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María del Carmen Fernández González, nacida en 1935 en una de las dependencias del Palacio de los Duques de Medinaceli -justamente donde hoy está la Cervecería La Cañita, en la calle Micaela Aramburu- es la propietaria de un antiguo Refino fundado el 8 de diciembre de 1847 por su tío Enrique Rodríguez. Es hija de Pedro Fernández, “el de los Dos Compadres” empresa que se dedicaba a la exportación de Pescado, el otro compadre era el de “La Abuelita»; su padrino Pedro Palacios, pescadero, organizó un bautizo que duró una semana. Casó con el arcense -pero portuense de toda la vida- Antonio Carmona Romero, conocidísimo por su trabajo como oficial del Juzgado quien, además, era sobrino del párroco de la Prioral, D. Antonio Cía Moreno. (En la fotografía, María del Carmen Fernández González con su hija María del Carmen Carmona Fernández, en el Refino).

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Foto de la Izquierda: Maria del Carmen Fernández González con su marido, Antonio Carmona Romero, en la Plaza de los Jazmines; detrás a la derecha, podemos vislumbrar al desaparecido y añorado coleccionista Ramón J. Bayo Valdés. Foto de la derecha: D. Antonio Cía Moreno.

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Nuestra protagonista ha tenido y tiene cinco hijos: Magdalena, Antonio, Tere, Rafi y Mari Carmen, la mas pequeña casada con el droguero Roque Morales Jr.- que es quien en la actualidad le ayuda en la tienda. (En la imagen de la izquierda, capilla con la imagen de la Virgen de los Milagros, que preside el establecimiento).

Enrique Rodríguez García, Enrique “el de los muertos” 'o el de las cajas de muertos', casado con Rafaela González Castellano quería dejarle un medio de vida a su sobrina, huérfana, y entendió que el Refino sería un medio aceptable para asegurarle el futuro. Enrique Rodríguez tenía una carpintería, en la que se elaboraban, entre otros bienes muebles,  las “cajas de muertos”, en el mismo sitio donde hoy se encuentra el Refino; por cierto que Enrique confesaba que el nunca tocó un cadáver: los medía  por aproximación, desde arriba. Decide pues, trasladar la “industria de los ataudes” a otro local y en la accesoria que quedó libre inauguraba, el día de la Inmaculada del año 1947 de posguerra, “Casa Rodríguez” cuando María del Carmen tenía 12 años. Allí se vendían por aquel entonces labores del hogar, pasamanería, juguetes, muñecos de nacimiento -que era como se denominaban las figuras del Belén- del recién fallecido Ángel Martínez (1882-1946), perfumes, quincallería,... En la actualidad, el género que se encuentra en el establecimiento situado en la calle Ricardo Alcón, antigua Correos, es específicamente de labores de costura y ropa menuda, aunque con 1537451796_4a444b6bd7algunos interesantes productos que se salen de esa clase, como vamos a ver. Pero al Refino, se le ha quedado para los restos como 'el de los muertos'. (Fotografía: Enrique Rodríguez García).

MAS DE MIL REFERENCIAS.

Si necesita usted un botón de chaqueta, de chaleco, de jersey, de pastillita, de pantalón vaquero, de tiradera, de camisa, de tirantes, de trenka, de gabardina, de abrigo, de niño, de rebeca, de fantasía, de... aquí lo encuentra seguro. Y bobinas de hilos de colores, ovillos de hilo, madejas de hilo y de lana. Agujas de ganchillo o croché, agujas de coser lana, agujas de ciega, agujas capoteras, agujas de zurcir, agujas de sastre, agujas de ensartar perlas. Y agujas de máquinas de coser: de coser, de bordar, de vaqueros, de punto... Alfileres, imperdibles, macasar (modernos alfileres para sujetar las2284830784_a13c9c394f_m telas que cubren los sofás). Cinta de algodón, al biés, de raso, de nylon, de falla, organdí, de saco, de piquillo, de galón dorado, de galón de marinero, de galón de lana. Cintas de cortinas: de fruncir, de velcro, de ojete, de riel. Cintas de lazo. Broches, corchetes, hebillas.

Elásticos de liga de novia, de cordón, de dos cordones (soutage), de doble ancho, de calzoncillos, de ojales. Pañuelos de cuello, pañuelos de nariz, pañuelos de bolsillo superior de la chaqueta. Calcetines y medias. Guantes para el frío. Guantes de penitente. Tirantes de caballero. Ropa de niño chico.  Abanicos. Cremalleras. Tijeras. Horquillas de rodete y de clip. Pasadas, cintas y redecillas para el pelo. Crepé (relleno para dar mas volumen al pelo, aunque ahora existen artículos mas modernos). Castañuelas. Bolsos para pura-lana1labores. Costureros. Espejos. Paraguas. Tijeras. Dedales de muchas calidades y materiales. Bastidores para bordados. Petit Point en Láminas. Revistas de Costura. Libros para labores: punto de cruz, ganchillo, bordado, de bebé. Tiras de Velcro. Cañamazo y esterillas para labores. Lanzaderas de Frivolité. Borlas, espumillas, abrazaderas, cordones, galones, llaveros y flecos...

fray_leopoldo_de_alpandaireEL VENERABLE FRAY LEOPOLDO DE ALPANDEIRE.
Podríamos decir que en el Refino, Carmen tiene un santuario de “objetos preciosos” relacionados con Fray Leopoldo de Alpandeire, el venerable fraile capuchino al que tantos portuenses tienen devoción y que ya ha sido elevado por la Iglesia Católica a la dignidad de “Siervo de Dios”. Prueba de ello es que Carmen ha vendido cuatro paquetes de lotería de Fray Leopoldo y de 300 almanaques para el año 2009, apenas le quedan 20. Pero no solo eso: medallas, rosarios, estampas, alfileres, llaveros, dedales, placas de coche, figuras de barro, cruces y hasta escapularios que no le ha dado tiempo de poner en el escaparate pues se le acabaron recién abierto el paquete... ¡Ay, el merchandaising de la santidad! Escribe Antonio Burgos, devoto del capuchino: «En la cartera de muchos andaluces, en el monedero de muchas andaluzas, la estampa de Fray Leopoldo. Quienes la llevan, en la mayoría de las veces ni siquiera saben quién fue Fray Leopoldo. Como no saben apenas el nombre de San Martín de Porres, pero llevan en el monedero su escoba, que trae las perras seguras, y los billetes, ciertos. O como apenas saben quién fue Sor Angela de la Cruz, pero colocan flores en su monumento. Hay tanta romanidad en Andalucía que tenemos hasta nuestros diosecillos familiares y cercanos, nuestros lares y penates cristianizados. Estos santos de andar por casa. Santos como de casa y como de la familia. Santos de las penurias y de las carestías en la Andalucía del hambre.»

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EL TENIENTE DE LA FAMA.
María del Carmen Fernández González es nieta de José González Gallardo, “el Teniente de la Fama”, un teniente del ejército al que le tocó la lotería jugando al número 13564, número al que está abonada todavía su nieta. Con el dinero del premio: 25.000 pesetas de 1915, se compró por la carretera de Sanlúcar, ya en el término municipal de Jerez, un finca por nombre “La Fama”. De esta manera a su abuelo le quedó el mote para siempre.
En la fotografía adjunta se puede ver la caja -en muy buen estado- donde estuvo guardado a buen recaudo, con lacre y todo el décimo de lotería premiado. «En esta caja y en poder del Banco Español tuve depositado el décimo número 15364 del sorteo del 11 de noviembre de 1915 por el cual cobré 25.000 pesetas el día 24 de noviembre. José González»

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jorgethuillierperez_puertosantamariaJorge Thuillier Pérez, porteño nacido en la calle Santo Domingo 28, desciende de una familia bodeguera de origen inglés que se estableció en nuestra Ciudad en 1840, al socaire del negocio de la crianza y exportación de vinos. Jorge, profesor de Instituto, anda muy vinculado a Sevilla, donde vive e imparte clases en el Instituto trianero G.A.Becquer, donde en la actualidad es Jefe de Estudios y profesor de lengua castellana, literatura y taller de Teatro. Licenciado en Filología Moderna, no pudo acabar la carrera en la facultad de Cádiz, como había prometido la administración académica de la época y en Sevilla terminó los cursos 3º y 4º. Allí conoce a los socialistas Rodríguez Ibarra, Paco Fuentes y a un brillante Alfonso Guerra, quien con dos carreras a sus espaldas y regentando la Librería Machado, era el único que se atrevía a mostrar su desacuerdo en las aulas con el profesor de turno, e incluso proponer temas de debate durante las horas de clase. Su otro compañero porteño, en Cádiz, Emilio Flor, consiguió la licenciatura en la Universidad de Salamanca. Durante 18 años ha compatibilizado la docencia a los más jóvenes con la formación al profesorado. Su vinculación con El Puerto es de amor odio, pues entiende que la Ciudad que lo vio nacer, y a la que vuelve con frecuencia, prefiere olvidar su pasado y dejar que duerma el sueño del olvido, “quizás por el nombre que, no por casualidad, tiene nuestro río”, afirma. Está casado con Victoria Nieto, hija de Manolo Nieto, el Jefe del Despacho Central de Renfe de siempre: la oficina que había frente al Parque Calderón. Tiene dos hijos: Sergio y Raul, rompiendo la tradición de los Jorges en la familia desde que el primer George Thuillier Burrow llegara a nuestra Ciudad al filo de la mitad del siglo XIX. (En la fotografía, Jorge Thuillier Pérez, en el catamarán sobre el río Guadalete -río del Olvido-).

