Saltar al contenido

Francisco Pérez Pastor nos dejaba e Madrid el miércoles 13 de enero de 1988, a primera hora de la tarde, el tiempo y el espacio dejaron de tener sentido para él, porque estaba penetrando serenamente en lo eterno y en lo ilimitado.

1revistaportuense_tit_puertosantamaria

El Puerto de Santa María, desde hace muchos años atrás, tuvo en él una especie de embajador oficioso en la Villa y Corte. Muchos son también los portuenses que saben de su actividad receptiva , de su consejo amistoso, de su gestión eficaz, en tantas y tantas entrevistas mantenidas en su despacho de la Sociedad de Autores o en su propio domicilio de Fernando el Católico, ineludiblemente rematads con unas amigables copas de vino de su tierra.

El Puerto, siempre latente en el corazón de Paco Pérez Pastor. Una ciudad y un entorno permanentemente sentidos con él con cariños de hijo fiel y sensibilidades de fino escritor. Sin lejanías, sin nostalgias, porque sus visitas eran frecuentes y su vivencia continúa. Se añora lo que no se tiene; y él no podía añorar a El Puerto, porque El Puerto siempre estaba con él.

Desde mucho tiempo atrás. Desde su infancia asomada a los azules de la Bahía. Desde su juventud con inquietudes intelectuales, en que por tradición familiar y propia vocación periodística participara tan activamente en la publicación de esda doble hojilla diaria que se llamaba la “Revista Portuense”.

Casi medio siglo de información local, desde los penúltimos años del siglo XIX hasta el año 1939. Un periódico breve, sencillo, coridal; para una ciudad cordial, sencilla y breve, como era El Puerto de por entonces. Luis y Dionisio Pérez Gutiérrez (ver nótula núm. 812 en GdP) lo habían traído al mundo, y una nueva generación --Luis y Paco Pérez Pastor-- recogió la antorcha de la continuidad.

2revistaportuense_puertosantamaria

La fotografía tiene 108 años. En ella aparece la redacción de la Revista Portuense, sentados de izquierda a derecha: Mariano López Muñoz, andalucista y socio fundador de Racing Club Portuense; Luís Pérez Gutiérrez, propietario de la publicación; Manolo Soto, Javier Caballero, Antonio Peñasco y de pie junto a éste, el comediógrafo Pedro Muñoz Seca. /La foto es del año 1907 y pertenece a la Colección Pérez Pastor.

Cuando, por las circunstancias que el paso del tiempo trae consigo, hubo de cerrar sus puertas la Imprenta Pérez Pastor, hogar y taller de la entrañable publicación, todo un tesoro de datos, anécdotas y curiosidades locales de la vida del Puerto de Santa María, permanecía reunido en treinta o cuarenta grandes tomos alineados en una vieja estantería en las penumbras de la ya desaparecida imprenta: la colección completa única e insustituible de la Revista Portuense. Francisco Pérez Pastor tuvo el gesto noble y generoso de donarla al Ayuntamiento de su pueblo. De sus manos la recibí, para depositarlas en la Casa de la Cultura, y hoy forma parte del Archivo Municipal.

Cuando Paco se nos fue, callada, serenamente, sin la oportunidad de una despedida cuando su vida cerrada dejó atrás la triple cosecha de su familia, de su trabajo y de su amor por El Puerto, parecía como si las páginas amarillentas de la Revista Portuense nos dijeran su adiós definitivo, el adiós que Paco Pérez no nos pudo decir. /Texto: Manuel Martínez Alfonso.

enriquebartolomelopezsomoza22_puertosantamariaA finales de junio de 1991, hace 24 años, el recordado profesor e investigador, catedrático de Geografía e Historia del Instituto Laboral, Enrique Bartolomé López-Somoza (ver nótula núm. 222 en GdP), recibía un homenaje por parte de la comunidad de profesores, alumnos y ex alumnos, así como del Ayuntamiento, como reconocimiento a su larga trayectoria como docente en El Puerto de Santa María, con motivo de su jubilación, tras 39 años dedicado a la enseñanza en institutos portuenses.

El director del centro, Emilio Flor Jiménez (ver nótula núm. 1.867 en GdP) recordaba aquel día las cualidades de Enrique Bartolomé como humanista e investigador. Desarrolló dicha labor investigadora con una humildad exquisita  en el Archivo Municipal. Con tal motivo se le hizo un reconocimiento público en 1984, por lo que se le entregó en febrero de 1985 la Medalla de Oro del Centenario de la Plaza de Toros, por sus trabajos en el ámbito de la historiografía local, catalogando documentos. En concreto el que fuera también profesor de historia de la UNED en Cádiz, entro otros trabajos realizó el catálogo de documentos y folletos en relación con América y libros del Fondo Antiguo de la Biblioteca Municipal, catalogación de los documentos de cuarto y seis legados de "Apéndices' correspondiente a la sección 'Papeles Antiguos' que no fueron descritos en su día por Juan Miguel Rubio de Espinosa y redacción de fichas y materiales de estos documentos dejando todo a disposición d los investigadores; resumen de la prensa que se encuentra en el mencionado archivo, titulado 'Breve reseña de la prensa portuense' de los siglos XIX y XX.

El concejal de Cultura, Juan Gómez Fernández (ver nótula núm. 954 en GdP) trajo a colación las palabras: “los pueblos que honran a sus hijos se honran a sí mismos”, poniendo de manifiesto que, con motivo de su jubilación el Ayuntamiento había publicado dos artículos de Bartolomé: “El diario del viaje del piloto mayor Diego Tomás de Andía y Varela a las costas de la Patagonia /1745-1746)” un documento científico cuya característica esencial es que se conserva íntegro, desde la organización del viaje, hasta los resultados del mismo pasando por el desarrollo, regreso y salida; y “Notas para una historia de El Puerto de Santa María en el siglo XIX (periodo 1800-1814), aunque el profesor estudió hasta el periodo del año 1923.

Bartolomé calificó el homenaje de inmerecido y desproporcionado “para quien se ha limitado a cumplir sus obligaciones, no tiene que ser exaltado porque ha cumplido y está pagado".

6

antoniosucinolorca_puertosantamariaCon esta  nótula tratamos  de sacar a la luz y dar a conocer a su pueblo, el legado literario de este poeta y escritor portuense, que fue una víctima más del tiempo que le tocó vivir, condenándolo al olvido. Esperamos que esta lectura, al menos sirva para rescatarlo de ese olvido histórico, a él y a su obra, de forma que pueda tener de ahora en adelante, un más que merecido rincón en las estanterías de la historia literaria portuense y gaditana. 

