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caduycanavese_1885_puertosantamariaAl objeto de atender las peticiones de las bodegas se instalaron en la Ciudad una serie de fábricas de vidrios, botellas y tarros durante la segunda parte del siglo XIX y bien avanzado el XX, dado que el término municipal portuense posee abundantes terrenos en sílice, lo que propició el asentamiento de estas industrias auxiliares de la vinatería, que surtieron de dicho mineral a las fábricas instaladas en Jerez, aunque dichas arenas también se obtenían en el término municipal de Arcos de la Frontera. /En la imagen de la izquierda, timbre de cartas de la Fábrica de Vidrios Cadú y Canavesse, en 1885.

La fábrica de vidrios local más antigua que hemos localizado se llamaba "La Ceres" y parece que estuvo funcionando entre 1852 y 1855. desconociendo donde estaba ubicada. Tenía el depósito de sus fabricados en la calle Cielos 90, antiguo.

En el año 1870 encontramos la fábrica "La Portuense", ubicada en calle de la Rosa 26 moderno, y su propietario fue E. Gameo. En esa misma fecha existía en Vergel 12 una "Fábrica de Cristales, Muselina y Baubé" de la que era propietario Miguel Martinez.

En 1876 encontramos referencias de una fábrica de vidrios huecos (botellas)  llamada "La Vinatera" dirigida por Emilio Boureoud. Indicándose como domicilio la calle Cobos 12, cuya localización desconocemos.

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Publicidad de la fábrica de vidrios de Cadú y Canavese.

En 1880, el año de la inauguración de la Plaza de Toros, se instala la fábrica de botellas y tubos “Nª Sª de los Milagros" de Luis Cadú, con domicilio en calle de la Rosa 14, (véase albarán fechado en 1884), que realizaba botellas de las denominadas ‘bordalesas’ e ‘inglesas’ y vidrios. Es posible que este empresario se asociara con Canavesse y esa empresa se mantuvo hasta 1893, fecha en la que estaba en liquidación.

En 1893 existen nada menos que tres fábricas en El Puerto: "L. Arana y Cía.", "José Iglesias" y "Cadú y Canavese" que se disolvió ese mismo año. Sebastian Canavesse, el socio de Luis Cadú, abrió con capital de Ruiz y Rodriguez Hermanos una fábrica en Jerez llamada "La Constancia Industrial" en la calle Circo, cerca de la Plaza de Toros de la vecina población, que duró poco tiempo (1895-1899) y después, en el mismo sitio en sociedad con Andrés Bocuze una fábrica de botellas, de fabricación francesa con el nombre de "La Jerezana" de la que debió apartase en 1900 o 1901 al fusionarse esta con una compañía belga.

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Albarán de la Fábrica de Botellas de Todas Clases 'La Constancia Industrial', en Jerez de la Frontera. 

Y, finalmente, en Septiembre de 1901 en la sesión municipal del 26 de ese mes se aprobó una solicitud para establecer una fábrica de botellas en el edificio del antiguo hospicio, que lindaba con el edificio del Monasterio de la Victoria, ya convertido en Prisión General, de acuerdo con el informe favorable del Maestro Mayor.

La solicitud fue hecha por Bernardo Canavese, un hermano, hijo o padre --desconocemos el parentesco-- de Sebastian Canavese, este emprendedor de los vidrios, que será el responsable técnico de esta nueva fábrica, bautizada como "La Victoria" que tenía un horno que le permitía fabricar entre 2.500 y 3.000 botellas blancas ya que las negras, inicialmente, no las fabricaban). La sociedad se constituyó con el nombre de "Melendez y Canavese", figurando como gerente Miguel Melendez Polo, que era junto con su hermano Joaquín, socio capitalista de dicha compañía. En 1902 estaba en plena actividad y tenia proyectos de ampliarse.

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La Fábrica de Botellas "Vidrieras Palma" que provenía de las Islas Balerares y de ahí su nombre, estuvo situada frente a la Casa de la Cultura, hasta el el tercer tercio del siglo XX, cuyo solar hoy lo ocupa un conjunto de viviendas unifamiliares, de puertas azules. En la imagen, cuando aún no estaba construida la Casa de la Cultura y viviendas adyacentes, y su lugar  lo ocupaba el campo de fútbol 'Eduardo Dato', del Racing Club Portuense.

La inestabilidad de estas industrias, bastante peligrosas por cierto --en 1924 se produjo una explosión en Milán, en la fábrica de fósforos Canavese, con más de 25 víctimas mortales-- tienen su origen en la dependencia de los "caprichos" de los vinateros que solían proveerse en Alemania de sus botellas; aquellas que no lograban mantener un buen equilibrio en la dualidad calidad/precio estaban abocadas a desaparecer.

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Flotador de cristal para las redes realizado en “Vidrierías del Guadalete”. En una cara tiene el sello de “VG” --en la foto-- y en el lado opuesto del flotador se puede leer “PUERTO STA MARIA ESPAÑA”

Otras dos vidrieras bien mediado el siglo XX fueron “Vidrierías del Guadalete, S.A.” y “Vidrieras Palma, S.A.” (VIPA). La primera fue absorbida por la sociedad francesa “Saint-Gobain” en 1945 --los franceses había ejercido el monopolio de la fabricación de botellas durante mucho tiempo en el Marco del Jerez--, mientras que “Vidrieras Palma. S.A." eran transferida de las Islas Baleares a El Puerto de Santa María y, a su vez absorbidos por Vidrierías Españolas, S.A. (VICASA) en el último tercio del siglo XX.

 

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Federico Ferrer Jimeno  estudió Economía y Comercio Exterior en la Universidad de Sevilla. Ha trabajado en Renta4,  primer banco español especializado en gestión patrimonial, mercados de capitales y servicios de inversión, primero como asesor de inversión en Sevilla hasta 2002 y como director de la oficina de Cádiz, hasta 2004 para, hasta 2012 trabajar en la oficina gaditana del consignatario de buques y seguros,  MacPherson Marine Suveryors.

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Con Wolfgang, un alemán de Sttugart aficionado a los vinos del Marco del Jerez.

