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isaacalbeniz_puertosantamariaSe cumple este año el centenario del fallecimiento del compositor Isaac Albéniz (1860-1909). Aunque el músico era catalán, se inspiró en temas lugares y costumbres andaluzas, siendo coetáneo de Manuel de Falla. Compuso una obra dedicada a nuestra Ciudad y no al puerto (o muelle) de Cádiz como erróneamente le atribuye el francés André Gauthier. (Albéniz. Traducción de F. Ximénez de Sandoval. Madrid: Espasa-Calpe, 1978. p. 103). Muy poco porteños conocen que dicha pieza, perteneciente al primer cuaderno de la “Suite Iberia” --considerada por los especialistas como la obra cumbre de la música española--, está dedicada a El Puerto de Santa María.

José S. Rodríguez, bailaor flamenco portuense, discípulo de “El Estampío” y de “Carito”, llevó El Puerto de Isaac Albéniz por todos los teatros del mundo. José S. Rodríguez es tío segundo de José Ignacio Delgado Poullet -Nani- técnico del Centro Municipal de Patrimonio Histórico. La madre de Nani es Maruja Poullet Rodríguez, hermana de Pepín, 'el Barbero'. Tiene nótula 100 en Gente del Puerto.

suite_iberia_puertosantamariaLA SUITE IBERIA.

Los últimos años de la vida de Isaac Albéniz transcurren en Francia donde compone la Suite Iberia: una colección de doce grandes piezas para piano que reflejan su  visión de la España recordada y añorada desde la Francia en que reside. Se compone de cuatro cuadernos, cada uno de tres piezas. Evocación, El Puerto, y El Corpus en Sevilla componen el primero. Es la evocación de un músico que vive entre París, Niza y San Juan de Luz pero piensa en lo español. Sigue con un recuerdo de escenas de la vida en El Puerto de Santa María, sus barcos, su espacio en la bahía de Cádiz...

La esencia de su composición es básicamente andaluza, ya que de las 12 piezas que tiene esta Suite, 10 de ellas están dedicadas a diferentes lugares de Andalucía, excepto Evocación o Preludio y Lavapiés. Muestra de sonido de piano

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EL PUERTO DE ALBÉNIZ.

«El Puerto es la segunda pieza del primer cuaderno de Iberia. El manuscrito del autor, conservado en la Biblioteca del Congreso de Washington,  se titula “Cadix” y está fechado en Paris, el 15 de Diciembre de 1905. Albeniz recuerda a El Puerto en un alegro imperioso, pensado para guitarra”. En efecto, de todas las piezas de Iberia, quizás sea ésta, junto con El Albaicín, la que más claramente  alude a la técnica guitarrística, aunque sublimada en una escritura pianística de altos vuelos. El aroma guitarrístico se percibe desde el mismo arranque de El Puerto. Transportada a Re desde el Re b Mayor original, resultan unos acordes arpegiados perfectamente naturales a las posiciones guitarrísticas. Esta fórmula de acompañamiento con su diseño rítmico característico de hemiolia, y el motivo melódico basado en la repetición de una nota, nos recuerdan, en cierta manera, a las Guajiras de Juan Parga (1843-1899), un guitarrista-compositor de los tiempos de Albéniz.» (Javier Riba). Muestra de Sonido de Guitarra.

elpuerto_albeniz_2_puertosantamaria"Esta adaptación para guitarra de El puerto de Albéniz fue realizada por el guitarrista Javier Riba. Aunque Albéniz no compuso música para guitarra sus composiciones han despertado el interés desde los guitarristas desde épocas tempranas. Las primeras adaptaciones de música de Albéniz para guitarra son prácticamente contemporáneas a las versiones originales para piano. Luego de las versiones más difundidas de Segovia sobre el repertorio Javier Riba presenta esta cuidadosa adaptación de El Puerto, segunda pieza de la suite Ibérica de Albéniz. Riba ha procurado mantener el estilo y los recursos de la guitarra de la época". (Tritó).

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juangavalalaborde_puertosantamaria| Texto: Juan José López Amador

No es fácil contar parte de la vida de una de las personas más ilustres, de todos los que están relacionados con nuestra ciudad. Una persona que no nació en ella, pero toda su vida estuvo vinculada a la misma. El Excelentísimo Señor D. Juan Gavala y Laborde, nació en Lebrija, Sevilla el 6 de julio de 1.885. Siendo aun muy joven se traslada con su familia a El Puerto de Santa María.

Durante varios años realiza sus estudios en el Colegio San Luis Gonzaga, recibió la ayuda del profesor Reverendo Padre Francisco Torres, quien no solo le enseña Griego y Latín, además, le dió el entusiasmo y aliento que a veces necesitó. Se Doctoró como Ingeniero de Minas, y pronto comenzó su larga investigación geológica, realizada por todo el territorio nacional, y principalmente desarrollada en la provincia de Cádiz. Al mismo tiempo, publicaba los resultados de sus estudios.

CALLE DE LA NARANJA Y PLAZA DE JUAN GAVALA.

Del primero que tenemos noticia data del año 1917, año en el cual soluciona graves desperfectos de la conducción de aguas del Tempul, y es declarado hijo adoptivo de Jerez de la Frontera, y a una calle (Naranja) se le llamará con su nombre hasta el año 1979, cuando de nuevo se le llamara Naranja. Actualmente grupos socioculturales de Jerez, piden de nuevo que la calle se llame de Juan Gavala y Laborde.

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En nuestra ciudad una pequeña, pero singular plaza lleva su nombre, esta situada en pleno centro histórico de la ciudad, junto a la Iglesia Mayor Prioral, y de donde parte una de las calles más carismáticas del centro, Luna.

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Foto familiar realizada en las primeras décadas del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, de izquierda a derecha, Tula Ruiz Golluri, María Ruiz Golluri, Joaquín Ruiz López, Joaquín Ruiz Golluri y Ana Ruiz Golluri. Sentados, de izquierda a derecha: María Jesús Ruiz Golluri, Emilia Morante Seytre, María Febrés Morante y Eduardo Ruiz Golluri. (Foto e identificación de Antonio Gutiérrez Ruiz, de su trabajo inédito ‘La Quinta de los Ruiz’). Más información en la nótula núm. 377 de Adriano García-Loygorri y Ruiz Golluri.

LA FAMILIA

Se casó D. Juan, en primeras nupcias, con Doña Ana Ruiz Golluri, nacida en nuestra ciudad en el seno de una familia ampliamente conocida, según creemos tuvo tres hijos. Queda viudo, y se casa en segundas nupcias con Doña Concepción Díaz. En su casa, al principio de la calle Cielos, donde los ventanales daban a la Plaza de los Jazmines, poseía una abundante biblioteca, así como una importantísima colección malacológica, con miles de ejemplares de todo el mundo, y con prácticamente todas las especies de la Bahía Gaditana, recogidas o adquiridas por él. Hoy por desgracia, esta colección se halla fuera de nuestra ciudad, adquirida por la Junta de Andalucía.

gavala_03_puertosantamariaPUBLICACIONES

Entre sus publicaciones destacamos las siguientes: Regiones petrolíferas de Andalucía, 1917. Descripción geográfica y geológica de la Serranía de Grazalema, 1918. Manchas Terciarias que rodean la Bahía de Cádiz-Mancha costera Pliocena del Puerto de Santa María, 1919. Mapa geológico de la provincia de Cádiz, 1924. Mapa geográfico de la provincia de Cádiz. Cádiz y su Bahía en el transcurso de los tiempos geológicos, 1927. Los filones argentíferos de Hiendelaencina, 1944. Memoria explicativa de la hoja numero 1.061-Cádiz, 1958. La geología de la costa y Bahía de Cádiz y el poema "Ora Marítima" de Rufo Festo Avieno 1959. El anclaje de las masas continentales. Discurso de ingreso. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid 1960. La geología, la gran impulsora del progreso. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid, 1968. Origen de las islas gaditanas. Instituto de Estudios Gaditanos. Cádiz,

pza_j_gavalaNo cabe duda que todos los trabajos causaron impacto entre los investigadores, pero entre estos destacaremos dos, la Hoja 1061, La geología de la costa y Bahía de Cádiz y el poema "Oda Marítima" de Avieno reeditado recientemente por la Diputación de Cádiz y ya agotado (por cierto que el original que se utilizó para realizar el facsímil es propiedad de Luis Suárez Ávila). El primero, porque hasta los últimos planos realizados por satélite, no ha sido mejorado, aunque aun es referencia obligada. El segundo es una obra de obligada lectura, no solo para la información geológica, sino también para la interpretación de la costa española en la antigüedad. La cartografía que acompaña este libro, reconstruye el área costera, especialmente de la Bahía de Cadiz y las marismas del Guadalquivir, en épocas antiguas, con una efectividad realmente asombrosa, como así han demostrado los trabajos dirigidos por las Universidades de Bremen y Sevilla, muy recientemente. (En la imagen, acuarela de Vicente Vega de la Plaza de Juan Gavala, en una vista desde la calle Vicario.).

NOMBRAMIENTOS Y DISTINCIONES.

grancruz_alfonsoX_puertosantamariaEntre otros nombramientos, es requerido para el cargo de Director del Instituto Geológico y Minero de España durante los años 1954-55 así como Director General de Minas. Fue Director General de la Empresa Nacional ADARO, en Madrid, dedicada a la investigación y nuevas tecnologías de la época, donde procuraría empleo a muchos portuenses. Era miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y del Instituto de Estudios Gaditanos. También fue condecorado en varias ocasiones: Caballero de la Real Orden de Carlos III, Gran Cruz de las Órdenes del Mérito Agrícola, Mérito Civil, Alfonso X El Sabio, y Cardenal Cisneros.

Nos encontramos ante un gran hombre que merece todo nuestro reconocimiento, con méritos realmente extraordinarios, y una profesionalidad claramente expuesta en sus trabajos. Falleció el 8 de diciembre del año 1977 en El Puerto de Santa María. Hoy contamos en el edificio de Cultura, San Luis, donde estudio algunos años, con un retrato en la galería de portuenses-porteños ilustres, en la imagen inferior.

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ADDENDA

Addenda a la revisión del Poema de Avieno 'Ora Marítima' en la que Juan Gavala revisa la última edición de su obra, reeditada por la Diputación y de nuevo agotado: "El estudio que precede del poema «Ora Maritima» de Rufo Festo Avieno se imprimió en el verano de 1957 mientras preparaba el texto y las láminas de la Memoria geológica de la Hoja de Cádiz, trabajo que por circunstancias especiales hube de interrumpir entonces y no pude reanudar hasta el pasado otoño. En los dos años y medio transcurridos desde la impresión de «Ora Maritima» he dedicado muchos ratos, a recordar y repasar los relatos de Avieno, con el afán de lograr localizaciones exactas de los parajes que menciona, y para ello he aquilatado la traducción de frases de sentido no muy claro del texto latino, y que se prestan a torcidas interpreta- ciones si no se da a las palabras el significado justo y el valor exacto con que el autor las empleó. Ese continuo dar vueltas al asunto me ha hecho ver que algunas localizaciones, que por rutina venían considerándolas incuestionables los comentaristas de Avieno, no tienen realmente justificación, y es preciso, en consecuencia, modificar ideas y conceptos, que a su vez influyen en la interpretación de otros pasajes del poema." Para ver el texto completo, pulsar.

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preladomomificadoA esta galería de mis conocidos ilustres no puedo evitar traer a Don Juan Francisco de Enciso y Monzón (El Puerto de Santa María, 1657-1735). Fue hijo del Capitán Don Juan de Enciso y de Doña María Monzón, gente muy principal relacionada con las  galeras, la milicia, las Órdenes de Santiago y Calatrava y la clerecía.

Los Enciso tuvieron casa morada, de toda la vida, en la Plaza de la Iglesia, sin que yo pueda decir cuál era y, como personas de posibles, adquirieron arrimo y cañones propios en la "Capª. del Xpto. de la espiración" de la Prioral que no es otra que el antiguo sagrario de esa Iglesia, donde hoy recibe culto Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Don Juan Francisco de Enciso y Monzón fue bachiller y, aunque ordenado de menores, disfrutó de numerosas capellanías que le servían sacerdotes amigos. Se reveló como grandísimo poeta castellano y, al final de sus días, determinó ordenarse de presbítero.

eneida_puertosantamariaTradujo, en octavas reales, los doce libros de la "Eneida" de Virgilio, que dedicó a la Católica Majestad de Don Carlos II y aparecieron impresos por Cristóbal de Requena, en Cádiz, en 1698.  Compuso un poema épico, en diez cantos, llamado "La Christiada" que vio la luz en las prensas gaditanas en 1694. Tradujo cinco libros de Tertuliano  y escribió tener compuestas unas "Rimas latinas y castellanas", a más del libro "De la conveniencia de las letras humanas y divinas". (En la imagen, portada de la Eneida de Virgilio).

Gongorino rezagado, puso doce octavas al frente de la "Questión médico-moral..." del doctor Cristóbal Boleda, vecino de El Puerto, impresa en Sevilla en 1710. Al año siguiente, divulgó la imprenta su epinicio a la victoria de Felipe V sobre sus enemigos los Imperiales y a las fiestas que se hicieron en El Gran Puerto de Santa María con tan fausto motivo. Fue autor de muchas otras obras dispersas, peregrinas y curiosas. 

"La Eneida de Enciso, es una traducción poética, basada en el estilo de Góngora, del que toma construcciones sintácticas, léxico, metáforas, e incluso versos enteros. Dicha obra pertenece a la corriente de traducciones en las que el autor trata de adaptar un estilo poético a una traducción, corriente que tenía en esta época una gran vigencia". "La gongorización de Virgilio: análisis de una traducción de la Eneida del siglo XVII" José Antonio Izquierdo. Universidad de Valladolid. Para leer el artículo completo, pulsar.

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Capilla del Nazareno o de los Enciso, antiguo sagrario de la Iglesia Mayor Prioral, situado en la nave del Evangelio. De planta cuadrada y cubierta con una bóveda gótica de crucería, contiene en su testero principal un retablo neobarroco realizado en el primer tercio del siglo XX que alberga las imágenes del Nazareno y San Juan, realizadas por el escultor sevillano Pedro Roldán (año 1675).

enciso_lapida_puertosantamariaPues lo que digo: yo lo conocí, en 1959, bien que mermado de carnes, enjutísimo e impasible, tocado con bonete, revestido con casulla, estola, manípulo y alba muy deteriorados y sin color preciso, aunque oscuro terroso y en olor de humedad.