A pesar del olvido al que él mismo y su obra fueron sometidos por los tiempos oscuros que los sucedieron, quizás algunos portuenses, sobre todo los de más avanzada edad, puedan  aportar algún dato sobre este autor,  que  pudiera ayudar a sacar a la luz toda su obra literaria.

El 19 de noviembre de 2014, se cumplieron 110 años desde el estreno, en nuestro recordado Teatro Principal, de la obra de teatro en verso Nobleza… en el corazón, una de las cinco obras de mayor extensión que aún se conservan de Antonio Sucino Lorca, olvidado escritor y poeta portuense.

Conde                    ¿Y para qué sirves tú,
                                 di, qué mérito es el tuyo?
Simón                        …
                                 los zapato e charó
                                 Que sus poneis tan bonito
                                 ¿los jace argún zeñorito
                                 o un probe trabajao?
                                 Yo les cudio su ganao,
                                 yo sus campos jelaboro,
                                 yo soy quien le mete el oro
                                 en su carpeta apuñao
                                 ¡Y me llama osté inorante!
                                 ¿Y osté que sabe jacé?
                                 Unicamente comé
                                 lo que le ponen delante.

(Uno de los fragmentos de la conversación entre el conde y Simón, un jornalero del campo casi analfabeto, al servicio del primero, que forma parte del texto de Nobleza… en el corazón. Versos que alcanzaron gran popularidad y que, memorizados por gentes de todas las edades, formó parte de la memoria colectiva de varias generaciones, como si se tratara de un refranero).

antoniosucino_firma_puertosantamariaLlegó a publicar y estrenar, que sepamos con seguridad hasta la fecha, cuatro obras más de teatro; Entre su madre y el rey…, en verso (1904), El legítimo heredero, en prosa (1929), Voz del corazón, en prosa (1929) y La recompensa, en prosa (1930). Salvo Voz del corazón, los otros cuatro libros se conservan en la Biblioteca Nacional. Además, entre 1903 y 1914, publicaba, sobre todo, pequeños artículos también en verso en la revista socialista de la época El Sudor del Obrero. Posteriormente en 1920, también colaboró con la revista de igual signo político El Obrero Portuense. La primera incursión literaria que sabemos de él, fue la letra en 1897 de una agrupación carnavalesca: Los cocineros de la época. /En la imagen de la izquierda, firma manuscrita de Antonio Sucino Lorca, al pié de la letra compuesta para la agrupación carnavalesca 'Los cocineros de la época'.

También fue autor de varios sainetes que no se llegaron a editar, pero que sí se representaron; El suplente honorario, La cruz del matrimonio, Las flores de Andalucía, La primada de un primo, Amor por amor y Las novias burladas, todos en prosa, así como el juguete cómico en tres actos El billete falso. Suya es la letra de una zarzuela titulada La gitanilla, con música del maestro Francisco Javier Caballero (ver nótula núm. 2.350 GdP), que se estrenó en el Teatro Principal de Sanlúcar de Barrameda por la compañía de Moya y Galán, en 1906.

CONCEJAL Y PRESIDENTE DE LOS TONELEROS.

Nació Antonio Sucino en 1858, según consta la inscripción de su nacimiento en el Registro Civil de El Puerto. Tonelero de profesión, autodidacta, ferviente socialista y un apasionado de la literatura. Muy comprometido políticamente, fue presidente de la sociedad de toneleros, y concejal por el Partido Socialista  en 1909.

noblezaenelcorazon_puertosantamariaEste compromiso político, también se dejó traslucir en casi toda su obra, sobre todo en sus dos primeros libros. En Nobleza… en el corazón, sin duda su obra más popular, denuncia la miseria y precariedad del pueblo en contraste con la opulencia de las clases más pudientes y poderosas, enalteciendo el trabajo, la honradez y el amor (que será una constante en toda su obra), sobre el dinero y la cuna. Consigue hacerlo sin demasiada estridencia, casi de forma romántica, ya que el amor sorteará todas las barreras, aunque dejando en evidencia a una sociedad tan injusta como jerarquizada. El hecho de que fuera reeditada en 1924 y en 1935, veinte y treinta y un años después de su primera publicación, dice mucho de lo que caló esta obra en el pueblo, con el mérito añadido de que estaba escrita en verso (redondilla). En su segunda obra, Entre su madre y el rey…, ambientada “…en un pueblo de la región catalana.”, vaticina cuatro años antes de que ocurrieran, los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona.

TABERNERO.

En la primera década del siglo XX, Antonio Sucino abre una taberna llamada Gurugú en la calle Pozuelo, y sobre los años veinte, otra frente al mercado de abastos, más conocida en nuestro tiempo por su siguiente propietario, Juan Rábago.

Los hechos devenidos tras la guerra civil, hicieron que a lo largo de nuestra historia reciente, Antonio Sucino Lorca haya pasado prácticamente desapercibido para la mayoría de sus paisanos. Sus libros fueron quemados, sin embargo, algunos pocos ejemplares se salvaron, escondidos en algunas casas de familiares y correligionarios, a sabiendas incluso que de haber sido encontrados, sus propietarios se arriesgaban a ser detenidos por las autoridades franquistas.

ESTUDIO DE SU OBRA.

La obra de Antonio Sucino Lorca actualmente, además de haber sido nombrada y referida por autores y estudiosos locales como veremos más adelante, también lo ha sido a nivel nacional. Concretamente se hace referencia a ella en el libro El teatro menor en España a partir del siglo XVI, editada por el Instituto Miguel de Cervantes del C.S.I.C. Todavía, algunos ejemplares de sus obras se pueden encontrar en lugares tan lejanos como la Universidad Northwestern de Chicago, la Universidad de Toronto y en la Biblioteca Pública de Nueva York, en ésta última, cohabitando con dos libros de otro paisano nuestro casi tan desconocido como él, José Navarrete y Vela-Hidalgo (ver nótula núm. 1.996 en GdP). Curiosamente, en la calle José Navarrete número 44 estuvo situado durante un tiempo el local social de la Agrupación Socialista a la que pertenecía entre otros, Antonio Sucino Lorca.