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Pero Federico desarrolló una profunda afición por la cocina, el vino y sus mezclas, hasta el punto de llevarle a arrancar un modesto negocio de distribución dedicado a pequeños productores y vinos auténticos, incluyendo sacas especiales y tesoros ocultos del Marco del Jerez-Xérès-Sherry, que ha llamado Cuatrogatos Wine Club, puesto en marcha en diciembre de 2013 junto a José Carlos Serrano, de la Vinoteca Vinarte, situada en el Centro Comercial Vistahermosa: un espacio para la venta de vinos, que se une al espacio de degustación. Muy activo en las redes sociales, Federico comparte su pasión por el vino a través de su cuenta en twitter @masuvas.

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Días antes de comenzar en Sevilla el Salón Internacional del Caballo --SICAB 2003-- nos dejaba en El Puerto de Santa María Sebastián García Nieto, ‘Chano’, mayoral durante medio siglo de la ganadería caballar de los Terry Merello (ver nótula núm. 583 en Gente del Puerto), conocida como ‘Hierro del Bocado’.

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De 'Descarado' decía su mayoral, Sebastián García Nieto -"Chano" para todos los que le conocían- que "a la fuerza había que tenerle cariño"; que "él solo se convidaba"; que, cuando le tocaban las palmas en una presentación, "parecía el doble de caballo".

Tenía Sebastián porte y perfil de senador romano si no lo hubiese delatado su gorra de a cuadros de paño inglés. Y, respecto de los caballos, atesoraba una filosofía mitad senequista, mitad en base a proverbios al modo de “Les Pensé”, de Pascal.

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Chano, conduciendo un coche de caballos en el patio porticado del Sagrado Corazón de Bodegas Terry

En los pastizales y en las cuadras, y aún luego de jubilado --se nos fue con 81 años de edad--, mantuve con él un sinfín de intercambios de puntos de vista sobre los caballos y su mundo, que cristalizarían en un libro, ‘El caballo, orígenes, razas y aptitudes’ (Instituto Geográfico de Novara-Teide, Barcelona, 1982). en colaboración con el veterinario milanés Nereo Lugli.

caballerizasterry_ext_puertosantamariaCuando muere una autoridad en una materia que nos es afín y que, además, es amigo, se nos produce un vacío que nos hace sentir un poco más huérfanos. Y por nuestra memoria discurre, como en una película, los momentos restrospectivos más sobresalientes del finado. A final de la primavera de 1970 recaló Luis María Ansón en El Puerto y me solicitó ver las cuadras de Terry. Y como postre le hice sacar del ramal a ‘Descarado II’, que en la Semana del Caballo de 1956, celebra en Jerez y auspiciada por Alvaro Domecq y Díez, obtuvo el premio, el Caballo de Oro, de Campeón de Campeones. Ansón se llevó para los suplementos dominicales de ABC un original titulado ‘Descarado’ que salió a toda plana. Con los años vi que Sebastián guardaba el artículo enmarcado. También Sebastián guardaba como oro en paño una foto a color de ‘Descarado II’ montado por la actual duquesa de Alba en el recinto ferial hispalense, seguido por Jacqueline Kennedy a lomos de otro singular caballo ‘Nevado’ de la misma ganadería. /En la imagen de la izquierda, fachada de dicho edificio en la calle Cielos.

Sebastián se pavoneó con estos caballos poniendo la pica en Londres, Viena, Venecia y París. En Londres llovía a cántaros y como quiera que, aislados, él y los mozos no tendían nada que comer, aprovechó un descampado para ir a la City a las provisiones. Como no disponía de otro medio de locomoción que los caballos, enganchó a ‘Descarado’ y a ‘Nevado’ en una araña y causaron tal sensación, de admiración, entre el aplauso de los viandantes, que la BBC retransmitió en directo lo que entendía como una exhibición espontánea.

Andalucía Occidental, con tres mil años de grandes culturas superpuestas, dispone de una cantera singular de criadores y exportadores de caballos de raza. La historia del caballo de Jerez, parcialmente, incluida por Hipólito Sancho de Soprranis (ver nótula núm. 780 en GdP) y por mí, en nuestros tres volúmenes de la historia de la también Ciudad del Vino, reclama una obra aparte. Después del árabe, el caballo andaluz ha sido el gran colonizador del virreinato de Nápoles y antes, desde 1543, en México sobre todo.

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Chano intervino en los rodajes de los spots de televisión con Margit Kocsis y el caballo tordo corriendo por la playa o el campo (ver nótula núm. 568 en GdP). Contaba Chano la anécdota de que la modelo, al ir montada a pelo sobre el caballo y con el sudor de éste resbalaba y, a veces, caía al suelo, por lo que le pedía al mayoral que hiciera algo, a lo que éste le respondía “que no era su paracaídas”.

Sebastián García Nieto representó un eslabón firme en esa historia y quien sabe si desde el andarivel de las estrellas él continúa vigilando el retozar de esos caballos, que pastan a la margen izquierda de la autovía de El Puerto a Jerez. /Texto: Juan de la Lastra y Terry.

Luis Suárez Ávila, escribía en noviembre de 2003: "Yo no sé por qué razón el mes de noviembre y la cuesta de enero cogen desprevenidas a las personas y la muerte arrebata a muchos conocidos y entrañables amigos. Yo, la verdad, es que no sé por qué. En esa situación me ha cogido la noticia de la muerte de Sebastián García Nieto (Paterna de Rivera 1922- El Puerto 2003).

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En la imagen superior, interior de las Caballerizas de Bodegas Terry. 

Y mucho más porque hacía una semana me lo encontré en la Plaza de la Iglesia y estuvimos mi mujer y yo saludándolo y charlando. Sebastián había echado los dientes con Don Luis de la Calle y fue un gran conocedor de los caballos, un excelente jinete, un magnífico garrochista y, finalmente, mayoral expertísimo. Desde que llegó a El Puerto, a la jubilación de Joselito Buhigas, en la casa Terry, a Sebastián le tuve una gran estima, porque era nada menos que sobrino de Sebastián Jiménez Nieto (Chano también y de Paterna de Rivera) que fue cochero de mi abuelo Juan. Y esos lazos familiares con quien había puesto en mis manos unas riendas con apenas siete años, me hacían muy estimable a Sebastián.