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Jorge Thuillier, sentado a la izquierda, con los miembros del Departamento de Lengua Castellana y Literatura (hasta el curso pasado) del Instituto de Enseñanza Secundaria Gustavo Adolfo Becquer de Sevilla.

ATENEO DEL VINO.
Es presidente del Ateneo del Vino desde su fundación, en diciembre de 2002, cargo que dejará en próximas fechas y que tiene entre sus fines “Promover y defender el patrimonio cultural que representa el mundo del vino, en sus aspectos productivos, lúdicos, arquitectónicos, artísticos etc. e instar ante la sociedad en general y ante las instituciones y Autoridades en particular, cuantas peticiones, acciones o pronunciamientos fueran necesarios en orden a la defensa de la cultura del vino”.

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Campo de Guía: Río Guadalete, Palacio del Marqués de la Cañada. Ermita de Guía. Vista parcial del Plano de proyecto ubicación de unos cuarteles de entrenamiento militar, en los muladares de la Ciudad, que con el tiempo sería ocupado por el urbanismo bodeguero del XIX. (Ilustración del Archivo Militar de Segovia).

thuillier_quina2_puertosantamariaEl Ateneo del Vino alegaba ante el Plan General de Ordenación Municipal que «En general todo parece promover la desaparición del rastro de la actividad bodeguera en la zona de Campo de Guía, con la consiguiente perdida de identidad y valores, para la ciudad y la cultura del vino. En orden a que esto no suceda, ya que sería una perdida irreparable para la identidad colectiva, el desarrollo turístico y el patrimonio edificado, solicitamos sean tenidas en consideración una serie de alegaciones que realizamos y se establezcan las determinaciones urbanísticas que permitan la pervivencia de los edificios de bodegas con su volumetría actual y usos acordes con su interés arquitectónico, sin olvidar apuntar la responsabilidad moral que recae en los gestores de la ciudad que decidan borrar una huella de tanta raigambre e importancia.» Pero Jorge no es muy optimista ante la desgana generalizada con el mundo del vino y su cultura. «En El Puerto solo quedan francotiradores de la cultura que, individualmente, luchan por la supervivencia de nuestras señas de identidad.

georgethuillierburrowLOS THUILLIER EN EL PUERTO. GEORGE, EL FUNDADOR.
El tatarabuelo de Jorge, George Thuillier Burrow, había venido desde Exeter, Condado de Evon, Inglaterra, a mediados del siglo XIX, acaso dejando atrás una familia con la que no volvió a tener lazos, estableciéndose en El Puerto. La leyenda familiar, afirma que se instaló con su amante Ann Bradhaw y el primero de los hijos que tuvo con ésta, Lucía, para luego engendrar a otros vástagos ya en España: Adolfo, Augusto, Laura, Eduardo y Julia. No se sabe a ciencia cierta si compra una bodega fundada en 1840 o es el mismo George su creador en esa fecha. Manejaba negocios de movimientos de dinero y banca y el floreciente comercio de los frutos de la vid se presenta ante sus ojos. El caso es que, ya metido en el mundo de la vinatería y la exportación, se dedicó a hacer vinos de autor, siendo premiados sus caldos en los certámenes de Madrid , en 1857 y en París, en 1878. Sus restos mortales se enterraron en el Cementerio Inglés existente en la carretera de Jerez, situado donde hoy se encuentran los aparcamientos del Centro Comercial El Paseo. Inexplicablemente el Camposanto que servía de última morada a los emigrantes ingleses que no se convertían, fue destruido mediante un extraño acuerdo entre el Ayuntamiento y el Consulado Inglés, finalizando la década de los noventa del siglo pasado. El Cementerio Protestante y su demolición, darán para otro reportaje, en su momento. (En la imagen George Thuillier Burrow.  Foto: XXXXXXX y L. Hernandez. Ancha, 12. Cádiz).

edwardthuillier_logo2_puertosantamariaEDWARD THUILLIER BRADHAW.
La familia afirma desconocer por que razón, el bisabuelo de Jorge, Edward Thuillier Bradhaw, tercer hijo varón y quinto de los seis hermanos que formaron el núcleo familiar, fue el segundo Thuillier que gestionó los intereses bodegueros de la firma, ahora denominada Edward Thuillier. Aunque es bien cierto que también aparecen etiquetas del apellido familiar, con el nombre de Augusto Thuillier, posiblemente debida a una escisión de la firma, pero esa línea familiar no tiene continuidad. En los membretes de la empresa, tanto en español como en inglés, se deja constancia de la fecha del litografia_thuillier_puertosantamariaestablecimiento de la bodega: 1840 así como su vocación exportadora al mundo de habla inglesa. A los 29 años, ya casado, vivía en la calle Palacios, 59. Era una persona culta e instruida, que poseía una amplia biblioteca bilingüe, y que, además se dedicaba a la docencia: dirigía una Academia de Segunda Enseñanza, aficionado  a la pintura y a pintar... era todo un humanista. A su muerte en 1903, deja en herencia los siguientes bienes: Vivienda y Casco de Bodega de 1320 metros en calle Zarza, 4. Hacienda, tierra y viñas en el Pago Rincones de Jerez de seis y tres cuartos de aranzada. Otra finca rústica de tierras y arboleda de nueve aranzadas en el Pago de La Laja y, nótese el apunte, el Palco thuillier2_puertosantamaria1Núm. 6 del Teatro Principal.
Un aspecto interesante de las familias vinateras de procedencia inglesa en el marco de Jerez era la consanguinidad entre los matrimonios. Esta endogamia hacía que se casaran entre ellos varias generaciones cruzando los apellidos de modos que todos continúan formando una gran familia: Osborne, Terry, Domecq, Gordon, ... Como afirma Mariano Arnal: «La razón de ser de todo sistema endogámico es defender la homogeneidad de un grupo, de manera que éste se mantenga siempre igual a sí mismo y perfectamente diferenciable de todos los demás. La unidad del clan es la razón suprema.» Pues bien, en la familia Thuillier tenemos un caso de endogamia: Edwar Thuillier  Bradhaw y su hermana Julia casaran ajuliathuillierbradhaw_puertosantamaria sendos hijos suyos, primos hermanos entre sí. (Ilustraciones: Papel de Cartas de Edward Thuillir. Negativo en piedra para imprenta de etiqueta de Augusto Thuhillier. Etiqueta Generica. En la ilustración a color, Julia Thuillier Bradhaw).

jorgethuillierjuliapina_puertosantamariaJORGE THUILLIER SOLARES
Así, el hijo de Edward, Jorge Thuillier Solares, se casará con la hija de Julia y del abogado y comandante retirado de origen portugués, Hilario de Pina Sousa, Julia Pina Thuillier. El matrimonio entre primos está hecho, siendo éstos los abuelos paternos de nuestro protagonista, el actual Jorge. Los negocios no le fueron bien al tercer Thuillier quien, antes de la Guerra Incivil invierte gran parte de su fortuna en Bonos de la República. Está claro que se equivocó y tuvo que liquidar el negocio -pero no la marca, que sigue siendo de sus herederos- y diversas propiedades, marchando a Madrid con sus hijos. Regresó, luego de vivir tres años en la capital de España y se instaló de nuevo en la casa familiar, un edificio del siglo XVII, que comprara su padre, Edward, en la calle Santo Domingo, 28, esquina con San Bartolomé, adquirida a los Dominicos, --anteriores propietarios del inmueble  hasta la Desamortización de Mendizábal-- esquina por frente al Convento de Santo Domingo hoy Instituto de Enseñanza Secundaria. (En la fotografía, el matrimonio formado por Jorge Thuillier Solares y Julia Pina Thuillier, en la cancela de la Casa Familiar, en Santo Domingo, 28, antiguo 18).

jorgethuillieryrosarioperez_puertosantamariaJORGE THUILLIER PINA.
Llegamos al cuarto Thuiller, ya fuera del negocio familiar de los Vinos y la Exportación: Jorge Thuillier Pina. Ejerció la profesión de maestro, había sido habilitado con el Magisterio Express después de la guerra -realmente el magisterio no fue su vocación- primero en el Hospitalito y al final de su vida laboral. En medio estuvo prestando sus servicios profesionales en la administración de la Metalúrgica de Miguel Castro, fábrica que se dedicaba a la fabricación de chapas para botellas, latas para conservas, y otros envases. Jorge, el padre de nuestro Jorge actual, conoció a su mujer Rosario Pérez Prieto menor que él en nueve años, durante unas vacaciones de ésta en El Puerto, pues es thuillier_losgallos_puertosantamarianatural de Sevilla. Tras un largo noviazgo de 10 años se casó en 1951. Tuvieron cuatro hijos, tres de los cuales se dedican a la enseñanza -precisamente la profesión que no era la ilusión de su padre-, Jorge, que es Jefe de Estudios en el Instituto G.A.Becquer de Sevilla, Milagros, profesora en el Colegio Grazalema, Javier es especialista de la Armada en la reserva y Apoderado en Cádiz de Osuna, y Macarena, Directora del Colegio de Las Nieves. Hoy su botella_thuillier_puertosantamaria1viuda, Rosario, tiene 80 años, y vive con su hija Milagros en la casa familiar de la calle Santo Domingo, a la que su marido, en vida, le hizo un remozado y resanado de fachada para deleite de los viandantes. Un hijo de Javier, de nombre Jorge, es el sexto Thuillier que lleva este a modo de gentilicio desde que el apellido inglés se instalara, por primera vez, en las calles, tierras y bodegas de El Puerto de Santa María. (En la fotografía, Jorge Thuillier y Rosario Pérez, a principio de la década de 1950 del siglo pasado).