noblezaenelcorazon_T_puertosantamariaPero, como ya hemos señalado, cuando realmente tuvo verdadero éxito este autor, fue desde principios de siglo hasta el comienzo de la Guerra Civil. Se podía leer en el Diario de Cádiz el día 28 de noviembre de 1904 la siguiente crónica: “La segunda representación del melodrama 'Nobleza… en el corazón' llevó anoche al teatro gran concurrencia. La obra de Sucino tuvo muy buena interpretación, mucho mejor que en la noche del estreno. El autor fue llamado a escena a la terminación del primer acto y al final de la obra.” En la Revista Portuense, diario católico y conservador de la época y por lo tanto poco sospechoso de vinculaciones socialistas, se publicaba el 24 de abril de 1929 lo siguiente: “Hoy jueves, despedida de la compañía con el estreno del drama en cuatro actos y en prosa, original de nuestro paisano el aplaudido autor don Antonio Sucino 'El legítimo heredero'. El estreno de esta obra ha despertado verdadero interés entre los muchos aficionados al arte escénico, lo que hace suponer que esta noche se verá el coliseo concurridísimo”. /En la imagen de la izquierda, cartel del estreno de 'Nobleza en el corazón' en el desaparecido Teatro Principal.

Murió con 82 años, el 18 de mayo de 1940. Está enterrado junto a su mujer María Aquilina Barrera y uno de sus hijos, Antonio, en el cementerio de El Puerto.

AGRADECIMIENTOS.

Queremos agradecer a Antonio Gutiérrez su ayuda, por aportarnos todos los datos de los que disponía de Antonio Sucino, que han sido muchos e importantes, por su ánimo y apoyo. A Enrique Pérez, de cuyas obras también hemos obtenido datos muy valiosos. A Javier Maldonado, por ser el primero que hizo de Antonio Sucino protagonista de una de sus ponencias: Reformismo en escena: la obra teatral de Antonio Sucino. A Ana Becerra y José Ignacio Buhigas, del archivo municipal, por su dedicación y entrega hacia cualquiera que se interesa por nuestro pasado. No sería justo dejar de mencionar a los nietos de Antonio Sucino, que en mayor o menor medida, siempre han sabido mantener en nuestra memoria el recuerdo de sus versos. /Texto: B. y J. Caraballo Sucino

cognac_caballero_puertosantamaria

Con la formación del Grupo Caballero recientemente, la firma dejó de tener el carácter de empresa familiar que mantuvo durante ocho décadas, desde que en 1932 Luis Caballero Noguera, adquiriese las bodegas de Cuesta y Burdon hasta hace bien poco, en 2008, su hijo Luis Caballero Florido, (se llama igual que su abuelo paterno) pasó a ocupar un cargo honorífico, la presidencia de honor de la compañía, dejando en otras manos la dirección de la misma.

 

caballero_laesfera1_puertosantamaria

Ilustraciones de la Revista 'La Esfera'. Nótese en la de la izquierda, el tamaño minúsculo de las copas, incluso más pequeñas que las de anís. /Colección A.C. Puertoguía.

Este apellido, Caballero, se une a los de Tosar, Urruela, Quijano, Sancho, Jiménez Varela, Jiménez Dávila, Cuvillo, Terry y algunos más que se quedarán en el tintero, familias portuenses que, en diversas épocas y durante varias generaciones, regentaron negocios de vinícolas y gozaron de un estatus social y económico relevante.
Cuando se instala en El Puerto Luis Caballero su familia, residente en Chipiona, donde su padre fue alcalde, como él lo sería de nuestra ciudad, tenía una rancia y antigua tradición, así como experiencia de muchos años en negocios bodegueros, siendo la firma “A. Caballero y Sobrinos” una importante expresa exportadora a los países latinoamericanos, en cuyas revistas y semanarios de las primeras décadas del pasado siglo se pueden localizar anuncios publicitarios de sus productos, de un “Jerez Oloroso” o moscateles “delicioso vino, especial para postres” que se vendían a 11 $ la caja de doce botellas.

cucharillas_caballero_puertosantamaria

Cucharillas publicitarias que llevan impresas el nombre de la bodega.

Sin embargo, el objeto de esta nótula, a la que hemos puesto el breve prólogo explicativo que antecede es el de dar a conocer las ilustraciones y dibujos con los que publicitaba “A. Caballero y Sobrinos” su COÑAC CABALLERO (“Caballero, que coñac”, como se utilizaría posteriormente en las cuñas de radio) etiquetado en Jerez. /Texto e ilustraciones: Antonio Gutiérrez Ruiz.  A.C. Puertoguía.

2

corpus_01b_laura_puertosantamaria

En la imagen de los años setenta del siglo pasado, fotografía de la desaparecida relativamente de forma reciente, Archicofradía del Santísimo Sacrramente, a la que solo tenían acceso apellidos ilustres de la Ciudad. En primer término, los presbíteros Carlos Roman Ruiloba y José María Rivas Rodríguez (ver nótula núm. 1.741 en Gente del Puerto). Foto: Laurá. Colección JMM.

Retrocediendo décadas y siglos atrás, intentaremos citar de manera informal algunas de las hermandades y cofradías religiosas que por algún tiempo existieron en nuestra localidad en épocas pasadas, de las cuales, en su gran mayoría no quedan rastro ni apenas recuerdo. Una excepción sería la Archicofradía del Santísimo Sacramento, disuelta hace relativamente poco tiempo y por supuesto, las que siendo de esa remota época a que nos referimos, han sobrevivido y, con altibajos y penurias en diversos momentos, llegado hasta nuestros días, como son: Veracruz, Soledad, Humildad, Nazareno, El Carmen y la Esclavitud de N.S.. de los Milagros.

dolorosa_sanfranciscoB_puertosantamaria

La Dolorosa que realiza el Vía Crucis desde la parroquia de San Francisco, a su paso por delante de Bodegas Caballero. /Foto. pasionygloria.net

La Dolorosa con la que se organiza el Vía Crucis de la parroquia de San Francisco el Viernes de Dolores posiblemente fuese la imagen Titular de la desaparecida hermandad “Corona de Nuestra Madre y Señora de los Dolores” que tenía su sede en la iglesia de San Agustín y los antecedentes de la actual Adoración Nocturna bien pudiera ser la “Real Hermandad del Velado y Alumbrado del Santísimo Sacramento”, igualmente extinguida.

capilla-de-nuestra-senora-del-rosario-de-la-aurora_7765143La gran mayoría de estas hermandades antiguas no procesionaban, aunque si conocemos que lo hacía la “Hermandad del Dulce Nombre de Jesús” que tenía su sede en el convento de la Victoria, que parece fue una asociación distinta de la “Cofradía del Santísimo Nombre de Jesús” que existía en el siglo XVI con sede en la iglesia Mayor o de la denominada “Cofradía del Nombre de Jesús” con sede en el siglo siguiente en el convento de Santo Domingo, que si parecen sean la misma. La primera citada procesionaba el Domingo de Ramos. /En la imagen de la izquierda, techo de la Capilla de la Aurora.

