
...continúa leyendo "Número 4.000. El cauce de la madre vieja y la ribera de Sidueña, los paisajes perdidos del Guadalete"


Ocurrió el 2 de Junio, lunes, de 1969 a las 12 del mediodía: han pasado 50 años. Cientos de personas se congregaban en una entonces plaza sin nombre, hoy de la Uva Palomina, para recoger el contrato y las llaves de su nueva vivienda. Para muchos de ellos era un soplo de aire fresco al iniciarse una nueva etapa vital dejando atrás la penuria y el hacinamiento de viviendas de un dormitorio para siete personas. Para ellos significaba prosperidad, dignidad y en cierto modo la ‘recompensa’ de tanta fatiguita a lo largo de tantos años de trabajo. | Foto: Fleming.
...continúa leyendo "3.996. La Barriada de La Vid, medio siglo en pie"

El portuense Juan José López Amador, Restaurador de Arqueología del Museo Municipal, está considerado uno de los mejores especialistas en su ámbito profesional. Cuenta en su haber con un considerable repertorio de libros escrito solo o en compañía de otros. Coordina y también participa como autor en este volumen publicado por la Universidad de Cádiz en 2017: “Paleontología en el Manantial. La bahía de Cádiz hace millones de años”. Nadie podría pensar que en la playa de El Manantial de El Puerto de Santa María, en pleno corazón de la bahía gaditana, su costa y su fondo marino hayan guardado bajo sus sedimentos los restos fósiles de la fauna marina que hace al menos cinco millones de años habitaban sus aguas. Restos fósiles que pertenecen a mamíferos marinos, sobre todo cetáceos, sirénidos, delfines, tiburones como el megalodón, sargos o aguijones de rayas, caparazones de tortugas, corales, algas y una gran variedad de moluscos y crustáceos, así como restos de un ave (alca). | En la imagen, López Amador delante de la estela menhir de aproximadamente 5.000 años, posiblemente procedente de la Sierra de San Cristóbal, que se exhibe en el Museo Municipal del Hospitalito.
...continúa leyendo "3.988. Juan José López Amador. Coordinador del libro ‘Paleontología en El Manantial. La bahía de Cádiz hace millones de años’"

| Cesar Manrique y Diego Ruiz Mata, en una imagen tomada en El Puerto de Santa María hace 30 años.
No recuerdo el día en que conocí a César Manrique, pero fue en el mes de julio de 1989. Llegó para construir un tanatorio muy especial, inmerso en la naturaleza, entre flores, árboles y jardines que rezumasen paz y alegría. Le comenté que por qué no diseñar un bosque sagrado, como los que se conocían en las antiguas Grecia y Roma, con el misterio de esos espacios sagrados y sus extraños dioses y habitantes escurridizos, donde conviviesen los muertos con el esplendor vivo de la naturaleza. Tampoco se sabía el sitio. Le invité entonces, en esos días que escapó de los promotores que le acompañaban, a ver la ciudad fenicia del Castillo de Doña Blanca y recorrer su amplia necrópolis, plena de tumbas de túmulos de tierra que albergaban en su suelo muertos incinerados con sus cenizas dentro de vasos cerámicos y algunas ofrendas, o las que se excavaron en el suelo frágil de calcarenita de la Sierra de San Cristóbal.
...continúa leyendo "3.979. Diego Ruiz Mata y Cesar Manrique. El día inolvidable en el que visitaron la Cueva Cantera de San Cristóbal"

Hay acontecimientos que satisfacen anunciar más que otros y posiblemente con pesar. Éste es uno de los que me llenan de alegría y me llevan a una cierta nostalgia. El próximo día 9 de mayo tendrá lugar en el Poblado de Doña Blanca una conferencia seguida de un coloquio y el acto más importante se centra en el humilde homenaje a D. José Fernández Bermúdez, que trabajó con nosotros desde el comienzo de las excavaciones arqueológicas en el Castillo de Doña Blanca. Ha sido excelente trabajador, amigo inolvidable y el mejor guarda que han tenido el poblado y la necrópolis. Estoy seguro que no habrá otro igual, con tanta pasión y celo, con tanto empeño en lo que ya también era suyo. Así lo consideraba.
...continúa leyendo "3.968. José Fernández Bermúdez. El guarda de Doña Blanca"


| El remate, la espadaña de la Capilla de la Sangre, sí pervive, en la capilla de la finca puertorrealeña de El Pedroso.
(Continuación). La remodelación efectuada en la capilla de la Sangre en el siglo XIX fue la fisonomía que presentó la céntrica capilla hasta su desaparición a mediados del siglo XX, como ya hemos indicado estaba situada en la esquina de las calles Palacios con Nevería. La Sangre decimonónica constaba de una sola nave, sin ornamentos arquitectónicos en su exterior, salvo su remate en la fachada de una espadaña con campanario. En la pared de Nevería varios ventanales iluminaban el interior.
...continúa leyendo "3.951. La españada de la Capilla de la Sangre (y II)"

En el silencio de las tierras de labor que avistan Medina Sidonia se encuentra la finca El Pedroso, que perteneció a la familia Terry, con su coto de caza, y que fue un lugar bullicioso de jornaleros en un pequeño poblado en cuyo lateral se edificó una pequeña ermita. Su remate pertenece a lo que fue la espadaña con campanario de la desaparecida capilla de La Sangre, en la esquina de Palacios con Nevería. Las piezas se trasladaron en 1946 a un edificio menor que el originario portuense. Las piedras se mantienen en su aspecto natural en una fachada de menor altura, unos 3 metros frente a los 6 que más o menos ocupaba en la fachada la recoleta capilla.
La finca El Pedroso no vive la inquietud de aquellos años de esplendor y la capilla se halla olvidada entre dependencias que ya no tienen uso. Un retazo del patrimonio de El Puerto de Santa María cuya imagen recuperada reclama a su vez la esperanza de algún día recuperar aquel monumento religioso en el centro de la Ciudad.
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