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Desde el solar del que sería Colegio La Salle, se pueden contemplar diversos cascos de bodegas e incluso en medio de los dos, el arranque de la calle Zarza donde, en el número 4, la familia Thuillier tenía una nave de crianza. Posiblemente el actual casco de bodega que alberga en su interior a la firma Avila Fornells, junto a la Barriada José Antonio, fuera la bodega familiar.

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Casa familiar de los Thuillier, en Santo Domingo 28. Lo que se considera inexplicable es que, en un edificio catalogado, dentro del Casto Histórico, protegido por la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz, tenga tantas agresiones -visibles-, en su doble fachada: hasta seis discos de tráfico, pegados a la pared entre prohibiciones, stop, y reserva de espacio para la Fundación Alberti y carga y descarga; amén de cableados de fachada: telefónica, alumbrado público, alumbrado general. Del cajetín de telefónica, el anuncio fluorescente y el aparato de aire acondicionado no vamos a decir nada. ¡Y don Jorge Thuilier Pina se gastó unas perras en darle prestancia a la fachada!

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José Gómez Barrera -Joselete- y su hijo José Luis continúan al frente de “La Lucha”, o lo que queda de ella. Como si en la batalla del tiempo el duelo hubiera quedado en tablas, la mitad de este legendario establecimiento local permanece abierto desde 1897 -el Estanco-, mientras que el Bar cerró hace ahora 10 años. Carmen Barrera Terrada, la madre de José y Manolín carmenbarreratejada_puertosantamaria-jugador del Rácing- dejó dispuesto antes de su fallecimiento que cada hermano se haría cargo de uno de los negocios instalado en los bajos de lo que fue, primero, el edificio de la Real Fábrica de Aguardientes y Licores, y luego Casa de la Aduana. Manolín no supo continuar con el Bar La Lucha y ahí está el espacio vacío y desaparecido su interior (dos intentos de manos extrañas no han conseguido reflotarlo como negocio de hostelería). En la fotografía, Carmen Barrera Tejada.

José, en activo desde el Estanco, no quiere hablar de aquello, pero por su cabeza pasan tantas historias vividas en La Lucha... Recordaba que D. Juan Botaro, el humanista que vivió en El Puerto tantos años, era cliente diario de la casa. E incluso oyó contar un suceso del que se hicieron eco la Revista Portuense y Diario de Cádiz, allá por 1929. (Ilustración: antigua propaganda de cigarrillos 'Ideales').

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EL CRIMEN DEL SABONÉS.
Estamos en 1929. Francisco García Rico, Paco “el Sabonés”, era armador de una flota de 23 barcos. Era un hombre que tenía un concepto bastante peculiar de la vida. Acaso pudiera gastar mas de lo que tuviera y viviera de forma extravagante, aunque -en 1888- se le recuerda en los periódicos por haber salvado a una mujer que quiso ahogarse, tirándose al Guadalete o incluso que en una reyerta hirió a un paisano, según los datos que nos facilita el investigador Antonio Gutiérrez Ruiz. El caso es que el Sabonés creía que donde le arranchaban los barcos le estaban engañando -era en el Resbaladero-. Ya le habían quitado cinco barcos por no atender sus deudas, y el siguiente embargo por una trampa de 48.000 pesetas de la época, venía de camino. (Fotografía: El edificio de la Casa de la Aduana, donde se encontraba 'La Lucha', antes de construirse las viviendas de La Pescadería'. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

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Pero Francisco García Rico, en un momento de enajenación mental, citó al dueño de «La Lucha», José Tomeu y al dueño del Resbaladero, Primo Díaz, en el despacho que tenía junto a “La Lucha”, con la promesa del pago. Cuando éstos entraron, primero vieron dos sobres -presumirían que era el pago a sus deudas- , llegaron hasta el fondo y see llevaron dos tiros a la barriga que les produjo el Sabonés con una escopeta, y éstos salieron a la calle, moribundos, aguantándose las tripas con las manos. El armador fue condenado a la cárcel por sendos asesinatos, pero las influencias de la época -su amistad con León de Carranza- consiguió que, con el tiempo, fuera al Penal solo a dormir. Acabada la condena murió en su casa, por un mal cuidado de las uñas de los pies -era diabético- que derivó en gangrena y su posterior fallecimiento. "(Fotografía: Muelle existente delante del edificio de la Casa de la Aduana, donde se encontraba 'La Lucha'. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

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“Tras el trágico suceso” -escribe el historiador Enrique Pérez Fernández en su libro “Bares y Tabernas con Solera"- “reabrió el negocio Ezequiel Cortínez García, nacido en la aldea cántabra de Celis en 1896 y residente en El Puerto desde 1926. Debió de seguir los pasos de un familiar, Eusebio  Rubín Cortínez, afincado aquí en 1878. en 1952 comenzó a trabajar con Ezequiel, Gonzalo Camacho, quien hoy sigue al frente de La Lucha”. Ezequiel se casaría con Carmen Barrera Tejada, quien aportaría dos hijos al matrimonio: José y Manuel. En la fotografía, de izquierda a derecha, niño desconocido, Eduardo, detrás del mostrador Carmen Barrera Terrada, Ezequiel Cortínez García y Jesús Nimo Real. Ignacio Pérez Garcés. Delante los niños José y Manuel Gómez Barrera.  Detrás de Carmen, en una pizarra sobre las botas y a la vista de todos, aparece escrito a tiza una 'trampa', 'perrillo' o deuda de 'La Abuelita':  8490 y 1680 ¿pesetas de la época?. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

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Veleros y redes en el Guadalete. (Foto Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Francisco Andrés Gallardo, escribió un interesante artículo para Diario de Cádiz el 22 de octubre de 1995; nadie sabía que el establecimiento cerraría tan solo tres años después: "Abierta desde 1897, “La Lucha” es una reliquia de la ciudad marinera que El Puerto fue. Castiza taberna que nos evoca “El Tatuaje” de Concha Piquer, siguen tomando su primer café de cada día, jugando a las cartas o bebiendo en su copa, los marineros en tierra y muchos jubilados que recuerdan sus travesías. Gonzalo Camacho, como desde hace 43 años, sigue despachando en la barra. En el saloncito lateral Manolo el Gallego se ha retirado a zafar con sus hombres; es el momento de ajustar cuentas de la última travesía.
El barco ha llegado lleno de carga en un puerto lleno de barcos. En la mesa, dos copas de fino C y tres de vino tinto de Nicanor de Cádiz, los billetes de mil con la efigie de Sorolla se reparten, a un lado se han dejado las colchonetas, preparadas para embarcar pronto. Eran otros tiempos para El Puerto y sus marineros.
celtas_puertosantamariaPero con el mismo sabor añejo permanece en la calle Pintor Veneroni (Pescadería, Plaza del Carmen) número 2, en el marco de la casa de la Aduana, el bar “La Lucha.
El grifo de cerveza, la inmensa nevera, la máquina tragaperras y el televisor en color han sido las únicas incorporaciones en los últimos años.
Carmen Barrera, viuda de Ezequiel Cortínez, sigue sentada, junto a una de las mesas, regentando el estanco que siempre ha estado en la taberna. Ya no hay “Peninsulares”, ni “Celtas” con estacas, de todas formas el sabor americano en la mayoría de los cartones palidece entre los estantes que rezuman marinería.
amontilladobasilio_puertosantamariaUna desnuda bombilla sigue iluminando la cocina que, aunque hace décadas que no sirve tapas, siempre estuvo presta para freír el pescado que algunos traían para compartir con los amigos. En sus tiempos, se ofrecían suculentos guisos.
Un desvencijado farol custodia la entrada, en el oscuro almacén reposan mercancías, los clásicos anaqueles exhiben, casi como museo arqueológico, botellas de amontillado “Basilio”, cream “Descarado” o quina “Cicerón”. Es el anteayer perviviendo hoy.

