El cocinero Ángel León, del restaurante Aponiente con dos estrellas Michelin, durante la ponencia que ha impartido hoy en la décimo tercera cumbre internacional gastronómica Madrid Fusión, bajo el título “La sangre del mar”.
El dos estrellas Michelin Ángel León ha dado otra vuelta de tuerca a su cocina marina: ha descubierto una técnica insólita en el mundo del mar que ni la cultura nipona ha conseguido para cocinar la sangre de los peces, a los que se la extrae sin matarlos.
El revolucionario cocinero gaditano, al frente del restaurante Aponiente (El Puerto de Santa María), ha inaugurado hoy por todo lo alto la décimo tercera cumbre internacional gastronómica Madrid Fusión con la ponencia “La sangre del mar” en la que ha explicado cómo ha conseguido “hacer real un sueño: trabajar en la cocina del mar con la sangre de los peces”.
Para ello ha tenido que investigar cómo evitar la coagulación y qué cantidad de sangre se puede extraer a un pez sin que muera. Los resultados los ha mostrado con una dorada viva, que previamente había anestesiado con aceite de clavo para que no sufriera, y usando un anticoagulante natural, extracto de sauce. “Vamos a abrir un epígrafe nuevo en la cocina del mar”, ha augurado el conocido como “chef del mar”, como ya ha hecho anteriormente con el plancton, los embutidos marinos, el humor vítreo de los pescados -con el que debutó en 2004 en Madrid Fusión y que mereció una doble página en The New York Times- y muchas otras aportaciones para su personalísima y vanguardista cocina.
Detrás de la cocina con la “sangre del mar” hay mucha investigación, pasión oceánica y devoción por las salsas francesas elaboradas con aves como el pichón, desatada cuando trabajó como cocinero en el país galo en los comienzos de su exitosa carrera, reconocida internacionalmente.
“El civet (esa salsa, que hasta ahora sólo se empleaba en platos de caza) me parece una de las cosas más espectaculares de la cocina, pero no tiene cabida en mi cocina marina. Quería hacer un civet puro marino, pero hasta ahora no había un trabajo profundo sobre la sangre del pescado, así que me puse a ello”, ha explicado. Ayudado por su padre, hematólogo, León estudió la sangre de los peces, la comparó con la humana y empezó a experimentar hasta descubrir que se pueden obtener dos mililitros a diez doradas sin que estas mueran y cómo evitar la coagulación, lo que impediría su uso en cocina. “Un trabajo un poco vampírico”, ha admitido.
Con esta sangre hoy ha elaborado ante el público unos huevos “trufados” en plancton con salsa “royal” de sangre de la dorada y chicharrones de morena, que expresa “el invierno en el mar de Cádiz”, ése que tan bien conoce y sabe expresar en sus platos.
El restaurante Aponiente se trasladará este año a un molino malear que le permitirá disponer de peces vivos para cocinar su sangre, dando un paso adelante en una tendencia que comenzó hace tres años, cuando centrifugaban la sangre del pescado una vez muerto para hacer una emulsión con plancton. La técnica de extraer la sangre a los peces no está al alcance de la cocina doméstica, ha reconocido, por ello mejor dejarlo en manos de profesionales de la talla de Ángel León. /Texto y foto: EFE.
Angel León abrirá este año Madrid Fusión, uno de los congresos de gastronomía más importantes que se celebran en España. Presentará sus últimas investigaciones, la utilización en cocina de sangre de pescado.
El cocinero Angel León pronunciará este año la conferencia de apertura del congreso Madrid Fusión, una de las citas más importantes de la alta gastronomía en España. León, acompañado de su equipo del restaurante Aponiente de El Puerto de Santa María, presentará sus últimos trabajos que versan sobre la utilización de sangre de pescado en los platos, un producto que piensa utilizar en la próxima temporada. Aunque desde el restaurante no quieren dar más detalles “porque queremos que todo sea una sorpresa” si se reconoce que la presentación será “espectacular”.
Uno de los innovadores platos de Angel León, en su restaurante Aponiente.
La ponencia de apertura, que será el próximo lunes 2 de febrero a las diez de la mañana, suele ser la de más prestigio de estos encuentros. Ya el año pasado León puso el recinto del congreso en pie con su idea para servir platos que emitieran luz basándose en los peces abisales. No será la única intervención de León en el congreso que se celebrará en el palacio de congresos de Madrid del 2 al 4 de febrero. El cocinero también presentará otra charla sobre us producto estrella, el placton marino, que ya se puede comercializar tras ser reconocido por la Unión Europea.
La presencia gaditana en el Congreso también vendrá de la mano del Consejo Regulador del Vinagre de Jerez, que expondrán sus productos. /Texto: Pepe Monforte.
En la imagen inferior, redacción de la Revista Portuense en 1907. Primero a la izquierda, Mariano López Muñoz. Marcado con la flecha, el maestro Caballero. A la derecha, Pedro Muñoz Seca. Los acompañan Luis Pérez Gutiérrez, propietario del periódico, y los redactores Manuel Soto y Antonio Peñasco. / Foto, Colección Pérez Pastor.
Comparto con el director de Gente del Puerto el afecto por dos portuenses que vivieron entre los siglos XIX y XX. Fueron amigos, compañeros en la Revista Portuense y algunas veces colaboradores en las ramas artísticas que dominaban: la escritura y la música. Al final de sus días vivieron tiempos difíciles. Uno, Mariano López Muñoz (1869-1941, ver nótula 1.636 de GdP), el escritor y periodista que tras la guerra civil fue depurado torticeramente por las autoridades franquistas por partida doble: por su condición de andalucista involucrado en el movimiento regionalista que lideró Blas Infante y por ser homosexual.
Aquello le destrozó la vida y precipitó la muerte de un hombre bueno, noble y defensor –eso sí, con espíritu crítico y revitalizador- de todo lo que concernía a nuestra ciudad y su gente.
Y el otro portuense, a quien adornaron las mismas virtudes –hay apellidos que retratan a su portador-, el ‘maestro Caballero’, como era conocido por todos Francisco Javier Caballero Maldoqui, que fue, junto al maestro en el género chico y la opereta española Rafael Taboada y Mantilla (1837-1914), el músico y compositor portuense de mayor calado; de cuya vida y obra, a petición de mi amigo José María Morillo, hilaré una semblanza con la información que hace años investigué en el Archivo Municipal y la ayuda del almeriense Francisco Cuenca Benet (1872-1943), como López Muñoz, andalucista, que en 1927 editó en La Habana su Galería de músicos andaluces contemporáneos, donde apuntó el recorrido musical de nuestro paisano.
SU FORMACIÓN
Fue Caballero un portuense de devoción, que no de nacimiento, porque nació enfrente, en Cádiz, en 1853, de donde a los pocos años se trasladó con su familia a nuestra ciudad, en la que pasó la mayor parte de su vida. Poseedor de innatas condiciones musicales, las primeras nociones de solfeo las recibió de los profesores Honorato Bisbal y Francisco Boussiller, directores que fueron de la Banda Municipal, respectivamente, en 1861 y de 1862 a 1874. /En la imagen de la izquierda,Francisco Javier Caballero (1853-1933). / Foto, Academia de Bellas Artes Santa Cecilia; Francisco Mata.
