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semaalvarezpasaje_puertosantamariaEn el Más Allá habían necesitado del concurso de un Relaciones Públicas, José Manuel -Sema- Álvarez Pasaje, para cubrir la difícil plaza de llevar la tolerancia, las buenas maneras, el saber hacer, ante tal concentración de gentes, ideas y culturas, como Allá se encuentran. Lo necesitaban, precisamente, en unas fechas en las que los de aquí, por costumbre, por tradición, por fiesta y celebración, nos reunimos en torno a la familia a rememorar acontecimientos que vienen a inspirar paz y buena voluntad. Era a finales del año 2002.

La verdad es que, como casi siempre, estas cosas nos dejan descolocados. Un hombre joven nos era hurtado antes de tiempo. No nos han dejado seguir compartiéndole por Navidad en la Zambomba de Turismo; en otra edición de FITUR en Madrid; en la Feria de Jerez, en la Caseta de Domeqc; en El Puerto, en su sagrada Feria de siempre; en el Carrefour, intercambiando confidencias y chascarrillos presididos por el fino humor de la tierra de su paisano Muñoz Seca; o en cualquier momento del año, su amistad, su saber hacer profesional, su humanidad. Nos dejaba sin el consuelo de su compañía.

In the Afterlife they needed the help of a PR, José Manuel -Sema- Álvarez Pasaje, to cover the difficult post of being tolerant, well mannered, and having the necessary know-how in the face of such a great number of people, ideas and cultures found in the Afterlife. They needed it, to be precise, at a time at which those from around these parts, usually, traditionally, at each fiesta and celebration, join their families to recall events that inspire peace and good will.?The truth is that, as almost always, these things distress us. A young man was stolen from us before time. They’ve let us carry on sharing him at Christmas in the Carol Concert organised by the Tourism Department of El Puerto; in another years’s FITUR (International Tourism Trade Fair) in Madrid; in the Feria de Jerez, in the Domeqc tent; in El Puerto, in his sacred Feria; in Carrefour, exchanging secrets and funny stories presided by his subtle sense of humour from the his compatriot Muñoz Seca’s homeland. Or, simply, at any time of year, his friendship, his professional know-how, his benevolence; he left us without the comfort his company brought.

Un hombre que vivió desde pequeño el mundo del turismo, a partir del negocio de hostelería de su casa, por tradición y vocación. Que lo continuó, estudiando la diplomatura de Técnico de Empresas y Actividades Turísticas, lo que le propició trabajar en empresas pioneras del sector en la zona, como el Casino Bahía de Cádiz, donde alcanzó diversos cometidos profesionales; o en su último empleo en el que era muy querido y apreciado, como Jefe de Relaciones Públicas de Domecq, con responsabilidades también en El Puerto, en las Bodegas Terry.
La forma de vivir de José Manuel, de Sema, a partir de finales de diciembre de 2002, fecha en la que nos dejó, es en el recuerdo a su amistad, en el recuerdo de sus golpes de afecto, en el recuerdo de su disponibilidad para todo y para todos. Hoy su familia, su mujer, sus hijos saben que Sema ha dejado marcada una trascendente impronta en el corazón de quienes con él se relacionaron por amistad o profesión. Ahí también vive para siempre este Relaciones Públicas del Mas Allá. Ahí lo encontramos todos cuando,  brindemos con una copa de Fino por su historia, por nuestra historia con él vivida. Es imposible que no permanezca entre nosotros.

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Fotografía tomada en el Stand/Puesto de El Puerto de Santa María en FITUR (Feria Internacional de Turismo) celebrada en Madrid a finales de 2001. Con una copa de vino fino de El Puerto -en esta ocasión Fino Quinta- ofrecida por la técnico de la Delegación Municipal de Turismo, Carmen Jiménez Doello.

ENTREVISTA.
Las relaciones, ¿cuándo se deben hacer públicas, y cuando deben dejar de serlo?. --En mi opinión, solo en el ámbito íntimo de la familia y de los amigos, un profesional de las relaciones públicas guarda su  profesión en el armario.
Hablando de estereotipos, ¿es necesario un terno azul y fijador en el pelo para trabajar de Jefe de Relaciones Públicas en una Bodega de Jerez? --En absoluto, ¿por qué?.  ¿Hay alguna empresa seria que contrate ‘estereotipos’?.  Esto es muy serio, señores.
El tramo de autovía El Puerto-Jerez, para usted es... --Como el pasillo de mi casa.
¿Cómo bebe usted el Vino Fino? --Muy frío, y siempre acompañado. La Ina, por supuesto.
¿Qué dedicatoria le gustaría dejar escrita en la Bota de sus sueños?. --“Gracias, Vino y Brandy de Jerez. Ha merecido la pena compartir con vosotros todo este tiempo”.
¿Se pone el sol en los territorio de Domecq? --Pues la verdad, ahora que lo dice, no.
Los caballos cartujanos de Terry, ¿algo más que un símbolo? --Son una verdadera maravilla, un orgullo para la bodega y para nosotros los portuenses.
¿Con que faena bodeguera cambiaría, por unas horas su puesto de RR.PP? --Con cualquiera. Solo por unas horas, por eso de “zapatero a tus zapatos”.
En la viña, ¿se ve despejado el horizonte de nuestros vinos?. --En la viña, los espacios son muy abiertos y el horizonte casi infinito.
Dígame usted tres usos para los cascos de bodegas en el siglo XXI, además de catedrales del vino. --Catedrales del Brandy de Jerez, catedrales de la vitivinicultura, catedrales de la enología. (Diario de Cádiz, mayo 2000).

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Fotografía tomada el 21 de noviembre de 2000, en Bodegas Terry. De izquierda a derecha, la guía de la bodega; Lely de la Torre Cerdá, Jefa de Sección de la Delegación Municipal de Turismo; Javier Maldonado Rosso, Director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico; Rosalía González Rodríguez, Directora del Museo Arqueológico de Jerez; José Manuel Alvarez Pasaje, Jefe de RR.PP. de Bodegas Domecq y Terry; Mercedes García Pazos, Técnico del Centro de Patrimonio Histórico; José María Morillo Sánchez, Jefe del Servicio de Turismo; Santiago Mesa Díaz, Técnico de Turismo; José Ignacio Delgado Poullet, Técnico del Centro de Patrimonio Histórico y Beltrán Domecq Williams, Director del Área de RR.PP del Grupo Domecq.

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pepitasarazena_puertosantamaria«Me han llamado ayer para decirme que acababa de morir Pepita Sarazena (Colwyn Bay, Norte de Gales, Gran Bretaña, 07.05.1919 - Sevilla, 23.12.2000), bailarina y bailaora de fuste, delicada como una figura de biscuit, conversadora sabia, profunda y amena, encandiladora... Yo, si digo la verdad, no he visto a nadie bailar como a ella. Era el baile mismo y tenía la distinción y el empaque de una reina. Era Theletussa reencarnada. Sus principios y escuela fueron en Rusia, donde estudió ballet. En España, en Madrid, fue discípula predilecta de "El Estampío" (Jerez, 1879 - Madrid, 1957). Tenía a gala el haber conservado la escuela bolera del siglo XVIII y pasos y gestos del baile antiguo. Su discípula, la escritora Teresa Martínez de la Peña, ha sabido apreciar, con sensibilidad poco común, todas sus enseñanzas y las practica y divulga.

”They called me yesterday to tell me that Pepita Sarazena had just died (Clwoyn Bay, North Wales, Great Britain, 7/5/1919- Seville, 23/12/2000). She was an important dancer, as fragile as a paper doll, a wise conversationalist, deep and entertaining... To tell you the truth, I haven’t seen anyone dance like her. She was the very dance itself and had the distinction and presence of a princess. She was Theletusa reincarnated. She started out in Russia where she studied ballet. In Madrid she was the favourite disciple of "El Estampío" (Jerez, 1879-Madrid, 1957). She could boast that she had conserved the bolera school of the 18th century and the steps and expressions of the old dance. Her disciple, the writer Teresa Martínez de la Peña, knew how to appreciate, with a rare sensitivity, all her teachings which she practises and shares.”

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Colwyn Bay, ciudad de nacimiento de Pepita Sarazena. El Paseo sobre el Muelle, con el Pabellón de Atracciones. La ejecución de una idea parecida (también existe en Brighton), fue presentada a mediados de la década de 1990, por un grupo de hosteleros locales, al  Ayuntamiento, con objeto de montar una pasarela similar sobre los pilares del río Guadalete, sobre los que se sustentaba el Puente de San Alejandro. La iniciativa no tuvo acogida .

Pepita hablaba con especial devoción y respeto de sus maestros, especialmente de Juan Sánchez Valencia, "El Estampío" --el viejo, como lo llamaba--, uno de los más grandes bailaores conocidos. En el salón de su casa colgaban las fotografías de Aurelio, de "Carito", de "El Estampío", en su estudio, y ella bailando, con bata de cola blanca, mientras Juan, embobado con su baile, se calentaba en un brasero de bronce, con la badila en la mano y echaba una "firma".
Yo la conocí en el hotel "Los Cisnes" de Jerez, el año 62, donde, en el hall, nos esperaba a su marido, José Luis Sánchez Rodríguez, bailaor, nacido en la casa calle Santa Lucía número 2 de El Puerto, y a mí. Y la espera fue larguísima. Siempre me lo echó cariñosamente en cara. Y es que su marido y yo nos liamos a hablar de cosas de El Puerto y no llegamos hasta tres horas después de lo concertado. Desde entonces hemos tenido una amistad que se fue acrecentando con el tiempo.
José Luis había sido discípulo de "Carito", el bolero del siglo XIX y principios del XX y de "El Estampío", en cuyo estudio conoció a Pepita.
Ella, con su marido y Sabas Gómez Marín, excelente guitarrista, tío de mi compañero de Facultad de Derecho, Pepe Santos Gómez, también guitarrista, formaron una compañía que aglutinó a los y a las mejores de aquellos tiempos. Actuó durante más de treinta años en todos los más importantes coliseos del mundo entero y con notable éxito. Desde Tokio, desde Viena, desde Nueva York, desde París... me enviaban los programas de sus actuaciones, donde en ninguno faltaba "El Puerto" de Isaac Albéniz. Nunca me faltaron sus felicitaciones por Navidad y siempre cartas, muchas cartas, desde donde fuera.

pepitasarazena2_puertosantamariaCuando, por los sesenta largos, Pepita tuvo un percance en el talón de Aquiles, José Luis y ella se vinieron a vivir a Cádiz y todos los días, como si fueran a volver a actuar mañana mismo, ensayaban en el escenario de el Teatro Falla, entre las cuatro y las seis de la tarde. Allí los vi  bailar, con el sólo son de las palmas, unos tangos flamencos, con un sabor y compás inenarrables. Pepita ocupó, entonces, la Cátedra de Danza del Conservatorio Manuel de Falla, de Cádiz.  Con Pepita y José Luis presencié, en el "Falla", un espectáculo de Antonio Ruiz, el bailarín, y éste, al final, en el camerino, los saludó reverente, como a maestros. El pianista los abrazó con cariño. Y es que era el mismo que Pepita y José Luis habían llevado en sus giras.
A José Luis y a Pepita, enamorados de El Puerto, no era raro verlos paseando por el Parque o asomados al balcón del río, viendo pasar el agua. Siempre me llamaban: "Estamos aquí". Y nos veíamos y comíamos juntos y terminábamos en mi casa, o en casa de José Luis Tejada, o en casa de sus primos. El padre de José Luis, Camilo Sánchez Jamardo, tuvo un trabajadero en El Puerto, que ardió. Marcharon todos a Sevilla y José Luis, luego, a Madrid. Su hermano Camilo, fue el socio de Luis Benvenuti en las Destilerías del famoso "Anis Periquito". Pepín el barbero, paciente amaestrador y domador de verderones y jilgueros, era su primo y José Ignacio Delgado, fino fotógrafo del Centro de Patrimonio Histórico, su sobrino...
En Cádiz, hicieron una vida sencilla, dedicada a ordenar sus cosas y sus escritos, a asistir a cuantos actos culturales se anunciaban, a cultivar la amistad de Aurelio, de Agustín "El Melu", de José Espeleta, de Gaspar el de Alfonso... y de toda la intelectualidad gaditana. Todos los años, iban a Londres y a París, a ver a sus muchos amigos. Y sus amigos, desde todas partes, venían a Cádiz, como en peregrinación, a verlos.
Guardaban un baúl de sus giras, que perteneció a "Carito", y un sin fin de trajes, libros, fotografías y recuerdos de sus actuaciones por el mundo.
Pepita había logrado inventar un método para transcribir en el papel los bailes antiguos que sabía, los clásicos, los de la escuela bolera, los flamencos... En su casa gaditana de Clemente de Torres estarán, ya sin dueña, esos monumentos levantados a la tradición gestual, efímera e irrepetible. Toda una etapa vital dedicada al trabajo de dejar, lo más aproximadamente posible, la noticia de lo recibido, practicado y vivido.
Pero desde que José Luis murió, en 1994, ya no tenía ánimos para vivir. Pepita se había descolgado de la vida. Hace unas tres semanas, me lo decía por teléfono. Quedamos en que la recogería un día, para comer en El Puerto, antes de las Navidades. Me dijo que sí y bien que me alegré. Su sobrina Yayo --Milagros, como la Patrona--, se la llevó consigo a Sevilla, a pasar las fiestas. Por éso, cuando yo la volví a llamar, nadie me respondía. Con lo cumplidora que era, esta Navidad no he recibido su tarjeta de felicitación. En cambio, Yayo, por Navidad, me ha traido la noticia de su muerte, en Sevilla, que me ha dejado con un dolor presentido desde hace tiempo. Y es que me lo maliciaba. Cualquier día me daban esta noticia. Y me la han dado.» Luis Suárez Ávila, autor del texto (año 2001 y de la ilustración (1971).

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¿Quién no se acuerda de aquel extranjero mollatoso, de más de dos metros, vestido con su traje regional, falda escocesa incluida, que llamaba la atención paseando por la Feria de Crevillet?. Y es que se recorría todas las Ferias del Sur, empezando por Sevilla. Y se las bebía todas, también. A Pepe el Escocés le escribió su biografía en dos partes el escritor y periodista Antonio Burgos:  «Verdadera biografía falsa de Pepe el Escocés. I y II» En la fotografía, el Escocés, recibiendo una media botella de Fino Quinta en la Feria de  Primavera de la década de los sesenta del siglo pasado. (foto Colección Miguel Sánchez Lobato).

Who doesn’t remember that foreign drunkard, almost six and a half feet tall, wearing his traditional dress, kilt and all, who stood out like a sore thumb at the Feria de Crevillet? He drank his way through all the Ferias in the South, starting with Seville. The writer and journalist Antonio Burgos wrote Pepe the Scotsman’s biography in two parts:  “The Real False Biography of Pepe The Scotsman. I and II.” In the photograph is the Scotsman receiving a half bottle of Fino Quinta at the Feria de Primavera (Feria of Seville) in the sixties, last century.

escoces_04_puertosantamaria«Según han determinado los más reciente estudios que el profesor doctor don Miguel Criado, profesor titular de Gramática Parda Hispalense en la Universidad de la Puerta del Arenal ha realizado en los fondos documentales del Legado Lucy Prescott existentes en los archivos de Casa Morales, el verdadero nombre de Pepe el Escocés era Johny Walker of Ballantines, y por parte de madre venía de la rama irlandesa de los O´Donnell (esquina a San Eloy), así como de la estirpe escocesa de los MacArena. Pues dichos estudios de Potrística Superior han venido a corroborar cuanto aventuraban algunos autores, hasta ahora sin el menor fundamento científico, pero ya plenamente demostrado por medio de la aplicación de la prueba del carbono 14 a medio kilo de cisco picón de la carbonería de la calle Zaragoza: que, aunque dicho Pepe y llamado El Escocés, nuestro personaje era cuarterón irlandés, cuchichí ulsteriano por parte de madre, miss Etelvin O´Donnell MacArena, descendiente de un jesuita exclaustrado del Colegio de los Irlandeses, que conoció a una cupletista del Teatro del Duque y se fugó con ella, aguas abajo del Guadalquivir, en el mismo barco donde don José María Blanco Crespo, dicho White, cogía el portante y la media manta camino de Cádiz y de Inglaterra, harto de los capillitas hispalenses. Miss Etelvin heredó el castillo que tenían en Edimburgo los MacArena, razón inmobiliaria y hacendística suficiente para que de ella, que era una viva estampa de Picio, se prendara Robert Walker, profesor de Gaita en el Real Conservatorio de Glasgow, ciudad en la que se casaron en los últimos años del periodo victoriano. (En la fotografía, descansando entre cajas de Fino Quinta junto a una nevera de Cruzcampo. Foto Colección M.S.L.).

escoces_02_puertosantamaria»De aquel santo matrimonio por el rito de Casiodoro de Reina, fe que abrazó Miss Etelvin con igual fervor que la gaita de Mr. Robert Walker, nació en el mismísimo Edimburgo en 1890, el 18 de abril precisamente, un niño, que La Gaceta de Edimburgo calificó días después como un claro y robusto varón. Al ser sacado de pila en la catedral de Saint Mary, pusieron de nombre al niño Johnny. "Esto del 18 de abril en que ha nacido el niño me huele a Sherry más que a Kilmarnoch", dijo días después un hermano de Miss Etelvin, que le pegaba al Canasta Cream cosa mala. Los genes de Johnny manifestaron, al punto las raíces inísticas y tiopepísticas de los O´Donnell y de los MacArena más que de los Walker of Ballantines, pues mientras los otros niños de su edad se ponían la falda escocesa, Johnny quería que su madre se la hiciera de volantes, y un día lo sorprendieron ensanchando las alas de un viejo chambergo al MacAreno modo. Y mientras otros niños de su edad, en el colegio donde fue a aprender las primeras letras, se entretenían con recios juegos tradicionales escoceses, como el salto de la garganta del dragón, Johnny mostraba una clara predilección por exóticos entretenimientos, como el trompo, la billarda, al cielo voy y la caza de zapateros en los charcos. (En la fotografía el escocés, con todos sus avíos gaita incluída, camino de la Feria. Foto Colección J.M.M.).

