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josedenavarreteyvelahidalgo_puertosantamariaEl escritor, político y militar español, José de Navarrete y Vela-Hidalgo (ver nótula núm. 1.996 en GdP), nacido en El Puerto en 1836 y fallecido en Niza (Francia), en 1901, dejó escrita esta semblanza de nuestra Ciudad, en su libro: ‘De Niza y Rota’, colección de diversos artículos periodísticos, publicado en París. Los párrafos que reproducimos, pertenecen al artículo ‘Mi tierra’. 

“... el Puerto, con su ribera del Guadalete, sus parejas de faluchos pescadores, sus puentes colgantes, su calle Larga, su Fernán Caballero y su Javier de Burgos. [...] Tierra del sol en eterno fondo azul, de las flores del saber, del arte, del júbilo, de la gracia, de la hermosura, del amor... Tierra donde nací, ¡bendita seas! ... /En la imagen superior, José de Navarrete, --la calle donde nació se llamó así entre 1901 y 1935) y en la ilustración inferior, la portada del libro de artículos 'De Niza y Rota'.

josedenavarrete_nizayrota_puertosantamaria[En un comentario que hace a una antigua tonadilla: el Trípili, evoca sus años mozos en El Puerto] Esa tonadilla se cantaba medio siglo ha en el teatro, que ya entonces llamábamos Viejo, sito en la calle de la Misericordia, en el Puerto de Santa María... Recordaba yo ese pasado en el Casino de Niza como si fuera el presente, y así mismo veía en la calle de Palacio, frontero al paseo del Vergel y a la iglesia de la Caridad, una caserón de los Duques de Medinaceli, en el cual vivía una señora joven, con los cabellos casi blancos, bien parecida y de carácter angelical, casada con un anciano valetudinario [*], seres que ya dieron sus cuerpos a los gusano y velan hoy por mí desde o alto...”.

[*] Dicho de quien sufre los achaques de la edad: Enfermizo, delicado, de salud quebrada.

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La última semana de agosto, antes como ahora, coincidían en nuestra ciudad la mayor aglomeración de veraneantes y visitantes ocasionales del verano y se programaban en esos últimos días de afluencia masiva no solo los mejores espectáculos musicales y taurinos, sino las más sonadas y prestigiosas fiestas privadas, también llamadas “de familia”.

osborneguezala_puertosantamariaUna de las que por esa época alcanzaron mayor resonancia era la que organizaba Roberto Osborne Guezala, empresario triunfador en Sevilla con su fábrica de cervezas ‘La Cruz del Campo’,  aparte de ser accionista destacado de la firma vinatera de su apellido, fiesta que tradicionalmente realizaba cada verano junto con su esposa María Teresa Vázquez de Pablo en la ‘Casa Grande’ de Vista Hermosa, paraje que como pueden imaginar los lectores, estaba rodeado de pinares cuajados de camaleones, viñas rebosantes de dulce uva moscatel casi madura por aquellas fechas, retamales, higueras bravías y chumberas que servían para delimitar las lindes de las huertas y navazos de los mayetos que rodeaban tan magnífico chalet, sus instalaciones y jardines.  Aunque la familia solía cerrar la temporada estival, como era y es costumbre en los nativos,  después del día en que se celebra la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, festividad de la patrona local, la Virgen de los Milagros, esta fiesta reunía, además de a su extensa familia, muchos de cuyos miembros residían lejos de El Puerto, a un numeroso grupo de amigos e invitados de toda la comarca, de su misma clase social. Era una fiesta-baile nocturna,  a lo grande, sin escatimar gastos. /En la imagen de la izquierda, uno de los fundadores de Cervezas La Cruz del Campo, Roberto Osborne Guezala.

carlosdeborbon_infante_puertosantamariaReferiremos en esta croniquilla casi un siglo después, la  que tuvo lugar en el verano de 1926. Para la ocasión se engalanó toda la arboleda que rodeaba la fachada principal de la Casa Grande y el sendero de entrada con bombillas eléctricas de colores causando sorpresa de admiración a cuantos invitados iban llegando en sus coches desde Jerez, Sanlúcar, Cádiz… y también El Puerto.  El matrimonio recibía a los invitados en la hermosa escalinata de acceso por la que se asciende al ‘hall’ de la casa, iniciándose el baile de la tarde-noche en un espacioso salón que llamaban ‘Salón de Tennis’, posiblemente porque en los días de mucho viento, calor o lluvia, debido a sus dimensiones y la altura del techo, fuese utilizado como una pista cubierta para practicar ese deporte. Cabían holgadamente un centenar de parejas de baile, amén de la banda municipal que amenizaba la ‘soiré’ conjuntamente con una orquestita muy prestigiosa llamada ‘Sexteto Castillo’ considerada como una ‘jazz band’ que actuaba habitualmente en las selectas fiestas de la sociedad sevillana, y había sido contratada por  Roberto Osborne que la vio en una actuación en la casa palacio que  los Sánchez Dalp tenían en la plaza del Duque de Sevilla, en una fiesta organizada en honor de SS.AA los Infantes Doña Luisa y Don Carlos, a la que asistió como invitado. /En la imagen de la izquierda, Carlos Tancredo de Borbón-Dos Sicilias. Infante de España, bisabuelo materno del rey Felipe VI. (Gries-Francia) 10-11-1870 - Sevilla, 11-11-1949. /Foto: Colección Manuel Montes Mira.

Convertido parte del jardín en una especie de recinto ferial, con varias avenidas de albero que conducían a las pista de tenis en donde estaban instalados diversos puestos en los que se ofrecían deliciosos helados (fri-cap), mosto frío y varias clases de caldos generosos con la misma denominación o marca que el pinar que circunda la finca: ‘Mochicle’ y, por supuesto, la cerveza de la casa.  Los que no bailaban, paseaban por esas avenidas que iluminaban un centenar de focos y se iban instalando en la plaza portátil , que tenía amplias y cómodas gradas y dos palcos, uno para la banda de música y otro para la presidencia, montada junto a las pistas de tenis, donde tendría lugar a continuación una becerrada nocturna en la que intervinieron, en primer lugar Rafael Muñoz Ávila, toreando, banderilleando y estoqueando a un becerro, siendo aplaudido por los asistentes su voluntad y afición.

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'Villa Ángeles' o 'La Angelita', desaparecida hace cinco años, en 2009.

Hacía catorce años que había regresado de Cuba con su familia, pasando a vivir a una hermosa finca rústica del camino de Fuentebravía, llamada "Villa Angeles", que era el nombre de su madre. Esta denominación me trae el recuerdo de una encantadora casita, ya desaparecida, pintada de color siena, situada al otro lado de la antigua vía del tren de Rota, frente a la calle Ganado, conocida popularmente como "La Angelita", inmueble que citamos aquí como un nostálgico y simbólico recuerdo de los mucho que hemos perdido en la ciudad en el pasado reciente.