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En la imagen, Nemesio.

Sebastián, heredó en Terry la dirección de la ganadería de los hierros del "bocado", la única de estirpe cartujana que, desde el XVIII no había estado contaminada con cruces de caballos germánicos ni napolitanos y en las manos privilegiadas de los Cartujos de Jerez, de los Zapata de Arcos, de Don Vicente Romero, de los Hermanos Domínguez, hasta dividirse en dos: una punta fue de Don Juan Pedro Domecq y luego de Don Roberto Osborne. Otra punta la adquirió Curro Chica y, ambas, en 1948, fueron a las manos de Don Fernando C. de Terry y del Cuvillo.

noticias_file_foto_386079_1321443256A Joselito Buhigas le tocó ver nacer a ese estelar y perfectísmo caballo, Descarado II, hijo de Descarada que venía preñada del Novato y a Sebastián le tocó verlo morir a los treinta y dos años. Toda la zaga de Destinados, Bilbainos, Hoscos, Nevados, Habaneros... estuvo al cuidado de Sebastián, desde 1961 hasta su jubilación sobre 1985. Lejos han quedado sus triunfos en las Ferias del Campo, en las Ferias comarcanas, en el Concurso de Enganches de Jerez y en cuantos certámenes concurrió. Varios Campeón de Campeones entre los caballos de la yeguada de Terry. Infinidad de trofeos. Pero una cosa fue constante en Sebastián: la virtud de la fidelidad a su Señora, la Excelentísima Señora Doña Isabel Merello, Viuda de Terry, a la que tuvo el honor de pasear en triunfo, en el pitter rojo, el de los magníficos faroles antiguos, a la media potencia, por la pista del II Depósito de Sementales, cuando a su Señora le otorgaron el trofeo Caballo de Oro. Una fidelidad roqueña la de Sebastián en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta su muerte este mes de noviembre. Descanse en paz".

 

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Los dos productos se presentan en una caja elaborada ex profeso, indicada  especialmente para regalo, ideal para las próximas fiestas de Navidad y Reyes y que, a buen seguro se consolidará como un souvenir gastronómico de El Puerto, de referencia.

Cien Palacios, la firma que dirige José Manuel Ibañez y que produce las famosas Tejas de El Puerto y las destilerías Pico, que dirige Pablo Merello, que elabora el casi bicentenario Cacao Pico, han sacado al mercado un estuche de regalo conjunto en el que incluyen varios productos. En concreto la caja, con presentación de lujo, incluye una botella de 0,375 litros de cacao y cuatro paquetes de 80 gramos de 4 especialidades de tejas de El Puerto (almendra, piñones, coco y chocolate).

El producto es cien por cien gaditano ya que todas las empresas que han participado en su diseño son gaditanas. Así, la presentación ha sido desarrollada por Ideólogo, la firma gaditana de diseño especializada en gastronomía famosa por el chocolate Pancracio.

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Así explican los creativos el envoltorio: "Creamos el nombre y el diseño para un pack souvenir de productos artesanos de alimentación de El Puerto de Santa María, compuesto por una botella de Cacao Pico y una lata de Cien Palacios, las tejas artesanas de El Puerto. Para este cobranding, realizamos un estuche rígido decorado con los elementos principales de ambas marcas, resaltados sutilmente con efectos de brillo y mate sobre negro. Ambas marcas y Sabores de El Puerto se imprimen en dorado. Un maridaje perfecto para una sobremesa inolvidable. Y unas ventas memorables".

De su ejecución se ha ocupado la firma ubriqueña Markas. La caja, en la que los productos van encastrados para que así puedan viajar fácilmente, lleva una leyenda, bajo el lema “Sabores de El Puerto”,  explicando los productos que contiene y se venderá a 48 euros. /Texto: Pepe Monforte.

Hoy se celebra el Día Europeo del Enoturismo

Con esa propensión a la poesía que adorna la mirada de los fotógrafos (poesía es búsqueda, necesidad de captación) José Antonio Tejero Lanzarote (ver nótula 1.287 en GdP) despliega en el Hotel Bodega Real una exposición sobre el vino, una muestra de carácter permanente, como corresponde en justicia a la continuidad de su retina ensolerada de luz, de sus pupilas forjadas en la costumbre de observar.

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Examinando en cuarta criadera. Bodegas Gutiérrez Colosía

Siempre detallista, Tejero presenta sus creaciones bajo el título genérico de “Cónsul tan acogedor”, en recuerdo de unas palabras de su colega galés Charles Clifford, quien, compartiendo una visita cursada a la ciudad por Isabel II, en 1862, tuvo la veleidad literaria de referirse al vino con tan elegante metáfora.

 

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Vendimia. Las Puentes

Un recorrido por las imágenes nos descubre el trabajo manual que rodea a la elaboración del producto, la diversidad de elementos que intervienen  (especialmente subyugante esa llave reposando en el redor, que lleva a pensar en los años acariciados por sus ojos de óxido, quizá en los secretos que esconde su sencilla y sólida estructura), el proceso biológico que lo hace posible (la levadura de flor en la bota siempre se reviste de un aire misterioso, de tintes esotéricos) o la dimensión social de su consumo (dos portuenses conversan mientras el venenciador extrae el tesoro y la escena desprende una indiscutible naturalidad, como si no pudiera acontecer otro suceso en ese momento).

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Venenciando entre calles Larga y Palacios. (izda.) Venencia de caña y catavino. Bodegas Grant. (dcha.)

Las bodegas constituyen un escenario muy definido, un mundo propio que parece, bajo los cascos que las albergan, latir con un ritmo interior, de jerarquía autónoma. Incluso el polvo depositado en la negrura de los toneles traslada un aura de solemnidad, de sacralidad civil.

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Venencia dentro de la Bota. Bodegas Osborne.

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Taller de tonelería. Bodegas Osborne

Muchas veces me pregunto en qué medida las fotos son capaces de aprehender el tiempo, de combatir su fugacidad con la humilde arma de un papel, de un espacio minúsculo en el archivo de un ordenador. Recorriendo esta exposición de Tejero uno, al menos, cree conocer algo mejor El Puerto por el que camina a diario, siente que la retina le conduce a la comunión con la tierra. Y vuelve a apreciar lo que de arte tiene la fotografía, cónsul tan acogedor del presente y la memoria.  /Texto: Francisco Lambea Bornay.