Este año del 74 marchó a Sevilla para concluir el bachillerato y dedicarse por completo al estudio del violín. En la capital hispalense, al decir de Cuenca, “dirigido por el notable profesor Mariano Taberner, pronto hizo grandes progresos en su carrera musical, entrando a formar parte de la orquesta del teatro de San Fernando como primer violín durante varias temporadas de ópera; pero necesitando su intuición artística una esfera más amplia para su desenvolvimiento se trasladó a Madrid en 1877, integrando la orquesta de los Conciertos del Retiro que dirigía el maestro francés Olivier Métra y cursando violín, armonía y composición en el Conservatorio Nacional, bajo la dirección del insigne Monasterio.”
El Teatro San Fernando de Sevilla, escenario de los primeros éxitos de Caballero, en 1908.
Olivier Métra (1830-1889) y Jesús de Monasterio (1836-1903), maestros de Caballero.
Una grave dolencia le obligó a regresar a tierra portuense (lo que, tal vez, le cortó una larga trayectoria de éxitos en los mejores escenarios). En El Puerto fundaría, en la década de los 80, la Sociedad Coral, que ofreció, en palabras de Cuenca, “numerosos y brillantes conciertos vocales e instrumentales”. Como profesor de instrumentos de arco, durante 25 años ejerció de catedrático en las academias de música de San Fernando, Sanlúcar y El Puerto, siendo uno de los fundadores, en 1900, de ésta, la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.
Sede de la Academia Sta. Cecilia en 1901, calle Larga nº61. Sentado a la izquierda el maestro Caballero. En el centro, el presidente, Adolfo Barra. A la derecha, el profesor de piano José Luis Benítez./ Foto, Academia de Sta. Cecilia.
Su magisterio en academias y conservatorios lo compatibilizó con la enseñanza particular. Así se anunciaba en la Revista Portuense en 1893: “Fco. Javier Caballero.- Director de orquesta y profesor de instrumentos de arco del Conservatorio de Música de Cádiz y San Fernando, da lecciones de solfeo, piano, canto, violín, violoncello y contrabajo a precios convencionales. Enseñanza especial de violín para niñas y señoritas. Los avisos pueden dirigirse a su domicilio Larga 32 y a la redacción de este periódico Larga 116.”
El equipo directivo y técnico de la Academia en 1911. Caballero, primero a la derecha. / Foto, Academia de Sta. Cecilia.
En los últimos años del XIX fue director de la Orquesta –que no Banda- Municipal portuense, también conocida como la Orquesta de Caballero, compuesta de seis instrumentos. Con ella dirigió la música de varias compañías de zarzuela por los teatros de la provincia y ofreció, entre otros lugares y en no pocas ocasiones, conciertos en el Parque Calderón. Lo habitual por estos años fue que la Banda Municipal que dirigía Domingo Veneroni y la Orquesta de Caballero se alternaran en las mismas veladas y, en otras ocasiones e indistintamente, una ofreciera los conciertos en el Parque y la otra en la plaza Peral.
En sustitución de la Orquesta de Caballero, en julio de 1912 se constituyó la Sociedad Orquesta Maqueda, que fundó, presidió y dirigió Caballero y tuvo como vocal a Veneroni. El nombre se lo puso en homenaje al músico granadino Antonio Maqueda, quien durante muchos años ejerció de maestro de capilla de la catedral de Cádiz. /En la imagen de la izquierda, Antonio Maqueda Castillo (1811-1905).
Como compositor, Caballero cultivó el teatro musical, obras de concierto –muchas de marcado carácter popular- y música religiosa, “habiéndose significado en todos estos géneros –escribió Cuenca- por su inspiración lozana y técnica irreprochable”. Estas fueron sus principales composiciones:
ZARZUELAS
-Ojeada al Puerto, con libreto del portuense Manuel del Río García (ver nótula 1.206 de GdP) fue estrenada el 25 de febrero de 1895 en el portuense Teatro Principal
-No hay enemigo chico o el taller de un sombrerero en un día de fiesta solemne, sainete lírico también escrito por Del Río, estrenado, sin éxito, el 18 de julio de 1898 en el Teatro del Vergel (de quita y pon, instalado en el tramo de las Galeras a la Herrería).
-El apropósito lírico El repatriado, con letra de Mariano López Muñoz expresamente escrito para ser representado, como así fue en el Teatro Principal en 1900, por el joven (19 años) Pedro Muñoz Seca, que por entonces daba los primeros pasos como autor teatral, actor y cantante.
El desaparecido Teatro Principal de la calle Luna hacia 1903.
-La gitanilla, letra del también portuense Antonio Sucino Lorca (el de Nobleza… en el corazón, su obra más conocida), puesta en escena en el Teatro Principal en 1909.
-Bailén, con letra (ojú) de José Millán Astray. Estrenada el 24 de septiembre de 1910 en el Teatro de las Cortes de San Fernando.
-Ya llegó mi tío, letra de Mariano López Muñoz.
-El ascenso, letra del portuense Rafael Benvenuty Morphy.
-El libro del forro verde, letra del propio Caballero.
OBRAS DE CONCIERTO
-El vinillo de mi tierra, ‘coro de actualidad’. Con letra de un joven Caballero, se interpretó en el Vergel en 1880.
El Vergel del Conde, en una reproducción de un plano de El Puerto.
-Morisma, parodia del capricho Moraima de Gaspar Espinosa de los Monteros, para orquesta.
-Esperanza, melodía para violín y piano.
-Un sueño, melodía para violín y piano.
-Nubes de verano, tanda de valses para orquesta.
-Nos entretendremos, vals característico para orquesta.
Comienzo de la partitura del Himno de El Puerto de Fco. J. Caballero. / Archivo Municipal.
-Himno al Puerto, pasodoble para banda y orquesta, con letra de Caballero. Se estrenó en el Parque Calderón el 25 de julio de 1897. Arreglado para piano, copias de la partitura las puso a la venta en la redacción de la Revista Portuense, a 2’50 pesetas. Remodeló la composición en octubre de 1927. Las dos estrofas iniciales decían: “A esta ciudad de claro cielo, / de alegres casas, con aire y sol, / donde la virgen de los Milagros en un castillo se apareció; / en estas notas y melodías, / hoy sus grandezas he de cantar / con el cariño que a su Patrona / tienen los hijos de esta ciudad. / Los atractivos que tiene El Puerto, / como su Parque de Calderón / y su paseo de la Victoria, / el más famoso de la región; / su áurea playa de la Puntilla / de suaves brisas, tranquilo mar; / sus arboledas y sus viñedos / tienen por orla cerros de sal.”
Partitura de Vía libre (1921). / Archivo Municipal.
-Vía libre, galop (música de danza húngara de movimiento muy rápido) característico para piano. Escrito en abril de 1901 y dedicado a Federico Laviña, diputado a Cortes por El Puerto, la partitura la entregó para su arreglo al Director de la Banda municipal, Veneroni, expresando su deseo de que se conservase en el Archivo. /En la imagen de la izquierda, el ingeniero de montes y político liberal Federico Laviña y Laviña (1852-1932). / Foto, web geneall.net.