Sin noticia o información de que hiciesen un recorrido por las calles de la población, aunque no lo descartamos, se encuentran la “Hermandad del Cristo de las Penas”, la de “Nuestra Señora de la Aurora” con sede en dicha iglesia-capilla, la de “Nuestra Señora de la Cabeza” patrona del Gremio de Montañeses, con sede en la ermita denominada de Santa Clara y también la “Cofradía de Nuestra Señora de la Encarnación”, con sede en San Agustín. . Otro tanto ocurre con la “Hermandad de la Invención de la Santa Cruz”, origen de la Cruz de Mayo actual, que desconocemos si tiene alguna relación con el actual paso de “la escalerita” que procesiona con la Soledad. En la iglesia de Santo Domingo tenía su sede la “Hermandad del Rosario de Santo Domingo”, conocida popularmente como de “los Negritos” por ser sus hermanos gente de color, que anteriormente fuese la “Cofradía de Madre de Dios del Rosario y San Benito de Palermo” con sede en una ermita-capilla existente en la esquina de las calles Pozuelo y Pagador, en la que existe una hornacina con una pintura de esa advocación.

hospitaldeladivinaprovidenciab_puertosantamaria

El Hospital de la Divina Providencia, vulgo Hospitalito.

También existieron dos hermandades de cuyas sedes tampoco tenemos referencia: “Hermandad de Nuestra Señora de Regla” y “Hermandad de Santa Rosa de Santa María” De esta última, apuntamos la posibilidad, y esto es una opinión personal sin demasiado fundamento, de que la imagen Titular se transformase en la actual Virgen de la Piedad. En varias ermitas había otras tantas hermandades y cofradías que daban nombre a las mismas. Entre otras estaban la “Hermandad de Santa Lucía”, la “Cofradía de Santa Catalina”, la “Cofradía de San Sebastián y San Roque” y la “Cofradía de Nuestra Señora de Consolación” advocación que tiene la imagen que ocupa el palio de la Veracruz y es Titular de la misma, talla nueva que no parece guarde relación con la mencionada salvo la corta distancia existente entre su sede, la parroquia de San Joaquín y el lugar donde se ubicaba la Ermita de Consolación, en el inicio de la Ribera, cuyos muros han sido puestos al descubierto recientemente en las obras previas al aparcamiento que se quiere construir en aquella zona. También figuraba en el siglo XVI, con sede en el convento de San Francisco, una “Cofradía de Santa María de Consolación” que no conocemos si se trata de la misma o de otra diferente. La “Cofradía de Nuestra Señora de la Merced” se ubicaba en la ermita de San Antón y la “Hermandad de San Antonio Abad” en el Hospitalito

sanagustinb_puertosantamariaEn la iglesia Mayor tenían su sede la “Hermandad del Santo Patriarca San José”, “San Miguel y Ánimas Benditas”, también denominada “Cofradía de Ánimas del Purgatorio”, la “Cofradía del Santo Ángel de la Guarda” y la “Cofradía de Nuestra Señora de Gracia y San José”, fundada en 1601 según Hipólito Sancho, cuya imagen Titular bien pudiera ser la que actualmente procesiona con la hermandad de la Oración en el Huerto bajo la advocación de “Gracia y Esperanza”. En la iglesia de San Francisco tenían su sede la “Cofradía de San Antonio de Padua” y la “Cofradía de San Diego de Alcalá”, y en la iglesia de San Agustín estuvo la “Cofradía de San Nicolás de Tolentino” que se fundiría en el siglo XVII con la del Nazareno.

A esta treintena de hermandades y cofradías citadas y alguna más que se nos haya escapado habría que añadirle una veintena más de congregaciones, cofradías hospitalarias, gremiales y seculares que también se extinguieron y que no citamos para no hacer excesivamente extensa esta nótula. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

Tal día como ayer, hace 236 años, un nutrido grupo de personas de ambos sexos, niños, jóvenes, adultos y ancianos de todas las clases sociales se dieron cita esa mañana, curiosos y expectantes, concentrándose sobre la plataforma central –dos compuertas abatibles de madera- para presenciar de cerca el acto y ser los primeros en cruzar a la otra orilla, el día de la inauguración oficial de un puente de barcas sobre el río Guadalete que conectaba el camino real con el arrecife de Puerto Real y permitía el acceso por tierra a San Fernando y Cádiz.

museonaval_00_1_puertosantamaria

El puente de barcas que se hundió, ya restaurado. "Vista del Puerto de Santa María", óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid) [P1151]. Autor: Sánchez, Mariano Ramón (Valencia, 1740-1822).

No pudo siquiera iniciarse la ceremonia religiosa de inauguración porque, fatalmente, se precipitaron a las aguas del rio junto con clérigos, autoridades civiles y militares, invitados y los numerosos curiosos que, imprudentemente al parecer, ocupaban la tablazón del puente, rindiéndola. En el maremágnum consiguiente, considerando los pesados vestidos de la época y el escaso, por no decir nulo, conocimiento de natación de la mayoría de los accidentados, estando a 50 metros de la orilla, solo pudieron ser salvados aquellos que tuvieron la suerte de encontrar un asidero y esperar el rescate desde los botes que, una vez repuesto del susto inicial, bogaron hacia allí.

cuzparroquialcristalderoca_puertosantamariaAlgunos otros, muy pocos, agarraron las pértigas y los cabos que se le pudieran lanzar desde el tramo que se mantuvo firme del propio puente. Tal vez el largo varal de la cruz parroquial, rematado por un artístico relicario o “Lignum crucis” de plata, al que habrían podido asirse con cierta comodidad los accidentados más cercanos, sirviera para salvar a algunos de ellos. /En la imagen de la izquierda, la Cruz Parroquial, de cristal de roca, que se cita en el texto

El balance de víctimas reconocidas, es decir, los cuerpos recuperados y enterrados al día siguiente, fue de 102 personas, sin que tengamos conocimiento de los que hoy en día calificaríamos como desaparecidos. Esta cifra indicada resulta de la suma de las actas de funerales celebrados en la iglesia Mayor al siguiente día de la catástrofe. Según el archivero Cárdenas, autor de una reseña histórica inserta en una Guía Comercial publicada en 1902 “las victimas ascendieron a la aterradora suma de 413, según información hecha algún tiempo después del suceso… aunque la Gaceta de Madrid publicó una lista de 115 víctimas a raíz de la catástrofe” No cabe duda de que el número exacto de víctimas resulta imposible de determinar, pues serian numerosas las personas arrastradas por la corriente, cuyos restos, como los de otros muchos náufragos, serian arrojados a las playas del litoral.

litografia_1_puertodesantamaria

"El Puerto desde la Otra Banda", con la imagen del posterior puente colgante sobre el Guadalete. Litografía utilizada como cubierta del libro de Santiago Montoto 'El Puerto de Santa María en la liberación de Fernando VII'. 1959. Edición Limitada de 500 ejemplares.

