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Ángel Lara ha editado una tirada limitada a 100 carpetas con 3 reproducciones de obras del artista portuense, numeradas y firmadas por el autor. La temática no puede estar mas de actualidad: una imagen del Castillito, en la playa de La Puntilla y dos del Vapor, una de ellas del cartel que anunció su reciente exposición en el Club Náutico. Precisamente de dicha exposición es la presentación que hicimos del pintor y que reproducimos a continuación.

EXPOSICIÓN VERANO 2011.
«A Ángel Lara lo conocía de referencias, por la amistad que tenían su padre y el mío. Admiré de siempre a Angelito –como le gustaba llamarlo a su padre— porque sabía comunicar muchas cosas con líneas, formas y colores. A Ángel lo que le gusta, lo que sabe hacer, de lo que vive, es de la ejecución  de esas líneas, formas y colores. No frecuentábamos los mismos ambientes pero en la distancia esa admiración crecía. Tuve el atrevimiento de acercarme a él con motivo de su cartel anunciador de la Feria de Primavera del pasado año, y ahí empecé a confirmar lo que ya imaginaba. Descubrí secretos de su obra, su pensamiento, su forma de entender la vida cuando accedió a ser inmortalizado en el lienzo efímero de Internet, a través de la web Gente del Puerto. Tuve ocasión de bucear en su obra, en unos casos lienzos y tablas, en otros fotografías y descubrí a un entusiasta amante de esta ciudad muchas veces ingrata. Ahí está la primera de las claves de su esencia de pintor: El Puerto.

 

Los interesados en la carpeta pueden obtenerla llamando a los teléfonos 669324546 o 606842363, o bien en el correo electrónico: pintorangellara@gmail.com

Decía su padre, que Dios iba repartiendo bolitas al azar sobre los hombres, con diferentes dones, talentos y habilidades. Y al que le tocaba le tocaba. A Angelito, le tocó la bolita del arte, del arte de los pinceles, de ser pintor. Sería en la casa del ‘pintor de la luz’ –del que poco pudo aprender por estar cumpliendo éste con sus compromisos profesionales en el extranjero—donde desde pequeño, empezó a sentirse embriagado por los olores de los óleos, aceites, disolventes, telas encoladas y maderas nobles que sirvieron para que muchas obras de su progenitor hayan pasado a la historia de la pintura no solo de El Puerto. Como él, gusta de enviar cartas manuscritas donde no se leen palabras, se perciben sentimientos muy profundos. Y como él, posiblemente se marche de El Puerto una temporada a mostrar su arte fuera del territorio patrio. Ahí tienen pues la segunda de las claves de este pintor: su padre.

Tengo la suerte, poco cultivada la verdad, de ser vecino en horario de trabajo de nuestro protagonista. En la plaza del Castillo, la ventana de mi despacho da frente por frente al balcón de su estudio. De por medio, la plaza y a un lado el edificio mas antiguo que se conserva en El Puerto: el Castillo. Desde una Casa de Cargadores a Indias construida en 1660, la de Aranibar, puedo divisar sin gafas ni anteojos el balcón siempre abierto de su sala de pintura. Instalado en la primera planta de una casa de vecinos más típica no la hay, Angelito se inspira, a veces con incienso, otras con un amontillado de la tierra y las más con el espíritu que impregna la historia vivida en esa Plaza, desde que El Puerto lo fundara como tal Alfonso X el Sabio hace 730 años. La tercera clave de su oficio, no me cabe la menor duda, es su gran sensibilidad.

Y quizás ese sea el rasgo más característico de la personalidad de nuestro pintor: la sensibilidad. Tiene una capacidad como muy pocos para percibir cosas que nos están negadas al común de los mortales. Hablar con él cuando está a gusto es escuchar a un poeta –y eso que él afirma que solo sabe pintar--.  Angelito escucha los colores como si fueran sinfonías y luego los plasma en un lienzo. Le habla a las paletas para que se organicen, se transformen en  una mezcla ordenada de colores y lugares de El Puerto. Los colores le hablan de tu, le conocen como si él fuera uno más de la caja de acrílicos. Siente el sabor punzante y acre de la arena cuando pinta algún rincón de la playa de la Muralla. Percibe el frío de las aguas del canal, cuando recrea la desembocadura del Guadalete y sabe pintarlo como lo siente, con la piel en carne de gallina. Tiembla cuando reproduce algún rincón de El Puerto porque está congelando, pincelada a pincelada, capa a capa, color tras color, una nueva dimensión cuántica en el espacio tiempo de nuestra Ciudad. Su mujer, su compañera vital, María José sabe de lo que hablo. 

Ángel Lara y José María Morillo, durante la presentación de la exposición en el Club Náutico de este verano, a cuyo acto pertenecen estas líneas.

Mientras, yo he recibido el don de poder emocionarme con Ángel y me apena que muchos paisanos o turistas accidentales no hayan visto aún lo que se pierden al no contemplar, ayudar, organizar o comprar alguna de sus creaciones, momentos llenos de vida de El Puerto. Aunque es una pena breve, fácilmente solucionable porque, a partir de esta noche, porteños y quienes nos visitan tienen la oportunidad de beneficiarse del bálsamo para el espíritu que supone su obra. Enhorabuena Ángel». (Texto: José María Morillo).

Más información de Ángel Lara en GdP.
615. Ángel Lara. El pintor figurativo.
753. Ángel Lara expone en el centro.

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Alfredo Jorge Suar Muro tenía 37 años y había nacido en Argentina -aunque posteriormente se nacionalizó español-, desde donde había emigrado junto a su mujer, María Teresa Decarlini Méndez. El matrimonio tenía dos hijos, Jorge y María Ana, de 8 y 6 años cuando Suar Muro fue asesinado. Vinieron a España a finales de los setenta, "porque esto era más seguro". "Alfredo estaba convencido de que si seguíamos en Argentina acabarían por matarlo. Estaban desapareciendo médicos. Los llevaban para curar heridas de bala. Nunca volvían. Nada de testigos" (Diario de Cádiz, 21/03/2009). /En la imagen, Alfredo J. Suar.

Después de pasar por Génova, donde Alfredo se especializó en Pediatría, la familia se instaló en El Puerto de Santa María. Allí echaron raíces, y Alfredo se enamoró de los toros y las ferias. "Por fin, después de tanta sinrazón, de tanto miedo, éramos felices. Vivíamos en un lugar en el que podíamos pasear con tranquilidad en la calle, donde se podía charlar, tomar algo en la terraza de un bar" (Diario de Cádiz, 21/03/2009). Además de su consulta de pediatría aceptó trabajar como médico de la cárcel de El Puerto de Santa María desde dos años y medio antes de ser asesinado. Sigue contando el Diario de Cádiz que "allí se hizo rápido con la población reclusa, ‘no miraba a la gente por el delito que hubieran cometido’ e incluso los etarras tenían tal confianza en él que no comían hasta que el doctor Suar no hubiera probado la comida. Es verdad que había muertos cada semana, pero el terrorismo parecía un conflicto lejano". /En la imagen, María Teresa Decarlini, la viuda de Suar.

14 DE OCTUBRE DE 1983.
A las 18:00 horas del 14 de octubre de 1983, un individuo entró en la consulta del doctor Alfredo Jorge Suar Muro, médico pediatra y facultativo del penal de El Puerto de Santa María, saliendo con él a los pocos minutos en dirección desconocida. Testigos presenciales vieron entrar al doctor Suar Muro en un coche empujado por dos personas,  mientras un tercer individuo también se introducía en el vehículo.

Horas después, empleados de la residencia sanitaria Fernando Zamácola de Cádiz vieron un vehículo Ford Escort con las puertas abiertas en las inmediaciones del hospital. Los trabajadores se acercaron al turismo y descubrieron el cuerpo del doctor Suar Muro sentado en el asiento del copiloto, recostado hacia atrás y con un impacto de bala visible bajo la oreja izquierda. Los pistoleros de la banda, tras secuestrarlo en su consulta, le habían disparado con un revólver del calibre 38, además de en la cabeza, en la columna vertebral, como se comprobó posteriormente.

MARTÍNEZ BASTARRICA.
El asesinato del médico de la prisión de El Puerto de Santa María se produjo después de que familiares de presos de ETA denunciaran públicamente en un periódico de San Sebastián la atención sanitaria, según ellos deficiente, que recibían los reclusos de esa cárcel. El mismo día en que se descubrió el cadáver del médico, familiares de Juan Carlos Martínez Bastarrica, preso en ese penal, habían denunciado que el etarra no recibía la atención médica adecuada a su hemiplejia progresiva, que se manifestaba en la parálisis de su cara y del brazo y pierna derechos. Los familiares del preso sostenían que los primeros síntomas de la hemiplejia habían sido detectados veintidós días antes y que ningún especialista lo había examinado todavía. Además, según la familia, la solicitud de que Martínez Bastarrica fuera trasladado a un centro hospitalario fue rechazada por la Dirección de la prisión.

DESMENTIDO.
Estas supuestas negligencias médicas fueron desmentidas oficialmente por el director del penal, que dio a conocer el parte médico del Hospital Mora de Cádiz, donde estaba siendo tratado Martínez Bastarrica, según el cual el paciente presentaba una paresia, es decir, una parálisis muy residual que tendría que evolucionar de manera espontánea, además de con los complejos vitamínicos que se le estaban suministrando (ABC, 21/10/1983).

REIVINDICACIÓN.
El 18 de octubre la banda terrorista asumía el crimen y aprovechaba el comunicado de reivindicación para amenazar de muerte a todos los funcionarios de prisiones. En el comunicado se decía que los funcionarios de las cárceles donde había "prisioneros políticos vascos" eran "objetivos militares y, por tanto, reos de la justicia popular". La campaña se frenaría si hubiese "una reconsideración consecuente en el ejercicio de su tarea profesional". La reivindicación provocó una gran sorpresa en medios policiales, porque hasta ese momento no se había asociado el asesinato del doctor Suar Muro con un atentado terrorista de ETA y la Policía lo atribuía a delincuentes comunes. "No se me olvidará nunca. Un policía que vino a casa fue muy gráfico. Con una carpeta abierta en las manos la cerró y dijo: ‘Carpetazo. Ha sido ETA’", contó su viuda al Diario de Cádiz en el año 2000.

ABC del 20 de abril de 1983. 

PRIMERA VÍCTIMA DE ETA EN ANDALUCÍA.
El doctor Suar Muro fue la primera víctima mortal de la banda terrorista ETA en Andalucía y el primer atentado contra un funcionario de prisiones. A día de hoy ningún miembro de la banda ha sido juzgado por este crimen. Los dos atentados siguientes de ETA en Andalucía fueron también contra funcionarios de prisiones. El 11 de agosto de 1989, un paquete-bomba destinado a un funcionario de prisiones, Dionisio Bolívar Muñoz, acabó con la vida de la madre de éste, Conrada Muñoz Herrera.  El 28 junio 1991 explotó un paquete bomba enviado por ETA a la cárcel de Sevilla I, que ocasionó la muerte del funcionario de prisiones Manuel Pérez Ortega, de los reclusos Donato Calzado García y Jesús Sánchez Lozano, así como del visitante Raimundo Pérez Crespo, familiar de un interno de la prisión.

Centro de Reinserción Social 'Alfredo Jorge Suar Muro', en Jerez.

CENTRO DE REINSERCIÓN SOCIAL.
En enero de 1984 el portavoz del Consejo de Ministros, Eduardo Sotillos, comunicó que el Gobierno iba a remitir al Parlamento un proyecto de ley extraordinario que permitiese conceder una pensión excepcional a María Teresa Decarlini, viuda del doctor Suar Muro. El proyecto de Ley fue aprobado en mayo de 1984. En octubre de 2004 el Gobierno creó en Jerez de la Frontera un Centro de Reinserción Social que lleva el nombre del médico asesinado. Antes, en el año 2000, se le concedió la Cruz al Mérito Civil a título póstumo y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María le dedicaba una calle.

Calle Dr. Alfredo Jorge Suar Muro, en la Costa Oeste.

En octubre de 2008, con motivo del veinticinco aniversario de su asesinato, Instituciones Penitenciarias realizó una ofrenda floral en el monolito dedicado al doctor Suar Muro a la entrada del penal de El Puerto.

Viuda, hija y nieta del médico asesinado, colocando flores en el monolito que le recuerda a la entrada del Centro Penitenciario Puerto I.

LA HIJA EN EL 25 ANIVERSARIO.
María Ana Suar, hija de Alfredo, escribió hace tres años una carta en el diario La Voz Digital con motivo del vigésimo quinto aniversario del asesinato, donde, entre otras cosas, decía: «Querido papá: Hoy, 14 de octubre, se cumplen 25 años sin ti. El tiempo pasa volando pero casi todo sigue igual. No sabes lo difícil que se me hace educar a mis hijas en valores como libertad, justicia, generosidad, amistad, compromiso, respeto o perdón […] Cuando me preguntaron por qué yo no tenía papá, la única respuesta que encontré fue que te llevó la Virgen rápidamente para cuidar de los niños que están en el cielo, sentados en las nubes. Ha pasado un cuarto de siglo y poco cambia en España. ETA, en su cobardía, continúa matando por la espalda, dejando viudas y huérfanos, privándonos de libertad por conseguir la suya, con tanto orgullo como para convertirse en mercenarios y sin la humildad suficiente para pedir perdón […]». (Texto: María José Grech).

El cocinero Angel León logra aplicando técnicas de Física Cuántica que sus platos tengan movimiento y una sopa “se mueva” al compás de la música. A partir del próximo año el restaurante de El Puerto contará con una mesa especial para dos en la que servirán platos que simulan el movimiento de las olas del mar.

 

El cocinero Angel León. / Foto: Restaurante Aponiente

Los platos hasta ahora se olían y se comían, pero a partir de principios del próximo año también habrá que dejar unos instantes para comprobar como se mueven porque en 'la mesa mágica',  una nueva experiencia que pondrá en marcha el  cocinero Ángel León (1 estrella Michelín) en su restaurante Aponiente de El Puerto de Santa María, algunos de sus platos también tendrán movimiento, se moverán al compás de la música recordando el vaivén de las olas del mar.

León señala que ha dedicado varios meses a estudiar como hacerlo. «--Era una vieja obsesión que tenía, la de lograr representar en un plato el movimiento del mar, las olas. Por fin este año he logrado encontrar la solución y ya estamos finalizando los trabajos para que a principios del año que viene en Aponiente se sirvan platos con movimiento. Será algo totalmente innovador, una nueva sensación».