Ocurrió que los dos cañones que estaban a los pies del altar antiguo del Cristo de la Expiración, hoy del Sagrado Corazón, se trasladaron a los pies del altar del Nazareno con sus respectivas lápidas. Al levantarlas, aparecieron varios caballeros Enciso.

Pero en un ataúd, forrado de tela, en bastante buen estado, compareció el gran Don Juan Francisco. Y tuve el gusto de conocerlo, aunque, si digo la verdad, ni me cruzó palabra.  (Textos: Luis Suárez Ávila).

"Esta capilla y entieros es del Capitan Jvan de Encisso Regidor y Fe Executor de esa civdad y de Dª M.B. de Medina MonÇon sv mvger y hijos y svcesores. Año de 1660.".

Imagen y texto de la lápida que se encuentra en el suelo de la Capilla del Nazareno,  al pie del altar principal, antiguo sagrario de la Iglesia Mayor Prioral, que alberga los restos mortales de la Familia Enciso, entre ellos los de D. Juan Francisco de Enciso y Monzón.

«Sólo diré, que yo he traducido la Eneida, mas como Poeta, que como interprete, no solo porque la he traducido en versos, pero porque quanto cabe en mis fuerzas, he procurado que la traduccion compita con el original: á esto me ha ayudado mucho el estudio de veinte años en ambas erudiciones, y especialmente en las artes de Eloquencia y Poesía, con la frequente leccion de los Poetas Griegos y Latinos.» Juan Francisco Enciso

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luiscolomaroldan_jerezA los pies de la sierra de San Cristóbal, al borde del antiguo estuario del Guadalete, donde los términos de Jerez y El Puerto de Santa María se confunden, se ofrecen a la vista del viajero las tierras de Sidueña. Estos hermosos parajes, escenario de nuestra historia desde hace casi treinta siglos, fueron “ganados” para la literatura por el Padre Coloma con la publicación de su obra Caín.

La primera edición de esta pequeña novela de juventud, vio la luz en 1873 y su acción se desenvuelve en distintos lugares de nuestro entorno cercano (Sidueña, El Puerto, Jerez) que sirven de marco a la historia de Miguel y Joaquina, campesinos que trabajan su huerta en Doña Banca, y de sus hijos Roque y Perico. Roque, de ideas republicanas, se unirá a la revuelta popular en Jerez y, junto a los amotinados, se enfrentará al ejército de cuyas tropas forma parte su hermano Perico, al que dará muerte. Su madre, Joaquina, será testigo directo del trágico desenlace. Como trasfondo histórico del relato, se adivinan los sucesos del “Motín de Quintas” de 1869. Y como uno de los escenarios principales de la acción, las tierras de Sidueña. Vamos a volver a visitarlas con el Padre Luis Coloma 140 años después, tomando como referencia los textos de la edición de la obra realizada por el profesor José López Romero.

2496ima119“A la caída de una hermosa tarde de mayo de 1869, caminaba por el arrecife que va de Jerez al Puerto de Santa María, un hombre ya entrado en años, que llevaba delante de si una burra”. Así da comienzo Caín, presentando a Miguel y a Joaquina, su mujer, que a lomos de la burra “Molinera”, recorren el “arrecife” (que sigue, aproximadamente el mismo trazado que la antigua carretera de El Puerto que hoy se conserva) en dirección a Doña Blanca. En su camino, tras encontrarse con Juan Pita, un hortelano que se dirige al mercado de Jerez a vender sus tomates, pasarán por el pequeño Puerto de las Cruces. (Dibujos de Apeles Mestres y Paciano Ross).

“Abismados Miguel y Joaquina en sus tristes pensamientos, pasaron en silencio los dos pilares que llaman Las Cruces, colocados a orillas del camino como dos centinelas que marcan la primera legua andada de Jerez al Puerto. Sale de allí una vereda que, obedeciendo a su propio instinto, tomo Molinera, y que trepa por un cerro, sin vegetación, cubierto de hierbas secas, que dejan asomar alguno que otro murallón negro, escueto y pelado, como asomarían por una sepultura excavada los huesos de un enorme esqueleto. Aquella es la tumba que el tiempo ha labrado al castillo de Sidueñas”.

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Las cruces, en la actualidad, en las inmediaciones del acceso a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. (Foto García Lázaro).

En un lamentable estado de abandono y deterioro, aún pueden verse hoy día los pilares de Las Cruces, en las proximidades de la entrada a los Depósitos de la C.H.G. de la Sierra de San Cristóbal. Las Cruces, entre las que discurría el viejo arrecife, marcaban la separación de los términos municipales de Jerez y El Puerto y, al llegar a este punto, los viajeros procedentes de Jerez tenían a la vista el hermoso paisaje de las tierras de Sidueña con la Bahía de Cádiz como telón de fondo. En las cercanías de Las Cruces, el Castillo de Doña Blanca, no podía faltar tampoco en el relato del Padre Coloma, en cuya descripción se aprecia, en palabras del profesor Lopez Romero, un marcado “retoricismo”.

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Torre de Doña Blanca, que da nombre al yacimiento. (Foto Sam Hardy).

"En aquel sitio se levanto esta importante fortaleza armada de ocho torres que la fortificaban. Es opinión fundadísima que la reina de Castilla doña Blanca de Borbón, vino a llorar entre aquellos muros los desdenes del rey don Pedro, y allí, por orden de éste, el ballestero Juan Pérez de Rebolledo le dio un tósigo, por haberse negado a este crimen, con gran valor y nobleza, Iñigo Ortiz de Zúñiga, primitivo guardador de la regia prisionera. Hoy, gracias a una mano cuidadosa que supo incrustar como en un relicario lo que el tiempo y el abandono habían dejado de aquellos muros, que tanto han visto y tanto saben, queda del castillo de Sidueñas una de sus ocho torres, la de Doña Blanca, que se alza sobre el cerro que cubre sus ruinas, como una cruz sobre una sepultura, como una corona sobre la tumba de un héroe. Encaramada sobre un alto pedestal, no tiene una flor que la adorne, ni siquiera una guirnalda de hierba que la abrace y la sostenga. Severa como cuadra a la guardiana de una tumba, altiva como corresponde a la última morada de una reina, se ciñe su corona de almenas y muestra en su frente un escudo, en que, bajo una corona de marqués, campea el león de Castilla y se destacan las tres barras de Aragón”.

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El barrio fenicio del Yacimiento de Doña Blanca, con el poblado de colonización en segundo término y, al fondo, El Puerto y la Bahía de Cádiz. (Foto: García Lázaro).

Las descripciones que Coloma realiza en Caín sobre las ruinas que observa en el paraje del Castillo, son de gran interés para la arqueología y no pasaron desapercibidas en la revisión historiográfica que Diego Ruiz Mata realiza en su obra “El poblado Fenicio del castillo de Doña Blanca”, donde se ocupa de las referencias a las huellas de la muralla turdetana que pudo observar Coloma con algunos de sus restos todavía erguidos y a la vista. En relación a su alusión a la “…importante fortaleza, armada de ocho torres” que asigna a la época de Doña Blanca de Castilla, Ruiz Mata corrige así la interpretación de Coloma: “El castillo medieval, al que se refiere, no existió nunca, pero pudo advertir los restos de ocho torres pertenecientes a los siglos IV/III a.n.e. Las excavaciones de estos últimos años han exhumado restos de cuatro de ellas”. Estos vestigios serán visibles, al menos hasta 1923, cuando el presbítero jerezano Ventura F. López, en sus artículos del Diario del Guadalete sobre Tartessos, “también pudo ver erguidos restos de viviendas y de la muralla turdetana”.

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Granja de La Piedad. En su tiempo, colonia infantil para los veraneos, perteneciente al municipio de Cádiz. También era el centro de control de la traída de aguas a la capital. (Foto García Lázaro).

casademaquinas_puertosantamariaEn Caín, no faltan tampoco las descripciones de las huertas de tomates, melones y frutales que se cultivaban (y aún se cultivan) junto al arrecife, en el Valle de Sidueña, mencionándose, a modo de ejemplo el “cojumbral” de Juan Pita. Se hace referencia también a otros caminos y veredas de estos parajes como el que en cierta ocasión toma Juan Pita, quien se aparta del arrecife y “…por un atajo que llaman La Trocha retrocedió hacia Jerez donde pensaba vender su canasta de tomates”. Aún se conserva todavía La Trocha y esta misma vereda fue trágico escenario de no pocos fusilamientos en 1936. Junto a todo ello, el relato ofrece valiosas referencias a los manantiales de Sidueña, en las proximidades del Castillo de Doña Blanca.

lapiedad_02_puertosantamaria(En la imagen superior, lápida de 1887, indicando la Sala de Máquinas de las Aguas de La Piedad. Podemos ver la lápida en la imagen anterior, sobre el dintel de la puerta. En la imagen de la izquierda, monolito de acceso a la Granja de La Piedad. Fotos JMM).

"Rodean aquel cerro triste y pelado, a la manera que para disimular el horror de la muerte circundan un sepulcro de jardines, cuatro frondosas huertas: la Martela, la de los Nogales, la del Algarrobo y la del Alcaide. Nace en esta última, al abrigo de una porción de álamos blancos, un manantial que lleva el dulce nombre de La Piedad y que, pródigo y compasivo con su nombre, manda uno de sus caños a fertilizar las huertas, mientras el otro sigue el camino del Puerto de Santa María, se detiene ante una ermita arruinada, para acatar la majestad caída…”

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Los pozos de La Piedad. Al fondo, la Sierra de San Cristóbal. (Foto García Lázaro).

Algunos de estos manantiales, como los de La Piedad (de los que nos ocuparemos en próximas entradas) cuentan con una historia de siglos si bien, los registros de sus pozos de captación de agua y sus conducciones, sufren hoy día un lamentable abandono.

Volveremos a las tierras de Sidueña, a esos parajes en los que el profesor e investigador Miguel Angel Borrego sitúa la Shiduna árabe, aquella que, al decir del historiador Ahmad al-Razi (m. 955) fue “muy grande a maravilla” con un monte sobre ella “de muchas fuentes que dan muchas aguas”. Estos lugares que el Padre Luis Coloma quiso también dejar para siempre en las páginas de sus libros. (Textos: García Lázaro).

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juanmiguelsanchez_2_puertosantamariaNació en El Puerto el 17 de agosto de 1899, y murió en Sevilla el 28 de julio de 1973. Su vocación por el dibujo y la pintura despiertan en él siendo muy joven, por lo que es matriculado antes de cumplir nueve años en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, de El Puerto: "La vocación por la pintura se despierta en mí desde muy pequeño. Una caja de colores fue siempre mi juguete favorito'. 'Convencidos mis padres de que nada me interesaba tanto como la pintura, sin cumplir aún los nueve años, ingresé en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cecilia de mi pueblo, El Puerto de Santa María, donde al mismo tiempo que el dibujo y la pintura estudié un poco de música'. 'Con las mejores notas y algunos premios, terminé mi primera etapa de aspirante a pintor con una preparación suficiente para pasar a completada en ambiente más propicio".

En 1918 marcha a la capital hispalense, donde estudia por libre en la Escuela de Artes y Oficios, y donde tendría por maestro a Virgilio Mattoni. Posteriormente ingresa, gracias a un brillante ejercicio, en la sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano, donde conoce a Gustavo Bacarisas, pintor consagrado. Por los años veinte estaba en pleno apogeo el cartel, y a él se dedicó Juan Miguel Sánchez con gran entusiasmo. (En la imagen, cartel de la Feria de Primavera de El Puerto del año 1952).

juanmiguelsanchez1_puertosantamariaEn el cartel de Semana Santa y Feria de Sevilla de 1925, "Juan Miguel Sánchez nos muestra a su Eva flamenca erguida y solemne con la mantilla al viento, un amplio abanico en la mano y una Sevilla estrellada al fondo..."Obtuvo gran cantidad de galardones como el primer premio en el concurso nacional para carteles anunciadores de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926. Participó asimismo, por primera vez, en dicha exposición, con dos obras, consiguiendo una medalla de tercera clase, en Arte Decorativo, con un cartel titulado "Aurora sevillana", que fue adquirido por el Estado. Participó en la Exposición Nacional, en la sección de Arte Decorativo, en 1932, año en el que también participó otro artista portuense, Serny.
En la Exposición de 1934 participó en la sección de Pintura con una obra. En 1936 participó en la sección de Pintura, con dos obras. Exposición que coincidió con el inicio de la guerra civil, lo que no hizo posible que se concedieran premios. En 1938 pintó unos murales para la capilla de la barriada cordobesa de la Electromecánica. Su primera gran exposición tuvo lugar en San Sebastián en 1939. (En la imagen, cartel promocional de las exposiciones universales celebradas en España en Sevilla y Barcelona, en el año de 1929).

juanmiguelsanchez_5_puertosantamariaEn la Muestra Nacional de 1941 volvió a concurrir con dos obras. Ese mismo año realiza los murales en el vestíbulo de la estación de autobuses de Sevilla. Un año después, en 1942, expuso en Barcelona en la célebre Sala Gaspar, un total de 34 cuadros, entre ellos los siguientes: "Cal y luna", "La cacharrera", "Callejón de la parra", "La fuente del patio", "Salida al mercado del jueves", "En el Rocío", "La fuente del mercado", "Por alegrías", "Bailaora y guitarrista", "Pase de seguidillas", "Chaval con naranjas", "Perfil gitano", "Blandas negras" y "La del clavel rosa". Estos cuadros de composición figurativa se completaban con tres retratos, un paisaje de Alcalá de Guadaira, siete bodegones y nueve "vasos con flores".

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1943 participó con una obra.
También en ese año, y por oposición, obtiene la Cátedra de "Procedimientos pictóricos", para la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. y en 1945 es nombrado académico numerario de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, cuyo discurso de ingreso se tituló de "Actualidad y enseñanzas de la pintura al fresco". El discurso de contestación corrió a cargo del académico José Hernández Díaz. (En la imagen, cartel promocional de España, con Sevilla como reclamo).

juanmiguelsanchez_4_puertosantamariaEn la Exposición Nacional de 1945, concurrió con dos obras: "La Novia" y el formidable "Retrato del profesor doctor Urra", obra esta última con la que obtuvo medalla de segunda clase.
En la Exposición Nacional de 1948 se presentó con dos obras: "Retrato de mi mujer" y "La lección de los seises", con esta segunda obtendría, al fin, medalla de primera clase. A propósito de esta obra escribió Bernardino de Pantorba: "Nos parece un óleo de empuje, bien pintado y dentro de un tema evidentemente muy comprometido, con dificultades que el diestro pincel de Juan Miguel ha sabido vencer gallardamente" .

