la década de los cincuenta del siglo pasado).

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Faelo, al final del Parque Calderón, en la escalera de acceso al desaparecido Puente de San Alejandro, con apenas siete años.

Estudió en el Colegio de Las Carmelitas hasta que hizo la primera comunión; luego vendrían  la Academia Poullet y los Jesuitas. Empezó Comercio con D. Juan Díaz Gómez --peritaje mercantil-- que abandona tras su incorporación al servicio militar y, definitivamente  a la empresa.

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En el Cuartel de San Fernando de Sevilla, durante el Servicio Militar, el segundo por la derecha de la fila superior.

Los Esteban, o como son conocidos en El Puerto, los Poullet, han destacado siempre en el mundo de las artes o las ciencias. Y Faelo es un humanista que ha tocado muchas disciplinas tanto literarias como plásticas, además de su incursión en el mundo de la cinematografía, la antropología, el diseño, la arqueología. En literatura ha cultivado la poesía, narrativa y teatro. En artes plásticas ha practicado la acuarela, el collage --una de  especialidades-- o la cartelería.

elermitano_puertosantamariaDE LA MEDUSA AL ERMITAÑO.
En 1962 fue socio fundador de la Asociación Cultural Portuense Medusa, junto con José Luis Tejada, Manuel Martínez Alfonso, Rafael Tardío Alonso, el Padre Pascual,... Medusa cierra sus puertas en 1978 y luego, dos años después nace en Jerez, en el Bar La Parra, la que sería la Tertulia “El Ermitaño”, con Carlos Aladro, Julio y Mariano Rivera Cross, Paco Bejarano, ... La Tertulia se traslada a continuación a El Puerto, en verano al Bar El Ermitaño --de donde toma nombre el grupo--.

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Jardin de la Casa de Faelo, en Larga, 13.

Durante varios veranos las reuniones se celebraron en el jardín griego de Faelo, en su casa de la calle Larga, 13; luego sin abandonar dicha calle, se encontrarían en el jardín de la casa de Zacagnini, con algunos intermedios. Y ahora, tras casi 30 años de vida y haber tenido una etapa en el pub Milord, se reúnen en el Hotel Santa María.

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Faelo, en su primera visita a Madrid, en la Ciudad Universitaria.

ENCUENTRO CON LA MUERTE.
En abril y mayo de hace ahora dos años --en 2006-- Faelo vivió una experiencia cercana con la muerte. Una hernia de hiato hizo que los médicos no contaran con  él.  Faelo veía que se moría. Pero lo superó. En la pseudoagonía no le vino nunca el pensamiento religioso. Experimentó una narrativa de la muerte con un libro en blanco: quería vivir. Solo quería vivir.  Además, no alcanzó a ver esa luz al final de un túnel que quienes han tenido una experiencia cercana a la muerte afirman haber visto. Como no podía ser de otra manera, una película, “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman, fue el paralelismo de su econtronazo con la muerte. En la escena final, los protagonistas huían en un bosque de algo que les perseguía y Faelo, en el hospital huía de lo que él era consciente que tenía que escapar.

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De manos del ministro Utrera Molina, recibiendo trofeo por su corto premiado en Sevilla.

EL CINE.
En la década de los sesenta del siglo pasado, rodó un corto en 8 mm: “El cuento de los juguetes abandonados”, que fue premiado en Sevilla con el Festival del Giraldillo. Luego vendría el documental “La Ciudad de los Muertos” rodado en el cementerio de El Puerto.

faelo_finales_1960_puertosantamaria1También el corto “Petit Cherie” y “Serenata para un joven estudiante”, en 1970, siendo su último trabajo “El Circo”, rodado tras la muerte de Franco. Con el cambio de formato, de cine a video, lo deja. No le ilusiona hacer cosas para ser vistas en pequeñas pantallas. Conserva, inédito, el  guión del documental “Suite Rocío. La otra Virgen del Rocío”. (En la fotografía de la izquierda, Faelo, a finales de la década de 1960).