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La Casa Aramburu, en Cádiz.

El segundo lo lidió otro de los aficionados invitados, José Aramburu, hermano del jefe del partido conservador de Cádiz y pariente de Ramón de Carranza, diputado por El Puerto de Santa María en 1919. En el transcurso de la misma los asistentes pudieron presenciar, asombrados,  como se tiraba al ruedo un joven espontáneo, vestido con blusa de dril y gorra; casi inmediatamente hizo su aparición la autoridad en forma de guardia municipal, que procedió a su detención, tranquilizándose algunas de las espectadoras que se habían angustiado con el incidente.  Sin embargo, al llegar a la barrera, detenido y municipal, saludaron al público, que les aplaudía cariñosamente. Eran, uno de los hijos de los anfitriones, Roberto Osborne Vazquez y un amigo, Joaquín Lizárraga que habían preparado el numerito.  En el intermedio entre becerro y becerro, profesionales de la venta ambulante, consumados pregoneros de sus productos: agua, vino, cerveza, gaseosa… y toda suerte de 'chucherías gastronómicas', desde corrucos a 'güeros langostinos' ofrecían gratuitamente los mismos a todo el que los quisiera.

Del tercer becerro, para regocijo de los más pequeños, se ocupó la cuadrilla bufa de Fatigón, profesionales de los espectáculos denominados ‘charlotadas’ que actuaban con éxito en los cosos de todo el país con el nombre artístico de ‘Charlotte, Fatigon y su botones’ que desgranaron su repertorio de trucos y payasadas. Fatigón, montado en la caña de una escoba con una cabeza de caballo de cartón realizó todas las suertes del rejoneo, finalizando con oficio de un estoconazo, pie a tierra, su actuación, que fue muy jaleada por los asistentes. La cuarta y última res que salió al ruedo fue lidiada y estoqueada por el ganadero sevillano Tomás Murube, que tiene una calle en aquella capital andaluza. Según se indica en la reseña del acto inserta en la ‘Revista Portuense’, en la que nos hemos documentado para escribir esta nótula, su actuación estuvo plena de “arte y valentía”.

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Tomás Murube y Sebastián Recasens, en 1934, en el aeródromo de Sevilla junto a la primera piloto femenina del aeroclub, Gloria Cuesta, a los pies del autogiro de La Cierva.

Una década después, en los primeros compases de la guerra civil, pilotando, conjuntamente con Sebastián Recasens, una avioneta del Aéreo Club de Sevilla en labores de reconocimiento, tal vez imprudentemente, fue derribada por los fusiles de los milicianos republicanos a la altura de la Roda de Andalucía. Aunque salieron con vida del percance, como señala Mercedes Fórmica en su obra ‘Visto y vivido’ 1931-1937’: “En aquellos días no se hacían prisioneros” y fueron ambos fusilados.

Durante la lidia de los tres becerros por parte de Muñoz Ávila, Aramburu y Murube, estuvieron asistidos y ayudados por una cuadrilla formada por José Mora Figueroa, Manuel Salvador y José Antonio Benvenuty, este último habitual actuante por esas fechas en becerradas realizadas en el coso portuense y, posteriormente,  banderillero profesional formando parte de la cuadrilla de Manolo del Pino, el mítico novillero local 'El Niño del Matadero'.

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En la imagen, Manuel del Pino, 'Niño del Matadero'.

Finalizamos esta mirada retrospectiva, reproduciendo textualmente el comentario del cronista que vivió hace ochenta y ocho años aquel evento social veraniego: “Terminada la fiesta taurina que resultó brillantísima, dirigióse nuevamente la concurrencia al salón de ‘tennis’ pasando antes por los puestos (anteriormente mencionados) donde se servían toda clase de delicados fiambres, pastas, dulces finos, medias noches, emparedados y por último, chocolate. Reanudado el baile en el (salón) tennis, no cesaban en el baile las parejas, continuando en amenizar la fiesta el ya consignado sexteto Castillo, interpretando lindos ‘foxtros’ y la banda municipal con alegres pasodobles y otros números. La agradabilísima fiesta duró en todo su apogeo y brillantez hasta después de la seis de la mañana". /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA

 

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La UCD que lideraba en El Puerto Víctor Unzueta ganó las elecciones pero no llegó a gobernar Conocidos portuenses formaron parte de aquel proyecto político. El reciente fallecimiento del ex-presidente del Gobierno Adolfo Suárez es una buena excusa para echar la vista atrás y rememorar aquellos años de la Transición en los que el partido creado por el político abulense, la Unión de Centro Democrático (UCD) sirvió de revulsivo para que muchos ciudadanos de a pie se interesasen por la política activa en un ambiente de grandes cambios y sobre todo de mucha ilusión por el futuro.

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Un retrato de Suárez presidía la sede local del CDS. En la foto están Antonio Morillo presidente provincial del partido, diputado a Cortes y alcalde de Vejer, Gerardo Harguindey, Francisco Moreno, Enrique Bartolomé y Manolo García Campos.

En El Puerto, la cara visible de UCD en aquellas primeras elecciones democráticas de 1979 era Víctor Unzueta Gabiola, conocido abogado que encabezó una lista integrada por portuenses muy conocidos pertenecientes a todos los ámbitos. En esa lista estaban, entre otros, Antonio Nogués Ropero, Manuel Pacheco Albalate, Victorina Arrobas Vila, Antonio Ariza Albaiceta, Carlos Campoy López, Ramón Bayo Valdés o Enrique Miranda García...

El programa electoral con el que UCD concurrió a aquellas municipales puede ser calificado de progresista. Bajo el lema 'Un programa real para un Puerto actual', contemplaba entre otras propuestas la recuperación medioambiental del río Guadalete -una lucha que después harían suya los ecologistas-.

Algunas de las propuestas recogidas en aquel programa resultan hoy tremendamente actuales, como la necesidad de mejorar la asistencia sanitaria y acercar los servicios de la Seguridad Social a la ciudad para evitar a los portuenses los desplazamientos a otras poblaciones; la mejora del servicio de transportes; la promoción del asociacionismo; la mejora de los centros de enseñanza o el fomento de las inversiones en la ciudad apostando por la creación de empresas y coorperativas, así como el desarrollo del sector turístico, entre otras medidas.

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El abogado Victor Unzueta lideró la formación centrista en El Puerto.

Aunque en las elecciones de abril de 1979 la lista de UCD resultó ser la más votada, obteniendo ocho concejales (4.902 votos) los juegos malabares de la política hicieron que finalmente ese primer gobierno municipal de la recuperada Democracia estuviera presidido por un alcalde comunista, Antonio Álvarez, tras el pacto suscrito entre las fuerzas de izquierdas con la suma de los concejales del PCE, el PSOE y el PSA.