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Queremos, en esta ocasión, dar a conocer un pequeño incidente ocurrido hace más de un siglo, que tal vez pudo condicionar junto con otras circunstancias, la vida de un portuense eminente: Ramón Arvilla Colóm, prestigioso empresario vitivinícola, cosechero, criador y exportador, dirigiendo junto con su hermano José María la empresa familiar “Arvilla y Cia.” entre cuyos reputados caldos figuraba el amontillado “Coquinero” que posteriormente comercializará Osborne.

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Republicano vocacional y practicante católico, formó parte de la Corporación local en los primeros años del siglo XX y anteriormente presidió el Círculo Peralista y fue uno de los albaceas de Isaac Peral, desaparecido desgraciadamente para la ciencia, en 1895, y vocal de la primera asamblea de la Cruz Roja local.

Había nacido en El Puerto de Santa María, hIzo ahora 150 años, el 25 de octubre de 1864. Curiosamente, tuvo de padrino de bautismo a su tío materno que se llamaba Cristóbal Colom. Era el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Manuel Arvilla Azcárate y Dolores Colom del Hierro y nieto del laureado Brigadier de Infantería por sus acciones en la defensa del Trocadero, en la Guerra de Independencia, Manuel Arvilla, nacido en Eraso (Navarra).

detente_1_puertosantamariaLOS 'DETENTE'.
Esta dualidad ideológica del Sr. Arvilla, republicano y católico practicante, originó un curioso intercambio de notas y cartas abiertas con republicanos anticlericales, publicadas en la prensa nacional. La polémica tuvo su origen en una costumbre muy extendida en esos años finales del siglo XIX de colocar una plaquita o chapa metálica de forma ovalada con la imagen xerografiada del Sagrado Corazón de Jesús en la puerta de entrada de las casas, chapas de la que existían distintos modelos, con diversas frases y eslóganes. Se las conocía y nombraba como “Detente” por el texto más popular y extendido que figuraba en muchas de ellas: “Detente enemigo que el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo”. Su simbolismo era claro, proteger de cualquier mal a los moradores de la casa que, al mismo tiempo, se identificaban públicamente como fervorosos católicos y seguidores de esta iniciativa jesuita tan popular.

Vivía el joven y emprendedor Ramón Arvilla junto con su esposa, Victoria Laborde Winthuysen, y dos hermanas solteras, Pilar y Milagros Arvilla, en la casa número 14 de la calle Ganado, que hacía esquina con la de Nevería, una esquina de muy reciente creación al haberse prolongado dicha calle en un nuevo tramo que conectaba y daba acceso al recién estrenado Ayuntamiento. Una de estas chapas estaba instalada en el dintel de la puerta de acceso a la vivienda, dentro del zaguán o casapuerta. Esta inocente incidencia le ocasionó duras críticas en sectores radicales del republicanismo local.

el_motin_satiricoUn correligionario de esa tendencia, de apellido Tomeu, hace ahora 115 años, escribió una carta abierta, publicada en el semanario de difusión nacional “El Motín” del 29 de octubre de 1899, de la que reproducimos el siguiente párrafo: “…aquí, en El Puerto de Santa María, un republicano y federal, Ramón Arvilla, ha colocado en la puerta de su casa esta chapa, símbolo de reacción y carlismo (los soldados carlistas usaban como escapularios estos “Detente”). Concibo que algún republicano, bien por falta de magín o por exceso de pusilanimidad, se atreva a combatir claramente a la iglesia; pero de esto a arrojarse en brazos de la reacción hay mucho trecho, y máxime si el que lo hace es persona ilustrada, que sabe mejor que yo los cadáveres que tiene que pisar y el río de sangre que vadear para ir desde el campo republicano a las tiendas del carlismo… la extrañeza por el acto de referencia ha sido grande, por ser el Sr. Arvilla hasta ahora hombre que ha inspirado a todos los suyos, privados y políticos, con la honradez más estricta; siendo esa la causa de que haya desfilado por delante de su puerta todos los republicanos de esta población; ninguno quería creer lo de la chapa sin verlo por sus propios ojos.”

La respuesta de Arvilla, una de cuyas hermanas había profesado como religiosa en las Madres Reparadoras y que, en esas fechas, andaba más que ocupado en organizar y dirigir una fábrica de electricidad en la vecina ciudad de Sanlúcar, donde había obtenido una concesión municipal, cuyos derechos cedería posteriormente a la Compañía Andaluza de Electricidad (CAE), de la que era accionista, fue rotunda y tajante, reafirmándose en su religiosidad y la compatibilidad de su conducta con el ideario político que abrazaba.

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No conocemos en detalle los perjuicios que, a nivel personal y económico, pudo ocasionarle este incidente. En los años que siguieron todo apunta a que su trayectoria como empresario perdió fuerza y, políticamente, intuimos que también. Algo se puede vislumbrar, anticipado en una semblanza suya que publicó la Revista Portuense, sobre la desilusión, que fue acumulando por esta época, cuando en uno de sus párrafos decía: “No queremos ocuparnos de los desengaños que habrá recibido después, al considerar que gran número de amigos y entusiastas en los años de apogeo de Peral, le abandonaron ruinmente.”

Años después tomaría una decisión trascendente: abandonar El Puerto. En 1909 pidió un préstamo que nunca liquidaría a Pedro Hernández Carrera de 20.000 pesetas, aportando como garantía de pago su casa de Ganado 14, que en esa fecha era de su completa propiedad al haber comprado la parte de su hermano José Arvilla, brillante ingeniero que llegó a ser jefe del Departamento de Industria del Consejo del Monopolio de Petróleos y, políticamente, la otra cara de la moneda, en el año de 1898, cuando sus negocios atravesaban una etapa boyante.

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Postal del Teatro Colon, de Buenos Aires, año en el que se trasladó a vivir a Argentina y de donde no regresó.