La gran mayoría de las víctimas, concretamente 66 de ellas, según nuestros cálculos fueron enterradas en una fosa común habilitada al efecto en el patio del Postigo de la iglesia Mayor Prioral, que era un lugar empleado para enterramientos de menor solemnidad. El cronista y archivero Cárdenas Burguetto, antes mencionado, indica en su “Reseña Histórica” la existencia de una lápida en el que denomina “patio de los Naranjos” con la siguiente inscripción: “AQUÍ YACEN CIENTO ONCE PERSONAS DE LAS QUE SE AHOGARON EN EL PUENTE DE SAN ALEJANDRO EL DIA 14 DE FEBRERO DE 1779. Existe otra creencia que apunta lo fueron bajo las gradas del atrio de la Puerta del Sol de dicho templo. No podemos descartar que, considerando el elevado número de inhumaciones, se utilizaran ambos espacios. Una veintena de este centenar de victimas contrastadas y a las que se les celebró funerales, recibieron sepultura en el interior del recinto sagrado, generalmente hermanos de diversas cofradías y hermandades que contemplaban esta oferta en sus reglas y estatutos. Así nueve de ellos se enterraron en el cañón de la capilla de San José, ocho en el cañón de la capilla de los Milagros, entre los cuales figuraban Nicolás Cañas Trujillo y su hija María Dolores y dos en el cañón de la capilla del Niño Jesús. Mención aparte merece el vigésimo enterramiento, bajo solado, pues debía tratarse de un personaje notable: Dionisio Capaz Reyes, Promotor Fiscal de la Real Justicia, Defensor de las Temporalidades y Procurador de número de la Audiencia local. Tenía 54 años. Era hijo de Andrés Federico Capaz y María de los Reyes Cruzado. Estaba casado con Flor Ochaita y su único hijo, Dionisio Capaz Ochaita se había licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla recientemente.

juanlara_embarque_puertodesantamaria

"Embarque de Botas". Óleo de Juan Lara Izquierdo. Propiedad de Bodegas Osborne y Cía., depositado en la Casa del vino del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry, de Jerez.

El resto repartieron sus sepulturas por capillas y conventos: Tres, en la iglesia de la Caridad, actual capilla del antiguo Hospital, dos en la capilla de la hermandad de Santa Rosalía, que estaba en el monasterio de la Victoria, otros dos en la iglesia de San Juan de Dios, actual iglesia de las MM. Esclavas, dos más en la iglesia ya desaparecida de los franciscanos Descalzos, en la actual Plaza de Isaac Peral que fueron Nicolasa Gandulfo y Domingo de la Barrera. Este último tenía viñas, casas y bodega, en la que almacenaba doscientas botas de aguardiente catalán para exportar a las Indias muy cerca de dicho convento, en la calle Larga. Era soltero y había nacido en Écija, y en las iglesias de las Capuchinas Antonio Orlando. Vivía cerca de este convento, en una casa de calle Larga, entre Caldevilla y Chanca. Era navegante en la Carrera del comercio de Indias, tenía 49 años y estaba casado con Josefa Ordoño y padre de seis hijos, con edades comprendidas entre 5 y 18 años. El, tenía 49 años. En San Agustín se enterró Gregorio Felices de Molina, Capitán de Milicias y Regidor Perpetuo. Estaba casado con Gertrudis de Ceballos Fernández de Castro. Tenía 53 años y dejó cinco huérfanos. Vivía en el Muelle. Y otros tantos se enterraron en San Francisco, Santo Domingo, Concepción, la capilla de la Virgen de Candelaria, situada en la nave del Evangelio de la iglesia Mayor, así como un enterramiento que se indica “sepultura” sin especificar el lugar donde se encontraba,

Cerramos esta reseña del que creemos ha sido el mayor accidente con victimas de la historia local, indicando que la totalidad de las autoridades de poblaciones vecinas que fueron invitadas a la “reinauguración” del puente, una vez reparadas y repuestas las compuertas que fallaron, meses después, rehusaron su asistencia con diversas excusas, algo totalmente comprensible, aunque no fuesen supersticiosos. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz - A.C. Puertoguía.

Años mas tarde, el 1 de de diciembre de 1839, el puente colgante San Alejandro, se hundió. Ver nótula núm. 2.322 en GdP.

 

5

IsaacPeral_colour_puertosantamaria

Fragmento de óleo sobre lienzo de Isaac Peral y Caballero.

En una antigua guía turística de El Puerto de principios del siglo XX que se conserva en mi casa, pero que no tengo a mano, aparece una foto del famoso sumergible y de “La Carraca”. En la “Guía del buen comer español” de Dionisio Pérez (Post-Thebussem) editada en 1929 por el Patronato Nacional de Turismo --que conservo-- en su página 89 se puede leer :

guiadelbuencomerespanol_2_puertosantamaria"En 1891 ofrecióse a Isaac Peral un banquete en el barrio de Guía, del Puerto de Santa María, en el que figuraron veintiún platos, todos de pescados y mariscos y todos preparados al estilo de los marineros , que son los habitantes de aquella barriada”. No se dice en el libro de Dionisio Pérez si el banquete fue en homenaje a Isaac Peral y su tripulación por el éxito de las pruebas de inmersión de su famoso sumergible en aguas de la Bahía de Cádiz.