No sabemos qué hubiera pasado si en aquel momento hubiera gobernado la lista más votada, quizás mediante un pacto con el PSA que no llegó a cuajar.

Enrique Bartolomé, ex-militante primero de UCD y después del Centro Democrático y Social (CDS), recuerda que aquella primera lista con la que él colaboró en principio como un jóven simpatizante que ayudaba a pegar carteles, con apenas 20 años, era una candidatura "de personas que estaban por encima de las ideologías. Creo que Víctor Unzueta podía haber sido un buen alcalde", afirma, y lamenta que a pesar de aquel pacto "el PCE, el PSOE y el PSA no tenían nada en común y el único motivo para pactar fue quitarle la Alcaldía a UCD".

Tras aquel primer contacto con la política, Enrique Bartolomé profundizaría más adelante su relación con UCD y llegó a ser, algunos años después, vocal del comité ejecutivo nacional de las Juventudes Centristas, un cargo que le permitió conocer de cerca al entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez, con quien llegó a estar incluso una vez en el Palacio de la Moncloa, junto a otros 13 jóvenes que formaban parte de aquel comité.

Tras la caída en desgracia de Suaréz y su dimisión como presidente del Gobierno, Bartolomé pasó luego a integrarse en el CDS, la nueva formación creada por Suárez, y llegó a ser número 4 en la lista al Congreso por esta formación en las elecciones generales de 1986.

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Candidatura UCD elecciones municipales 1979 (1)

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Candidatura UCD elecciones municipales 1979 (2)

En aquella campaña electoral fue, además, uno de los responsables de prensa del CDS, por lo que realizó varios viajes en autobús con el presidente del partido, del que recuerda que era "una persona encantadora. Vino cuatro veces a la provincia de Cádiz y recuerdo de él la prodigiosa memoria que tenía. Cuando íbamos a visitar una ciudad pedía un par de folios con datos de algunos de los personajes más conocidos de la localidad. Quería estar al día también de los asuntos de actualidad en cada momento y del contexto histórico de cada población. El resultado era que cuando hablaba con la gente lo hacía tan bien que parecía que conocía perfectamente ese lugar... Era una persona muy cercana y a la que sobre todo le interesaba el consenso. Una de sus máximas era decir que él no quería vencer, sino convencer". También recuerda Enrique Bartolomé cómo le gustaba a Suárez viajar charlando con los periodistas en el autobús de dos plantas en el que realizaban los desplazamientos de campaña, a pesar de que sus asistentes le reñían recordándole que tenía que descansar. "No comía nada, se alimentaba de tortillas francesas y era un fumador empedernido", recuerda.  Lo que no consiguió Bartolomé, que también fue concejal del CDS en El Puerto entre 1987 y 1991, fue que Suárez llegara a visitar la ciudad. Una 'espinita' que no se le ha olvidado. /Texto: Teresa Almendros.

luismazzantiniyeguia__puertosantamariaEl 6 de diciembre de 1880 'El Toreo' (Madrid) publicaba los siguientes datos biográficos del matador de toros, Luis Mazzantini, cuando este, --por vez primera-- despachaba un toro de puntas en la Plaza de Madrid.  «Luis Mazzantini y Eguía es natural de Elgoibar (Guipúzcua), donde nació el 10 de Octubre de 1856. En unión de sus padres se trasladó a Italia en 1867, donde residió hasta 1870 en que regresó a España, ingresando en la servidumbre del Rey Don Amadeo de Saboya. En 1873, fue nombrado factor telegrafista de los ferrocarriles del Mediodía, y en 1878 jefe de Estación en la de Malpartida, dejando su destino en Mayo de 1880, para dedicarse al arte del toreo. Toreó por primera vez en Albacete, el año 1873, en dos novilladas organizadas por los empleados de aquella Estación, matando dos toretes. Después trabajó como sobresaliente en dos becerradas, dadas por la Sociedad de socorros de ferrocarriles, que se celebraron en Madrid en 1877 y 79». «.../... has toreado en varias plazas, entre ellas, Valencia de Alcántara, Sonseca, Villena, Jadraque, etc... Posee los idiomas italiano y francés, y tiene el título de bachiller en artes».

Nos encontramos ante un torero, hijo de ingeniero italiano y madre vasca, con formación académica, que hablaba idiomas y que además llegó al mundo del toro -sin poner siquiera- un tercio de banderillas. Recibió el tratamiento de 'Don' y el de 'Señorito loco' habiendo torerado con las máximas figuras de su tiempo, caso de Rafael Guerra, Lagartijo y Frascuelo.

De elegante vestir y codeándose con la alta sociedad, cultivó amistades entre los artistas y frecuentaba las tertulias literarias, acudiendo con asiduidad a la Ópera o al Teatro. Llegó inclusive a ser, actor en las obras 'La mujer del sereno'  y 'El Salón de Eslava' en donde tomó parte como protagonista, con muy buen estilo, tanto que el periódico 'La Palma de Cádiz' de febrero de 1884 publicaba -en relación a las citadas obras- lo siguiente: »../... se posesiona de tal modo de su papel y lo desempeña con tanta naturalidad, que nos hace dudar si es actor o torero. Tanto en las tablas como en el redondel, se porta el bachiller a las mil maravillas».

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El Recreo de Mazzantini, en la carretera de Rota.

Fue uno de los toreros que más corridas despachó en su vida profesional, adquiriendo una considerable fortuna. Aunque tenía residencia en Madrid, poseyó para su descanso una magnífica finca en El Puerto de Santa María donde pasaba largas temporadas, frecuentando bastante la ciudad de Cádiz, dado su cercanía, donde acudía al teatro.

Atípico hasta límites insospechados, Mazzantini en una entrevista concedida a la revista Nuevo Mundo (20 10 1897) declaraba que se hizo torero en Francia, por ser allí donde primero se le abrieron las puertas. De regreso toreó varias corridas en España y marchó a América donde permaneció por espacio de tres años.Tomó la alternativa en Sevilla de la mano de Frascuelo en 1884 y en el mismo año se la confirmó Largartijo en la plaza de Madrid.

El 20 de octubre de 1897 se publicó una interesante entrevista en la revista Nuevo Mundo, artículo firmando por el periodista E. Contreras y Camargo. Algunas de las fotos que aparecen en esta entrada, pertenecen a dicho artículo.

Se retiró del mundo del toro en febrero de 1905, al fallecer su esposa, dedicándose al mundo de la política, donde llegó a ser concejal en el Ayuntamiento de Madrid, teniente de alcalde, miembro de la Diputación Provincial y gobernador civil de Guadalajara y de Ávila.

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Mazzantini, su sobrina, su señora, su cuñada, su hermana y el prometido de ésta.

Declaró al periódico El Fígaro de Madrid en 1919 lo siguiente «Para poder ser algo en España no había más camino a seguir que el de ministro o el de torero, y que. viendo que no podía ser ministro, optó por ser torero».