Con ese capital, emigró a Buenos Aires junto con su esposa y su único hijo, Manuel Arvilla Laborde, buscando nuevos horizontes, oportunidades y tal vez mayor tolerancia y comprensión en su madurez –tenía 45 años-, sin que hayamos podido encontrar más información de él, salvo la noticia de su fallecimiento, décadas después, allá en Argentina, de donde nunca más volvió. /Texto: Antonio Gutiérrrez Ruiz - A.C. Puertoguía.

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José Luis Torres Rodríguez de Torres, nació en Sevilla, en 1942, pero ha desarrollado su vida profesional durante muchos años en El Puerto de Santa María y en empresas que dependían de la central portuense, ya qye ha sido Director Comercial, Secretario General y Sub-Director General del Grupo Osborne y Cía, S.A así como Consejero Delegado de Odisa, (Osborne Distribuidora, S.A). Y los vinos maridaron muy bien con los jamones y el invento de los 5J: ha sido Consejero Delegado de Sánchez Romero Carvajal, Jamones de Jabugo, en La Rioja, de Bodegas Montecillo, Rives Pitman Distribuidora, Tobea Gestión, J. Pecastaing, S.A.,… entre otras.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, es Diplomado en Dirección de Empresas por la Universidad de Navarra). Está en posesión del Diploma de Estudios Avanzados por el Instituto Internacional San Telmo de Sevilla. Ha ostentado otros cargos de representación como el de Presidente de la Junta de El Puerto de Santa María, Primer Presidente de la Junta del Puerto y de la Bahía de Cádiz y Vocal del Consejo Regulador de la Denominación Específica Brandy de Jerez.

Es Presidente de JMP Tobus, Consejero Delegado de Promotores Portuenses y Consejero de Promotora de Mesones de Jerez. Tiene en su haber numerosos reconocimientos que avalan su destacada trayectoria profesional entre los que destacan el premio "Dirigente de Éxito" otorgado por la revista Dirigentes, "Hombre de Marketing" nombrado por el Club de Dirigentes de Marketing de Cádiz, Primer Finalista en la elección al "Mejor Empresario de Andalucía" designado por Actualidad Económica.

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En la viña Las Conchas.

Reproducimos un entrevista realizada por Juan P. Simó sobre sus actividades actuales, donde realiza una visión retrospectiva y actual sobre el mundo de la vitivinicultura: “Conoce al dedillo el negocio del vino de Jerez. Cocinero antes que fraile, ha tocado todos los palos. José Luis Torres Rodríguez de Torres (Sevilla, 1942) ejerce de viticultor desde hace cinco años en la viña 'Las Conchas', en Las Tablas, en medio de esa privilegiada albariza de la exquisita zona del Jerez Superior y de curioso patronímico femenino que debe a las cuatro 'Conchas' Pérez-Lila, propietarias de la original hacienda. Su caserío principal, orgullo familiar, se llama 'El Paraíso', rodeado de frondoso jardín y huerta, que fuera decorado por Fátima Ruiz en los tiempos de titularidad de Rumasa y que ahora restaura con minucioso empeño este manitas de la carpintería, afición que adora.

--¿Cómo llega al vino?
--Mi abuelo tenía unas bodegas en La Algaba, que luego llevó mi madre. Y mi padre fue un médico que pensaba y yo lo comparto, que el alcohol natural, dosificado con moderación, es saludable.

--Eso está demostrado...
--Hay una tradición secular de que el vino de Jerez es un vino agradable, que fomenta la convivencia, que no produce agresividad, que conduce a la amistad y que parece que nos acompleja hablar de él cuando es un producto extraordinario. Y único. A mí me duele profundamente ver a personas vinculadas al negocio del jerez consumiendo productos de otras zonas.

--¿Y eso lo saben y difunden nuestros políticos?
--Pero, ¿qué exigencia hacemos a los políticos para que promocionen los productos de nuestra tierra? Les diría que dejen de hacer sangre con la fiscalidad de productos saludables, no permitan que sean considerados como droga, no lo saquen de los productos alimentarios del Ministerio de Sanidad... Expliquen cómo consumirlo, ya que hablamos de un producto sanitario, y promocionen ustedes los productos españoles, entre los que se encuentra el vino.

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Interior de Bodegas Osborne, donde ejerció con diferentes responsabilidades sus puestos directivos.

--Dígame: ¿Anda bien de salud el negocio?
--Mejor que nunca como calidad del producto, gracias a un avance tecnológico fantástico en la producción de la materia prima y los procesos de crianza. Sin embargo, en el aspecto comercial pasa por un momento difícil, quizás haya faltado confianza en el mismo producto bajo la óptica de la comercialización, pero creo que es el momento de la oportunidad.

--¿Son buenos momentos para invertir en el vino?
--Es una gran oportunidad. Hay un punto de inflexión, pero esa fe la tiene poca gente. Hay que arriesgar, como el torero.

--¿En qué hemos fallado?
--Yo creo que, históricamente, hemos llegado algo tarde respecto a otros sectores en la profesionalización. También es verdad que en el sector ha habido mucho espíritu de novelería, que no de novedoso. Y las bodegas que han triunfado ha sido porque han tenido gran perseverancia hacia sus cuadros directivos, una estabilidad en sus equipos y dirección, adecuados planes estratégicos a largo plazo…
A2-64004079.jpgLOS EUFÓRICOS AÑOS SESENTA.
--Cuénteme algo de aquellos eufóricos sesenta. El paso previo al gran batacazo.
--Aquello fue algo ilusorio. Entonces, la facilidad crediticia era importante, era otra cultura financiera y muchos nos guiamos por la imitación y la improvisación. Hubo también una demanda artificiosa, el famoso 'lago del vino' en Inglaterra, y una producción en pocas manos que llevaron a una subasta a la baja. Esto deterioró la imagen del jerez y el que las mismas bodegas, en un afán de expansión, propiciaran unas bebidas alcohólicas no tradicionales. Además de eso los planes estratégicos, si es que los había, se administraban, más que dirigían, dos conceptos diferentes pero complementarios. La administración se apoya más en la historia y la dirección en el futuro. Y aquí mirábamos siempre para detrás, nunca para el futuro.

--Continúe.
--Entraba dinero… y a plantar. Hasta 23.000 hectáreas tuvimos de viñedo. Luego cambió el canal de distribución, que quedó en unas pocas manos a través de las grandes y pequeñas superficies; hoy sólo unas pocas firmas distribuyen el 80 por cien de los productos alimentarios. Entonces se desmantelaron los equipos de venta. Coincide con la marca blanca, mal llamada marca blanca, porque son marcas del establecimiento, que sustituye la comunicación del fabricante por la suya propia. Esto nos ahorraba costes, pero te das cuenta que estás en manos de una red de distribución.

--En el tiempo, luego se produce la irrupción de Rumasa en un sector tradicionalmente tranquilo y bien avenido.
--Hubo cosas positivas de Rumasa, porque nos obligó a la profesionalización. Pero, en cierta medida, la defensa fue la subasta a la baja y la marca blanca. Puede que por culpa de unos planes estratégicos bien pensados pero realizados a golpe de improvisación... Todo esto unido a la problemática económica de la que hablábamos antes. Y también hubo algo de novelería al contratar personas que desconocían el sector. El sector hay que conocerlo, estudiarlo. Es un sector difícil y complicado.

joseluistorres_3_puertosantamariaEL CONSEJO REGULADOR DEL SHERRY
--Hábleme del Consejo Regulador del vino.
--Bueno, el de Jerez es el más antiguo de España, aunque yo creo que no está realmente adaptado a las circunstancias actuales porque sigue siendo un órgano de control, que lo hace perfecto, y que vela por la calidad y que no haga bien esto. Un sólo ejemplo: En su organigrama, hay una sección de producción del viticultor, integrada en el propio Consejo Regulador, que está gestionada por los exportadores. Pero, ¿dónde están los productores de la materia prima, que son los que deben garantizar su calidad? Y, ¿dónde están los profesionales del marketing, que son los que deberían ejecutar estos temas? Yo, al menos, no me atrevería a dirigir el control de la calidad de la producción. ¿Se cuenta con personas del sector verdaderamente especializadas y con capacidad para esa actividad? A mi juicio, levemente. /Una imagen de José Luis durante su etapa en Bodegas Osborne.

--¿En algo más se falla?
-Yo pienso que existe una deficiencia de comunicación. El Jerez tiene peso específico propio para estar presente en los medios. Yo seguía un programa radiofónico líder en las mañanas sobre el campo y analizan cada año los pormenores de todas las vendimias del país, pero la de Jerez ¡ni aparecía ni se mencionaba nunca!

--¿No se hace una promoción adecuada?
--La promoción se ha hecho, se viene haciendo, pero creo que en un área muy limitada. A nivel de la televisión local es acertada, mucho más que a nivel de la Junta de Andalucía.

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--Luego está la comunicación publicitaria.
--A la hora de hablar de este asunto, muchos dicen: ¡Es que no hay dinero! ¡Pero habrá que cuidar a los medios! Si no cuidamos a los medios, ¿te van a cuidar a ti? Mire usted, el presupuesto promocional corporativo, aproximado más o menos al actual, viene a representar casi entre un tercio y una cuarta parte de lo que gastaba una única bodega hace unos años para sus marcas... ¡Hombre, aquí hay dinero para muchísimas cosas! Y cuando escasea, lo primero que se hace es cortar la comunicación. ¡Pues la comunicación es tan importante como la voz! Además, si yo hago comprender a los medios la problemática económica que estoy viviendo, pero hago un esfuerzo de inversión, es seguro que tendré la respuesta.

--¿Cuáles son las necesidades?
--Pienso que el órgano de la estructura promocional debería desarrollarse más y, al tiempo, la vigilancia y la reglamentación de la calidad. Fíjese, la uva sigue pagándose de acuerdo al peso y no la calidad. Eso no lo he visto nunca en ningún otro producto. Hoy día, hay que tener mucho amor a la producción para no ser cicatero en el cultivo. /Texto: Juan P. Simó.

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franciscolopezcamacho_PUERTOSANTAMARIAEl pasado 24 de septiembre, día de Ntra.Sra. de la Merced, se cumplió aniversario del nacimiento --1899-- de Francisco López Camacho, el cual tuvo lugar en la portuense calle de las Cruces. D. Francisco vivió siempre en El Puerto de Santa María, cuyo espíritu heredó y transmitió. Fue hijo de Francisco López González, carpintero en la calle Vicario, y de Josefa Camacho Blandino, inteligentísima y sufrida mujer, de profesión “sus labores”, fenomenalmente cumplidas. Vivió en la mencionada calle Cruces, luego en la de Nevería hasta su casamiento, en cuyo momento mudó a Vergel 8, y finalmente a Luna en donde falleció, en 1991. Casó con Luisa Ruiz Magaña con la que tuvo tres hijos: José (ver nótula núm. 1.733 en GdP) catedrático que fue en el Instituto Santo Domingo, Francisco y Luís.

Dotado de privilegiados dotes humanas y espirituales, estudió únicamente en la Escuela --llamada Escuela Portuense-- de Ricardo Alcon hasta los 14 años, edad en la que su padre consideró que ya estaba en la de trabajar. Así pasó a desempeñar puesto de meritorio, como se llamaba entonces, en el escritorio de las bodegas de José Luís de la Cuesta, en cuyo servicio, transmitido luego a las Bodegas Caballero, estuvo durante casi alrededor de 80 años seguidos. Allí alcanzó puestos de la mayor responsabilidad y confianza familiar, siendo, por ejemplo, Apoderado de la firma. Realizó el Servicio Militar en las Oficinas de la Capitanía Marítima General de San Fernando.

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En esta imagen, directivos del Tiro de Pichón en 1916. De izquierda a derecha, José Luis de la Cuesta Aldaz, bodeguero que había sido alcalde de El Puerto, Eduardo Guerrero de la Escosura, Registrador de El Puerto, Roberto Pitman, bodeguero, Fernando Terry, bodeguero y Juan Osborne Guezala, bodeguero. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

Alternó su devoción a la familia con la persistencia en el afecto, algunas veces no muy cercano, de buenos amigos, entre los que pueden recordarse a Salvador Acosta, Antonio Ortega Infante, Isidro Obregón, Pedro el de Telégrafos, Paco Martínez –-que fue vecino suyo en la Calle Nevería y por quién realizó una arriesgada intervención, salvándolo de un irreparable peligro inminente--, los Cossi, Luís y Emilio Bootello, Paco Veneroni, Luís García de Leaníz, Paco García Payares, Manolo Nieto, Manolo Valero, etc. Como anécdota sobre éste, recordar que cuando Manolo –-viajante-- estaba de vacaciones, esperaba en el cierro de su casa de la Calle Pozuelo, a que sobre las dos de tarde pasase su amigo Paco camino de la Bodega a la suya, para tener un rato de amigable conversación.

 

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En la imagen, en el coche de caballo de Emilio Bootello junto a su mujer, Luisa Ruiz Magaña, en la Feria de Ganado de 1946.

También, durante su ejercicio profesional en Caballero hizo entrañables amigos que le distinguían con admiración y consideración, entre los que no puedo dejar de nombrar a dos: Juan Simó Mateos –-hermano por cierto de Manolo que capitaneó al Betis Balompié durante muchos años,-- y a Gumersindo Vázquez, de Sevilla, que para testimoniar su afecto, tuvo efectivas atenciones con uno de sus hijos.

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La bodega de San Bartolomé, en la calle del mismo nombre esquina y vuelta con Palacios, de José de la Cuesta que luego pasaría a ser propiedad de Bodegas Caballero.

EL GOOGLE DE LA ÉPOCA.
Dotado de privilegiada memoria, en aquellos tiempos por supuesto que mucho antes el Internet y del Google, se sabía de memoria, prodigiosamente, todos los pueblos de España, con nombres y direcciones de los clientes a los que los Representantes y Viajantes de las Bodegas Caballero, demandaban en el envío de una o dos cajas de productos. Recordaba especialmente a los eran malos pagadores.

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Publicidad de Bodegas Caballero en 1946.

UNA MENTE PRIVILEGIADA.
Con la familia Caballero, para cuyas Bodegas trabajó, sostuvo toda su vida una inquebrantable adhesión y afecto, especialmente hacia D. Luís Caballero Nogueras --alcalde que fue de la Ciudad entre 1952 y 1958-- y hacia su hermana Dª Regla. La Bodega a la que también conocíamos en casa como su fuese cosa nuestra, fue, después de la familia propia, el gran norte de su vida. A ella y a la educación universitaria de sus hijos, dedicó toda su ejemplar sabiduría. Al propio tiempo, su espectacular inteligencia hizo que alcanzara una enorme cultura derivada de sus propios instintos. Gustaba de la lectura y todos los domingos los pasaba embebido en la de buena literatura gracias a la que le procuraba, por ejemplo, la colección Novelas y Cuentos de la que era impenitente lector. Conocía –-él, que había dejado de ir a la Escuela a temprana edad-- por haberlos leído, a todos los literatos importantes de su época. Dicho prematuro abandono de la Escuela no fue óbice para que adquiriera, al amparo de su fenomenal inteligente memoria, una cultura no acorde con dicho prematuro alejamiento de la infantil educación. Hasta, en la Bodega, atendía suficientemente, sin haber estudiado académicamente nunca el idioma, la correspondencia de los clientes extranjeros. Otra vez hay que decirlo: un prodigio del que pudieron dar testimonio los que lo conocieron.

decanocaballeroguardia 1957_puerosantamariaFALLIDO TRASLADO A SANTANDER.
Como hemos dicho, vivió siempre en El Puerto, en el ejercicio de su dedicación a Bodegas Caballero, y a su propia familia, con vida económicamente sacrificada, cuya bonhomía y claro horizonte de su destino, le compensaba dichos sacrificios. Tuvo una pasajera tentación de traslado a Santander, en un proyecto presentado por un buen amigo dotado, tal vez, de fantasía. Lo abortó lo que creyó práctico su buen sentido común. Este sentido lo desarrolló en el seno de su familia y en una especie de agradecida dedicación profesional a lo que hoy puede tal vez llamarse “a la japonesa”, a “su Bodega”, que naturalmente que no era suya. Ello le permitió con esfuerzo continuado, tenaz e impensable en estos tiempos, con la fundamental colaboración de su esposa, conseguir su mayor aspiración: que sus tres hijos fuesen universitarios. Eso en aquellos tiempos, en los que la Universidad era meta para pudientes pero que para él –-meritorio a los 14 años en un Escritorio-- constituyó la suya, prevalente sobre cualquier otra aspiración.

caballero_moscatel_ojodegallo_puertosantamariaLa Calle Cruces en donde nació, la de Nevería en donde vivió hasta su matrimonio y la de Luna, fueron sus hogares, además, por supuesto la casa del Parque, quiero decir Vergel del Conde, en donde se cumplieron sus esperanzas y sus sueños de marido enamorado. En el Parque tuvo su primer hogar matrimonial, en los bajos del número 8, propiedad de sus vecinas las Srtas. de Bish. En el Alto, entonces llamado Principal, vivía D. Plácido Navas, Médico Director del Hospital Municipal de San Juan de Dios, con su hija Carmela. En tiempos de la Guerra, allí se albergó su otra hija, María Teresa, casada con el General Alba, que huyeron de Madrid previendo lo que les venía encima el año 1936. Cuando retornaron a la Capital, murió D. Plácido y Carmela cambió de domicilio, los López-Ruiz se mudaron al Principal de dicha casa. El Bajo lo ocupó entonces la familia compuesta por Emiliano Cristóbal –Director Técnico de la Fábrica de Productos Químicos Haupold- su esposa Rosario Doblado –sevillana, de gran corazón- y sus hijos Emiliano, Julio y Milagros. En dicho Principal vivió el matrimonio López-Ruiz hasta los años sesenta, cuando la casa fue adquirida por Paco Velarde, y tuvieron que abandonarla, con gran sentimiento. De allí se mudaron la casa de Luna 47, gracias a la comprensión de la familia Caballero, especialmente D. Antonio, que le facilitó un hogar. Porque llegó el caso en que D. Francisco, después de tantos años de trabajos y sacrificios, se encontró sin hogar y sin posibilidades. Sin duda Dios le ayudó a través de la citada mano.
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En 1963, en el Hotel Meliá Caballo Blanco, con su esposa, Luisa Ruiz Magaña y con el presidente de Bodegas Caballero y ex alcalde de la Ciudad, Luis Caballero Noguera (con chaqueta blanca), en un acto de homenaje a nuestro protagonista.

Cumplió su destino de hombre ejemplar, con portuensismo siempre a flor de piel, correspondido con un hogar feliz y el amor de su esposa, a la que adoró. Precisamente por eso, sus últimos seis años pusieron a prueba su hombría: la soledad de su viudedad fueron testimonio del suplicio que supuso la misma y que superó con la Esperanza y la entereza con que vivió siempre. Por la ejemplaridad de su vida, creo que es preciso, humanamente saludable y de estricta justicia, recordarla. A Dios gracias, y bendito sea. /Texto: José López Ruiz.

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fino_osborneEl Restaurante Guadalete acogió, mediados los años sesenta del siglo pasado a “La Peña Amigos del Fino Quinta”, siendo sus promotores Ángel Alonso Alejo, exportador de pescados y mariscos padre de los Alonso Gómez; Juan Crespo Rodríguez, también exportador de pescados; Cristóbal Romero Raposo y José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastadores  de pescados y mariscos, unidos todos con el patriarca del Guadalete Eugenio Espinosa Morales y sus hijos Juan y Eugenio Espinosa Palacios, teniendo una estrecha colaboración con ellos la Firma Osborne, especialmente su departamento de publicidad, cuando la firma vinatera se implicaba en la Ciudad y estaba presente en multitud de eventos de la vida local, devolviendo de alguna manera a El Puerto lo que los trabajadores de El Puerto le dieron para que la entidad vitivinícola llegara a  ser una de las bodegas líderes del Marco del Jerez

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Instantánea tomada el 28 de enero de 1966, en el Restaurante Guadalete, con motivo del homenaje ofrecido por la Peña Amigos del Fino Quinta a Pilar Osborne Fernández, con motivo de su nombramiento como Fallera Mayor de la Falla Cuba-Puerto Rico, de Valencia.

Fila superior, de izquierda a derecha: Manuel Gatica Rivas; Julio Flores (chofer de Juan Crespo); Fila del centro: Luis Callealta Sánchez; José Simeón Caro; Milagros Roselló Tarrío; Tomás Osborne MacPherson; Pilar Osborne Fernández, José Cuevas Flores, Francisca Zamacola, José Luis Gómez Bermudez, del departamento de Publicidad de Bodegas Osborne, Juan Espinosa Palacios, Manuel Espinosa Morales, Cristobal Romero Raposo; Juan Crespo Rodríguez, Angel Alonso Alejo --Padre de los Alonso Gomez--, Juan José García Cressi; Milagros Palacios Álvarez y Eugenio Espinosa Morales. Sentados: Santiago Masa Redondo, Comandante de la Guardia Civil, desconocido, Luis Fisteni, Teniente de la Guardia Civil, Miguel Pacheco Felices, José Fernández Bernal "Chiquete”. En primer término a la izquierda, José Antonio Osborne Vázquez.

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Los anteriores, reunidos en torno a las viandas del restaurante Guadalete y Fino Quinta de Osborne.

Durante años y en la Feria de El Puerto y Jerez sería el recordado Juan Espinosa Palacios quien acogería a la “Peña los amigos del Fino Quinta” en la caseta de ‘Ostras del Sur’, con su compadre y amigo Carmelo (el taxista que acompañaba a Manuel Gutiérrez, ‘Manolito el Cochino’ a Madrid, un hombre legal ya jubilosamente jubilado, de confianza, amigo también de Luis Fernández Chulian, también exportador de pescados y mariscos) y un portugués que se llamaba José Manuel Seixas Dos Anjos; era grande también este  portugués porteño de toda la vida que nos dejó hace algunos años.

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Los camareros que servían a la reunión, a la izquierda Mancera y a ña derecha Gabriel Simeón Caro, hermano de Pepe Simeón.

Juani ‘el de Guadebro’ se reunía con buena gente… Y se fue también a la Feria del Campo, a Madrid, llevando los productos de la zona, ostiones y Fino Quinta. Eran famosos los concursos de apertura y presentación de ostiones, que él preparaba y conocía como nadie. Una Peña no al uso que con exquisiteces del mar y Fino Quinta celebraban sus acontecimientos más importantes, aprovechando también la situación de bonanza de los años setenta que vivió el sector pesquero.

magnificos_finoquinta_puertosantamariaEste cartel, presidía los encuentros de la Peña:

Los magníficos de Fino Quinta
saludan a Osborne y Cª
Si el médico le diagnostica
que alta tienes la tesión, bebe
Fino Quinta
y te pondrás “mejón”.

Fotos: Colección Pepa Alonso.

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Una reunión en el Tabernón de Merello, de izquierda a derecha Rubeque, ‘el Churrete’, el niño Juan Benvenuty Morales, Caracol y Garrucho. /Foto: Colección Antonio Fernández Feria.

Apenas quedan tabernas y bodegones en El Puerto: Obregón y las Siete Esquinas se reconvirtieron de Despacho de Vinos a tabernas. Iniciativas relativamente nuevas como ‘La Media Chica’ en la calle Alquiladores o ‘El Bodegon’ en calle Pagador, vienen a recordarnos que lo que fue El Puerto de otros tiempos donde las Bodegas y el Vino jugaban un papel preponderante, junto a la pesca, en la economía de la Ciudad.

Para Enrique Pérez Fernández, en su libro de ‘Tabernas y Bares con Solera’ publicado en 1999, escribía: «No podemos sino dejar patente nuestra pena y rabia –sabemos que compartidas por muchos portuenses– por la pérdida de este emblemático bodegón. Aquí, como en casi todo este cochino mundo, sigue primando, y va a más, sólo el dinero; no el valor intrínseco de las cosas y de las gentes. Los yanquis hubiesen conservado el bodegón de Merello como oro en paño. Aquí lo tiramos»·.

El Tabernón de Merello, visto por Manuel Martín Morgado. en Gente del Puerto.

 

 

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