-Puerto Alegre, pasodoble para banda y orquesta. Caballero entregó la partitura en agosto de 1912 al Director de la Banda de Álava para que figurara en su repertorio. En la Revista Portuense del 14 de agosto de 1925 apareció esta simpática noticia: “Hace unos días, estimados convecinos que tienen instaladas estaciones receptoras de radiotelefonía, tuvieron ocasión de escuchar una onda emitida por una estación vasca, de cuya audición formaba parte la interpretación del bonito y aplaudido pasodoble Puerto Alegre, original de nuestro querido amigo y colaborador don Francisco Javier Caballero.” -¡Viva Rota!, pasodoble-himno para banda y orquesta compuesto en 1922.
-Manolito (el torero Niño del Matadero), pasodoble que lo interpretó en el Parque Calderón el Cuarteto Portuense (los sres. Rodríguez Carribero -director-, Jarque, Nieto y Troncoso) en junio de 1928.
Manuel del Pino, Niño del Matadero (1911-1964).
-Diversos coros para voces y orquesta compuestos para ser interpretados por la Sociedad Coral.
-Quejas de amor, barcarola.
-Dime que sí, vals.
COMPOSICIONES RELIGIOSAS
-Ave María, para tenor y orquesta: “obra magistral y delicadísima”, al decir de Francisco Cuenca. Compuesta antes de 1913, sigue interpretándose en la Prioral los 8 de septiembre, festividad de la Patrona.
-Himno de la Coronación de la virgen de los Milagros, para gran orquesta, con letra del autor. Compuesto en 1916 con motivo de las fiestas que celebraron tal acontecimiento.
Portada del Himno de la Coronación (1916). / Archivo Municipal.
-Gozos a la Virgen de los Milagros, para orquesta.
-Cantiga 328 de Alfonso X, para orquesta. Estrenada el 8 de septiembre de 1929 y dedicada al historiador Hipólito Sancho, quien le facilitó el texto.
El historiador Hipólito Sancho (1893-1964) en su casa de la calle Luna.
-Dos Himnos a Santa Cecilia, para coro y orquesta.
-colección de motetes al Santísimo Sacramento y varias letanías.
EL ESCRITOR Y GESTOR
Además de músico y compositor, Francisco Javier Caballero también tuvo una decidida vocación como articulista y poeta, que dejó impresa en las letras de sus composiciones. Desde la fundación de la Revista Portuense en 1890, durante 28 años escribió de forma continuada en sus páginas, habitualmente con el seudónimo Ventura. Al respecto, Manuel Martínez Alfonso dejó escrito: “Colaborador asiduo de la Revista, versificaba en ella casi a diario, con esa facilidad que tenía para el verso –si no para la poesía- y con ese ingenio, malicia y buen humor que ponía en sus escritos.” También fundó un periódico, La Crónica del Puerto, en 1888, que a los dos años se convirtió en edición del diario madrileño La Correspondencia de España.
Caballero colaboró durante muchos años para el Ayuntamiento, en el negociado de Fiestas. A principios de siglo, entre otras tareas, era el encargado de contratar a las compañías de teatro y zarzuela que algunos veranos actuaban en el paseo del Vergel, ejerciendo ya a principios de los años 20 de Jefe del Negociado de Fiestas.
Alzados y planta del ‘Salón-Teatro Variedades’ que en 1909 se instaló en el paseo del Vergel. / Archivo Municipal.
Ya jubilado, en julio de 1927 Manuel Rubín de Celis escribió en la Revista Portuense este sentido retrato del anciano Caballero: “SIC TRANSIT.- Con paso lento, incierto y algo temblón, vemos pasar por nuestras calles, a un ancianito agobiado por el peso de sus años [74], de sus achaques, y más que nada, por los sinsabores, las desilusiones, los desengaños, las negruras de la soledad y el olvido. ¡Triste cortejo que acibara casi siempre a la honradez! Todavía, a pesar de su lento andar, se nota en su persona como recuerdos de vagas cadencias, como ecos de una armonía lejana, casi ya imperceptible. Si os fijáis en su semblante, sin que este ancianito se dé cuentade nuestra inquisitoria, observaréis que su fisonomía está algún tanto como empañada por angustiosa melancolía. Es, que el ancianito, tras los sufrimientos morales que entristecen su alma, ahora, en el crepúsculo de su vida se encuentra muy enfermo, y se ve también enferma a la digna compañera de su existencia. […] Siempre veréis a este buen ancianito, sin salir de su paso lento e incierto, paseando por este Puerto de sus amores, sus alegres y tristes recuerdos de su bondadoso corazón, no queriendo, mientras un hálito de vida le acompañe, dejar de recorrer sus calles, jardines y paseos, frecuentar sus casinos, sociedades y amistades, y sobre todo, visitar a la Virgen de los Milagros.”
Melancólica y triste semblanza del ocaso del músico portuense que se agravó con el tiempo. A la altura de 1930, tres años antes de fallecer, su situación económica no debía ser nada boyante, según se infiere de este irónico y críptico anuncio que publicó la propia Revista Portuense en septiembre de 1930:
“AVISO AL PÚBLICO INTELIGENTE.- Cede un piano con cuerdas cruzadas, con clavijero de hierro, en 1.250 pesetas, dadas a tiempo, sin intereses vencidos, dádivas ni documentos. Dará noticias e informes el vendedor del piano. -¿Quién? -D. Javier Caballero.”
Hoy, la memoria del ‘maestro Caballero’ ha quedado en la calle a él dedicada (frente al Resbaladero) y, sobre todo, en el Ave María que cada 8 de septiembre resuena en la Prioral. / Texto: Enrique Pérez Fernández.
Eva Díaz Hurtado, nació el 29 de septiembre de 1963 en Cádiz. Sus padres, Gonzalo Díaz Arbolí e Inmaculada Hurtado Casanova son de Vejer y Madrid respectivamente, pero sus orígenes portuenses provienen de 1820 aproximadamente.
Su bisabuela paterna, Ana Romaríz García, nació en El Puerto, en la calle San Francisco la Vieja 3, en abril de 1877 y por su partida de nacimiento saben que provenía de varias generaciones de portuenses.
1963
El año de su nacimiento era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En 1963 se desbordó el río Guadalete; helicópteros de la Base Naval de Rota recataron a vecinos de núcleos rurales. Rafael Alberti abandonaba en 1963 Buenos Aires (Argentina), donde se encontraba exiliado desde 1940 y donde nació su hija Aitana. Pero el exilio continuará en Roma (Italia). El 24 de marzo el Zeppelin C.F. perdía ante el Puerto Real, en el campo de La Salle, por 3-1. En diciembre, Isabel Merello Alvarez-Campana, viuda de Terry y para su hijo Fernando A. pidió la mano de su hija Elisa a los Condes de Osborne.
La parroquia de San Marcos cambiaba ese título por el de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos; además se rectifican sus límites territoriales con la parroquia de Nra. Sra. de los Milagros. Nacían el Rector del Seminario de Jerez y canónigo, Ignacio Gaztelu Pastor, el fotoperiodista del Grupo Joly, Fito Carreto y el economista y presidente de la Peña Madridista Portuense, Bernardo García Gómez. Mueren Juan XXIII y John F. Kennedy.
Eva en 1970en la urbanización Vistahermosa, sobre 1970, cuando aún quedaban muchos solares por construir
Pero volviendo a nuestra protagonista, la familia de Eva se muda a El Puerto, siendo esta una niña. Es la mayor de cuatro hermanos junto a Gonzalo, Flora e Inma que nace ya en El Puerto de Santa María.
