Su ilusión desde hace tiempo era volver a El Puerto donde vivió de pequeño. Roberto Romero Miura no olvida los años felices de su niñez y el sabor de las Conservas Sur (ver nótula núm. 333 en Gente del Puerto) , una fábrica de conservas vegetales y de pescado que puso en marcha su abuelo, Alejandro Romero Osborne.

Así que cuando le salió la oportunidad de hacerse cargo de la gestión del restaurante El Chozo, situado en Vista Hermosa, no lo dudó un momento y se ha venido para acá. El Chozo es un restaurante de esos con encanto. Está situado dentro del Club Vistahermosa. En invierno puede acceder al establecimiento todo el mundo, aunque en los meses fuertes del verano hay que acudir acompañado de algún socio. El local, que recuerda a las construcciones cubiertas con techo vegetal, de ahí su nombre, está al pie de una pista de saltos para caballos con lo que es posible, en algunos momentos comer mientras se ve evolucionar a los animales y sus jinetes.
Hay dos terrazas, cada una con 12 mesas y ambas cubiertas. Luego, un comedor con amplios ventanales y un salón donde está la barra que tiene cierto ambiente de pub inglés. En este último espacio se sirven tapas, aunque la idea del cocinero es impulsar más bien el restaurante. El Chozo es un establecimiento muy conocido en El Puerto. En su tiempo, relata Roberto Romero, lo regentó Pepe Delgado y en los últimos años estuvo a cargo de José María Pemán, que ahora regenta los establecimientos especializados en cocina italiana “Little Italy”.

Roberto Romero Miura tiene ya 47 años. Es de esos cocineros que te describen los platos que hace de una forma que te hace quererlos probar casi de inmediato. Pero no sólo habla bien. Cocina bien y es de esos que bordan las salsas. Por eso en su carta, no muy amplia para así poder manejar buena materia prima, no falta una versión de la urta a la roteña, que hace “con corvina o con otros pescados de roca, depende de lo que me traiga Diego Lora, de Bedimar, que es mi pescadero”.
“Me gusta que la verdura se vea. Tomate, pimiento, cebolla, su buen aciete de oliva porque aquí lo usamos hasta para freir -resalta-, todo bien refrito y luego cuando le pongo el pescado, que va fileteado y limpio, le añado un toque de brandy de Jerez, pero poco para que resalte el sabor del pescado”.

A Romero Miura también le gusta la cocina internacional, especialmente la inglesa. Se formó en una escuela de hostelería de Madrid, “Sol”. Ejecuta platos poco habituales en la zona como el “roastbeef”, una carne asada que se sirve a lonchas muy finas. Ahora, en El Chozo lo hace con carne de cadera de buey madurada durante 5 meses, lo que le da un sabor intenso. Otro plato poco habitual en la provincia y proveniente del recetario anglosajón que se podrá encontrar en “El Chozo” es el banoffee, un postre con platano y dulce de leche que si se puede encontrar por el Campo de Gibraltar, importado de la colonia inglesa, o en Jerez donde lo tienen un par de establecimientos.
La presencia de “clásicos” prosigue con unos chipirones en su tinta. “El pasado fin de semana vendimos más de 20 kilos” señala. A estos los acompaña con otro plato de fondo vasco, unos tacos de merluza rebozada y el clásico arroz en blanco. En la carta suele tener siempre sugerencias, entre ellas, cada día, un plato de cuchara y la idea es instalar para el verano dos parrillas, una dedicada a carne y otras al pescado. “Quiero tener una buena versión del calamar a la plancha, porque tenemos muy buena materia prima por la zona y hay que aprovecharla”.

Fachada del restaurante Foccolare, en General Pardiñas, 40 (Madrid).
Para terminar otro clásico, su tocino de cielo, otro de los platos fuertes del restaurante Focolare (ver nótula núm. 551 en Gente del Puerto) en Madrid. Roberto se ha hecho también para su establecimiento con un joven profesional de prestigio, el maitre Martin Dominguez Gil, de 26 años y natural de Vejer. Dominguez ha estado casi dos temporadas en Aponiente, en El Puerto de Santa María, formándose al lado de uno de los somelier de más prestigio ahora en Andalucía, Juan Ruiz Henestrosa, del que ha aprendido su pasión por los jereces. Estos estarán muy presentes en la carta de El Chozo, donde también habrá blancos y tintos de la provincia, además de vinos de otras denominaciones de origen. “Queremos que no sólo haya riojas y riberas del Duero, sino que haya represantaciones de más zonas de España”. /Texto: Pepe Monforte.
Con anterioridad a su entrada en Vistahermosa, Roberto ha participado en el proyecto Ajo Negro, en Jerez. Ver nótula núm. 1.749 en Gente del Puerto















"En 1891 ofrecióse a Isaac Peral un banquete en el barrio de Guía, del Puerto de Santa María, en el que figuraron veintiún platos, todos de pescados y mariscos y todos preparados al estilo de los marineros , que son los habitantes de aquella barriada”. No se dice en el libro de Dionisio Pérez si el banquete fue en homenaje a Isaac Peral y su tripulación por el éxito de las pruebas de inmersión de su famoso sumergible en aguas de la Bahía de Cádiz.


Pedro de Mercader i Zufía, Almirante de la Armada, bisabuelo de mi mujer, y tatarabuelo de mis hijos (portuenses como yo) , nació en Barcelona en 1857 y murió en la misma ciudad en 1928. Descendiente directo de Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós ). Falleció antes de heredar el título de Conde de Belloch que pasó directamente su hijo. Hermano, a su vez, del Vizconde de Belloch. Familia, por tanto, de rancio abolengo catalán además de ilustres marinos. Su hija, Joaquina Mercader y Bofill, casó con el también conocido marino Juan Antonio Suanzes y Fernandez, Marqués de Suanzes, abuelos de mi mujer y, por tanto, bisabuelos de mis hijos. /En la imagen de la izquierda, Pedro de Mercader y Zubía.


El prestigioso crítico gastronómico de El País, Jose Carlos Capel, hace una semblanza de uno de los miembros del matrimonio de moda: el Gin Tonic. ¿Por que no combinarlo con ginebra local Rives?
Joaquín García Romeu nació en Cádiz en 1931. Casado con Juana Ruiz Muñoz, ‘Calleja’ tuvieron tres hijos: José Joaquín que es abogado; David Calleja indumentarista religioso y diseñador y bordador de arte sacro cofradiero
Joaquín tuvo negocios dispares, desde una droguería, pasando por empleado de la Caja de Ahorros de Cádiz, hoy Unicaja, precisamente en los bajos comerciales de su vivienda, hasta una perfumería en el local que ocupó la lechería de Paco Buhigas, todos ellos en la calle Vicario. También, en la casa familiar de la calle Vicario, con doble fachada, en este caso a la calle Santa María, regentó el bar rociero ‘El Camino’, donde había estado en los años sesenta el mítico e innovador ‘Club 2000’ y que en la actualidad se encuentra el bar rincón cofrade ‘El Submarino’ de Jesús Andrade