El cocinero portuense, una vez más se ha aliado con los científicos para conseguir su objetivo. En esta ocasión han sido las universidades andaluzas las que le han apoyado y le han ayudado a buscar técnicas con las que desarrollar su idea. La solución la han encontrado en algo tan lejano a la cocina como la Física Cuántica, una ciencia que estudia el movimiento de las partículas. El equipo de Angel León, en colaboración con los científicos andaluces, han logrado conseguir que el contenido de un plato se mueva al compás de la música.

La técnica consiste en la construcción de una mesa especial que tendrá dos platos fijos, uno por cada comensal,  sobre los que se colocarán los platos que lleguen desde la cocina. Gracias a un sistema basado en las vibraciones que produce la música sobre este plato especial, se conseguirá que el contenido de este se mueva al compás simulando movimientos que irán variando mientras el comensal consume el plato. «--La idea -señala León- es que simulemos lo más exactamente posible el movimiento del mar. Se verán sus diversos estados, los vientos, el oleaje…». En principio el sistema se aplicará a dos platos. Uno será una sopa marinera con muchos matices que recuerden en olores y sabores al mar, señala el cocinero y otro será un postre.

En principio el sistema tan sólo se aplicará en una mesa del restaurante que habrá que reservar previamente y que se bautizará con el nombre de ‘mesa mágica’ y en la que el cocinero servirá un menú especial «donde habrá muchas sensaciones. Comer será algo más».

Esta nueva innovación del cocinero portuense se inscribe dentro de su idea de acercar cada día su cocina más al mundo marino. De hecho el menú que ha estrenado en 2011 (pulsar aquí para conocer la carta) recorre toda la cadena trófica, el ciclo de vida marino, por lo que comienza ofreciendo platos con placton, las pequeñas partículas con las que se alimentan los animales más pequeños y termina con los pescados más grandes. El cocinero defiende además el uso de los pescados humildes que se pescan en las costas gaditanas en la alta cocina. Así en su nueva carta figuran especies como el sapo, la pijota, la caballa, el tapaculo o la sardina, especies que hasta ahora han sido muy poco usadas en la alta cocina.

Angel León con sus novedosos chorizos hechos con lisas de estero. /Foto: Restaurante A Poniente

La colaboración con los científicos para desarrollar nuevos conceptos de cocina es una constante en el cocinero gaditano. Así muchos de sus platos han sido desarrollados con equipos de investigadores. Fruto de estas colaboraciones han salido el uso de huesos de aceituna como material de combustión para asar pescados, el uso de concentrados a base de vinos de Jerez, la creación de un concentrado de placton marino para aromatizar platos o el desarrollo de embutidos marineros a base de carne de lisa de estero o albur. (Texto: Pepe Monforte).

 

Imagen de la devastación en Cádiz.

En el año 1947, aquél 18 de Agosto, Vicente González Lechuga lo tiene grabado en su mente y no se le olvidará nunca. Tenía seis años recién cumplidos. Estaba con sus abuelos en su casa de la calle Larga, 57, ya que sus padres atendían  a unos amigos que vinieron a El Puerto de visita.

El pequeño Vicente, su tata Soledad y su novio fueron al Freidor de Pescado que había en la esquina de la calle Ganado con Nevería y, a la vuelta por la Plaza de Isaac Peral, a la altura de donde hoy está el monumento a Pedro Muñoz Seca, la pared de enfrente se iluminó de rojo. «--Mira, parece fuego» dijo el novio de Soledad y, de pronto, se oyó un estruendoso ruido y le pareció como se se levantara del suelo. Eran las diez menos cuarto de la noche.

La Plaza de Isaac Peral, en aquellas fechas.

Les entró tal pánico que se fueron corriendo a su casa donde les esperaban sus abuelos y su hermano, y aquello era una tragedia: todo el mundo nervioso y llorando; en algunas de las ventanas se habían roto los cristales. "--No sabíamos que hacer hasta que, al poco rato, llegaron mis padres que estaban en el Cine Macario, viendo ‘Como te quise te quiero"’, discreta adaptación de una obra teatral de Luigi Pirandello --que años más tarde daría lugar a ‘Hoy como ayer’-- sobre los encuentros y desencuentros de un matrimonio condenado a entenderse pese a su ruptura. /En la imagen de la izquierda cartel de la película que se proyectaba en el Cine Macario, con Merle Oberon, Claude Rains y Charles Korvin, en los papeles protagonistas.

Con la llegada de los padres, llegó la tranquilidad, al menos para los niños. Los padres se habían acercado al muelle del Vapor, a donde se dirigieron muchos portuenses esa noche y allí se informaron que había sido en Cádiz, donde se veía desde la lejanía, la capital en llamas. La explosión de 200 toneladas de TNT de un polvorín de la Armada en Cádiz fue de tal magnitud que el fogonazo pudo verse en el acuartelamiento militar español situado en Monte Hacho (Ceuta). Se formó una nube de hongo visible en toda la Bahía de Cádiz y algunos municipios de Huelva y Sevilla. El ruido fue tal que se pudo oír en la propia capital hispalense e incluso hasta en Portugal, donde creyeron que se trataba de un temblor sísmico.  /En la imagen de la izquierda, los padres de Vicente en 1947.

Entonces su padre, Vicente González Bruzón, puso la radio al restablecerse el fluido eléctrico que se había interrumpido con la deflagración, y los mensajes eran insistentes: se recomendaba que se abandonaran las casas porque podría haber más explosiones.

Gráfico de la zona afectada por la explosión en Cádiz, señalada por la línea discontínua.

Su padre llamó a un taxi que los llevó a un campo que había en el cruce de la carretera de Sanlucar y Jerez, (muchos porteños pasaron la noche al raso en La Belleza y sus inmediaciones en la carretera de Sanlúcar) y allí estuvieron hasta la mañana siguiente. Para desayunar, los dueños del campo les dieron leche de vaca acabada de ordeñar que, recuerda Vicente, estaba riquísima. Aquella fatídica noche no actuó en el Cortijo de los Rosales, como estaba previsto, el cantante Antonio Machín. /En la imagen de la izquierda, el pequeño Vicente que todavía se acuerda de aquellos días.

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«El Puerto es el pueblo más bonito de España», asegura este nieto de Felipe Fuentes, un comerciante que era representante de automóviles y que probó suerte por Barcelona allá por los 50, para buscar las oportunidades que por El Puerto no encontraba. Ese Puerto al que tantas veces ha visitado el periodista y presentador, Manel Fuentes, El Puerto que le hace brillar los recuerdos junto a la sonrisa. El nieto de Felipe es la voz matinal de la radio pública catalana, ‘El matí de Catalunya Radio’, encargo que recibió en 2009 y que de ser la tercera opción entre los oyentes catalanes se ha impuesto como liderazgo.

Manel, licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, fue conocido por el gran público por la faceta del entretenimiento, a raíz de sus imitaciones en ‘Crónicas marcianas’, formando parte de la primera tripulación del comandante Javier Sardá. El público lo descubrió como el alter ego del Rey, de Jordi Pujol o de Luis María Anson, entonces director de ABC. Se presentaba como El Hombre sin Personalidad. Precisamente, él, que le sobra personalidad y una voz de cantante de postín heredada de sus antepasados del Sur.  Alumno aventajado, aquel colaborador de Sardá tuvo su programa propio de entrevistas y humor en  TV3 y en Telecinco, La noche con Fuentes y Cía, que comenzó en 2001 y se extendió durante cuatro temporadas en las  nocturnidades del domingo, consiguiendo un premio Ondas. Manel ya contaba con otros dos caballos alados por su trayectoria radiofónica. Uno de ellos por ‘Problemes domèstics’, también en Catalunya Radio. En la televisión, en Telecinco, llegó a comandar un clásico como ‘Caiga quien caiga’. /En la imagen, ‘Los Encantes Viejos’, mercadillo de Barcelona. /Foto: Eugenio Forcano.

Barcelona en la década de los cincuenta del siglo pasado: Comedia, Avenida Palace y Coliseo.

Es barcelonés de segunda generación, pero su simpatía por El Puerto salta a la primera frase cuando se encuentra con un andaluz.  Su abuelo Felipe  --del que guarda un recuerdo muy especial ya que fue la primera muerte dura que recuerda, con tan solo 10 años-- después de los coches se dedicó a la representación de productos textiles, «y siempre se acordaba de su ciudad natal», como evoca con todo su cariño. Enarbola con orgullo el apellido «Fuentes, de los Fuentes venidos desde El Puerto». Manel tiene el día ocupado con sus mañanas radiofónicas, pero como le sobra algún ratillo, también presenta desde hace dos semanas el programa de imitadores-imitados ‘Tu cara me suena’, en las noches de los miércoles de Antena 3, siendo la pasada edición el programa más visto a nivel nacional.

La calle Larga de El Puerto en la década de los cincuenta del siglo pasado.

Su voz de imitaciones también se puede oír en el cine, lo pueden encontrar como Nígel, uno d elos pelícanos de 'Buscando a Nemo'; como el pingüino  Skipper en 'Madagascar' y aparece como camarero en 'Torrente 2'. He aquí la otra biografía del nieto de Felipe Fuentes, de Manel, cuando representaba en el teatro los monólogos de ‘El Club de la Comedia’…

«…Soy hijo de quien dicen ser mis padres, personas respetables cuyas profesiones nada tienen que ver con la actividad remunerada que realiza un servidor. Sigue siendo un misterio cómo he llegado a dedicarme a esto, y sobre todo, que alguien me pague por ello. Desde la infancia arrastro problemas de identidad. Hasta los 7 años no descubrí que no me llamaba 'Estátequieto', hasta los 10 que los Reyes no eran mis padres (...sino los de Felipe, Elena y Cristina) y hasta los 17 que iba a suspender matemáticas. Eran tantos los problemas de identidad, que en el carné la foto salió borrosa. Fui a la Universidad y estudié Periodismo, y claro, la cosa empeoró. Me refugié de mi inseguridad imitando las voces de otros, pero en vez de ayudarme, a mi costa iban medrando hasta convertirse en cantantes de éxito, futbolistas, alcaldes, presidentes ¡y hasta a Rey, ha llegado alguno! Ninguno me lo agradeció nunca y además, el orden protocolario hacía que para expresarme con mi propia voz tuviera que pasar, por lo menos, media hora.??

Manel Fuentes, con el equipo primigenio de Crónicas Marcianas.

Fue entonces cuando decidí cambiar mi vida. Sacar a la luz mi verdadero yo y relacionarme con todo el mundo. No me costó mucho. Debajo de casa hay un bar con espejos por cristales y con un timbre rojo en la entrada, que está lleno de señoritas muy simpáticas y comunicativas. De todos modos, sale caro.??

Manel en La Noche de Fuentes y Cía, con Santi Rodríguez y Ana Rosa Quintana.

Con el tiempo, he aprendido a negociar, y ahora por ejemplo, para contarles a ustedes mi historia en el teatro, he conseguido incluso ¡no tener que pagar! Eso sí, a cambio de limpiar el patio de butacas al final de cada función. En la actualidad subvenciono gimnasios, en donde no aparezco, me peleo con una guitarra eléctrica que no consigo dominar y comparto piso con el Banco Hipotecario, cosa que voy a seguir haciendo durante los próximos veinte años, porque el Banco ha demostrado tener interés muy alto conmigo, y a los amigos hay que cuidarlos, que tampoco hay tantos. De ustedes ¿Qué puedo decir? Que me fascina que tengan el tiempo libre suficiente para perderlo junto a mí. Quiero que me quieran y que me ayuden a dejar atrás mi timidez. Yo, sólo por escucharme ya les quiero a ustedes. ¡Muchas gracias amigos!». (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

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Alfredo Bootello Reyes nació el 25 de abril de 1939 --afirmaba que con él vino la Paz, tras la Guerra Civil, aunque en su carné de identidad decía que había nacido el 1 de Mayo, justificando así la Fiesta del Trabajo--. Fueron sus padres Luis Bootello Campo y Victoria Reyes González, natural de Orense. Alfredo era el cuarto hijo del matrimonio: Juan Luis (ver nótula núm. 682 en GdP), José, Emilio, Alfredo y Fernando. Casi toda su vida vivió en el número 32 de la calle Palacios, --actualmente Papelera Portuense-- y mas tarde y hasta su fallecimiento, en el Edificio Bellavista en el número 7 de la calle Micaela Aramburu.

Entre sus amistades más cercanas se encontraba su propio hermano Fernando, Antonio Gil de Reboleño Insúa, Gil Jiménez, Antonio Gil González de Quevedo, José Joaquín Muñoz Manzanera, Ángel Ferrer Zamacola, aunque para él todo portuense era su amigo.

Arriba Juan Luis, José y Emilio, abajo a la izquierda Alfredo y en brazos, Fernando Bootello Reyes, con sus padres, Luis y Victoria, en una foto de familia numerosa.

Alfredo, en la foto oficial del Colegio La Pescadería.

ESTUDIOS.
De pequeño estudió en el colegio de Alfonso Cárdenas en la calle Luna y mas tarde en el de la Pescadería, (ver nótula 107 en GdP), estudiando el 2º de bachillerato en el Colegio San Juan Bautista de los Hermanos Marianistas de Jerez, coincidiendo allí con su amigo Antonio Gil de Reboleño Insúa (ver nótula núm. 373 en GdP) y la carrera de Graduado Social, en Granada.

De pie, José María Arjona y Manuel Rascón Roselló. Agachados: Alfredo Bootello Reyes, Luís Ortega García el 30 de octubre de 1954.

Su afición principal fue la tauromaquia, aunque desde muy joven, antes de empezar a ponerse grueso jugaba mucho y bien al fútbol, principalmente en el equipo de ‘El Portátil’.

BRILLANTES CALIFICACIONES.
Debido a su enfermedad (Trastorno Bipolar), tenía muchos altibajos, con momentos de euforia y otros de depresión. Cuando tenía 15 años los estudiantes de El Puerto se examinaban de bachillerato en el Instituto ‘Padre Luis Coloma’ de Jerez. Esa mañana, cuando fue despertado por sus padres dijo que no se encontraba con ánimos para ir a Jerez, que no estaba preparado para afrontar los exámenes finales de 6º de bachillerato. A fuerza de la insistencia de padres y hermanos consiguieron convencerlo para que se presentara  a los exámenes, y tuvo que llevarlo su padre ya que, por el retraso no consiguió ir en el autobús que el Colegio de la Pescadería ponía a los examinandos de dicho centro. Al tiempo tuvo que ir al colegio para recoger las notas y cual sería su sorpresa que el resultado de las mismas fueron 5 sobresalientes, 4 notables y 2 aprobados.