Estudió EGB en el colegio "Sagrado Corazón" viviendo entonces en Torre Fermesa. La familia se traslada a vivir al centro histórico en 1977, a la calle Santa Lucía en la época que empieza a estudiar en el colegio de San Luis Gonzaga, donde cursa 1º y 2º de BUP y acaba sus estudios de bachillerato en el instituto Pedro Muñoz Seca.
En el puerto de Cádiz con sus compañeros de COU, Viaje de fin de curso rumbo a Canarias.
Ya de niña dibujaba a todas horas y tenía claro que quería estudiar Bellas Artes, por ello, antes de irse a Sevilla, estudia en la academia de Santa Cecilia, siendo alumna de Luis Ortega García (ver nótula núm. 829 en GdP). Antes de marcharse a la facultad de Sevilla, también cursa un año de dibujo, pintura y modelado, en la escuela de Artes y Oficios de Cádiz.
En la facultad de Bellas Artes de Sevilla, con su compañero Damián Flores Llanos, actualmente pintor de reconocido prestigio
En 1982 se traslada a Sevilla para estudiar Bellas Artes donde permanecepor espacio de tres 3 años finalizando la carrera en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, donde estudia la especialidad de Diseño Gráfico.
EN BARCELONA
Ya en Barcelona, terminada la carrera, empieza a trabajar en publicidad. La mayor parte de su vida laboral la realiza en DEC, agencia del grupo Tiempo BBDO.
En la imagen de la izquierda, cartel realizado por Eva para Bodegas Caballero, con Fino Pavón.
Allí trabaja como ilustradora y diseñadora gráfica realizando trabajos para las múltiples cuentas que llevaba esta agencia, una de ellas era Bodegas Caballero, así que tenía la satisfacción de poder trabajar para El Puerto, aún estando tan lejos. El año 1996, realiza toda la gráfica para los conciertos de verano del castillo de San Marcos, así como el montaje fotográfico y cartel "El Puerto en tu copa" para Fino Pavón.
MADRID Y SEVILLA.
En Barcelona vive durante 14 años y en 1999 se traslada a Madrid ya que la agencia de Barcelona abre allí delegación.
En ARCO, con Juan Carlos Roldán, presentador de las Noticias de Canal Sur.
En Madrid vive y trabaja 10 años y ya en 2009, por asuntos familiares, se traslada a Sevilla donde reside en la actualidad. Aunque le gustaría vivir en El Puerto, por ahora antepone el bienestar de su hijo manteniendo su residencia en Sevilla donde puede estar a diario con su padre. Es por esas ganas de acercarse a su Puerto, que poco a poco ha ido estableciendo allí su lugar de trabajo aunque eso le obligue a desplazarse continuamente.
Ilustraciones y tarjetas navideñas para el canal de TV Hallmark.
En 2010 crea su propia marca "Mamapepita" (en honor a su abuela, ya que así la llamaban todos sus nietos), con la idea de aplicar sus ilustraciones en diferentes productos. La imagen de su logotipo, de hecho, está basada en una foto de su abuela de pequeña, con el uniforme del colegio.
Logotipo de su propia marca 'Mamapepita'.
EL PUERTO: ZEC ESPACIO CREATIVO.
Emprendiendo una nueva línea laboral desde cero, es como conoce a otros compañeros con los que comparte las mismas ilusiones. Así, después de muchas reuniones con sus socios y compañeros: María Calatayud, Juan Miguel Selma, Gisela Bono y Melisa Barab, surge Zec Espacio Creativo.
Este lugar es algo más que una tienda donde vender sus productos, pretende ser además un punto de encuentro cultural y creativo donde tengan cabida cualquier disciplina artística. Poco a poco, con mucho esfuerzo, muchas ganas y sobre todo, mucha ilusión, ese proyecto se va consolidando.
Fachada de ZEC, Zoco Espacio Creativo, en la calle Larga.
“--Trabajo a todas horas, los siete días de la semana y aún me faltan horas, pero es que esta labor me apasiona. Además de poder realizar las ideas que se me pasan por la cabeza, la ilusión de ofrecer al E Puerto un espacio para exposiciones, obras de teatro, mercados de diseño independiente, pasarelas... me hace tanta ilusión que es realmente el trabajo de mi vida, me aterroriza pensar que no podamos seguir no sólo por motivos económicos sino porque es un trabajo creado al cien por cien a mi medida".
La diseñadora portuense Eva Díaz Hurtado ha trabajado en crear un símbolo para El Puerto que no existiera. Empezó creando el "Choco de El Pto." con la idea de que los turistas puedan llevarse un recuerdo de aquí simpático y aplicable a cualquier soporte. Comenzó con imanes de nevera y poco a poco lo ha ido aplicando a camisetas, abanicos, bolsos de playa, broches, postales y Christmas navideños.
Chapas con los chocos de El Puerto.
Con las 3 comidas típicas de chocos ha creado: "Choco plancha","Choco frito" y "Papas con chocos", a los que ha convertido en 3 personajes, los chocos Paco, Juan y Rafael:
"Al choco Paco las patatas fritas le gustan mucho. Cuando viene al Puerto se va al parque y se compra un cucurucho"
"A Juan el choco le encanta la playa y el solecito. se sienta en una roca y casi siempre se queda frito"
"El choco Rafael hace la plancha flotando en el mar. Hay que tener cuidado, el sol está fuerte y se puede quemar..."
El Puerto para los Amigos, versión chocos.
Su próximo proyecto es hacer una exposición de presentación del Choco de El Puerto en su local, ZEC (Zoco Espacio Creativo), en la calle Larga así que, ya sabes: "Pon un choco de El Puerto en tu vida"
Para el próximo 14 de febrero, chocos de El Puerto.
“--Aún queda mucho por hacer” nos dice “acabo de empezar, mi idea es que todos los turistas lleven la bolsa de Tejas de El Puerto en una mano y ¡los chocos de El Puerto en la otra!”. Mañana contamos su historia, la de Eva Díaz Hurtado, en una nótula de Gente del Puerto.
Una versión de San Fermín de Mikel Urmeneta, de Kukuxumusu.
Eva nos recuerda, de alguna manera, a Kukuxumusu (en vascuence: beso de pulga) una empresa de Pamplona dedicada a diseñar camisetas y otros artículos con dibujos humorísticos. Aunque comenzó centrada en las fiestas de San Fermín, sus diseños tienen actualmente una temática universal. Se definen a sí mismos como una "fábrica de dibujos" en la que uno de los diseñadores es Mikel Urmeneta.
Del matrimonio entre Miguel Palacios y Guillén, conocido y querido Maestro mayor titular de Obras que fue del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, y Elena de Winthuyssen y Urruela, nacía a las once y media de la noche del 12 de octubre de 1881, en el nº 14 de la calle Diego Niño, Manuel Palacios y Winthuyssen. Con tres días de edad fue bautizado por Antonio Crespo Andrade, cura de la Iglesia Mayor Prioral y fue apadrinado por Manuel Fernández Coria, capitán de navío de la armada y por la esposa de éste, Olimpia García de Polavieja y Urruela, prima de su madre. Fue el mayor de seis hermanos; le seguirían Juan José, Miguel, Antonio, Pedro Nolasco y María del Pilar.
LA ESCUELA.