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Detrás del mostrador, José Gómez Barrera, 'Joselete'  y Gonzalo Camacho Bolaños, a quien todo el mundo llamaba Pepito y nadie Gonzalo. Quien aparece por fuera del mostrador,era Manuel de la Cruz Santilario, Jefe maitre del Restaurante "El Resbaladero". (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

"Gonzalo Camacho sigue abriendo a las seis y media de la mañana. Con ponche o brandy y café -en la despensa todavía se guarda un rudimentario moledor-, en invierno el cuerpo lo agradece. Aunque cada vez haya menos marinenos, los incondicionales siguen acudiendo a un lugar que les devuelve la vida pasada y permite a todos evocar la ciudad marinera que El Puerto fue.
cartasveteranoosborne_puertosantamariaLas partidas de cartas siguen celebrándose desde muy temparao, al mus, la brisca o la ronda. Abarquilladas barajas de don Heraclio, con propaganda de Osborne, que pueden contar mil veladas ociosas de jubilados o marineros a la espera de zarpar.
En rincones de la barra todavía se vislumbra la presencia de “Morriño”, el tío Agustín, “el Manga” o Jaime Roselló. La casa de la Aduana sigue guardando secretos de vecinos mirando de perfil al Resbaladero. Un hostal, donde sobre todo se alojan marinos forasteros, fue la más emprendedora innovación al edificio. En el patio interior de la casa, el aroma de las cocinas del “Guadalete” de los Espinosa, sigue inundado de sabor el aire.

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(En la imagen, la antigua Plaza de la Pescadería, con los bloques de viviendas y la Cofradía de Pescadores, que aún no había sido demolida. Foto: Mata. 2002).

"El barrizal que se formaba en la plaza fue sustituido, a principios de los sesenta, por bloques de pisos y la sede la Cofradía. Hasta hace poco, en la esquina se encontraba uno de los quioscos de la Bajamar para tomar una en tertulia de pie.
«La Lucha» continúa cerrando sobre las once y media de la noche, cuando se retiran los últimos hombres para su casa. El único cambio de horario se produjo hace algunos años, con el cierre los domingos al mediodía.
cognac_osborne_anuncio_puertosantamariaPocas mujeres han entrado, y mucho menos tomarse un vino. Forma parte del estilo masculino y machista que dominaba la hostelería en un tiempo. Perder este carácter sería deshacer el aire original. Todavía hoy, algunas esposas llaman desde la puerta o entran tímidadmente, franqueando una “sala prohibida”.
Gonzalo Camacho está seguro que cuando él se jubile, los hijos y nietos de Carmen y Ezequiel mantedrán el negocio hasta que la clientela siga siendo fiel o los impuestos lo puedan permitir.
“La Burra”, “La Colmena” fueron los últimos del gremio en cerrar. Resistiendo, como el propio sector pesquero local, El Puerto añejo sigue palpitando en “La Lucha”, como testimonio, rememorando el pueblo que siempre fuimos.» Y cerró tan solo tres años después de escribirse este artículo, en 1998.

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Personal del Bar La Lucha, a finales de la década de 1930. Ezequiel Cortínez es el segundo por la derecha.

ZAFAR.
Zafar, aquí en El Puerto, ha consistido, de toda la vida en deducir de las ventas totales efectuadas en la Lonja, conocido como monte mayor, los gastos propios de la actividad pesquera, consumos de combustible, de aceite, hielo, víveres, cuotas de la seguridad social y los gastos de lonja, tales como los del concesionario, etc., etc. El resto, conocido como monte menor, se divide en dos partes, una para la tripulación y otra para el armador. De la parte de la tripulación se hacen tantas partes como tripulantes hay embarcados y eso es lo que gana cada marinero, conocido con la parte.

barlalucha_14_puertosantamariaEn Calpe, nuestros hermanos de la mar lo llaman “contar”. Es de cualquiera de las maneras, el Régimen Económico por el que se rigen o Sistema a la Parte en los demás puertos, incluidos los de EE.UU, Canadá y los de América del Sur. En los puertos según las modalidades de pesca, sean de  arrastre, cerco o palangre existen algunas diferencias en el sistema de reparto de las tripulaciones. Esas diferencias estriban en el pago de las partes técnicas que incluyen las partes del redero de tierra, de los motoristas y de los patrones, tanto de pesca como de costa. En algunos puertos, las partes técnicas salen de la mitad del armador, es decir de su parte de beneficio, en otros de la tripulación y en otros del monte mayor. Todo de acuerdo con los usos y costumbres de cada puerto.

Por extensión,  en El Puerto se conoce como zafar, descansar, librar, no ir a trabajar, palabra muy introducida en el habla porteña. (En la fotografía, el antiguo Bar La Lucha, en la actualidad, con las dependencias en barbecho, y a continuación la Expendeduría de Tabaco que continúa regentado Joselete Gómez Barrera).

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quicosanchezperez_puertosantamariaEl fotógrafo Francisco Sánchez Pérez, nació en nuestra Ciudad el dos de abril de 1879. Hijo de Francisco y Ana, era más conocido por Quico. Trabajó en las oficinas de las Bodegas José de la Cuesta (hoy Bodegas Caballero), en la Aserradora Pastor y fue marchante de productos alimenticios. Murió con 64 años en abril de 1943. Aunque la fotografía nunca fue su profesión, si fue una afición que le ocupó bastante tiempo y además dejó sobrada constancia de su oficio en fiestas, bautizos, bodas, acontecimientos civiles, militares y eclesiásticos y fotografías de corte comercial e industrial. Fue radioaficionado -de los que se construían los artilugios- afición que heredaron su hijo Luis Pérez Sánchez y su nieto, José Luis Sánchez Pacheco. Un bisnieto de nuestro personaje, de nombre artístico Kiko Sánchez, (hijo de Sánchez Matabuena y Mercedes Toronjo) es el que ha mantenido la afición fotográfica de la familia, a la que se dedica profesionalmente y del que escribiremos un artículo en su momento.

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En diciembre de 1989, va a hacer 20 años, se realizó una exposición sobre su legado en la que se recogían escenas de la vida portuense de los primeros cincuenta años del siglo pasado. La crónica periodística de Diario de Cádiz recogía que “la muestra puede considerarse la mejor que se ha realizado sobre fotografía antigua (1900-1950) en la ciudad, tanto por la calidad como por el despliegue de medios realizado». Luis Sánchez Pérez, hijo del fotógrafo recordaba que llegó a tener más de 48 cajas de placas y negativos, de los cuales se donaron al Centro Municipal de Patrimonio Histórico, organizador de la exposición, cinco cajas: las que disponía la familia.

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En el Folleto de la Exposición de 1989 se afirmaba que «Su acercamiento al arte fotográfico se produjo cuando era muy joven y con otro gran fotógrafo local, Justino Castroverde, al que le unía una gran amistad. Sánchez Pérez se casó con Milagros Pérez Grant y fruto de esta unión nacieron tres hijos varones: Francisco (fallecido) José [continúa a diario en Las Novedades] y Luis [en la actualidad fallecido], que andando el tiempo recogería el testigo y se dedicaría también a la fotografía y por mediación de su yerno Jesús María Serrano, donaron a la Ciudad los documentos gráficos que se conservan de este fotógrafo. Como la mayoría de los pioneros dominaba el arte, a los que sumaba su exquisita sensibilidad, dominio de las texturas, acertadas composiciones y excelente ojo fotográfico». (En la Fotografía, Quico Pérez Sánchez y su amigo Justino Castroverde, en una visita a las Cuevas Cantera de la Sierra de San Cristobal. Foto: colección J.L.S.P.)

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«Las fotografías y retratos de Quico, están en la inmensa mayoría de los álbumes familiares locales y en los archivos de instituciones y firmas comerciales. Se han utilizado originales de Quico para ilustrar gran cantidad de publicaciones sobre el Sur de Andalucía, en los últimos años del siglo XIX y principios del XX. Fue con su cámara testigo del paso de un siglo a otro y supo recoger las escenas de este paso del tiempo, con una ternura y calidad que aún hoy con los adelantos actuales sorprenden y emocionan, dejándonos su testimonio de lo que fue con su particular toque de artista que elevaba lo cotidiano a la categoría del arte» Del Folleto de la Exposición de 1989. (Fotografía, construcción del muelle de San Ignacio, de Quico Sánchez Pérez).

jesusmariaserranoromero_puertosantamariaEl yerno de Luís Sánchez Pérez, el poeta Jesús María Serrano afirmaba, «Espero que con esta donación, se adhiera a ella otros con más documentos, y aprovecho para decir que la obra del abuelo de mi señora, Francisco Sánchez, ha contribuido al conocimiento de una realidad que ahora se nos escapa de las manos y, que si por estrechez de miras hubiera decidido quedármela para el goce restrictivo de nuestra casa, sin duda alguna nos habríamos equivocado al impedir que otros muchos ojos pudieran contemplar estampas excepcionales». (En la fotografía, Jesús María Serrano Romero, próximo a tenerlo con nosotros con un artículo propio).

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Casa colegio de la calle Luna, frenta a donde estaba la tienda de reparaciones eléctricas y electrónicas Quicar, Salvatierra Radio, hoy una agencia de alquiler de coches. En el edificio, hogaño deshabitado salvo la planta baja por la cafetería que hace esquina con Nevería. De derecha a izquierda, tres hermanas de Quico Sánchez, Gumersinda, Dolores y Milagros, falta la menor, Carmen que creemos que no está en la imagen. Los demás personajes quizás fueran alumnos o maestras. (Foto Colección Miguel Sánchez Lobato, atribuida a Quico Sánchez Pérez).