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»Ya era un mocetón hecho y derecho, y ya había aprendido a tocar la gaita como su padre, cuando los vecinos llegaban de los condados más alejados para oír las melodías que en su instrumento interpretaba, pues tocaba un ritmo llamado del Riá, pitá (riák piták en escocés arcaico), diciendo Let us go with the second cuando, hasta cuatro veces, lo repetía. Llegaron al oido de Lord Mayor de Edimburgo sus habilidades, y aquellas melodìas que en la gaita interpretaba, cual Blues Windows, I was married with a dwarf for laugh over a lot, Twenty Five Cents Pastilles of Soap y The Queen walk across Triana Bridge, por lo que, con carta de recomendación, lo mandó de educando de banda al Tercer Regimiento Ligero de Artillerìa of Scotland, donde estuvo a las órdenes del famoso Raphael the Brigade. (En la fotografía, la Caseta del Rocío en la Feria de Primavera de 1966, primer año en el que se traslada la Feria desde la carretera de Jerez a los terrenos de Crevillet. Foto Archivo Municipal).

feria1968_puertosantamaria»Oscura y remota, como el reinado de Witiza, es la vida de Johnny Walker of Ballantines, mal llamado Pepe el Escocés, en el periodo de entreguerras europeas, después que Su Graciosa Majestad lo creara Lord Ballantines of A Hundred Pipers por su gesta de la batalla de Verdún, donde hizo retroceder a los alemanes, aterrorizados con la sola interpretación del Hey, MacArena. Sábese que su unidad del Tercero Ligero de Artillería of Scotland coincidió en algún lugar del frente con el soldado Mr. Harry Jones, Papá Jones, primer entrenador del Betis, así como con Pepe Brandt, que había ido a hacer un mandado. Sólo se sabe de aquellos años que Pepe tocaba la gaita, a caballo, en todas las cofradías de la Semana Santa de Edimburgo, y que los chiquillos iban detrás sólo para oirle The Bells Ringers y On the skies balconies are rented. (En la fotografía, la Caseta del Club Taurino, en la Feria de Primavera de 1968), reproduciendo la Plaza de Toros. Foto Archivo Municipal).

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»Cuando estalló el Movimiento, y dada su amistad con el poeta Roy Campbell, el mal llamado Pepe el Escocés se embarcó en un vapor de Ybarra en el puerto de Londres, dispuesto a incorporarse a los tropas nacionales como gaitero de la Banda del Tubero en el Tercio Virgen de los Reyes, donde era requeté otro poeta, Rafael Montesinos, para quien Campbell (que era más de derechas que los tirantes de Fermín Bohórquez) le había dado carta de recomendación, a fin de que los Barrau lo dejaran sentar plaza. Pero en el control de Rosal de la Frontera, por donde pretendía entrar a España tras desembarcar en Lisboa y venirse con una caravana de camiones Ford nuevos que traía para la 40 División el oficial de sastre Antonio Burgos Carmona, sargento de Automovilismo, Pepe fue rechazado por los veterinarios de la Remonta de Ecija por exceso de trapío. Volvió entonces a Edimburgo, donde continuó su brillante carrera militar, llegando al grado y empleo de Cantinero Mayor de los Reales Regimientos de Escocia, participando luego en la construcción del Puente sobre el Rio Kwait, en Objetivo Birmania, en el Desembarco de Normandía, y en otras batallas de la II Guerra Mundial tipo cartelera del cine Bécquer, porque Pepe se apuntaba a un bombardeo. (En la fotografía, casetas instaladas en la Rotonda de la Puntilla, en la Feria de Primavera de 1973. Foto Archivo Municipal).

escoces_03_puertosantamaria»Pastelero encargado de la tarta era el famoso Conde de la Natilla, maestro del obrador de la Confitería La Campana y secretario del Marqués de las Cabriolas en la Peña Er 77. Por medio del pastelero conde que meterlo no pudo dentro de la tarta, Lord Ballantines pudo introducirse en cambio en la cerrada sociedad sevillana de la época, siendo aceptado, aparte de por los dichos marqués y conde, por la Marquesa de Morales, por el Barón de la Castaña, por el Marqués de Marchena, por el Duque de Quidiello y otros títulos ful del Reino, quienes no dejaban de convidarlo todas las ferias. Recaló mucho Pepe por estas tierras, y sonadas fueron las papas que se cogió, ora en El Rinconcillo, ora en El Consejillo, ora de caracolillo, como el café de las Cobo que se tomaba después de dormirlas en las literas de la caseta de Er 77. Fue nombrado entonces Comisionado General para España del Güisqui de Escocia, dedicándose en alma y corazón a desmentir la creencia, muy común en la época, de que el güisqui sabía a chinches. Suya fue la invención de la güisquería como institución cultural. (Foto Colección José Vilches Lacomba).

»También por influencia de Pepe, que convenciò antes a Ricardo Molina, fue que don Antonio Mairena, en su tarea de dignificación del cante, decretó con su llave de oro que los flamencos dejaran el catavinos y cogieran el ancho vaso del güisqui, lo que también hizo en Madrid don Manuel Caracol, que al punto siguió la doctrina de Pepe en materia de Buchanan. Poco se sabe empero de la muerte de Pepe el Escocés, que tanto lloró su compadre El Pali, quien llegó a proclamar, como Cronista y Trovador de la Ciudad que era, que Lord Ballantines murió queriendo a Sevilla» Y a todas las Ferias, entre ellas la de El Puerto, añado yo. En la fotografía, el Escocés, con salacof y ropa inequívocamente de su tierra, bailando por sevillanas en el interior de una caseta.

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«Las guerras son la cosa más sangrienta y abominable que el ser humano ha inventado. Sin embargo, gracias a las guerras, se va adquiriendo también cultura. Yo, por ejemplo no sabía nada de los talibán (es plural), ni de Afganistán, ni de que a las mujeres las obligaban a ir con funda, como a las mesas de camilla, o las radios de cretona. La verdad es que las guerras te enseñan también geografía. Yo no sabía, ni por asomo, dónde estaba Peshawar (dicho en cristiano meridional, Pesagua) hasta que ha surgido ésto de Afganistán y Ben Ladem. Para mí era un verdadero enigma la procedencia de un título nobiliario, que no era de la nobleza de Castilla, ni de la criolla, ni de la europea. Se trataba del título de Marqués de Pezagua que ostentaba, el ínclito Neno, José Luis Ben-jumeda (léase Ben Omeya) Moll-eda (El Puerto 1923-1996).

“Wars are the most bloody and abominable thing human beings have invented.” However, thanks to war, we also acquire culture. I, for example, didn’t know anything about the Taliban, or Afghanistan, nor that the women were forced to wear head scarves. The truth is that wars also teach you geography. I wouldn’t have known, not in a million years, where Peshawar was until the Afghanistan and Bin Laden thing came about. To me the origin of a title that wasn’t from the Castile, Creole or European nobility was a real enigma. It was the Title of Marquis of Peshawar held by the Illustrious Neno, José Luis Ben-jumeda (read Ben Omeya) Moll-eda (El Puerto 1923-1996).

pezaguaY tiene que haber una guerra para que yo me entere de que Afganistán es una monarquía con un Rey en el  exilio y me ponga en serias dudas sobre si el título de El Neno era auténtico o de pega. Para mí que el título de El Neno era como el de Marqués de las Cabriolas o el Conde las Natillas que bulleron en la famosa Peña "El 77" sevillana. Pero no. Éso de Ben Omeya (que dicho en Sevilla es Benjumea y dicho en El Puerto es Benjumeda que, como dice Javier Benjumea Puigcever, los de Cádiz son más finos), me pone en íntima relación con el mundo islámico y dota de toda credibilidad al Marquesado de Peshawar (dicho en cristiano, Pesagua), de la más rancia y ensolerada estirpe afgana.

2-2-2008n4Sea como fuere, El Neno pasó por la vida siendo un ex. Me ex-plicaré: fue ex-combatiente de la División Azul (donde figuró como de "arrojo poco común; valor demostrado" y ostentaba la Cruz de Hierro); ex-empleado de Bodegas Terry; ex-jefe del P.W.Departament de la Navy; ex relaciones públicas de Bodegas Osborne; ex-cazador; ex-hotelero (de una estrella, que tuvo su único y fijo cliente y huesped en Paco Serratosa Márquez) ex-perito tasador de seguros; ex-torero (que se anunció en los carteles de la Plaza Real, el 30 de mayo de 1944, y mató dos eralas de la ganadería de Luis Caballero, cuando pastaban en Bolaños, que por éso el caserío tiene un azulejo con la Virgen de Regla); ex-tasquero distinguidísimo; ex-pianista; ex-conversador amenísimo; ex-cónsul de Badajoz en Valdelagrana; y, desde 1996, en que se produjo su óbito, ex-chato y ex-"bon vivant". Y, al cabo del tiempo, que todo se sabe y nada está oculto, verdadero y genuino ex-Marqués de Peshawar, que ha tenido que haber una guerra para que se sepa.» Luis Suárez Ávila.

AL MARQUÉS DE PEZAGUA
Puede resultar absurdo expresarte mi reconocimiento cuando ya no puedes recibirlo. Aún así, podría resultar todavía más absurdo no hacerlo cuando ahora sé quien eras.
Por ello, aprovechando las grietas que dejan abiertas las oportunidades, me voy a colar por una de ellas para manifestarte que… ha sido un placer conocerte y siento no haberte conocido.

José Antonio

neno_ninio_puertosantamaria_ESCRIBE DON PEPPONE
No quisiera pasar de puntillas, sin hacerle un comentario sobre mi buen y querido amigo Neno, del cuál, no pasa un solo día en el que por un motivo u otro no me acuerde de él. Digo esto, pues son tantas mis vivencias junto a él que podría estar horas contándolas.
Recuerdo una que era muy curiosa porque la usábamos todos los días, menos los domingos y festivos que cerrábamos para irnos por ahí. Consistía en utilizar un billete de mil pesetas de las de entonces como pago de lo consumido por él en mi restaurante Don Peppone, el cuál yo le devolvía por la tarde en su pub el Neno como pago de lo consumido por mi. De esta forma, consumíamos e invitábamos a nuestros amigos, en ese momento presentes en nuestro negocio, y siempre eran las mismas mil pesetas la que corrían de una parte a otra. O sea, al medio día el me pagaba con el billete de mil y por la tarde yo hacía lo mismo con el mismo billete. El ingenio de montar una sociedad como esta, solo se le puede ocurrir a un genio como él, dotado de una imaginación adelantada a sus tiempos.
Por enumerar algunas de sus ideas, contarles, que fue el primero en tener dos taxis en Valdelagrana (por supuesto sin licencia), vender palomitas, fabricar el by Neno, tocar el piano, vender “aires de Valdelagrana” en latas, sal de Cádiz, sacar cigalas king size en el lago de Arcos, gran amante de los Bugas americanos y un sin fin de cosas más. También era gran amante del chocolate, del tocino de cielo, de los churros con azúcar.
¡Donde estés recibe un fuerte abrazo!
¡Son tantos los motivos por lo que no te olvido Chuchón!. ¡Aún me sigo acordando de tu Gigi L'amorosso y de La Barca!
Jose Luis Gómez Heredia. Peppone. (La foto de Neno de niño, pertenece a una revista literaria editada en El Puerto en 1928).

pepeypelu_puertosantamariaEn Gente del Puerto hemos puesto nótula  209 del hijo de José Luis Benjumeda Molleda -Neno-,  Pepe Benjumeda y de sus aventuras semanales seguidas por el mundo mundial a través de su blog; es el actual regente del Rincon de Neno. También de su nieto, Pelu -El Príncipe de Valdelagrana-, quien por amor se fue a la China y vive en Hong Kong. Desde allí nos cuenta su visión del mundo, y de Hong Kong mediante instántaneas fotográficas, en un blog escrito desde el corazón financiero de Asia.

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«Nací en Cádiz hace poco más de cuatro décadas, aunque a los pocos días  y cuando mi madre, Paquita Pedregal, se recuperó me vine para El Puerto con mi padre, Benjamín, para conocer a mis dos hermanas, María Eugenia y Vito. Prácticamente toda mi vida la he pasado en la misma casa donde vivo ahora en el centro. Siempre ha sido una casa muy divertida porque en ella también vivían mi abuela con mi tío Miguel, mi tío Eugenio con mi tía y mis primas, y mi tía  Angelita con mi tío Manuel Jesús y sus tres hijos. En la esquina mi tío Enrique con mi tía y sus cuatro hijos. Así que mi casa siempre ha sido un hervidero de gente entrando y saliendo. El día de los Reyes era alucinante: subiendo y bajando en pijama, gritos por todas partes, regalos, papeles… Es por eso por lo que la familia ocupa un lugar muy importante en mi vida.