En su nótula núm. 351 Javier Maldonado Rosso hace mención del banquete que se celebró en el desaparecido Hotel Vista Alegre (desapareció el hotel y ya de paso, más tarde, también el elegante edificio del XIX que lo albergaba) para festejar la inauguración del alumbrado eléctrico portuense en el que estuvo implicado como principal promotor el famoso inventor cartagenero. El citado hotel estaba en el Vergel del Conde O’Reilly, al lado del río, por tanto en el barrio marinero.

Se trata de dos banquetes en su honor pero por motivos diferentes. Si en 1894, desvinculado de la Armada, es cuando comienza su actividad empresarial en el nuevo sector de la producción y suministro de energía eléctrica en El Puerto, parece que el banquete de 1891 citado por Dionisio Pérez en su libro, debería ser en homenaje a la botadura del sumergible el 8 del 8 de 1888 y las exitosas pruebas posteriores, como así se dice en el pié de la foto del submarino que aparece en esta nótula 351 que comento.

pruebasoficiales_submarinoperal_puertosantamaria

Pruebas oficiales del Submarino Peral verificadas en la Bahía de Cádiz el año 1890. Pulsar sobre la imagen para ampliar.

El Puerto fue acogedor y agradecido con el marino inventor y empresario, reconociendo su talento y valía y honrándole --que yo sepa-- por lo menos con los dos banquetes que se citan, y la dedicación de la plaza del Ayuntamiento donde se encontraba la Eléctrica Peral o fábrica de la luz portuense.

electra_peral_9_8_914_puertosantamaria

Electra Peral Portuense, en la calle Larga, esquina y vuelta con Descalzos o la plaza que lleva el nombre del ilustre marino y empresario, con fachada también en Diego Niño. La imagen es del 9 de agosto de 1914.

electraperalportuense_recibo_puertosantamaria

Recibo de 30 pesetas expedido por Electra Peral Portuense a nombre de Antonio Valimaña el 25 de mayo de 1938, por consumo de electricidad en el Cine Orpheo, en la calle Puerto Escondido.

Todavía los antiguos siguen llamando a la fábrica de luz “Eléctrica Peral”, aunque después haya sido “Sevillana de Electricidad”, y hoy sea “Endesa”.

pedromercaderizubia_puertosantamariaPedro de Mercader i Zufía, Almirante de la Armada, bisabuelo de mi mujer, y tatarabuelo de mis hijos (portuenses como yo) , nació en Barcelona en 1857 y murió en la misma ciudad en 1928. Descendiente directo de Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós ). Falleció antes de heredar el título de Conde de Belloch que pasó directamente su hijo. Hermano, a su vez, del Vizconde de Belloch. Familia, por tanto, de rancio abolengo catalán además de ilustres marinos. Su hija, Joaquina Mercader y Bofill, casó con el también conocido marino Juan Antonio Suanzes y Fernandez, Marqués de Suanzes, abuelos de mi mujer y, por tanto, bisabuelos de mis hijos. /En la imagen de la izquierda, Pedro de Mercader y Zubía.

Pedro de Mercader i Zufía fue uno de los Tenientes de Navío que con su compañero y jefe del proyecto, Isaac Peral, y otros marinos realizaron la primera inmersión del famoso sumergible en aguas de la Bahía de Cádiz. Cuenta la familia, no sé si exagerando un poco, que encaneció prematuramente como consecuencia de las emociones originadas por las pruebas y sucesivas inmersiones en las que participó mi lejano pariente político.

Submarino-Peral-Museo-Naval-cartagena

El Submarino Peral estrenó en 2013 sala en el Museo Naval de Cartagena (Murcia), donde se investigará cómo detener la oxidación interior del casco

Siendo Almirante del Arsenal de la Carraca, en San Fernando, salvó dicho sumergible del desguace y hasta hace poco se ha podido admirar en el puerto de Cartagena. Después de su restauración se le ha buscado un lugar más a cubierto en el Museo Naval de Cartagena. /Texto: J.S.A.

1

juandeaustria_puertodesantamariaEl único vínculo que mantiene Juan de Austria con nuestra ciudad este importante personaje de nuestra historia moderna, del que dentro de unas semanas se cumple o conmemora el 470º aniversario de su nacimiento en Ratisbona (Baviera, Alemania) hijo natural y reconocido de Carlos I, hermanastro de Felipe II, del que tuvimos noticia en nuestra infancia, aparte de por los libros de historia, gracias a la popular película “Jeromín” de Luis de Lucía, basada en una obra del mismo título del jesuita jerezano, con ascendiente portuense, Padre Coloma (Ver nótulas 434 y 1805), es la glorieta que lleva su nombre, situada en la confluencia de la calle San Juan con la Avenida de Sanlúcar.

Parece probado que Don Juan de Austria, en su calidad de Capitán General de la Mar, estuvo en varias ocasiones en la entonces villa ducal de El Puerto de Santa María, antes y después de la fecha en que tuvo lugar la batalla naval de Lepanto: octubre de 1571, cuya flota coaligada, constituida por más de doscientas galeras, denominada “Santa Liga”, comandó. Gregorio Marañón (nótula1.846) lo sitúa en El Puerto en 1565 y también un año después de su victoria contra los turcos, debiendo solucionar la rebelión de los moriscos de las Alpujarras, se traslada aquí para recoger a Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla, general de las galeras denominadas de la Guarda del Estrecho y uno de los más notables jefes militares, junto con Farnesio, Colonna y Bazán, bajo sus órdenes en Lepanto. Lo llevó al conflicto como su lugarteniente y cuando se solucionó fue nombrado Requesens gobernador de los Países Bajos, cargo en el que le precedería.

NAMUR_BELGICA

Grabado de Namur (Flandes).

Nosotros aquí nos vamos a referir a una visita y estancia en concreto, la que realizase en el verano de 1568, diez años antes de que falleciera en Namur, la ciudadela flamenca que acababa de conquistar. Por aquella fecha, protagonizó un incidente que marcaría el rumbo de la historia de la monarquía española. Su sobrino Carlos, hijo mayor de Felipe II y heredero del trono, huérfano de su madre, la reina María de Portugal que falleció en el parto, tenía su misma edad y se había educado conjuntamente con él en la Universidad de Alcalá. Debemos suponer que, aparte el parentesco, gozaban de una buena amistad y camaradería, tanta como para hacerle partícipe (Carlos a Juan de Austria) de su intención de rebelarse contra su padre pues simpatizaba con la causa flamenca.

felipesegundoAdvertido el rey y considerándose traicionado el Infante Carlos, a pesar de que las condiciones física y dotes militares eran notablemente inferiores a las de su medio tío paterno, le acometió con su espada en un ataque de histérica furia, siendo reducido por los sirvientes y encerrado en sus aposentos. Ante la gravedad de su conducta y la inestabilidad mental del príncipe de Asturias, (fue tachado por sus contemporáneos de excéntrico y cruel) su padre Felipe II lo procesó y mandó encerrarlo en el castillo de Arévalo, donde falleció meses después de inanición, al negarse a recibir ninguna clase de alimentos, según una de las numerosas versiones existentes. /En la imagen de la izquierda, el rey Felipe II.