En el campo, de pié Federico Romero Andicoverri, Jesús 'el Chulo' que fue paracaidista y murió en Canarias en un accidente de automóvil, José Joaquín Muñoz Manzanera; agachados, Alfredo Bootello y Antonio Gil de Reboleño.

Alfredo con un grupo de amigos en una tasca, en el suelo, en el centro de la imagen.

MEMORIA PRODIGIOSA.
El curso de preuniversitario lo hará en Sevilla, coincidiendo con el cambio de Plan de Estudios, también con su amigo Antonio Gil de Reboleño. Gran aficionado a la Historia y con una memoria prodigiosa, se daba la circunstancia que Alfredo no asistía nunca a dicha clase y cada vez que el profesor pasaba lista, Alfredo estaba ausente. Un día su amigo Antonio lo convenció para que asistiera al menos una vez a clase ya que, caso contrario, le darían de baja y no podría presentarse al examen. Cuando por fin accedió a asistir y en el momento de pasar lista el profesor dijo que «como siempre Alfredo Bootello Reyes está ausente».

Alfredo Bootello, sentado en el centro de la imagen, en los Sanfermines.

Y cual fue su sorpresa que estaba en el aula. Una vez pasada la lista el profesor se dirigió a él y le pidió que le hablara sobre el tema que estaban tratando, ‘La Dinastía de los Avis en Portugal’. De nuevo la sorpresa del profesor fue mayúscula pues Alfredo estuvo hablando todo el tiempo que duró la clase sobre la materia. Finalizada esta el docente le preguntó que como estaba tan preparado sobre ‘La Casa de Avis’, a lo que Alfredo, con el humor suyo característico le contestó: «--Pues que como a mí me gusta mucho la Historia y mi padre tiene en casa la Enciclopedia de Historia Universal, me la he leído entera». A lo que, maravillado, el profesor le dijo: «--Ahora me explico por que no asistía usted a clase». Si bien era un estudiante de Letras destacado, para las matemáticas no tenía dotes y se consideraba nulo en las materias de Ciencias.

EN GRANADA.
Estudiando para Graduado Social en Granada --fue compañero de otros porteños como Antonio Gil de Reboleño y Enrique García Máiquez (ver nótula 821 en GdP), aunque estos estudiaron Farmacia en dicha capital--. Allí se aprendió la historia del Reino Nazarí y los lugares típicos e históricos de la ciudad de la Alhambra. Así, se daba la circunstancia de que cuando un matrimonio de El Puerto mostraba su intención de visitarla, Alfredo se ofrecía como Guía Turístico y con aquella memoria prodigiosa que le caracterizaba, los dejaba muy satisfechos dada la profusión de datos e información que les facilitaba. También los llevaba a un buen restaurante donde le acababan invitando a comer y entonces, el doblemente satisfecho, era él.

Con Francisco Bernal 'Caco' (nótula num. 004 en GdP)  y Conchita Bautista, haciendo claqué en un Festival celebrado en Bodegas Terry a beneficio de la Cruz Roja.

SU AFICIÓN A LA COMIDA.
Alfredo, como se ha dicho no estuvo siempre grueso, de hecho estaba excepcionalmente delgado a pesar de comer de forma desaforada por lo que su padre decidió hacerle un reconocimiento médico para ver donde estaba el problema. Y resultó que el problema se llamaba ‘tenia solitaria’. Su padre cuando la vio dijo que aquella era la ‘solitaria’ mejor alimentada que había visto.

De hecho cuando de joven llegaba a deshoras a la casa paterna en verano, la madre les dejaba preparado a él y a su hermano Fernando la cena; pero como este último llegara más tarde que Alfredo, se quedaba sin cena lo que, con el tiempo hizo que Fernando aprendiera --y lo hace bastante bien-- a cocinar si quería comer algo antes de acostarse.

Debido a su peso y edad estuvo a régimen alimenticio en varias ocasiones. En una de éstas lo encontró un amigo por la calle con un pescado enorme. «--Alfredo, ¿a donde vas con ese pescado tan grande?», le preguntó, siendo su respuesta: «--A mi casa, a que mi madre me prepare el pescado. Es que estoy a régimen y el médico me ha dicho que tome una pieza de pescado y hoy me toca». Otro día se le vió con un melón y una sandía, y era que ese día le tocaba comer dos frutas al día.

Fiesta de Disfraces en el Club Náutico. De izquierda a derecha, José Joaquín Muñoz Manzanera, Milagros Roselló, Fernando Bootello Reyes, una amiga de Huelva, Mariví Jiménez González-Nandín, Alfredo Bootello, Esperanza Jiménez Ruiz y Antonio Gil González de Quevedo. 6 de septiembre de 1966. /Foto: Rafa.

En cierta ocasión se apostó con un amigo a ver quien acababa antes una generosa bandeja de gambas y, viendo que iba perdiendo la apuesta, empezó a comerse las gambas con cáscaras y así le ganó. En otra, en el Bar La Galera, Luis Rivas Acal, Lucky (ver nótula núm. 002 en GdP) le ofreció que si se comía una fuente de huevas recién cocidas entera --no podía dejar nada--, no se la cobraría. Y terminó con la fuente.

El sentido del humor fue una constante de Alfredo, en esta ocasión durante unos Carnavales cuando estalló el caso 'Juan Guerra'.

Alfredo y su hermano Fernando, con sus primas en una playa de Cádiz.

VALDELAGRANA, DE EL PUERTO.
La anécdota más conocida de Alfredo Bootello es cuando quiso poner un Kiosko en la playa de Valdelagrana, o al menos eso se fue a preguntar al Ayuntamiento de Jerez. En la puerta del Ayuntamiento jerezano, en Madre de Dios, le preguntó al ordenanza que donde podía solicitar un permiso para poner un chiringuito y éste le envió al negociado correspondiente de licencias. Una vez allí le preguntó al funcionario que había que hacer para obtener un permiso para poner un Kiosko en Valdelagrana a lo que, la persona que lo atendió le dijo: «--Vd. se ha equivocado de Ayuntamiento, ya que esa playa corresponde a El Puerto de Santa María, y era allí a donde tenía que dirigirse». Entonces Alfredo, con su potente y atronadora voz dijo a todo el que quiso escuchar: «--¡¡Eso es lo que yo quería oírles decir a ustedes, que la playa de Valdelagrana es de El Puerto de Santa María!!».

Alfredo Bootello de jovencito,  en un tentadero el 26 de mayo de 1957.

AFICIONADO A LOS TOROS.
Como se ha dicho, su principal afición fue la tauromaquia. Como premio al día que aprobó con nota los exámenes de bachillerato, su padre, que estaba invitado a una tienta en el Cortijo de Bolaños, se lo llevó consigo coincidiendo con el maestro isleño Rafael Ortega, habitual de dicha finca para sus entrenamientos. En un momento, Alfredo le dijo al Maestro que le gustaría dar unos pases a la vaquilla, a lo que accedió éste y por lo visto no lo hizo nada mal, animándole Ortega. Ahí empezó a soñar con ser torero.

Poniendo un par de banderillas en un Festival celebrado en la Plaza de Toros el 9 de diciembre de 1958.

Con el empresario taurino Enrique Barrilaro, en el centro, el pintor Juan Lara.

Toreó en festivales a beneficio de la Hermandad del Dolor y Sacrificio de la que fue hermano fundador y era inconfundible cuando iba por el centro de la procesión de penitencia rezando el Rosario. Como buen aficionado a los toros fue varias veces a San Fermín y a ver al diestro local José Luis Galloso (ver nótula núm. 368 en GdP), entre otros desplazamientos por mor de los toros.

Alfredo a la izquierda, con el poeta José Luis Tejada. A la derecha los concejales Manuel Lojo, Enrique Pedregal y Rafael Sevilla en la Feria del Libro.

MEDUSA.
Aficionado a participar y colaborar en cuantos eventos culturales, exposiciones, presentaciones, Feria del Libro, festivales, era como se ha dicho una persona con una gran formación en el mundo de las letras y de la historia, ganando algún certamen de relato y de poesía, llegando a ser, en 1971, presidente de la Asociación Cultural ‘Medusa’ que, en aquellos años, contaba con más de 250 socios. Le acompañaban en la directiva como Secretario, Jose Ignacio Buhigas; Tesorero, Miguel León Ortega y Vocales, Pedro Salvatierra Velázquez, Ramón Sánchez Pina (ver nótula 481 en GdP), J.M. Estaban Poullet, Javier Renedo Varela, Teodoro Lavilla Valimaña y Antonio Moreno Basallote.

De izquierda a derecha, Eligio Pastor, Camacho, Juan Lara, Serafín Álvarez-Campana y Alfredo Bootello, durante la inauguración del Aula de Pintura 'Juan Lara', en la actual sede de la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia'.

VIAJERO.
Debido a que su hermano Fernando estaba trabajando en Madrid, en diversas ocasiones hacía una escapada a la capital de España donde vivían sus tíos Fernando, Alfredo y Juan y, lógicamente, sus primos; solía parar en un bar en la calle de la Victoria, frecuentado por toreros y aficionados taurinos. Hizo algún que otro viaje a Roma, donde vivían sus primas, siendo como era un erudito del que poder disfrutar de sus conocimiento en sus periodos grandes periodos de lucidez en medio de otros de depresión alternados con periodos de euforia. Debido a su enfermedad no tuvo trabajo fijo conocido, aunque en tiempos ayudó a su hermano José, en Algeciras. Se jactaba de vivir bien y, dicho sea en honor a la verdad, fue un trabajador de las cosas de la cultura, algo que fue una constante en su vida. Alfredo nos dejaba para siempre en una fecha señalada, el 25 de diciembre de 1996. Sus amigos le recordaron en su primer aniversario organizando una exposición homenaje a su persona.

Nuestro agradecimiento a Vicente González Lechuga por su especial colaboración en la elaboración de esta nótula.

Hoy se cumplen 90 años de la entrega por parte de la Ciudad de un estandarte al III Batallón Pesado de Artillería, siendo la madrina SAR la infanta Doña María Luisa de Orleans, a la que acompañaba su esposo Don Carlos de Borbon. Curiosamente aquel 16 de octubre cayó también en domingo.

En la imagen de la izquierda, SS AA en el antiguo Hospital Municipal.

La estación de ferrocarril estaba muy concurrida a la llegada del primer tren procedente de Cádiz en el que, además de un importante contingente de viajeros espectadores espontáneos, conducía a los numerosos invitados de otros municipios al evento, además de las Bandas de los Regimientos de Cádiz núm. 67 e Infantería de Marina, con sus secciones de cornetas y tambores, desfilando hasta el crucero de Larga con Luna, interpretando pasacalles. Muchos jerezanos se acercaron a presenciar el acto en El Puerto.

Llegada de los Infantes al Ayuntamiento en la Plaza de Isaac Peral.

A las 11 de la mañana llegan al Ayuntamiento situado en la Plaza de Isaac Peral SS.AA, rindiéndole honores una batería del III Regimiento de Artillería Pesada, al mando del Capitán Cerón, siendo recibidos por el alcalde, Manuel Ruiz-Calderón y los concejales, José Izaguirre Obeso, Antonio Gutiérrez Gómez, Rufino Bononato, Manuel Maraver, Francisco Gutiérrrez Mercier y y Luis Benítez Gómez. Desde Peral se encaminan al Paseo de la Victoria para asistir al solemne acto interpretando la Banda de Música, dirigida por el maestro Rocafull, la Marcha Real a la entrada y salida de SS AA del Palacio Municipal.

Llegan las unidades militares al Paseo de la Victoria: el batallón de Infantería Base Naval del Ferrol, el de Villaviciosa, el grupo de baterías del XII Ligero y el Regimiento de Artillería Pesada. Eran muchos los invitados, representaciones civiles, militares, políticas, sociales, que estuvieron en el acto y los lugares destacados que ocupaban en el Paseo, dándose el caso de que se instaló una tribuna para que presenciaran la ceremonia los alumnos del colegio de San Luis Gonzaga.

Los infantes llegando al Paseo de la Victoria, con el estandarte portado por el alcalde Ruiz-Calderón.

La llegada de los Infantes produjo nuevamente la expectación del público. El estandarte era portado por el alcalde, Ruiz-Calderón, cuyo acto de entrega se haría con una ceremonia religiosa de por medio, con el Arcipreste Francisco Núñez Galván, entregado por el alcalde a la infanta y es recibido por el coronel jefe del Regimiento que aceptaba la oferta de El Puerto. Tras la ceremonia se celebró un desfile por la calle Larga.

Los infantes, por las calles engalanadas y a coche descubierto, se dirigieron al antiguo Hospital Municipal.

Terminado el desfile la comitiva con SSAA a la cabeza se dirigieron a visitar el Hospital Municipal, donde fueron recibidos por el director facultativo Plácido Navas Villascieras; a continuación visitaran el Hospital de Sangre de la Cruz Roja, donde son recibidos por las Juntas de la Cruz Roja, con la presidenta de Damas, Mercedes Peñasco y la de Caballeros una nutrida representación a cuyo frente se encontraba Manuel Ordóñez Garabito.

Banquete ofrecido en el Ayuntamiento.

A continuación se ofreció un banquete en los salones del Ayuntamiento para sesenta comensales, pasadas las dos de la tarde, amenizado por la Banda Municipal, donde se sirvió consomé de ave, crema perigod parisien, timbal de langostinos, solomillos emperatriz, jamón york a la americana, pavi-pollo rotti, bizcocho helado a la veneciana y postres. Los vinos fueron M. Riscal, Maruja, Jerez Solera 1800, Fino Palma, Champagne, Cognac y Crema de Cacao.

Como se echaba el tiempo encima y no se podía completar el apretado programa de visitas, cancelaron la visita prevista a los alojamientos de las fuerzas armadas, cuyo menú extraordinario fue entremeses, paella de arroz a la valenciana, merluza en salsa, bisteak empanado, Frutas, Vinos, Pasteles, Licores y Cigarros puros.

El acuartelamiento en la Plaza del Polvorista.

Los infantes, después del banquete, se dirigieron a continuación al Colegio San Luis Gonzaga. A las cuatro en punto de la tarde se celebró un festival taurino en la Plaza de Toros a cuyo comienzo  no llegaron los infantes hasta bien entrado éste, por lo que se alteró el orden previsto en el mismo, corriéndose en primer lugar los becerros y, ya con los infantes, se celebró un carrusel con jinetes, formaciones, música, … que encandiló a los asistentes. Al finalizar el espectáculo SS.AA fueron despedidos en la puerta de la Plaza a pie del auto que les condujo a Sevilla, por las autoridades civiles y militares que formaron la comitiva, rindiendo honores fuerzas de Artillería.