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Alumnado y profesorado en el Patio del Colegio de Gumersinda en 1929. Atribuida a Quico Sánchez Pérez.

luissanchezperez_3_puertosantamaria1El hijo de Quico Sánchez, Luis Sánchez Pérez (1921-1995), autor  material de la donación, también fue fotógrafo influenciado por su padre. Trabajó para lo que hoy es la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, antigua Junta de Obras del Puerto, haciendo fotografías de la evolución de los dragados y rellenos de los puertos pesquero y comercial, -sus hijos le recuerdan trabajando en el cuarto oscuro- jubilándose en la década de los ochenta del siglo pasado. Luis, además, trabajaba en el mundo de la radio. Era un autodidacta que construyó una de las primeras radios super heterodina a válvulas.  Trabajó en Quicar, de Antonio Salvatierra Blanco, después Salvatierra Radio, distribuidor de la Casa Philips, instalando antenas y arreglando la incipiente televisión de la década de los luissanchezperez_04_puertosantamariasesenta del siglo pasado, ayudado por su hijo José Luis. Radioaficionado, colaboró junto con Joaquín Calero en la construcción de la emisora de radio del Instituto Laboral. Trabajó en Hispano Radio, y arreglaba las radios de los barcos pesqueros. Murió con 74 años. Se casó -gracias a los ahorros conseguidos construyendo radios de tres válvulas- con Amalia Pacheco Tejada con la que tuvo cuatro hijos, Inmaculada, José Luis, María Teresa y Fran, gran actor de teatro que da clases en Murcia. (En la fotografía, Luis Sánchez Pérez, poco antes de su fallecimiento. En la otra foto, en blanco y negro, Luis con su mujer, Amalia Pacheco Tejada, de recién casados).

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Antigua Lonja del Pescado, hoy Centro comercial y de Ocio. Fotografía de Luis Sánchez Pérez, para la Junta de Obras del Puerto. (Colección J.L.S.P.)

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Foto tomada en la Feria de Ganado en 1959 en el acto de entrega de premios. De derecha a izquierda, el fotógrafo Luis Sánchez Pérez, el funcionario municipal Francisco Sara Sampalo, el niño Ramón Insúa Lavín, el funcionario del Penal Blas Aranda, el premiado, desconocido, el alcalde de la Ciudad, Miguel Castro Merello, y el Juez Fernando Ramos Pasalodo.

sanchezpacheco_puertosantamariaEl nieto de Quico Sánchez, e hijo de Luis, José Luis Sánchez Pacheco ha ido asumiendo parte de las aficiones y trabajos de sus ancestros. Aficionado a la electrónica, igualmente de forma autodidacta, ha llegado no solo a construir radios sino también televisión de aficionado, consiguiendo comunicarse vía televisión con diversos lugares de la geografía utilizando las más altas frecuencias. Antiguo radioaficionado, con el indicativo EA7WJ, ha participado y colaborado en muchas actuaciones humanitarias en la que los radioaficionados ocuparon, en su momento un papel primordial. Como su padre, trabaja en la Autoridad Portuaria en el Departamento de Explotación de Servicios Portuarios. José Luis recuerda que vivieron en la casa familiar de la calle Cielos, casi esquina con Cervantes, tres familias: los Sánchez Pacheco, los Sánchez Matabuena y la familia del repostero local, Pepe Mesa (otro personaje local que merece artículo propio). (En la fotografía,  José Luis Sánchez Pacheco).

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Los padres de José Luis, Luis Sánchez Pérez y Amalia Pacheco Tejada -fallecida en el año 2006-, flanqueando a su mujer, María del Carmen Díez.

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Batalla de Flores en el Paseo de la Victoria. 1930. Fotografía de Quico Sánchez Pérez.

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Tras el paseíllo en la Plaza de Toros de El Puerto. Foto Quico Sánchez Pérez.

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Embarque de Botas, fotografía de Quico Sánchez que, como todas las suyas iban firmadas como 'FOTOGRAFÍA F. SÁNCHEZ'.

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La costumbre de felicitar las Fiestas Navideñas en unos casos y el Fin de Año, en otros, no es algo nuevo. En El Puerto se felicitaban las fiestas y se pedía el aguinaldo. Las casas vinateras regalaban y continúan haciéndolo cajas de sus productos a sus compromisos. Otros regalan cestas de viandas de lo mas variado y, en El Puerto, bandejas de mariscos. En Gente del Puerto hemos rescatado algunas cartulinas de deseos de felicidad por escrito, que ofrecemos como regalo virtual a nuestros lectores.

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Felicitación en la portada del semanario porteño que se editó entre los años 1965 y 1966 'La Voz de la Bahía'. Era el número extraordinario del 24 de diciembre de 1965  y se aprovechaba para felcitar las Pascuas a los lectores, con un dibujo de Rafael Tardío Alonso.

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Los Celadores Guardamuelles de la Junta del Puerto de la Bahía de Cádiz en El Puerto felicitaban también las fiestas. Con la ayuda de un compañero, Vicente Morató Martínez, aficionado a la cosa de la pintura, la caricatura y el cartelismo. También dibujaba en La Voz de la Bahía, pero, durante muchos años colaboró con los Guardamuelles personalizando sus tarjetones. Ésta corresponde a 1979.

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A Manuel Pinto Muñoz no se le escapaba una. El utillero del Rácing, El Tagarnina, Tagasnina o Taga, -a quien ya le dedicamos un artículo en Gente del Puerto- hizo en fecha indeterminada esta felicitación genérica, válida para varias festividades navideñas. Imaginamos que sus deseos de un año lleno de dichas y prosperidades para el el equipo de sus amores sigue en pie, que falta le hace.

felicitacionromero_1888_puertosantamariaIninteligible felicitación de Los Carreros de D. Juan Romero, el padre de Romerito 'el Gordo', que tenían carros para el transporte y coches de caballo de alquiler. Año 1888.

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El 24 de diciembre de 1887 el repartidor de periódicos José Vázquez felicitaba las fiestas de esta manera, muy frecuente luego en muchos gremios: barrenderos, carteros, limpiabotas, ... Una tarjeta personalizada, impresa y con unos ripios propicios para la ocasión. (Todas las ilustraciones pertenecen a la colección de Vicente González Lechuga).

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Felicitación genérica de 'El Vigilante' o Sereno.

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José Manuel González Fuente, “el Lati” , frutero, nieto, hijo y hermano de fruteros, nació en la calle Aurora en 1966, en la Casa de los Naranjos, frente a Destilerías Rives. De chico era un buen jugador de fútbol, y en el colegio de La Salle le pusieron de sobrenombre el de “el Látigo” y ya se sabe lo que es la economía de lenguaje en nuestra tierra, con lo que le contrajeron el mote y en “el Lati” se quedó.

300px-fragata_blas_de_lezo_f103_cph_fLati luce en su cabeza una gorra de la Fragata clase F-100 'Blas de Lezo' ilustre almirante que vivió durante dos etapas de su vida en nuestra Ciudad. Su memoria es honrada por la Armada Española, donde su nombre se recuerda con el mayor honor que puede rendirse a un marino español, siendo costumbre que exista un barco de la Armada bautizado con su nombre. El último,  la Blas de Lezo (F103), que encalló en 2007 durante unos ejercicio de la OTAN en Escocia  y que, curiosamente, no es el único barco con este nombre que sufre percances, ya que el crucero Blas de Lezo se perdió en 1932 al tocar un bajío frente a Finisterre. En un próximo artículo hablaremos más detenidamente de este marino español, vecino que fue de El Puerto. (Fotografía: Fragata Blas de Lezo F103).

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La abuela de “el Lati”, Ramona Sala Santamaría, ya se dedicaba al negocio de las frutas y verduras en puestos ambulantes y su padre se Genaro González Sala descargaba las mercancías que llegaban a lomos de las bestias o en carro al Mercado, por la calle de Ganado. verdurasGenaro, que ha hecho de todo en la vida, lleva cincuenta años en el negocio de la fruta (pero en medio ha sido, además, camarero, embotellador de Bodegas Terry, e incluso conductor de los autobuses urbanos; fue uno de los diez chóferes que inauguraron la primera flota de autobuses públicos de El Puerto). En la fotografía, Genaro González Sala, Mariano Ganaza y su hermana Milagros en el puesto que estuvo ubicado durante mucho tiempo junto a la frutería de Agustín Vela. En la actualidad, el puesto familiar se encuentra ubicado, desde 1980, en la calle Abastos, número 5.