Juan de Austria,’ mientras tenían lugar estos hechos, preparaba una campaña contra los corsario que asolaban el Mediterráneo. En los primeros días de junio salió de Cartagena, y según relata Lorenzo Vander Hammer en la biografía del personaje que publicó en 1627,”entró en la bahía de Cádiz con quince galeras que reforzaban las cinco que allí dejó”. Con pilotos expertos en el conocimiento de la zona “salió a buscar corsarios que decían andaban a Poniente. Amanecieron las galeras sobre la barra de Sanlúcar saliendo a la mar abierta para evitar los bajíos hasta dar fondo frente al río o torre de Oro, zona también conocida como Arenas Gordas y Playa de Castilla”, aproximadamente a la altura de la actual Matalascañas, donde posteriormente se construirían las denominadas “torres de almenara” por ser lugar habitual de aguada de corsarios y piratas, “volviendo a despalmar (limpiar y untar con sebo el fondo de una embarcación) a El Puerto de Santa María”.

escuadra_galeras_puertosantamaria

Escuadra de Galeras.

“Encontró allí tan solo una guarnición de 811 soldados y escribió al marqués de Mondejar pidiendo enviase más gente para reforzar las galeras. Visitó la casa de las Municiones y fundición de la artillería, y el castillo alcazaba, discutiendo con los prácticos el sitio para un muelle que se ocuparía, posteriormente, de construir el capitán Florio de Alapetchi.

Durante su estancia, antes de salir el día de San Pedro Apóstol con las treinta galeras que había reunido para la expedición de castigo, rumbo a Argel, apadrinó a Francisco Manso de Andrade, hijo del Comendador y gobernador de la ciudad, Antonio Manso. Conocemos este hecho puntual que nos permite saber de buena tinta una faceta social y humana de ésta época tan alejada, más allá de la crónica militar, gracias a un erudito local, el Doctor Don Teodomiro Ibáñez que localizó el acta bautismal en la que figura dicho dato, en el folio 323 vuelto del libro de bautismo de la iglesia, hoy basílica, Mayor Prioral del año 1568, según refiere Cesáreo Fernández Duro en su obra “Tradiciones infundadas”. El bautizo está fechado el día 23 de junio.

casadelosmansodeandrade_puertosantamaria

La desaparecida Casa de los Manso de Andrade, en la plaza de Colón.

Finalizamos informando que Antonio Manso, jefe del clan familiar de los Manso de Andrade, era oriundo de Oleiros, en el centro de Portugal. Se estableció en esta ciudad en el primer tercio del siglo XVI como factor, autorizado por los reyes de Portugal para adquirir trigo y expedirlo por algunos puertos de Andalucía. Tenía sus casas principales, llamadas de “los Escribanos” por tener establecida en ella todo el papeleo de la factoría en el edificio que reproducimos en la foto, paralelo al castillo de San Marcos y frente a la actual Plaza de Colón. Dicha casa tenía frontero el almacén de su propiedad, con el sitio que llegaba hasta el muelle, una concesión de los duques de Medinaceli. Posteriorenmente, en el siglo XVIII, fundaron un Mayorazgo y se trasladaron a Medina Sidonia, siendo el conocido Doctor Thebussem uno de sus descendientes. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A-C Puertoguía.

La desmemoria, una tragedia española: Caza de rojos. Un relato urbano de la clandestinidad comunista (Espejo de Tinta), es el libro de de José Luis Losa que recoge los desencuentros entre miembros del Partido Comunista durante la Guerra Civil. Y en concreto, entre los poetas Rafael Alberti y Miguel Hernández.

rafaelalberti_miguehernandez

Podría haber titulado esta crónica como “una tragedia de sangre y mierda”, expresión que usa su autor frecuentemente a lo largo de las 510 densas y apasionantes páginas de su libro. Pero sería injusto. Porque la verdadera protagonista moral de esta historia aparece, aunque tarde, en su penúltimo capítulo titulado : “La memoria miente”, ratificado por la frase de Leonardo Sciascia: “Todos mentían, incluso la memoria”. Pues con el paso del tiempo, “todo proceso de exfoliación de la memoria pasa por el delicado trabajo de ir erosionando las capas que la invención, la mitomanía, las construcciones autoprotectoras, han ido dejando como un sedimento de apariencia mineral, opaca; las capas que ocultan la verdad. Las verdades de cada cual.”

cazaderojos_puertosantamariaLlama sin embargo la atención, entre todas, una anécdota extraordinariamente trágica —al menos para mí— por lo desconocida y por lo relevante de sus protagonistas: Rafael Alberti (De quien Bergamín llegó a decir: “Mandamos al exilio a un joven poeta y nos devuelven a una puta vieja”, pág. 22) y Miguel Hernández, abandonado a su suerte en Monóvar en los últimos días de la guerra cuando Alberti y María Teresa León podrían haberlo persuadido para embarcar en el último avión que salía hacia Orán, quizá en el mismo en que voló Pasionaria… No resisto contarla, por su interés, con las mismas palabras de José Luis Losa (págs. 174-175) :

“Y ahora Federico Sánchez escucha a Paco Romero Marín la narración de lo que sucedió aquel día en el campo de aviación de Monóvar. Aquellos aviones franceses que iban recogiendo de manera selectiva a un pasaje privilegiado entre una militancia que superaba las posibilidades de evacuación. Mientras Miguel Hernández ha conseguido llegar a Alicante y vaga en medio de la gente, ya en Monóvar, en ese campo del cual, en efecto, como atendiendo a lo premonitorio de su poema, va a volar Pasionaria, dejando atrás, abajo, sin futuro, a unos hombres para los cuales las únicas instrucciones de un partido que no ha preparado ningún plan de resistencia ante la inminente derrota serán tan vehementes como suicidas: ??--¡Ahora, todos a las sierras! ??Y es verdad, como dice Hernández:

Crecen los héroes llenos de palmeras.
Y mueren saludándote pilotos y soldados.