Mazzantini además tuvo una hija natural o una sobrina (quizás la de la foto de arriba) --no se sabe con exactitud--, que se dedicó con aprovechamiento al cante flamenco y que tiene atribuido un estilo de Soleá encuadrada por Los Soler en la zona cantaora de Jerez, llamada de 'Teresita Mazzantini'. Dicho estilo, muy poco difundido, está recreado en uno de Frijones, aunque con matices en sus primeros versos del primer estilo de Enrique 'El Mellizo'. Los primeros artistas que lo impresionan son: Manuel Torre (1909), Pastora Pavón 'Niña de los Peines' (1910) y Pepe ‘el de la Matrona’ (1914).

obispo_obispa_22_puertosantamariaPosteriormente es nuevamente grabado por Antonio Mairena.. Según Alonso Núñez 'Rancapino' su abuela, 'Tia Antonia La Obispa' cantaba esta soleá con gran flamencura y es muy posible que 'La Niña de los Peines' lo aprendiera directamente de Teresita o bien de 'La Obispa' del Puerto.

Pero ahora viene lo bueno... y es que el 'vascongado' Mazzantini, amén de todas las profesiones que  dijimos antes, también fue flamenco de pro, fíjense la que lió en la Muy Noble, Antigua y Leal Villa de Valencia de Alcántara (Cáceres), mas concretamente en un Café Cantante de dicha localidad, tal como recoge el periódico madrileño ‘El Enano’ de fecha 23 de enero de 1898. (artículo también publicado en 1910 por el periódico ‘El Bloque'). /En la imagen de la izquierda, El Obispo y La Obispa.

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¡Que lástima! que no tengamos en la actualidad, políticos de la talla y clase de Don Luis Mazzantini, ¡todo un dandi!. /Texto: Antonio Barberán.

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Antonio Beato era oriundo de Trebujena pero nacido en El Puerto de Santa María. Trabajó en la bodega de  Cuvillo, y fue siempre representante de los trabajadores, desde los antiguos enlaces sindicales hasta después Delegado Sindical en democracia. En esta empresa sufrió y luchó su reconversión y cierre allá por mediados de los ochenta del siglo pasado. Formó parte en varias ocasiones de la negociación de los convenios colectivos de la Vid. Perteneció al comité locas de la UGT de El Puerto, miembro de le Ejecutiva Comarcal de Jubilados y Pensionistas de la UGT Comarca de Jerez, Miembro de la Ejecutiva Provincial de la misma Federación, e incluso a nivel Regional, y miembro del Comité Estatal de la citada Federación. Por este motivo viajó por toda España aunque primordialmente a Madrid. Organizó varios viajes al Congreso de los Diputados de España, al Parlamento Europeo, y mantuvo una continua relación con los sindicatos alemanes de jubilados de la región alemana de Hann.

Se nos ha marchado. Se nos ha ido Antonio Beato, El Peseta, como cariñosamente todo el mundo lo conocía. Ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar, como escribiera Antonio Machado. Así lo quiso él.

Sin riquezas ni honores, ni prebendas o privilegios, sin medallas ni trofeos, humildemente como vivió. Sí, se dirá, como otros muchos ciudadanos y ciudadanas. Es verdad. Pero él, en la "nave que nunca ha de tornar", la llevaba llena de corazones. De los corazones de miles de trabajadores: de las bodegas de Cuvillo, de los trabajadores de la Vid, de esta comarca bodeguera jerezana, de los trabajadores de El Puerto, de la provincia de Cádiz, de Andalucía, de España.

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Camión con botas de la desaparecida Bodegas Cuvillo.

Recorrió las tierras de esta comarca con los Convenios de la Vid para repartirlos, explicarlos, debatirlos, pelearlos, negociarlos… Vivió de cerca, en sus propias carnes, la larga y dura reconversión industrial de las bodegas. El cierre de la suya propia: Cuvillo. Ayudaba además a los otros trabajadores, ya fuesen del mar, de la industria, de los servicios, del campo… No tenía preferencias. Siempre con su sindicato, siempre con la Unión General de Trabajadores. En la clandestinidad y en la transición con la Unión Sindical Obrera. Siempre en el sindicalismo socialista. Socialista hasta la médula aunque sin afiliación política. ¿Extraño? No. Él no necesitaba demostrar sus pensamientos con carnet. Pero allí estaba para lo que hiciera falta, como muchos militantes de la vieja escuela: darlo todo sin pedir nada a cambio.

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En la Casa del Pueblo de la UGT de El Puerto en una convivencia con Esteban Caamaño y su esposa Lola y a el compañero Francisco Guerrero

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Congreso de los Diputados. El Peseta, en la escalinata derecha, en el último escalón con afiliados de la Unión de Jubilados y Pensionistas de la UGT de Cadiz.

Y en su jubilación, jubilado del trabajo que no de la lucha. Y allí en la vieja y nueva estación de ferrocarril de nuestro pueblo lo podíamos encontrar casi todas las mañanas y muchas tardes camino de la sede provincial de los Jubilados y Pensionistas de la UGT. O camino de Sevilla, o de Madrid, o de Murcia, Valencia, Zaragoza... ¡que sé yo! No paraba. Tuvo fuerzas hasta muy cercana la muerte. Cuando muchos compañeros abandonaban por la edad, enfermedad, cansancio, desilusión, o se los llevaba la parca, él continuaba casi hasta los 90 años en que nos ha dejado.

hermanolobo_1983Estaba para todo. Estaba tanto "para un roto como para un descosido". Los primeros de mayo, los congresos, reparto de propaganda, la pegada de carteles, la ayuda en movilizaciones de otros colectivos, o los suyos propios, u organizar las fiestas de navidad, las visitas de los jubilados alemanes, la entrega de premios o regalos para otros... Pero siempre con esa disciplina admirable, difícil de entender por las nuevas generaciones, de que lo manda el secretario general y basta, aunque previamente lo haya debatido e incluso no lo viese muy claro. ¡Vieja escuela, pero tan necesaria!  /En la imagen de la izquierda, portada de la revista satírica y de humor 'Hermano Lobo', que fue secuestrada en alguna ocasión de los kioskos.

Has dejado un rastro de ejemplaridad de vida. Nos has dejado sin aspavientos, humildemente, sin ruidos, rodeado de tus gentes, tus amigos, tus conocidos, tus compañeros. Pero tus alforjas van llenas de corazones agradecidos, de lucha por los demás, de constancia, de fe en tu clase, de filantropía, palabra que es posible que no la entendieras. No importa: la practicabas. Si existe un Dios bueno, y no sé si creías o no, nunca lo confesabas, seguro que está rodeado de personas como tú. Vivirás eternamente en los corazones y en la mente de los trabajadores. ¡Adiós Antonio, adiós Peseta, hasta siempre! /Texto: Elias Py Rodríguez.

Escena histórica, obra del pintor José Aparicio Inglada, que representa el desembarco de Fernando VII y la familia real en El Puerto de Santa María de Cádiz el 1 de octubre de 1823.

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En primer término la falúa real y en el muelle multitud de personajes. En el centro, el Monarca y el duque de Angulema estrechan sus manos. A ambos lados de ellos, personajes de la Casa Real y detrás, representantes de la nobleza española, generales franceses, así como el clero y personalidades del Ayuntamiento de la Ciudad. Al fondo, la Aduana (Real Fábrica de Aguardientes y Licores) y el Castillo de San Marcos, y otros edificios, en cuyas terrazas y balaustradas se agolpa la muchedumbre. 

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Vista de El Puerto de Santa María, desde el Castillo de San marcos. Los soldados al mando del Duque de Angulema, en el Patio de Armas del Castillo, al fondo Cádiz y los barcos que traían libre a Fernando VII, después de liberarlo en Cádiz, para llegar a los muelles de El Puerto. (Colección L.S.A.)

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) Fernando VII se vió obligado a jurar la Constitución de 1812 y aceptar, por lo tanto, el modelo liberal y constitucional al que era contrario. La Santa Alianza, formada por los países que defendían el modelo absolutista en Europa, deciden en el Congreso de Verona de 1822 intervenir en España para restablecer el absolutismo en la persona de Fernando VII y, para ello, Luis Antonio de Borbón y Saboya, duque de Angulema, se puso al frente del Ejército de Los Cien Mil Hijos de San Luis. Ante el avance inminente de las tropas francesas hacia Madrid, las Cortes liberales deciden trasladar al Rey a Cádiz, reteniéndole en el Palacio de la Aduana (sede de la actual Diputación Provincial). Pero el duque de Angulema avanzará imparable hasta El Puerto de Santa María, situándose frente al edificio en el que se encontraba el Rey, por lo que las Cortes liberales no tuvieron más remedio que capitular y liberar al monarca de su cautiverio. Así, el  1 de octubre de 1823 Fernando VII embarca en la falúa real para realizar la travesía marítima más larga de su vida, y cruzar la Bahía de Cádiz. El cuadro constata este hecho histórico que, en  definitiva, significa el fin del Trienio Constitucional y da comienzo a la denominada “Década Ominosa” (1823-1833).

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“Llegada de Fernando VII en una falúa al muelle de El Puerto de Santa María”. Litografía. (Colección de Antonio Osborne Vázquez en 1959)

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Los personajes de la familia real son claramente reconocibles, gracias a que José Aparicio dejó por escrito, en un documento, la descripción del cuadro, aclarándonos entre otras cuestiones el asunto y los nombres de los personajes representados en el mismo. Así sabemos que a la izquierda del Rey aparecen: la Reina María Josefa Amalia de Sajonia; la infanta Luisa Carlota llevando de la mano a su hija mayor, su esposo don Francisco de Paula, la infanta Princesa de Beira, María Teresa de Braganza y, delante de ella, su hijo el infante Don Sebastián Gabriel, sobre cuyo hombro apoya la mano. A continuación los otros infantes niños, en brazos de sus amas de cría vestidas con trajes provinciales y en el extremo de la falúa, un guardiamarina y varios muchachos subidos a los palos, con el fin de llamar la atención con sus gritos. Los personajes a la derecha del duque de Angulema son los siguientes: los infantes María Francisca de Asís y Carlos María Isidro que lleva de la mano a su hijo el infante Carlos Luis, conde de Montemolín. Detrás y sobre la escalera aparecen varios sacerdotes y figuras eclesiásticas cubiertas con capa pluvial y bajo palio, entre ellos aparece el arcipreste de El Puerto, con el Limnum Crucis, la Cruz de Cristal de Roca y el Palio que en la se continúan conservando en la Iglesia Mayor Prioral. A continuación y algo más alejado, se ve a la comitiva del Ayuntamiento con sus maceros y, en la parte más baja, vemos a varios generales franceses y militares españoles.

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Grabado que representa una escenas del  desembarco del Rey Fernando VII y su familia en El Puerto de Santa María el año 1823, retenido en Cádiz por los liberales por sus veleidades absolutistas.  J.P. Wagner sobre dibujos de Andreas Rossi. Siglo XIX. (Colección J.S.A. Bruselas).

Texto del Grabado: «DIA 1 DE OCTUBRE DE 1825. SSMM DESEMBARCAN FELICEMENTE EN EL PUERTO DE S: MARÍA, CON SSAARR LOS YNFANTES.
SAS el S Duque de Angulema el SS Duque del Ynfantado y todas las Autoridades los reciben á su desembarque y un inmenso gentío con aclamaciones de gozo veneran al deseado FERNANDO. Segun lo dispuesto por Exmo S. Capitán General de los Reinos de Andalucía se dedica a todos los Españoles Religiosos honrados, amantes y fieles a su amable Soverano el S. D. FERNANDO VII Q.D.C.

El lienzo principal que ilustra esta nótula, que tardó cinco años en realizarse, reproduce el lienzo de gran formato (7 x 4 metros), destruido en el incendio del Convento de las Salesas Reales de Madrid en 1915, donde se encontraba instalado el Tribunal Supremo. José Aparicio, como pintor de Cámara de Fernando VII, había pedido permiso al Ayuntamiento de Madrid para representar en un monumental cuadro el acontecimiento aquí narrado. De este modo, una vez concluida la obra en 1827, el Ayuntamiento obsequió con este lienzo al Rey y pasó a formar parte de las colecciones reales del Museo del Prado y éste a su vez, lo depositó en el Tribunal Supremo en 1883. Además nos consta que los Ayuntamientos de El Puerto de Santa María y el de Jerez de la Frontera solicitaron sendas copias del mismo, sin embargo la historiografía considera que el cuadro que se conserva en el Museo del Romanticismo sería otra obra reproducida por Aparicio una vez ya concluido el primigenio, de 82 x 115 cms.

fernandogago_inmemoriam_puertosantamariaHoy se cumplen dos años desde que nos dejara Fernando Gago, quien fuera alcalde de El Puerto, (ver nótula núm.  974 en Gente del Puerto) muchos años presidente de la Plaza de Toros, director de RRPP en Bodegas Terry y sobre todas las cosas amante de El Gran Puerto de Santa María, (al que el poeta José Luis Tejada bautizó como Tuerto de Tanta Apatía, visto lo visto). Traemos a estas página la alocución que su hija Verónica Gago Leyras pronunció el pasado año, en nombre de la familia, durante el acto de la presentación del libro ‘El Habla de Gago’ (ver nótula núm. 1.766 en Gente del Puerto). Por cierto que, Rodrigatos de la Obispalía, municipio de 49 habitantes de la provincia de León, era un lugar recurrente en las conversaciones con Fernando Gago, por lo que pensamos que, dado el tiempo transcurrido sin noticias de él, bien pudiera haberse marchado allí, aquellos que pensamos que sigue entre nosotros, con su ocurrencias y su sentido del humor. A su buena memoria. /Foto: Jorge Roa.