I was born in Cadiz little more than four decades ago, although after only a few days when my mother, Paquita Pedregal, recovered I came to El Puerto with my father, Benjamín, to meet my two sisters, María Eugenia and Vito. I have spent practically my whole life in the same house as I live in now in the town centre. It’s always been a very fun house because my grandmother and my uncle Manuel also lived there, as well as my uncle Eugenio and my aunt and my cousins and my aunt  Angelita and my uncle Manuel Jesús and their three children. My uncle Enrique and my aunt with their four children in the corner. So my house has always been a melting pot of people coming and going. Christmas day was amazing: running around in our pyjamas, shouts coming from all different parts of the house, presents, wrapping paper… This is why family holds such an important part in my life.

isalorapedregal3_puertosantamaria»Estudié en Las Esclavas. Fue ahí donde conocí a la que hoy por hoy sigue siendo mi mejor amiga, Inma Calvario Arce que junto a Mili Rodríguez formamos un gran trío. Ya a la edad de 10 años decidí mi futuro: sería señorita, vamos maestra. Supongo que en esa decisión influyó el que me diera clase la mejor profesora que jamás he tenido: Tere Crespo Perles, a ella le tengo que agradecer esa sabia decisión. Después de Las Esclavas hice el BUP y el COU en San Luis y allí terminé de hacer mi grupo de amigas con las que hoy por hoy sigo contando. Poco bien me lo  pasé en San Luis organizando y asistiendo a las famosas verbenas. Guardo unos recuerdos fantásticos de mi paso por dicho colegio. Y ya la carrera de Magisterio la estudié en Jerez en la extinta Escuela Monseñor Cirarda. Cuando terminé y ya que la hice por la rama de lengua extranjera me fui unos cuantos meses a estudiar más inglés a Inglaterra: una experiencia inolvidable de la que saqué grandes amigos. Toda mi vida la he dedicado a enseñar que es lo que sé hacer de verdad y con lo que más disfruto. Hoy por hoy doy clases en las Carmelitas donde me encuentro como en mi casa porque aquello es como una familia. Bueno esto es mi vida profesional, que más o menos quienes me conocen saben de ella. (En la fotografía Isa, que sería Pastorcilla en la Navidad con Amor de 1975, campaña de la que hablaremos en otra nótula. La foto está tomada el 15 de diciembre de ese año y pertenece al Archivo Municipal).

issalorapedregal2_puertosantamaria»En mi vida personal estoy casada  y tengo un hijo y una hija que son maravillosos. Me encanta estar con mi familia y viajar con ellos, porque una de mis grandes pasiones es conocer sitios nuevos, tanto dentro como fuera de España. He viajado hasta de artista. Verán: descubrí la ópera a través de un gran amigo, Ismael Jordi, tenor jerezano, hace unos años y desde entonces me he vuelto una incondicional de la misma, tanto que hace unos tres años participé en la ópera Carmen de figurante, cantar no canto pero pasearme por el escenario ni les cuento. Esto hace que los tres últimos veranos he estado de gira con el Teatro Villamarta, lugar donde hago mis pinitos como “actriz”. Esto del teatro y de la ópera en concreto, es un mundo apasionante. (En la fotografía de camerinos, Isa, caracterizada de la figurante “Señora que va a los Toros” -también hace de cigarrera- en la representación de la Ópera Carmen realizada en Cap Roig, Gerona en el año 2007).

isalorapedregal4_puertosantamaria»También saco tiempo para ayudar en el comedor social de “Sol y Vida”. En él llevo como voluntaria seis años y medio. Empecé cuando el comedor estaba en la calle San Bartolomé y ahora que estamos en Cruces dando más servicios, continúo con mi voluntariado, porque esto de echar una mano al prójimo, engancha y mucho. También colaboro con “Manos Unidas” cuando llega la “Campaña contra el Hambre” en el mes de febrero, haciendo la cuestación que siempre se lleva a cabo. Hacemos lo que podemos y queremos y son muchas las personas que nos necesitan tanto aquí como allí. (En la fotografía, preparando el desayuno en el comedor de de Sol y Vida. Foto de Ivan Bernal. Colección J.M.M.)

isalorapedregal5_puertosantamaria»Cada dos semanas escribo un artículo de opinión en el Diario de Cádiz que sale en las páginas de El Puerto. Somos varias las personas que escribimos bajo el título de ‘El Alambique’ para dar nuestros puntos de vista de todo lo que acontece en El Puerto principalmente.» Isa, Isabel María Lora Pedregal, es hija de Benjamín y Paquita. De su padre, de Benjamín, que nos dejó hace ya seis años, vamos a recordarlo ahora. (En la fotografía, en uno de sus viajes a Londres para continuar  perfeccionano el idioma inglés).

benjaminloraatalaya_puertosantamariaBENJAMÍN LORA ATALAYA.
Si hay un rasgo que define a Benjamín Lora Atalaya es el de su bonhomía. Era lo que se conoce por un hombre bueno, una buena persona. Y eso se notó a lo largo de los 78 años de vida por quienes tuvimos la oportunidad de conocerle y tratarle. Nacido en 1923 e hijo de un tonelero de su mismo nombre, Benjamín, y de Paquita, nuestro Benjamín empezó a trabajar como aprendiz en Bodegas Terry, de botones, aprendiendo pronto el oficio de administrativo. Por las tardes se iba con  Manuel Gago, Jefe del Economato de dicha Bodega a echar unas horas en la Bodega de Quijano, cercana a la estación de ferrocarril. Y con veintitrés años entró a trabajar en Bodegas Caballero; tres años mas tarde, en 1951, con veiontiocho años se casó con Paquita Pedregal  Valenzuela y entró a trabajar en el negocio familiar de Muebles Pedregal, -en la calle Nevería, en el edificio donde hoy está el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento- donde permaneció durante treinta y siete años, hasta su jubilación.

benjaminloraatalaya3_puertosantamariaHizo el servicio militar en la Marina, entre San Fernando y El Ferrol. Sus mejores amigos fueron Juan Lara, Quiqui Pastor y los Astorga, con quien compartía buenos ratos de charla y divertimento. Tuvo tres hijas, como Las Tres Gracias, (En la mitología griega, las Cárites o Gracias (en griego ???????, en latín Gratiae) eran las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad, habitualmente se consideraban tres): Maria Eugenia, María Victoria e Isabel María. Fue un adelantado a su época, pues ante la restrictiva educación que se impartían a las chicas, el supo, junto con su mujer, establecer un clima de confianza y de amistad con ellas, mas parecido a nuestros tiempos que a los propios de las adolescentes de los setenta del siglo pasado. Nos dejó ya en el nuevo siglo, en el año 2002, con setenta y ocho años. (En la foto, Benjamín Lora Atalaya, con su cuñada Angelita y su mujer Paquita Pedregal Valenzuela, en los caballitos de la Feria de El Puerto. Colección I.L.P.).

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De izquierda a derecha: Manuel Jesús Merchante, Angelita Pedregal, Paquita Pedregal, Benjamín Lora, Conchita Pedregal, María Antonio Viou, Milagros Cárave. Detrás, de izquierda a derecha: Enrique Pedregal, Eugenio Pedregal y Manolo Bellido, un fin de año en la Sala de Fiestas “Oasis”, donde hoy se encuentra el restaurante “El Faro de El Puerto”. (Foto Colección I.L.P.)

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carrillosevero1_puertosantamariaAntonio Leiva Aguilar, hijo de Juan José Leiva y María Aguilar, apodado Severo por su abuelo, nació en 1892 y fue el artífice que muchos chiquillos, desde la posguerra hasta nuestros días, disfrutaran de las chucherías al menudeo, con el famoso Carrillo de Severo junto al Teatro Principal hoy reconvertido en kiosco en la Plaza de Juan Gavala. Severo se quedó huérfano con siete años en el campo -la finca familiar de 10 aranzadas estaba en La Bermeja- y por indicación de su médico D. Rafael Rioja -le había dado un susto el corazón- las vendió y se vino a vivir al casco antiguo de El Puerto, a la calle Postigo.  "Mandó construir un hermoso carrillo, con ruedas de bicicleta, vitrina, depósito en la parte inferior, cubierto todo con un gran toldo de lona graduable. Con este armatoste, Severo se instaló, primero que nadie, en la boca de la Placilla, sobre el muro del frontero Teatro, justo al lado de la puerta del Bar "La Concha". Allí, Severo se convirtió en el "Rey de las pepitas", porque pepitas se llamaron siempre a lo que hoy son pipas e incluso piponazos". (Luis Suárez Avila). Y puso el Carrillo, que se sepa, unos años antes de la Guerra Incivil, guardándolo por las noches en la parte trasera del Bar Las Columnas, por San Bartolomé, pero enla accesoria existente en la calle Cielos, donde desembocaba la calle Santa Clara, era donde tenía el almacén y tostadero. Severo se casó tres veces, la última con Rafaela Moron Suárez, viuda, con quien tuvo cinco hijos: Ana, Milagros, Juan José, Francisco -fallecido de una meningitis a los dos años- y María. Recuerda su hija Milagros que, paseando de la mano de su padre por Sevilla,  siendo ella una cría, unos niños salieron de un portal gritando: "Mira, es Severo, el del carrillo de El Puerto" y es que eran los hijos de los veraneantes que lo conocían, hasta en Sevilla. "Severo, ceñido por su gran cinturón, con los pantalones caídos, la barriga pronunciada, su sombrero o su boina, se convirtió en el recaudador del "peaje" a la Placilla. Por cierto que Severo ha quedado en dichos populares. Cuando a un niño se le veía con la correa apretadita, por debajo del ombligo, y los pantalones faltos de tiro, se le decía: "Anda, hijo, que te pareces a Severo, el del carrillo. Alrededor del Teatro Principal, siempre hubo un especial clientela fija. Alrededor del Teatro, se instalaron los carrillos, primero, el de Severo; luego, durante un tiempo el del "Guardapavos"; y luego el de Carmelita "La Rubia", frente por frente, en la parte más estrecha de "La Placilla" a la entrada de la calle San Bartolomé". (L.S.A.) El creador del Carillo de Severo murió el 11 de abril de 1967, año en el que se casaba su hija Milagros, precisamente con 'El Rubio', sobrino de Carmelita 'La Rubia'. En la fotografía, Antonio Leiva Aguilar, 'Severo' y Rafaela Moron Suárez. (Foto Colección Miguel Sánchez Lobato).

frutossecos2Antonio Leiva Aguilar was the son of Juan José Leiva and María Aguilar, given the nickname Severo by his grandfather, born in 1892. He was the reason behind many young children’s enjoyment of the penny sweets, from the post-war to the current times, which they bought from Severo’s famous Trolley next to the Teatro Principal which has been made into the Kiosk in Plaza de Juan Gavala. Severo was orphaned at seven years old when he lived in the country.  The family estate of 10 hectares was in La Bermeja, and by recommendation from his doctor (he’d had a heart scare), he sold it and came to live in the old part of El Puerto. He set up his Trolley, for your information, before the Uncivil War, keeping it in the existing warehouse at night where Calle Cielos meets Calle Santa Clara. Severo married Rafaela Moron Suárez, a widow, with whom he had five children: Ana, Milagros, Juan José, Francisco, who died from Meningitis at two years old, and María. He remembered when he was strolling through Seville holding his daughter Milagros’ hand, when she was a small child, suddenly some children came out of a doorway shouting: "Look, it’s Severo, the Trolley man from El Puerto". They were the children of families who summered in El Puerto and who knew him, all the way in Seville. The founder of Severo’s Trolley died on the 11th of April 1967, the year his daughter Milagros was getting married.

Escribe Muñoz Cuenca, en su libro «Paisajes y Paisanajes»: «Severo era flemático. Tenía que serlo para atender a tanta chiquillería. Una boina gastada, un blusón blanco que a veces ni se sabía, una gran oronda barriga que le caía bajo el ombligo, un cigarro “caldo gallina” en la comisura de los labios casi siempre apagado y una paciencia infinita. [...] Los niños aquellos, a veces para presumir, comprábamos a Severo cigarrillo de matalahúva. Eran cigarrillos de juguete que chisporroteaban, se abrían, se apagaban y sabía fatal pero jugábamos a ser hombres.» Y añade Luis Suaréz Avila: "Severo fue a más. Su principal fuente de riqueza fueron las pepitas de girasol, pero no abandonó nunca el "paloduz", el citrato, las algarrobas molidas, los caramelos, los altramuces, y mil y una chucherías, además del triquitraque, las mechas y piedras de mechero, el tabaco de cuarterón, el papel de fumar, las cerillas, etc., etc. etc."

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En la fotografía, Juan José Leiva Morón, agachado a la derecha, con un grupo de amigos. (Foto Colección Miguel Sánchez Lobato). Continúa Muñoz Cuenca:  «Aposentado a la entrada de la Placilla por la calle Luna al mítico Teatro Principal, el carrillo de Severo era sencillo: unas ruedas de bicicleta, una urna de cristal y madera como expositor y sobre ella lo cotidiano en un bello desorden: un lebrillito de altramuces o “chochitos” remojados, especialidad de la casa; unas cajas azules con la marca Zara con el regaliz que en El Puerto es “citrato”; cestitos con garbanzos y habitas tostadas; el producto estrella de Severo, a saber, las chufas remojadas en otro barreñito y que en El Puerto se conocían con el nombre de “alcatufas’; otro cestito con las pipas o “pipitas” que entonces se vendían sin empaquetar y que tostaba el propio Severo; un particular plato con pinchos de higos de Lepe cocidos al “Lamedor”; un atadillo con palitos retorcidos para chupar que llamábamos “palodú”... Los productos de lujo como caramelos de menta, chupines, chicle Bazooka y demás, todo en su vitrina. De manera que todo a la vista en aquel bazar de la ilusión y la chuchería.»

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Pero tan artífice como Severo lo serían después su mujer y sus hijos. Esto escribíamos en Diario de Cádiz,  diciembre de 2001 en la desaparición de Rafaela Morón Suárez: «Algo no era igual desde que se quemó el Teatro Principal, allá por los comienzos de 1984. Parecía que con la desaparición del Teatro, se cumplía alguna profecía escrita por George Orwell. A la orfandad de un espacio escénico en condiciones en El Puerto, se sumaba el cambio de ubicación de un referente para los niños, los fumadores de ‘a puñaíto’, y los golosos de las chucherías y los frutos secos: el Carrillo de Severo se desplazaba, desde los alrededores de la Plaza, esquina con Luna, a la de Juan Gavala donde continúa hoy. Pero desde el jueves, niños, fumadores y aficionados a las chuches, no podrán percibir la presencia en la distancia de su propietaria, Rafaela Morón Suarez, que se fue de este mundo, cumpliendo con el rito de que la vida es breve, aunque no en su caso que nos dejó con 85 años ya cumplidos. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

frutossecosSe ha ido Rafaela, como negándose a despachar en Euros, ella que trabajó las perras gordas, perras chicas, céntimos, seis reales, o pesetas de varios cuños y varias caras; no queriendo conocer los céntimos de euro, ni los precios a doble formato. De forma irremediable llega todo, y Rafaela, que ya estaba retirada desde hacía años del negocio, pero que conservaba su impronta, no ha querido más cambios a los que ya conoció su vida laboral ¿Cómo aplicaría el IVA a un cartucho de pipas? ¿Los citratos de regaliz llevarían repercutidos el IAE? ¿Qué norma ISO 9000 será de aplicación al carrillo?. Rafaela se ha negado a poner en práctica los redondeos, los cálculos aproximados, y se ha ido a despachar al más allá esos placeres mínimos y materiales que a niños y mayores nos alegran la vida, porque afortunadamente existen lugares entrañables como el que ella regentó durante tantísimos años. Se ha ido Rafaela, habiendo atendido desde primero el carrillo y luego en el kiosko, a muchas generaciones de portuenses, desde uno de los puestos más antiguos que continúan en activo atendiendo a la parroquia, y con el que dio de comer y crió a su familia.»

teatroprincipal_1904_puertosantamariaContinúa abierto el carrillo de Severo, en la actualidad gestionado en forma de Kiosco, desde que el concejal predemocrático, Juan Ponce propusiera a la viuda de Severo cambiar el carrillo por un Kiosco.  Como decimos lo regenta su hijo Juan José, -se lo prometió a su madre, Rafaela, en el lecho de muerte-. Juan José es el cartero jubilado a quien el Presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, apadrinó a su hija Rocío. En la Plaza de Juan Gavala, todavía se puede encontrar chucherias al estilo tradicional, al menudeo, frente a la competencia de las tiendas de golosinas que abundan en todo el término municipal y han desterrado, mal que nos pese, los carrillos y canastos. Pipas de girasol, de calabaza, kikos, kikos gordos, avellanas, almendras, garbanzos tostados, nueces de macadamia, anacardos, avellanas de los toros, pistachos, habas fritas, frutos orientales, altramuces, alcatufas, coquitos del Brasil, y la cantidad de productos artificiales que existen hoy en el mercado elaborados a partir de patatas y maíz. Y multitud de caramelos, chicles, dulces, piruletas. Y juguetitos para la ocasión. ¿Y el tabaco? (Fotografía Colección J.M.M. El Teatro Principal en 1904).

danielmotaleiva_puertosantamariaDANIEL MOTA LEIVA.
Daniel, el nieto de Severo el del carrillo y tataranieto del verdadero Severo es un portuense de 26 años que, en la actualidad, trabaja en Madrid, en  el portal de la red social TUENTI. «Me gusta mirar las cosas e imprimirles mi visión, ser creativo. Tenía que reflejarlo de alguna forma y de ahí al diseño, solo había un paso», afirma. «Aunque de pequeño dibujaba bien, fue la informática la que me llevó al Arte. Ni pude, por plazos, entrar en la Academia Santa Cecilia, ni había en El Puerto bachillerato de Arte. Así que el ordenador fue mi primera escuela de diseño, ya que lo prefería a la botellona.» A Daniel  le gusta la buena musica y los ritmos modernos como el BreakBeat y el Chillout. Casi todo su tiempo libre lo dedicaba, en su época de estudiante, a diseñar y a programar cosas inservibles pero con un solo objetivo, aprender.
Tiene un perfil profesional que pocos poseen en España: diseñador con conocimientos de diseño gráfico e informática, a un tiempo. Dos de sus webs figuran en el “Web Design Index 2006” una guía con las 1000 mejores páginas webs del mundo y lo citan, entre otros, en el libro “Blogs” de Octavio Rojas. Ha sido el diseñador gráfico del portal de blogs mas introducido en América latina: bitácoras.com. Trabajaba en su casa para España y el mundo: un portal empresarial en Orense, un portal para la abogacía, una empresa de modas en la Comunidad Valenciana...
En esas andaba cuando el pasado verano fue requerido por TUENTI, la red social mas importante española que en nuestro país le hace sombra al portal Facebook. Una red social es es una herramienta en forma de portal que pone en contacto a personas con sus amigos y otras personas que trabajan, estudian y viven cerca de ellas, muy extendido, especialmente entre la gente joven. Así que desde el pasado agosto vive en Madrid, trabaja en TUENTI, una empresa situada en una planta de 1500 metros cuadrados, con una plantilla multinacional de más de 40 empleados y que sigue creciendo... (su equipo directo lo forman suecos, españoles, polacos, americanos) hablando en inglés, pensando en americano, y con la creatividad de un portuense.
Daniel nos dice que, si tuviera que hacer un trabajo gráfico para El Puerto aplicaría: «el color del vino fino, los colores tierra y el azul atlántico, aunque a mí, personalmente, me gusta más el azul mediterráneo».

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josesrodriguez_puertosantamariaJosé S. Rodríguez era su nombre artístico. José Luís Sánchez Rodríguez singularizaba la S. de su primer apellido. Estuvo casado con Pepita Sarazena. Era discípulo de “El Estampío” y de “Carito”, que conocía toda la escuela bolera y todo el baile clásico y flamenco. Llevó El Puerto de Albéniz por todos los teatros de mundo, además de ser un fenomenal bailaor flamenco.Su padre era Camilo Sánchez Jamardo, propietario de una tonelería que había en la Plaza de Toros y que ardió. Nació en la calle Santa Lucía, en el número 2. Se fueron a Sevilla y luego José Luis a Madrid para estudiar baile, mientras era técnico del Instituto Nacional de Previsión. Las hermanas de José Luis estudiaron en las Carmelitas. Una de ellas se casó con el célebre pintor y grabador Francisco Cortijo. José S. Rodríguez es tío segundo de José Ignacio Delgado Poullet -Nani- técnico del Centro Municipal de Patrimonio Histórico. La madre de Nani es Maruja Poullet Rodríguez, hermana de Pepín, el Barbero. (Ilustración: Plumilla de Luis Suárez Ávila).

José S. Rodríguez was his stage name, he reduced his first surname Sanchez to just the ‘S’.   He was married to Pepita Sarracena and was a disciple of "El Estampío" and "Carito", he knew all the bolero, classic and flamenco dances. He was responsible for taking El Puerto de Albéniz music to all the theatres of the world, as well as being an amazing flamenco dancer. His father was Camilo Sánchez Jamardo, who owned a barrel-making business in Plaza de Toros which burnt down. They went to Seville and then José Luis headed for Madrid to study dance, whilst working at the National Institute for Social Security. José Luis’ sisters studied at las Carmelitas (the nun’s school). One married the famous painter and engraver Francisco Cortijo. José S. Rodríguez’s second cousin once removed, José Ignacio Delgado Poullet, known as Nani, works at the Municipal Centre of Heritage. Nani’s mother is Maruja Poullet Rodríguez, Pepín, the Barber’s sister.

joseigdelgadopoullet_a_nani_puertosantamariaJosé Ignacio Delgado Poullet -Nani- es conocido en el ambiente de los amantes del Puerto antiguo por sus exposiciones, en solitario o en colaboración con el Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Ha realizado proyecciones de diapositivas -actuales o antiguas- ante diversos auditorios ciudadanos ofreciendo las siguientes imágenes: "El Puerto y su entorno", hace 25 años. "Las Lagunas", en un intento de concienciación de salvar las lagunas portuenses. "Paseando por las costas de Cádiz". "Imágenes Antiguas de El Puerto". "Mirando al Guadalete". "Detalles del Centro Histórico". "Sitios raros y poco conocidos de El Puerto". Actualmente está ofreciendo la proyección "El Puerto en el Recuerdo", próximamente en el Salón de Romerijo.

josesrodriguez2_puertosantamaria¿INMORTAL?. PUES SÍ
«Acabo de enterarme de la muerte de José Luis S. Rodríguez. Yo que lo creía inmortal, desde la ultima vez que lo vi, me he ido convenciendo de que se moría. Y no lo he visto en los últimos días, porque , a la vez, me quería persuadir a mí mismo de lo contrario.
Ahora, se me aborbotonan en el recuerdo la de tarjetas postales que recibí de él y de su esposa, Pepita Sarazena, desde Nueva York, desde Londres desde Dublín desde París, desde Munich, desde Tokio... José Luis,con la modestia con que acostumbraba a cubrir el enorme arte que poseía, ha sido uno de los portuenses que ha paseado con honra el nombre de su Puerto de Santa María por todo el universo mundo.
Nació en la casa número 2 de la calle Santa Lucía, en 1917. Estudió con el inefable "Carito" todo el baile de la escuela bolera del siglo XVIII y con Juan Sánchez "El Estampío" el baile flamenco. No pudo encontrar mejor esposa que Pepita Sarazena, una bailarina inglesa, que estudió baile clásico en Rusia y en España, donde en el estudio de "El Estampío" conoció a José Luis. Juntos , formaron un elenco que dio la vuelta al mundo varias veces, durante más de treinta años.
Cuando yo lo conocí, en el año 1960, fue en Jerez. Estábamos los dos esperando a la misma persona y no pudimos encontrarla. Comenzamos a hablar y al punto salió el nombre mágico de El Puerto. Aquello nos aunó. Su familia había tenido en El Puerto un trabajadero, una industria donde se hacían botas de roble. Sus hermanas habían estado con mi madre en el colegio, sus vivencias portuenses, pese a la distancia de años, eran las mismas. Y congeniamos. Pepita Sarazena, mientras tanto, esperaba la vuelta de José Luis, intranquila, en el Hotel "Los Cisnes" y nosotros, como si tal cosa, hablando y hablando de El Puerto.
Desde entonces acá José Luis y Pepita han sido mis mejores amigos.
Hace poco me enviaron programas y fotografías de toda su vida artística. En ellos, siempre, en el repertorio, "El Puerto" de Isaac Albéniz y una apostilla: "las fotografías son de McBean, recientemente fallecido, que es como decir el Castroverde del mundo".  Otra referencia al fotógrafo más emblemático de El Puerto.
Retirados, se vinieron a vivir a Cádiz. Diariamente bailaban, a solas, los dos, entre las tres y las cuatro de la tarde, disciplinamamente, en la trasera del escenario del Teatro Falla. Hasta allí, muchos días, yo me acercaba y tenía la conciencia de que se me permitía conocer algo que en España la gente no conocía ya: la escuela bolera del siglo XVIII, los bailes antiguos de "El Estampío", todo el arte derramado en ellos por "Carito" y las grandes dosis de genialidad que José Luis y Pepita ponían en todo.
Atrás quedó la crítica teatral de todo el mundo que los había consagrado; atrás quedó el aplauso de los públicos más dispares, más exigentes y más distinguidos; atrás quedó el recuerdo de los éxitos incontables; atrás quedó el disciplinado montaje de las coreografías.
En Cádiz, arropados por la amistad de Aurelio, de Agustín y Perico los "Melu", de Gaspar el de Alfonso y de tantos otros, como le hemos querido, la vida de José Luis y Pepita ha discurrido, sin ruido. Todos los días recibían libros y cartas de cualquier parte del mundo. De cuando en cuando, hacían sus escapadas para ver a sus amigos de París o de Londres. No faltaban a ningún acto cultural. Pero, ahora, cuando yo ya estaba convencido de que eran inmortales; ahora que, desde la última vez que nos vimos, comiendo en su casa, me he ido retractando de mi error, sinceramente, no he querido verlo más, porque, como el avestruz, no quise creer en lo que veía. Y yo veía que pronto José Luis iba a entrar en la gloria de los seises bailadores junto con "Carito", con "El Estampío", con "Pericet", con "Antonio, el de Bilbao", con "La Malena", con "La Macarrona"... y que Sabas Gómez Marín, su guitarrista, le iba a recibir con unos compases de tango flamenco, aquellos tangos, que no los he visto bailar mejor, que José Luis, con las solas palmas de Pepita Sarazena, me bailó en la trasera del escenario del Gran Teatro Falla.» Luis Suárez Ávila.

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Ilustraciones del programa de mano de "Danzes and Music of Spain" con José S. Rodríguez y Pepita Sarazena.

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A la calle Carmen Pérez Pascual, nombre de ilustre benefactora que donó a El Puerto sus bienes por medio de una fundación benéfica, nadie la conocía así, pero todo el mundo sabía en El Puerto que, cuando te mandaban “calle Santa Clara p’arriba” era que estabas muerto. Y es que, antes, cuando  la población de El Puerto se reducía al casco antiguo y a las cortijadas en el campo, los difuntos eran transportados a hombros. Del domicilio a la iglesia. Y de la Iglesia al Cementerio: desde la Prioral o San Joaquín, por la calle Cielos, se cogía la cuesta de la Calle Santa Clara para arriba. Y al final el Cementerio Católico. Fue famoso el encargado o enterrador del Cementerio, “Carrurra”, tanto que hasta se acuñó un dicho: “Ten cuidao que te va coger Carrurra”. En la fotografía, el Coche del 'Mijita'. (Foto Colección de Vicente González Lechuga).

Nobody knew Calle Carmen Pérez Pascual by that name, it was called that after a distinguished benefactor who made a generous donation to El Puerto through a charity. Everyone in El Puerto knew that when you were sent up "Calle Santa Clara" it meant you were dead. And before, when the town of El Puerto was just the Old Town and the country estates, the deceased were carried on people’s shoulders. From their home to the Church. And from the Church to the Cemetery: from the Prioral or San Joaquín, through Calle Cielos, they would go up the Calle Santa Clara hill. And at the end was the Catholic Cemetery. The Cemetery keeper or gravedigger, called "Carrurra", was famous in the town, so much so that an expression was coined: "Be careful or Carrurra will get you!" In the photograph we can see 'Mijita’s' car.

«Había entierros de primera, segunda y tercera, según el número de curas, monaguillos y sacristanes y cuando aparcía por calle Cielos la comitiva, con solo mirarlos, sabíamos de que categoría era el muerto. Iban a hombros los catafalcos negros forrados de satén y subían la cuesta detrás del clero y sacristanes. Incluso había entierros con incensarios y cruces de guía. Y detrás del boato, la comitiva: hombres fumando, hablando de sus cosas y detrás del todo, enlutados con fajas negras en la manga de la chaqueta, corbata negra y demás, los familiares masculinos del difunto. Estaban vedados a las mujeres.» [...] «El primer coche de difuntos era un coche barroco. El conductor en la cabina descubierta con su uniforme y gorra y detrás la urna acristalada y rodeada de motivos decorativos barrocos en madera oscura. Y el  catafalco dentro: solemnidad. El primer chofer que transportó fiambres al cementerio en este vehículo decimonónico y de película de Drácula fue el famoso “Miji”, o “el Mijita” porque era parco de estatura».  Del libro «Paisajes y Paisanajes» de Antonio Muñoz Cuenca.
Estamos a finales de la década de 1950. Y se produjo un altercado entre “el Mijita” y las fuerzas de orden público. Daría pie a una noticia chocante, y jocosa, que corrió como la pólvora por aquel Puerto desnutrido. Y es que se descubrió que “el Mijita” no tenía carnet de conducir. Iba a hacer un servicio a Jerez y, con el difunto dentro,  no hizo el stop obligatorio en la confluencia del Parque de la Victoria con la carretera. La Guardia Civil de Tráfico, que estaba apostada en las cercanías, le mandó a parar. Y se descubrió el pastel. El juez que instruyó las diligencias penales fue Conrado Gallardo Ros. “El Mijita” adujo, en su descargo, que “el carné lo había perdido en el frente”. Todavía la Guerra Incivil servía como excusa.

Hasta el siglo XIX se celebraban los enterramientos en las iglesias, bien en criptas, en capillas o en el Camposanto adosado en lo que hoy es el Patio de las Hermandadaes de la Iglesia Mayor Prioral, donde figura un Via Crucis en cerámica. Para evitar enfermedades, epidemias y contagios, se empezaron a sacar los cementerios de las iglesias. Así, en el XIX se erige el Cementerio Católico de Santa Clara, en el Egido de idéntico nombre, con una superficie de 12.233 metros cuadrados.  E igualmente -en 1878- un Cementerio para No Católicos, -conocido como el Cementerio Inglés-   en la zona del Palmar de la Victoria, de 797 metros cuadrados. En la actualidad ese lugar lo ocupan los aparcamientos del Centro Comercial El Paseo. Inexplicablemente fue destruido para la erección de dicho centro comercial a finales de la década de 1980 del siglo pasado. Algunas lápidas, verdaderos monumentos, fueron trasladadas al Cementerio Católico cuando se perpetró el desaguisado. Estaban apiladas junto a la tapia interior del Cementerio.

Visita a la cripta de la Iglesia Mayor Prioral el 24 de julio de 1989. En la foto podemos observar, de izquierda a derecha, José Santilario, maestro cantero; Ricardo Araque, perito aparejador municipal; Ana Navarro, arquitecto de las obras de restauración de la Iglesia Mayor hace 19 años, Manuel Girón Ceballos, sacristán del templo y Manuel Caro, el chipionero encargado de la obra. (Foto Colección V.G.L.).

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Manuel Leveque Delgado, nació en Paterna de Rivera, aunque vivió en El Puerto desde muy temprana edad. Su historia, por la procedencia de su apellido, francés, y su llegada a El Puerto revisten tintes de aventuras  románticas propias del siglo XIX. ¿Acaso el apellido Leveque es descendiente del contingente de la tropa francesa que se quedó en Andalucía tras su paso por ella de las tropas napoleónicas? Los apellidos Joly o Poullet tienen acreditada esa procedencia.  Leveque es recordado por muchos portuenses por haberse dedicado a la venta de Gas (en realidad era petróleo) en la calle San Juan, casi esquina con cruces. Era una imagen tradicional en la década de los sesenta, verlo con un bidón y una manivela, con un mandilón, despachando el combustible en la puerta accesoria del almacén de la calle San Juán.

Manuel Leveque Delgado, was born in Paterna de Rivera, although he lived in El Puerto from a very early age. His past, due to his French surname and its arrival in El Puerto suggest romantic adventures from the 19th century. Perhaps the surname Leveque is a descendant of the contingent of French troops which stayed in Andalusia after the Napoleonic troops passed through? The surnames Joly or Poullet have been accredited this origin.  Leveque is remembered by many portuenses for his job selling gas (it was actually petrol) in calle San Juan, almost at the corner where the crossroads are. It was a traditional image from the seventies, seeing him with a can and a crank, his overalls on, serving fuel at the side door of the warehouse on calle San Juan.

Los trabajos de Leveque siempre estuvieron vinculados a los suministros y especialmente a la alimentación: primero fue panadero; posteriormente tuvo un almacén de  Ultramarinos en la calle Pozuelo esquina con Nevería, para más tarde trasladarse a calle San Juan esquina y vuelta con Cruces, almacén que regentaría más adelante su hijo Miguel. Mas adelante se amplía la actividad cuando adquiere una licencia para vender petróleo en un local contiguo al almacén, actividad que desarrollaría hasta avanzada edad. En los tiempos difíciles que le tocó vivir, durante la posguerra,  al desarrollar la actividad para la venta de productos alimenticios, ayudó a muchos portuenses que pasaban necesidad y que todavía lo recuerdan. En la fotografía Manuel Leveque con su mujer y nietos, en el 'Despacho de Gas' de la calle San Juan. En la foto aparecen Manuel y su mujer, Mercedes, con su nuera, Leonor Olivero Galán y nietos. (Fotos 1 y 2 (Colección Antonio Leveque Olivero).

Manuel tenía un hermano, Rafael, quien siempre tuvo una gran curiosidad por averiguar la procedencia de su apellido  Recabó información en parroquias de Paterna de Rivera, de donde él procedía, llevándole su investigación hasta la localidad del Saucejo, en la provincia de Sevilla, distante de Paterna unos 130 Kms, donde se cree que vivió el primer Leveque procedente de Francia, entre 1812-1814 con las tropas de Napoleón.  Enmarcada en el amplio conflicto de las Guerras Napoleónicas y en la crisis del sistema del Antiguo Régimen, encarnado en la monarquía de Carlos IV,  la Guerra de la Independencia se desarrolló sobre un complejo trasfondo de profundos cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia en el campo de los “patriotas” de algunos de los ideales nacidos de la Ilustración y la Revolución Francesa, paradójicamente difundidos por la élite de los afrancesados. Cuando se marchan los franceses, el Leveque que había venido enrolado en esas tropas napoleónicas, no vuelve --como muchos--a su país de origen, estableciéndose en la localidad del Saucejo y casándose con una española.  Se dedica en principio a la cría de caballos; más tarde monta una fábrica de vidrios en la zona.

Estamos ya en 1900. En Paterna ya reside Rafael Leveque, padre de Manuel -al parecer descendiente del francés- que fue mayoral de ganado bravo.  El dueño de la ganadería para la que trabajaba compró unos terrenos en El Puerto, por la zona de Crevillet, para la cría de ganado.  En uno de los viajes que realiza de Paterna a El Puerto para traer ganado, --a lo mejor para una corrida de toros--  lo hace en compañía de sus hijos entre ellos, nuestro Manuel Leveque Delgado, con 3 ó 4 años de edad dentro del serón de un burro, según contaba él. «Las conducciones de ganado bravo fue habitual al tener que llevar las corridas desde las ganaderías hasta las plazas donde se lidiarían que podían alargarse incluso mas de un mes si se trataba de plazas lejanas de la dehesas como las del norte de España. También se realizaba cuando se desplazaba el traslado de toda la ganadería. La aparición del ferrocarril y la utilización de las cajones produjo que a partir de 1868 se comenzara a utilizar este sistema de traslado de toros a la plaza. Se crearon las cañadas, cordeles, veredas, coladas, abrevaderos, descansaderos que cruzaban todo el país. Al aumentar el poder de los agricultores y la industrialización se deterioro la  cañadas y vías pecuarias, todavía es utilizado el mítico Paseo de la Castellana. El abandono de la  trashumancia se produce por el encarecimiento de la mano de obra, la destrucción de las vías pecuarias, la mayor disponibilidad de piensos concentrados... y naturalmente la presión del mercado de primar la cantidad frente a la calidad. Al principio del siglo xx se sustituyen los recorridos a pie por el traslado  en camión o tren pero, al encarecer esta practica también se abandono.» La Trashumancia: tradición, espectáculo y romanticismo. (Foto Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

En el gráfico del Padrón del  1 de enero de 2006, se observa que los nacidos en España con el apellido Leveque, son mayoritarios los naturales de la provincia de Cádiz. Repartidos, en concreto entre El Puerto de Santa María y en Paterna de Rivera, y algún municipio más. Manuel se casó con Mercedes, una portuense con unos inequívocos apellidos de El Puerto: Pérez Suano, con la que tuvo tres hijos, Miguel, Antonio y Mercedes.  Miguel y Antonio pertenecieron a la banda municipal de música, llegando Miguel a ser el director durante unos años, después de que dejara el puesto Francisco Dueñas Piñero. (Gráfico del Instituto Español de Estadística. INE).

Miguel Leveque, en la foto, quien durante años regentara el almacén de Cruces con San Juan, hijo de Manuel, dirigiendo la Banda de Música 'Maestro Dueñas' a su paso por el Ayuntamiento en un desfile de la Policía Local. (Foto: CMPH).

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José Joaquín Sánchez Sena, es la cara amable que asoma entre tantos y tantos productos otrora “de Ultramar” que se despachan a diario en “La Diana”, en la confluencia de las calles Palacios esquina y vuelta con San Bartolomé. El lugar ha sido reproducido profusamente en cuadros y fotografías. Y sobre todo es reconocida una placa colocada por el Ayuntamiento de 1965 como recuerdo de la residencia en el inmueble del autor de “Los Cuentos de la Alhambra”, Washington Irving, en 1868. En diciembre de 2007 “La Diana” fue distinguida por el Ayuntamiento en el Día Local del Patrimonio Histórico, reconociéndola en el apartado de “comercio tradicional”. (Foto: La Diana en 2008).

José Joaquín Sánchez Sena, is the kind face who peeks through the many former “Ultramar” products sold daily in "La Diana", at the meeting point between calles Palacios and San Bartolomé. This location has been used many times in pictures and photographs although is probably better recognised by the plaque placed by the 1965 Town Council in memory of Washington Irving, the author of Tales of the Alhambra, who lived in the property in 1868. In December 2007 "La Diana" was singled out by the Town Council on Local Historical Patrimony Day, given recognition in the “traditional business” section.

José Joaquín entró a trabajar con catorce años en el Ultramarinos que Isidro Gómez Recalde tenía en la esquina de la Calle San Juan con Vicario, frente a la Plaza de Juan Gavala (luego sería el bar Puerta del Sol, donde hoy existe una tienda de charcutería gestionada por un matrimonio: Toñi y Paco). La Diana era también propiedad de Isidro Gómez y, al enfermar uno de los dependientes, José  Cárdenas Gilbau, destinan a José Joaquín a trabajar allí como sustituto; y así, hasta el día hoy. (Foto: La Diana en 1969)

Sánchez Sena lleva prestando sus servicios es esto de los comestibles desde los catorce años y ahora tiene sesenta y seis: hagan ustedes la cuenta con los dedos... Luego, a los poco mas de veinte años de trabajar con Isidro, el local pasa a ser regentado ya por nuestro amigo José Joaquín, mediante una renta, siendo “La Diana”, en la actualidad, de su propiedad. Conozcamos algo más de los orígenes del veterano almacén: «En 1804 existía un despacho de vinos de Manuel Pacheco, negocio que perduró hasta los años en lo llevó Emilio Vázquez Gálvez, entre finales de 1880 y 1920, denominado entonces Diana. En junio de 1925 lo adquirió Antonio Camacho Caballero para convertirlo en una tienda de comestibles y bebidas que ha llegado a nuestros días conservando su nombre» (Del libro de Enrique Pérez, “Tabernas y Bares con Solera”). (Ilustración: Detalle de cuadro de La Diana, obra de Coro López-Izquierdo).

En la época de Camacho Caballero, por la Calle San Bartolomé, su propietario tenía, además, una bar, donde además de vino, servía café y chocolate, --cuyos bombones molían sus hijos--, una tienda de bicicletas y un alquiler de coches de pedales. En la Revista Portuense, en septiembre de 1933, aparece esta noticia curiosa: «En la tarde del viernes se presentó en el almacén de la calle Palacios titulado “La Diana”, propiedad de Antonio Camacho Caballero, un gitano de unos veinte años, quien con engaño logró alquilar una bicicleta, a pesar de ser totalmente desconocido para el dueño, dando el nombre de José Fernández Heredia y el domicilio de Rosa, num. 17, resultando falsos, porque ni la máquina ni el gitano han aparecido. La bicicleta seminueva, marca “Regina” núm. 22.732, está pintada de guinda mate, fileteada con manillar de carrera y un solo freno, valorándola en 120 pesetas y dando su dueño cuenta de la sustracción a la Policía de esta localidad que practica gestiones». (Ilustración: Esquina de Palacios con San Bartolomé. Cuadro de Rafael Tardío Alonso).
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WASHINGTON IRVING EN EL PUERTO

Los jóvenes románticos europeos, los universitarios americanos, empujados por deseos de aventuras, de conocer lugares exóticos, descubrieron en la España del siglo XIX un lugar privilegiado para sus viajes. Un claro exponente es el escritor estadounidense, Washington Irving (1763-1859), autor de “Cuentos de la Alhambra” (1832).   Sus vínculos diplomáticos y su amor a los libros hizo que durante una de sus estancias en Andalucía fuera invitado en El Puerto (1828) de la familia Bölh de Faber, por el padre de la escritora Fernán Caballero, emparentado con los Osborne y metidos de lleno en el negocio de la vinatería. En su diario inconcluso, cuenta las actividades que realizaba en nuestra Ciudad, a la que llegó el 24 de agosto.  Así, el joven Irving se estableció en nuestra Ciudad durante un tiempo, encontrando la paz suficiente y la inspiración para terminar algunas de sus creaciones literarias. Según reza en la placa situada en la casa de la esquina de la calle Palacios con San Bartolomé:  «Washington Irving, ilustre escritor norteamericano, autor de “Los Cuentos de la Alhambra”, vivió en esta casa en el otoño de 1828 y en ella terminó de escribir sus libros “La Conquista de Granada” y “Colón» (*). La Ciudad y su Ayuntamiento rinden este homenaje a su memoria. Octubre de 1865».

Aunque, todo hay que decirlo, el norteamericano se quedó más tiempo del previsto debido a un brote de epidemia que cortó las comunicaciones entre Cádiz y Sevilla, lo que hizo que prolongara su estancia en El Puerto hasta el 3 de noviembre, fecha en la que regresó a Sevilla, de donde provenía. Allí conoció a Cecilia Bölh de Faber (Fernán Caballero) durante la representación de una ópera, para luego visitarla en su finca sevillana, fraguándose una fuerte amistad literaria. Las andanzas de Irving por nuestro país fueron estudiadas por Charles G. Bowers en su libro, “Las aventuras españolas de Washington Irving”. A la vuelta a Estados unidos, el escritor se convirtió en un entusiasta promotor de nuestros vinos, de los vinos de Osborne. Entre su correspondencia figura una carta por la que solicita se le envíe el vino de El Puerto “el mejor Brown Sherry [...] desearía que fuese un vino del cual yo pudiera enorgullecerme. Me propongo, con un poco de este vino, conseguirles muchos pedidos de Boston”.

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(*) Puede tratarse de la “Historia de la Vida y Viajes de Cristóbal Colón, escrita en inglés por el caballero Washington Irving y traducida al castellano por Don José García de Villalta”. Madrid. Diciembre de 1833. Imprenta de D. José Palacios, calle del Factor.

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Ginés Hidalgo Crespo, maestro de SAFA ejerció en El Puerto una gran labor organizativa de lo que serían estas escuelas, y sobre todo pedagógica, empujado por su gran vocación como maestro --en toda la extensión de la palabra--, de lo cual dan fe todavía muchos de lo que fueron sus alumnos, a alguno de los cuales, incluso, rescató de lo que hoy se da en llamar “explotación laboral infantil”, dirigiendo sus vidas, con su ayuda, hacia carreras universitarias y profesionales.

Ginés Hidalgo Crespo, a SAFA (Sacred Family Vocational Schools) teacher, had a very important role in the organisation and especially in the teaching at these schools, driven by his great love for teaching in the widest sense of the word. Many of his old pupils can vouch for this, one of whom he even rescued from what today has come to be called ‘child labour’. He helped guide them towards taking a degree at university and becoming professionals.

Dejándose llevar por su excesiva vocación y responsabilidad, descuidó su seguridad profesional en pos de todo lo referido anteriormente, no presentándose a las oposiciones del estado hasta 1960. También descuidó su vida sentimental, no contrayendo matrimonio hasta los 47 años con la portuense Elena González Bruzón, con quien tuvo una única hija, siendo padre a los 49 años.  En 1961 obtiene plaza en el pueblo sevillano de Villanueva del Río y Minas, donde solo ejercerá un curso, pues pronto será reclamado por los Jesuitas de El Puerto.

Cuando Ginés regresa a El Puerto de Santa María, continúa allí su labor como maestro nacional, primero en las Escuelas de la Sagrada Familia, conocidas como “La Escuelita” y más tarde en el Colegio SAFA-San Luis donde se jubiló en 1983,  a los 70 años de edad.

Foto tomada en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA), también conocida como 'Escuelita'. Año 1971. Claustro de Profesores: Arriba, de izquierda a derecha: D. Francisco del Castillo Tellería, D. Manuel Sierra, D. Antonio Muñoz Cuenca, D. Manuel Montalvo, D. Francisco Menor, D. Antonio Montes, Don Enrique Cabrera. Abajo, de izquierda a derecha: D. Lino Alonso, D. Diego Mora, Doña Vicenta, D. Justo, D. Ginés Hidalgo Crespo.

Ginés murió cinco años después de su jubilación, con setenta y cinco, el 12 de agosto de 1988 --hace 20 años--, sin apenas el reconocimiento de la Orden Jesuita, a cuyo proyecto educativo había entregado gran parte de su vida, pero con el afecto, el recuerdo, el cariño y el respeto de la mayoría de los que fueron sus alumnos, por lo que donde quiera que esté, estamos seguros que estará disfrutando del descanso eterno de los hombres justos.


Foto tomada en el internado de SAFA, en Úbeda (Jaen). Año 1951. Alumnos procedentes, mayoritariamente, de El Puerto: Arriba, de izquierda a derecha: El primero es José Campos Hidalgo, seguido de José Galera Herrera, Pedro Galván, Gabriel Calatayud, Antonio Letrán. Fila Central, de izquierda a derecha: Juan García López, Sobrino del Padre Torres, Juan José Soto Hidalgo, Manuel Sánchez García. Abajo, de izquierda a derecha: José Luis García López, Benito Espinar, Antonio Rodríguez Huertas, Antonio Muñoz Cuenca.

LOS COMIENZOS DE GINÉS.
Ginés Hidalgo Crespo nació el 13 de julio de 1913 en la Villa de Sabiote (Jaén). En su pueblo mucha gente se tiene que llamar Ginés, porque ese es el nombre del patrón de Sabiote. Hijo de Juan José, un trabajador del campo y de Isabel, de oficio panadera, desde niño quiso ser agricultor como su padre, pero ayudado por D. Arturo, el maestro del pueblo, que detectó en él ciertas aptitudes para el estudio, y por su progenitor que era hombre de aspiraciones, hicieron que la vida le llevara por otros derroteros y acabara estudiando magisterio en Granada, cuidad que le enamoró y a la que siempre quiso volver.  Acabada la carrera y tras realizar el servicio militar en Madrid en 1936, ya en los albores de la Guerra Civil, vuelve a Sabiote donde se recluye voluntariamente comenzando su andadura como maestro, primero ayudando desinteresadamente al que fuera su maestro D Arturo y siendo nombrado un año más tarde por el Ayuntamiento para trabajar en las Escuelas del pueblo de manera oficial. No obstante esta labor sería breve, ya que en ese mismo año fue movilizado al 5º Regimiento Ligero de Artillería en Valencia y más tarde trasladado a Alicante, donde permanece hasta 1939 y, una vez acabada la contienda incivil regresó a su pueblo, Sabiote.

De nuevo allí comienza su labor como maestro, al ser nombrado en Lupión (Jaén), donde ejerce hasta 1941. Fue durante estos años cuando entra en contacto con los Jesuitas. Conoce al padre Rafael Villoslada, (en la foto, accediendo al coche en la puerta de lo que hoy es el Edificio San Luis) sacerdote granadino de espíritu firme, que con gran tesón y sentido de la eficacia -según reza en su biografía- se proponía la ingente tarea de reconstruir y mejorar la sociedad andaluza tras los desastres de la Guerra Incivil, y que necesitaba gente en quien confiar y transmitir sus ilusiones y entusiasmo; depositando parte de ésta en quien nos ocupa y a quien confió la puesta en marcha de escuelas en Alcalá la Real, Villanueva del Arzobispo, Baena y definitivamente las Escuelas de la Sagrada Familia de El Puerto de Santa María. (Fotos: colección Vicente González Lechuga).

Mª Carmen Fernández Sánchez

Maricarmen es una hija de El Puerto, de familia de portuenses conocidos por todos. Si, además, nos remontamos a sus abuelos e incluso bisabuelos, como vamos a hacer, enseguida localizamos sus ancestros. Pero antes hablemos de esta joven emprendedora, Diplomada en Educación Física y también en Fisioterapia,  10 años al frente de un Centro de Fisioterapia situado en una de las vías con nombre más bonito de El Puerto:  la avenida de la Libertad, donde se encuentra Fisiobahía. Nótese que el sufijo bahía aclara la vocación abierta de la ciudadana Maricarmen. Por sus expertas manos han pasado muchos dolientes de El Puerto que allí han sido resanados, restaurados, con técnicas expertas y, sobre todo, con la alegría, el optimismo y el trato familiar que dispensa Maricarmen y su equipo. Pero además ha realizado cursos de Acupuntura para Fisioterapeutas, Osteopatía Básica o Fisioterapia ante la Salud y la Práctica Deportiva.

Maricarmen has strong connections to El Puerto since she’s from a family of portuenses known by the whole town. If we go back to her grandparents and even great grandparents, as we shall do, we can immediately find her ancestors. But first let’s talk about this young entrepreneur who has a Diploma in Physical Education and also in Physiotherapy. She’s been in charge of a Physiotherapy Centre for 10 years which is located in a street with one of the nicest names in El Puerto:  la avenida de la Libertad (Avenue of Liberty), where “Fisiobahía” (Physiobay) has it’s offices. Note that the suffix bahía (bay) demonstrates Maricarmen’s clear interest in treating local patients from the area. Many sufferers of aches and pains from El Puerto have been treated by her expert hands and have been healed, restored to health, with expert techniques and, above all, with the joy, optimism and familiarity with which Maricarmen and her team treat their patients. She has also taken courses on Acupuncture for Physiotherapists, Basic Osteopathy and Physiotherapy in relation to Health and Sports.

Los apellidos de Maricarmen son muy conocidos y si me apuran, hasta corrientes por repetidos: Fernández y Sánchez. Pero ahí va la información que rápidamente hará que esos apellidos se distingan al comprobar de quienes proceden.  Por su familia paterna: hija de Eloy Fernández Lobo, conocido empresario de la Ciudad; nieta de Eloy Fernández Moro, que tuvo un almacén de Ultramarinos en la calle Vicario esquina con Sierpes, al lado del mercado de Abastos; y sobrina nieta de Manuel Fernández Moro, último alcalde de El Puerto durante la Segunda República. Por su familia materna: hija de Rosa Sánchez Matabuena, conocidísima familia de El Puerto de toda la vida, de la calle Cielos; nieta de Francisco Sánchez Pérez, funcionario municipal; y bisnieta de Quico Sánchez Pérez, aquel fotógrafo  de principios del siglo pasado, contemporáneo de otro pionero de la fotografía local: Justino Castroverde. En esta ocasión vamos a hablar de la rama paterna, que de la materna, con otros primos o sobrinos, otros personajes, tendremos ocasión de volver a esta publicación electrónica.

El abuelo, Eloy Fernánez Moro, había nacido en 1906 en el municipio onubense de Cumbres Mayores. Era marchante, viajante o representante de Ultramarinos y se acabó estableciendo en El Puerto con su padre y hermanos, abriendo una tienda, un almacén de ultramarinos que, fíjense que curioso,  no era gestionado ni por gallegos ni por montañeses, estando situado en Vicario esquina con Sierpes, como ya hemos dicho. Otros hermanos del abuelo Eloy fueron Concha, Miguel, Máximo y Ramona, abriendo estos dos últimos, también, su propio Ultramarinos en la esquina de la Calle Santa Clara esquina con Zarza. Recuerda Maricarmen los andares ágiles de su abuelo, su aspecto que prácticamente no cambió desde que ella tuvo uso de razón, el naranjo de su casa, lo imaginativo y constante que era. Probablemente esa imaginación fue la que sus hijos heredaron, Eloy y Manuel, ya que ambos estudiaron sus respectivas carreras mientras colaboraban -trabajaban- en el negocio familiar de Ultramarinos, siendo ambos personas de ingenio. (El abuelo, Eloy Fernánez Moro, en una foto con Maricarmen tomada en 1974, con 68 años).

En la imagen, la tienda de Ultramarinos del abuelo de Maricarmen, que se fue transformando lentamente, pasando a convivir dos negocios, el de alimentación y el de la electrónica y la radioafición, ya dirigido por su tío Manolo. En la foto aparece el abuelo Eloy, poco antes de su fallecimiento con 95 años en la tienda, tal y como está en la actualidad: es un comercio de productos de electrónica de consumo, radioafición, reparaciones, antenas, etc.,  dirigido tanto al gran público como al especializado, llamada Selenio Radio, gestionado por Manuel Fernández Lobo.

EL ÚLTIMO ALCALDE DE LA II REPÚBLICA.
Manuel Fernández Moro, fue el último alcalde que dirigió los destinos El Puerto -durante apenas cuatro meses- al final de la Segunda República. En los convulsos meses previos a la rebelión militar del 18 de julio de 1936 que daría paso a la Guerra Incivil, El Puerto había conocido tres alcaldes pertenecientes a la coalición de izquierdas del Frente Popular: Francisco Veneroni Arcos (21 Febrero-18 Marzo 1936) -ya que Francisco Cossi Ochoa había declinado serlo-; le sucedió José Blandino Mitges (18 Marzo-24 Abril 1936) y por último Manuel Fernández Moro (24 Abril-18 Julio 1936), siendo detenido en su despacho de la Casa Consistorial en la Plaza de Isaac Peral y conducido a prisión, donde “desaparecería” sin dejar rastro.
Manuel Fernández Moro era militante de Izquierda Republicana, el partido liderado por el presidente de la República, Azaña. Manuel, desapareció durante la tercera semana de agosto de 1936 -había estado preso en el Penal- custodiado tanto él como otros militantes y simpatizantes republicanos por funcionarios de prisiones y un destacamento del ejército con la misión de vigilar a los presos políticos. De ahí lo extraño de estas desapariciones. El investigador Jesús Núñez ha estudiado la historia de otro portuense  que fue alcalde de la Ciudad durante dos periodos, y cuyo final también se desconoce: «Francisco Cossi Ochoa 1898-1936. El último presidente de la Diputación de Cádiz en la II República. Una muerte sin esclarecer». En dicho libro se afirma que en los primeros meses de la Guerra Incivil era usual que una siniestra camioneta, bautizada como La Viuda Negra, conducida por milicianos facciosos se llevara presos de la cárcel. Sus cuerpos eran luego encontrados en los alrededores de la Plaza de Toros. Nunca apareció el de Manuel Fernández Moro. (La ilustración, carboncillo de Manuel Romero Brú, situado en la Galería de la Planta Noble de la Casa-Palacio Municipal).

Federico Herrera Síñigo

«Federico Herrera Síñigo, debió nacer en El Puerto sobre los años finales del siglo XIX, porque, al morir, sobre los setenta del siglo pasado tenía ochenta años y, aunque estaba en perfecto estado de revista, estaba fatal de los pies y tenía una quebradura. Esto es lo común en quienes han pasado la vida detrás de un mostrador.  Federico comenzó su vida laboral como dependiente de Casa Llanes, un comercio de tejidos que había en la esquina de la calle Misericordia con Luna, donde hoy la cervecería. Cuando los Llanes se fueron a Madrid, Federico entró a formar parte del elenco del Refino "Las Novedades" de don Luis Pérez Grant, en la calle Larga, esquina a Ricardo Alcón, Correos o del Muro, que todavía subsiste.

Federico Herrera Síñigo must have been born around the end of the 19th century in El Puerto because on his death in the 1960s he was eighty and, although he was in perfect condition, he had terrible problems with his feet and he also suffered from a hernia. This is common in those who have spent their life behind a counter. Federico started working as a shop assistant in Casa Llanes, a textile business on the corner of calle Misericordia and Luna, where the pub is today. When the Llanes family went to Madrid, Federico joined the staff at Luis Pérez Grant’s Refinery “Las Novedades” on the corner between calle Larga and Ricardo Alcón, the Post office or del Muro, which still remains today.

Allí hizo carrera como dependiente con su fraternal Pepe Sánchez Pérez, sobrino de don Luis, que heredó el negocio de su tía Doña Rosalía Tinajero Íñigo, la viuda de aquél. Federico era hombre educadísimo, cordial, sabedor de muchos saberes, metódico, servicial... Vivía en la calle de La Palma, esquina y vuelta con la calle Comedias, en el bajo. Se había casado con Doña Magdalena Péculo, por lo que era cuñado del ínclito don José Luis Péculo, benemérito cofrade de la Humildad y Paciencia, y de Pecúlo el de la Electra Peral. Federico tuvo tres hijos: José Luis, Conchita y Antonio. Federico, por su parte, era cofrade del Cristo de la Veracruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor, andadura que comenzó, siendo niño y cuando la cofradía tenía su sede en la capilla de La Sangre, en la calle Palacios, esquina a la calle Nevería, frente por frente a la tienda de Apolo. Federico, se veía desde una ventana de su casa por la calle Comedias, tenía una reproducción del Cristo de la Veracruz en talla, casi de tamaño natural, que veneraba y que sorpendía a los que pasaban por la calle.

Otro de sus amores, que por eso lo traigo a aquí hoy, era la Santísima Virgen de los Milagros, a la que ayudaba a vestir en el tiempo en que la Condesa de Osborne fue camarista. Federico era un “fijo” a la hora de aderezar el paso de nardos y empujarlo por las calles del Puerto en la procesión, era porque su bisabuelo, el orfebre Don Manuel Síñigo, fue el autor del templete de plata de la Virgen, lo que llevaba a gala. Síñigo dejó una magnífica y acabada obra en plata en toda la provincia y singularmente en El Puerto y en las Catedrales de Cádiz y la hoy de Asidonia-Jerez.

Ahora que han terminado los cultos a la Patrona, he hecho recuento mental y he echado de menos a Federico, a Antonio Castillo, a Diego Utrera, a Pepín Ruiz Jurado..., empujando el paso, y me he acordado de ellos y he visto, por mis propios ojos, el prodigio de que otros históricos, Agustín Vela Mariscal, con noventa años, y  Tani Vélez Rodríguez, con casi ochenta, sigan empujando la carroza de la Virgen. Que sea por muchos años y que Federico los espere tantos más.» Luis Suárez Ávila. Publicado en Diario de Cádiz sobre los años finales del siglo XX. (En la foto de los años 40 del siglo pasado, Federico Herrera, en el centro de la imagen).

Federico Herrera Síñigo, con su mujer, Magdalena Péculo, con la que tuvo tres hijos: José Luís, Conchita y Antonio, a las puertas de su vivienda en la calle de La Palma, casi esquina con la Calle Comedias. (Fotos Colección Vicente González Lechuga).

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Amparo Gómez Recalde

El padre de Amparo Gómez Recalde -y de Isidro, Servando, Nicanor, Curro, Pepe, Antonio, Lalo, ...- Nicanor Gómez Soto empezó a llevar el almacén o ultramarinos conocido como Casa Nicanor, hacia 1915 en la confluencia de las calles Ricardo Alcón y San Bartolomé (hoy Placilla); anteriormente había llegado como chicuco a El Puerto y estuvo trabajando en un almacén en la confluencia de la calle Cielos esquina con Espíritu Santo, del que se hizo cargo mas tarde, en 1920.

Amparo Gómez Recalde’s father, who is also Isidro, Servando, Nicanor, Curro, Pepe, Antonio, and Lalo’s father, Nicanor Gómez Soto, started to manage the corner shop known as Casa Nicanor where calles Ricardo Alcón and San Bartolomé meet (today called Placilla); before this he had come to El Puerto as a youngster and worked in a corner shop where calle Cielos and calle Espíritu Santo meet, which he came to run in 1920.

Fue en ese año cuando el padre de Amparo abrió un Bazar de loza, cristal y otros objetos de adornos y regalos junto a la tienda de la Placilla, por la calle Ricardo Alcón, establecimiento que permanece abierto y gestionado directamente por Amparo, ya que la zona de Ultramarinos ha quedado como exposición del Bazar de Nicanor. La tienda de comestibles, al fallecer el padre de Amparo en 1962, la llevó su hijo Servando hasta su jubilación en1994 en la que deja de prestar sus servicios como tienda de comestibles y, como ya hemos dicho, pasa a ser exposición del Bazar. El Bazar había sido gestionado por Lalo y Amparo; Amparo viajó a Venezuela donde vivió unos años y a la vuelta se hizo cargo de la tienda.

La foto de arriba es del año 1948. Los hijos de Nicanor Gómez Soto pasaron todos por la tienda, pero luego cada uno se fue independizando y creando sus propios negocios, salvo Servando que continuó al frente de Casa Nicanor. Isidro explotó durante muchos años Ultramarinos La Diana, en la confluencia de San Bartolomé y Palacios, hasta que cedió su explotación a José Joaquín Sánchez Sena que hoy continúa al frente del negocio; también regentó Isidro el almacén Puerta del Sol, en la calle Vicario, esquina con San Juan y Plaza Juan Gavala y el novedoso Mesón del Montañés, donde los noctámbulos podían conseguir recenar una fabada. Nicanor, en Pozuelo con Cañas, tuvo una tienda de comestibles con trastienda de bebidas, de nombre Los Caballos, nombre que tendría luego su establecimiento con el mismo nombre en la calle Aurora, esquina a Pozuelo, frente a la Casa de las Rejas Verdes.

En la calle Larga Curro, debajo de lo que fue el antiguo Convento de Las Salesas,  abrió una novedad en la época, un supermercado de la cadena Spar; Pepe regentó Ultramarinos Las Palomas, en la calle Federico Rubio y Larga que cerró en junio de 1998 (en 1961 abrió al lado una confitería), siendo también establecimiento de bebidas; y Antonio el novedoso igualmente Supermercado Crevillet, en la calle Tórtola y Ultramarinos La Montaña en Palacios esquina con Larga. Curiosamente este establecimiento lo arrendó luego a su cuñado Luis, otro “jándalo” que vino en viaje a novios a El Puerto, de profesión carpintero, y que no volvió a la montaña pues aquí se quedó hace cuarenta años mas o menos, hasta su jubilación. Curro y este Luis estaban casados con las hermanas Purón, montañesas también. Tristemente no queda ninguno de estos ultramarinos abiertos, salvo La Diana, de la que hablaremos en otra ocasión. El almacén de Nicanor, como ha sido conocida durante el siglo pasado, fue tienda de montañés con anterioridad a sus actuales propietarios, pues en 1771 se hallaba una tienda de comestibles y tabernón propiedad del cántabro Francisco Díaz. En 1804 estuvo llevada por Francisco Rubín de Celis. No nos han facilitado datos del siglo y pico que pasó entre esa fecha y la adquisición por parte del padre de Amparo.  Si consta que durante unos cuantos años a principios de la década de los treinta del siglo pasado, la tienda de comestibles pasó a regentarla, provisionalmente, Juan Andrade, con el nombre de Ultramarinos Número 8. La fotografía a color muestra el almacén tal y como se ecuentra en la actualidad. (Fotografía tomada el 15 de octubre de 2008).


El gaditano Venancio González afirmaba que el chicuco «a los dos años ascendía a “dependiente”, a los dos siguientes, al puesto de “segundo”, y pasados otros dos, más o menos, a “encargado”. Luego, ya curtido en el oficio, su “padrino” le buscaba un establecimiento para regentarlo en calidad de arrendatario». La fotografía es de 1948.

La imagen muestra la tienda de Ultramarinos de calle Cielos esquina con Espíritu Santo en 1989, poco antes de su cierre. A ella vino de chicuco Nicanor Gómez Soto y de la que se hizo cargo allá por 1920. Luego pasaría, en la década de los cuarenta del siglo pasado a manos de Manuel Gatica, quien la tuvo abierto con una tienda de bebidas separada por una mampara, tal y como que se puede apreciar en la foto, hasta finales de la década de los ochenta del siglo pasado. (Foto José Ignacio Delgado Poullet. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

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La Fiesta Nacional se celebra el 12 de octubre, conmemorando el Descubrimiento de América por Cristóbal Colón, tan vinculado a nuestra Ciudad. Antes se llamó Día de la Raza o de la Hispanidad. Celebran su onomástica las Pilares y los Serafines. En El Puerto durante buena parte del siglo pasado, se realizaron diversas conmemoraciones con motivo de la aventura americana: corridas de toros, Juegos Florales, conciertos de música, desfiles militares, fiesta en la Guardia Civil con misa de Pontical en la Iglesia Mayor y visita en el Guadalete de barcos de la Marina Española.

The National Celebration is held on the 12th of October, commemorating the Discovery of America by Christopher Columbus, who has strong links to our town. It used to be called Race Day or Hispanic Day, it is also the day on which the Pilars and Serafins celebrate their saint’s day. For many years last century various commemorations were held in El Puerto to remember the American adventure: bull fights, flower shows, music concerts, military parades, celebrations at the Civil Guard with Pontifical Mass in the Iglesia Mayor and a visit by the Spanish Navy boats on the Guadalete river.

En la imagen Hoja Informativa de las III Fiestas de la Hispanidad de 1960, de las que vamos a reproducir diversas fotografías de ese año, pertenecientes al Archivo Municipal. Las Damas de Honor de la Reina de las Fiestas, Ana María Lorenzo-Ochando: Pilar Domínguez Bensusan (Cádiz); Emilia Gutiérrez Amérigo (Chipiona); Carmen Sánchez-Ferragut (San Fernando); Mercedes Rodríguez-Rubio (Rota); Josefa Derquí Vaca (Puerto Real);  y las portuenses Gloria Portillo Cía, Rosario García-Pérez Romero, María Elia Duro Vaca, Carmen Pérez García y Alicia Abreu Portillo.