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En la fotografía, José Manuel Gonzalez Fuente, “el Lati”, en una fotografía tomada en la Feria de Crevillet, con apenas un año. ¡Quien le iba a decir que, con los años, sería feriante con caseta propia!

el_lati_10_puertosantamariaGenaro tiene cinco hijos, José Manuel, Ramón, Antonio, Rosa que está con él en el negocio de la fruta, y Francisco Javier. La familia de Genaro es muy popular, no solo en el Mercado, sino también en la Feria. El año que viene cumplen 26 años instalando caseta en el Real de las Banderas, la conocida como “Genaro y Familia”, algo que salió por casualidad en una conversación informal en el Bar Rábago entre el padre de “el Lati” y Julio Barcia, prejubilado camarero de El Cafetín. Y a raíz de aquella conversación, llevan así veinticinco años dándonos de comer en la Feria. ¿Ustedes creen que en esa caseta faltarán los pimientos frito? En la fotografía, el puesto de El Lati, con la exposición de productos a la vista en plena calle Placilla o San Bartolomé. (Foto: Fernando Galán).

el_lati_3_puertosantamaria2Alguien muy popular en la Plaza era el desaparecido recientemente Manuel González Sala, “el Listones”, tío de José Manuel. El sobrenombre, el “nickname” le viene por el abuelo de José Manuel. Resulta que su abuelo José jugaba al billar con unos listones de madera -nada de palos de billar- y ganaba siempre con lo que le acuñaron el mote de “el Listones” que luego heredaría su hijo Manuel. En la fotografía realizada durante un encuentro en el campo del Racing Portuense, podemos observar, a la izquierda a Manuel González “el Listones”, acompañado por Francisco Galán Sánchez, “Paquiqui”, frutero también, quien con 76 años sigue en activo y  mantiene un puesto en la parte alta del Mercado de la Concepción. Como de sentido del humor van sobrados, estén atentos a los juegos de palabras y a la agilidad mental que se maneja entre tendero, clientes y amigos, en cualquier transacción o trato. Y no se le ocurra preguntar si las naranjas que venden son de zumo; pueden obtener como respuesta que «no, estas naranjas dan coca-cola».

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Ricardo Summers Ysern, “Serny” nació el 6 de mayo de 1908, --hace 100 años-- en la calle Larga, frente a la Plaza de Isaac Peral, en la casa del Juzgado, hoy inexistente, producto del derribo. Su padre era Juez de Primera Instancia y seguro le mandaría a jugar a la plaza de las desaparecidas araucarias. Serny abandonaría pronto El Puerto, como consecuencia de los distintos traslados de su padre en su carrera judicial, pasando la mayor parte de su vida en Madrid. Durante la Guerra Incivil estuvo refugiado en la embajada francesa. Fue un pintor autodidacta quien a la senectud, en 1983, expuso por primera vez en El Puerto en la Sala de Exposiciones del Museo Municipal, entre los días 24 de febrero al 5 de marzo, y en la que tuve la suerte de colaborar. En 1984 adquiere la condición de académico de la de Bellas Artes de su Ciudad natal. Su fallecimiento en Madrid, a los ochenta y siete años de edad, actuó como revulsivo en los redactores de El Arte en España, quienes le dedicaron emotivos artículos en la publicación.

guileremosummersOtra vez un apellido de procedencia extranjera -inglés- en nuestra Ciudad vinculado al suceso de las luchas napoleónicas. Lord Wellintong se vino con su ayudante de campo del mismo apellido, antepasado de nuestro paisano. Dicho apellido también nos suena por otros no menos célebres sobrinos de Ricardo Summers Ysern: el desaparecido Manolo Summers, director de Cine; Tomás, productor de cine y televisión;  y Guillermo, presentador de programas televisivos,  escritor y pintor, ambos en activo.(Fotografía: Guillermo Summers).

serny_decarnaval_puertosantamariaSu nieta Begoña, en su tesis doctoral: «Estudio Global de la Obra de Serny (1908-1995), dibujo, pintura, diseño y grabado», afirma del pintor, afirma del padre: «Si algo le caracterizó fue dar a cada una de sus creaciones una personalidad muy acusada; tomó la realidad de manera subjetiva y la vertió en una obra inmensa que alcanzó numerosos campos del arte: dibujo, ilustración, cartel, retrato, pintura, pintura mural y grabado. En su trayectoria obtuvo una gran consideración hacia su obra y aprecio por su persona, por parte de escritores, artistas y críticos de arte: José Francés, César González-Ruano, Daniel Vázquez Díaz, Eugenio d’Ors, José Hierro, Rafael de Penagos, Federico Carlos Sainz de Robles, Manuel Pombo Angulo, entre otros, que vieron en él a un maestro y en su recorrido artístico la esencia de una de las vertientes de la pintura contemporánea, como ha quedado constancia en multitud de comentarios que constituyen una parte fundamental para acercarnos a Serny a través de importantes figuras de su tiempo. Esta tesis ha querido ser, por encima de todo, recopilación razonada y debidamente ordenada de lo más significativo de la extensa obra de Serny, con el fin de que la misma quede inscrita convenientemente en el contexto artístico que le corresponde.» (Grabado de Serny: 'De Carnaval'. Firmado a lápiz y numerado: 85/100. Enmarcado en paspartú granate).

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«Pintor autodidacta, han convivido siempre en él su origen andaluz y su madrileñismo de adopción. Fue cartelista excepcional y alcanzó en numerosas ocasiones el prestigioso premio del Círculo de Bellas Artes, compartiendo los honores con Penagos, Tivas o Bartolozzi. Colaboró en “ABC”, “Blanco y Negro”, “Cosmópolis”, “Buen Humor”, “La Esfera” y “Nuevo Mundo”. Tras viajar por Europa y América, en Madrid comenzó su labor de retratista. También se dedicó a la pintura de creación y al mural, de cuya especialidad dejó muestras en París, Nueva York, Buenos Aires y Cuba. Ha realizado varias exposiciones en España y en el extranjero. Ilustró admirablemente las páginas de “Gente Menuda” en “ Blanco y Negro”. Texto de Prensa española S. A., extraído del catálogo de la exposición “Un siglo de ilustración española en las páginas de Blanco y Negro”, Ibercaja, Zaragoza, 1992, pp. 95-102. (Ilustración: 'El Palco' Temática de Carnaval).

serny_gentemenuda_puertosantamariaREVISTA GENTE MENUDA.

«El encantador Serny, que ilustraba en «Gente menuda» los cuentos de Elena Fortún, la escritora infantil de la época, comparable a la muy popular Richmal Crompton. La autora de «Celia y Cuchifritín» merecía los honores de un tan ligero y vaporoso dibujante, que supo dibujar un niño cabezón y rubio, emblema de la «moda en niños» de los años treinta». Blanco y Negro (Un siglo de ilustración española en las páginas de "Blanco y Negro"). Por estos años y coincidiendo con la segunda etapa de la Editorial Calleja, en concreto 1928, se da la renovación formal de la revista Blanco y Negro que acogía una segunda etapa de Gente Menuda y, al tiempo, en último mes del 27, aparecía el primer número de en donde siete meses más tarde aparecería las ilustraciones e historietas de Ricardo Summers, "Serny" futuro director de la sección. (Portada de 'Gente Menuda').

serny_recortable_puertosantamariaREVISTA BAZAR.
Es una revista de la sección femenina de FET y de las JONS para las Juventudes, dirigida por Elisa de Lara y bajo a dirección artística de Serny, nacida en 1947 y pasando por varios formatos perdura hasta finales de la década de los 60, siendo sus ilustradores habituales Serny, Picolino y Gil de la Serna y en la última etapa Cartitu. En 1953 aparecen en la revista unas muñecas recortables, obras de Serny, que intentaban crear adicción entre las niñas:  en cada número de la revista aparecía un vestido para una muñeca: Guillermina, Margarita, Paulina. Y estos vestidos estaban asociados un momento histórico determinado que se le contaba en la misma página llamada “Viaje a través de los Tiempos”. (Ilustracion: Recortable de la muñeca Guillermina. Serny).

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"El mundo de Serny está rodeado por un halo pético, por una nostalgia, penetrante y pudorosa a la vez, que transfigura mágicamente la realidad y la convierte en otra realidad más límpida y más alta. Ese es, ni mas ni menos, el revelado secreto de todo arte verdadero. La autenticidad de la pintura de Serny, el acento inconfundible de su continuo peregrinar, el manterse siempre fiel a si mismo, desoyendo las voces de modasz y modos efímeros, de feísmos y criptografías tan fáciles como gratuitas, dan a esta obra, brotada siempre de un impulso romántico, una clásica perdurabilidad. Y la gracia. La gracia, que es encanto, sabiduría que no pesa, brisa aleteante, juego claro y misterioso de líneas y colores. La gracia, que otro porteño ilustre -Rafael Alberti- definiera de modo incomparable y que Serny ha heredado de sus Angeles andaluces: La gracia, la graciosa. Gracia alada, desnuda, imperceptible, fugar, tan dable a pocos". Rafael de Penagos. (Ilustración: 'Martes de Carnaval'. Serny).


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Algunas cajetillas de cerillas antiguas de la «Historia del Vestido», dibujadas por Serny.

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etiquetasvinosHoy en día, cuando la actividad marítima es escasa, ocurre otro tanto con las bodegas: mientras que asistimos expectantes al reflotamiento de pequeños negocios familiares vitivinícolas, a fuerza del tesón de sus emprendedores: Gutierrez Colosía, Grant, Obregón, que junto con Osborne, Caballero, Terry y 501 son lás únicas siete bodegas que quedan a principio del siglo XXI, frente a las mas de setenta empresas dedicadas a la vitinicultura, entre cosecheros, almacenistas y exportadores en el siglo XIX: Thuillier, Campbell, Harmony, Southard, Burdon, Duff Gordon, José de la Cuesta, Gaztelu, Grant,  Lobo, F. Morillo, Jiménez, Marqués de Comillas, Osborne, Santarelli, Terry, Tosar,  Pico, Piury, Quijano, Varela…

Algunas bodegas y marcas de éstas siguen existiendo en la actualidad, otras desaparecieron hace años en la absorción de una bodega por otra, o en la liquidación de las mismas. Fijadas en forma de etiquetas de vinos, brandies y licores, aquellos productos permanecen en nuestra memoria colectiva.