Buenas noches a todos, incluidas las personas humanas, los militares sin graduación y el representante del arzobispado de Sigüenza Guadalajara.

En primer lugar gracias, muchas gracias a todos los presentes. Dar las gracias se lleva mucho con esto de la crisis porque no sólo es gratis sino que no tiene IVA y no aumenta la retención del IRPF. Así que muy agradecida con los amigos, conocidos, compañeros y familia de nuestro padre Fernando Gago por haberse tomado la molestia de venir a esta presentación. También aprovecho, ya puestos, porque no se hayan tomado la molestia de venir a este acto los posibles acreedores de la familia. Os lo agradecemos de todas las maneras posibles.

Agradecer también las palabras de Luis Suárez, que además de realizar un prólogo del libro de categoría y poderío –sin faltas de ortografía relevantes-, ha estado con nosotros, y conmigo en especial en todo momento. Está claro que no podías faltar, entre otras cosas porque él no te lo habría perdonado.

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Verónica Gago, durante su intervención en el acto. A la derecha, la concejala de Educación, María Antonia Martínez y el autor del libro.

A este libro que hoy presentamos no le falta ni un hervor porque como decía mi padre cuenta con tós sus avíos. Por cierto, que es una pena que ya no esté abierta la Librería de Cortés en la calle Luna para ponerlo a la venta.

Por eso y porque no hay que ser desagradecida, mi familia, a la que hoy represento, por decisión directa del autor, quiere dar las gracias a José María Morillo por parir un libro en el que ha puesto de manifiesto la forma de ser, actuar y pensar de nuestro padre, Fernando Gago.

Un libro con sus páginas, una detrás de otra, bien numeradas, su portada, su contraportada, sus letras y sus párrafos. Con el prólogo al principio y no al final. Todo bien puesto en su sitio. Una obra digna de ser leída o, en su defecto, calzar una mesa que esté coja.

El libro –cuya competencia de ventas con el último libro de Dan Brown dará que hablar, seguro- ha sido fruto de una relación de hecho, larga, intensa y fructífera que no terminó en divorcio sino en una entrañable amistad y en una relación de profesor y alumno avanzado, que sólo acabó porque a Fernando le dio por morirse de forma inoportuna y, porque como él decía y es recordado en el libro “últimamente se está muriendo gente que nunca lo había hecho antes”.

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El actual alcalde, Alfonso Candón, en la cola para la firma de libros, durante el acto en junio de 2013 en el Castillo de San Marcos.

Los que hemos tenido la suerte de poder leer el borrador del libro nos hemos reído y llorado al mismo tiempo porque cada expresión que se recoge nos trasportaba al instante en el que la frase era pronunciada por Fernando y ha hecho que, por momentos, lo tuviéramos todavía en nuestras vidas.

José María, nos has emocionado con la idea desde el principio y con el resultado final, que refleja, para bien, mal o regular, como fue su vida y su trayectoria. Mucha gente, como nosotros, tiene la suerte de contar con un padre querido, pero muy poca gente tiene la suerte de contar con su vida en un libro, como el que has escrito, que perdurará en nuestros corazones y en nuestra memoria.

José María, mucha gracias y, gracias de corazón por dedicar tu tiempo y tu esfuerzo a estas páginas que como podría decir Fernando “me han salido del alma, sin dejar de dedicarle tiempo a mi familia; a mi mujer, a mis hijos y a los hijos de mi mujer”.

Gracias a ti y, a todos por estar aquí –incluyendo a los que han venido sólo por el canapé que va a empezar a servirse de un momento a otro-, recordando a la persona que creía en Dios y en el bicarbonato y que intentó por todos los medios ser un gran padre y un gran alcalde. Lo primero, lo consiguió. Lo segundo, que cada uno que piense lo que quiera.

Ha quedado un libro que dan ganas hasta de leer.  Memorias y expresiones por casa…. /Texto: Verónica Gago Leyras. 

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Sede del Museo Municipal, compartida con la Academia de Bellas Artes.

Esta Ciudad, que presume de Historia, Congresos y Turismo, tiene museos de “medio ganchete”, pero no hay campaña electoral en que este de aquí y el otro de allí, no haya prometido un museo de tal o cual cosa. La verdad que el único que medio cumplió fue  Antonio Muñoz Cuenca (ver nótula núm. 069 en Gente del Puerto) en cuyo mandato, como Concejal de Cultura  logró para El Puerto un Museo, con vistas a mantener aquí los valiosos materiales que afloraban en Doña Blanca.

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Interior del Museo Municipal 

En la Casa del Marqués de la Candia se pusieron los cimientos de un Museo con materiales arqueológicos de Doña Blanca. Luego, yo, en mi mandato como Concejal, los  pude ir ampliando con donaciones de particulares que tenían alguna pequeña colección antigua o con ánforas y ajuares que, de mi bolsillo, iba comprando a mariscadores y chamarileros. Excavaciones locales, rústicas y urbanas, proporcionaron un buen número de piezas, unas expuestas y otras no. En pintura se recurrió a donaciones y a una compra. El equipo de restauración ha hecho lo que ha podido –y muy bien-- siempre con escasísimos medios.

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Interior de la Sala Hospitalito.

Total, que hay un Museo modestísimo, y, desde que Juan Gómez Fernández y Enrique  Moresco García fueron Concejales de Cultura, se comenzaron las obras del Hospitalito para destinar todo el edificio a Museo, pero, la verdad, es que se ha quedado en una sala-sucursal y nada más. Ha sido buena cosa exponer”la pieza del mes” y darla explicada en folletos, lo que, desde que Javier Maldonado es director se viene haciendo. El grueso de los materiales de Doña Blanca se fueron al Museo de Cádiz.

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Palacio de Araníbar, sede de la Concejalía de Turismo. En su primera planta está previsto un Museo a Cargadores a Indias.

Se nos prometió hace cosa de más de seis años, un Museo de Cargadores a Indias, en el Palacio de Aranibar, pero ese Palacio se ha destinado a dependencias municipales de Turismo. En la hoy Bodega de San José, Javier Maldonado y su equipo de Patrimonio, en los 80, organizaron una magnífica Exposición del Vino, que bien tuvo el porte de un gran museo.

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Exposición taurina celebrada en el Instituto Santo Domingo en 1955, con motivo de las Bodas de Diamante de la Plaza de Toros.

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Exposición taurina de José Luis Galloso, que se puede contemplar en los salones de  El Cortijo.