En su etapa escolar, pasó por el colegio San Luís Gonzaga de El Puerto de Santa Maria, al igual que sus hermanos Juan José y Antonio. Con ocho años, pertenecía a la 4ª División de alumnos con el nº 80, nivel en el que se calificaban tres aspectos: Deberes Religiosos, Urbanidad y Conducta General; además de las notas de clase que calificaban la Doctrina Cristiana, Conducta en Clase, Aplicación y Aprovechamiento. Las calificaciones de Manuel Palacios no salían del 1 (muy bien) o el 2 (bien), sin que apareciera en su expediente calificaciones inferiores: 3 que es mediano; 4 que es mal y 5, muy mal. También pasó por el colegio de San Cayetano, situado en el nº 81 de la calle Larga de El Puerto, que abrió sus puertas en 1874 y cuyo director y fundador fue Baldomero Ruiz Lizano. Se conserva además su expediente y un examen de ingreso en el instituto jerezano “Padre Luís Coloma”.
Unos años después, exactamente el 26 de Noviembre de 1899 y recién cumplidos los 18 años, fallecía su abuela materna, Inés de Urruela y Barreda, en su domicilio de la calle Diego Niño a las ocho de la tarde. Esta distinguida señora, gaditana pero de origen guatemalteco, era hija de Julián de Urruela y Casares (ver nótula) y de la onubense Pastora Barreda y Ortiz de Zárate. Tan solo tres años después, un 27 de marzo de 1902, moriría, a los 84 años, su abuelo, viudo de Inés, Juan de Winthuysen Martínez de Baños (ver nótula).
LA HERMANA DE MUÑOZ SECA.
En estos primeros años del recién estrenado siglo XX, Manuel conoció a la que se convertiría en su esposa, la señorita Antonia Muñoz Seca, hija de José Joaquín Muñoz Césari, natural de Cádiz y de la portuense María de las Mercedes Seca Miranda. El matrimonio Muñoz Seca vivió en la calle Castelar nº 44, en la actualidad, calle Pedro Muñoz Seca. Antonia era la séptima de diez hermanos, éstos eran María Teresa, Ana, Francisco, Pedro, Concepción, Josefa, Milagros, Carmen y José Muñoz Seca; algunos de los cuales optaron por la vida religiosa, otros por la medicina y Pedro, tras sus estudios universitarios de filosofía y letras además de derecho, escribió teatro, su gran pasión que le llevaría a un rotundo éxito.
LA BODA.
Manuel y Antonia decidieron casarse el 12 de octubre de 1906, día de la Virgen del Pilar y cumpleaños de Manuel. Los esponsales se verificaron días antes en el domicilio de la familia de la novia coincidiendo éstos con los de una hermana de Antonia, Concepción y su prometido Pedro Luís de Lassaletta. El sacerdote que les asistió fue don Bartolomé Carro y los testigos, los señores condes de Casa Segovia, Juan Fadrique Lassaletta, José Jácome, Arturo Marenco, Luis Bela, José María Heredia, Plácido Navas (ver nótula)y Felipe Rigozzi. Al acto se acercaron familiares y amigos de ambas familias: Los Lassaletta, los señores de Palacios, Cruzzoe, Thuillier, González y Heros, Juan de Dios Dasti, Andrés Rodríguez, don Jorge Thuillier (ver nótula), don Rafael Marenco. Los señores de Muñoz Césari celebraron el evento ofreciendo una merienda a sus familiares e invitados.
La familia de los Muñoz Seca. Arriba, el segundo por la izquierda, el comediógrafo Pedro Muñoz Seca.
El sábado 13 de octubre de 1906 y con el encabezamiento de “UNA BODA”, se dio a conocer la noticia del enlace en “Revista Portuense”: “Ayer a las cinco de la mañana se celebró en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, la boda de la bellísima señorita Antonia Muñoz Seca, con el joven Manuel Palacios Winthuyssen, perteneciente a la Jefatura de Obras Públicas de la provincia de Huelva.
El acto tuvo carácter íntimo y a él asistieron la familia y amigos de ella. A la hora indicada llegó la comitiva a la citada Iglesia. Apadrinaron a los novios la distinguida señora doña Elena Winthuyssen de Palacios, y el ilustrado facultativo don Francisco Muñoz Seca.
La novia radiante de hermosura vestía rico traje negro y velo blanco adornando su figura interesante con los simbólicos ramos de azahar. Es unánime la admiración de cuantos la contemplan. El novio viste levita. Ambos se postran en lujosos reclinatorios, colocados frente al altar de la Virgen del Perpetuo Socorro, que ostenta nutrida iluminación.
Poco después el Capellán de las RR. MM. de la Purísima Concepción, don Bartolomé Carro da principio a la ceremonia religiosa que se efectúa ante la artística Gruta de la Virgen de Lourdes, que existe en la misma iglesia.
La escena resulta conmovedora. A un lado los novios, acompañados de sus padrinos que escuchan las religiosas palabras de la Epístola de San Pablo. Al fondo de la iglesia y sumamente conmovidos sus padres, y hermanos que no pueden contener la emoción que les producía la separación de seres tan queridos, y todos rodeado de ese ambiente de misticismo y suprema religiosidad, con que la Iglesia Católica consagra sus actos más solemnes.
Después vuelven los novios a sus reclinatorios y el mismo sacerdote, dice la Misa de velaciones. El armonium acompaña la misa con sus místicos arpegios. Al consumir reciben la comunión los desposados. Terminada la ceremonia la comitiva sale de la iglesia. Entonces cesa aquel silencio que parece dominar y los novios abrazan a sus padres, y los amigos les estrechan las manos deseándoles mil venturas y felicidades.
Pueden llamarse estos instantes, momentos supremos de la vida, en que todo habla al alma: a unos le evoca recuerdos de tiempos mejores y a otros les hace entrever dichas inacabables.
En el domicilio de los padres de la novia se verifica la ceremonia civil. Representan al juzgado, el Fiscal suplente don Ramón Varela Campos y secretario don Lorenzo González Villagrán. Firman el acta como testigos don Luis Bela Nerini, don Felipe Rigozzi, don Pedro Luis Lassaletta, don José Luis García, don José Luis y don Manuel González Agreda hijos del señor Marqués de Bonanza, y don Luis Pérez Gutiérrez. Después la alegre fiesta de familia; sirviéndose un espléndido desayuno.
Además de los señores de Muñoz Césari y Palacios Guillén asisten al acto los señores doña Concepción Muñoz Seca, de Lassaletta; doña Elisa Bela, de Muñoz Seca; doña Inés Gil, de García; doña Pastora Winthuyssen, viuda. De González, y doña Carmen Heros. Srtas. De Muñoz Seca, Iribarren, González y Palacios Winthuyssen.
Sres. De Pedro Luis Lassaletta, don Felipe Rigozzi, don Manuel y don José Luis González Agreda, don Luis Bela Nerini, don José Luis García, don Luis Pérez, don Emilio Lorite, don Guillermo Alberti y Sánchez Bustamante, y don Miguel, don Antonio y don Pedro Palacios.
Trocadas las galas de los desposados por el traje de viaje, los ya señores de Palacios (don Manuel) marcharon a la estación, acompañándoles sus hermanos políticos don Pedro Luis Lassaletta y don Felipe Rigozzi.
La despedida fue cariñosísima deseándoles mil venturas y parabienes en su nuevo estado. Los señores de Palacios (don Manuel) marcharon en el tren correo a Sevilla donde pasarán los primeros días de su luna de miel, trasladándose después a Huelva donde fijarán su residencia.”