En Sevilla consiguió varios premios en los concursos de carteles de las fiestas de primavera (1925, 1929, 1931, 1942, 1944) Y el de Semana Santa (1948). Es premiado asimismo en un concurso nacional convocado por la casa Ibarra. Artista completo y bien dotado, cultivó otros géneros como la cerámica, con grandes aciertos. Posteriormente se dedicó a la decoración mural, sin abandonar por ello la pintura de caballete. En 1952 realizó el cartel para la Feria de Primavera de El Puerto de Santa María. Entre sus obras cabe destacar un autorretrato, en actitud de pintar, al que hace referencia Juan Antonio Gaya Nuño en su obra Autorretratos de artistas españoles. (En la imagen, cartel de la Semana Santa de Sevilla, en 1948).

juanmiguelsanchez_3_puertosantamariaEn nuestra ciudad, y por parte de la Administración, apenas si se le recuerda, pues a los veinte años de su muerte aún espera un homenaje, una exposición de sus obras... Por otra parte, tampoco se conserva ninguna obra suya en el museo local, más atentos al tema arqueológico que al de las artes plásticas.
En el nomenclátor callejero sí tenemos huella de su nombre, ya que por un acuerdo de pleno del 7 de diciembre de 1979, y a propuesta de quien esto firma, se le asignó una calle en el barrio de Pinar Hondo.. Recientemente hemos podido comprobar que se ha duplicado su nombre en otra vía portuense, prueba de la poca sensibilidad municipal ante estos temas, que esperamos se corrija en breve. (En la imagen, cartel anunciador de la Feria de Primavera y Semana Santa de Sevilla de 1929, el mismo año de la Exposición Iberoamericana. Pulsando sobre la imagen se hace mayor).

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En los frescos existentes en el vestíbulo de la  antigua Estación de Autobuses de Sevilla, Juan Miguel Sánchez  Fernández,  pintó una serie de escenas costumbristas, pero dotadas de una singular modernidad. (Foto Jaclo).

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Otra imagen de la antigua Estación de Autobuses. De este mismo autor, hasta hace poco tiempo, podían admirarse en algunos locales comerciales de Sevilla, numerosas obras, todas ellas con este inconfundible estilo. Lamentablemente, casi todas ellas, a causa de obras, modernizaciones o cambios en la decoración, han desaparecido. (Foto Jaclo).

A los pocos días de su muerte escribía Manuel Olmedo en ABC: "Discípulo predilecto de Gustavo Bacarisas, Juan Miguel ha producido una pintura cálida y vibrante, dechado de elegancia, vivo reflejo de una profunda distinción espiritual, exaltad ora de la trascendente dimensión decorativa de una obra que no ha sido creada para producir inmersiones en las esferas del subconsciente ni para promover inquietudes existenciales, sino para deleite de los ojos y gozo del alma" . (Textos: Francisco M. Arniz Sanz).

Más información:
355. JUAN MIGUEL SÁNCHEZ. El pintor que fue a Sevilla...

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diegoanguloiniguez_puertosantamariaDe los devotos y enamorados de esta Ciudad de El Gran Puerto de Santa María, debo traer hoy aquí a don Diego Angulo Iñiguez. ¿Quién no ha estudiado en su “Manual de Historia del Arte”, en dos tomos? Pues sencillamente el que no haya estudiado Historia del Arte, pero era texto obligatorio en Escuelas de Arquitectura, en Facultades de Bellas Artes, en Facultades de Filosofía, y en cualquier centro donde se cursara algo relativo a las artes.

Don Diego Angulo, Catedrático de Historia del Arte, Director que fue del Museo del Prado, Director de la Academia de la Historia, Académico de la de Bellas Artes de San Fernando, etc. etc., el especialista más notable de Murillo, en el verano en que yo cumplí quince años comenzó a hablarme de Vd. con la excusa de que yo ya era bachiller. El tratamiento, pese a mis múltiples requerimientos, no me lo apeó nunca. Así que todos los veranos, cuando venía a casa de mis padres, me usteaba, mientras yo, por mandato paterno, lo acompañaba a todos sitios. Así pude ver cosas que poca gente ha visto, mientras ayudaba a Don Diego a medir, a pesar, a reseñar, objetos artísticos, cuadros, esculturas, edificios, artesonados, etc., etc. para su Catálogo Histórico-Artístico de Andalucía que dejó muy terminado, pero sin acabar.

diegoangulo_manual_puertosantamariaCuando saqué mi carnet de conducir, me convertí en su chofer y seguí llevándolo a donde quiso, mientras yo me iba empapando de la riqueza artística de Andalucía. (En la imagen de la izquierda, tres ilustraciones del Manual de Historia del Arte" de D. Diego Angulo).

EL SEÑOR AL QUE NO LE GUSTABA EL POLLO.
Cuando murió mi padre, en 1977, Don Diego siguió frecuentando mi casa y proseguimos la misma labor. Pero es el caso que, mientras yo seguía siendo tratado de Vd., Don Diego Angulo se convirtió --y él nunca lo supo--, por un chiste que contaron a mis hijas en el colegio, en "el Sr. al que no le gusta el pollo". En cuanto aparecía por mi casa, mis hijas decían: “Papá, ahí está el Señor al que no le gusta el pollo” Y yo ya sabía que había comenzado el veraneo de Don Diego.

murillo_diegoangulo_sevillaA mis hijas le contaron este chiste y fue suficiente para que lo relacionaran: Se trataba de un banquete en que era preciso repartir un pollo guisado en pepitoria y el que lo repartía decidió adjudicar cada parte del animal a un comensal según su nombre: "Bengala, para ti las alas; Lechuga, para ti la pechuga; Cantueso, para ti el pescuezo; Paullata, para ti las patas; Angulo, para ti..." Y Angulo, viéndolas venir, dijo que no le gustaba el pollo. La verdad es que yo le reñía a mis hijas con la boquita cerrada aquella maldad para con el maestro, a quien seguía respetando y venerando. Don Diego me dedicó de su mano el "Murillo", "La arquitectura mudéjar sevillana", su "Manual" famoso e infinidad de separatas que conservo con verdadero cariño. (En la imagen superior, la portada del ejemplar de 'Murillo' y en la imagen inferior, la dedicatoria que realizó de dicho ejemplar al autor de este reportaje).

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"A D. Luis Suárez, deseándole muchos éxitos en sus empresas culturales en favor del Puerto de Santa María. Diego Angulo Íñiguez". Dedicatoria del "Murillo"

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Instalaciones del desaparecido Hotel Meliá Caballo Blanco, donde Don Diego Angulo pasaba una temporada todos los veranos.

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Lienzos de muralla almohadillada del yacimiento arqueológico de Doña Blanca

DOÑA BLANCA Y EL CABALLO BLANCO.
Particular interés tenía don Diego por cómo iban apareciendo materiales en el yacimiento de Doña Blanca y, en la ultima visita que hicimos, el Profesor Ruiz Mata estaba  excavando y salieron los impresionantes lienzos de muralla almohadillada, lo que le produjo una gran alegría. Pero al día siguiente, estando conmigo, Don Diego se puso a morir. Juan Luis Ortega Rosillo, [ya desaparecido] entonces Director del Hotel Caballo Blanco y yo mismo, tuvimos que llevar a Don Diego, desde El Puerto a la Clínica de la Cruz Roja de Sevilla, donde fue asistido por su amigo el Dr. Eloy Domínquez Rodiño. En sus últimos días, postrado en la cama, moribundo, me preguntaba, interesado, por la muralla de Doña Blanca y yo, exagerando y por darle alguna alegría le decía: "Don Diego, lo de Micenas y Tirinto, una porquería, al lado de la muralla de Doña Blanca". Y se reía y nos reíamos.

UN ENTIERRO COMO EL DE MURILLO.
Dejó dicho que su entierro y funeral fueran como los de Murillo. Y así lo organizamos, en la Santa Caridad de Sevilla, con el muñidor, el crucero, los faroleros, los doce pobres con hachones, la tumbilla con los porteadores, todos vestidos con hopas azules y tocados con sombreros negros y borlas de seda, a más de muchos curas y frailes, capilla de música y sochantres. Tal como Murillo. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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Hermanos de la Santa Caridad a su paso por el empedrado que lleva a la Iglesia de San Jorge, llevando la tumbilla cubierta por el paño fúnebre de dicha Hermandad. Recibido de hermano de la Caridad poco antes de su muerte, fue enterrado con el rito de la Santa Hermandad del Venerable Mañara.

El ABC de Sevilla recogía la siguiente información sobre el entierro: «Al funeral acudieron sus discípulos, amigos y compañeros académicos, entre los que se encontraban Jesús Aguirre, duque de Alba; el teniende alcalde Manuel Fernández Floranes; el director del Museo del Prado, Alfonso Pérez Sánchez, y el presidente de la Academia de Bellas Artes, José Hernández Díaz, que acompañaron a la viuda, doña Pilar Romero Galé, hasta el panteón familiar del cementerio de San Fernando donde fue enterrado el primer especialista mundial en Murillo. Don Diego Angulo residía habitualmente en Madrid, desde donde se trasladó hasta El Puerto de Santa María --lugar de su veranero habitual-- el pasado verano en compañía de su esposa para pasar las vacaciones.  El 10 de agosto de 1986, el profesor fue trasladado a Sevilla, donde empeoró, falleció y fue enterrado el 9 de octubre del mismo año».

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"Mi abuela Aurora, mi madre, mi tío Juan  y mi tía Aurora. Una tata, Pilar Casillas y Lola Blandino de negro, señorita de compañía, en la Playa de la Puntilla. Felices años 20 del siglo pasado." (Foto Colección LSA).

confesionarioHace cosa de dos años, estando yo en Roma, visité la Iglesia del Giesu, o sea, los  Jesuitas. En un confesionario de la derecha según se entra, estaba sentado un sacerdote anciano que llamó la atención. Sobre el confesionario había un letrero “P. Blandino,.”. Y es que el anciano sacerdote se parecía, era clavado,  a Lola Blandino. Tan es así que le pedí permiso para hacerle una foto [que no encuentra ahora]. El Padre Blandino accedió  y yo me quedé con su retrato para corroborar en El Puerto la identidad del parecido. Debe ser que los aires de familia no se pierden y que el origen italiano de Lola salía a relucir. Lola Blandino, nacida en el siglo XIX, finales, en El Puerto, era la imprescindible en mi casa. Y lo fue en casa de mi abuela Aurora, en casa de mi tía Aurora y en las de mis tías María Rosa y Carmen. Hay en los álbumes familiares multitud de fotos en que aparece Lola Blandino. Lo mismo está en los años 1920 en una excursión en burro a Fuentebravía, con mi madre, mi tia Aurora, mi tío Juan y las tías Terry del Cuvillo, en la Expo del 29...,  como en la Habana, cuando mi tía Aurora y mi tío Manolo se la llevaron para ser señorita de compañía de mis primas; o de paseo con nosotros, o en una corrida de toros en El Puerto, o en bautizos, en primeras comuniones... Lola Blandino era como de la casa. Frecuentaba mi casa y, después de haber vuelto de Cuba, se dedicaba a la costura y a hacernos babys “crecederos”, a sacarnos de paseo o simplemente a estar. Generalmente, se ponía en el cuarto de costura, sentada, con el tablero de cortar sobre las rodillas, y nosotros, cuando pasábamos por delante de ella, siempre le decíamos:

“Dolores, ¿Con qué te lavas la cara
que tanto te huele a flores?”

Y ella siempre respondía:

“Me lavo con agua clara
que Dios la manda del cielo”.

Lola cantaba con sones guajiros una coplilla que decía:

“La mujer que quiere a un chino
es que no tiene amor propio;
porque el chino fuma opio
y alborota a los vecinos”.

Y contaba la preciosa historia de “La mulata Corina”—“que orina”, decíamos nosotros--, o relataba los pormenores del ciclón que le cogió en la Habana, o las travesías en barco, o las fiestas en el Yacht Club... En El Puerto, Lola vivía en el entresuelo de una casa de la calle Ricardo Alcón  en compañía de su hermana Asunción y los dos hijos de ésta, Antonio y Maruja Muñoz Blandino. Antonio, su sobrino, hizo la mili en Artillería de Costa, en Cádiz, y yo no pude saber nunca, si cogió el traspaso del ropero del cuartel o qué. El caso es que no sé de dónde sacaría Lola tantas gorrillas cuarteleras de esas de borlón, con el emblema del arma de artillería, porque nos regalaba, de cuando en cuando, a nosotros unas cuantas, para jugar a los soldados.

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Fachada del Hospital Municipal San Juan de Dios, en el siglo pasado.

mantondemanilaCuando murió, al final de los 60 del siglo pasado, en el Hospital de San Juan de Dios, donde hubo que ingresarla, sus sobrinos, Antonio y Maruja, le trajeron a mi madre una enorme colección de fotografías familiares y el mantón de Manila de Lola; que había que verla con su mantón. Porque Lola tenía muy buena facha, aun de vieja; alta, delgada, muy derecha, de facciones muy agradables, siempre peinada igual, con algún parecido a la Señorita Rotermeyer, aunque siempre afable, bondadosa, con la misma prestancia romana que el Padre Blandino, S.J. que me asombró el parecido y el nombre, en Italia, hace cosa de dos años. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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María Merello Álvarez-Campana nació hace 85 años en la calle Luna40,  el 26 de julio de 1924, casa en la que viviría hasta los 26 años. Fueron 14 hermanos y entre el mayor y ella, que era la mas pequeña, existía más de una generación de diferencia, con lo que, curiosamente tiene sobrinos de más de 70 años. Por cierto que el desaparecido periodista Agustín Merello (nótula núm. 262) era su sobrino favorito y a su hermano Faly (nótula núm. 306), lo recuerda también con afecto pues ella fue su confidente.

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La familia Merello Álvarez-Campana, en 1930. De pie, Carmen, Pepa María, Agustín, Rafael, José Ignacio, Jesús e Isabel Merello  - con el tiempo, Vda. de Terry- con abanico. Sentados: Luis Merello, la madre Mari Pepa Álvarez Campana Rivera; los tres vestidos de marineros: Francisco, Estanislao y Serafín, Mila, nuestra protagonista, la mas pequeña María y el padre, Jesús Merello Gómez.

Vivían junto al Teatro Principal por lo que padecían las colas e incluso, los niños, a hurtadillas veían algunos espectáculos, sorteando la prohibición de los mayores, desde una ventana que, en la azotea, daba al Teatro.  Estudió interna en un buen colegio en Sevilla, como premio a su actitud con los estudios: el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús del Valle. Allí, curiosamente, se da otra paradoja, pues conoce -de verdad- a su hermana la segunda, monja de aquella congregación, con la que se llevaba algo más de 20 años de diferencia. Lejos de tener facilidades, la monja apretaba a María para que, sin tener privilegios, destacase. Eran muy estrictos. «--Allí trataron de educarme; no se si lo consiguieron. Creo que sí», afirma con una sonrisa que casi siempre permanece en su cara.