Mientras Pasionaria se aleja...

Versos aterradores por visionarios los de Miguel Hernández, que entonces se mueve aturdido en ese sálvese quién pueda de Monóvar. Es entonces --cuenta ahora Paco Romero Marín--, que allí estaba, y que de allí pudo volar, en el último Dragón --encañonando a un piloto remiso a poner rumbo a África--, cuando Hernández se encuentra con Rafael Alberti y María Teresa León.

palaciodezabalburu_madrid

Palacio de Zabalburu, confiscado a los Marqueses de Heredia-Spínola, sede de la Alizanza de Intelectuales Antifascistas, que presidía Rafael Alberti, en Madrid.

Es Alberti el que lo ve. Hace más de dos años que no se hablan, desde la bronca pelea en la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas que presidía Alberti, en Madrid, en el palacio de los Heredia Spínola, en el primer año de la guerra.

mariateresaleon_jovenalia_puertosantamaria

Llegaba cada día Miguel Hernández del frente, donde participaba activamente, animaba a las tropas y llegó a ser comisario político con El Campesino. Y se encontraba con el ambiente de francachela de aquel oasis de neoseñoritismo de mono azul y alpargatas, en cuyas mesas corría el vino y se tomaban las más peregrinas decisiones sobre suertes ajenas. Un día, indignado por el contraste entre la situación dantesca que viven los soldados en el frente y lo que ve en el palacio de los Heredia Spínola, aún con los restos de una buena comida en la mesa, se acerca al encerado que preside la sala, todavía Miguel Hernández con el uniforme transpirando el sudor del frente y escribe: ??--Aquí hay mucho hijo de puta y mucha puta. ??A la vista de que la única mujer presente en la sala era María Teresa León, ésta arremete contra Hernández y le asesta un puñetazo de inusitada contundencia, que le voltea y le rompe un diente. Habían dejado de hablarse; era el otoño de 1936. /En la imagen de la izquierda, María Teresa León.

Ahora, en Monóvar, Alberti, que ha visto acrecentarse su poder durante la guerra, intenta congraciarse con el poeta de Orihuela:?? --Tú ya sabes cómo son las mujeres, Miguel. Pero si tú quieres, te puedes venir con nosotros. Arreglo las cosas para que se te haga un hueco en el avión y te vienes con nosotros a Argelia. ??Miguel Hernández contestó secamente: ??--Yo me vuelvo a mi pueblo.

ELMONOAZUL-MADRIDEn la imagen de la izquierda, portada de 'El Mono Azul' una de las publicaciones de la Alianza de Intelectuales Antifascistas.

De esa historia será testigo Irene Falcón. Ella va a compartir con Alberti y María Teresa, y a quedarse aún un día más, una vez que la pareja haya volado rumbo a Orán, una hermosa casa cercana al helipuerto, en donde toman té ruso con unos dulces... mientras en los alrededores, en Elda, en Monóvar, cunde el pánico. Irene Falcón se lo contará todo a Romero Marín con cierta ingenuidad. ??Alberti va a sellar ese encuentro suyo con Miguel Hernández con la llave del silencio. Tiene la percepción de que, en la medida en que hubiese suturado la herida de esa enemistad, podría haber evitado la muerte de Miguel Hernández. Va a contar la historia, tiempo después, y tergiversada, a algunos amigos, pero en el caso de que Alberti escriba unas memorias, y de que a éstas le dé por llamarlas La arboleda perdida, se apresurará a falsear la verdad abiertamente cuando afirme que "la última vez que vi a Miguel fue en Madrid, cuando después de intentar convencerle de que se refugiase en la Embajada de Chile, escuché de Hernández que se iría andando a su pueblo. ??--Tú lo que deseas es que te maten, Miguel. Es al único sitio donde no puedes ir. ??Y se habrían fundido en un abrazo”. /Texto y selección: Miguel Veyrat.

LUISFRANCISCODELACERDA_PUERTOSANTAMARIA

Luis Francisco de la Cerda, IX duque de Medinaceli. Detalle de óleo pintado por Jacob-Ferdinand Voet, Museo del Prado (Madrid), pintando probablemente con motivo de su nombramiento como Comandante de Galeras en Nápoles, donde fue Virrey y Capita´n General.

Luis Francisco de la Cerda y Aragón, IX Duque de Medinaceli, señor de El Puerto, nació en nuestra Ciudad, El Puerto de Santa María, el 2 de agosto de 1660. Era el primer hijo varón de Juan Francisco de la Cerda Enríquez de Ribera y de Catalina Antonia de Aragón Folc de Cardona y Córdoba. Heredó de su padre los títulos de duque de Medinaceli, de Alcalá de los Gazules, marqués de Cogolludo, de Tarifa y de Alcalá de la Alameda. Heredó de su madre los de duque de Segorbe, de Cardona, de Lerma, marqués de Denia, de Comares, de Pallars y conde de Prades. De ambos, el de Grande de España, convirtiéndose en uno de los aristócratas más importantes de la España de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII.

napoles-1698

Planta y alzado de la Ciudad de Nápoles en 1698 de donde llegó a ser Virrey.

Durante el reinado de del rey Carlos II fue embajador ante la Santa Sede --siendo papa Inocencio XII--. Fue nombrado en 1684 comandante de Galeras  de Nápoles, llegando a ser virrey y Capitan General de dicha ciudad italiana y desde 1699 miembro del Consejo de Estado.

EscudoMedinaceli__PUERTOSANTAMARIATras las nupcias celebradas con María de las Nieves Téllez-Girón y y de Sandoval en 1732, hija del duque de Osuna, Gaspar Téllez-Girón, tuvieron dos hijos, Catalina y Luis, que fallecieron antes de llegar a la mayoría de edad, por lo que sus títulos nobiliarios pasaron a su sobrino Nicolás Fernández de Córdoba, hijo de su hermana Feliche. /En la imagen de la izquierda, escudo de la Casa de Medinaceli, señorío entre otros de El Puerto de Santa María.

Al morir sin herederos de Carlos II y el comienzo de la Guerra de Sucesión fue nombrado Primer Ministro por el rey Felipe V. Opuesto a la creciente influencia francesa en la corte española, en 1710 desveló a los ingleses los planes secretos para concertar una tregua entre las Provincias Unidas y Francia, por lo que fue encarcelado en el alcázar de Segovia y posteriormente trasladado al castillo de Pamplona donde murió al año siguiente, el 26 de enero de 1711.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies