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portada_ritogeografiacanteUna colección de 'incunables' audiovisuales sobre el cante flamenco. Considerado como el mejor programa flamenco de la historia, 'Rito y geografía del cante' es fruto de una exhaustiva exploración del cante flamenco que, cámara en ristre, realizaron equipos de Televisión Española (TVE) entre marzo de 1971 y octubre de 1973. Para ello, fueron visitadas casi una treintena de localidades de Andalucía, Salamanca, Barcelona, Extremadura, Toledo, Murcia y Portugal, en las que fueron entrevistados ciento ochenta y seis cantaores, trece grupos folklóricos, cuarenta y siete guitarristas, trescientos trece palmeros, bailaores y aficionados. Además, se mantuvieron más de doscientos encuentros y reuniones con flamencólogos, músicos, historiadores, antropólogos y aficionados. Y, consecuentemente, esta colección de “incunables” en imágenes recoge inolvidables escenas del cante protagonizados por las mejores figuras que son y fueron en el mundo del flamenco.

En El Puerto y la zona, colaboró Luis Suárez Ávila, que en agosto de 1973 aparece entrevistado en el primer video de los cuatro que presentamos, por José María Velázquez Gaztelu.

LUIS SUÁREZ ÁVILA. Los Romances de El Puerto. 1973 y otros.
La labor desarrollada por el investigador, Luis Suárez Ávila, sobre los romances antiguos y los gitanos de Los Puertos, tiene un valor inmenso, y así lo entendieron los responsables de la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" en el año 1973, cuando lo seleccionaron como asesor de los cantes primitivos sin guitarra.
Aquí tenemos algunos de esos cantes primitivos sin guitarra interpretados por las gentes del Puerto de Santa María: El Negro del Puerto, Ramón Medrano, Alonso del Cepillo y Jeroma la del Planchero.

ALONSO EL DEL CEPILLO. Romanceando. 1973.
El gitano de El Puerto de Santa María, Alonso el del Cepillo, relata los romances que aprendió de chico en su tierra. Pertenece a la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" y se grabó en 1973.

JEROMA LA DEL PLANCHERO. Y un pregón. 1973.
La gitana de El Puerto de Santa María, Jeroma la del Planchero, no puede tener más gracia y salero gaditano. Les cantó este pregón a los chicos de la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante".

TÍO ALONSO DEL CEPILLO Y EL NEGRO DE EL PUERTO. Romances. 1973.
En la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" se recogieron estos romances de los gitanos del Puerto de Santa María, Alonso el del Cepillo y el Negro del Puerto. (Texto: Porverita).

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De izquierda a derecha, Lola Muñoz, madre de los Nimo (José Luis, Ramón y Lola); Maruja ‘la del Puesto’ (tenía una pequeña tienda de primera necesidad); desconocida; Milagros González Tinoco, 'Güindate' (suegra de Miguel González, de Espumosos Valdelagrana, con nótula 351 de Gente del Puerto); Milagros Gómez Barroso, gran maestra costurera, conocida como ‘La Ceferina’ por su relación con los Ceferinos, del desaparecido Bar El Refugio, que estaba en la calle Ganado, donde hoy Muebles Palomino, y que tiempo atrás fue un café-cantante); Carmela ‘la de Titi el Carpintero’ (vivía en la calle Santa Clara); Angelita Ramírez, otra gran maestra costurera, que tenía el taller en la calle Cielos 64, antiguo, esquina casi con Cervantes, madre del respostero Pepe Mesa, con nótula núm. 242 en Gente del Puerto. Estaba especializada en trajes de cristianar, de comunión y de bodas); desconocida y Consuelo Moreno.

maquina+coserEn aquellos años del primer tercio del siglo XX no existían tiendas de moda, ni grandes cadenas de tendencias. En las casas se cosía en solitario, o en grupos, dirigidos por una maestra. Allí se decidía cual era la moda femenina a seguir en El Puerto de 1928, año en el que está fechada la fotografía, tendencia que se seguía a través de revistas  y periódicos o copiando prendas que llegaban del exterior. La fotografía está tomada en la casa donde estaba el refino de Lolita y Serafina, en la calle Luna.

Las niñas, con 11 o 12 años entraban como aprendizas en los talleres de costura, sin cobrar. En unos casos aprendían corte y confección, en otros se profesionalizaban en el mismo taller o se establecían por su cuenta, en sus casas, algunas alcanzando la categoría de oficialas, o ya como maestras. Eran tiempos en los que las niñas no iban al colegio, en las casas aprendían a cocinar y las tareas domésticas y el hecho de colocarse de aprendiza era todo un privilegio.

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La casa donde se encontraba el Taller de Costura, en el número 57 actual de la calle Luna, donde estuvo durante muchos años la tienda de Tejidos La Concepción, propiedad de José González Vacas, último propietario, que estuvo al pié del cañón hasta casi el final de su vida y con él se cerró el negocio y se reformó la finca con el aspecto que hoy presenta. El local era conocido como el Refino de 'Lolita Serafina', (Dolores García de Quirós) casada con Vicente Acal, primeros dueños de la tienda de tejidos. Este matrimonio al no tener descendencia, le traspasaron o cedieron la tienda de tejidos a José González Vacas, antiguo trabajador de la misma y más conocido como Pepe Vacas, hijo de José González y María Vacas, antigua sastresa, que vivían al principío de la calle Zarza.

Nuestro agradecimiento a Pepe Mesa, por su aportación tanto de la fotografía  principal que ilustra esta nótula, como de los datos de identificación de la misma.

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Acabo de ver el vídeo de la remodelación de las márgenes del río en Internet: ¡por fin los puentes sobre el Guadalete! Gracias, llevo años soñando con ellos.

Empiezo a ver las imágenes y pienso que será un proyecto positivo para la ciudad, pero el vídeo dura seis minutos y llega un momento en el que mi Puerto se me pierde un poco en esa estética tan de cualquier sitio. Ya sé que sólo es un vídeo, pero mi cerebro me la juega machacándome a preguntas: ¿son necesarias tantas losas, tanto cemento?, ¿por qué hay tan pocas zonas ajardinadas?, ¿no crees que falta gracia y color? ¿Dónde queda Andalucía?, ¿escondida?

Echo en falta arriates, albero, flores, zonas de juego para los niños, bancos para los mayores, quiero que el parque siga siendo parque y no se convierta en una calle peatonal más...

¿Sería posible plasmar la historia portuense, nuestro sabor, lo que somos y hemos sido, a través de esta nueva arquitectura y del diseño actual? Por qué olvidar que en Pozos Dulces hubo un astillero, que en la pescadería se cosían las redes, que la draga luchaba contra los bancos de arena, que la sal surcaba en aire en bagonetas negras, que los barcos de pesca dibujaban el paisaje del río...?

Mi bienvenida a los puentes y mi enhorabuena a los artífices, pero en esa nueva estética echo en falta ¡El Puerto! ¿Sería posible construir ese gran proyecto sin borrarlo? Seguro que sí.
Cuento con ello. Cuento con vosotros.

(Texto: Begoña San Narciso)

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Avda. de la Bajamar, calle Guadalete, a la izquierda el antiguo Hospital Municipal, a la derecha el Hotel Vista Alegre. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

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Avda de la Bajamar, el desaparecido Hotel Vista Alegre, hotel de toreros, donde hoy se encuentra el edificio del mismo nombre, que alberga en sus bajos de cara al río el 'Bar del Puerto' en la esquina con la calle Guadalete, que es la que se muestra. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

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La desaparecida Plaza de la Pescadería, donde se espera demoler los edificios que se construyeron delante del Resbaladero para que vuelva a tener la anterior fisonomía, en una imagen del pasado. (Foto: Colección JMM).

Imágenes de la desembocadura del río Guadalete, desde el catamarán.

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Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia. 1932. Reparto de pan y comestibles del catecismo parroquial, costeado por el Ayuntamiento y un benefactor del que hemos hablado en la nótula 185, de Gente del Puerto, Elías Ahuja y Andria.

Fila superior, de izquierda a derecha: Carlos Terry del Cuvillo; el secretario de Elías Ahuja, Teniente Durio; Luis Pérez Pastor; ¿Eduardo Ruiz Golluri?; desconocido. Sentado entre las damas, el arcipreste Nuñez Galván.

Las señoras o señoritas son, Margot Arvilla, Julia Arvilla, Emilia Suárez, Carmen Pérez Pastor, Milagros Terry, Encarnación García de Valdeavellano, Josefa Terry, María Paullada, Isabel Velázquez, Maruja Paullada Varela, Magdalena Pérez Pastor y Julia González Nandín.

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El seráfico amor por los animales y los seres de la creación de San Francisco de Asís, se ha convertido en cosa de la izquierda por causa de los ecologistas. Y es que se cree, por cierto equivocadamente, que para ser ecologista hay que ser izquierdoso. Pues no. La Iglesia que es Madre y Maestra, en casi todo, lo es también en el ecologismo. No hay que olvidar, además que la Iglesia ha subido a los altares, a una serie de animales compañeros de los Santos: San Antón, con el cochinillo, San Roque con su perro, Santiago, San Matrtín y San Jorge con sus caballos, San Juan, con su águila, San Humberto con su ciervo, San Pablo ermitaño con su cuervo, San Jeremías con un león, San Isaac, con el carnero, San Pedro con el gallo, San Marcos con su león, San Lucas, el toro y hasta el Espíritu Santo en forma de paloma.

Una prueba palpable de ecologismo es nuestra Iglesia Mayor Prioral. Hay que ver con cuánto mimo se conservan, uno y otro año, los musgos, los hongos, las higueras, el culantrillo, en las grietas de los muros, en las gárgolas góticas, en los cuadrifolios del ábside y en todos y cada uno de sus elementos arquitectónicos.