2

En la imagen, instantánea de Fito Carreto en el Parque Caldereón, del Chiringuito ‘Baobab’ que, durante años, gestionado por Fernando Durán Rey --en la actualidad, locutor de radio--, atendió a la gente moderna de El Puerto en la década de los ochenta. A la derecha de la imagen, el malogrado periodista de Diario de Cádiz, Diego Mora Perles, a quien con tanto cariño recordamos.

Entre 1979 y 1989 Fernando Durán trabajó en la hostelería en el Parque Calderón, en un kiosko novedoso para la época: el Baobab, donde conoce a gente muy interesante y hace muy buenas amistades. De allí, recuerda, salieron muchas parejas y amantes. Aunque el bar no era suyo, lo defendió como si lo fuera: fue una concesión del emprendedor Juan Ruiz-Herrera. El derecho al descanso de los vecinos de la zona, dado el movimiento y los horarios que mantenía el exitoso establecimiento, acabó cerrándolo.

1

El Adriano III en el dique, tras ser rescatado luego de su hundimiento.

Benito, más que de pueblo,
es un zoquete integral
que no entiende el palabrero
que suelen utilizar
los que gozan del llamado
estado del bienestar,
y se queda boquiabierto,
"boquitonto", al escuchar
esa terminología tan frecuente,
y tan normal
que recoge, entre otras cosas,
el transporte intermodal,
la expresión alucinante
de entorno medioambiental,
y, el modernísimo invento
del Consorcio Provincial
del Transporte, que no sabe
cuántos enchufes creará
con sueldos muy superiores,
como cosa natural,
a ese mediocre salario:
el interprofesional.

También ignora Benito,
y preocupa ese ignorar,
para qué demonios sirve,
cual es el fin primordial
del ente al que se conoce
como Mancomunidad.

De lo que entiende Benito,
por ser un pobre patán,
es de vergüenza torera,
de gratitud y lealtad,
de nobleza, de sentimientos
y de generosidad.

Que de todo ello carecen
los que van a jubilar,
puesto lo exige el progreso,
por decreto y sin piedad,
al Tercero de esa saga
entrañable y singular,
cuyo nombre es Adriano,
y además de familiar,
es desde tiempos pasados
emblema de la Ciudad.

Es una muerte anunciada,
puesto que un catamarán,
dos mejor dicho, han venido
al Vapor a reemplazar
en sus idas y venidas
del Puerto a la capital.

Pero lo que clama al cielo,
lo sangrante de verdad,
es la negación rotunda,
dada por la autoridad
de antemano, a toda ayuda
de nuestra Comunidad.

¡Las subvenciones son todas
del nuevo catamarán!
Y si desea sostenerse,
si quiere continuar viviendo,
pues que se busque sin demoras,
sin tardar, una nueva ocupación
distinta de la actual.

Así premian su conducta
abnegada y ejemplar,
los esfuerzos cotidianos
en su honrado navegar
con Poniente, con Levante,
Sur o vendaval,
siempre señor en sus actos,
siempre amigo servicial,
viviendo con lo justito
sin la ayuda material
de quien echarle una mano
era obligación moral.

Pero ¿a dónde irá el Vapor?
¿Qué ocupación buscará?,
dice Benito enfadado.
¿Habrá llegado a pensar
algún listo se dedique
a coger muergos quizás?
¿O se vaya al algodón
y en septiembre a vendimiar?
¿Se irá a la fresa a Moguer?
¿O se ocupa en transportar a 'guiris'
a la Sierra del Pinar,
y en Grazalema les muestra
el hermoso pinsapar?

¿De qué sirvió te nombraran
Bien de Interés Cultural?
Bien ¿para quién, Adriano?
¿Quién se pudo colocar
a tu costa otra medalla
de la chaqueta en su ojal,
y ahora, desagradecido,
te niega el pan y la sal?
Preguntas a las que nadie
quiere o puede contestar.

Benito no se aventura,
no quiere pronosticar
en qué acabará la cosa;
pero le ruega no deje
firmemente de luchar,
defendiendo los derechos
que ganó sobre la mar,
y, aunque lo vejen y humillen,
no pierda su dignidad.

Por eso cuando se cruce
con algún catamarán
no se achique y siga airoso
su seguro caminar,
y en el momento preciso
le dé tres largas "pitás "
que demuestren los bemoles
y la clase señorial de esa saga
inolvidable de los Fernández Sanjuán .

Paco del Castillo.

Parece que el poeta escribió hoy estas letrillas, pero fue en Diario de Cádiz, en la columna de opinión ‘Bienteveo’, ajustado al formato de prosa, el 25 de enero de 2006. Tiene plena vigencia.

3

Félix Tejada Prieto nació en la calle Nevería --en una casa ya inexistente-- el 19 de diciembre de 1933, segundo de los tres hijos (Pepe, Felix y Jesús) habidos en el matrimonio formado por Eduardo Tejada e Inés Prieto. Felix estudió en La Divina Pastora, con doña Lola, en el Colegio del Carmen  en el Colegio existentes en Santo Domingo, hoy Instituto, conocido como  ‘Bellas Artes’, al encontrarse allí también la Academia de ‘Santa Cecilia’ en aquel tiempo.

«Discurría el verano de 1946, eran tiempos difíciles y muy duros pues estábamos en la posguerra. Un día me encontraba jugando en la calle Santa María  con otros niños al boli --canicas--, cuando escuché a mi madre que me llamaba a voces desde la altura de El Cafetín. Me dijo había hablado con su tío José Gallego Peinado --el maestro Rubio--, dueño de un Taller de Fragua, para trabajar en sus dependencias donde ya trabajaba mi hermano mayor, Pepe. Con los bolis en el bolsillo, a las dos de la tarde, ya estaba en la puerta del taller para empezar mi aprendizaje en la cerrajería y en tareas de forja. Pensé con apenas 12 años cumplidos: ‘Ya soy otro, estoy trabajando’ y es que de pequeño quería trabajar de cerrajero al igual que mi hermano Pepe, quizás también influido por el recuerdo a mi abuelo materno, que había sido cerrajero».

Felix recuerda que no le dio tiempo a despedirse de su  maestro  D. Antonio de la Torre. Desde las ventanas del Taller que se encontraba frente al Colegio, se escuchaban los ruidos y el murmullo de una clase llena de niños, su antigua clase, desde el que era ya su trabajo.

EL APRENDIZ.
«Para mi este taller era un Templo de Arte, de buenos trabajos. Ver a mi maestro, al Maestro Rubio, trabajar era la perfección en la fragua». Las primeras faenas que hace un aprendiz son acarrear agua para el personal, recoger las herramientas, barrer el taller, partir el carbón de fragua puesto que venia en tacos muy grandes, llenar el pilón de agua sacada del pozo para mojar el carbon, templar la herramienta y ayudar a los oficiales.

Premio otorgado por Patrimonio Histórico en el año 2007

A primera hora se encendían las dos fraguas y allí se hacía de todo: cortar, taladrar, soldar, empalmar, machacar, pegar, … de todo. Luego ayudaban a los oficiales, sobre todo en la fragua y aprendió a machacar (que es quien usa el ‘macho’ gordo que acompaña al Oficial o ‘Bocafragua’. Existe un dialecto a base de martillazos entre el Bocafragua y el Machacador que te va marcando la pauta en la faena. Al finalizar la larga jornada el aprendiz recogía las herramientas, las colgaba en el tablero, barría los bancos de trabajo y el suelo del taller.

Con un año aproximado de taller, la faenas eran más duras pero mas gratificantes para el meritorio. Ya empezaba a hacer cosas, chapuzas: paletas para el carbón de la copa o brasero, tenacillas para la cocina de carbón, reparación de planchas de hierro, estañar los peroles, lo que le suponía un suplemento al sueldo de una peseta diaria que cobraba.

LA JORNADA DE TRABAJO.
Las jornadas de trabajo no eran intensivas, antes al contrario eran ‘extensivas’. Entraban a las 8:00 de la mañana hasta las 13:00 horas. Regresaban a las 14:00 hasta las 19:00 y una tercera franja entre las 20:00 y las 00:00 horas cuando había mucho trabajo. Osea, un mínimo de 10 horas diarias que a veces se convertían en 14 horas de jornada laboral. También se trabajaba los sábados y domingos, pero con horarios mas reducidos. «Era tan cruel como bonito. A los tres años de estar trabajando me dieron de alta y ya ganaba tres pesetas diarias», recuerda.

Luego vendrá el taller de José Gallego Huerta --hijo del Maestro Rubio-- en la calle de la Palma y un poco más adelante a la calle Puerto Escondido, en el Taller de Manuel Paz. «Recuerdo la primera faena, hacer unas anillas pegadas 'a fragua' para las vagonetas de la explotación de Las Salinas»

OTROS TALLERES.
Con posterioridad Felix entrará a trabajar en el Taller del primo de su madre: Domingo Prieto Cressi; también  en la Plaza de Toros, en el Taller de Altaraz y, cuando contrae matrimonio con Consuelo Pérez Ramírez se instala en Jerez pues prestará sus servicios profesionales en un taller en la calle Zaragoza, donde llevaban el servicio técnico de tractores Hanomag. De ese matrimonio Felix y Consuelo tienen cuatro hijos, Felix: Jesús, Consuelo y Pedro, llevando los tres varones en la actualidad el taller que se encuentra en la finca ‘El Martillo’ en el Pago de la Valenciana, siendo el taller mas antiguo que se encuentra en activo.

Jesús, Pedro, Felix padre y Felix hijo. Sus descendientes varones, los hermanos Tejada Pérez se han hecho cargo del taller tras la jubilación de nuestro protagonista, hace 12 años, aunque todavía visita y supervisa algún trabajo.

BASE DE ROTA.
Pero volviendo a la cronología de su vida laboral, Felix cambia de empleo y entrará a trabajar en la Compañía Pittsburgh para la Base de Rota, como soldador de autógena y eléctrica especializado en soldaduras de alta presión, donde acabará ocupando el cargo de Inspector, algo que no le satisface pues no hacía nada físicamente con sus manos --solo dirigir e inspeccionar-- y pide la cuenta y se marcha para establecerse por su cuenta y montar su propio taller.

Flotilla de helicópteros en la Base de Rota en 1961.

CALLE CONEJITOS.
Nos encontramos en 1964 cuando Felix, por mediación de Vicente Pérez de la Lastra alquila un corral en la calle Conejitos sin agua, sin luz, techo ni puertas y, por medio de la constructora de éste ‘El Látigo Negro’ acaba acondicionando para taller aquellas cuatro paredes. «Allí empezó mi primera y humilde empresa, ya vivían mis cuatro hijos y sin ingresos ninguno empecé a comprar las primeras herramientas, máquinas y acometer mis primeros trabajos como autónomo».  Hace 39 años, en  1972 se trasladaron a la Finca ‘El Martillo’, en La Valenciana, a una nave que fue propiedad del que fuera alcalde de El Puerto, Francisco Javier Merello Gaztelu donde éste tuvo una imprenta.

El Toro de Osborne en La Muela /Foto: Levijo.

EL TORO DE OSBORNE.
Como ya se ha dicho, Felix estaba acostumbrado a una larga jornada de vida laboral. Al finalizar su jornada durante su etapa en la Base de Rota ayudaba a su hermano Pepe en el Taller, que era quien recibió el encargo de parte de Rafael Osborne Macpherson e Ignacio Osborne Vázquez para realizar la figura del Toro en 1961. «El toro, como casi todas las cosas importantes, nacen casi de casualidad», afirma.

Antes, en 1954 la agencia de publicidad Azor realiza para Osborne un símbolo que serviría para representar al brandy Veterano, y que con el tiempo ha simbolizado al Grupo Osborne y a la imagen de España en el mundo. El artista local, Manolo Prieto, tío de Felix Tejada (con nótula núm. 863 en GdP) Director Artístico y Jefe de Estudio de aquella agencia será el autor de la figura del toro bravo «valla que no es aceptada con mucho entusiasmo por el cliente» según llegaría a afirmar el propio Manolo Prieto. En 1958 se empiezan a colocar las primeras figuras fabricadas en madera, que medían cuatro metros, tenían los cuernos pintado de blanco y un rótulo que anunciaban el producto. /En la imagen de la izquierda, uno de los bocetos primeros de Manolo Prieto.

En 1961, dado que la madera se estropeaba con frecuencia se empezará a hacer de metal midiendo ya siete metros y, al año siguiente, al cambiar la normativa, los 14 metros de altura actuales. Tienen que hacer los cálculos, el despiece, el estudio para el transporte y los camiones… El primer toro lo recortó a cincel, trazado en tres partes pues no cabía en el taller de su hermano en la calle San Bartolomé. Se colocó en la Cuesta de Matajaca, en la carretera de Jerez.

Vista parcial del taller donde se fabrican los elementos que conformarán la sobria figura del toro: diversas plantillas y formas.

En este ínterin, el hermano Pepe sufre una enfermedad que le obliga a abandonar los encargos, haciéndose cargo Felix de la realización y montaje de los mismos por la geografía española. En verano, iba con sus hijos en el camión quienes le acompañaban en unas improvisadas vacaciones, algo que, con el tiempo se convertiría en su propio trabajo.

Felix Tejada en su tallere contemplando una maqueta a escala del famoso toro.

EL TORO EN CIFRAS.
En el taller se realiza esta figura de peso y medidas excepcionales: 4.000 kilos de peso, una altura cercana a los 14 metros --algo así como un edificio de cuatro pisos--. Felix Tejada ha dado explicaciones en mas de una ocasión a ingenieros y arquitectos ya que su instalación viene a ser una obra de ingeniería y de ingenio: se prepara el anclaje de las 4 torretas metálicas que sostienen el toro con un basamento de 4 zapatas de 6 metros cúbicos de hormigón cada una, con un peso total de unos 50.000 kilos.

La familia Tejada en el montaje de uno de los Toros de Osborne.

El toro en su emplazamiento. Las condiciones de luz solar ponen de manifiesto el entramado de planchas que conforman la figura.