LITERATURA: LA POESÍA.
En Poesía hizo algo durante el servicio militar, que olvida, y luego continuará con la prosa para retornar a los poemas,  después de su primer viaje a Grecia en 1977. Tiene publicados en la antología “Selección de Apócrifos. Poemas Sacros y Profanos” (1985-89). En 2001 se incluye un poemario suyo en “Et in Arcadia ego” en la colección de poesía del Aula de Cultura “José Caldalso, de la Ciudad de San Roque, o “El Lecho Pródigo” presentado el pasado jueves día 23 de abril en la Fundación Alberti. Tiene inédito tres libros de poesía y ha publicado en revistas como Arrecife (1987), Alora (1992), Zurgai (1992) y Por ejemplo (1997).

libro_eldiscipuloamado_puertosantamariaNOVELA PARA EL CINE.
En Narrativa, su novela publicada por la editorial Barataria y actualmente agotada, “Yo, Juan, el discípulo amado”, es la primera entrega de una trilogía sobre los orígenes del cristianismo desde un punto de vista totalmente heterodoxo. Le seguirán “Pablo y Bernabé” y “La pasión de Sergio y Baco”, todas ellas basadas en guiones cinematográficos de Faelo y posteriormente novelados. Precisamente en la pasada edición del Festival de Cine de Málaga se presentó la semana pasada un proyecto de largometraje del director español Emilio Ruiz Barrachina, titulado “El Discípulo”, inspirado en esta su primera novela. La película se hará en verano y tratará de la vida y Pasión de Jesús, desde un punto de vista histórico. En el reparto, están previstos: Joel West, Ruth Gabriel, Marisa Berenson y Carlos Bardem. La producción asciende a 5 millones de euros y los diálogos han sido revisados por el catedrático de la Complutense Antonio Piñero. La película iba a ser dirigida por Eloy de la Iglesia, interesado en el texto en 2005, pero su fallecimiento, un año después, dejó inacabado el proyecto.

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Faelo, a finales de la década de 1950 del siglo pasado.

TEATRO.
Ha terminado recientemente una obra que espera pasar a limpio y cuya acción transcurre en el ambiente de la posguerra civil en El Puerto y sus bodegas; lleva por título “Y saltó el Levante. (La Coartada)”.

suiteelrocio_puertosantamariaCOLLAGE: SUITE ROCÍO
En 1992-1993 se estrena la Suite Rocío, aunque Faelo ya se había especializado en mezclar el presente con el pasado mas o menos clásico a través de la técnica del “collage”. Es Rocío la invención y diseño de una colección de 74 estampas apócrifas de la Virgen del Rocío y 10 carátulas de cabecera según esquemas de los siglos XVIII y XIX en libre interpretación, teniendo como base material iconográfico de los siglos mencionados. «Suntuosos montajes, de imágenes realizadas a base de grabados antiguos. En sus composiciones, Ella, la Virgen, es elevada por el mar en una barca fenicia, con su gran ojo pintado en la proa, se la ve delante de los templos griegos, en Babilonia, entre ciervos y jabalíes, debajo de los pinos del Coto de Doñana, en todas las épocas y todas las civilizaciones. Pregunté cómo se le había ocurrido la idea y él me dijo que sólo era un intento de describir la realidad». Vivi-Ann  Sjörgren. Andalusiens Groava Salt. (Sal gorda de Andalucía. Helsinki. 1996. Final del Capítulo “Coronación de la Virgen”.

Los cuadros están, en su mayoría en el Salón de Plenos de la Hermandad del Rocío, excepto la última parte, dedicada a Grecia, que se encuentra en el Museo Municipal.

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Otras colecciones de Faelo, otras carpetas como “Picasso y el Toro de Osborne”, (en la ilustración superior) “Picasso, el Amor y el Mediterráneo”, “Roberto Alcázar y Pedrín en la Batalle de Keronea” (en la ilustración inferior), “La Doncella y el Toro de Osborne”, producciones de 1996, se vinieron a sumar a su amplia producción de collages. En Internet, estuvo durante un mes expuesto la serie inédita de collage a color “El Mito de la Anunciación”, en la web de Tusitala Comunicación.

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LAS TÉCNICAS.
Grafitos, acuarelas, carboncillos, lapiz color, témpera, pastel y acuarela, carboncillo y grafito, óleo sobre cartón, tintas diversas, tinta china, óleo sobre lienzo, tinta y lápiz color, óleo sobre cartulina, grafito y lápiz color sobre lienzo, óleo sobre madera, carboncillo y sanguina, acrílico sobre tabla, tinta y rotulador, comic en collage, ... son las técnicas que ha utilizado Faelo para expresarse a lo largo de su prolífica vida de artista plástico. Una selección de su obra  fue mostrada en la exposición antológica “Itaca 2000” celebrada entre el 28 de agosto y el 12 de septiembre de 1999, en el Centro Cultural Alfonso X “el Sabio”.