Hay que ver con qué primor se cuidan las colonias de cigüeñas, las de vencejos, las de primillas, las de lechuzas, las de palomas, las de panarrias que sientan sus reales en las cubiertas, en los huecos, en los caracoles y en todos y cada uno de los recovecos del templo. Hay que ver cómo las panarrias vuelan a sus anchas, defecan a placer y se esconden  en cualquier resquicio de las naves o de las capillas de la iglesia. En cuanto a las ratas, es lo cierto que la jerarquía desoyó las consignas ecológicas y dispuso su eliminación. Pero no por esto último hay que afear a la Iglesia de ir contra las consignas del ecologismo militante. No hay lugar de la Santa y Consagrada Iglesia Mayor Prioral de esta Ciudad, Monumento Histórico Artístico, hoy B.I.C., que no tenga su parcela ecológica bien cuidada y abastecida. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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calledesansebastian_puertosantamariaHoy 28 de abril se cumplen 485 años  de la formalización oficial del culto a San Sebastián, como copatrono de la Ciudad, junto a San Francisco Javier y a la Virgen de los Milagros. Desconocido para muchos, durante la Edad Media y debido a la epidemia de peste que afectaba a El Puerto, San Sebastián fue considerado como “santo abogado de los contagios”, celebrándose una fiesta religiosa en su honor, sustentada por una cofradía y una ermita, lo que da una idea de la importancia que tuvo para aquel Puerto del siglo XVI. Si bien los orígenes del patronazgo de San Sebastián se remontan a finales del siglo XV, no será hasta el año 1525, cuando se consolida el culto del santo. El culto a San Sebastián es muy antiguo, siendo considerado como el Apolo cristiano, al ser uno de los santos más reproducidos por el arte en general. Un santo, que fue martir muriendo asaeteado por  flechazos y que es considerado por algunos como el patrón de los homosexuales. Celebra su santoral el 20 de enero. (En la imagen, azulejo del siglo XVIII, de la calle San Sebastián esquina con calle Cruces).

Para el periodista José Pablo García Baez, «Según un acuerdo capitular fechado el viernes 28 de abril de 1525, contiene una noticia basada en cuatro puntos, que nos hace pensar que este año fue oficialmente formalizado el culto a San Sebastián. Los cuatro puntos trataban del eje principal del culto y su fiesta eran éstos: la existencia de una Capilla de San Sebastián, la existencia de una cofradía en su honor, la celebración de la fiesta y el voto de la ciudad para la celebración de ésta. La devoción por este mártir era enorme en este siglo XVI. Llegaba a tal extremo, que en el mencionado acuerdo anterior, el mayordomo de la cofradía pedía a la ciudad que para evitar los tumultos que se formaban en la fiesta de San Sebastián, sólo concurrieran a la procesión los cofrades del santo.

manuscrito_sXVI

Manuscrito del siglo XVI

Ésta se comenzó a realizar para pedir el cese de la fatídica peste que asolaba a la ciudad en la Edad Media. Don Fernando Valdés, en nombre del Cabildo Municipal, hacía esta singular petición: “que los curas y clérigos hagan procesión  el día de San Sebastián y celebren su fiesta y la de San Roque gratis como se solía hacer pues se hace por la salud y bien público”. Con esta curiosa misiva, la Ciudad se curaba en salud, y nunca mejor dicho, e invocaban de esta forma a San Sebastián y San Roque, abogados en los contagios.

oterocruces_puertosantamariaLa Cofradía de San Sebastián, fundada a principios del siglo XVI, continuaba con la ermita que tiempo antes había comenzado a utilizar para el culto de su titular, pero hasta cierto punto mediatizada por la ciudad que consideraba como suyo todo lo que tenía que ver con el patrono. Ésta ermita, situada en lo que hoy conocemos como la barriada Durango, y en la que todavía se encuentra una cruz de ésta, se encontraba en mal estado y necesitaba un arreglo urgente.  Para el seguimiento de estas obras y para darle mayor solemnidad a la fiesta, se creó la figura de los hermanos mayores y el mayordomo.

En el Cabildo de 2 de enero de 1611 se nombró como hermanos mayores a Antonio del Rico Abano y a Tomás de Quirós. A pesar de que la ciudad aportaba el dinero para gastar en lo que fuera necesario, además de sufragar el gasto de reedificación, la hermandad quería desligarse y emanciparse del municipio, pero no había ocasión. Ya entrados en el siglo XVII, la cofradía pierde su fuerza en la Ciudad, y poco tiempo después, desaparece. Esta circunstancia, junto a que no existía patrono en la Ciudad, daban derechos plenos a la ciudad sobre el culto y la fiesta del mártir. (En la imagen, la cruz de la Ermita de San Sebatián, que aun se conserva en el lugar donde fue construida ésta, y en los terrenos aledaños donde más tarde habría un Hospital de Mujeres).

Estando la capilla de San Sebastián en obras, y la Iglesia Mayor con dos naves caídas y una tercera amenazando, la fiesta en honor al santo tuvo que celebrarse en el Monasterio de la Victoria, de la que era patrón el Duque de Medinaceli, señor de la Ciudad. Los patios del Monasterio fueron testigos de la procesión solemne, la misa cantada y sermón. Entre tanto, la obra de la capilla iba adelantando y se instalaba la efigie de su titular.

Juan-Francisco-II-Tomas-de-La-Cerda_8oDuque-de-MedinaceliLa devoción en El Puerto era creciente, y se creyó a bien comprar unos terrenos anejos a la ermita para su ampliación. Por siete reales, la Cofradía de las Ánimas vendió sus propiedades. Esta compra se convirtió en los cimientos de una muerte anunciada para el culto religioso en la ermita de San Sebastián. Este amplio terreno despertó el deseo de varios fundadores de monasterios y hospitales, y su ocupación por parte de éstos no tardó en ocurrir.

En este caso el antojadizo fundador era el capitán general de la Mar Océana, y señor de la Ciudad, Don Juan Francisco Tomás de la Cerda. Este señor se convertiría una auténtica amenaza para el culto de San Sebastián y su ermita. Anteriormente había dejado sin bienes a la cofradía de la Santa Misericordia. Y en sus trece por construir un hospital de mujeres, pidió al Ayuntamiento la capilla del patrón. (Retrato de Juan-Francisco II Tomás de La Cerda y Enríquez de Ribera, Marqués de Cogolludo y 8º Duque de Medinaceli (1637-1691); obra realizada por Claudio Coello. El 8º duque llegaría a ser el primer ministro del rey Carlos II, sucediendo a Don Juan-José de Austria y precediendo al conde de Oropesa al frente del Gobierno de una España mortificada.).

En 1696 se fundaba mediante escrituras públicas el hospital de Nuestra Señora del Amparo, gracias a las aportaciones que una importante aristócrata de la Ciudad hizo en favor de la creación de las enfermerías necesarias.

virgenmilagros_miniatura3_puertosantamariaEn el siglo XVIII el culto disminuyó  considerablemente. Varias son las causas que justifican este descenso de la devoción en la Ciudad por el patrono San Sebastián. Por una parte, la devoción popular giró en torno a la Virgen de los Milagros; por otra parte, cada vez más, San Francisco Javier, copatrono de la ciudad, tenía mas adeptos entre la feligresía. Además, la fiesta en su honor, ganaba solemnidad y aceptación; por último, los votos a Nuestras Señora de la Merced por la liberación en 1702 de la invasión angloholandesa, y la Santa Cruz por la desaparición de la peste.

En el siglo XVIII hubo un intento de recuperación de la capilla y el hospital de San Sebastián, para el establecimiento de un nuevo hospital de mujeres. Entonces tres sacerdotes portuenses fueron al Concejo de Castilla en solicitud de permiso para la fundación de un hospital de mujeres, que vería la luz tras ocho años de litigio.

flagelacion_puertosantamariaPoco a poco el patrono San Sebastián ha ido perdiendo peso específico en la historia de la Ciudad, hasta llegar al desconocimiento por parte de gran número de portuenses. Nada se sabe de la imagen primitiva, ni siquiera si pudo haber más de una. Lo cierto es que actualmente la ciudad carece de una imagen de un San Sebastián para el culto, a pesar de ser patrono de la misma.

Bien es cierto que un estudio de restauración llevado a cabo por los restauradores Enrique Ortega y Rosa Cabello hace ahora 14 años, se concluyó que la imagen del Cristo de la Flagelación posee una talla de un San Sebastián. Como explica Enrique Ortega: «las  representaciones de Cristo azotado aparecen atadas a la columna con las manos por delante, para tener la espalda libre para recibir los latigazos. Este Cristo tiene las manos atadas a la columna con las manos por detrás, y además presenta numerosas heridas en la parte delantera de su cuerpo». Por tanto podemos afirmar que el Cristo de la Flagelación representa iconográficamente la imagen de San Sebastián. Lo que no puede afirmar el restaurador es la procedencia de esta talla. (En la imagen de la izquierda el Cristo de la Flagelación, que se venera en la Parroquia de San Joaquín).

Así, no se puede desvelar si este Cristo pudo pertenece algún día a la Cofradía de San Sebastián, si procesionó por las calles de El Puerto como patrono de la Ciudad, o si alguna vez estuvo expuesto en la capilla que ocupaba lo que hoy es el final de la calle San Sebastián. Sólo las investigaciones y el paso del tiempo podrán responder a estos interrogantes».

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Calle de Diego Niño, un marinero de procedencia onubense afincado en nuestra Ciudad; por cierto que Niño es apellido. Otros nombres de la vía fueron Conde de Guevara, y Salinera.

CALLES DE EL PUERTO.
Dedicado a Manuel Martínez Alfonso.
Alcalde de El Puerto de Santa María.

Arcos, Arena, Aurora,
la de la Cantarería,
Capillera de los Cielos,
la calle de la Cruz Verde,
de la Chanca. Los Descalzos.
Del Durango. De Espelete.
De Jesús Cautivo. Larga.
De la Luna. Los Meleros.
La de las Misericordias
--antigua y nueva--. Los Moros.
La calle de la Mostaza.
Calle de las Neverías.
Del Palacio. De la Palma.
¡Calle de los Pozos Dulces!
Pozuelo. Puerto Escondido.
La calle de la Ribera
del Río. La de la Rossa.
La de San Bartolomé.
San Juan y San Sebastián.
La calle de Santa Fe
y la de Santa Lucía.
Calle de Santa María.
La del Sol. La de Valdés.
Del Vicario y de la Yerba.
(Por su orden están, Manuel).

Pilar Paz Pasamar.
Octubre de 1976.

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Calle de San Francisco. Por otros nombres antiguos, como Portería de San Francisco o Portería, cuyo orígen está en el convento del mismo nombre existente en la calle.

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Calle de Santa Lucía. Debe su nombre a la ermita del mismo título que  estaba situada donde figura ahora Motos Marín y daba nombre a las dos calles con las que formaba esquina. Para distinguir una de otra, se denominaba "Santa Lucía la Ancha" a la Santa Lucía actual y "Santa Lucía la Angosta" a la actual calle Durango. Representaba al gremio de los zapateros, aunque tambén es patrona de los ciegos y de las costureras.  Otros nombres fueron Diego de la Fuente y Ampuerro.

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Calle de la Misericordia. El nombre lo toma de la ermita del mismo nombre, luego vendría el hospital y el convento, luego colegio hoy en desuso como tal. Otros nombres fueron Don Critóbal, Juan de Lepe, calle del Aceite, calle de Salvador Cerrato. Otros nombres fueron San Agustín y Dormitorio de San Agustín, y Botica de San Juan de Dios, Py y Margall, y Rufina Vergara.

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Plaza del Castillo. También se llamó de Alonso el Sabio. Es, junto con la Prioral y la Plaza de Toros, uno de los tres monumentos más significativos de El Puerto. El monumento a Juan de la Cosa, el cartógrafo que hizo el primer mapa mundi en 1500, se encuentra en un lateral del mismo, en otro, un busto del rey Sabio.

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Plaza de la Herrería. También fue llamada Plaza de la Portezuela y Caño de la Villa. Juan Vega Cordonero y Federico Ferrer.

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Calle Rivera. También se llamó Ribera del Río y Calle Mayor en el siglo XVIII.

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Calle de la Chanca. Por la existencia de una chanca o fábrica de salazones de pescado y/o también secadero y almacén de pescados. Otras denominaciones fueron Ribadesella, de los Sistos, Cruz de los Calafates, Polvera e Imagen.

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Calle del Espíritu Santo, por el convento existente de la Orden de Comendadoras del Espíritu Santo. Hoy sigue siendo convento de clausura y colegio de educación concertado.

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Calle de la Zarza, inspirada en este arbusto desagradable. Se llamó también  Corral Viejo de las Vacas, Juan Márquez, Casares Quiroga  y cardenal Almaraz.

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Calle de Santa Clara. 'De Santa Clara p'arriba' era ir conducido al cementerio... inspirada su nomenclatura por la ermita del mismo nombre existente frente al camposanto. Otras denominaciones para la vía fueron Misericordia, Catalina Reyes la Portera, Cielos y Carmen Pérez Pascual.

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Calle de San Sevastian. o de San Sebastián.  Uno de los patronos de la Ciudad, junto con San Francisco. No constan otros nombres en los nomenclator consultados.

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Calle de San Juan. Debe su nombre a la iglesia de San Juan de Letrán, existente en el sitio donde se encuentran las viviendas de los marinos, en las proximidades del Ejido de San Juan.  También se denominó Calle de los Clérigos. Calle Juan Suárez Clérigo y Plaza de San Juan de Malcozinado. General Torrijos fue la denominación que tuvo durante la II República. Conocidos también y recordados por muchos la fuente y el Pilón de San Juan. El poeta José Luis Tejada dejó escrito: 'Calle de San Juan arriba/ de tanto quererte, tanto,/ cuesta abajo se me hacía'.

(El reportaje gráfico es de Carlos Pumar Algaba).

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Calle de Pan y Naranja. Es la calle o callejón de Espelete. También se llamó calle Nueva.

Mostramos imágenes de una selección de azulejos del siglo XVIII,  cuando se encontraban en su emplazamiento original. (El reportaje gráfico es de Carlos Pumar Algaba).

En estos días se están reponiendo en sus emplazamientos, copias de los azulejos históricos con los nombres de las calles que datan del siglo XVIII, cuyos originales fueron retirados en 2005 para evitar su expolio y robo, como ocurrió con ocho de estas piezas entre mayo y junio de dicho año, que al final pudieron ser recuperadas por la Policía.

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Calle de Palacio o Palacios. Nombre tomado del Palacio de Medinaceli. en el primer caso y también aludiendo al número de Casas de Cargadores a Indias existentes en dicha calle. Tuvo también las siguientes denominaciones:  Calle del Arco, Calle de los Oficiales, José Navarrete y Reyes Católicos.

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Calle del Pagador (Natera). Eduardo Palou Flores, clérigo insigne, Doctor de la Iglesia, con cuyo nombre rotularon la calle “Pagador Natera” (Pagador actual), donde estaba ubicada la casa familiar de estos otros Palous,  que pasó a llamarse desde 1895 hasta 1979, “Doctor Palou”. También se llamó Fernando Riquelme y San Elifonso (San Ildefonso?).

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Calle del Pozuelo. También fue rotulada como Yzco, Yeso, Bartolomé Rodríguez y en la actualidad lleva el nombre de un ilustre hijo de El Puerto: Federico Rubio y Galí. En la parte alta de la vía se encuentra el Palacio de los Marqueses de Villarreal y Purullena (o lo que queda de él, saqueado y restaurado en el siglo XX).

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Calle del Ganado. Por donde entraba el ganado a la ciudad para ser llevado al mercado o al matadero existente en la trasera de la actual Casa de los Leones. Estuvo dividida en dos tramos: desde la Avda. de Sanlúcar a Larga: Sangarriana o Zangarriana (que significa bulla, jaleo), Marín de Cubas, Cruz del Ganado, Cruz de la Espartera  Estaque, Esquivel y desde Larga a la Plaza de la Herrería, Caño de la Villa, Espartera, Diezmos, Tinte y Mostaza o Moztaza. Luego vendrían  los inevitables denominaciones de políticos: Práxedes Mateos Sagasta y José Calvo Sotelo.

Las losetas originales fueron desmontadas por técnicos del Servicio Municipal de Restauración y Conservación en de Bienes Culturales hace cinco años de las esquinas de las casas históricas que las contenían, para evitar el robo sistemático que amenazaba con dejar el casco antiguo sin esta valiosa herencia que contenía nombres del nomenclator que se pierden en la memoria. Las réplicas han sido encargadas en el taller de la ceramista gaditana Teresa Posada, y finalizadas en el año 2008, en un trabajo que respeta los originales, con el mismo grosor y tipo de letras, esmaltado en color y cocido al horno a altas
temperaturas, con la salvedad de que estas piezas llevan unos agarres en el anverso, para dificultar una hipotética sustracción.

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Calle Larga. Va de Suroeste a Noroeste, a lo largo del casco histórico. Es una de las calles principales de la Ciudad, acaso la primera. Por tramos, recibió diferentes denominaciones hasta llegar al de Larga: Alhóndiga, Portería de las Monjas, Mercaderes,  Julián de Albaraa, .. siendo en la actualidad compartido con Virgen de los Milagros.

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Calle de Luna. La Luna llena aparece con toda su fuerza lumínica y tamaño cuando sale sobre el río, contemplándose desde la Plaza de Juan Gavala. Se llamó también calle de Juan Canelas, Calle Génova, Calle Santa Lucía, Calle Olivera, Calle que va a la Carnecería, Juan de Luna, Picazo y por tramos también recibió diferentes nombres. A finales del S. XIX recibió el nombre de Cánovas del Castillo. En 1936, José Antonio Primo de Rivera, retornando a su actual de Luna.

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Calle de Sol, que luce con todo su esplendor. Se llamó también Calle de la Vizarrona y Rinconada de la Vizarrona. General Ximénez de Sandoval.

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Calle de Cielos o Cielo. Se llamó también Caballerizas del Rey, Federico Laviña, Molino de Romero, Rafael Guillén y, durante la dictadura se llamó General Mola.

Las piezas originales, las 25 desmontadas y otras 8 recuperadas por la Policía, se conservan en depósito en el Museo Municipal,aunque posiblemente algunas sean expuestas en sus salas, dado su valor histórico artístico.

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Calle de la Nevería. ¿Existía un almacén de nieve o era una calle sombría?.  Un original nombre de la calle fue Manga de Gabán,; otros Pelota, Alonso Carvajal, Panadería, Concepción, Castelar el político y orador  y el definitivo de Pedro Muñoz Seca.

(Continuará)

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Antonio González Morillo, conocido por el sobrenombre de su familia ‘Guindate’, a sus casi 95 años tiene una memoria prodigiosa. Conduce su coche a diario. Toma  el  café con los amigos en el Bar el Brillante, en las inmediaciones del mercado y luego se pega su partida de dominó con los amigos en la Peña Madridista, en la calle San Juán. Una costumbre que practica a diario. Es una persona culta, leída, y con una interesante filosofía de vida --él, que ha vivido tanto-- y que comparte con quienes tienen la oportunidad de estar un rato en su compañía.

antonio-gonzalez-morillo-guindate_0019Antonio nació el 2 de diciembre de 1916 en el Ejido de San Juan, cuarto de los cinco hijos de Gabriel González Franco, hermano del Manco de los Cuatro Mil Reales, con nótula 495 en Gente del Puerto, y de Mercedes Morillo Teja. Antonio recuerda que su hermana Milagros falleció el año pasado… Aprendió a leer y a escribir en el campo, en pocos días, enseñado por su padre y «por un hombre que venía por allí, pero que estuvo poco tiempo con nosotros, no teníamos dinero…» Fue un discípulo aventajado como él mismo afirma. Eran las épocas de las novelas por entregas y su tía le dejó novelas y libros, lo que le convirtió en «un lector de primera categoría» que leía a la luz de los carburos, antes de la II Gran Guerra y luego a la luz de los reverberos.

De pequeño su familia se fue a vivir a un campo por Rota, trabajando en La Dehesilla, pero al enfermar su madre regresaron a El Puerto, estableciéndose en el Cortijo de Las Cañadas, por el Pago Balbaína, tierras que se encuentran desde la Prisión en dirección a Sanlúcar. Aquí se apresura a señalar Antonio que dicho nombre viene de Balbo, el romano y, según afirma son las mejores tierras, en las que en su día se aposentaron los romanos.

Hizo el servicio militar entre Camposoto y Córdoba, --aunque fue dilatando su incorporación a filas por unas hernias, al final no se pudo librar-- y estuvo en el frente a finales de 1938, durante la contienda civil, aunque lejos de las trincheras pues estuvo destinado con el Parque Móvil de la Maestranza de Artillería.

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Antonio y su mujer, Cristobalina, en una foto de finales de lo cuarenta del siglo pasado.

En Las Cañadas viviría hasta 1965, año en el que se trasladaría a a la finca de Pozo del Tejar, muy cerca del puente de la variante a Rota, a cuya casa de cortijo le pondría ‘Villa Tobalina’, por su mujer, Cristobalina Teja Huerta, fallecida hace 8 años. «Vivimos una vida feliz», recuerda Antonio con añoranza. Allí puso una granja de pollos y allí continúa viviendo, desde que se prejubiló a los 55 años. Y es que Antonio afirma que para ser feliz hace falta no tener problemas. Y el campo da muchos problemas, hay que estar muy pendientes. Y reflexionó que tras una vida de trabajo en el campo bien se merecía un descanso. Y hasta ahora.

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'Villa Tobalina', en la finca del Pozo del Tejar, por la variante de Rota, a la altura del puente.

Amigo de Manolo el del bar ‘Er Betis', ya desaparecido, de ‘el Chupito’ que tenía un puesto de pescado en el Mercado de Abastos, juega sus partidas con la gente del campo, con los Quirós, en el Bar Brillante, donde para a diario. Y guarda un buen recuerdo de un compañero de milicias: Aramburu Picardo.

antonio-gonzalez-morillo-guindate_0020CONTROVERSIAS CON LA PRIMERA FERIA DE GANADO.

Las ferias de ganado dejaron de celebrarse en nuestra Ciudad en 1916, en septiembre, ante la decadencia y falta de negocio de las mismas, y que se remontaba a los privilegios alfonsíes y el fuerte empuje que alcanzó en el siglo XVIII. Hasta después de la Guerra Civil no se celebraría la Feria de Primavera, como hoy la conocemos, concretamente hasta 1945. Empero, dos años antes, en el Coto de la Isleta, durante los años 1943 y 1944, se celebraban unas ferias de ganado, según documentación que obra en el Archivo Municipal. (En la imagen, Antonio González Morillo, 'Guindate', en 1940).

Pero Antonio González Morillo, Antonio Guindate, afirma a sus 94 años, y en ello están los investigadores de la historia más  reciente, que la primera feria de ganado, tras 1916 y después de la Guerra, fue en 1942 y que él fue testigo de la misma, con 26 años de edad. Lo cuenta en el vídeo que adjuntamos más abajo. Y nos lo contó a nosotros con todo lujo de detalles y, como siempre, haciendo gala de una memoria prodigiosa.

fernando_c_de_terry_y_del_cuvillo3Corría el año 1942 y Fernando Terry del Cuvillo, apodado ‘el Levante’ por su temperamento y viveza, se propuso siendo alcalde durante su corto mandato (08-10-1941 a 03-04-1943) reinstaurar la Feria en El Puerto. En el Casino de Labradores le propuso a Gabriel González Franco, padre de Antonio, que enviara unas bestias al Coto de la Isleta, por Valdelagrana, que quería hacer una Feria de Primavera. Tenía empeño para hacerla competir con Sevilla y Jerez, y quiso situarla en medio de ambas. Y allá que Antonio y un primo se encajaron con las caballerías a la entrada del Coto. (En la imagen, Fernando C. de Terry y del Cuvillo).

Y recuerda Antonio hasta los animales y sus nombres: 2 yeguas, la torda y la castaña; 2 mulos garboso y coronela; 1 burro padre y una jaca colorá (un caballo capado), apodado el tomate, que tenía mucha barriga. Ya instalados en el Coto, llegó el alcalde con Gabriel, su padre en un coche y estuvieron hablando de caballos y ganaderías. Para celebrar la inauguración de aquella primera ‘Feria’, se acercaron a un sombrajo modesto, donde se servían bebidas, atendido por Antonio Aguilar, donde los invitó a una botella de la entonces manzanilla Maruja, cuya etiqueta, por cierto, estaba descolorida, recuerda Antonio.

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Imagen de la Feria de Ganado, ya como Feria de Primavera, en 1945, en el Palmar. (Foto: Justino Castroverde).

Al día siguiente, la familia de los García de Quirós, también llevaron sus bestias al Coto. Aquella primera feria duró dos días, sin carteles, sin guardias y sin banderolas. Y Antonio, lo mantiene con su vívida memoria, mientras los investigadores bucean en periódicos y documentos de la época, para corroborar este hecho que, de momento, está recogido de forma oral de boca de uno de sus protagonistas. (Texto: José María Morillo).

Antonio, hablando de la que para él fue la primera Feria de Ganado de El Puerto, en la posguerra.

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munozseca_mayor_puertosantamariaAl escritor y dramaturgo Pedro Muñoz Seca (El Puerto 1881 - Paracuellos del Jarama 1936) le impresionó tanto la muerte del torero José Gómez Ortega ‘Joselito’ o 'Gallito'  en la Plaza de Toros de Talavera de la Reina, el 16 de mayo de 1920, que decidió hacerle una canción. Más tarde, el maestro Joaquín Taboada Steger le puso música a la letra y surgió 'Pobre Joselito', el único pasodoble que tiene el torero sevillano al que el toro Bailaor --y de la señora viuda de Ortega-- mandó al otro mundo a la edad de 25 años. (En la imagen, Pedro Muñoz Seca).

Desde entonces, la partitura del 'Pobre Joselito' ha permanecido, almacenada e inédita, entre las pertenencias de la Fundación Pedro Muñoz Seca que preside Rocío Ussía, nieta del dramaturgo y hermana del también escritor y periodista Alfonso Ussía.

La letra del pasodoble, está desde 2007  en manos de Salvador Arias Nieto, presidente del Aula de Cultura La Venencia, de Santander, quien por casualidad descubrió la existencia de esta canción taurina que, además, pone por tierra dos cuestiones importantes.

joselito_puertosantamariaGALLITO CHICO NO SE DEDICA A JOSELITO.
La primera es que este 'Pobre Joselito' es el único pasodoble dedicado al torero de Gelves (Sevilla). El titulado 'Gallito Chico', que suena el 16 de mayo en la Real Maestranza de Caballería de la capital andaluza, para romper el paseíllo cuando hay corrida de toros, y en honor a Joselito, no está dedicado a él. El maestro Lope Gonzalo, compositor natural de Ezcaray, en La Rioja, lo compuso para Fernando Gómez Ortega 'Gallito Chico', nacido en 1884, y segundo de los tres hijos varones del primero de los 'Gallos', por lo tanto, el hermano Rafael y José. (En la imagen, Joselito).

Este pasodoble se estrenó en el año 1904, cuando Joselito contaba tan sólo con nueve años. Por aquel entonces, aunque con sangre torera en sus venas, no podía aún dedicarse al oficio y menos contar con una música en su honor. Según las investigaciones realizadas tanto por la Fundación Pedro Muñoz Seca como por Salvador Arias, Santiago Lope Gonzalo compuso 'Gallito Chico'. Fue un encargo de la Asociación de la Prensa de Valencia, con motivo de un festejo mixto organizado a beneficio de los periodistas de la capital del Turia. Para darle mayor singularidad al evento, los organizadores del mismo encargaron un pasodoble para cada uno de los matadores actuantes: Gallito, Dauder, Angelillo y Vito. La misión se la largaron a Lope, por entonces director y fundador de la Banda Municipal de Valencia. De los cuatro que sonaron aquella tarde, el de mayor éxito fue precisamente el dedicado a Fernando Gómez Ortega, convirtiéndose en la obra cumbre del compositor riojano. De hecho, a su muerte, el 25 de septiembre de 1909, a los 38 años, el pueblo se echó a la calle para acompañar el féretro mientras interpretaba la banda, sin director ni batuta, 'El Ocaso de los dioses', de Wagner. Pero el público pidió a gritos que se tocase un pasodoble del maestro y aquel día sonó 'Gallito', arrancando más de un sollozo entre la gente.

joselito_elgallo_Puertosantamaria

El célebre azulejo que se encuentra en el acceso de la puerta principal de la Plaza de Toros de El Puerto, con la frase atribuida a Joselito. Aunque existen disparidad de opiniones sobre la exactitud de la frase, y sobre la propia autoría.

cossioEL DESCUBRIMIENTO.
La segunda de las cuestiones que quedan en tela de juicio, o al menos en interrogante, es cómo José María de Cossío, en el tomo segundo de Los Toros, en la página 347, señala que «Así, Pedro Muñoz Seca, el fecundo y desdichado autor de comedias, dedicó al suceso» refiriéndose a la muerte de Joselito, «unas quintillas en que quiso remendar el tono quejumbroso de unas coplas de ciego». En realidad, se trata de los primeros compases de ese pasodoble. (En la imagen, portada de uno de los tomos del Cossío).

Fue precisamente por este detalle como Salvador Arias y la Fundación Pedro Muñoz Seca descubrieron el 'Pobre Joselito' Durante la elaboración de la obra 'El Siglo de Oro de la Poesía Taurina', del Aula de Cultura La Venencia, Arias se dirigió a Rocío Ussía Muñoz Seca para saber si las famosas quintillas eran sólo eso, unas quintillas, o por si por el contrario formaban parte de una pieza más amplia. (Texto: Diego Ruiz).

PASODOBLE ‘POBRECITO JOSELITO’
Letra: Pedro Muñoz Seca
Música: Joaquín Taboada Steger

joselitoelgallo

Portada del libro de Daniel Pineda Novo.

¡Talavera! ¡Talavera!
qué triste suerte.
En tu plaza bullanguera,
de una cornada certera
halló Gallito la muerte.

Gallito, el mejor torero.
El más artista.
¡El primero!
El que en un día nefando
llegó a tu plaza cantando
las coplas del Espartero.

¡Talavera! ¡Talavera!
Noble ciudad castellana
en tu escudo y tu bandera
por una capa torera
con un traje de oro y grana.

Los colores que él lucía
cual una hispana aureola
¡Oro y grana!
¡Parecía
que aquella tarde vestía
con la bandera española!

Y tu viste, Talavera, tu viste,
como un mal toro rasgaba
aquella bandera que yo recordando
lloro como llora España entera.

¡Ah! Pobrecito Joselito.
¡Pobrecito!, el gran torero,
el artista favorito.
¡Cuando murió el pobrecito,
lo mismo que el Espartero!

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