EL GANADERO DEL TORO DE HIERRO.
Para montar las piezas que conforman una superficie aproximada de 150 metros cuadros, compuesto por 70 chapas de 90x190 cms. y 2 mm. de espesor, se realizan más de 1.000 taladros para fijar tornillos de doble tuerca. La figura necesitará 50 kilos de pintura para que adopte el color negro característico del Toro de Osborne. Existen 91 toros distribuidos por España, todos realizados en el Taller de Felix Tejadas e Hijos, con una concentración especial en las provincias de Cádiz y Sevilla. Últimamente se ha instalado uno en el continente Africano, en la Ciudad Autónoma de Sevilla.

Felix con con su hijo Pedro, sujetando una de las piezas de la figura del cornúpeta.

Después de más de medio siglo realizándolos, existen toros de varias medidas y formatos: el gigante con 13,80 metros de alto, el novillo, con 6,50 y muchas medidas pequeñas, grandes y medianas. Como dato curioso, señalar que la inmensa mayoría de los toros que se encuentran en las carreteras están datados en 1957 por la Dirección General de Bienes Culturales, por el que se sometía a información pública el expediente para la inscripción específica, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, a favor de los Toros Osborne.

Felix Tejada en las escaleras del Palacio de Purullena.

RESTAURACIÓN
Félix Tejada e Hijos, se encarga también de la restauración de edificios antiguos. La fotografia inferior se corresponde, con los trabajos de restauración de la cerrajería del Palacio de Purullena, en El Puerto de Santa María (edificio que data del siglo XVIII).

En la imagen superior vemos es un arcón con cerradura de once puntos de seguridad. Data de la época de Juan de la Cosa (siglo XV aproximadamente). Fue restaurado en su totalidad y se exhibe en el Museo de Arquelogía y Bellas Artes de El Puerto de Santa María.

Otro de los señalados edificios en los que ha trabajado para su restauración, ha sido la Torre del Oro de Sevilla. En ella, entre otros trabajo, Felix y sus hijos restauraron las puertas, y los cañones. Y para estos últimos construyeron sus soportes.

Ojo de buey de Bodegas Lustau (Jerez), realizado por el Taller de Tejada e Hijos.

Felix Tejada, jubilado desde hace 12 años, está orgulloso del Taller de Fragua, del que afirma que «no se debe perder y recoger sus conocimientos; de ahí nacen muchas cosas del taller de hierro, la creatividad, donde el hombre hace y crea». No es de extrañar tanta sensibilidad pues nuestro protagonista es primo de los desaparecidos poeta José Luis Tejada y el escultor y pintor Javier Tejada.

3

Cada cierto tiempo, como si lo aprendido de pequeño tuviese su espacio en la memoria más entrañable, suelo sacar esa caja de latón donde conservo las fotos antiguas de la familia. Y miren ustedes por donde me tropiezo con una instantánea de singulares características. Determinada calidad y entrañable composición. Es la imagen que tienen ustedes delante.

La playa de La Costilla en Rota sirve de soporte a dos parejas de recién casados. Corría el año 1.956 cuando los matrimonios conformados por los profesores del Instituto Laboral portuense, Enrique Bartolomé López-Somoza (con nótula 222 en GdP) y Elisa López Quevedo y Manuel Martínez Alfonso (con nótula 1.051 en GdP) y María de los Ángeles Pérez Sánchez viajaban a la localidad vecina y eran inmortalizados por un amigo común.

La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados, escribía el escritor alemán Jean Paul Friedrich Richter, mientras saboreo la fotografía que cuelga en el salón de mi casa familiar. Enrique y Manolo; Elisa y Mari eran algo más que compañeros. Amigas inseparables, ellas habían decidido vivir siempre cercanas y de esa primera casa compartida en el Egido de San Juan,  junto a la finca del Manco Guindate, en la casa conocida como de Santa Ana, propiedad de D. Manuel Rubín de Celis, pasaron a ocupar un par de chalecitos de los profesores del Instituto de la Rotonda de La Puntilla. Hasta que en la última década, a excepción de Elisa, nos dejaron para siempre.

Don Manuel y Don Enrique, desde esa barandilla algodonosa de las nubes, contemplan esa ciudad que les vio crecer como profesores. Ellos ya abandonaron este mundo. Se marcharon, como decían esas bellas estrofas de Antonio Machado:

Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo ligero de equipaje
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Para muchos, el año de la instantánea –que bien podría servir de cartel anunciador de alguna película de la época-, fue importante. España y Marruecos firman un acuerdo sobre transferencia del territorio marroquí que hasta entonces era Protectorado español; la actriz Grace Kelly contrae matrimonio con el príncipe Rainero III de Mónaco; Marilyn Monroe contrae matrimonio con el dramaturgo Arthur Miller; en la Capilla de la casa palacio de los Marqueses de Arco Hermoso (calle Durango) se celebraba en octubre la boda entre Lupe Romero Laffite, hija de los marqueses y el gaditano Antonio Grosso Burham, bendecida por el obispo de Córdoba, fray Albino Menéndez Reigada; se celebran Juegos Olímpicos en Australia, o Juan Ramón Jiménez obtiene el premio Nobel de literatura. Para los familiares y amigos nos resulta emocionante y placentero contemplar con detenimiento imágenes desgastadas con el tiempo, pero vivas.

Y en el recuerdo de esos dos entrañables profesores de muchas generaciones de portuenses, nos anudamos a esa otra frase del poeta latino Marco Valerio Marcial, cuando afirmaba que 'poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces'. (Texto: Enrique Bartolomé , Jr.)

6

Luis Peinado Cabrera, atendiendo a una cliente.

| Texto: José María Morillo

Hace poco más de 10 años cerró el ‘Almacén de Suárez’, una típica tienda de montañés, en la confluencia de las calles Misericordia y Luna, cuando se jubiló el último de sus dependientes: Luis Peinado Cabrera, perteneciente a la familia de los Chaparro. Desde muy jóvenes entraron a trabajar en ese almacén de ultramarinos y coloniales, primero Alfonso Peinado Cabrera y, luego Luis su hermano, ambos ejemplo de laboriosidad y honradez. Llevaron el establecimiento como si les perteneciera, dado el interés y el tiempo que le dedicaban. Abrían antes que nadie y cerraban igual de tarde, incluso domingos y festivos.

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3

Federico Rubio y Galy había nacido en El Puerto de Santa María el 30 de agosto de 1827, de familia de escasísimos medios económicos más que nada por el talante liberal inquebrantable que sostuvo su padre, precisamente durante el periodo absolutista. Era hijo de un abogado que había sido compañero de Riego y pinta en sus memorias los años niños de su vida empañados por persecuciones políticas y destierros que sufre su padre por mor de su ideología liberal exaltada.

Sus primeros estudios los realiza en ‘amigas’ y escuelas portuenses, alguna, como la de la Aurora, que daba títulos válidos ‘ante el Rey y ante el Papa’. Cuando decide ser médico, tropieza con la estrechez económica que agobia a su familia, y no duda en costearse su carrera dando clases de esgrima --era especialista en florete-- en el colegio gaditano San Felipe Neri.

DE LA DISECCIÓN A SU PRIMER LIBRO.
De estudiante, destacó pronto como disector. [Persona que diseca y realiza las operaciones anatómicas] Todas las horas que podía las dedicaba al anfiteatro, donde pasaba muchas noches a la luz de una vela, descuartizando cadáveres y preparando lecciones de anatomía para sus compañeros. En 1850 termina su carrera. Un año antes había publicado su primer libro: ‘Manual de Clínica Quirúrgica’. Prepara enseguida oposiciones a la cátedra del Hospital Central de Sevilla que no consigue, por causa de su ideología política, a pesar de sus brillantísimos ejercicios. /En la imagen de la izquierda, segundo cuaderno de su primer libro editado en la gaditana Plaza de las Viudad de Cádiz en 1850. Figura su autor como Bachiller en medicina y cirugía, ayudante de disector de la Facultad de Medicina establecida en Cádiz de la Universidad Literaria de Sevilla.

Vista parcial del Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía. Los alumnos de la Escuela Libre de Medicina y Cirugía recibían sus lecciones en sus dependencias.

ESCUELA LIBRE DE MEDICINA Y CIRUGÍA.
Ejerce su profesión durante algún tiempo en Sevilla y funda, en 1865, la Sociedad de Medicina y en 1868, al margen de toda oficialidad, la Escuela Libre de Medicina y Cirugía, donde imprimió a sus enseñanzas tal carácter práctico y objetivo que resultaron verdaderamente innovadoras sus maneras pedagógicas.

EMBAJADOR EN LONDRES.
Al poco tiempo, marcha a Inglaterra como Embajador de España. En Londres, asistió a los cursos del célebre Ferguson y allí lució más como médico que como político el ilustre portuense. En el campo de la política, aparte de Embajador, fue Senador, Presidente de la Comisión de Reformas Sociales y Diputado a Cortes. /En la imagen de la izquierda, cartel anunciador del Congreso celebrado en nuestra Ciudad en septiembre de 2002.

A su vuelta a España, Federico Rubio se reveló genial operador, rompiendo antiguas prácticas y viejas y tradicionales teorías. Realizó, por primera vez en España, operaciones tales como la ovariotomía y la extirpación de la matriz. Fue el primero que, en todo el mundo, extirpó un riñón con feliz resultado y espectaculares logros consiguió operando laringes cancerosas.

RAMÓN Y CAJAL.
Ramón y Cajal dijo de Federico Rubio que «se adelantó a todos en disipar el supersticioso temor que inspiraban las cavidades orgánicas, sobro todo el peritoneo, arca santa ante cuyas paredes se detenía miedoso el bisturí». De estos atrevimientos quirúrgicos fueron aventajados seguidores los doctores Salado, en Sevilla; Creus, en Granada; Toro y Díaz Rocafull, en Cádiz y luego, un sin fin de cirujanos.

RENUNCIA AL MARQUESADO DEL PUERTO.
Lo nombraron Académico de la Real de Medicina, Miembro Honorario del Real Colegio de Cirujanos de Londres, fue Director-fundador de la ‘Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas’,  la más avanzada publicación de este carácter que contribuyó en su tiempo a crear un verdadero estilo quirúrgico español. Recibió las Grandes Cruces de Alfonso XII y del Cristo de Portugal. La Reina Regente, Cristina, le ofreció el título de Marqués del Puerto de Santa María, que rehusó cortésmente, fiel a sus ideas políticas.

ESCUELA PRÁCTICA DE ENFERMERAS.
Comprendió que la sola vocación religiosa no facultaba para atender debidamente a los enfermos, entonces confiados a manos monacales. Se propuso capacitar a las mujeres, monjas o no, para llevar a cabo tan delicada misión. Para ello fundó la Escuela Práctica de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría. Su idea fue mal interpretada por la opinión pública ya que se pensó que lo que don Federico pretendía era eliminar y sustituir a las monjas en esta labor. Nada más opuesto a su sentir, ya que si era católico ferviente, no era peor amigo de los enfermos. /En la imagen, sello conmemorativo del 175 Aniversario de su nacimiento, celebrando su primer día de circulación el 8 de mayo de 2002.

Instituto Rubio. Pabellón de Dispensarios. /Foto: Laurent.

INSTITUTO RUBIO.
Pero su obra cumbre, en la que más empeño puso, fue la creación del Instituto Quirúrgico que llevó su nombre. El Instituto Rubio fue fundado para cumplir, por un lado, fines humanitarios y, por otro, docentes. Se atendían en él gratuitamente a los enfermos y se impartían enseñanzas de cirugía. El 4 de julio la Reina Regente ponía la primera piedra del Instituto Rubio, construcción que costeara don Federico. Tenía en su fundación un presupuesto anual de sostenimiento de 120.000 pesetas de las que sólo 50.000 eran aportadas por el Estado. El resto, se cubría con dotaciones que para camas hacían varios particulares.

En 1897,después de varios años en los sótanos del Hospital de la Princesa,el Instituto Rubio inauguró nueva sede en los altos de la Moncloa.Su estructura de pabellones por especialidades (Urología,Cardiología,Oftalmología y Ginecología) funcionaba como centro docente,asistencial y de investigación.Y la ubicación fue paradigmática,pues situándose junto al asilo de Santa Cristina anunciaba la emergencia del futuro polo sanitario de la Moncloa,luego completado con el Instituto de Higiene Alfonso XIII y el futuro Hospital Clínico,además de las facultades de medicina,farmacia y odontología.

Como dato curioso en la junta administrativa del Instituto formaban parte un enfermo y una enferma, con voz y voto con que el doctor hacía verdad su idea directriz: ‘Hacer de un hospital una familia de enfermos atendidos y cuidados por una familia de sanos’. 

PINTOR Y COLECCIONISTA.
Fue Federico Rubio pintor de exquisito gusto y esmerado coleccionista de pinturas. En lienzos poseía, entre otros, cuatro Murillos de sus dos épocas y un Greco y su colección ocupaba varios salones de su vivienda.  El deporte de la caza fue una de sus aficiones favoritas. Había adiestrado para ello a su perro ‘Gante’, fiel compañero de sus correrías cinegéticas.

Monumento a Federico Rubio en el Parque Oeste, de Madrid, obra de Miguel Blay.

CALLES EN EL PUERTO, SEVILLA Y MADRID.
Murió Federico Rubio el 31 de agosto de 1902, a causa de los estragos que una arterioesclerosis reumática había hecho en su organismo. Fue enterrado en la capilla del Instituto que fundara y su epitafio redactado por Menéndez y Pelayo. Al finalizar la última guerra civil, los restos del Instituto Rubio yacían entre obuses y bombas. Los nietos de don Federico, con paciencia reverencial, lograron rescatar sus huesos que reposaban en las ruinas de la Capilla.

A Federico Rubio se le dedicaron calles en El Puerto [la antigua calle Pozuelo y el ambulatorio de la Seguridad Social de la calle Ganado que aparece en la imagen de la izquierda], en Sevilla [donde también tiene un busto sin rotular en el dintel de una puerta en la calle Madre de Dios], en Madrid donde tiene una avenida y plaza [y un colegio público en la zona de Cuatro Caminos] y donde, en el Parque del Oeste, se le erigió un monumento obra de Miguel Blay. [También tiene calle en Torrelavega (Cantbria) y en otros municipios españoles]. (Texto: Luis Suárez Ávila).

FRAGMENTO DE SUS MEMORIAS.
«Nosotros continuamos hasta la calle de las Neverías, apeándonos ante un portal oscuro de una casa de la acera de la derecha. Esa casa era de mi abuela materna, o por mejor decir, de su tía doña Francisca Gil. Abierto el portón, tirando de un cordelillo que por el zaguán levantaba el picaporte, entramos en un patio enchinado y limpio, si no lo afeara un caño descubierto que, siguiendo el zaguán, corría a morir en otro caño mayor que iba por la calle. El patio, cerrado por sus cuatro frentes, en cada uno ofrecía una puerta: la de entrada, que pasamos; la frontera, al lado opuesto, y en los muros de izquierda y derecha otra puerta, respectivamente, y una ventana de reja a uno y otro lado de ellas. El patio carecía de corredores y arriates: la planta baja solo».