En la imagen de 1960 la Banda de Música y tropa de la Marina Española, formada en la Plaza de la Iglesia, rindiendo honores a la bandera. Mientras, en el Guadalete llegaron los Dragaminas “Ter” y “Lérez” -los que podían acceder por su calado a nuestro río-  de donde, a mediodía, partió el defile de las dotaciones junto con la banda de cornetas y tambores del Cuartel de Instrucción de San Fernando. Manuel Martínez Alfonso, en su libro «El Puerto en la Literatura» afirma “Que este tema de la Hispanidad no es novedad de los últimos años, sino que ya El Puerto vibraba a su ritmo desde antiguo, podría probarlo una serie de hitos mas o menos representativos, tales como la declaración de El Puerto como ciudad colombina, en 6 de febrero de 1927; la creación del Instituto Colombino, en julio de 1930; la fiesta en 12 de octubre del mismo año se celebró en conmemoración de la Hispanidad, con elocuente discurso de José María Pemán; y la institución de las Fiestas portuenses de la Hispanidad, en 1958, superadas en esplendor cada nuevo año, que intentan mantener presente las antiguas glorias portuenses al ritmo de los desfiles de la Marina y el acorde poético de sus Juegos Florales». Las fiestas desaparecieron, aunque en los últimos años el Ayuntamiento está volviendo a activar aquellos días, en principio con un acto cívico de izada de la enseña nacional y un concierto de música a cargo de una banda militar en una plaza pública: este año en la de la Fuente de las Galeras. (Foto Archivo Municipal).

El escenario del desaparecido Teatro Principal, adornado para los Juegos Florales en 1960, en el que al poeta premiado se le entregaba, por la Reina de las Fiestas, una flor natural. Preparaban los decorados Eduardo Ruiz-Golluri Galarza, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu y Guillermo Silóniz Villaverde, bajo la dirección del concejal de fiestas, a la sazón, Eligio Pastor Nimo. (Foto Archivo Municipal).

La Reina de la Fiesta de la Hispanidad, Lorenzo-Ochando y Hernández, Ana María, con el Vicealmirante Eduardo Gener Cuadrado, ganador ese año de la Flor Natural de los Juegos Florales, haciendo el paseíllo por el patio de butacas del desaparecido Teatro Principal camino del escenario, por el pasillo central. Entre el público podemos distinguir a diferentes personas conocidas de la época (hace casi 50 años) entre ellas a: Pastor Nimo, Eduardo y su mujer Rábago Vega, Nora; López Ruiz, Luis y su mujer Rábago Vega, Mª del Carmen (Marita); López Ruiz, José y su mujer Villar Rioseco, Encarnación; Ruiz de Cortazar y Tosar, José Luis y su mujer; Benjumeda MartÌnez de Pinillo y su mujer Abreu Fernández, Milagros; Suarez Rodríguez, Luis y su mujer Avila Gutierrez, Mercedes; Cortina, Miguel; Mesa, Francisco; Jiménez Tosar, Milagros; Jiménez Tosar, Nena; González Martínez, Ana; Caveda Arias, José y su mujer Pérez Pastor, Magdalena; Fernández Prada, Joaquín y su mujer Arias Molleda, María; Cuvillo Jiménez, Carlos del, y su mujer Arias Molleda, Rosario;  Duro del Moral, Miguel; Gaztelu Díaz, Ignacio; y su mujer Pastor Nimo, Teresa; Terry Merello, Ignacio; Terry Merello, Fernando; Torre González, Antonio de la; y su mujer Utrera Sánchez, María del Carmen; Cossi Ochoa, Jacinto; y su mujer Mora, Ana María;  Arias Bueno, Miguel y su mujer Molleda, Rosario; Camacho Aguilar, Manuel y su mujer Villegas Cuevas, Vicenta; Santiago Rodríguez, Manuel; y su mujer Cossi Mora, Matilde; Abreu Portillo, María Victoria; Nogués Ropero, Antonio; Alvaro Compo, Manuel. En las plateas podemos ver a los hermanos Terry Merello, Isabel, Fernando e Ignacio; Martinez Govantes, Pilar y junto a ella parece ser Nuchera, MarÌa José.  La identificación de la fotografía es de Vicente González Lechuga. (Foto Rasero. Archivo Municipal).

La Reina de las Fiestas de la Hispanidad, Ana María Lorenzo-Ochando, entrando en el Teatro Principal del brazo de su 'damo' acompañante en dirección al escenario. Al fondo el enrejado de madera que dividía la zona noble de las entradas de general. Delante de Ana María vemos a los maceros Manuel Camacho Luque y Manuel Camacho Gamero, abuelo y padre, respectivamente, de los actuales ordenanzas y maceros municipales también, José y Rafael Camacho Arana. La policía municipal, de gala (los plumeros), rinde honores a la reina. Distinguimos al Comandante de los Municipales -el ex legionario- Manuel Romero López, y los números Arenas y Yeste. Al fondo de la fotografía podemos ver Luis  y José Gaztelu Díaz, y a Guillermo Rodríguez, policía municipal de paisano.  El que está detrás de Manuel Camero Luque, nos parece que es el fotógrafo Manuel Guerra.  Vestido a la usanza de Clarinero, tocando la corneta, Arce, quien más tarde dirigiría la portuense Banda de Cornetas y Tambores. Pertenecía a la Hermandad de la Humildad y Paciencia. (Foto Rasero. Archivo Municipal).

Otra instantánea de la Reina de las Fiestas de la Hispanidad, Ana María Lorenzo-Ochando, del brazo de Eduardo Gener Cuadrado, Vicealmirante de la Armada, poeta y escritor que, aunque nacido en Puerto Real estaba muy vinculado a El Puerto de Santa María. Detrás de éste se ve a Serafín Álvarez-Campana. El ujier Miguel del Pino Suárez, ordenanza municipal y torero que fue observa a los protagonistas.  Era una fiesta de gala por lo que el pueblo llano no tenía acceso a la misma como no fuera trabajando como empleado. Es claro que solo accedían a la misma la clase gobernante -las fuerzas vivas-,  la clase pudiente, los afectos al régimen político imperante en aquellas fechas y algún aficionado al que solo le importaba la poesía, sin más pretensiones. En el palco presidencial del Teatro Principal se econtraban el Capitán General del Departamento Marítimo Almirante Bustamante; el Gobernador Civil, Luciano Sánchez y Luís Portillo Ruiz, alcalde de la Ciudad. (Foto Archivo Municipal).

Corrida celebrada con motivo de la Hispanidad. En el coche de caballos se observan a cuatro damas de honor de las Fiestas. Vicente González obtiene de Luis Suárez Ávila la siguiente información del carruaje:  «El coche es un pitter inglés, llamado también vagoneta de caza o break de caza, propiedad de  Pedro Domecq de la Riva. El nombre de pitter es el del carrocero londinense Pitter, con que se conoce y que adoptaron esos carruajes. Va tirado a la media potencia a la calesera por cinco caballos castaños, españoles, del hierro de  Pedro Domecq de la Riva. El mayoral es José Mata. El borlaje es el blanco que se usó después en la boda de la Infanta doña Elena de Borbón, en Sevilla, en el enganche de la carretela  que fue también de Domecq de la Riva. Estos dos coches y el resto de esa colección ha ido a parar a la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera. El caballo del tronco a la derecha es calzado en armiño, de la pata izquierda. Esta ganaderÌa daba mucho los caballos castaños calzados en armiño. Luis Suárez Ávila tuvo uno de ese hierro castaño, calzado de las dos patas en armiño, llamado "Andaluz". Calzado es con parte de la pata, generalmente la mas cercana al casco o menudillo y a veces la caña, blanca, pero cuando tiene manchas negras, se llama calzado en armiño». Y es que Luis Suárez es una autoridad, entre otras cosas, hablando de caballos.
Este día se celebró una corrida concurso de ganaderías en la  Plaza de Toros, en la que intervino el maestro Luis Miguel González Lucas, Luis Miguel “Dominguín”, que lució un traje de luces diseñado por Pablo Picasso. El capote de paseo, obra también del artista malagueño, llevaba bordado una corrida de toros. (Foto Archivo Municipal).

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Manolo Carrillo

Manuel Carrillo Lucero, hombre polifacético donde los haya, nació en la calle  Palacios, 33, el 14 de abril de 1925, cinco años justos antes de que se proclamara en España la II República. En su vida ha hecho de todo, desde empleado de la desaparecida, Compañía Sevillana de Electricidad, pintor de brocha gorda con su hermano Juan Luis, vendedor de saneamientos Arcas, que tuvo junto al Bar La Perdiz,  donde hoy está la tienda de fotografías Cinephot. Ha sido apoderado Taurino; estuvo algunos meses con la troupe del Circo Europa que vino a El Puerto por 1946. Taquillero de la Sala de Fiestas 'El Oasis'.  Presentador de Variedades y desde hace casi 40 años, vendedor de prensa.

Manuel Carrillo Lucero, a multitalented man if ever there was one, was born in no. 33, calle Palacios, on the 14th of April 1925, five years before the second Spanish Republic was proclaimed. He’s done a bit of everything during his lifetime, from working for the now non-existent, Compañía Sevillana de Electricidad (Seville Electricity Company), to painting and decorating with his brother Juan Luis; he also had a shop selling Arcas bathroom fittings, which was next to the La Perdiz Bar, where the Cinephot photo shop is today. He has been a Bull Fighting agent; he worked for a few months in the Europa Circus troupe who came to El Puerto in 1946; he was box office clerk at 'El Oasis' Disco; Variety Show Presenter and he’s now been selling newspapers for almost 40 years.

En el mundillo de los toros ha sido muy conocido y organizó el Homenaje a Manuel del Pino “Niño de El Matadero” y fue apoderado de su sobrino Francisco Paradela del Pino, quien fue matarife y  también ordenanza del Ayuntamiento, hasta su jubilación. Estaba tan relacionado que hasta asistió a la boda del ganador del Tour de Francia de 1959, Federico Martín Bahamontes. Organizó un sinfín de Espectáculos de Variedades -Varietés- y festivales cantantes noveles durante las décadas de 1950-1960 del siglo pasado. ¡Que contemporáneo de Manolo no se acuerda de nuestro ex-paisano Luis Aranda, entre otros, por aquellas fechas en el Cine Macario o en el Teatro Principal! Fue presentador de múltiples saraos tanto municipales como privados, actuando como humorista en varios de los espectáculos que él mismo organizaba. Es una gran persona, tanto como el mejor.

Cuando se urbanizan los alrededores del antiguo Campo de Futbol del Racing (conocido como el Campo de Eduardo Dato), a finales de la década de los sesenta del siglo pasado, instala un kiosco (no sabemos si con permiso o sin él) para vender chucherías y prensa. Posteriormente cuando se construye los pisos de Zafer (conocidos como los pisos verdes) en los terrenos del campo de futbol él se compra un local a medias con otro señor y cuando en tiempo de alcalde Rafael Gómez Ojeda se reurbaniza la Avenida de La Constitución (antiguamente Avda. de La Legión), le obligan a quitar el kiosco y ni corto ni perezoso metió literalmente dicho armatoste dentro del local que había adquirido y que se encontraba sin ninguna obra: en bruto. En la instantánea podemos observar la fábrica de botellas VIPA (Vidrieras Palma), el solar donde actualmente se encuentra la Comisaría de Policía Nacional y el Campo de Fútbol. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

Actualmente Manolo ejerce su servicio de prensa en una mesa que le cede la familia de José Basteiro Pereira-fallecido hace un par de años- en el Bar de La Ponderosa, frente por frente a donde ha pasado los últimos casi 40 años de vida profesional,  donde sigue tomando el pulso a la calle, donde comentando las noticias que vienen en 'sus' periódicos, donde ha sido y es cómplice de muchos clientes, donde continúa siendo amigo de sus amigos.  Una de las multiples anécdotas que se cuenta el la Zona de la Avenida de la Constitución, donde vende actualmente la prensa es que, si vas a comprarle algo has de llevar el dinero exacto pues siempre decía “yo no tengo cambio”.  Sin embargo si cualquier negocio de la  zona le pedía cambio se iba por todo los alrededores buscando cambio para los demás. En la fotografía, Manolo Carrillo, siempre con su inseparable pajarita, presentando un Espectáculo de Varietés. La dedicatoria dice: "Lo mismo que tu... pero mucho más" y esta fechada el 1 de enero de 1954. Según hemos podido obserevar en otras fotografías del album de nuestro artista, el parecido con el torero Manolete es bastante razonable, algo que le hará 'vestirse de luces' en algún momento de su carrera como showman, como veremos más adelante.

La portada del programa que reproducimos aqui, escondía en su interior, en su "Primera Parte, la presentación del Cuadro Artístico con espectáculo de Variedades, según el orden siguiente: Palmeras Portuenses (Miguel Leveque y su Orquesta). Teresita (Ángel Zamacola), Bolero Mallorquín (Vera y sus muchachos). Tres Veces Guapa (Juan José García). Recital a Guitarra. (Manolo Otero). En el País de la Ilusión (Xavier). Canto Regional (Mariano Hernando). El Tercer Hombrer (Trío Juventud). Unos segundos de humor (Manolito -el propio Manolo Carrillo-). Pepe Mairena (Miguel Leveque y su Orquesta). Madre Hermosa (Paco Navarro). Canto a la Mujer Cordobesa (José Morilló León). Marcha Militar de Shubert (Agustín Moreno). Cantando por el Mundo (Otero, Celdrán, Ortega). Glosa a la Soleá (Luis Callealta). El Sitio de Zaragoza (Vera y sus muchachos). Chistes rápidos (Teodorito). Sombras del Nublo. (Manolo Torrent). Fantasía. (Julio Rodríguez. Malvaloca. (Manolo Celdrán). Humor Español (Hermanos Pepes). Presentado por Manolo Carrillo. En la Segunda Parte, Representación por el Cuadro de Actores del gracioso sainete titulado 'El Número Ciento'. La Dirección se reservaba el derecho a alterar el programa si lo creía conveniente y además, dado el carácter benéfico de ese espectáculo, quedaban suprimidos los pases de favor".

Escenario de una fiesta organizada por el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María en la Barrida de la Playa, frente al Real Club Náutico, presentada por Manolo Carrillo; a su izquierda se encuentra Gaztelu, con el cigarrillo en la mano Millán Alegre Gimeno, padre del actual concejal de Cultura y Fiestas y Merello. Podemos ver en el adorno del escenario un cartel de toros de la presentación en Andalucía del gran maestro matador de toros Luis Miguel Dominguín,  de fecha del 31 de Julio de 1960, día de esta fiesta. (Foto: Archivo Municipal).

En la foto de grupo asistimos al Homenaje ofrecido a Manuel del Pino, 'Niño del Matadero', organizado por nuestro amigo Manolo Carrillo. De pie, de izquierda a derecha Manuel Carrillo Lucero; Vicente Prego,  un galllego afincado en El Puerto, consignatario de buques; Manuel Almagro Guilloto,  de profesión mecánico, que tenía su taller de cerrajería mecánica en la Calle San Sebastián, donde después vivió e hizo allí su museo taurino; posteriormente se instaló en un local de la casa que compró junto a Casa Paco, en la Ribera del Marisco (en aquellas fechas Vergel del Conde) y posteriormente mudó dicho taller a la calle Recta, donde actualmente existen varios pubs: a continuación Miguel del Pino Suárez, en esa fecha Matador de toros. Sentados y de izquierda derecha: Antonio Rosales, Don Puyazo; Manuel del Pino Suárez, la señora de Vicente Prego y el hijo de Miguel del Pino. (Foto Colección Antonio Almagro Buhigas). En la fotografía  pequeña, Manolo Carrillo vestido de torero: 'El Niño de la Prensa', donde el parecido con Adrian Brody -el actor que ha representado a Manolete en una película- es notable. (Foto Colección V.G.L.)

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Ricardo y Juan Luís Palacios Álvarez

Rafael Álvarez Santander fundó, en 1927, una empresa de vulcanizados y recauchutados en la calle Curva, establecimiento que estuvo abierto ininterrumpidamente durante 75 años: hasta el 2003, conocido como Vulcanizados Ricardo. Ricardo Palacios Mena, el yerno de Rafael hoy jubilado, consolidó y expandió la empresa hasta convertirla en el Grupo que es hoy, con tres establecimientos abiertos: en la calle Ruiseñor, por el Camino de los Enamorados, en 1980; diez años después, en 1990 en el Polígono Industrial Guadalete, y hace cinco, en la Ribera del Río, en el 2003, año en el que se cierra el taller matriz de la Calle Curva.

Rafael Álvarez Santander founded a company in 1927 in calle Curva which vulcanised and retread products, an establishment that was open without interruption for 75 years until 2003, known as ‘Vulcanizados Ricardo’ (Ricardo Vulcanised Products). Ricardo Palacios Mena, Rafael’s son-in-law who is now retired, strengthened and expanded the company making it into the much larger group of companies that it is today, with three establishments: one in calle Ruiseñor, near el Camino de los Enamorados, opened in 1980; ten years later, in 1990 another was opened in the Guadalete Industrial Estate, and five years ago in 2003, the same year as the original workshop on Calle Curva closed, the third was opened in Ribera del Río.

El abuelo Rafael, primero por la izquierda.
El abuelo Rafael, primero por la izquierda.

Empezaron trabajando el neumático, que es su fuerte y hoy son multitud de servicios, los que lo acompañan, con técnicas modernas, tanto mecánicas, como electrónicas e informatizadas. El éxito de los nietos del fundador: Ricardo y Juan Luís Palacios Álvarez (en la foto a color que inicia esta nótula falta su hermano Rafael) es la atención personalizada -casi de amigo- con el cliente, frente a la frialdad y lo encorsetado de las tiendas instaladas en las grandes superficies. Coincidiendo con el 80 aniversario de la creación del primer taller, el año pasado trajeron el Congreso Nacional de la franquicia Pneus Expert Continental, a la que pertenecen, y pudieron presumir ante sus colegas de una Ciudad como es El Puerto, llegando a congregar a más de 400 participantes. En la fotografía, de la izquierda el abuelo Rafael Álvarez, con una maza al hombro, trabajando en la calle Curva, allá por 1927. Nótese que las ruedas son de radios, como las bicicletas.

eran otros tiempos
A mano y en la calle: eran otros tiempos

Una anécdota que recuerdan con agrado es que, hace cinco años, durante la celebración del Mundial de Vela, Mundo Vela 2003 celebrado en nuestra Ciudad, y al que asistió el Príncipe de Asturias S.A.R. D. Felipe de Borbón, éste se acercó al taller a arreglar su vehículo que había sufrido un percance en una rueda. El comentario de uno de los escoltas a Ricardo padre fué: --“Pórtese bien, que es el coche del jefe de los españoles”, a lo que éste respondió: --”No tendrá problemas, está usted hablando con el jefe de esta casa, que soy yo”.  Eran 75 años atendiendo, en esa casa, desde el más humilde hasta al Príncipe de España. Y es que continúan con la sana tradición de abrir, domingos y festivos, en un servicio de guardia  de 9,30 a 13,30.

La parada de autobuses en la Plaza de la Iglesia.

El fundador de la empresa, el abuelo Rafael, con 27 años tenía ademas un servicio de autocares que hacían recorridos discrecionales y regulares a las Playas: Valdelagrana, Fuenterrabía... Los chóferes eran los taxistas más antiguos, más expertos. En la foto del año 1939, identifiicados por Francisco Utrera Aguilera el  día 09.12.2006,  aparecen Antonio Ahucha Ponce (cobrador), Manuel Serrano (conductor), Paco Pedregal (junto al autobús), Diego Utrera Sánchez (cobrador), Alberto Nieto (conductor del segundo autobús.  La parada estaba situada en la Plaza de la Iglesia, en la confluencia con las calles San Sebastián y Santa Lucía. Sobre el techo de uno de los autobuses se aprecia el nombre del establecimiento 'La Campana' local situado en la esquina de dichas calles casi frente a la Puerta de las Campanas de la Iglesia Mayor. Uno de los autobuses está matriculado en Sevilla, el otro con la siguiente matrícula: CA-29-SP (Servicio Público), con el número 29 de la provincia de Cádiz. (Foto Colección Francisco Utrera Aguilera).

Casa de Marcela Torres, en la Plaza de la Iglesia.

Fachada de la que fué durante mucho tiempo la Parada de los Autobuses, la conocida como Casa de Marcela Torres. En ella estuvo el Ayuntamiento después de la incorporación de El Puerto de Santa María a la Corona en 1729, hasta mediados el siglo XIX, cuando a raíz de la Desamortización de Mendizábal, el Convento de Santo Domongo fue destinado a Casas Consistoriales y se trasladó allí. Los Comestibles La  Ibérica albergaría más tarde el almacén y estanco de Casimiro, ya desaparecido. (Foto Colección José Puente García).


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Mercedes Fernández Sánchez

Es nieta de José Sánchez Aguilar. Hija de José Fernández y Encarnación Sánchez. Hermana de Pepe, Manolo, Rafael, Jesús e Ignacio. Su familia está vinculada a la hostelería desde 1916, cuando su abuelo materno abrió una tienda de vinos,  especializada en Manzanilla en la esquina de la calle Ganado con Melero. El establecimiento se llamó Verdún, en recuerdo de la batalla celebrada en dicha localidad francesa en la I Guerra Mundial. Tras la Guerra Incivil española, la tienda pasó a llamarse Casa Sánchez, Tabernón de Sánchez y Bodegón de Sánchez.

She’s the granddaughter of José Sánchez Aguilar; daughter of José Fernández and Encarnación Sánchez and sister to Pepe, Manolo, Rafael, Jesús and Ignacio. Her family has been linked to the catering trade since 1916, when her maternal grandfather opened a wine shop specialising in manzanilla (dry sherry) on the corner of calle GanadoMelero. The establishment was called Verdún, in memory of the battle fought in the French town during the World War I. After the Spanish Civil War, the shop changed its name to Casa Sánchez, Tabernón de Sánchez and Bodegón de Sánchez.

Pero la vinculación con la hostelería le viene también a Mercedes Fernández Sánchez por vía paterna. Su padre, gallego de nacimiento y portuense por necesidad, fundó hace más de 50 años el desaparecido “Bar Jamón” en la calle Capillera y hoy su hermano Pepe continúa la saga con el afamado Restaurante Bar Jamón, en la rotonda del Molino Platero en la variante a Rota, buque insignia Grupo de Empresas familiar. Sus otros hermanos continúan con la “Bodeguilla del Bar Jamón” y “El Patio de Mi Casa”, en la calle Misericordia; la confitería “La Merced” por otro nombre “Los Sanluqueños” y alguna aventura hostelera en la Feria o en Centros Comerciales han hecho que, también, el resto de los hermanos estuvieran mas o menos vinculados a la hostelería y los servicios turísticos en El Puerto, a través de la central del Grupo de Empresas JAMEFER, aunque cada uno dirige, de forma individual, su establecimiento. Pero de esta otra rama hostelera -su padre y sus hermanos- hablaremos en otro momento.

EL ABUELO MATERNO DE MERCEDES.
José Sánchez Aguilar, hijo único del Cabo Sánchez, (de pequeño le contaron a Vicente González que el dicho Cabo Sánchez se había casado nada mas y nada menos que siete veces), quien por aquellos tiempos tenía la llave que daba el paso del agua a la Ciudad de El Puerto, con un horario de suministro que recuerda los tiempos de las restricciones: de 7 a 24 horas. El abuelo de Merceces había nacido a finales del siglo XIX. Tuvo cinco hijos: Antonio, Francisco, Encarna, Juana,  y Concha. Su establecimiento fue muy reconocido en la época y trabajó los vinos de González Rico Hnos., especializándose en la manzanilla. En la foto de más abajo se pueden observar, en el mostrador, dos botellas: una de Brandy y otra de Jerez Quina, de dicha bodega proveedora; el Jerez Quina  tuvo que dejar de producirse por orden del Consejo Regulador, ya que no se podía considerar como producto de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlucar.

A la muerte de José Antonio Sánchez Aguilar, el 29 de marzo de 1958, sus hijos Antonio y Francisco Sánchez Ruiz se hicieron cargo del Tabernón de Sánchez, como ya hemos indicado más arriba. Antonio nació el 5 de abril de 1930 y murió el 21 de octubre de 1998; como diabético que era perdió la vista e incluso ingresó en la ONCE. Su hermano Francisco, que vive felizmente jubilado, nació el 28 de diciembre de 1931. La casa donde estuvo el Tabernón era propiedad de la familia; en la actualidad el inmueble pertenece a  la Inmobiliaria Hiniesta Peinado. Tenían un almacén de apoyo en la calle Cantarería, frente a donde estuvo la Cerrajería Velázquez. En el último tramo del siglo pasado se instaló en aquel local una tienda de congelados, regentada por su primo Antonio Sánchez Fariñas hoy desaparecida y en su lugar se encuentra en la actualidad una tienda de ropa. Mercedes ha sido vecina de la calle Ganado, donde siguen viviendo sus padres, de toda la vida. Enrique Pérez Fernández, en su libro tanta veces citado por nosotros “Tabernas y Bares con Solera” escribe que «en 1770 había una tienda de montañés, de Francisco Alonso, en 1804 llevada por los herederos de Santiago Bustamante, y al fin del siglo por Juan Rodríguez Caballero». Un poco más abajo, y hasta el año 2000, se encontraba la Cervecería Sánchez, llevada por sus tíos maternos, cerrándose a la jubilación de Francisco Sánchez.

Antonio Sánchez Ruíz con Manuel Nieto Molinero, Jefe de Oficina de RENFE en El Puerto, situada frente al Parque Calderón, junto al que fue Piano Bar. Era al decir de sus contemporános, un cachondo, en el mejor sentido de la palabra. Dos parroquianos asisten al encuentro. (Las fotografías antiguas pertenecen a la Colección de Vicente González Lechuga).

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Álvaro González Rodríguez, sobrino biznieto del fundador de Bodegas Obregón, es la tercera generación que se encuentra en el negocio de la Vinatería. Desde la Bodega de la Calle de la Zarza, el vino fino a granel, en rama y embotellado, las buenas reuniones que allí se dan, con degustaciones gastronómicas e incluso cante los sábados y domingos, hacen de las Bodegas Obregón una referencia obligada para conocer de verdad a El Puerto profundo y sus gentes.

Álvaro González Rodríguez, great-grandson of the founder of the Bodegas Obregón (winery), he’s part of the third generation involved in the wine making business. The Bodega on Calle de la Zarza, dry sherry by the litre, from the processing stage to bottling; the good times had there, with gastronomic tasting sessions and even flamenco singing on Saturdays and Sundays, make the Bodegas Obregón a visit not to be missed in order to really get to know El Puerto and its people in depth.

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Fue abierta en 1954 por su fundador, José Luis González Obregón, en lo que fue una antigua carbonería. Álvaro también ejerce como crítico taurino en la radio local y tiene una buena escritura que, seguro, veremos por aquí en algún artículo con referencia a El Puerto.

El experto en vinos de la zona, otro portuense, Javier Maldonado, escribe para el folleto que publicó la Concejalía de Turismo sobre esta bodega: "Desde sus inicios y durante muchos años la actividad de Bodegas Obregón  fue la de almacenista, esto es, la crianza y envejecimiento de sus vinos para su venta en bodegas exportadoras. Con el paso del tiempo, amplió la actividad de su empresa dedicándose al embotellado de sus propias marcas de vinos, brandies y licores, así como a la venta de vinos en rama en varios bodegones y tabernas de su propiedad. Actualmente Bodegas Obregón es una empresa que desarrolla todas las actividades vinícolas: cría vino con marca propia, envejece vinos para su venta a otras empresas bodegueras y mantiene abierta dos singulares bodegas en El Puerto: Taberna La Draga (Plaza de Bizcocheros) y el Bodegón de Obregón (en calle Zarza), la más antigua y una de las más peculiares tabernas de la ciudad. De la calidad de sus vinos dan cuenta los premios internacionales obtenidos en 1996 bajo marca Lustau Almacenista (Obregón). El Fino de El Puerto, de Lustau Almacenista (Obregón) fue galardonado como Vino del Año por el Financial Review, una de las más prestigiosas publicaciones de Australia. El Amontillado de El Puerto , de Lustau Almacenista (Obregón) consiguió medalla de plata en el World Wine Championship, celebrado en Chicago.

Bodegas Obregón es una pequeña empresa familiar que ha sabido hacerse un sitio en el sector vinícola gracias a diversificación de actividades y a la calidad de sus productos, que siempre han gozado del reconocimiento de los consumidores de la zona y que desde tiempo más reciente se han ganado también el aprecio de los expertos y el publico de otros continentes, donde han cosechado prestigiosos premios. Como valor añadido, la taberna con la que cuenta en la calle Zarza es la más antigua de cuantas funcionan en la ciudad. En pleno Barrio Alto se puede considerar el escenario donde aún se repiten algunas de las clásicas y tradicionales escenas de El Puerto. En este tipo de bodegas o bodegones confluyen la doble naturaleza de depósito y despacho de vinos, además del lugar de consumo del mismo siendo además espacio donde conviven diferentes aspectos del patrimonio portuense: el histórico, el cultural y el etnográfico. Tanto el lenguaje utilizado, las medidas, los útiles y herramientas aún se mantienen vivos y con pleno sentido en su entorno originario.

Uno de los ejemplos son los diferentes tipos de vasijas utilizadas como son los toneles (1500 litros), bocoys (40 arrobas que son 640 litros), botas (500 litros), medias botas (250 litros), cuartos de botas (125 litros) y octavos de botas (4 arrobas que son 64 litros) que podemos encontrarnos en su interior. Mediante la operación conocida como Trasiego, se vierte en ellos el vino procedente de las criaderas o bodegas madre. Una vez en su interior y mediante estudiadas mezclas entre ellos se adaptan al gusto y paladar del público consumidor. El resultado se denomina en el argot bodeguero Vino de Jarreo. Para su elaboración se lleva a cabo una de las operaciones más bellas de la labor vinatera: Peinado del vino, realizada por el capataz, consistente en precipitar los 12 litros de la tradicional jarra desde la altura de la cabeza sobre otra colocada a los pies del operario. Con esto se consigue romper el vino, es decir, airearlo facilitando así que el proceso de mezcla sea uniforme y homogéneo.

El capataz de Hijos de Jiménez Varela, José Luis González Obregón
José Luis González Obregón, en su época de capataz de Hijos de Jiménez Varela.

La empresa Bodegas Obregón, fue fundada en 1935 por D. José Luis González Obregón (El Puerto de Santa María, 1905-1995). Está inscrita desde entoces en el Consejo Regulador del Vino por lo que sus caldos gozan de la Denominación de Origen Jerez- Xérèz- Sherry. D. José Luis González Obregón fue uno de los grandes expertos en vinos y brandies del Marco de Jerez con el que afortunadamente ha contado la vinatería de la zona. Comenzó su actividad bodeguera muy joven, pasando por diferentes puestos y llegando a ser Capataz General de la empresa Hijos de Jiménez Varela S.A. cuyo prestigio por la calidad de sus caldos se debió en parte a sus buenos oficios y profundo conocimiento de la vitivinicultura. En 1935 , inició su actividad empresarial, montando una primera bodega en la calle Ricardo Alcón y poco después otra en la calle Zarza. Amplió el negocio con otras en las calles Arenas y santa Fé. En esta útima continúan actualmente las principales instalaciones de la empresa y la mayor parte de sus criaderas y soleras de vinos y brandies."

Esta última fotografía está tomada en el Patio de las Bodegas de Hijos de Jiménez Varela que se dedicaba a la tonelería (donde hoy se encuentra el Hotel Bodega Real, en la calle Alvareda). En ella, con corbata, José Luis González Obregón (casado con Isabel Lobo Morillo). A la derecha de Obregón está Rafael Valiente Moreno (hermano del que fuera concejal de urbanismo en la primera legislatura democrática de 1979) y a su izquierda Manuel Fernández Galloso (tío del matador de toros “Galloso” y que tenía dos apodos un era “El Churrete” y otro ” El Perla”, que es como cariñosamente lo conocía sus familiares y amigos), el que está trabajando la bota es Luis Amenedo Sánchez y el muchachito que está con la duela en la mano es un Raposo Rasuelo (ya confirmaremos el nombre pues es pariente de los que tienen la confitería en Las Nieves). Datos facilitados por Rafael Valiente a petición de nuestro imprescindible colaborador Vicente González Lechuga, a cuya colección pertenece esta fotografía.

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