DESTINADO A HUELVA.
Efectivamente se trasladaron a Huelva, donde Palacios llevaba un tiempo trabajando en la jefatura de Obras Públicas de esa. Vivían en el número 18 de la calle General Azcárraga. En 1907 nacía el primero de los ocho hijos que tuvieron: Manuel, seguido de Elena, María, Mercedes, Miguel, José Carlos, Javier y Jesús:
“En Huelva, donde reside, ha dado a luz felizmente una niña la señora doña Antonia Muñoz Seca, esposa de nuestro muy querido amigo don Manuel Palacios Winthuyssen. Fue bautizada el pasado Martes 8, oficiando en la ceremonia religiosa el señor cura don Pedro Román Clavero que impuso a la recién nacida los nombres de Elena, María de la Concepción y Elisa.
Fueron padrinos D. Francisco Muñoz Seca y doña Elisa Bela y Marchena, de Muñoz Seca, representados por don José Paz y Caspe y la señorita María Muñoz Seca. Terminada la ceremonia, pasaron los invitados al domicilio de los señores de Palacios, siendo obsequiados con un lunch.
Asistieron a la ceremonia las señoras Caire de Medina y Haynes de Ages, y Srtas. Mora (C. y A.), Blanco Vargas (L. y M.), y Esparducer (María Teresa). Del sexo feo recordamos a los señores Sánchez, Caspe, Barredo, Vargas (D.C.), Merello y Medina.
Los invitados salieron muy complacidos de las atenciones que para con ellos tuvieron los señores de Palacios. Reciban estos nuestra mas cordial enhorabuena por tan fausto suceso de familia.” Revista Portuense”12/12/1908
Claustro de la Escuela de Artes y Oficios de Jerez.
PROFESOR EN JEREZ.
En 1911, por Real Decreto de 14 de octubre de 1910 y tras años de espera, abría sus puertas la Escuela de Artes y Oficios de Jerez bajo la dirección de Nicolás Soro Álvarez. Entre el profesorado propuesto había ya algunos que pertenecieron a la recién clausurada Academia de Santo Domingo y también se encontraba Manuel Palacios que ocuparía la plaza de profesor de Dibujo Lineal. Más tarde, en 1916, sería admitido para examinarse de unas oposiciones a la plaza de profesor de Dibujo Artístico en la Escuela de Artes e Industrias de Jerez, según la Revista General De Enseñanza y Bellas Artes.
En 1922, trabajó Palacios como ayudante interino en asignaturas como dibujo artístico, modelado y vaciado, elementos de Historia del Arte y carpintería artística. Asignaturas que formaban parte de la sección artística habiendo otra sección denominada técnica y cuyas asignaturas eran dibujo lineal, gramática y caligrafía y elementos de mecánica.
AUXILIAR DE OBRAS PÚBLICAS.
En 1912, trabajó como auxiliar de Obras Públicas y ayudante del ingeniero director de las obras del pantano de Guadalcacín, por aquel entonces, Pedro Miguel González Quijano. Este señor fue ingeniero y matemático de reconocida reputación que participó además en proyectos como en el del sifón en la junta de los ríos y en la realización del trazado de la línea férrea Jeréz-Almargen. Además fue profesor de Hidrología en la Escuela de Ingenieros de Caminos y obras Hidráulicas de Madrid y fue autor de una veintena de estudios sobre temas de Obras Públicas e Hidráulicos.
Imagen del Pantano de Guadalcacín.
EL PANTANO DE GUADALCACÍN.
En este mismo año, en un establecimiento llamado “Casa Chivas” situado en la calle Duque de Almodóvar esquina a la de Algarve, en Jerez, se expuso un plano de Palacios que representaba el embalse del Pantano de Guadalcacín con las dos vistas principales de la presa tal como mas adelante quedaría cuando estuviera terminada. Además, añadió anotaciones muy interesantes, tales como que la presa tendría treinta y un metro de altura desde la solera del túnel de fondo a la parte superior del pretil y que su altura total hasta la coronación, treinta metros y que su capacidad total sería de ciento once millones, seiscientos cuarenta y ocho mil ciento cuarenta y cuatro metros cúbicos.
La III Ruta de Escaparates Culturales: El Centro de Arte, bajo el título ‘Retazos del Pasado’ fusiona el arte de Adrián Ferreras con los pinceles y el barro con las figuras de Sucesores de Angel Martínez, de la mano de Vicente Rodríguez, que estará funcionando hasta el 6 de enero de 2015, siendo una iniciativa del Centro Comercial Abierto.
Pinttorama expuesto en el escaparate de Frenchie
Ambos artistas viven la pasión por el Costumbrismo. Tanto Vicente Rodríguez como Adrián Ferreras comparten una paleta de colores que se combina de forma exquisita, creando con sus obras, distintas pero conectadas, una sublime simbiosis que han denominado Pinttoramas, de la que ambos se muestran satisfechos por el resultado obtenido, que está a la vista de todos.
Vicente Rodríguez.
Estas rutas culturales son exposiciones monotemáticas en las que las piezas que las componen son expuestas en 25 establecimientos públicos, asociados al Centro Comercial Abierto tanto en escaparates comerciales como en espacios públicos y locales de hostelería, que ha sido co patrocinada por el Ayuntamiento.
Adrián Ferreras.
Ferreras ha animado a los porteños a visitar los diferentes escaparates incluidos en la exposición, señalando que “una obra de arte no existe si no hay espectadores.Cada pintura ha creado una escena que cuenta una historia, que será personalizada por cada persona que la observe”. El pintor también ha incidido en que el conjunto resultante ha sido cuidado con esmero, “desde la pintura seleccionada, la elección de las figuras de barro, hasta crear una base muy trabajada para contextualizar la escena. Óleo y barro, sin dejar de ser cada uno lo que es, se han unido para recrear y llevarnos a viajar, a modo de retazos, a lo más profundo de nuestras raíces, a un costumbrismo andaluz, donde el sabor y el saber de un pueblo como el nuestro se ven reflejados en cada uno de estos Pinttoramas”.
Pinttorama expuesto en Tejidos 'Casa Muro'.
Pinttorama expuesto en el escaparate de 'Opticalia'.
Mañana sábado, 20 de diciembre, en las Bodegas Mora de Osborne (calle Los Moros nº 7) y a las 12 horas, se presentará la segunda edición del libro Tabernas y bares con solera. Una historia de la hostelería en El Puerto de Santa María, obra del historiador jerezano afincado en nuestra ciudad Enrique Pérez Fernández.
La primera edición del libro salió a la luz hace quince años, en diciembre de 1999, editada por la Asociación de Hosteleros Portuenses (Hospor) que presidía Juan Franco del Valle. Presentada en el mismo marco bodeguero que lo acogerá mañana, se editaron 1.000 ejemplares, que se agotaron en 2-3 meses. /En la imagen de la izquierda, imagen de la segunda edición de Tabernas y Bares con Solera, ampliada.
Al paso de estos años, el autor ha realizado una revisión y ampliación del texto e imágenes. En su origen, el libro nació de una serie de 11 artículos que Enrique publicó en la sección dominical Puerto Escondido del Diario de Cádiz en 1994-1995.