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Miguel Angel Mena Rodriguez, nace el 2 de Marzo de 1962 en el número 8 de la calle Vicario, en la vivienda entresuelo que sobre el Bar ‘El Brillante’, existe todavía en el edificio de la desaparecida Pensión ‘Las Columnas’. Hijo del porteño Eugenio Mena Ponce y de la jerezana María Luis Rodríguez Pantoja, es el menor de cinco hermanos: Eugenio, Manuel, Antonio (ver nótula 132 en GdP), José y Miguel.

En la imagen, Eugenio Mena Ponce y María Luis Rodríguez Pantoja y su hermano Eugenio; debajo Manuel, Pepe, Miguel y Añoño.

1962
En 1962 era alcalde de la Ciudad Luis Portillo Ruiz. Manuel Martínez Alfonso publica su libro «El Puerto de Santa María en la Literatura Española». Se rueda en El Puerto la película ‘La Becerrada’ con Fernando Fernán Gómez; la Plaza de Toros y el Vapor, espacios inmortalizados. Rafael Alberti publica ‘Poemas Escénicos’ primera serie. Se inauguraba el Hotel Meliá ‘El Caballo Blanco’. El ayuntamiento concede la Medalla de Oro de la Ciudad al dictador y Jefe del Estado, Francisco Franco. Se inauguraban las viviendas de La Pescadería, reciente y parcialmente derrumbadas para recuperar la Plaza del Carmen. Empieza a realizar su labor docente el Colegio La Salle que, en septiembre, inaugura el Curso 1962/63. Nacen el investigador Bernardo Rodriguez Caparrini, el compositor carnavalesco Luis Galán, la actriz Montse Torrent, el navegante Epi Unzueta Melgarejo y el fotógrafo Manuel Bernabé Gatica. 1962 fue el año del Concilio Vaticano II.

ENTRE VICARIO Y SIERPES.
Sus primeros pasos en el mundo del trabajo los dará detrás de un mostrador: entre el Bar ‘El Brillante’ y enfrente, en Tejidos Muro. Sus 49 años los ha vivido en ese tramo de la céntrica calle Vicario, junto al Mercado de Abastos y la calle Sierpes. Esta última, escenario de su infancia, pasaba las tardes jugando con sus amigos, todos del vecindario, hijos de familias muy conocidas en El Puerto como son ‘los Lengues’, muy dados a jugar a los toros con capote y carro con cuernos (ver nótula 443 en GdP).

En la imagen, el padre de los Hermanos Moreno, Rafael Moreno Porto, ‘Lenguito’, en una foto en el puesto de la Plaza, en los años sesenta. La familia vivía a escasos metros, en la calle Sierpes.

También con los nietos de Juana ‘la del Liberato’, o los nietos de ‘la Portuguesa’ entre otros. Recuerda con especial cariño a Paco ‘el Carpintero’, a Ernesto, Antonio, Rafael y ‘el Rubio', todos de la carpintería Lobo en la calle Sierpes y que todavía mantiene su actividad con Paco Lobo al frente (ver nótula 159 en GdP). Fueron muchas las tardes que pasaba observando trabajar a Paco Lobo, el que estaba en el banco de trabajo más cerca de la calle. Probablemente él le inculcaría su afición al modelismo y a trabajar la madera. Cuenta que era una delicia verle barnizar a ‘muñequilla’. También recuerda con cariño a Eloy Fernández Moro (ver nótula 087 en GdP), y a sus hijos Manolo y Eloy, que trabajaban en la tienda de Ultramarinos esquina Sierpes con Vicario, «a quien de pequeño todos los niños del barrio le pedíamos ‘mijititas’ de galletas, que eran las que se rompían en las cajas, ya que antes las galletas se vendían a granel».

A la izquierda, su hermano Antonio, del bar El Brillante, Miguel en el centro, y a la derecha su hermano Pepe.

Su infancia estuvo muy marcada por su entorno, conviviendo con personajes muy conocidos en el Puerto de varias generaciones y muy vinculados al Mercado de Abastos, tales como Romualdo (‘Remujardo), ‘el Cojo Patino --guarda de la Plaza--, ‘el Rinro’, ‘el Guarigua’, ‘el Chirri’, al que todos los Domingos le compraba con parte de la paga las famosas ‘tajaítas’ --¿Quien recuerda lo que eran las ‘Tajaítas de Garfín’?--. Y con vendedores del mercado como Miguel Ortega, Fale, Eloy, Ventura, ‘el Cochino’, Lavi, ‘los Lengues’,…  Era la época en la que en la pequeña calle Sierpes había cuatro bares: Milindri, Las Delicias, Pancho y Los Pepes.

La calle Sierpes, en la década de los sesenta del siglo pasado. Como se puede observar en primer término a la izquierda, los puesos de verduras se encontraban adosados y al aire libre, con el toldo de protección plegado. A la derecha, la ristra de bares de la calle en aquellos años.

Vivió la reforma del mercado, cuando era de una sola planta, y los vendedores de frutas y verduras que tenían sus puestos en la Calle Sierpes, pasaron a la nueva planta alta.

De izquierda y derecha y de arriba abajo: Torres, Rivera Medina, Herrera, Cabral, Neva y Peinado. José Manuel (+), Alberto, Montesionos, Juan Vicente (+), Rojas (+), Bernabé, Sucino y Mesa. Aragón, Blanca, Peinado, Áspera, Ordóñez, Miguel Mena, Lojo y Moscoso. Bautista, Egea, Pera, Péculo, Bayard, Beltrán, Véles, Hermoso y Magrañal. A la derecha, el Hermano Julio González Joaquín.

Estudió en el Colegio La Salle Santa Natalia, donde hizo su Primera Comunión el día 15 de Mayo de 1969, con siete años de edad. Desde los siete a los catorce años y en concreto los últimos cuatro tuvo como profesores al Hermano Julio y a Joaquín Corredera Andrés. Con catorce años compagina los estudios de bachillerato en el Instituto Muñoz Seca con trabajos en la tienda de Tejidos Muro.

Su hermano Pepe y Miguel, con Antonio Pérez Muro y Carmela, en la Playa de Santa Catalina, a la altura de 'El Buzo'.

TEJIDOS MURO.
Marcó su infancia la convivencia con los vecinos de enfrente, Antonio Pérez Muro y su mujer, Carmela quienes, al no tener hijos lo acogían a él y a sus hermanos con un gran cariño, especialmente a Miguel, el mas pequeño. Hasta tal punto que reconoce que ha sido afortunado al disfrutar de dos padres y dos madres, viviendo con ellos como si fuesen su familia, no en vano, todavía algunos clientes creen que es hijo del citado Muro, del que todavía recibe muestras de afecto de antiguos clientes y amigos. De éste hereda él y su hermano Manolo el negocio y la finca donde se ubica el comercio. Desde muy pequeño correteaba por la tienda de la que hoy es copropietario, primero con su hermano Manolo, y al fallecimiento de éste, con su cuñada Mª del Carmen.

En la imagen de la izquierda, con su mujer, Kiki, en la tienda de tejidos Muro.

En aquel entonces, lejos aún de llegar las grandes superficies, el comercio de El Puerto tenía sobrecarga de trabajo. Había que ir hasta los domingos a marcar remesas y colocarlas en las estanterías. Hasta cinco dependientes a la vez trabajaban en apenas 50 metros de local.  Guarda muy gratos recuerdos de Daniel Pérez Muro, hermano de Muro y de Julio Alcón Vallejo. Ambos, dependientes de mucha solera.

Por aquel entonces, su hermano Pepe ayudaba a su padre en el Bar Brillante, y al tener éste que hacer el servicio militar, Miguel estuvo un año y tres meses trabajando de camarero en El Brillante con su padre Eugenio. Año en el que cumplió los dieciocho años y terminó el Bachiller.  Cursando Tercero de B.U.P. y trabajando en El Brillante, conoce a la que hoy es su mujer, Elena Francisca Muñoz Marín ‘Kiki’: todos los profesores les decían que formaban una buena pareja y la pareja acabó contrayendo matrimonio en mayo de 1987, fruto del cual tienen dos hijos, Miguel y Pedro.

En la imagen de la izquierda, con el actual Secretario Local del PSOE de El Puerto, Ignacio García de Quirós, también de la quinta de Octubre de 1980, en la Base de la Parra, con quien llegó a compartir Escuadrilla y litera.

EL 23F
En Octubre de 1980 hace el servicio militar en la Base Aérea de La Parra, en la Policía Aérea. Recuerda que estando de permiso, y trabajando en la tienda en el almacén, por la tarde preguntaron por él dos guardias civiles, y el Sr.Muro, se puso muy nervioso, pues estaba oyendo la radio. Era el 23 de Febrero de 1.981. «--Me comunicaron que al toque de  diana debía presentarme en la Base Aérea de la Parra y que me ocupara de localizar a Juan Ruiz y a Gilbau, dos compañeros portuenses de mi reclutada. Fueron tres días muy tensos y sin poder comunicar con mi familia. Por la mañana al marcharse, y como ya dormía en la casa del Sr. Muro desde que tenía doce años,  recuerda que a las seis de la mañana y con lágrimas en los ojos, el Sr. Muro me dio un adiós un tanto especial. ‘--Por favor ten mucho cuidado’, y metió 1.500 pesetas de las de entonces en el bolsillo de su guerrera. ‘--Por si acaso te hace falta’. Teniendo en cuenta que su nómina en a aquel entonces eran de 3.900 Ptas. Por supuesto al restablecerse el permiso intenté devolverlas, algo que no aceptó. ‘--Lo importante es que estés aquí’ le dijo. El Sr Muro le  tenía verdadero pánico a vivir otra guerra, teniendo en cuenta que este hombre vivió la Guerra Civil y estuvo en la Batalla del Ebro, sufriendo heridas y viendo morir a muchos compañeros suyos».

Al término del servicio militar, ya pasó a la categoría de dependiente, hasta que se jubila Pérez Muro, y tanto él como su hermano Manolo pasan a régimen de autónomos.

Con Rafael Vital Gordillo, a la sazón presidente de ACOCÉN y el Notario José Ramón Salamero Sánchez-Gabriel y Miguel actuando como Secretario de la entidad, en una de las campañas realizada por el colectivo de comerciantes.

ACOCÉN.
Todavía con Muro al frente del negocio,un grupo de comerciantes constituyen ACOCEN en 1984, una de las asociaciones más veterana de la provincia, siendo su primer presidente hoy de Honor  Antonio Jiménez, de Perfumerías Big-Ben. «--Son muchos los comerciantes que han aportado trabajo y esfuerzo en pro del comercio de la ciudad» cuenta Miguel. Juan Franco, de cafetería Milord, a la sazón presidente de ACOCÉN en 1984 le visitó proponiéndole representar a los comerciantes de la calle Vicario, asistiendo a una directiva y empezaría sus cargos directivos como Secretario con Manuel Muñoz Bellvís como presidente y luego con Paco Güelfo de ‘Gigantes’. Con ambos vivió momentos difíciles para el asociacionismo comercial de El Puerto. En 1999, no se presentaba nadie al cargo de presidente, dando un paso al Frente Rafael Vital Gordillo, de Ferretería ‘La Plaza’, con quien permaneció en el cargo de Secretario.

Durante la campaña de captación de abonados para el Racing, Miguel, segundo por la izquierda, posa entre otros con Pepe Rodríguez de la Flave, Muñoz Cuenca, Pepe Mesa y José Luis Galloso.

Cuatro años mas tarde la asociación vivió una profunda transformación tanto por parte de los asociados como de la directiva, profesionalizando la gestión y acometiendo proyectos y campañas que ofrecieran alternativas a la fuerte implantación de otros modelos comerciales. Desde el año 2.003 hasta la fecha es Presidente de ACOCEN y ha defendido un modelo asociativo moderno y eficaz, siendo esta asociación la única que, mayoritariamente ha impulsado el actual Centro Comercial Abierto (CCA).

SS.MM. Los RR.MM. 2007, Melchor (Luis Benvenuty), Gaspar (Milagros Muñoz), y Baltasar (Miguel Mena).

Ha sido rey Baltasar en la cabalgata de 2007 junto a Luis Benvenuty (ver nótula núm. 516 en GdP) y Milagros Muñoz, dándose la circunstancia de que a Miguel le entregó la corona Abraham Paz y él, al año siguiente a Carmelo Navarro (ver nótula núm. 750 en GdP), ambos jugadores del Cádiz C.F. La Estrella de la Ilusión fue la periodista Noelia Hidalgo y el Cartero Real, el actor y productor Enrique Miranda (ver nótula núm. 406 en GdP).

AFICIONES.
A pesar de que su trabajo le deja pocas horas libres, es muy aficionado a la pesca y al deporte de la raqueta, y practica el tenis y el paddle, haciéndose socio de la veterana entidad deportiva Club Náutico donde participará en diferentes campeonatos sociales de tenis, pádel y concursos de pesca. Es seguidor de la Armada Española y cada vez que puede va a la Copa Davis. La pesca es otra de sus grandes aficiones.

Miguel, a la derecha de la imagen, con un grupo de amigos del Club Náutico delante de la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid).

REAL CLUB NÁUTICO.
El presidente del Real Club Náutico, Joselito Escribano (ver nótula núm. 956 en GdP) ha contado con él incluyéndole en la candidatura ganadora de las últimas elecciones del pasado mayo en el citado Club, como vicepresidente del mismo.  Son momentos difíciles en puertas de la nueva concesión administrativa con Autoridad Portuaria. Muchas tareas que afrontar y un gran proyecto por acometer. Manifiesta que «--Tenemos que hacer un Club más permeable con la sociedad portuense, aumentar la participación asociativa, cambiar los estatutos de la entidad, el reglamento interno…..y por supuesto mantener y mejorar el alto nivel de competición en las diferentes regatas y eventos deportivos que organiza el Club. No en vano la Semana Náutica Internacional es la regata de cruceros más antigua de España. Su prestigio y el trabajo de quienes han colaborado hasta ahora, bien merece que prestemos nuestro esfuerzo y colaboración». Afirma que «la nueva directiva la conforman una mezcla de juventud y experiencia que seguro mantendrá en buen Puerto a nuestro querido Club Náutico». 

La ensaladilla de la bodeguilla del Bar Jamón es una muestra de las ensaladilla clásica, de las que llevan atún. Por su forma entraría en lo que se llama la ensaladilla “al pegotón” que es la que se sirve en el plato mediante un hábil toque de cuchara por parte del cocinero. Una de las mejores cosas de esta ensaladilla es la generosidad en mayonesa, cosa que le viene perfectamente porque es suave. El índice de tropezones (proporción entre patatas y otros ingredientes) es perfecto y se pueden ver trocitos de zanahoria, huevo duro, atún en conserva y chicharitos (también conocidos como guisantes), un ingrediente que cada vez se ve menos en las ensaladillas. Esta obra muy perfeccionada de ensaladilla se debe a Mamen Serrano, la copropietaria de la bodeguilla en unión de Rafael Fernández. Fue a partir de 2006 cuando empezó a darle su personalidad a la tapa, aunque esta se servía en el establecimiento desde que abrió allá por 1989, pero ahora ha llegado al culmen de este apartado científico: el ensdaladillismo. El ‘panidaje’ lo hacen con picos camperos de la Panificadora ‘La Paz’ de Espera (Cádiz).


Mamen Serrano, la autora de esta ensaladilla, junto a Rafael Fernández. Ambos muestran el pan de la casa, la tapa estrella de su establecimiento.

Otros platos de interés tapatológico de la Bodeguilla del Bar Jamón: El pan de la casa, la berza de la tata, el cazón en amarillo, los filetitos de presa ibérica al amontillado, las papas alioli. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

Más información de la Bodeguilla del Bar Jamón:
Nótula 508 en Gente del Puerto
El Pan de la Casa cumple 20 años.

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Acceso al antiguo Penal de El Puerto.

Hace ahora 120 años que se nombró a José Millán Astray, un abogado gallego perteneciente al cuerpo de funcionarios estatales y aspirante a escritor –así lo definen algunos biógrafos-,  director de la Penitenciaria Hospital de El Puerto de Santa María, una institución recién creada por el gobierno central en el antiguo convento de Santa María de la Victoria, expropiado a los franciscanos Mínimos en la época de la desamortización de Mendizábal, un par de décadas antes.

Este centro, que está considerado como el primer psiquiátrico penitenciario español, nació después de un estudio estadístico de locos criminales y dementes que cumplían penas de prisión, encarcelados en hospitales y manicomios de diversos puntos de la península. La encuesta, realizada por el Ministerio de la Gobernación en 1886, según unos autores o en 1888, según otros, arrojó un total de 238 reclusos enfermos, de los cuales tan solo 18 eran mujeres y el resto varones.

Para poder darnos una idea de la improvisación, falta de organización material y jurídica con la que se llevó a cabo el establecimiento del penal, nos basta conocer la prolongación de las obras de acondicionamiento que duraron hasta 1896, obras que no evitaron ni eludieron la insalubridad y falta de higiene de las instalaciones o el Reglamento provisional con que fue dotado: Real Orden 20 de marzo de 1894,  tres años después de nombrado Millán Astray como director.

Debió tener pues, bastante trabajo para organizar aquello, más parecido a un “cotarro” que a un centro penitenciario. Y no lo hizo mal, dividiendo a los enfermos internados en cinco secciones: ancianos, inútiles (supongo serian inválidos) enfermos crónicos, enfermos agudos o graves y, simplemente, enfermos. A esta quinta sección, la más numerosa, la subdividió, a su vez, en varios apartados, según sus características: tranquilos, semitranquilos, agitados, sucios, epilépticos y enfermos en observación, grupos a los que colocaba en salas y dependencias diferentes.

El joven Millán Astray, al que definió Perez Galdós como “hombre simpático e instruido, prestando servicios importantes en la averiguación de diferentes delitos, habiendo demostrado inteligencia y buena voluntad como funcionario” no nos cabe duda recibió este nombramiento más como un castigo que como un premio, después de formar parte como imputado en la trama del escandaloso y popular “Crimen de Fuencarral”. Cuando este suceso tuvo lugar, el asesinato y robo de una rica viuda que vivía en dicha calle, ejercía como director interino de la cárcel Modelo madrileña, “enchufado” al decir de alguna prensa de la época por su amigo y paisano Eugenio Montero Ríos, flamante presidente del Tribunal Supremo (al que el escándalo le costó el puesto) y también por Manuel Alonso Martínez, titular de la cartera de Gracia y Justicia, ministerio en el que Millán Astray había ocupado diversos cargos. .Finalmente fue exonerado, y no prosperaron los cargos de infidelidad en la custodia de presos e inducir falso testimonio .  /En la imagen de la izquierda Pérez Galdós.

En la imagen de la izquierda, periódico La Vanguardia que relata el 'Crimen de Fuencarral'.

Lejos de su familia, que había quedado en la capital, Millán Astray sentía nostalgia, recordando a su esposa Pilar Terreros y a los dos hijos habido en el matrimonio, especialmente cuando acabada la jornada laboral y realizaba largos paseos las noches de verano por los alrededores del penal. El día 5 de julio de 1891 en que sus hijos María Pilar y José, que debían de ser mellizos o gemelos, cumplieron los doce años les escribió este poema que tituló “La Noche”:

Cuando llega la noche/ la brisa aspiro,/sentado en la ribera,/cerca del río;/mirando al cielo/por si llevaros quiere/de mí el recuerdo.
El viento en la arboleda/mueve los pinos,/parecen sus rumores/tristes suspiros,/y mi alma enferma/llora al son de sus ecos/por vuestra ausencia.
Los rayos de la luna/refleja el agua,/mueven los marineros/la frágil barca,/y cruza el puente/un tren, que a monstruo informe/se le parece.
El puente se estremece,/retiembla el suelo,/el silbido se escucha/lejos… muy lejos…/El tren que pasa/donde están mis pequeños/su ruta acaba.
Solo con mis recuerdos/sin paz ni calma,/en andar silencioso/dejo la playa,/y ya dormido/un beso hay en mis labios/para mis hijos.

Desconozco el tiempo que permaneció como director de la penitenciaria portuense. En 1916 ejercía como director del penal de La Coruña, en un retorno a su tierra natal y continuaba escribiendo, olvidados sus pleitos con la prensa madrileña. El Imparcial, periódico capitalino, publicó en 1918 un fragmento de sus memorias, en las que refiere las numerosas experiencias vividas profesionalmente. La que publica “El Imparcial” se titula “Visión de Sangre” y era su protagonista un sanguinario salteador maño apodado “Cucaracha” que le hizo en una ocasión una depuración con saninjuelas, en la enfermería de un penal, cuyo nombre deja en puntos suspensivos, aunque todo parece indicar que fue en el penal portuense donde ocurrió, contándole el preso sus macabras anécdotas.    /El claustro del Penal, ocupado por los internos como taller.

En 1920 su hijo José Millán Terreros, funda la Legión y nace el mítico militar Millán Astray, tomando los dos apellidos paternos, héroe para unos, monstruo cruel para otros, según la ideología y sensibilidad del analista. Su hermana Maria Pilar Millán Terreros, heredó la vocación literaria paterna y fue una prolífica escritora de sainetes y obras teatrales, algunas pasadas al cine como ‘La Tonta del Bote’. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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| Texto: José María Morillo.

José Oncala Merino ‘el Beta’, nació el 12 de diciembre de 1948 en Jimena de la Frontera (Cádiz), pero pronto su familia lo trajo a Jerez, donde Melchor Oncala Lorente instala una carbonería en la calle Luna. Su madre, Natividad, todavía pariría tres hermanas más que ya nacerían en El Puerto en el número 3 de la calle Santa María pues, a los dos años la familia se viene a vivir a nuestra Ciudad. Melchor, su padre, abre una nueva carbonería en una accesoria en la calle San Bartolomé, en el edificio que fue Hostal San Nicolás y luego Discoteca Galaxia y sede de la NTV (Nueva Televisión), hoy modernos apartamentos en el centro tras la rehabilitación que experimentaron hace unos años.

Los alumnos que aparecen en la foto, de izquierda a derecha, en la primera fila: Francisco Ramírez Díaz, Pascual Prado Rodríguez, Eugenio Guareño Maza, José Manuel Reina López, Francisco Bollullo Altamirano, Vicente Márquez González (Quiqui); en la segunda fila Juan Custodio Cárdenas, el promotor inmobiliario, Juan Lara Barea, el hijo del pintor, desconocido, Ramón Izquierdo Díaz, José Oncala Merino; en la tercera fila: José Luis Villalba Díaz, José Salmerón Albaiceta, Juan Fernández Gallardo, Ramón Tur Tur, claramente de procedencia alicantina, Andrés González Salas, Vicente Femenía Ruiz; en la fila del suelo, agachados, Juan Bayo de Miguel, Ambrosio Acal Ortega, Francisco Gómez Galán, Andrés Fernández Valimaña, del Vapor, Joaquín Vera Ruíz (Quini), Manuel Gallardo Camacho y Juan Gómez Fernandez.

Mientras nuestro protagonista, estudia en el colegio de La Merced, en la calle Ganado y prepara el bachillerato con Don Juan Díaz, haciendo el examen de Reválida en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez.

Las Siete Esquinas, en un cuadro y fotografía antigua.

CARBONERÍA EN LAS 7 ESQUINAS.
Y así, estudiando y ayudando en los negocios de la familia, José Oncala se va adentrando en el mundo del trabajo. Su padre deja la carbonería de la calle San Bartolomé y abrirá una nueva, que será conocida como ‘El Infierno’ en la zona conocida como las Siete Esquinas, en la confluencia de las calles La Palma, Jesús Nazareno y Bolos en un bodegoncito que servía para guardar maquinaria y otros útiles de obras de pequeñas dimensiones.

De izquierda a derecha, Francisco La O 'el Cachi', sosteniendo una olla de guiso, José Oncala y el marinero Jesuli Bazo.

Publicidad de 'El Infierno', gestionado por su padre.

DE CARBONERÍA A BAR.
‘El Infierno’ se convertirá pronto en despacho de vinos y bar, a la vista de que el negocio del combustible flaqueaba con la llegada del gas. Allá por 1958 una parte del negocio pasará a ser conocido indistintamente como ‘El Infierno’ y bar ‘La Cuña’, pues una parte de la superficie de la carbonería con forma de trapecio, con entrada por la calle Bolos será la primera experiencia hostelera de la familia de José en El Puerto. Se vendían vinos a granel de las bodegas de Juan Grant (calle San Sebastián) y de Cuvillo y Cía: Fino C, Oloroso Sangre y Trabajadero y Fino Especial, éste a granel como también a granel Fino Marisco, de bodegas Carlos y Javier de Terry (501).

Pero como las ventas de carbón siguen bajando, de ‘La Cuña’ se pasa a ‘La Ele’, pues será esta la forma que adquirirá el despacho de vinos con la ampliación, reduciendo a la mínima expresión la carbonería que ya solo despachará desde la cale La Palma. Entran los vinos de Osborne, ya embotellados: Fino Quinta, Bailén, Oloroso 10RF, Amontillado Fino Coquinero, …

Será durante esta nueva etapa, allá por 1965 cuando con la llegada masiva del gas, los promotores de este nuevo combustible proponen a las carbonerías que se reciclen y pasen a trabajar en la distribución de este novedoso producto de aquella España del desarrollo. José lo intenta con la marca Drago Butano, pero aquello no funcionó y ya, definitivamente, la apuesta de aquel espacio será, con el tiempo, para la hostelería.

En el Campo de Fútbol Eduardo Dato, en un encuentro entre el Racing y el Rota. De izquierda a derecha, Pepe 'el Patata', Quintero, Álvaro, Jesuli Bazo, un policía municipal, desconocido y José Oncala. Agachados, 'el Cuchicha', Antonio Arias y 'el Sevillano', el primero y último jugadores portuenses que militaban en las filas del Ibiza y que participaron en dicho encuentro.

PARADA Y FONDA.
El Bar Las Siete Esquinas (no confundir con la Taberna de las Siete Esquinas de Bodegas Grant, muy próxima al establecimiento de nuestro protagonista), ha vivido diferentes momentos a lo largo de los últimos años. Incluso llegó a tener una Pensión con el mismo nombre en los pisos superiores del despacho, con quince habitaciones. Y en en el local hubo, desde Sala de Televisión cuando era una novedad, hasta mesa de billar en los distintos ‘ambientes’ con que cuenta el garito.

GUARDAMETA.
José jugó como portero en diversos equipos de fútbol, de ahí el sobrenombre de ‘el Beta’ o ‘el Betancort’, en alusión al conocido guardameta canario Antonio Betancort Barrera.

En el Bar Las Siete Esquinas, Juan José Mena, José Oncala, Fali Pérez, Manolo Rebollo y Juan L. Caballero 'Wilo'.

Próximo a jubilarse, posiblemente este rincón anclado en el pasado, en un lugar muy transitado en el paso entre zonas de El Puerto, cierre de forma definitiva. Antonio, soltero, no tiene descendencia que continúe el ambiente especial que hay allí creado entre él y su parroquia.

Todavía nos quedan un par de años de poder disfrutar de su compañía, de su trato amable y cercano, y de escuchar anécdotas y recuerdos que son jaleados por los habituales de aquel Bar El Infierno, luego La Cuña, más tarde La Ele y en la actualidad y si nada lo remedia, que será recordado como Las Siete Esquinas uno más que desaparecerá entre el abonado desinterés de la Gente del Puerto.

«Este hombre del casino provinciano/ que vio a Carancha recibir un día»

Antonio Machado,

En el inicio del retrato satírico de un señorito andaluz ‘Del pasado efímero’.

Toreaba ‘Cara’ en nuestra Plaza. Habría la natural expectación en la ciudad, animada como siempre con la presencia de tantos forasteros que aunque nunca dejan de acudir a la tradicional llamada de los toros en El Puerto. Faltaba poco para la hora de comenzar el espectáculo, y ya el cordón de la multitud se deslizaba en animados comentarios por la calle Santa Lucía, camino del bizarro coso taurino, cuando el coche de la cuadrilla de José Sánchez del Campo, que había desviado ligeramente su itinerario, camino de la Plaza, se detenía de pronto  ante la fachada de una noble casa de la calle de las Cruces. Vivía allí D. Agustín del Toro, un ilustre y conocido portuense, a la sazón Teniente de Alcalde de su municipio, y que en funciones de tal debía presidir la corrida de aquella tarde.

«--Venía, D. Agustín, a pedirle a usted un favor…» --comenzó, grave y azorado el maestro, con esa timidez que los toreros tienen siempre delante de las personas de consideración. El caballero le infundió ánimos con una sonrisa de amabilidad. «--Tu dirás…». Y ‘Cara-Ancha’, mal que bien, se expresó: el caso era que el hombre deseaba lucirse aquella tarde ante los espectadores portuenses. Quizás --repetimos que ignoramos fecha y circunstancia-- la espinilla de alguna actuación reciente, no de su completo agrado; tal vez el deseo de afianzar su cartel en El Puerto, Plaza reconocida como de prestigio por toda la torería contemporánea; o acaso la intención de levantar su nombre en aquella competencia que durante tanto tiempo la afición trataba de establecer nada menos con con ‘Lagartijo’.

Lo que fuera. Pero ‘Cara-Ancha’ quería lucirse en aquella tarde torera del Puerto. Y, con todos los respetos, venía a pedirle el Sr. Presidente que, si a bien lo tenía, abreviase en lo posible el tercio de varas, para que el toro llegase enterito y con bríos a la faena de muerte. Ahí era nada: lidiar uno de aquellos bisontes de entonces, con seis años bien cumplidos y muchas arrobas de peso, sin que los piqueros detuvieran apenas con su vara el empuje y la fuerza del animal.

Sonrió D. Agustín del Toro. Y despidió al espada con nuevas palabras amables y la promesa de acceder con gusto a su petición. En efecto. Cuando ya en el transcurso de la corrida llegó el momento esperado por el matador, se oyó, ante el asombro de toda la Plaza, el agudo toque de clarín que señalaba el cambio a la suerte de banderillas. Se armó la marimorena. El público, indignado, protestaba del pronto cambio de suerte e increpaba con furia a la presidencia. Y entre el clamor colectivo que pedía: «¡Caballos, más caballos!», se escuchaban individuales y airadas voces que dirigían recuerdos nada expresivos para los antepasados, vivos y difuntos, de la ilustre presidencia.

Pero nada alteró el estado de las cosas. Se pusieron los tres reglamentarios pares de banderillas, si bien en medio d e una auténtica tempestad de protestas, que poco a poco, y por el natural cansancio, iba bajando de tono. Después sonó de nuevo el clarín, y José Sánchez del Campo, tras el brindis de ritual, se dirigió hacia la fiera, aún con el último eco de las protestas sonando en los tendidos, y realizó tal faena de muleta, culminara con una gran estocada recibiendo, que los espectadores se olvidaron por completo del reciente escándalo y trocaron las ya acalladas voces iracundas por la más firme y unánime salva de aplausos. ‘Cara-Ancha’ había logrado sus propósitos.

Grabado de 'Cara-Ancha' en plena faena.

Poco después, y cuando el público se dispersaba, abandonado ya el resonare coso, y con el comentario de la gran faena de ‘Cara-Anda’ como tema principal y casi único de sus conversaciones, la calesa de los toreros se detenía de nuevo ante la residencia de don Agustín del Toro. Descendió el espada y penetró en la casas, siendo en seguida recibido por su dueño. «--Don Agustín…»-- y de nuevo le dio las gracias, esta vez con una mayor y lógica expresividad. Y con ella, sus excusas. Puesto que por complacer su petición se había levantado aquel alboroto y el presidente se había visto obligado a escuchar los piropos de la enfurecida multitud.

Quitó importancia don Agustín a la cosa. Y llano y natural, introdujo a su visitante, a través del jardín, en la grata penumbra de la bodega. Charlaron cordialmente, y probaron distintas muestras de los ricos caldos que en ella, silenciosamente, se iban haciendo año tras año, con el incomparable saber hacer de la madre naturaleza. Así iba transcurriendo los minutos, cuando el Sr. Presidente notó que el torero parecía ocultar algo entre los pliegues del capotillo de paseo que, según tradición de entonces --y ello además, parece ser la justificación lógica de esta prenda-- llevaba echado sobre los hombros. /'Cara-Ancha' se retiró del toreo en 1894. En la localidad sevillana de Aznalcázar, se dedicó la vida pública ocupando la  alcaldía durante varios años, donde murió el 31 de marzo de 1925.

«--¿Que llevas ahí?»-- no pudo evitar la pregunta. Y ‘Cara-Ancha’, con una amplia sonrisa de hombre bueno y tímido, abrió el vuelo del capote mientras decía: «--Por tocar a banderillas antes de tiempo ha tenido usted, D. Agustín, el sofoco de esta tarde. Yo, en agradecimiento, le traigo esto como recuerdo». Y le mostraba el palo forrado de rizados papelillos, manchado con sangre aún fresca del morrillo del toro. Celebró D. Agustín el obsequio. Y ya con la banderilla en su mano siguieron coloquialmente sobre diversos puntos. Hasta que al ir a venenciar de nuevo sobre unas copas, el anfitrión se quedó un momento indeciso con las banderilla en la mano, sin saber, de momento, donde soltarla.

La banderilla que clavó 'Cara-Ancha' en el techo de la bodega de D. Agustín del Toro, más tarde de la firma Cuvillo y Cía. /Foto: Rasero.

«--Deme usted, D. Agustín --dijo sonriente el matador-- que aquí hay un precioso sitio para ella». Y tomándola de la mano del otro, báscula fuertemente su brazo y la lanzó con fuerza al techo de la bodega, donde quedó fuertemente clavada por su arponcito, en una de las vigas de la escuadra de la techumbre. Tiempo ha pasado desde entonces. Las personas y las cosas se han ido sucediendo en el transcurso evolutivo de los tiempos. Pero el techo de aquella bodega --que luego sería de la firma Cuvillo y Compañía-- seguía clavada [hace 43 años cuando se escribe este artículo] desafiando a la ley de la gravedad y al paso de los años, la banderilla de José Sánchez del Campo ‘Cara-Ancha’. (Texto: Manuel Martínez Alfonso).

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Exposición 'Lenguaje de un conflicto: Gaza'. Sala de Exposiciones Fundación Zoilo Ruiz Mateos. Rota

Felipe Lamadrid Pérez nace en el número 17 de la calle Palacios, quinto hijo del total de siete del matrimonio formado por el conocido practicante Felipe Lamadrid y Carmen Pérez. Estudió en las Carmelitas, San Luis Gonzaga y en el Instituto Santo Domingo. Luego vendría estudios en laborales en Puente Genil (Córdoba), Químicas en la Universidad de Cádiz, que no finalizó e Informática graduándose como Analista de Sistemas, obteniendo dos becas, las Kienzle e IBM en 1976. Está casado y tiene tres hijos.

Felipe delante a la izquierda, junto a su amigo Fali (del Horno de Las Cañas), en un concurso de castillos en la arena en la Playa de la Puntilla.

SUS INICIOS EN EL ARTE.
Pero su verdadera vocación está en el mundo del arte desde 1970 que alterna con los estudios reglados: la pintura, el grabado, la escultura, la poesía, … son diferentes facetas que Felipe utiliza para expresarse y sacar al exterior su forma de entender el mundo. Obtendrá diversos premios en la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. En 1973 participa en la primera Expo Joven Nacional ‘Figuraciones y Bocetos’. Investiga la estética fotográfica sacra. En 1975 comienza a colaborar con poemas y dibujos en revistas literarias tales como ‘Bahía’, ‘Sapina’, en el semanario ‘El Puente’  ‘Siete’ y otras. En 1977 realiza sus primeros proyectos sobre las líneas y sus conjunciones. En 1978 investiga con pigmentos naturales sobre base de madera y materiales pobres, los efectos luminosos del volúmen en el espacio sobre formas geométricas.

Su primera exposición, en Bellas Artes, con Alfredo Bootello, su prologuista.

BECA NACIONAL DE PINTURA.
En 1979 trabaja en las primeras comparaciones del fotograbado en el grabado. En 1980 será becado por el Ministerio de Cultura y obtiene una de las 43 becas nacionales de Pintura y marchará a Madrid instalándose en la capital ese mismo año, allí conoce a Lucio Muñoz, estudiando Grabado y Litografía en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, obteniendo la diplomatura, donde investiga el Collage Gráfico, bajo la supervisión de Antonio Manso, director de grabado de la Casa de la Moneda. En 1984 proyecta el Dibujo Collage, con tintas caligráficas.

En la Escuela de Grabado 'Menéndez Pelayo' de Madrid, con de alumno con Alfonso Sanches Toda, entonces era director de grabado de la Casa de la Moneda, con anterioridad a Antonio Manso.

Exposición en Tres Cantos (Madrid).

PROFESOR DE GRABADO.
Estudiará el grabado y ejerce como grabador y profesor en diferentes instancias e instituciones: En 1982 forma parte del profesorado de pintura del Ayuntamiento de Madrid. En 1985 será profesor del C.E.P y de la Universidad Popular de Alcorcón (Madrid), trabajando en las transformaciones irreales gofradas con ácido puros. En 1986 profesor de Artes Plásticas del Centro Cultural ‘Clara del Rey’ de Madrid  donde estudia las acotaciones estética. En 1987 ejercerá como profesor de Artes Plásticas del Instituto ‘Entrena Cuesta’ (Madrid), centro piloto en actividades extraescolares.

En la imagen, durante  el Taller de Grabado que crea en el Centro Cultural Galileo (Madrid). Entre 1989 y 1991 será profesor de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid), por concurso de méritos.

ESCULTURA.
En 1991 elabora los primeros proyectos en planchas de bronce. En 1993 realiza el diseño de esculturas en bronce y las carpetas de grabados y poemas serigrafiados para la Galería MV de Madrid. Entre 1994 y 1996 crea el Taller de Grabado de la UCA en los Cursos de Verano del Vicerrectorado de Extensión Universitaria. En 1998 realiza el Perfomance Poético y el diseño de maquetas Cubos-Cajas. En 1999 en su Homenaje al Carnaval realiza pinturas expresionistas. El año 2000 es el año de los Poemas Gráficos. En 2001 ejecuta esculturas en hierro y acero - instalación: ARt & LENGUAJE. En el 2002 la instalación de Serigrafía & Hierro: los Poemas Objeto. En 2003 los grabados con metal y en 2004 esculturas en acero y serigrafía de gran formato. /En la imagen, su obra 'Idus de Marzo XIII'.

REGRESO A EL PUERTO.
En ese año 2004, Felipe fue requerido por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UCA y daba clases lunes y viernes, regresando a Madrid el resto de la semana, lo que le hará plantearse regresar a su El Puerto natal donde se instalará de nuevo, en Valdelagrana.

El Atelier, en la calle Litoral, en Valdelagrana, con un grupo de alumnos de Grabado.

En el VIII Curso de Grabado Contemporáneo, con alumnos en el Taller.

ATELIER Y GALERÍA.
Aquí crea el ‘Atelier & Galería Felipe Lamadrid’, taller y sala de exposiciones a un tiempo, centro de producción y edición de obra gráfica original de artistas contemporáneo, especializado en obra sobre papel, donde se realizan tiradas de grabados en carpetas y ediciones facsímile con el propósito de potenciar y enriquecer el desarrollo del mundo del Grabado, así como servir de punto de encuentro y reflexión sobre el arte seriado contemporáneo.

En Madrid, con el colectivo 'La Voz Gráfica' en 1980, el tercero por la izquierda de la fila superior.

COLECTIVOS Y GRUPOS.
Como otros artistas que crean en los mismos tiempos, es figura relevante del grupo ‘La Voz Gráfica’ (Madrid), donde ingresa en 1981, discípulos de Alfonso Sánchez Toda. Es miembro de la Asociación de Pintores y Escultores Españoles y fundador del Colectivo de Pintores Madrileños, en 1984. En 1986 ingresa en el colectivo gaditano ‘Construczión’. En 1987 entra en el colectivo de Artistas Plásticos de Madrid.

Con el Colectivo 'El Ermitaño' en la Fundación Alberti: Faelo Poullet, Verónica Pedemonte, Jesús Graván, María Asunción Mateo, Mariano Rivera, Manolo Dugo, Felipe Lamadrid.

POESÍA.
Como se ha dicho, alterna la enseñanza con la poesía, de hecho publica varios poemarios:  ‘Versos de Otoño’, ‘Color en calma’ ‘Génesis’, ‘La Pluma y otros escritos’ y ‘Soñar con un perfil de lobo’, y otros en solitario o con diferentes colectivos.

En 1985 se cataloga su obra por la Real Calcografía Nacional ‘Museo del Grabado’ y publica en la Revista ‘Luces y Sombras’, ‘Altazor’, ‘Clarín’, ... Utiliza las técnicas de la estampación especialmente el aguafuerte y la serigrafía alcanzando muy altas cotas expresivas. Está incluido en el Diccionario de Arte Contemporáneo de Madrid, Diccionario de Pintores y Escritores, el Diccionario de Artistas Plásticos, Arte Guía y otros.

Con el Jefe del Servicio de Fomento de Cultura, Antonio Ahucha.

EXPOSICIONES POR EL MUNDO.
Ha expuesto desde 1978, además de en su ciudad natal, en repetidas ocasiones y escenarios, en Madrid y municipios de dicha comunidad, Algeciras, Jerez, Chiclana, Cádiz; Ibiza, Málaga, Barcelona, Betanzos, Cadaqués, Calella, Eibar, Ademuz, Lérida,  en Hautefuille (París, Francia), Colliure (Francia), Tolouse (Francia), Massachusetts (EEUU), Seul (Corea), Méjico D.F., Lisboa (Portugal), en 1990 en The Art Societi Krun (en la desaparecida Czeschoslovakia). Honolulú (Hawai - EEUU), Caracas (Venezuela), Santiago (Chile), Buenos Aires (Argentina), Iowa (EEUU), Quilmes (Argentina), Atenas (Grecia), Toronto (Canadá), ... Indonesia, Alemania, Rusia, Malasia, ... y muchas otras que se nos quedan en el tintero para no aburrir al lector. /En la imagen, cartel de la exposición 'Arte de Gaza 2', que permanece abierta hasta el 27 de diciembre de este año, en el Atelier de la calle Litoral, en Valdelagrana.

Grabado: Alternativas Gráficas.

QUIZÁS NO SUPE CONSQUISTAR.
Quizás no supe conquistar
de lejos la confianza.
De buscar entre mis manos
el refugio de la noche.
Heredera del pasado.
Creadora del presente.
Con aullidos de gatos noctámbulos.
Rituales.
Que el viento les hace navegar sin rumbo.
Alos ojos que se embriagan de la obscuridad
para encontrar su mástil y su aliento.

Felipe Lamadrid.
(Soñar con un perfil de lobo. 2000).

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