En cada campaña se habla de un Museo Taurino, en los bodegones de la Real Plaza de Toros, y nada de eso se ha hecho. ¿Dónde estarán las seis monturas de picar del XVIII del guadarnés de la Plaza?. Las colecciones de carteles y objetos taurinos, valiosísimas, de Luis Prieto y de Manolo Almagro, desconozco dónde estén. Las de Antonio Ruiz Alcón y de su yerno, algún día las veremos aventadas por esos mundos de Dios. Existen colecciones taurinas muy  importantes en las bodegas de Osborne y de Caballero. En 1955, en el entonces Instituto Laboral, se organizó la Exposición Taurina  con motivo de las Bodas de Diamante de la Plaza de Toros, que causó pasmo y orgullo a El Puerto  (ver nótula núm. 832 en Gente del Puerto). En El Cortijo de Paco Custodio hay una pequeña exposición taurina dedicada a José Luis Galloso (ver nótula núm. 368 en Gente del Puerto). 

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 Museo de Ciencias Naturales en San Luis Gonzaga, en los inicios del siglo XX.

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El Museo, en la actualidad. A la izquierda el director del centro, Lorenzo Rus.

Con motivo del 150 aniversario de la fundación del Colegio de San Luis Gonzaga se habla de abrir a los escolares portuenses el impresionante Museo de Historia Natural (ver nótula 261 en GdP) con que cuenta, desde el siglo XIX, el edificio. Siempre he querido, sin conseguirlo, un acuerdo entre SEPRONA y el Colegio de San Luis para dejar en comodato los animales disecados que decomisa esa sección de la Guardia Civil y aumentar el Museo tan rico del Colegio.

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La denominada por el Prf. Ruiz Mata cueva cantera 'De la Luz Divina', en un lamentable estado de conservación.

Nos quedan, llenos de basura y abandonados, los espacios verdaderamente museables de las cuevas-cantera de la Sierra, envidiables por cualquier pueblo que los tuviera, sin que nadie les haga caso. Yacen, sin oficio ni beneficio, los legados  de Manolo Prieto y de Eulogio Varela y nadie les echa cuenta a tan importantes colecciones pictóricas que, incluso se están deteriorando con el paso del tiempo y sus inclemencias.

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Galería de retratos del poeta universal, en su casa de la calle Santo Domingo. 

Menos mal que se consiguió reunir y mantener el legado de Rafael Alberti en su Casa-Museo que no sabemos hasta cuándo durará. Pero, la verdad, yo no he visto una ciudad con mayores proyectos, nunca realizados, de museos de tal o cual cosa. Eso sí, en cada campaña de las municipales llueven promesas ampulosas de museos. Pero todo se queda en deseos “emíferos”,  que, como decía aquel, es más que efímeros. /Texto: Luis Suárez Ávila.

mordecaimanuelloach_puertosantamariaMordecai Manuel Loach, con tan singular nombre bíblico, si bien era de nacionalidad estadounidense, provenía de judíos portugueses, el cual llegó a plantear y fundar una comunidad hebrea ‘Ararat’, siendo precursor del moderno sionismo.

Diplomático, periodista y fundador de varios periódicos en Nueva York, escritor y dramaturgo, miembro de la Sociedad Histórica de Nueva York, estuvo en El Puerto de Santa María en 1814, según relata en su libro ‘Viajes en Inglaterra, Francia, España, y los Estados de Berbería, en los años 1813-14 y 15’, publicado simultáneamente en Nueva York y Londres, en 1819.

En la página 138 de su libro, procedente de Cádiz, relata: «Al día siguiente pasé a Porta [sic] Santa Maria, para visitar Xerez, o como lo pronunciamos, Sherry, un lugar con el que América está en deuda por sus importaciones de excelentes vinos. El barco estaba abarrotado de pasajeros, principalmente de campesinos que regresaban del mercado, junto con algunos frailes, los compañeros que nunca fallan en los viajes, así como viajeros de la zona --unos pocos quartos nos fueron exigidos, como de costumbre, para las animas Benditas y nuestra donación fue de cinco riales [sic]. Hemos chocado en una fea barra cerca del puerto de la que nos desprendimos con dificultad.

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Páginas interiores del libro 'Travels in England, France, Spain and Barbary States in the years 1813-14 and 15’ (Año 1819).

Peurto [sic] de Santa María, se encuentra en un buen territorio, rodeado de cultivos, en una ciudad floreciente, principalmente utilizada como residencia de verano, y tiene varios edificios hermosos junto con una Alamada [sic] espaciosa y una Plaza del Toro [sic] capaz de albergar 10,000 espectadores. Me perdí por las orillas del Guadalete, que aquí desemboca en la bahía de Cádiz, y su superficie de plata  era imperturbable, excepto por los barcos que se deslizaban por la suave corriente, lo observé con interés, fue el legendario Lethe, y no podía dejar de probar las aguas del olvido. Busqué en vano aquella frase:  ‘Mala hierba que crece en los muelles del Lethe’. 

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El Puerto en 1800.

Una Calasa [sic], con los caballos decorados con cintas y campanas, me llevó a Xerez. El campo se veía hermoso, y yo estaba rodeado de viñedos y olivos, y aquí y allá campos de maíz, ondeando de rica exuberancia. Nos acercamos a la llanura, y vimos Xerez».

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josepoquetcabreraJosé Poquet Cabrera nació en Calpe (Alicante), ciudad con la que está hermanado El Puerto de Santa María, por medio de la pesca y los hombres de la mar, donde se repiten apellidos --en ambas poblaciones-- desde antiguo. Fue bautizado en la parroquia de Ntra. Sra. de las Nieves. Su infancia transcurrió en ambientes marineros calpinos.

Ya hecho un joven fuerte y decidido, puso rumbo a América del Norte, trabajando en las obras del tendido de la línea del ferrocarril Pensylvania Express, que unió el norte con el sur de los Estados Unidos. Allí vivió con los emigrantes por antonomasia en dicho país, con una familia irlandesa, empero, regresaría a España y poco después, siguiendo con su espíritu aventurero, conocerá nuevas tierras, esta vez en el continente europeo. Francia, Alemania, Rusia y... vuelta a América, trabajando en los Altos Hornos americanos que, aunque debilitan su forma física, le proporciona buenos ingresos, regresando, definitivamente a España, a su Calpe natal.

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Un tren de pasajeros en la línea Pensylvania Express.

LLEGADA A EL PUERTO: 1931.
Allí se hace armador de barcos de pesca y su sueño se convierte en realidad, con el barco Melchora que sale de los astilleros levantinos. Ya por aquella época una importante colonia alicantina residía en El Puerto: los Roselló, los Perles, los Morató y otros muchos  apellidos de ‘la mejor tierra del mundo’ estaban asentado en nuestra Ciudad, a donde arribará con su embarcación en diciembre de 1931, ya con unos años y soltero. Le acompañaban dos hermanas y un sobrino, residiendo en el número 102 de la calle Larga.

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El 12 de abril se celebraron elecciones municipales. El 31 de mayo, ya con la II República, se volvieron a celebrar los comicios locales. Fueron alcaldes ese año Eduardo Ruiz Golluri por los conservadores y Francisco Cossi Ochoa, por los progresistas. 

Supo integrase en la sociedad portuense y se ganó el respeto de todos, tanto del sector pesquero como de otras actividades en el ámbito local.  Era un hombre bueno y honrado, querido y admirado por sus convecinos, que desbordaba sencillez y humildad. Una persona que no solo ayudó a las familias de pescadores, sino que contribuyó a la época de máximo esplendor de la pesca en El Puerto. Tenía mucha mano izquierda.

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Una foto de la vivienda de Tio Pé, arriba del desaparecido Casa Lucas, con la familia.

Tio Pé se trasladaría al número 110 de la calle Larga --arriba del famoso bar Casa Lucas--, al contraer matrimonio con Francisca Beltrán, con la que tuvo cuatro hijos, dos niños y dos niñas, que hoy viven en Calpe, llegando a ser representante de dicha colonia en nuestra población.

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El 'Melchora' y el 'Nueva Melchora', construido este último en alicante en el astillero de Vda. de Manuel Ripoll.

EL NUEVA MELCHORA Y LAS REDES.
Su barco, la Melchora, naufraga en aguas de Marruecos a consecuencia de una avería y, en cuanto pudo, puso en astilleros la quilla de la Nueva Melchora, continuando así su actividad pesquera en los caladeros marroquíes. Al mismo tiempo, simultaneaba dicha actividad con un taller de entintado de redes, en el mismo edificio donde guardaba los enseres propios de la embarcación. Fue armador, además, del Melchora y Nueva Melchora, de otras embarcaciones a lo largo de su trayectoria profesional: La República, Belimar, Monte Olta. Y Fabian, en honor de su hijo quien, entre las décadas de los sesenta a los ochenta estuvo embarcado como pescador y posteriormente como patrón de los barcos de su padre, marchando con posterioridad a Calpe en los años noventa, donde llegaría a ser Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores durante el mandato 2007-2011

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Unos rederos en plena actividad en el muelle.

EL PÓSITO DE PESCADORES.
“Tio Pé” fue un excelente pescador que cimentaba la amistad en condiciones de igualdad, en todas las esferas económicas y sociales que se daban cita en la desaparecida Casa Lucas, siendo el primer Presidente del antiguo Pósito Marítimo y de Pescadores --luego Cofradía de Pescadores--, que se constituyó el día 5 de mayo de 1934, sobre las cenizas de otro anterior en la década de los años veinte, sien su primer presidente el ex alcalde Ramón Varela Campos (ver nótula núm. 2.030 en Gente del Puerto) que desapareció por diversas razones en fecha incierta. En su refundación intervinieron apellidos de ascendencia alicantina, llegando a tener, en el primer año de funcionamiento, 56 afiliados, permaneciendo en su presidencia hasta 1941.

Bajo su mandato, se dotaron al muelle pesquero de nuevas infraestructuras: una lonja moderna para la época para la subasta del pescado, con fábrica de hielo y depósitos de carburante junto al mismo cantil del muelle. En el edificio del Pósito se creó una clínica ambulatoria para la asistencia quirúrgica de sus afiliados, antes de  existir la Seguridad Social y una cooperativa para el suministro de enseres de las embarcaciones.

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ACTIVIDAD POLÍTICA: PARLAMENTARIO Y CONCEJAL.
El 1 de noviembre de 1942, re reunieron en la sede de los Sindicatos Nacionales las Juntas Sindicales Centrales, para proceder a la elección de los representantes sindicales en las Cortes Españolas del régimen franquista. Como obrero del Sindicato Nacional de Pesca, fue elegido en representación de dicho sindicato vertical , como Procurador en Cortes, para la legislatura de 1943-1946.

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Tomando posesión como concejal, ante el alcalde Eduardo Ciria Pérez (ver nótula núm. 1313 en GdP). 

Debido a su entrega e interés, no solo por los hombres de la mar, sino por la Ciudad de adopción que lo acogió, llegaría a ser concejal de la Corporación entre el 3 de febrero de 1952 y el 21 de mayo de 1958, con los alcaldes, Eduardo Ciria Pérez, Luis Caballero Noguera y Miguel Castro Merello (ver nótula núm. 1.654 en Gente del Puerto).

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El número 110 de la calle Larga, casa Lucas, donde hoy se encuentra Copistería HIVA.

EL RAPE PERDIDO.
Relata Manuel Lojo Espinosa en su libro Casa Lucas, la siguiente anécdota: «Para el acceso a su vivienda, el Tío Pé utilizaba una escalera situada en el patio del local de Casa Lucas, por lo que en muchas ocasiones también le servía para dar o recibir recados de su familia. En esta ocasión, había llegado de turno de pesca la Melchora y el dueño llevó a casa un extraordinario rape de más de 5 kilos de peso. La familia colgó esta hermosa pieza en la escalera que daba al citado patio, pero seguramente a causas del peso del pescado o, a que no estuviera bien atado, lo cierto fue que el rape cayó al patio y rápidamente, desapareció.

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Tio Pé y su esposa, Francisca Beltrán.

El dueño no sabía explicar a su esposa lo sucedido, o a lo mejor, fue el mismo el que autorizó a un buen amigo para que se lo llevara a su casa». Don Manuel Lojo, siempre tan discreto, seguro que sabía quien era ese buen amigo, pero el secreto como otros tantos, se lo llevó consigo a la tumba.

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Tio Pé, toma la palabra en el homenaje que recibió el 27 de diciembre de 1956, en El Resbaladero.

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Otra vista de los asistentes al homenaje.

HOMENAJE.
Por toda su trayectoria, recibió un homenaje de sus amigos de Casa Lucas, el 27 de septiembre de 1956, al cumplir sus bodas de plata de su llegada a El Puerto, que tuvo lugar en el restaurante El Resbaladero, con asistencia de muchos amigos porteños y de la colonia alicantina afincada en nuestra Ciudad. Le obsequiaron, entre otras sorpresas con el Himno a la Melchora, entonado por los asistentes, con letra del tasquero de Casa Lucas y música de la marcha Valencia. Francisco Lara Izquierdo, a la sazón presidente de la peña Casa Lucas, pronunció un emotivo discurso que llegó a emocionar al homenajeado, y que finalizaba con unos versos: Viva el Cristo del Sudor/ Viva el Peñón de Ifach/ Viva la Villa de Calpe/ Y viva este lobo de mar.

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Una imagen de Tio Pé, retirado, con la familia y el Peñón de Ifach al fondo, en Calpe.

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