Faelo ha tocado otras expresiones artísticas como el tradicional “Belen” o “Nacimiento”, entre los años 1940 a 1962, el último. Paso desde el nacimiento popular hasta los dioramas grandes, que obtuvo el primer premio provincial. Y ahí lo dejó. Con la Academia de Bellas Artes realizó un belén realizado con figuras de arpillera, saliendo de lo tradicional.

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Exposición Colectiva celebrada en el patio de operaciones de la Caja de Ahorros de Cádiz de la Plaza del Polvorista, en 1986. De izquierda a derecha, Rafael Bayo, Juan Bayo, Pepe Zamorano, Paco Arniz,  Mari Carmen Orellana, Pepita Lena y Faelo. (Foto Colección Francisco Arniz Sanz).

faelo_carnaval2004_puertosantamariaCARTELERÍA, DIPLOMAS
Ha cultivado diversas técnicas para la cartelería y el cartelismo, género que ha cultivado y culminado en El Puerto habiendo realizado las convocatorias del Carnaval 2004 y la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de este año 2009. El año pasado realizó el cartel del cincuenta aniversario de la refundación de la Hermandad del Rocío Con anterioridad ha diseñado el Cartel del Congreso de Enfermería de Cádiz en 1990. El Congreso Nacional de Odontología Infantil en 1995. Ha realizado también la serie de carteles de la Fundación Goytisolo, desde el año 2003. También lleva realizando los diplomas (todos originales e individualizados) de los Premios de Patrimonio Histórico Local, a razón de dos por año. (En la ilustración, el cartel anunciador del Carnaval de El Puerto del año 2004).

faelo_feria2009_puertosantamariaEXPOSICIONES.
Feria del Vino. Montilla (1961). Casino de Labradores. Medusa. (1964). Caja de Ahorros de Jerez. Jerez (1971). Castillo de San Marcos. (1979). Casa de la Cultura (1980). Diseños. (1981). Casino Bahía Cádiz (1982) Caja de Ahorros de Jerez (1984).  Caja de Ahorros de Cádiz (1986). El Tragaluz. Jerez (1987).  La Caja de Pandora (1988). Club Taurino Celso Ortega (1989). Bodega San Fernando (1992). Auditorio Municipal San Miguel (1992). Bodega San Fernando (1993). Galería Trinidad Gautier. Jerez (1993). Sagitario (1994). Auditorio Municipal San Miguel (1994). Sala Victoria. Sanlúcar (1994). Centro Cultural Alfonso X. (1995). Plastilírica (1996). Sala La Imperdible. Sevilla (1997). Centro Alfonso X (1998). Plastilírica (1998). Centro Cultural Alfonso X (1998). Antológica. Centro Cultural Alfonso X (1999). (En la fotografía de la izquierda, descubriendo junto al alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco, el cartel anunciador de la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino 2009).

«El concepto del arte y de lo bello ya no puede ser el mismo que se tenía antes de la Revolución francesa. Ésta y los románticos lo cambiaron para siempre. Y no digamos después de Auschwitz e Hiroshima y ahora de Kosovo. [,,,] Sin renovación, tanto la vida como el arte se estanca y muere. Tanto la vida como el hombre que hace verdadero arte se renueva, prosigue hacia lo eterno para mayor gloria de éste». Mi Concepto de la belleza en el arte pictórico. Exposición Antológica. Faelo Poullet. 1999.

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Faelo, en Jordania, el pasado año 2008.

piedra_lasalle_1962_puertosantamariaEn 1911 Natalia Pajares de Salgueiro, dejaba en su testamento, al morir, una cierta suma de dinero para la fundación de una escuela, de carácter benéfico, regentada por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Conocido el hecho, los Hermanos se ponen en contacto con los Jesuitas. Estos les ofrecen un inmueble, dentro de la propiedad en la que se encontraba el Colegio San Luis Gonzaga, en el que poder instalar las clases y la vivienda de los Hermanos. Además, se ofrecen a poner el dinero que falte para realizar el proyecto pues el dinero dejado por Doña Natalia no era suficiente. Pero, antes de ponerse en vigor este convenio los Jesuitas cerraron su Colegio, que quedó convertido en Noviciado y no pudieron cumplir su ofrecimiento. (En la fotografía, el Cardenal Bueno Monreal, en el acto de colocación de la primera piedra del Colegio la Salle 'Santa Natalia', --lleva el nombre de la benefactora inicial del centro, Natalia Pajares de Salgueiro--; detrás podemos ver a Isabel Merello, Vda. de Terry, a su hijo Fernando Terry Merello y detrás, a la izquierda de la fotografía a Gandulla Perea. Era el 10 de abril de 1959, hace 50 años). (Foto Rasero. Archivo Municipal).