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El Teatro Principal y, a continuación, la casa donde nació y vivió María Merello, hoy destruida y sede de un banco.

JUGANDO A FINALES DE LOS AÑOS VEINTE.
De pequeña jugaba a todo, con la particularidad de que la estricta educación de la época impedía que niños y niñas jugaran juntos. Si alguna vez jugaban juntos en el jardín de la casa de la calle Luna,  (aquel jardín donde el sobrino de María, Faly Merello plantó una perra chica, a ver si crecía dinero y para sorpresa suya, con el tiempo se instaló allí un banco: El Banesto)  la voz de la madre organizaba a los niños con los niños y las niñas con las niñas, aunque sus hermanos inmediatamente anteriores eran varones. Bailar el trompo con la guita, montar en bicicleta, juegos de bolindres de barro, jugar con zancos hechos de madera, ...

ignaciovaldessancho_puertosantamariaMaría se casa en 1950 con Ignacio Valdés Sancho, hermano de Joaquín, fundador y director de la Revista 'Diez Minutos'. Aunque nacido en Sevilla, su familia materna y su propia madre era de El Puerto, emparentado con el bodeguero Hipólito Sancho García, padre del historiador Hipólito Sancho de Sopranis. Vivieron, a partir de entonces, en la planta baja de una casa de la calle Pagador, 16., donde tendrían de vecino a alguien que, con el tiempo, alcanzaría justa fama de escritor. Tuvieron siete hijos: Francisco de Paula (+), María, Berta (+), Ignacio (Director de Arte de Diario de Cádiz), Fernando, Berta y Jesús.  (En la imagen Ignacio Valdés Sancho).

EDUARDO MENDICUTTI
En aquella casa vivían en la planta baja y en el primero tuvieron a un vecino que hoy es un prestigioso escritor y columnista: Eduardo Mendicutti, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 065; a su padre lo habían destinado a El Puerto como químico de la Fábrica de Botellas. Ya iniciada la década de los cincuenta del siglo pasado, María entretenía a sus hijos mayores: Francisco y María, a sus sobrinos Ignacio y Carlos Merello del Cuvillo y a Eduardo Medicutti con cuentos, rimas y juegos. Eduardo pedía permiso y bajaba a escuchar las narraciones de “Tía María” como la llamaba.

eduardo_mendicutti_puertosantamaria¿Acaso fue ese el origen literario del escritor? Veamos que dice propio Mendicutti: «Siempre cuento que mis precoces, bochornosos y --en su momento-- celebradísimos inicios literarios tuvieron que ver con Rafael Alberti, aunque es verdad que de un modo tan indirecto que a lo mejor más de uno piensa que eso es coger el rábano por las hojas.  El caso es que, cuando yo tenía 6 o 7 años y vivía en El Puerto, una vecina nuestra, María Merello, prima hermana de Alberti, nos contaba a sus hijos y a mí y mis hermanos, sobro todo en las tardes de lluvia, unos cuentos fascinantes que no he vuelto a leer o a oír en ninguna parte: al cabo de muchos años, María Merello me reveló que eran cuentos que ella había oído en su casa y que seguramente acabarán perdiéndose porque nadie los ha escrito nunca. Bueno, yo una vez escribí uno. Quiero decir que, un buen día, arranqué unas páginas de un cuaderno escolar, las doblé por la mitad y las cosí por el canto con un hilo, para fabricar un libro, y allí escribí una historia cuyo encanto al parecer no conseguí estropear del todo con mi, por lo demás, comprensible torpeza. Cuando los mayores de la casa leyeron el cuentecito cayeron todos en trance: «--Este niño va a ser un Pemá», repetían una y otra vez, arrebatados de admiración. Pero María Merello, en un momento en el que estábamos los dos a solas, con una sonrisa entre cómplice y pícara, me dijo: «--Al principio, todos los escritores se inspiran en otros, ¿verdad?». Porque ella sabía que aquel cuentecito estaba calcado de uno de los que ella nos contaba, pero no me delató. De haberlo hecho, y por culpa de la vergüenza, seguro que yo no habría vuelto a escribir jamás una sola palabra. No lo hizo, María Merello no le contó la verdad a nadie, y  eso me ayudó, como ninguna otra cosa en la vida, entonces y en el discurrir del tiempo, a descubrir el encanto, el desafío, el dolor, la alegría y el compromiso de la escritura. Solo puedo decir que siempre que se me ocurre preguntarme por qué demonios escribo, recuerdo aquellas tardes lluviosas de El Puerto, la voz levemente afónica y el acento delicado de María Merello, aquellos cuentos fascinantes que nos contaba, y hay en todo eso un eco misterioso y seductor de los versos de Alberti, un parentesco raro y enigmático que me permite evocar el feliz descubrimiento de la escritura y llena de sentido y necesidad el sinuoso empeño de escribir».

vespa_1955_puertosantamariaUNA MUJER EN VESPA.
En los cincuenta del siglo pasado, María también era popular porque era la primera mujer que viajaba en una moto Vespa, expresamente traída de Italia, de color verde claro. A finales de la década, en 1959 se van a vivir a Cádiz, ya que la profesión de marino mercante de su esposo lo requería, por su vinculación con CAMPSA, donde fue una persona muy querida. A su jubilación vuelven a El Puerto, a Las Viñas, a la calle Lagar, y con la desaparición de Ignacio Valdés, en abril de 2002,  cambia de nuevo de casa a su vivienda actual en la Costa Noroeste de El Puerto, donde recibe visitas de sobrinos y sobrinos nietos, además de las de sus hijos.

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En la imagen celebración de las Bodas de Oro de María Merello e Ignacio Valdés, celebradas en el año 2000. La fotografía está tomada en las escaleras del altar mayor de la Iglesia Mayor Prioral. Fila superior, de izquierda a derecha: Fernández, Raul, María, Jesús e Ignacio Valdés Merello; nuestra protagonista María Merello Álvarez Campana y su esposo Ignacio Valdés Sancho; Berta Valdés Merello, Maite Delgado Roig. El grupo de chicas jóvenes está compuesto por Berta Castro Valdés, Marta Valdés Delgado, Pía Muñoz Valdés, Lucía Valdés Delgado, Ana Muñoz Valdés y María Valdés Delgado. Volvemos a la izquierda de la imagen y, con el traje estampado, Ana María Osborne Gordon; en el primer escalón, de izquierda a derecha, Pepa Martín Salvador, José Muñoz Marrero, Margarita Parra Reguera,  y les siguen los niños Blanca e Ignacio Valdés Parra, Ana María Valdés Osborne, Teresa Valdés Delgado, Fernando Castro Abellan, y en el suelo Ricardo Castro Valdés y Fernando Valdés Osborne.

mariamerello_ac_manos_puertosantamariaCUENTOS, POESÍAS Y JUEGOS.
Como ya hemos señalado, María siempre destacó por su capacidad narrativa y de escenificación de cuentos y tradiciones populares y juegos de otra época. Y aún hoy sigue, con una memoria envidiable, cautivando a sus nietos y sobrinos nietos que se acercan a saludarla e incluso al autor de esta nótula, al que ha hecho una impagable representación de como dar vida a un ratón confeccionado con un pañuelo y un imperdible, como podemos ver en la fotografía adjunta. Practica la papiroflexia y, en general tiene habilidad para construir cosas con las manos. Independientemente de que Gente del Puerto tiene previsto recoger de su boca cuentos y poesías, hemos querido traer a esta página un par de poesías donde números y rimas, van de la mano. (En la imagen inferior, jugando a la 'gallinita ciega').

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Cuanto descansan...
Una hora duerme el gallo,
dos el caballo,
tres el santo,
cuatro el que no es tanto,
cinco el peregrino,
seis el teatino,
(clérigo regular de San Cayetano)
siete el estudiante,
ocho el caminante,
nueve el caballero,
diez el majadero,
once el muchacho y
doce el borracho.

Al carnero quieto.
Si bien María nos lo relata como poesía, en algunas partes se jugaban como una variante del “Salto del Múa”.

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Una es la rueda de la fortuna,
Tu y yo somos dos,
dos gorriones y un cipres, tres,
tres cuchillos y un planto, cuatro,
cuatro curas descalzos y un San Francisco, cinco,
cinco príncipes y un rey, seis,
seis sotanas y un bonete, siete,
siete carneros y uno mocho, ocho,
ocho borrachos y uno que no bebe, nueve,
nueve cántaros y  uno de miel, diez,
diez cántaros y uno de bronce, once,
once batatas y una berenjena, la docena.


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| Texto: Luis Suárez Ávila.

Cuando se haga la historia de la fotografía en El Puerto se hablará, sin duda, de Justino Castroverde y de Francisco Sánchez "Quico". Se hablará de Pantoja, de Rasero, de Fariñas, de "Rafa," de la "Galería Azul" o de Garpre. Seguramente nadie se acordará de "Cuéllar", el viejo, ni de "Cuéllar", el hijo. Pues, de entrada diré que "Cuéllar" el viejo no se llamaba "Cuéllar", sino José Alonso Mesa, y que "Cuéllar" el hijo, ni se llamaba "Cuéllar", ni era hijo del viejo. "Cuéllar", el hijo, tiene por nombre Rafael y por apellidos López Raya. Lo que ocurre es que "Cuéllar" el viejo lo recogió, lo adoptó y lo tuvo siempre por hijo.

...continúa leyendo "399. Cuellar. Foto al minuto."

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Hoy celebra su onomástica una de nuestras paisanas más conocidas y queridas: Milagros Govantes Pico. Y con ella, todas las porteñas de nombre Milagros, a las que deseamos un feliz día, lejos de las cocinas y las oficinas, de las despensas y de los despachos, de las labores y las labranzas. Nuestra Milagros de hoy, nació hace poco mas de 81 años, el 23 de agosto de 1928,  en la calle La Palma 21, siendo asistidas, madre e hija, por el Dr. Muñoz Seca, como era habitual en la familia Pico.

teresapicoferrer_puertosantamariaHija de Javier  Govantes de Soto, natural de Osuna (Sevilla)  y de la porteña Teresa Pico Ferrer, vino a nacer a El Puerto, como la mitad de sus 10 hermanos con ella, y bautizada en la Prioral para, a los pocos días regresar al Osuna paterno donde se crió y vivió su primera juventud.

Estamos en 1950. Al fallecimiento de sus padres, ocurrido en un corto periodo de tiempo entre ambos óbitos y con 22 años, las cuatro hermanas que quedaban solteras se trasladaban a vivir a El Puerto con sus tías maternas. Luego vivirían en Santo Domingo, 10, hasta las bodas de las 3 hermanas, quedando nuestra protagonista soltera –señorita prolongada-, empero, no nos parece elegante que, a nuestra Milagros, le cuelguen la coletilla eclesial de ‘virgen y mártir’. (En la imagen, la madre de Milagros, Teresa Pico Ferrer, en un óleo pintado por Guillermo Siloniz).

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La familia de Milagros, algunos componentes: Arriba, Lorenza Reinoso del Valle, la chacha que era de El Puerto y la Tata. Sentados, de izquierda a derecha: su tío Federico, su madre Teresa Pico,  su padre Javier Govantes con Cristobal, el hermano mayor en el regazo y su tía. (Foto Justino Castroverde).

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De izquierda a derecha: Carmen, Ramón, Milagros y Teresa (su madre) Pico Ferrer, en una fotografía tomada en El Puerto. (Foto: Justino Castroverde).

LA SECCIÓN FEMENINA Y EL SERVICIO SOCIAL
Se inició en el mundo laboral trabajando en la boutique existente en la calle Ricardo Alcón, de Joaquín Gaztelu, donde permaneció por espacio de cinco años. Allí es buscada por Juan Ignacio Varela Gilabert para encargarle la gestión de Delegada Local de la Sección Femenina.

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Durante una visita de Carmen Polo, la esposa del dictador Franco, a SAFA. Milagros es la tercera por la izquierda, de la fila superior, destacando por su altura.

Allí hicimos una buena labor. Enseñamos a cocinar, a coser, a bailar, a hacer gimnasia a muchas jóvenes de El Puerto”. Se trataba de la prestación obligatoria del Servicio Social. Aquella organización, donde además se impartía doctrina del régimen político, duraba entre tres y seis meses, en función de que la cooperante tuviera o no bachillerato. Muchas prestaron sus servicios en el comedor de San Agustín, el Asilo de Huérfanas, las Hermanitas de los Pobres, posteriormente Afanas, etc. Recuerda Milagros los Cursos de Socorrismo que, cada tres meses, se impartían a los distintos ‘reemplazos’ femeninos por el Dr. José Joaquín Muñoz Bela, padre de nuestro paisano Joaquín Muñoz Manzanera.

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En una Fiesta de Disfraces en el Club Náutico, el 18 de agosto de 1962. Milagros, arriba en el centro, iba disfrazada de Srta. Rotenmeyer. Sus alumnas, su pandilla de siempre, de izquierda a derecha empezando por arriba eran: Teresa Martínez Govantes, Chica Pico, Milagros Govantes, Elisa Govantes y Choni Lassaletta. Debajo, Pilar Nuchera, Pilar Martínez Govantes, Charo Villar (+) y Marina Rábago. (Foto Rafa).

Finiquitado con la transición política el Servicio Social, fue transferida, al depender del Ministerio de Cultura, a Deportes. Y allí estuvo destinada en lo que fue la OJE (Organización Juvenil Española) y hoy es sede de la Delegación Municipal de Deportes, en la calle Valdés. Concluido ese periodo finalizó su actividad en el mundo laboral en la Biblioteca Pública, hasta que se jubiló a los 63 años –hace ya 18- en las dependencias de dicha biblioteca situada en la Casa de la Cultura, donde tuvo como compañeras a Pilar Alcina, directora y Ana María.

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Toda una maestra en el baile 'por lo fino' o 'agarrado' la vemos en la Sala de Fiestas 'El Oasis' haciendo de pareja, a la izquierda, de su cuñado Pepe Alonso y a la derecha con un norteamericano bastante más alto que ella, como se puede apreciar en la fotografía.

CRUZ ROJA ESPAÑOLA.
Milagros ha sido voluntaria, durante más de 30 años de la Cruz Roja Española. Cuando se jubiló, acostumbrada a una febril actividad, estuvo colaborando con la vivienda asistida para ancianos que dicha entidad benéfica mantuvo en la calle Nevería. Allí les alegraban la vida, les buscaban novios, los casaban, les cantaban, le arreglaba las uñas a las señoras, … Les hacía feliz, en definitiva, sus últimos años de existencia. Considera que fue un error encerrarlos en un piso ya que los ancianos necesitaban el jardín del que disfrutaban en aquella casa.