En las 336 páginas que conforman la renovada publicación, se hace memoria de más de 500 establecimientos hosteleros que existieron entre el siglo XVIII y los años 70 del XX. Las 47 fotografías que ilustraban la primera edición han pasado en la segunda a 217, todas en blanco y negro y en su mayor parte antiguas.
En sus 14 capítulos se hace un recorrido por las calles portuenses tras las huellas de los viejos establecimientos, desglosándose en algunos la historia de los más emblemáticos: La Burra, el Bar Vicente, el restaurante La Fuentecilla, la Tienda de Rueda… /En la imagen de la izquierda, portada de la primera edición de Tabernas y Bares con Solera.
Especial relevancia en la historia hostelera de nuestra ciudad tuvieron las ‘tiendas de montañeses’ que en elevado número se establecieron a partir de mediados del siglo XVIII, regidas por montañeses procedentes, principalmente, de los valles de Herrerías, Cabuérniga y Valdáliga. La obra se cierra con un capítulo dedicado a las ventas y ventorrillos que en los últimos siglos se apostaron en los caminos y a las afueras de la población. El autor aúna en el libro el rigor histórico con la divulgación de carácter eminentemente popular.
La edición ha corrido a cargo de la editorial portuense El Boletín que dirige Eduardo Albaladejo Manzanares. Tras la presentación se podrá adquirir el libro. Nos piden el autor y el editor que hagamos llegar su invitación a acudir al acto a todos los lectores de Gente del Puerto. Mañana, a las 12 del mediodía, es la cita.
Del autor ha escrito el colaborador de Gente del Puerto, Luis Suárez Ávila: “Enrique Pérez Fernández (Jerez, 1962), entrañable amigo, historiador tenaz y enjundioso, revividor de situaciones y espacios, regenerador de muchas nostalgias propias y ajenas y, pese a su juventud, autor de muchos artículos, ponencias, comunicaciones y libros que tienen el denominador común de ser imprescindibles. Cada tema que toca Enrique lo ha hallado virgen. Tiene esa virtud y esa agudeza. Que haya salido con tanto éxito de su producción sobre los bares y las tabernas, levantando un monumento a la historia pequeña industrial, comercial y consuetudinaria...”
En la imagen de la izquierda, Enrique Pérez Fernández.
El puente colgante de San Alejandro en 1867, fotografiado por Jean Laurent. Biblioteca Nacional de España.
Mal acabó el año 1839 para El Puerto. El 1 de diciembre, el puente de barcas de San Alejandro, el que se construyó a iniciativa del Capitán General Alejandro O’Reilly sesenta años atrás, se desplomó y la corriente del río se lo llevó. Pero para día aciago, el de su inauguración, el 14 de febrero de 1779, cuando la aglomeración de gentes sobre el puente fue tal que provocó que las compuertas móviles cedieran y se precipitaran al río numerosas personas, falleciendo 115.
De inmediato, el Ayuntamiento comenzó a gestionar la construcción de un nuevo puente en el mismo lugar, decantándose en marzo de 1840 por el proyecto de un puente colgante que tenía presentado al Gobierno de la nación el francés Jules Seguin, aunque las obras se retrasaron varios años.
Los hermanos Jules Seguin (1796-1868) y Marc Seguin (1786-1875), artífices de los puente de San Alejandro y San Pedro.
Era Jules Seguin empresario y hermano del prestigioso ingeniero francés Marc Seguin, el inventor en 1824 de los puentes colgantes suspendidos de cables de acero y también de la caldera tubular, entregada a la industria en 1827 y aplicada a la primera locomotora de Stephenson. Su ingenio le venía de familia: era sobrino de los hermanos Montgolfier, los inventores del globo aerostático.
El nuevo puente que sustituyó al de barcas –todo un alarde técnico para la época-, se conformó con un tablero de madera (95 metros de largo por 6’40 m) suspendido de cables que pendían de cuatro cilindros de fundición y retenidos a otros tantos pozos de amarra. Para su construcción se aprovecharon las calzadas de acceso y los estribos del puente de barcas. La obra la ejecutó la empresa de Jules Seguin, previéndose sufragar su coste con la reimplantación durante treinta años de un antiguo arbitrio de carreteras, debiendo pagar el Ayuntamiento como rédito anual 12.178 reales. Luego su propiedad quedaría en manos del Estado por situarse el puente en el tránsito de una carretera nacional de primer orden.
Litografía del puente y la Ribera de 1864, de la ‘Guía del viagero por el Ferrocarril de Sevilla a Cádiz’, de Eduardo Antón Rodríguez.
Se inauguró el 18 de enero de 1846, a partir de las dos de la tarde. El programa de actos quedó fijado con el boato propio de la época… la presencia de las autoridades, los invitados y el clero portando la Cruz Parroquial; la música de dos bandas militares, situadas a cada extremo del puente; su bendición por el Vicario y la entonación del tedeum; la salva de la Brigada de Artillería dispuesta del lado del arrecife de Puerto Real; de nuevo las músicas militares; y el puente adornado con vistosas guirnaldas y banderas para marcar tan señalado día, pues el puente era la única vía de acceso terrestre a Cádiz y a las demás poblaciones de la bahía. Cinco meses después, el 30 de junio de 1846, también según proyecto de Marcos Seguin, quedó inaugurado otro puente colgante sobre el río San Pedro (que se hundió a fines de 1880, tres años después de hacerlo el de San Alejandro).
SE VEÍA VENIR…
Pese a los alardes técnicos empleados, el nuevo puente de San Alejandro (si los romanos levantaran la cabeza) no tendría una larga vida: a los 31 años de construirse se vino abajo. Según refleja la documentación conservada en el Archivo Municipal, era algo que se veía venir hacía años…
Lámina del puente en 1864.A su lado, un pequeño astillero, lugar donde entonces se permitía bañarse a las mujeres –sólo a las mujeres- de noche.
En mayo de 1855 el alcalde portuense elevó un oficio al gobernador civil de la provincia solicitando que se verificara un reconocimiento del puente (no realizado desde su inauguración), especialmente en los cables no visibles de los pozos de amarra, pues se contaba con el antecedente reciente de cuando se tuvo que descolgar el tablero del puente del San Pedro para efectuar algunas reparaciones, se comprobó que los cables de suspensión embutidos en sus muros de mampostería tenían cortados las tres cuartas partes de los hilos. A tal requerimiento, el gobernador dispuso que pasase a inspeccionarlo el Ingeniero civil de la provincia, pero éste contestó que el alcalde tenía excesivo celo e incurría en un acto de injerencia y desconfianza al ser a él a quien correspondía juzgar si era necesario o no reconocer su estado. Al mes siguiente, el Ayuntamiento reiteró al gobierno civil lo solicitado, pero no consta que se obtuviera respuesta. Días antes, un dictamen de los síndicos portuenses recordaba que por Real Orden de 25-XII-1843, mientras no concluyese la concesión del puente a la empresa constructora, ésta tenía la obligación, no cumplida, de mantenerlo en buenas condiciones, teniendo que pintar la madera y los hierros al menos una vez cada tres años, y recomponerlos o reemplazarlos cuando lo exigiese la seguridad del tránsito, al igual que los cables de suspensión y retención que se rompieran. Otros intentos para reconocer el estado de conservación del puente se repitieron con el tiempo, pero siempre en vano. En julio de 1858 ardió el tablero en su totalidad, posteriormente repuesto a costa del Estado
Pasaron los años. En noviembre de 1873, la comisión de Obras Públicas del Ayuntamiento, aun a sabiendas de que no era asunto de sus atribuciones, pasó a reconocerlo. Se encontraron las maderas del pavimento podridas, así como la mayor parte de las transversales sobre las que descansaban, no siéndoles posible comprobar las amarras por encontrarse los pozos en que se sujetaban cubiertos de agua; días antes, el guarda del puente vio en ellos pedazos de alambres podridos. Y así, de momento, quedaron las cosas.