In 1911 Natalia Pajares de Salgueiro left in her will a certain sum of money for the founding of a charitable school, managed by the Brothers of the Christian Schools. Once they found out, the Brothers contacted the Jesuits. The latter offered them a building in the property where the San Luis Gonzaga School was located, in which they could set up their classes and the Brother’s house. Furthermore, they offered to provide the rest of the money to carry out the project since the money left by Ms Natalia was not sufficient. But, before this agreement came into force the Jesuits closed their School, which was converted into a Novitiate and they could not go through with their offer. (The photograph shows Cardinal Bueno Monreal, in the placing of the first stone ceremony for the La Salle ‘Santa Natalia’ School, it takes its name from the initial benefactor of the educational centre, Natalia Pajares de Salguiero; behind we can see Isabel Merello, Terry’s widow, her son Fernando Terry Merello and behind, on the left of the photograph, Gandulla Perea. It was 10th of April 1959, 50 years ago). (Photo by Rasero. Municipal Archive).

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La comitiva, se dirige al lugar donde se puso la primera piedra, en el descampado que luego ocuparía el colegio, de izquierda a derecha, Fernando Terry Merello,  Carlos Román Ruiloba, Pbr., Luis Portillo Ruiz, el Cardenal Bueno Monreal, y desconocido. (Foto Rasero. Archivo Municipal)

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Otra instantánea de  la  bendición de la primera piedra. Podemos ver Luis Portillo, la Vda. de Terry que apoya una mano en la cabeza, el Cardenal Bueno Monreal, y a la derecha, el Conde de Osborne. No identficamos, por desconocerlos, a las siguientes personas que aparecen en la fotografía. (Foto Rasero. Archivo Municipal).

condeosborne_lasalle_puertosantamariaEn consecuencia, se determinó ir acumulando los intereses al pequeño capital hasta que este permitiera poner en marcha el proyecto para abrir la escuela. Después, vino la baja de la moneda y se aumentaron las dificultades, razón por la que pasaron bastantes años antes de que se pudiera pensar formalmente en la referida escuela. Así las cosas, Ignacio Osborne Vázquez, Conde de Osborne, conocedor de esta fundación en germen, la adopta con el mejor ánimo de llevarla a cabo rápidamente. A tal efecto, compró un terreno y se disponía a edificar en él las Escuelas, cuando sobrevino la Guerra Civil. De nuevo el proyecto queda paralizado. (En la fotografía de Rafa, Ignacio Osborne Vázquez, Conde de Osborne).

isabelmerello_lasalle_puertosantamariaUna vez finalizada la Guerra, el proyecto se activa con la formación de una Junta pro Construcción de las Escuelas. Y estando en estas gestiones, vino a interesarse por esta Fundación, Isabel Merello, Viuda de Terry, que prometía su ayuda si las Escuelas se construían cerca de los terrenos de sus bodegas, en un extremo de la ciudad donde existía una barriada populosa y pobre y muy necesitada de instrucción. De acuerdo, los miembros de la Junta y agradeciendo esta ayuda, se orientó el emplazamiento de las Escuelas hacia ese extremo de la ciudad. Isabel Merello compró enseguida un solar de unos 10.000 m2 de superficie; y antes de comenzar la fase definitiva, la Junta que venía actuando cesó en sus atribuciones, al formarse el “Patronato de la Fundación Santa Natalia”. (En la fotografía de Rafa, Isabel Merello, Vda. de Terry).

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Solar donde se construiría el Colegio de la Salle 'Santa Natalia', a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. (Foto Rasero. Archivo Municipal)

En el 'Patronato de la Fundación Santa Natalia' se otorgó la presidencia al Hermano Provincial de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, entonces Hermano Ramón Calixto; y como miembros de derecho, el Conde de Osborne, la Viuda de Terry, en calidad de Fundadores; y el Párroco de San Joaquín, junto con el Alcalde.

hermanoignacio_lasalle_puertosantamariaGracias al buen hacer, empuje y entusiasmo de una figura excepcional, el Hno. Ignacio Javier, las obras comenzaron a finales de 1958. La Base Americana de Rota intervino desinteresadamente en el movimiento de tierras. El 10 de Abril de 1959 bendice la primera piedra el Cardenal de Sevilla Dr. José María Bueno Monreal. Las obras transcurrieron a buen ritmo de modo que en Septiembre de 1960 se pudo comenzar el curso  con el colegio en obras.  Desde entonces, día tras día y año tras año, muchas generaciones de niños y niñas portuenses se han educado y se educan en este centro lasaliano de mano de Hermanos, Profesores, Catequistas y Colaboradores./C.L.S. (En la fotografía de Rafa, el Hermano Ignacio Javier).

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Primera Promoción del Colegio La Salle Santa Natalia. Los alumnos, el Hermano Fulgencio de Andrés -primer director del Colegio- y detrás entre los respectivos padre, los Hermanos Ignacio Javier y el Hermano Ángel, al que algún travieso llamaba el Hermano 'malángel'. Hemos troceado la fotografía en dos, para poder distinguir mejor a sus integrantes que pasamos a describir. (Foto Colección Francisco Arniz Sanz).

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De izquierda a derecha, los alumnos y detrás los padres de casit todos ellos, además del Hermano Ignacio Javier y el Hermano Ángel: Jorge Thuillier, Fernando Torrent, Juan Osuna, Antonio Rodríguez Natera, Juan Escalante, Francisco Otero Rascón, Vicente Terrada Sara, Juan Díaz Sara y Miguel León Ortega.

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De izquierda a derecha, los alumnos y detrás sus padres, Felipe del Bar Manolo, el director del Centro, Hermano Fulgencio de Andrés, José Verano Mesa, Francisco M. Arniz Sanz, Manuel Ponce de León, Antonio Sánchez (+), Francisco Vargas, quien no estudió en el Colegio La Salle y Rafael Selma Granados. A la derecha de la foto, detrás está Manuel Vargas Dodero, quien llegara a ser presidente de la Asociación de Padres de Alumnos y propietario de Tejidos 'Ciudad de El Puerto' situado entonces en la esquina de la calle Ganado con Nevería, frente a la actual Droguería Roque.

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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Genaro González, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juanito Martín Vélez, Antonio Torres Santiago --gran secretario que tuvo el R.C. Portuense--, arriba, Pepín “el Barbero”, José del Cuvillo, Manuel Ojeda (padre de los Ojeda Lores), Mauricio León (padre de los León Ortega), Fernando Osborne y M. Zampaña.
Estamos en febrero de 1968. Bar La Liga, en la confluencia de las calles Luna y Nevería, próximo a la sede social del Racing. Se le tributa homenaje a José del Cuvillo Sancho, benefactor de la entidad rojiblanca, por sus simpatías con el equipo, su cariño y sus aportaciones económicas, tan necesarias en aquellos tiempos --¿y en estos?-- para sobrevivir un club modesto como el Portuense. José del Cuvillo sufría como propios los malos tragos del equipo de fútbol local, como si se tratara de algún mal acontecimiento familiar. El homenaje se celebró antes de perder la liguilla de ascenso a la Segunda División “A” de entonces, frente al Alavés en Vitoria primero y luego en el Campo de Fútbol Eduardo Dato, en El Puerto.

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De izquierda a derecha, desconocido, Manuel Jarque Martínez (estamos preparando una nótula sobre el desaparecido “Chicharito”), Pedro López, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Pepin "el Barbero", Manuel Serrano, Manuel Sánchez y Juan Cressi.

"Es cierto que siempre es mejor hacer los homenajes en vida… El generoso José del Cuvillo Sancho, mereció culminar meses después aquel más que merecido homenaje con el ascenso del equipo de su alma a la segunda división del futbol español. No pudo ser, si bien su trayectoria y entrega a los colores rojillos no quedarían empañadas por aquel desdichado partido jugado con el Alavés en el viejo Eduardo Dato en junio de 1968.

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De izquierda a derecha, Genaro González, Pepin "el Barbero", al fondo semioculto, Antonio Torres Santiago, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda y Manolo Serrano.

La expectación que había levantado el Racing en aquella temporada 67/68, del siglo pasado, fue inusitada e hizo posible que varios centenares de aficionados se desplazaran a Vitoria para presencia el partido de ida en el Estadio de Mendizarroza, después de que se superara el primer escollo de la promoción, el Club Deportivo Baleares. Mientras se jugaba el partido de futbol, las calles de El Puerto totalmente vacías, sin tráfico de ningún tipo, los porteños y porteñas, en los bares de Apolo, La Liga, Puerto Bar, Central, Los tres Reyes… estaban pendiente de la voz de Agustín Merello del Cuvillo que a través de las ondas radiofónicas nos narraba magistralmente todas las incidencias del partido de fútbol. El empate a cero logrado en Vitoria abría las puertas al anhelado ascenso.

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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Petete Tejada y José Antonio Osborne.

Un domingo después, con el viejo Dato a rebosar, entre los miles de aficionados, incluidos muchos de la Bahía, se encontraban también, Pedro Carrasco y Ángel de Andrés, que por aquellas fechas rodaban en San Fernando la película, El marino de los puños de oro, el Racing perdía estrepitosamente, si mal no recuerdo, por un cero a dos frente al equipo de Vitoria, el Alavés, esfumándose todas las esperanzas de ascenso en aquel aciago partido. Después del desastre futbolístico se especuló sobre la profesionalidad de los jugadores, así como del desinterés de la Junta Directiva por no subir a segunda división, convirtiéndose en leyenda negra que aún perdura lamentablemente en el mundillo del futbol local.

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De izquierda a dercha, Pepin "el Barbero", Antonio Torres, semioculto detrás, Fernando Osborne Vergara, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda, Manolo Serrano y Petete Tejada.

Sí nunca dudé de la profesionalidad de la plantilla ni de su entrenador Ventura y tampoco de la Junta Directiva porque mi referencia siempre fue José del Cuvillo Sancho, excelente porteño y mejor persona al que nunca hubieran defraudados y menos venderse aquellos auténticos profesionales, como un Judas Iscariote cualquiera, hoy, después de lo que ha llovido desde entonces, todavía menos, reafirmándome, habida cuenta de los millonarios quinielísticos que ha dado el fútbol por impredecible y caprichoso que siempre ha sido y continuará siendo." Antonio Carbonell.

Nuestro agradecimiento a Vicente Gutiérrez de la Rosal, por habernos cedido, para su publicación en Gente del Puerto, las imágenes que ilustran esta nótula. Por cierto que Vicente tuvo la oportunidad de asistir a los encuentros que se celebraron en los dos campos, en los que el Rácing perdió frente al Alavés su posibilidad de ascenso a la Segunda División “A”.

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manzanillamaruja_puertosantamaria«En el ocaso del siglo XIX, el vino de Jerez más bebido en casa y tertulias era el tipo “Oloroso” --para los británicos “Golden”-- que se acostumbraba a tomar más como aperitivo sin tapas al mediodía y después de la cena. Era el “Sherry” que se servía en las películas de época cuando alguien pedía un “Jerez” sin otro apelativo. Dicen los más ancianos del lugar que un buen caldo de carne acompañado de unas gotas de “Oloroso” era capaz de resucitar a un muerto. Ni los ingleses habían inventado el “Cream” -que no es otra cosa que el famoso “torito” de nuestra tierra- ni a nadie se le había ocurrido esa cursilería de “consomé al Jerez”. (En la imagen, etiqueta actual de 'Manzanilla Maruja'. Colección J.M.M.)

In the twilight of the 19th century, the most popular Sherry drunk at home and at gatherings was “Oloroso” – “Golden” for the British – which was usually drunk as an aperitif without tapas at lunchtime and after supper. It was the sherry served in the films of that era when anyone asked for a glass of sherry without specifying which type. Those residents who have been around the longest say that a hearty meat broth with a few drops of “Oloroso” was capable of bringing the dead back to life. In this era the English hadn’t yet invented the “cream” version of sherry, which, incidentally, is just the famous mix of “oloroso” wine and “sweet” wine from our area, nor had anyone thought of the pretentious “Sherry consommé”. (The picture to the left shows the current ‘Manzanilla Maruja’ label. J.M.M. collection.)

Fernando A. de Terry, empresa individual, por entonces de la exclusiva propiedad de D. Fernando A. de Terry y Carrera, comercializaba el “Oloroso Mahoma” que, más tarde, fue el nombre con el que se bautizó --si bautizo cabe en un Mahoma-- un “Amontillado” de efímera vida.

decamborio_puertosantamariaCuando el siglo XX comienza su andadura, se inicia el cambio de gusto hacia algo más ligero y capaz de ser ingurgitado en notables cantidades, retando la entrada en estado de catalepsia. Eran los tiempos de los ventorrillos, los tablaos, el buen cante, las fiestas nocturnas que veían la salida del sol al compás de bulerías, fandangos, alegrías ... Es la entrada por la puerta grande del mundo de la juerga de un vino de Sanlúcar de Barrameda con nombre de mujer: la “Manzanilla”. Aun no tenían vigencia por estos alrededores más que dos Ferias, las de Sevilla y Jerez. Su consumo llegó a alcanzar tal notoriedad que incluso vieron la vida las primeras cañas, varillo alargado de gordo cristal, estrecho de boca, que en número de nueve se traían a las mesas, ocupando el cañero que ha llegado hasta nuestros días. (En la ilustración, obra de Muñoz Cebrián, se observa el medallón alegórico al nuevo Vino 'Fino' que lanzaría la Bodega Terry, alternándolo con la -ora 'Manzanilla', ora ''Solera Fina Olorosa, ora 'Fino Maruja'--, inspirando en el personaje de García Lorca, 'el Camborio'.. Colección de F.G.)

Se lucha por ese naciente mercado, y aquí, en El Puerto abre la marcha una llamada “Manzanilla Milagritos”, de Benito García Rodríguez y Hnos., y en Sanlúcar, --tierra natal-- tres de fama ascendente: “Solear”, “La Guita”, y “La Gitana”. Obsérvese el uso de marcas femeninas.
galleta_mariaDon Fernando A. de Terry y Carrera entra también, como era lógico por su carácter emprendedor, en el terreno de juego e intenta en honor de una de sus hijas el registro de “María” para su “Manzanilla”. El Registro de Marcas y Patentes que en la primera década del siglo dirige el Vizconde de Eza (los títulos nobiliarios empiezan a caciquear) niega su inscripción por estar ya registrada para galletas esa misma palabra: “María”. Se insiste con un sinónimo y he aquí que abre sus vírgenes ojos una moza compuesta y destinada a una larga vida. Se llamó y se llama “Maruja”. (Ilustración: Galleta 'María').

Durante muchos años -hasta después de la Guerra Civil- el consumo de la “Manzanilla”, como otros vinos de la zona, sufre un fuerte estancamiento en el mercado nacional; un elevado porcentaje de su producción se exporta, de manera especial al Reino Unido de la Gran Bretaña. Tras la tragedia española, renace en todos los estamentos sociales el consumo de la “Manzanilla” y la popular “Maruja”, en 1940, llega a tener su canción de ebrio entusiasmo. Sus primeras estrofas decían así:

La Maruja es cosa fina,
y si tu empinas el codo
y bebes algo de mas,
nunca te sientas beodo
ni empleas los malos modos
sino que correcto estás...
Y la beben los juristas,
requetés y falangistas
y los de intendencia también.
Y si bien empinas el codo,
nunca te sientes beodo
sino que correcto estás.

Seguía con esta aguda referencia a las fuerzas de uno de los bandos españoles en lucha que, en aras a la feliz convivencia, estuvo durante un tiempo silenciada.

finomaruja_puertosantamariaEl folleto publicitario señalaba que la música era de “La Chaparrita” y la letra de José Hernández Andino, representante de Terry en Badajoz La solera de “Maruja” --hasta casi 1954-- se rociaba todos los años con una importante partida que se adquiría a Barbadillo, de Sanlúcar. A medidados de los cicuenta pasa de moda la “Manzanilla” y después de un ligero predominio del “Amontillado¡ salta del banquillo de reservas el vino “Fino”. Esto es cosa de los tiempos actuales.» M.G.G.

Tal es así que Maruja pasó a ser luego una 'Solera Fina Olorosa, luego un vino “Fino” con amplio predicamento en la Feria de Primavera y un elevado volumen de ventas entre otras, en la Peña “La Charanga”, para volver a sus orígenes y ser en la actualidad, de nuevo “Manzanilla” con bodega de crianza propia en Sanlúcar. ¡Los tiempos y las modas de ida y vuelta! (Botella de Fino Maruja, de finales de los años ochenta del siglo pasado).

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El popular locutor de Radio Puerto, Fernando Durán, con una bella dama a la grupa, posando en una fotografía tomada en la Feria de Primavera de 1989 (19,20,21 y 22 de mayo), delante de la Caseta 'La Maruja', instalada en el recinto ferial de Las Banderas por los integrantres de la Peña 'La Charanga'. Entonces bebíamos 'Fino Maruja', osea 'Sherry de Terry'. Aquel año Juan Lara pintó el cartel mas célebre de la Feria: el de las dos gitanas.

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En la fotografía, tomada en 1920, reunión en el desaparecido Hotel Vistalegre (ubicado en la calle Micaela Aramburu, donde en la actualidad se encuentra una tienda de tejidos, de nombre Zacatín). Es un almuerzo que ofrecieron los propietarios de la Bodega A. & A. Sancho (Alfonso y Antonio) a sus empleados. En el centro, Alfonso Sancho Mateos, quien años más tarde sería alcalde de la Ciudad, entre 1924 y 1930, al igual que lo hubiera sido su tío Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), entre 1867 y 1868. Con Alfonso se inició en su mandato, el dragado y encauzamiento del río Guadalete. También fue el primer presidente de la Academia de Bellas Artes, entre 1900 y 1901. Podemos ver en pié, el segundo a la izquierda, a Pablo Cerdá. El primero sentado a la izquierda, Manuel Gago Calderón, y su hijo, Manuel Gago Vélez, sentado en el suelo a la derecha. Entre las personas que aparecen en la imagen quizás alguien pueda identificar, según nos sugiere Bernardo Rodríguez Caparrini, a Rafael Muñoz, Manuel Vaca, Manuel Benítez, Juan Cordero, quienes fueron empleados de A & A Sancho.

The photograph, taken in 1920, shows a gathering in the no longer existent Hotel Vistalegre (situated in calle Micaela Aramburu, where there is currently a fabric shop called Zacatín). It’s a lunch which the owners of Bodega A. & A. Sancho (Alfonso and Antonio) organised for their employees. In the centre, Alfonso Sancho Mateos, who years later would become Mayor of the town, between 1924 and 1930, as was his uncle Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), between 1867 and 1868. The dredging and channelling of the River Guadalete began in Alfonso’s term. He was also the first president of the Fine Arts Academy, between 1900 and 1901. We can see Pablo Cerdá standing the second from the left. The first man sat on the left is Manuel Gago Calderón.

finosancho_puertosantamariaEl cartel publicitario de los productos de Alfonso & Antonio Sancho, nos habla del Amontillado SI y la Manzanilla J e, igualmente hacen referencia a las afamadas viñas de su propiedad “El Caribe” y “La Peña”. Otros productos de esta casa eran: el Amontillado Quijote el Amontillado Solera Majestad, y los Finos Caribe y El Abuelo, el Oloroso Único (especial para enfermos) el Tres Cortados Hércules, el Moscatel Fontanal, Jerez Quina Víncitor  y el Digestivo Pax. La bodega estaba situada donde hoy se encuentra Bodegas 501. Alfonso Sancho Mateos, fue uno de los precursores del Consejo Regulador de los vinos del Marco de Jerez y ferviente luchador para que los vinos de El Puerto se incluyeran en dicha denominación de origen. Dejamos para otra ocasión, acaso de la mano de su bisnieto por parte de padre, el Prof. Dr. Bernardo Rodríguez Caparrini, una nótula mejor documentada sobre la vida y obra de este porteño insigne.

alfonsosanchomateos_2_puertosantamaria«Alfonso Sancho Mateos era el hijo primogénito de Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis (1824-1903) y de María Antonia Mateos Valdés (1835-1899), naturales ambos de El Puerto de Santa María. Alfonso fue lo que podríamos llamar “un portuense no nacido en El Puerto”, pues tanto él como su hermana Josefa, tres años menor, nacieron en la cercana ciudad de Jerez de la Frontera, mientras que sus otro nueve hermanos (siete hembras y dos varones) vinieron a el mundo en El Puerto de Santa María». Del libro «Alfonso Sancho Mateos: los primeros años formativos de un bodeguero (1858-1879)» de Bernardo Rodríguez Caparrini. Biblioteca de Temas Portuenses.

Pueden ver más etiquetas de A. & A. Sancho, en la Sección de Vinos de Gente del Puerto.

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