Les invitamos a que conozcan algunas etiquetas antiguas, extrañas y raras de vinos criados y ensolerados en las bodegas de El Puerto de Santa María o destilados en sus alambiques, y que tanto trabajo dieron a sus habitantes, pulsando aquí.

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Juan Díaz Rodríguez -conocido como Don Juan el Cojo- nació en la calle Gatona el  día 12 de Marzo de 1910, siendo el cuarto hijo de ocho hermanos. Era un hombre muy religioso, pero además, republicano y de izquierdas, algo difícil en una época en la que no imperaban las libertades. Se dedicó toda su vida  a la enseñanza  por vocación, estudiando magisterio en la Normal de Cádiz. Empezó ejerciendo como profesor en el Colegio de San José y San Estanislao, vulgo La Pescadería hasta que, como consecuencia de la poliomielitis le cortaron la pierna y tuvo que dejar esta escuela.

Juan Díaz Rodríguez, known as Don Juan el Cojo (Juan with the limp), was born in calle Gatona on the 12th of March 1910, the fourth son of eight siblings. He was a very religious man, as well as a leftist republican, quite a difficult task at a time when liberties weren’t very widespread. Out of interest and pleasure he spent his whole working life as a teacher, having carried out his teacher training at the University of Cadiz. He starting working as a teacher in San José y San Estanislao School, commonly known as La Pescadería until, as a result of polio, he had to have his leg amputated and was forced to stop working at the school.

sansebastian23_puertosantamariaEstamos en el año de 1946, año en el que decide  decidió  su propia escuela en la finca sita en la calle San Sebastián, nº 23 con la ayuda de su hermana Lola  y ahí empieza su labor como director  y propietario de una escuela privada llamada San Ignacio.  La escuela se encontraba en la primera planta de ese edificio.  Su sobrina Mila González Vera nos dice: «Recuerdo que había tres clases una de ellas era muy grande, decorada con  mapas antiguos de la península y una pizarra también muy grande. La clase tenia los techos altísimos con un balcón que daba a la calle San Sebastián, el suelo de ladrillos rojos con las paredes blancas y con un portón muy grande. Don Juan era una persona muy recta y severa pero a la vez tenía un corazón enorme. Andaba con sus muletas debajo del brazo. Pasaba por tu lado y se oía el crujir de la madera de las muletas. Iba siempre vestido con traje de chaqueta muy peinado hacia detrás con mucho fijador. Leía muchísimo, se acostaba muy temprano porque le gustaba leer acostado en su cama y también se levantaba muy temprano para comenzar su tarea de educador. (Foto: Fachada Colegio San Ignacio. San Sebastián, 23).

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En un homenaje, de tantos, tributado por antiguos alumnos, en el restaurante 'El Resbaladero'. De pie, de izquierda a derecha.- Francisco Cardenas Feria,  trabajaba en Osborne; Antonio Pantoja del Puerto, Francisco Gonzalez Delgado "Curro" trabajaba  en el Central o Hispano;  Manuel Ponce, trabajaba en la fábrica de botellas de Caballero, en el Molino, y luego en Domecq en Jerez; Juan Gallardo, trabajaba en Osborne; Francisco Merino. Sentados, de izquierda a derecha: Manuel Pico Ruiz-Calderon, Antonio Pérez Ruiz, trabajaba en la Base y vivía en la Plaza de la Iglesia, en los años sesenta aprendió ruso, también en la década de 1980 editó, junto con Antonio Gutiérrez Ruíz la revista Puertoguía; Don Juan Díaz Rodríguez, nuestro protagonista; Manuel Clemente Berros, trabajó en Osborne, su padre pertenecía a RENFE.

espana_mapa_520x350Ayudando a ricos y pobres, dedicó al magisterio toda su vida, quizás a mas pobres que a ricos -no hay que olvidar sus ideas de izquierdas-, a una enseñanza basada en los valores  de la educación y también del respeto. Se preocupaba por  todos y cada uno de los alumnos que paso por su colegio. Sabía de donde provenían, que hacían y por supuesto que habían aprendido cada día para que a lo largo de su vida fueran  “hombres de provecho”, como el siempre decía. Fue en lo que siempre creyó y lo que siempre hizo. Y antepuso sus obligaciones docentes a cualquier distracción, incluso, de su propia vida privada.

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En la fotografía con los antiguos alumnos, Manolo Monge, Juan Fernández Gallardo, un Vera, D. Juan, José Oncala Merino, Joaquín Vera Ruiz (Quini); detrás Pepe Muñoz Ortega peluquero, Marfil el mecánico de motos, ... en la entrega de una placa de homenaje y reconocimiento, organizado por Quini.

a13385Fue un hombre al que se le cogía afecto a pesar de su aspecto sobrio y formal. Recuerda su sobrina Milagros que «cuando alguno de sus alumnos no le atendía, o simplemente no hacia una multiplicación bien, le cogía por las orejas y lo mantenía un rato alejado del suelo, los demás alumnos no se atrevían ni a reírse por si acaso. Los dejaba castigado hasta que terminaran los deberes, aunque el tuviera que estar hasta las tantas haciendo guardia. Los padres de estos alumnos, que también habían sido alumnos de mi tío, en muchos casos, se lo agradecían. porque sabían realmente que pocas personas como Don Juan prestaba tanta dedicación a sus hijos y le prestaban  una gran confianza». Hemos hablado con alumnos que han pasado por el colegio y hemos notado el cariño con el que hablan de esa época de su vida. Y es que, además, tanto al llegar como al salir del Colegio de San Ignacio, los chavales le saludaban con un beso, prueba de que la relación iba más allá del educador con el educando, sino que también había afecto y cariño.

colegiosanignacio_4_puertosantamariaComo ya hemos indicado nuestro maestro vivía para estos alumnos indistintamente de la clase social que fueran y cuando estos niños se han hecho mayores le han tenido y le siguen teniendo un gran respeto y mucho afecto. A él se le llenaba a boca de orgullo cuando veía algunos de sus alumnos y decía mira este es banquero,  ese es abogado, este otro tiene una gestoría... Sus alumnos se examinaban en Jerez, en el Instituto Padre Luis Coloma, obteniendo un alto porcentaje de éxitos en los exámenes.

Soltero, vivía con sus hermanas también solteras, Maria, Lola y Manuela. Esta última trabajó toda su vida como cocinera  en la casa donde vivía la familia Terry, en la calle Cielos, la cual llegó a prepararle la comida al dictador Franco cuando era invitado de los Terry en El Puerto.

Los alumnos que aparecen en la foto, de izquierda a derecha, en la primera fila: Francisco Ramírez Díaz, Pascual Prado Rodríguez, Eugenio Guareño Maza, José Manuel Reina López, Francisco Bollullo Altamirano, Vicente Márquez González (Quiqui); en la segunda fila Juan Custodio Cárdenas, el promotor inmobiliario, Juan Lara Barea, el hijo del pintor, desconocido, Ramón Izquierdo Díaz, José Oncala Merino; en la tercera fila: José Luis Villalba Díaz, José Salmerón Albaiceta, Juan Fernández Gallardo, Ramón Tur Tur, claramente de procedencia alicantina, Andrés González Salas, Vicente Femenía Ruiz; en la fila del suelo, agachados, Juan Bayo de Miguel, Ambrosio Acal Ortega, Francisco Gómez Galán, Andrés Fernández Valimaña, del Vapor, Joaquín Vera Ruíz (Quini), Manuel Gallardo Camacho y Juan Gómez Fernandez quien con el tiempo sería concejal de cultura de su Ciudad.

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De izquierda a derecha: José Ignacio González Serrano, cuñado de Rafael Fenoy; Juan Ortega Gómez, Simón Mengual Cervera y el de la derecha es Montero.

El testimonio de un ex alumno con el que nos hemos entrevistado, lo recuerda así: «Fue mi profesor de taquigrafía cuando yo preparaba el profesorado mercantil y tuve la suerte de obtener matrícula de honor en el primer curso y sobresaliente en el segundo. Sintió durante toda su vida una enorme admiración por mí, sentimiento también compartido. Yo iba a su clase a las 13:30 con otros compañeros: Manolo Gago, Manolo de la Torre, Rafael Tardío, y a esa hora no quedaba ninguno de sus alumnos diarios. Era una gran persona, me ayudó y a133551enseñó tanto que yo llegué a coger 240 palabras por minuto, lo que entonces era una burrada y, además, traducía de corrido lo que había taquigrafiado. No son mis propias alabanzas, sino las dirigidas a él, un gran, un enorme profesor»

escuela-antiguaPor el centro pasaron, entre otros maestros, Milagros González Díaz,  Ramón Izquierdo Rodríguez, otro profesor que le decían Quini, Jose Luis Villalba, Jesús Bernal, y otros que iremos incluyendo aquí, conforme los lectores que nos siguen puedan informarnos de sus nombres. Algunos alumnos que pasaron por San Sebastián, 23, son Joaquín Veran, José González Merino, Andrés González Salas, los Hermanos Posada, Fernández Valimaña, Ambrosio Acá, Monge, Marfil, Giraldez, y tantos y tantos... El Colegio San Ignacio cerró en 1980, con D. Juan ya enfermo, y el mismo se preocupó de buscarle acomodos a sus alumnos en diferentes centros para que no perdieran el curso y pudieran continuar con sus estudios. Don Juan Díaz Rodríguez, falleció en el año 1981 de perotinitis, con 71 años.

SELECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS.

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Año de la Fundación del Colegio San Ignacio. Curso 1947/1948. (Foto Fabra. San Fernando). El segundo por la izquierda de pie detrás de Don Juan es Estanislao Jiménez González Nandín (padre de Andrés Jiménez de TelePuerto) y el primero por la izquierda delante es Francisco del Castillo Tellería y junto a él el hijo de Luciano (que tenía el almacén en la calle Cielo esquina a Lechería) y está casado con Josefa Rendón.

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Curso 1947/1948. Foto tomada en la azotea del Colegio. (Foto Fabra. San Fernando).

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Antonio Almagro Buhigas. Curso 1947/48. (Foto Fabra. San Fernando)

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Curso 1950/1951.   El segundo de la derecha de la fila de arriba es Francisco Bollullo Estepa; el primero de la izquierda de la fila de arriba era Ricardo Brea López que falleció en accidente (este chico era hermano de Brea que estuvo en Apemsa y hermano de Brea que trabajaba en el Banco Central); el primero de la izquierda de la fila segunda era Antonio Fernández Posada (hijo de Pepe el del Vapor) y el segundo de la fila segunda es José González Padilla. (Foto Utrilla. Valencia).

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Foto en el Patio del Colegio. Año desconocido.

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En el aula. Foto con los mayores. Año 1966. De izquierda a derecha, fila superior: Andrés Fernández Valimaña, Poquet, desconocido, Vicente Márquez González (Quiqui), desconocido, Antonio Perez de la Lastra Graván, Antonio Bravo Cala; fila de enmedio: Ramón Tur Tur, José Manuel Fernández López, Manuel Sendra Palma, José Gómez Ariza (Pepe Gómez de Osborne), D. Juan, Ramón Serrano Robles, Miguel Astorga Rosso; en la fila de abajo: desconocido, Manuel Gallardo Camacho, Joaquín Fernández Gallardo, que trabaja en La Caisa, José Luis Marfil Camacho, Juan Fernández Gallardo.

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Uno de los últimos cursos de D. Juan, en la década de los setenta del siglo pasado. Podemos ver de izquierda a derecha en la fila superior, el 3 a Paco Moreno; en la segunda fila, el 2 a José Manuel González Bello; el 3 Leopoldo; el 5 Pastor; el 6 Romo; en la tercera fila, el 4 Giraldez; el 5 un electricista del Ayuntamiento; el 6 Buhigas; el 8 Sendra; en la cuarta fila, el 1 Romo; el 4 Noriega; etc... (Todas las fotografías de D. Juan y alumnos pertenecen a la colección de Milagros González Vera).

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En 1974, el 27 de abril, el Obispo de Jerez, Monseñor Rafael Bellido Caro, accedió a la invitación del Club Juvenil “Virgen de los Milagros” ubicado en la Iglesia Mayor Prioral y visitó, por primera vez como Obispo, la Ciudad. Uno de los integrantes del citado Club Juvenil, que aparece en las fotos que mostramos nos ha pedido que, 34 años después, hagamos público aquellos documentos gráficos.

In 1974, on the 27th of April, the Bishop of Jerez, Monsignor Rafael Bellido Caro, accepted the invitation from the "Virgen de los Milagros" Youth Club, located in the Mayor Prioral Church, visiting for the first time as the town’s Bishop. One of the members of the aforementioned Youth Club, who appears in the photos shown, has requested that, 34 years later, we publish those photographic documents.

En la fotografía, tomada en el Salón Parroquial, aparecen la Junta Directiva del Club con el Obispo, de izquierda a derecha: Luis Delgado, entonces ayudante de sacristán, luego ha sido operador de cámara de cine y en la actualidad vende cupones de la ONCE en Ubrique. Isabel Pérez Medina, en la actualidad es maestra de escuela en Cádiz junto a Lorenza Castaño. Manuel Salido, Párroco de la Prioral, Rafael Bellido, Obispo de Jerez, José María Morillo, presidente del Club  Juvenil y actualmente Jefe de Servicio de Turismo del Ayuntamiento. Carlos Román Ruiloba, coadjutor de la Prioral y a la sazón, Consiliario del Club Juvenil; Inmaculada Moreno, poetisa y profesora; Paco Aguilar (con gafas), ATS y en la actualidad Concejal popular de Comercio, Juventud y Deportes y José Antonio Guerrero, hijo de Enero el de las Aguas. (Foto Rafa. Colección J.M.M.)

rafaelbellidocaro_1974_puertosantamariaEsto escribía, un día después en Diario de Cádiz, Agustín Merello del Cuvillo, en su sección “El Ruido y las Nueces”, con el seudónimo de Damasceno: «Ayer vino al Puerto el obispo. Accediendo a la invitación del Centro Juvenil de la Prioral, monseñor Bellido estuvo en el Puerto, donde presidió la celebración comunitaria de la Eucaristía y, luego, en el local del centro anfitrión, se reunió con os jóvenes componentes del mismo» ... «Han querido compartir con el obispo sus inquietudes, sus deseos, sus necesidades. Ellos son conscientes que el obispo no es la panacea; también, que será a base de sus personales e intransferibles esfuerzos como consigan todo lo que intentan conseguir, para lo que les hará falta --mucho más que hasta aquí-- constancia, alegría, trabajo serio. Vale lo que cuesta. si ellos ya han sabido de las dificultades, tampoco van a creer que hasta lograr un centro juvenil con toda la barba, les queda mucho y muy afanoso; pero seguro estamos, como ayer con el obispo presente quedó dicho, que se entregarán a la obra con los entusiasmos propios y con la entrega que caracteriza a la juventud nuestra». (Foto: el Obispo rezando en el camarín de la Patrona. Foto Rafa. Colección J.M.M.)

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La fotografía está tomada el día de la visita Rafael Bellido. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Juan Antonio Ferrer, Juan Luis Leal, Marín, José Antonio Manojo, José Luis Romeral Riquel (con la cerveza), Luis Rosso Morro, Eugenio Beuzón, José María Morillo, Paco Aguilar (con gafas), Milagros Garvi Carrillo, José Antonio Guerrero, Lorenza Castaño, José Antonio Terrada Sara, Cristobal Moya Garrido. Detrás, a partir de Paco Aguilar, Luis Delgado, Juan Carlos Dueñas Piñero, Rafel Ángel Moreno Naval, Manuel Girón Messeguer. Agachados: a la izquierda, Adán, el pequeño es Juan Luis Morillo, y José Luis Sánchez -Chupona- José Manuel Perea Perdiguero y el conocido como Kung Fu. (Foto Rafa. Colección J.M.M.)

clubjuvenillosmilagros_3_puertosantamariaLas verdaderas dependencias del Club, eran un local compartido de las antiguas Escuelas Pías de la Aurora, bajo una bóveda donde se guardaban también, tras unas cortinas, los pasos de la Hermandad del Nazareno. Se accedía por el Patio de la Iglesia Mayor, al que se llegaba, desde la calle, por la puerta del transformador de la Cía. Sevillana, junto a la capilla de la Aurora en la calle de San  Sebastián; allí donde se clubjuvenillosmilagros_4_puertosantamaria2habían construido almacenes para guardar pasos y que ahora están despareciendo con la obra de restauración. El Club, independientemente de la inspiración religiosa recibida desde la parroquia, organizaba conciertos, fiestas, charlas educación sexual, torneos de tenis, actividades culturales: conferencias, exposiciones, proyecciones, etc. y acogió durante varios años a diferentes grupos procedentes de las calles próximas, loscolegios La Salle y Safa, así como de las clubjuvenillosmilagros_5_puertosantamariaCarmelitas y las Esclavas. Una estratagema de la directiva juvenil consiguió que el Párroco admitiera a chicas, ya que Manuel Salido no era partidario de la mezcla de sexos, fruto de la moral imperante en la época: «El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y sopla», decía. Así, mandaron un escrito a la Diócesis de Sevilla, de la que dependía aún El Puerto, al Secretariado de Juventud y les preguntaron que opinaban sobre la idoneidad de que el club juvenil fuera mixto, a lo que respondieron que no solo era idóneo sino conveniente.  Manuel Salido no tuvo más remedio que claudicar, pero la verdad es que no se lo tomó a mal: si lo autorizaban desde arriba... El club tuvo tres presidentes: José Antonio Terrada, José María Morillo y Miguel Ferrer. (Las fotografías, de arriba abajo, muestran el acceso al Club por la puerta de la calle San Sebastián, junto a la capilla de la Aurora; la segunda foto corresponde al patio, que vive obras de restauración y resanado: en la puerta del fondo se accedía al Club Juvenil, la parte de arriba era el Salón Parroquial; la tercera foto muestra las obras que están dejando exento el templo de la Prioral, derrumbando cuartos y almacenes. Colección J.M.M.).

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