Imagen captada en mayo de 1877, mientras el puente se reparaba, poco antes de derrumbarse. / Foto, colección de Manuel Pacheco Albalate.
…Y SE CAYÓ
El 15 de mayo de 1877, de uno de los pozos de amarra se safó uno de los cables o calabrotes (cabo grueso de 9 cordones corchados de izquierda a derecha, en grupos de 3 y en sentido contrario al reunirlos) que sostenían el tablero. Como precaución, se cerraron los accesos al puente con vallas y se realizaron algunas reparaciones menores. Entonces fue cuando se captó la imagen adjunta, en la que se observa a un operario encaramado a horcajadas a uno de los calabrotes, comprobando su estado o reparándolo. No pierda el detalle de la escalera por la que subió.
Una vez venido abajo, aún con algunos cables de acero colgando. Fotografía de J. Laurent, 1879.
Composición del puente derribado a partir de otra instantánea de Laurent, 1879.
El 2 de octubre, al paso de un carro cargado con losas de Tarifa que conducía el portorrealeño Diego Carrera, se astillaron completamente dos vigas madre del pavimento, hasta que definitivamente, el 16 de noviembre de aquel 1877, a las cuatro y media de la tarde, cuando cruzaban el puente en dirección a Puerto Real tres carros sin carga tirados por tres mulas cada uno, se desprendieron de sus amarras los tres calabrotes que colgaban del lado izquierdo de la orilla de la otra banda; los que (en la foto) revisaba el operario. Bestias y arrieros se precipitaron al río, resultando tan sólo herido leve uno de los arrieros, Manuel Romero. Como remedio provisional, se construyó una barca de pasaje, arrendada para su explotación a Francisco Vaca, y se habilitaron en ambas orillas sendos muelles.
El puente de hierro de San Alejandro (1884-1977) desde ‘la otra banda’. En la orilla, el espacio que ocupó el pequeño carenero que en 1906 estableció José María Ponce. (Ver nótula núm. 2.311 en Gente del Puerto).
Y al colgante le sucedió el tercer puente de San Alejandro, el de hierro, que se construyó, con diseño del ingeniero Emilio Iznardi, en 1884 y fue desmontado, salvo sus pilas, que siguen aflorando en el río, en 1977. Justo un siglo después de que se hundiera, por dejación de las autoridades competentes, el colgante. / Texto: Enrique Pérez Fernández.
Paco Sordo Artaraz nació en El Puerto de Santa María en 1979, cuando había unas monedas llamadas pesetas, existía un verbo en desuso llamado rebobinar y había que levantarse a darle al botón a la tele para cambiar de canal. Tuvo una infancia feliz, aunque algo confusa, se llevó años pensando que Santander era un santo, que los bigotes se formaban a partir de los pelos de la nariz que crecían mucho, mucho y que existía un calcetín para el pie izquierdo y otro para el derecho. Ha dado muchas vueltas por ahí buscando un lugar cómodo desde donde hacer sus dibujitos sin que le duele la espalda y parece que lo ha encontrado en Madrid, donde reside actualmente. Cuenta la leyenda que no existe un ser sobre la faz de la Tierra capaz de ganarle al Tetris. Figura en la Comiclopedia Mundial Lambiek.
1979
El año 1979 fue el de la transición política en los ayuntamientos. Fueron alcaldes de El Puerto Enrique Pedregal Valenzuela (ver nótula núm.841 en GdP) y elegido democráticamente merced al pacto de las izquierdas, Antonio Álvarez Herrera. La exposición ‘Escenas de la España Cañí’ del Grupo Costus tuvo lugar en la Casa de la Cultura. La comparsa ‘Cantares’ de la Peña Los Majaras, obtuvo el 2º Premio Provincial de dicho año, con letra de Diego Caraballo Blanco. En 1979 el arqueológo Diego Ruiz Mata inicia las excavaciones en Doña Blanca. El torero sanluqueño Paco Ojeda tomó la alternativa en la Plaza Real el 19 de julio. El Club Guadalete obtenía la medalla de bronce al Mérito Filatélico. Se funda el Grupo Scout ‘San Jorge’ radicado en la parroquia de la Milagrosa. El Grupo de Teatro ‘Bellas Artes’ representaba en la Casa de la Cultura la obra de Muñoz Seca ‘Anacleto se Divorcia’. El grupo de rock sinfónico andaluz ‘Triana’ sacaba su album ‘Sombra y Luz’ con el batería porteño Juan José Palacios ‘Tele’. Rafael Alberti publicaba ‘El Matador’, ‘¡Aire, que me lleva el aire!’, ‘Antología Poética (1924-1972)’ y ‘Despertar a quien duerme’ de Lope de Vega. Eran detenidos seis portuenses por su militancia en el PC(r), entre ellos el responsable del Comité Regional de Andalucía, natural de El Puerto.
En la imagen, los humoristas gráficos Gonzalo C. Díaz 'Gonzi', junto a Paco Sordo y Manu Huertas.
TRABAJANDO EN EUROPA.
Paco cursó estudios de cine de animación y dibujos animados en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) entre 2002 y 2005. Desde 2005 hasta 2008 he estado trabajando en diversos estudios de Europa (Nikodemo Animation, (Barcelona). The Character Shop, (Birmingham, Reino Unido). Boulder Media Ltd. , (Dublín, Irlanda) colaborando en proyectos animados tanto para cine: “La crisis carnívora", como para TV, en los canales de habla inglesa Nickelodeon y BBC y páginas webs.
Viñetas de Paco Sordo que aparecen en la Comiclopedia Mundial Lambiek.
ANIMACIÓN.
Desde 2008 trabajó como freelance en los campos de la animación y el diseño de personajes, con clientes como Cartoon Network, ING Direct, Media Markt, Movistar... Entre 2010 y 2013, colaboró como docente en la escuela Oscillon School, en Elche, realizando un curso online de animación de personajes con Adobe Flash. “Desde siempre me ha gustado dibujar, ya de pequeño empecé a experimentar un poco con el medio, buscando mis propios métodos para animar, pero sin tener ni idea de cómo se hacía ni de que hacía falta. Finalmente, cuando un amigo hizo un viaje a Madrid pudo comprarme un libro que explicaba un poco los procesos y como crear tus propias animaciones”.
DE ‘EL JUEVES’ A ‘ORGULLO Y SATISFACCIÓN’.
Igualmente desde 2008, empieza a trabajar como freelance en los campos de la ilustración y el cómic. A partir de 2010 comienza a colaborar con la revista "El Jueves", dónde ha publicado la serie semanal "Internet, modo de empleo" hasta Junio de 2014, mes en el que comienza a colaborar con la revista "Orgullo y Satisfacción", dónde se encuentra actualmente. A principios de 2014 ha escrito e ilustrado su primer libro infantil "Farton, el pedo explorador" editado por la editorial Makupipe.
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