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SM. el rey D. Juan Carlos, Milagros Govantes, desconocidos, SM la reina Doña Sofía y Joaquín Calero Muñoz, al fondo a la derecha, Antonio Caraballo Crespo. La fotografía está tomada en 1976, en la Plaza de los Jazmines, cuando los reyes recorrieron España visitando los distintos pueblos. Por cierto se comentó que, en un apretón de manos SM el rey, perdió el anillo del dedo izquierdo.

LA FERIA DE PRIMAVERA.

milagrosgovantes_ferrera_puertosantamariaEra y es una gran aficionada a la Feria, ¡ojú! donde cantaba flamenco –no existían aparatos de megafonía en aquellas Ferias de Ganado- y bailaba y enseñó a bailar a muchos. Recuerda que con el locutor de Radio Puerto, Fernando Durán, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 227, se hartó a bailar sevillanas. Aunque también enseñó a bailar ‘agarrados’ o ‘por lo fino’ a otros tantos, entre ellos a Fernando Gago. (En la imagen de la izquierda, bailando con Eleuterio Ferrero, quien sería Químico de Volpa y de Bodegas Terry). En las ferias llegó a bailar con el famoso Pepe ‘El Escocés’, también con nótula propia en Gente del Puerto num. 119. La verdad es que siempre bailó con gente peculiar: si era más alto que ella, si era de fuera, si no sabía, ese seguro que bailaba con Milagros. Bastaba escuchar “-¿A que no eres capaz de sacar a bailar a ese?”, para que nuestra protagonista se dirigiera al interfecto y lo pusiera en la tesitura del baile. Y bailaba ¡of course! En cierta ocasión, en la Feria llegó a bailar con nuestro querido amigo Manolo Lojo y les corearon las sevillanas “Me casé con un enano, salerito, pa jartarme de reir”, dada la desproporción de las estaturas. Eso si, nunca necesitó una copa para cantar o bailar. Con una bastaba ya que el sentido del humor, de pasarlo bien, de animar y animarse, lo llevaba dentro.

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En la Feria de Primavera, Choni Lassaletta, Marina Rábago, Pepe Alonso, y desconocida. Abajo, Carmen Gaztelu, Milagros, desconocido y Monchi Merello. 5 de Mayo de 1964. La fotografía está realizada por un fotógrafo ambulante: F.S. Gordon.

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Milagros, en pleno baile de Sevillanas con Jesús Ruiz Aragón. Feria de Primavera de 1964. 5 de mayo. (Foto: F.S. Gordon)

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En el pescante, llevando las riendas, Milagros Govantes, a su lado su cuñado, José Alonso Martín; dentro de carruaje; Choni Lasaletta del Salto, Eloisa Govantes Pico,  Marina Rábago Vega y  Monchi Merello. En esta instantánea conduce una manola alquilada.

Como conocía el mundo del caballo, a la Feria solía ir con sus amigas conduciendo la ‘manola’ de Victoriana Díaz Molleda,  tirada por un mulo. Y en cierta ocasión –recuerda- fueron rodeadas por un grupo de jóvenes motoristas con ganas de requiebros, con tal mala fortuna que espantaron al semoviente.

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En la Feria, Milagros Govantes, esposa de Gómez de Ramón y Eloisa Govantes.

DE VIAJE, POR ESPAÑA Y EL MUNDO.
Milagros se ha divertido, sanamente, cuanto ha podido y más: “--me apuntaba a un bombardeo”. Se ha reído de su físico –su estatura- y ha hecho sonreír de buen grado a las reuniones con sus amigos, con quienes ha compartido momentos  inolvidables, en Ferias, fiestas privadas, de viaje… Ha recorrido medio mundo: toda España, Europa, Norteamérica y Sudamérica, y hasta Japón, donde en una plaza empezó a cantar ‘Y Viva España’ siendo rodeada por los nipones que allí se encontraban y corearon con ella la canción, dada la afición japonesa por la cultura y el folklore español. En Viena, cantó y gustó tanto que le salió un contrato –que rechazó- para actuar en la capital austríaca.

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Milagros, en una instantánea reciente, en el salón de su domicilio.

Sostenemos que el sentido del humor alarga, entre otras cosas, la vida y Milagros lo conserva impecablemente. A sus 81 años no ha perdido un ápice de esa actitud , aunque se lamenta –en privado- de algunos achaques que no vamos a reproducir aquí. Milagros ‘tiene de todo’ pero sobre todo tiene unas ganas de seguir siendo esa persona abierta que ha ayudado a todos y que, como todos los tímidos y creánme que en el fondo lo es, supera, dando pasos por delante de los demás. Los buenos pasos de baile de la porteña criada en Osuna, Milagros Govantes Pico.

La ciudad la ha despedido en la Prioral. Descanse en paz.

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manuelsanchezjimenez_puertosantamariaManuel Sánchez nació el 24 de diciembre de 1918 en la calle Jesús Cautivo, hijo de Manuel Sánchez y de Ana Jiménez, tenía cinco hermanos. Durante la Guerra Incivil  luchó, primero en el bando rebelde -era Falangista- y luego, apresado en Pozoblanco y llevado hacia la retaguardia contraria, estuvo cautivo en San Miguel de los Reyes (un monasterio de la Ciudad de Valencia), hasta que fue enrolado por el ejército de la República. Luego cruzó a Francia donde permaneció preso en un campo de concentración para aquellos españoles que venían huyendo, bien de la guerra, bien del ejército rebelde. Con 20 años, en 1938 y, a la vista de como estaba la situación en nuestro país, en la propia Francia, inmersa en la II Guera Mundial, lejos de regresar a España decidió emigrar a América, y se embarcó en dirección a Chile. Era un joven deseando ver mundo, un mundo mejor que el que le había tocado vivir. (En la imagen, Manuel Sánchez Jiménez, en una fotografía tomada hace 40 años).

EN OSORNO (CHILE).
En el país andino los comienzos no fueron fáciles, desde su llegada hasta poder establecerse en Osorno, pasó por múltiples vicisitudes. Osorno es una ciudad que toma el nombre del volcán del mismo nombre, en la zona sur de Chile en la región de Los Lagos, a 946 kms. de Santiago de Chile y 110 kilómetros de la capital de la región: Puerto Montt, y a 260 kilómetros de la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche. En Osorno se casó, tuvo tres hijos y abrió un comercio de artículos deportivos. En El Puerto era aficionado al fútbol, hincha del Racing e incluso llegó a jugar en el equipo local, pero como él mismo confesaba "era de los malos". Seguía las noticias del fútbol español a través de las emisiones de Radio Exterior de España y en Osorno, colaboraba con el Club Deportivo Español, siendo presidente de la Sección de Fútbol de dicha organización deportiva.

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Antigua Estación de Ferrocarril de Osorno, hoy en otros usos, a donde llegó nuestro emigrante en Chile, a finales de la década de los 30 del siglo pasado.

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La Estación Marítima de Barcelona, el 7 de octubre de 1969, atiborrada para recibir a los expedicionarios de la Operación España. (Foto: Javier Ortega Figueiral).

OPERACIÓN ESPAÑA.
En 1969, el 26 de septiembre, se reunía el entonces ministro de trabajo, Romero Gorria, con el Club Internación de la Prensa, representantes de los medios de comunicación madrileños y corresponsales de la prensa extranjera para explicar la llamada “Operación España”. El ministro se refirió a los dos millones de españoles que vivían en hispanoamérica y como las Casas de España o regionales asentadas en aquellos países organizaban viajes de reencuentro con la tierra que los vió nacer. El régimen político de la época se hizo eco de la situación y de ahí surgió la “Operación España”. Dos requisitos había que cumplir: llevar más de 25 años fuera del país y acreditar no tener medios para realizar el viaje.
De esta manera, el 7 de octubre la expedición formada por 1300 españoles procedentes de hispanoamérica llegaba al puerto de Barcelona, a bordo de los trasatlánticos “Satrústegui” y “Cabo de San Vicente”, y en la motonave “Ciudad de Barcelona” dos centenares de emigrantes españoles afincados en Méjico y Cuba, y que habían llegado por vía aérea a Palma de Mallorca, desde donde partió dicha nave con destino a Barcelona, donde fueron agasajados suficientemente, antes de partir para sus ciudades natales o de origen.  La decana de los emigrantes, Úrsula Gasull, de novena y cuatro años, llevaba residiendo en Uruguay más de 50 años.

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De izquierda a derecha, el sargento Yeste, de la Policía Municipal, Manuel Sánchez, Juan Melgarejo, alcalde de la Ciudad y José Antonio Español, Ingeniero Jefe de la Junta de Obras del Puerto. Asistían al 'Derby' entre el Portuense y el Jerez Industrial. 12 de octubre de 1969. (Archivo Municipal. Foto Rafa).

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De izquierda a derecha, Juan Melgarejo Osborne, alcalde de El Puerto; Juan Ignacio Varela Gilabert, concejal; Juan Martín Vélez, Secretario Particular de la Alcaldía y el homenajeado, Manuel Sánchez en un agasajo que recibió por parte de la Corporación Municipal en el Hotel Meliá Caballo Blanco, el 22 de diciembre de 1969, poco antes de su tornaviaje a Chile. (Archivo Municipal. Foto Rafa).

LLEGA A EL PUERTO.
Manuel Sánchez, que tenía entonces 50 años de edad, se acogió a esta Operación España, y el 7 de octubre de 1969  se encontraba con los españoles retornados, recién llegado a Barcelona. Cuatro días más tarde, el 11 se encontraba en nuestra Ciudad siendo recibido por las fuerzas vivas. Era alcalde, a la sazón, Juan Melgarejo Osborne. Nuestro protagonista se pudo reunir con sus familiares: su madre Ana Jiménez, sus cinco hermanos, e infinidad de sobrinos y recorrer El Puerto que había dejado hacía más de 30 años.  Y además se propuso, durante su estancia de casi tres meses, conocer cuanto pudiera de Andalucía. Como anécdota curiosa, fue invitado por el Ayuntamiento de la Ciudad al derby entre los equipos de fútbol Racing Club Portuense y el Jerez Industrial. También estuvo en los toros, asistiendo a una corrida de un joven José Luis Galloso que empezaba a despuntar. Tenía intención de visitar Cádiz, desde cuyo puerto de pasajeros ralizó el tornaviaje en dirección a Chile a finales de diciembre del mismo año. El hombre había llegado a la luna en junio y nuestro paisano Manuel, a El Puerto en octubre.

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Vista de una parte del Yacimiento de Doña Blanca, desde los depósitos de agua. Foto tomada en enero de 2008. (Colección Vicente González Lechuga).

Se cumplen 30 años en estos días del inicio de las excavaciones en el yacimiento de Doña Blanca, situado nuestro término municipal, impulsada por el entonces profesor de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y hoy Doctor en Arqueología y Catedrático de la Universidad de Cádiz, Diego Ruiz Mata.

diegoruizmata_puertosantamariaAunque ya existían noticias por parte de eruditos locales como Francisco Ciria y Vergara y el investigador alemán Shulten que la identificó como el Puerto de Menesteo, no fue hasta la llegada a nuestra Ciudad en torno a 1979, de Ruiz Mata, cuando se propusieron las excavaciones sistemáticas del yacimiento del que su principal mentor ha llegado a firmar que acaso pudiera ser la Gadir fenicia ya que, en Cádiz no se encontraban registros arqueológicos que sustentaran la antigüedad de la ciudad. En una compleja teoría, Ruiz Mata componía la situación de las islas antiguamente, siendo Cádiz una necrópolis, Doña Blanca la ciudad y la isla de Sancti Petri un templo. Las teorías van y vienen, los estudios avanzan y retroceden, y diversas escuelas y arqueólogos están a favor y en contra de la misma. Pero no deja de ser un lugar apasionante que ha apasionado a cuantos en él han trabajado. Otra interesante teoría, la Sidunia árabe, ha sido expuesta por el profesor Borrego Soto, en la nótula 378 en Gente del Puerto. (En la imagen, el Prf. Dr. Diego Ruiz Mata).

muralla_donablanca_info_puertosantamariaEn un trabajo infográfico realizado a auspicios de la Fundación CEEI, Bahía de Cádiz, se afirma que el yacimiento presenta una importancia singular en el panorama de la colonización fenicia en el Mediterráneo occidental. Su excavación, entre 1979 y 1995, ha sacado a la luz restos de murallas, necrópolis y viviendas de entre los siglos VIII y III a. C. Con un excepcional grado de conservación, el yacimiento guarda las claves sobre el paso de los fenicios por la Bahía de Cádiz y su relación con los pueblos indígenas de la Baja Andalucía. (En la imagen, infografía de la muralla fenicia).

TRABAJOS DE CAMPO.
El poblado y la necrópolis del Castillo de Doña Blanca ha sido objeto, desde 1979, de un programa de investigación sobre la colonización fenicia en la bahía gaditana que abarca todo el proceso histórico, desde de los primeros contactos de estos pobladores y su implantación en la zona hasta que se produce su abandono, en torno al siglo III a. C. Desde dicho año y hasta la actualidad, se han efectuado varias campañas arqueológicas en el yacimiento, cuyo objetivo principal ha sido el análisis de la secuencia estratigráfica del poblado, así como el estudio de los aspectos defensivos y urbanísticos en sus diferentes épocas y de los rituales funerarios practicados. No obstante, dentro de este programa de investigación se han llevado a cabo otros tipos de estudios, centrados en aspectos como la alimentación, el paleoambiente, la geología, los metales y las pastas cerámicas.
Las excavaciones efectuadas hasta ahora, por tanto, permiten trazar un ajustado panorama del proceso histórico de la bahía gaditana en su amplia estratigrafía, desde comienzos del siglo VIII hasta finales del III a. C.

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Esta fotografía está tomada hace justamente 30 años: el 22 de agosto de 1979, en el primer corte de la excavación, que hoy se encuentra tapado con una estructura techada y que puede ser visitado junto a la torre mediaval. (Foto: Archivo Municipal. Foto Rafa).

CAMPAÑAS 1979-1981.
En las dos primeras campañas de excavación, llevadas a cabo en los años 1979 y 1981, se realizaron los primeros cortes estratigráficos en la esquina sureste del poblado, delante de la torre, que puso de relieve una amplia estratigrafía de poco más de 100 metros cuadrados de longitud y unos 9 metros de profundidad, cuyo resultado fue la aparición de ciertos vestigios o restos pertenecientes a sistemas defensivos superpuestos y que podían datarse entre los siglos V y IV/III a. C. Al mismo tiempo, este amplio corte dejó constancia de la existencia de varios restos de habitaciones de diferentes épocas, que revelaban la importancia histórica del yacimiento.

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Tres años más tarde, el 12 de agosto de 1982, las autoridades locales giran una visita al yacimiento de Doña Blanca. En el grupo de la izquierda podemos ver a los concejales andalucistas, Aniceto Cumbrera, José María Simón y Antonio Muñoz. En el grupo más numeroso, rodeando a Diego Ruiz Mata, la concejala Ana Perea, Manolo Espinar y el alcalde, Rafael Gómez Ojeda del PC, a su izquierda (derecha de la foto) el también concejal del PC, Mario Peluffo y el Teniente de Alcalde socialista Francisco Lara. (Foto Archivo Municipal. Foto Rafa).

CAMPAÑAS 1982 Y 1983.
Entre 1982 y 1983, las actuaciones estuvieron más orientadas hacia la excavación de una extensión aproximada de 1000 metros cuadrados, localizada en el extremo sureste del poblado, que se correspondía con una serie de estructuras urbanas pertenecientes a los siglos IV-III a. C., así como varios tramos defensivos pertenecientes a dos murallas superpuestas, reconocidas en el sector suroeste. Se realizaron además varios cortes estratigráficos en la zona, que sirvieron para reconstruir una secuencia desde el siglo VIII a. C. y proporcionaron estratos bien definidos de los siglos VII y VI a. C.
Otras campañas 1983-83, 1984-85, 1986-87, 1989 y 1991 y así hasta 1995.

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Fachada de 'El Cortijo' (Infografía de Juan José Delgado Aguilera).

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Entrada principal de acceso al paseo de la Victoria.

Enrique Letang DrouillionEsta caseta fue construida por la Comisión Técnica de Fortificación de la Costa Sur, bajo la dirección entre otros de Enrique Letang. En 1946 el Ayuntamiento decide la ampliación de la misma aunque tenía todavía carácter provisional, ya que se compartía su uso, como caseta de feria, con los militares antes citados. Estos trabajos de ampliación se le encargan al contratista Antonio Herrero de los Reyes, con la indicación de aprovechar al maximo los materiales existentes, siendo el importe de estas obras  de unas 23.000,00 pesetas. Para la Feria de 1947 se vuelven a hacer modificaciones en esta caseta, que ya para se denominaría "El Cortijo". El importe de estas obras fue de una 20.000 pesetas, según el presupuesto de hizo el ingeniero municipal Enrique Letang, manteniendo aún carácter de provisionalidad. (En la imagen Enrique Letang Drouillon).

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La fachada de la Caseta El Cortijo, en plena Feria de la Victoria, convenientemente preparada para la ocasión;  vemos a varios paisanos vestidos para la fiesta. (Foto Colección VGL).

cartelferia_1948_puertosantamariaEn 1948, cuando el Ayuntamiento decide que sea un edificio permanente le encarga al mencionado ingeniero Letang que elabore un proyecto que finaliza en los últimos días de Enero y que ya era como lo hemos conocido los que tenemos cierta edad, con sus pérgolas y su fuente en forma de cruz. El presupuesto de este proyecto fue de 65.000 pesetas. (En la imagen, el cartel de Feria de Primavera de 1948).

Se le pide presupuesto, de nuevo, al contratista Antonio Herrero de los Reyes y se acepta en febrero del mismo año para que inicie las obras pertinentes. Tuvo unas variaciones durante la construcción, que fueron hacer un torreón lateral de dos alturas con un balcón y una hornacina donde se ubicaría una imagen de la Virgen de los Milagros.?En 1960 Encarnación Jiménez Espinosa, que era la arrendataria del edificio, solicita permiso al Ayuntamiento para construir un bar al fondo del edificio cosa que aceptó la Corporación Municipal, y así siguió has 1965 que fue la última feria que se celebró en la Victoria.

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Boda celebrada en El Cortijo, en septiembre de 1959 (Foto Carlos Pumar Algaba).

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Fuente de Cruz en el Paseo de la Victoria, con patos y chorros.

En verano ya hasta finales de los sesenta, del siglo XX, por las tarde/noches la juventud de aquella fecha nos ibamos allí a divertirnos ya que nos ponían discos para bailar; por aquel entonces estaba de moda José Luís y su guitarra, Nat King Cole, etc. Muchos noviazgo salieron de allí.

portadaferia2_puertosantamariaA finales de la década de los ochenta del siglo pasado se reprodujo la fachada y primer patio de El Cortijo en el recinto Feria de Las Banderas, como sede de la Caseta Municipal. A lo largo de estos último 20 años, la caseta ha experimentado diferentes  pinturas en su fachada, y conocido mejoras en su interior. Pero, habitualmente, no deja de ser solo eso: la caseta de Feria ya que rara vez se ha usado para algo más que  espacio de recepción municipal, comedor y actuaciones, en Las Banderas. (Textos: Vicente Gonzalez Lechuga).

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La imagen se corresponde con el curso 1923-1924 (el último de la "segunda época" del Colegio de los Jesuitas antes de su conversión en noviciado), y está tomada en el patio central del colegio de San Luis Gonzaga. El jesuita es el Padre Nicolás Campos de Torreblanca (1881-1963), que fue rector del colegio de 1920 a 1924,  e hijo de los marqueses de Iznate. Los internautas podrían ayudarnos a identificar a alguno de los 6 alumnos que aparecen en la imagen, cuya identidad desconocemos. (Fotografía: Archivo de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús. Granada).

La distribución de premios que tuvo lugar en el colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús el 29 de mayo de 1924 fue el último acto académico del curso 1923-24. Pero fue algo más que eso. Entonces se ponía fin, además, a la llamada "segunda época" (1875-1924) de un colegio de segunda enseñanza de gran raigambre en El Puerto de Santa María. Aunque fundado en Puerto Real en 1864, la institución se había trasladado al año siguiente a El Puerto, funcionando en un inmueble provisional hasta su instalación en el edificio de la plaza del Ave María en 1867. Permaneció clausurado durante el Sexenio Democrático (1868-74), reabriéndose en septiembre de 1875, en los albores del reinado de Alfonso XII.

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Un total de 11 rectores gobernaron el colegio de San Luis a lo largo del medio siglo que duró su segunda época. Desde octubre de 1920 era rector el padre Nicolás Campos de Torreblanca (1881-1963), natural de Málaga, hijo del senador Antonio Campos Garín, marqués de Iznate. Durante los cuatro cursos de su rectorado hubo una media de 17 jesuitas destinados en San Luis Gonzaga (frente a un promedio de 40 en 1901-05) y de 150 alumnos matriculados, siendo internos en torno al 80% de ellos (muy lejos de la cifra récord total de 272 colegiales en 1881-82). Y es que en el verano de 1920, ante la escasez de personal docente jesuita, el anterior rector se había visto obligado a comunicar a las familias que en adelante sólo se admitirían nuevos alumnos de instrucción primaria y de primer curso de bachillerato (cuya duración era de 6 años). Sin embargo, el padre Campos se esforzó por mantener el esplendor de otros tiempos. De él parte en 1922 la propuesta de consagrar la ciudad al Corazón de Jesús y levantar un monumento conmemorativo.

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Visita a El Puerto de SAR el infante Don Carlos de Borbón y la infanta Doña María Luisa, Llegada al Paseo de la Victoria, donde se celebró un acto religioso ante la Capilla de los Caminantes. El alcalde de la Ciudad, Ruiz Calderón, portando el estandarte. 15 de ocubre de 1921. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

En junio de ese año se aloja en la residencia de los jesuitas Don Eustaquio Ilundain, arzobispo de Sevilla, de visita a la diócesis. El 21 de enero de 1923 se celebra en el colegio un "festival patriótico" en honor del infante Don Carlos de Borbón Orleáns (1908-36), alumno en el externado jesuita de Villasís (Sevilla). Al joven infante, hijo de Don Carlos y Doña Luisa (abuelos maternos del rey Don Juan Carlos), le fue concedida entonces la dignidad honorífica de Príncipe del Colegio.

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Sala de Visitas del Colegio San Luis Gonzaga.

Nada parecía indicar, pues, el inminente cierre del colegio cuando la Revista Portuense publica el viernes 30 de mayo de 1924 una crónica de los "brillantes" y "solemnes" actos de fin de curso celebrados el día anterior. Son las 6 de la tarde y en el abarrotado salón de visitas los alumnos y sus familias esperan la llegada de la presidencia, cuya entrada es saludada con la Marche Lorraine, que ejecuta al piano el maestro Legarra. Además del rector Campos presiden el acto el alcalde (Alfonso Sancho Mateos), el padre ministro (Francisco Gómez, S.J.) y el delegado gubernativo (señor Iribarren). Concurren también los padres Socorro, Martínez Ropero y Lambertini.

La distribución de premios comienza tras la intervención de los solistas Elías y Posadas. El padre rector da lectura a la extensa lista de premiados por su conducta y aprovechamiento "a mayor gloria de Dios, para esplendor de las ciencias, cultura de las letras y honrosa memoria de los alumnos del Colegio de San Luis Gonzaga." Es proclamado 'Excelencia de honor' José Ramón Lorente Pellicer, de 4º curso, obteniendo 'Premios de Excelencia' los estudiantes de 2º curso Álvaro Fernández de Castro Cabeza y Luis Arroyo Aznar. Los tres son muy aplaudidos al ocupar sus respectivos puestos en la tribuna destinada al efecto.

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Se intercalan piezas musicales, interpretadas por el coro de seises del colegio. Entre los galardonados figuraban portuenses como Juan Bootello, Luis Suárez, Manuel Rioja, Luis Cuvillo, Ramón Jiménez, Luis Merello, Jesús Merello, Eligio Pastor o Juan Piury. Cierra el acto el alumno de instrucción primaria Pedro de León Arias de Saavedra, que declama "de forma prodigiosa, con suma expresión y gusto" la poesía titulada Despedida a la Virgen.

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Procesión de los alumnos portando hachones encendidos, en el patio central del colegio.

El público se traslada después a la iglesia del colegio, donde tiene lugar un tedeum. Terminado éste se organiza una procesión de todos los alumnos, que portan veladores encendidos. José R. Lorente lleva la bandera de la congregación. Otros niños portan los pasos de San Estanislao y de la Inmaculada. Entre el ruido de cohetes llegan las imágenes al patio central. La Banda Municipal ejecuta entonces la Marcha Real y se incorpora a la procesión en su recorrido, por la galería izquierda, hasta el jardín. Allí, ante la gruta de San Ignacio, se hace estación y se cantan unos villancicos de Eslava. Vuelven al patio por la galería opuesta. Nueva estación y cantos corales. De regreso en el templo, finaliza la ceremonia con el canto del Adiós a la Virgen.

sangregorio_iznateIZNATE
Iznate es un pequeño pueblo de la Axarquía, limitado por Macharaviaya y Benamocarra, de la que le separan menos de cinco kilómetros.
El núcleo urbano tiene su centro en la Plaza de los Dolores, patrona de los iznateños y su edificio más importante es la iglesia de San Gregorio VII, construida en el s. XVI, que sobresale del resto del pueblo. A mediados de este siglo, el padre jesuita Nicolás Campos de Torreblanca, hijo de los marqueses de Iznate, donó gran parte de su caudal para la restauración del templo, de innegable arquitectura mozárabe. Además, donó a la parroquia un cuadro de San Francisco de Paula, atribuido a Zurbarán, una copia del Correggio y una Dolorosa, y un Salvador del s. XVII, que dotaron a la parroquia de una riqueza artística extraordinaria. (En la imagen, la iglesia de San Gregorio VII). (Textos: Bernardo Rodríguez Caparrini. Dr. en Filología Inglesa).

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Torre del Yacimiento de Doña Blanca. Imagen toma de la web Druta

En las primeras excavaciones del tell de Doña Blanca, dirigidas por el profesor Diego Ruiz Mata hace ya más de veinte años, a los pies de la Sierra de San Cristóbal, se hallaron los restos islámicos más antiguos de la provincia conocidos hasta ahora, fechados a comienzos del siglo VIII. El nombre de este yacimiento y el de toda la zona donde se localiza es, desde época medieval, Sidueña. En su solar hay vestigios importantísimos de la que tal vez fuera la capital del reino fenicio de occidente (¿*gâdir-a?), y otros de origen romano, visigodo e islámico. La posibilidad de relacionar estos indicios con la antigua Asido(n) y la Shidûna andalusí es demasiado sugestiva como para desecharla. La etimología y las fuentes escritas parecen darnos la razón, al tiempo que descartan, de un modo casi concluyente, la secular identificación de estos topónimos con la actual Medina Sidonia.
......

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Mapa que aparece en el “Livre de Roger”. Sicilia, 1154. Copia del siglo XIII, Maghreb. Según datos del autor árabe Al-Idrîsî. España aparece mencionada como la “Península de Al-Andalus”.

En época andalusí, la primera capital de la cora o provincia de Sidueña fue la ciudad del mismo nombre. Algunos historiadores, al encontrar en las fuentes árabes la expresión madinat Shidûna, tradujeron Medina Sidonia. Pero el asunto ha traído de cabeza a todos los que estudiamos los anales de nuestra zona. ¿Y si traducimos la rección como "ciudad de Shidûna"? A los pies de la Sierra de San Cristóbal, justo donde se hallan las ruinas de la ciudad fenicia descubierta por Ruiz Mata en los años 80 del siglo XX, encontramos el pago de Sidueña. Curiosamente, algunas referencias en textos grecolatinos y, sobre todo, árabes, parecen situar en ese enclave a la antigua Asidon y su supuesta heredera andalusi Shidûna. Tras su ruina, la capital de la cora pasó a Jerez, llamada desde el siglo IX Šaris Shidûna. Jerez, sucesora de aquélla, alcanzaría su máximo apogeo a partir de finales del siglo XI. Desde el punto de vista intelectual, dio a las letras y las ciencias andalusíes un buen número de sabios.

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Posible ubicación de algunos de los topónimos mencionados
por al-'Udri (en negro) y al-Idrisi (en azul).
(Borrego Soto).
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Dijo el poeta y cadí jerezano Ibn Lubbal (m. 583=1187-8):

Cuando el que está afligido contempla el bello rostro
de la tierra de Sidueña, olvida su pena.
Parece que la mano de la lluvia hubiera cubierto
de verdes brocados sus valles y majadas.
Como un aladar por las mejillas del hermoso,
discurren los arroyos por sus marjales.

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Yacimiento de Doña Blanca. (Foto González Campos).

Esta tesis, por supuesto polémica y controvertida, debe corroborarse aún con el trabajo de arqueología en la zona. Serán estas futuras y previstas prospecciones las que darán o quitarán razones. Cabe recordar el expolio que el yacimiento de Doña Blanca lleva sufriendo desde hace siglos, pero también conviene mencionar el gran número de fosos de vertido que se hallaron en la década de los ochenta y los restos cerámicos islámicos en ellos contenidos, que evidencian la existencia de una población considerable a los pies de la Sierra de San Cristóbal en época andalusí. Esta circunstancia mereció una extensa tesis doctoral a cargo de María del Mar Mira, de la Universidad Autónoma de Madrid en 1988. Con todo, la reflexión es obligada: ¿qué hemos hecho mal en esta provincia para que nuestros políticos sigan dándole la espalda al riquísimo legado que todavía se conserva en nuestro suelo (Doña Blanca, Asta Regia, etc.)? ¿No sería su puesta en valor y explotación una de las vías o soluciones para la crisis económica que vivimos? (Textos y Traducciones de Miguel Ángel Borrego Soto. Licenciado en Filología Semítica e Hispánica por la Universidad de Granada)

Más información en: "De Asidón a Sidueña. Localización de Madinat Siduna en el yacimiento de Doña Blanca", Miguel Ángel Borrego Soto. Revista de Historia de El Puerto, nº 42, 2009, 9-34

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Adriano IV no es un vapor, es un porteño oriundo que navega en aguas del río Manzanares en invierno y en la calle Larga de El Puerto en periodos vacacionales. Adriano García-Loygorri y Ruiz  es hijo de Adriano García-Loygorri Murrieta y de la benefactora porteña Tula Ruiz Golluri, aunque nacido en Madrid el 30 de octubre de 1934, se siente muy vinculado a El Puerto, su  segunda residencia. Desde pequeño viene regresando a su casa de la calle Larga y antes, al domicilio de su madre en la Quinta de los Ruiz. Dicho edificio fue adquirido por el bisabuelo de  Adriano, el potentado Joaquín Ruiz quien, procedente de Cuba huyendo de una epidemia de peste, se estableció en nuestra Ciudad, adquiriendo la que se conoce como la Quinta de los Ruiz, luego de los Terry y hoy actual Hotel de cinco estrellas, Duques de Medinaceli.

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Quinta de los Ruiz. Se puede observar los descampados de los alrededores. (Acuarela propiedad de AGLR).

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Bodega de la Quinta de los Ruiz. (Acuarela propiedad de AGLR).

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La Quinta de los Ruiz, en la actualidad reconvertida en Hotel de cinco estrellas, vista desde los jardines del Paseo de la Victoria. Se puede observar el añadido de un piso sobre la antigua azotea.

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La Quinta de los Ruiz. Tapia y garita de los jardines históricos catalogados.

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Foto familiar realizada en las primeras décadas del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, de izquierda a derecha, Tula Ruiz Golluri (madre de nuestro protagonista), María Ruiz Golluri, Joaquín Ruiz López, Joaquín Ruiz Golluri y Ana Ruiz Golluri. Sentados, de izquierda a derecha: María Jesús Ruiz Golluri, Emilia Morante Seytre, María Febrés Morante y Eduardo Ruiz Golluri. (Foto e identificación de Antonio Gutiérrez Ruiz, de su trabajo inédito 'La Quinta de los Ruiz').

juangavalaylaborde_puertosantamariaEl padre de nuestro protagonista era Ingeniero de Minas, compañero de promoción y amigo de Juan Gavala y Laborde , casado con Ana Ruiz Golluri. Aquí en El Puerto se conocieron su padre y Tula, su madre, y aquí se enamoraron, casándose en la capilla de la Virgen de los Milagros el 12 de diciembre de 1932. Firmaron como testigos entre otros, el propio Juan Gavala y el Duque de Vistahermosa. Castroverde y Sánchez Pérez, realizaron numerosas placas  de la ceremonia. (En la ilustración, detalle del cuadro de Juan Gavala, existente en el Instituto Geológico y Minero de España).
Establecieron su residencia en Madrid, en una casa-palacio propiedad de los García Loygorri en la calle Amor de Dios, uno de los edificios que conforman la manzana donde hoy se encuentra la Academia de la Historia,. Allí vivieron con su hermano Narciso, soltero y tres hermanas solteras de Adriano padre. Como el casado casa quiere, se trasladaron a una nueva residencia, en la calle Juan de Mena, cerca del Parque del Retiro donde nació nuestro protagonista, en 1934 y su hermana, en plena efervescencia de la preguerra incivil.

munozseca2_puertosantamariaVICISITUDES EN LA GUERRA INCIVIL.
A Adriano no le gusta recordar aquellos episodios, precisamente porque es huérfano a resultas del conflicto civil. Prefiere dejar que los muertos entierren a sus muertos. Recordar es volver a revivir sufrimientos que no hacen sino ahondar en heridas casi cicatrizadas. De ambos bandos. Su padre fue detenido el 18 de julio, junto a su tío Narciso y fusilados en Paracuellos del Jarama a las pocas fechas, con 50 años, por los milicianos. Su tío Narciso estuvo, precisamente, con Pedro Muñoz Seca, (imagen de la izquierda) en los últimos trances. Otro porteño, el que fuera ministro de Gobernación entre 1941-1942, Valentín Galarza Morante, consiguió salvarse. Su propia madre, Tula, detenida igualmente con su hija de pecho, fue salvada de la cárcel por que el Embajador de Cuba aduciendo su nacionalidad –oriunda- cubana, de su abuelo. De Madrid viajaron a Valencia, de allí en barco a Marsella, luego en tren a San Sebastián y en un tren de tercera a El Puerto, alojándose en la Quinta de los Ruiz. Hablamos del año 1937.

tula_ruiz_golluri_puertosantamariaAdriano recuerda que su madre, con la guerra ganada por el bando rebelde, recibió una llamada de la policía para que confirmara que el acusador de su padre era un conocido zapatero del barrio. Ella les explicó a sus hijos, en un ejercicio de generosidad y para nada revanchista que “--Ni estoy segura, aunque existen ciertas pruebas, ni voy  a ser responsable del ajusticiamiento de nadie. Bastante tendrá con su conciencia y con lo que ha hecho”. Adriano, sigue recordando, que “hay que olvidar y ser generoso. Aunque cada uno tenga sus ideas y sus opiniones. No tiene sentido. Aquello no fue nada bueno”. (En la imagen, una joven Tula Ruiz Golluri, fotografiada por Raymundo en 1918. Foto Colección AGLR).

DOÑA TULA ‘EMBAJADORA’ EN MADRID.
Cualquier porteño con problemas económicos y que necesitara asistencia médica cualificada, sabía que tenía en Doña Tula una aliada para sus cuitas. En su casa de Madrid recibió a muchos ciudadanos para que le buscara el médico, lo acompañara a la consulta, le consiguiera la cama de hospital, el alojamiento, e incluso alguna ayuda económica –poca, dado que no disfrutaba de un patrimonio holgado-. Y eso es algo que en El Puerto no se olvida. Precisamente la corporación presidida por Fernando T. de Terry acordó rotular una plaza con su nombre en la Barriada Luis Caballero.

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Plaza Tula Ruiz Golluri, en el centro de la Barriada Luis Caballero. (Nomenclator 2008).

ADRIANO Y EL PUERTO.

ruizgolluri_psmAdriano está unido a El Puerto por muchas razones, familiares y personales, y el único inconveniente que señala es que está a 654 kilómetros de Madrid. Casado con Carmen Verastegui Villafiero, con quien ha tenido dos hijos, y de momento tres nietos, está emparentado con tres alcaldes de El Puerto:  su abuelo Joaquín Ruiz y López, en 1904 y 1907; su tío Eduardo Ruiz Golluri, en 1930 y José de la Cuesta Aldaz, en 1903 y 1930. La hija de éste, Pepa de la Cuesta, casó con el hermano mayor de su madre, Joaquín Ruiz Golluri. El hijo de ambos, Joaquín Ruiz de la Cuesta –primo de nuestro protagonista—reside en Barcelona con algo más de 80 años y una mente muy lúcida, con quien gestionamos ponernos en contacto. (En la fotografía, Eduardo Ruiz Golluri, tío de Adriano).

josedelacuesta_psmAlgún día contaremos en estas páginas las alambicadas circunstancias que propiciaron la súbita ruina del que fuera alcalde José de la Cuesta. Los cuatro Adrianos de la familia, su padre, el mismo, su hijo y su nieto, han estudiado en los Jesuitas o lo va a hacer, como es el caso de su nieto. (José de la Cuesta Aldaz, tío abuelo de nuestro protagonista).

Adriano ha sido concejal (1995-1999) y teniente de alcalde (1999-2003) en el Ayuntamiento de Madrid, con responsabilidades en Medio Ambiente. Estuvo en nuestra Ciudad, como no podía ser de otra manera, cuando el Ayuntamiento inició las dedicatorias de la Feria de Primavera a diferentes ciudades y comunidades autónomas. En este caso, Madrid, en 1998. Quienes le conocen dicen que es, como su madre, un hombre fundamentalmente bueno.

adrianogarcialoygorri_cuadro_puertosantamariaDISCURRIR PROFESIONAL Y ACADÉMICO.
Tiene tratamiento de Excmo. Sr. Es Doctor Ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid. Catedrático de Geología General, Geología Estructural y Cartografía Geológica en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus principales trabajos y estudios han versado sobre temas geológicos, en particular sobre la geología de los yacimientos españoles de carbón, así como otras relativas a temas más generales de los recursos minerales y del medio ambiente urbano. En la actualidad es Académico de Número en las Reales Academias de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la que tomaría posesión en octubre de 1990 y desde 2008 es su Secretario General y también en la Real de Ingeniería desde 1995. Prestó sus servicios profesionales en la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras, llegando a ser Vocal del Consejo de Administración y de su Comisión Permanente. Ha sido Director del Instituto Geológico y Minero de España (1978-1980) y Vicepresidente de su Consejo General y Presidente de su Comisión Permanente; Director General de Minas e Industrias de la Construcción (1980-1982) además de Consejero Nacional de Educación. Ha pertenecido a los Consejos de Administración de diversas entidades y empresas ligadas a la minería y a la energía. Desde 2003 es presidente del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Madrid; y en el año que corre, ejerce también la presidencia de la conferencia de Consejos Sociales  de las Universidades Públicas en Madrid, siendo asimismo en estos momentos Director de la Fundación para el Conocimiento Madridmasd. En el ámbito internacional ha sido vocal del Comité Consultivo de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y de la Comisión de Investigación del Carbón en la Unión Europea; Presidente del X Congreso Internacional de Estratigrafía y Geología del Carbonífero y miembro del Comité de Honor del XI Congreso, y representante de España en la Comisión Permanente Internacional de los Congresos de Estratigrafía y Geología del Carbonífero. Ha sido Director Técnico Adjunto de Unidad Eléctrica, Vocal del Comité Mixto de la Asociación Gestora para la Investigación y Desarrollo tecnológico del Carbón (OCICARBON). (En la imagen, Adriano en un cuadro existente en el Instituto Geológico y Minero de España, del que fue su director y presidente. El cuadro es de principio de los ochenta del siglo pasado).

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Esperanza Aguirre presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, junto al rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Javier Uceda (en el centro), y el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de la CAM, Adriano García-Loygorri (izquierda). Foto: UPM.

Sus trabajos han versado sobre temas geológicos y, en particular, sobre la geología y estratigrafía de los yacimientos españoles del carbón. Es Académico de Número de la Real Academia de Ingeniería, Presidente del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Madrid, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de la Comunidad Autónoma de Madrid  en el curso 2008/2009 y Director de la Fundación para el Conocimiento Madridmasd.

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De izquierda a derecha, Ana “Toti” Pérez, Carmela Bernal, Carmen Aguilar, Rosa Valiente, Francisca Pérez, Chari, Milagros Bernal y Gertrudis. 18 de Octubre de 1958. (Colección Encarni Pulido. Foto Rafa).

«Cada una de las vecinas ha sacado dos sillas, una para sentarse y otra para ponérsela por delante con el espaldar metido entre las piernas y enganchar con la perilla los hilos de seda color de oro que han de formar la malla. Lo primero es hacer el gorro, la parte que entra en el gollete de la botella, es la parte más difícil de hacer. Yo todavía no he podido aprenderlo, así que espero a que terminen uno para ayudar haciendo los nudos grandes que son más sencillos. Ellas en la perilla de la silla sujetan seis hilos de seda después de haberlos anudados por las puntas uniéndolos entre si de forma cruzada como si fuera una trenza, de esta forma se va formando el gorro muy compacto. Cuando una de ellas ha terminado el primer gorro, me lo da a mí y yo voy anudando las seis puntas entrelazadas unas con otras para formar los rombos grandes que cubren la botella. Tengo como herramienta, un billete de tren, esto es, un cartón de dos centímetros de ancho por ocho de largo, el ancho del cartón es la medida exacta entre nudo y nudo, de esta manera salen todos los rombos iguales y parejos. Cuando la tengo terminada, se prueba metiéndola en una botella de litro de Terry, se aprieta fuerte por la base y una de las mujeres da el visto bueno. Estas mallas se van uniendo en paquetes de doce para meterlas en una caja de cartón hasta que viene Cressi por ellas». Fragmento del libro “Tres días en El Puerto de María” de Salvador Cortés Núñez, “el Chigüi”. Año 2005. (Mas información de las Mallas de Terry en la nótula 151, “Soledad Peña y las mallas de Terry”).

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Derribo a piqueta del Palacio de Cumbre Hermosa, en la esquina de las calles Valdés y Avda. de la Bajamar. En la actualidad existen unos cascos de bodegas  de Gutiérrerz Colosía.

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Casa del Marqués del Castillo de San Felipe, donde se derogó la Consittución de 1812. En la actulidad, dicho edificio contiene un centro comercial que, parece maldito, sus negocios no levantan cabeza. ¡Acaso la derogación de la Consittución por Fernando VII trajo aquella maldición!

Yo, muchas veces, me pregunto por qué causas se derribaron los Baños Termales o el Palacio del Marqués del Castillo de San Felipe (Larga, 74) donde Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y donde en su huida vivió Espartero; los palacios que rodeaban la plaza del Polvorista; el Palacio del Marqués de Cumbre Hermosa y el del Marqués de la Cañada; por qué causas se derribó la que se creía Capitanía General de la Mar Océana, en la plaza de la Herrería; por qué causas se derribaron tantos palacios de cargadores a Indias; por qué se permitió el expolio y derribo del Palacio del Marqués de Purullena (ahora ¿rehabilitado?);

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Interior amueblado del expoliado Palacio de Villareall de Purullena.

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Edificio de la que se creía Capitanía General de la Mar Océana, derribado a piqueta, hoy sede central de Romerijo y viviendas.

Por qué se permite que el Hospitalito no se acabe; porqué las Cruces de la Sierra fueron robadas y no se han repuesto; por qué la fuente que estuvo en la plaza de la Pescadería y hoy en el Parque de Calderón ha sido maltratada; por qué las estatuas de la Victoria se ha ido partiendo a trozos; por qué las gárgolas góticas de la Iglesia Mayor Prioral están colmatadas de higueras y muchas se han desprendido y perdido para siempre; por qué se cayó, sin oficio ni beneficio, el artesonado de la Ermita de Santa Clara; por qué se permite un andadamiaje durante siete años delante del Palacio de Winthuyssen, en plena calle Larga; por qué se permitió el derribo, porque estaba entero del molino de la calle Jesús Cautivo;

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Antiguo Hospital Municipal, en semiruina, comido por las termitas.

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A la derecha, a mitad de la fotografía, el relativamente reciente derribado Palacio de las Cadenas, en su parte trasera, donde vivieron en 1729 y 1730 los Reyes de España.

Por qué el Hospital de San Juan de Dios está cerrado y se va a caer solo y sin que nadie haga nada; por qué el casco histórico es una pura ruina, sin habitantes... Todo esto es anterior a esta Corporación Municipal, que ha heredado una ciudad degradada e irreconocible, que era hermosa y envidiable. A ella yo le pregunto: ¿por qué no se utiliza la Ley de Patrimonio con los propietarios del Palacio de las Cadenas -con lo que queda-y se les obliga, como es de ley, a su restauración meticulosa? Porque el que compra un BIC, sabe lo que compra y a lo que se expone y, si lo que espera es que se caiga, apaga y vámonos. Que la propiedad se deje de coñas, de apuntalamientos y de monsergas, que ya se autorizó impunemente por la anterior Corporación el derribo de la parte del Palacio que daba a la Bajamar. Menos mal, digo yo, que ahora está el PP en el Ayuntamiento. No tenga yo que decir, como otros: "¡Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!" . (Texto: Luis Suárez Ávila).

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escudo_benjumeda_puertosantamariaEl pasado sábado día 7 de Agosto, se celebró en la Bodega "San José" de nuestra Ciudad, la I Reunión de la familia Benjumeda  A dicho encuentro asistieron 150 (136 adultos y 14 niños) descendientes o emparentados con los  Benjumeda Martínez de Pinillos. Una buena parte de ellos residen fuera de El Puerto (Madrid, Sevilla, Almería, Cádiz, Jerez, ...) e incluso en el extranjero, en países tales como  Bélgica, Holanda, Austria o Estados Unidos de Norteamérica. Durante la jornada se conocieron muchos miembros de la familia que no tenían más referencia que por oídas, por escrito o que incluso desconocían de su existencia y otros que, por vivir en lugares tan distantes, hacía tiempo que no se veían.

LOS BENJUMEDA LLEGAN A LA PROVINCIA.
El primer Benjumeda del que provienen los 150 congregados, entre descendientes directos o emparentados, José Nicolás Benjumeda Romana, llegó a Cádiz en el siglo XVIII, descendiente de Juan Benjumeda y Góngora, natural de Marchena (Sevilla). Las calles existentes en Cádiz en la capital de Cuba --La Habana-- con el apellido Benjumeda fueron rotuladas como reconocimiento a los méritos de dos eminentes médicos de esta familia.

benjumeda_gens_puertosantamariaAsí, José Benjumeda Gens, nieto del primer Benjumeda llegado a Cádiz, Catedrático que fue y primer Decano de la Facultad de Medicina de la capital gaditana, y en Cuba la de su hijo José Antonio Benjumeda Fernández, Catedrático de la Facultad de Medicina de La Habana. (En la imagen, José Benjumeda Gens).

Hasta donde los propios Benjumeda tienen datado, este es el árbol genealógico: Miguel Benjumeda - Juan Benjumeda y Góngora (Marchena) - José Nicolás Benjumeda Romana (1699) llegan a Cádiz - Pascual Benjumeda Rodríguez (1759) - José Benjumeda Gens (1787)  - José Antonio Benjumeda Fernández (1817) - José Luis Benjumeda Miranda (1869) casado con Francisca Martínez de Pinillos, engendrando a seis hijos: los Benjumeda Martínez de Pinillos:

benjumeda_fdez_puertoantamariaJosé Luis (1894) creando la rama Benjumeda Molleda (José Luis “Neno” (+), María Loreto, Milagros, Covadonga, Manuel (+), Pilar, Francisco (+) y Jesús; Francisca (1899, creando la rama De la Torre Benjumeda (Antonio (+); María Teresa (1903), creando la rama Molleda Benjumeda (Jesús (+), Luis (+), Sinforiano (+) Teresa, Milagros, María Eulalia y José Antonio (+); Antonio (1904), creando la rama Benjumeda Abreu (Antonio (+) Milagros, Paca, Juan Carlos, (+), Victoria, María, Fernando, María del Carmen, Javier (+) y Loti; Úrsula (1906) creando la rama Díaz Benjumeda (Francisco, Manuel, José Luis, Enrique); y Manuel (1908) creando la rama Benjumeda Osborne (Juan, Jaime (+), Margoti, Gonzalo, José María, Josefina, Eduardo, Ignacio, Jaime, Manuel y Luis). Y luego todos los descendientes de éstos... (En la imagen, José Antonio Benjumeda Fernández).

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Los hermanos Benjumeda Martínez de Pinillos, las seis ramas de las que descienden los asistentes al Encuentro del pasado 7 de agosto en El Puerto. (Imagen de 'La Gaceta Benjumeda', periódico editado con motivo de la convocatoria)

DESCENDIENTES DE LA MISMA RAMA.
Los reunidos en la Bodega San José son descendientes de José Luis Benjumeda Miranda, cumpliéndose este mismo año el centenario de su fallecimiento. Así descienden de sus sus seis hijos que conforman las seis ramas que se reunieron el sábado: los Benjumeda Martínez de Pinillos. Los allí congregados constataron que e cumplían tres tradiciones en la familia: la primera es que la profesión de médico era una constante, aunque en la actualidad ninguno ha llegado a ser catedrático o decano de facultad, como fue el caso de algunos de sus antepasados. La segunda tradición es que se ha mantenido el nombre de José, existente en todas las ramas y transmitido a lo largo de las diferentes generaciones. La tercera es que el nombre de Úrsula, que tenía la tatarabuela, transmitido por la rama de los Díaz Benjumeda hasta sus actuales hijas, las más pequeñas.

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ASISTENTES.

Ni sabemos ni podemos poner el nombre de todos los asistentes, empero, si afirmamos que, entre otros estuvieron: Milagros Benjumeda Abreu, Vda. de Pedro Troya Zamudio.  María del Carmen Benjumeda Abreu, casada con  Rafael Díez Vergara, y sus hijos Rafael casado con Ana Andréu y Santiago;  María Asunción Benjumeda Abreu, viuda de Rafael de la Calle Romero, residente en Jerez.   Victoria Benjumeda Abreu, viuda de José Antonio Micheo de la Loma, con sus hijos Victoria Eugenia Micheo Benjumeda, residente en Holanda y casada con un coronel que trabaja para la OTAN: Cristóbal Guerrero Suárez; José Antonio, Iñigo, Marta, María Valvanera, Alvaro y Gonzalo (los dos residentes en Madrid), Fernando, Miguel casado con Aurora Gómez Agar y Manuel residente en EEUU, casado con Michelle Glass. Francisca Benjumeda Abreu, Viuda de Miguel Sánchez Cossio Muñoz. Carlota Benjumeda Abreu, casada con Vicente González Lechuga y sus hijos Vicente y Fernando González Benjumeda, casados respectivamente con María del Mar Conde y Carmen Noelia Martínez de Murga Guevara. María Eulalia (Marula) Molleda Benjumeda, acompañada de su marido Rafael Redel Hernández. También asitió su hija mayor Reyes y su marido Luís Cuervo Spottorno que vinieron desde Bruselas, ya que él trabaja en la  Comunidad Europea.

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Victorina Arrobas Vila, Viuda de Antonio Benjumeda Abreu y sus hijos Luis con su mujer Elke Hois, que vinieron de Austria; y Antonio con su esposa Aurora Bravo Garcés, que vinieron desde Sevilla. Fernando Benjumeda Abreu, único varón que queda vivo de dicha generación, su mujer María del Carmen García Román y su hijo Fernando Bernjumeda García. La viuda de Javier Benjumeda Abreu, fallecido recientemente, María del Carmen Lobato Galán, nieta de Patesca. José Luis Díaz Benjumeda, esposa, hija y sobrinas, residentes en Sevilla. Los Benjumeda Peñafiel, hijos de Juan Benjumeda Osborne: Alberto, Ana, Blanca, Jorge, Juan, Marta, Pilar y Rafael. Ademas, estuvieron el General de División del Ejército del Aire,  Manuel, Benjumeda Osborne y sus hermanos Ignacio, José María, Juan, Luis y Margoti, menos Josefina que vive en EEUU. Los Díez Benjumeda, entre ellos el artista pintor, autor del cartel de Feria de El Puerto, del año 2007, Santiago Díez Benjumeda. Piluca Benjumeda Molleda, viuda de Eduardo Ballesteros Morales, conocido analista clínico y sus hijos Begoña, Eduardo, Joselo, María y Pilar Ballesteros Benjumeda, y sus respectivos entre los que se encontraba el marido de Begoña, Antonio Ojeda Guerrero. Desde Almería, Rafael Molleda Fernández, casado con María Isabel Mata Almodóvar y sus hijas Isabel y Aurora. Desde Madrid, María Antonia Andrade García-Moreno, Vda. de Luis Molleda Benjumeda y su hija María Antonia, periodista, que trabaja en el gabinete de prensa del PSOE en la calle Ferraz.

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Desde Sevilla, María Úrsula Díaz Manzano y su marido José Manuel Luca de Tena Córdoba, con sus hijas Úrsula y Carmen, es la hija mayor de los Díaz Benjumeda y fue la promotora de llamar a la rama de Sevilla. Margot Benjumeda Osborne, casada con Enrique del Pino Bohórquez, residentes en Jerez, y sus hijos Margarita, Beatriz, Enrique, Miguel, Jaime, Patricio, con su mujer María del Carmen Ramírez Sánchez. María Angustias León Orozco, Viuda de Juan Carlos Benjumeda Abreu, con sus hijos, hija María Angustias, Juan Carlos casado con Rocío Luque, Enrique casado con Verónica O'Neale Moreno-Luque, ambos residentes en Jerez. Los Letang Arévalo, Ana y Enrique y los Letang Benjumeda: Enrique, José Luis, Juan, Marta, Raquel, Fernando, y Fernando Letang Velarde y Fernando Gil de Sola Letang y Francisco Gil de Sola Costell. Y Cristina y Ana Azcárate Benjumeda.  Los hermanos Javier, Juan y Patricia Gil de Biedma Benjumeda.

Y otros apellidos presentes emparentados con los Benjumeda, por alguna de sus seis ramas: Andreu, Berzal, Bebitori, Caamaño Aramburu, Cuervo Spottorno, Cruz, De la Torre Bononato, Elvira, Gálvez, Gómez, León Orozco, Lobato, Luca de Tena, Luque, Mata Almodóvar, Monguió, Pascual de Pobil, Brice Peton,  Redel, Rodríguez Mendoza y Rodríguez Romero, Rubio, Sebastián Garicano, Seoane, Soneira, Sordo, Federico del Valle, y los Worth del Pino, Carla y Margarita, cerrando la lista de 150 familiares reunidos.

ursulamiranda_cadizPREMIOS Y DISTINCIONES.

Como no podía ser de otra forma, al finalizar la comida, se hizo entrega de una Botella de Vino Conmemorativa «Señorío de Benjumeda» Rioja Crianza de 2007, etiquetado especialmente para la ocasión por Vinícola Jarrera. Así, en primer lugar repartieron a las personas de mayor edad de cada una de las seis ramas de la familia presentes en el Encuentro, que les fueron entregadas por las chicas de las generaciones más jóvenes. (En la imagen, Úrsula Miranda).

  • De la rama Benjumeda Molleda, para Mari Benjumeda Molleda, decana de la reunión. De la rama de la Torre Benjumeda, para Angelita de la Torre Bononato.
  • De la rama Benjumea Abreu, a Milagros Benjumeda Abreu.
  • De la rama Molleda Benjumeda, a Marula Molleda Benjumeda, agradeciendo su desplazamiento desde Madrid.
  • De la rama Benjumeda Osborne, a Juan Benjumeda Osborne, agradeciendo la numerosa presencia de esta rama en el evento familiar.
  • De la rama Díaz Benjumeda, a José Luis Díaz Benjumeda, quien durante el encuentro se reunió, tras muchos años, con su madrina Mari Benjumeda Molleda.

lagacetabenjumeda_puertosantamariaOtras botellas de “Señorío de Benjumeda” fueron entregadas a José Luis Letang Benjumeda, por ser el primero en apuntarse al evento. A Luis Benjumeda Arrobas, por su rápida respuesta al ser el primero en abonar las cuotas. A Jesús de la Torre Bononato, por sus gestiones en la celebración del encuentro. A Francisco Gil de Sola Costell, por su trabajo en las cuestiones organizativas. A Javier Sordo Letang, por la elaboración de un periódico conmemorativo. Otra botella para la desconocida Daniela, cuyo apellido no se conocía en el momento de celebrarse el ecuentro. A Manuel Micheo, que vino expresamente de EEUU para la ocasión, acompañado por su mujer, Michel Glass. Y otra por su inicial colaboración, poniendo en contacto a la mayoría de la familia, al colaborador de Gente del Puerto, Vicente González Lechuga, autor de las fotos que ilustran esta nótula. (En la imagen, portada de 'La Gaceta Benjumeda').

Las organizadoras del evento fueron las hermanas Raquel y Marta Letang Benjumeda, hijas del Comandante Letang Brouillon, constructor del desaparecido lugar de celebraciones y caseta de Feria ‘El Cortijo’ del Paseo de la Victoria. Para el próximo encuentro, dentro de tres años, Gente del Puerto se permite recomendarles entregar a los premiados botellas de Vino Fino, Oloroso y Amontillado, de alguna de las bodegas de El Puerto, unos vinos para paladares exquisitos, como son los de los Benjumeda.

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